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Este documento es una carta de un hijo dirigida a su padre en la que expresa sentimientos complejos sobre su relación conflictiva. El hijo siente que su padre nunca lo entendió ni lo apoyó, y que su ira los alejó. Aunque reconoce que parte de la culpa fue suya por ser egoísta y no dejar que su padre lo aconsejara, desea comenzar a construir un vínculo con él.
Este documento es una carta de un hijo dirigida a su padre en la que expresa sentimientos complejos sobre su relación conflictiva. El hijo siente que su padre nunca lo entendió ni lo apoyó, y que su ira los alejó. Aunque reconoce que parte de la culpa fue suya por ser egoísta y no dejar que su padre lo aconsejara, desea comenzar a construir un vínculo con él.
Este documento es una carta de un hijo dirigida a su padre en la que expresa sentimientos complejos sobre su relación conflictiva. El hijo siente que su padre nunca lo entendió ni lo apoyó, y que su ira los alejó. Aunque reconoce que parte de la culpa fue suya por ser egoísta y no dejar que su padre lo aconsejara, desea comenzar a construir un vínculo con él.
Hola padre, siento dirigirme por escrito; Ya que no he tenido la oportunidad de
expresarme personalmente contigo, siempre es difícil mantener una conversación entre nosotros; ya sea, porque nuestro carácter no compaginan juntos o porque no somos conscientes de la importancia que tiene saber escuchar el uno al otro. Cada que teníamos un discusión; mi ira incrementaba y yo estaba segado de ello; siempre me dominaba el saber que tu no podías entenderme en lo mínimo y que mi madre no decía nada de ello; me dominaba saber que no dejabas expresarme y en vez de apoyarme enterrabas mis ganas de quererte y respetarte. Nuestro carácter siempre ha estado chocando; somos personas con muchas diferencias; y después de mis consultas al psicólogo me di cuenta que mi manera de controlar mi enojo hacia que muchos se apartaran de mí; pero ¿porque?; ¿Porque Claudia siempre estuvo para mí? Y tú en cambio solamente te despegaste de mí; Y dejaste que mi manera de ser nos alejara; quizás no sea del todo tu culpa; seguramente es mía; pero si simplemente no te hubieras rendido conmigo quizás todo sería diferente. Mi intención en esta carta no es culparte, ni victimizarme, solo quiero sacar todo esos sentimientos intensos, complejos que todavía existe en mi corazón y que mi mente me los recuerda a diario. Pensando en nuestra relación; ese afecto fraternal de parte de ti nunca lo tuve; pero me di cuenta que parte de eso fue mi culpa; nunca dejaba que me hablaras, nunca dejaba que me aconsejaras, nunca pensé en lo que tu sentías; fui muy egoísta en esa parte; tuve esa idea tergiversada de que tú eras mi enemigo, sentía que solo querías hacerme la vida imposible; me agobiaba escuchar que me regañaras simplemente porque mi manera de expresarme desbordaba las hojas, cuando aquello era mi manera de denotar mis emociones. La oscuridad, la lluvia, la rabia; me han marcado; y han sido parte de mi adolescencia; aunque siempre te preocupaste por mí de una u otra forma, nunca pudimos alejarnos de la oscuridad y lo que ella traía. Siempre me deje vencer de la rabia; siempre quisiste detenerme pero el lobo no me dejaba; me hacía hacer cosas que después no recordaba; mi ira la descargaba en ustedes y en todo lo que se me atravesara, y lo siento por eso, de verdad lo siento. Lo que quiero ahora; es que esto entre nosotros funcione; entenderé que no quieras ya que no pude comportarme como debía y me arrepiento por ello; Ha sido difícil vencer la rabia, el lobo, el miedo; pero tuve la necesidad de mirar hacia adentro de la oscuridad, saber cuál es el inicio de todo; para poder tratarlo y así darle forma; entonces quiero comenzar a tener un vínculo contigo y quizás también con mi madre; son mis padres, es lo único que necesito.