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13 de mayo del 2021

Hola padre, siento dirigirme por escrito; Ya que no he tenido la oportunidad de


expresarme personalmente contigo, siempre es difícil mantener una conversación
entre nosotros; ya sea, porque nuestro carácter no compaginan juntos o porque no
somos conscientes de la importancia que tiene saber escuchar el uno al otro.
Cada que teníamos un discusión; mi ira incrementaba y yo estaba segado de ello;
siempre me dominaba el saber que tu no podías entenderme en lo mínimo y que
mi madre no decía nada de ello; me dominaba saber que no dejabas expresarme
y en vez de apoyarme enterrabas mis ganas de quererte y respetarte.
Nuestro carácter siempre ha estado chocando; somos personas con muchas
diferencias; y después de mis consultas al psicólogo me di cuenta que mi manera
de controlar mi enojo hacia que muchos se apartaran de mí; pero ¿porque?;
¿Porque Claudia siempre estuvo para mí? Y tú en cambio solamente te
despegaste de mí; Y dejaste que mi manera de ser nos alejara; quizás no sea del
todo tu culpa; seguramente es mía; pero si simplemente no te hubieras rendido
conmigo quizás todo sería diferente. Mi intención en esta carta no es culparte, ni
victimizarme, solo quiero sacar todo esos sentimientos intensos, complejos que
todavía existe en mi corazón y que mi mente me los recuerda a diario.
Pensando en nuestra relación; ese afecto fraternal de parte de ti nunca lo tuve;
pero me di cuenta que parte de eso fue mi culpa; nunca dejaba que me hablaras,
nunca dejaba que me aconsejaras, nunca pensé en lo que tu sentías; fui muy
egoísta en esa parte; tuve esa idea tergiversada de que tú eras mi enemigo, sentía
que solo querías hacerme la vida imposible; me agobiaba escuchar que me
regañaras simplemente porque mi manera de expresarme desbordaba las hojas,
cuando aquello era mi manera de denotar mis emociones.
La oscuridad, la lluvia, la rabia; me han marcado; y han sido parte de mi
adolescencia; aunque siempre te preocupaste por mí de una u otra forma, nunca
pudimos alejarnos de la oscuridad y lo que ella traía.
Siempre me deje vencer de la rabia; siempre quisiste detenerme pero el lobo no
me dejaba; me hacía hacer cosas que después no recordaba; mi ira la descargaba
en ustedes y en todo lo que se me atravesara, y lo siento por eso, de verdad lo
siento.
Lo que quiero ahora; es que esto entre nosotros funcione; entenderé que no
quieras ya que no pude comportarme como debía y me arrepiento por ello; Ha
sido difícil vencer la rabia, el lobo, el miedo; pero tuve la necesidad de mirar hacia
adentro de la oscuridad, saber cuál es el inicio de todo; para poder tratarlo y así
darle forma; entonces quiero comenzar a tener un vínculo contigo y quizás
también con mi madre; son mis padres, es lo único que necesito.

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