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Rupturas del Estado colonial republicano.

Un nuevo orden jurídico plurinacional.


José Antonio Ortuzte Alba
25-06-2023

Este ensayo tiene como objetivo exponer los conceptos de ruptura del
Estado colonial y liberal a partir de la Nueva Constitución Política del Estado
de 2009. Se establecen en el ‘Proceso de Cambio’ boliviano estas rupturas entre
el viejo orden y el nuevo. Este proceso parte del poder constituyente surgido de
‘la agenda de octubre de 2003’ de los Movimientos Sociales.

La base o infraestructura económica de Bolivia fue semi-feudal, hasta el año


de la Revolución del 52. Mientras se mantuvo capitalista dependiente la
superestructura. Las relaciones de producción semi-coloniales postergaron a
Bolivia en el siglo pasado. En el presente se vive una transformación política
estructural de la sociedad boliviana. Se vive una nueva etapa de regularidad con
el ‘Proceso de Cambio’. Así, desde el año 2006, se refunda el Estado boliviano.
Se toma a la Norma fundamental determinada entre las condiciones sociales y
el ‘formalismo jurídico’. Su estructura está condicionada a los territorios
imbricados en la diversidad económica y política.

Bolivia desde la forma de Estado Plurinacional cubre estos contextos locales


a nivel económico político y cultural. ¿Es o no la norma constitucional de 2009
el pilar de los fundamentos para la ruptura conceptual con el viejo orden
jurídico? Con la promulgación de la Constitución Política del Estado de 2009
surge esta ruptura. Asimismo este ensayo se estructura en dos partes. Primero
‘El desarrollo de la realidad nacional’ acentúa sobre la proyección del proceso
nacionalista en el país. Después ‘Un orden jurídico plurinacional’ desensambla
los conceptos del Estado colonial.
1. El desarrollo de la realidad nacional

Con la ruptura del Estado colonial se acaba la República por nuevos


conceptos irrumpiendo linealmente el sentido de la institucionalidad de Bolivia.
A partir de los contextos locales, territorios indígenas y las regiones, se
enmarca lo plurinacional. En ese sentido hay que partir del proceso
nacionalista. Con el proyecto de Constitución en 1971 ‒del gobierno del
General Juan José Torrez‒ se toma esta crítica así:

Nuestra experiencia republicana demuestra una verdad irrefutable: el


país permanece en el atraso que es subdesarrollo económico-social,
porque no se remedió nunca el desajuste entre la base económico-social
y la superestructura jurídico-política. La base continuó siendo feudo-
colonial, mientras que la cobertura superestructural fue capitalista-
liberal. La estructura atrasada fue un freno, sin que los avances teóricos
del sistema jurídico-político hubiesen servido para restablecer el
equilibrio nacional profundamente perturbado por aquella
desarticulación (Torres, 2004: 32-33).

Desde aquel proyecto socialista hasta la fecha el poder constituyente es el


mayor argumento en la ciencia jurídica para las normas constitucionales.
Tradicionalmente el ‘formalismo jurídico’ fue la parte argumentativa de la
matriz de los sistemas jurídicos. Entre los sistemas jurídicos se encuentran los
normativos o cerrados y los hetero-referenciales. Los últimos no solo se
conforman en el plano de la técnica jurídica. Sino reúnen otros conceptos como
el de ‘pueblo’ o de ‘fuerza’ incluso de ‘poder político’. Pues tomadas las
instituciones del Estado se asume, de esta manera, un monopolio legítimo de la
fuerza y también de un consenso implícito.
Hablando entonces del ‘Pacto social’ como si fuera a la vez el principio y fin
se involucra al sistema jurídico, por su generalidad, cerrado en las normas
jurídicas. Este ordenamiento es impreciso y limitado en la creación de las
normas jurídicas. No todas las normas jurídicas tienen una naturaleza
sancionatoria. A eso se dirige la proyección del constituyente plurinacional
oportunamente con el ‘Proceso de Cambio’. Porque se clasifican a las normas
constitucionales no solo como jurídica también políticas. Este corpus es
nominado como la Constitución Política del Estado de cualquier país. Se
compone, por ej. en Bolivia, tanto de una Parte ‘dogmática’ y la otra ‘orgánica’.

2. Un orden jurídico plurinacional

El proceso constituyente 2007-2008 da paso de un orden jurídico liberal a


otro plurinacional comunitario. En este sentido, la recomposición de los
Estados naciones en Latinoamérica rechaza al Estado liberal de derecho en su
esencia. Se Cuestiona, en otros términos, a las instituciones liberales del Estado.
Por mucho tiempo se denomina al grupo de estas instituciones como la
‘República’ o igualmente ‘Estado moderno’. Las Ciencias Sociales ubican al
Estado y al orden jurídico a través de las ficciones normativas. Se abstraen sus
contenidos sobre la dimensión de la ‘Soberanía’. Entendiendo tal dimensión, y
del Derecho Internacional, se concentran en ella los conceptos del Estado. Con
esta cesión de ‘Soberanía’ a una hegemonía superior se detenta el régimen
interno, dentro de la seguridad nacional, de los Estados nación.

En este plano crítico se entiende al Estado liberal de Derecho como el


órgano represivo. El Estado se incorpora a un orden jurídico para Kelsen como:

la existencia del Estado en el espacio es el dominio territorial de validez,


la existencia temporal del Estado es el dominio temporal del Estado de
validez del orden jurídico estatal. Y, de igual manera que la pregunta
por los límites territoriales del Estado, la pregunta por sus límites
temporales consiste en preguntar cuando el Estado comienza con su
existencia, y cuándo cesa […] (Kelsen, 1982: 293-294).

Entonces se abre una nueva perspectiva en el sumun de conceptos


constitucionales del Estado Plurinacional. Se considera y cuestiona la
naturaleza de sus instituciones, la declaración de sus principios y valores. Así
están ponderados en su corpus sin tener la naturaleza propia de una norma o
regla jurídica. Pues no se componen del carácter sancionador aunque sí
técnicamente al principio de ‘jerarquía normativa’. Así los nuevos conceptos de
la Constitución de 2009 incorporan a la norma una cadena de validez y eficacia
piramidal. Se incluyen otras instituciones, como significantes flotantes, con
contenido vaciado.

Hay, en este entramado de la Teoría jurídica, ciertas corrientes


contemporáneas de ruptura con el ‘formalismo jurídico’. Explícitamente el
‘formalismo jurídico’ es el entorno argumentativo restringido de la norma
jurídica. Y provoca el límite o la escisión entre la dimensión social o política
con la técnica jurídica. Así se consideran algunos matices entre los sujetos y la
misma sociedad en contradicción con el poder. Se parece más bien a un
conjunto de esquemas como el sistema normativo cerrado. Entonces se
comienza con un nuevo planteamiento del poder constituyente originario desde
la agenda de los Movimientos Sociales. En una ruptura con el ‘formalismo
jurídico’ surge otra versión del ‘poder constituyente’. Por ejemplo, para Negri
et. al.:

el problema del poder constituyente se liga al menos a dos dimensiones


que configuran el campo. El primer problema, que es material es el de
la transición del capitalismo al socialismo, la transformación
constitucional de las formas materiales de la convivencia social, es
decir, de las formas de producción de reproducción social, de las
formas de distribución de la riqueza producida […]. El segundo
problema es la dimensión subjetiva, por así decirlo; es la dimensión que
se refiere al sujeto, autor de este proceso. El poder constituyente
configurado de manera física es el partido insurreccional, el partido que
establece, por tanto, esta continuidad de acción del poder constituyente
en la formación del poder constituido, es decir, en la conformación de
una sociedad socialista, en la transición al socialismo (Negri et. al.,
2008: 104-105).

Bajo este núcleo de articulaciones se revela la diversidad societal de Bolivia


dentro de una especie de episteme andina y mestiza. Esta concepción
esencializa el orden estatal desde la perspectiva comunitaria. De alguna manera
la mayoría de los sistemas jurídico-formales asumen una argumentación neutra
de toda posición ideológica. Esto puede, de alguna manera, limitar la acción de
poder social. Y en oposición se convierte en un medio de abstracción racional.
O sea es en un mero significante flotante dentro de la Norma básica.
Acondicionar al Derecho a eventos foráneos da lugar a un crecimiento de esta
episteme desde lo ‘plurinacional’.

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