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TEMA 1

El Estado moderno y el constitucionalismo: de la soberanía del Rey a la


soberanía del pueblo.

El Estado moderno se consolida durante el período del Renacimiento y la Ilustración,


marcando una transición significativa de sistemas de gobierno feudales y dispersos hacia
estructuras centralizadas y burocráticas. Este proceso estuvo acompañado por la
emergencia del constitucionalismo, un principio que sostiene que la autoridad del gobierno
debe estar definida y limitada por una ley fundamental o constitución. Esta evolución
refleja un cambio fundamental en la concepción de la soberanía, pasando de ser vista como
una prerrogativa del monarca (soberanía del Rey) a ser entendida como residida en el
pueblo (soberanía del pueblo).

Estado y Soberanía: El Concepto de Soberanía de Bodin

Jean Bodin (1530-1596), un teórico político francés, introdujo una definición de soberanía
en su obra "Los Seis Libros de la República" (1576), que se considera un concepto clave en
el entendimiento del Estado moderno. Para Bodin, la soberanía es el poder absoluto e
indivisible del Estado, manifestándose en la autoridad última de crear y aplicar leyes sin el
consentimiento de cualquier otro poder, ya sea interno o externo. Su perspectiva, sin
embargo, todavía colocaba esta soberanía en manos del monarca.

El Planteamiento Contractualista y el Origen del Poder Político

El contractualismo es una teoría que surgió en el siglo XVII y principios del XVIII,
argumentando que el Estado y su autoridad derivan de un contrato social entre los
individuos y la sociedad. Esta teoría sostiene que los seres humanos, en su estado de
naturaleza, acuerdan formar una sociedad y someterse a una autoridad común para evitar
el caos y proteger sus derechos y libertades. Thomas Hobbes, John Locke y Jean-Jacques
Rousseau son figuras centrales en el desarrollo de esta teoría, cada uno con su propia
interpretación del contrato social y sus implicaciones para la naturaleza del poder político.

El Concepto de Soberanía de Rousseau

Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), en su obra "El Contrato Social" (1762), redefine el


concepto de soberanía, colocándola firmemente en manos del pueblo. Para Rousseau, la
soberanía no es ni divisibles ni transferible; es el ejercicio colectivo de la voluntad general.
A diferencia de Bodin, quien veía la soberanía como el poder absoluto del monarca,
Rousseau argumenta que la verdadera soberanía reside en la voluntad general del pueblo,
expresada a través de leyes que ellos mismos establecen. Esto marca un cambio
revolucionario en la teoría política, subrayando la idea de que el poder político emana de
los ciudadanos y no de una autoridad monárquica divina o hereditaria.

Conclusión
El desarrollo del Estado moderno y el constitucionalismo refleja una transformación
profunda en la comprensión de la soberanía y el poder político. La transición de la
soberanía del Rey a la soberanía del pueblo es un testimonio de los cambios ideológicos y
estructurales que ocurrieron durante este período. Las contribuciones de teóricos como
Bodin y Rousseau no solo fueron fundamentales para este cambio, sino que también
sentaron las bases para las modernas democracias liberales, en las cuales la autoridad del
Estado se deriva y se limita por la voluntad y los derechos del pueblo.
TEMA 2

El constitucionalismo liberal revolucionario: bases ideológicas y fácticas de las


revoluciones liberales.

El constitucionalismo liberal revolucionario constituye uno de los momentos más significativos en la


historia del pensamiento político y jurídico, marcando una transición decisiva hacia la modernidad
política. Este movimiento no solo fue el producto de cambios ideológicos profundos sino también
de circunstancias fácticas específicas que impulsaron las revoluciones liberales. A continuación,
desarrollaremos los pilares fundamentales de este fenómeno, explorando su base ideológica, el
concepto de constitución, la distinción entre poder constituyente y poder constituido, la
legitimidad en el ejercicio del gobierno, y la normatividad constitucional en el contexto del Estado
liberal revolucionario.

Bases Ideológicas y Fácticas de las Revoluciones Liberales

Las revoluciones liberales del siglo XVIII y XIX, como la Revolución Francesa de 1789, la Revolución
Americana de 1776, y las subsiguientes revoluciones en América Latina, fueron impulsadas por una
combinación de factores ideológicos y prácticos. Ideológicamente, se apoyaron en el Iluminismo,
que promovía la razón, la libertad individual, la igualdad jurídica, y el rechazo a la autoridad
absoluta e irracional. Fácticamente, estas revoluciones surgieron como respuesta a la opresión
política, desigualdades sociales, crisis económicas y el anhelo de independencia de los dominios
coloniales.

El Concepto de Constitución

En el contexto del constitucionalismo liberal revolucionario, la constitución se concibe como la


norma suprema de un Estado, que define la estructura y el funcionamiento de sus instituciones,
establece los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos, y delimita el poder del
gobierno. La constitución es vista como un contrato social, un pacto fundacional que da origen al
cuerpo político, legitimando su autoridad y limitando su poder a través de la división de poderes y
el establecimiento de garantías individuales.

Poder Constituyente y Poder Constituido

La distinción entre poder constituyente y poder constituido es central en el constitucionalismo


liberal revolucionario. El poder constituyente se refiere a la autoridad soberana del pueblo para
crear o modificar la constitución, es decir, para definir la estructura fundamental del Estado y sus
principios rectores. Este poder es ilimitado, originario y expresión de la soberanía popular. Por otro
lado, el poder constituido se refiere a las autoridades e instituciones creadas bajo la constitución,
cuyo ejercicio del poder está limitado y regulado por esta misma.

Legitimidad del Ejercicio de Gobierno

La legitimidad del gobierno en un Estado liberal revolucionario deriva de su conformidad con la


constitución. El ejercicio legítimo del poder requiere adherencia a los principios y procedimientos
establecidos en la constitución, garantizando el respeto a los derechos y libertades fundamentales.
La constitución se posiciona así como el fundamento de la legitimidad política, asegurando que el
poder no se ejerza de manera arbitraria sino en servicio del bien común y en respeto a la ley
fundamental.
Normatividad Constitucional en el Estado Liberal Revolucionario

La normatividad constitucional refiere al carácter vinculante de la constitución sobre todos los


actores y elementos del Estado. En un Estado liberal revolucionario, la constitución no solo
establece la estructura y funcionamiento del Estado sino que también se erige como garante de los
derechos y libertades individuales. La supremacía constitucional asegura que todas las leyes y actos
de gobierno sean consistentes con la constitución, promoviendo así un gobierno limitado, el Estado
de derecho y la protección de las libertades fundamentales.

Conclusión

El constitucionalismo liberal revolucionario representó una profunda transformación en la


concepción del poder político y la organización del Estado. Basado en ideales de libertad, igualdad y
justicia, este movimiento no solo buscó limitar el poder gubernamental y asegurar los derechos
individuales, sino que también estableció las bases ideológicas y normativas sobre las cuales se
construirían las democracias liberales contemporáneas. La constitución, en este marco, se
convierte en el símbolo y la herramienta principal de esta transformación, articulando la soberanía
del pueblo, la división de poderes, y el imperio de la ley como pilares fundamentales de un
desarrolla estos contenidos: El constitucionalismo liberal conservador: la escuela positivista y la
aparición del concepto nominal de constitución. La involución revolucionaria conservadora: el
resurgimiento de la monarquía y la tesis de la cosoberanía. Los fundamentos teóricos: de la
soberanía del pueblo a la soberanía del Estado. El factor legitimidad en el positivismo: el Estado de
Derecho. El poder constituyente constituido o poder de revisión. Constitución formal y constitución
material. La normatividad constitucional en el Estado conservador.
TEMA 3

El constitucionalismo liberal conservador: la escuela positivista y la aparición


del concepto nominal de constitución.

El constitucionalismo liberal conservador representa una corriente del pensamiento jurídico


y político que busca armonizar los principios del liberalismo clásico con las necesidades de
orden, estabilidad y gobernabilidad del Estado. Esta corriente ha influido significativamente
en la evolución de las teorías constitucionales y en la práctica del derecho constitucional en
diferentes contextos nacionales. A continuación, se desarrollan los contenidos solicitados,
explorando los aspectos clave de esta corriente.

1. El Constitucionalismo Liberal Conservador: la Escuela Positivista y la Aparición del


Concepto Nominal de Constitución

El constitucionalismo liberal conservador incorpora elementos del positivismo jurídico, una


escuela de pensamiento que enfatiza la autoridad de la ley basada en su promulgación
formal por un poder soberano reconocido, independientemente de consideraciones
morales o de justicia. La aparición del concepto nominal de constitución en este contexto
refleja una visión de la constitución más como un documento legal que establece la
estructura y funcionamiento del Estado, más que como un manifiesto de principios éticos o
políticos. Este enfoque subraya la importancia de la legalidad y el orden sobre las
aspiraciones ideológicas en la gobernanza del Estado.

2. La Involución Revolucionaria Conservadora: el Resurgimiento de la Monarquía y la


Tesis de la Cosoberanía

La involución revolucionaria conservadora describe el proceso por el cual, en respuesta a


las revoluciones liberales y sus secuelas, se buscó restablecer o reforzar instituciones
tradicionales como la monarquía. La tesis de la cosoberanía surge como un intento de
reconciliar la soberanía popular con la autoridad monárquica, sugiriendo que el poder
soberano puede ser compartido o distribuido entre el monarca y el pueblo o sus
representantes, creando así un equilibrio entre tradición y democracia.

3. Los Fundamentos Teóricos: de la Soberanía del Pueblo a la Soberanía del Estado

Este cambio refleja una transición en la concepción de la soberanía, de una noción


arraigada en la voluntad del pueblo, característica de las teorías democráticas y
revolucionarias, hacia una comprensión de la soberanía como atributo esencial del Estado
mismo. Esta visión enfatiza la unidad, la integridad y la autoridad final del Estado sobre los
asuntos internos y externos, considerando la soberanía del Estado como la base de la
legalidad y el orden.

4. El Factor Legitimidad en el Positivismo: el Estado de Derecho

Dentro del marco positivista, la legitimidad del gobierno y de sus acciones deriva de su
conformidad con el sistema legal establecido, es decir, el Estado de Derecho. Este concepto
subraya que todas las acciones del Estado y sus ciudadanos deben basarse en la ley, que
debe ser clara, pública y aplicada de manera equitativa. La legitimidad, entonces, no se
basa necesariamente en el consentimiento popular directo sino en el cumplimiento de las
leyes vigentes.

5. El Poder Constituyente Constituido o Poder de Revisión

El poder constituyente constituido, o poder de revisión, se refiere a la capacidad legal de


modificar o enmendar la constitución dentro de los límites establecidos por la propia
constitución. A diferencia del poder constituyente originario, que es ilimitado y fundacional,
el poder de revisión opera dentro de un marco jurídico existente, permitiendo la
adaptación y evolución del texto constitucional de acuerdo con procedimientos formales.

6. Constitución Formal y Constitución Material

La distinción entre constitución formal y constitución material resalta la diferencia entre el


documento legalmente sancionado que establece la estructura y principios fundamentales
del Estado (constitución formal) y los principios y prácticas efectivas que rigen la vida
política y social de un Estado (constitución material). En el constitucionalismo liberal
conservador, se pone énfasis en la importancia de la constitución formal como garantía de
orden y estabilidad.

7. La Normatividad Constitucional en el Estado Conservador

En un Estado conservador, la normatividad constitucional se refiere al carácter vinculante y


supremo de la constitución como marco legal que regula la organización y el
funcionamiento del Estado, así como la relación entre el Estado y los ciudadanos. Este
enfoque subraya la importancia de mantener el orden constitucional y asegurar que todas
las leyes y políticas estén en conformidad con los principios y disposiciones de la
constitución.

En resumen, el constitucionalismo liberal conservador propone un marco en el que la


estabilidad, el orden y la gobernabilidad del Estado se mantienen a través de la adhesión a
principios positivistas y la valoración de la constitución como instrumento legal supremo,
equilibrando tradición y modernidad en la práctica del gobierno y la administración de
justicia.
Tema 4

El constitucionalismo democrático: la recuperación de la legitimidad y la


normatividad constitucional.

El constitucionalismo democrático representa una evolución en la teoría y la práctica


constitucional que busca reafirmar la legitimidad y la efectividad de la constitución como
norma suprema en sociedades democráticas. A continuación, se desarrollan los contenidos
solicitados, explorando los aspectos clave de esta corriente.

1. El Constitucionalismo Democrático: La Recuperación de la Legitimidad y la


Normatividad Constitucional

El constitucionalismo democrático enfatiza la importancia de una constitución que no solo


limite el poder del Estado y proteja los derechos fundamentales, sino que también refleje la
voluntad popular y fomente la participación democrática. Este enfoque busca recuperar la
legitimidad de la constitución asegurando que esta sea el resultado de un proceso inclusivo
y transparente, y que sus disposiciones sean aplicadas efectivamente, garantizando así su
normatividad. La idea es que la constitución debe ser vivida y respetada por todos los
sectores de la sociedad, funcionando como el fundamento del orden jurídico y político.

2. El Estado Liberal Frente a sus Amenazas

El Estado liberal, basado en principios de libertad individual, igualdad ante la ley, y gobierno
limitado, enfrenta múltiples amenazas que pueden socavar estos fundamentos. Entre estas
amenazas se incluyen el autoritarismo, que restringe las libertades y concentra el poder; el
populismo, que puede desafiar los límites institucionales en nombre de una voluntad
popular mal interpretada; y los desafíos sociales y económicos, como la desigualdad y la
fragmentación, que erosionan la cohesión social y la confianza en las instituciones. El
constitucionalismo democrático busca fortalecer el Estado liberal mediante la reafirmación
de su compromiso con la democracia y el Estado de Derecho.

3. La Recuperación de la Legitimidad: Del Estado de Derecho al Estado Democrático de


Derecho

La transición del Estado de Derecho al Estado Democrático de Derecho implica un


fortalecimiento de la democracia y la inclusión, además de la tradicional preocupación por
la legalidad y el respeto a los derechos. Esto significa integrar plenamente los principios
democráticos en el funcionamiento del Estado, asegurando que todas las instituciones
estén sujetas no solo a la ley, sino también a la voluntad democrática, y que fomenten la
participación ciudadana en la toma de decisiones.

4. El Problema de la Normatividad Constitucional: El Sistema de Weimar y la Propuesta


Austríaca

El sistema de Weimar en Alemania es a menudo citado como un ejemplo de cómo una


constitución avanzada, desde el punto de vista de los derechos y libertades que proclama,
puede fallar en la práctica si no cuenta con mecanismos efectivos para garantizar su
normatividad. La falta de un consenso político fuerte y de una cultura democrática
consolidada, junto con la presencia de disposiciones que permitieron la concentración de
poder, llevaron al colapso de la República de Weimar.

En contraste, la propuesta austríaca, articulada por Hans Kelsen, introdujo la idea de un


tribunal constitucional dedicado a la revisión de la constitucionalidad de las leyes,
estableciendo así un control concentrado de la constitucionalidad. Esta propuesta busca
asegurar la supremacía de la constitución mediante un mecanismo centralizado que
prevenga interpretaciones divergentes y garantice la coherencia del orden jurídico.

5. Control Difuso Frente a Control Concentrado de la Constitucionalidad

El control difuso de la constitucionalidad permite a cualquier tribunal juzgar la


constitucionalidad de las leyes en el contexto de casos específicos, otorgando a la
judicatura en su conjunto la capacidad de interpretar la constitución. Este sistema,
originado en Estados Unidos, promueve la flexibilidad y la adaptabilidad del derecho
constitucional a diversas circunstancias.

Por otro lado, el control concentrado, característico de la propuesta austríaca y adoptado


por muchos países, confía la revisión constitucional a un tribunal o corte especializada. Este
enfoque busca asegurar una interpretación uniforme y autoritativa de la constitución,
fortaleciendo su normatividad y evitando la fragmentación del orden jurídico.

En resumen, el constitucionalismo democrático busca adaptar y fortalecer los principios y


prácticas constitucionales para responder de manera efectiva a los desafíos
contemporáneos, asegurando que el Estado no solo se adhiera al principio de legalidad,
sino que también refleje y promueva la democracia y la participación ciudadana.
TEMA 5

El constitucionalismo del bienestar y la problemática de los derechos sociales.

El constitucionalismo del bienestar representa una evolución en la teoría y práctica del derecho
constitucional, reflejando el compromiso de los estados con la promoción del bienestar económico
y social de sus ciudadanos, además de garantizar los derechos civiles y políticos tradicionales. Este
enfoque ha llevado a la incorporación de los derechos sociales en las constituciones de numerosos
países, marcando una transición hacia lo que se conoce como el Estado Social y Democrático de
Derecho. A continuación, se desarrolla cada uno de estos aspectos.

1. El Constitucionalismo del Bienestar: la Incorporación de los Derechos Sociales

El constitucionalismo del bienestar se caracteriza por la inclusión explícita de los derechos sociales
dentro de las constituciones nacionales, abarcando derechos como el acceso a la educación, la
salud, la vivienda, el empleo y la seguridad social. Estos derechos buscan asegurar un mínimo de
bienestar a todos los ciudadanos, entendiendo que la verdadera libertad requiere de ciertas
garantías básicas que permitan a las personas vivir con dignidad y participar plenamente en la
sociedad. Este enfoque refleja una comprensión de la justicia constitucional que va más allá de la
mera protección de las libertades individuales, abogando por una intervención positiva del Estado
para corregir desigualdades y promover la igualdad de oportunidades.

2. Del Estado Democrático al Estado Social y Democrático de Derecho

La evolución del Estado Democrático al Estado Social y Democrático de Derecho implica una
expansión de las funciones tradicionales del Estado, incluyendo no solo la garantía de los derechos
civiles y políticos, sino también la promoción activa de los derechos económicos, sociales y
culturales. Este modelo de Estado se compromete con la idea de que todos los ciudadanos deben
tener aseguradas ciertas condiciones básicas de vida, y que el Estado tiene un rol fundamental en la
provisión de estas condiciones. Esto requiere políticas públicas y legislación que se orienten hacia la
redistribución de recursos, la protección social y la promoción de la equidad.

3. Nominalismo Constitucional y Debate sobre los Derechos Sociales

El nominalismo constitucional se refiere a la crítica de que la inclusión de los derechos sociales en


las constituciones puede ser, en algunos casos, meramente simbólica, sin traducirse en mejoras
concretas en las condiciones de vida de los ciudadanos. Este debate se centra en la efectividad de
los derechos sociales y su justiciabilidad, es decir, la capacidad de los ciudadanos de reclamar estos
derechos ante los tribunales. Mientras algunos argumentan que los derechos sociales son
inherentemente menos justiciables que los derechos civiles y políticos, debido a las limitaciones de
recursos y a la necesidad de políticas públicas para su implementación, otros abogan por
mecanismos legales y judiciales que aseguren su cumplimiento efectivo.

4. El Estado Constitucional (en Sentido Material) como Objetivo


El objetivo de alcanzar un Estado constitucional en sentido material implica ir más allá del
reconocimiento formal de los derechos y principios en el texto constitucional, buscando su
implementación efectiva y su integración en la vida social y política del país. Esto significa que la
constitución debe funcionar como un marco vivo que guíe la actuación del Estado y la organización
de la sociedad, asegurando que los derechos y principios constitucionales se reflejen en políticas
públicas concretas y en prácticas institucionales.
5. Constitucionalismo y Neoconstitucionalismo

El neoconstitucionalismo surge como una respuesta a los desafíos planteados por el


constitucionalismo del bienestar, enfatizando la importancia de los derechos fundamentales, la
interpretación constitucional orientada a valores y principios, y el papel activo de los tribunales
constitucionales en la promoción de la justicia social. A diferencia del constitucionalismo
tradicional, que se centraba en la limitación del poder estatal y la protección de las libertades
individuales, el neoconstitucionalismo pone énfasis en la constitución como instrumento de
transformación social, buscando una aplicación y una interpretación de los textos constitucionales
que promuevan la equidad, la inclusión y el bienestar social.

En resumen, el constitucionalismo del bienestar y el neoconstitucionalismo reflejan un compromiso


profundo con la justicia social y la igualdad, entendiendo que la protección de los derechos civiles y
políticos debe ir de la mano con la promoción activa de los derechos sociales y económicos, para
construir sociedades más justas, equitativas e inclusivas.
TEMA 6

Debates actuales sobre la normatividad constitucional.

El estudio del constitucionalismo y sus diversas corrientes ofrece un amplio espectro de enfoques
sobre cómo las sociedades entienden y aplican los principios fundamentales que rigen su
organización política y legal. A continuación, se desarrolla cada uno de los temas solicitados,
proporcionando una visión general de las diferentes perspectivas y su significado en el contexto
contemporáneo del derecho constitucional.

1. Positivismo Ideológico y Positivismo Metodológico

Positivismo Ideológico: Se refiere a una corriente de pensamiento que sostiene que el derecho se
basa exclusivamente en las normas establecidas por las autoridades competentes, sin considerar
criterios morales o de justicia externos. Este enfoque enfatiza la separación entre el derecho y la
moral, argumentando que la validez de una ley no depende de su contenido ético, sino de su
creación conforme a los procedimientos establecidos por el sistema legal.

Positivismo Metodológico: A diferencia del enfoque ideológico, el positivismo metodológico se


concentra en el análisis y la descripción del derecho como un sistema de normas que pueden ser
estudiadas de manera objetiva. Este enfoque se interesa por las estructuras, funciones y procesos
del derecho, sin entrar en juicios de valor sobre su contenido moral o su justicia.

2. El Estado Constitucional

El concepto de Estado constitucional se refiere a una forma de gobierno en la cual la autoridad


estatal está limitada por una constitución, que establece los derechos fundamentales de los
ciudadanos y los procedimientos para su gobierno. Este modelo busca proteger a los individuos de
la arbitrariedad del poder, asegurando que todas las acciones del Estado se realicen dentro del
marco de la ley y respetando los principios democráticos.

3. Neoconstitucionalismo

El neoconstitucionalismo es una corriente teórica que surge en las últimas décadas como una
respuesta a las limitaciones del positivismo jurídico, incorporando la moral y la ética en la
interpretación del derecho constitucional. Este enfoque enfatiza la importancia de los principios y
valores constitucionales, más allá de las normas escritas, y promueve un papel más activo de los
tribunales constitucionales en la defensa de los derechos fundamentales y la promoción de la
justicia social.

4. Constitucionalismo Popular

El constitucionalismo popular pone énfasis en la participación directa del pueblo en la creación y


reforma de la constitución, argumentando que la legitimidad de la constitución deriva de su
aceptación y apoyo por la mayoría de la sociedad. Este enfoque busca democratizar el proceso
constitucional, facilitando una mayor inclusión y representatividad en la toma de decisiones
constitucionales.

5. Nuevo Constitucionalismo

El nuevo constitucionalismo es una tendencia que busca adaptar los principios constitucionales a
los desafíos del siglo XXI, incluyendo cuestiones como la globalización, la protección del medio
ambiente, y los derechos de los pueblos indígenas. Este enfoque intenta expandir los límites
tradicionales del constitucionalismo para abordar problemas globales y promover un desarrollo
sostenible y equitativo.

6. Constitucionalismo Ecológico

El constitucionalismo ecológico es una corriente que integra la preocupación por el medio


ambiente y la sostenibilidad dentro de los principios constitucionales. Propone la idea de que los
derechos ambientales deben ser reconocidos como derechos fundamentales, obligando al Estado a
proteger el medio ambiente para las generaciones presentes y futuras. Este enfoque subraya la
interdependencia entre los derechos humanos y la salud ecológica del planeta.

Cada una de estas corrientes refleja un aspecto diferente de la evolución y adaptación del
constitucionalismo a los cambios sociales, políticos y ambientales del mundo contemporáneo.
Juntas, ofrecen un rico marco teórico para entender y abordar los desafíos que enfrentan las
sociedades modernas en su búsqueda de justicia, igualdad y sustentabilidad.

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