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causa pre-existente y causa sobreviviente

Bajo el término de "Valoración del Daño Corporal", se incluye una serie


de actuaciones médicas dirigidas a conocer exactamente las
consecuencias que un suceso traumático determinado, ha tenido sobre
la integridad psicofísica y la salud de una persona, con la finalidad de
obtener una evaluación final que permita al juzgador establecer las
consecuencias exactas del mismo: penales, laborales, económicas,
familiares y morales.

La reparación del daño personal significa el resarcimiento íntegro, esto


es, de todos los daños y perjuicios sufridos.

La vida y la integridad física son bienes ordinarios del hombre que no


pueden ser impunemente lesionados, de lo contrario, el afectado
tendrá derecho a una reparación.

Para que un perjuicio pueda ser considerado siniestro, se requiere una


cuidadosa evaluación médica, en la que, a través de la valoración de la
causa, de las concausas y de la evolución clínica de la lesión, se
determine la incapacidad temporal producida, el período de
consolidación y el menoscabo permanente originado para que la
administración determine la existencia de responsabilidad, la
necesidad de indemnizar y la cuantía de esa indemnización. De ahí la
trascendencia del peritaje médico.

Desde los orígenes del hombre y de la medicina, se ha planteado


siempre la necesidad constante de realizar una adecuada evaluación a
fin de establecer la responsabilidad del culpable y determinar cuál era
el castigo que debía afrontar o el pago que debía estar obligado a
satisfacer.

La historia de la valoración del daño corporal comienza en el año 2050


antes de Cristo, con la Ley de Ur Nammu o Tablas de Nippur
(Sumerias), considerado como el baremo más antiguo del mundo de
incapacidades; siendo la reparación proporcional al valor perdido. Si
bien el primer tratado completo corresponde al Código de Hammurabi,
artículos 196 a 2001, basado en la Ley del Talión: donde se trata la
reparación del daño físico, haciendo distinción entre el hombre libre,
donde se aplica la Ley del Talión; el Villano, donde la indemnización se
realiza por cantidad fija a tanto alzado y el esclavo, donde se
compensa en función del valor del esclavo.

Diagnóstico de homicidio

Establecer el origen y la causa de la muerte después de practicar la


autopsia es una de las grandes responsabilidades del patólogo forense.
Cuando dichos extremos no están claros o son discutibles, puede
convertirse en una de las tareas más arduas del quehacer profesional.
Una autopsia técnicamente perfecta es condición necesaria, pero no
suficiente, para determinar correctamente la causa y el origen de la
muerte1.

La determinación del origen y la causa de la muerte por parte del


médico forense tiene repercusiones jurídicas, sociales, económicas,
sanitarias, etc. Por ello, facilitar una causa de muerte incorrecta puede
generar notables perjuicios que van desde inducir a errores judiciales
(una de las peores faltas que se pueden cometer en el ejercicio
médico-forense), a que el propio patólogo se vea inmerso en
situaciones indefendibles. Se debe tener presente que aunque los
informes de autopsia se emiten para el Juzgado, en diligencias
inaccesibles para todo el que no esté legitimado en la causa, en la
práctica resultan públicos porque se entregan copias a abogados,
familiares, compañías de seguros, etc.

No se deben utilizar las denominadas causas de muerte inaceptables,


inespecíficas y carentes de significado, o sea que nada dicen sobre la
causa de la misma, como parada cardiaca, parada cardiorrespiratoria o
muerte cerebral, etc.2. Estos eventos no son causas, ni siquiera
mecanismos de muerte y, por supuesto, nada dicen de lo uno ni de lo
otro.

Es muy poco lo que se ha escrito sobre los criterios necesarios para


cumplir adecuadamente esta decisión3. Como no existe formación
específica en esta actividad, muchos hemos aprendido de comentarios
verbales de los que tuvimos por mentores, no siempre acertados, y de
nuestros propios errores. Éstos nos llevaron a revisar la opinión,
dispersa en muchas publicaciones, de los más prestigiosos
especialistas que han tratado el tema.

Hay preocupación entre muchos profesionales e instituciones sobre


cómo establecer mejor la causa de la muerte para que haya cierta
uniformidad y disminuyan las decisiones arbitrarias o poco
fundamentadas. Sería preciso elaborar protocolos y criterios definidos
sobre el diagnóstico de las causas de la muerte y su origen; realizar
cursos y seminarios, así como editoriales y más publicaciones sobre la
materia.

Diagnosticar adecuadamente la causa de la muerte después de la


autopsia requiere suficiente bagaje de conocimientos científicos, buena
formación en la especialidad, prudencia profesional, un mínimo
entrenamiento en esta actividad y, como médico forense o perito
designado por un juez, tener presente que se actúa bajo juramento o
promesa de cumplir la función con la máxima objetividad e
imparcialidad.

A pesar de ello, en muchos casos la complejidad de la decisión es de


tal magnitud que se puede anticipar que no habría unanimidad entre
los profesionales más cualificados a la hora de establecer la causa, el
origen y más aun la llamada "manera" o etiología médico-legal de la
muerte.

En todo caso, el médico forense debe poner, como médico legista,


todo su interés en hacer este trabajo especialmente bien, cuidando la
redacción, ateniéndose a la nosología y simplificando los casos
complicados. Los diagnósticos y las clasificaciones lógicas y bien
fundamentadas facilitan un resultado judicial adecuado y aumentan la
credibilidad del patólogo forense.

suicidio y accidente
El suicidio en la actualidad es uno de los principales retos
de la sanidad a nivel mundial, al constituir un grave
problema de salud pública. Y es que según estudios
estadísticos de la Organización Mundial de la Salud
(OMS), la cifra de suicidios anual a nivel mundial oscila
entre 800.000 y 1.000.000 de casas; lo que viene siendo
un caso de suicidio cada 40 segundos.
Cuando se ha producido un suicidio encubierto, resulta
difícil detectar si un fallecimiento ha sido causado por un
accidente realmente o si se trata de un suicidio. En el
caso del suicidio encubierto, la persona ha elegido un
modo de suicidarse de manera que haga sospechar que
se trate de un accidente.

Lesiones vitales y post muerte

Las lesiones constituyen uno de los capítulos más importantes dentro de la Medicina
Legal, y es importante conocer dos aspectos de ellas. El aspecto médico y el aspecto
jurídico. Desde el punto de vista médico se establece la naturaleza, localización,
vitalidad, gravedad, mecanismo de producción, evolución, complicaciones, secuelas, etc.,
mientras que desde el punto de vista jurídico se valoran las circunstancias que afectan al
agresor y la tipología legal de las distintas lesiones.

Lesiones vitales Ya hemos comentado anteriormente lo que se entiende por lesión desde
el punto de vista jurídico: "todo menoscabo de la integridad corporal o de la salud física o
mental originada por cualquier medio o procedimiento", pero en este caso, de esa
definición, solo nos interesa la parte física, es decir las alteraciones anatomo-patológicas
causadas por agentes externos, y más concretamente sus manifestaciones cuando el sujeto
está vivo, o cuando el sujeto ha fallecido.

Desde la antigüedad se señala como características de las lesiones la presencia de dolor,


calor, rubor y tumor, como componentes de la reacción vital y continúan siendo signos
inequívocos de que el sujeto cuando recibió esa lesión se encontraba vivo.

Lesiones post-mortales
En contraposición a las lesiones vitales serían aquellas en que ante la agresión de un
agente no se produce ninguna reacción, es decir no se produce alteración alguna de los
tejidos que han sido sometidos a la agresión.

Identificación de las armas


Se realiza por su marca o patente de fábrica, calibre, marcas de
prueba, etcétera.Cada fábrica tiene su matriz exclusiva de rayado
helicoidal para el movimiento giratorio de modo que, mediante
el, se podría saber la marca del arma. La individualización bala-
arma usada, la dará el relieve correspondiente a los llamados
vicios de construcción que se encuentran en la pared interna del
caño.Para ello se comparan proyectiles disparados, cuidando que
no se deformen, con los supuestamente disparados por esa arma.

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