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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE ALTO

AMAZONAS

FACULTAD DE CONTABILIDAD Y NEGOCIOS


INTERNACIONALES Y TURISMO

PROGRAMA DE NEGOCIOS INTERNACIONALES Y TURISMO

TRABAJO ENCARGADO:

“Aspectos Éticos en las relaciones y participación comunitaria”

CURSO

DEONTOLOGIA PROFESIONAL

INTEGRANTES

Anney Salas Guerra

Eldi Panduro Gatica

DOCENTE

Mg. CPCC. Julio Iván Torres Manrique

2023
INTRODUCCIÓN

La sabiduría popular se expresa a través de grandes máximas, como, “pobre,


pero honrado”, lo que muestra que a la persona le importa de este dicho popular
que la formación de virtudes desde el seno familiar, escuela, iglesia o de su
entorno comunal, son fundamentales para el bien vivir.

Todo ello se traduce en una serie de criterios éticos que han de velar por los
derechos de las personas y nos han de posibilitar mejorar las relaciones
interpersonales. Estos criterios están basados en los Derechos Humanos y
deben afectar a todas las personas, independientemente de la civilidad que
sostiene la vida democrática, esto se debe aprenderse en los grupos primarios
de la sociedad. Si la familia, la escuela o el vecindario no dan un valor a la
participación en las tareas comunes, difícilmente habrá un comportamiento de
respeto a la comunidad a diferencias ideológicas, religiosas, raciales, culturales,
de sexo, género, orientación sexual, identidad o cualquier otra.

Esto nos conduce a reflexionar sobre nuestra realidad, en donde prevalecen los
antivalores como el enriquecimiento cueste lo que cueste. Existe un afán
desmesurado de tener dinero, o bien alcanzar los bienes materiales a costa del
irrespeto de los otros. Los afanes materialistas ahogan a la humanidad en
banalidades que al final del camino, no sólo destruye a otras personas, sino al
mismo sujeto que sujeta su proyecto de vida sobre la base de la
sobreabundancia. Se pierde centralmente lo que significa el bien común.

La ética comunitaria es el sentido de la convivencia, del afecto, del aprecio y


sobre todo, del respeto a la dignidad humana. Podríamos pensar que es una
especie de utopía la cual se convierte en un camino por el cual debemos
avanzar. Un ideal de vida que guíe la conducta social de la ciudadanía, aún en
aquellos aspectos, que aparentemente son insignificantes, pero necesarios para
que la amargura y el resentimiento no se adueñe de nuestras conciencias. Los
valores que nuestros abuelos le daban a un ser educado, no era porque poseía
muchos conocimientos, sino porque sabía comportarse con dignidad en la
sociedad. Por ello esencialmente la ética comunitaria se convierte hoy más que
nunca, en una necesaria responsabilidad ciudadana, para ser, realmente
ciudadanos.
VALORES ÉTICOS

¿Qué es lo primero que piensa cuando escucha el concepto de valor?

Del Salto (2015) menciona que el término valor se relaciona estrechamente con
la existencia de la persona como tal, ya que los valores son los que determinan
la conducta de las personas, dan forma a sus ideas y, además, condicionan los
sentimientos. Esto quiere decir que los valores son fundamentales para
mantener el orden, equilibrio y armonía en la sociedad. De tal forma, los valores
éticos son imprescindibles para asegurar la convivencia y el respeto mutuo, y sin
ellos no se podría desarrollar relaciones sociales con las demás personas.

En la sociedad actual los valores son un componente vital e imprescindible. De


acuerdo con Rodiño y Brenes (2003), no es posible llevar una vida sin la
presencia de valores, y con especial importancia sin valores éticos, ya que,
según los autores, nadie puede sentirse más allá del bien y el mal, sino que todas
las personas son inevitablemente morales. Por lo tanto, si las personas no fuesen
seres morales, las relaciones sociales no se podrían establecer. En
concordancia con lo anterior, Sandoval (2007) menciona que la cohesión social
se logra gracias a la existencia y funcionamiento de los valores y, además, que
estos son los que generan la claridad de las conductas y son los generadores de
un comportamiento compartido en el funcionamiento de la vida diaria.

Y hablando en términos generales los valores éticos rigen la conducta de una


persona, sobre todo en cómo se relaciona con las demás. De forma individual es
posible tener ciertos valores éticos, pero sí hay algunos que destacan por encima
de otros por la importancia que tienen en todos los niveles.

Si nos preguntamos qué son los valores éticos, debemos considerarlos como
aquellos que estructuran el comportamiento de los seres humanos. Son, por
tanto, las bases sobre las que se sustenta cómo nos comportamos con el resto
de personas desde un punto de vista positivo y siempre intentando no afectar de
manera negativa.

De esta forma, la lista de valores éticos se concibe como guías de


comportamiento, que son aceptadas por lo general por la sociedad en la que se
vive, con el fin de diferenciar qué es correcto y qué no lo es.
LOS VALORES ÉTICOS EN LA FAMILIA Y LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA

El significado de valores éticos es bastante universal, sin embargo, cómo se


adquieren y cómo se afrontan forma parte de la personalidad individual y es algo
muy condicionado sobre todo por el entorno familiar y la educación.

La familia tiene la responsabilidad de promover entre los más pequeños de la


casa la educación y el buen comportamiento, sobre todo en relación a los demás.

Por tanto, se concibe como el entorno más importante para que la infancia
aprenda los valores éticos y los aproveche en su socialización de cara a los
demás.

Casi de forma paralela, las instituciones educativas también tienen una


relevancia clave en transmitir el significado de valores éticos entre estudiantes
de todas las edades y promover que su conducta se base en ellos, con el fin de
mantener una armonía social.

Se trata de un concepto clave que expone la responsabilidad de los centros


docentes no solamente de impartir conocimientos académicos, sino también de
instruir al alumnado en valores éticos que les permitan convertirse en mejores
personas.

De forma conjunta, familia e institución educativa pueden transmitir así unos


valores éticos a los más pequeños de la sociedad, siempre teniendo en cuenta
que, si bien la personalidad propia les hará priorizar unos u otros, hay ciertos
valores fundamentales que siempre deberían respetarse.

EJEMPLOS DE VALORES ÉTICOS EN LAS RELACIONES

De valores éticos tenemos infinidad de ejemplos y listarlos sería un reto


considerable. Sin embargo, es innegable que hay ciertos valores éticos
fundamentales que tienen una mayor importancia. Se trata de respeto, justicia,
responsabilidad, honestidad y libertad. A continuación, te detallamos en qué
consiste cada uno de ellos y por qué tienen tanta relevancia en nuestras
sociedades.

• El respeto construye nuestras relaciones


Empezamos hablando del respeto porque es, muy probablemente, uno de los
primeros valores éticos que adquirimos en la infancia. El respeto es, ni más ni
menos, que la base a través de la que se relacionan las personas y la vía para
compartir intereses y necesidades en cualquier contexto: trabajo, familia,
amistades, estudios.

Es el valor bidireccional por excelencia, pues solo se entiende en ambas


direcciones: respeto a los padres, madres u a otras figuras de autoridad, a la
naturaleza, a la ley. También ayuda a entender otros valores éticos como la
tolerancia o valores humanos como la empatía.

• La justicia como marco de nuestras relaciones

A diferencia del respeto, la justicia se encarga de ser equitativa con las personas
de un modo imparcial y aplicando reglamentos aceptados por el grueso de la
sociedad y enfocados hacia el bien común. En este caso, justicia como término,
no es más que la concepción que cada época tiene sobre sus normas jurídicas,
y aspira a mantener la armonía entre personas y entre personas e instituciones.
Aunque la concepción de lo justo puede variar entre sociedades, en todas ellas
existe un marco jurídico y la mayoría de los seres humanos tienen una
concepción mental de su significado y una aspiración hacia este tipo de acciones.

• Honestidad: sinceridad individual y colectiva

Nuestras sociedades no podrían funcionar sin justicia ni respeto, pero tampoco


sin el establecimiento de compromisos y la asunción de responsabilidades. Las
personas asumimos, conscientemente, una serie de obligaciones y
respondemos ante las consecuencias derivadas en todos los ámbitos de la vida:
trabajo, familia, amigos. Incluso desde adoptar a un perro como nuevo miembro
de la familia y cuidarlo toda su vida (comida, atenciones, paseos, gastos
veterinarios), hasta aceptar un trabajo y realizar esta labor con tenacidad y
estabilidad durante toda la duración del contrato.

• Libertad, el valor ético por antonomasia

Por último, si existe un valor ético del que hemos oído hablar más que del resto,
este es, sin lugar a dudas, la libertad.
La libertad es esa capacidad que posee todo ser humano para poder actuar a lo
largo de su vida conforme a su propia voluntad mediante una elección libre, sin
condicionantes personales o externos. Sin embargo, la libertad también es una
lucha constante, siempre relativa, porque las influencias que nos rodean nos
limitan esta capacidad y hacen imposible que podamos hablar en términos
absolutos. Quizá por esto último la libertad es, entre los valores éticos, por el que
más se ha luchado, pues sin ella, es difícil que puedan desarrollarse la
honestidad, la responsabilidad, la justicia o el respeto en nuestras sociedades.

ASPECTOS ÉTICOS EN LA PARTICIPACIÓN COMUNITARIA

La participación se ha constituido en un elemento fundamental para alcanzar el


desarrollo comunitario. Sin embargo, para que las personas participen no sólo
deben interesarse, sino involucrarse en la solución de los problemas
comunitarios. En este contexto, la participación comunitaria actualmente es
estudiada como una acción humana de interacción e involucramiento de las
comunidades con la finalidad de alcanzar la construcción o consecución de un
cambio o bien común.

Con respecto a lo mencionado anteriormente, se puede agregar que para que


exista realmente participación, las personas deben involucrarse en forma activa,
voluntaria, responsable, consciente y organizada en la solución de sus
problemas comunitarios, siendo necesario para ello cambios de actitudes, de
mentalidad y de comportamientos, los cuales deben estar orientados por unos
valores y una ética que permitan que la participación y la organización
comunitaria se lleven a cabo en forma efectiva.

Por su parte, Casilla e Inciarte (2004), destacan entre los valores involucrados
en el acto participativo comunitario, los siguientes: solidaridad, equidad,
cooperación, dignidad, conservación, previsión, honestidad, compromiso,
perseverancia, superación, armonía, equilibrio, responsabilidad, libertad,
transparencia, desafío, confianza, asociatividad, disciplina, fortaleza, belleza,
bien, verdad, iniciativa; entre otros. Entonces se puede deducir que los valores,
como principios normativos, creencias prescriptivas y convicciones duraderas
para determinadas conductas o modo ideal de vida personal o social, deben
prevalecer en la participación y organización comunitaria, destacando entre
ellos, valores éticos, como la honestidad, el respeto, la solidaridad, cooperación,
disciplina, responsabilidad, equidad, igualdad y el compromiso; los cuales deben
ser compartidos y puestos en práctica para que le permitan a las personas
participar eficientemente y en un clima de armonía, lo que contribuirá al logro
común de objetivos y metas propuestas.

Asimismo, la honradez se constituya en el eje transversal que cruce nuestro


tramado social. Para ello debemos reconstruir el valor de la armonía para
alcanzar cierto equilibrio de fuerzas en la sociedad. De lo contrario, vamos a
navegar entre el autoritarismo y la anarquía en la que cada individuo es él mismo,
sin importar los deberes de responsabilidad y ética comunitaria.

La honradez pasa por el auto reconocimiento de vivir en sociedad y, como tal,


nos debemos a los otros pero sobre todo, a nuestros hijos, a quienes
necesariamente debemos inculcarles esta virtud tan olvidada en el seno de la
sociedad. Contrariamente, ellos reclamarán a los padres el desprestigio moral
de que son objetos por una mala praxis heredada o bien, sentirán orgullo porque
sus familias los formaron con valores de respeto y ética comunitaria.

CONSIDERACIONES FINALES

Los valores y los aspectos éticos compartidos e internalizados constituyen los


principios orientadores del comportamiento de las personas para la participación
y organización comunitaria. En las organizaciones comunitarias debe prevalecer
una estructura organizacional con estrategias, objetivos, normas y valores éticos,
que potencien la autonomía, la pertenencia, la integración, la igualdad y la
solidaridad entre sus miembros, convirtiéndose de esta manera en los elementos
de crecimiento de la organización y en los entes rectores de la participación y
organización comunitaria que permitan alcanzar el desarrollo local sostenible.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Del Salto, M. (2015). Educación en valores: propuesta de una estrategia. MEDISAN,
19(11), 1421–1429. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1029-
30192015001100016
Díaz, N. (2007). Valores y Sociedad. Una Aproximación a nuestra realidad. Nexo
Ediciones. http://www.ts.ucr.ac.cr/binarios/libros/libros-000089.pdf
Park, R. E. (2013). Sociología, comunidad y sociedad. Empiria. Revista de metodología
de ciencias sociales, (25), 195–211. https://doi.org/10.5944/empiria.25.2013.3802
Pérez, G. C. (2019). Aportes desde la psicología educativa para el desarrollo de los
valores y ética profesional. Revista de Investigación Psicológica, 21, 11–37.
http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2223-
30322019000100003
Rodiño, A. y Brenes, R. (2003). Educación en Valores Éticos Guía Metodológica para
Docentes (159.a ed.). Equipo EDUCA.
https://www.iidh.ed.cr/IIDH/media/1915/coleccion-educacion-en-valores-eticos-
2003.pdf
Sandoval, M. (2007). Sociología de los valores y juventud. Última Década, 15(27), 95–
118. https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
22362007000200006

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