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Justicia

distributiva
La justicia distributiva se fundamenta en una aspiración general, la justicia social. Uno de
los máximos exponentes teóricos sobe el concepto de justicia distributiva es el filósofo
estadounidense John Rawls, quien ha elaborado una teoría de la justicia.

Según Rawls la justicia es la virtud fundamental de una sociedad esto quiere decir que sin
un anhelo de justicia las instituciones sociales se debilitan. El deseo de justicia obedece al
rechazo de las actitudes individualistas y egoístas, ya que en una sociedad con estas
conductas generalizadas se produciría un profundo desajuste global y, por lo tanto, se
impondría la injusticia. Rawls sostiene que la no cooperación social produce una cantidad
de recursos limitados, pero un sistema de cooperación hace que se incrementen
notablemente los recursos.

 Sus propuestas son las siguientes:

- Debe haber un contrato social que actúe como una herramienta para hacer que una
sociedad sea más justa.
- El contrato o pacto social debe estar basado en el consenso de los ciudadanos.

- El contrato o pacto social tiene que regirse por el concepto de imparcialidad y de


acuerdo libre.

La justicia distributiva es, para Aristóteles, lo justo o correcto respecto a la asignación de


bienes en una sociedad.
Justicia
Retributiva
es una teoría de la justicia -y más en concreto una teoría de la pena- que sostiene que el
castigo proporcional es una respuesta moralmente aceptable a la falta o crimen,
independientemente de que este castigo produzca o no beneficios tangibles.
En ética y derecho, el "principio de proporcionalidad de la pena" afirma que la severidad
de la pena debe ser razonable y proporcional a la gravedad de la infracción. El concepto
está presente en la mayoría de las culturas del mundo. Por ejemplo, en la ley de Moisés,
específicamente dentro del Deuteronomio 19:17-21, que incluye los castigos de "vida por
vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie" (en suma, "medida por
medida", "middah ke-neged middah"). Sin embargo, el principio de proporcionalidad de la
pena no necesariamente exige que el castigo sea equivalente a la falta, como en la
anterior Ley del Talión.

Los filósofos del derecho penal han contrastado el retribucionismo con el utilitarismo. Para


los utilitaristas, la pena tiene una finalidad teleológica, justificada por su capacidad para
alcanzar beneficios futuros, por ejemplo la reducción de los índices de criminalidad,
o prevencionismo. Para los retribucionistas, en cambio, la pena tiene un carácter
retrospectivo, acorde con la conducta criminal del pasado en la retribución, y
estrictamente destinado a sancionar de acuerdo con la gravedad de dicha conducta. La
gravedad de la conducta criminal puede distinguir, según los retribucionistas, por el nivel
de daño causado, la cantidad de ventaja injustamente adquirida o por el «desequilibrio
moral» provocado bajo el sustento de que se ha cometido un crimen".

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