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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE SANTIAGO, UTESA

Recinto Santo Domingo de Guzmán

Tema:
El Aburrimiento
Materia:
Entrevista Psicológica
Sustentante:
Yamilet Altagracia González Ramírez
Matricula:
1-21-3895
Sección:
SIC-241-001
Profesor:
Clara Bereni Estrella Cortinas

Santo Domingo,

D. N. República

Dominicana

Lunes 19 de junio de 2023


• El Aburrimiento

El aburrimiento es un estado emocional del sujeto,


influido por múltiples factores que se deben describir
e interpretar, la presente investigación pretende ser
una aportación en este tema. Es considerado un
estado emocional desagradable, en el que el sujeto
siente cansancio, fastidio o tedio. Este es un sentimiento negativo ante algo repetitivo o
sin interés; va acompañado de sensación de alargamiento del tiempo.

En psicología una emoción se define como un “ proceso psicológico, subjetivo y


complejo que puede ser inducido por estímulos ambientales y por medio de variables
fisiológicas”, , es decir que es un proceso mental, que puede ser agradable como el
amor o desagradable como el miedo, enojo, celos y ansiedad, y estas emociones
pueden ser causados por factores tanto internos como externos , así a una persona le
puede aburrir su familia, su pareja, el lugar donde vive, sus amigos, la actividad que
realiza como su trabajo o la escuela, al hacer siempre lo mismo, la rutina, lo cotidiano
los lleva a una sensación de fastidio si lo que el sujeto hace no le gusta.

El aburrimiento no queda en un estado de tedio o desagrado, algunos estudios muestran


que tiene conexiones con problemas como el fracaso escolar, el consumo de droga y la
delincuencia juvenil, estos son problemas con los que convivimos cotidianamente en
las escuelas y que tienen repercusiones en la vida de los estudiantes y en su
aprendizaje.

El aburrimiento se manifiesta por rechazo pasivo, como inercia, inhibición, sueño,


ausencia, cansancio, fastidio, tedio o rechazo activo, agresividad, escándalo, rebelión,
estos son signos de aburrimiento en el aula que los docentes fácilmente podemos
descubrir mediante la observación de nuestros estudiantes o incluso directamente por
comunicación verbal entre los propios jóvenes, este estado emocional puede llevarlos a
ser excluidos de la escuela y consecuentemente al fracaso escolar, lo que obviamente
repercutirá en su proyecto de vida. La relación que existe entre el aburrimiento y el
fracaso escolar es confirmada, en los resultados del estudio Fracaso escolar y transición
al mundo laboral, de la Fundación para la Modernización de España. “… La falta de
interés y aburrimiento son las principales causas de fracaso escolar”.
El estado de ánimo de un sujeto es resultado de la interacción conjunta de múltiples
factores así el aburrimiento es generado por la cultura, las relaciones familiares, el tipo
de sociedad, la situación económica, el sistema educativo y sobre todo lo que ocurre
dentro de la escuela, como lo afirma Moncada A. “…Por muy aburrida que sea la vida
familiar y social de los niños españoles, y lo es generalmente en relación inversa a su
situación económica, el coeficiente de malignidad que el sistema educativo añade a ese
aburrimiento es notable.

La causa del aburrimiento para algunos científicos tiene sus raíces en la pérdida de
sentido de la escuela en la sociedad, como lo dice el historiador de la educación Suiza,
Charles Magnin “La escuela ya no es necesariamente legitima hoy se considera que el
saber debe ser algo funcional e inmediatamente utilizable”.

El aburrimiento suele considerarse un sentimiento común, pasajero y sin relevancia, que puede
aliviarse con un simple cambio en las circunstancias de la persona. A pesar de ello, en la
sociedad actual en la que, de alguna manera, se nos exige estar constantemente ocupados, el
hecho de estar aburrido se ha convertido prácticamente en sinónimo de tener poca iniciativa, ser
descuidado o desorganizado con el tiempo personal. Sin embargo, el aburrimiento es un estado
emocional común, que afecta ocasionalmente a todo el mundo y que, como tal, cumple una
función en nuestra manera de actuar y percibir las experiencias.

El aburrimiento tiende a aparecer ante situaciones percibidas como monótonas, con menor nivel
de estimulación, y se asocia habitualmente a un estado emocional negativo. Se caracteriza por
una sensación de quietud, ralentización de la percepción del tiempo, ausencia de
interés y decoloración emocional.
A pesar de la negatividad que se le atribuye, la función del aburrimiento se ha relacionado con
una necesidad de buscar metas y experiencias alternativas ante la monotonía de la situación
actual. Según esta concepción, el aburrimiento ayuda a la persona a encontrar la iniciativa para
organizar respuestas dirigidas a buscar metas, experiencias alternativas o actividades a las que se
pueda atribuir un mayor significado

• Causas

Según las teorías de la activación, el aburrimiento se ha definido como un estado de activación


no-óptima que aparece cuando existe una discordancia entre la activación que la persona
requiere y la disponibilidad de actividades en el entorno.
Desde un punto de vista más cognitivo, se señala su causa en una percepción del ambiente como
monótono o menos interesante añadiendo además factores relacionados con la persona,
relacionados con dificultades de concentración o la necesidad de realizar un esfuerzo extra para
enfocar la atención.

Tomando en consideración los aspectos atencionales (Eastwood et al., 2012), el aburrimiento


ocurre cuando la persona no es capaz de enfocar la atención para participar en una situación
determinada. La persona es consciente de su dificultad para concentrarse, ya sea por el esfuerzo
mental empleado en prestar atención a la tarea o por la pérdida de concentración, tendiendo a
distraerse con otros estímulos. Generalmente, la persona tiende a atribuir la causa de su malestar
a aspectos externos (e.g. “esto es muy aburrido”).

• Efectos que provoca el aburrimiento

En relación con las obligaciones cotidianas, laborales o académicas, se han destacado posibles
consecuencias negativas sobre el desempeño de los más jóvenes, (Vodanovich, 2003; Maroldo,
1986) y una mayor probabilidad de comportamientos disruptivos, irritabilidad o
agresividad (Vodanovich, 2003; Watt y Vodanovich, 1992), búsqueda de actividades
alternativas, que especialmente en el caso de los adolescentes, pueden derivar en conductas de
riesgo.

De esta manera, existen numerosas investigaciones que señalan que el aburrimiento y la


propensión a experimentarlo se asocian con un amplio rango de dificultades a nivel psicológico,
social e incluso físico. El aburrimiento se ha relacionado con síntomas de tipo depresivo y
ansioso (Goldberg et al., 2011; LePera, 2011), alexitimia (Eastwood et al., 2007), quejas
somáticas (Sommers y Vodanovih, 2000), dificultad en el control de los impulsos, especialmente
en relación con la comida y la ingesta (Stickney y Miltenberger, 1999), abuso de sustancias (Lee
et al., 2007; LePera 2011) y juego patológico (Mercer y Eeastwood, 2010).

Sin embargo, existen investigaciones que señalan la existencia de consecuencias positivas del
aburrimiento. Por ejemplo, cuando estamos menos implicado en una tarea o actividad se nos
presenta una oportunidad para enfocarnos en aspectos internos, estimulando nuestra creatividad
y motivación al logro. Desde esta perspectiva, la dificultad para enfocar la atención en la “tarea
aburrida” podría ofrecer una ocasión para desviar nuestra atención hacia otras áreas que puedan
proporcionarnos mayor estimulación, en ocasiones, derivando en un beneficio personal.
• Fases del aburrimiento

Al igual que al afrontar un pérdida o el saber que uno está próximo a morir, el aburrimiento trae consigo 5
etapas en la psicología humana, y después de mis múltiples investigaciones y experiencia en el medio, me
dispongo a enumerarlas y describirlas.

Todos hemos pasado un viernes solitario en casa: el dinero no abunda, los amigos están en otras ciudades,
el Facebook causa hastía, y la televisión no ofrece una buena opción para el esparcimiento. Llega
entonces un sentimiento de corte premonitorio que nos hace sentir que esa noche será una noche
funestamente aburrida.

Negociación: Ante el sentimiento aquel, que nos indica que está próximo el aburrimiento,
tratamos de encontrar una opción, una actividad, una salida, algo que frene tal mortal sentir.
Llamamos a toda nuestra lista de contactos en la agenda, charlamos con todos los amigos del
MSN en busca de un plan que nos saque de casa. Incluso nos acordamos de ese «amigo», que,
no es tan amigo, pero que puede rescatarnos de la pavorosa situación.

Ansiedad: Si no encontramos una ruta de escape al aburrimiento, pasamos a la segunda etapa. En


esta etapa, la ansiedad, uno se ve prontamente en la desesperación al no haber hallado una
manera de eludir las garras del hastío; aparece la ansiedad, nos sentimos tensos, susceptibles,
irritables. Algo necesitamos, con urgencia, hacer.

Ocio: Ante el tedio, sentir para esta etapa, ya inminente, buscamos una actividad casera la cual
nos desvíe de la mortal apatía. Los menesteres que realizamos van desde el clásico macramé,
hasta el hallar palabras en una sopa de letras; algunas personas leen un libro, escriben sobre algo;
otros analizan sus situaciones y vida personales; algunosde nosotros, a los que no nos gusta
mucho eso de pensar por nosotros mismos, tomamos el control y nos disponemos a enajenarnos
frente al televisor. Gracias a la tecnología estas actividades caseras presentan algunas novedades
como el mirar videos por Youtube.

Depresion: La actividad casera que realizábamos, ya no da para más. Terminamos el tejido,


terminamos el libro o escrito, dimos solución a nuestros conflictos sentimentales, el programa de
notas rosas y chismerío de cuarta se acabó, y ya no se nos ocurre nada más que «goglear».
Comienza entonces, un sentimiento depresivo en el que ya nada nos consuela, y es que no es
necesariamente tristeza, pero sí desgano por todo.

Aceptación: Son ya la 1:30 am, y la cama parece ser nuestra decisión mas coherente, la única.
Caemos en la última etapa del aburrimiento, la aceptación, esperando y realizando planes para el
día siguiente, nos sentimos ya cansados, y deseamos dormir para poder despertar en un nuevo
día.
• Tratamiento

El tratamiento para superar el aburrimiento crónico o la sensación continua de no tener interés


por nada es causa de consulta psicológica. Además del malestar por síntomas de ansiedad,
estados de ánimo bajo, dificultades de pareja, de trabajo y otros motivos frecuentes de consulta,
es más habitual de lo que en realidad se habla, pero el aburrimiento es una causa vital
de malestar psicológico que se manifiesta con facilidad de enfado, sensación de días largos,
desgana e indiferencia generalizada.

La sensación de aburrimiento con la vida, la pareja, la familia, el trabajo, la rutina, los días
laborales y los días festivos, como si todo tuviera el mismo tono apagado que no consigue llenar
la sensación de vacío.

Salir de la rutina es el principio, incorporar nuevos retos, se puede utilizar el método kaizen e ir
asumiendo pequeños nuevos retos, aprender cosas nuevas, realizar otras actividades e ir saliendo
de la energía baja del aburrimiento para encontrar su contrario, disfrutar del día a día y sentirse
pleno.

El ámbito social suele ser esencial en este tema. Hacer un círculo de amistades y apoyos
variados y de distintos espacios de la vida de la persona aporta conexiones que nos revitalizan
como personas y generan una química cerebral placentera.

El ejercicio físico es un aspecto siempre prioritario para mantener buena salud psicológica, la
actividad corporal y mental están conectadas y si el cuerpo no se mueve el cerebro se ralentiza.
Tener actividad corporal diaria es fundamental.

El diálogo interior es principal; revisar el contenido del diálogo interior es fundamental para el
bienestar psicológico y si en su mayoría es negativo, la opinión sobre la vida es más pesimista.

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