Está en la página 1de 37

Clinurgevet

Revista clínica
de urgencias
veterinarias

12
Quemaduras en mascotas como emergencia
Síndrome de Addison
Revisión y reporte de casos
Reanimación cardiopulmonar en pequeños
animales (parte I)

[1
Títulos de interés que
amplian tu conocimiento en

URGENCIAS
VETERINARIAS
Emergencias y cuidados
críticos en pequeños
animales
Javier Mouly

Formato: 22 x 28 cm
Número de páginas: 688
Número de imágenes: 527 figuras
Encuadernación: Tapa dura

Manual de urgencias en
pequeños animales
Cristina Fragío

Formato: 17 x 24 cm
Número de páginas: 912
Ilustraciones: 252 figuras
Encuadernación: Tapa dura

www.multimedica.es
n 12

Clinurgevet
Revista clínica
de urgencias
veterinarias

Índice

Quemaduras en mascotas como emergencia 2


Luis H. Tello

Síndrome de Addison 9
Revisión y reporte de casos
Santiago Teyssandier; Mario Jensen

Reanimación cardiopulmonar 18
en pequeños animales (parte I)
Gerardo García Alonso, Miguel Ángel Cabezas Salamanca, Hector Martín Herrero.

Comité científico: Javier Mouly, J.A. Montoya-Alonso y Raquel Picazo

© Gráfica IN Multimédica, S.A.U. Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción,
distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización
expresa de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. ISSN 2462-568X. Febrero 2019.
Quemaduras en mascotas
como emergencia

Luis H. Tello MV, MS, DVM, COS

Health and Emergency Center


Hannah the Pet Society
Tigard, OR, USA

I NT R ODUCCI ÓN 1 ml/kg de peso corporal por porcentaje


de área quemada.
En medicina veterinaria de mascotas, las Las pérdidas de agua llevan rápidamen-
tendencias mundiales acerca de los acci- te al desarrollo de hemoconcentración, y
dentes por quemaduras siguen las estadís- si las pérdidas de agua continúan, puede
ticas de los pacientes humanos, es decir, ocurrir shock hipovolémico. El riesgo de
son cada vez menos frecuentes debido a la shock es muy alto si está afectado por la
gran cantidad de campañas educativas que quemadura más del 15% de la superficie
se realizan con miras a disminuir las cifras del cuerpo. Cuando el compromiso es de
de accidentes infantiles. Por esta razón son más del 50% de la superficie corporal, la
también relativamente poco frecuentes en mortalidad es cercana al 98% (figura 3).
la práctica clínica de animales pequeños, A nivel celular, el efecto principal y
debido a que en su gran mayoría son el patológico es que las células, pierden po-
resultado de accidentes domésticos. tasio, ganan sodio, hidrógeno y agua en
Dentro de las principales causas están gran cantidad.
las quemaduras térmicas: calor directo
(estufas, radiadores, cojines eléctricos); C ambios h ematológicos
llama (fogatas, fuegos artificiales, etc.).
Las quemaduras eléctricas por morde- Hemoconcentración inicial, seguida ge-
duras de cables eléctricos (figura 1) u neralmente de anemia por hemólisis, en
otros dispositivos de iluminación (figura casos donde se afecta más del 25% de la
2) y las quemaduras químicas por ácidos, superficie corporal.
álcalis, solventes destilados del petróleo, La anemia es moderada a severa y pue-
gasolina, trementina, kerosene o alqui- de persistir por 50-60 días.
trán caliente. Leucocitosis se observa a las 12 horas
y puede persistir por 10 días.
Eosinopenia por el estrés inflamato-
IMPACTO DE LAS QUEMADURAS rio. Su remisión es un signo favorable de
E N E L OR G A N I SMO sobrevida.

E fe c t o s l o c ales E fectos cardiovascu lares

Se altera la permeabilidad del endotelio Se libera adrenalina, provocando vaso-


capilar, lo que produce salida de agua y constricción arterial y elevación de la
proteínas corporales en el sitio de la que- presión sanguínea. La contracción esplé-
madura. La fase más rápida de pérdida de nica aumenta inicialmente el hematocrito.
líquido ocurre dentro de las primeras 6-8 Con la pérdida de agua y el secuestro de
h y puede continuar durante los siguien- líquidos, los mecanismos compensato-
tes 4 días post accidente. Las pérdidas por rios se disparan, pero dependiendo de la
evaporación pueden estimarse como de magnitud de la quemadura y la superficie

2]
F. 1 F.2

F. 3

afectada, estos mecanismos (taquicardia, En casos de quemaduras graves, y por FIGURA 1.Quemadura bucal por
vasoconstricción, aldosterona, etc.) Fallan la misma causa es frecuente la ulceración mordedura de cable electrico.
y se produce shock hipovolémico. de estómago y duodeno.
También debido a la exposición ma- FIGURA 2. Quemadura por
Ef e c to s re s p ir a t o r i o s siva de colágeno, la liberación de trom- lampara infraroja.
boplastina tisular y a la destrucción de
La quemadura puede producir daño di- tejidos puede desarrollarse coagulación FIGURA 3. Paciente quemado
recto en el tracto respiratorio, a través de intravascular diseminada. por exposicion prolongada a
la inhalación de aire caliente generando Estos cambios locales y sistémicos son secador de pelo . 45% supericie
denudación de la mucosa, pérdida del epi- proporcionales con la profundidad de la corporal - 2o Grado.
telio y severo edema bronquial, laríngeo quemadura y el área de superficie corporal
y faríngeo. Debido al daño que presentan afectada.
los capilares pulmonares, más la respuesta
inflamatoria generalizada, se predispone al
desarrollo de síndrome de distrés respira- CLASIFICACION DE QUEMADU-
torio agudo (sdra). RAS

Otro s c a m b io s Si bien por mucho tiempo se utilizó la


clasificación humana basada en “gra-
La vasoconstricción sumada a hipovolemia dos”, esto ha sido reemplazado por una
severa por la pérdida de líquidos, lleva fre- de acuerdo a las capas de piel que se ven
cuentemente a insuficiencia renal. afectadas por la quemadura.

[3
Así encontramos: ral para detectar las variaciones por deshi-
dratación. Comience a obtener muestras
• Quemadura superficial para una base de datos inicial incluyendo
• Sólo afecta epidermis. radiografías de tórax para excluir daños
• Hay eritema y descamación tran- pulmonares. Usualmente la base de datos
sitorios. incluye un hemograma completo, perfil
• El sitio de la quemadura está hi- bioquímico, electrolitos, gases sanguíneos
perestésico. y urianálisis. De ser posible establezca una
• Se observa pelo quemado. base inicial de lactato sanguíneo.
• Quemadura de espesor parcial
• La profundidad de la quemadura se
extiende a la dermis media, la epi- QUEMADURAS POR FUEGO DI-
dermis se pierde completamente. R E C TO
• Los capilares y vénulas de la dermis
se dilatan, congestionan y exudan La evaluación inicial debe comenzar con
plasma. la determinación de la condición física ge-
• Hay dolor, pero la sensibilidad está neral, compromiso sistémico, cantidad de
disminuida. cuerpo y superficie afectada, más el grado
• La resistencia a la tracción del pelo de injuria local. Si la pérdida de piel es lo
es normal. suficientemente grande y extensa, la euta-
• Quemadura de espesor total nasia es una opción recomendable.
• Epidermis y dermis con severa Los animales que han estado en incen-
coagulación y no existe viabilidad dios presentan daño respiratorio debido a
de estos tejidos. la inhalación de aire caliente a tempera-
• Se observa un edema grave de la turas superiores a los 150°c, resultando en
subdermis por un severo aumento quemaduras de boca, orofaringe y vías res-
de la permeabilidad de los vasos piratorias superiores. La principal causa de
profundos. muerte en estos pacientes es la inhalación
• Gangrena seca de los tejidos daña- de humo. Además, existe una hipoxemia
dos, causando una escara costrosa severa provocada por la caída de la con-
café oscuro de aspecto carbonizado. centración de oxígeno ambiental, debido
• No hay sensación táctil o de dolor a la producción de monóxido y dióxido
por la destrucción de las termina- de carbono durante la combustión.
ciones libres. Los animales afectados por inhalación
• Falta pelo o se depila fácilmente de humo deben ser suplementados con
(figura 4). oxígeno al 40% inmediatamente después
de admitirse a la uci. Concentraciones
superiores al 40-50% de fio2 no se reco-
A P R OX I MA CI ON D I AGN ÓSTI C A miendan en la actualidad por estar asocia-
das a mayores mortalidades. La intubación
Tome un cuidadoso historial clínico y endotraqueal es necesaria si el paciente
anamnesis incluyendo el tiempo de ocu- presenta distrés respiratorio severo.
rrido el accidente. Durante el triage exa- Recuerde que la oximetría de pulso
mine cuidadosamente el resto del orga- no puede evaluar la severidad de la hipoxia
nismo para detectar áreas de exposición porque no es capaz de hacer una diferen-
excesiva al calor, presencia de vapores o ciación entre la hemoglobina oxigenada
humo en el tracto respiratorio. y la carboxihemoglobina por lo que es
Intente calcular la profundidad de la necesaria una evaluación de los gases san-
lesión y la superficie corporal afectada. guíneos, de preferencia arteriales.
Para estimar la superficie afectada, existe la La terapia local de la quemadura está
llamada regla de los nueve: cada miembro orientada a controlar el dolor con aplica-
anterior representa 9%, cada pata repre- ción directa de frío en el área quemada:
senta 18%, cabeza y cuello, un 9%, tórax y agua fría, toallas mojadas, y compresas frías
abdomen son cada uno 18% de la superfi- son buenas alternativas.
cie corporal (figura 5). Se debería posicionar un par de ca-
Asegúrese de registrar el peso corpo- téteres periféricos en las venas accesibles.

4]
F. 4 F.5

La fluidoterapia se debe iniciar con un con soluciones antisépticas como povido- FIGURA 4.Quemadura parcial
bolo de cristaloides de 10 ml/kg en ca- na yodada o clorhexidina diluidas. Se debe de 3er grado por aceite caliente.
ninos adultos y de 3-5 ml/kg en gatos y intentar remover todo el tejido necrótico,
cachorros. Se utilizan soluciones isotóni- los posibles cuerpos extraños y el detritus FIGURA 5. Quemadura por
cas como normosol, plasmalytes, o ringer que todavía este presente. manta electrica durante una
lactato. Estas alternativas son mejores que Las quemaduras leves pueden ser trata- cirugia prolongada.
utilizar solución salina (nacl 0,9%). das tópicamente con antibióticos y ven-
Los niveles de potasio deben ser mo- dajes. En las más severas se deben remover
nitoreados durante las primeras 24 horas las escaras periódicamente. Este procedi-
debido a que habrá un alza en sus niveles miento de escarectomía es muy doloroso
producto de la destrucción celular masiva por lo que se debe realizar bajo anestesia
en los tejidos afectados. En esta fase se re- o analgesia profunda (figura 6).
comiendan fluidos con contenido de 4-5 Los antibióticos sistémicos no pene-
meq/l de potasio. Los excesos de potasio tran las escaras, por lo que se recomienda
se pueden manejar con gluconato de cal- terapia tópica con ungüentos o cremas.
cio, dextrosa o en casos más severos con Gentamicina, polimixina, neomicina, y
insulina regular en dosis bajas. bacitracina son efectivos contra la flora
Se debe monitorear los niveles de pro- que contamina estas heridas, al igual que
teínas séricas y la producción de orina. Si las fluoroquinolonas. Los últimos estu-
las proteínas totales están bajo 3 mg/ml, dios con miel demuestran ciertos efectos
se puede administrar coloides o albúmina antiprostaglandinas que pueden ayudar a
canina. El uso de plasma fresco es posible mantener una vasculatura dérmica nor-
pero su aporte de albúmina es limitado. La mal.
utilización de coloides se encuentra cues- Los principales objetivos son:
tionada en la actualidad debido a compli-
caciones renales tardías en los pacientes • Mantener una vía respiratoria permea-
que reciben este tipo de fluidos. ble.
La acidosis se corrige con bicarbonato • Tratar el shock.
de sodio a 5 meq/kg y se puede adminis- • Combatir las pérdidas de líquido.
trar cada una o media hora. • Tratar el sitio quemado.
Si el hematocrito sufre una bajada del • Combatir las complicaciones sistémicas.
20% o la concentración de hemoglobina • Aliviar el dolor.
cae bajo 7 gm/dl, se deben considerar la
administración de sangre entera o concen-
trado de eritrocitos, con una meta de un QUE MAD U R AS QU I MI C AS
hematocrito superior a 30%.
Una vez asegurada la sedación y la Las quemaduras químicas producen erite-
analgesia, la quemadura se puede lavar ma localizado o generalizado, prurito y do-

[5
F. 6 F.7

FIGURA 6. Escarectomía lor (figura 7). Cuando se produce inhalación, torios vitales. El principal daño se ubica en
quirurgica. hay signos de fatiga respiratoria debido al el sitio de entrada y salida de la corriente
edema laríngeo, inhalación de humo, enve- eléctrica
FIGURA7. Gato quemado con nenamiento con co2 y edema pulmonar.
Cloro. Lavar la quemadura a fondo con agua Mecan ismo de lesión
o solución salina en abundancia.
Si la exposición fue a productos del pe- Destruye la actividad electrofisiológica
tróleo, evitar su volatilización (neumonía), normal de los tejidos, hay espasmos mus-
lavar la herida con una solución jabonosa, culares y finalmente fibrilación ventricu-
si hay volatilización, recubra el lugar con lar, inconsciencia y apnea.
aceite y después lave con detergente fuerte. La corriente se transforma en calor y
Alquitrán caliente: primero cortar el produce necrosis de los tejidos por coagu-
pelo, recubrir con cualquier ungüento con lación de las proteínas.
emulsificante (p. Ej., Ungüentos antibióti- El edema pulmonar es una secuela fre-
cos). Después se debe evitar un autotrau- cuente del shock eléctrico, su mecanismo
ma, con collar isabelino y sedación. íntimo es desconocido, pero se piensa que
La infección es la causa principal de es mediado por un aumento de la presión
muerte en los animales que sobreviven al hidrostática pulmonar y un reflejo neuro-
daño inicial. Las bacterias más frecuentes génico central.
incluyen, pseudomonas, proteus, staphyo-
lococus y streptococus. Es usual la candi- Sign os clín icos
diasis. La prevención de la sepsis se logra
con limpieza inicial de la herida y cierre, Rigidez, a veces seguida por la muerte.
antibioticoterapia tópica, aislamiento del Convulsiones tónico-clónicas con vó-
animal en un ambiente limpio o estéril, mito o defecación. Cuando recuperan la
manteniendo la herida limpia. En caso de conciencia, se muestran desorientados y
infección se instituyen antibióticos bacte- atáxicos por corto tiempo. Las quemadu-
ricidas sistémicos. ras orales o cutáneas son circunscritas, frías,
amarillo-pálidas y sin sangre. Las heridas al
comienzo son indoloras. Frecuentemente
QUE MA DUR AS E L É C TR I C AS hay distrés respiratorio; disnea, ortopnea,
cianosis y tos dentro de la primera hora
F i s i o p a t o l o gía hasta las 36 h post accidente.

El daño es proporcional a la intensidad D iagn óstico


(amperaje) de la corriente. La corriente
alterna es más peligrosa que la continua, A la inspección se observa un animal con
por su efecto en corazón y centros respira- disnea, que colapsa sin causa aparente, pre-

6]
sencia de quemaduras orales y signos de los perros que no responden se puede
edema pulmonar. utilizar una nebulización por 30 mi-
Rx torácicas: se evidencian patrones nutos con etanol (70%) diluido en una
alveolobronquiales mixtos y generalizados, solución salina (1:2).
con claros broncogramas aéreos. El ede- • El uso de corticosteroides, permane-
ma es más claro de observar en los lóbulos ce controversial, pero se argumenta
diafragmáticos. que reducirían el daño endotelial y
Hemograma y perfil bioquímico: la inflamación. Frecuentemente el
normales. edema pulmonar es refractario al tra-
Electrocardiografía: puede haber tamiento.
arritmias ventriculares. • Las quemaduras orales, se limpian pe-
Necropsia: pulmones edematosos, pe- riódicamente con agua tibia y clor-
tequias endocárdicas, quemaduras orales hexidina (0,5%). El tejido desvitalizado
o cutáneas con aspecto ulcerado, bordes debe ser removido, agregando antibió-
blancos y con cierto grado de coagulación. ticos amplio espectro en la terapia de
quemaduras extensas. La alimentación
Tra ta m ie nto a ofrecer debe ser blanda, y en caso de
anorexia se debe considerar la colo-
Aunque parezca obvio, retirarlo de la co- cación de tubos de alimentación en-
rriente eléctrica. teral o utilizar nutrición parenteral si
• Si está colapsado o inconsciente, es posible.
establecer una vía aérea permeable y
administrar oxígeno. También colocar
un catéter endovenoso del mayor
calibre posible.
• La fluidoterapia debe ser en extremo Bibliografía
cuidadosa y la velocidad de adminis-
tración de fluidos cristaloides no debe 1. Scott DW, Miller WH, Griffin CE. Environmen-
tal skin disease: burns. In: Scott Dw, Miller WH,
sobrepasar los 10 ml/kg/h en perros y Griffin CE. eds. Muller and Kirk’s Small Animal
los 5 ml/kg/h en gatos. Se prefiere la Dermatology, 6th ed. Philadelphia, PA: Saunders;
fluidoterapia hipotensiva, hasta llegar a 2001, pp. 1083–1087.
70 mmhg de presión arterial y produc- 2. Latenser BA. Critical care of the burn pa-
tients: the first 48 hours. Crit Care Med 2009;
ción de orina de 1 ml/kg/h. 37(10):2819–2826.
• Se debe conectar a estos pacientes al 3. Saxon WD, Kirby R. Treatment of acute burn
monitor ecg para verificar la presencia injury and smoke inhalation. In: Kirk RW, Bo-
de arritmias y bloqueos, frecuentes en nagura JD. eds. Kirk’s Veterinary Therapy XI.
Philadelphia, PA: Saunders; 1992, pp. 146–153.
este tipo de pacientes. 4. Wilkins PA, Otto CM, Baumgardner JE, et al.
• Si el paciente se encuentra estable, se Acute lung injury and acute respiratory distress
recomienda su hospitalización por 24- syndromes in veterinary medicine: consensus
48 horas para determinar la presencia definitions: the Dorothy Russell Havemeyer
Working Group on ALI and ARDS in vete-
de edema pulmonar, edema facial. Si rinary medicine. J Vet Emerg Crit Care 2007;
se sospecha de edema pulmonar, tomar 17(4):333–339.
rx torácicas. 5. Drobatz KJ, Walker LM, Hendricks JC. Smoke
• Edema pulmonar: su presencia se re- exposure in dogs: 27 cases (1988–1997). J Amer
Vet Med Assoc 1999; 215(9):1306–1311.
laciona con mortalidades sobre 40%. 6. Drobatz KJ, Walker LM, Hendricks JC. Smoke
Se debe utilizar diuréticos como fu- exposure in cats: 22 cases (1986–1997). J Amer
rosemida o espironolactona 2-4 mg/ Vet Med Assoc 1999; 215(9):1312–1316.
kg iv cada 6-12 horas. Estos pacientes 7. Vaughn L, Beckel N. Severe burn injury, burn
shock, and smoke inhalation injury in small ani-
se benefician del uso de broncodilata- mals. Part 1: burn classification and pathophysio-
dores como aminofilina 10 mg/kg im logy. J Vet Emerg Crit Care 2012; 22(2)
u oral, cada 8 horas en el perro y 4 8. Pavletic MM, Trout, NJ. Bullet, bite, and burn
mg/kg im u oral cada 12 horas en el wounds in dogs and cats. Vet Clin North Am
Small Anim Pract. 2006; 36(4):873–893.
gato. Siempre se les debe apoyar con 9. Duffy BJ, McLaughlin PM, Eichelberger MR.
oxígeno, y en casos de edema pulmo- Assessment, triage, and early management of
nar grave, considerar la ventilación con burns in children. Clin Ped Emerg Med 2006;
presión positiva por traqueotomía. En 7(2):82–93

[7
10. Mariani CL. Full recovery following delayed tation: a prospective randomized controlled trial.
neurologic signs after smoke inhalation in a Burns 2010; 36(7):984–991.
dog. J Vet Emerg Crit Care 2003; 13(4):235–239. 17. Monafo WW. The treatment of burn shock by
11. Pavletic MM. Atlas of Small Animal Wound the intravenous and oral administration of hy-
Management and Reconstructive Surgery. pertonic lactated saline solution. J Trauma 1970;
10(7):575–586.
Ames, IA: Wiley Blackwell, 2010: pp. 170–181,
18. Mullally C, Carey K, Seshadri R. Use of nano-
535–559.
crystalline silver dressing and vacuum-assisted
12. Cuttle L, Pearn J, McMillan, et al. A review of closure in a severely burned dog. J Vet Emerg
first aid treatment for burn injuries. Burns 2009; Crit Care 2010; 20(4):456–463.
35(6):768–775. 19. Langemo DK, Hanson D, Anderson J, et al. Use
13. Cochran A, Morris SE, Edelman LS, et al. of honey for wound healing. Adv Skin Wound
Burn patients characteristics and outcomes fo- Care 2009; 22(3):113–118.
llowing resuscitation with albumin. Burns 2007; 20. Ravat F, Le-Floch R, Vinsonneau C, et al. An-
33(1):25–30. tibiotics and the burn patient. Burns 2010;
14. Mathews KA. The therapeutic use of 25% hu- 37(1):16–26.
man serum albumin in critically ill dogs and cats. 21. Vaughn,L; Beckel; N; and Walters, P. Severe
Vet Clin North Am Small Anim Pract 2008; burn injury, burn shock, and smoke inhalation
38(3):595–605. injury in small animals. Part 2:diagnosis, therapy,
15. Mathews KA, Barry M. The use of 25% human complications,and prognosis. J Vet Emerg Crit
serum albumin: outcome and efficacy in raising Care 2012; 22(2): 187–200)
22. Vaughn,L; Beckel; N; and Walters, P. Severe burn
serum albumin and systemic blood pressure in
injury, burn shock, and smoke inhalation injury
critically ill dogs and cats. J Vet Emerg Crit Care
in small animals. Part 1: Burn classification and
2005; 15(2):110–118. Pathophysiology. J Vet Emerg Crit Care 2012;
16. Vlachou E, Gosling P, Moiemen NS. Hydro- 22(2): (176 - 187)
xyethylstarch supplementation in burn resusci-

8]
Síndrome de Addison
Revisión y reporte de casos
Santiago Teyssandier1; Mario Jensen2

1
Servicio de Terapia Intensiva - Servicio de Endocrinología - Docente de la Carrera de Veterinaria. U.S.A.L
2
Servicio de Terapia Intensiva - Docente de la Carrera de Veterinaria U.B.A

hasta que la destrucción es superior al 85-


RE S U M E N 90%5 y al producirse alguna situación de
exigencia glandular (estrés, actividad, etc.)
Se realizó el estudio retrospectivo de 11 el paciente puede sufrir una descompensa-
pacientes con hipoadrenocorticismo pri- ción aguda. Asimismo la deficiencia puede
mario diagnosticados tanto en la unidad involucrar todas o algunas de las hormo-
de cuidados intensivos como en el servicio nas, ya que hay pacientes que padecerán
de endocrinología. Se realizó la descrip- de hipoadrenocorticismo primario típico
ción de su signología y diagnóstico clínico, y otros de hipoadrenocorticismo primario
métodos complementarios y tratamiento atípico. En el típico habrá destrucción de
instaurado tanto en la emergencia de for- las tres capas de la corteza adrenal dando
ma aguda como en el mantenimiento de resultado a hipocortisolismo e hipoaldos-
forma crónica. teronismo y en el atípico destrucción de
una sola capa de la corteza adrenal dan-
do origen a hipocortisolismo aislado si se
INT RO D U C C I Ó N tratase de la zona fasciular y reticular6 y
en esporádicos casos hipoaldosteronismo
El hipoadrenocorticismo también cono- aislado si se tratase de la zona glomerular7
cido como síndrome de Addison es una progresando a la forma típica con afección
endocrinopatía que fue originalmente de las dos capas en la mayoría de ambos
descripta en seres humanos por Thomas casos. En el caso de los pacientes con hi-
Addison en el año 18551. En el año 1953 poadrenocorticismo secundario, la capa
el síndrome es reportado en caninos 2 afectada es la fascicular y reticular debido
mientras que en felinos el primer reporte a la falta de A.C.T.H. generando hipocor-
data del año 19803 siendo aún limitado el tisolismo aislado. Estos pacientes son de
conocimiento de la enfermedad en esta mucha menor incidencia8.
especie4. La signología que se presenta es mul-
La fisiopatología se debe a la falta total tisistémica ya que las hormonas tienen
o parcial de la síntesis y secreción de todas varios órganos blancos y va a depender
o algunas de las hormonas de la corteza de sobretodo del tiempo y grado de déficit
la glándula adrenal que puede verse exa- hormonal que presente nuestro paciente;
cerbada frente a situaciones de exigencia afectando al sistema endocrino, cardiovas-
glandular. La falta puede ser total o parcial, cular, renal, gastrointestinal y neuromuscu-
porque la destrucción que se genera de la lar9. El diagnóstico se basará en la clínica,
corteza de las glándulas adrenales es gra- bioquímica, métodos complementarios
dual con cuadros crónicos intermitentes siendo la prueba de elección la estimu-

[9
lación con A.C.T.H. midiendo cortisol La poliuria-polidipsia como dato anam-
y aldosterona10. El tratamiento de los nésico fue poco reportada probablemente
pacientes se basará en la restauración de por la falta de atención o la imposibilidad
la hemodinamia y el medio interno de de observación por parte de los propieta-
la manera más rápida y adecuada posi- rios. No obstante fue característica de todos
ble. Una vez superado el cuadro agudo los pacientes la densidad urinaria anormal
se realizará la reposición hormonal que para un estado de shock. Los pacientes con
corresponda para el mantenimiento del hipoadrenocorticismo se encuentran en
paciente de forma crónica. shock, y teniendo en cuenta que aún no
Este artículo describe y discute la sig- se generó injuria renal aguda la densidad
nología, diagnóstico, tratamiento en 11 urinaria debería ser hiperestenúrica por
pacientes con hipoadrenocorticismo pri- activación del sistema renina-angiotensi-
mario típico confirmado (Tabla 1). na-aldosterona. Pero estos pacientes tienen
hipoaldosteronisimo por lo cual cursarán
con natriuresis y lavaje medular13 y sus
DI S CUSI ÓN densidades van a estar en el rango entre
1020-1025; totalmente anormales para un
Etiología y clasificación (Tabla 2) estado de shock (Figura 4).
La bradicardia se presentó en 36% de
Los 11 pacientes incluidos en este estu- casos aunque todos los pacientes presenta-
dio presentaron hipoadrenocorticismo ron alteraciones en el electrocardiograma
primario típico debido a destrucción au- (Figuras 5-8).
toinmune de las glándulas, a excepción En la práctica y de acuerdo a la expe-
del paciente 9 en el cual estuvo la sospe- riencia previa de los autores hay 3 claves
cha de hipoplasia adrenal por la temprana clínicas que deben ser relacionadas con
edad del paciente11. El rango etario típico posibles casos de hipoadrenocorticismo:
descripto es en hembras jóvenes entre 1-3
años12 pero hay que tener en cuenta que • Debilidad generalizada con alteracio-
muchos pacientes tienen la enfermedad y nes de la perfusión sin explicación al-
son subdiagnosticados hasta que manifies- guna por parte de los propietarios.
tan el cuadro agudo. • Estado de shock con bradicardia.
• Densidad urinaria anormal para el es-
Si g n o l o g i a C lín ica (Tabla 3 y 4) tado de shock del paciente.

El 100% de estos pacientes presentó de- Los autores destacan también la pre-
bilidad generalizada con alteraciones en sencia de vómitos y diarreas crónicas in-
la perfusión, siendo este el signo cardinal termitentes, las cuales deben tenerse en
del paciente con hipoadrenocorticismo cuenta en el diagnóstico diferencial de
(Figura 1-2). La debilidad muscular pro- enfermedad inflamatoria intestinal. Cabe
ducto de las alteraciones iónicas y de la destacar que en la terapia de esta última
hipoperfusion por distintos tipos de shock se utilizan como antiinflamatorios cor-
(hipovolémico-cardiogénico-distributivo) ticoesteroides, por lo cual, y dado que
fue muy característica, siendo de comien- el paciente mejorará, en ambos casos es
zo agudo y sin causa aparente según lo importante realizar métodos complemen-
descripto por los propietarios. En algunos tarios que permitan llegar al diagnóstico
casos, p. ej., en el paciente 11) se produjo correcto (Tabla 5).
una injuria renal aguda por el grado mar-
cado de hipoperfusión. D iagn óstico
Un 72% presento vómitos y un 63%
diarreas producto de la falta de protección La hipercalemia junto con hiponatremia
de la barrera gastrointestinal y también del e hipocloremia es el ionograma típico del
síndrome urémico generado por la azote- hipoadrenocorticismo como se pudo ob-
mia pre renal y renal. Es común observar servar en los 11 pacientes. Se recomien-
melena, habiendo ya un complejo de ero- da realizar ionogramas seriados14 siempre
sión-úlcera-gastrointestinal como sucedió que se sospeche de hipoadrenocorticis-
en el paciente 2 (Figura 3). mo, ya que algunos pacientes tienen nive-

10 ]
Tabla 1. Paciente 8 Maltés figura 5 meses, y son 5 años.

Paciente 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 %

Raza Cocker Cocker Caniche Mestizo Beagle Caniche Pit-Bull Maltes Mestizo  Yorkie Mestizo

Edad 1 año 6 años 6 años 5 años 2 años 5 años 9 años 5 meses 4 meses 12 añoS 1 año

Debilidad
Generali- X X X X X X X X X X X 100
zada

Colapso/ X X X X X X 54
Shock

Vómitos X X X X X X X X 72

Diarrea/ X X X X X X X 63
Melena

Anorexia X X X X X X X X X X X 100

Bradicar-
dia X X X X 36

Altera-
ciones X X X X X X X X X X X 100
en ECG

Pu/Pd X X X 27

Pérdida X X X X X X X X 72
de peso

Temblores X X X X X X 54

Mucosas X X X X X X X X X X X 100
pálidas

TLLC X X X X X X X X X X X 100
retrasado

Uremia 105 241 395 130 302 251 135 428 300 150 286 100
(mg/dl)

Cr. 1 3.85 3.17 3.8 3.2 3.20 2.95 2.85 6.47 3.26 9.14 90
(mg/dl)

Na 115 128 127 137 128 126 137 133 131 141 121 100
( mEq/l)

K 6 8.3 7.1 6 6 7 7.2 6 10.8 >10 7.3 100


(mEq/l)

Cl  85 99 119 105 105 109 105 103 108 113 109 63
( mEq/l)

Basofilia NO NO NO NO SI NO NO NO NO NO SI 18

Curso Agudo Crónico Agudo Agudo Agudo Agudo Agudo Agudo Agudo Crónico Agudo

les normales en algunos momentos como los cuales hubo componentes pre-renales
fue el caso del paciente 2. asilados como sucedió en el paciente 1 y
El 100% de los pacientes presentaron componentes pre-renales y renales como
azotemia debido a la hipoperfusion, en el paciente 9.

[ 11
Tabla 2. Etiología y clasificación del Hipoadrenocorticismo

Primario: Afección de las glándulas adrenales

Etiología Etiología

Autoinmune

Hipoplasia adrenal Típico: Ausencia de corticosteroides y mineralocortoicoides


 
Infecciones Atípico: Ausencia de corticosteroides o mineralocorticoides.

Tratamientos para hiperadrenocorticismo

Secundario: Afección del Hipotálamo

Etiología Etiología

Hiposecrecion: Causas estructurales


Ausencia de glucocorticoides
Iatrogenia

Tabla 3. Acciones y consecuencias del Hipoaldosteronismo

Homeostasis del sodio y cloro Homeostasis del Potasio Regulación del equilibrio acido-base

Hiponatremia Hiperpotasemia

Hipocloremia Debilidad Muscular

Poliuria-Polidipsia Arritmias Acidosis metabólica

Hipoperfusión Shock Cardiogenico

Shock hipovolémico

Tabla 4. Acciones y consecuencias del Hipocortisolismo

Sensibilidad a las catecolaminas Barrera gastrointestinal Reservas de glucosa Antiinflamatorio

Hipoperfusión Vómitos Hipoglucemias Leucograma selectivo

Shock distributivo Diarreas

Anorexia

Tabla 5. Diarreas crónicas e hipoalbuminemia e hipoproteinemia en paciente N°10


con diferencial de E.I.I

Paciente N°11 V.R

Albumina 1.1 g% 2.5-4.0

Proteína totales 2.5g% 5.7-7.5

12 ]
F. 1 F.2

F. 3 F.4

F. 5 F.6

FIGURA 1. Mucosas pálidas, tiempo de llenado capilar prolongado en


paciente N°1

FIGURA 2. Debilidad generalizada en paciente N°1

FIGURA 3. Melena en paciente N°2


F. 7
FIGURA 4. Orina con densidad 1023 en paciente N°5

FIGURA 5. Parada Auricular en paciente N°5

FIGURA 6. Bloqueo auriculoventricular grado II en paciente N°6

F. 8 FIGURA 7. QRS de menor amplitud con onda T de mayor amplitud en


paciente N°11

FIGURA 8. QRS de mayor distancia junto con Onda T de mayor


amplitud en paciente N° 8

[ 13
Tabla 6. Leucograma con Basofilia e Eosinofilia en paciente N°5.

Paciente N°5 V.R

G.B. 19.100 /mm3 5.000-15.000 /mm3

Metamielocitos 0 /mm3 0 /mm3

Neutrófilos en banda 19.100 /m3 0 /mm3

Neutrófilos en
13.370 /mm3 3.000-11.000 /mm3
segmentados

Eosinófilos 1910 / mm3 100-1000 /mm3

Basófilos 191 /mm3 0-100 /mm3

Linfocitos 2865 /mm3 1000-5000 /mm3

Tabla 7. Estimulación con A.C.T.H con hipocortisolismo e hipoaldosteronismo en


paciente N°9.

Paciente N°9 V.R

Cortisol Basal 0.30 ug/dl 0.5-4 ug/dl

Cortisol Post ACTH 0.40 ug/dl 5-17 ug/dl

Aldosterona basal <1.9ng/dl 0.8-10.2 ng/dl

Aldosterona Post ACTH <1.9ng/dl 31- 111 ng/dl

Tabla 8. Sodio Urinario en paciente N° 11.

Paciente N°11 Sospechoso

Sodio Urinario 60 mEq/l > 30mEq/L

El ECG se vio alterado en todos los El método de elección para la confir-


pacientes teniendo distintos tipos de pre- mación del diagnóstico es la estimulación
sentación: con ACTH midiendo cortisol y aldostero-
na pre y post ACTH15 (Tabla 7).
• Parada auricular (ver Figura 5). La medición del sodio en orina, aún
• QRS anchos (ver Figura 8). en estudio, podría ser de gran ayuda para
• Baja amplitud de la onda R (ver Fi- diagnosticar aquellos pacientes los cuales
gura 7). no tienen acceso o no tienen a disponibi-
• Alta amplitud de la onda T (ver Fi- lidad16 (Tabla 8).
gura 7).
• Distintos grados de bloqueos auricu- Tr atamien to
loventriculares o sinusales (Figura 6).
Los autores destacan cuatro puntos críticos
La presencia de basofilia debido al a tener en cuenta al momento de instaurar
hipocortisolismo pareciera ser un signo la terapia:
poco sensible pero muy específico. Es por
ello que es recomendable evaluar el leu- • Restauración de la hemodinamia
cograma de estos pacientes buscando leu- • Tratamiento de la hiperpotasemia
cogramas de hipocortisolismo (Tabla 6). • Medidas paliativas

14 ]
F. 9 F.10

Tabla 9. Infusiones continúa usada en el paciente N°11 y las recomendadas en el caso


de shock distributivo cuando este es el que prevalece sobre los demás.

Drogas Dosis

Hidrocortisona 0.5mg/kg/hora

Noradrenalina 0.25-1mcg/kg/minuto

• Reemplazo hormonal para el mante- una infusión continua de noradrenalina FIGURA 9.Paciente N°7 al inicio
nimiento crónico para poder aumentar la sensibilidad del
receptor alfa 1 y poder regular la presión FIGURA 10. Paciente N° 7 a las
Restauración de la hemodinamia arterial y la perfusión (Tabla 9). Este tipo dos horas de tratamiento
A excepción del paciente 2 y 10 en los de casos son menos frecuentes pero deben
cuales la presentación fue crónica intermi- ser considerados cuando se sospecha de
tente, los pacientes restantes presentaron la hipoadrenocorticismo y la respuesta a la
forma aguda con alteraciones marcadas en fluidoterapia es parcial. Esta situación po-
la perfusión. Dentro de las distintos tipos dría explicarse si se tiene en cuenta que
de shock que presentaron los pacientes el en algunos pacientes la falta de cortisol es
componente hipovolémico es el que más mayor que en otros.
se destacó, causado por la pérdida de sodio El corticoide de primera elección para
y agua por la orina, a la cual se suman las la terapia es la hidrocortisona ya que tiene
pérdidas gastrointestinales. En estos casos acción glucocorticoidea y mineralocorti-
la reposición con micro-bolos de cristaloi- coidea, aunque interfiere en el diagnóstico
des (NaCl 0,9%) seguido de una terapia de al realizar la estimulación con ACTH. Al-
mantenimiento permitió alcanzar un nivel ternativamente se puede usar la dexame-
estable de los parámetros de perfusión y tasona que no interfiere en la estimulación
de la presión arterial de forma inmediata, con ACTH pero no tiene acción mine-
siendo muy característico de estos pacien- ralocorticoidea. Las dosis recomendadas
tes la excelente evolución a corto plazo son las de reposición ya que no se busca
(Figura 9-10). obtener el efecto antiinflamatorio17.
Los pacientes no respondientes a la
fluidoterapia presentan un mayor com- Tratamiento de la hiperpotasemia
ponente distributivo debido a la falta de La causa de la hiperpotasemia es por falta
glucocorticoides y a la consecuente dis- de eliminación del potasio por lo cual una
minución de la sensibilidad a las cateco- vez restaurada la perfusión renal la gran
laminas. Esto se observó por ejemplo en mayoría disminuye los valores sin necesi-
el paciente 11 en el cual se instauro una dad de un tratamiento paliativo. Si las al-
infusión continúa de glucocorticoides y teraciones cardiogénicas son muy severas

[ 15
F.11 F.12

Tabla 10. Manejo de la Hiperpotasemia teniendo en cuenta cardioproteccion, manejo rápido y manejo crónico.

Hiperpotasemia

Fármaco Dosis Mecanismo de acción

0.5 -1ml/kg IV durante 5 Disminuye el potencial de


Gluconato de calcio 10% Cardioprotección
minutos membrana

1-2 mEq/kg IV durante 15 Translocación del potasio


Bicarbonato de Sodio Manejo rápido
minutos por generación de alcalosis

Insulina regular a 0.5 UI/


kg IV con glucosa ( 4ml de Translocación del potasio
Glucosa + Insulina Manejo Crónico
glucosa al 50%/ por cada por acción de la insulina
UI de insulina cada 6 horas.

o persistentes como sucedió en el paciente hidrogeniones por el hipoaldosteronis-


FIGURA 11. E.C.G de paciente 11 los autores recomienda la protección mo, a la hiperlactatemia por el déficit
N° 11 al inicio. cardiológica con gluconato de calcio, la en la perfusión, y a la falta de excre-
corrección rápida de la hiperpotasemia ción de ���������������������������
ácidos���������������������
internos por el com-
FIGURA 12. Terapia con con bicarbonato y el mantenimiento de promiso renal.
bicarbonato de sodio. la normopotasemia hasta establecer el
flujo renal con insulinoterapia y dextrosa Reemplazo hormonal para el
(Tabla 10) (Figuras 11-12) .El monitoreo mantenimiento crónico
debe ser continuo, teniendo en cuenta Una vez superada la crisis aguda, estos pa-
que muchos paciente regulan los niveles cientes requieren de manera obligatoria
de potasio en sangre, pero mantiene las y continua de reemplazo hormonal. Los
alteraciones cardíacas debido a la acción autores recomiendan el reemplazo con
del potasio intracelular. prednisolona y fludrocortisona de forma
inicial para continuar luego con fludro-
Medidas paliativas cortisona exclusivamente, a excepción de
Se destaca: los momentos de exigencia glandular (es-
trés) en el cual se vuelve a establecer la
• Proteger la barrera gástrica. prednisolona. Se recomienda también el
• Evitar la hipoglucemia por acción del monitoreo mediante la respuesta clínica
hipocortisolismo e insulinoterapia. y bioquímica del paciente por medio de
• Atacar la acidosis metabólica que su- ionogramas seriados.
cede debido a la falta de excreción de

16 ]
C O N C LU S I Ó N 6. Wakayama JA, Furrow E, Merkel LK, Arm-
strong PJ. A retrospective study of dogs with
atypical hypoadrenocorticism: a diagnostic cut-
Se detalló la signología, diagnóstico y off or continuum? J Small Anim Pract. 2017
medidas terapéuticas instauradas en 11 Jul;58(7):365-37.
pacientes con hipoadrenocortisimo pri- 7. McGonigle KM, Randolph JF, Center
SA, Goldstein RE. Mineralocorticoid before
mario confirmado. Debemos tener en
glucocorticoid deficiency in a dog with primary
cuenta que la signología es multisistémica hypoadrenocorticism and hypothyroidism. J Am
pero se presentan signos clínicos cardinales Anim Hosp Assoc. 2013 Jan-Feb;49(1):54-7
los cuales habr�������������������������
á que buscar detenidamen-
������������ 8. Peterson ME, Kintzer PP, Kass PH. Pretreatment
clinical and laboratory findings in dogs with
te. Como métodos complementarios la
hypoadrenocorticism: 225 cases (1979-1993).
prueba de elección es la estimulación con J Am Vet Med Assoc. 1996 Jan 1;208(1):85-91
ACTH pero debemos destacar la medi- 9. Sarah Galac. Claudia E. Reusch. Hans S. Koois-
ción de sodio en orina, sobre la cual aún tra. Ad Rijnberk. Adrenals. Clinical Endocrino-
logy of Dogs and Cats 2th Edition Ad Rijnberk
hacen falta estudios que permitan conocer
and Hans S. Kooistra. 105-107
sus alcances y la posible utilidad en el diag- 10. David B. Church. Canine Hypoadrenocorticism.
nóstico. En lo que respecta a la terapia es BSAVA Manual of canine and feline Endocri-
importante tener en cuenta que en algu- nology 4th edition 2012 Carmel T. Mooney
and Mark E. Peterson. 161-163
nos pacientes prevalece m�����������������
���������������
s el shock hipo-
11. Ruben JM, Walker MJ, Longstaffe JA.
volémico y en otros el shock distributivo Addison’s disease in a puppy Vet Rec. 1985 Jan
por lo cual son pacientes que requieren 26;116(4):91-3.
de un monitoreo intenso y continuo, eva- 12. Peterson ME, Kintzer PP, Kass PH. Pretreatment
clinical and laboratory findings in dogs with
luando la hemodinamia.
hypoadrenocorticism: 225 cases (1979-1993).
J Am Vet Med Assoc. 1996 Jan 1;208(1):85-91.
13. Susan C. Klein and Mark E. Peterson. Canine
hypoadrenocorticism: Part I Can Vet J. 2010 Jan;
51(1): 63–69
14. Peterson ME, Kintzer PP, Kass PH. Pretreatment
Bibliografía clinical and laboratory findings in dogs with
hypoadrenocorticism: 225 cases (1979-1993).
1. J M S Pearce MD FRCP.Thomas Addison (1793– J Am Vet Med Assoc. 1996 Jan 1;208(1):85-91.
1860). JOURNAL OF THE ROYAL SOCIETY 15. David B. Church. Canine Hypoadrenocorticism.
OF MEDICINE Volumen 97 June 2004 BSAVA Manual of canine and feline Endocri-
2. HADLOW WJ. Adrenal cortical atrophy in the nology 4th edition 2012 Carmel T. Mooney
dog; report of three cases. Am J Pathol 1953 and Mark E. Peterson. 161-163
Mar-Apr;29(2):353-61.
16. Lennon EM, Hummel JB, Vaden SL. Urine so-
3. Johnessee JS, Peterson ME, Gilbertson SR. Pri-
dium concentrations are predictive of hypoa-
mary hypoadrenocorticism in a cat. J Am Vet
drenocorticism in hyponatraemic dogs: a re-
Med Assoc. 1983 Oct 15;183(8):881-2.
trospective pilot study. J Small Anim Pract. 2018
4. Peterson ME1, Greco DS, Orth DN. Primary
hypoadrenocorticism in ten cats. J Vet Intern Apr;59(4):228-231
Med. 1989 Apr-Jun;3(2):55-8. 17. Edward C. Feldman , Richard W. Nelson , Clau-
5. Susan C. Klein and Mark E. Peterson. Canine dia Reusch ,J. Catharine Scott-Moncrieff Ellen
hypoadrenocorticism: Part I Can Vet J. 2010 Jan; Behrend. Hypoadrenocorticism. Canine and
51(1): 63–69 Feline Endocrinology 4th edition.

[ 17
Reanimación cardiopulmonar
en pequeños animales (parte I)

Gerardo García Alonso, 2Miguel Ángel Cabezas Salamanca, 3Hector Martín Herrero
1

1
Servicio de Cirugía y Anestesia en Clínica Veterinaria Malasaña. Servicio de Cirugía en Hospital Veterinario Puchol
2
Responsable de Servicio de Anestesia y Control del Dolor en Hospital Veterinario Puchol.
3
Servicio de Cirugía y Anestesia en Clínica Veterinaria Malasaña.

R E S UME N La incidencia y prevalencia de parada


cardiorrespiratoria (PCR) en pequeños
A pesar de la mejora en el manejo de los animales es desconocida, aunque la tasa
animales con parada cardiorrespiratoria en de mortalidad descrita durante la aneste-
el ámbito hospitalario y pese a los avances sia fluctúa entre el 0,17% en perros y el
a nivel de infraestructuras y preparación, 0,24% en gatos respectivamente3, siendo
alrededor del 90% de nuestros pacientes considerablemente mayor que la que se
no sobreviven a este evento. registra en humanos, que se sitúa entre
El presente artículo, pretende realizar 2 y 5 muertes por cada 10.000 pacientes
una revisión científica estricta de la biblio- anestesiados4,5.
grafía, así como una descripción moderna Recientemente, un estudio realizado
de las diferentes etapas de la reanimación sobre 204 animales determinó una tasa de
cardiopulmonar estableciendo como ci- supervivencia de en torno al 6%2 hasta el
mientos para su redacción aquellos pu- momento del alta hospitalaria, en compa-
blicados por la iniciativa RECOVER en ración a otros presentes en la literatura que
2012 y que han constituido un punto de citan un 5%6, 3%7y 22%8 respectivamente,
inflexión para muchos de los veterinarios lo que en contraposición con la tasa de
especializados en Urgencias y Cuidados supervivencia del 32% en humanos tras la
Intensivos. reanimación9, dictaminan la necesidad de
implementar dicho proceso para reducir
I NT R ODUCC I ÓN la mortalidad y mejorar el pronóstico tras
la RCP2,6,7,10.
Se define reanimación cardiopulmonar Un estudio reciente determinó que la
(RCP) como el conjunto de procedi- mayor parte de los pacientes que sobre-
mientos y técnicas que tras una rápida vivieron a la parada cardiorrespiratoria se
valoración del paciente, se destinan a la encontraban en el periodo perioperato-
intervención sobre el mismo para man- rio en el momento de la misma2 siendo
tener y restaurar la circulación de sangre la supervivencia en estos casos mayor que
oxigenada a los órganos vitales cuando las cuando se produjo en otras situaciones clí-
funciones cardiovasculares y respiratorias nicas, por lo que es imprescindible tener
se encuentran abolidas1,2, y cuya puesta unos conocimientos avanzados sobre las
en marcha permite la prevención de le- maniobras y directrices de reanimación
siones irreversibles de diverso grado en el cardiopulmonar a la hora de realizar y su-
sistema nervioso central (muy sensible a la pervisar procedimientos anestésicos.
hipoxia) y el desarrollo de un fallo mul- Del mismo modo, cabe destacar que
tiorgánico a consecuencia de la parada1,2. los animales que sufren estos episodios de

18 ]
Tabla 1. Categorización de la etiología de la parada cardiorrespiratoria en pequeños animales

Circulatoria Enfermedad cardiaca, incluyendo el fallo cardiaco congestivo

Respiratoria Disnea o hallazgos anormales en la radiografía torácica con gasometría y función ventilatoria anormal

Neurológica Anomalías en el Sistema Nervioso Central y Sistema Nervioso Periférico

Hemolinfática Coagulación intravascular diseminada, coagulopatía, anemia, linfocitosis, leucemia o tumores


esplénicos que involucran al sistema linfático

Digestiva Enfermedades del hígado y tracto digestivo como íleo, vómitos o cirugía intestinal

Fallo multiorgánico Presencia de anomalías en dos o más órganos y sistemas con inflamación sistémica o coagulación
intravascular diseminada

Otras Causas no clasificadas o desconocidas

manera aguda e inesperada en instalacio- los Estados Unidos y ante las revisiones
nes sanitarias tienen un pronóstico mejor que desde 1974 ha realizado la Asociación
que otros con patología crónica desenca- Americana del Corazón (de sus siglas en
denante del evento, existiendo además inglés AHA) de manera periódica, estos
una correlación directa entre el reconoci- conceptos no se pueden aplicar de mane-
miento rápido de la PCR, la probabilidad ra directa en pequeños animales, dado que
de retorno a la circulación espontánea y el se encuentran dirigidos a pacientes con
pronóstico del animal. fibrilación ventricular debida a isquemia
Además, la recuperación de la circu- miocárdica aguda, situación poco común
lación espont�������������������������
�����������������������
nea (RCE) se produce en- en perros y gatos en los que predominan
tre el 35-58% de los animales2,11 aunque otros procesos que pueden ser unifacto-
muchos de ellos sufren un nuevo episodio riales (p. ej., hipoxia en anemias severas)
o se eutanasian como resultado de las le- o multifactoriales (p. ej., hipotensión e
siones, considerándose que el pronóstico hipovolemia ante una hemorragia inter-
a largo plazo en la mayoría de animales na o una dilatación vólvulo gástrico con
es pobre11, siendo la tasa de alta tras la reducción del retorno venoso, hipoxia,
reanimación cardiopulmonar de un 2% hipertensión portal, liberación de cateco-
en animales en los que el proceso fue por laminas, reducción de la perfusión tisular y
causa aguda o crónica no relacionada con renal y aumento de la resistencia vascular
la anestesia2. periférica).
Hasta el inicio de este siglo, los cono- Ante tal situación, en 2012 se llevó a
cimientos y prácticas en el campo de la cabo una iniciativa que revolucionaría el
reanimación de pequeños animales resul- campo de la reanimación cardiopulmo-
taban heterogéneos, fundamentalmente a nar en veterinaria a la que se le otorgó
consecuencia de la falta de unificación y el nombre de RECOVER (del inglés
sustento científico de los protocolos de Reassessment Campaign on Veterinary
manejo, mientras en otros casos simple- Resuscitation) y que tenía como finali-
mente se debía a la interpretación y/o dad aunar y establecer un consenso sobre
extrapolación errónea de las directrices los conocimientos y las técnicas actuales
publicadas para el uso en pacientes huma- mediante una revisión bibliográfica estric-
nos12. ta para desarrollar unas directrices y pro-
Si bien, aunque en medicina humana tocolos de actuación en casos de parada
estas directrices han sido objeto de una cardiorrespiratoria12-15 así como identifi-
constante evolución desde su publica- car puntos críticos durante la reanimación
ción en primera instancia en 1966 por que requiriesen de modificación y cuyo
el Consejo Nacional de Investigación de objetivo primordial se basase en imple-

[ 19
• Auscultación con sonidos cardiacos irregulares/ausentes
• Ausencia de pulso periférico
• Apnea/Respiración agónica
• Pérdida de consciencia
Principales • Dilatación de pupilas
signos de parada • Pérdida de reflejos.
cardiorrespiratoria • Mucosas pálidas.
• Ausencia de relleno capilar
• Ausencia de sangrado intraquirúrgico
• Relajación de esfínteres (anal externo, esofágico inferior,
urinario externo).

F. 1

FIGURA 1. Principales signos de mentar la eficiencia de la RCP y mejorar debiéndose realizar una revisión periódi-
parada cardiorrespiratoria. el pronóstico del animal después de la re- ca de las existencias y fecha de caducidad
cuperación de la circulación espontánea, de los principales fármacos del carro de
durante la hospitalización y tras el alta del reanimación así como de aquellos equipos
animal realizando una clasificación en cin- necesarios para la RCP.
co campos o dominios como la prepara- Otros puntos importantes serán la rea-
ción y prevención15, soporte vital básico16, lización de sesiones clínicas cada 6 me-
soporte vital avanzado17, monitorización18 ses29-33 en las cuales se disponga modelos
y cuidado tras la reanimación19. que permitan repasar las técnicas y los
Dicha iniciativa promueve el estudio protocolos de RCP34, así como deter-
continuo de todas las etapas entre las que minar la existencia de errores durante el
destacan el rápido acceso a infraestruc- proceso por parte de observadores exter-
turas veterinarias, la rápida instauración nos y realizar una discusión posterior35-39
del soporte vital básico y el soporte vital (Figura 2).
avanzado como puntos fundamentales20 En lo que respecta a la dosificación,
y cuya implementación dará lugar a un sería de utilidad disponer de una tabla con
mejor pronóstico21-25 incluyéndose todos los principales fármacos implicados tanto
ellos cadena de supervivencia en medici- en perros (pequeños, medianos, grandes)
na humana26 y constituyendo varios de como en gatos, en µg/Kg, mg/Kg, U/
los considerados como puntos clave en la Kg, mEq/Kg o en mg/Kg/h junto al ca-
iniciativa RECOVER27. rro de reanimación, así como un acceso
a dosis rápidas según intervalos de peso
(generalmente de 2,5 a 5 Kg) que podría
PR E PA R A CIÓN Y P R E VE N C I ÓN ser de vital importancia durante la RCP
a la hora de evitar realizar cálculos inne-
El entrenamiento del equipo médico es cesarios, permitiendo un pronto abordaje
fundamental y precisa del conocimiento terapéutico40,41.
estricto de las infraestructuras hospitalarias
y la farmacología implícita28, lo que junto
a una correcta planificación podría incre- Puntos claves durante la preparación
mentar la efectividad de la reanimación y prevención:
cardiopulmonar.
La rápida disponibilidad del equipa- • Disponer de carros de reanima-
miento puede influenciar sobre el devenir ción en zonas predeterminadas.
del animal por lo que ha de encontrarse • Revisar periódicamente la dispo-
en una localización conocida y accesible, nibilidad y fechas de caducidad de

20 ]
F. 2

los principales fármacos utilizados. resultar incluso irreversibles42-44. FIGURA 2. Sesión clínica de
• Realizar sesiones clínicas cada 6 En todo caso, en pacientes críticos con entrenamiento – modelo animal
meses para repasar las técnicas, procesos mórbidos concomitantes se ha (cortesía de Shimpei Nis-
conocimientos y poner a punto de estabilizar al animal pues las anoma- hikawa).
las habilidades psicomotoras so- lías existentes afectarán de forma directa
bre modelos animales. a las tasas de resucitación y supervivencia
• Disponer de una tabla de dosifi- en caso de producirse fallo cardiorrespi-
cación y cálculos rápidos anexa al ratorio45-49, por lo que siempre habrá de
Crash Cart. instaurarse tratamiento ante situaciones
de hipovolemia, hipoxia o hipoventila-
ción, y desequilibrios electrolíticos como
Cabe destacar que cada equipo de la hiperkaliemia, hipokaliemia o hipoglu-
reanimación constará de un líder y tres o cemia que pudieran interferir negativa-
cuatro personas entrenadas para la asistencia, mente sobre el proceso de reanimación
mientras que se debería disponer de ayudas cardiopulmonar.
cognitivas y diagramas de flujo presentes y Además, se debería evitar un consu-
visibles que facilitaran la toma correcta de mo de tiempo excesivo en la detección de
decisiones6, realizándose tras el evento un pulso periférico o en la valoración inicial
análisis de los puntos críticos para la detec- del electrocardiograma ya que como se ha
ción de fallos y la mejora de la técnica del determinado en medicina humana menos
mismo modo que durante el entrenamiento. del 2% de los profesionales son capaces de
determinar la falta de pulso en un interva-
C O N T R O L D E L PA C I E N T E : R E - lo corto de tiempo, por lo que en muchas
C O N O C I M I E N TO E I NI CI O DE L A ocasiones la palpación del pulso es insensi-
REANIMACIÓN CARDIORRESPI- ble para el diagnóstico de la CPA50-52, he-
RAT O RI A cho que podría ser extrapolable a pequeños
animales en los que se establece una posi-
La reanimación cardiopulmonar se debe- bilidad de reanimación mayor en aquellos
ría instaurar inmediatamente en todo tipo pacientes en los que se comprueba el pul-
de pacientes en los que se detecte apnea y so durante un corto periodo de tiempo y
falta de respuesta a los estímulos externos sobre los que se realiza una intervención
durante el examen físico para mejorar la rápida50,53 situación por la cual las guías de
eficacia de la misma, dado que un perio- reanimación limitan el tiempo de explora-
do mayor de privación de oxígeno puede ción inicial a un lapso de 5 y 10 segundos
provocar daños severos a nivel cardiovas- antes del inicio del soporte vital básico.
cular, neurológico y tisular que pueden Como se determinaba anteriormente,

[ 21
el sistema nervioso central es muy sensible disminuye drásticamente la probabilidad
a la hipoxia por lo que durante la reani- de retorno a la circulación espontánea53
mación es primordial preservar la oxi- produciéndose depleción de las reservas
genación cerebral para mantener intacta de energía, despolarización celular, y fa-
la funcionalidad neurológica, así como llo multiorgánico cuya severidad asciende
promover la oxigenación tisular hasta conforme lo hace la isquemia, generándo-
identificar la causa de la parada e iniciar se el marco para el desarrollo una lesión
el tratamiento para recuperar la función por reperfusión en aquellos casos en los
cardiovascular y respiratoria espontáneas. que finalmente logre restaurarse el flujo
El objetivo tanto de esta fase, como sanguíneo.
de la anterior es promover todas aquellas Las compresiones se realizarán posi-
acciones para lograr el retorno a la circu- cionando al animal en decúbito lateral27,63
lación espontánea (RCE) y tomar medidas dado que evidencias experimentales su-
para el tratamiento de la isquemia miocár- gieren una presión del ventrículo izquier-
dica, neurológica y sistémica, teniendo en do y un flujo aórtico mayores en perros
cuenta las posibles lesiones por reperfusión en los que se realizan en esta posición con
y otras posibles incidencias en caso de re- respecto a aquellos que se encuentran en
sultar esta exitosa. decúbito esternal, obteniéndose además
mayores tasas de RCE2,33.
El masaje cardiaco externo se debe de
SOP ORT E VI TAL BÁSI C O llevar a cabo de manera ininterrumpida
en ciclos de 2 minutos, intercambiando
Se define soporte vital como el conjunto a la persona que realiza las compresio-
de acciones que se toman sobre la circula- nes en cada ciclo con el fin de evitar la
ción, vía aérea y ventilación54 para tratar de repercusión negativa de la fatiga sobre la
restablecer las funciones cardiovascular y profundidad y tasa de las mismas16,27, así
respiratoria, siendo uno de los puntos crí- como aquellas interrupciones adicionales
ticos y más importantes durante la reani- que en caso de ser precisas (p. ej., intuba-
mación del paciente. ción, cateterización endovenosas) han de
ser mínimas64,65, dado que en ausencia de
So p o r t e c i rcu lator io las mismas no se genera flujo sanguíneo y
que se requiere de aproximadamente un
Durante esta fase se pretende mejorar la minuto de compresiones torácicas antes
perfusión miocárdica y cerebral, así como de que la presión de perfusión coronaria
mantener la función neurológica mediante (que determina el flujo sanguíneo miocár-
la intervención indirecta sobre la presión dico y tiene relación directa con la posibi-
de perfusión cerebral y el flujo sanguíneo lidad de RCE) alcance su valor máximo66
cerebral55-59. por lo que aquellos paréntesis que se lle-
Además, la intervención sobre la pared ven a cabo serán fundamentalmente para
torácica tendrá un impacto positivo sobre analizar la onda del electrocardiograma65 y
el retorno venoso, produciéndose un in- deberán ejecutarse de manera coordinada
cremento del retorno de sangre al corazón para atenuar en la medida de lo posible
izquierdo mientras que la presión intracra- la hipoxia e isquemia tisular, y su posi-
neal decrecerá55,60-62 . ble repercusión negativa sobre el estado y
El soporte circulatorio (cuyo uso está pronóstico del animal67-69.
descrito y extendido desde hace más de Del mismo modo se tratará de que la
50 años) se realizará mediante compre- profundidad de las mismas sea de 1/3 a
siones torácicas externas o internas que se 1/2 de la anchura del tórax, pues se ha
asemejen a las contracciones miocárdicas demostrado una correlación directa entre
espontáneas, siendo su objetivo fundamen- la profundidad de compresión y la pre-
tal generar un flujo sanguíneo efectivo y sión arterial media69-71 por lo que se evi-
adecuado hacia el corazón, cerebro, barrera tará en la medida de lo posible el sustento
hematogaseosa pulmonar y resto de órga- del peso del personal que realiza el masaje
nos y sistemas. torácico externo sobre la zona de proyec-
El rápido inicio de compresiones to- ción costal67,72 (especialmente ante fatiga
rácicas es fundamental, ya que su retraso o por una mala técnica) para así permitir

22 ]
la expansión pasiva del tórax entre com- de dilatación-torsión gástrica.
presiones16,73, ya que de otro modo se po- Otra alternativa sería el uso de venda-
dría producir un incremento de la presión jes a nivel abdominal y en las extremida-
intratorácica excesivo, con reducción del des, sobre todo en el caso de situaciones
retorno venoso a la cavidad torácica y del de hipovolemia, lo que podría resultar de
llenado ventricular pasivo entre compre- utilidad para establecer un flujo directo
siones67 afectando al pronóstico del animal de sangre al cerebro, corazón, pulmones y
y conduciendo a la disminución del flujo resto de órganos abdominales.
sanguíneo cerebral y miocárdico. En veterinaria y dada la elevada varia-
Cabe señalar que un estudio sobre mo- ción individual a nivel de especie y raza
delos experimentales determinó que la tasa no se ha identificado un vector de fuerzas
de compresiones eficaces realizadas por un idóneo para cada animal, mientras que en
único clínico descendía en el primer minu- medicina humana se ha descrito la dificul-
to hasta el 67% y hasta el 18% a los cinco tad elevada para la persona encargada del
minutos74, mientras que en otros disminuyó masaje torácico para medir la profundidad
de manera notable después de 2 y 3 mi- de las compresiones al realizar la RCP91,
nutos de compresión respectivamente75-78. hecho que también podría ser aplicable a
Además, se establece un ritmo de 100 nuestros pacientes.
a 120 compresiones por minuto79 inde- No obstante, se debe extremar la pre-
pendientemente de la talla del animal27 caución, evitando causar una lesión ia-
siendo el ratio compresión/retroceso de trogénica como se ha documentado en
1:1, equivalente a una sístole y diástole de humanos en los que los mayores proble-
igual duración54, y en la que por lo tanto, mas durante la RCP son la fractura costal
la fase activa del masaje torácico externo (hasta el 97%), edema pulmonar (hasta el
ocupará el 50% del ciclo de reanimación. 46%), dilatación gástrica (30%) y hemo-
Aunque una tasa de compresión ele- rragia mediastínica (hasta el 18%), desta-
vada produce un incremento del gasto cando una baja incidencia de neumotórax
cardiaco mayor y una hemodinámica más (3%) y habiéndose registrado también le-
favorable que tasas de compresión meno- siones pulmonares y hepáticas bajo con-
res80,81, se han de evitar ritmos demasiado diciones experimentales92-94.
altos que pudieran conducir a un descenso El mecanismo por el cual se genera
del retorno venoso al limitar la duración el flujo sanguíneo durante la RCP difiere
de la perfusión diastólica a nivel corona- notablemente de aquel por el que se pro-
rio y sobre todo ante el retroceso torácico duce la circulación espontánea, habiéndo-
deficiente82. se determinado dos modelos distintos para
Sin embargo, incluso las compresiones describir la sistemática de las compresio-
realizadas con una técnica idónea alcan- nes torácicas.
zarán únicamente del 25 al 40% del gasto En lo que respecta a la teoría de la
cardiaco83,84 , debiéndose de tener presente bomba cardiaca (Figura 3), el flujo san-
además que una presión de perfusión co- guíneo se produce por el cambio de las
ronaria menor de 15-20 mmHg será de- dimensiones de las cámaras cardiacas, ante
terminante de una falta de viabilidad del la compresión directa de los ventrículos,
paciente en el proceso de reanimación85,86. lo que incrementa la presión en el inte-
Ante esta situación se han descrito rior de estos y produce la apertura de la
técnicas��������������������������������
adicionales como las compresio- válvula aórtica y pulmonar suministrando
nes abdominales intermitentes/alternantes un flujo sanguíneo a los pulmones y los
que presentan numerosos beneficios he- tejidos respectivamente95,96.
modinámicos como la mejora del retorno Además, el retroceso del tórax entre
venoso al corazón, del gasto cardiaco, del compresiones crea una presión intratorá-
flujo sanguíneo miocárdico y de la per- cica negativa causada fundamentalmente
fusión orgánica87-90, no encontrándose in- ante las propiedades elásticas de la caja
dicada en casos de hemoabdomen, ascitis, torácica, que produce el llenado pasivo
patología vascular diagnosticada (p. ej., di- de los ventrículos antes de la compresión
latación de aorta abdominal), hernia dia- subsiguiente.
fragmática, hernia de hiato, vólvulo me- La teoría de la bomba torácica se
sentérico, dilatación gástrica o síndrome basa en el incremento de la presión intra-

[ 23
F. 3 F.4

FIGURA 3. La teoría de la bom- torácica en el momento de la compresión Sin embargo en perros de tórax profundo
ba cardiaca predomina en gatos que genera un tránsito sanguíneo desde las el mecanismo que predomina es la bomba
y perros pequeños y otros con el venas intratorácicas en la circulación sisté- cardiaca por lo que las compresiones po-
tórax aplanado como los galgos, mica en la que el corazón solo actúa como drán realizarse posicionando directamen-
considerándose mucho más un conducto pasivo98. te las manos entre el tercer y el séptimo
efectiva para generar flujo que la El posicionamiento del animal y la co- espacio intercostal que corresponderá a la
bomba torácica97. locación de las manos durante el masaje zona de proyección cardiaca (Tabla 2).
cardiaco externo en perros y gatos están No obstante, existen excepciones
FIGURA 4. En animales mayores relacionados con las características hemo- como en el caso de animales con di-
de 10 Kg el mecanismo predomi- dinámicas del paciente que varían con la mensiones torácicas similares en altura
nante para generar el flujo san- constitución, la conformación torácica y la y anchura –pecho aplanado- como los
guíneo es el de bomba torácica. talla del mismo contribuyendo al modo en Bulldogs en los que se podrían realizar
el que el flujo sanguíneo se genera durante compresiones con las manos posicionadas
las compresiones. sobre el esternón y el paciente colocado
En aquellos animales cuyas caracterís- en decúbito dorsal (Figura 5).
ticas morfológicas favorecen el mecanis- Generalmente tras los primeros ci-
mo de bomba cardiaca, las compresiones clos de compresión y especialmente en
se realizarán directamente sobre el cora- aquellos casos que se utilice un vector de
zón, pudiéndose utilizar una sola mano fuerzas resultante elevado, se dislocará la
en caso de pacientes de pequeño tamaño, unión costocondral produciéndose un in-
de manera que se produzca la compresión cremento subsecuente de la eficacia de las
del tórax con la palma y pulgares sobre su compresiones al aumentar la contribución
aspecto lateral y contralateral ejerciendo del mecanismo de bomba cardiaca.
fuerza con la punta de los dedos de mane- Los gatos tienen un mayor grado de
ra directa sobre el corazón. complianza que los perros y las compre-
En animales con un peso superior a siones podrían ser más efectivas, mientras
10 Kg y conformación torácica redon- que razas de perros con una baja com-
deada, el flujo sanguíneo se genera prin- plianza torácica (p. ej., Bulldog inglés) o
cipalmente por el mecanismo de bomba pacientes con obesidad u otras enferme-
torácica, por lo que lo que para un ma- dades que disminuyen la elasticidad torá-
yor incremento de la presión intratorá- cica precisarán de un aumento de inten-
cica se recomienda posicionar al animal sidad a la hora de realizar las mismas para
en decúbito lateral y realizar las compre- que la RCP sea efectiva.
siones en la zona más elevada del tórax Asímismo el grado de complianza
para obtener la máxima reducción del podría ser la causa del mejor pronóstico
volumen torácico y así producir la pre- durante la reanimación de animales pe-
sión máxima recomendada en cada uni- diátricos99 como se ha documentado en
dad del ciclo de compresión (Figura 4). estudios en medicina humana en los que

24 ]
Tabla 2. Resumen de posicionamiento y colocación de las manos en función del peso y las características del tórax del
paciente.

Tipo de paciente Posición del paciente Colocación de manos

Perros medianos a grandes (teoría de la Decúbito lateral Sobre la parte más ancha del tórax.
bomba torácica) Una mano colocada sobre la otra.
Ambas manos paralelas.

Perros con conformación torácica Decúbito lateral Sobre el corazón.


profunda estrecha Una mano colocada sobre la otra.
(teoría de la bomba cardiaca) Ambas manos paralelas.

Pacientes pequeños – menores de 10 Kg Decúbito lateral Uso de ambas manos o una sola mano
(teoría de la bomba cardiaca) en función de la talla del paciente y la
conformación torácica.

Animales braquicéfalos Decúbito dorsal Colocación de las manos sobre el


(complianza reducida) esternón a nivel del corazón.
Valorar fuerza de compresión.

F. 5

se ha registrado un incremento del gasto diversos grupos musculares. FIGURA 5. Método de posicio-
cardiaco asociado a la distensibilidad torá- Puntos claves para el correcto ma- namiento manual y del paciente
cica en estos casos100. saje cardiaco externo: para animales de pecho apla-
La postura del clínico que realiza las • 100 a 120 compresiones/minu- nado.
compresiones es primordial para que la to, de 1/3 a 1/2 de la anchura
RCP sea efectiva, debiendo bloquear los torácica.
codos, posicionando una mano sobre la • Ciclos de 2 minutos de compre-
otra y colocando los hombros directamen- siones ininterrumpidas.
te sobre las manos utilizando una tarima • Las compresiones realizadas con
o step en aquellos casos en los que el pa- una técnica idónea alcanzarán
ciente se encuentre sobre una superficie únicamente del 25 al 40% del
elevada. gasto cardiaco habitual, por lo
El uso de esta postura implica a los que pueden requerirse métodos
músculos pectoral superior, deltoides, tra- adicionales.
pecio y abdominales del veterinario en- • Minimizar pausas entre ciclos
cargado de la compresión, lo que junto para el diagnóstico electrocar-
a otros implicados frecuentemente como diográfico y otras intervenciones
el bíceps y el tríceps permiten una com- sobre el animal
presión más estable producto del vector • Implicar varios grupos muscula-
de fuerzas resultante del trabajo muscular res disminuye la fatiga muscular
conjunto, reduciendo la fatiga al implicar y aumenta el rendimiento de las

[ 25
compresiones. muy bajos al no existir un transporte de
V Í A A É R E A Y VE N TI L AC I ÓN CO2 eficiente desde los tejidos a la ba-
rrera hematogaseosa ante la ausencia flujo
Aunque en el pasado las directrices de sanguíneo durante la parada cardiorrespi-
reanimación cardiopulmonar determina- ratoria105.
ban la comprobación de la vía aérea y la Durante la reanimación cardiopulmo-
ventilación de manera previa al inicio de nar se establecerá una fracción inspirada de
las compresiones según la regla nemotéc- oxígeno (FiO2) del 100% con el fin de in-
nica ABC (del inglés Airway, Breathing, crementar el oxígeno arterial y compensar
Circulation), en el presente se ha aceptado el bajo gasto cardiaco que se produce du-
una modificación en el orden de actua- rante las compresiones externas, para pos-
ción a circulación, vía aérea y ventilación teriormente ajustar ésta en casos de RCE
o CAB (del inglés Circulation, Airway, hasta aproximadamente el 21% para man-
Breathing), otorgándose un segundo lu- tener la saturación de oxígeno por encima
gar a esta54,101,102, fundamentalmente ante del 95% para prevenir la hipoxemia y dis-
aquellos mecanismos intrínsecos (como minuir el riesgo de daño oxidativo durante
la disminución abrupta del consumo de el proceso de reperfusión106-108.
oxígeno por parte del organismo durante Respecto a la ventilación, esta podrá
la parada, la reducción del flujo pulmonar ser manual o mecánica con un volumen
que permite un ratio ventilación perfu- tidal de 10 a 15 ml/Kg, una frecuencia de
sión apropiado y la capacidad de reserva 10 respiraciones por minuto, un tiempo
funcional con la que cuenta el paciente) inspiratorio corto (de aproximadamente 1
y extrínsecos (como la ventilación alveo- segundo), y una presión pico de 20 cm de
lar que se produce a consecuencia de la H2O evitando así el desarrollo de baro-
presión negativa debida a las compresiones trauma, volutrauma o biotrauma, así como
torácicas103) que permiten el intercambio fenómenos de hiperventilación en los que
jerárquico de la vía aérea y la ventilación se produzca una disminución de la perfu-
en pro de las compresiones torácicas. sión coronaria, vasoconstricción cerebral
Sin embargo, tanto la hipoxia como y disminución de la llegada de oxígeno al
la hipercapnia reducen la posibilidad de sistema nervioso central109.
RCE104, por lo que no se ha de retrasar Sin embargo, en el caso de animales pe-
la ventilación ya que en la mayoría de diátricos, de pequeño tamaño, con hipoxia
pequeños animales se presenta un fallo preexistente u otros con enfermedad del
cardiorrespiratorio que no es de origen parénquima pulmonar restrictiva (p. ej., fi-
cardiovascular primario, siendo en estos brosis pulmonar asociada a neumonía) se
casos de alta relevancia un manejo de la podrían utilizar frecuencias respiratorias
vía aérea y ventilación tempranos. mayores1,110, de entre 12-15 respiraciones
La vía aérea se debería asegurar me- por minuto, en lugar de las 20-24 respira-
diante la intubación endotraqueal siem- ciones que determinaban las directrices de
pre que sea posible desde la posición de reanimación en el pasado1,111 .
decúbito lateral para no interrumpir las En aquellos casos en los que la in-
compresiones torácicas y establecer una tubación, y la colocación alternativa del
correcta ventilación alveolar durante las tubo de cricotirotomía o la traqueosto-
mismas, evitando la entrada de aire por mía temporal no sea posible (fundamen-
vía esofágica hacia el est�������������
����������
mago y pro- talmente por no encontrarse el animal en
tegiendo de la aspiración de contenido instalaciones médicas) se podrían realizar
gastrointestinal, sangre u otras secreciones ventilaciones boca-hocico mantenien-
ante la pérdida de reflejos y la consecuente do el cuello extendido y sellando ambas
relajación de esfínteres. narinas112,113 con la boca para insuflar aire
La correcta colocación del tubo endo- hasta conseguir expandir la caja torácica,
traqueal se verificará mediante la observa- alternando 30 compresiones con 2 venti-
ción del movimiento del t���������������
������������
rax al compri- laciones cortas (ratio 30:2) e intentando
mir la bolsa reservorio o bien mediante obtener un tiempo inspiratorio de aproxi-
la capnografía, siempre debiendo tener madamente un segundo (Figura 6).
en cuenta que podría no registrarse lec- Esta técnica será mucho menos efi-
tura del EtCO2 o bien encontrar valores ciente, ya que requiere del cese de las

26 ]
Pausar las
2 ventilaciones compresiones
rápidas 30 + 2 ventilaciones Reiniciar
(tiempo compresiones rápidas (tiempo el ciclo de
inspiratorio torácicas inspiratorio 1 compresiones
1 segundo) segundo)

F. 6

compresiones, situación que tendrá un FIGURA 6. Esquema-resumen


impacto negativo sobre el gasto cardiaco y CONC L U SI ÓN del ciclo de ventilación-com-
la perfusión tisular, por lo que solo se de- presión mediante la ventilación
bería utilizar en el exterior de instalacio- A pesar de los avances en los últimos boca-hocico.
nes sanitarias o dentro de ellas cuando no años en lo que respecta la medicina de
sea posible la intubación, traqueostomía cuidados intensivos en pequeños anima-
temporal o colocación del tubo de cri- les y pese a las directrices que la iniciativa
cotirotomía, así como ante aquellos casos RECOVER publicó en primera instan-
de extrema gravedad, patología respiratoria cia en 2012, aún queda un largo camino
de vías aéreas superiores preexistente y/o que recorrer en lo que respecta a la in-
falta de equipamiento o de cualificación vestigación, adquisición de conocimientos
en este campo. y desarrollo de técnicas que permitan
mejorar la eficacia de la reanimación car-
diopulmonar.
El presente artículo (dividido en dos
La secuencia vía aérea, ventilación, partes), pretenden aunar algunos de los
circulación se ha visto modificada a cir- conocimientos que pudieran ser de uti-
culación, vía aérea, ventilación en las lidad en la clínica de pequeños animales,
últimas directrices sobre RCP. así como realizar un viaje a lo largo de
La hipoxia y la hipercapnia, dismi- las 7 partes que constituyen las directri-
nuyen la posibilidad de RCE. ces de la Iniciativa RECOVER, desde
La intubación se realizará desde la la preparación y manejo, hasta sus guías
posición de decúbito lateral, siempre clínicas finales.
que sea posible sin detener las compre-
siones.
En aquellos casos en los que la in-
tubación orotraqueal no sea posible, se
podrá realizar una cricotirotomía114 o
traqueostomía temporal.
La ventilación podrá ser manual o Bibliografía
mecánica con un volumen tidal de 10
a 15 ml/Kg y una frecuencia de 10 res- 1. Henik RA. Basic life support and external
cardiac compression in dogs and cats. Jour-
piraciones por minuto con un tiempo nal of the American Veterinary Association
inspiratorio corto –de aproximadamen- 1992;200:1925–1931
te 1 segundo-, y una presión pico de 20 2. Hofmeister EH Brainard BM Egger CM, Kan G.
cm de H2O. Prognostic indicators for dogs and cats with
cardiopulmonary arrest treated by cardio-
pulmonary cerebral resuscitation at a univer-
sity teaching hospital. Journal of the American
Veterinary Medical Association, 2009;235(1),

[ 27
50–57. erinary CPR. Part 4: advanced life support.
3. Brodbelt D. Perioperative mortality in small Journal of Veterinary Emergency and Clinical
animal anaesthesia. The Veterinary Journal Care 2012;22(Suppl 1):S44–64.
2009;182(2), 152–161 18. Brainard BM, Boller M, Fletcher DJ. RECOVER
4. Bidoulet P, Aubas P, Dubourdieu J. Fatal and evidence and knowledge gap analysis on
non fatal cardiac arrest related to anesthesia. veterinary CPR. Part 5: monitoring. Journal
Canadian Journal of Anesthesia 2001;48:326– of Veterinary Emergency and Clinical Care
332. 2012;22(Suppl 1):S65–84
5. Rush JE, Wingfield WE. Recognition and fre- 19. Smarick SD, Haskins SC, Boller M. RECOVER
quency of dysrhythmias during cardiopulmo- evidence and knowledge gap analysis on vet-
nary arrest. Journal of the American Veterinary erinary CPR. Part 6: post-cardiac arrest care.
Medicine Association. 1992;200:1932–1937 Journal of Veterinary Emergency and Clinical
6. Wingfield WE, Van Pelt DR. Respiratory Care 2012;22(Suppl 1):S85–101.
and cardiopulmonary arrest in dogs and 20. Cummins RO, Ornato JP, Thies WH. Improving
cats: 265 cases (1986–1991). Journal of the survival from sudden cardiac arrest: the `chain
American Veterinary Medicine Association of survival´ concept. A statement for health
1992;200:1993–1996. professionals from the Advanced Cardiac Life
7. Kass PH, Haskins SC. Survival following car- Support Subcommittee and the Emergency
diopulmonary resuscitation in dogs and cats. Cardiac Care Committee, American Heart As-
Journal of Veterinary Emergency and Critical sociation. Circulation 1991;83:1832–1847.
Care. 1992;2:57–65. 21. Larsen MP, Eisenberg MS, Cummins RO. Pre-
8. Gilroy BA, Dunlop BJ, Shapiro HM. Outcome dicting survival from out-of-hospital cardiac
from cardiopulmonary resuscitation in cats: arrest: a graphic model. Annals of internal
laboratory and clinical experience. Journal Medicine 1993;22:1652–1658.
of the American Animal Hospital Association 22. Iwami T, Nichol G, Hiraide. Continuous im-
1987;23:133–139. provements in “chain of survival” increased
9. Zoch TW, Desbiens NA, DeStefano F. Short- survival after out-of-hospital cardiac arrests: a
and long-term survival after cardiopulmonary large-scale population-based study. Circulation
resuscitation. Archives of Internal Medicine. 2009;119:728–734.
2000;160:1969–1973. 23. Lund-Kordahl I, Olasveengen TM, Lorem T. Im-
10. Boller M, Boller EM, Oodegard S. Small ani- proving outcome after out-of-hospital cardiac
mal cardiopulmonary resuscitation requires arrest by strengthening weak links of the local
a continuum of care: proposal for a chain of chain of survival; quality of advanced life sup-
survival for veterinary patients. Journal of the port and post-resuscitation care. Resuscitation
American Veterinary Medicine Association. 2010;81:422–426.
2012;240(5):540–54. 24. Plunkett SJ, McMichael M. Cardiopulmonary
11. McIntyre RL, Hopper K, Epstein SE. Assessment Resuscitation in Small Animal Medicine: An
of cardiopulmonary resuscitation in 121 dogs Update. Journal of Veterinary Internal Medi-
and 30 cats at a university teaching hospital cine, 2008:22(1), 9–25
(2009-2012). Journal of Veterinary Emergency 25. Wingfield WE. Cardiopulmonary arrest. En:
and Critical Care 2014; 24(6), 693–704. Wingfield WE, Raffe MR, eds. The Veterinary
12. Bhanji F, Mancini ME, Sinz E. Part 16: edu- ICU Book. Jackson Hole, WY: Teton New Media;
cation, implementation, and teams: 2010. 2002:421–452..
American Heart Association Guidelines for 26. Peberdy MA, Ornato JP. Post-resuscitation
Cardiopulmonary Resuscitation and Emergency care: is it the missing link in the Chain of Sur-
Cardiovascular Care. Circulation 2010;122(18 vival? Resuscitation 2005;64:135–137.
suppl 3):S920–S933. 27. Fletcher DJ, Boller M, Brainard BM, Haskins
13. Fletcher DJ, Boller M. Updates in Small Animal SC, Hopper K. RECOVER evidence and knowl-
Cardiopulmonary Resuscitation. Veterinary edge gap analysis on veterinary CPR. Part 7:
Clinics of North America: Small Animal Practice, Clinical guidelines. Journal of Veterinary Emer-
2013;43(4), 971–987. gency and Critical Care, 22(s1), S102–S131
14. Boller M, Fletcher DJ. RECOVER evidence 28. Smith GB. In-hospital cardiac arrest: is it time
and knowledge gap analysis on veterinary for an in-hospital ‘chain of prevention’? Resus-
CPR. Part 1: evidence analysis and consen- citation 2010;81:1209–1211.
sus process: collaborative path toward small 29. Isbye DL, Meyhoff CS, Lippert FK. Skill reten-
animal CPR guidelines. Journal of Veterinary tion in adults and in children 3 months after
Emergency and Clinical Care. 2012;22(Suppl basic life support training using a simple per-
1):S4–12 sonal resuscitation manikin. Resuscitation
15. McMichael M, Herring J, Fletcher DJ. RECOVER 2007;74(2):296–302.
evidence and knowledge gap analysis on vet- 30. Mpotos N, Lemoyne S, Wyler B. Training to
erinary CPR. Part 2: preparedness and preven- deeper compression depth reduces shallow
tion. Journal of Veterinary Emergency and Clini- compressions after six months in a manikin
cal Care 2012;22(Suppl 1):S13–25. model. Resuscitation 2011;82(10):1323–7.
16. Hopper K, Epstein SE, Fletcher DJ. RECOVER 31. Handley A, Handley S. Improving CPR per-
evidence and knowledge gap analysis on vet- formance using an audible feedback system
erinary CPR. Part 3: basic life support. Journal suitable for incorporation into an automated
of Veterinary Emergency and Clinical Care external defibrillator. Resuscitation 2003;
2012;22(Suppl 1):S26–43 57(1):57–62.
17. Rozanski EA, Rush JE, Buckley GJ. RECOVER 32. Kardong-Edgren SE, Oermann MH, Odom-
evidence and knowledge gap analysis on vet- Maryon T, et al. Comparison of two instruc-

28 ]
tional modalities for nursing student CPR skill 17.
acquisition. Resuscitation 2010; 81(8):1019– 48. de Vos R, Koster RW, De Haan RJ. In-hospital
1024. cardiopulmonary resuscitation: prearrest mor-
33. Fletcher DJ, Militello R, Schoeffler GL. Develop- bidity and outcome. Archives of Internal Medi-
ment and evaluation of a high-fidelity canine cine 1999;159:845–850.
patient simulator for veterinary clinical train- 49. Bedell SE, Delbanco TL, Cook EF. Survival
ing. Journal of Veterinary Medical Education after cardiopulmonary resuscitation in the
2012; 39(1):7–12. hospital. New England Journal of Medicine
34. Kromann CB, Jensen ML, Ringsted C. The effect 1983;309:569–576.
of testing on skills learning. Medical Education. 50. Dick WF, Eberle B, Wisser G. The carotid pulse
2009; 43(1):21–27. check revisited: what if there is no pulse? Critical
35. Noordergraaf GJ, Van Gelder JM, Van Kesteren Care Medicine 2000; 28(11 Suppl):N183–N185.
RG. Learning cardiopulmonary resuscitation 51. Eberle B, Dick WF, Schneider T. Checking the
skills: does the type of mannequin make a dif- carotid pulse check: diagnostic accuracy of
ference? European Journal of Emergency Medi- first responders in patients with and without
cine.1997;4(4):204–9. a pulse. Resuscitation 1996; 33(2):107–116.
36. Cimrin AH, Topacoglu H, Karcioglu O, et al. A 52. White L, Rogers J, Bloomingdale M. Dispatcher-
model of standardized training in basic life sup- assisted cardiopulmonary resuscitation: risks
port skills of emergency medicine residents. for patients not in cardiac arrest. Circulation
Advances in Therapy. 2005;22(1): 10–8. 2010; 121(1):91–97.
37. Andreatta P, Saxton E, Thompson. Simulation- 53. Rittenberger JC, Menegazzi JJ, Callaway CW.
based mock codes significantly correlate with Association of delay to first intervention
improved pediatric patient cardiopulmonary with return of spontaneous circulation in a
arrest survival rates. Pediatric Critical Care swine model of cardiac arrest. Resuscitation
Medicine. 2011; 12(1):33–38. 2007;73(1):154–60.
38. Dine CJ, Gersh RE, Leary M. Improving car- 54. Berg RA, Hemphill R, Abella BS, et al. Part 5:
diopulmonary resuscitation quality and re- adult basic life support: 2010 American Heart
suscitation training by combining audiovisual Association Guidelines for Cardiopulmonary
feedback and debriefing. Critical Care Medicine Resuscitation and Emergency Cardiovascular
2008; 36(10):2817– 2822. Care. Circulation 2010;122(suppl 3):S685–
39. Morgan PJ, Tarshis J, LeBlanc V. Efficacy of high- S705.
fidelity simulation debriefing on the perfor- 55. Aufderheide TP, Lurie KG. Vital organ blood
mance of practicing anaesthetists in simulated flow with the impedance threshold device.
scenarios. British Journal of Anesthesia. 2009; Critical Care Medicine. 2006;34:S466–S473.
103(4):531–537. 56. Eisenberg MS, Horwood BT, Cummins RO, et
40. Royse AG. New resuscitation trolley: stages al. Cardiac arrest and resuscitation: A tale of
in development. Australian Clinical Review. 29 cities. Annals of Emergency Medicine 1990;
1989;9(3–4):107–14. 19:179–186.
41. Dyson E, Smith GB. Common faults in resuscita- 57. Niemann JT. Cardiopulmonary resusci-
tion equipment–guidelines for checking equip- tation. New England Journal of Medi-
ment and drugs used in adult cardiopulmonary cine.1992;327:1075–1080.
resuscitation. Resuscitation 2002;55(2):137– 58. Paradis NA, Martin GB, Goetting MG. Simulta-
49. neous aortic, jugular bulb, and right atrial pres-
42. Deasy C, Bray JE, Smith K. Cardiac arrest out- sures during cardiopulmonary resuscitation in
comes before and after the 2005 resuscitation humans. Insights into mechanisms. Circulation
guidelines implementation: evidence of im- 1989;80:361–368.
provement? Resuscitation 2011; 82984–82988. 59. Shaffner DH, Eleff SM, Brambrink AM. Effect
43. Hinchey PR, Myers JB, Lewis R. Improved of arrest time and cerebral perfusion pres-
out-of-hospital cardiac arrest survival after sure during cardiopulmonary resuscitation on
the sequential implementation of 2005 AHA cerebral blood flow, metabolism, adenosine
guidelines for compressions, ventilations, and triphosphate recovery, and pH in dogs. Critical
induced hypothermia: the Wake County ex- Care Medicine. 1999;27:1335–1342
perience. Annals of Internal Medicine. 2010; 60. Yannopoulos D, Sigurdsson G, McKnite S. Re-
56(4):348–357. ducing ventilation frequency combined with
44. Aufderheide TP, Yannopoulos D, Lick CJ. Imple- an inspiratory impedance device improves CPR
menting the 2005 American Heart Association efficiency in swine model of cardiac arrest. Re-
Guidelines improves outcomes after out-of- suscitation 2004;61:75–82.
hospital cardiac arrest. Heart Rhythm 2010; 61. Yannopoulos D, McKnite S, Aufderheide TP.
7(10):1357–1362. Effects of incomplete chest wall decompres-
45. Taffet GE, Teasdale TA, Luchi RJ. In-hospital sion during cardiopulmonary resuscitation on
cardiopulmonary resuscitation. Journal of the coronary and cerebral perfusion pressures in a
American Medical Asocciation 1988;260:2069– porcine model of cardiac arrest. Resuscitation
2072. 2005;64:363–372.
46. Ballew KA, Philbrick JT, Caven DE. Predictors of 62. Guerci AD, Shi AY, Levin H. Transmission of in-
survival following in-hospital cardiopulmonary trathoracic pressure to the intracranial space
resuscitation. A moving target. Archives of In- during cardiopulmonary resuscitation in dogs.
ternal Medicine 1994;154:2426–2432. Circulation Research. 1985;56:20–30.
47. Schultz SC, Cullinane DC, Pasquale M. Predict- 63. Maier GW, Tyson GS, Olsen CO, et al. The
ing in-hospital mortality during cardiopulmo- physiology of external cardiac massage: high-
nary resuscitation. Resuscitation 1996;33:13– impulse cardiopulmonary resuscitation. Circu-

[ 29
lation 1984;70(1):86–101. 376(9752):1552–1557.
64. Neumar RW, Otto CW, Link MS. Part 8: adult 80. Maier GW, Newton JR Jr, Wolfe JA. The influ-
advanced cardiovascular life support: 2010 ence of manual chest compression rate on
American Heart Association Guidelines for hemodynamic support during cardiac arrest:
Cardiopulmonary Resuscitation and Emergency high-impulse cardiopulmonary resuscitation.
Cardiovascular Care. Circulation 2010;122(18 Circulation 1986;74:IV51–IV59.
suppl 3):S729–S767. 81. Newton JR, Glower DD, Wolfe JA. A physiologic
65. Travers AH, Rea TD, Bobrow BJ. Part 4: CPR comparison of external cardiac massage tech-
overview: 2010 American Heart Association niques. Journal of Thoracic and Cardiovascular
Guidelines for Cardiopulmonary Resuscitation Surgery 1988;95:892–901.
and Emergency Cardiovascular Care. Circula- 82. Wolfe JA, Maier GW, Newton JR Jr. Physiologic
tion 2010;122(suppl 3):S676–S684. determinants of coronary blood flow during
66. Kern K, Hilwig R, Berg R. Importance of con- external cardiac massage. Journal of Thoracic
tinuous chest compressions during car- and Cardiovascular Surgery 1988;95:523–532
diopulmonary resuscitation. Circulation 83. Weil MH, Bisera J, Trevino RP. Cardiac output
2002;105(5):645–9. and end-tidal carbon dioxide. Critical Care
67. Zuercher M, Hilwig RW, Ranger-Moore J. Lean- Medicine. 1985;13:907–909
ing during chest compressions impairs cardiac 84. Voorhees WD, Babbs CF, Tacker WA Jr. Re-
output and left ventricular myocardial blood gional blood flow during cardiopulmonary
flow in piglet cardiac arrest. Critical Care Medi- resuscitation in dogs. Critical Care Medicine
cine. 2010;38:1141–1146. 1980;8:134–136.
68. Berg RA, Sanders AB, Kern KB. Adverse hemo- 85. Otlewski MP, Geddes LA, Pargett M, et al.
dynamic effects of interrupting chest compres- Methods for calculating coronary perfusion
sions for rescue breathing during cardiopulmo- pressure during CPR. Cardiovascular Engineer-
nary resuscitation for ventricular fibrillation ing 2009;9:98–103.
cardiac arrest. Circulation 2001;104:2465–2470. 86. Kern KB, Ewy GA, Voorhees WD, et al. Myo-
69. Edelson DP, Abella BS, Kramer-Johansen J. Ef- cardial perfusión pressure: a predictor of 24-
fects of compression depth and pre-shock hour survival during prolonged cardiac arrest
pauses predict defibrillation failure during in dogs. Resuscitation 1988;16:241–250.
cardiac arrest. Resuscitation 2006;71:137–145. 87. Ralston SH, Babbs CF, Niebauer MJ. Cardio-
70. Babbs CF, VoorheesWD, Fitzgerald KR. Relation- pulmonary resuscitation with interposed ab-
ship of blood pressure and flow during CPR to dominal compression in dogs. Anesthesia and
chest compression amplitude: evidence for Analgesia. 1982;61:645–651.
an effective compression threshold. Annals of 88. Hoekstra OS, Van Lambalgen AA, Groeneveld
Emergency Medicine. 1983; 12(9):527–532. 38. ABJ, et al. Abdominal compressions increase
71. Ristagno G, TangW, Chang Y-T. The quality of vital organ perfusion during CPR in dogs: re-
chest compressions during cardiopulmonary lation with efficacy of thoracic compressions.
resuscitation overrides importance of timing Annals of Emergency Medicine. 1995;25:375–
of defibrillation. Chest 2007; 132(1):70–75. 385.
72. Fried DA, Leary M, Smith DA. The prevalence 89. Kern KB, Carter AB, Showen RL. Twenty-four
of chest compression leaning during in-hospital hour survival in a canine model of cardiac arrest
cardiopulmonary resuscitation. Resuscitation comparing three methods of manual cardiopul-
2011; 82(8):1019–1024. monary resuscitation. Journal of the American
73. Niles D, Nysaether J, Sutton R. Leaning is com- College of Cardiology 1986;7:859–867.
mon during in-hospital pediatric CPR, and de- 90. Voorhees WD III, Ralston SH, Babbs CF. Re-
creased with automated corrective feedback. gional blood flow during cardiopulmonary re-
Resuscitation 2009;80:553–557. suscitation with abdominal counterpulsation in
74. Hightower D, Thomas SH, Stone CK, et al. De- dogs. American Journal of Emergency Medicine
cay in quality of closed-chest compressions 1984;2:123–128.
over time Annals of Emergency Medicine 1995; 91. Berg MD, Schexnayder SM, Chameides L. Part
26(3):300–303. 13: pediatric basic life support: 2010 Ameri-
75. Ochoa FJ, Ramalle-Gomara E, Lisa V. The effect can Heart Association Guidelines for Cardio-
of rescuer fatigue on the quality of chest com- pulmonary Resuscitation and Emergency Car-
pressions. Resuscitation 1998; 37(3):149–152. diovascular Care. Circulation 2010; 122 (suppl
76. Ashton A, McCluskey A, Gwinnutt CL. Effect of 3):S862–7S865.
rescuer fatigue on performance of continuous 92. Kern KB, Carter AB, Showen RL. CPR-induced
external chest compressions over 3 minutes. trauma: comparison of three manual methods
Resuscitation 2002; 55(2):151–155. in an experimental model. Annals of Emergen-
77. Heidenreich JW, Berg RA, Higdon TA. Rescuer cy Medicine 1986;15:674–679
fatigue: standard versus continuous chest- 93. Hoke RS, Chamberlain D. Skeletal chest injuries
compression cardiopulmonary resuscita- secondary to cardiopulmonary resuscitation.
tion. Academic Emergency Medicine 2006; Resuscitation 2004;63:327–338.
13(10):1020–1026. 94. Halperin HR, Rayburn BK. Manual cardiopul-
78. Chi C-H, Tsou J-Y, Su F-C. �������������������
Effects of compres- monary resuscitation techniques. En: Paradis
sion-to-ventilation ratio on compression force MR, Halperin HR, Kern K, et al, eds. Cardiac
and rescuer fatigue during cardiopulmonary arrest: the science and practice of resuscita-
resuscitation. American Journal of Emergency tion medicine. 2nd ed. Cambridgeshire, Cam-
Medicine. 2010; 28(9):1016–1023. bridge, England: Cambridge University Press,
79. Hupfl M, Selig H, Nagele P. Chest compres- 2007;571–584
sion-only CPR: a metaanalysis. Lancet 2010; 95. Kouwenhoven WB, Jude JR, Knickerbocker

30 ]
GG. Closed-chest cardiac massage. Jour- 19(5):416–425.
nal of the American Medicine Association 113. Briganti A, Melanie P, Portela D. Continuous po-
1960;173:1064–7. sitive airway pressure administered via face mask
96. Tucker KJ, Savitt MA, Idris A, et al. Cardiopul- in tranquilized dogs. Journal of Veterinary Emer-
monary resuscitation. Historical perspectives, gency and Critical Care. 2010; 20(5):503–508
physiology, and future directions. Archives of 114. Hansen IK., Eriksen T. Cricothyrotomy: pos-
Internal Medicine 1994; 154(19):2141–2150 sible first-choice emergency airway access for
97. Feneley MP, Maier GW, Gaynor JW. Sequence treatment of acute upper airway obstruction in
of mitral valve motion and transmitral blood dogs and cats. Veterinary Record 2013; 174(1),
flow during manual cardiopulmonary resusci- 17–17
tation in dogs. Circulation 1987;76:363–375. 115. Spaan J, Kolyva, C. Coronary structure and
98. Niemann JT, Rosborough J, Hausknecht M. perfusion in health and disease. Philosophical
Blood flow without cardiac compression du- Transactions of the Royal Society A: Mathe-
ring closed chest CPR. Critical Care Medicine. matical, Physical and Engineering Sciences,
1981;9(5):380–1. 2008;366(1878), 3137–3153
99. Dean JM, Koehler RC, Schleien CL. Age-re- 116. Hayes MM, Berg RA, Otto CW. Monitoring
lated effects of compression rate and duration during cardiac arrest: are we there yet? Current
in cardiopulmonary resuscitation. Journal of Opinion on Critical Care 2003;9:211–217.
Applied Physiology. 1990;68:554–560. 117. Anderson CT, Breen PH. Carbon dioxide kine-
100. Meaney PA, Nadkarni VM, Cook EF. Higher tics and capnography during critical care. Criti-
survival rates among younger patients after pe- cal Care 2000;4:207–215
diatric intensive care unit cardiac arrests. Pedia- 118. Grmec S, Klemen P. Does the end-tidal carbon
trics 2006;118:2424–2433. dioxide (EtCO2) concentration have prognos-
101. Ewy GA, Zuercher M, Hilwig RW. Improved tic value during out-of-hospital cardiac arrest?
neurological outcome with continuous chest European Journal of Emergency Medicine.
compressions compared with 30:2 compres- 2001;8(4):263–9.
sions-to-ventilations cardiopulmonary resuscita- 119. Pokorna´ M, Necas E, Kratochvı´l J. A sudden
tion in a realistic swine model of out-of-hospital increase in partial pressure end-tidal carbon
cardiac arrest. Circulation 2007;116:2525–2530. dioxide PEtCO2 at the moment of return of
102. Chandra NC, Gruben KG,Tsitlik JE, et al. Ob- spontaneous circulation. Journal of Emergency
servations of ventilation during resuscitation in a Medicine 2010;38(5):614–21.
canine model. Circulation 1994;90:3070–3075. 120. Callaham M, Barton C. Prediction of outcome
103. Idris AH. Reassessing the need for ventilation of cardiopulmonary resuscitation from end-ti-
during CPR. Annals of Emergency Medicine dal carbon dioxide concentration. Critical Care
1996;27:569–575. Medicine. 1990;18:358–362.
104. Dorph E, Wik L, Strømme TA, et al. Oxygen 121. Kern KB, Sanders AB,Voorhees WD. Changes in
delivery and return of spontaneous circulation expired end-tidal carbon dioxide during cardio-
with ventilation:compression ratio 2:30 versus pulmonary resuscitation dogs: a prognostic guide
chest compressions only CPR in pigs. Resusci- for resuscitation efforts. Journal of the American
tation 2004; 60(3):309–318. College of Cardiology. 1989;13:1184–1189
105. Li J. Capnography alone is imperfect for endo- 122. Gudipati CV, Weil MH, Bisera J. Expired carbon
tracheal tube placement confirmation during dioxide: a noninvasive monitor of cardiopulmo-
emergency intubation. Journal of Emergency nary resuscitation. Circulation 1988;77:234–239.
Medicine 2001;20(3):223–9. 123. Pernat A, Weil MH, Sun S. Stroke volumes and
106. Neumar RW. Optimal oxygenation during and end-tidal carbon dioxide generated by precor-
after cardiopulmonary resuscitation. Current dial compression during ventricular fibrillation.
Opinion on Critical Care. 2011;17:236–240. Critical Care Medicine 2003;31:1819–1823.
107. Peberdy MA, Callaway CW, Neumar RW, et al. 124. Levine RL, Wayne MA, Miller CC. End-tidal
Part 9: post-cardiac arrest care: 2010 American carbon dioxide and outcome of out-of-hospital
Heart Association Guidelines for Cardiopul- cardiac arrest. New England Journal of Medici-
monary Resuscitation and Emergency Car- ne 1997;337:301–306.
diovascular Care. Circulation 2010;122(suppl 125. Sanders AB, Kern KB, Otto CW. End-tidal
3):S768–S786. carbon dioxide monitoring during cardiopul-
108. Kilgannon JH, Jones AE, Parrillo JE. Relation- monary resuscitation. A prognostic indicator
ship between supranormal oxygen tension and for survival. Journal of the American Medical
outcome after resuscitation from cardiac arrest. Association 1989;262:1347–1351.
Circulation 2011;123:2717–2722. 126. Ward KR, Yealy DM. End-tidal Carbon Dio-
109. Aufderheide TP, Lurie KG. Death by hyperven- xide Monitoring in Emergency Medicine, Part
tilation: a common and life-threatening problem 2: Clinical Applications. Academic Emergency
during cardiopulmonary resuscitation. Critical Medicine. 1998;5:637–646.
Care Medicine 2004; 32(Suppl):S345–S351 127. Lindberg L, Liao Q, Steen S.The effects of epi-
110. Kruse-Elliott KT. Cardiopulmonary resuscita- nephrine/norepinephrine on end-tidal carbon
tion: Strategies for maximizing success. Veteri- dioxide concentration, coronary perfusion pres-
nary Medicine. 2001;16:51–58 sure and pulmonary arterial blood flow during
111. Rieser TM. Cardiopulmonary resuscitation. cardiopulmonary resuscitation. Resuscitation
Clinical Techniques on Small Animal Practice. 2000;43:129–140.
2000;15:76–81. 128. Calinas-Correia J, Phair I. Physiological va-
112. Brown JE, Bersenas AME, Mathews KA. No- riables during open chest cardiopulmonary
ninvasive ventilation in cats. Journal of Vete- resuscitation: results from a small series. Jour-
rinary Emergency and Critical Care. 2009; nal of Accident and Emergency Medicine

[ 31
2000;17:201–4 1980;244:1110–1111.
129. Benson DM, O’Neil B, Kakish E. Open-chest 144. Harrison EE. Intracardiac injections. Journal of
CPR improves survival and neurologic outco- the American Medical Surgery 1981;245:1315–
me following cardiac arrest. Resuscitation 1315.
2005;64:209–217 145. Paradis NA, Wenzel V, Southall J. Pressor drugs
130. Cole SG, Otto CM, Hughes D. Cardiopulmo- in the treatment of cardiac arrest. Cardiology
nary cerebral resuscitation in small animals—a Clinics 2002;20:61–78.
clinical practice review. Part II. Journal of Vete- 146. Olasveengen TM, Sunde K, Brunborg C. In-
rinary Emergency Medicine and Critical Care travenous drug administration during out-
2003;13:13–23. of-hospital cardiac arrest: a randomized trial.
131. Waldrop JE, Rozanski EA, Swanke ED, et al. Journal of the American Medical Association.
Causes of cardiopulmonary arrest, resuscita- 2009;302:2222–2229.
tion management, and functional outcome in 147. Bassiakou E, Xanthos T, Papadimitriou L. The
dogs and cats surviving cardiopulmonary arrest potential beneficial effects of beta adrenergic
Journal of Veterinary Emergency Medicine and blockade in the treatment of ventricular fi-
Critical Care 2004;14(1):22–9. brillation. European Journal of Pharmacology
132. White RD, Russel JK. Refibrillation, resusci- 2009;616(1–3):1–6.
tation and survival in out-of-hospital sudden 148. Tang W, Weil MH, Sun S. Epinephrine increa-
cardiac arrest victims treated with biphasic au- ses the severity of postresuscitation myocardial
tomated external defibrillators. Resuscitation dysfunction. Circulation 1995;92:3089–3093.
2002;55:17–23. 149. Kern KB. Postresuscitation myocardial dys-
133. ECC Committee, Subcommittees and Task function. Cardiology Clinics. 2002;20:89–101.
Force of the American Heart Association. 2005 150. Ditchey R, Lindenfeld J. Failure of epinephri-
American Heart Association guidelines for ne to improve the balance between myocardial
cardiopulmonary resuscitation and emergency oxygen supply and demand during closed-chest
cardiovascular care. Circulation 2005;112:IV1– resuscitation in dogs. Circulation 1988;78:382–
IV203 389.
134. Martin DR, Gavin T, Bianco J. Initial counters- 151. Vandycke C, Martens P. High dose versus stan-
hock in the treatment of asystole. Resuscitation dard dose epinephrine in cardiac arrest—a
1993;26:63–68 meta-analysis. Resuscitation 2000;45(3):161–6.
135. Emer man CL, Pinchak AC, Hancock D. 152. Stiell IG, Hebert PC,Weitzman BN, et al. High-
Effect of injection site on circulation times dose epinephrine in adult cardiac arrest. New
during cardiac arrest. Critical Care Medicine. England Journal Medicine 1992;327:1045–
1988;16:1138–1141. 1050.
136. Gaddis GM, Dolister M, Gaddis ML. Drug de- 153. Hilwig RW, Kern KB, Berg RA. Catechola-
livery to the proximal aorta during cardiopul- mines in cardiac arrest: Role of alpha agonists,
monary resuscitation: central vs peripheral in- beta-adrenergic blockers and high-dose epine-
travenous infusion with varying flush volumes. phrine. Resuscitation 2000;47:203–208.
Academic Emergency Medicine 1995;2:1027– 154. Lindner KH, Prengel AW, Pfenninger EG.Vaso-
1033. pressin improves vital organ blood flow during
137. Levitan RM, Bortle CD, Snyder TA, et al. Use closed-chest cardiopulmonary resuscitation in
of a battery-operated needle driver for intraos- pigs. Circulation 1995;91:215–221.
seous access by novice users: skill acquisition 155. Manisterski Y,Vaknin Z, Ben-Abraham R, et al.
with cadavers. Annals of Emergency Medicine. Endotracheal epinephrine: a call for larger doses.
2009;54:692–694 Anaesthesia and Analgesia 2002;95(4):1037–41.
138. Frascone RJ, Jensen J, Wewerka SS. Use of the 156. Hornchen U, Schuttler J, Stoeckel H, et al. En-
pediatric EZ-IO needle by emergency medical dobronchial instillation of epinephrine during
services providers. Pediatric Emergency Care cardiopulmonary resuscitation. Critical Care
2009;25:329–332. Medicine 1987;15:1037–1039.
139. Buck ML, Wiggins BS, Sesler JM. Intraosseous 157. McCrirrick A, Monk CR. Comparison of i.v.
drug administration in children and adults du- and intratracheal administration of adrenaline.
ring cardiopulmonary resuscitation. Annals of British Journal of Anesthesia 1994;72: 529–532.
Pharmacotherapy 2007;41:1679–1686. 158. Ralston SH, Tacker WA, Showen L. Endotra-
140. Otto C, Crowe D. Intraosseous resuscitation cheal versus intravenous epinephrine during
techniques and applications. En: Kirk RW, Bo- electromechanical dissociation with CPR
nagura JD, eds. Kirk’s Current Veterinary The- in dogs. Annals of Emergency Medicine
rapy XI. Philadelphia, PA: WB Saunders Co; 1985;14:1044–1048.
1992:107–112. 159. Efrati O, Ben-Abraham R, Barak A. Endo-
141. Naganobu K, Hasebe Y, Uchiyama Y. A com- bronchial adrenaline: Should it be reconside-
parison of distilled water and normal saline as red? Dose response and haemodynamic effect
diluents for endobronchial administration of in dogs. Resuscitation 2003;59:117–122.
epinephrine in the dog. Anaesthesia and Anal- 160. Asfar P, Hauser B, Radermacher P, Matejovic
gesia 2000; 91(2):317–321 M. Catecholamines and vasopressin during cri-
142. Niemann JT, Stratton SJ, Cruz B, et al. Endotra- tical illness. Critical Care Clinics 2006;22:131.
cheal drug administration during out-of-hospital 161. Holmes CL, Patel BM, Russell JA,Walley KR.
resuscitation: where are the survivors? Resusci- Physiology of vasopressin relevant to manage-
tation 2002; 53(2):153–157. ment of septic shock. Chest 2001;120:989–
143. Davison R, Barresi V, Parker M, et al. Intracar- 1002.
diac injections during cardiopulmonary resusci- 162. Wakatsuki T, Nakaya Y, Inoue I. Vasopressin
tation. Journal of the American Medical Surgery modulates K(1)-channel activities of cultu-

32 ]
red smooth muscle cells from porcine coro- Medicine 2009;169(1): 15–24.
nary artery. American Journal of Physiology 179. Rohrer CR, Hill RC, Fischer A, et al. Gas-
1992;263:H491–H496. tric hemorrhage in dogs given high doses of
163. Schwartz J, Reid IA. Characteristics of the methylprednisolone sodium succinate. Ame-
receptors which mediate the stimulation of rican Journal of Veterinary and Research
ACTH secretion by vasopressin in conscious 1999;60(8):977–81.
dogs. Neuroendocrinology 1986;42:93–96. 200. 180. Abbott A Jr, Hill R, Shears L. Effects of calcium
164. Angstwurm M.Vasopressin: A tool as rescue the- chloride administration on the postischemic
rapy? Take care of dosages and adverse effects! isolated rat heart. Annals of Thoracic Surgery.
Critical Care Medicine 2005;33:2713– 2714. 1991;51:705–710.
165. Wenzel V, Lindner KH, Krismer AC. Survival 181. Voorhees WD, Ralston SH, Kougias C. Fluid
with full neurologic recovery and no cerebral loading with whole blood or Ringer’s lactate
pathology after prolonged cardiopulmonary res- solution during CPR in dogs. Resuscitation
uscitation with vasopressin in pigs. Journal of the 1987; 15(2):113–123
American College of Cardiology 2000;35:527– 182. Gentile NT, Martin GB, Appleton TJ. Effects of
533. arterial and venous volume infusion on coro-
166. Scroggin RD Jr, Quandt J. The use of vaso- nary perfusion pressures during canine CPR.
pressin for treating vasodilatory shock and Resuscitation 1991;22:55–63.
cardiopulmonary arrest. Journal of Veterinary 183. Nakakimura K, Fleischer JE, Drummond J. Glu-
Emergency and Critical Care 2009;19:145–157. cose administration before cardiac arrest wor-
167. Wenzel V, Krismer AC, Arntz HR, et al. A com- sens neurologic outcome in cats. Anesthesiology
parison of vasopressin and epinephrine for out- 1990;72:1005–1011.
of-hospital cardiopulmonary resuscitation. New 184. Rubertsson S, Grenvik A, Wiklund L. Blood
England Journal Medicine 2004;350:105–113. flow and perfusion pressure during open-
168. Biondi-Zoccai GG, Abbate A, Parisi Q, et al. Is chest versus closed-chest cardiopulmonary
vasopressin superior to adrenaline or placebo resuscitation in pigs. Critical Care Medicine
in the management of cardiac arrest? A meta- 1995;23:715–725.
analysis. Resuscitation 2003;59(2):221–4. 185. Sterz F, Leonov Y, Safar P. Multifocal cerebral
169. Wyer PC, Perera P, Jin Z. Vasopressin or epine- blood flow by Xe-CT and global cerebral me-
phrine for out-of-hospital cardiac arrest. Annals tabolism after prolonged cardiac arrest in dogs.
of Emergency Medicine 2006; 48(1):86–97 Reperfusion with open-chest CPR or cardio-
170. Coon GA, Clinton JE, Ruiz E. Use of atro- pulmonary bypass. Resuscitation 1992;24:27-47
pine for brady-asystolic pre-hospital car- 186. Lisciandro GR. Abdominal and thoracic fo-
diac arrest. Annals of Emergency Medicine cused assessment with sonography for trauma,
1981;10(9):462–7. triage, and monitoring in small animals. Jour-
171. DeBehnke DJ, Swart GL, Spreng D. Standard nal of Veterinary Emergency and Critical Care.
and higher doses of atropine in a canine model 2011;21:104–122.
of pulseless electrical activity. Academic Emer- 187. Wittnich C, Belanger MP, Saberno TA. External
gency Medicine. 1995;2(12):1034–41. vs internal cardiac massage. Compendium on
172. Paret G, Mazkereth R, Sella R. Atropine phar- Continuing Education for the Practising Vete-
macokinetics and pharmacodynamics following rinarian 1991;13:50–59.
endotracheal versus endobronchial administra- 188. Barton L, Crowe DT. Open Chest cardiopul-
tion in dogs. Resuscitation 1999;41(1):57–62. monary resuscitation. En: Bonagura JD, ed.
173. Anastasiou-Nana MI, Nanas JN, Nanas SN. Kirk’s current veterinary therapy XII. Philadel-
Effects of amiodarone on refractory ventricular phia: WB Saunders, 2000;147–149.
fibrillation in acute myocardial infarction: expe- 189. Haskins SC. Internal cardiac compression. Jour-
rimental study. Journal of the American College nal of the American Veterinary Medicine Asso-
of Cardiology. 1994;23(1):253–8. ciation 1992;200:1945–1946.
174. Rea RS, Kane-Gill SL, Rudis MI. Comparing 190. Kern KB, Sanders AB, Janas W. Limitations of
intravenous amiodarone or lidocaine, or both, open-chest cardiac massage after prolonged, un-
outcomes for inpatients with pulseless ventri- treated cardiac arrest in dogs. Annals of Emer-
cular arrhythmias. Critical Care Medicine. 2006; gency Medicine 1991;20:761–767.
34:1617–1623 191. Peberdy MA, Kaye W, Ornato JP. Cardiopul-
175. Dorian P, Fain ES, Davy JM, Winkle RA. Li- monary resuscitation of adults in the hospital: a
docaine causes a reversible, concentration-de- report of 14720 cardiac arrests from the Natio-
pendent increase in defibrillation energy requi- nal Registry of Cardiopulmonary Resuscitation.
rements. Journal of the American College of Resuscitation 2003;58:297–308.
Cardiology 1986;8:327–332. 192. Neumar RW, Nolan JP, Adrie C. Post-cardiac
176. Echt DS, Gremillion ST, Lee JT. Effects of arrest syndrome: epidemiology, pathophysiolo-
procainamide and lidocaine on defibrillation gy, treatment, and prognostication. A consensus
energy requirements in patients receiving im- statement from the International Liaison Com-
plantable cardioverter defibrillator devices. mittee on Resuscitation. Circulation 2008;
Journal of Cardiovascular Electrophysiology 118(23):2452–83.
1994;5:752–760 193. Gaieski DF, Band RA, Abella BS. Early goal-
177. Smithline H, Rivers E, Appleton T. Corticos- directed hemodynamic optimization combined
teroid supplementation during cardiac arrest in with therapeutic hypothermia in comatose sur-
rats. Resuscitation 1993;25(3):257–64. vivors of out-of-hospital cardiac arrest. Resus-
178. Mentzelopoulos SD, Zakynthinos SG,Tzoufi M. citation 2009;80(4):418–24.
Vasopressin, epinephrine, and corticosteroids for 194. Adams J. Endothelium and cardiopulmonary
in-hospital cardiac arrest. Archives of Internal resuscitation. Critical Care Medicine. 2006;

[ 33
34(12):S458–65. and PCO2 during open-chest CPR in the cani-
195. Arrich J, Holzer M, Herkner H. Cochrane cor- ne model. Annals of Emergency Medicine 1985;
ner: hypothermia for neuroprotection in adults 14:529–533.
after cardiopulmonary resuscitation. Anesthesia 201. Cairns CB, Niemann JT, Pelikan PC. Ionized
and Analgesia. 2010;110(4):1239. hypocalcemia during prolonged cardiac arrest
196. Bernard SA, Gray TW, Buist MD. Treatment of and closed-chest CPR in a canine model. Labo-
comatose survivors of out-of-hospital cardiac ratory Investigations 1991; 20:1178–1182.
arrest with induced hypothermia. New England 202. Hopper K, Borchers A, Epstein SE . Acid base,
Journal of Medicine 2002;346(8): 557–63. electrolyte, glucose, and lactate values during
197. Nozar i A, Saf ar P, Stezoski SW. Mild cardiopulmonary resuscitation in dogs and cats.
hypothermia during prolonged cardiopul- Journal of Veterinary Emergency and Critical
monary cerebral resuscitation increases cons- Care,2014: 24(2), 208–214
cious survival in dogs. Critical Care Medicine 203. Adrie C, Laurent I, Monchi M. Postresusci-
2004;32(10):2110–6. tation disease after cardiac arrest: a sepsis-like
198. Geddes LA, Roeder RA, Rundell AE, et al. The syndrome? Current opinions On Critical Care
natural biochemical changes during ventricular 2004;10:208–212.
fibrillation with cardiopulmonary resuscitation 204. Gando S, Nanzaki S, Morimoto Y. Out-of-
and the onset of postdefibrillation pulseless elec- hospital cardiac arrest increases soluble vascular
trical activity. American Journal on Emergency endothelial adhesion molecules and neutrophil
Medicine 2006; 24:577–581. elastase associated with endothelial injury. In-
199. Martin GB, Carden DL, Nowak RM. Hyperka- tensive Care Medicine 2000;26:38–44.
lemia during cardiac arrest and resuscitation in 205. Geppert A, Zorn G, Delle-Karth G. Plasma
the canine model. Critical Care Medicine 1986; concentrations of von Willebrand factor and
14:300–302. intracellular adhesion molecule-1 for predic-
200. Martin GB, Carden DL, Nowak RM, et al. tion of outcome after successful cardiopul-
Comparison of central venous and arterial pH monary resuscitation. Critical Care Medicine.
2003;31:805–811.

34 ]
Clinurgevet
Revista clínica
de urgencias
veterinarias
12

[ 35

También podría gustarte