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SEMANA 15 / LECTURA 15

Los epitelios de transporte


La principal función de la osmorregulación es mantener la composición del
citoplasma celular, pero la mayor parte de los animales logran esto de forma
indirecta, al manejar la composición de un líquido corporal interno que baña las
células. En los insectos y otros animales con un sistema circulatorio abierto, este
líquido es la hemolinfa. En los vertebrados y otros animales con un sistema
circulatorio cerrado, las células están bañadas por un líquido intersticial
controlado de manera indirecta a través de la composición de la sangre. El
mantenimiento de la composición del líquido depende de estructuras
especializadas, desde células que regulan el movimiento del soluto hasta
órganos complejos, cómo el riñón de los vertebrados.

En la mayor parte de los animales hay uno o más tipos distintos de epitelio de
transporte – una capa o capas de células epiteliales especializadas que regulan
el movimiento de solutos – que son componentes esenciales en la regulación
osmótica y de la eliminación de desechos metabólicos. Los epitelios de
transporte mueven solutos específicos en cantidades controladas en direcciones
específicas. Algunos epitelios de transporte se enfrentan al ambiente externo
directamente, mientras que otros revisten canales conectados con el exterior,
por medio de una abertura en la superficie corporal. Unidas por uniones
estrechamente impermeables, las células del epitelio forman una barrera en el
límite tejido-medio. Esta disposición garantiza que cualquier soluto que se mueva
entre el animal y el medio deba pasar a través de una membrana selectivamente
permeable.

En la mayor parte de los animales, los epitelios de transporte están dispuestos


en redes tubulares complejas con superficies extensas. Encontramos algunos de
los mejores ejemplos en las glándulas salinas de las aves marinas, que eliminan
el exceso de cloruro de sodio de la sangre. Por ejemplo, el albatros, qué pasa
meses o años en el mar, y necesita obtener tanto el alimento como el agua del
océano, puede beber agua del mar porque sus glándulas salinas nasales
secretan un líquido mucho más salado que el agua del océano. Así, aunque
beber agua de mar traiga aparejada la incorporación de una gran cantidad de
sal, el ave logra una ganancia neta de agua. Por el contrario, los seres humanos
que beben agua del mar deben emplear más agua para excretar la carga salina
que lo que se obtuvo al beber.

La estructura molecular de la membrana plasmática determina los tipos y las


direcciones de los solutos que se mueven a través de un tipo particular de epitelio
de transporte. En contraste con las glándulas excretoras de sal, los epitelios de

CENTRO DE ESTUDIOS PREUNIVERSITARIOS (CEPU)


transporte de las branquias de los peces de agua dulce emplean el transporte
activo para mover nasales desde el ambiente acuoso diluido a la sangre. Los
epitelios de transporte de los órganos excretores a menudo tienen la doble
función de mantener el equilibrio de agua y eliminar los desechos metabólicos.

Figura 1. Las glándulas salinas de un albatros.

Figura 2. Uno de los varios de miles de túbulos secretores en una glándula excretora de sal.

Actividad individual
● Identifica las idas principales y responde ¿por qué los eres humanos no podríamos sobrevivir
con ingesta de agua salina?

Referencias
● Campbell N., Reece J. (2008). Biología. Madrid, España: Editorial Médica
Panamericana S. A.

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