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Osmorregulación de

organismos acuáticos
CIENCIAS DE LA TIERRA II
TANIA OJEDA LÓPEZ MESTAS
30/11/2012
La osmosis es un fenómeno biofísico que ocurre comúnmente en sistemas biológicos, que
describe la difusión de un solvente a través de una membrana semipermeable (Zaccaria et al.,
2017), pasando de una solución concentrada a una con menos concentración.
Se le llama osmorregulación al proceso en el que se mantiene el balance entre sales y agua
en las membranas del organismo. Todos los organismos realizan este proceso de regulación,
pero en las especies acuáticas, cuyo medio es acuoso, ocurren procesos muy particulares.
Las estrategias tomadas por los organismos para llevar la osmorregulación acabo están
directamente relacionadas con su fisiología y fisionomía, así como con el ambiente en el que
habitan. De esta manera, el proceso de osmorregulación de animales marinos, que viven en
un medio acuoso con acceso a agua ilimitado, no será el mismo que llevarán acabo otros
organismos cuyo consumo no es constante y es definido por patrones físicos y climáticos.
Otro factor importante para la inclinación por llevar un tipo de proceso u otro es el de la
salinidad del medio en el que vive el organismo (agua salada, agua dulce).
Antes de adentrarnos a hablar de estas formas de osmorregulación, vale la pena recordar
ciertos conceptos:
• Una solución celular hipertónica es aquella en la que tiene una concentración de
solutos (sales) mayor afuera de la célula que dentro de ella, y que por consecuencia
provocará que, por ósmosis (exosmosis), el agua salga de la célula y cause que ésta
disminuya en tamaño.
• Una solución isotónica es aquella en la que la concentración de solutos es igual dentro
y fuera de la célula, provocando que el agua entre y salga de la célula en cantidades
iguales.
• Una solución celular hipotónica es aquella en la que la célula tiene una concentración
de solutos mayor dentro de la célula y menor fuera de ella. Esto provoca que el agua
entre a la célula (endosmosis), a veces haciendo que explote.
Para evitar este tipo de efectos adversos en la célula, los organismos han desarrollado
diferentes tipos de estrategias para adaptarse a los cambios de salinidad. Esta adaptación se
relaciona con la osmolaridad (concentración de solutos en una solución) del medio externo
con respecto a los fluidos corporales internos, en especial la hemolinfa (Macías, 1999).
Así, los organismos osmorreguladores son aquellos que utilizan energía para controlar la
absorción y pérdida de agua en un ambiente hiperosmótico o hiposmótico (Pequeux, 1995).
Sin embargo, hay también otro tipo de organismos que no tienen la necesidad de adaptarse a
los cambios de salinidad; la mayoría de estos organismos son marinos que son isoosmóticos,
es decir, que presentan una solución corporal interna con la misma concentración de sales
que las del medio externo. Estos organismos son llamados osmoconformadores, y un
ejemplo de ellos en peces son algunas especies de tiburón de agua salada (Debacco, 2017).
En el caso de los crustáceos marinos, la mayoría son osmoconformadores, como es el caso
de las langostas (Holden, 2017). Esto cambia cuando en especies de crustáceos semiterrestres
y terrestres, que tienen un acceso al agua limitado (Pequeux, 1995).

Entre los organismos osmorreguladores, que utilizan energía para regular la osmosis del
sistema, existen otras dos clasificaciones:
• Organismos eurihalinos, que son aquellos organismos acuáticos que pueden tolerar
rangos de salinidad muy amplios (Macías, 1999).
• Organismos estenohalinos, capaces de tolerar intervalos de salinidad muy estrechos
(Macías, 1999).

Vale también la pena mencionar nuevamente que la calidad osmorreguladora de un


organismo está asociada con el tipo de medio en el que habita y la salinidad de éste, así como
otros factores físicos. Se les llama organismos marinos aquellos que viven en ecosistemas
marinos de agua salada, como los mares, océanos, marismas y arrecifes de coral, entre otros.
Por otra parte, los organismos acuáticos que viven en agua salada pueden vivir en ecosistemas
lóticos (ríos y arroyos) o lénticos (lagunas o lagos) (WWF, 2018). Además, otro tipo de
ecosistema que se mencionará a lo largo de este texto es el estuario, o la desembocadura de
un río en el mar, donde se intercambia agua salada y agua dulce fluvial, a los organismos que
viven en estos ambientes se les llama estuarinos.

Osmorregulación en peces
Hay diferentes elementos en la fisionomía de los peces que interactúan en la osmorregulación
salina. Entre estos elementos se encuentran órganos como las branquias, la piel, la boca
(ocasionalmente), los riñones y el tracto gastrointestinal, que intervienen en el intercambio
de iones y agua, así como excreción de residuos, como amonio y orina.

La mayoría de las especies de peces marinas son consideradas eurihalinas, siendo capaces de
soportar cambios drásticos en la salinidad del ambiente que habitan. Entre estas especies
entran los peces teleósteos, que generalmente pueden habitar tanto medios de agua dulce
como medios de agua salada (Martos Sitcha, et al., 2015).

En el caso de peces marinos, como Euthynnus alletteratus, Pomatomus saltatrix,


Paralichthys dentatus y peces payaso del género Amphiprioninae, por mencionar algunos,
suelen vivir en ambiente hipertónicos (Debacco, 2017), con muchas sales (agua salada), por
lo que constantemente tienen que retirar agua de su organismo mediante un proceso de
exosmosis en la piel; esto provoca una deshidratación pasiva por pérdida de agua (Macías,
1999), lo cual desencadena una serie de mecanismos de regulación. El balance de agua es
recuperado debido a que las especies marinas toman agua salada del ambiente. Existe
también una ganancia pasiva de iones a través de la absorción de las sales del ambiente, a
través de los tejidos (tegumento) de los peces, así como una ganancia activa a través del
consumo en la dieta de cada organismo. El exceso de iones y agua es excretado por las
branquias, así como por el tracto gastrointestinal, donde también se expulsa una cantidad
mínima de orina y compuestos de sulfato y manganesio (Debacco, 2017).
Figura 1. Osmorregulación de peces teleósteos de agua salada.

Las especies eurihalinas tienen una ventaja; la habilidad de tolerar diferentes salinidades les
confiere la posibilidad de trasladarse entre ambientes de agua dulce y salada sin mayor
preocupación. Tal es el caso de los peces denominados diadromos, o peces migratorios, que
entre las aguas marinas y las aguas dulces. Entre los diadromos existen los anádromos,
aquellos que pasan la mayor parte de su vida en el mar, pero entran en las aguas dulce sólo
para reproducirse, un ejemplo de ellos es el salmón. Existen también peces migratorios
catádromos, que pasan la mayor parte de su vida en las aguas dulces, pero van al mar a
reproducirse, como la anguila. Y finalmente, los hay peces anfídromos, que se mueven entre
el mar y las aguas dulces, pero no por causas reproductivas, como los mújoles o lisas
(Ministerio de Medio Ambiente Español). Las especies que viven en estuarios también suelen
ser eurihalinas, debido al intercambio de agua dulce y salada que se lleva a cabo en el
ecosistema.

Sin embargo, la mayoría de los peces que habitan ecosistemas de agua dulce son
estenohalinos, como es el caso del pez dorado Carassius auratus, aunque también hay peces
marinos estenohalinos que sufren efectos letales con mayor o menor salinidad (Wurts, 1998).
Cuando un pez de agua dulce se encuentra en un ambiente hipotónico, tiende a absorber agua
mediante sus tejidos, la cual debe ser expulsada por endosmosis para evitar que su cuerpo se
llene de agua y se hinche. Los peces de agua dulce expulsan agua y compuestos nitrogenados
a través de la orina, en el tracto gastrointestinal, y activamente compensan la pérdida de sales
absorbiendo los iones del medio a través de las branquias.

Figura 2. Osmorregulación de peces teleósteos de agua dulce.

Osmorregulación en crustáceos
Como se mencionó anteriormente, la mayoría de los crustáceos marinos son
osmoconformadores. Sin embargo, los crustáceos estuarinos e intermareales pueden ser
también osmorreguladores. Los procesos de osmorregulación en crustáceos están limitados
por la fisionomía de este grupo, en la que específicamente actúan órganos como las branquias,
que sirven para el transporte de iones; células de cloruro presentes en las branquias que
provocan la reabsorción de sales; las glándulas antenales y maxilares, que desechan el exceso
de agua y residuos nitrogenados a través de la orina, que es depositada en la vejiga y
expulsada a través de un poro (Thabet, et al. 2017).
Figura 3. Órganos de excreción de los crustáceos.

El intervalo de tolerancia a la salinidad está dado por la capacidad de las células y tejidos
para ajustarse a las condiciones del ambiente (Macías, 1999). Al igual que los peces, los
crustáceos pasan por mecanismos compensatorios de osmorregulación, como la
hiperregulación, en organismos que viven en agua más diluida que su hemolinfa gracias a la
ganancia difusiva de agua y pérdida de iones. Entre los crustáceos que presentan este
comportamiento se encuentran los anfípodos Gammarus duebeni, G. pulex, G. lacustris, G.
zaddachi y y G. tigrinis, así como cangrejos como el Rhithropanopeus harrisi (Macías, 1999).
Otro proceso de regulación es la hiporregulación, que generalmente es efectuada por
crustáceos marinos que mantienen concentraciones de hemolinfa menos salinas que el medio
externo, por lo que su mecanismo es inverso al de los hiperreguladores. Un ejemplo de un
crustáceo hiposmótico es el camarón Artemia salina, que vive en agua salobre, más salada
que el agua dulce pero menos salada que el agua del mar (Pon Malar, 2021).

Los crustáceos estuarinos, por otra parte, soportan diferentes gradientes de salinidad debido
a la heterogeneidad ambiental que les rodea y los diferentes hábitats en los que se encuentran.
Destacan los cangrejos estuarinos isópodos como Cyathura polita, Sphaeroma pentodon y
Gnorimosphaeroma oregonensis, excelentes hiperreguladores e hiporreguladores (Macías,
1999), así como los cangrejos del género Carcinus. Los cangrejos estuarinos están expuestos
al agua diluida del mar durante las temporadas de lluvias, por lo que su medio externo se
vuelve hipotónico y es necesario liberar el agua entrante del medio externo. El exceso de
agua es removido por las glándulas antenales en forma de orina y la sal es reabsorbida en las
branquias, como se había descrito anteriormente. Sin embargo, durante el verano, en el que
no fluye agua en grandes cantidades en el río, el organismo vive en un ambiente hipertónico
y es necesario tomar salada del mar o del estuario, para después expulsarla por las células de
cloruro en las branquias (Pon Malar, 2021).

REFERENCIAS
Debacco, M, phD. (28 de noviembre de 2017). “Osmoregulation in Fish”. DeBacco
University en Youtube.
https://www.youtube.com/watch?v=wJo13pqCHv8&t=1s&ab_channel=DeBaccoUniversit
y

Holden, W, phD. (29 de junio de 2017). “Osmoregulation: Osmoconformers &


Osmoregulators”. Biology Professor en Youtube.
ww.youtube.com/watch?v=BRdy4e0bKs8&ab_channel=BiologyProfessor
Macías, Everardo Barba (1999). “El comportamiento osmorregulador de los crustáceos”.
ContactoS 34, 23-28.

Martos Sitcha J.A., Cádiz L., Skrzynska A. K., Martínez Rodríguez G. y Mancera J. M.
(2015). “Procesos osmorreguladores en peces teleósteos: control mediado por diferentes
sistemas endocrinos”. Encuentros en Biología 7 (152).

Ministerio de Ambiente. Gobierno de España. (s.f.) “La migración y los peces migradores”.

Pequeux A. (1995). “Osmotic Regulation in Crustaceans” Journal of Crustaceans Biology


15(1), 1.
DOI.10.2307/1549010

Pon Malar S. (24 de septiembre de 2021). “Osmoregulation in crustaceans”. Canal de Selva


Pon Malar en Youtube. Universidad Sarah Tucker.
Thabet R., Ayadi H., Koken M., Leignel V. (2017). “Homeostatic responses of crustaceans
to salinity changes”. Hydrobiologia 799(6).

World Wildlife Fund: WWF. (25 de septiembre de 2018). “Glosario ambiental: ecosistemas
acuáticos, todo un mundo por descubrir”. wwf.org.mx

Wurts, W. (1998) Why can some fish live in freshwater, some in salt water, and some in
both? World Aquaculture 29(1):65.

Zaccaria M., Neri M., Garzotto F. y Ronco C. (2017). “Principles of Extracorporeal


Circulation and Transport Phenomena” en Critical Care Nephrology (eds: Ronco, Bellomo,
et al.), Elsevier.
DOI: 10.1016/C2015-0-00412-9

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