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Título: Casación de la caducidad de instancia, regla y excepción


Autor: Stelzer, Leonel A.
Publicado en:
Cita: TR LALEY AR/DOC/1262/2023
Sumario: I. Introducción.—II. Antecedentes.— III. Análisis y estudio doctrinario.— IV. Análisis
jurisprudencial.— V. La excepcionalidad carga y requisitos de existencia.— VI. Jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia.— VII. Conclusiones.
(*)

I. Introducción
A finales del año 2022, nuestro Máximo Tribunal provincial se expidió nuevamente sobre la caducidad de
instancia admitiendo en dicha oportunidad que la resolución sea recurrible en casación (1), lo resuelto a prima
facie podría hacernos pensar en que se dio un giro copernicano al respecto, dándose por tal un supuesto cambio
de criterio sobre el tema que nos ocupa. Ahora bien, en verdad de razón, no podemos dejar de preguntarnos
primariamente ¿Qué motivó al TSJ de Córdoba a fallar en los términos que lo hizo? Pero sin lugar a dudas el
verdadero y mayor de los interrogantes que nos invade es saber si ¿realmente ha habido un cambio de criterio
jurisprudencial?
A continuación, analizaremos pormenorizadamente la cuestión desde la jurisprudencia y la doctrina a los
fines de dilucidar de forma acabada tanto la motivación del fallo como la existencia o no del supuesto cambio
de criterio.
II. Antecedentes
Como punto de partida será necesario poner en contexto al lector, sobre los antecedentes del reciente
precedente, donde Luis Tomás González, realizó un préstamo de dinero por la suma de u$s 2.048.500 a TVF
S.A., en la que se constituyeron como codeudores solidarios y principales pagadores lisos y llanos de la
totalidad de la deuda, María Teresa Panetta, Facundo Garade Panetta y Verónica Garade de Panetta, mediante
un contrato celebrado en el año 2011 y cuyas firmas fueron certificadas por la escribana pública Rosa Edelma
Echetto.
Que la suma entregada debía ser devuelta en cuotas anuales y consecutivas de U$S 341.416 cada una, más
intereses respectivos a la fecha del pago debiendo la primera de ellas ser abonada el 1 de noviembre de 2012 y
las cinco restantes el mismo día de los años siguientes.
La demandada canceló solo las tres primeras cuotas, adeudando las restantes, lo que ascendía
aproximadamente a U$S 1.116.000 más intereses.
Frente a ello, González, a fines de diciembre de 2016, inició juicio ejecutivo con base en el contrato de
mutuo (2) en contra de TVF S.A. y cada uno de los garantes, para obtener el cobro de la deuda.
Seguidamente y ya iniciado el juicio, la demandada principal opuso excepción de inhabilidad de título y los
codemandados opusieron excepciones y dedujeron incidente de redargución de falsedad con relación a las
escrituras públicas por las que se intimó previamente al pago.
Al planteo de redargución de falsedad se le dio trámite incidental y con el consentimiento de las partes se
procedió a sustanciar este en el expediente principal.
Tras diversas actuaciones, la sociedad demandada acusó la perención de instancia del juicio ejecutivo, el
cual fue rechazado por la jueza de primera instancia, ordenando la continuación de los obrados (3).
Seguidamente, la incidentista codemandada interpone recurso de apelación contra la resolución, el cual es
rechazado por la Alzada quien concluye confirmar la decisión de primera instancia (4).
Interpuesto el recurso de casación por parte de la parte perdidosa, la Cámara, declaró inadmisible el recurso
de casación, argumentando que la resolución impugnada no posee el carácter de definitiva (5).
Ante dicha resolución se interpone recurso directo ante el Tribunal Superior de Justicia, el cual concluyó
como mal denegado el recurso de casación deducido por la codemandada, en los términos del inc. 1 del art. 383
del Código Procesal Civil y Comercial Provincial (CPCC) y, en definitiva, anuló la resolución impugnada y
reenvió la causa para ser resuelta por una Cámara diferente (6).
Reenviada la causa, la nueva Cámara interviniente dispuso otra vez rechazar el recurso de apelación incoado
(7).

Lo sucedido provocó que sea nuevamente Casada dicha resolución, recurso que no fue concedido por la

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Cámara interviniente bajo el argumento de que lo cuestionado no constituía sentencia definitiva (8).
Llegando así por último, al planteó por la incidentista de recurso directo, donde el Máximo Tribunal
provincial reiteró el fallo y resolvió como mal denegada la casación por ya haberse verificado anteriormente el
supuesto de excepción que tornaba viable la impugnación y declaró la caducidad de la instancia (9).
III. Análisis y estudio doctrinario
Puestos ya en contexto, primariamente es necesario recordar que es requisito exigido por el art. 384 del
CPCC para conceder el recurso de casación de que este se interponga en contra de sentencias definitivas, los
autos que pongan fin al proceso o hagan imposible su continuación o causen gravamen irreparable.
Con base en lo expuesto es hora de adentrarnos en la problemática que nos incumbe y lo haremos a partir
del siguiente interrogante ¿La caducidad de instancia es equiparable a sentencia definitiva? A primera vista la
respuesta parecería devenir en negativa, ello en razón de que a prima facie, no se resuelve la cuestión de fondo y
tampoco encausaría un gravamen irreparable por ser una cuestión atinente al trámite del juicio que no prejuzga
sobre los derechos sustanciales de las partes, siendo este el criterio aplicado de forma reiterada por el TSJ en
muchas de sus resoluciones (10).
Ahora bien, llevando la cuestión de estudio a un punto más profundo el requisito para que se configure un
gravamen irreparable es la necesidad de que se produzca un impedimento a través de un agravio fundamental
que no permita continuar o reeditar el proceso, en las condiciones procesales legítimas ergo no poder defenderse
adecuadamente (11), con base en esto podemos adentrarnos en un nuevo interrogante ¿La perención de instancia
puede cercenar las condiciones y defensas procesales?, y en caso afirmativo ¿cuáles serían dichas defensas
cercenadas? Del estudio doctrinal sobre la cuestión podemos arribar indubitablemente a una respuesta
afirmativa, ya que la resolución de perención de instancia si bien no es una sentencia final del proceso, esta
puede impedir reproducir muchos aspectos del proceso e incluso encontrarse prescriptos o caducos derechos por
dicha circunstancia (12). Dicho esto, y profundizado aún más, específicamente podemos afirmar que la
prescripción en los términos de los arts. 2546 y 2547 del Código Civil y Comercial de la Nación (CCCN)
(anteriormente art. 3987, CC de Vélez Sarsfield), produce la imposibilidad jurídica de que el actor reitere
eficazmente su reclamo en instancias ordinarias (13), en idéntico criterio se expresa el maestro Augusto M.
Morello al citar en su obra (14) los autos C.S., T. 243. XIX "Torchia, Pascual c/ Ford Motor Argentina S.A."
julio 24 de 1984, exponiendo literalmente "el fallo impugnado —que declaró operada en los autos la caducidad
de la instancia— es asimilable a sentencia definitiva, atento a lo dispuesto por el artículo 3987 CC (fallos:
300:1185; 302:416) Y lo que surge de las constancias de la causa, pues el recurrente no podrá reiterar
eficazmente su reclamo en las instancias ordinarias".
Dando orden al conjunto de ideas hasta aquí desarrolladas podemos arribar, a que la regla es que, la
caducidad de instancia no configura ni gravamen irreparable ni sentencia equiparable a definitiva, porque la
misma no descarta la posibilidad de que un pronunciamiento posterior torne innecesaria la apertura de la vía
extraordinaria, empero esta regla no es absoluta y admite excepciones ya que debe proceder la vía extraordinaria
cuando de la apreciación de los hechos y en la interpretación de las normas respectivas, se ha incurrido en
defectos que causan un gravamen de insuficiente reparación ulterior, todo ello en coincidencia con las
enseñanzas dejadas por los prestigiosos juristas Lino E. Palacio y Adolfo Alvarado Velloso en su "Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación comentado" (15).
Puntualmente cabe destacar que lo atinente a la prescripción, como fuera ya expuesto, es la principal
excepción a la regla sobre caducidad y en el caso que nos trae a estudio evidentemente fue el motivo que llevó
al alto cuerpo a apartarse de dicha regla.
En este punto podríamos decir que ya tenemos la respuesta al primero de nuestros interrogantes al comenzar
este trabajo ¿Qué motivó al TSJ de Córdoba a fallar en los términos que lo hizo? Correspondiendo por tal en
este momento, adentrarnos íntegramente en la búsqueda de respuesta a nuestro segundo interrogante ¿realmente
ha habido un cambio de criterio jurisprudencial? Para ello echaremos mano a los precedentes tanto del máximo
tribunal provincial como a otros que ayuden a poner un manto de claridad sobre la cuestión debatida.
IV. Análisis jurisprudencial
Ya hemos expuesto en la décima cita del presente, fallos del TSJ donde lo resuelto resulta acorde a la regla
sobre caducidad, es decir se denegó la apertura del recurso extraordinario por no existir en dichos casos
concretos un gravamen irreparable que volviera las resoluciones equiparables a sentencia definitiva. Ello ya que
en dichos precedentes existió la real posibilidad de reeditarlos en instancia ulterior.
Pero lo realmente importante es analizar la jurisprudencia donde se haya configurado en los hechos la
excepción a la regla sobre caducidad y poder, a partir de ellos, concluir certeramente cuál ha sido el criterio de

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la jurisprudencia sobre el tópico.


Atento a lo planteado en el párrafo precedente, comenzamos plasmando que en el año 2003 el tribunal
superior de Córdoba exponía (16) "que en lo concerniente a la procedencia del recurso conviene comenzar
efectuando la siguiente apreciación. Aunque la recurrente basa la impugnación en el vicio de falta de
fundamentación lógica y legal que afectaría la providencia, no es necesario detenerse a indagar si ese defecto
efectivamente se ha cometido. En la resolución se decidió una cuestión estrictamente procesal como es la
relativa a la perención de la instancia acusada por uno de los demandados en el juicio, la que per se es
susceptible de controlarse en casación en concepto de violación de las formas y solemnidades prescriptas para el
procedimiento en los términos del inc. 1º del art. 383. Por más que la motivación del auto dictado por la Cámara
fuese completa e impecable desde el punto de vista lógico, de todas maneras, el Tribunal, como guardián de las
formas procesales, puede revisar la corrección intrínseca de la decisión adoptada a fin de verificar si estaban o
no dadas las condiciones legales necesarias para que opere la caducidad de la instancia. De allí que no se
justifique detenerse a contemplar la corrección formal de la fundamentación de la resolución emitida y que, en
cambio, corresponda ingresar directamente al examen de la cuestión procesal dirimida en el auto interlocutorio
impugnado (conf. Autos Interlocutorios Nº 453/99 y 255/00)" como nota sobresaliente vale remarcar que el
reciente fallo del año 2022 hace suyo en sus considerandos lo transcripto de este fallo del año 2003. Pero de un
estudio más profundo del precedente citado, más específicamente de la cuestión fáctica que allí se debatía,
podremos hallar deducciones de trascendente importancia para nuestra problemática, ya que el alto cuerpo
entendió, que a pesar de no constituir la sentencia final del juicio, la providencia impugnada causa un gravamen
de carácter irreparable a la parte actora, de modo que es susceptible de examinarse en sede extraordinaria a tenor
de lo dispuesto en el art. 384, 1º pár. del CPC. La firmeza del pronunciamiento que declara perimido el juicio
significará la imposibilidad de reproducir en el futuro la acción frustrada, como consecuencia del extenso
tiempo transcurrido desde la celebración de la asamblea que motiva la acción. Ello así porque ha vencido
largamente el plazo de tres meses que establece el art. 251, ley 19.550 (LS). El truncamiento del proceso que se
opera merced al auto interlocutorio bajo recurso implica que la parte actora no podrá ya ejercer el derecho de
impugnación que le acuerda el art. 251, LS, ni obtener una sentencia que lo actúe y haga efectivo, surgiendo de
forma clara y patente que se configuró sin lugar a duda alguna la excepción a la regla de caducidad.
Seguidamente en el año 2004, en un fallo (17) donde producto de una novación en las obligaciones de la
demandada una vez producida la caducidad de la instancia la accionante quedaría impedida de volver a instaurar
la acción correspondiente a la deuda y por tal la resolución que deniega la caducidad provocaba un claro
gravamen irreparable, lo verdaderamente importante y resaltable de este precedente es que allí es donde se
vertieron con mayor claridad los fundamentos que han sido desarrollados en el presente trabajo, respecto a la
existencia de excepcionalidad a la regla, los cuales para mayor claridad se transcriben a continuación "Es verdad
que, tal como lo señaló la Cámara en la providencia denegatoria y lo arguye por su lado la demandada al resistir
el recurso, los pronunciamientos que decretan la perención de la instancia no son susceptibles de asimilarse a
una sentencia definitiva en tanto sólo afectan el procedimiento del juicio sin menoscabar el derecho ejercido, el
cual podrá hacerse valer y obtenerse su actuación jurisdiccional a través de un nuevo proceso (art. 346, inc. 1º,
ib.). Sin embargo y tal como se ha encargado de puntualizar este Tribunal en varios precedentes, esa constituye
una regla general que no es, empero, absoluta y cuyo rigor admite atenuaciones en ciertas situaciones especiales
(p.ej. Auto Interlocutorio nº 136/03). Justamente el caso concreto presenta una particularidad que justifica
apartarse de ella y que autoriza la apertura de la competencia extraordinaria".
En este punto resulta pertinente traer bajo análisis un fallo del año 2012 (18), resuelto ni más ni menos que
por la Cámara 7ma en lo Civil y Comercial de la ciudad de Córdoba, donde en primer lugar se pone de
manifiesto que llegada la cuestión a la Alzada, y ante un nuevo estudio del conflicto planteado y normativa
aplicable, se dispuso el cambio de criterio en relación con la apelabilidad del interlocutorio que dispone el
rechazo del incidente de perención. No debe soslayarse, que si bien la apelación ha sido deducida en el marco de
un proceso de ejecución fiscal en el que rigen las limitaciones recursivas previstas en los arts. 515 y 559 del
C.P.C. y art. 2 ley 9024, se consideró que ellas debían ceder ante la posible configuración de un gravamen
irreparable. Así, el recurso de apelación intentado en contra del interlocutorio que decide el rechazo del
incidente de perención resulta apelable a pesar de la limitación establecida por la normativa referida, en virtud
del gravamen irreparable que provoca. El eventual acogimiento de la perención borra el efecto interruptivo de la
prescripción efectuada con la demanda, y con ello, podría traer aparejada la prescripción de la acción de cobro
del título ejecutivo base de la acción o parte del crédito contenido en él, concluyendo que ese posible agravio
habilita la instancia recursiva de la apelación en dicho proceso. Este precedente confirma en todos sus términos
lo ya desarrollado, pero resultaba de trascendente importancia dejarlo planteado en razón de que no debemos
olvidar que fue la misma cámara que ahora en el año 2022 en el fallo que nos encontramos estudiando, mediante
los autos interlocutorio Nº172 y 275, procedió contradictoria y paradójicamente a fundamentar su fallo en su
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anterior criterio y rechazar la casación planteada.


De toda la jurisprudencia analizada podemos arribar como respuesta al segundo interrogante, planteado al
comienzo del presente trabajo, que el alto cuerpo provincial no ha hecho cambio de criterio alguno,
manteniendo constante su postura, es decir como regla la resolución que determina la caducidad de instancia no
puede ser revisada en casación por existir la posibilidad de que un pronunciamiento posterior torne innecesaria
la apertura de la vía extraordinaria, salvo que se exteriorice y manifieste una excepción a dicha regla que
produzca un gravamen irreparable por configurarse un impedimento a través de un agravio fundamental que no
permita continuar o reeditar el proceso, en las condiciones procesales legítimas y por tal no poder defenderse
adecuadamente.
V. La excepcionalidad carga y requisitos de existencia
También debemos admitir que hasta el año 2022 no volvimos a tener un fallo en idéntico sentido, pero ello
no fue óbice para que nuestro máximo tribunal provincial, en concordancia con lo sostenido por la doctrina en el
tema, marcará en reiteradas oportunidades las pautas interpretativas claras y contundentes sobre la prueba y
requisito de configuración de la excepcionalidad, las cuales deben ser profundizadas en el presente trabajo.
Como toda excepcionalidad su interpretación debe ser restrictiva y por tal es indubitable que la carga de
probar la misma recaiga sobre quien alega su existencia, en idéntico sentido expone el maestro Morello en su
obra (19), citando el fallo de la corte "Ferrocarriles Argentinos c/ González Blas Marcelo - 31/5/84", cuando dice
"No habilita la instancia extraordinaria la sentencia que no causa perjuicio al recurrente, o si este, no indica
correctamente cuales son las defensas que el proceder de la Cámara habriale impedido hacer valer y en qué
medida ellas habrían influido en la solución adoptada (la bastardilla me pertenece).
En el año 2014 el TSJ sobre la cuestión, claramente expuso (20) Así, es cierto que el rito admite
—excepcionalmente— el acceso al recurso extraordinario local a resoluciones judiciales que si bien no resultan
definitivas, causan un "agravio irreparable" en el impugnante. Ahora bien, cuando se trata de este supuesto
(resolución no definitiva que causa gravamen irreparable), se incrementa la tarea impugnativa del interesado
quien, a la configuración de la causal casatoria que invoque, debe añadir de manera clara y fehacientemente
acreditada, las razones por las cuales la decisión cuestionada causa gravamen irreparable. En otras palabras, el
recurrente debe invocar y justificar en forma fundada el perjuicio irreparable que la providencia no definitiva le
ocasiona, y probar que el daño no susceptible de enmienda tiene la entidad suficiente para provocar que este
Alto Cuerpo se vea en la necesidad de solucionarlo. Lo interesante del fallo citado es que el recurrente planteó
la posibilidad de configurarse la excepcionalidad por prescripción ulterior de sus derechos, pero no tomó una
posición activa en la prueba de dicha configuración lo cual llevó inexorablemente a la no concesión del recurso
incoado, y con extrema claridad así lo expuso el alto cuerpo en dicho fallo "Aplicando tales pautas al sub judice,
se patentiza que en oportunidad de impetrar el recurso de casación denegado el recurrente no asumió ni observó
tal carga procesal, limitándose a aseverar que el resolutorio cuestionado resolvía una cuestión estrictamente
procesal controlable bajo el amparo el inc. 1º del art. 383, CPCC (vide fs. 44 vta.). Tales expresiones resultan a
todas luces insuficientes para generar en el ánimo del juzgador la convicción de que se está en presencia de un
auto interlocutorio asimilable a una sentencia definitiva, pues se ha omitido por completo desarrollar en qué
consistiría el agravio de dificultosa reparación ulterior" (21).
Recientemente en el año 2021 el TSJ de Córdoba en uno de sus fallos (22) reafirmó su criterio de la
necesidad de que sea el casacionista quien tiene la carga de probar la existencia de un gravamen irreparable, que
configure la excepcionalidad que habilite dicha instancia. Para un mejor entendimiento creemos que resulta
aconsejable transcribir textualmente lo dispuesto por los juzgadores "Es por ello que, tratándose de una hipótesis
de excepción, la cabal verificación de dicho supuesto en el caso (esto es, resolución no definitiva que causa
gravamen irreparable) constituye un imperativo del propio interés del casacionista, sobre quien pesa la
ineludible carga de acreditar tanto la existencia cuanto la irreparabilidad del agravio que invoca" (23).
VI. Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia
A fin de poder dar un estudio acabado de la cuestión, es inevitable analizar el criterio adoptado por la CSJN
sobre la temática abordada, en un reconocido fallo del año 1995 (24) acento como criterio que la caducidad de
instancia como regla no habilita la vía extraordinaria del art. 14 de la ley 48, salvo excepción de la existencia de
un gravamen irreparable de imposible reparación ulterior, considerando que la prescripción de los derechos para
accionar de forma posterior lo configuraba "Que si bien lo atinente a la caducidad de la instancia es materia
procesal ajena a la vía del art. 14, ley 48, esta doctrina reconoce excepción en los supuestos en que la decisión
pone fin al pleito o causa un agravio de imposible o insuficiente reparación ulterior (Fallos 298-420 [2];
306-1693; 308-397 [3]), lo que sucede en el caso de autos, en el que la caducidad de la instancia determinaría la
prescripción de la acción de la actora para reclamar indemnización por la muerte de varios menores con

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fundamento en la responsabilidad extracontractual que imputa a la demandada (art. 4037, CC) (25).
VII. Conclusiones
Luego del estudio pormenorizado de la cuestión tanto desde la visión doctrinaria como de la jurisprudencial
en los distintos ámbitos (cámaras civiles, TSJ de Córdoba y CSJN), podemos arribar a las siguientes
conclusiones:
En primer término que la resolución que determina la caducidad de la instancia por regla no configura un
gravamen irreparable por ser una cuestión atinente al trámite del juicio que no prejuzga sobre los derechos
sustanciales de las partes ni pone finalización de la cuestión de fondo debatido.
Que la regla admite criterios de excepcionalidad que pueden generar la habilitación de la vía extraordinaria
cuando de la apreciación de los hechos y en la interpretación de las normas respectivas, se ha incurrido en
defectos que causan un gravamen de insuficiente reparación ulterior y que no podrán reiterarse eficazmente los
reclamos en las instancias ordinarias posteriores.
Que la excepcionalidad a la regla es de interpretación restrictiva y por tal necesita de una actitud activa de la
parte que la alega, generando sobre ella una carga procesal tanto en la prueba de su existencia como en los
fundamentos sobre la irreparabilidad del gravamen que genera.
Que el TSJ de la provincia de Córdoba mantiene como criterio las conclusiones hasta aquí arribadas y por
tal no se ha configurado ningún cambio de criterio por parte del Máximo Tribunal provincial, sino que se ha
mantenido de manera constante la misma línea, es decir en sus fallos como regla no se admite la casación sobre
la resolución que determina la caducidad de la instancia, salvo se configure una excepción a dicha regla que
cause un gravamen de insuficiente reparación ulterior y que no podrán reiterarse eficazmente en las instancias
ordinarias posteriores y que la prueba de dicha excepcionalidad recae sobre quien la alega o que la misma
resulte clara y evidente de las cuestiones de hechos del caso concreto.
Que en el fallo que nos encontramos estudiando del año 2022, el alto cuerpo solo se limitó a seguir los
lineamientos que venía teniendo y nos permitimos en este apartado dejar como crítica a este, la insuficiencia en
los argumentos vertidos que sembraron duda sobre el criterio utilizado, pudiendo haber evitado toda oscuridad
sobre la cuestión solamente reeditando los argumentos que utilizó en el fallo "Municipalidad de Córdoba c.
Moisés Plotnik" (26).
Finalmente que los criterios y fundamentos de nuestro Máximo Tribunal provincial se encuentran en
concordancia con los lineamientos del Máximo Tribunal nacional y la doctrina referente al tema.
(A) Abogado litigante en la provincia de Córdoba. Especialista en derecho NNyA. Alumno regular de la
Maestría en Derecho Civil Patrimonial 2da Cohorte de la UNC. Adscripto de la CAT "A" de Privado VII
Derecho de daños UNC. Profesor Adscripto en la catedra A de Derecho de Daños (Privado VII) de la UNC, a
cargo del Dr. Ramón Pizarro.
(1) TS Córdoba, sala civil y com., "González, Luis Tomás c. TVF S.A. y otros s/ Ejecutivo por cobro de
cheques, letras o pagarés - Recurso directo" - Expediente Número 6214539 - Recurso Directo Número
10550726", 24/11/2022.
(2) JCiv. y Com., 16 Nom., Córdoba, "González, Luis Tomás c/ TVF S.A. y otros - Ejecutivo 2016".
(3) JCiv. y Com., 16 Nom., Córdoba, "González, Luis Tomás c/ TVF S.A. y otros - Ejecutivo"AI 378,
26/06/2019.
(4) Cámara 6ª en lo Civ. y Com., Córdoba, "González, Luis Tomás c/ TVF S.A. y otros - Ejecutivo",
26/06/2019.
(5) Cámara 6ª en lo Civ. y Com., Córdoba - AI 12 en autos "González, Luis Tomás c. TVF S.A. y otros -
Ejecutivo", 27/02/2020.
(6) TS Córdoba, "González, Luis Tomás c. TVF S.A. y otros - Ejecutivo", 27/11/2020.
(7) Cámara 7ª en lo Civ. y Com., Córdoba, "González, Luis Tomás c. TVF S.A. y otros - Ejecutivo",
26/07/2021.
(8) Cámara 7ª en lo Civ. y Com., Córdoba, "González, Luis Tomás c/ TVF S.A. y otros - Ejecutivo",
17/11/2021.
(9) Ver cita Nº 1.
(10) TS Córdoba, "Dirección de Rentas de la Provincia de Córdoba c. TOSBA S.R.L. - Presentación múltiple
Fiscal - Recurso de Casación", 28/04/15; TS Córdoba,, "Inca S.A. Cía. Seguros c. David Alberto García y ots.-
Ordinario - Recurso directo" ("i" 08/02), 03/09/03, entre otros.
(11) MOLINA SANDOVAL, Carlos A., "Recurso de casación Aspectos sustanciales, argumentales y
procesales", Advocatus, Córdoba, 2016, p. 202.
(12) IbÍdem, p. 209.

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(13) PERRACHIONE, Mario C., "La Casación como método de control de la función jurisdiccional", Alveroni,
Córdoba 2003, p. 86 Nº3.
(14) MORELLO, Augusto M., "El Recurso Extraordinario", Abeledo Perrot, La Plata, 1987, ps.114 y 115, Nº
117.
(15) PALACIO, Lino E. - ALVARADO VELLOSO, Adolfo, "Código Procesal y Civil de la Nación. Explicado
y anotado jurisprudencial y bibliográficamente", Ed. Rubinzal-Culzoni, t. VI, ps. 242 y 243.
(16) TS Córdoba, sala civil y com., AI Nº 166, 30/6/03. Trib. de origen: CCC de San Francisco, "Palavecino de
Rodríguez, Mónica c. Valbo S.A. - Nulidad de Asamblea - Recurso de Casación".
(17) TS Córdoba., "Municipalidad de Córdoba c/ Moisés Plotnik | apremio - Recurso Directo", 17/08/2004,
MJ-JU-M-48767-AR | MJJ48767.
(18) TS Córdoba, "Fisco de la Provincia de Córdoba c/ Ludueña de Montoya Rosa y otro recurso directo
(civil)", 28/03/2012, MJ-JU-M-71704-AR | MJJ71704.
(19) MORELLO, Augusto M., ob cit. p. 105 Nº B 102 a.
(20) TS Córdoba, AI Nº289, 09/12/14. Trib. de origen: CCC 2ª NOM. De Cba. "Antonello, Bruno c/ Antonello,
Vittorino - Acciones posesorias/reales -reivindicación - Recurso directo (civil)" (Expte. 2563664/36).
(21) Ver considerando Nº III del fallo de la cita que antecede.
(22) TS Córdoba, sala civil y com., "Peralta Montiel, María Claudia c/ Peralta, José Javier y Otro - Acciones
Posesorias/Reales - Reivindicación - Recurso de Casación - Expte. 6775862", 14/10/2021.
(23) Ver considerando Nº II. del fallo de la cita que antecede.
(24) CS, "Quiroga, Olga J. v. Agronomía Integral S.R.L. y otros", 23/05/1995, JA 1995-IV-60, TR LALEY
954031.
(25) Ver voto de la mayoría en fallo de la cita que antecede.
(26) Ver cita Nº 17.

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