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El texto de hoy tiene un nombre que algunos les parecerá algo raro seguramente,
porque no lo han escuchado, pero ya mismo vamos a explicar de qué se trata vamos a
hablar de las postrimerías del hombre, ¿esto suena como a postre no? ¿y que es el
postre?, lo que se da al final de la comida ¿que son las postrimerías del hombre?,
son las realidades últimas del hombre aquello que sucede al final de nuestra vida y que
sucederá después de esta vida terrena, y es importante que nosotros toquemos estos
temas porque muchas veces vivimos pensando solamente en lo terreno y se nos olvida
que tenemos una vocación eterna, se nos olvida que somos eternos que Dios nos ha
dado una vida que durará más de 80 o 90 años que vayamos a vivir en la tierra, que
Dios nos creó para vivir eternamente con él. Es importante hablar de las postrimerías del
hombre porque nos damos cuenta que en todas las religiones y en todas las culturas de
la historia siempre hubo una cierta intuición de que hay una realidad más allá de esta
vida y está cierta intuición la grabo Dios en el corazón de todos los seres humanos,
después cuando él nos revela la fe cristiana y nos habla de una eternidad nos dimos
cuenta que era puesta por él esta intuición y además nos viene enseñar en qué consiste
el más allá.
También tenemos una intuición relacionada al concepto de la justicia, uno se da cuenta
que hay gente muy buena que no termina de ser recompensada suficientemente por su
vida de virtud, sino que al contrario uno ve que gente muy buena sufre mucho y muere
sufriendo mucho en su camino por gente muy mala y que estas personas malas no
terminan de pagar lo suficiente que han hecho aquí en la tierra, hay como una intuición
que nos habla de una un premio y un castigo, un juicio más allá de esta vida y estamos
seguros de que el señor existe y que nos tiene preparado una eternidad de
bienaventuranza, y que el destino tuyo y mío es la eternidad, es el cielo para eso fuimos
creados. La iglesia nos invita a predicar una constante catequesis sobre las Postrimerías
del hombre, la muerte, el juicio particular y universal, el infierno y la gloria. Nosotros nos
estamos preparando para consagrarnos a la virgen María y tenemos que tener
conciencia de que no somos simplemente personas terrenas, que somos personas
espirituales que trascienden y que después de la muerte terrena vendrá una vida más
allá, el libro del Eclesiástico en el capítulo7:36 dice: “en todas tus acciones ten
presente tu fin acuérdate de tus postrimerías y jamás cometerás pecado”, es decir
cuando uno tiene razones para morir entonces encuentra razones para vivir, cuando la
muerte adquiere un sentido, entonces la vida asume un mayor sentido hay ciertas cosas
que el hecho de saber que tendremos un momento de encuentro ante el señor, ciertas
decisiones en la vida que cambian también para nosotros.
Hoy vamos a hablar de 2 postrimerías de la muerte y vamos a hablar del juicio
empecemos hablando de la muerte: la visión cristiana de la muerte es tan distinta a la
visión fatalista de algunas filosofías, ¿qué es la muerte del catecismo de la iglesia
católica? define la muerte como la separación del alma y el cuerpo en el #1005 veamos
cómo es esto: sabemos que algunas personas pensarán esto es dualismo, el dualismo
fue una corriente filosófica de la época de Platón que establece una oposición entre
cuerpo y alma y que el cuerpo era una cosa mala pecaminosa, la materia era mala y en
cambio el alma lo espiritual era bueno, que el cuerpo de alguna manera encerraba el
alma y a esta concepción que se la llama dualismo, es una concepción que nada tiene
que ver con la fe cristiana, nada tiene que ver porque los cristianos consideramos que
cuerpo y alma son una unidad sustancial en nosotros, no es que nosotros seamos un
pedazo de cuerpo y un pedazo de alma, cuerpo y alma constituyen a la persona
completa sin embargo hay que hablar de esta dualidad de términos para poder entender
qué pasa con el hombre más allá de esta vida, entonces los católicos no hablamos de
dualismo sino de una dualidad de elementos, el esquema cuerpo y alma que se pueden
separar de modo que uno de ellos el alma espiritual e inmortal subsista siempre viva
separada, es decir somos una unidad sustancial pero cuando morimos el alma subsiste
esperando a que el cuerpo resucite, esa unidad que somos es lo que hace que la muerte
sea tan dolorosa, por ejemplo a mí me dolería que me arrancará un brazo, es parte de
mi cuerpo y ese desgarre de una parte de mi cuerpo sería tremendamente dolorosa, de
la misma forma es que me desgarré el alma del cuerpo y la muerte es ese desgarrar,
nosotros tenemos la certeza de que ese cuerpo y esa alma que se han separado
volverán a estar juntos, eso es lo que se llama la resurrección, para nosotros el cuerpo
no es algo malo es un regalo de dios es una bendición, la iglesia habla del cuidado del
cuerpo porque lo considera importantísimo, entonces tengamos cuidado con esa falsa
separación de cuerpo y alma, somos una unidad sustancial de cuerpo y alma, cuando
morimos se desgarra pero está llamado a volverse a unir en la resurrección eso lo decía
el señor en el evangelio de San Mateo capítulo 10:28 “no temáis a los que matan el
cuerpo pero no pueden matar el alma temer más bien a aquel que puede llevar a la
perdición el alma y el cuerpo al infierno”. Entonces porque morimos si Dios había
hecho a nuestros primeros padres inmortales, morimos por causa del pecado de ellos,
se dan cuenta que en casi todos los textos que vimos hasta ahora venimos mencionado
el pecado original, en Romanos capítulo 6: 23 Pablo nos dice el pecado paga un salario
y es la muerte, Dios nos había hecho inmortales por el pecado de nuestros primeros
padres Adán y Eva perdemos el don de la inmortalidad.
Existen tres propiedades de la muerte:
primera propiedad: la muerte es científica con seguridad absoluta moriremos es una
cosa que nos debe hacer pensar, porque a veces uno vive esta vida como si nunca fuera
a morir, ¿y si me toca a mí ahora?, estoy preparado para morir, preparado
espiritualmente, preparado en términos familiares, estoy preparando mi alma para morir
no angustiándome por la muerte.
segunda propiedad de la muerte: no sabemos en qué circunstancias moriremos y todo
el mundo quisiera acostarse a dormir y amanecer muerto, pero todo el mundo esperaría
que la muerte fuera repentina y ahí se acaba todo, pero la mejor manera de morir es
morir en estado de gracia de Dios, es morir reconciliado con los que amo, es morir
reconciliado conmigo mismo, pero fundamentalmente morir reconciliado con Dios
tercera propiedad de la muerte: es que morir mal es un error irreparable tenemos una
única oportunidad para morir, estemos preparados para morir bien, para morir de cara a
Dios para morir de acuerdo a Dios para morir según la fe, para morir feliz de haberme
gastado y desgastado por vivir una vida correcta, una vida llena de frutos por llegar ante
Dios con mis manos llenas de ellos y no con las manos vacías y la vergüenza de haber
tenido una vida que solo dejó un dolor por donde pasó.
El hombre en el momento de su muerte pasa por tres temores
primer temor: cuando uno está con un agonizante podemos ver que se experimenta un
temor al pasado y uno siempre nota un cierto remordimiento en el moribundo puede
derivar en arrepentimiento que sería lo ideal o en desesperación hay personas que en
medio de su agonía empiezan a desesperarse a pensar todo lo que hicieron en su vida a
pensar en todos los errores que cometieron y se desesperan tienen miedo de que Dios
no los perdone, el enemigo susurra a los moribundos “lo que existe no tiene perdón” ,el
demonio no solamente quiere que pequemos, el demonio fundamentalmente quiere
arrebatarnos la esperanza y decirnos Dios no te perdona, pero no hay pecado que Dios
no perdone si nos arrepentimos de corazón .
segundo temor: al momento de morir se experimenta el temor al presente, un cierto
desencanto de las personas que están muriendo puede ser una desilusión, porque todo
el esfuerzo para construir este patrimonio todo el esfuerzo para cuidar este cuerpo y esa
desilusión desde el corazón a me voy a morir y no logré cumplir mis metas y ese
desencanto puede concluir en un desapego
tercer temor: es el temor a el futuro, es una cierta incertidumbre que puede derivar en
miedo o en esperanza, en miedos y no tengo fe en esperanza si tengo fe sé que Dios
me acompaña que Dios no me abandona y sé que Dios me va a recibir con brazos
abiertos y eso lo que esperamos, que esa incertidumbre no nos produzca el terror que
nos paralice, sino que esa incertidumbre que nos produzca confianza yo estoy en brazos
de Dios porque es la muerte del justo es distinta el libro del apocalipsis en el capítulo 14:
13 nos dice: “entonces oí una voz que decía desde el cielo escribe esto, felices
desde ahora los muertos que mueren en el señor si dice el espíritu que descansan
de sus fatigas pues sus obras les acompañan, que seamos muertos que mueren
en el señor”, a santa Teresita del niño Jesús al momento de morir su capellán que le
preguntaba si estaba resignada para morir ella dijo, resignada no padre mío resignación
se necesita para vivir no para morir lo que tengo es una alegría grandísima. Que el
señor nos prepare para bien morir y tengamos esa visión hermosa de la muerte si
tenemos un alma bien preparada así la muerte nos produce temor.