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Realidades Últimas es el término que vamos a usar para hablar de lo que nos espera
después de esta vida.
2. Vamos a ver la última parte del Credo: “Creo en el Espíritu Santo, la Santa
Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el Perdón de los Pecados, la Resurrección
de la carne y la Vida Eterna”.
De todos estos artículos de fe que rezamos al final del Credo, ¿cuáles se referirán
específicamente a la Escatología, a las Realidades Ultimas?
3. Pero hay uno más de esos últimos artículos del Credo que está relacionado
con la Vida Eterna. ¿Cuál será?
La Comunión de los Santos es la unión de los que estamos en la tierra, con los
que están en el Purgatorio y con los que están en el Cielo.
CATEQUESIS DE CONFIRMACIÓN 2022
Pero antes de revisar esta otra doctrina de la Iglesia Católica, vamos a ver qué sucede
después de la muerte y cómo es la muerte.
En que el alma se separa del cuerpo. El cuerpo queda aquí en la tierra para ser
enterrado o cremado o podría haberse quemado o desaparecido en el mar por algún
accidente, etc.
Las personas pueden sufrir mucho, poco o nada justo antes de morir, pero en la
muerte misma no hay sufrimiento. Eso lo atestiguan tantos que han muerto o medio
muerto y han regresado a esta vida. Por cierto ya tiene esto un nombre
científico: experiencias cercanas a la muerte. Y los que han dado su testimonio nos
hacen pensar que no hay nada que temer... salvo, por supuesto, que no muramos en
gracia y nuestro destino vaya a ser el Infierno (!!!)
Pero las personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte atestiguan que
la separación del alma de su cuerpo –en esto precisamente consiste la muerte- es algo
muy agradable.
CATEQUESIS DE CONFIRMACIÓN 2022
Así que no hay que temerle a la muerte física. A lo que sí hay que temerle es a la
muerte espiritual, es decir, a la condenación eterna. Eso sí que es desagradable y no tiene
remedio, pues es para toda la eternidad!
7. Ahora bien, no todas las almas tienen el mismo destino cuando se separan del
cuerpo. Hay diferentes opciones. ¿Cuáles serán?
8. ¿Qué es el Cielo?
Lo primero que tenemos que saber es que el Cielo es la opción para la cual fuimos
creados. Es lo que Dios nos tiene reservado para vivir con El en completa felicidad. El
Cielo es nuestro verdadero hogar, nuestra patria real y definitiva.
Y esa felicidad plena y total es –además- eterna. ¿Qué significa eterna? Que es para
siempre, no termina.
San Pablo, quien según sus escritos pudo vislumbrar el Cielo, sólo puede referir que
"oyó palabras que no se pueden decir: cosas que el hombre no sabría expresar ... ni el
ojo vio, ni el oído escuchó, ni el corazón humano puede imaginar lo que tiene Dios
preparado para aquéllos que le aman" (2a. Cor.12, 2-4 y 1a. Cor. 2,9).
Podemos tal vez imaginar algo del Cielo, si nos concentramos en el gozo que allí
tendremos.
El gozo del Cielo es un gozo de Amor: el amor más grande que podamos sentir, pues es el Amor
Infinito de Dios. Amaremos a Dios con todas nuestras fuerzas y El nos amará con Su Amor que no
tiene límites. Será como la fusión de nuestra vida con la Vida de Dios, que nos atraerá hacia Su Amor
en forma infinita.
9. ¿Qué es el Infierno?
Hay Santos que han tenido visiones y/o vivencias del Infierno: Sta. Teresa de Jesús,
San Juan Bosco y Sta. Faustina Kowalska.
“Lo que he escrito es sólo una sombra pálida de las cosas que vi allí. Pero sí noté
una cosa: que la mayoría de las almas que están allí son las que se han negado a creer en
el Infierno.” (Santa Faustina Kowalska)
CATEQUESIS DE CONFIRMACIÓN 2022
Jesucristo también nos da algunas descripciones del Infierno, en el que otro de los
tormentos es el sentido de eternidad. Es un sitio de fuego, pero es un fuego que no
extingue ni se extingue, sino que es eterno, sin descanso, sin tregua, sin fin ... para
siempre ...
Sin embargo, para que alguien se condene es necesario que tenga una aversión
voluntaria a Dios, un enfrentamiento o una rebeldía contra Él y, además, que persista en
esa actitud hasta el momento de la muerte (cfr. CIC # 1037).
Hemos nacido y vivimos en esta tierra para pasar de esta vida a la eternidad. Y
allí habrá o "Vida Eterna" en el Cielo, al que podemos llegar directamente o
pasando antes por un tiempo de purificación en el Purgatorio ... o habrá "muerte
eterna" en el Infierno.
Tal vez la pena más dolorosa de la etapa de purgatorio sea la tardanza en poder
disfrutar de la gloria de Dios. En el momento en que el alma se separa del cuerpo y se
desprende de los lazos de la tierra se siente irresistiblemente atraída por el Amor Infinito
de Dios.
Así, las oportunidades de purificación que nos presenta Dios Nuestro Señor a través
de circunstancias dolorosas o adversas en nuestra vida deben verse, no como castigo,
sino como lo que son: oportunidades de purificación, para disminuir el Purgatorio
o para no tener que pasarlo.
12. Pero ... ¿el mundo seguirá así por los siglos de los siglos? ¿O se acabará el
mundo algún día?
El fin del mundo es una inquietud que ha estado siempre en la mente de los seres
humanos. El cine ha tratado de imaginar el momento e -inclusive- el término “fin del
mundo” aparece en algunos títulos de películas. También el Catecismo de la Iglesia
Católica (#1001) nos habla del “último día” (Jn.6, 54 y 11, 24) y del “fin del mundo”(LG
48).
Vamos a ver algo. En estos momentos estamos nosotros en esta vida en la tierra y
hay almas, muchas almas -todas las de las personas que han muerto desde Adán y Eva
hasta hoy- en la otra vida. Unas están en el Cielo, otras en el Purgatorio y otras en el
Infierno.
Mt 7:
13. Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que
conduce a la ruina, y son muchos los que pasan por él.
14. Pero ¡qué angosta es la puerta y qué escabroso el camino que conduce a la
salvación! y qué pocos son los que lo encuentran.
Cristo resucitó con su propio cuerpo, ¿no? ¿Cómo lo sabemos? El mismo se lo dijo
a los Apóstoles, cuando éstos atónitos lo vieron después de resucitado: “Miren mis
manos y mis pies; soy Yo mismo” (Lc.24,39).
Pero Jesús no volvió a una vida terrenal. Jesús no volvió a esta vida como sí lo hizo
Lázaro, a quien Jesús revivió poco antes de El morir.
Sin duda en el “último día” (Jn. 6, 54 y 11,25); “al fin del mundo” (LG 48).
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Aquí San Pablo nos habla de los que han muerto y han sido salvados. Pero es San
Juan quien completa lo que sucederá con los que no han muerto en Cristo:
17. ¿Qué sucederá con el Purgatorio cuando llegue el fin del mundo?
Las almas del Purgatorio han ido pasando y seguirán pasando al Cielo, a medida que
se vaya cumpliendo su tiempo de purificación necesaria para poder ver a Dios cara a
cara.
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El día del fin del mundo, el día de la Segunda Venida de Cristo, el día de nuestra
resurrección –son cosas que se van a suceder en el mismo instante en un abrir y cerrar
de ojos, como dice la Escritura- el Purgatorio ya dejará de existir, pues las almas que
estaban en esta etapa de purificación, se unen cada una a su cuerpo glorioso y pasan todas
al Cielo.
18. Nos queda pendiente la Comunión de los Santos. Dijimos que esta doctrina
tiene conexión con la Escatología o las Realidades Ultimas. ¿Cómo?
La Comunión de los Santos es esa misteriosa unión que hay entre los Santos del
Cielo, los santos de la tierra (que son las personas que están en gracia, que no están
separadas del Cuerpo Místico) y las almas del Purgatorio.
Nosotros podemos rezar por otras personas que están en la tierra y por los que están
en el Purgatorio.
Nosotros podemos rezar a los Santos del Cielo y a la más Santa de todos (la Santísima
Virgen María) y ellos nos escuchan y nos atienden.
Hasta podemos rezar con ellos, pues ellos están continuamente adorando y alabando
a Dios y si nosotros adoramos y alabamos a Dios, estamos orando con ellos.
Los Santos del Cielo rezan por nosotros, pues interceden por nosotros ante Dios.
Nosotros podemos rezar por las almas del Purgatorio, para aliviar su pena de
purificación. Ellas no pueden hacer nada por nosotros mientras están en el Purgatorio,
pero ciertamente nos ayudan cuando pasan al Cielo.
Justamente, porque confiados en la Comunión de los Santos, las almas que están en
el Purgatorio necesitan nuestras oraciones. Y la más elevada y efectiva oración es la
Santa Misa.