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T E S I S
QUE PARA OBTENER EL GRADO DE
MAESTRÍA EN CIENCIAS EN INGENIERÍA QUÍMICA
PRESENTA:
DIRECTORES DE TESIS:
A Dios
Por estar conmigo siempre.
A mis padres
Por su gran amor y porque todo lo que soy es gracias a ellos. Los amo.
A mis hermanos
Por su apoyo incondicional y la compañía que me brindan siempre. Los quiero mucho.
AGRADECIMIENTOS
Al Dr. Benjamín Marcos Marín Santibáñez y al Dr. Francisco Rodríguez González por la
dirección de la tesis, por la confianza, apoyo y enseñanzas que me brindaron durante la
realización de este proyecto y por ser un ejemplo como investigadores.
Al Dr. Benjamín Marcos Marín Santibáñez por darme la oportunidad de realizar este trabajo,
por su confianza, apoyo y paciencia siempre, y por su gran calidad humana. Muchas Gracias.
Al Dr. José Pérez González por sus enseñanzas y consejos sobre la investigación y la vida,
por su comprensión y apoyo en todo momento, y por ser un gran ejemplo como persona e
investigador.
Al Dr. José Pérez González por permitirme realizar este proyecto en el Laboratorio de
Reología y Física de la materia blanda de la Escuela Superior de Física y Matemáticas.
Al comité revisor de tesis: Dr. Benjamín Marcos Marín Santibáñez, Dr. Francisco Rodríguez
González, Dr. José Pérez González, Dr. Octavio Elizalde Solís, Dr. Juan Ramón Avendaño
Gómez y Dr. Arturo Manzo Robledo por la revisión de este trabajo y por sus comentarios,
sugerencias y aportaciones.
Al CONACYT por el apoyo económico brindado para realizar mis estudios de posgrado.
A mis compañeros de laboratorio por su ayuda, su amistad y por soportarme cada día.
Escuela Superior de Física y Matemáticas del Instituto Politécnico Nacional como parte del
y 20160347).
RESUMEN
Los plásticos han ayudado al desarrollo de la humanidad debido a las aplicaciones distintas
que éstos tienen; sin embargo, un aspecto importante acerca de algunos plásticos es su
disposición final, la cual al no hacerse de manera adecuada, causa un problema grave de
contaminación. En los últimos años se han buscado soluciones a este tipo de contaminación,
entre éstas se encuentra el diseño de bioplásticos, constituidos parcial o totalmente de algún
biopolímero. El almidón es uno de los polisacáridos de mayor uso como biopolímero y se ha
empleado para la obtención de películas biodegradables. Para lograr obtener dichas películas
es necesario procesar el almidón junto con plastificantes (agua y glicerina) a altas
temperaturas y aplicando trabajo mecánico para obtener un almidón termoplástico (ATP).
Las películas de ATP tienen la ventaja sobre las producidas con polímeros sintéticos de
obtenerse de un recurso renovable y de ser biodegradables, pero tiene la desventaja de
presentar propiedades mecánicas y de barrera pobres. Por lo tanto, en este proyecto se decidió
reforzar una matriz de almidón de maíz con fibras de agave tequilana para formar un
biocomposito por extrusión y modificar algunas de sus propiedades. El ATP se procesó en
un extrusor de doble husillo para mejorar la dispersión de las fibras y se obtuvieron láminas
de almidón termoplástico homogéneas. Se evaluó la resistencia mecánica a la tensión, la
permeabilidad al vapor de agua, la solubilidad en agua y la biodegradabilidad de los
biocompositos, todo ello basándose en las normas ASTM correspondientes. Las láminas
reforzadas mostraron una disminución de los valores máximos de la resistencia a la tensión
y de la deformación unitaria a la rotura conforme la concentración de fibras aumentó.
Además, el módulo de Young exhibió una tendencia creciente como función de la
concentración de fibras, observándose un incremento del 136% cuando se agregó 8 %p/p de
fibras en la matriz de ATP. Para el caso de la permeancia al vapor de agua se observó una
disminución con el incremento del contenido de fibras.
Por otro lado, el porcentaje de solubilidad en agua de las láminas disminuyó al incluir un
mayor porcentaje de fibras, lo cual es causado por la naturaleza hidrofílica distinta del
almidón y del refuerzo. Finalmente, se determinó que todas las láminas reforzadas con fibras
de agave son susceptibles a biodegradación por la acción de bacterias y hongos primero en
i
su superficie y posteriormente en el volumen. Sin embargo, las láminas sin refuerzo fueron
biodegradadas en un menor tiempo que las reforzadas debido a la presencia de celulosa en
las fibras de agave.
ii
ABSTRACT
Plastics have helped the development of mankind due to the different applications they have;
however, an important aspect about some plastics is its ultimate disposal, which when not
done properly, may cause a serious problem of pollution. In recent years, different solutions
have been devised to decrease this type of pollution, among these solutions is the design of
bioplastics, partially or totally constituted of biopolymers. Starch is one of the most used
polysaccharides as biopolymer and has been utilized to obtain biodegradable films. In order
to produce starch films, it is necessary to process the starch together with plasticizers (water
and glycerol) at high temperatures and applying mechanical work to obtain a thermoplastic
starch (TPS).
TPS films have the advantage over those made up of synthetic polymers that they are
obtained from a renewable source and are biodegradable, their disadvantage, however, is that
they exhibit poor mechanical and barrier properties. Therefore, in this project it was decided
to reinforce a corn TPS matrix with agave fibers to form a biocomposite by using the
extrusion process and evaluate some of its properties. TPS was processed in a twin screw
extruder to improve the dispersion of fibers and homogeneous thermoplastic starch laminates
were obtained. Mechanical tensile strength, water vapor permeability, water solubility and
biodegradability of the reinforced laminates were evaluated on the basis of the corresponding
ASTM methods. The reinforced laminates showed a decrease in the tensile strength and strain
at break as fiber concentration increased. Furthermore, the Young's modulus increased as a
function of the concentration of fibers, exhibiting an increase of 136% when 8 %w/w of
fibers were added to the TPS matrix. Also, water vapor permeance decreased with the
increment of the fiber content.
On the other hand, the percentage of water solubility decreased as the fiber content increased
which was caused by the different hydrophilic nature of starch and the reinforcement. Finally,
it was found that all the laminates reinforced with agave fibers were susceptible to
biodegradation by the action of bacteria and fungi, first on its surface and subsequently in the
iii
volume. However, the laminates without reinforcement were biodegraded in a shorter time
than the reinforced ones due to the presence of cellulose in the agave fibers.
iv
LISTA DE SÍMBOLOS
ρm Densidad de la matriz
v
Δl Elongación de las probetas
l Longitud instantánea de la probeta
l0 Longitud inicial de la probeta
ε Deformación axial unitaria
E Módulo de elasticidad o de Young
σ Esfuerzo de cedencia
PVA Permeabilidad al vapor de agua
WVT Velocidad de transmisión de vapor de agua
S Presión de saturación de vapor de agua
R1 Humedad relativa en el desecador
R2 Humedad relativa en el interior de la celda de prueba
d Espesor de la probeta
G/t Pendiente de la gráfica de ganancia de peso como función del tiempo
CO2 Dióxido de carbono
O2 oxigeno
H2O Agua
NaOH Hidróxido de sodio
CaCl2 Cloruro de calcio
%M. O. Porcentaje de materia orgánica
%C. O. Porcentaje de carbono orgánico
%NTK Porcentaje de nitrógeno total Kjeldahl
C N Relación carbono/nitrógeno
vi
ÍNDICE DE TABLAS
vii
ÍNDICE DE FIGURAS
viii
para obtención de láminas de espesor variable, 5) Banda de recolección y
transporte de las láminas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
ix
4.12. Diferencia entre los pesos inicial y final del CaCl2 y las láminas durante la
prueba de PVA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
4.13. Representación del retardo de la difusión de las moléculas de vapor de agua
a través de las láminas reforzadas con fibras de agave. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
4.14. Porcentaje de solubilidad como función del porcentaje de fibras. . . . . . . . . . 67
4.15. Registro fotográfico de la evolución de biodegradación en las láminas de
ATP control. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
4.16. Micrografías de las láminas control a los 23 días obtenidas por microscopia
electrónica de barrido. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
4.17. Micrografías de las láminas reforzadas (8 %p/p) a los 23 días obtenidas por
microscopia electrónica de barrido. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
4.18. Micrografías de las láminas reforzadas (8 %p/p) a los 28 días obtenidas por
microscopia electrónica de barrido. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
4.19 Fotografía de una lámina de ATP reforzada (8 %p/p) a los 86 días de la
prueba de biodegradación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72
x
ÍNDICE GENERAL
Resumen
Abstract
Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
1. Generalidades. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.1. Almidón y características principales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.2. Gelatinización y retrogradación del almidón. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.3. Almidones termoplásticos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
1.4. Refuerzos a la matriz polimérica. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
1.5. Biocompositos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
1.5.1. Composición y regímenes de concentración del biocomposito. 10
1.6. Extrusión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
1.7. Propiedades fisicoquímicas de biocompositos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
1.7.1. Resistencia a la tensión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
1.7.2. Permeabilidad al vapor de agua. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
1.7.3. Solubilidad en agua. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
1.7.4. Biodegradabilidad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
2. Antecedentes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
2.1. Procesamiento del almidón termoplástico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
2.2. Modificación de almidón. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
2.3. Biocompositos de almidón termoplástico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
2.4. Biodegradación de biocompositos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
3. Metodología experimental. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
3.1. Caracterización de la materia prima. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
3.1.1. Modificación del almidón nativo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
3.2. Caracterización física de los refuerzos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
3.3. Extrusión de láminas de ATP. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
3.4. Resistencia a la tensión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
3.5. Permeabilidad al vapor de agua. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
xi
3.6. Solubilidad en agua. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
3.7. Determinación de la biodegradabilidad de las láminas de almidón de
maíz termoplástico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
3.7.1. Determinación del pH del suelo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48
3.7.2. Determinación de humedad del suelo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
3.7.3. Determinación del porcentaje de cenizas del suelo y de los
biocompositos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
3.7.4. Determinación del porcentaje de materia orgánica (%MO) y
carbono orgánico (%CO). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
3.7.5. Determinación de nitrógeno total Kjeldahl (%NTK). . . . . . . . 50
3.7.6. Determinación de la relación carbono/nitrógeno. . . . . . . . . . . . 51
3.7.7. Biodegradabilidad de las láminas de ATP. . . . . . . . . . . . . . . . . 52
4. Análisis y discusión de resultados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
4.1 Apariencia física de las láminas de ATP. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
4.2. Resistencia a la tensión de las láminas de ATP. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
4.3. Permeabilidad al vapor de agua. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
4.4. Solubilidad en agua. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
4.5. Susceptibilidad a la biodegradación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Conclusiones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Bibliografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
xii
INTRODUCCIÓN
En los últimos años se han buscado soluciones a este tipo de contaminación, entre las cuales
se encuentra el diseño de polímeros biodegradables, es decir, materiales en los que la
degradación resulta de la acción natural de microorganismos como bacterias, hongos y algas.
Un tipo de material plástico biodegradable son los bioplásticos, en los cuales sus
componentes son derivados parcial o totalmente de recursos renovables.
Por otro lado, los principales recursos renovables utilizados para obtener bioplásticos son los
biopolímeros, siendo algunos de ellos las proteínas, polisacáridos y lípidos. Uno de los
polisacáridos más empleados es el almidón, cuyos gránulos están compuestos principalmente
de dos macromoléculas, amilosa y amilopectina. Estas macromoléculas son de alto peso
molecular y permiten que el almidón, independientemente de su origen botánico, se utilice
como base para diseñar plásticos biodegradables. Para obtener películas, láminas o placas a
partir de almidón es necesario su procesamiento en su forma amorfa, es decir, llevando a
cabo la disrupción de su orden molecular. Cuando se lleva a cabo este proceso a altas
temperaturas con la adición de agua en exceso y plastificantes, se obtiene el almidón
termoplástico (ATP) [Ma et al. (2005), Gao et al. (1997)].
1
características hidrofílicas similares, las cuales se espera aumenten la interacción matriz-fibra
y con ello mejoren sus propiedades fisicoquímicas.
Las láminas de ATP reforzadas con fibras de agave mostraron una disminución en la
resistencia a la tensión respecto a las láminas sin refuerzo (control). Por otro lado, las láminas
reforzadas se hicieron más rígidas con el incremento del contenido de fibras, observándose
un aumento del módulo de Young de aproximadamente 136% en comparación con las
láminas control. Por su parte, la deformación unitaria máxima a la tensión de las láminas
disminuyó debido a las interacciones de los grupos hidroxilos presentes tanto en la amilosa
y como en las fibras de celulosa, las cuales forman puentes de hidrogeno y ocasionan una
disminución en la movilidad de las moléculas. Se encontró que la permeancia al vapor de
agua disminuye con el incremento de la concentración de fibras respecto a las láminas
control.
Otra propiedad evaluada en las láminas de ATP reforzadas con fibras de agave fue la
solubilidad en agua, la cual disminuyó conforme el porcentaje de fibras aumentó. La última
propiedad investigada fue la biodegradación de las láminas de ATP reforzadas por influencia
de consorcios bacterianos y hongos; se observó que las láminas son biodegradables primero
en la superficie y posteriormente en el volumen. Además, las láminas reforzadas fueron
degradadas más lentamente que las control, debido a los compuestos presentes en las fibras
de agave.
2
El contenido del presente trabajo está constituido de la siguiente manera:
3
CAPÍTULO 1. GENERALIDADES
El almidón es uno de los componentes principales en las plantas, en las cuales está presente
en forma de gránulos; su tamaño, morfología y composición son función de su origen
botánico y de las condiciones durante su crecimiento. Las características específicas de cada
tipo de granulo es fundamental para determinar sus parámetros de procesamiento. En general,
el diámetro de los gránulos de almidón se encuentra entre 1 y 110 μm, mientras que su forma
puede ser regular o irregular, dependiendo de la fuente botánica [Singh et al. (2003)]. En el
caso del almidón de maíz, el gránulo tiene una forma perimetral irregular cuando éste es muy
grande, mientras que para gránulos pequeños tiende a ser esférica. La distribución de tamaños
de estos gránulos es de 1 a 25 μm, con un tamaño promedio aproximado de 12 μm. En este
intervalo se consideran gránulos pequeños aquellos entre 1-7 μm y gránulos grandes de 15-
25 μm [Medina y Salas (2008)].
4
desvían la luz en dos direcciones, mostrando un patrón característico llamado “cruz de
malta”, el cual es indicativo de la orientación molecular de la amilopectina. Otra manera de
mostrar el orden cristalino de los gránulos de almidón es mediante difracción de rayos X
[Bertolini (2010), Muñoz Loreto et al. (2015), Cui (2005)].
Figura 1.1.- (a) Estructura de la amilosa y representación esquemática de una hélice de amilosa. (b)
Estructura de la amilopectina y representación esquemática de una región cristalina (clusters) [van
Soest y Vliegenthart (1997)]
Por otro lado, la procesabilidad del almidón se logra con la destrucción de su cristalinidad
por influencia de agentes plastificantes en combinación de calor y trabajo mecánico. El
almidón procesado de esta forma puede transformarse para la fabricación de plásticos
biopoliméricos, empleando los métodos existentes para plásticos sintéticos, como la
extrusión.
6
Figura 1.2.- Representación esquemática del proceso y estructura observada durante calentamiento
y almacenamiento de suspensiones acuosas de almidón granular [Biliaderis (1991)].
Los plastificantes son substancias de bajo peso molecular no volátiles que son ampliamente
usados en la industria de polímeros como aditivos, los cuales sirven principalmente para dar
flexibilidad y procesabilidad a los polímeros. Estas substancias por lo regular ayudan a
reducir la dureza, la viscosidad y carga electrostática de los polímeros, mientras que
incrementan la flexibilidad de la cadena del polímero, su resistencia a la fractura y constante
dieléctrica, entre otras propiedades. Entre los plastificantes más usados en el procesamiento
de almidones están el glicerol, sorbitol, agua, alcohol polivinilico y polietilenglicol [Gurgel
Adeodato et al. (2011), Frost (2010)].
El almidón termoplástico puede ser usado entre otras cosas para la fabricación de películas,
placas, láminas o empaques biodegradables. Existen diversas definiciones para un polímero
biodegradable; la ASTM D-5488 (Standard Terminology of Environmental Labeling of
Packaging Materials and Packages, 1994) lo define como aquel que es capaz de
7
descomponerse en bióxido de carbono, metano, agua y compuestos inorgánicos o biomasa,
teniendo como mecanismo principal la acción enzimática de microorganismos, la cual puede
ser medida mediante pruebas estándar en un periodo determinado [Müller (2005), Frost
(2010)]. Aunque en los plásticos biodegradables se tiene la ventaja de la biodegradabilidad
y el bajo costo de la mayoría de los biopolímeros, también se tiene la desventaja de que el
almidón tiene un carácter hidrofílico, con una velocidad de degradación alta, y en muchos
casos las propiedades mecánicas no son satisfactorias si se comparan con los polímeros
sintéticos [Yu et al. (2006)]. Es debido a lo anterior, que en general se busca reforzar estos
biopolímeros para mejorar las propiedades fisicoquímicas ya mencionadas, manteniendo su
biodegradabilidad.
En la búsqueda de una solución a las desventajas de usar solo almidón termoplástico para
formar empaques biodegradables, se han hecho diversas investigaciones con la finalidad de
mejorar las propiedades de estos biopolímeros en función de los usos que se le vaya a dar.
Existen otro tipo de trabajos relacionados con el uso de materiales acoplados con estos
biopolímeros con el fin de mejorar sus propiedades, estos materiales son llamados refuerzos,
y se busca una buena interacción entre la matriz polimérica y dichos refuerzos [Majeed et al.
(2013)].
Según Shenoy (1999) los refuerzos son aquellos materiales sólidos e inertes, que se dispersan
físicamente en una matriz polimérica, sin afectar significativamente la estructura molecular
del polímero. Estos materiales deben estar en forma de partículas discretas y no exceder unas
pocas pulgadas de longitud. Los refuerzos se pueden clasificar de distintas maneras,
dependiendo de sus propiedades mecánicas (en rígidas o flexibles), de su origen (en naturales
o sintéticas) o de la forma que tienen (en partículas esféricas, escamas, hojas o fibras).
Los refuerzos se utilizan generalmente para mejorar las propiedades fisicoquímicas de las
matrices poliméricas, para lograr esto se debe prestar atención a la interacción del refuerzo
con la matriz. En función de la interacción que se tenga en la interfase, serán los resultados
obtenidos. Existen tres tipos de interacción entre refuerzo y matriz:
8
1.- El refuerzo está presente solo físicamente en un polímero no polar sin una gran
interacción.
Existen factores que son claves para determinar el tipo de interacción polímero-refuerzo,
como por ejemplo la geometría, tamaño, fracción volumen, hidrofobicidad de la superficie
del refuerzo, su humectabilidad o el tratamiento que se le haya dado al mismo [Shenoy
(1999)]. La mayoría de los refuerzos usados tienen forma de fibras y caracterizan por conferir
mayor rigidez y resistencia a la tensión que otras formas [Maya y Sabu (2008), Mohanty et
al. (2005)]. Existe una variedad muy amplia de fibras que pueden utilizarse como refuerzos,
ya sea de origen natural o sintético [Moreno et al. (2007), Biagiotti et al. (2004)]. El uso de
fibras como refuerzo en una matriz polimérica proporciona un aumento en el módulo elástico
de la matriz y en su resistencia a la tracción en comparación con otras formas [Shenoy
(1999)]; dichas propiedades son de gran importancia en algunos tipos de empaques [Mulinari
et al. (2011), Gilfillan et al. (2012), Ma et al. (2005), Quesada-Solís et al. (2005)].
Por otro lado, una fuente de materia prima renovable para la obtención de fibras naturales es
la que se encuentra en los residuos de la agricultura, es por ello que recientemente se ha
prestado gran atención a éstas como refuerzo para la obtención de biocompositos. El uso de
dichos residuos, no solo beneficia al ecosistema al ser un material biodegradable sino que
ayuda al área rural de donde se obtiene, convirtiendo un residuo en un material útil [Gilfillan
et al. (2012), Quesada-Solís et al. (2005)]. De igual forma, en la naturaleza existe una
variedad de fibras que pueden usarse como refuerzo en los compositos por sus características
como densidad baja, la renovabilidad, características degradables, su bajo peso específico
que resulta en una resistencia y rigidez mayor (en algunos casos mayor que las alcanzadas
con vidrio), su bajo costo y la reducción de la permeabilidad a gases y líquidos. En este
proyecto se trabajó con fibras de bagazo de agave tequilana como refuerzo en las láminas del
almidón termoplástico, obteniendo con esto un biocomposito.
9
1.5 Biocompositos
Al agregar las fibras al biopolímero, éstas se dispersan y pueden alinearse en una dirección
particular dependiendo del tipo de procesamiento. La direccionalidad de las fibras influye en
las propiedades del producto final. Es por ello que es importante el control de este parámetro
a fin de obtener homogeneidad en las piezas finales.
10
m m f mm (1)
v v f vm (2)
Las fracciones en volumen de las fibras (ϕf) y de la matriz (ϕm) con respecto al compuesto
están dadas por:
vf
f (3)
v
vm
m (4)
v
Por lo que se puede expresar:
m 1 f (5)
Si se calcula la densidad del compuesto (ρ) en función de las densidades de las fibras (ρf) y
la matriz (ρm), y posteriormente con ayuda de las ecuaciones (3-5) se obtiene:
f f m m (6)
f f 1 f m (7)
Si se expresan las ecuaciones (6) y (7) como fracción en peso de las fibras (ϕwf) y la matriz
(ϕwm), se tiene:
f f f f
wf (8)
f f m m
m m m m
wm (9)
f f m m
Una vez obtenidas las relaciones entre las fracciones en peso de la fibra y de la matriz, es
necesario establecer un criterio para determinar el régimen de concentración. Para ello se usa
11
la razón de aspecto de las fibras, es decir, la razón de su longitud a diámetro (véase la figura
1.3):
L
ra (11)
D
Cuando se tiene una razón de aspecto grande, la interacción entre las fibras ocurrirá a
concentraciones más bajas que cuando éstas son pequeñas, es decir, no será necesario una
gran cantidad del refuerzo para llegar al régimen concentrado. Por otro lado, si se tiene una
razón de aspecto pequeña, será necesaria una cantidad mayor de fibras para tener un régimen
concentrado [Larson (1999)].
12
nL
N
i i i
Ln (12)
n
N
i i
N
ni Li 2
Lw i
(13)
N
i
ni Li
Lw
Ip (14)
Ln
1.6 Extrusión
13
El proceso de obtención de películas o láminas de almidón por extrusión involucra el
mezclado, la cocción, el amasado y el moldeado del almidón, dicho método se considera
como de alta temperatura y tiempo de producción corto. Así mismo, en este proceso se
disminuye el volumen de los plastificantes requeridos para gelatinizar el almidón, ya que el
trabajo mecánico impuesto por el husillo permite destruir la cristalinidad del gránulo. Por las
características mencionadas, el uso de la extrusión en el procesamiento de almidones ha ido
en aumento, pues proporciona una manera rápida para la obtención de láminas y al mismo
tiempo una mejoría en la dispersión de refuerzos en las matrices cuando se procesan
compositos.
14
Figura 1.4.- Representación esquemática de un extrusor de husillo sencillo [Beltrán Rico y Marcilla
Gomis (2012)].
F
(15)
A
15
En la ecuación anterior, el área transversal de la probeta donde se aplica dicha fuerza es
dependiente de la deformación que sufre el material, es decir, va disminuyendo con el tiempo;
cuando no se considera este cambio en el área, el esfuerzo calculado de esta forma es llamado
ingenieril. El valor real del esfuerzo se puede determinar si se cuantifica la disminución del
área transversal. Las unidades del esfuerzo son N/m2 o Pa.
l l0 l
(16)
l0 l0
Figura 1.5.- Representación esquemática de la variación del esfuerzo de tensión como función de la
deformación unitaria uniaxial.
El modelo más simple que ha sido utilizado para describir el comportamiento en tensión de
materiales relaciona linealmente el esfuerzo de tensión con la deformación unitaria:
E (17)
16
En donde E es la constante de proporcionalidad y es conocida como módulo de elasticidad o
de Young del material. El módulo de Young puede obtenerse directamente de la pendiente
de la región lineal de la curva en la figura 1.5 y los materiales que siguen esta ecuación son
llamados sólidos elásticos lineales, es decir, el material sometido a una carga recupera sus
dimensiones originales cuando dicha carga se retira (deformación elástica). El límite superior
de la región lineal es llamado esfuerzo de cedencia, σy , y por arriba de este valor el material
sufre una deformación permanente por influencia del esfuerzo. En esta región se dice que el
material se deforma plásticamente hasta su rotura.
Analizado la curva de deformación mostrada en la figura 1.5 se encuentra que la energía por
unidad de volumen requerida para deformar en tensión un material puede determinarse
directamente de la gráfica a través del área bajo la curva. El área bajo la curva en la región
elástica es conocida como resiliencia; mientras que el área total hasta la rotura es llamada
tenacidad. La resiliencia es la capacidad de un material de absorber energía mecánica sin
deformarse permanentemente; mientras que la tenacidad es la capacidad del material de
almacenar energía sin presentar la rotura. En este sentido, los materiales que tienen módulos
elásticos altos se conocen como materiales rígidos o frágiles y, por lo tanto, sufren
elongaciones muy pequeñas en comparación con aquellos materiales blandos o semirrígidos,
lo cual implica que estos últimos pueden tener una deformación mayor debido a su módulo
elástico bajo.
17
La permeabilidad al vapor de agua (PVA) se define de acuerdo a la noma ASTM E-96/96M-
12 (Standard Test Methods for Water Vapor Transmission of Materials, 2012), la rapidez de
transmisión de vapor de agua por unidad de área de un material plano con espesor dado. La
transferencia del vapor de agua es originada por la diferencia en la presión de vapor entre dos
regiones separadas por el material y se lleva a cabo a condiciones de temperatura y humedad
están especificadas. La PVA se puede obtener de la siguiente manera:
18
La ecuación (20) muestra la forma de determinar la velocidad de transmisión de vapor de
agua (WVT):
WVT G t A (20)
Donde G/t es la pendiente constante de la gráfica de ganancia de peso del espécimen como
función del tiempo y A es el área del espécimen a través del cual se transfiere el vapor de
agua.
Por otro lado, la solubilidad de las películas o láminas de un biocomposito se define como la
materia seca que queda de la muestra, después de haber sido solubilizada por inmersión en
agua cierto tiempo (ecuación 21) [Escobar et al. (2009)]. Dependiendo del porcentaje de
solubilidad en agua se establece el uso final del espécimen. Algunas investigaciones se han
centrado en el uso de biopelículas como empaques comestibles, en donde se desea una mayor
solubilidad de dichas películas [dos Reis et al. (2014)].
1.7.4 Biodegradabilidad
19
La biodegradabilidad se refiere a la habilidad del espécimen de ser degradado por ejemplo
por agentes biológicos, mientras que la biodegradación se refiere al proceso, el cual ocurre
bajo condiciones específicas en un periodo determinado, pudiéndose medir variables como
CO2 y metano producidos, así como la biomasa y pérdida de peso.
Una alternativa que se ha usado para la evaluación de la biodegradación son las pruebas de
simulación en laboratorio, en ella la biodegradación se puede llevar a cabo en composta,
suelo o agua de mar en un reactor de laboratorio controlado. Estas pruebas son parecidas a
las de campo pero aquí se tiene mejor control de parámetros externos como humedad,
temperatura, pH, entre otros.
20
Uno de los métodos estándar para la prueba de biodegradación en suelo es descrito en la
ASTM D5988-12 (Standard Test Method for Determining Aerobic Biodegradation of Plastic
Materials in Soil), en donde se monitorea la producción de CO2 producido durante la
biodegradación de la materia orgánica debido a la acción de microorganismos presentes en
el suelo empleado de acuerdo a la siguiente reacción:
21
CAPÍTULO 2. ANTECEDENTES
En los últimos años se han realizado diversas investigaciones sobre la obtención de películas
biopoliméricas usando procesos en seco y en húmedo, siendo el segundo método el más
usado y documentado [Mali et al (2004); Liu y Han (2005); Rodríguez et al. (2006); Bertuzzi
et al. (2007)]. En cuanto a la obtención de películas por el proceso húmedo están las
realizadas en 2004 por Mali et al., en donde obtuvieron películas de almidón de ñame por el
método de vaciado en placa (casting), variando la cantidad de glicerol y almidón; a dichas
películas se les determinó la permeabilidad al vapor de agua (PVA) usando la norma ASTM
E96 (Standard test methods for water vapor transmission of material, E96-95) con algunas
modificaciones. Estos autores obtuvieron un aumento en la PVA cuando se incrementó la
cantidad de glicerol en las soluciones filmogénicas, dicho cambio se lo atribuyeron al efecto
del plastificante y al aumento del espesor de la película. Mali et al. sugirieron que las
condiciones para la obtención de las películas se eligen con base en las características finales
deseadas en ellas y en función del uso al que están destinadas.
Bertuzzi et al. (2007) elaboraron películas comestibles de almidón de maíz de alta amilosa,
agua destilada, NaOH y glicerol por el método de vaciado en placa (casting) y determinaron
su propiedad de PVA usando la norma ASTM E96. El estudio muestra que, con el incremento
en la temperatura de la prueba, aumenta la difusión del vapor de agua debido a la movilidad
de las moléculas. Estos autores mostraron que la PVA es independiente del espesor de la
película y concluyeron que al aumentar la cantidad de glicerol aumenta dicha propiedad
22
debido a la reducción de las fuerzas intermoleculares, pues el plastificante modifica la
estructura de las cadenas del almidón dándoles mayor flexibilidad, ello acorde con lo
concluido por Mali et al. (2004).
Existen otras investigaciones sobre biopelículas obtenidas por casting, por ejemplo, Liu y
Han (2005) estudiaron los mecanismos de formación de películas empleando soluciones de
amilosa, amilopectina y almidón de alta amilosa. Estos autores encontraron que, en una
primera etapa del proceso de formación de películas, la cual no depende del tipo de solución
empleada, ocurre en las macromoléculas una transición de ovillo a hélice; posteriormente, la
estructura resultante de las películas es influida por el contenido de amilosa en las soluciones
filmogénicas empleadas, pues de ella depende el grado en que se forman las dobles hélices y
los agregados de las mimas. Por su parte, Henrique et al. (2007) estudiaron las propiedades
de películas de almidón nativo y modificado obtenidas por vaciado en placa y propusieron
un modelo para la obtención de la PVA y su relación con la cantidad de grupos OH- en las
moléculas. Rodríguez et al. (2006) de igual forma estudiaron películas obtenidas por vaciado
en placa, demostrando que con la adición de plastificantes mejora la flexibilidad de las
mismas, lo cual se ve reflejado en una mayor elongación e igualmente evitaron la formación
de grietas.
En cuanto a la obtención de biopelículas por el método en seco, es decir con bajo contenido
de humedad, se han usado diversas técnicas como extrusión, compresión o moldeo por
inyección, entre otros. Considerando que el almidón se puede procesar por medio de
extrusión, Lai y Kokini (1991) presentaron una revisión sobre los cambios en las propiedades
fisicoquímicas y reológicas que sufre éste durante su procesamiento por esta técnica. Este
estudio amplia la perspectiva sobre factores y parámetros que se deben considerar para un
minucioso procesamiento de los gránulos de almidón por extrusión, como la velocidad de
procesamiento, tiempo de residencia, perfil de temperaturas, contenido de humedad y
plastificante, así como los posibles cambios en la estructura de los componentes del almidón
al procesarlo a diferentes condiciones.
Por otra parte, van Soest et al. (1996) evaluaron el porcentaje de cristalinidad de almidones
de distintas fuentes después de ser procesado por amasado, extrusión, moldeo por compresión
e inyección. Los autores lograron distinguir la cristalinidad debida a la gelatinización
23
incompleta del almidón (cristalinidad residual) de la inducida por el procesamiento
termomecánico. Mostraron que con bajas cantidades de plastificante disminuye la
cristalinidad residual y por otra parte, la cristalinidad inducida durante el procesamiento se
ve afectada por la recristalización de la amilosa con el tiempo de envejecimiento.
En 1997 van Soest y Knooren estudiaron las propiedades mecánicas de placas de almidón de
papa obtenidas por extrusión usando diferentes contenidos de agua y glicerol y las
relacionaron con el porcentaje de cristalinidad del almidón después de su procesamiento.
Durante el envejecimiento de las placas analizaron, empleando microscopía óptica,
difracción de rayos X y calorimetría diferencial de barrido, diferentes procesos de
recristalización que modificaron las propiedades mecánicas de las placas, lo anterior
dependió del contenido de agua y glicerol. Los autores encontraron que las placas amorfas
fueron muy flexibles y exhibieron deformaciones altas, mientras que las envejecidas
mostraron una disminución de la flexibilidad y aumento en el módulo elástico debido a la
formación de estructuras cristalinas originadas por configuraciones de hélice simple y doble
de la amilosa. Este tipo de recristalización del almidón ocurrió en tiempos más cortos que
para la amilopectina. Estos autores observaron también que la retrogradación se favorece con
el incremento del contenido de agua en la matriz. La variación del módulo de elasticidad de
las placas se afecta por la modificación de la temperatura de transición vítrea del almidón, la
cual es modificada por contenido de agua. Los cambios en las propiedades mecánicas con el
envejecimiento sugirieron es debida a un proceso de reforzamiento del almidón debido a la
retrogradación del mismo.
Por otro lado, Soto Benítez (2011) obtuvo láminas de almidón de maíz termoplástico por
extrusión, variando la cantidad de plastificante (glicerol), velocidad de extrusión y perfiles
de temperatura para mejorar su procesamiento. Soto Benítez realizó cortes a sus láminas de
almidón termoplástico y los analizó mediante microscopía óptica; de dichos análisis propuso
que las condiciones óptimas de formulación y procesamiento para dichas laminas fueron las
que contenían 30% de glicerol y se obtuvieron a las condiciones de 14 rpm y un perfil de
temperaturas de T1=80 °C, T2=90 °C, T3=98 °C y T4=95 °C (ésta última en la región del dado
de placa). Con estas condiciones de operación, Soto Benítez determinó la resistencia a la
tensión, solubilidad en agua y permeabilidad al vapor de agua de las placas extrudidas.
24
2.2 Modificación de almidón
Por otro lado, la modificación del almidón nativo se realiza con el fin de mejorar
características o acentuar sus propiedades funcionales por medio de procesos físicos,
químicos y/o enzimáticos [Jane (1995), Calixto Cotos y Arnao Salas (2004), Yan y
Zhengbiao (2010)]. La modificación del almidón se puede realizar por tratamientos químicos
[Maher (1983), Lii y Lee (1993), Ragheb et al. (1995), Roberts y Cameron (2002), López et
al. (2008)] como la sustitución o reticulación [Reddy y Yang (2010)], por medio de
tratamientos físicos como la gelatinización [Nakorn et al. (2009)], en donde posteriormente
se puede realizar secado por rodillos o aspersión [Zong-qiang et al. (2012)], o el tratamiento
enzimático [Bonilla et al. (2014)].
La modificación de almidón por medio del secado por aspersión ha sido empleada por
diferentes autores, como Zong-qiang et al. (2012), quienes gelatinizaron almidón de maíz a
diferentes temperaturas y posteriormente lo secaron por aspersión para determinar la
25
distribución de tamaños, hinchamiento y morfología de los gránulos, así como el porcentaje
de cristalinidad y compararlas con el almidón nativo. Ellos concluyeron que las
características físicas de los gránulos de almidón están en función de la temperatura de
gelatinización y de las condiciones del secado; la morfología del gránulo pregelatinizado se
torna irregular en su superficie con concavidades y tamaño menor respecto al nativo.
Además, observaron que el poder de hinchamiento del almidón modificado fue mayor al
mostrado por el nativo para temperaturas menores de 60 °C, este efecto fue atribuido a la
gelatinización parcial y a una mejor hidratación de los gránulos.
Por su parte, Khan et al. (2013a) realizaron un estudio de películas de almidón obtenidas por
moldeo por compresión y vaciado en placa utilizando almidón oxidado de papa, el cual fue
primero pregelatinizado y secado por aspersión. Estos autores utilizaron una combinación de
glicerina y urea para plastificar el almidón y malto-oligosacaridos (maltosa, jarabe de glucosa
seco y maltodextrina) de diferente peso molecular para mejorar su procesamiento. La
cristalinidad de las placas y la interacción de los plastificantes con el almidón fueron
investigadas; además evaluaron las características mecánicas y térmicas de las películas en
función de los plastificantes usados y del peso molecular de éstos. El mismo grupo de trabajo
realizó otro estudio acerca de las propiedades mecánicas y de absorción de humedad de
películas de almidón de papa oxidado mezclado con maltodextrina y obtenidas por los
métodos de moldeo por compresión y vaciado en placa [Khan et al. (2013b)]. Estos autores
analizaron de igual forma la relación de los distintos plastificantes con el método de
obtención, en las cuales observaron que las películas de almidón pregelatinizado obtenidas
por moldeo por compresión mostraron una mejor interacción entre sus componentes con
respecto a las obtenidas por el método de vaciado en placa.
Debido al creciente interés en el uso de fibras naturales como refuerzos tanto en polímeros
sintéticos como en biopolímeros, se han desarrollado muchas investigaciones relacionadas a
la composición y a las propiedades de diversas fibras naturales como sustitución de fibras de
tipo sintético [Wambua et al. (2003)], así como algunas modificaciones fisicoquímicas de las
mismas y el uso de métodos distintos de extracción. Entre los refuerzos naturales más usados
26
están las arcillas [Wilhelm et al. (2003), Müller et al. (2012), Biqiong y Evans (2005), Müller
et al. (2011)] y las fibras obtenidas de materiales biológicos. Por otro lado, en relación a la
búsqueda de mejoras en las propiedades de películas obtenidas con polímeros sintéticos o
biopolímeros reforzados con fibras naturales, ha llevado a la realización diversas
investigaciones [Joseph et al. (1999); Espert et al. (2004); Quesada-Solís et al. (2005); Cao
et al. (2006); Mulinari et al. (2011)].
Joseph et al. (1999) realizaron una revisión bibliográfica de distintos compositos en los
cuales usaron fibras de sisal para reforzar matrices sintéticas como polipropileno, poliestireno
y polietileno entre otros; estos autores mostraron las características físicas de las fibras,
algunas de sus propiedades y el cambio en las propiedades de los compositos al agregar
distintas cantidades de fibras. Por otra parte, una de las principales desventajas que exhiben
las fibras naturales, como las fibras de agave, es que tienden a absorber humedad del medio
ambiente, por lo que las propiedades fisicoquímicas del producto final estarán en función de
cuanta humedad absorban.
Cao et al. (2006) realizaron una investigación sobre el efecto del tratamiento alcalino de las
fibras de bagazo de caña de azúcar, en las propiedades de resistencia a la tensión de resinas
de poliéster reforzadas con dichas fibras. Estos autores variaron el contenido de fibras con y
sin tratamiento alcalino, usadas como refuerzo, para estudiar las propiedades de adhesión
27
entre la matriz polimérica y las fibras; de sus análisis mostraron que las fibras con el
tratamiento mejoraron las propiedades de resistencia a la tensión en el composito, además
observaron que dicha propiedad aumentó en función del contenido de fibras adicionadas.
Resultados similares fueron obtenidos por Mulinari et al. (2011); aunque estos investigadores
elaboraron compositos de poliéster reforzados con fibras de coco.
Otra revisión extensa sobre compositos poliméricos basados en fibras naturales fue realizado
por Azwa et al. (2013), en donde se expusieron de manera más precisa los mecanismos de
falla en estos materiales por efecto de la humedad, la composición y tipo de fibras,
descomposición y factores que afectan su degradación. Estos autores concluyeron que la
incompatibilidad entre la matriz polimérica sintética y las fibras naturales es debido a la
naturaleza hidrofílica de los refuerzos, lo cual afecta la adhesión y causa la degradación del
composito. Azwa et al. sugirieron que el tratamiento previo de las fibras empleando agentes
compatibilizantes o acoplantes mejora su interacción con la matriz sintética y trae una mejora
en sus propiedades mecánicas y de barrera.
Por otro lado, debido a la incompatibilidad entre matrices poliméricas y los refuerzos
mencionados en los trabajos anteriores, se han desarrollado muchas investigaciones
relacionadas con el uso de matrices biopoliméricas reforzadas con fibras naturales, con la
finalidad de tener una compatibilidad mejor entre los materiales debido a sus características
hidrofílicas. Este resultado conllevará a tener una mejora en las propiedades mecánicas y de
barrera. Mohanty et al. (2000) hicieron una revisión acerca de los diferentes polímeros
biodegradables como el poliéster alifático, el acetato de celulosa, el poliéster amida y el
28
almidón, entre otros, además de muchos biocompositos que habían sido investigados hasta
esa fecha. Estos autores concluyeron que es factible el uso de fibras naturales como refuerzo
cuando se usa una matriz biopolimérica de almidón.
Por otro lado, Ma et al. (2005) obtuvieron biocompositos por extrusión de almidón
termoplástico de maíz con fibras de algodón en un porcentaje de 0 a 20 %p/p. Estos autores
emplearon glicerol, formamida y urea como plastificantes y demostraron que estos retrasan
la retrogradación del almidón. La inclusión de las fibras en los porcentajes mencionados en
la matriz de almidón termoplástico hizo que el incremento en el módulo de Young fuera
superior al 300% y que el esfuerzo máximo a la tensión disminuyera. Estos autores
encontraron que las propiedades mecánicas son función de las condiciones de vapor de agua
en su almacenamiento, debido a la capacidad de absorción de las fibras. Ma et al. también
emplearon microscopia electrónica de barrido para observar la superficie de fractura frágil
de las tiras del composito, notando una buena interacción entre la matriz y el refuerzo, pero
mostraron también una fusión incompleta de los gránulos de almidón cuando el contenido de
fibras fue de 20 %p/p, debido a la interferencia de dicho refuerzo.
Por su parte, Yu et al. (2006) realizaron una revisión del estado del arte referente a las
mezclas poliméricas y compositos obtenidos de recursos renovables, encontrando que la
mejoría en las propiedades mecánicas ocurre cuando existe compatibilidad entre matriz y
refuerzo, es decir, cuando se usan polímeros naturales con refuerzos del mismo origen. De
29
igual forma en 2008, Maya y Sabu hicieron una revisión de trabajos de biocompositos
obtenidos con fibras de celulosa y de otros tipos, cuyo enfoque se centró en mostrar el efecto
de los diferentes tipos de biofibras en las propiedades mecánicas (tensión e impacto),
permeabilidad a vapores y solubilidad en agua de los productos finales orientados a la
fabricación de interiores en la industria automotriz. Estos autores mostraron el uso de fibras
de agave (henequén, cantala y sisal) para la fabricación de biocompositos con aplicaciones
variadas.
En 2009 Müller et al. obtuvieron películas de almidón de yuca reforzadas con fibras de
celulosa, logrando una mejora en las propiedades de barrera de dichos biocompositos; su
resistencia a la tensión aumentó 6.7 y 18 veces con la incorporación de 0.10 y 0.5 g fibra/ g
almidón, mientras que su rigidez aumentó 7.6 y 34 veces respectivamente, esto fue atribuido
a la estructura química similar de la celulosa y el almidón. Quienes también estudiaron las
propiedades de compositos de almidón reforzadas con fibras de algodón, entre otras, fueron
Prachayawarakorn et al. (2010); estos autores usaron almidón de arroz para obtener películas
por moldeo por compresión a 170 °C. La resistencia a la tensión de las películas de almidón
termoplástico aumentó de 0.3 a 0.8 MPa al agregar un 10 %p/p de fibras; lo anterior, debido
a la compatibilidad en las estructuras de la fibra natural y el almidón. Así mismo, se mostró
un aumento en el módulo de Young. La absorción de agua también se estudió y se señaló una
reducción de ésta al agregar fibras, originada por el menor carácter hidrofílico de las fibras
en comparación con el almidón.
Cuando Phattaraporn et al. (2010) usaron biocompositos de almidón de maíz reforzados con
fibras de palma preparadas por vaciado en placa, también presentaron resultados de
resistencia a la tensión y permeabilidad al vapor de agua en función tanto del contenido de
fibras, como del tamaño de dichas fibras. El aumento tanto en la resistencia a la tensión como
en el módulo de Young se atribuyó a la resistencia que ejercen las fibras en la matriz y los
enlaces de hidrogeno formados entre los componentes del composito. Entre los compositos
con la misma concentración de fibras, el mejor resultado en la resistencia a la tensión se logró
con las fibras de mayor tamaño (420 μm), explicando que las fibras cortas actuaron como
defectos en la matriz en lugar de un reforzamiento. Las fibras en la matriz actuaron como un
obstáculo para el paso de las moléculas de agua en la prueba de la permeabilidad al vapor de
30
agua, por lo que ésta se ve disminuida con el aumento de fibras. La estabilidad térmica de las
películas se explicó por la restricción en la movilidad de las moléculas de la cadena de
almidón causada por las fuertes interacciones entre almidón y fibras; estas interacciones
también fueron mostradas por Guimarães et al. (2010), mediante un estudio fractográfico de
compositos de almidón de maíz reforzados con fibras de bagazo utilizando microscopia
electrónica de barrido de la superficie fracturada.
En general, la revisión del estado del arte realizada en este capítulo muestra la factibilidad de
emplear fibras naturales, en este trabajo fibras de agave tequilana, como refuerzos de una
matriz de almidón de maíz termoplástico, para obtener por extrusión biocompositos que
tengan una mayor susceptibilidad a la biodegradación.
Una amplia revisión bibliográfica realizada por Shah et al. en 2008, donde describió una serie
de métodos estandarizados usados en los últimos años para la determinación de la
biodegradación tanto de polímeros sintéticos como naturales. Entre estos métodos están los
métodos visuales, la medición de la pérdida de peso, el cambio en las propiedades mecánicas,
31
evolución de CO2 y degradación enzimática entre otros. Debido al gran número de métodos
disponibles, se menciona que es necesario un método estándar general en el que se manejen
los mismos parámetros y al final se pueda realizar una comparación efectiva de resultados.
32
para el ATP modificado, mientras que para el ATP sin modificar, la pérdida de peso fue de
70% en el mismo tiempo. Quienes también han usado hongos para biodegradar polímeros
fueron Ponce Andrade et al. (2012). Ellos realizaron una prueba de biodegradación de resinas
fenólicas por medio de hongos ligninolíticos, observando el avance de biodegradabilidad por
medio de microscopia electrónica de barrido. Mostraron un crecimiento de micelio en la
superficie de la resina y cambios físicos en el material, lo cual usaron como indicativo de que
se lleva a cabo la biodegradación.
Aunque si bien existen múltiples definiciones de lo que son los plásticos biodegradables y
aún más métodos para la determinación de su biodegradabilidad, estos mismos no establecen
un ambiente y tiempo exacto para su consideración, por lo cual estos deben ser establecidos
en función del método de prueba a realizar. De igual forma, las conclusiones con respecto a
la biodegradabilidad se deben basar en el tipo de método aplicado [Müller (2005)].
33
CAPÍTULO 3. METODOLOGÍA EXPERIMENTAL
La materia prima utilizada fue un almidón de maíz comercial marca Globe AA (Ingredion).
Dicho almidón contiene una humedad de 12.2%, de acuerdo al proveedor. La caracterización
morfológica del almidón nativo se llevó a cabo con un microscopio óptico de la marca Nikon,
modelo LV100D, el cual tiene acoplada una cámara digital a color de 12 megapíxeles
(DXM1200C, Nikon). Con ayuda del software NIS Elements BR de Nikon se midieron los
diámetros de 300 gránulos de almidón, obteniéndose una distribución gaussiana (figura 3.1),
con un diámetro promedio de 8.14 μm, lo cual está de acuerdo a lo reportado en diversos
trabajos [Singh et al. (2003), Medina y Salas (2008)]. El tamaño de los gránulos de almidón
está en función de su origen botánico como se ha reportado en la literatura [Tester et al.
(2004)].
Por otro lado, se obtuvieron micrografías de los gránulos del almidón empleando un
microscopio electrónico de barrido EVO® LS10 (Carl ZEISS); tales micrografías muestran
una forma poliédrica para gránulos grandes, mientras que para gránulos pequeños la forma
tiende a ser esférica (figura 3.2).
34
0.40
0.35
0.30
Frecuencia relativa
0.25
0.20
0.15
0.10
0.05
0.00
0 5 10 15 20
Diametro del almidón [micrómetros]
Figura 3.2.- Micrografía de los gránulos de almidón de maíz nativo obtenida con microscopia
electrónica de barrido.
35
condiciones de iluminación se observó la birrefringencia de los gránulos, la cual está asociada
a un patrón llamado cruz de malta (véase la figura 3.3).
Figura 3.3.- Micrografía óptica de los gránulos de almidón de maíz nativo bajo un campo de luz
polarizada.
36
0.2
0.0
-0.4
-0.6
-0.8
20 40 60 80 100 120
TEMPERATURA [°C]
Figura 3.4.- Termograma del almidón de maíz nativo obtenido por calorimetría diferencial de
barrido.
La modificación del almidón de maíz se llevó a cabo una vez que se determinó la temperatura
de gelatinización, para ello se preparó una suspensión 1:3 de almidón-agua desionizada, la
cual se agitó y se llevó a calentamiento hasta 80 °C por 10 minutos. Posterior a este
calentamiento, se ajustó la suspensión con agua desionizada a fin de tener una suspensión 1:5
de almidón-agua y se dejó enfriar por 12 horas a 5 °C, para su posterior secado. Para el secado
del almidón se usó un secador de aspersión de disco rotatorio grado industrial con capacidad
de 20 kg/hr, marca Niro. La temperatura de entrada fue de 230 °C y la de salida de 72 °C;
obteniendo de esta manera el almidón pregelatinizado. Para dicho almidón no se obtuvo la
distribución de sus diámetros debido a los aglomerados observados por microscopía óptica;
sin embargo, está reportado que el almidón resultante tiene una morfología irregular y su
diámetro disminuye [Zong-qiang Fu (2012)]. Esta modificación al almidón nativo se realizó
para comprobar que durante la extrusión se llevó a cabo una gelatinización adecuada del
almidón nativo y que la cristalinidad de los gránulos observada en las láminas obtenidas fue
originada en otra etapa del procesamiento.
37
3.2 Caracterización física de los refuerzos
Para reforzar las láminas se usaron fibras de agave tequilana obtenidas como residuo de un
proceso de extracción de fructanos realizado en el Centro de Desarrollo de Productos Bióticos
del Instituto Politécnico Nacional (Yautepec, Morelos). Las fibras de agave se obtuvieron de
una piña de 10 años de maduración, para lo cual primero se cortó en cubos y después se pasó
por un molino dentado obteniendo trozos de alrededor de 2x2 cm2. Se llevó a cabo una
lixiviación con agua de los trozos obtenidos y posteriormente se filtraron y se dejaron secar
al sol hasta obtener una humedad residual del 5% para después ser triturada con ayuda de
otro molino marca Pulvex plastics. A fin de obtener una distribución de tamaños uniforme
para las fibras, éstas se pasaron por un conjunto de tamices malla 20, 40 y 70 (841, 420 y 210
μm, respectivamente).
En la figura 3.5 y 3.6 se presentan las distribuciones de longitud y diámetro de las fibras de
agave resultado de la medición de 440 fibras; las distribuciones son del tipo logarítmica-
normal para la longitud y gaussiana para el diámetro. Los índices de polidispersidad para el
diámetro y la longitud fueron de 1.071 y 1.112, respectivamente.
Los valores promedio en número y en peso tanto del diámetro como de la longitud, se
determinaron con las ecuaciones 12 y 13, respectivamente, y éstos se reportan en la tabla 3.1.
Usando estos valores promedio en número y en peso de las longitudes y diámetros se
determinaron los valores rn=15.75 y rw=16.35, para las razones de aspecto en número y en
peso, respectivamente.
38
0.25
0.20
Frecuencia relativa
0.15
0.10
0.05
0.00
0 1 2 3 4 5 6
Longitud de la fibra [mm]
0.20
0.15
Frecuencia relativa
0.10
0.05
0.00
0.0 0.1 0.2 0.3
Diametro de las fibras [mm]
39
Tabla 3.1.- Diámetros y longitudes promedio de las fibras de agave.
Por otro lado, la densidad de las fibras se determinó por desplazamiento de volumen [Moreno
et al. (2007)] usando un picnómetro de 50 ml y un aceite estándar (CANNON S60) a 25±0.2
°C, manteniendo esta temperatura constante con un recirculador PolyScience. Primero se
evaluó la densidad del aceite estándar con el picnómetro a la temperatura de trabajo;
posteriormente, se pesó una cantidad determinada de fibras en el picnómetro y se aforó con
el aceite estándar, teniendo así la masa total y obteniendo el volumen correspondiente al
aceite y las fibras.
La densidad de las fibras de agave fue 1.05 g/cm3, dicho valor es acorde con los reportados
para fibras de este tipo usados como refuerzos [Biagiotti et al. (2004)]. El mismo
procedimiento se llevó a cabo a fin de obtener la densidad tanto del almidón nativo como del
pregelatinizado, obteniendo como resultado 0.86 g/cm3 y 0.79 g/cm3, respectivamente. Para
las densidades de las matrices se usó la regla de las mezclas [Askeland et al. (2012)], dando
como resultado 0.97 g/cm3 para la matriz de almidón nativo y 0.91 g/cm3 para la matriz de
almidón pregelatinizado.
Por otro lado, usando la razón de aspecto promedio en peso y las expresiones para los
regímenes establecidos en el capítulo 1, se determinaron los límites de los regímenes de
concentración, los cuales quedan dados como: diluido hasta 0.37 %v/v, semiconcentrado de
0.37 a 6.12 %v/v y concentrado para valores mayores a 6.12 %v/v. Conociendo lo anterior,
se prepararon mezclas en concentraciones de 1, 3 y 8 %p/p, las cuales abarcan los regímenes
semiconcentrado (1 y 3 %p/p) y concentrado (8 %p/p). Tales límites de concentración se
presentan en la tabla 3.2.
40
Tabla 3.2.- Mezclas de fibras de agave con almidón. (S-C y C son las siglas de los regímenes
semiconcentrado y concentrado respectivamente).
Una vez establecidos los parámetros de concentración, se prepararon lotes de 1.0 Kg para
cada una de las concentraciones establecidas en la tabla 3.2. Para ello se utilizó agua y
glicerina como plastificantes y en la tabla 3.3 se indican las fracciones en peso utilizadas de
cada uno de los componentes [Soto Benítez (2011)]. El ajuste de la composición de fibras se
realizó con base al total de la mezcla filmogénica. Para la preparación de las mezclas se usó
una mezcladora Hobart A200 de acción planetaria (con una potencia de 1/3 Hp), con un
agitador plano, el cual permitió obtener mezclas homogéneas. Las velocidades de operación
del equipo son las mostradas en la tabla 3.4.
%p/p
Componente Reforzadas control
Fibras 8 3 1 --
Almidón de 55.2 58.2 59.4 60.0
maíz
Glicerina 27.6 29.1 29.7 30.0
Agua 9.2 9.7 9.9 10.0
Eje del
Agitador
Agitador
(RPM)
(RPM)
Baja 107 61
Intermedia 198 113
Alta 361 205
41
La elaboración de las mezclas se llevó a cabo en dos etapas; en la primera de éstas se
mezclaron por separado a velocidad baja los sólidos en el recipiente de la mezcladora y en
un vaso de precipitados se prepararon soluciones de glicerina y agua a 80 °C usando una
parrilla de calentamiento con agitación magnética. Posteriormente, las soluciones se
agregaron a los sólidos y se mezclaron por aproximadamente 30 minutos, primero con la
velocidad baja para incorporar los líquidos y después con la velocidad media para obtener
una mezcla homogénea. La mezcla de almidón pregelatinizado se obtuvo de la misma forma
pero a velocidad baja. Todas las mezclas preparadas se guardaron para su acondicionamiento
en recipientes sellados por 72 horas previo a su procesamiento por extrusión.
42
Figura 3.7.- Sistema de extrusión (PL2100, Brabender) para la obtención de las láminas de ATP
reforzadas con fibras de agave. 1) Consola de control de velocidad y temperatura, 2) Tolva de
alimentación, 3) Extrusor de doble husillo, 4) Dado para obtención de láminas de espesor variable,
5) Banda de recolección y transporte de las láminas.
El perfil de temperaturas que se fijó para la extrusión de las láminas a partir de almidón
nativo, en las zonas previas al dado fueron de T1=80 °C, T2=90 °C y T3=98 °C; mientras que
la temperatura del dado fue de T4=95 °C. La velocidad de extrusión se fijó a 20 rpm. Tales
condiciones fueron establecidas de acuerdo a trabajos anteriores [Soto Benítez (2011)], en
donde las características físicas de las láminas de ATP fueron adecuadas. La alimentación
continua del almidón a la tolva se realizó manualmente. A fin de comprobar la fusión
completa de los gránulos en las láminas de ATP con y sin refuerzos, éstas se observaron bajo
luz polarizada en un microscopio óptico LV100D de Nikon una vez frías. Posteriormente, se
realizaron cortes de 10 μm con un micrótomo marca Leica y se observaron igualmente con
el microscopio óptico. Los cortes de las láminas obtenidas mostraron cristalinidad residual,
es decir, aun se veían gránulos con el patrón de cruz de malta, lo que mostró una
43
gelatinización incompleta de los gránulos, razón por la cual se realizó el procedimiento de
pregelatinización antes mencionado. Algunos autores han reportado cristalinidad tanto
residual como inducida en el procesamiento y de igual forma por la retrogradación del
almidón [van Soest et al. (1996), van Soest y Knooren (1997), Zong-qiang Fu (2012)].
Todas las láminas de ATP obtenidas se almacenaron en bolsas de polietileno por una semana
antes de la realización de las pruebas fisicoquímicas, tales como resistencia a la tensión,
permeabilidad al vapor de agua, solubilidad en agua y susceptibilidad a la biodegradación. A
continuación se describen los procedimientos seguidos para la evaluación de cada una de las
propiedades antes mencionadas.
Las pruebas de resistencia a la tensión se realizaron con base en la norma ASTM D638-14
(Standard Test Method for Tensile Properties of Plastics, 2014), para determinar las
propiedades en tensión de plásticos. En este trabajo se eligió la probeta tipo I, para la cual se
maquinó el suaje correspondiente. Dicha norma establece las medidas requeridas para la
probeta, las cuales se presentan en la figura 3.8. Usando el suaje se cortaron 12 probetas de
cada lámina, incluyendo las láminas control.
44
Figura 3.8.- Esquema de la probeta utilizada para la prueba de tensión de acuerdo a la norma ASTM
D638-14.
Al tener las probetas con las dimensiones requeridas, se midió su espesor usando un
micrómetro digital marca Mitutoyo, con una resolución de ±1 μm para posteriormente
acondicionarlas a 50% de humedad relativa y 25 °C por cinco días previos a la realización
de las pruebas. La humedad deseada se logró mediante una solución de glicerina USP y agua
destilada en una concentración de 75.6 %p/p de acuerdo a la norma ASTM D5032-11
(Standard Practice for Maintaining Constant Relative Humidity by Means of Aqueous
Glycerin Solutions, 2011), que establece el control de humedad usando soluciones acuosas
de glicerina.
Las pruebas de resistencia a la tensión se realizaron en una máquina de tracción simple (Com-
Ten Industries, modelo 955KRC0300), provista de una celda de fuerza (Com-Ten Industries
modelo PSB0020) con capacidad de 9 kg (figura 3.9). La velocidad de tracción promedio
que se usó fue de 4.94±0.04 mm/min y las probetas se colocaron a una distancia de 0.115 m
entre las mordazas. Mediante esta prueba se obtuvieron los valores de fuerza normal con
respecto a la elongación sufrida por el material. El esfuerzo de normal de tensión se
determinó usando la ecuación (15) y para ello fue necesario conocer la sección transversal
de la probeta, la cual está en función del espesor de cada lámina. Por su parte, la deformación
unitaria se determinó de la ecuación (16), con l0=0.05 m. Con las gráficas de esfuerzo versus
deformación unitaria se calculó la pendiente de la región lineal, es decir, el módulo de Young
(E). Para ello se utilizó el modelo del sólido elástico lineal [Macosko (1994)].
45
Figura 3.9. Sistema para la evaluación de la resistencia a la tensión constituido por una máquina de
ensayos de tracción simple con una celda de carga de 9 kg y un sistema de electrónico para la
obtención de datos.
Las pruebas de permeabilidad al vapor de agua se realizaron con base en la norma ASTM
E96/E96M-12 (Standard Test Methods for Water Vapor Transmission of Materials, 2012).
Para ello se cortaron 4 probetas circulares de 0.033 m de diámetro de las láminas de ATP con
y sin refuerzo para cada concentración y se realizó la medición de su espesor con ayuda de
un micrómetro con una resolución de ±1 μm. Posteriormente, se acondicionaron a 57% de
humedad relativa y 25 °C por 5 días previos a la realización de la prueba con ayuda de una
solución saturada de NaBr (MEYER). La solución para acondicionamiento se realizó con
base en la norma ASTM E104-02 (Standard Practice for Maintaining Constant Relative
Humidity by Means of Aqueous Solutions, 2002).
46
(MEYER), para esto se empleó la misma norma ASTM E104-02. Una vez montado el
sistema (figura 3.10), se registró la ganancia de peso de la celda a diferentes tiempos hasta
que la pendiente de dicha gráfica fue constante, es decir, hasta obtener una trasferencia de
vapor de agua constante en el tiempo. La balanza analítica usada fue de la marca Oertling
NA164 la cual tiene una resolución de 0.0001 g. A fin de tener un mejor control de los
parámetros, se pesó la celda, el desecante y las muestras de las láminas de ATP al principio
y al final de la prueba.
Figura 3.10.- Esquema del sistema de prueba empleado para la determinación de la permeabilidad al
vapor de agua de las láminas.
Para la prueba de solubilidad en agua de las láminas de ATP, se usó la metodología propuesta
por López y colaboradores con algunas modificaciones [López et al. (2008)]. Para esta
prueba se cortaron probetas de 0.02x0.02 m2 y por 5 días se acondicionaron a 0% de humedad
relativa y 25 °C en un desecador con silica gel (Sigma-Aldrich) activada a 180 °C previo a
su uso. Teniendo las probetas acondicionadas, se registró el peso inicial seco de cada muestra.
Posteriormente se colocó la probeta en un vaso de precipitados con 60 ml de agua bidestilada,
manteniéndola en agitación constante durante 1 hora a temperatura ambiente. Transcurrido
el tiempo se filtró la muestra con un papel filtro previamente pesado y se colocó en una estufa
(ThermoScientific, modelo HERAtherm) a 60 °C durante 2 horas para secarlo, se dejó enfriar
y se tomó el peso final seco, restando el peso del papel filtro. Con los valores obtenidos, se
47
calculó el porcentaje de solubilidad mediante la ecuación (21). La prueba se realizó por
triplicado para cada concentración.
Para el desarrollo de la prueba siguiendo la norma, se inició con la caracterización del suelo
y de las láminas a fin de determinar los parámetros para la prueba de biodegradación. El suelo
usado fue humus de lombriz adquirido de la empresa El colibrí, S. P. R. Tlayacapan Morelos.
A este suelo se le determinó el pH, porcentaje de humedad, cenizas, porcentaje de carbono
orgánico y nitrógeno total Kjeldahl, así como la relación carbono-nitrógeno, todas ellas con
base en la norma NMX-FF-109-SCFI-2008, Humus de lombriz (Lombricomposta)-
Especificaciones y métodos de prueba.
48
3.7.2 Determinación de humedad del suelo
% Humedad
P P1 P2 100 (22)
P1
La determinación del porcentaje de cenizas se realizó tanto a las láminas como al humus de
lombriz con el fin de obtener de igual forma el porcentaje de carbono orgánico de ambas
muestras. Para ello se puso un crisol a peso constante y se registró su peso como PC,
posteriormente se colocó aproximadamente 1 g de muestra (PM). Las muestras en los crisoles
se carbonizaron con ayuda de un mechero bunsen y después se colocaron en una mufla a 550
°C por dos horas; transcurrido el tiempo, se colocaron en un desecador para enfriar a
temperatura ambiente y así registrar el peso final de las cenizas con el crisol como PCC. La
determinación del porcentaje de cenizas se realizó mediante la ecuación (23). Las pruebas se
realizaron por triplicado para cada muestra.
%Cenizas
PCC PC 100
(23)
PM
49
%M .O. 100 %Cenizas (24)
Para la obtención de carbono orgánico se usó la ecuación (25), siendo el valor de 1.724 el
factor de van Bemmelen [Kim H. Tan (2005)].
% M.O.
%C.O. (25)
1.724
Los valores de %Cenizas, %M.O., %C.O. y características de las láminas para la prueba de
biodegradación son los mostrados en la tabla 3.5. Los valores obtenidos dan una estimación
del porcentaje de material que es susceptible a la biodegradación.
Para la determinación de nitrógeno total Kjeldahl (%NTK) se pesó una cantidad del humus
de lombriz y se colocó en un matraz Kjeldahl, a continuación se adicionó una mezcla de
catalizadores (sulfato de potasio y sulfato de cobre, marca Fermont) junto con ácido sulfúrico
(MEYER) y se llevó a digestión mediante una parrilla de calentamiento. Posteriormente, se
aclimató a temperatura ambiente y después de la etapa de digestión se procedió a la
destilación; para ello se agregó agua destilada e hidróxido de sodio (reactivo de la marca
50
Fermont) al 40 %p/p y teniendo esta mezcla se llevó a un tren de destilación, recibiendo el
destilado en un matraz que contenía ácido bórico al 4 %p/p (reactivo de la marca Baker) junto
con un indicador de vire (reactivo de Wesslow). El último paso consistió en la titulación para
cuantificar el nitrógeno usando ácido clorhídrico de normalidad conocida (marca Hycel).
Para el cálculo del porcentaje de nitrógeno se usó la siguiente ecuación:
V N 0.014
% NTK 100
P (26)
La relación carbono/nitrógeno del suelo se determinó mediante la ecuación (27) con los
valores de los porcentajes de carbono orgánico y nitrógeno total Kjeldahl obtenidos
anteriormente
%C.O.
C N (27)
% NTK
HUMUS DE LOMBRIZ
pH 8.15
%Humedad 37.37
%Cenizas 54.02
%Materia orgánica 45.98
%Carbono orgánico 26.67
%NTK 1.12
C/N 23.8
51
3.7.7 Biodegradabilidad de las láminas de ATP
Los desecadores se dejaron abiertos durante media hora para permitir la aireación cada tercer
día por los primeros veinte días y después cada cuarto hasta terminar la prueba. Durante este
tiempo se realizó la captura de las imágenes fotográficas para el registro de avance de
biodegradabilidad de las láminas. Aunado a lo anterior, se llevó a cabo un estudio de
microscopía electrónica de barrido con el objetivo de mostrar la pérdida de la integridad física
de las láminas.
52
CAPÍTULO 4. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN
DE RESULTADOS
Las láminas obtenidas a partir de almidón de maíz nativo mostraron una apariencia uniforme
en la superficie, con las fibras de agave tequilana incluidas adecuadamente en la matriz como
se muestra en las fotografías de la figura 4.1, que corresponden a las láminas control y
reforzadas con 8 %p/p de fibras. La inclusión de las fibras en la matriz también se comprobó
mediante microscopia electrónica de barrido en la superficie y en un corte de la sección
longitudinal de las láminas de ATP que corresponde con la dirección de flujo (véanse las
figuras 4.2a y b).
Figura 4.1.- Fotografías de las láminas control (izquierda) y reforzada con 8 %p/p de fibras
(derecha).
La superficie de las láminas reforzadas tiende a ser más rugosa respecto al control debido al
aumento del contenido del refuerzo, pero sin observarse fibras que sobresalgan sobre la
superficie de las láminas (véanse las figuras 4.1 y 4.3). Por otro lado, en las figuras 4.3 y 4.5
se puede observar que al aumentar la concentración del refuerzo, las fibras se orientan en la
53
dirección de extrusión debido a la influencia del flujo cortante y a las interacciones físicas
entre ellas, las cuales aumentan en el régimen concentrado. Por otra parte, el color de las
láminas se tornó café con el incremento en el contenido de fibras (véase la figura 4.3).
a) b)
Figura 4.2.- Imágenes a) longitudinal y b) transversal de las láminas de almidón de maíz
termoplástico reforzadas con 8 %p/p de fibras de agave.
Por otro lado, la microscopía óptica bajo luz polarizada de las láminas de ATP reveló
gránulos que mostraban el patrón de cruz de malta, lo cual indicaría una fusión incompleta
de los gránulos de almidón. Sin embargo, este tipo de patrón se observó también en las
láminas de ATP pregelatinizado, lo cual sugiere que durante la extrusión se llevó a cabo
54
adecuadamente la gelatinización del almidón y dicha cristalinidad puede atribuirse a la
cristalinidad residual y/o inducida en el proceso como se ha reportado para este tipo de
materiales los cuales pueden exhibir una retrogradación rápida inducida por el tipo de
procesamiento [van Soest et al. (1996), van Soest y Knooren (1997), Zong-qiang Fu (2012)].
1.6
Esfuerzo de tensión uniaxial (MPa)
1.2
0.8
Control
0.4 1 % p/p fibras
3 % p/p fibras
8 % p/p fibras
pregelatinizado
0.0
0.00 0.05 0.10 0.15 0.20 0.25 0.30
Deformación uniaxial unitaria
Figura 4.4.- Curvas de deformación para las láminas obtenidas por extrusión con diferentes
contenidos de fibras de agave.
55
Tabla 4.1.- Valores del esfuerzo máximo a la tensión, deformación máxima a la rotura y módulo de
Young.
En la figura 4.4 y en los resultados de la tabla 4.1 se muestra que las láminas control exhiben
los valores máximos del esfuerzo de tensión y de la deformación uniaxial antes de la rotura,
comparado con las láminas reforzadas con fibras de agave. Estos valores máximos son debido
a la cohesión promovida por enlaces de hidrogeno entre los grupos hidroxilos de los
componentes del almidón. Por otro lado, en las láminas reforzadas se observó una
disminución del esfuerzo de tensión originada por la adhesión entre la matriz y el refuerzo,
la cual es menor que la cohesión entre los gránulos de almidón [Cao et al. (2008)].
Los valores mínimos observados para el esfuerzo máximo a la tensión para las láminas
reforzadas con 1 y 3 %p/p del refuerzo se puede asociar con un mecanismo de falla debido a
la formación de micro grietas originadas por las fibras embebidas en la matriz cuya
orientación no coincide con la dirección del flujo [Quesada-Solís (2005), Askeland et al.
(2012)]. En este sentido, la figura 4.5 muestra que la orientación de las fibras coincide con la
dirección del flujo conforme el contenido del refuerzo aumenta hasta 8 %p/p.
56
Figura 4.5.- Fotografías de las láminas reforzadas con fibras de agave.
Otro factor que influye en la disminución del esfuerzo máximo a la tensión de las láminas
reforzadas respecto al control son las fuerzas de adhesión entre la matriz y las fibras, las
cuales de acuerdo a lo mostrado en la figura 4.4 se observa son menores que las cohesivas.
En este sentido, la disminución del esfuerzo máximo a la tensión indica que la adhesión entre
la matriz y el refuerzo no es efectiva, lo cual se comprueba mediante imágenes de la sección
de rotura de las láminas (figura 4.6) y de barrido electrónico (figura 4.7) para las láminas con
8 %p/p de fibras.
57
Figura 4.7.- Micrografía de microscopia electrónica de barrido de la región de rotura de las láminas
reforzadas con fibras de agave (8 %p/p).
Las imágenes presentadas en las figuras 4.6 y 4.7 muestran que después de la rotura de las
láminas, las fibras quedan expuestas (sin la adhesión o impregnación de gránulos de
almidón), lo cual indica que la interacción matriz-refuerzo no es efectiva y da origen a una
mecanismo de falla conocido como de deslizamiento. Las imágenes en la figura 4.7 muestran
también que las fibras no se desgarraron o rompieron durante el ensayo de tensión [Mohanty
et al. (2005)], lo cual es debido a la diferencia en los valores de resistencia a la tensión de
algunas fibras de bagazo y la matriz empleada. Los valores de esta propiedad para diversas
fibras de bagazo encontradas en bibliografía, se encuentran entre 20-290 MPa [Biagiotti et
al. (2004)], mientras que la resistencia a la tensión de las láminas del composito obtenidas
tienen un valor máximo de 1.18 MPa. En cuanto a la disminución de la deformación unitaria
máxima a la tensión de las láminas de ATP reforzadas, se sugiere es debido a la diferencia
en las propiedades específicas de los componentes del biocomposito, es decir, las fibras
exhiben una deformación mucho menor (0.9-7%) [Mohanty et al. (2005), Biagiotti et al.
(2004)] que la mostrada por la matriz de ATP (laminas control).
En la figura 4.4 fue posible encontrar una región lineal la cual se ajustó al modelo del sólido
elástico. El límite de la región lineal se identificó como el último punto localizado dentro de
una banda del 2% definida por la diferencia entre el esfuerzo de tensión experimental y el
obtenido con el modelo del sólido elástico [Linares Avilés (2015)]. La pendiente de la región
lineal, definida como el módulo de Young, se presenta en la tabla 4.1 para los diferentes
58
contenidos de fibras. En la figura 4.8 se presenta su incremento no lineal como función de la
concentración de fibras, lo cual está de acuerdo con lo reportado en la literatura para
biocompositos obtenidos con fibras naturales dispersas en almidón de maíz termoplástico
[Maya y Sabu (2008)]. El aumento en el módulo de Young muestra que las láminas
reforzadas son más rígidas que el control. Los valores obtenidos en el módulo de elasticidad
de este trabajo para los biocompositos son similares a los encontrados en bibliografía para
compositos de almidón con nanoarcillas [Müller et al. (2012)], pero aún son menores a los
obtenidos para polímeros sintéticos.
24.0
Módulo de Young (MPa)
18.0
12.0
Almidón nativo
Almidón pregelatinizado
6.0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
% Fibras
Figura 4.8.- Variación del módulo de Young de las láminas de ATP como función del contenido de
fibras.
59
1.2
1% Fibras
0.6
Tenacidad = 94778.66 J/m3
0.3
Figura 4.9.- Curva de deformación para las láminas con 1 %p/p de fibras de agave. El área bajo la
curva en la región lineal (línea roja) está asociada con la resiliencia, mientas que la región indicada
en color gris hasta la rotura del material está asociada con la tenacidad del material.
Tabla 4.2.- Valores de resiliencia y tenacidad de las láminas de ATP nativo reforzadas con fibras de
agave.
En la tabla 4.2 se presentan los valores obtenidos para la resiliencia y la tenacidad de las
láminas como función de la concentración de fibras, en ella se muestra que la resiliencia de
las láminas aumenta con el contenido de fibras, lo cual se atribuye al incremento del módulo
de Young (rigidez) de las láminas reforzadas. Asimismo, se muestra que la tenacidad
60
disminuye con el incremento de la concentración de fibras en la matriz de ATP, lo cual está
asociado con el aumento de la rigidez de las láminas.
En general, los resultados muestran que es factible el uso de fibras de agave para obtener
biocompositos, cuyas propiedades en tensión (módulo de Young) permiten pensar en la
fabricación de embalajes, empaques, cubiertas, etc. Aunque los valores de resistencia no son
tan altos como los valores que poseen los polímeros sintéticos, estos se acercan a los valores
reportados en la bibliografía para compositos con fibras tratadas o modificadas previamente
[Müller et al. (2011, 2012), Ku et al. (2011)].
61
modificación al almidón, pues la gelatinización se lleva a cabo adecuadamente durante la
extrusión.
Los resultados obtenidos en esta sección muestran que el almidón de maíz es gelatinizado
adecuadamente durante su extrusión para obtener láminas de ATP. Por otro lado, los
resultados de resistencia a la tensión de las láminas control y reforzadas indican que es
factible el uso de fibras de agave tequilana (producto de desecho de un proceso de extracción
de fructanos) como refuerzo de una matriz de almidón de maíz termoplástico.
Una vez que se obtuvieron las láminas de ATP y se acondicionaron como se indicó en el
capítulo 3, se realizó la determinación de la permeancia al vapor de agua y los resultados
obtenidos se presentan a continuación para las láminas control y reforzadas con fibras de
agave. Debido a que las láminas obtenidas presentaron un espesor variable (véase tabla 4.3)
y como se mencionó en la sección 1.7.2, la permeabilidad al vapor de agua es el producto de
la permeancia y el espesor de la muestra, se prefirió realizar la comparación de los resultados
obtenidos de esta prueba con respecto a la permeancia.
Tabla 4.3.- Valores obtenidos de transmisión de vapor de agua (WVT), permeancia y permeabilidad
al vapor de agua.
Así, la permeancia al vapor de agua se determinó usando la ecuación 19 del capítulo 1, para
lo cual se requiere conocer la velocidad de transferencia de vapor de agua (WVT) y la
pendiente constante (G/t) de las gráficas de ganancia de peso de las celdas de permeabilidad
62
como función del tiempo, como se muestra en la figura 4.10 para las láminas de almidón
reforzadas con 1 %p/p de fibras. Los valores obtenidos de WVT y permeancia se presentan
en la tabla 4.3 para las láminas control y reforzadas.
0.12
Celda 1
Celda 2
Celda 3
Ganancia de peso [g]
Celda 4
0.08
Pendiente
= G/t
constante
0.04
0.00
0 2 4 6 8 10 12 14
Tiempo (h)
Figura 4.10.- Gráfica de ganancia de peso como función del tiempo para las láminas de almidón de
maíz nativo reforzadas con 1 %p/p de fibras de agave.
Los resultados presentados en esta sección muestran que la permeancia al vapor de agua
disminuyó con el incremento de la concentración de fibras de agave en la matriz de almidón
nativo, lo cual indica que las fibras ayudan a mejorar las propiedades de barrera al vapor de
agua de las láminas. La permeancia al vapor de agua de la lámina reforzada con 8 %p/p de
fibras disminuye aproximadamente 29% respecto a la lámina sin refuerzos. Cuando se tuvo
un contenido de fibras de 1 y 3 %p/p en los compositos, no se observaron cambios
significativos en el valor de esta propiedad con respecto al control, debido principalmente al
bajo contenido de fibras.
63
1.4
1.0
0.8
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
% Fibras
Figura 4.11.- Permeancia al vapor de agua de las láminas obtenidas como función del contenido de
fibras.
Por otro lado, si se analiza la pérdida de peso de las láminas control y reforzadas, existe una
mayor pérdida en aquellas con 8 %p/p de fibras; esto se puede pensar que es debido a que al
aumentar la concentración del refuerzo éstos se encuentran cada vez más juntos causando
que el vapor de agua se difunda más lentamente hacia el desecante y reduzca de esta forma
la permeancia al vapor de agua. Esta explicación se ha manejado en diversos trabajos como
un camino tortuoso que siguen las moléculas de agua (véase la figura 4.13). En este caso, las
fibras actúan como una barrera que impide el paso el vapor de agua [Majeed et al. (2013)].
64
140
Pérdida de peso de la película
120 Ganancia de peso del CaCl2
100
60
40
20
-1 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
% Fibras
Figura 4.12.- Diferencia entre los pesos inicial y final del CaCl2 y de las láminas durante la prueba
de PVA.
Figura 4.13.- Representación del retardo de la difusión de las moléculas de vapor de agua a través
de las láminas reforzadas con fibras de agave.
65
reforzadas. Una vez que las láminas absorben el vapor de agua, este vapor se difunde a través
de la película hacia el desecante.
66
40
35
% Solubilidad
30
25
20
15
0 2 4 6 8 10
% Fibras
La solubilidad en agua de las láminas de ATP obtenidas por extrusión exhibió una
disminución conforme aumentó el contenido de fibras, causado por la naturaleza hidrofílica
de los componentes del biocomposito, lo cual sería de interés práctico en aplicaciones en las
que se desee exponer este material en un ambiente con humedad alta o se usen como
recipientes o contenedores de materiales en estado líquido [dos Reis et al. (2014)]. Es
importante mencionar que se puede lograr una disminución del porcentaje de solubilidad en
agua con el incremento del contenido de fibras en el biocomposito.
La susceptibilidad de las láminas a ser biodegradadas por bacterias y/o hongos se investigó
siguiendo la norma ASTM D5988-12, la cual establece el procedimiento para cuantificar el
CO2 producido por la biodegradación de la materia orgánica presente en los biocompositos.
Las pruebas realizadas siguiendo este método permitió concluir la necesidad del control
estricto de parámetros tales como las características específicas del suelo, el tipo y cantidad
de microorganismos por unidad de masa de suelo y de espécimen (el control de este
parámetro no se establece en la norma) y el mecanismo de captura y/o cuantificación de los
67
gases producidos de la biodegradación del espécimen (CO2 y metano). Por estas razones, se
realizó solamente el registro fotográfico del proceso de biodegradación bajo las condiciones
marcadas en la norma, pues los cambios visuales como rugosidad en la superficie, formación
de agujeros o grietas o cambios en la coloración pueden dar un indicativo de algún ataque
microbiano [Shah et al. (2008)].
En la figura 4.15 se muestra el registro fotográfico de las láminas control obtenidas a partir
de almidón nativo. En la figura se observa que a partir del tercer día ocurrió el crecimiento
de hongos en la superficie de la lámina. La proliferación bacteriana y de hongos se favorece
con el paso del tiempo como se puede ver en la misma figura para el día 21, sugiriendo que
la lámina está siendo biodegradada por la acción de los consorcios bacterianos y hongos
presentes. Con el paso del tiempo y después de 112 días de exposición el registro fotográfico
mostrado en la figura 4.15 indicó la disminución de las dimensiones de la lámina junto con
la pérdida de integridad física de la probeta, es decir, se rompió.
Por su parte, en la figura 4.17 y 4.18 se presentan las micrografías de las láminas reforzadas
con 8 %p/p de fibras de agave a los 28 días de iniciada la prueba y en ellas se observan las
fibras de agave expuestas debido a que los hongos (micelio) y las bacterias realizaron en
dicho periodo parcialmente la biodegradación del almidón de maíz.
68
Inicio 3 Día 21 Días
Figura 4.15.- Registro fotográfico de la evolución de biodegradación en las láminas de ATP control.
69
Figura 4.16.- Micrografías de las láminas control a los 23 días obtenidas por microscopia
electrónica de barrido.
Figura 4.17.- Micrografías de las láminas reforzadas (8 %p/p) a los 23 días obtenidas por
microscopia electrónica de barrido.
70
Figura 4.18.- Micrografías de las láminas reforzadas (8 %p/p) a los 28 días obtenidas por
microscopia electrónica de barrido.
En las micrografías presentadas en las figuras 4.17 y 4.18 se observa que los
microorganismos atacaron primero la superficie de las láminas, desplazándose
posteriormente al interior de ellas; este mecanismo de biodegradación en su primera etapa es
de tipo superficial y posteriormente ocurre en el volumen de las láminas. En las mismas
micrografías se observa a las fibras intactas o con una biodegradación menor, debido a que
para la mayoría de los microorganismos les es difícil romper las cadenas de celulosa. Como
se muestra en las diferentes micrografías del día 28, se observan gránulos de almidón enteros,
esto es debido a que los microorganismos atacaron primero las zonas amorfas en donde las
cadenas del biopolímero suelen ser más cortas, mientras que para las zonas cristalinas, este
ataque microbiano se lleva a cabo con más lentitud [Merchán Julie et al. (2009)].
71
obtenidas son susceptibles a la biodegradación debido a los cambios físicos observados en
ellas (véase la figura 4.19).
Figura 4.19.- Fotografía de una lámina de ATP reforzada (8 %p/p) a los 86 días de la prueba de
biodegradación.
En esta sección se mostró que la incorporación de las fibras de agave en la matriz de ATP no
modificó la biodegradabilidad del biocomposito, únicamente se observó un retardo en la
biodegradación de los especímenes reforzados, debido a que las fibras de celulosa son menos
susceptibles a ser biodegradadas en comparación con el almidón. En general, en este trabajo
se mostraron mejoras significativas en las propiedades de las láminas de ATP reforzadas con
fibras de agave, las cuales fueron obtenidas por extrusión.
72
CONCLUSIONES
Las láminas de almidón de maíz termoplástico obtenidas por extrusión mostraron una
apariencia uniforme en la superficie, con las fibras completamente incluidas en la matriz de
almidón y dicha superficie se volvió más rugosa con la inserción del refuerzo. Aunque se
notó la existencia de gránulos que no estaban completamente gelatinizados en las láminas, la
pregelatinización del almidón sugirió que dicha cristalinidad no es debida a una fusión
incompleta del material durante el proceso de extrusión.
La permeancia al vapor de agua disminuyó con la adición de fibras de agave hasta un 29.14%
con la incorporación de 8 %p/p del refuerzo, debido a la diferencia en el carácter hidrofílico
del refuerzo y la matriz. En este sentido, es importante considerar las interacciones entre los
componentes de los biocompositos y tener en cuenta la cantidad de refuerzo efectiva con el
fin obtener la PVA buscada en aplicaciones específicas.
Finalmente, las láminas de ATP reforzadas con fibras de agave son susceptibles a ser
biodegradadas por la acción de consorcios de baterías y hongos en suelo. El registro
fotográfico obtenido mostró que las láminas pierden integridad física con el paso del tiempo,
lo cual es debido a la biodegradación de la matriz de almidón. En esta prueba se encontró
que los gránulos de almidón son más susceptibles al ataque microbiano que las fibras y de
73
igual forma, mientras más amorfa se logre tener la matriz de almidón, más rápido se llevará
a cabo su biodegradación.
74
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