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3.

Neurociencias y Mindfulness

3.1 Efectos del mindfulness en el cerebro

El cerebro es un órgano, es la base fisiológica y concreta que se encarga de procesar la


información que recepta de todo el cuerpo y el entorno.

Como lo describe Pinel (2000), el cerebro se ubica en la cavidad craneal y está recubierto de
tres membranas que lo protegen, podemos dividirlo anatómica y funcionalmente de la siguiente
manera:

Se divide en dos hemisferios derecho e izquierdo, separados por el cuerpo calloso, estructura a
través de la cual se comunican, cada uno de ellos tiene un funcionamiento diferente y
específico.

Cada hemisferio se divide a su vez en 4 lóbulos, frontal, parietal, temporal, occipital y algunos
autores agregan el lóbulo límbico como quinto lóbulo, cada uno de los cuales presenta
funciones específicas.

A nivel evolutivo podemos dividir al cerebro en tres áreas, cerebro reptiliano, el cerebro límbico
o mamífero y el neocórtex o cerebro cortical.

Con el avance de las neurociencias, podemos reconocer que el cerebro no es una estructura
estanca que no se modifica, como se pensaba antiguamente, hoy sabemos que existe el
fenómeno de la neuroplasticidad, que define al cerebro como un órgano plástico, en constante
adaptación, no solo en la infancia sino en toda nuestra vida. La práctica de Mindfulness está
siendo activamente estudiada como uno de los factores que puede influir en la
neuroplasticidad.

En la investigación que describe Jon Kabat Zinn, en el libro ​El poder sanador del mindfulness​,
este estudio se realizó sobre un grupo de empleados de una empresa de biotecnología en
Estados Unidos, fueron expuestos a diversas pruebas para evaluar el funcionamiento cerebral
desde el cual partían y fueron divididos en dos grupos, uno de ellos realizó el Rebap (programa
de reducción del estrés basado en atención plena), de 8 semanas, y el segundo grupo que
sería el grupo de control, iniciaría la práctica meditativa, más adelante, al finalizar las primeras
8 semanas de entrenamiento ambos grupos fueron re evaluados con los mismos test que al
iniciar la investigación.
El cerebro evolutivo

Si recuerdan cuando hablamos de las distintas formas en que podíamos dividir el cerebro,
hicimos referencia al cerebro cortical o neocortex (ver imagen), esta área es la encargada de
las funciones de procesamiento emocional y cognitivo, es lo que nos diferencia de muchos de
los animales. A su vez esta área del cerebro puede dividirse en hemisferio derecho e izquierdo,
ambos con funciones diferentes según describe en sus investigaciones el doctor Davidson
citado por J. Kabat Zinn en su libro El poder sanador del Mindfulness (2019),

“La activación de determinadas regiones de la corteza frontal y prefrontal izquierda (la


zona del cerebro que se encuentra aproximadamente detrás de la frente) tiende a estar
asociada con la expresión de emociones positivas (como la felicidad, la alegría, el
entusiasmo y la alerta), mientras que la activación de regiones semejantes del lado
derecho parece ir acompañada, por el contrario, de la expresión de emociones difíciles y
perturbadoras (como el miedo y la tristeza)”.
La activación del lóbulo frontal derecho se relaciona a la evitación y la activación del lóbulo
frontal izquierdo está más vinculada a dirigirse hacia el placer, o sea conductas de
aproximación.

En la investigación descripta por Jon Kabat Zinn (2019), llegaron a la conclusión, que en el
grupo que realizó el Rebap, se activaba más el área prefrontal izquierda que la derecha
(orientado a conductas de aproximación) tanto durante el descanso como en momentos
asociados a estímulos estresantes y el grupo control evidenció mayor activación del lado
derecho (conductas de evitación). Concluyeron entonces que las personas que se sometieron
al Rebap, tuvieron más tendencia a presentar emociones positivas y pudieron procesar de
manera más eficaz la emociones difíciles. Descubrieron también que estas modificaciones
perduraban en el grupo de meditadores hasta 4 meses después de realizada la investigación.

Al finalizar el Rebap, vacunaron a todos los participantes de la investigación, para evaluar si


había alguna correlación entre la práctica de la meditación y el funcionamiento del sistema
inmunológico, y observaron una correlación lineal, las personas que habían desarrollado más
conductas de aproximación, generaron también respuestas inmunológicas mayores.

Llegaron a la conclusión con este estudio que

“El entrenamiento en la meditación puede modular al menos algunos circuitos


responsables del procesamiento emocional en el cerebro y, en consecuencia, constituye
un ejemplo de la profunda neuroplasticidad del cerebro en respuesta a la experiencia y
el entrenamiento”. J. Kabat Zinn (2019)

3.2 El funcionamiento de la mente

A diferencia del cerebro que tiene una ubicación real y concreta dentro del cuerpo humano, la
mente es la proyección virtual del funcionamiento del mismo, no tendría una ubicación física
específica, sino que sería como un holograma alrededor del cuerpo donde ubicamos
pensamientos, emociones, aspectos positivos y negativos.

Basados en el libro La Mente Holográfica, podemos citar la ubicación de la mente que plantean
sus autores:

“¿Dónde está la mente? Esta pregunta ha sido contestada a lo largo del tiempo de muy
variadas formas. Durante siglos, los seres humanos buscaron la mente dentro de la
cabeza porque sabían que allí estaba el cerebro. Esta idea parecía indiscutible, pues es
dentro de la cabeza donde escuchamos la “voz del pensamiento”. Sin embargo,
observamos que las personas, al comunicarse, requieren de ciertas distancias o
realizan gestos con las manos, señalando y “tocando” lugares en el espacio que los
rodea. Esto nos dio la pauta de que la mente necesita desplegarse fuera del cuerpo, en
un espacio virtual que lo rodea y que, a la manera de un holograma, coexiste con el
espacio real.” (D. Cuperman, F. Cuperman, 2015).

Ya sabemos entonces, que el cerebro no es sinónimo de la mente, el cerebro está dentro del
cráneo y la mente se expande en el espacio alrededor del cuerpo como un holograma. Ambos
interactúan constantemente, incidiendo uno en el funcionamiento del otro, vale aclarar que
estos conceptos y estructuras están siendo estudiadas y si bien hay aproximaciones aún faltan
por descubrir muchos de los mecanismos subyacentes implicados en su funcionamiento y sus
interrelaciones.

Holograma de la mente. Fuente de imágenes: ​www.pixabay.com

Adentrémonos ahora en su funcionamiento de manera didáctica, podríamos decir que la mente


es un sistema, cuyos elementos son los pensamientos, las emociones, las percepciones y la
conducta. Como en todo sistema, estos elementos interactúan entre sí, cuando intervenimos en
uno de ellos cambia el sistema completo.

Veamos este sistema en acción, si llevo mi mente a un recuerdo de una experiencia triste, es
muy probable que la emocionalidad que aparezca sea de la misma calidad, y el cuerpo
responda adecuándose a ese pensamiento y emoción, modificando la fisiología, por ejemplo
adopta una postura encogida, caída, y esto puede generar una conducta específica. Ahora
bien, si deseo modificar este sistema, puedo llevar mi atención a un recuerdo alegre, donde
probablemente surjan cambios en la emocionalidad y en la fisiología que exprese.

En este sistema, no importa desde donde iniciemos el cambio, siempre se modifican los otros
elementos. Si cambio la emoción, estaré modificando la calidad de los pensamientos, la
fisiología y las conductas. Un dato que puede resultar de utilidad en este aspecto es que la
forma más sencilla de modificar este sistema es modificando la fisiología, por ejemplo si adopto
una postura con la cabeza caída, los hombros hacia abajo, como si estuviera derrumbado,
probablemente entre en un bucle de pensamientos y emociones con características más
negativas como puede ser la tristeza, o la incertidumbre, ahora si probamos levantando la
cabeza y colocando los hombros rectos y la espalda firme y observaremos cómo se modifican
sutilmente los pensamientos, percepciones y emociones. Esta es la explicación de la
importancia que tiene en la práctica adoptar una postura recta y digna, porque con esto
logramos que la mente se encuentre más estable y calma para poder observar su contenido.

Los elementos de la mente

El cerebro es la estructura encargada de la captación de datos desde los receptores que están
distribuidos en todo el cuerpo, existen receptores táctiles, de presión, de olfato, del gusto,
visuales, entre otros, estos envían la información a través de vías nerviosas desde el sistema
nervioso periférico hacia el sistema nervioso central, donde se procesan los datos y se generan
las respuestas expresadas en pensamientos, emociones, cambios fisiológicos y conductuales.
Este sistema está activo siempre, a veces de forma consciente y a veces de forma mecánica, el
desafío de la práctica de Mindfulness es empezar a identificar e ir haciendo consciente estos
mecanismos automáticos, para cada vez tener mayor comprensión y dominio sobre ellos, esto
nos brinda la posibilidad de tener más claridad mental, menor reactividad y mayor capacidad de
toma de decisiones conscientes.
Cuando practicamos Mindfulness logramos observar los elementos del sistema, llevando la
atención a cada uno de estos, y conociendo la calidad de los mismos, permitiendo que emerjan
a la conciencia los patrones de pensamientos inconscientes.

3.3 Reeducar la mente

En nuestro estilo de vida occidental, por la cantidad de estímulos que recibimos en nuestra vida
cotidiana, nuestra mente pasa de un pensamiento a otro a alta velocidad, lo que llamamos
mente de mono, imagina tu mente como una selva llena de árboles, donde un mono pasa de
rama en rama, sin detenerse en ninguna.

A través de la conciencia plena lo que buscamos es que la atención pueda hacer foco. La
manera en que logramos re educar la mente es enfocando la atención y habitando el aquí y el
ahora, pudiendo a través de la meditación, observar lo que sucede en nuestra mente como si
viéramos nuestros pensamientos y emociones en una pantalla.

A través del Mindfulness logramos des-identificarnos de los pensamientos, las emociones, las
percepciones y conductas, sabiendo que no somos eso, logrando de esta manera tomar
perspectiva para ver los hechos no desde los apegos emocionales, si no desde la aceptación.
como dice el monje budista M. Ricard “Cuando la consciencia se hace consciente de una
emoción (por ejemplo el enfado), lo que es consciente del enfado no se enfada” (2011).

Cuando hablamos de conciencia nos referimos a la capacidad de darnos cuenta de que sucede
en la mente.

El objetivo de entrenar la mente es erradicar el sufrimiento y lograr el bienestar, así también


conocer que nuestras emociones no son el resultado de experiencias reales, sino la forma en
que nuestra mente procesa esa experiencia y además nos permite ver la realidad con claridad
y objetividad, sin juicios, pudiendo cada vez más identificar los filtros con los que percibimos los
hechos.

Bibliografía
-Cuperman D., Cuperman F., 2015, La Mente Holográfica: Un modelo efectivo para generar
cambios rápidos y perdurables. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Editorial: El palacio del sil
ISBN 978-987-45213-1-6
-​ Kabat Zinn J., (2019). El poder sanador del mindfulness. Una nueva manera de ser. Libro III.
ESPAÑA, Editorial Kairós S.A.

-Pinel, J.P.J. (2000). ​Biopsicología.​ Madrid: Prentice Hall.

-Simón, V. (2007). Mindfulness y neurobiología. ​Revista de psicoterapia,​ ​66​(67), 5-30.

Imágenes
-Holograma de la mente. Imagen recuperada de:
https://pixabay.com/es/photos/psicolog%C3%ADa-psique-m%C3%A1scara-2706899/

Nombre Link
https://www.youtube.com/watch?v=JibyG6
Mindfulness y el cerebro Shauna Shapiro iAIcE&t=118s
https://www.ted.com/talks/daniel_kahnema
Daniel Kahneman la diferencia que existe entre el n_the_riddle_of_experience_vs_memory?l
“yo que experimenta” y el “yo que recuerda” anguage=es#t-169894
How Meditation Can Reshape Our Brains: Sara https://www.youtube.com/watch?v=m8rRz
Lazar at TEDxCambridge 2011 TtP7Tc&t=19s
La Mente Holográfica, Cuperman D., Cuperman F. Libro
El poder sanador del mindfulness. Kabat Zinn J. Libro

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