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RESUMEN.

DESARROLLA TU CEREBRO
1. Comienzos
Pensar altera la composición química de tu cuerpo, de tal manera que,
cuando tienes un pensamiento amargo, sientes amargura. A su vez,
cuando tienes un pensamiento dichoso, sientes eso mismo: dicha.

Teniendo en cuenta esto, lo que el autor persigue con sus investigaciones,


es dar respuesta a las siguientes preguntas:

 ¿Podemos reducir nuestros niveles de estrés solo con cambiar nuestra


forma de pensar?
 ¿Podemos cambiar nuestra situación de vida (trabajo, amor, familia, etc.),
integrando nuevos patrones de pensamiento?
 y lo más importante, ¿es posible cambiar todo esto, tengamos la edad
que tengamos?
Joe Dispenza, ha recopilado a lo largo de sus investigaciones numerosos
testimonios y casos clínicos que respaldan estas posibilidades,
empezando por su propia experiencia personal. Pues tras sufrir un
aparatoso accidente tras el cual le diagnosticaron que nunca volvería a
caminar, logró contra todo pronóstico recuperarse de “forma
espontánea”, sólo con el poder de su mente.

En este libro, nos explica a través de sus investigaciones científicas la


explicación a las curaciones espontáneas, y cómo podemos utilizar este
conocimiento para mejorar nuestras vidas, en cualquier nivel.

2. A Lomos de un Gigante
El autor se dio cuenta, tras años de investigación, que los pacientes con
“remisiones espontáneas” tenían en común estos 4 factores:

1. Todas ellas creen que en su interior habita una inteligencia o fuerza


superior. Algunos le llamaban: subconsciente, otros:
conciencia superior, etc. El caso es que tenían la certeza que ese factor
sutil de su interior gobernaba las funciones más básicas de su cuerpo,
sin que ellos intervinieran (procesos celulares, digestiones, reparación
de tejidos, reflejos, etc.)
2. Todas ellas creen que nuestros pensamientos afectan a nuestro cuerpo
y a nuestra vida. Es decir, cuando piensas en algo negativo, sientes
emociones negativas (ira, tristeza, apatía…).
3. También coinciden en que podemos reinventarnos a nosotros mismos
si así lo decidimos. Esto es, que tenemos la capacidad de cambiar
nuestras vidas, desde la forma de pensar, hasta la forma de actuar, para
mejorar nuestra vida.
4. Y por último todas ellas sabían que la clave para mejorar su salud, era
su capacidad para concentrarse al máximo en su curación, por encima
de cualquier otra cosa. Es decir, convertirse en personas no
influenciables por creencias limitantes, como si es posible o no curarse
espontáneamente, etc.
Joe Dispenza, nos explica en términos científicos, que estas personas
creían en definitiva en el poder que La Conciencia de cada uno tiene,
sobre la mente, el cuerpo y la vida. Y defiende y evidencia a través de
ensayos clínicos, que si sabes trabajar con esta “Conciencia” a tu favor,
podrás mejorar tu vida en todas sus áreas.

3. Las Neuronas y el Sistema Nervioso Central


El cerebro está compuesto por células que se llaman Neuronas, que se
comunican entre sí originando pensamientos. Además, según cómo se
ordenen e interactúen entre ellas estas neuronas, tendrás la capacidad de
pensar de una determinada manera, o bien de otra distinta. Y es que cada
persona tiene un circuito neuronal único.

A su vez, las neuronas al comunicarse entre si, generan sustancias


químicas llamadas Neuropéptidos, que son las responsables, entre otras
funciones, de desencadenar en tu interior emociones y sentimientos.

El cerebro tiene la gran responsabilidad de comunicarse con el resto del


cuerpo, a través del Sistema Nervioso, y así controlar las funciones
biológicas (respiración, regulación hormonal, movimientos, reparación
celular, etc.), y también se ocupa de recoger los estímulos que le llegan
desde los sentidos y el resto del cuerpo.

En resumen, tu cerebro es una máquina que propulsa tu vida diaria, por


eso es muy recomendable saber cómo funciona, y cómo utilizarlo a tu
favor para cambiar tu vida.

4. Nuestros 3 Cerebros, y más


A lo largo de la evolución y durante cientos de miles de años el cerebro
animal fue sufriendo transformaciones. El resultado, para el ser humano
en concreto, es que disponemos hoy en día de 3 zonas diferenciadas en
nuestro cerebro:

1. El Cerebro Reptiliano: es el más primitivo, y es responsable de la


coordinación, la respiración y ritmo cardíaco, y también de los actos
automatizados, hábitos, reflejos inconscientes, conductas
condicionadas, y habilidades que dominamos.
2. El Cerebro Límbico: al que se le suele llamar el cerebro emocional
porque actúa como una fábrica química, responsable de generar
estados químicos internos: mantiene la temperatura corporal, dirige las
digestiones, la presión arterial, hormonas, y sobre todo, es el
responsable de tomar decisiones en situaciones de peligro, escogiendo
siempre entre la Huida o la Lucha.
3. El Neocórtex: la zona del cerebro más evolucionada. Es dónde se
genera el libre albedrío, ya que es nuestra parte consciente. Ahí se
generan los pensamientos, capacidad de aprender, razonar y
racionalizar. También recoge la información que viene de los sentidos.
Ahora sabemos que los seres humanos utilizamos solamente una
pequeña fracción de nuestro potencial, ¿no sería interesante averiguar
cómo desarrollarlo más?

5. Estructurados por Herencia, cambiados por el Medio


Hasta no hace demasiado tiempo, se pensaba que nuestro cerebro era
“inamovible”, es decir, que si por genética nacía con un cerebro que había
heredado ciertos patrones de pensamiento y habilidades, pues eso era lo
que te había tocado y punto.
Sin embargo, los científicos ya han demostrado que gran parte de tu
cerebro y el mío se va modificando a lo largo de toda nuestra vida.
Literalmente, evoluciona con las experiencias y el aprendizaje. Esto se
debe a la capacidad que tienen las neuronas de conectarse y
desconectarse entre sí para formar nuevas rutas neuronales y dar cabida
así a nuevos pensamientos, nuevos comportamientos y por supuesto
nuevos estados de ánimo.

El problema viene cuando todos los días de tu vida haces y experimentas


siempre las mismas cosas y rutinas. En ese caso, tu cerebro no evoluciona,
sino que perpetúa una y otra vez los mismos pensamientos,
comportamientos, estados de ánimo, y por lo tanto los mismos
resultados.

Pero ¡ojo! no basta con aprender cosas nuevas, debemos aplicar lo


aprendido para crear experiencias diferentes. La clave está en
propiciarnos un medio adecuado (es decir, hacer las cosas de formas
diferentes) para desarrollar nuestro cerebro, y así conseguir pensar y
actuar de maneras más positivas para nosotros mismos y para nuestro
bienestar.

6. Neuroplasticidad: cómo el Conocimiento y la Experiencia cambian


y desarrollan el cerebro
Existen muchas más conexiones posibles entre neuronas, que neuronas
en sí. Lo que ocurre cuando aprendemos algo nuevo es que formamos
nuevas conexiones, rutas y redes neuronales para cada concepto
aprendido (y recuerdo). Por eso, aunque lleguemos a la edad adulta,
seguimos teniendo la capacidad de crear una nueva mentalidad durante
toda la vida (esto es la neuroplasticidad: la capacidad del cerebro de crear
nuevas rutas neuronales).

Los científicos estiman que heredamos de nuestros padres el 50% de


nuestros patrones conductuales, pero el otro 50% lo conseguimos a
través de conocimientos y experiencias aprendidos. Esto es lo que nos
hace realmente únicos.

Lo que ocurre constantemente en tu cerebro, es que tu “yo” o identidad


no es más que la suma total de tus conexiones neuronales, es decir, de
tus recuerdos. Por tanto, cuando añades aprendizajes a tu vida, también
añades más aspectos de tu “yo”. Literalmente, tu identidad evoluciona
con tus experiencias y aprendizajes (eso sí, si los tienes).
Así pues, excusarse de detrás del “es que yo así, tal como me han parido mis
padres“, ya no vale. La ciencia ha demostrado que nuestro cerebro tiene la
capacidad de cambiar y mutar a lo largo de nuestra vida, siempre y
cuando estemos dispuestos a desarrollarlo con nuevas experiencias y
conocimientos.
Si te pasas la vida haciendo y pensando lo mismo, entonces estarás
eligiendo seguir con los mismos patrones conductuales que heredaste de
tus padres, esto es, seguirás teniendo los mismos comportamientos y
sentimientos a perpetuidad. Sabiendo esto, el “yo es que soy así “, pasa a
significar “yo elijo seguir siendo así “.
Por tanto, conseguir una nueva mentalidad, que te permita tener nuevas
maneras de pensar y actuar, implica enriquecer tu cerebro con nuevas
experiencias y conocimientos.

7. Cómo llevar el Conocimiento y la Experiencia a la práctica


La razón por la cual las experiencias ayudan a potencia la creación de
recuerdos (nuevas rutas neuronales) es porque cuando te ocurre algo
(experiencia) que te hace sentir una sensación intensa como, por ejemplo:
miedo, o euforia, se desencadena un cambio químico en tu cuerpo.

Y es que un sentimiento no deja de ser un cambio químico en tu cerebro


y cuerpo. Lo que hace tu cerebro, es asociar ese recuerdo a ese cambio
químico interno, y cuanto más intensa sea la sensación, más grabado
queda ese recuerdo. Imagina que te pica una abeja mientras paseas cerca
de unas colmenas, tu cerebro va a asociar ese paseo cerca de las
colmenas con esa intensa sensación de miedo (cambio químico). Lo que
ocurrirá la próxima vez que veas cerca una colmena, es que tu cerebro
activará el recuerdo de ese incidente.
El simple hecho de ver o recordar una colmena, una abeja, o un paseo por
el campo puede desencadenar ese recuerdo de forma automática y con
ello la sensación de miedo. Es decir, no hace falta que te vuelva a picar
para que vuelvas a sentir miedo, cualquier cosa que active ese recuerdo
activará también ese cambio químico en tu cuerpo o sentimiento. Es
como si se activara un “programa informático”.
Lo destacable de esto es que tu cerebro, en parte, es una “máquina
activadora de programas”, es decir, una máquina automática de revivir
recuerdos y sensaciones del pasado. Cualquier estímulo del presente,
puede llevarte a activar un programa del pasado. Esto es lo que te pasa
cuando estás tan tranquilo en el parque y de repente ves a una persona
que te recuerda una ex pareja, automáticamente pasas a recordar la
frustración de esa relación y a sentirte fracasado/a.

Pensamos a través de asociaciones del pasado y no a través del presente.


Cuanto más rutinario sea tu entorno y tus vivencias, más revives siempre
los mismos recuerdos y sensaciones. Esto hace que llegues a convertirte
en tus pensamientos, es decir, pasan a ser tan repetidos y automáticos que
directamente te conviertes en un/a fracasado/a (siguiendo con el ejemplo
anterior). ¡¡¡Tus pensamientos se convierten en tu identidad!!!
Puede suceder que, finalmente, tu mente se convierta en tu propia cárcel
de pensamientos y sentimientos repetitivos. Salir de esa cárcel, depende
de ti. La clave está en aprovechar la neuroplasticidad de tu cerebro, es
decir, buscar nuevas experiencias y conocimientos para ampliar tu cárcel,
tu identidad, y así poder acceder a nuevos patrones de pensamiento y
conducta. Convertirte en una nueva persona: “actualizarte”.

8. La Química de la Supervivencia
Cuando actuamos en base a esos “programas” que hemos ido
estructurando en nuestra mente como resultado de hacer y vivir siempre
lo mismo, dejamos de “pensar” conscientemente, todo lo hacemos en
modo automático, mediante un conjunto de acciones y comportamientos
preprogramados (basados en experiencias repetidas del pasado). Por eso,
decimos que solamente utilizamos una pequeña parte de nuestro
potencial mental.

Dado que evolutivamente hablando, esta forma de “pensar” es la que nos


ayudó a mantenernos con vida, es por lo que se le denomina “modo
supervivencia”. Este reflejo automático más primitivo, nos insta a
movernos hacia lo cómodo, agradable y familiar, mientras nos lleva a
alejarnos de lo puede resultar doloroso o inquietante.

Al manejarnos con este piloto automático, no vivimos el momento


presente, sino que dejamos que aquellos programas mentales que
definen nuestra cárcel de pensamientos tomen el control. Lo que ocurre
es que inconscientemente, estamos comparando en todo momento,
nuestro presente “cómodo”, con la anticipación del sentimiento que
podríamos experimentar en cualquier otra situación distinta que
pudiéramos experimentar en el futuro.

Es decir, cualquier situación que a tu juicio, pueda alterar esa “comodidad


o familiaridad”, tu cerebro lo interpretará como una amenaza, y activará el
programa supervivencia, es decir, las reacciones de huida o lucha. El
modo supervivencia, se caracteriza por inhibir nuestro libre albedrío, es
decir, cuando se activa, el cerebro dejar de utilizar la creatividad, o la
racionalidad, y pasa a simplemente reaccionar de manera primitiva.
En otras palabras, la supervivencia siempre consiste en estar preparado/a
para lo que está por venir en base a las experiencias pasadas, nunca se
centra únicamente en el presente. Digamos que dejas de pensar
conscientemente, y solo reaccionas: huida o lucha.

Lo que busca tu cerebro es mantenerte con vida, es decir, asegurarse de


que todo siga siendo habitual, familiar, cómodo y conocido, por eso ante
la incertidumbre o novedad, tu mente activa el modo supervivencia, es
decir, se estresa.

A diferencia de los animales, los humanos podemos estresarnos (entrar en


modo supervivencia) con un simple pensamiento sobre una situación
pasada o futura amenazante. Sin necesidad de que ocurra nada en el
exterior, lo que nos lleva a sumirnos en el llamado estrés crónico, que nos
debilita, enferma, y nos encierra en un bucle constante de más estrés, y
más malestar corporal.

9. La Química de la Adicción Emocional


Cada pensamiento tiene como decíamos su sello químico, pues
almacenamos los recuerdos junto con las sensaciones que tuvimos
cuando los experimentamos en su día.

El resultado es que nuestros pensamientos se convierten en nuestros


sentimientos. Cada pensamiento que tienes origina en ti un sentimiento,
sin que ni siquiera te des cuenta, y sin que ni siquiera ocurra nada a tu
alrededor.

¿Qué importancia tiene esto? Pues que cuando llegamos a la treintena,


nuestra vida empieza a “asentarse”, es decir, consigues un trabajo, formas
una familia, contraes deudas y compromisos a largo plazo, y en definitiva
creas una rutina que hace que tengas cada día los mismos pensamientos
y sentimientos.

Dado que los pensamientos que tienes son casi siempre iguales
(preocupaciones financieras, planificación de objetivos laborales,
compromisos familiares, etc.), y dada nuestra predilección por no probar
cosas nuevas (puesto que la incertidumbre nos desagrada), el resultado es
que tu cuerpo y cerebro se acostumbran a un determinado equilibrio
químico interno, que se corresponde con esa miscelánea de
pensamientos y sentimientos, repetitivos y predecibles.

Así pues, cualquier perturbación de ese equilibrio químico, te hará sentirte


incómodo/a (por eso cambiar cuesta cada vez más con el paso del
tiempo). Es más, tu cuerpo se vuelve literalmente “adicto” a ese equilibrio
químico, y hará todo lo posible para mantenerlo estable. Esta es la razón
por la cual, ante cualquier iniciativa que tengas de cambiar de hábitos, tu
mente y cuerpo buscarán cualquier pretexto para mantenerte en el estado
de siempre.
Así es como, cuando te propones hacer deporte, una vocecilla
“saboteadora” te dice que es mejor empezar el mes que viene, o dejarlo
para otro momento, o directamente no hacerlo nunca porque “no va
contigo”.
Además, cualquier sentimiento/pensamiento repetitivo a largo plazo, crea
un: Estado del Ser (o estado de ánimo). Y el problema es que como te
sientes así (perezoso/a) desde hace mucho, llegas a creerte que ERES
perezoso/a. Confundes lo que sientes, ese equilibrio químico repetitivo,
con lo que eres.

La salida a este círculo vicioso de “no cambio” es la disciplina y la


voluntad. Ambas existen en el Lóbulo Frontal del cerebro.

10. Tomando el Control: el lóbulo frontal en pensamiento y obra


Para liberarte de este círculo repetitivo de pensamientos y sentimientos,
necesitas desarrollar tu lóbulo frontal, que es la morada de tu Conciencia,
de tu verdadero “yo”.

Se ha demostrado científicamente que el poco uso de esta parte del


cerebro conlleva:

 comportarte con pereza, apatía y desmotivación


 desear monotonía y rutina
 tener dificultad para centrarte en una sola tarea
 no hacer planes de futuro
 tener estallidos emocionales ante cualquier nimiedad que altere tu rutina
¿Te suena?

La mayoría de nosotros ante problemas o situaciones retadoras, sólo


reaccionamos. Lo hacemos en base a todas las programaciones del
pasado que hemos ido recogiendo a lo largo de nuestra vida más activa
(antes de caer en la rutina), es decir, resolvemos nuestros problemas a
través de automatismos y condicionamientos sociales.

Esto nos aleja de nuestro verdadero “yo”, aquel capaz de crear nuevas y
genuinas soluciones, lejos de los programas automáticos del pasado. El
lóbulo frontal es el área del cerebro capaz de mantenernos focalizados en
nuestros objetivos y elegir las acciones más coherentes para conseguir
nuestras metas con éxito (sin sucumbir en los automatismos e impulsos
que nos puedan desviar de nuestro camino).

Desarrollar tu cerebro significa dejar de creer en el “yo es que soy así”,


y tomar conciencia de que creer esto es: creer que no existe el libre
albedrío.

11. El Arte y la Ciencia del Repaso Mental


El primer paso para empezar a cambiar de mentalidad y crecer a nivel
personal es empezar a observarte. Al observarte podrás no sólo
descubrir más conscientemente quién eres, sino también ver los vínculos
evidentes que existen entre tus comportamientos, tu salud, tus estados de
ánimo y tus resultados.
Una vez tengas claro cuáles son los comportamientos (pensamientos y
sentimientos) que te frenan o van en contra de tus objetivos, tendrás que
aclarar y declarar cuáles son los nuevos comportamientos que quieres
tener a partir de ahora, que sabes si son coherentes con tus objetivos (es
decir, que te acercarán a ese estado deseado).

Si por ejemplo quieres convertirte en una persona más paciente, tendrás


que primero repasar una y otra vez en tu mente, aquellas actitudes y
comportamientos que caracterizan a las personas pacientes. Cuando los
tengas claros mentalmente hablando, toca pasar a la acción.

Por ello, es de suma importancia que repitas, y repitas, y repitas, y repitas


de forma consciente estos nuevos comportamientos (pensamientos y
sentimientos) en tu vida, en tu trabajo, con tu familia, etc., hasta que te
resulten automáticos. Práctica, práctica y práctica.

De igual manera que en su día te acostumbraste a comportarte de


determinada manera y ahora ya “te sale sólo”, es automático, lo que
necesitas ahora es volver a entrenarte un día tras otro, practicando sin
cesar los nuevos comportamientos que quieres desarrollar de forma
natural en tu vida.
12. Desarrolla tu Cerebro
Desarrollar tu cerebro, o lo que es lo mismo, crecer a nivel personal
(evolucionar) implica cambiar tu forma de:

 pensar,
 hacer
 y ser.
Ten en cuenta además que, cambiar implica un esfuerzo consciente,
porque tu cuerpo y tu mente han memorizado durante años y años
comportamientos y reacciones que seguramente no están en consonancia
con tus metas.

Al ser reacciones tan automatizadas, te supondrán mucho menos esfuerzo


que lo que te supondrá practicar tus nuevos comportamientos. Por lo
tanto, es normal que el propio proceso de desarrollo de tu nueva
mentalidad te desaliente, te sientas incómodo/a, torpe, te equivoques y
fracases al menos unas cuantas veces. Esto es, totalmente normal y
totalmente necesario. No pasa nada, en esto consiste aprender algo
nuevo al fin y al cabo.

La solución para no perder la motivación, es recordarte a ti misma/o


cómo te sentirás y cómo será tu vida una vez logres ese cambio de
mentalidad. Y lo fácil que te será luego comportarte de esa manera, una
vez lo haya interiorizado, y es que el esfuerzo y la incomodidad son sólo
al principio, luego el cuerpo y la mente lo automatizarán y habrás
conseguido tu objetivo (tu propia evolución como persona).

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