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El presente trabajo abarca a la dependencia emocional y la violencia hacia la mujer,

principalmente ejercida por su pareja, pues la violencia psicológica, física y sexual es una grave

problemática a nivel mundial que vulnera los derechos humanos de las mujeres. Según la

Organización Mundial de la Salud (2017), una de cada tres mujeres en el mundo alguna vez ha

sufrido violencia de algún tipo por parte de su pareja; el 30% de las mujeres que mantuvo una

relación de pareja refirió haber sufrido violencia.

La violencia afecta significativamente tanto en la salud física, mental, sexual y reproductiva

de las mujeres sobre las que se ejercen estos tipos de violencia. Rodríguez (2015) describe que

muchas mujeres siguen luchando por su relación con la esperanza de que su pareja cambie; en la

dependencia emocional, las mujeres priorizan a su pareja sobre cualquier cosa, subordinándose y

sumiéndose a los deseos y mandatos de la pareja, lo cual no les permite diferenciar entre un buen o

mal trato. De acuerdo con Castello (2005), en la preferencia de la pareja antes que cualquier cosa,

no existirá nada más significativo, puesto que si la pareja considera que algo debe realizarse se hará

sin dudar.

En un estudio que realiza la Organización Mundial de la Salud con la Escuela de Higiene y

Medición Tropical de Londres y el Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica (2013), se utilizaron

datos de 80 países, obteniendo como resultado que la violencia de pareja oscila entre un 23,2% en

países con ingresos altos, el 24,6% en la región del Pacífico Occidental, el 37% se encuentra en la

región del Mediterráneo Oriental y el 37,7% en la región de Asia Sudoriental.

Uno de los factores de la violencia de pareja es de carácter individual, Deza (2012) describe

que uno de los componentes asociados para la constancia de la mujer en una relación violenta es la

apreciación de amor romántico que tiene de su relación de pareja, lo que involucra depender y

adecuarse a la pareja dejando de lado sus aspiraciones personales y sumiéndose a los deseos y

órdenes de la pareja.
En el primer semestre del 2022, Ecuador registró más de 118 femicidios, consideradas

muertes violentas por razones de género, según reveló este jueves un informe de la Alianza

Feminista para el Mapeo de los Feminicidios en el Ecuador. De las muertes violentas por razones de

género entre el 1 de enero y el 31 de mayo de este 2022, 53 corresponden a casos registrados en el

seno familiar, íntimo, sexual o de otra índole, 5 fueron transfemicidios y 60 ocurrieron por obra de la

delincuencia organizada.

Es importante destacar que según Diario La Hora en (2019) señaló a Santo Domingo de los

Tsáchilas como la tercera provincia del país donde más denuncias por violencias de género existen,

esto se publicó en un estudio realizado por el departamento de Violencia Intrafamiliar de la Policía

detallando que los sectores donde más ocurren estos hechos son en la Santa Martha, Juan Eulogio,

Cristo Vive, Bombolí, Centro, El Proletariado y Plan de Vivienda.

Por lo expuesto, esta investigación busca analizar la asociación de la violencia hacia las

mujeres y la dependencia emocional, quienes aceptan el maltrato como una muestra de afecto y la

única forma como sienten el amor de su pareja. La información y resultados que se recopilarán serán

un aporte a la comunidad, puesto que las variables estudiadas presentan alta relevancia en el

fomento de programas de promoción, prevención e intervención con el propósito de empoderar a

las mujeres y optimizar su calidad de vida, y el fortalecimiento en su desarrollo personal y

profesional.

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