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     UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS
SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS PRÁCTICAS
DE INVESTIGACIÓN
 
PROCESO EVALUATIVO DE FACTORES
ESTRESANTES EN CUIDADORES INFORMALES DE
PERSONAS CON DISCAPACIDAD DE LA FUNDACIÓN
HUERTO DE LOS OLIVOS – PASCUALES
ESTUDIANTES:
LUISA YAMILETH ANCHUNDIA MENDOZA
JOHNNY STALYN MANCHENO MERINO
TUTORA:
 
GUAYAQUIL, SEPTIEMBRE ,2021.
 
 
 

 
2 REVISIÓN DE LITERATURA

2.1 Evaluación psicológica   

Según la definición de la (REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, 2021) en cuanto al término de

evaluación, la señala como la acción de evaluar, es decir es el proceso de estimación,

apreciación o de otorgarle valor a una determinada situación u acción. Este acto de evaluar se

vincula con frecuencia al ámbito educativo, pero de forma general se puede vincular a todos

los aspectos del sujeto, detallando de esta manera que la evaluación puede presentar en

aspectos clínicos, sociales, laborales, familiares y educativos.

Es así que, (Raffino, 2020) señala que se puede definir a la evaluación como la acción

de juzgar o medir un procedimiento, es decir, indicar qué tan bien o qué tan mal ha salido, o

qué tanto se aproximó al objetivo que inicialmente nos habíamos planteado.

Por lo tanto, toda evaluación depende en gran medida de los resultados esperados de

antemano, y del sistema que se emplea para medir los resultados reales, en el que deben

hallarse especificados los criterios utilizados para evaluar. Dicho de otro modo, toda

evaluación implica cotejar la realidad contra una serie de criterios prestablecidos.

La evaluación psicológica según lo apuntan (Elcovich, Andiloro, Cepeda, Chiesa, &

Guzman, 2015) “es un proceso donde intervienen los procesos cognitivos, las representaciones

mentales y la intuición o razonamiento inductivo del evaluador” (P.12). Por esto, los autores

investigan importantes factores que intervienen a la hora de evaluar, tales son los sesgos,

errores, formas tendenciosas del pensamiento como forzar las iniciales observaciones en

conclusiones finales, no considerar datos que contradigan las primeras hipótesis, las variables

personales que intervienen, la poca fiabilidad del diagnóstico, las correlaciones interpretadas

como explicaciones causales, entre otras. Asimismo, puntúan una serie de procedimientos que

permiten hacer de esos puntos ciegos ventajas en la evaluación psicológica.


Dentro de la evaluación psicológica, es importante indicar las problemáticas a las que

el evaluador puede enfrentarse durante la sesión con el paciente, para (Elcovich, Andiloro,

Cepeda, Chiesa, & Guzman, 2015) las más frecuentes son concluir de forma tajante, o por el

contrario no formalizar las hipótesis, los falsos negativos, y la tendencia a patologizar lo

observable. Destacando que sólo el evaluador hábil que esté entrenado en sus capacidades

comunicativas, que pueda mostrar soluciones innovadoras, que organice la información de

forma ética y sobre todo que pueda autoevaluarse a través de un proceso de metacognición,

será capaz de desempeñar su rol de forma tal que ayude a mejorar la salud psíquica del

evaluado.

De acuerdo con lo ya expuesto, se puede indicar que el proceso de evaluación

psicológica requiere de la participación de un evaluador valorado a través de sus habilidades

cognitivas y metacognitivas, las cuáles le permiten observar, decidir, hipotetizar e interactuar a

nivel profesional. Este tipo de evaluaciones, en sus diferentes ámbitos de aplicación aborda

problemáticas singulares, ya sea evaluando la conducta, modos de relaciones interpersonales,

estados de salud o patológicos, nivel de adaptación, habilidades y aptitudes, en niños o

adultos, según el caso particular. Por ello, se presenta la necesidad de establecer un rapport

eficaz con el evaluado, de optimizar el desarrollo del proceso en tiempos y herramientas, y de

favorecer la reflexión acerca de su práctica, la cual requiere en todos los casos de una

profunda y actualizada formación teórica, técnica y metodológica.

Las autoras (Cujilan rojas & Escobar Cabezas, 2017) indican que la evaluación está

dirigida al estudio científico de un individuo, una evaluación psicológica es un proceso en

donde se recoge información que es dirigida por un profesional de la salud, a través de

diferentes herramientas y técnicas como los test y entrevistas. el propósito por el cual se

realiza el proceso de la evaluación psicológica es el que determinará las pruebas y el posterior

informe a redactar. Formalmente la evaluación contribuye con información acerca del


funcionamiento y capacidades del individuo en áreas específicas que ayudarán a predecir el

funcionamiento y comportamiento en un futuro.

(Cujilan rojas & Escobar Cabezas, 2017) hacen mención a tres aspectos importantes de

la evaluación psicológica, las cuales son:

Entrevista

El psicólogo recoge información acerca de las distintas áreas. A través de las

entrevistas; No estructurada, este tipo de entrevista puede ser menos estructurada

permitiendo una mayor amplitud al evaluado hablar acerca del tema y la dirección hacía la que

va la entrevista; y la Estructurada: está diseñada con el fin de proporcionar un psicodiagnóstico

por medio de los indicadores para las preguntas de tipo “sí o no” o “sin duda, un poco, nada”,

tienen un formato de elección forzada.

En relación con la entrevista como técnica de recopilación de información, (Folgueiras,

2016) la señala como una de estrategias utilizadas con mayor frecuencia en los procesos de

investigación, al igual que en estudios que no se relacionan a la categoría de investigación.

Asimismo, se debe señalar que el objetivo principal de una entrevista es la obtención de

información personalizada acerca de acontecimientos u opiniones del sujeto. Esta técnica se

puede clasificar por el número de personas, por su estructura o por su propuesta de

indagación, dada esta clasificación se profundizó en el tema de las entrevistas según su

estructura, debido a que en el proceso realizada en las practicas pre profesionales

sistematizada se utilizó como recurso de recopilación de información a la entrevista

semiestructurada.

La entrevista semiestructurada según lo menciona Folgueiras (2016) es en la que se

define previamente el tipo de información que se desea obtener, para la cual se realiza un

banco de preguntas que permitan ser respondidas de manera abierta para la recopilación de
datos pertinentes de estudios. Por otro lado, la entrevista estructurada, aunque también se

conforma de preguntas predispuestas con anterioridad, se diferencia de la entrevista semi

estructurada en el tipo de preguntas que se realiza, debido a que en este tipo de entrevista se

busca que las respuestas se realicen de manera breve

En correspondencia con la practica realizada se debe apuntar que las entrevistas

ejecutadas en este proceso, se realizó a través de la modalidad online, en la cual se

estructuraron preguntas acerca de los conocimientos (estrés, autoestima y bienestar

psicológico); actitudes (autovaloración, problemas y dificultades diarias); cuidado practico.

 Registros de observación.

 Las observaciones de conductas y comportamientos son presentadas como parte

relevante en la evaluación psicológica; siendo parte de herramientas de recogida de

información. Sirven para ayudar a recoger datos significantes acerca de los síntomas o

conflictos, tales contribuyen al evaluador y evaluado enfocar su atención en aquellos detalles

que conlleven a una adecuada toma de conciencia del conflicto y faciliten para una futura

intervención en psicoterapia. (Cujilan rojas & Escobar Cabezas, 2017)

Por lo que es pertinente destacar lo favorable que resultó mantener un registro

manual de lo que se observaba durante el desempeño de la práctica, en que se anotaron datos

primordiales del comportamiento de los usuarios durante las intervenciones desde la

plataforma virtual y de las particularidades en la asistencia desempeñada por el cuidador.

Test psicométricos

Dentro de la evaluación psicológica la aplicación de una prueba psicométrica requiere

un debido uso con fines determinados. Respecto a estos aspectos, cabe indicar que es

necesario tomar en cuenta los posibles errores durante la recogida de información,


precisamente en cada prueba. Debe realizarse una devolución de diagnóstico o información

recogida, orientando y explicando los resultados; es necesario colocarse en el contexto de

donde son obtenidos los datos. No se aconseja llegar a interpretar los resultados de un test sin

tener en cuenta otros test y los datos de la entrevista.

Según Aliaga (2014) para que un test pueda ser nombrado test psicométrico debe

cumplir varios requisitos como en la construcción del instrumento, el cual en su contenido y la

dificultad de los ítems deben estar sistemáticamente controlados; la situación de aplicación del

test, donde el ambiente en el que se administra el material del test debe estar bien definida y

debe ser reproducida idénticamente para todos los sujetos examinados con el test; el registro

del comportamiento provocado en el sujeto examinado debe ser preciso y objetivo en el que

las condiciones de cómo hacer este el test deben estar definidas y deben ser cumplidas

rigurosamente; el comportamiento registrado debe ser evaluado estadísticamente con

respecto al de un grupo de individuos; los sujetos examinados son clasificados en función de

normas resultantes del examen previo a partir de un baremo, lo que permite situar cada una

de las respuestas, totales o parciales, en una distribución estadística; por último, las respuestas

a las cuestiones planteadas dan una medida correcta del comportamiento al que el test apunta

correspondiente a la validez.

De acuerdo a la práctica vivenciada, es necesario mencionar que dentro de la

intervención realizada con los usuarios y cuidadores de la Fundación Huerto de los Olivos se

aplicaron varios talleres como herramienta pedagógica que en la que los estudiantes buscaron

realizar la integración de teoría y práctica, los talleres de manera general  se establece por un

equipo de trabajo, formado generalmente por un facilitador o coordinador y un grupo de

personas en el cual cada uno de los integrantes hace su aporte específico. El coordinador o

facilitador dirige a las personas, pero al mismo tiempo adquiere junto a ellos experiencia de las

realidades concretas en las cuales se desarrollan los talleres, y su tarea en terreno va más allá
de la labor académica en función de las personas, debiendo prestar su aporte profesional en

las tareas específicas que se desarrollan.

En relación a los talleres elaborados en la práctica sistematizada, se debe detallar que

fueron aplicados por medio de plataformas virtuales como Zoom meatings y WhatsApp. Estos

talleres fueron en su mayoría orientados a los cuidadores de personas con discapacidad, en la

cual se buscó a partir de la identificación y medición de los niveles de estrés, emplear talleres

que se dirigían a la socialización de estrés, sus características y los estilos de afrontamiento

que podían emplear en búsqueda de un equilibrio entre el cuidado y su vida particular.

Por otra parte, (Cujilan rojas & Escobar Cabezas, 2017) puntualizan dos aspectos muy

importantes dentro de la evaluación psicológica; Objetivo de la evaluación psicológica y el

Diagnostico psicológico.

Objetivos de la Evaluación Psicológica

Dentro de estos aspectos, se señala que las operaciones básicas que los investigadores

pueden desarrollar sobre los fenómenos objetos de estudios son las de describir, clasificar,

elaborar predicciones sobre ellos, además de explicarlos y controlarlos.

Es por esto que se especifica que las demandas que forman parte de la evaluación

psicológica están formuladas por el usuario o por un ente externo, el cual evoca la situación a

evaluar a través de un pedido expreso y concreto, con la finalidad de obtener un diagnóstico,

orientación o modificación de los aspectos nocivos reportados como motivo de consulta. De

acuerdo con esto (Fernández-Ballesteros, 2013) establece que el diagnostico en evaluación

debe constar de una clasificación descriptiva de las particularidades obtenidas durante el

proceso evaluatorio, mientras que la orientación pretende vincular su evaluación a un

conglomerado de predicciones y las modificaciones de aspectos expresado como nocivos se

basa en control de manera efectiva la conducta, por lo cual manifiesta que los objetivos de la
evaluación dependen de las operaciones básicas y de las demandas, tales se interconectan

para el diagnóstico.

El Diagnóstico psicológico

Se describe como diagnostico psicológico a los síntomas o funcionamientos mentales-

emocionales observados en el comportamiento y discurso del paciente. El propósito del

diagnóstico psicológico es conocer las dimensiones del problema, su prolongación, además de

identificar y delimitar el problema que afecta al paciente, posteriormente determinar los

objetivos y poder contrarrestar la situación inicial con la situación posterior a la intervención.

Para la elaboración de los diagnósticos clínicos y psicológicos existen protocolos que

establecen criterios diagnósticos que deben cumplir para calificar un criterio profesional e

incuestionable, estos son los manuales de diagnóstico DSM-V y CIE-10, entre otros.

Por otro lado, (Raffino, 2020) señala que la evaluación psicológica se caracteriza por

comparar los resultados que obtenidos luego del desarrollo proceso con los aspectos y

factores que se establecieron al inicio. Para poder realizar esta comparación, el evaluador debe

emplear diversas técnicas, herramientas y estrategias para la medición, según sea el caso a

evaluar, que permita establecer información pertinente relacionada a la demanda del

paciente. Esta autora señala tres propósitos fundamentales de la evaluación, los cuáles se

centran en recopilar información, asimismo busca el análisis de esta información, y la

definición de la consecución o no de los objetivos planteados, los cuales aportaran a la

retroalimentación del proceso

Es así que, se puede señalar que la evaluación tiene el propósito fundamental de

someter a juicio y valoración un proceso determinado. Esto quiere decir que no sólo debe

juzgar si las metas iniciales se cumplieron, y en qué medida, sino también obtener información

respecto a cuáles fueron los tropiezos, cuáles las fallas inesperadas, cuáles las predecibles y, en
general, cuáles fueron las características del proceso que pueden posteriormente modificarse:

corregirse, mejorarse, repensarse, etc.

2.1.1 Proceso de Evaluación Psicológica

Es uno de los elementos más importantes en la intervención en el ámbito de la

psicología clínica. En el cual le es posible proponer medidas eficaces para tratar problemas

específicos partiendo de lo observado. Este es un proceso de investigación basado en hipótesis

y deducciones, en el que el objetivo es orientado a una serie de hipótesis que llevará a la

resolución de los problemas.

Para llevar a cabo esto se constituye de series de técnicas, siendo la principal la

entrevista y los test sean estos proyectivos o psicométricos Para la debida evaluación en

función de las entrevistas iniciales se selecciona qué método se va a utilizar, en qué orden y

con qué frecuencia. Según (Fernández Ballesteros, 2014) el proceso de evaluación psicológica

se puede observar desde el enfoque Descriptivo-Predictivo y el enfoque Interventivo-

Valorativo.

El primero de estos enfoques consta de la recogida de información, la cual pretende

aclarar la demanda, plantear objetivos acerca del caso, recopilar información, siendo el primer

objetivo clarificar la demanda, la cual establece el motivo de la consulta y el por qué se solicita

la evaluación; como segundo paso, se encuentra la formulación de hipótesis, la que se realiza

en función de las observaciones e informaciones recibidas, aquí se trata de establecer

hipótesis, formulando una teoría no comprobada sobre el caso y decidir qué instrumentos se

van a operacionalizar cada variable presentada en las hipótesis formuladas; siguiendo con la

Contrastación, comprendida como la preparación y planificación de los instrumentos a utilizar,


administración de los test y técnicas seleccionados por medio de los procedimientos

establecidos y análisis de los resultados en orden a la comprobación de las hipótesis;

finalizando con la comunicación de resultados, que hace participe el informe oral o escrito, se

debe tomar en consideración cualquier potencial incongruencia en los resultados, aquí se

formularán las recomendaciones pertinentes.

Por otro lado, el enfoque Interventivo-Valorativo, está constituido por la planificación

del tratamiento y su valoración, que según Fernández (2014) señala que antes de planificar el

tratamiento debe postularse una teoría acerca del caso que conlleva unas hipótesis

funcionales, acompañado de la selección de las variables dependientes e independientes, en

esta parte también debe esclarecerse cuales son las conductas a modificarse y ordenarlas para

su tratamiento en la intervención; otra aspecto de este enfoque en cuanto al proceso de

evaluación psicológica, está el tratamiento, el mismo que se conocer como el diseño y

administración y de la evaluación continua, dentro del cual se ubica la forma de intervención

psicológica que tenga por objetivo el cambio del comportamiento o de otras condiciones

psicológicas del sujeto; por último, se realiza la valoración,  en esta fase se llega al momento

clave del proceso, el caso de haber logrado los cambios comportamentales previamente

establecidos, estos van a ser atribuidos al tratamiento y se aceptarán las hipótesis

interventoras.

2.1.2 Modelos de la evaluación psicológica

Según los autores (Silverio & Trujillo, 2017) mencionan que a pesar de las diversas

confrontaciones que se han sucedido a lo largo de la historia de la Psicología, podría ser un

motivo de acuerdo el afirmar que el objetivo de la Evaluación Psicológica es el análisis del

comportamiento humano que se produce en un contexto determinado, sin embargo, el peso

otorgado por cada enfoque a lo que prioritariamente determina esa conducta nos lleva a

posiciones diferentes.
Según la propuesta clasificatoria de (Fernández Ballesteros, 2014) tendremos centrada

a la evaluación psicológica en tres ejes: el sujeto, la teoría y las técnicas. Otra alternativa sería

sintetizar los principales paradigmas evaluativos ya que la dificultad por encontrar una

definición única de evaluación proviene del énfasis que puede darse a aspectos diversos, en

función de los objetivos de medida y de las opciones teóricas asumidas.

Este modelo basa su enfoque, en buscar en el interior del organismo la causa que

explique la conducta. Exalta que el comportamiento pueda ser explicado en función de una

serie de construcciones teóricas internas que conforman la estructura de la personalidad y

que, junto a una serie de dinamismos internos inconscientes, se determina la conducta, por lo

que cualquier manifestación conductual será entendida como una expresión de una condición

interna de la persona.

Modelo constructivista:

Este modelo presenta una visión hermenéutica y fenomenológica de la psicología en la

que la construcción de la realidad, el conocimiento narrativo y las teorías de la acción

intencional han soportado una forma de hacer evaluación, orientación y terapia. (Arias Viter &

Mercado Vernaza, 2017) indican que lo importante es evaluar las construcciones que el sujeto

utiliza para describir el mundo, cuál es el significado que asigna a sí mismo, a las otras personas

y objetos de su realidad

Modelo Conductual

Este modelo ha experimentado cambios a través de su historia, comenzó siendo un

modelo radical, que según (Pelechano, 2013) afirmaba que el objeto de análisis propio de este
modelo, se basa en la conducta manifiesta del sujeto, en el que las variables de

comportamiento que provienen del organismo que no puedan explicadas, deben omitirse,

segregándolas de diagnóstico. Posterior a esto, se transformó en un modelo más interactivo,

en el que las variables que el modelo radical suprimía, son consideradas en una interacción

recíproca.

Modelo Conductual – Cognitivo:

El movimiento conductual-cognitivo es interpretado por ciertos autores entre los que

destaca Mahoney (1977) según lo afirma (Fernández Ballesteros, 2014) concibe a este modelo

como una revolución cognitivista que estudia los procesos encubiertos, especialmente de

orden cognitivo, desde el paradigma experimental, y se consolida así la Evaluación Conductual

como una manera de hacer diagnóstico con entidad propia. Desde este enfoque las variables

del ambiente o situacionales se extienden tanto a las reales como a las percibidas, se acepta

que la actividad cognitiva tiene un rol fundamental en el desarrollo de conductas adaptativas o

desadaptativas y en la creación de patrones afectivos.

2.2 Estrés

El estrés ha sido un tema muy importante a través de los años y ha sido topado por

innumerables científicos y profesionales de la conducta humana, debido a que sus efectos

tienen incidencia directa con el estado de salud integral del ser humano. Al mismo tiempo el

estrés interviene en el rendimiento laboral, las relaciones sociales, académicas y familiares del

sujeto, categorizando de esta manera al estrés como un problema biopsicosociofamiliar.


Por otro lado, provoca preocupación y angustia, lo que puede conducir a trastornos

personales. Al respecto (Martínez & Díaz, 2017) señalan: “el problema que subyace radica en

los requerimientos de la Modernidad, concentrada en la obtención de resultados al margen de

sus consecuencias sobre la calidad de vida, y por ende en la salud física y mental de las

personas afectadas” (p. 1).

 Los autores buscan con este concepto señalar que el estrés se desarrolla por las

demandas existentes en el contexto circundante del sujeto, puesto que la premura con la que

se busca obtener resultados en la participación activa de la persona, cual fuere la actividad a

desarrollarse, provoca que la no consecución de los resultados demandados, genere la

producción de estrés.

Arrancando desde esta premisa y comprensión de la misma, será importante indicar

que todas las personas necesitan aprender a prevenir y controlar el estrés. Quien no lo hace,

puede poner en peligro su salud y su tranquilidad, mientras que quien conoce y pone en

práctica acciones adecuadas para prevenirlo y afrontarlo puede disfrutar de un estilo de vida

más sano y más satisfactorio.

Las diferentes concepciones teóricas sobre el estrés enfatizan distintos aspectos de

este. Algunas subrayan las respuestas orgánicas y otras se centran en factores externos

generadores de reacciones psicológicas y conductuales ante él. Por otra parte, también hay

concepciones que enfatizan en las valoraciones cognitivas que realizan las personas respecto

de un evento estimando factores tanto internos como externos; además, están las

perspectivas más integrales que consideran al estrés como una relación dinámica entre la

persona y el ambiente.

2.2.1 Tipos de estrés

 
El manejo del estrés puede resultar complicado y confuso porque existen diferentes

tipos de estrés: estrés agudo, estrés agudo episódico y estrés crónico. Cada uno cuenta con sus

propias características, síntomas, duración y enfoques de tratamiento. (Miller & Dell Smith,

1994) clasifican a los tipos de estrés de la siguiente manera.

Estrés agudo

El estrés agudo es la forma de estrés más común. Surge de las exigencias y presiones

del pasado reciente y las exigencias y presiones anticipadas del futuro cercano. El estrés agudo

es emocionante y fascinante en pequeñas dosis, pero cuando es demasiado resulta agotador,

exagerar con el estrés a corto plazo puede derivar en agonía psicológica, dolores de cabeza

tensiónales, malestar estomacal y otros síntomas.

Dado que es a corto plazo, el estrés agudo no tiene tiempo suficiente para causar los

daños importantes asociados con el estrés a largo plazo. Los síntomas más comunes son:

Agonía emocional; Problemas musculares; Problemas estomacales e intestinales;

Sobreexcitación pasajera.

(Barnhill, 2020) señala que el estrés agudo consiste en una reacción disfuncional,

desagradable e intensa que comienza poco después de un acontecimiento traumático o

abrumador y que se prolonga durante menos de un mes. Si los síntomas persisten durante más

de un mes, se diagnostica un trastorno de estrés postraumático.

Estrés agudo episódico

(APA, 2020) señala que el estrés agudo episódico, se experimenta a partir de la

presencia frecuente del estrés agudo. Esto sucede debido a la persistencia de los signos y

síntomas experimentados por el sujeto, siendo así que el estrés agudo episódico surge de la

preocupación incesante, la cual a partir de presencia de la angustia prevé con pesimismo una
catástrofe en cada situación, haciendo no al mundo es un lugar peligroso, poco gratificante y

punitivo en donde lo peor siempre está por suceder. Los síntomas del estrés agudo episódico

son los síntomas de una sobre agitación prolongada: dolores de cabeza intensos y persistentes,

migrañas, hipertensión, dolor en el pecho y enfermedad cardíaca. Tratar el estrés agudo

episódico requiere la intervención en varios niveles, que por lo general requiere ayuda

profesional, la cual puede tomar varios meses.

Estrés crónico

Se denomina estrés crónico, al que es causado por situaciones diarias continuas y

repetitivas en donde la persona no es capaz de reaccionar en alguna forma, es decir, cuando el

organismo se encuentra bajo presión continua o en situación de emergencia constante y se

agotan los recursos fisiológicos y psicológicos de defensa del individuo y el estrés provoca

patología. El estrés crónico puede ser la causa de enfermedades cardiovasculares, artritis

reumatoide, migrañas, calvicie, asma, tics nerviosos, dermatitis, impotencia, irregularidades en

la menstruación, colitis, diabetes, dolores de espalda, insomnio, agresividad, neurosis de

ansiedad, trombosis, etc.

2.2.2 síntomas de estrés

 De acuerdo con la problemática detectada con los usuarios de la Fundación Huerto de

los Olivos y sus cuidadores, relacionadas al estrés identificado durante el proceso de prácticas

preprofesionales se vincula en primera instancia a la hipótesis de la presencia de estrés agudo,

dado que los síntomas presentes en los familiares cuidadores se vinculan de manera con

ciertas afectaciones presentes cuando el sujeto experimenta este tipo de estrés,  Según un

estudio realizado por (Ospina Stepanian, 2016) menciona que las repercusiones del estrés

agudo a nivel psicológico y fisiológico se pueden dividir en:


Problemas del sueño, que involucran al insomnio, mismo que ha sido categorizado en

dos grandes grupos: insomnio agudo e insomnio crónico, donde el insomnio agudo es aquel

que tiene una duración no superior a un mes, y la habituación rutinaria de sueño se recupera

después de este lapso; el insomnio crónico se presenta cuando el período es superior a un

mes, desencadenando otros trastornos psicológicos y problemas médicos objeto de

intervención alopática. En común, ambas condiciones se deben en gran parte a la presencia de

estresores, bien sean estos agudos o crónicos, respectivamente. Destacando de esta manera

que en varias ocasiones los cuidadores presentan problemas del sueño, que son originados por

los pensamientos recurrentes de que la persona en situación de discapacidad no se encuentra

bien, por la ideación de un trabajo mal ejecutado, llegando a pensar también que la asistencia

que brinda al familiar con dependencia la limita a desarrollar con normalidad las relaciones

sociales.

Por otro lado, el agotamiento según (Ospina Stepanian, 2016) resalta dado el nivel de

activación que se experimenta cuando se está bajo situaciones de estrés, se puede llegar a

presentar que por tiempo se agudicen los estados de alerta, memoria, juicio y razonamiento;

sin embargo, una vez cesa la activación se presenta un declive importante en esta agudeza

perceptual y de procesamiento, llegando a manifestarse el extremo opuesto, lo cual implica

déficit atencional, dificultad de raciocinio y pérdida de memoria.

En relación con los talleres realizados con los cuidadores de los usuarios de la

Fundación Huerto de los Olivos se detectaron falencias comunicativas, expresada por medio de

la incomodidad que, experimentada dentro del núcleo familiar, dado que la comunicación

entre los miembros de la familia no era correcta y no llegaban a proponer soluciones ante las

situaciones nocivas que afectan a la familia.

De acuerdo con la práctica realizada con los usuarios de la Fundación Huerto de los

Olivos y sus cuidadores o familiares, es importante mencionar que, según lo expuesto por
ellos, las condiciones previamente señaladas son las que han experimentado en algún

momento de la acción de cuidado y asistencia a las personas con discapacidad, resaltando los

problemas del sueño, como el no poder dormir por distintos factores, entre los que destacan la

preocupación por la persona que presenta discapacidad. Entre otras afectaciones que se

detallan en secciones subsecuentes.

Es importante mencionar que, a pesar del diagnóstico hipotético surgido a partir de las

respuestas obtenidas de los cuidadores en la aplicación de la entrevista inicial realizada por los

estudiantes de la Facultad de Ciencias Psicológicas, en la que expresaban sentirse estresados

por las situaciones que acontecían durante la asistencia a los usuarios en situación de

discapacidad. Se debe señalar que dicha hipótesis fue descartada luego de ser sometida a un

riguroso análisis de los manuales pertinentes como la clasificación de los trastornos mentales y

del comportamiento CIE-10 y DSM-V, en torno a la salud mental.

De acuerdo a esta apreciación, la clasificación de los trastornos mentales y del

comportamiento CIE-10 menciona que el estrés agudo se trata de un trastorno transitorio que 

se produce en el individuo en respuesta de un estresor físico o psicológico, las reacciones a

este trastorno exponen de manera vulnerable al individuo, debido a la turbación que este tipo

de estrés genera en el sujeto, vinculado frecuentemente con la disminución de la conciencia,

estrechamiento de la atención y desorientación. Por lo que en relación a lo expuesto por los

cuidadores evaluados no cumplen con el criterio necesario para el diagnóstico de este tipo de

estrés, debido a que no mencionaron haber sufrido reacciones que permitan establecer la

presencia del trastorno mencionado. 

Por otro lado, se puede vincular las afectaciones señaladas por los cuidadores como

parte de los rasgos presentes en el criterio diagnóstico del insomnio no orgánico, que según el

CIE-10 menciona que el individuo presenta dificultad para conciliar el sueño, complicaciones

para mantenerse dormido. Asimismo, cabe mencionar que, para diagnosticar una alteración
del sueño, la frecuencia con la se presentan los rasgos debe prevalecer al menos tres veces por

semana durante un mes. Dada esta consideración se establece que, aunque los aspectos

mencionados por los cuidadores, se vinculen a los rasgos de este tipo de alteración, no se

presentan con la frecuencia necesaria para poder ser diagnosticado como insomnio no

orgánico, debido a que las dificultades se presentan cada que ocurre un evento específico

relacionado con la salud de la persona en situación de discapacidad.  

Por otro lado, según el DSM-V, los criterios presentes para el diagnóstico pertinente de

Trastorno de estrés agudo deben estar relacionados a la exposición a la muerte, lesión grave o

violencia sexual, real o imaginaria; Síntomas de intrusión; estado de ánimo negativo

persistente; síntomas disociativos; síntomas de evitación y síntomas de alerta. De acuerdo a

estos criterios, se debe mencionar que los cuidadores indicaron presentar sintomatología

ligada a los síntomas de alerta como lo es la alteración del sueño, y a través del agotamiento

descrito se puede vincular a un comportamiento irritable no prolongado y respuesta de

sobresalto exagerada según determinadas situaciones. Por lo tanto, al no cumplir los criterios

mencionados, se anula la hipótesis establecida por los estudiantes mediante las respuestas

obtenidas en la entrevista semiestructurada inicial.

De acuerdo con las conceptualizaciones previas, se debe señalar que a pesar de la

autopercepción del cuidador con rasgos de estrés, los cuales en primera instancia se

vincularon a un trastorno de estrés agudo, es meritorio señalar que una vez establecido los

criterios diagnósticos del CIE-10 y DSM-V se establece que los cuidadores no presentan los

criterios ni las reacciones necesarios para ser diagnosticados con trastornos de estrés agudo o

alteraciones del sueño, por lo que se declara la vinculación de sus afectaciones a la presencia

de agotamiento físico, psicológico y emocional, relacionándose mayormente al síndrome del

cuidador quemado, que según López, Orueta, Gómez, Sánchez, Carmona y Alonso (2009) los

síntomas que aparecen en el cuidador que presentan este síndrome se encuentra el estrés,
cansancio, falta de energía, indefensión, agotamiento continuo, dificultad de concentración,

irritabilidad, insomnio, imposibilidad de relajarse, cambios frecuentes de humor, apatía

constante, tensión emocional, desesperanza, no se encarga de satisfacer sus propias

necesidades por falta de tiempo, lo que permitiría establecer la presencia de este síndrome y

descartar el trastorno de estrés agudo. 

2.2.3 Afectaciones Psicológicas Asociadas al Estrés

Debido a las problemáticas detectadas en el epígrafe anterior en torno a las

afectaciones percibidas durante el proceso de prácticas pre profesionales con los usuarios de

la Fundación Huerto de los Olivos y sus cuidadores, resultó pertinente mencionar las

patologías a las que están expuesto los familiares que brindan la atención a la persona con

discapacidad debido al tipo de estrés que experimentan durante la asistencia.

En primer lugar, según el Instituto del Sueño (2020) se ha comprobado que el insomnio

producido por estrés produce en el organismo una reacción fisiológica que contribuye al

aumento de los niveles de ansiedad, generando estados de mayor alerta y la consecuente

activación de mayores dificultades para poder relajarse. Por lo tanto, es necesario detallar que

los mecanismos por los que se produce este efecto se puede considerar como la suma de

acontecimientos biológicos que tienen lugar en el organismo del sujeto cuando se estresa a

nivel hormonal y neuronal, por los que se producen alteraciones en la segregación de

sustancias como el cortisol, que inhibe y suprime el sueño, así como de la prolactina o la

serotonina, muy relacionadas con la regulación de los ciclos del sueño, estados anímicos,

percepción del dolor, etc. De esta manera se observa como el estrés se convierte en

desencadenante del insomnio y a su vez en una consecuencia del mismo, siendo un elemento

fundamental a tratar en los problemas de sueño.


En segundo lugar, el cansancio experimentado por los cuidadores fue el de tipo

mental, en este sentido Aquilea (2021) señala que el cansancio mental se da por una

sobrecarga de flujo de pensamiento, desembocado por la producción de estrés que, con el

tiempo, se convierte en un estado de ansiedad muy perjudicial para la salud mental. Señalando

de esta manera que las situaciones de tensión o el encadenamiento de problemas son los

principales factores de este agotamiento que, en la mayoría de las ocasiones, se resuelve una

vez que los problemas desaparecen. Los síntomas que se originan dentro de esta afectación

son dificultades para dormir; para mantener la concentración; decaimiento; cefaleas; y dolores

musculares, señalando a su vez que estos síntomas fueron registrados por los cuidadores

durante las prácticas pre profesionales.

2.2.4 Estrés en cuidadores de PSD

Según (APA, 2019) el estrés del cuidador se debe a la tensión emocional y física

producidas por cuidar de otra persona. Es necesario resaltar que los cuidadores tienen niveles

de estrés mucho más altos que las personas que no son cuidadores, debido a que muchos

cuidadores están proporcionando ayuda o están disponibles para hacerlo prácticamente todo

el día, lo que significa que queda poco tiempo para el trabajo formal remunerado o para la

atención de otros miembros de la familia o amigos. Algunos cuidadores pueden sentirse

abrumados por la cantidad de cuidado que necesita su familiar anciano, enfermo o

discapacitado. 

El estrés del cuidador puede presentarse de distintas maneras. (Lokk, 2018) Se puede

presentar por medio de la frustración o el enojo, o con variaciones de enojo a soledad de un

momento a otro.  La presencia de estrés en el cuidador puede hacerlo cometer errores al

suministrar medicamentos o adoptar conductas poco saludables como fumar o beber

demasiado alcohol.
Por su parte (Rivera, 2009) señalan otros signos y síntomas, los cuales incluyen:

Sentirse abrumada; Sentirse sola, aislada o abandonada por los demás; Dormir mucho o muy

poco; Aumentar o bajar mucho de peso; Sentirse cansada la mayor parte del tiempo; Perder el

interés en actividades que solías disfrutar; Irritarse o enojarse con facilidad; Sentirse

preocupada o triste con frecuencia; Tener dolores de cabeza o de cuerpo con frecuencia.

Con lo expuesto en el epígrafe anterior se señala que los cuidadores de personas con

discapacidad de la Fundación Huerto De Los Olivos manifestaban este tipo de síntomas que

menciona el autor, como lo son el dormir poco, sentirse agotado, dolores de cabeza e

irritación en la mayoría de las ocasiones.  De igual manera, comentaban que muchas veces se

sentían aislados de los demás ya que el estar al cuidado de una persona con discapacidad se

debe estar a tiempo completo, la misma que limita el desarrollo de sus actividades personales. 

2.3. Discapacidad en ecuador

La organización mundial de la salud (OMS, 2019) señala que la discapacidad es un

término genérico que incluye déficits, limitaciones en la actividad y restricciones en la

participación. Asimismo, señala los aspectos negativos de la interacción entre un individuo con

una condición de salud óptima y sus factores contextuales. 

Es necesario señalar que la discapacidad va más allá de las personas con limitaciones,

no solo se trata de un grupo heterogéneo desde el punto de vista socioeconómico, también se

trata de un grupo el cual está atravesando por expresiones particulares de marginación y

exclusión, que influyen en las estrategias que cada persona enfrentan referente a la

discapacidad.

De acuerdo con (Padilla, 2015) es importante tener en cuenta la heterogeneidad de la

discapacidad. Como la física frente a la sensorial y frente a la cognitiva, y que en algunos casos
pueden llevar a respuestas diferentes ante la sociedad y de ésta hacia ellos, en diversas

oportunidades para trabajar, ser autosuficiente y en poseer diferentes tipos de identidad.

Determinando de esta manera que, el concepto de discapacidad ha evolucionado a través de

la historia. Así mismo es diferente su evolución de acuerdo con el tipo de discapacidad y

posiblemente de acuerdo con la posición y aceptación de la sociedad respecto a cada una de

ellas.

Por otro lado, para efectos de la presente sistematización de experiencias, es

necesario detallar los artículos que favorecen y declaran los derechos y obligaciones de las

personas en situación de discapacidad en el Ecuador. Según Conadis (2017) detalla que el

Artículo 1 de la ley orgánica de discapacidades menciona que se entenderá por persona con

discapacidad a las personas que mantenga de una o más deficiencias físicas, mentales,

intelectuales o sensoriales, los cuales se ven restringidas de forma permanente su capacidad

biológica, psicológica y física para el desarrollo de las actividades cotidianas del sujeto de la

vida diaria.

En cuanto al Artículo 21, destaca que los beneficios que las personas con discapacidad

pueden acceder, son los que se nombran en la Ley Orgánica de Discapacidades, mismo que se

relacionan a la exoneración del Impuesto a la Renta y devolución del Impuesto al Valor

Agregado. Por último, el Artículo 28 señala acerca de la importación de bienes, lo cual actúa

como beneficio concomitante la importación de bienes materiales para el uso exclusivo de las

personas con discapacidad o las entidades encargadas de su atención.

Es importante señalar que las personas en situación de discapacidad y sus cuidadores,

quienes son miembros de la misma familia, no conocen de los beneficios que brinda la Ley

Orgánica de Discapacidades. Esta aseveración se origina a partir las intervenciones realizadas

vía herramientas virtuales, en las cuales se pudo escuchar en repetidas ocasiones sentirse

desprotegidos y que no existen leyes que los ayuden, para lo cual se les hizo el señalamiento
de que el Conadis se encuentra a carga de la protección de las personas en situación de

discapacidad, en relación con este señalamiento, se debe indicar que no se realizó una

profundización acerca del tema, dado que no formaba parte de los objetivos de la práctica y no

se contaba con el tiempo necesario para socializar contenido acerca del tema. 

2.3.1 Cuidador de una PCD y sus características

Es importante señalar que el objetivo principal de las personas cuidadoras, es lograr

que la persona en condición de discapacidad logre cierta normalidad en cuanto a su

adaptación a su medio en los ámbitos de la participación, educación, trabajo y por ende el

entorno social. Así mismo, se plantean conseguir que la persona con discapacidad, pueda

aprovechar al máximo las oportunidades que le proporciona el medio, en cuanto a los niveles

de participación, culturales, deportivos, educativos, recreativos, de interacción y relaciones.

Es por esto que, los cuidadores resuelven con mayor facilidad el hecho de promover la

inclusión social de la persona en condición de discapacidad, ya que conocen sus limitaciones,

demandas, necesidades, oportunidades y deseos. Es por esto que el cuidador debe ser capaz

de brindar los medios, dotar de recursos y quitar las barreras para que las personas en

situación de discapacidad puedan desarrollar sus potencialidades y llevar una vida, la cual a

partir de las regulaciones y beneficios normadas en la ley.

Por otro lado, el ser cuidador implica comprender que la discapacidad tiene

repercusión directa sobre su persona, pues según (Molloy & Cadwell, 2018) a menudo, los

cuidadores se sienten enfadados, frustrados, deprimidos y por encima de todo atrapados,

tienen la sensación de ser inútiles, como si no estuvieran haciendo suficiente, como si no

prestasen la atención y el cariño necesarios. A lo que es necesario declarar que estos


sentimientos hacen parte del proceso cotidiano vivenciado con la persona en condición de

discapacidad, lo cual transforma su estilo de vida de diversas maneras

De acuerdo a esto, es frecuente que estos cuidadores experimenten cambios en las

relaciones familiares, el trabajo y su situación económica, su tiempo libre, su salud o su estado

de ánimo. El carácter de estas transformaciones también puede ser positivo, aunque se tienda

a considerar sus consecuencias como exclusivamente negativas.

Según (Molloy & Cadwell, 2018) menciona que existen múltiples estudios que han

arrojado un perfil del cuidador, también se han realizado mediciones de la carga y de otras

alteraciones que con frecuencia sufren estos cuidadores. Los resultados de la mayoría de ellos

coinciden en los diferentes países y regiones. Así, por ejemplo, se ha visto que por lo general

son cuidadoras las hijas que se encuentran en la edad mediana de la vida, que tienen a su vez

múltiples obligaciones sociales, laborales y familiares que le provocan alteraciones de

diferentes tipos. Los cuidadores informales presentan altos niveles de depresión y ansiedad y

en un elevado porcentaje de casos morbilidad psiquiátrica apreciable, aunque a niveles

subclínicos.

En cuanto a los conceptos recopilados previamente, resulta interesante mencionar

que durante el proceso de prácticas pre profesionales se logró evidenciar que los cuidadores

informales promueven la integración de las personas con discapacidad a las diversas

actividades que realiza la Fundación Huerto de los Olivos como actividades de socialización

entre sus usuarios.

Por otro lado, es importante mencionar que el hecho de buscar que su familiar en

situación de discapacidad socialice con otras personas, provoca en ellos una carga de trabajo

adicional a la del cuidado que brindan, esto sumado a las actividades que el cuidador debe

realizar dentro del hogar, produciendo en ellos la sensación de no cumplir satisfactoriamente


con las otras esferas en las que se desenvuelve como la familiar y la social, teniendo como

resultado sentimientos de frustración y de constantes enojos.

2.3.2 Cuidadores de personas con discapacidad en Ecuador

La calidad de vida del cuidador informal, familiar de personas con discapacidad es un

tema de poco estudio en Ecuador ya que el foco de atención es la persona en situación de

discapacidad. Uno de los fenómenos más conocidos con respecto al cuidador familiar en

Ecuador es que la mayoría de quienes ejercen este rol son mujeres. Son ellas quienes asumen

las tareas de cuidado diario, alimentación, higiene, movilización, acompañamiento y todas las

rutinas que esto conlleva, comúnmente tienen que equilibrar la atención de la persona a su

cargo y las responsabilidades familiares. García (2017) menciona al respecto que la sociedad ha

atribuido esta tarea a la mujer como parte de su rol de género; de igual manera Verdugo

(2017) indica que este colectivo tiene escasa interacción social debido a que pasan,

prácticamente, la totalidad del tiempo dentro de casa, lo cual repercute de manera negativa

en su esfera emocional.

Es relevante indicar que a pesar del amor y entrega con el que realicen la asistencia a

las personas con discapacidad, los cuidadores primarios no están preparados para esta

situación, se encuentran un sin número de dudas, suelen experimentar miedo o ansiedad al

preguntarse si es correcto el trato que le están proporcionando a su familiar. Es por eso que en

algún momento deben invertir parte de su tiempo en formarse e informarse sobre el cómo

ejercer de manera adecuada su tarea. En algunos casos las demandas superan las posibilidades
del cuidador ya que debe asumir varios papeles: enfermera, empleada doméstica, madre,

esposa, hija, consejera e incluso de abogada cuando debe reclamar los derechos de su familiar.

La capacidad para resistir las exigencias derivadas del cuidado varía de una persona a

otra, ya que cada quien percibe de manera diferente las situaciones de la vida, algunos sujetos

parecen sobrellevar muy bien su papel, mientras que otros no, por lo general suelen presentar

diferentes emociones con respecto a esta experiencia. (Grijaldo, 2016) pudo identificar

sentimientos contradictorios de aceptación o rechazo ante el rol durante una misma

entrevista, además, comprobó que los cuidadores reconocen que realizan su labor como un

deber moral; esta percepción se confirma por los estudios realizados por Delicado (2015) en

los que afirman que estos sentimientos, por lo general, se presentan cuando el cuidador ha

tomado la iniciativa, sin embargo existe una gran mayoría que reconoce que realiza esta tarea

porque no tiene alternativa; ellos admiten que su calidad de vida está afectada de manera

negativa.

Estas aportaciones se vinculan directamente con la experiencia vivida durante la

práctica, la cual permite señalar que los cuidadores informales con los que se trabajó son

familiares de las personas en situación de discapacidad y la población total pertenece al

género femenino, por lo que se puede indicar que se cumple lo previamente indicado. Por otro

lado, es importante indicar una contradicción entre lo que se menciona en la teoría recopilada

y lo visibilizado en la práctica, la cual corresponde a que el algún momento el o la cuidadora

informal se debe capacitar o informarse para brindar una mejor asistencia, señalando de esta

manera que las cuidadoras realizan su asistencia de manera empírica, dado que no han

recibido ningún tipo formación que se vincule a la atención de personas con discapacidad.
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