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El Renacimiento

El ideal clásico tura y la pintura. Sus escritos constituyen el comienzo de


Es claro que durante algún tiempo en la segunda mitad del una historiografía de la música renacentista.
siglo XV, los compositores y los comentaristas musicales Para arquitectos como Andrea Palladio, quien tomó
creyeron ser testigos de una nueva era en la que los músi- como texto fundamental De architectura del ingeniero
cos escribían de acuerdo con la nueva estética y las ideas militar Vitruvio (fl c. 50-26 a.C.), el redescubrimiento de las
filosóficas tomadas de los autores clásicos antiguos. En este edificaciones de la antigüedad tenía un propósito predo-
sentido, los logros musicales del periodo y la forma en que minantemente práctico, como lo tuvo también para prac-
fueron vistos derivaron de un pensamiento que, en térmi- ticantes anteriores como Leon Battista Alberti (1404-1472).
nos de cultura general, se originó en el siglo XIV. Ya desde Se interesaron no sólo en el espíritu de la cultura clásica
1350, Boccaccio había afirmado que Giotto “era portador antigua como un vago objetivo estético, sino también en
de una nueva luz para el arte que durante muchos años los detalles tangibles de las construcciones antiguas y en la
había permanecido sepultado bajo errores”; medio siglo “justicia de la Razón y el refinamiento de las Proporcio-
después, el historiador florentino Francesco Villani escri- nes” (en palabras de Palladio) como fuente de inspiración
bió que Dante había “rescatado a la poesía de un abismo para sus propios diseños. De tal manera, el estudio de las
de tinieblas para llevarla a un mundo de luz”. edificaciones existentes y de la teoría clásica proporciona-
Metáforas de este tipo, en donde se atribuye a un in- ba las bases para una nueva teoría arquitectónica cons-
dividuo extraordinario la responsabilidad histórica del cientemente opuesta a las prácticas góticas.
“renacimiento” de un arte particular al cabo de un periodo
de descuido durante la Edad Media, fueron comunes en Humanismo y música
los escritos y la correspondencia sobre arte y, finalmente, En la música, un vínculo similar entre los modelos clá-
se aplicaron también a la música. Uno de los primeros co- sicos y las prácticas modernas era imposible. Puesto que
mentaristas que mostró interés en este tipo de ideas fue el conocimiento de la música griega antigua se limitaba
Johannes Tinctoris (c. 1434-?1511), teórico y compositor a unos pocos fragmentos indescifrables, conocidos única-
franco-flamenco que trabajó en la corte del rey Fernando I mente por un pequeño círculo de estudiosos, la relación
de Nápoles a comienzos de la década de 1470; en ese con- entre la música renacentista y sus modelos clásicos era
texto escribió la mayoría de sus tratados, como Proportio- muy distinta de las otras artes, en las que era posible recu-
nale (c. 1472-1475), en cuyo prefacio afirma que la noción rrir directamente a referencias reales como punto de parti-
platónica de la música es la más importante de todas las da para un estilo nuevo. No existía una relación pragmá-
ciencias y que el conocimiento musical es un elemento tica sino estética que tenía que ver más con los efectos de
esencial de la educación. Más interesante todavía que el la música antigua según las referencias de la literatura clá-
despliegue de su pensamiento humanista fue su enalteci- sica, sobre todo de los mitos de Apolo y Orfeo. Populari-
miento de los compositores franceses y franco-flamencos zadas por Angelo Poliziano y las traducciones vernáculas
de su tiempo a un nivel de realización personal sin pre- de Ovidio, de las que hubo un número considerable de
cedentes, y su identificación de la escuela inglesa, en par- publicaciones a lo largo del siglo XVI, estas fábulas fueron
ticular Dunstaple, como punto de partida para un nuevo igualmente conocidas por un amplio público educado a
estilo. En efecto, Tinctoris delineó la primera fase de la mú- través de grabados contemporáneos famosos que retra-
sica del Renacimiento, como Boccaccio hiciera con la litera- taban episodios centrales de las leyendas de estos dioses
Renacimiento, El 1268

musicales, como el Parnassus de Rafael en el Vaticano. En otros compositores. Aunque Bartoli hizo referencia en sus
otras palabras, no era el sonido real de la música lo que se disertaciones a algunos compositores italianos, predomi-
atrapaba sino la fuerza, la autoridad y la capacidad de la naron en ellas los compositores del norte, considerados los
música para estimular el corazón y la mente humanos, responsables del surgimiento del nuevo estilo.
que escapaba frustrantemente a todos los recursos de las La postura antimedieval implícita en el texto de Bartoli
investigaciones humanistas. se vuelve explícita en Le istitutioni harmoniche de Zarlino
A pesar de algunos enfoques humanistas oscuros y (1558), el tratado más importante de todos los publicados
anticuados respecto a la música del pasado clásico, el im- durante la segunda mitad del siglo XVI. Para Zarlino, la
pacto del humanismo en sí no debería subestimarse pues, música de la antigüedad clásica representaba la “cúspide
en gran medida, a éste se debe que la música no se pensara de la perfección”. El héroe de las especulaciones de Zarli-
como una rama de las matemáticas, como se había consi- no fue su propio maestro, Willaert (véase más abajo), otro
derado durante la Edad Media, sino como un arte íntima- compositor norteño visto como el “nuevo Pitágoras” que
mente relacionado con el ideal clásico de la elocuencia había llevado a la música a su estado evolutivo del mo-
retórica. De tal manera la relación entre las palabras y la mento. Siguiendo una tradición largamente arraigada,
música se convirtió en una noción central de los composi- Josquin, Willaert y otros compositores del norte cruzaron
tores renacentistas, y el humanismo musical en un medio los Alpes para hallar trabajo y establecer su reputación,
importante del cambio estilístico. Esto significó también atraídos por la riqueza de las cortes italianas y las oportu-
que gran parte de la teoría humanista estaba a su vez rela- nidades que proporcionaba la Iglesia en general y Roma
cionada con los cambios de estilo y forma experimentados en particular, el centro de la cristiandad. Esto nuevamente
por los principales repertorios musicales del periodo, mol- separa a la música del Renacimiento de las otras artes del
deados por fuerzas religiosas, económicas y sociales. La in- periodo, en las que los desarrollos iniciales que marcan
sistencia en la inteligibilidad del texto tanto en el pensa- el momento del “renacimiento” se llevan a cabo princi-
miento católico como protestante, la viva imaginería usada palmente en tierra italiana (generalmente en Florencia) a
por madrigalistas como Wert y Marenzio, los intentos de manos de artistas locales. En contraste, la música rena-
la Pléiade en Francia para unificar la música y la poesía, las centista temprana es desarrollada en Italia por composito-
actividades de la *Camerata de Bardi en Florencia, fueron res educados en el norte, muchos de ellos en el área geo-
todos producto parcial de una serie de creencias compar- gráfica comparativamente pequeña de Cambrai.
tidas con influencia de la teoría humanística respecto a la Con la excepción de Johannes de Quadris fueron pocos
igualdad de la música y el verso. En una etapa posterior, los músicos italianos que llevaron a cabo actividades no-
caracterizada por la seconda pratica de Monteverdi, la mú- tables entre aproximadamente 1420 y 1490. Incluso des-
sica estuvo sometida a la poesía, una perversión de la unión pués, los italianos que lograron destacar (notablemente
que se creía que había existido en la antigüedad clásica. frotolistas como Marchetto Cara y Bartolomeo Trombon-
cino) tuvieron una importancia menor en comparación
La influencia del norte con los compositores, cantantes e instrumentistas del norte
Además de las comparaciones constantes entre los efec- que continuaron llegando a Italia en número considera-
tos de la música moderna y los de la antigüedad clásica, los ble. Para mediados del siglo XVI esta situación había co-
teóricos de Tinctoris en adelante enfatizaron también que menzado a cambiar y hacia el inicio del XVII se había re-
la música del Renacimiento temprano era escrita por com- vertido por completo. Willaert, como maestro di cappella
positores del norte. De acuerdo con el escritor florentino de San Marcos en Venecia por más de 30 años, había sido
Cosimo Bartoli (1503-1572), correspondió a Ockeghem el responsable no sólo de proveer un repertorio polifónico
mérito de “redescubrir” la música y rescatarla de la “época sustancial para uso litúrgico sino también de la prepara-
oscurantista” anterior; su papel podría compararse con ción de un número considerable de talentosos discípulos
el de Donatello, quien fuera responsable del “renacimiento” italianos, como Cipriano de Rore, encargados de continuar
de la escultura. Asimismo, Bartoli se inclinaba a pensar en su trabajo; asimismo, fue una de las figuras más importan-
Josquin y Miguel Ángel como “prodigios de la naturaleza” tes de esta transición que, no obstante, se relaciona más
que llevaron este arte redescubierto a la cúspide de su directamente con factores sociales y culturales que con
grandeza; igualmente ponderaba la música de Verdelot y las actividades de los artistas.
1269 Renacimiento, El

La supremacía italiana Il libro del cortegiano (El libro del cortesano) de Baldassare
Mientras Willaert figuraba a la cabeza de una tradición Castiglione, el nuevo imperativo fue la fuerza impulsora
específicamente veneciana, que incluye tanto a Andrea y detrás de géneros esencialmente domésticos como la chan-
Giovanni Gabrieli como a Monteverdi, el predominio de los son y el madrigal, y de los repertorios de música para te-
compositores italianos en el resto de Italia era igualmente clado y laúd tan populares entre la burguesía europea
marcado: Palestrina y Marenzio en Roma, los primeros durante la segunda mitad del siglo XVI.
compositores de ópera, Peri y Caccini, en Florencia; Mon- De la mano de estos caminos sociales la contribución
teverdi (antes de abandonar Mantua) y, brevemente, Ge- de la imprenta musical en el crecimiento de la cultura y la
sualdo en las cortes del norte de Italia. Este predominio educación musical fue un factor fundamental, pues faci-
de músicos italianos en suelo italiano durante esta fase litó el acceso a la música y aumentó su diseminación inter-
posterior del Renacimiento era apreciable en todos los nacional. Igual que en toda revolución, el ritmo de avance a
medios: en iglesias pequeñas, catedrales, academias (algu- partir de la “invención” de la imprenta musical en 1501 por
nas especializadas en interpretación musical) y en las casas Ottaviano Petrucci fue más lento de lo que suele suponer-
de los patronos aristocráticos, como también en las insti- se; incluso en Italia, la diseminación de los manuscritos
tuciones eclesiásticas mayores y las cortes. siguió siendo una práctica común hasta la quinta década
Músicos y compositores italianos, incluso menores, via- del siglo. Para 1600 el cuadro había cambiado. Dentro de un
jaron también al extranjero en busca de trabajo: Alessan- área delimitada por París y Lyon al occidente, Nuremberg
dro Orologio, quien sirvió en la corte de Christian IV en y Frankfurt al oriente, Amberes al norte y Roma al sur, con
Dinamarca, y Alfonso Ferrabosco, quien ejerció influencia Venecia literal y geográficamente al centro, la imprenta
considerable en la música de Byrd, son sólo dos ejemplos dominó el mercado con libros de música de todo tipo.
entre muchos. A la vez, el aliciente italiano siguió ejercien- No obstante, a pesar de la tendencia a una mayor uni-
do fascinación en los compositores del norte; tanto Mora- formidad estilística que las notables mejoras en las comu-
les como Victoria pasaron periodos en Roma durante la nicaciones y la fuerza de la imprenta indudablemente im-
vida de Palestrina y Schütz hizo visitas a Venecia para es- pulsaron, algunas tradiciones locales y nacionales (como
tudiar con Monterverdi, “il divino Claudio”, para enton- el repertorio inglés para consort de violas, que jamás alcan-
ces considerado por sus contemporáneos el compositor zó el medio impreso) continuaron siendo tan diferentes y
más refinado de su época. En este llamado a los composi- vibrantes como lo habían sido durante la época de la trans-
tores está implícita la idea de que un renacimiento de la misión musical manuscrita. De igual manera, el incremen-
música no tiene que ver con un estilo común sino más to en la disponibilidad y en el intercambio de repertorios
bien con ideales compartidos. que caracterizó las etapas finales del Renacimiento siguió
en aumento aunque, como en el pasado, los procedimien-
Cambios paneuropeos tos de composición, circulación e interpretación de la mú-
El incremento notable de la actividad musical en toda sica estuvieron condicionados en todo nivel por factores
Europa, tan característico de este periodo, debe explicarse políticos y sociales cambiantes. En este aspecto, como en
mediante una combinación de desarrollos sociales, cultu- muchos otros, la idea de un renacimiento musical sigue
rales y tecnológicos. La expansión de las clases comercian- siendo un concepto difícil de definir. IF
tes era ya un aspecto de la vida del siglo XV y, para el siglo  I. FENLON (ed.), The Renaissance: From the 1470s to the
XVI, se había convertido en todo un fenómeno. Los inte- End of the 16th Century, Man and Music/Music and Society
reses culturales de este grupo, interesado por igual en la (Londres, 1989). T. KNIGHTON y D. FALLOWS (eds.), Com-
consolidación de su estatus social como en sustentar su panion to Medieval and Renaissance Music (Londres, 1992).
poder político y su nuevo poder económico, se vieron re- R. STROHM, The Rise of European Music, 1380-1500 (Cam-
flejados en un currículum educativo que ponía un nuevo bridge, 1993). A. W. ATLAS, Renaissance Music (Nueva York,
énfasis en la musicalidad práctica como un aspecto del 1998). L. L. PERKINS, Muic in the Age of the Renaissance
comportamiento. Respaldados por libros cortesanos como (Nueva York, 1999).

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