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Lección 6

Los primeros diáconos

Texto bíblico: Hechos 6: 1-7

Objetivo:Que los alumnos sepan la razón por la cual se establecieron diáconos en la Iglesia y
conozcan las tareas y responsabilidades que ellos tienen. Que identifiquen a los diáconos de la
Iglesia y respeten sus vidas y su servicio.

Introducción:Se llevarán a la clase varios elementos de distintos tamaños y formas. El maestro los
colocará en uno de los rincones del salón y la consigna será que uno de los alumnos los lleve todos
juntos a otro lugar. Al no poder por la cantidad y el tamaño llevarlos solo, pedirá la ayuda de los
otros alumnos y así entre todos realizarán la consigna.
De la misma manera que los chicos pudieron realizar mejor la tarea entre todos, la Biblia nos
relata la historia de los discípulos, quienes también tuvieron que pedir ayuda a otros hermanos
para poder realizar todas las tareas que se presentaban en la iglesia primitiva.

Contenido de la lección: A medida que la iglesia primitiva crecía en tamaño, sus necesidades
aumentaban. Una de ellas era la de organizar la distribución de los alimentos a los necesitados.
Cada vez había más y más seguidores de Jesús y comenzaron a surgir problemas entre los judíos
que hablaban griego y los que hablaban arameo. Los que hablaban griego decían que las viudas de
su grupo no recibían suficiente ayuda para sus necesidades de cada día.
Los judíos hebreos hablaban arameo, un idioma semita. Los cristianos de habla griega tal vez eran
judíos de otras tierras que se convirtieron en Pentecostés. Los cristianos de habla griega
murmuraban sobre el trato injusto hacia sus viudas.
Frente a esta situación, los apóstoles realizaron una reunión para tratar de solucionar este
conflicto. Ellos sabían que su deber principal era predicar la Palabra y no ocuparse de repartir la
ayuda material como el dinero y la comida. Entonces decidieron elegir a siete hombres para que se
hicieran cargo de este trabajo. De esta manera, los apóstoles podrían dedicarse a servir a Dios por
medio de la oración y la predicación.
Estos hombres fueron llamados “diáconos”.
Diácono es una palabra griega que significa “siervo, ministro”.
La elección no fue hecha al azar ni se eligieron de manera rápida o casual. Para ser diácono, había
que ser un seguidor de Cristocon estas características:
*Tener buen testimonio.
*Estar lleno del Espíritu Santo.
*Tener sabiduría.
Los siete primeros diáconos de la iglesia fueron: Esteban, un hombre que confiaba mucho en Dios
y que tenía el poder del Espíritu Santo; Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Perneas y Nicolás.
Cuando fueron elegidos, los llevaron ante los apóstoles quienes oraron y les impusieron las manos.
Los apóstoles se dedicaron de lleno a predicar el mensaje de Dios. Por eso, más y más personas se
convirtieron en seguidores de Jesús.
Imponer las manos sobre alguien, en la práctica judía antigua, simbolizaba apartar a una persona
para que cumpliera un servicio especial. Servicio que iban a realizar estos hombres llenos de Dios.
“Diácono, el que asiste, sirve, auxilia o ayuda”. ¡Qué hermoso ministerio!
Las funciones que los diáconos tenían en la iglesia primitiva eran : juntar las limosnas de la iglesia y
distribuirlas; visitar a los pobres y a los enfermos, a las viudas, a los huérfanos y a los que sufrían
bajo la persecución y administrarles todos los auxilios y consuelos necesarios y oportunos.
Las cualidades que deben tener los diáconos están especificados en 1 Timoteo 3: 8-12. Los
diáconos deben ser”honestos, no deben mentir ni beber mucho vino, no ser codiciosos o sea no
preocuparse demasiado por ganar mucho dinero siendo deshonestos, que guarden el misterio
de la fe con la conciencia tranquila, irreprensibles”.
Los trabajos que requieren responsabilidad y trato con personas, necesitan líderes con estas
cualidades. Hoy en día los diáconos en la iglesia también cumplen funciones muy importantes,
como servir a los hermanos y ayudar a los pastores para que ellos no tengan que descuidar el
ministerio de la Palabra. Las tareas de la iglesia deben compartirse entre todos los miembros.
Oremos por los diáconos de la iglesia y valoremos su ministerio.

Desarrollo de la lección:
Nivel 1: ¿Se acuerdan de que el domingo hablamos que los amigos de Jesús contaban a todos lo
que Él les había enseñado? Debido a esto, en la iglesia se congregaron muchísimas personas. Entre
ellos había pobres a quienes ayudar, enfermos por quien orar, y miles de personas a las que había
que seguir predicando.Era muchísimo trabajo y pocos los que lo hacían. Entonces pensaron que
para hacer mejor las cosas iban a necesitar unos ayudantes. ¿Saben cómo se iban a llamar esos
ayudantes? Diáconos. ¡Qué palabra rara! En otro idioma esa palabra quiere decir ayudante. Los
hermanos oraron para que Dios les dijeraa quiénes debían nombrarpara esta tarea, porque tenían
que ser trabajadores y amar mucho al Señor Jesús.
Eligieron a siete hombres que iban a ser de allí en adelante, los diáconos. Eran buenos, tenían
hermosas familias, les gustaba ayudar a los enfermos y a los que necesitaban.
De esta forma, con estos ayudantes, se podía predicar a más personas. La iglesia seguía creciendo
y a nadie le faltaba nada.
Pero ¿saben algo? En nuestra Iglesia también hay diáconos. Son hermanos que están atentos a
ayudar a los que necesitan y también a los pastores.
Hoy vamos a orar por los diáconos de la iglesia y a pedirle al Señor que nunca se cansen de
trabajar para ayudar a los que necesitan.

Nivel 2: A medida que la iglesia primitiva crecía en tamaño, sus necesidades aumentaban. Una de
estas necesidades era la de organizar la distribución de los alimentos a los necesitados. Cada vez
había más y más seguidores de Jesús y comenzó a haber problemas entre los seguidores judíos
que hablaban griego y los que hablaban arameo. Los que hablaban griego decían que las viudas de
su grupo no recibían suficiente ayuda para sus necesidades de cada día.
Entonces los apóstoles realizaron una reunión para tratar de solucionar este conflicto. Ellos sabían
que su deber principal era predicar la Palabra y no ocuparse de repartir la ayuda material como el
dinero y la comida. Decidieron elegir a siete hombres para que se hicieran cargo de este trabajo.
De esta manera, los apóstoles podrían dedicarse a servir a Dios por medio de la oración y la
predicación.
Estos ayudantes fueron llamados “diáconos”.
Diácono es una palabra griega que significa “siervo, ministro”.
La elección no fue hecha al azar; no se eligieron a estos diáconos de manera rápida o casual. Para
ser diácono, cada uno debía tener ciertas características:
*Buen testimonio.
*Estar llenos del Espíritu Santo.
*Tener sabiduría.
Eligieron a Esteban, un hombre que confiaba mucho en Dios y que tenía el poder del Espíritu
Santo. También a otros seis: Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Perneas y a Nicolás.
Cuando fueron elegidos, los llevaron ante los apóstoles quienes oraron y les impusieron las manos.
Los apóstoles siguieron anunciando el mensaje de Dios. Por eso, más y más personas se
convirtieron en seguidores de Jesús.
Imponer las manos sobre alguien, en la práctica judía antigua, simbolizaba apartar a una persona
para que cumpliera un servicio especial. Servicio que iban a realizar estos hombres llenos de Dios.
“Diácono, el que asiste, sirve, auxilia o ayuda”. ¡Qué hermoso ministerio!
Las funciones que los diáconos tenían en la iglesia primitiva eran repartir las ofrendas entre los
que más necesitaban; visitar a los pobres y a los enfermos, a las viudas, a los huérfanos y a los que
sufrían.
Pero no cualquier persona podía ser diácono; hay algunas condiciones que tiene que tener una
persona para poder serlo y las encontramos en 1 Timoteo 3: 8-12. Los diáconos deben ser
honestos, no deben mentir ni beber mucho vino, no ser codiciosos o sea no preocuparse por
ganar mucho dinero siendo deshonestos, que guarden el misterio de la fe con la conciencia
tranquila, irreprensibles”.
Los trabajos que requieren responsabilidad y trato con personas necesitan líderes con estas
cualidades. En la iglesia hoy día, también hay diáconos que deben cumplir esta tarea tan
importante: servir a los hermanos y ayudar a los pastores pues el ministerio de la Palabra no debe
descuidarse; las tareas de la iglesia deben compartirse entre todos los miembros.
Oremos por los diáconos de la iglesia y valoremos su ministerio.

Actividades:
La actividad para todas las clases será la de confeccionar una tarjeta de reconocimiento y
agradecimiento para entregar a algún diácono de la iglesia. Será conveniente que se mencione
quienes son los diáconos de la congregación; si no los conocen que se los presenten y de esta
forma los niños elegirán uno a quien regalarle la tarjeta, recordándoles el compromiso de orar por
ellos.(Puede utilizarse el modelo o realizar las tarjetas en cartulinas, papeles de colores, etc)

Lección 6
Los primeros diáconos
Lección 7
Arresto de Esteban

Texto bíblico: Hechos 6: 8-15 y 7

Objetivo: Que los niños valoren la entrega de Esteban a costa de perder la vida y sean enfrentados
a esa fe y obediencia.

Introducción: Se propone armar un muñeco que puede ser con cajas o sobre la pared.. La consigna
es que lo hagan en conjunto y que sea algo que les agrade y en lo que pongan dedicación. Una vez
terminado los halagamos por el resultado y sin aviso previo el maestro lo romperá para comenzar
la historia (se procurará que los niños interpreten que la rotura se debió a un pequeño descuido y
no fue hecho intencionalmente). Ante la desilusión de los niños por haberse roto, el maestro dirá
que así como nos da tristeza que se malogre algo que hicimos(a pesar de que es de papel y no
tiene vida) más triste fue lo que pasó con Esteban que era un diácono que amaba mucho a Jesús y
lo mataron por predicar.

Contenido de la lección: Esteban fue uno de los siete designados por la iglesia de Jerusalén para
ayudar a los apóstoles, prestando su servicio a los pobres. Esteban fue un diácono que se
distinguía entre los demás por estar “ lleno de fe y del Espíritu Santo”.
Con gracia y poder, hacía grandes prodigios y señales en el pueblo. Entonces se levantaron contra
él unos de las sinagoga de los libertos (eran un grupo de judíos esclavos liberados por Roma y
tenían su propia sinagoga en Jerusalén). Trataron de acusarlo, pero no podían resistir la sabiduría y
al Espíritu con que hablaba. Entonces sobornaron a la gente para que mintieran diciendo que lo
habían escuchado hablar blasfemias contra Moisés y contra Dios. Como no tenían nada para decir
en contra de él, tuvieron que buscar testigos falsos. Esteban, entonces, fue llevado ante el concilio.
Allí, otros testigos aseguraban que no cesaba de hablar blasfemias, que enseñaba contra la ley y
contra Moisés.
Esteban fue un buen administrador, obrero milagroso (Hechos 6:8) y evangelista (Hechos 6:10).
Hombres mentirosos causaron su arresto. Pero todos los que estaban sentados en el concilio, al
fijar los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel.
El sumo sacerdote, lo miró y le preguntó si esas acusaciones eran ciertas.
Esteban no aprovechó esta oportunidad para defenderse, sino que comenzó a predicar
resumiendo las enseñanzas de Jesús. Esta fue su defensa: dio inicio a una extensa exposición
acerca de la relación de Israel con Dios. Les recordó que Dios había elegido a los patriarcas.
Después, les recordó cómo en la época de Moisés y posteriormente, los israelitas se opusieron sin
cesar a los designios de Dios (Hechos7:23-43) y que no supieron darse cuenta que el Tabernáculo y
el Templo eran algo temporal (Hechos 7:44-50). Les mostró que los judíos una vez tras otra
rechazaron el mensaje de Dios y sus profetas y que ese concilio, que ahora lo acusaba, había
negado al Mesías, el Hijo de Dios. Les presentó tres puntos principales en su discurso:
-La historia de Israel es la historia de los hechos de Dios en el mundo.
-Los hombres adoraron a Dios antes de que hubiera un Templo, pues Él no habita en casas hechas
por hombres.
-La muerte de Jesús fue un ejemplo más de la rebelión de Israel y el rechazo a Dios.
En su predicación, Esteban demuestra que el cristianismo es el cumplimiento de las profecías y
que la historia de Israel desemboca en Jesús, el nuevo pacto.
El repaso de Esteban acerca de la historia de los judíos nos muestra claramente la fidelidad de Dios
a pesar de las continuas fallas de su pueblo. Cuando Él tiene un plan, siempre permanece fiel.
Antes de finalizar su discurso los acusó de resistir al Espíritu Santo como lo habían hecho sus
padres y de no haber interpretado la ley (Hechos 7: 51-53). Cuando oyeron esto, se enfurecieron
contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, mirando al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús que
estaba a su diestra y dijo: _“Veo los cielos abiertos y al hijo del Hombre que está a la diestra de
Dios”. Los dirigentes judíos se enfurecieron, no toleraron las palabras de Esteban por eso lo
sacaron de la ciudad y lo apedrearon. La pena por blasfemia (hablar con irreverencia de Dios) era
morir apedreado. (Levítico 24:14). Sin embargo la ley romana prohibía la ejecución de una persona
sin antes haber sido vista la causa por la autoridad romana. Los furiosos líderes religiosos, sin juicio
ni veredicto, apedrearon a Esteban. Los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se
llamaba Saulo. Mientras lo apedreaban, Esteban invocaba el nombre de Dios y pedía el perdón
para sus asesinos. Luego murió.
Pudo perdonar porque estaba lleno del Espíritu Santo; él es quien nos ayuda a perdonar y a amar a
nuestros enemigos.
Esteban amaba a Jesús, murió predicando su palabra, perdonando y amando como su divino
Maestro. Fue el primero de los testigos, mártires en griego, de Jesús a quien se daba muerte.
Nota: en la historia de la Iglesia, mártir, significa “un testigo que, derramando su sangre, daba
testimonio de la verdad”.
Tal vez la gente no nos mate por hablarles de Cristo, pero nos van a dar a entender que no quieren
oír la Palabra y hasta tratarán de callarnos. Sigamos honrando a Dios predicando su Palabra;
muchos de los que se opongan ahora, más tarde podrán volverse a Cristo: Saulo consintió la
muerte de Esteban, dio su aprobación y luego se convirtió en el misionero más grande del mundo.
¡Predicá la Palabra de Dios, el Espíritu Santo te llenará de poder y autoridad!

Desarrollo de la lección:
Nivel 1: Hoy vamos a escuchar la historia de un hombre muy, pero muy bueno. Y ¿saben por qué
era bueno? Porque quería mucho a Jesús.
Este hombre se llamaba Esteban y la historia está en la Biblia como todas las historias que
escuchamos los domingos.
Esteban trabajaba mucho en la Iglesia, ayudaba a los pobres, a los que necesitaban, oraba por las
personas enfermas y les contaba a todos que Jesús era muy bueno. También les enseñaba las
cosas que Él le había enseñado.
Pero había unas personas que no eran buenas y no querían que se hablara de Jesús; entonces, al
escuchar que Esteban hablaba de Él, se enojaron mucho y lo llevaron para que lo mataran.
En ese tiempo algunos hombres muy importantes decidían si había que matar a alguien y lo
hacían sin pedirle permiso a nadie.
Llevaron a Esteban a un lugar para matarlo, pero antes que lo hicieran ¿saben qué hizo Esteban?
Les empezó a hablar de Jesús, les dijo que Él los quería mucho y que tenían que dejar que entrara
en sus corazones. Entonces, estos hombres se enojaron más todavía, agarraron piedras y
empezaron a tirárselas para matarlo. Mientras le tiraban las piedras Esteban oró y le pidió a Jesús
que los perdone.
Es hermosa la historia de Esteban, nosotros tenemos que ser como él y hablar de Jesús a todas las
personas, a los abuelos, los tíos, los compañeros. Debemos ser como Esteban; aunque alguien
nos haga algo feo lo tenemos que perdonar.

Nivel 2:Hoy vamos a escuchar la historia de Esteban.


Esteban fue un diácono que se distinguía entre los demás “como lleno de fe y del Espíritu Santo”.
Con gracia y poder, hacía grandes prodigios y señales en el pueblo. Entonces se levantaron contra
él unos de las sinagoga de los libertos (eran un grupo de judíos esclavos liberados por Roma y
tenían su propia sinagoga en Jerusalén). Trataron de acusarlo, pero no podían resistir la sabiduría y
al Espíritu con que hablaba. Entonces sobornaron a la gente para que mintieran diciendo que lo
habían escuchado hablar blasfemias contra Moisés y contra Dios. Como no tenían nada para decir
en contra de él, tuvieron que buscar testigos falsos. Esteban, entonces, fue llevado ante el concilio.
Allí, otros testigos aseguraban que no cesaba de hablar blasfemias, que enseñaba contra la ley y
contra Moisés.
Esteban fue un buen administrador, obrero milagroso (Hechos 6:8) y evangelista (Hechos 6:10).
Hombres mentirosos causaron su arresto. Pero todos los que estaban sentados en el concilio, al
fijar los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel.
El sumo sacerdote, lo miró y le preguntó si esas acusaciones eran ciertas.
Esteban no aprovechó esta oportunidad para defenderse, sino que comenzó a predicar
resumiendo las enseñanzas de Jesús. Esta fue su defensa: dio inicio a una extensa exposición
acerca de la relación de Israel con Dios. Les recordó que Él había elegido a los patriarcas. Les
mostró que los judíos, una vez tras otra rechazaron el mensaje de Dios y sus profetas y que ese
concilio, que ahora lo acusaba, había negado al Mesías.
Les expuso que la historia de Israel desemboca en Jesús, el nuevo pacto.
El repaso de Esteban acerca de la historia de los judíos nos muestra claramente la fidelidad de Dios
a pesar de las continuas fallas de su pueblo. Dios tiene un plan y siempre permanece fiel.
Antes de finalizar su discurso los acusó de resistir al Espíritu Santo como lo habían hecho sus
padres y de no haber interpretado la ley (Hechos 7: 51-53). Cuando oyeron esto, se enfurecieron
contra él, pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, mirando al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús que
estaba a su diestra y dijo: _”Veo los cielos abiertos y al hijo del Hombre que está a la diestra de
Dios”. Los dirigentes judíos se enfurecieron, no toleraron las palabras de Esteban, por eso lo
sacaron de la ciudad y lo apedrearon. La pena por blasfemia (hablar con irreverencia de Dios) era
morir apedreado. (Levítico 24:14) La ley romana prohibía la ejecución de una persona sin antes
haber sido vista la causa por la autoridad romana. Los furiosos líderes religiosos, sin juicio ni
veredicto, apedrearon a Esteban. Los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se
llamaba Saulo. Mientras lo apedreaban, Esteban invocaba el nombre de Dios y pedía el perdón
para sus asesinos. Luego murió.
Pudo perdonar porque estaba lleno del Espíritu Santo; Él es quien nos ayuda a perdonar y a amar a
nuestros enemigos.
Esteban amaba a Jesús, murió predicando su palabra, perdonando y amando como su divino
Maestro. Fue el primero de los testigos(mártires en griego) de Jesús a quien se daba muerte.
Tal vez, a nosotros la gente no nos mate por hablarles de Cristo, pero nos van a dar a entender que
no quieren oír la Palabra y hasta tratarán de callarnos. Sigamos honrando a Dios, predicando su
Palabra. Muchos de los que se opongan ahora, más tarde pueden volverse a Cristo: Saulo consintió
la muerte de Esteban, dio su aprobación y ¿sabés qué? luego se convirtió en el misionero más
grande del mundo.
¡Predicá la Palabra de Dios, el Espíritu Santo te llenará de poder y autoridad!

Actividades:
Clases 1 y 2: En esta clase realizaremos un collage. Llevando una fotocopia con la figura de Esteban
le podrán pegar el pelo de lana o hilo, la ropa con papel glasé o tela, y también puede agregarse
otros elementos como arena, polenta, algodón para hacer nubes o algo que el maestro decida.

Clases 3 y 4: Escribe 10 cualidades que te imagines de Esteban: carácter, forma de ser, modo de
contestar, de tratar a la gente, etc. Opcional, se lo puede dibujar como lo imaginamos.
Lección 7
Arresto de Esteban
Clase 1 y 2: En esta clase realizaremos un collage de Esteban orando.
Lección 7
Arresto de Esteban
Clases 3 y 4: Escribe 10 cualidades que te imagines de Esteban: carácter, forma de ser, modo de
contestar, de tratar a la gente, etc.)
Lección 8
Simón el hechicero

Texto bíblico: Hechos 8: 4-25

Objetivo: Que los alumnos a través de esta lección aprendan que los dones del Señor son regalos
que Él da a sus hijos y no pueden comprarse.

Introducción: Los maestros llevarán a la clase monedas que podrán ser reales o algo que las
represente con distintos valores. Luego se presentarán tarjetas que tendrán los nombres de
distintos elementos que el maestro tendrá y que serán de su posesión. Cada vez que saque una
tarjeta podrá comprar lo que ella dice(un espejo, un libro,etc).Algunas tarjetas tendrán nombres
tales como: ojos, voz, etc.; al llegar a éstas se hablará de la imposibilidad de adquirirlas ya que son
cosas dadas por Dios y no está en nosotros poder comprarlas y venderlas. Así como jugamos
recién, hoy vamos a escuchar una historia en la que pasó algo parecido, hace muchos años, en un
lugar que queda muy lejos.Esta historia está escrita en la Biblia.

Contenido de la lección:A partir de la muerte de Esteban, mucha gente comenzó a maltratar a los
seguidores de Jesús que vivían en Jerusalén, forzando a los cristianos a dejar sus hogares y
trasladarse a Judea y Samaria, llevando el evangelio con ellos. De esta manera comenzó a
propagarse la palabra de Dios.
Felipe, un judío de habla griega que había sido elegido diácono, fue a la ciudad de Samaria y allí se
puso a hablar de Jesús. Estaba lleno de fe y del Espíritu Santo y la gente se reunía para escucharlo
atentamente y para ser testigos de los milagros que hacía.
Había un gran gozo en la ciudad de Samaria, pues muchos enfermos fueron sanados y las personas
que vivían oprimidas a causa de espíritus inmundos fueron liberadas por el poder de Dios, obrando
a través de Felipe.
Nota: a los demonios o espíritus malignos los controla Satanás, ellos pueden lograr que una
persona sea muda, sorda, ciega o enferma y tientan a la gente para que peque. Los demonios son
reales, pero Jesús los venció en la cruz, tiene autoridad sobre ellos y la delegó a sus seguidores.
Dios tiene el control total.
En la ciudad había un hombre llamado Simón que era mago y deslumbraba a la gente con sus
trucos de magia, haciéndose pasar por un hombre importante.
Recordemos que la magia es una de las obras de la carne (Gálatas 5:20),. Esta práctica designa a
los hechiceros que empleaban fórmulas mágicas, para que los malos espíritus les ayudaran o para
dejar de atormentar a sus víctimas.
Simón había engañado durante mucho tiempo a los samaritanos pues toda la gente creía que él
tenía el poder de Dios, pero llegó Felipe. Él les predicó el evangelio, les habló del verdadero poder
de Dios y de Jesús y muchos creyeron y fueron bautizados.
Simón también creyó y fue bautizado. Estaba tan asombrado de los milagros y sanidades que Dios
hacía a través de Felipe que decidió no apartarse de su lado, anhelando para él “ese poder”.
Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de
Dios, enviaron a Pedro y a Juan a apoyar la tarea de Felipe. Cuando llegaron, oraron por los nuevos
creyentes para que recibieran el Espíritu Santo poniendo sus manos sobre la cabeza de cada uno.
Al ver Simón el hechicero, que la gente recibía el Espíritu Santo cuando los apóstoles les ponían la
mano sobre la cabeza, les ofreció dinero a cambio de ese poder que ellos tenían. Quería
deslumbrar a las personas. Al oír esta petición, Pedro se enojó con él y lo reprendió haciéndole
entender que el Espíritu Santo no puede ser comprado con dinero y lo animó a que le pida perdón
a Dios por sus malas intenciones.
Simón pensó que podía comprar el poder del Espíritu Santo, pero Pedro le respondió con dureza
(Hechos 8: 20-23). La única manera de recibir el Espíritu Santo es arrepentirse del pecado y pedirle
perdón a Dios. Ninguna cantidad de dinero puede comprar la salvación, ni el perdón de los
pecados, ni la llenura de su Espíritu Santo; esto sólo puede obtenerse cuando nos arrepentimos y
recibimos con fe a Jesús como Señor y Salvador. Sólo necesitamos fe y un corazón sincero que ame
a Dios; Él nos regala sus dones para que seamos felices, tengamos una vida de victoria y podamos
bendecir a aquellos que nos rodean.

Desarrollo de la lección
Nivel 1: La historia que vamos a escuchar hoy está escrita en la Biblia, y es muy importante porque
gracias a estas cosas que vivieron las primeras personas que creían en Jesús es que hoy nosotros
podemos conocerlo.
El problema es que había mucha gente que no creía en Jesús y además no querían a los cristianos,
entonces empezaron a tratarlos mal, no los dejaban juntarse para orar y querían matarlos.
Los cristianos tuvieron que mudarse a otras ciudades, y esto fue muy bueno, porque en cada
ciudad donde iban a vivir, hablaban de Jesús y mucha más gente creía.
En una de esas ciudades había un hombre que se llamaba Simón. Y ¿saben de qué trabajaba? Era
mago. Pero no era el mago de los cumpleaños que nos divierten; era un mago malo que hacía
cosas del diablo para sacarle plata a la gente. Felipe que era un hermano muy bueno y quería
mucho a Jesús fue a vivir a la ciudad donde vivía este mago. Cuando él vio que Felipe oraba por los
enfermos y Jesús los sanaba, se puso muy celoso y se enojó porque ya no creían en él y no podía
ganar mucha plata, entonces le dijo a Felipe que le vendiera el poder que lo hacía sanar a los
enfermos.
Felipe le tuvo que explicar que Jesús sana y no nosotros, que el poder es de Jesús y que no se
podía comprar. Lo único que nos pide Jesús es que creamos en que Él es muy poderoso y oremos
por todas las cosas que necesitamos.

Nivel 2:A partir de la muerte de Esteban, mucha gente comenzó a maltratar a los seguidores de
Jesús que vivían en Jerusalén, forzando a los cristianos a dejar sus hogares y trasladarse a Judea y
Samaria, llevando el evangelio con ellos. De esta manera los cristianos comenzaron a contar todas
las cosas que Jesús había hecho.
Felipe, que había sido elegido diácono, fue a la ciudad de Samaria y allí se puso a hablar de Jesús.
Estaba lleno de fe y del Espíritu Santo y la gente se reunía para escucharlo atentamente y para ser
testigos de los milagros que hacía.
Había un gran gozo en la ciudad de Samaria, pues muchos enfermos fueron sanados y muchas
personas que vivían oprimidas a causa de espíritus inmundos fueron liberadas por el poder de
Dios, obrando a través de Felipe.
En la ciudad había un hombre llamado Simón que era mago y deslumbraba a la gente con sus
trucos de magia, haciéndose pasar por un hombre importante.
Simón, no era un mago como el de los cumpleaños; era un hombre que hacía cosas ayudado por
los demonios del diablo y de esa forma engañaba a la gente y le sacaba mucha plata haciéndoles
creer en cosas que no eran verdad.
Simón había engañado durante mucho tiempo a los Samaritanos pues toda la gente creía que él
tenía el poder de Dios, pero llegó Felipe. Él les predicó el evangelio, les habló del poder de Dios, de
Jesús y muchos creyeron y fueron bautizados.
Simón también creyó y fue bautizado. Estaba tan asombrado de los milagros y sanidades que Dios
hacía a través de Felipe que decidió no apartarse de su lado, anhelando para él “ese poder”.
Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de
Dios, enviaron a Pedro y a Juan a apoyar la tarea de Felipe. Al llegar, oraron por los nuevos
creyentes para que recibieran el Espíritu Santo poniendo sus manos sobre la cabeza de cada uno.
Cuando Simón el hechicero, vio que la gente recibía el Espíritu Santo cuando los apóstoles les
ponían la mano sobre la cabeza, les ofreció dinero a cambio de ese poder que ellos tenían. Quería
deslumbrar a las personas. Al oír esta petición, Pedro se enojó con él y lo reprendió haciéndole
entender que el Espíritu Santo no puede ser comprado con dinero; lo animó a que le pida perdón a
Dios por sus malas intenciones.
Simón pensó que podía comprar el poder del Espíritu Santo, pero Pedro le respondió con dureza
(Hechos 8: 20-23). La única manera de recibir el Espíritu Santo es arrepentirse del pecado y pedirle
perdón a Dios. Ninguna cantidad de dinero puede comprar la salvación, ni el perdón de los
pecados, ni la llenura de su Espíritu Santo; esto sólo pueden obtenerse cuando nos arrepentimos y
recibimos con fe a Jesús como Señor y Salvador. Sólo necesitamos fe y un corazón sincero que ame
a Dios. Él nos regala sus dones para que seamos felices, tengamos una vida de victoria y podamos
bendecir a aquellos que nos rodean.

Actividades:
Clases 1 y 2: En esta clase los niños realizarán un dibujo que parece mágico, haciendo referencia a
los trucos inocentes y no precisamente las que hacía Simón. El trabajo consiste en llevar hojas
blancas de dibujo (canson) y hacer un dibujo con cera de vela o con crayones de color blanco. Por
supuesto el dibujo no podrá verse a simple vista, pero luego se le pasará aguada de témpera con
un pincel y se comprobará que quedará pintada sólo la parte de la hoja que no tenga cera, y de
esa manera aparecerá el dibujo.

Clases 3 y 4: Realizarán la misma actividad que las clases 1 y 2 pero en vez de dibujar escribirán un
mensaje. Puede ser algo que hayan aprendido de la lección.
Lección 9
Este lo hizo Sandra
Felipe y el etíope
Texto bíblico: Hechos 8: 26-40

Objetivo: Que los alumnos aprecien la sensibilidad de Felipe para obedecer al Señor y aprovechen
todas las oportunidades de predicar al Señor.

Introducción: Para introducir esta lección jugaremos al juego de “Pepe dice”. Este juego consiste
en que el maestro da consignas que ellos deben obedecer, el que se equivoca pierde. Por ejemplo.
“Me toco la cabeza”,” me beso el codo”, etc.

Contenido de la lección: Un día, un ángel del Señor se le apareció a Felipe y le dijo: _“Prepárate
para cruzar el desierto y dirígete al sur por el camino que va de la ciudad de Jerusalén a la ciudad
de Gaza”.
Felipe obedeció.
En el camino se encontró con un hombre muy importante, etíope, oficial y tesorero de la reina de
Etiopía que estaba sobre todas sus riquezas. Ese oficial había ido a Jerusalén para adorar a Dios y
ahora volvía a su país, sentado en su carro y leyendo al profeta Isaías. Felipe corrió para alcanzarlo
y cuando estuvo junto él escuchó que el oficial leía el libro del profeta Isaías. Entonces, le preguntó
si entendía lo que estaba leyendo.
El oficial le respondió que no y que necesitaba de alguien para que pudiera explicarle el mensaje.
Así fue que invitó a Felipe a sentarse en el carro junto a él. En ese momento estaba leyendo el
pasaje que habla de la muerte de Jesús (leer Hechos 8: 32-33) El eunuco quería saber de quién se
hablaba en este pasaje; quién era la persona a la que se hacía referencia.
Entonces Felipe, comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Felipe guio a
este hombre a la fe en Jesucristo usando las escrituras del Antiguo Testamento, dependiendo de la
dirección del Espíritu Santo y explicándole cómo Jesucristo cumplió las profecías de Isaías.
Etiopía está en África, al sur de Egipto. Este oficial estaba muy dedicado a Dios porque recorrió una
gran distancia para adorar en Jerusalén; este hombre posiblemente era un gentil convertido al
judaísmo.
En el camino pasaron por un lugar donde había agua. Así que el etíope dijo: _”¡Acá hay agua!
¿Qué impide que yo sea bautizado?”. Felipe le dijo que si creía de todo corazón podía bautizarse.
El oficial confesó que creía que Jesús es el Hijo de Dios y mandó parar el carro, bajó con Felipe al
agua y fue bautizado.
Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó a Felipe quien más tarde apareció en la
ciudad de Azoto y de allí se dirigió a Cesarea. En todos los pueblos por donde pasaba, anunciaba
las buenas noticias de Jesús.
El oficial etíope no lo vio más, pero siguió gozoso su camino.
Felipe fue uno de los primeros en predicar el evangelio fuera de Jerusalén. Aunque su ministerio
con las grandes multitudes en Samaria era también exitoso. Debido a que Felipe fue a donde Dios
lo envió, Etiopía se abrió al evangelio.
Dios guio a Felipe para que fuera al desierto, para encontrarse con el etíope que había visitado
Jerusalén. Felipe fue de inmediato obedeciendo a Dios. Era un siervo sensible y obediente, que
con gran eficiencia predicó el evangelio.
Dependamos de la dirección de Dios aunque no entendamos sus planes al principio; luego
comprobaremos que los caminos del Señor son perfectos.

Desarrollo de la lección:
Nivel 1: Hoy vamos a escuchar una historia muy linda. ¿Se acuerdan de Felipe, el de la historia del
domingo pasado? Felipe era un hombre muy bueno y muy obediente al Señor. Un día iba por un
camino y vio que venía un carro, y en el carro viajaba un oficial del rey. Dios le indicó que subiera
al carro y hablara con el oficial.
En ese momento el hombre estaba leyendo la parte de la Biblia que narra la muerte de Jesús.
Felipe le preguntó si entendía lo que estaba leyendo y el oficial le dijo que no, y que no tenía a
nadie que le enseñara. Entonces Felipe empezó a hablarle de todo lo que Jesús les había enseñado
y todo lo que había hecho. Le contó que sanaba a los enfermos, que había sido tan bueno que
había muerto por nosotros y que nosotros teníamos que creer en Él y bautizarnos.
Mientras el carro seguía andando pasaron por un lugar donde había agua que era como un arroyo,
entonces el hombre le preguntó a Felipe si podía bautizarse porque él creía en Jesús y lo quería
tener en su corazón. Inmediatamente pararon el carro, bajaron y Felipe lo bautizó.
¡Qué alegría! El oficial se fue en el carro muy contento por haber conocido a Jesús y Felipe se fue a
otra ciudad para seguir hablando de Él.

Nivel 2: Un día, un ángel del Señor se le apareció a Felipe y le dijo:_ “Prepárate para cruzar el
desierto y dirígete al sur por el camino que va de la ciudad de Jerusalén a la ciudad de Gaza.
Felipe obedeció.
En el camino se encontró con un hombre muy importante, etíope, oficial y tesorero de la reina de
Etiopía, estaba sobre todas sus riquezas. Ese oficial había ido a Jerusalén para adorar a Dios y
ahora volvía a su país, sentado en su carro y leyendo al profeta Isaías. Corrió para alcanzarlo y
cuando estuvo junto él escuchó que el oficial leía el libro del profeta Isaías y le preguntó si
entendía lo que estaba leyendo.
El oficial le respondió que no y que necesitaba de alguien para que pudiera explicarle el mensaje.
Así fue que invitó a Felipe a sentarse en el carro junto a él. En ese momento estaba leyendo el
pasaje que habla de la muerte de Jesús (leer Hechos 8: 32-33) El oficial quería saber de quién se
hablaba en este pasaje; quién era la persona a la que se hacía referencia.
Entonces Felipe, le contó todo lo que había aprendido de Jesús. Felipe guio a este hombre a la fe
en Jesucristo usando las escrituras del Antiguo Testamento, dependiendo de la dirección del
Espíritu Santo y explicándole cómo Jesucristo cumplió las profecías de Isaías.
Etiopía está en África, al sur de Egipto. Este oficial estaba muy dedicado a Dios porque recorrió una
gran distancia para adorar en Jerusalén; este hombre seguramente era un gentil convertido al
judaísmo.
En el camino pasaron por un lugar donde había agua. Así que el etíope dijo: _ ¡Acá hay agua! ¿Qué
impide que yo sea bautizado? Felipe le dijo que si creía de todo corazón podía bautizarse. El oficial
confesó que creía que Jesús era el Hijo de Dios y mandó parar el carro, bajó con Felipe al agua y
fue bautizado.
Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor se llevó a Felipe quien más tarde apareció en la
ciudad de Azoto y de allí se dirigió a Cesarea. En todos los pueblos por donde pasaba, anunciaba
las buenas noticias de Jesús.
El oficial etíope no lo vio más, pero siguió gozoso su camino.
Felipe fue uno de los primeros en predicar el evangelio fuera de Jerusalén, aunque también su
ministerio con las grandes multitudes en Samaria era exitoso. Debido a que Felipe fue a donde
Dios lo envió, los que vivían en Etiopía conocieron de Jesús.
Dios guio a Felipe para que fuera al desierto, para encontrarse con el etíope que había visitado
Jerusalén Él fue de inmediato obedeciendo a Dios. Era un siervo sensible y obediente que con gran
eficiencia predicó el evangelio.
Con esta lección tenemos que aprender que todo lo que Dios nos manda a hacer debemos hacerlo
porque es muy bueno para nosotros.

Actividades:
Clases 1 y 2:Los niños pintarán la fotocopia, podrán hacerlo con la técnica que el maestro desee.
Hay dos opciones de dibujo; el maestro podrá elegir la que más le guste o le parezca apropiada
para la edad de sus alumnos.

Clases 3 y 4: Escribe verdadero o falso. ¿Cuáles son las condiciones para el bautismo?
Respuesta: las verdaderas son creer y arrepentirse
Lección 9

Felipe y el etíope
Clases 1 y 2: vamos a pintar.
Lección 9

Felipe y el etíope
Clases 1 y 2: vamos a pintar.
Lección 9Clases 3 y 4Felipe y el etíope
Lección 10
Conversión de Saulo

Texto bíblico: Hechos 9: 1-19

Objetivo: Que los alumnos: * vean cómo aún el hombre más pecador y más alejado de Dios,puede
conocer al Señor;*sean motivados a creer en la conversión de aquellas personas que nos parecen
imposibles.

Introducción: Para esta lección prepararemos un juego similar al juego de la Oca que consiste en
un camino con números Tirando los dados, los niños irán avanzando o retrocediendo según lo
indique el casillero en el que han caído.
Conviene presentarlo en una cartulina grande para que todos puedan participar o dibujarlo en el
piso con tiza, haciendo de “fichas” los mismos niños.
Hoy vamos a aprender una historia donde a una persona le pasó algo parecido a lo que nos
sucedió a nosotros en el juego, que cuando llegábamos a un casillero, en vez de avanzar, tuvimos
que retroceder.

Contenido de la lección: Saulo estaba furioso y amenazaba de muerte a los seguidores de Jesús.
Fue a ver al sumo sacerdote y le pidió cartas con un permiso especial: deseaba ir a la ciudad de
Damasco y llevar presos a la cárcel de Jerusalén a todos los que siguieran las enseñanzas de Jesús.
¿Por qué realizó una persecución tan frenética de los cristianos?
Su nombre judío era Saulo; nació en Tarso pero sus padres, austeros judíos, lo enviaron de joven a
estudiar a Jerusalén. Los jóvenes judíos aprendían una profesión y Saulo aprendió a fabricar
tiendas. La educación que recibió lo arraigó profundamente en las tradiciones de los fariseos; fue
instruido en el conocimiento preciso de la ley por Gamaliel, reconocido como un célebre rabino.
Estudió con mucho fervor y celo y fue un ferviente joven fariseo. Pablo aborrecía a los cristianos
pues los consideraba una secta peligrosa. Era muy religioso, un buen fariseo y su intención era
sincera.Conocía las escrituras sagradas y creía que ellos eran una amenaza para el judaísmo. Saulo
sentía, al perseguirlos, que estaba sirviendo a Dios.
Con estas cartas en sus manos se dirigió a Damasco para apresar a los cristianos.
Saulo y sus compañeros viajaban probablemente a caballo a través de un terreno desértico; así
eran las tierras que unían Galilea con Damasco. Ya estaba por llegar a Damasco, cuando de pronto,
desde el cielo, lo rodeó un resplandor, como un rayo. El sol estaba en su cenit y repentinamente
esa luz resplandeciente apareció en el cielo. Saulo cayó al suelo y oyó una voz que le decía:
_”Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”
-“¿Quién eres?” _ preguntó Saulo sin entender lo que estaba aconteciendo. La voz le respondió:
_” Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate y entra en la ciudad, que allí sabrás lo que tienes
que hacer”. Los hombres que iban con Saulo estaban atónitos pues oyeron la voz pero no veían a
nadie.
Saulo se puso en pie, pero la luz lo había dejado ciego, así que entró a la ciudad de Damasco
llevado por la mano de sus acompañantes a la casa de cierto Judas donde estuvo tres días sin ver,
sin comer ni beber. Durante ese tiempo, estuvo orando a Dios y tratando de comprender lo que
había sucedido.
Entonces el Señor se le apareció a Ananías, un cristiano de origen judío que vivía allí en Damasco y
le ordenó que fuese a la casa de Judas pues allí se encontraba Saulo, orando; debía imponerle las
manos para que recobre la vista.
Pero Ananías no entendía esta misión que le había sido encomendada, pues era sabido que Saulo
había sido cruel con los cristianos y que tenía una orden que lo autorizaba a arrestar a todos los
cristianos. Ananías dudaba, pues temía a Saulo. Pero Dios le reveló que Saulo ya había sido
advertido por una visión, de que alguien iría a orar por él. El camino ya había sido preparado por
Dios. Así que Ananías obedeció a Dios y ministró a Saulo.
El Señor le reveló que Saulo había sido elegido, que sería un instrumento para llevar Su Nombre,
para predicar el evangelio a los gentiles, a reyes y a los hijos de Israel.
Ananías buscó a Saulo y aunque tenía ciertos temores, guiado por el Espíritu Santo lo saludó
fraternalmente como “hermano Saulo” (9:17) y le dijo que había sido enviado por Dios para que
recibiese la vista y fuese lleno del Espíritu Santo. Al momento le cayeron de los ojos como escamas
y recibió la vista; levantándose fue bautizado proclamando su fe en Jesús.
Con su energía característica y para confusión de los judíos, se puso de inmediato a proclamar en
las sinagogas que Jesús era el Mesías esperado, el Cristo, el Hijo de Dios.
Saulo fue muy cruel con los cristianos, pero Dios puso sus ojos en él y lo transformó para su gloria.
No existe ninguna persona a la que Dios no pueda cambiar; debemos orar y confiar en el poder
transformador del Espíritu Santo.
Saulo consideraba que era su deber perseguir a los cristianos para ser leal al judaísmo y puso toda
su fuerza en eso. Hasta que un día la gracia y el poder de Dios llegó a su vida y todo se transformó.
Sería un instrumento en sus manos; Dios no anuló ni cambió la personalidad de Saulo sino que la
utilizó para su gloria. Su condición de ciudadano romano, la educación judía que había recibido y
su capacidad intelectual hacían de él un instrumento valioso.
Dios no desperdició ningún rasgo de Pablo.
Sepamos que el Señor puede transformar completamente una vida, no hay imposibles para Él.
Pongámonos en sus manos; Dios no desperdicia nuestro tiempo, usará el pasado y el presente a
fin de servirle en el futuro.

Desarrollo de la lección:
Nivel 1: La historia que vamos a escuchar hoy, nos habla de un hombre que se llamaba Saulo. Es
un nombre un poco raro que ahora no se usa, pero así se llamaba: Saulo.
Era un hombre muy inteligente, que había aprendido a trabajar haciendo carpas con su papá y que
había estudiado mucho la Palabra de Dios.
Pero este hombre tenía un gran problema: no podía creer que Jesús era el Hijo de Dios, esa
persona buena y maravillosa que había venido a salvarnos.
Como era un hombre importante ,pidió permiso a las autoridades para meter presos a todos los
que creían en Jesús. ¡Qué terrible! Los cristianos le tenían mucho miedo.
Un día se fue a una ciudad que se llamaba Damasco para apresar a los cristianos, pero resulta que
en el camino una luz muy fuerte lo tiró del caballo y una voz le dijo: -“Saulo, ¿por qué me
perseguís?”
_”¿Quién sos, quién me habla?” _dijo Saulo.
Soy Jesús, al que vos perseguís, en el que vos no crees. Yo sí soy el Hijo de Dios que puede salvarte
y limpiar tu corazón de todos tus pecados.
Saulo por la luz tan fuerte se quedó ciego y tuvieron que llevarlo entre todos a una casa.
Allí estuvo 3 días, dándose cuenta de que era verdad que Jesús era el Hijo de Dios.
Mientras tanto Dios le pidió a un cristiano que se llamaba Ananías que fuera a verlo y que orara
por él.
Ananías tenía miedo porque Saulo metía presos a los cristianos, pero Dios le dijo que no se
preocupara porque Saulo ya creía en Jesús.
Cuando llegó a la casa donde estaba Saulo oró por él y volvió a ver, entonces le dijo a Ananías que
se arrepentía de no haber creído y que desde ese momento iba a predicar a todos de Jesús.
Después se bautizó y empezó sus viajes pero en vez de llevar presos a los cristianos, predicaba lo
bueno y maravilloso que era el Señor Jesús.
¡Qué hermosa historia nos enseña la Biblia! Dios es poderoso y puede cambiar a todas las
personas.
Nivel 2:Hoy vamos a escuchar la historia de un hombre muy importante para los cristianos que
empezó mal pero terminó muy bien. Este hombre se llamaba Saulo.
Saulo estaba furioso y amenazaba de muerte a los seguidores de Jesús. Fue a ver al sumo
sacerdote y le pidió cartas con un permiso especial: deseaba ir a la ciudad de Damasco y llevar
presos a la cárcel de Jerusalén a todos los que siguieran las enseñanzas de Jesús. ¿Por qué realizó
una persecución tan frenética de los cristianos?
Su nombre judío era Saulo; nació en Tarso, pero sus padres, lo enviaron de joven a estudiar a
Jerusalén. Los jóvenes judíos aprendían una profesión y Saulo aprendió a fabricar tiendas. La
educación que recibió lo hizo creer mucho en lo que enseñaban los fariseos; fue instruido en el
conocimiento preciso de la ley por Gamaliel, reconocido como un célebre rabino. Estudió con
mucho fervor y celo y fue un ferviente joven fariseo. Pablo aborrecía a los cristianos pues los
consideraba una secta peligrosa; él era muy religioso; su intención era sincerapues era un buen
fariseo; conocía las escrituras y creía que ellos eran una amenaza para el judaísmo. A Saulo le
parecía estar sirviendo a Dios al perseguirlos.
Con estas cartas en sus manos se dirigió a Damasco para apresar a los cristianos.
Saulo y sus compañeros viajaban probablemente a caballo a través de un terreno desértico; así
eran las tierras que unían Galilea con Damasco. Ya estaba por llegar a Damasco, cuando de pronto,
desde el cielo, lo rodeó un resplandor, como un rayo. El sol estaba en su cenit y repentinamente
esa luz resplandeciente apareció en el cielo. Saulo cayó al suelo y oyó una voz que le decía:
_”Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”
-“¿Quién eres?” _ preguntó Saulo sin entender lo que estaba aconteciendo. La voz le respondió:
_” Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate y entra en la ciudad, que allí sabrás lo que tienes
que hacer”. Los hombres que iban con Saulo estaban atónitos pues oyeron la voz pero no veían a
nadie.
Saulo se puso en pie, pero la luz lo había dejado ciego, así que entró a la ciudad de Damasco
conducido por la mano de sus compañeros y fue llevado a la casa de cierto Judas donde estuvo
tres días sin ver, sin comer ni beber. Durante ese tiempo, estuvo orando a Dios y tratando de
comprender lo que había sucedido.
Entonces el Señor se le apareció a Ananías, un cristiano de origen judío que vivía allí en Damasco y
le ordenó que fuese a la casa de Judas pues allí se encontraba Saulo, orando; debía imponerle las
manos para que recobre la vista.
Pero Ananías no entendía esta misión que le había sido encomendada, pues era sabido que Saulo
había sido cruel con los cristianos y que tenía una orden que lo autorizaba a arrestar a todos los
cristianos. Ananías dudaba, pues temía a Saulo. Pero Dios le reveló que Saulo ya había sido
advertido por una visión de que iría a orar por él. El camino ya había sido preparado por Dios. Así
que Ananías obedeció a Dios y ministró a Saulo.
El Señor le reveló que Saulo había sido elegido, que sería un instrumento para predicar Su
Nombre, para predicar el evangelio a los gentiles, a reyes y a los hijos de Israel.
Ananías buscó a Saulo y aunque tenía ciertos temores, guiado por el Espíritu Santo lo saludó
fraternalmente como “hermano Saulo” (9:17) y le dijo que había sido enviado por Jesús para que
recibiese la vista y fuese lleno del Espíritu Santo. Al momento le cayeron de los ojos como escamas
y recibió la vista ; levantándose fue bautizado proclamando su fe en Jesús.
Con su energía característica y para confusión de los judíos, se puso de inmediato a proclamar en
las sinagogas que Jesús es el Mesías esperado, el Cristo, el Hijo de Dios.
Saulo fue muy cruel con los cristianos, pero Dios puso sus ojos en él y lo transformó para su gloria.
No existe ninguna persona a la que Dios no pueda cambiar, debemos orar y confiar en el poder
transformador del Espíritu Santo.
Saulo consideraba que era su deber perseguir a los cristianos para ser leal al judaísmo y puso toda
su fuerza en eso. Hasta que un día la gracia y el poder de Dios llegó a su vida y todo se transformó.
Sería un instrumento en sus manos para predicar lo maravilloso que es el Señor Jesús.
Sepamos que Dios puede transformar completamente una vida, no hay imposibles para Él.

Actividades:
Clases 1, 2, 3 y 4: Hoy como actividad los niños se llevarán el juego que realizaron en la
introducción. Se harán fotocopias del juego que se encuentra a continuación.Los alumnos tendrán
que pintar, preparar las fichas y pegarlo en un cartón.
Lección 10
Conversión de Saulo

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