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ESTRUCTURA
Estructuralmente, las moléculas de los actuales anestésicos locales están integradas por tres
elementos básicos:
La naturaleza del enlace que une la cadena intermedia con el anillo aromático será
determinante de las propiedades farmacocinéticas del fármaco y servirá de base para la
clasificación de este grupo de medicamentos. El enlace tipo éster se hidroliza con mayor
rapidez que el tipo amida al ser degradado, a nivel sanguíneo, por las colinesterasas
plasmáticas versus la degradación hepática que requiere el enlace amida. Esta misma
característica es también la que confiere mayor estabilidad fisicoquímica a los anestésicos
tipo aminoamida, permitiendo así su combinación con ácidos y bases fuertes y
disminuyendo su sensibilidad respecto a la luz y la temperatura.
Los anestésicos locales son bases débiles que poseen un valor de pKa variable entre 7,5-9,
y están ionizados parcialmente a pH fisiológico. La fracción no ionizada, liposoluble, es la
fracción capaz de atravesar las vainas lipófilas que cubren el nervio y, por tanto, la fracción
capaz de acceder hasta el axón. Los anestésicos que posean un valor de pKa próximo al pH
fisiológico presentarán mayor proporción de forma no ionizada y serán los que con mayor
rapidez penetren a través de las membranas de los nervios hasta el espacio intraaxonal e
inicien su acción anestésica, es decir, son los que presentan un menor tiempo de latencia.
Sin embargo, la forma activa del fármaco es la molécula ionizada -cargada positivamente-,
que será la forma que tenga capacidad de interaccionar con el receptor y, por tanto, mediar
la acción anestésica.
El factor pH es, por tanto, un elemento importante a la hora de determinar la efectividad del
anestésico local, tanto el pH de la formulación galénica en la que vehicula, como el pH de
los tejidos donde se administra. Los tejidos inflamados y/o infectados poseen un pH ácido,
y en esas zonas se ve reducido el efecto anestésico del fármaco administrado.
FARMACOCINÉTICA
El bloqueo del canal en su forma inactiva conlleva que el número de potenciales de acción
que el nervio es capaz de transmitir por unidad de tiempo disminuya, de forma que al
aumentar la concentración de anestésico que interacciona con el receptor se alcance un
bloqueo completo, siendo entonces el nervio incapaz de despolarizarse.
La frecuencia del impulso: la repetición del impulso y por tanto la mayor actividad del
canal de sodio en respuesta al cambio de potencial facilita que el fármaco alcance más
rápidamente el lugar específico de acción. Para que ello ocurra, el anestésico tiene que
acceder al espacio axoplasmático siendo preciso que los canales permanezcan abiertos o
inactivos, es decir, estén en fase de despolarización.
AMINOÉSTERES
La mayoría de estos fármacos presentan una alta eficacia y han sido experimentados en la
práctica clínica ampliamente, sin embargo no por ello están exentos de toxicidad, que es su
principal inconveniente. Los últimos anestésicos comercializados y las moléculas sobre las
que actualmente se sigue investigando persiguen mejorar el perfil de seguridad de este tipo
de fármacos, como ventaja diferencial respecto a los activos anestésicos tradicionales. Los
anestésicos locales pueden producir reacciones adversas de distinto grado y a diferentes
niveles. Las reacciones menos graves son las locales, normalmente asociadas a la punción
con aguja, manifestándose en forma de edema, eritema, prurito, isquemia y hematoma.
Procaína:
Lidocaína
Bupivacaína
Mepivacaína
Ropivacaína
Etidocaína:
Citar los vasoconstrictores y dosis utilizadas en asociación con los anestésicos locales.
Son aditivos importantes de las soluciones de anestésicos locales por las razones siguientes:
Los vasoconstrictores que suelen emplearse junto con los anestésicos locales tienen una
estructura química idéntica o similar a los mediadores del sistema nervioso simpático
epinefrina y norepinefrina. Por esta razón, los efectos de los vasoconstrictores simulan la
respuesta de los nervios adrenérgicos a la estimulación, de ahí que se consideren fármacos
simpaticomiméticos o adrenérgicos. Estos fármacos ejercen numerosos efectos clínicos
aparte de la vasoconstricción.
En los pacientes con una enfermedad tiroidea o cardiovascular previa, deben sopesarse los
efectos adversos de la epinefrina absorbida con los de la elevación de las concentraciones
plasmáticas del anestésico local. Hoy en día se cree que los efectos cardiovasculares de las
dosis de epinefrina convencionales tienen poca relevancia práctica, incluso en pacientes con
cardiopatías.
Sin embargo, aunque se adopten las precauciones recomendadas (p. ej., aspiración,
inyección lenta), puede absorberse una cantidad de epinefrina suficiente para desencadenar
reacciones simpaticomiméticas como desasosiego, taquicardia, sudoración y palpitaciones:
la denominada «reacción a la epinefrina»
Adrenalina.
la epinefrina dilata los lechos vasculares del musculo esquelético mediante acciones en los
receptores β2 adrenérgicos y, por tanto, tiene el potencial de aumentar la toxicidad
sistémica del anestésico depositado en el tejido muscular.
Noradrenalina.
Cuando se añade a anestésicos locales, estas soluciones contienen una concentración de
norepinefrina alrededor de 1:200 000 (5 µg/ml).
SNC
Una vez que anestésicos locales se depositan en los tejidos que rodean al nervio, difunden
hasta la capa externa del mismo y luego prosiguen hasta el centro o núcleo del haz
nervioso. Según este concepto los axones que se encuentran en la superficie quedan
anestesiados antes que los del núcleo. Estos axones centrales, en general van a las partes
distales de la región inervada por ese nervio. Esto se ve en el bloqueo axilar, el paciente se
nota que se adormece primero la zona proximal del brazo para luego extenderse a los
dedos. En cambio en la anestesia de Bier se bloquea antes la zona distal y luego el sector
proximal, esto es debido a que el anestésico llega al centro del nervio por vía sanguínea y
luego difunde hacia la corteza. La rapidez de comienzo es proporcional al logaritmo de la
concentración. Esto significa que duplicando la concentración, sólo se acelera un poco el
comienzo del bloqueo, salvo, claro está, se bloqueen fibras más gruesas, que con
concentraciones más diluidas no se bloquearían, pues no llegan al núcleo del nervio. Al
aumentar la concentración manteniendo el volumen, aumentamos la dosis total,
aumentando los efectos colaterales y la toxicidad sistémica. En el bloqueo de los nervios
periféricos de mayor grosor como el plexo braquial, el bloqueo motor se desarrolla con
frecuencia antes que el sensitivo debido a que en los haces centrales la distribución de las
fibras motoras es más periférica que la de los axones sensitivos.
Cronología del bloqueo nervioso. La reversión del bloqueo se producirá en orden inverso
Sistema cardiovascular
Tras la absorción sistémica, los anestésicos locales actúan sobre el sistema cardiovascular.
El sitio de acción principal es el miocardio, donde se produce disminución de la
excitabilidad eléctrica, de la tasa de conducción y de la fuerza de contracción. Además, la
mayoría de los anestésicos locales causan dilatación de las arteriolas.
Las dosis comúnmente utilizadas para producir anestesia local o regional no afectan a la
función cardiovascular, pero tienen la potencialidad de actuar directa e indirectamente a
todos los niveles: corazón, vasos y vías nerviosas reguladoras. A dosis terapéuticas pueden
producir taquicardia e, incluso, aumento de la resistencia periférica por acción
vasoconstrictora en algunos territorios. Pero dosis altas provocan vasodilatación arteriolar e
hipotensión, tanto por acción directa sobre los vasos como por reducir la conducción
adrenérgica vasoconstrictora, y alteraciones de la función cardíaca en forma de depresión
de la conducción y de la contractilidad. En general se necesita mayor concentración de
anestésico local para producir depresión cardiovascular que para originar actividad
convulsiva. En general, los anestésicos más potentes son también los más cardiotóxicos; la
procaína y la lidocaína admiten dosis amplias, incluso intravenosas, antes de afectar al
miocardio, mientras que la bupivacaína, la etidocaína y la tetracaína son relativamente más
cardiotóxicas. En ello influye, además, la facilidad de absorción a partir de la zona
infiltrada; aunque la etidocaína y la bupivacaína son equitóxicas por vía intravenosa, la
bupivacaína es más tóxica por vía subcutánea porque difunde mejor y pasa en mayor
cantidad a la circulación sistémica. Además, la acción vasodilatadora de estos anestésicos
minimiza el aumento de la duración de la anestesia que producen los vasoconstrictores. Si
bien a dosis elevadas todos los anestésicos locales son cardiotóxicos, se han descrito
algunos casos de colapso cadiovascular y fibrilación ventricular mortales con dosis
terapéuticas de bupivacaína. Su lenta disociación de los canales de sodio y el bloqueo de
canales de potasio, con el consiguiente alargamiento de la repolarización (intervalo QT),
parecen ser los factores determinantes de estas arritmias ventriculares fatales. Estudios
experimentales demuestran que el isómero R(+) de la bupivacaína es mucho más potente
que el S(–) para bloquear dichos canales. Además, se ha confirmado para todos los
anestésicos locales que los isómeros S(–) son menos cardiotóxicos que los R(+) y que la
mezcla racémica. En este sentido, los anestésicos con un potencial cardiotóxico más bajo
son la ropivacaína y la levobupivacaína La anestesia epidural y la anestesia espinal
producen vasodilatación e hipotensión por bloqueo de la actividad simpática eferente, lo
que en enfermos vasculares periféricos constituye un efecto terapéutico.
Describir los tipos de anestesia local.
Anestesia tópica
Anestesia de infiltración
Los anestésicos locales que con mayor frecuencia se utilizan en la anestesia por infiltración
son la lidocaína (0.5-1%) y la bupivacaina (0.125-0.25%). Cuando se usa sin epinefrina, se
pueden emplear hasta 4.5 mg/kg de lidocaina o 2 mg/kg de bupivacaina en los adultos.
Cuando se agrega epinefrina, estas cantidades pueden aumentarse en un tercio. La anestesia
tumescente es un caso especial de anestesia de infiltracion para la cual se administran
grandes dosis y volumenes de lidocaina y epinefrina
Los medicamentos, las concentraciones y las dosis recomendadas son las mismas que para
la anestesia de infiltracion. La ventaja de la anestesia de bloqueo de campo es que con
menos cantidad de medicamento se puede anestesiar un area mayor en comparacion con la
anestesia de infiltracion. Obviamente, el conocimiento de la neuroanatomia relevante es
esencial para el exito de la anestesia de bloqueo de campo.
Inyección del anestesico dentro de nervios o plexos nerviosos con los que se consigue una
zona mayor de anestesia y en algunos casos relajación motora. Hay cuatro determinantes
principales del inicio de la anestesia sensorial después de la inyección cerca de un nervio:
1) proximidad de la inyección al nervio; 2) concentración y volumen de droga; 3) grado de
ionizacion de la droga, y 4) tiempo.
- Lidocaina 3 min
- Bupivacaina 15 min
• Aquellos con una duración de acción corta (20-45 minutos) en nervios perifericos mixtos,
como la procaina;
• Aquellos con una duración de acción intermedia (60 a 120 minutos), como lidocaina y
mepivacaina, y
• Aquellos con una duración de acción larga (400 a 450 minutos), como la bupivacaina,
ropivacaina y tetracaina.
Anestesia raquidea
Anestesia epidural
La duración de la acción como se ve, muy variable para cada anestésico; se correlaciona
positivamente con la fijación a proteínas, pero también depende de la concentración y la
cantidad empleada, del tipo de bloqueo seleccionado, de las propiedades vasodilatadoras
del propio agente y del flujo sanguíneo local.
La absorción por vía gastrointestinal varía según el preparado. Es muy rápida y completa
para la cocaína y mucho menor para la lidocaína. Por vía parenteral, la absorción varía de
acuerdo con los factores antes indicados. Todos atraviesan la barrera hematoencefálica.
Los anestésicos tipo amida se unen altamente a proteínas plasmáticas, en particular a la α1-
glucoproteína ácida, de gran especificidad pero poca capacidad, y a la albúmina.
El metabolismo depende de la naturaleza química. Los ésteres son hidrolizados con rapidez
por las esterasas del plasma (colinesterasas) y del hígado. Puesto que el líquido
cefalorraquídeo (LCR) prácticamente no tiene colinesterasas, la recuperación de la
anestesia intratecal depende de su absorción sanguínea. Las concentraciones plasmáticas de
estos agentes pueden estar incrementados en pacientes con déficit de colinesterasas o con
colinesterasa atípica. Las amidas son metabolizadas por el microsoma hepático,
habitualmente mediante un proceso de N-desalquilación seguida de hidrólisis.
- Mecánicos o por defectos de técnica: son aquellos que se producen por trauma con
aguja, bloqueo muscular que interfiere con la mecánica ventilatoria, infección, etc.
Es el efecto más frecuente en cuanto a reacciones adversas. Todos los anestésicos locales
producen alteraciones en el EEG dependiendo de la concentración cerebral del anestésicos
locales, pudiendo interferir con el sistema neuronal inhibidor (gabaérgico y la conductancia
al ion cloro) y también al aumento de la permeabilidad del calcio potenciado por hipoxia e
hipercarbia.
La lidocaína posee efectos anticonvulsivantes a concentraciones plasmáticas entre 0.5-4
μg/ml, y a concentraciones altas más de 5-8 μg/ml posee efectos convulsivantes.
Toxicidad cardíaca
Se afecta el componente eléctrico y mecánico por bloqueo de los canales sódicos (en el
tejido de conducción y contráctil) de manera dosis dependiente. El efecto inotrópico
negativo es potente (especialmente la bupivacaína y etidocaína).
La bupivacaína inhibe además la corriente cálcica (efecto antiarrítmico tipo IV) y ciertas
corrientes potásicas. Numerosos factores pueden agravar la toxicidad cardíaca de los
anestésicos locales, como la hipoxia, hipotermia, acidosis, hipercalemia, hiponatremia,
fármacos (β bloqueantes, antagonistas cálcicos y antidepresivos tricíclicos).
La bupivacaína y la ropivacaína deprimen la contractilidad cardíaca dosis dependiente,
secundaria a los niveles de potasio extracelular.
La toxicidad cardíaca de la bupivacaina es 15 veces más que la lidocaína y 7 veces más que
la ropivacaína, la bupivacaina se disocia muy lentamente de los canales rápidos de Na+ a
nivel cardíaco, por eso no deben abandonarse las maniobras de resucitación
cardiopulmonares por tiempos prolongados.
Los anestésicos locales son fármacos que logran una pérdida de sensibilidad localizada y
restringida, sin inducir una pérdida de conciencia ni del control central de las funciones
vitales. Estos fármacos tienen como principal objetivo suprimir los impulsos nociceptivos,
es decir, la supresión de la sensación dolorosa.
Comprenden cocaína, procaína, benzocaína, tetracaína, cloroprocaína y otros. Hoy día han
sido desplazados de forma amplia por los del grupo amida, los cuales presentan múltiples
ventajas, sobre todo una menor incidencia de reacciones secundarias.