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EJE PROBLEMÁTICO N° 3
LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA PERSONA HUMANA
Este autor nos indica que el vínculo social que surge por la asociación natural
de los hombres y que el estado que se genera por esto es natural y no casual ni
por azar. En otras traducciones puede leerse que quien no pertenece a esta
condición "o es una bestia [el ser degradado] o es un dios [ser superior]". Esta
visión denominada "naturalista" se opone a la visión "contractualista".
"…el acuerdo que existe entre estas criaturas [se refiere a los animales] es
natural, mientras que el de los hombres se hace mediante pactos solamente,
que es algo artificial. Por tanto, no es de extrañar que, además de un simple
pacto o convenio, haga falta algo más para hacer de él algo invariable y
duradero; lo que se requiere es un poder común que mantenga atemorizados a
los súbditos y que dirija sus acciones al logro del bien común...”(6)
Por eso sostenemos que el hombre es un ser social por naturaleza. (7) Es decir
que lo social no será un agregado ni una situación circunstancialmente producida
para una determinada acción o un determinado momento. Lo social es una
condición natural del hombre. Su vida de relación es vital para su desarrollo como
persona. La relación con el otro constituye una de las acciones que le son tan
propias como cualquier accionar personal.
Esto es un contrasentido dado que no se puede someter a aquel que originó dicha
institución. Por ejemplo: en esta misma línea de pensamiento asistimos a cómo
desde las instituciones legislativas y organizaciones no gubernamentales se
promueve la defensa del medio ambiente y de los animales (lo cual es una tarea
encomiable y necesaria) mediante la promulgación de leyes que los contemple, los
asista y los defienda; pero, simultáneamente desde esos mismos sectores se
promueve la promulgación de leyes que atenten contra el propio hombre (es el caso
de las leyes del aborto). Es decir, ¿en función de qué o de quién están, entonces,
las leyes? Nos cabe la pregunta reflexiva: ¿quién sirve a quién? ¿quién depende de
quién?
Los primeros son aquellos actos que son realizados debido a la constitución
orgánica del individuo. Sobre ellos (los actos del hombre) no hay deliberación ni
decisión libre para efectuarlos. Por ejemplo: el respirar, el fenómeno químico de
la digestión, etc.
Los actos humanos son aquellos que para ser considerados como tales son
necesarios la intervención de la deliberación (facultad de la inteligencia) como
así también de la voluntad. Por lo tanto, un acto humano ha sido pensado y
deseado para realizarlo libremente.
Hecha esta consideración, lo que nos interesa son los actos humanos. A éstos se
los evalúa a la luz de los principios morales. Como también a éstos son los que
decimos que surgen desde ellos una consecuencia social, y por ende moral, de las
acciones.
Toda acción trasciende al hombre. Esto revela que el hombre es un ser que sale de
sí y tiene la facultad de actuar en forma conjunta con sus semejantes. Por ello es
que las acciones que realice no sólo lo benefician a él (porque le permite
expresarse por medio de sus acciones y en esa expresión, mostrarse como es él),
sino que también lo vincula a los otros y con los otros, enriqueciéndose
mutuamente. Por ello, retomando la cuestión social, la sociedad se construye a
partir de la interacción humana. Se enriquece a partir de la acción conjunta de
todos los hombres generándose diferentes y múltiples tipos de vinculaciones entre
sí. Entre ellas, podemos mencionar la vinculación basada en la educación, esta
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relación entre las personas unidas por un objetivo común, el cual está basado en la
acción de enseñar y aprender.
Decíamos que las acciones de los hombres tienen un sentido social, aunque éste
no aparezca y se dé de manera oculta. En la relación con los demás se ponen en
juego una serie de procesos que son interesantes destacar. En principio se puede
decir que la relación con el otro afianza el propio yo. Que el juego comunicativo
siempre implica un darse al otro. Aquí cabe señalar el carácter de esta
comunicación. Ella es un proceso nunca total ni absoluto. Siempre queda algo en la
intimidad del sujeto sin comunicar. Y ello, precisamente constituye al propio sujeto
en su realidad más profunda y personal. Por tanto, la comunicación siempre está
basada en un proceso de incomunicación que permite resguardar y cuidar la propia
intimidad y esencia personal. Con esto queremos poner en evidencia que en estas
relaciones que se establecen, el hombre se trasciende a sí, sale en busca del otro,
pero siempre habrá algo que permanezca como propio y quede dentro nuestro, en
nuestro interior. Esto obedece a la interioridad de cada persona.
forman la “vida buena”. El fin de la vida social está constituido por la justicia, el
respeto a la ley, la seguridad, la educación y los valores.
La acción humana
Las acciones positivas enriquecerán a tal entorno y ellas redundarán en bien del
individuo. Las malas o negativas se encuentran minando la sociedad y desvirtuarán
la convivencia social.
Lenguaje y sociedad
Sobre esta posibilidad del habla con sus semejantes se funda la comunicación, uno
de los requisitos de la vida social. Sin comunicación no hay posibilidad de sociedad.
La sociedad es, precisamente, una realidad basada en los procesos de
intercambio.
Este intercambio podrá ser de orden espiritual, propio del hombre, en cuanto a la
comunicación de ideas, sentimientos, estados de ánimo, etc., o de orden práctico
como el intercambio de bienes.
Por ejemplo: la escuela, los partidos políticos, las asociaciones intermedias: un club
deportivo, un grupo parroquial, etc. Todas necesitan hacer uso de la comunicación
mediante el lenguaje. Si éste no está, dichas sociedades tendrán sus
inconvenientes para el logro de sus fines. Así mismo, con la sociedad primaria que
es la familia, base de la sociedad.
La autoridad
Pero eso también significa afirmar la valía de las instituciones (tema que trataremos
más adelante). Se deben reconocer como necesarias la presencia de las mismas
que integran y dan forma a la sociedad. Éstas tienen su fin que es la promoción de
los bienes espirituales y materiales del hombre, el logro del bien común de la
sociedad.
La autoridad debe ordenar las acciones para el logro del fin de cada una de las
instituciones, las cuales, a su vez, deben estar integradas con el fin global de la
sociedad. Por ello, la misión de la autoridad es la conducción hacia la consecución
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de estos fines inherentes a cada sector institucional. Por eso no debe anteponerse
los fines personales, subjetivos o partidarios en aras del fin global o común,
dado que se arriesga la misión de dicha institución.
La sociedad “avanza” sin rumbo, sin saber que está retrocediendo, ya que las
personas que la integran no se realicen como tales. No existe, por tanto, la iniciativa
y la alegría de la tarea común. Se infantiliza a los hombres, se les quita la
posibilidad de ser mejores y crecer en virtudes. En cambio, una sociedad libre, está
afianzada en un ambiente donde haya participación en las tareas asignadas y
cumplimiento responsable al adueñarse de ellas. Se compartirán las razones, que
lleven a dar una determinada orden, con el que debe obedecerla. Si esto es así, se
logra un buen sistema comunitario donde la comunicación se desarrolla
convenientemente.
Por lo tanto, esta actividad netamente humana debe ser compensada teniendo en
cuenta los factores mencionados, o sea teniendo en cuenta lo producido (factor
objetivo) y teniendo en cuenta el esfuerzo personal (factor subjetivo).
La vida social se organiza y se consolida por medio de las instituciones. Ellas son
producto del reparto de tareas entre los diversos miembros de una sociedad. Esto
se apoya en los principios de convivencia que norman el movimiento social entre
los hombres.
Por tanto, una institución sin comunidad verdadera, sin bienes compartidos,
es un sistema impersonal, sin alma. Una institución que es una comunidad, es
una importante fuente de riquezas en las relaciones interpersonales de los
hombres. Sus miembros podrán compartir la vida con los demás miembros de esa
comunidad y lograr una vida de relación que los enriquezca a todos. Será un dar y
recibir, aceptar y compartir, un tener elementos en común que hace bien a cada
persona y por ende a todo el grupo.
Cuando una comunidad posee bienes comunes, estamos frente a los valores que
defiende esa comunidad. En ella los elementos materiales serán la condición de
posibilidad de esos valores.
1.- Es la sociedad en la cual nacemos, en la cual todo hombre recibe los elementos
con los cuales ha de vivir y le servirá de vinculación con el medio. Desde
funciones necesarias para su desempeño (el lenguaje decíamos líneas arriba, la
primera instrucción, etc.) hasta lo más radical que caracteriza al hombre que es
el amor.
2.- El desarrollo físico, psicológico hace que nuestro horizonte se amplíe y nos
vinculemos con otros grupos sociales que coadyuven al desarrollo de todo
hombre: la escuela, el grupo de amigos, distintas asociaciones: el club, la
parroquia, un grupo de teatro, etc. Todas ellas colaboran al crecimiento integral
de la persona. Ayudan al desarrollo pleno de la persona en todos sus ámbitos.
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6.- Cuando la demanda del hombre no apunta sólo a cubrir necesidades educativas
y mira hacia su salud, surgen las instituciones sanitarias y asistenciales, que
velarán por los hombres que no se valen por sí mismos o requieren una
atención a su salud.
7.- Las instituciones culturales son las que les preocupa el desarrollo cultural del
hombre y crean espacios de participación en la manifestación de los talentos
que cada uno aporte, en relación al conjunto de la vida humana. Pueden
apuntar, también a los campos de la moral y la religión. Hay que tener en cuenta
que estos aspectos se cubren generalmente en la familia o en instituciones
religiosas en primera instancia, pero que el tejido social debe colaborar al
desarrollo de todos estos factores.
Las comunidades son los modos más humanos de vivir en sociedad. Para lograr
esto hace falta tiempo, ya que aunar inteligencias y voluntades no es tarea fácil ni
rápida, pero no imposible, más aún, si los fines, los motivos y las razones son
buenos. Si hablamos de los distintos tipos de instituciones, diremos, que se
relacionan básicamente con los fines mismos del propio hombre. Éstas pueden
describirse de la siguiente manera:
Sostenemos que el fin inmediato es el logro de aquello para lo cual han sido
pensadas y gestadas. En eso no deben claudicar. La escuela debe educar, el
hospital debe proveer de salud, los partidos políticos deben preocuparse de servir al
pueblo atendiendo a la cosa pública (la res-publica) y de esa manera, con todas las
instituciones.
Por otro lado, se puede señalar la existencia de tres instituciones que tienen una
particular relación con la educación. Son la Familia, el Estado y la Iglesia.
Por lo tanto, el fin de cualquier sociedad es la persona humana, dado que éstas
deben procurar alcanzar, desde su índole específica el bien del hombre.
La Familia
“Un hombre y una mujer unidos en matrimonio forman con sus hijos una
familia. Esta disposición es anterior a todo reconocimiento por la autoridad
pública; se impone a ella. Se la considerará como la referencia normal en
función de la cual deben ser apreciadas las diversas formas de parentesco.
Al crear al hombre y a la mujer, Dios instituyó la facilidad humana y la dotó de
su constitución fundamental. Sus miembros pon personas iguales en dignidad.
Para el bien común de sus miembros y de la sociedad, la familia implica una
diversidad de responsabilidades, de derechos y de deberes.” (20)
El Estado
Ésta, la autoridad no es un fin en sí, sino que es un medio para alcanzar y gestar
desde su ámbito propio el bien del hombre. Por eso es que mientras más alto se
está en la posición de la sociedad civil, mientras más autoridad se posea, más
grande es el servicio a los hombres que se debe prestar.
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Por ello es que afirmamos que la sociedad y el estado son necesarios para la
realización de la vocación humana.
La Iglesia
Entendida como comunidad humana, pero con origen divino, ésta también
colabora en lograr el bien del hombre.
Pero, así como el estado busca que de manera natural se alcance el bien del
hombre, la Iglesia, por ser una institución divina, busca el logro del bien del hombre
en un sentido trascendente.
Si bien participa de la sociedad civil y está comprometida con ella, sin embargo, su
nivel de actuación difiere de todas las otras instituciones civiles:
• por su origen y
• por su meta.
El hombre coexiste con los demás y con la naturaleza. Por ello, el ser del hombre
es coexistir. El hombre es naturalmente social, es decir, pertenece a su esencia
vivir en sociedad.
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La pregunta es por qué y cómo lo hace. Por ello, para entender lo humano, para
entender al hombre es imprescindible entender lo social.
Por lo tanto, vida buena y fin de la vida social son mutuamente convertibles, están
íntimamente vinculados. Por eso, siguiendo con esta línea de pensamiento:
Por lo tanto, la acción humana es el primer elemento de la vida social, y sin la cual ella
no surge.
Del primer elemento, surge el segundo que es el lenguaje. Sin éste no existiría
sociedad, ya que no podríamos manifestarnos ni compartir el conocimiento, ni estar
de acuerdo con los demás. El lenguaje es el vehículo para compartir el
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conocimiento, los sentimientos, los proyectos, los valores, para distribuir las tareas,
para expresar todo lo que se tiene en el pensamiento y en la intimidad.
Para realizar este intercambio el hombre ha inventado un medio que mide los
bienes repartibles, para igualarlos y regular su trueque: el dinero, que es el cuarto
elemento. El dinero es el instrumento de medida, con vistas al intercambio, de los
instrumentos y de los bienes necesarios para la vida.
Las instituciones
La vida social es el conjunto de todos los roles o funciones. Cuando ese conjunto
queda jurídicamente regulado se está ante una institución.
De allí que la vida social se articula por medio de las instituciones, siendo más rica
la sociedad mientras más instituciones tenga y éstas funcionen adecuadamente,
cumpliendo sus fines. Síntoma de que la sociedad no persigue el bien ciudadano es
cuando, por ejemplo, estas instituciones cumplen un rol político partidario.
Por otro lado, las instituciones son los principales agentes de cultura, dado que, en
alguna medida, todas deben manifestar en forma total o parcial, algún aspecto de la
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cultura local. Un centro vecinal, el club deportivo, la iglesia, las ONGs, las
asociaciones intermedias, un hospital, etc., etc., son instituciones que reflejan algún
aspecto de la cultura local. Todas deben perseguir el perfeccionamiento de la
persona de distinta manera. Este objetivo se puede ver enturbiado cuando no
cumple el fin para el que ha sido creado, cumpliendo fines, como, por ejemplo, los
mencionados recientemente, estar al servicio de una política partidaria y no de la
sociedad. Además, estas instituciones reflejan el modo de sentir, de vivir, de
pensar, de obrar de sus integrantes.
La autoridad política
La autoridad es una forma de emitir las órdenes que establece un diálogo entre el
que las emite y el que las recibe, de manera que éste acepta la orden, la hace suya y
modifica libremente su conducta para obedecerla, aunque también puede pedir
aclaraciones, sugerir una modificación, etc. La autoridad política se ejerce así por
medio de un discurso racional compartido y dialogado, que origina una identificación
de voluntades y propósitos entre el que manda y el que obedece.
Por eso, la vida social es el intercambio de una serie de razones dialogadas, de tal
modo que la razón no es la que se impone por la fuerza, sino mediante la
persuasión racional, la que convence a los demás. Los fines, motivos y razones del
que manda pasan a ser mediante el diálogo fines y motivos de todos: el mando
pasa a ser participado.
Al ser participado y dialogado, los que ejecutan las órdenes aportan las variaciones
que se han producido al ejecutarlas, aportan lo que ellos observaron al cumplir con
ese mandato.
Aproximación a la Ética
Dice el Profesor José María Barrio Maestre: “La palabra griega ethos -con épsilon-
significa exactamente lo mismo que la voz latina mos, moris, de donde procede la
nuestra mora": en ambos casos, costumbre, hábito, uso, modo estable de obrar. En
griego existe también la palabra ethos escrita con eta, y significa casa, habitación,
guarida o patria, de la misma forma que del tema de genitivo de mos, moris procede
nuestra voz morada.
La Ética estudia por lo tanto el actuar libre del hombre. Es decir, la conducta
responsable y por lo tanto imputable de la persona.
Es posible recordar las características del ente vivo y entre ellas la autorrealización.
Esta nota se refería a la búsqueda de la perfección del sujeto en la línea del propio
ser. Es decir, naturalmente todo ente vivo busca su propia perfección, su plenitud.
La planta nace crece, produce frutos y muere, cumpliendo exitosamente su ciclo
vital. Los entes vivos en general subordinan sus fines a los fines de la especie. En
cambio, los fines del hombre no están supeditados a su especie. La
autorrealización humana implica el cumplimiento de un proyecto de vida personal.
La búsqueda de la plenitud y el perfeccionamiento en el ser humano no es otra
cosa que la búsqueda de la felicidad.
Todo término puede ser definido al menos desde dos perspectivas, que no son
ciertamente las únicas; una denominada etimológica y otro real. La primera, se
40
López-Guiraldez. Filosofía 2 derecho.
41
JOSÉ MARÍA BARRIO MAESTRE. “Analogías y diferencias entre Ética, Deontología y Bioética”. Profesor Titular Universidad
Complutense de Madrid. http://xserra.net/unica/2003/doc/JMBarrio_01.pdf.
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A priori, el ámbito de lo ético viene también mencionado por una palabra de diversa
escritura pero que es utilizada como sinónimo, se trata de la palabra moral. Debido
a que ambas son utilizadas muy seguido y que en muchos textos son utilizados
como sinónimos o con significaciones distintas, vamos pues a considerar ambas:
Ahora bien, teniendo en cuenta el uso común y científico de las palabras ética y
moral, las significaciones etimológicas no parecen guardar relación con las mismas.
b. Definición real: significa ante todo fijar el significado del término según el
concepto esencial del mismo, es decir a qué realidad se refiere. Por lo tanto, es
una definición que intenta ser más universal y se coloca más allá de los diversos
sistemas filosóficos y el conocimiento vulgar. En general, tanto la ética como la
filosofía moral indican a una ciencia “que estudia aquella cualidad de los actos
humanos que consiste en estar o no orientados al bien, es decir si son buenos o
malos.”
Una serie de textos nos pueden poner en contacto con algunas de las cuestiones
fundamentales de un “tratado de ética” o, dicho de otro modo, con algunos de los
temas concretos que se desarrollarán en el seminario y que revelan la naturaleza
ético-moral del obrar de la persona humana.
1.1.- Aristóteles
Plantea que todo acto humano persigue un fin y además añade que el fin principal
es alcanzar la felicidad que, según él, se alcanza mediante el ejercicio de las
virtudes.
Definir las características del acto humano y su finalidad es parte de la ética. A esto
debemos agregar el estudio de la noción de virtud, típica del pensamiento
aristotélico y que para nosotros es clave para construir una idea completa de la
persona humana.
1.2.- JaqcuesLeclerq
Este autor también hace referencia a una de las objeciones contra el obrar libre es
decir el determinismo que implica al menos, una reducción de la capacidad humana
de obrar libremente.
Se refiere a los motivos del obrar humano, es decir si el hombre actúa ciegamente o
si siempre lo mueve un interés personal.
Los textos de Jorge Luis Borges (uno de los literatos más importantes de la historia
argentina) y de Aristóteles, nos revelan dos actitudes del hombre frente a la vida;
ambas coinciden en que el ser humano está llamado a desarrollarse
completamente mediante su obrar. En el primer caso se percibe el fin de la
felicidad, pero se dice que se ha perdido el horizonte, que no se ha logrado
alcanzar la misma y, por lo tanto, no se ha obrado bien.
En el segundo caso se manifiesta que dentro del mismo sujeto están las estructuras
que le permiten realizarse más plenamente, aquello que lo hace casi divino.
Nosotros unimos estos dos textos diciendo que la ética nos puede ayudar a
desarrollar “aquello mejor que hay en nosotros”, que consiste en la posibilidad real
de ser felices pero que, al mismo tiempo, todo depende del uso que hagamos de
nuestra libertad.
2. OBJETO DE LA ÉTICA
El objeto material (de la ética): son “los actos humanos” que se los distingue de los
“actos del hombre”. Los primeros surgen de la libertad y por lo tanto tienen una
serie de características que los hacen propios y exclusivos del ser humano. Los
segundos no proceden de la libertad, como, por ejemplo, los actos realizados
automáticamente o instintivamente. También pueden ser considerados aquellos
actos realizados bajo la influencia del alcohol, de la droga u otras sustancias, que
provoquen la anulación parcial o completa de la libertad y de la conciencia.
El objeto formal (de la ética): Estudia como dijimos los actos humanos, pero
teniendo en cuenta la rectitud de los mismos, es decir si están o no ordenados al
bien. Para el hombre el bien consiste en alcanzar el fin último, es decir, Dios mismo.
Para alcanzar este fin el hombre puede seguir la ley natural usando la recta razón.
Nosotros estudiaremos ambas nociones.
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El hombre busca siempre el bien y por lo tanto la felicidad, sin embargo, no todos
coinciden en su definición, sobre esto reflexionará esta ciencia.
1.- bien ontológico: es el hecho de que todas las cosas son y por lo tanto pueden
ser conocidas o queridas.
2.- bondad técnica o útil: es el hecho de que algo sirva para un fin restringido o
para cumplir determinada acción técnica o práctica.
3.- bien agradable o placentero: es el agrado o placer que nos pueda producir
determinado hecho o acción. El bien está vinculado sólo al plano afectivo.
El bien moral implica cumplir o no con la ley natural y la recta razón que persiguen
en última instancia alcanzar al Bien Supremo, es decir, Dios mismo.
Nuestra postura dice que “la ética es una ciencia práctica de carácter filosófico”.
Vamos a explicarla punto por punto.
Toda ciencia es un conocimiento racional que intenta llegar a las causas últimas o
inmediatas de un determinado ente. Además, toda ciencia implica un objeto (en
nuestro caso ya fijado), un método, una sistematización de los mismos y una
exposición racional y fundamentada.
Las verdades que estudia dependen de la voluntad humana que es la facultad del
obrar humano.
Como toda ciencia filosófica intenta elaborar un saber universal y esencial que sirva
de fundamento para todo obrar humano. Esto no quiere decir que no haya distintas
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PARTES DE LA ÉTICA
Seguimos en este punto una de las divisiones más simples y aceptadas de las
diversas partes de la ética:
Una es la ética general: se ocupa de la estructura moral del sujeto humano y los
principios que de allí se derivan el fin último, la ley moral, la conciencia, las virtudes,
etc.
Los tres rasgos de la mentalidad que acompañó a ese desarrollo, fueron los
siguientes:
se rige por él. Es la llamada razón práctica (para referirse al empleo de la razón
como reguladora de la conducta) por oposición a la razón teórica (que construye la
ciencia).
a. el fin
Los fines son el motor de arranque de la acción, es aquello que provoca que el
hombre se ponga en marcha, de allí que lo importante en la conducta es saber qué
es lo que uno quiere.
b. la deliberación y la prudencia
• esta inclinación a hacer algo produce una deliberación acerca de cómo realizar la
acción, es decir, qué medios emplear para conseguir el fin querido, qué
circunstancias intervienen en el caso, etc. Se deliberan acerca de los medios para
llegar al fin que se pretende.
c. la decisión
• una vez hecha la deliberación acerca de los medios, se elige uno de ellos, es
decir, se toma una decisión. Ésta incluye la elección de los fines y de los medios.
d. la ejecución
La ejecución de las decisiones tiene que ver con las virtudes morales: la valentía o
fortaleza, la constancia, etc.
e. los resultados
• después de realizar lo decidido, se comprueba que los resultados casi nunca son
exactamente los esperados. Las cosas no suelen salir como se lo había pensado,
es decir, los fines pueden no alcanzarse, los medios pueden resultar
inadecuados, la decisión errónea, etc. El resultado viene a ser el modo en que se
alcanza el fin propuesto.
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f. la corrección
g. las consecuencias
• en la acción hay que prever las consecuencias. Pueden las acciones tener efectos
no previstos y hay que asumirlos como propios (pues la acción generadora es
mía). También están los efectos secundarios, que son las consecuencias
imprevistas (las cuales si son malas se llaman efectos perversos).
VIRTUDES Y VALORES
• Hábito: indica una cualidad estable es decir que no cambia fácilmente sino que al
contrario tiende a permanecer.
• Operativos: porque se relacionan con alguna de las potencias del hombre mediante
las cuales opera, por ejemplo la inteligencia o la voluntad.
• Bueno: quiere decir que perfeccionan a la potencia y por ello a la persona. La llevan
a su objeto propio.
Mediante las virtudes el hombre puede realizar actos buenos con naturalidad, con
rapidez y con agrado. Es en este sentido como podemos hablar de una persona
buena, aquella que perfecciona su vida mediante las virtudes.
Las virtudes son necesarias para cualquier persona, pues mediante las mismas se
puede perfeccionar y encontrar la felicidad más completa.
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2.1.- Intelectuales
Son las que perfeccionan la inteligencia y todas nuestras potencias cognoscitivas. Las
más importantes son:
• La prudencia: es aquella que guía a las demás potencias a cumplir con el bien
moral.
• La sabiduría: es el hábito de considerar a todas las cosas según el fin último de la
vida.
• La ciencia: es la capacidad de conocer las cosas según sus propios principios.
2.2.- Morales
Son aquellas que perfeccionan la voluntad y todas nuestras tendencias sensibles. Las
más importantes son: la justicia, la templanza y la fortaleza.
Debemos decir que las virtudes se encuentran de tal modo relacionadas entre sí que
mutuamente se ayudan para constituirse. La virtud que ejerce de modo privilegiado el
sentido unitario del obrar moral es la prudencia, que dispone no sólo los medios sino
también el fin. Por eso se dice que se trata de una virtud intermedia. Es la que
dictamina la justa medida que las demás deben respetar en su actuación.
Si bien en el hombre podemos encontrar una gran variedad de virtudes que son
nombradas de diversos modos, se puede decir que hay cuatro que son cardinales.
Estas son la base de todas las demás y de diversas maneras todas se reducen a ellas.
Prudencia: es aquella que indica la recta medida con la que se debe obrar e inclina a
obrar según la ley; la memoria para saber aprender del pasado, el arte de saber
dejarse aconsejar.
Se puede decir que los vicios son el reverso de las virtudes en el sentido que son
también un hábito, pero en este caso a obrar en contra del bien.
Los más importantes son los llamados capitales que se los denomina así por estar a la
cabeza de los demás:
Este es un esquema que propone una reflexión moral sobre la propia vida. Cada uno
puede completarlo de manera anónima.” 42
Los valores
En todas las fases de la acción intervienen unos criterios previos que se tienen ya
formados antes de actuar y de los que se parte para elegir el fin, escoger unos u otros
medios, etc. A estos criterios se los denomina valores. Éstos son más importantes que
los resultados.
Los valores se toman de los fines de la acción y muchas veces esos fines son los
valores que cada uno tiene.
Los valores son los que miden y les da el valor a las cosas.
Entre los principales valores por lo que actuamos se pueden mencionar los siguientes:
la utilidad, la belleza, el poder, el dinero, la familia, la patria, la tradición, la sabiduría,
los valores ecológicos, el rendimiento físico, Dios.
42
Módulo de Higiene y seguridad, Prof. González.
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1.- lo que está vigente en la sociedad en la que se vive y que uno ve como normal,
2.- lo recibido por medio del aprendizaje y la educación, tanto en las instituciones
educativas como en la familia,
3.- lo descubierto por medio de la experiencia personal, aun indirectamente, a través
de la amistad.
Los valores son criterios por lo que se rige la acción. Pero, tanto la vida humana
como la conducta, se desarrollan en el tiempo; por lo tanto, determinados tipos
de conducta habitual dan origen a tipos de vida en los que se encarnan los
valores. Eso da origen a modelos de conducta y de vida: a alguien puede
gustarle ser doctor, enfermero, etc. Los valores no se transmiten por medio de
discursos teóricos como a través de modelos vivos y reales, que se presentan,
se aprenden y se imitan. Por ello, se puede concluir que no hay valores sin su
modelo correspondiente.
El modelo que realiza un valor puede presentarse en primer lugar como héroe o ídolo.
Los héroes siempre han sido ejemplos que la humanidad ha seguido para imitar y
realizar en la propia vida. El hombre necesita tener a alguien a quien parecerse, a
quien admirar e imitar. Esto no es algo negativo en la propia vida, sino que refleja un
estilo de vida que es digno de imitación.
El conocimiento de la realidad puede ser teórico y práctico. Con esta distinción se está
hablando de dos tipos de verdades: una verdad teórica y una verdad práctica,
perteneciendo cada una de ellas a la razón teórica y a la razón práctica,
respectivamente.
Verdadero significa que algo es real, que una determinada cosa es de tal o cual
manera y el hombre con su inteligencia la conoce de esa manera, es decir, la conoce
tal cual es. Por ello es que al definir la verdad se dice que ésta es “la conformidad o
adecuación de la inteligencia con las cosas”. O también, conformidad entre la realidad
y el pensamiento. Esto implica sostener una postura objetiva en torno a la verdad: la
verdad depende de las cosas, de los objetos que son conocidos. Y el hombre se
adapta a ella, conociéndola. La postura contraria es el subjetivismo, donde se sostiene
que la verdad depende de los sujetos o personas que conocen. Lo que se plantea es
que hay temas en los cuales se pueden sostener verdades distintas (por ejemplo,
además de River Plate, cuál otro es un buen equipo) y en ello no hay problemas, el
tema está en verdades que son más importantes y trascendentes en las cuales no es
posible sostener distintas verdades o someterlas a un acuerdo o convención entre los
hombres (por ejemplo, que las Cámaras Legislativas sancionen desde cuando una
persona puede ser considerada como tal).
Las verdades conocidas teóricamente pueden tratar sobre los objetos de la naturaleza,
pero también sobre cuestiones del mundo humano.
• las vigencias;
• la educación,
• el descubrimiento personal, realizado a través de la experiencia vivida.
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El encuentro con la verdad puede o no ser intenso, teniendo distinto carácter. Esto
depende del tipo de verdad encontrada o conocida: se puede tratar de descubrir o
conocer algo en un razonamiento matemático, en un análisis contable, en los
sentimientos de cierta persona, en el amor de Dios. En todos los casos, se trata de
una cierta iluminación que hace descubrir algo importante que antes no se sabía.
Relacionando la verdad teórica con la verdad práctica, se puede agregar diciendo que
hay una íntima relación entre lo que se piensa y lo que se vive, entre las verdades que
se tienen por ciertas y el modo en que éstas influyen en la conducta. Esto implica una
coherencia e integridad entre ambas verdades, entre el conocer y el obrar.
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ACTIVIDAD DE INTEGRACIÓN N° 3
Abarca el eje problemática 3