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FACULTAD DE FILOSOPJA Y LETRAS
-~~~~TRABAJO
O u e pr ese nt a
p ar a o b te n e r eI trt u I o de:
LlCENCIADO EN LENGUA Y LITERATURAS HISPANICAS
México, D. F. 1976
UNAM – Dirección General de Bibliotecas
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del presente estudio. Despertó nuestro interés por conocer más a fondo
res.
Primeramente se 4arán algunos datos hist6rlco-geográflcos del grupo
indígena de .los tzotziles y tzeltales, con el fin de que se tenga un pa-
norama más a~lio para desentraftar en sus mejores esencias la creacl6n
zas es ubicarlos en su tie~o y espacio, ver qué momentos les tocó vi-
zarlos, ver cómo viven, cuáles son sus sentimientos, cuáles sus conflic-
tos.
a piedad infinita.
Los dos escritores a veces tienen puntos de vista diferentes y en
clusiones.
11
CAPÍTULO 1
Localización geográfica
rio aclarar que no se pueden diferenciar con clara precisión las cara~
terísticas netairente mayas, de las de este grupo; aún queda la duda so
bre si son purairente tzeltales o genuinairente mayas.
La tribu de los tzeltales fue una rama del gran Imperio Maya, y es
casi seguro que su cultura se desarrolló paralelan-ente a la de es-
te pueblo. 1
Panorama histórico
Según algunas tradiciones remotas de que se tiene noticia en Chia-
pas, y por los escasos docuirentos que hoy se guardan, se sabe que en
esa región existió el gran Imperio de Xibabbay. La ciudad capital fue
Culhuacán y ésta se localizó en lo que actualmente son las ruinas de
Palenque. Dicho imperio se caracterizó porque sometió a otros pueblos
vecinos, se consolidó por su bien organizada legislación, por sus cos-
tumbres y tuvieron formas arquitectónicas muy desarrolladas, en fin,
•
que se destacaron más que ningún otro grupo de esos parajes.
sité esa región. Se encontró con que los indjos aún practicaban sus ri-
tos paganos, por lo que ordenó que se quemaran sus reliquias. Se sabe
que sólo escapó a la quema un manuscrito que el mismo obispo ordenó tra
Vg.S...Lón_cl~.. l o_s quichés. Pos ter i ormente los tze l tal es forma ron un grupo
los conquistadores.
Las tres tribus que consolidan este grupo son a saber: los choles,
ta! es Cinacantán, y los tzeltales con su capital en Tonimá (en las in-
mediaciones de las ruinas de Ococingo).
Durante los años de la conquista este grupo no ofreció marcada re-
sistencia. La convivencia entre españoles e indios fue más bien pacifi-
2
El origen de esta sublevación fue el maltrato de que eran objeto
los indios por parte del obispo y de las autoridades ..• para explo-
tarlos, imponiéndoles fuertes tributos y arrebatándoles a los muchos
indígenas que eran ricos, todo su capital para dejarlos en la mendi-
cidad.2
que son objeto por parte de las autoridades y de los ladinos y mestizos
dó restablecido.
Se puede decir que estos grupos, ya por su aislamiento o quizá por
3
La lengua que hablan ha sufrido gran influencia del español, asi-
mismo se observa que hay palabras similares entre los tzotziles, tzel-
so en otras partes de.l cuerpo. Los ojos son de regular tamaño, de color
La nariz presenta una curva hacia abajo y es regular. Tienen los labios
tatura es mediana.
Vestido
En lo que a su indumentaria se refiere es muy sencilla. Se distin-
gue por lo peculiar de su vestido, que varía según la localidad. El del
varón consta de dos piezas: un camisón y su calzón, lleva también una
costal (falda) de color azul. Conforme pasa el tiempo, cada día la van
cambiando y muchos ya visten a la usanza mestiza.
Su vestuario no es muy surtido, sin embargo, el traje dominguero o
el de los días festivos es más adornado y más limpio que el de diario.
Santo tutelar
Algunos pueblos indios conservaron sus tradiciones gracias al aisla-
miento en que han vivido y a una libertad relativa, que les permitió
mantener y afirmar una vida apegada a estas tradiciones prehispánicas,
sin desconocer la influencia de los conquistadores. 4
4
Cada pueblo solamente venera a un santo, que es el protector. Y aun
Otra posible razón por la que San Sebastián no puede ser aceptado
como patrón de ningún pueblo, es que este santo se representa des-
nudo, y existe coro ya vims, una relación entre la indumentaria
del santo y la que lleva la gente del pueblo, y en tal caso, el
pueblo tutelar tendría que ir desnudo.~
La organización social
yores se observa con rigurosidad. Cada grupo habita zonas bien delimita-
des con varilla y tortas de lodo. El techo, que es de dos aguas, lo ha-
cursos las fabrican de adobe y los más pobres sólo poseen humildes cho-
zas.
Alimentación
y condimentadas según sus posibilidades, que por lo general son muy es-
La propiedad de la tierra
otros familiares, en tanto que en otras sólo el hombre tiene este dere-
5
cho. Como norma común son muy celosos de sus tradiciones, pero respetuo-
quien le ayudará en las faenas del campo y en todas las tareas más pesa-
das, por otra parte es quien continuará su apellido. De allí que el ma-
Entre los mayas se notó que cada individuo tenía cuatro nombres: el
madre desea hacerlo, puede visitar a la familia del muchacho que le gus-
el los.
En todas las aldeas la mujer tiene una función secundaria·, el varón
·puede o oo consultar las decisiones que toma con la esposa. Los proble-
6
La educación de los hijos está en manos de sus padres, quienes lo
hacen con infinita paciencia, sin que por ningún motivo permitan la flo-
zan en tres barrios y los santos tutelares son San Juan, San Pedro y
San Sebastián.
Autoridades
cual deben ceder el cargo al representante en turno. Con tal motivo or-
ganizan festejos para e-1 cambio de poderes con gran alegría, hay música
sesión del cargo. Durante esas ceremonias se hace entrega de los basto-
nes de mando. Ello les confiere dignidad y los distingue de acuerdo con
gran significado se deriva del hecho de que han sido heredados de sus
antepasados, por lo que en efecto son reliquias y se conservan gracias
7
Instrumentos musicales y danzas
están la chirimía, el tambor, el pito, que hacen sonar durante casi to-
das las fiestas del año, que por lo general son de índole religioso-cri~
se toman de la mano. Sus danzas son mestizas, como la de "el toro", que
Funerales
Tienen por costumbre bañar a los cadáveres antes de amortajarlos.
El agua que emplean para este menester la destinan después para batir
5
lbidem, p. 14
6 1b i dem, p. 46.
9
CAPÍTULO 11
LQUIEN ES B. TRAVEN?
una de las inquietudes que dieran lugar a las especulaciones más auda-
10
Chiapas, en 1954 y que aparece en sus Obras escogidas y otra tomada en
Hamburgo, en 1959.
de nacionalidad inglesa, pero una actriz, amiga suya, sabe por él, que
mente.
gir la idea de que Ret Marut era el hijo del káiser Guillermo 11. Otro
Alemania.
Asimismo se ha pretendido relacionarlo con un voluntario de la gue-
rra civil española, quien se hizo llamar Ziege1brenner. Este era tam-
bién el nombre del periódico de Marut y significa "el que cuece 1adri-
11os en el horno". 2 Sin embargo este voluntario muere en la batalla de
ta donde hace mención a la guerra española. Por otro lado, existe una
11
misiva que Traven envió desde México a las brigadas internacionales,
donde expresa su deseo de vender toda su obra y que el monto de los de-
Hay cuando menos dos biografías de Traven. Una escrita por Max
Schmit, y otra por Rolf Recknagel, ninguna de las dos las aceptó el es-
Baden, en 1903.
gía.
si a ello agregamos que había declarado que, mientras Adolfo Hitler es-
12
el año de 1948 lo que pudo descubrir. Lo había encontrado en Acapulco,
Hal Croves era el nombre de ese personaje. Pero el propio Croves acla-
ró que él no era Traven en una carta que envía a !a revista para la cual
Spota había realizado el reportaje. ·En ese mismo año y poco tiempo des-
dez, y justamente quien se encarga del guión fue Croves, también su re-
presentante.
14
realidad, sobre todo la de los marginados -el indígena, el campesino-,
glés con el fin de que su esposa Jo hiciera al español. Así pues, ella
lidad de su original.
El interés que sintió por los indios de la región del sureste del
15
tos llevan el subjetivismo propio del escritor que crea y recrea lo que
ja .
datos que se han obtenido por diversas fuentes; sin embargo, hay que
advertir que quizá no posea una precisión cronológica, pues algunas apa-
recieron impresas primero que aquellas que escribiera con anterioridad.
1931 Gobierno.
1933 Hacia el i~io de la caoba.
1934 La troza. No se tiene noticia de que se encuentre publicada en
español.
1936 La rebelión de los colgados.
16
1940 La rosa blanca. París 1933 - México 1940,
? Aslan Norval.
- La tigresa
- Solución inesperada
Canastitas en serie
- Macario
17
La fama •.. lQué es la fama
B. Traven. 6
18
NOTAS
19
CAPÍTULO 111
co. Entre las cualidades que le fueron muy propias está su humanismo;
cias de la iglesia.
real iza sobre México; quizá haya escrito antes pues creemos que si aqué-
20
1928, como resultado de su estadía en Chiapas.
Traven mismo aseguró que para que pudiera hablar o narrar algún he-
cho sobre algún ser, debía, antes, conocer a sus amigos, compañeros, ad-
Gastón García Cantú afirma que la crónica del pueblo mexicano bajo
la dictadura empieza con La carreta (1929); continúa en Gobierno (1931);
Luis Suárez ordena ese grupo de novelas que se refieren a los tzel-
tales o tzotziles en el siguiente orden:
1. Gobierno
21
2. La carreta
1937.}
tienda de raya, las deudas pasaban de padres a hijos y por si esto fue-
muestras de ser un chico 1is to, por, 1o cua I don Leonardo 1o ocupa como
riendo lo ayudarían a destruir todo temor, ese temor que sentía por los
le hace fáci 1.
23
por los carreteros, peones, trabajadores, describe su vida, denunciando
y triste, la situación del peón no podría ser peor; mas en la última es-
ventaja con respecto a los demás, es que las deudas del carretero no
cerse con la ayuda de don Laureano, pero antes debían escapar a todos
los peligros que encerraban las _travesías para los carreteros. Única-
24
es algo que se ha dicho mucho del indio, pero que no convence del todo,
le; en efecto, lo hace por gusto, más bien que por temor a don Laureano.
un buey que la muerte del indio, y siendo así las cosas aprovechaba An-
que Andrés, con gran solicitud desamarraba las correas y retiraba las
25
sufrimientos, a los que reiteradamente se enfrenta con valor y con in-
porque de otra forma eso serviría para que lo regañaran, además de que
1110 para mejor ocasi6n sino que los caminos ofrecían tantos peligros que
lar a los bueyes y cuidar sus mercancías, porque por muy fatigados que
estuvieran guardaban dentro de sí, 11 como todos los indios, ••. un inna-
Ven el sexo con la mayor naturalidad, puesto que desde niños obser-
van en sus padres la falta de disimulo, y crecen sin grandes inquietu-
des al respecto. Esto es, a grosso modo, lo que el novelista nos hace
26
tan apartadas que los sacerdotes casi no los visitan,
pecial al padre, una gran obediencia, Andrés se da cabal cuenta del amor
y respeto que siente por su padre, y éste por él, cuando se ve obligado
Las diversiones de las que gozan son escasas, muy de vez en cuando
frutan del poco tiempo y dinero de que disponen comprando alguna bebida
para emborracharse y los que son más jóvenes o a los que no les gusta
o mercados.
menos costosa, los muchachos sacan de sus bolsillos los paliacates rojos,
que quedan frente a frente. Y así narra Traven cómo se divertían los
drés conoce a una joven indígena huérfana, que ha huido de la finca don-
pués que escucha el bello cuento del origen de la creación del sol:
2.7
destruir al género humano. Entonces ya no hubo luz, los hombres se mo-
ellos, el más sabio, dijo que un joven debía volar hasta las estrellas
puesto a combatir a los dioses malos. Chicovaneg se ofrece para ese sa-
crificio:
es 1ibre como él. Un día se encuentra a a.lgunos indios que han pasado
por su pueblo y por ello sabe que el ~adre deberá ir a trabajar a las
monterías para saldar su deuda. La historia termina cuando se despiden,
ya que es Andrés a quien en realidad desean para que vaya a las monte-
rías.
Con gran resignación abandona a Estrellita, sabe que quizá no la
volverá a ver, pero no desea que comparta su triste suerte y teme la co
28
su destino.
Es innegable que la obra está mal construida, pero lo que nos preo-
cupa y ahora vamos a exponer es ,Ja forma en que el indio queda plasmado
es despreocupado en el vestir.
bastante facilidad. Siempre está alerta por Jo que eso nos hace suponer
que no es tonto, recordemos la triquiñuela de la que se vale para que
le aumenten el sueldo.
Su inteligencia y proceso de deducción le permiten llegar a la con-
29
rada. Esa educación y la habilidad de observador que le ha conferido su
30
NOTAS
8 lbidem, p. 206.
CAPÍTULO IV
ROSARIO CASTELLANOS
1a Un i ve rs i dad.
Al mismo tiempo, no descuida su producción literaria, y enriquece
su cosecha cultivando los géneros mayores lo mismo que los menores. Así
32
vemos que, poseedora de una sólida y vasta cultura además de un innato
jo su firma.
dianes". "La autora aprovecha estos hechos para referir, de acuerdo con
Hacia 1960 escribe una serie de diez cuentos que llevan como título
esa región.
33
Ciudad Real, demuestra una prosa llana y expresiva, que reporta au-
tenticidad valiéndose de voces y giros populares. El efecto es dis-
tinto de la subjetividad lírica y personal de Balún Canán. Varios
cuentos como "Aceite guapo" y "La tregua", están habilmente construi
dos, integrando con eficacia en sus relatos novelescos el concepto -
indígena de la realidad. 5
nieblas, obra que por su gran calidad es merecedora del premio Sor Jua-
na Inés de la Cruz. " ... se nota la relativa ausencia del paisaj ismo
1948; Apuntes para una declaración de fe, 1949; De vigilia estéril, 1950;
El rescate del mundo, 1952; Poemas, 1953-1955, 1957; Al pie de la letra,
1959 y Lívida luz, 1960. El Fondo de Cultura Económica recogió el mate-
34
rial poético de R,C, en un solo volumen -el más importante- que fue pu-
35
I
ciales como los de la poesía ... Supuse que la prosa podría encaminarnk
9
al teatro: mis piezas pararon en el fracaso."
propia escritora cuáles han sido hasta ese momento las influencias que
mexicanos con los que ella se sentía vinculada destaca a José Gorostiza
y a Sor Juana.
con ello sabemos el porqué esa constante preocupación por la gente que
lbidem.
4
Joseph Sommers, El ciclo de Chiapas: Nueva corriente literaria,
P. 256.
lbidem.
6
lbidem, p. 257.
lbidem, p. 11 1.
9
lbidem.
10
lbidem, pp. 11 1 y IV.
11
lbidem, p. IV.
12
lbidem.
13
lbidem, p. v.
38
CAPÍTULO V
años, a quien sacrifican para tener un Cristo como los blancos, y sitúa
ria.
fuentes, el "ladino" y Cata] ina Díaz Puiljá, la "i lol", sobre los cuales
gira el argumento.
Decía Ortega y Gasset que "el hombre es la suma del yo y sus circuns
dadera alma de cada ser humano -sus motivaciones, sus rasgos psicológicos
39
aun la de personajes secundarios en la trama de sus relatos está integr.!!_
da por tipos inteligibles ~ara el lector, quien los siente reales y los
el que actúa está condicionada por los factores externos -políticos, so-
ca:
blas afirmó que lo más relevante es la importancia que cobra el ser huma-
gía sui géneris, cosa que logra por los monólogos interiores, y en su as-
40
propio sentir como india tzotzil, sino que, por la maestría de R. C. al
tud y probidad como juez. El grupo indígena posee valores que la tradi-
cuenta de su problema. Le preocupó que pasaría por este mundo sin dejar
pudo apaciguar,
Todos sus sacrificios fueron en vano, bebió extraños brebajes, cami-
nó largos senderos en búsqueda del brujo que la curaría, pero todo perma-
41
neció igual. Fue entristeciéndose, la luz de la alegría se apartó de
recelosa del alejamiento que s(ente por parte de su marido por lo que:
rilidad las atemoriza, piensa que esa falla orgánica la hace diferente
que resuelve con justicia, los suyos los medita con detenimiento.
na, no cabía duda, era una "ilol" con grandes poderes. Por tanto, Marce-
zo.
42
Por otra parte, Cata! ina se sentía responsable de su hermano y ya
en una ocasión anterior lo había casado, pero la experiencia dio por re-
constante imploración a sus dioses para que la ayudaran. Cada día quepa-
Espía a la futura madre -Marcela-, trata de explicarse -en vano- por qué
"i lol" se encargan de cuidar, educar y alimentar al pequeño. Por fin tie-
nen un hijo, aunque adoptivo.
Privaba todavía la idea centenaria de que el indio era como "cosa", como
tanto a su hijo de los caxlanes que habían llegado con motivo del repar-
nociva.
Y esta vez recurrió a su fama d"! ilol para pregonar que, auxiliada
por su doble vista, había advertido que la estancia de los caxlanes
... no tenía más fin ... que dañar a la gente de su tribu. 4
Domingo, que aunque sólo cuenta con diez añ9s, acompaña al padre y no le
hace caso ya. Se imagina poderosa, aún más que el cura de San Juan a
esos dos seres amados. Es entonces cuando recuerda la cueva que descu-
bertad a su imaginación.
A partir del hallazgo empezaron sus delirios, llega a creer que Do-
hacer que las cosas se vean de otro modo, pero vuelve a la realidad y
arrebaten a su hijo,
44
se siente dueña del mundo por haberlas descubierto. La noticia de la re-
todos habló palabras sin sentido que los brujos trataron de interpretar.
tigio de la "i Jol" y se inicia su caída del pedestal. Las piedras son
quedado sola en la cueva. Esa soledad la agita y sus manos moldean tos-
cas figuras de barro. El brío renace en ella ante la idea de que será
reverenciada, piensa en el éxtasis, en sus trances y en su curación.
Llega a creer que podría influir en las decisiones de las autoridades
del pueblo e incluso que los ídolos tendrían un culto exclusivo, por
45
ello no terne al misterio ni a mirar de frente a las imágenes religiosas.
que los ídolos de Tajal-hemel acababan de ganar una batalla a los san-
s
tos de Chamula."
ra de los dioses y que por castigo a algo que hicieron sus antepasados
percibir que el niño se rinde demasiado pronto a la muerte. Teme que es-
Ante el niño muerto, por primera vez después de largo tiempo, habla
con lucidez, explica el porqué del sacrificio y cómo ello los hace igua-
46
En apariencia había sido hasta entonces una sencilla mujer, de con-
mental.
fija.
dos.
rido con la bendición del hijo tan esperado. Aunque resignada al prin-
cipio, su deseo de ser madre se torna en un anhelo vehemente y después
en una actitud de sublevación ante la injusticia que ha caído sobre
47
a ese niño y lo trata como si en verdad fuera su hijo, Parece que por
var lo que más quiere, encuentra la cueva, las tres piedras, da vida a
Una vez que goza del respeto de los demás, que también se funda en
imágenes por el poder de que se cree imbuida, incluso siente que es más
48
NOTAS
1
Rosario Castel !anos. 11 La historia de sus I ibros contada por el la
misma". Diálogo con Emmanuel Carbal lo, en el suplemento I iterario
de la revista Siempre! "La cultura en México". México. Núm. 44,
19 de diciembre, pp. 11-V.
2 Rosario Caste 11 anos. Oficio de tinieblas, p. 12.
3
lbidem, p. 13.
4
Ibídem, p. 189.
5
~.• d p. 313.
6
Ibídem, p. 348.
49
CONCLUSIONES
B. Traven, viajero del mundo que llega a México con una elevada for-
además la paradoja que entraña la presencia por una parte de simples cho
nampak y otros centros que dan muestras del antiguo esplendor de aque-
su pasmada admiración crea -del mismo modo que en el siglo XVI lo hicie-
50
mestizos , quienes en forma constante se aprovechan de su buena fe y de
ble.
tras que los ladinos -los explotadores- lo hacen sólo por simulación y
en sus vidas.
51
sus paisanos y de las condiciones infrahumanas en que vivían.
con sus amados indios, desde su puesto como coordinadora del Instituto
tradicional servilismo.
ámbito familiar, casi sin voz ni voto ni como hija, ni como esposa, ni
especial de la india.
ven y R. Castellanos, en nuestra opinión, por más que son excelentes las
52
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Vi! loro, Luis
19SO Los grandes momentos del indigenismo en México. México:
El Colegio de México.
SS
INDICE
Introducción
Capítulo 1
Sobre los Tzeltales y Tzotziles
Capítulo 11
lQuién es B. Traven? 10
Capítulo 111
Andrés, un indio carretero 20
Capítulo IV
Rosario Castellanos 32
Capítulo V
Catalina, la "l lol'' indígena 39
Conclusiones 50
Bibliografía 53