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EL LEÓN DEL CIRCO

Érase una vez en un pueblito muy pequeño y

humilde, llego un circo, causando mucha impresión

entre los pobladores; pues a este pequeño

pueblecito nunca había llegado un circo.

Los pobladores emocionados esperaban con ansias

que la función del circo empezara. Pero pasaron 2

días mientras ellos se instalaban.

En ese circo venia un león pequeño de nombre

Rafael.

Rafael realizaba el número de saltar dentro del

círculo. Era muy inteligente y llenaba de asombro a

los espectadores. Era el que se robaba los aplausos

del público, cosa que el payaso del circo no veía

bien, pues tenía por concepto que la atracción de los

circos eran los payasos, por tal motivo Rafael sufría


maltratos y hasta lo tenían sin comer durante 3 días

como castigo por robarse el show.

Pasaron 2 semanas y Rafael seguía siendo la

atracción del circo. Hasta que un día el payaso

cansado de que Rafael le robe protagonismo, decide

abandonarlo.

Lo dejo en un descampado de aquel pueblito y se

marcharon de allí.

Al día siguiente unos pobladores que pasaban por

aquel lugar se dieron cuenta que un animal lloraba y

se llevaron la sorpresa que era el león del circo.

En primera instancia ellos pensaron que se había

quedado por error y que en cualquier momento

regresarían por él, pues un animal como este era

muy peligroso para dejarlo en aquel lugar.


Pasaron 2 días y el circo nunca regreso por Rafael,

durante esos días la municipalidad de aquel lugar se

hizo responsable del león, pero conforme paso el

tiempo los pobladores se encariñaron mucho con

Rafael que decidieron adoptarlo como mascota del

lugar.

Los pobladores realizaban diversas actividades para

poder comprarle sus filetes a Rafael y llevaron a un

veterinario de los alrededores para que lo revisaran y

así mantenerlo en muy buen estado.

Pasaron semanas y meses y Rafael era un gran

león, había crecido y su melena era hermosa. Los

niños adoraban visitar a Rafael y jugar con él.

Cierto día se escuchó rumores que un circo llegaba.

Los pobladores temerosos de que fuera el mismo


circo que trajo a Rafael y pensando que regresaban

a llevárselo, decidieron esconderlo.

Todos los pobladores se pusieron de acuerdo para

poder ocultar a Rafael y que los del circo no se lo

llevaran.

Cuando el circo llego a aquel pueblito, no

preguntaron por Rafael, solo se instalaron y dieron

inicio a sus funciones.

Hasta que un día uno de los enanitos del circo que

se encontraba tomando desayuno en el mercado,

sostuvo una conversación con uno de los pobladores

y le comento: a este circo le iba mejor cuando el

pequeño Rafael estaba, pero la envidia llevara a la

ruina a este circo, el poblador inquieto por lo dicho

pregunto: ¿y qué fue lo que sucedió con Rafael? A lo

que el enanito contesto: el payaso decidió


abandonar al león porque se robaba los plausos del

público y le quitaba protagonismo a él. Pero ahora se

arrepiente de haberlo hecho; ya que desde que

Rafael no está, al circo le esta yendo mal y están

tomando la resolución de venderlo.

El poblador después de saber todo esto convoco a

una reunión con todo el pueblo y resolvieron

entregar a Rafael con sus antiguos propietarios, bajo

la condición de estar pendientes de su estado y que

se comprometan que cada año regresarían a

brindarles una maravillosa función. Es así que Rafael

regreso al circo, al lugar de donde nunca debió salir,

y recibiendo los mejores cuidados. Ahora él está

alegrando a muchas más personas como lo hizo con

los pobladores de este pequeño lugar.

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