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Dos mulas caminaban cargadas por un camino. Las dos llevaban cargas muy pesadas,
una en sus alforjas cargaba grano, y la otra monedas de oro. Pero mientras que la mula
que cargaba el grano iba caminando tranquila por el camino, la que llevaba el oro
caminaba con la cabeza erguida y la mirada altiva, moviendo su lomo para hacer tintinear
las monedas de oro. Estaba orgullosa de haber sido escogida para llevar una carga
preciosa, ¡no ese grano tan ordinario!
Pero de repente, desde atrás de unos arbustos en donde se habían escondido, dos
ladrones les salieron al camino. Con unos bastones le pegaron a la mula de las monedas
de oro hasta dejarla tirada en el suelo, le arrebaraton los sacos de monedas y escaparon
a toda velocidad, sin hacer ni caso de la otra mula.
La mula que llevaba el grano ayudó como pudo a la otra a levantarse, y juntas siguieron
su camino. ¡La mula del grano estaba muy contenta con su carga ordinaria!
La moraleja de la fábula
Un lobo que estaba cansado de fracasar al intentar cazar las ovejas de un pastor, un buen
día tuvo un plan: se disfrazó cubriéndose con una piel de oveja, y se mezcló con el rebaño
para pasar desapercibido. Tan bueno era su disfraz, que al final del día el pastor lo llevó
junto con las demás ovejas al corral, y allí lo encerró. El lobo estaba feliz, pues finalmente
iba a poder comerse a unas cuantas ovejas; estaba a punto de llevar a cabo su plan,
cuando entró el pastor al corral: tenía que procurar carne para su familia y venía a
escoger una oveja para sacrificar. Escogió al lobo y lo sacrificó al instante, sin darse
cuenta de nada.
La moraleja de la fábula
-La recompensa es que hayas podido sacar tu cabeza de mi boca sin que te comiera
La moraleja de la fábula
La liebre y la tortuga
Una liebre presumida se burla de una tortuga por ser tan lenta. La tortuga trababa de no
hacerle caso, pero un día se cansó y la retó a correr una carrera para ver cuál de las dos
era la más rápida. La liebre, muerta de risa, aceptó el reto.
Al día siguiente la liebre y la tortuga se presentaron en la línea de largada, ante los ojos
de los demás animales. Cuando el búho dio la señal, la liebre salió corriendo como un
rayo, levantando una nube de polvo. La tortuga comenzó a caminar despacito, tosiendo
por el polvo, y cuando pudo ver la liebre ya se había perdido de vista. Pero no se
desanimó y siguió con su paso lento pero seguro.
Al ver la enorme ventaja que había sacado, la liebre presumida decidió echarse a
descansar a la sombra de un árbol, tan segura estaba de su victoria. Pero se quedó
dormida, y la tortuga, pasito a pasito, la superó. La liebre se despertó y vió a la tortuga a
dos pasos de la línea de meta: desesperada salió corriendo pero no pudo alcanzarla, ¡y la
tortuga ganó la carrera!
La moraleja de la fábula
Jamás hay que burlarse de los demás, porque todos tenemos capacidades diferentes y
nadie es mejor que otro. Además, la vanidad y el exceso de confianza pueden llevarnos a
fracasar en nuestros objetivos.
La moraleja de la fábula
A la hora de elegir los gobernantes, es mejor escoger a uno sencillo y honesto, en vez de
a uno muy emprendedor pero malvado o corrupto.
Cuento
EL OJITO
La mamá salió a ver que pasaba fuera, mientras Saulis estaba agitada e impresionada.
Saulis corriendo se escondió bajo su cama. La mamá pensó que Saulis mentía pero en
realidad Saulis había visto los abogados de su padre, los cuales venían a buscar a la
pequeña Saulis para que se fueran con ellos.
Había una vez tres ratones muy envidiosos, querían todo para ellos solos. Pero cuando
llegaba a visitarlo un vecino, ellos escondían todo el queso que tenían guardado.
De pronto se acercó un gato muy peludo, asomó su nariz en el agujero y los ratones
envidiosos se arrinconaron muy asustados. Cuando gritaron, el vecino los escuchó y se
acercó al gato lleno de valor y como pudo lo alejó de la puerta. Quedó tan cansado el
pobre ratón que los envidiosos salieron a agradecerle el favor y por fin lo invitaron a
comer. Todos felices disfrutaron de un estupendo platillo de queso y entre risas
recordaban al gato que corrió muy enojado
EL GATO DORMILON
Había una vez un gato muy dormilón que se pasaba los días y las tardes enteras
echado en el sofá. Siempre se preguntaban que es lo que hacía para quedar tan
exhausto, pero nadie lo veía haciendo otra cosa que no fuera descansar.
Una noche su dueño tuvo la idea de ir a buscarlo y ver si también dormía toda la noche,
pero mientras bajaba la escalera pudo verlo… ahí estaba él, sentado frente al acuario,
viendo cómo dormía la tortuga. Sólo se quedó allí mirando en silencio a su gato,
despierto y sereno estaba cuidando el sueño de su amiga tortuga.
Al día siguiente pudo verlo como de costumbre, durmiendo en el sofá y entonces pudo
comprender el porqué de su sueño durante el día, pero no notó que la tortuga también lo
cuidaba desde su sitio
EL SEÑOR ZAFIRO
Había una vez un señor con un nombre muy bonito, se llamaba Zafiro. A Zafiro le gustaba
vender papaya, zapotes, etc.
Él era un hombre honrado y trabajador, le gustaba ayudar mucho a las personas que lo
necesitaran. Era investigador del núcleo de las células y los números de matemáticas.
Realizaba estas labores porque quería ser alguien en la vida. Realmente, lo que más le
gustaba y tenía el gran sueño de ser escritor y lo consiguió gracias a su tesón, a su
continuo trabajo duro, su esfuerzo y su afán de superación.
UNA NIÑA QUE SE SENTIA SOLA
Había una vez una niña que se sentía sola, quería un animalito para jugar y quererle.
Los padres de la niña le dieron una sorpresa y se levantaron temprano para comprarle un
perrito y sorprenderla, querían que fuera muy feliz. Llegaron con el perrito y le pusieron en
la cama de la niña sin que ella se diera cuenta, después de unos minutos la niña se
levantó.
Y nada más decir esto escuchó un ladrido y ahí estaba el perrito, bajo la sabana. Ella se
puso súper contenta y dijo que nunca más jugaría sola.
Leyendas.
1. Nessie
Mejor conocida como “El monstruo de Lago Ness”, esta leyenda forma parte del folclore
escocés y cuenta la historia de una criatura gigante con apariencia prehistórica, que
apareció por primera vez en el siglo XVI en el Lago Ness, pero que ha sido vista incluso
en épocas recientes. La leyenda retomó fuerza cuando aseguraron verlo en el año de
1933, lo que ha inspirado distintas películas y mantiene en suspenso a quienes
visitan el lago.
2. El molino de sal
Está leyenda nórdica cuenta que hace muchos años existía un gigante que tenía un
molino mágico. El molino era pequeño y podía producir sal. Un día, el gigante se lo
regala a una mujer viuda y a su pequeña hija. Ambas trabajan con el molino y obtienen
tanta sal que pueden venderla al pueblo. Desafortunadamente un duende, celoso del
molino, lo roba y lo arroja al mar. Y por está razón el agua del mar es tan salada.
3. Robin Hood
También conocido como el “príncipe de los ladrones”, Robin Hood es de los personajes
ingleses más conocidos en las leyendas de la cultura occidental. Su historia se ha
inspirado en distintos personajes, aunque uno de los más mencionados es Ghino di
Tacco, héroe italiano de siglo XIII. Los registros escritos sobre Robin Hood se han
ubicado desde el siglo XIII, aunque ganó popularidad a partir del siglo XV.
Se trata de un hombre que se enfrentaba con los ricos para defender a los pobres. Sin
que se dieran cuenta, le quitaba pertenencias a los primeros para dárselas a quienes las
necesitaban más; siempre en compañía de su traje verde, su arco y sus flechas.
4. La Llorona
Otras versiones cuentan que se trata de una representación de La Malinche, mujer que
ejerció como traductora e intérprete de Hernán Cortés durante “la conquista” de América.
En este caso, el grito de sufrimiento tiene que ver con que algunas versiones del proceso
de colonización, han atribuido injustamente a la Malinche la responsabilidad sobre lo
ocurrido.
Leyenda de El Cadejo
Según las leyendas guatemaltecas, El Cadejo es el espíritu que cuida el paso tambaleante de
los hombres ebriosque deambulan por la noches. Este les ayuda a encontrar el camino a sus
casas. Se dice que es un ser en forma de perro, negro, lanudo, con casquitos de cabra y ojos
de fuego.
En la tradición oral se afirma que existen dos tipos de Cadejo, uno malo y diabólico que es de
color negro y cuida de quienes ingieren bebidas alcohólicas, y uno bueno cuyo color es blanco y su
trabajo es proteger a niños y mujeres.
Hay quienes manifiestan haber visto a los dos cadejos juntos. De hecho, afirman que El Cadejo
negro suele ser más inquieto y distante. Mientras que El Cadejo blanco se mantiene siempre al
lado de la persona a quien cuidan.
Pese a que se le considera como un espíritu protector, se debe tener mucho cuidado. Ya que si
encuentra a un hombre ebrio y le lame la boca, este jamás tendrá la voluntad de volver a la
sobriedad. Y El Cadejo lo seguirá por nueve días seguidos hasta que el hombre muera.