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Leo Festinger y su importante principio de la disonancia cognitiva.

La teoría de la disonancia cognitiva es una teoría psicológica propuesta por el psicólogo


social Leon Festinger en 1957. La teoría sostiene que cuando una persona tiene dos o
más creencias o ideas que entran en conflicto entre sí, se produce una disonancia
cognitiva, es decir, una sensación de incomodidad, tensión o conflicto mental.
Según la teoría, las personas tienen una necesidad innata de mantener una consistencia
entre sus pensamientos, sentimientos y comportamientos. Cuando hay una
inconsistencia entre estos elementos, la disonancia cognitiva se produce y la persona
experimenta un malestar psicológico.
Para reducir la disonancia cognitiva, las personas pueden cambiar sus creencias o
comportamientos para que sean coherentes entre sí. Por ejemplo, si alguien cree que
fumar es perjudicial para la salud pero sigue fumando, puede reducir la disonancia
cognitiva cambiando su creencia o su comportamiento, como dejar de fumar o justificar
el hábito de alguna manera.
La teoría de la disonancia cognitiva ha sido aplicada en muchos campos de la psicología,
incluyendo la persuasión, la toma de decisiones y la conducta social. También se ha
utilizado para explicar por qué las personas pueden cambiar sus actitudes después de
tomar una decisión importante, y para entender por qué algunas personas pueden
aceptar o justificar actos inmorales o contradictorios con sus valores personales.

La teoría de las cogniciones es una teoría psicológica que se enfoca en el papel de las
cogniciones o procesos cognitivos en la formación de la conducta humana. Esta teoría
sostiene que las personas interpretan el mundo a través de la lente de sus propias
cogniciones, y que estas cogniciones influyen en su comportamiento y emociones.
La teoría de las cogniciones se basa en la idea de que las personas son seres activos que
construyen sus propias experiencias a partir de la información que reciben del ambiente.
De esta manera, las cogniciones actúan como filtros que influyen en cómo las personas
perciben, interpretan y responden a los estímulos del ambiente.
La teoría de las cogniciones se centra en varios aspectos de la cognición humana,
incluyendo la percepción, la memoria, la atención, el pensamiento y la toma de
decisiones. Esta teoría también destaca la importancia de la motivación y las emociones
en la cognición humana, y cómo estos factores pueden influir en la conducta.
Uno de los aspectos más importantes de la teoría de las cogniciones es su enfoque en la
autoeficacia, es decir, la creencia de una persona en su capacidad para realizar una tarea
o alcanzar un objetivo. Según esta teoría, la autoeficacia es un factor importante en la
motivación, el comportamiento y el logro de objetivos.
La teoría de las cogniciones ha sido aplicada en muchos campos de la psicología,
incluyendo la psicología clínica, la psicología social y la psicología de la educación.
También ha sido utilizada en la terapia cognitivo-conductual, una forma de terapia que
se centra en cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales
para mejorar la salud mental y el bienestar.
Las cogniciones disonantes son aquellas que entran en conflicto entre sí, lo que puede
generar una sensación de malestar o disonancia cognitiva. La disonancia cognitiva se
produce cuando una persona tiene dos o más cogniciones, creencias o actitudes que
son contradictorias o incompatibles entre sí.
Por ejemplo, una persona que cree que el tabaco es perjudicial para la salud y, sin
embargo, fuma habitualmente, puede experimentar disonancia cognitiva. Esta persona
puede experimentar un malestar emocional debido a la contradicción entre su
conocimiento de los efectos negativos del tabaco y su comportamiento de fumar.
La teoría de la disonancia cognitiva sostiene que las personas tienen una necesidad
innata de mantener la consistencia entre sus cogniciones, lo que puede llevarlas a
cambiar sus creencias o comportamientos para reducir la disonancia. En el ejemplo
anterior, la persona puede tratar de reducir la disonancia cambiando su
comportamiento y dejando de fumar, o justificando el hábito de alguna manera para
que sea coherente con su creencia de que fumar no es tan perjudicial para la salud.
Las cogniciones disonantes pueden tener consecuencias significativas en el
comportamiento humano, como la resistencia al cambio, la justificación de decisiones
incorrectas o la adopción de actitudes extremas para evitar la disonancia. La
comprensión de la disonancia cognitiva y las cogniciones disonantes puede ser útil para
comprender por qué las personas pueden mantener creencias o comportamientos que
no son coherentes con sus valores o conocimientos.

La teoría del refuerzo es una teoría psicológica que sostiene que el comportamiento
humano es motivado por la búsqueda de recompensas y la evitación de castigos. Esta
teoría se basa en la idea de que las personas aprenden a través de la experiencia y la
retroalimentación, y que el comportamiento que es recompensado o reforzado tiende
a repetirse, mientras que el comportamiento que es castigado o no recompensado
tiende a extinguirse.
Según la teoría del refuerzo, existen dos tipos de refuerzos: el refuerzo positivo y el
refuerzo negativo. El refuerzo positivo es cuando se agrega algo agradable o deseable
después de un comportamiento, lo que aumenta la probabilidad de que el
comportamiento se repita en el futuro. Por ejemplo, si un niño recibe una golosina
después de hacer sus tareas, es más probable que continúe haciéndolas en el futuro.
Por otro lado, el refuerzo negativo es cuando se elimina algo desagradable o aversivo
después de un comportamiento, lo que también aumenta la probabilidad de que el
comportamiento se repita. Un ejemplo de refuerzo negativo sería si un estudiante
estudia duro para un examen para evitar la posibilidad de suspender.
Además, la teoría del refuerzo también contempla la existencia de castigos y su relación
con el comportamiento humano. Un castigo es un estímulo aversivo que se aplica
después de un comportamiento, con el objetivo de disminuir la probabilidad de que el
comportamiento se repita en el futuro.
La teoría del refuerzo ha sido aplicada en diferentes campos de la psicología, como la
psicología clínica, la psicología educativa y la psicología del trabajo, y ha sido utilizada
para explicar una amplia gama de comportamientos humanos, como el hábito de
fumar, la adicción, el comportamiento agresivo, entre otros.
La teoría de la disonancia cognitiva sostiene que cuando una persona tiene dos o más
cogniciones, creencias o actitudes que son contradictorias o incompatibles entre sí, se
produce una sensación de malestar o disonancia cognitiva. La disonancia cognitiva
puede generar un cambio de actitud en la persona, para reducir la inconsistencia entre
las cogniciones.
Por ejemplo, si una persona tiene una actitud negativa hacia el consumo de alimentos
altos en grasas y calorías, pero disfruta mucho de comer alimentos poco saludables,
experimentará disonancia cognitiva. Para reducir esta disonancia, la persona puede
cambiar su actitud hacia los alimentos poco saludables, justificando su consumo con
argumentos como "los como de vez en cuando, no hace daño", o puede cambiar su
comportamiento y reducir el consumo de estos alimentos.
La disonancia cognitiva puede ser una herramienta útil para fomentar el cambio de
actitud en las personas, por ejemplo, en campañas de concientización sobre temas
como la salud, el medio ambiente o la seguridad. Al exponer a las personas a
información que contradice sus creencias o actitudes, se puede generar disonancia
cognitiva y motivar un cambio de actitud para reducir la inconsistencia entre las
cogniciones.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la disonancia cognitiva puede generar
una sensación de malestar emocional, lo que puede generar resistencia al cambio o la
búsqueda de justificaciones para mantener las actitudes y comportamientos antiguos.
Por lo tanto, es importante abordar la disonancia cognitiva de manera cuidadosa y
respetuosa, para evitar reacciones defensivas o negativas.

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