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Universidad de Buenos Aires

Ciclo Básico Común

Programas de tratamiento cognitivo-conductual en niños que


padecen trastorno de déficit de atención con hiperactividad,
mejoramiento del autoestima y control de la conducta

Psicología - Cátedra Bentancour

Comisión 11507

Alumnos: Alvarez Murúa, Agustina

Angulo Barrientos, Esmeralda

Dueñas García, Oscar

Gigante, Abril

Gomez, Sebastian Ignacio

Quispe Saavedra, Marilin

08/11/2019
Resumen

El presente trabajo aborda el tratamiento del trastorno por déficit de atención e


hiperactividad (TDAH) en niños desde un abordaje cognitivo-conductual, tomando como
punto de partida las investigaciones realizadas por Laura E. Rodríguez de la Universidad
Internacional de la Rioja y Caterina Calderón de la Universidad de Barcelona. Para ello se
parte de las teorías en referencia al aprendizaje desde el punto de vista de Watson, Skinner,
Piaget y Vigotsky. Basándose en esta conceptualización se pretende buscar aquellos
tratamientos que resulten efectivos en la reducción de la sintomatología del TDAH, con el fin
de mejorar sus relaciones interpersonales, habilidades cognitivas, aumentar su autoestima y
autocontrol.

Palabras clave: T
​ DAH, tratamientos cognitivo-conductual, autocontrol, mejoramiento del
autoestima.

Introducción

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno del


neurodesarrollo que afecta entre un 5 y un 10% de la población mundial, cuya prevalencia
en niños en edad escolar es de un 9%, siendo más frecuente en varones que en mujeres. El
TDAH presenta desatención, hiperactividad e impulsividad, pudiendo manifestarse con un
predominio de falta de atención, predominio de hiperactividad o con ambos caos, y
produciendo así alteraciones en el nivel de desarrollo esperable del niño (cognitivo, social,
familiar). Según Calderón (2001)

A los niños con TDAH les cuesta rendir y concentrarse en las explicaciones que se
dan en el aula, su comportamiento puede resultar molesto e, incluso, inadecuado en
contextos en los que hay una demanda explícita de autocontrol; son inquietos,
impacientes, contestan cuando no se les pregunta, son incapaces de inhibir su
conducta, no saben pararse, cambian de una actividad a otra continuamente, suelen
tener problemas para relacionarse con su grupo de iguales y presentan déficits
básicos en las habilidades sociales de interacción.

Es por esto que el TDAH en niños se presenta como un gran reto tanto para los padres
como maestros, siendo así la intervención psicológica crucial en el desenvolvimiento del
niño en todo ámbito (familiar, escolar, social). En las últimas décadas ha aumentado el
interés por encontrar tratamientos eficaces para la TDAH. La desadaptación escolar, los
problemas de conducta, la autoimagen negativa, el autoconcepto erróneo y, en algunos
casos, la ansiedad-depresión son algunos de los motivos del estudio de estos tratamientos,
y del porqué del presente trabajo. Actualmente un gran número de investigaciones señalan a
los tratamientos cognitivo-conductuales como los más efectivos en el abordaje del TDAH,
que a diferencia de los medicamentos cuyos efectos en la sintomatología dejan de funcionar
al abandonar la medicación, una terapia cognitivo-conductual le brinda a los niños
habilidades y herramientas en el control de los síntomas además de disminuir sus
comportamientos problemáticos.

Esta asociación de procedimientos cognitivos y conductuales ha demostrado ser más


eficaz que la aplicación de cada uno de ellos por separado. Mientras que el cognitivismo es
la rama de la psicología que estudia los procesos mentales que intervienen en el aprendizaje
cuyos principales exponentes son Piaget y Vigotsky, el conductismo estudia el
comportamiento observable teniendo a Watson y Skinner como sus representantes. De esta
forma los procesos cognitivos conductuales se han dirigido a dos áreas de intervención, una
al déficit en la atención sostenible, al control de la impulsividad y a la mejora en el
rendimiento académico y las habilidades sociales, y la otra a reducir la actividad excesiva,
las conductas oposicionistas-desafiantes y las conductas agresivas. En general, estos
programas le permite al niño con TDAH autoevaluar su conducta y rendimiento,
autocorregirse, resolver problemas y obtener estrategias de afrontamiento, además de
autorregular su comportamiento por medio de los conceptos de normas y límites, así como
también con la enseñanza de hábitos y conductas positivas. Este enfoque conductual
combina el refuerzo positivo contingente y el coste de respuesta, mientras que en las
técnicas cognitivas se destacan la auto instrucción, el modelamiento, la autoevaluación, el
auto refuerzo y la resolución de problemas.

La base teórica de estos tratamientos se enfoca principalmente en la teoría del


reforzamiento de Skinner para el cual el condicionamiento operante se trata de un proceso
por el cual aquellos comportamientos que tengan consiguientemente un valor de
supervivencia tienen una mayor probabilidad de ocurrir, comportamiento que se fortalece
mediante reforzadores (positivos o negativos). De esta forma el comportamiento puede
condicionarse (potenciarse o inhibirse) por medio de utilización de estímulos que el sujeto
considera o no satisfactorios. Un reforzador será positivo cuando este fortalezca el
comportamiento que lo produzca, aumentando así la probabilidad de que la conducta se
realice o repita, por medio de estímulos que el sujeto considere satisfactorios beneficiosos.
En cambio un reforzador será negativo cuando este fortalezca aquel comportamiento que lo
reduzca o le ponga fin, es decir, la eliminación y retirada de los estímulos negativos genera
el aumento de la probabilidad de que una conducta se realice o repita. Está teoría inicia del
condicionamiento clásico de Watson quien consideraba al condicionamiento como parte del
proceso de aprendizaje, creando así una multiplicidad de nuevas conexiones
estímulo-respuesta que permiten al sujeto a aprender a responder nuevas situaciones.

Por otro lado se retoma a Piaget para quien el aprendizaje es una reorganización de las
estructuras cognitivas existentes en cada momento, describiendo la mente de los sujetos
como el resultado de dos funciones estables, es decir, de la organización y la adaptación. Es
así como el aprendizaje se lleva a cabo mediante el desarrollo mental, el lenguaje y la
comprensión. Para Piaget ante las situaciones de cambio, el aprendizaje juega un rol
primordial. También Vigotsky estudia el desarrollo cognitivo desde la interacción social. Él
parte de la idea de que existen dos tipos de funciones mentales, por un lado las inferiores,
que son aquellas con las que el sujeto nace, y por otro lado las superiores, que son aquellas
sé que desarrollan y adquieren mediante la interacción social.
Pregunta de investigación: ​¿De qué forma los tratamientos cognitivo-conductual
contribuyen a disminuir o erradicar las afecciones y síntomas generadas por el espectro
autista en los niños? ¿Qué incidencia tiene la realización de estos tratamientos en los
pacientes?

Objetivos: ​Identificar métodos efectivos en el tratamiento del TDAH, que sean


congruentes al método expuesto en la terapia cognitivo conductual. Lograr que los
tratamientos mejoran las relaciones interpersonales y las habilidades cognitivas, al punto de
aumentar la autoestima y autocontrol (físico y cognitivo) de los niños, así como también
mejorar su atención y autocontrol de su comportamiento​, además de su autonomía
emocional y autocorrección. Adquirir un mayor conocimiento con relación al programa
cognitivo-conductual y concebir su utilidad. Evaluar los cambios en el comportamiento de los
niños una vez realizado el procedimiento y reflexionar con relación a la conclusión.

Hipótesis: ​Un tratamiento cognitivo-conductual evidenciara mejoras en el comportamiento


de niños con TDAH, específicamente en referencia al ámbito social y en los aspectos
emocionales del niño.

Desarrollo

Al investigarse los posibles tratamientos existentes para niños con TDAH, se observó la
relevancia de la implantación de tratamientos cognitivo-conductuales en los colegios. Este
enfoque no solo abarca al niño con TDAH si no que también está dirigido a padres y
profesores, lo que resultar útil para poder llevarla a cabo en los diferentes contextos en los
que se desenvuelve el niño. Lo que se busca en este trabajo no es únicamente aplicar una
terapia sino más bien apunta a un entrenamiento cognitivo, a programas que mejoren los
problemas socioemocionales, y hasta un tratamiento que combine lo farmacológico con lo
psicopedagógico. De esta forma se abordan los tres ejes del trastorno: atención,
hiperactividad e impulsividad.

Desde el punto de vista de la terapia conductual se recomienda partir del análisis de la


conducta del niño, determinando aquellos factores que hacen de su conducta inadecuada.
Para ello se utilizaran técnicas tales como el refuerzo positivo (presentación de un estímulo
satisfactorio para el niño luego de la realización de la conducta que se quiere lograr),
economía de fichas (sistema de premios que el niño podrá obtener al respetar una serie de
conductas específicas en la búsqueda de fomentar las buenas conductas y disminuir las
inadecuadas), y sobrecorrección (ante un comportamiento negativo se le pide al niño que
rectifique lo que ha hecho mal). En cambio, desde el punto de vista de la terapia cognitiva se
recomienda partir de la identificación de aquellos procesos que generan problema para
luego trabajar por el cambio de otros más adecuados. Para lo cual, las técnicas a utilizar son
las autoinstrucciones (el niño determina aquello que quiere lograr dándose instrucciones que
modifiquen su forma de actuar), autocontrol (el niño aprende a ir moderando su conducta
gradualmente reduciendo aquellos comportamientos impulsivos que se quieren eliminar),
inhibición de respuesta (entrenamiento que consiste en pararse, no actuar, pensar,
planificar, actuar y autoevaluar), y resolución de problemas (estrategia que consiste en que
el niño imagine el pasado y el futuro, en la autoevaluación reforzada y en la vigilancia
cognoscitiva). En cuanto al tratamiento de las habilidades sociales, se recomienda, por
medio del entrenamiento grupal, el apuntar al autoestima, la comunicación emocional, el
entrenamiento en asertividad, las reglas de sociabilización, el entrenamiento en conductas
prosociales, y a las habilidades de competencia social.

Para lo cual se parte de un programa de intervención, es decir, el Programa


cognitivo-conductual de Kendall, Padawer y Zupan (1980), el cual ha demostrado ser muy
útil en el estudio de los beneficios de la terapia cognitivo-conductual en niños con TDAH,
puesto que permite abarcar tanto el déficit de atención como el autocontrol de sus acciones,
y de forma muy sencilla, utilizando como herramienta principal las autoinstrucciones. Este
programa busca enseñar procedimientos autointruccionales por medio del entrenamiento
basado en la realización de tareas sencillas, sociales y en situaciones interpersonales
utilizando la técnica de role-playing. Acá se apunta a la adaptación que para Piaget, junto
con la organización, conforma el conocimiento. Se busca la asimilación de la nueva
información sobre cómo debe comportarse en la situaciones planteadas por el role-playing,
lo que da paso a la acomodación de esta información en los esquemas ya existentes.
Posteriormente, la aplicación de está información, primeramente, en situaciones controladas,
y luego en situaciones cotidianas del niño, permitirá reforzar la repetición esta conducta
adquirida, convirtiéndola así en un hábito con el objetivo de así mejorar su conducta ante
determinadas situaciones, siendo este hábito la base del aprendizaje propuesto por Watson.

Es así como en la investigación realizada por Laura E. Rodríguez (2017) con la aplicación
de este programa los padres perciben mejoras en la conducta de sus hijos tras la
intervención, cambios que se manifiestan en el descenso del número de problemas de
comportamiento que atribuyen a sus hijos, especialmente en el número total de problemas.
Asimismo, se aprecia una disminución de las conductas relacionadas con el TDAH:
oposicionismo, desatención e hiperactividad-impulsividad. Igualmente, en la escala de
autocontrol también se observan mejoras significativas tras la intervención y en el
seguimiento. También se ha encontrado una disminución en la escala de problemas
escolares del cuestionario EPC según la información proporcionada por los padres tras la
intervención, aunque tal disminución no alcanza valores significativos. Estos cambios se
mantienen durante el seguimiento. Los profesores informan de mejoras, a corto plazo, en la
conducta de los sujetos que han participado en el tratamiento. Estos cambios se ponen de
manifiesto en el descenso del número total de problemas y de problemas externalizantes.
Dichos cambios también indican una disminución de las conductas relacionadas con el
TDAH tras la intervención (menor desatención, hiperactividad-impulsividad y conducta
oposicionista), y un mantenimiento de tal disminución en la fase de seguimiento.

Por otro lado, se encuentra el programa de entrenamiento en auto-control y habilidades


sociales, basado en las aportaciones de Kendall y Braswell (1985) y Braswell y Bloomquist
(1991), el cual se estructura en 12 sesiones de una hora por cada sesión, realizadas con
frecuencia semanal. Para lo cual las técnicas a utilizar son las autoinstrucciones (contenido y
secuencia), la resolución de problemas, el modelamiento, el autocontrol, la autoevaluación,
la autovaloración de la conducta al final de cada sesión realizada por el propio niño, y la
valoración de dicha conducta realizada por el terapeuta. También se aplicaron el refuerzo
social, el coste de respuesta, el recuento de los puntos y la elección de alguna de las
actividades sociales propuestas para realizar dentro del grupo, durante los últimos cinco
minutos de la sesión. De esta forma se aplica el condicionamiento operante de Skinner por
medio de los reforzadores positivos, siendo por ejemplo el obtener puntos o la elección de la
siguiente actividad la consecuencia placentera o satisfactoria que aparece tras la conducta
que se quiere lograr del niño, y de los reforzadores negativos o coste de respuesta, siendo
por ejemplo la pérdida de puntos o no poder elegir la siguiente actividad la retirada del
reforzador positivo que aparece tras la conducta del niño que se quiere modificar. Además al
realizarse las sesiones en grupos se da el refuerzo social, siempre presente para Skinner en
la conducta de grupo. De esta forma mediante el uso de la teoría del condicionamiento
operante se potencia e inhibe aquellas conductas deseadas en cada situación planteada en
la búsqueda del mejoramiento de las conductas problemáticas por parte de los niños con
TDAH.

En los resultados obtenidos por Caterina Calderón (2001) con los usos de este programa
se vio una disminución en la escala de problemas internalizantes así como también en el
total de problemas de conducta, aunque no se apreció un descenso estadístico significante
en la escala de problemas externalizantes. Pero sobre todo es notorio el cambio efectuado
en la adquisición de autocontrol. También se aprecian mejoras que se manifiestan en la
comisión de menos errores y un aumento en el tiempo que los niños dedican a la tarea.

Conclusión

Finalmente, se puede afirmar que la hipótesis expuesta en este trabajo es válida. Aplicar
la terapia cognitivo-conductual en niños con trastorno de déficit de atención e hiperactividad
(TDAH) desde una temprana edad, ayuda a fortalecer y aprender los comportamientos y
habilidades que son positivos y eliminar aquellos que no son adecuados, como la
hiperactividad, inatención, impulsividad y desorganización. Esto queda justificado con los
resultados obtenidos por Rodriguez (2017) cuando se compara los datos obtenidos por
medio de un análisis descriptivo de datos (edad, sexo, etc) donde se confrontan dos grupos:
tres niños diagnosticados con TDAH, y otros tres niños que cumplen las características con
este trastorno pero no fueron diagnosticados. Los beneficios de la terapia
cognitivo-conductual en niños con TDAH escolarizados en centros ordinarios de Alicante,
nos indica la verosimilitud de la hipótesis expuesta, donde se aplicó la terapia cognitivo-
conductual a niños en primero de primaria.

Al detenerse en los resultados, se puede observar que la mayor dificultad que tienen los
niños con TDAH antes de la terapia, es llevar a cabo las auto-instrucciones y mantenerse
enfocados en las actividades que se les asignan durante un largo periodo de tiempo. A
diferencia de los niños que no fueron diagnosticados, que su máxima dificultad se centra en
realizar las auto-instrucciones. Ambos grupos de niños, antes de la terapia, presentan
dificultades para controlar la impulsividad. Se observa que luego de la terapia, los niños
diagnosticados con TDAH comienzan a mejorar sus habilidades y a cumplir con los
mandatos estipulados, al punto en que todos los niños, incluidos aquellos que no fueron
diagnosticados, tienen la misma capacidad para resolverlos.

Efectivamente las técnicas tales como el refuerzo positivo, la economía de fichas, la


sobrecorrección, las autoinstrucciones, el autocontrol, la inhibición de respuesta, y la
resolución de problemas resultaron ser aquellos métodos favorables que se buscaban al
inicio de este trabajo.

Aun así, se considera importante destacar que no todos los programas de tratamiento con
enfoque cognitivo-conductual resultan ser exitosos, en especial cuando se trata de periodos
de tiempo largos. Una de las críticas que se realizan con más insistencia a los tratamientos
cognitivo-conductuales, y a los tratamientos en general, es la falta de generalización de las
habilidades aprendidas fuera del contexto terapéutico, y la carencia de resultados
satisfactorios a largo plazo que asegure que las mejoras se mantengan (Dulcan, M.K. &
Benson, R.S., 1997). Pese a esto se ha comprobado que estos tratamientos son más
efectivos mientras más rápido se efectúen tras detectar los síntomas, de esa manera se
evita que los niños experimenten reiteradas situaciones de fracaso, presenten una imagen
deteriorada de sí mismos, muestren déficits en los aprendizajes escolares básicos, y
desarrollen problemas de conducta.

Por último se quiere destacar que parte de los objetivos de esta práctica ha sido el
descubrir tratamientos cognitivo-conductuales efectivos en el tratamiento de TDAH en niños,
no solo por la cantidad de dificultades a las que estos niños se enfrentan en sus ámbitos
familiares, sociales y escolares, sino más bien por las limitaciones en cada estudio
encontrado sobre el tema. Hace sesenta años atrás aproximadamente se consideraba al
TDAH como un daño cerebral mínimo, posteriormente como una disfunción cerebral mínima
y luego como un trastorno. Hoy en día se sabe que la terapia cognitivo-conductual es el
mejor abordaje en la reducción y control de la sintomatología del TDAH, y por ello esta
investigación pretende contribuir en lo que se conoce como estado del arte en pos de que la
desadaptación escolar, los problemas de conducta, la autoimagen negativa, el autoconcepto
erróneo y la ansiedad-depresión no sean consecuencia a las que los niños con TDAH deban
enfrentarse en su infancia, adolescencia y adultez.
Anexo

ANEXO A

“Resultados de un programa de tratamiento cognitivo-conductual para niños con


Trastorno por déficit de atención con hiperactividad”
El presente estudio evalúa los efectos de un programa de auto-control y de entrenamiento
en habilidades sociales diseñado para niños que presentan Trastorno por déficit de atención
con hiperactividad (TDAH). El programa combina técnicas cognitivas (autoinstrucción,
resolución de problemas, modelamiento, autocontrol y autoevaluación) y técnicas
conductuales (refuerzo social y coste de respuesta). La aplicación se realizó en grupo, con
niños de 8 a 12 años de edad, a 10 largo de tres meses y con una frecuencia de una sesión
por semana. Se realizaron tres evaluaciones: una en el momento de pre-tratamiento, otra en
el post-tratamiento y la última un mes más tarde. Los resultados apoyan la eficacia del
programa de autocontrol en niños con TDAH; se obtuvieron efectos positivos del tratamiento
en las medidas de evaluación utilizadas.

ANEXO B

“Los beneficios de la terapia cognitivo-conductual en niños con TDAH escolarizados en


centros ordinarios de alicante”
Dado el alto porcentaje de casos de niños/as con Trastorno por Déficit de Atención e
Hiperactividad (TDAH) en España, y las múltiples intervenciones que se pueden llevar a
cabo con respecto a éste, se plantea el presente estudio con el objetivo de conocer los
beneficios de la terapia cognitivo-conductual en niños con TDAH escolarizados en centros
ordinarios del municipio de Alicante. Para ello, se propone realizar un estudio descriptivo,
comparativo, ya que, se partirá de una muestra de niños con TDAH del municipio de
Alicante, en la que la mitad de los sujetos elegidos al azar se les realizará la intervención y a
la otra mitad no (grupo experimental-grupo control). Se trata de un estudio experimental, en
el que la intervención se realiza a través de la terapia cognitivo conductual. Se recogerá
información mediante un protocolo de observación preintervención y postintervención. Los
datos obtenidos se analizarán por medio de un análisis descriptivo de los datos que lo
precisen (edad, sexo, etc.), y se realizará una comparación de las variables entre los dos
grupos, por medio de pruebas estadísticas no paramétricas. El trabajo finalmente tiene
sentido y es coherente con los objetivos inicialmente propuestos, llegando a la reflexión final
de que la terapia podría aportar beneficios en el ámbito educativo para los niños/as con
TDAH.
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