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ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS

1.1. Conceptos
la integración de los resultados es parte fundamental del proceso de evolución, ya que
su función es trasmitir de manera clara y concisa la información obtenida, los hallazgos
o impresiones clínicas y las recomendaciones específicas.
1.2. Niveles de inferencia
Nivel I: Se interpreta lo observado en un segmento de conducta manifiesta, ya sea en un
dibujo, en una historia, en una respuesta perceptiva, en el discurso, etc. como forma de
su comportamiento habitual.
Nivel II: Implica un nivel de abstracción mayor. La información obtenida a través de
datos manifiestos se generaliza en categorías descriptivas más amplias.
Nivel III: la conducta manifiesta del sujeto se la interpreta como expresión de un rasgo
intrapsíquico que lo contiene. En el ejemplo dado, el psicólogo puede hipotetizar que la
Omisión del sujeto estaría expresando el choque con figuras parentales frustrantes.
Nivel IV: Los datos de las conductas se integran y se organizan alrededor de una teoría
de la personalidad. En este nivel se construye una hipótesis teórica difícil de contrastar
empíricamente. Cabe aclarar que en el informe escrito no se deben incluir conceptos
teóricos (por ejemplo, Complejo de Edipo).
1.3. Criterios para el análisis interpretativo
¿Hay un método convencional para el estudio de todo lo recabado en la situación
diagnóstica? No, no existen normas fijas. Como una estrategia posible se sugiere
aproximarse a la totalidad del material clínico teniendo en cuenta la presentación del
sujeto, la disposición hacia la tarea, la relación con el entrevistador. Estas hipótesis
constituyen los primeros interrogantes que guiarán la planificación de la batería y el
análisis de los materiales, por ejemplo: "el elevado monto de angustia que siente el
sujeto puede derivar en un estado depresivo; la inhibición de su participación social
parece originada por la percepción de un entorno hostil y amenazante que reactualiza
conflictos vinculares primarios; se estima disminución del sentido de realidad y
desconexión de las cosas más obvias por desórdenes en el pensamiento, que lo lleva a
confundir mundo real y mundo de fantasía.
Análisis formal: Implica evaluar las características estructurales que representan los
signos más estables de la personalidad. Por ejemplo: actitudes, lenguaje, gestos,
escritura, cantidad de palabras por historia
Análisis de contenido: Se refiere a los aspectos más individuales y particulares
reflejados en las distintas técnicas. Por ejemplo: a través de las temáticas que elige, de
los argumentos de las historias, de los símbolos gráficos y verbales, etc.
Cotejo intratest: Se analiza el tipo de producción (grafismos, temáticas, respuestas
esperables, desviaciones, secuencias, tiempos, verbalizaciones, etc.) que el sujeto hace
en cada técnica particular.
Cotejo intertest: Se comparan los indicadores comunes o divergentes que
caracterizan las producciones en las diferentes técnicas.
1.4. Integración de datos cuantitativos y cualitativos
Cuando se incluyan datos directos de algunos test, por ejemplo: CI, puntajes Bender,
etc., también deben estar explicados en su significación cualitativa. Para obtener mayor
riqueza diagnóstica los datos serán articulados en sus niveles nomotéticos e
ideográficos, porque necesitamos asociar ciertas características de la persona a
referentes estables y clasificatorios que permitan la comparación intersubjetiva, pero
también se los debe profundizar desde lo singular y propio que transmiten,
analizándolos desde la perspectiva histórica y de experiencias más recientes. Por otra
parte, la tarea interpretativa del psicólogo se orienta sobre supuestos teóricos e
ideológicos acerca de lo que considere salud o enfermedad.
La profundidad de las hipótesis dependerá de varios factores:
• De la validez de las técnicas que utilice el psicólogo
• De la reiteración de las pautas interpretativas en más de un material
• De la relación que guarden con otros aspectos de la vida del sujeto (historia
personal, etapa evolutiva, situación familiar, social, cultural, etc.).

1.5. Modelo clínico


La interpretación es un proceso creativo que lleva a ampliar el conocimiento
estableciendo conexiones nuevas y creando significados. Comprender es captar
significados. Bien es cierto que un concepto está abierto a varios significados. La
evaluación conlleva discernir, tejer una red de significados y sentidos de carácter
explicativo, personal y valorativo.
«El concepto fundamental de la psicología humana es el significado y los procesos y
transacciones que se dan en la construcción de los significados». Los términos
«significado» y «sentido» se utilizan como sinónimos, si bien el primero atañe más al
«qué», el contenido; mientras que el segundo refiere al «para qué» o finalidad del
comportamiento analizado. En cuanto al evaluador científico, además de la sujeción al
método y el respaldo de la teoría, es importante la consideración de aspectos humanos
suyos tales como la actitud, los conocimientos previos, el talento, la creatividad y la
capacidad de comprensión, sin los cuales resulta difícil imaginar que puedan producirse
interpretaciones veraces.
La interpretación subsume distintas tareas cognitivas complejas de generación e
integración, de absorción y transformación de la información. Son procesos cognitivos
todavía no bien conocidos que utilizan mecanismos específicos de representación
mental que se activan especialmente en determinados momentos. En psicología las
informaciones y datos encierran un componente latente de ambivalencia en cuanto a su
significado que es preciso resolver en función de las demandas del contexto en que se
producen.
En el lenguaje escrito el peso relativo del contexto a la hora de interpretar es menor que
en el lenguaje oral, por lo que la información ha de ser más explícita a fin de ser bien
entendida. Según sean los supuestos, el evaluador activará esquemas cognitivos
diferentes para interpretar los mensajes e informaciones que le lleguen.
Es la teoría desde la que trabaja el evaluador clínico la que le suministra el código de
leyes, signos y reglas útiles para comprender los comportamientos, las variables que
éstos implican, su nomenclatura, qué interpretar y cómo, en suma, los recursos
cognitivos y ciertas pautas para transformar la información en determinada dirección
interpretativa.
1.6. Modelo dinámico
En vez de centrarse en la búsqueda de causas orgánicas de los trastornos mentales, o en
los rasgos o dimensiones de la personalidad, los seguidores de este enfoque tratan de
averiguar la estructura de la personalidad de los sujetos. Pero, esa estructura de la
personalidad es una construcción teórica que apela esencialmente a la vida mental
inconsciente.
Los factores intrapsíquicos constituyen las causas subyacentes de la conducta
manifiesta, y tienen lugar en la mente bajo la forma de impulsos, deseos, motivos y
conflictos.
Las técnicas proyectivas han estado siempre asociadas con el enfoque dinámico, aunque
no responden exclusivamente a sus planteamientos. La no estructuración se refiere tanto
al material de la prueba, como a las respuestas del sujeto, como a la interpretación de las
respuestas. Como podemos apreciar, los objetivos posibles con este enfoque no van más
allá de la comprensión y explicación de la conducta, entendidas ambas bajo los
márgenes estrechos y cerrados de la teoría de la personalidad que lo sustenta.
1.7. Modelo fenomenológico
Bajo el epígrafe de modelo fenomenológico incluimos una variedad de modelos, que, a
pesar de contar con características comunes suficientes para hacerlos identificables,
muestran también diferencias sustanciales. Sin embargo, tiene gran importancia y ha
conseguido un buen número de seguidores en el ámbito clínico y en el psiquiátrico. Así,
lo más importante, al considerar la conducta, son factores internos de tipo cognitivo
como la percepción del individuo y su experiencia subjetiva.
La consideración de la persona humana como un sujeto independiente y pensante, que
es responsable de sus actos, y es capaz de planear, elegir y tomar decisiones respecto a
su conducta, requiere centrarse en la propia persona y no en procesos o causas
subyacentes. Sólo se comprende realmente a una persona cuando nos situamos en su
lugar para percibir el mundo desde ella misma, por lo que la relevancia la tiene el
momento actual y no la historia pasada.
Las características comunes del modelo de evaluación fenomenológico, humanista o
existencial, de acuerdo con Ávila Espada (1987) son: a) Entender el comportamiento
como un producto total, determinado básicamente por la percepción subjetiva del
ambiente, los estilos comunicacionales y el potencial humano del sujeto; b) los objetos
de estudio más característicos son la autopercepción, el autoconcepto, la percepción de
otros y del ambiente, etc...; c) los métodos de evaluación más característicos son la
observación y la autoobservación; a través de la intuición y de la empatía se crean las
condiciones para realizar una evaluación centrada en el cliente; d) el proceso de
psicodiagnóstico no se dirige a producir etiquetas, descripciones o predicciones, la
actividad evaluadora y terapéutica son una sola, desapareciendo el rol asimétrico del
evaluador y del evaluado; y e) se critica radicalmente el concepto de enfermedad
mental, las categorías psicopatológicas, y los rasgos y dimensiones estáticas de la
personalidad.
1.8. Modelo de evaluación educativa
Es el modelo predominante de actuación: el énfasis se pone en analizar al alumno «que
tiene problemas», indagando cuál es la naturaleza de sus problemas, para así poner
remedio a los mismos. Sin embargo, la evaluación educativa ha tenido un proceso muy
rico y complejo de evolución. En otras palabras, podemos decir que de diagnosticar al
alumno hemos pasado a diagnosticar la enseñanza, para finalmente evaluar la
oportunidad de aprender. Vamos a ver más detenidamente está evolución de los
modelos de evaluación en el contexto educativo.
1.9. Tipos de análisis
Análisis basado en las técnicas: Una de las formas más frecuentes de organizar el material de
evaluación es aquella en la que se presentan los resultados obtenidos por el sujeto ordenados
según los tests y técnicas administrados. Por ende, los datos incongruentes procedentes de las
distintas técnicas empleadas no tienen por qué ser justificados.

Análisis basado en el problema: El informe basado en el problema está diseñado en función


de las cuestiones planteadas por el remitente (o el sujeto). Este tipo de informe centrado en
los objetivos del caso puede ser redactado en base a formatos previamente definidos. Las
dificultades fundamentales de este tipo de informe son las siguientes: en primer lugar, la
mayor parte de los problemas tiene diferentes modalidades, aspectos o variantes, por lo que
su homologación, con características de exclusividad y exhaustividad, es difícil. En segundo
lugar, este tipo de informe presenta una versión muy limitada del funcionamiento psicológico
del sujeto, ya que no se incluyen en él los aspectos positivos, sino sólo el listado de las
conductas patológicas. No obstante, existen ventajas también en este tipo de informe, por
cuanto los problemas del sujeto y su tratamiento son claramente explicitados.

Análisis basado en la teoría: Ya se ha dicho que detrás de un evaluador existe siempre una
teoría de la conducta humana. Esto que ha sido tratado como base para formular los distintos
modelos de evaluación puede servir de cauce a la hora de organizar el material del informe.
Así, desde una perspectiva dinámica, en el informe psicológico se incluirán apartados como:
«estructura de la personalidad», «mecanismos de defensa», etc. Así también, desde un
modelo médico, deberían ser descritos y debidamente ponderados los específicos síndromes y
síntomas que el sujeto presente. Los problemas de este tipo de informe son dos en lo
fundamental. En primer lugar, la restricción de la comunicación que necesariamente implica,
ya que los posibles receptores del informe no tienen por qué conocer la teoría de referencia
del evaluador. En segundo lugar, el hecho de tener que presentar los resultados de una
evaluación en función de unas determinadas construcciones teóricas puede ser un obstáculo
para cumplir con una o varias de las características enunciadas en el apartado anterior. Así,  el
informe basado en los test o técnicas resulta ser más replicable que el basado en la teoría. Por
último, el informe basado en la teoría podría ser considerado inevitable, por cuanto una teoría
está sirviendo de base a una evaluación y será, probablemente, la guía de una manera u otra
de la integración de los resultados.

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