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Sendín 2000 (Bases conceptuales y definición del proceso diagnóstico).

Sendín 2000 (Encuadre, objetivos y fases del proceso diagnóstico).

DIAGNOSTICO.
El diagnóstico es el conocimiento que procede con el análisis o aspectos que componen un fenómeno para
luego reintegrar lo conocido a una totalidad. Por supuesto que quien comprende, comprende a partir de datos
u observables o indicadores.

Cuando se habla de diagnóstico médico, alude a signos y síntomas.

Cuando se habla de diagnóstico psicológico, se entiende actualmente como un proceso, lo que supone la
inclusión de un conjunto de conocimientos teórico-técnicos aplicados a dilucidar una situación humana
compleja de la que se parte para poder luego prever y planificar intervenciones sucesivas que permitan su
resolución o modificación. Una gran cantidad de variables distintas interaccionan entre sí. Se las debe
registrar, pero además integrarlas y elaborarlas atravesando distintos niveles de inferencia. La praxis
diagnóstica en el caso de la Psicología debe estar dentro de procedimientos rigurosos y sistemáticos que
persigan como finalidad definir o delimitar, describir, comprender y explicar su objeto de estudio.

También definido como Evaluación Psicológica:


Es una subdisciplina de la Psicología aplicada que investiga sobre la evaluación en todas las áreas de
aplicación de la Psicología. Aborda el análisis científico del funcionamiento psíquico de uno o más sujetos (o
grupo específico de sujetos) con distintos objetivos. No se reduce a la mera aplicación de tests o técnicas
psicométricas o proyectivas. Sino que comprende el establecimiento y puesta en marcha de procesos
estrategiados que se desarrollan sobre la base de un vínculo intersubjetivo.
La evaluación psicológica es un proceso que consiste en la recopilación de informaciones relativas a
repertorios de comportamientos, funcionamiento cognitivo, estados emocionales y estilos relacionales de una
persona. Suele implicar a más de un individuo, pudiendo tener como objetivo a una pareja, familia u otro
colectivo que funcione como sistema interactivo. La información se integra, contrasta, procesa y selecciona
en sucesivos pasos hasta ser convertida en una descripción significativa del funcionamiento psicológico del
evaluado.

Veccia (2005) Enfoque Conceptual Psicodinámico del Diagnóstico Psicológico.


Según Kirchner, Forns y Torres la evaluación psicológica consiste en el análisis de la conducta humana
con finalidad predictiva, explicativa o modificadora. Aporta la toma de posición respecto al modelo de
personalidad implicado. Parte del análisis de la conducta, a la que le atribuye características de consistencia
y estabilidad en el tiempo puesto que se busca predecirla y explicarla, y se considera modificable, sujeta a
cambios de intervenciones sobre ella.
Según ellas, los modelos que han influido en la evaluación psicológica y las técnicas derivadas son:
 Modelos centrados en la persona (personologicistas) que atienden a los factores individuales biológicos,
emocionales o psicológicos, cognitivos, etc. Como determinantes de la conducta.
 Modelos centrados en variables situacionales (situacionalistas) que consideran el ambiente o contexto
como determinantes de la conducta.
 Modelos que defienden la idea de que la persona y el ambiente (interaccionistas) se condicionan
mutuamente y analizan la interacción persona-situación.

A la persona no se la puede encasillar en un modelo, se necesita un modelo integrador para ampliar la visión.
Modelo psicodinámico.

MODELO.
Un modelo es un constructo o resultado que representa tanto a la teoría (sistema de referencia) como a los
observables o datos empíricos. Un modelo se construye seleccionando algunas variables y desechando
otras, sólo da cuenta de un sector limitado del fenómeno que se estudia. Es dinámico, es decir que los
modelos pueden crecer y complejizarse hasta convertirse a veces en verdaderas teorías.
Un modelo simplifica y esquematiza. No es una teoría. Una teoría es más abarcativa. El modelo es para la
teoría una especie de andamiaje o estructura que permite formular hipótesis (contexto de descubrimiento) y
luego contrastarlas (contexto de verificación).

MODELO PSICODINÁMICO EN PSICODIAGNOSTICO.


Veccia (1998) El Método Psicodiagnóstico y el Ejercicio Profesional del Psicólogo.
Veccia (2005) Enfoque Conceptual Psicodinámico del Diagnóstico Psicológico.
Veccia 2005 (Revisión de los conceptos de Personalidad y Proyección).

En este modelo convergen teóricos de base PSA. Se caracteriza por:


1-Una relación entrevistado entrevistador con encuadre implícito e explícito que le es característico y que lo
diferencia de la labor terapéutica a la vez que constituye un puente o preparación para la misma.
2) El establecimiento de dicha relación parte de una demanda que puede provenir de distintas áreas de
aplicación de la Psicología
3) y se desarrolla como un proceso que comprende fases o etapas.
4) Este método se aplica para la descripción, comprensión y explicación de la personalidad de un individuo
o de una unidad de análisis (grupo pequeño o familia). Pero no se trata de un individuo a-contextuado sino
que toma en cuenta conocimientos e informaciones provenientes de los diversos contextos.
5) El PD tiene un por qué y un para qué: su objeto de estudio es la personalidad del entrevistado, su
organización psíquica y las conductas y expresiones funcionales y disfuncionales que la caracterizan con el
objetivo de decidir futuras intervenciones que aporten soluciones a la queja o malestar particular de quien
lo solicita o para quien haya sido solicitado.

El enfoque conceptual psicodinámico, llamado también Psicología de Orientación Psicoanalítica, propone


la pluralidad metodológica y acepta el uso de técnicas cuantitativas y cualitativas, la inclusión de
herramientas estadísticas y el trabajo con otras disciplinas tales como las neurociencias, las teorías
cognitivas, la teoría del procesamiento de la información, la etología, etc.
El diagnóstico que caracteriza al modelo psicodinámico de la personalidad es ideográfico, es decir: se
ocupa del estudio en profundidad de un solo individuo para sólo desde allí interesarse por lo nomotético. A
diferencia de otros modelos no se trataría aquí de “paquetes” o programas aplicables a muchos sujetos,
sino que es la singularidad de cada ser humano la que articula y ordena la relación terapéutica.

Su objeto de estudio es la PERSONALIDAD del entrevistado, su organización psíquica, sus conductas y


expresiones que lo caracterizan sean funcionales o disfuncionales respecto al ambiente, con el objetivo de
decidir futuras intervenciones.
La PERSONALIDAD desde la Psicología no se considera un observable sino un constructo. En su desarrollo
intervienen múltiples factores que se interrelacionan y dependen unos de otros. En un psicodiagnóstico con
enfoque psicodinámico implicamos: DINÁMICA DE LA PERSONALIDAD (presencia de conflictos entre
tendencias contrapuestas tanto inter como intra sistémicos) + ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD
(elementos que componen la organización psíquica y pautas o leyes de funcionamiento que relaciona los
distintos elementos entre sí).
Se tienen en cuenta la causalidad de los fenómenos, traumas, síntomas, sexualidad, funcionamiento del
inconsciente, mecanismos de defensa.

PERSONALIDAD.

Definición.

La PERSONALIDAD puede entenderse como una organización única e idiosincrática de cada sujeto que le
permite interactuar con el ambiente y con los otros y que se ve influenciada permanentemente por los
entornos en los que se desarrolla. Su base es biológica y su desarrollo es posible a partir de la trama vincular
que la origina y sostiene. Posee múltiples facetas que le permiten mayor versatilidad, flexibilidad y eficacia en
la adaptación.

Se desarrolla a partir del deseo y de la necesidad y en una variedad de procesamientos cambiantes y fluidos
que permiten construir/deconstruir/reconstruir el proyecto de vida propio, a lo largo de los años y de las crisis
vitales. El cambio de la personalidad es posible en la medida que cada sujeto se piense y se historice a sí
mismo.

Propuesta definición integradora: (Modelo propuesto por la catedra).


La personalidad es una organización única e idiosincrásica de cada sujeto que le permite actuar con los
otros humanos y no humanos, pensada por los entornos en los que dicho sujeto se desarrolla. Su base es
biológica y su desarrollo es posible a partir de los vínculos que la originan y sostienen.
El desarrollo de la personalidad y sus complejización en múltiples facetas sólo resulta posible a partir del
diálogo intersubjetivo. Puede pensarse en ella disponiendo de dos aspectos en permanente conexión e
interpenetración: Uno manifiesto y otro latente, no solamente referidos a los procesos de la memoria que se
vuelven disponibles o se inhiben, sino la manifestación de la acción y la presencia latente de la misma en los
guiones que la preceden y determinan. La personalidad desarrolla el partido del deseo y de la necesidad, una
variedad de procesamientos cambiantes y fluidos que permite armar el propio proyecto de vida a través de
años y crisis vitales.
Enfoques para el estudio de la Personalidad.
El estudio de la personalidad que propone el psicodiagnóstico debe ayudar a resolver cuáles son los
abordajes terapéuticos más adecuados para cada sujeto en particular, y en la situación que atraviesa.
El psicodiagnóstico propone una combinación de técnicas auxiliares que complementan a la entrevista clínica
inicial, técnicas proyectivas han aportado el estudio la personalidad desde un enfoque ideográfico, las
objetivas y psicométricas lo han hecho desde una perspectiva nemotécnica. Las proyectivas plantean el
estudio de un individuo tan profundamente como sea posible, aún al costo de no poder generalizar. Las
segundas se enfocan en el desarrollo de leyes generales comunes a todos los individuos, aunque se pierda
detalle de cada uno. Actualmente ambas formas son necesarias para una comprensión acabada de sujeto,
prima una perspectiva interaccionista y pluralista.

Enfoque nomotético:

- Se centra en el estudio de los rasgos comunes a un grupo de individuos pertenecientes a una misma
cultura. Los rasgos son abstracciones generalizables que quedan inscriptas en el lenguaje: tímido,
audaz, simpático, huraño, extrovertido, introvertido, etc.

Enfoque ideográfico:

- Estudia la singularidad de cada individuo, de modo profundo, comprensivo y empático. Se interesa


por la dinámica y estructura de la personalidad. En este enfoque la categorización se hace en base a
“tipos” Ej. Neurótico-Psicótico-Limítrofe, etc.-

Algunas teorías…
(Koldobsky): Integración de la vida psíquico-conductual-relacional del individuo. Constructo de la ciencia
para explicar la forma más o menos estable que tienen los individuos a lo largo de la vida para conducirse,
pensar, sentir y relacionarse con los demás.
(Millon): Modelo complejo de características psicológicas profundas, que son generalmente inconscientes,
que no pueden ser erradicadas y que se expresan automáticamente en cada faceta del funcionamiento
individual. Sus rasgos emergen de una complicada matriz de disposiciones biológicas, del aprendizaje y la
experiencia, y comprende y abarca el modelo distintivo individual de percibir, razonar y enfrentar las
situaciones y a los otros.
(Bleger): No es un objeto observable sino una construcción que se infiere a partir de datos observables.
(Bruner): Los procesos cognitivos se mueven en dirección de las necesidades. Como resultado se produce
una distorsión que la personalidad con sus motivaciones y conflictos le imprime a la percepción.

Hay una serie de cualidades que definen lo personológico:


 La personalidad tiene un carácter holístico. Es un concepto sintético e integrador de lo interno y externo,
lo social y lo individual, afectivo y lo cognitivo.
 La personalidad es un producto tardío del desarrollo psíquico de sujeto. Queda conformado el final de la
adolescencia.
 La personalidad es un componente central de la constitución del sujeto. Es el sujeto quien ejerce la función
reguladora a través de la personalidad. Esta es su mecanismo de regulación.
Los modelos o teorías de la personalidad.
La personalidad no es un objeto observable sino una construcción de nuestra mente, la inferimos a partir
de datos, observables. Para observarla se propusieron diferentes modelos, cuya función sería la de un
esquema simplificado de la realidad que intenta representar.
Modelos más influyentes Son 5:
a) de los rasgos, b) psicoanalítico, c) biologicista, d) conductista, e) fenomenológico o humanista.

a) Los rasgos constituyen un número pequeño de grandes disposiciones o tendencias a pensar, sentir
y actuar de determinada manera. Este modelo define a la personalidad como una configuración de
factores más o menos estables que determinan que la conducta sea consistente en diferentes
ocasiones y distinta a la conducta de otras personas en situaciones comparables. La estructura de la
personalidad puede estudiarse a través de métodos cuantitativos calculando la correlación entre
distintos rasgos, los cuales se miden a partir de comportamientos más o menos frecuentes que
varían de manera inter- individual. Cuestionarios, inventarios y escalas son situaciones
estandarizadas que revelan la distribución de rasgos dentro de su personalidad y la diferencia
respecto de otros sujetos.
Los rasgos combinan un amplio rango de características establecía orientaciones. Las categorías de rasgos
sirven para definir una estructura, una organización y ordenar la masa de datos de la persona entrevistada.
Respecto a este enfoque surgen algunos problemas. Por un lado, la misma estructura de rasgos explicaría
la conducta la cual a su vez se explicaría por la estructura. Otro problema es el probar la consistencia de la
conducta a lo largo del tiempo, necesario para establecer una predicción. Por último, ¿qué ocurre cuando se
hallan dos protocolos con idéntica distribución de rasgos? ¿se trata de dos personalidades idénticas?
Respecto de las ventajas ubicamos la sistemática operacionalización de variables, el planteo de las
diferencias entre estados y rasgos, los aspectos abarcados que pueden ser medidos y correlacionados, y la
posibilidad de adecuar esta medida para trabajar con distintos marcos conceptuales, dado que los rasgos son
descriptivos y no explicativos de la conducta.

b) Freud consideró al hombre como sujeto dividido entre la satisfacción de sus funciones y necesidades
primarias y la sujeción a normas e ideales de un grupo social, explicando su sufrimiento y malestar.
Esta obra contiene dos modelos que han contribuido a la teoría de la personalidad implícita en
ella:
I- Modelo topográfico: Con el estudio de los sueños se le da importancia al conocimiento sobre los
procesos mentales inconscientes, lo que lleva a plantear dos tipos de pensamiento: Por un lado, el
pensamiento lógico, realista y socialmente ajustado que recibe el nombre de pensamiento de procesos
secundarios y corresponde al sistema preconsciente- consciente; el otro pensamiento, que se manifiesta en
los procesos del sueño y los síntomas, se llamó pensamiento de proceso primario y corresponde al
sistema inconsciente. En este no hay ausencia de sentido sino un deslizamiento incesante de este,
interviniendo los mecanismos de desplazamiento y condensación. Se puede saltar de un tema a otro sin
guardar lógica, y no conoce el paso del tiempo. La estratificación de la mente divide a la misma en dos
capas, el sistema inconsciente y el sistema consciente, entre los cuales se ubica una tercera capa: el
preconsciente, con pensamiento de tipo secundario en lo formal pero cuyos contenidos quedaban
temporalmente fuera de la conciencia.
II- Modelo estructural: Expone la estructura subyacente de la personalidad y su división en instancias,
correspondiente con la segunda tópica: Ello- yo- súper yo. Estás se correlacionan:
1. el ello responde a la base biológica y hereditaria, sede de las necesidades y de las pulsiones y el origen de
la energía mental.
2. El yo es la instancia que conduce al placer de los deseos y necesidades, pero de forma demorada,
mediatizada por el lenguaje y la capacidad simbólica del sujeto. Sus funciones son pensar, sintetizar,
organizar, controlar la actividad física e instrumentar los mecanismos defensivos.
3. el súper yo deriva de ello y representa la censura social, autoconciencia, adaptación y sometimiento a las
normas y estándares morales. Ideales que unen a la conciencia.

Los conflictos de la personalidad se dan entre instancias y/o entre deseos y catexias contrapuestas
que intentan inhibirlos o hacerlos desaparecer, con el objetivo de adaptarse a la cultura y la sociedad. La
personalidad se desarrollaría a partir de una matriz relacional. La libido busca otros objetos antes que
descargar en abstracto, las satisfacciones libidinales se obtienen siempre en el contexto relacional humano.

Instrumentos de evaluación de la personalidad. Caracterización de las técnicas proyectivas,


diferencias con las psicométricas.
La importancia del test se obtiene de los siguientes niveles o estatus alcanzados:
Estatus científico: definido por las propiedades psicométricas.
Estatus clínico: Lo que los clínicos pueden hacer con los datos que obtienen de ella, a qué propósito sirve.
Estatus profesional: La extensión de su uso y la naturaleza de las actitudes prevalecientes hacia el
instrumento.

PROCESO PSICODIAGNOSTICO.

Definición.

El proceso psicodiagnóstico es un encuentro interpersonal de características específicas, en el que un


sujeto o grupo realiza una demanda y un técnico, el evaluador, se compromete a intentar satisfacerla.
El método psicodiagnóstico se usa para describir, comprender y explicar el funcionamiento de la
personalidad de los sujetos que consultan ya sea de forma espontánea o por derivación. Se define como
una aplicación práctica, metodológica y de investigación. Se desarrolla como un proceso en sucesivas fases,
parte de una demanda, plantea un objeto de estudio, objetivos, y una estrategia. Se compone de sucesivas
entrevistas algunas instrumentalizadas, con inclusión de técnicas proyectivas y/o psicométricas, de acuerdo a
la demanda, a las características del sujeto a evaluar y al motivo de la consulta.
Pérez Lalli 2014 (Las técnicas proyectivas: un abordaje epistemo-metodologico).

En el proceso psicodiagnóstico contamos con una demanda inicial del consultante que abre una
problematización, el modo de resolver estas preguntas se condiciona por diferentes variables que
determinarán los modos de abordaje, teñirán toda la acción del psicólogo e incidirán en la producción del
sujeto. Permitirán al psicólogo hacer evidentes ciertos observables que requiere para responder a las
preguntas que dieron origen al proceso. Es el psicodiagnosticador quien deberá articular y leer los datos para
poder decir acerca de sujeto. Los instrumentos psicométricos y proyectivos están preparados para detectar
aspectos de la dinámica y estructura de la personalidad.

Fases del proceso de diagnóstico.

Fases en sentido teórico.


Se hace referencia las fases de elaboración teórica, pasos o secuencia de actividades que el profesional
debe llevar a cabo y que son las mismas que las que utiliza un investigador en cualquier área del
conocimiento.
- Recopilación de información.
- Formulación de hipótesis.
- Verificación o contraste de las mismas.
- Derivación de conclusiones.

En el ámbito clínico los aspectos teóricos son indisociables de los objetivos prácticos, por lo que se
incluye una última fase:
- La elaboración de una síntesis significativa de las conclusiones y su comunicación. Se da respuesta a los
fines con los que se ha realizado la evaluación:
- Descripción, comprensión, pronóstico y orientación o propuesta de intervención.
Estos mismos objetivos prácticos determinan en gran medida el procedimiento a seguir para la verificación de
la hipótesis. Si con la evaluación se pretende sólo establecer descripciones, clasificaciones o predicciones
bastará correlacionarla, que permite contrastar las hipótesis y llegar a unos postulados, con niveles
aceptables de probabilidad. Si se desea lograr explicar y ayudar a modificar comportamientos será necesario
utilizar el proceso experimental, incluiría todo el circuito evaluación-intervención-reevaluación, conectando
aspectos evaluativos e interventivos.

Fases en sentido práctico.


El diagnóstico puede ser entendido como un proceso que comprende una serie de momentos diferentes y
sucesivos relacionados entre sí, cuyas peculiaridades constituyen y otorgan sentido a todo el conjunto. No se
trata de un encuentro puntual sino de sucesivos episodios a través de los cuales se recoge distinto tipo de
información, permitiendo que el funcionamiento del individuo pueda irse observando diacrónicamente, en
distintas situaciones y momentos, lo cual aumentará el muestreo o recogida de conductas, respuestas y
actitudes ante campos estimulares interactivos que presentan algún grado de modificabilidad.
Fases básicas.
Son tres:
- Entrevista inicial.
- Entrevistas de aplicación de pruebas psicológicas.
- Entrevista de comunicación de los resultados, incluye la confección de un informe escrito.
- Elaboración de informe.

Estas fases presentan aspectos diferenciales y objetivos específicos, pero también conexiones íntimas y
recíprocas formando un conjunto inseparable. No se puede pasar a la fase siguiente con la expectativa de
lograr sus objetivos si no se han cubierto los objetivos de la anterior, las informaciones recogidas en cada
una revierten y retroalimentan las obtenidas en los demás. Habitualmente se necesita de todas estas fases
para cubrir los objetivos básicos, pero dependiendo de los resultados de la entrevista inicial, la información
obtenida por otras fuentes o las características de la demanda, puede indicarse alargar, acortar o incluso
eliminar la fase de aplicación de pruebas psicológicas si no se consideran necesario sus aportes. La primera
y la última fase resultan siempre imprescindibles para efectuar un proceso diagnóstico completo.

Metodología. Estrategia diagnóstica.


Adoptarse un diseño de intervención diagnóstica que asegure la mayor cantidad de información para poder
arribar a una conclusión diagnóstica y pronostica. A una descripción, comprensión y explicación acerca de la
personalidad del entrevistado y a una estimación de sus probabilidades de cambio a través de la intervención
terapéutica.

1) Entrevista inicial semidirigida, que permite un paneo amplio y general de los significados que el sujeto
atribuye a su situación y a sus síntomas.
2) A partir de los resultados en la entrevista inicial, se aplican técnicas que permiten inferir el tipo de
problemática que el sujeto presenta y la intensidad de las mismas.
3) Con el objetivo de situar los resultados obtenidos, sea saber cuál es la estructura de la personalidad del
entrevistado y cuáles los conflictos que dominan su vida afectiva, la amplitud y cualidad de sus relaciones
interpersonales, etcétera. Por lo que se administraran algunas pruebas gráficas.
4) Se concretará una última entrevista en la que se irán retomando todas las comprensiones que fueron
construyéndose sobre el entrevistado y que se han ido comunicando parcialmente, con el objetivo de
contrastar sus hipótesis y observar si como producto de sus intervenciones el paciente amplio la conciencia
de su propio malestar.
5) Para un informe que se enviará a quien corresponda, tratando de fundamentar en él lo observado en el
proceso diagnóstico. Se brindará un panorama de los aspectos funcionales y disfuncionales de su
personalidad, y orientará respecto de la mejor ayuda posible.

El analista lo que hace en el psicodiagnostico es pasar de lo empírico a lo conceptual por vías de transformaciones.
Primero recolecta distintos observables del sujeto los cuales deben ser relevantes (tanto para el sujeto, para la población
del sujeto, para el objetivo del caso, para la edad cronológica del sujeto y para el estímulo de la técnica). Estos
observables relevantes el psicólogo los articula a la teoria (la cual también es demandada por los observables y por ende
es relevante para el psicólogo), en base a esa articulación se forman los indicadores. Estos indicadores psicológicos por
sí solos no significan nada, es decir, no se puede determinar a qué refiere, es necesario que se una a otros indicadores
psicológicos y recién en la constelación de estos indicadores el psicólogo puede formular una hipótesis presuntiva, las
hipótesis presuntivas pasan por un proceso de contraste empírico (recurrencias y convergencias), por un proceso de
argumentación (se justifican las hipótesis que fueron creadas) y por último deben estar articuladas a la teoria.
Si las hipótesis presuntivas pasaron el proceso de refutacion, el psicólogo está en condiciones de armar hipótesis
diagnósticas.
Las hipótesis diagnósticas son articuladas a los objetivos y si responden a los objetivos del caso en particular
recién ahí se puede hablar de conclusiones diagnósticas, es decir, el psicólogo puede armar un diagnóstico.

Objetivos diagnósticos.
El evaluador se hace cargo de una demanda de ayuda psicológica. Los objetivos de la evaluación tienen que
ser enunciados. Este proceso interactivo e interpersonal se compone de una serie de fases o etapas con
múltiples interrelaciones, entre sí y con el proceso de intervención psicológica ulterior.
Antes de iniciar el psicodiagnóstico cabe preguntarse si es necesario o no, qué utilidad puede reportar el
sujeto, qué fines se persiguen con su puesta en marcha. Si estas preguntas pueden contestarse, se da inicio
un proceso intentando alcanzar objetivos jerarquizados: Primarios y secundarios.

Objetivos principales:
Representan los fines básicos de todo diagnóstico, ineludibles. Son dos:

- 1) Una descripción/comprensión del caso de lo más amplia posible:


Un proceso completo evaluación psicológica representa un sistema relativamente rápido de conocer las
líneas generales de funcionamiento psíquico de un sujeto, con conclusiones de nivel aceptable de
fiabilidad y validez gracias a los sucesivos contrastes a los que se someten los datos. La descripción
derivada del proceso evaluativo incluye las múltiples conexiones con los sistemas y subsistemas
relacionales en los que el sujeto aparece. Aunque el diagnóstico sea individual, no puede ser individualista,
sino que debe contemplar siempre los contextos inmediatos con los que se relaciona el sujeto. Para esto hay
que integrar toda la gama de informaciones que permitan identificar y definir dos grupos de aspectos del
funcionamiento del sujeto:
- Detección de los aspectos disfuncionales. Pueden ser explícitos e implícitos, presentes tanto en el
sujeto como en su entorno. Se trata de identificar todos aquellos factores que intervienen en la
generación y mantenimiento de las dificultades, y que presentan efectos acumulativos.
- Detección de los recursos adaptativos potenciales. Pueden aparecer tanto en la persona
evaluada como en su entorno. Su descubrimiento es útil a fin de que puedan servir como referencia y
ser instrumentalizados para favorecer cambios y apoyar la intervención.
Un diagnóstico es incompleto si sólo él tiene registro de los conflictos, deficiencias o disfunciones de
un sujeto. Se debe incluir una descripción de los recursos adaptativos potenciales con los que cuenta cada
caso, aunque se encuentren infrautilizados, para su uso en tratamientos posteriores.
En toda relación psicológica se requiere de la colaboración del sujeto, uno de los primeros objetivos es lograr
un compromiso que sostenga la relación y evita el abandono prematuro. Se basa en un esfuerzo colaborativo
entre el técnico y el potencial saludable del sujeto, en aumentar la salud psíquica más que curar la
enfermedad.
Debemos entender el diagnóstico como proveedor de elementos para el diseño de intervención lo más
ajustada posible a cada individuo. Una visión integrada de los aspectos saludables y conflictivos del individuo
ofrece:
 Mayor precisión para la selección y el diseño de la intervención con ese sujeto.

 Información sobre programas preventivos que pueden asociarse el tratamiento.


 Información pronóstica, con una valoración de los obstáculos a superar en cada caso para evitar
interrupciones prematuras. A su vez, permite definir y comprender mejor:
 Lo que le está ocurriendo.
 Los motivos que provocaron la situación actual.
 Los intentos previos de solucionar los problemas.
 Las probabilidades de introducir cambios en su funcionamiento.

- 2) Planificación de la intervención.
El diagnóstico sirve para planificar intervenciones adecuadas y tomar decisiones ajustadas acerca de:
 La modalidad terapéutica.
 La posible combinación o sucesión de varias modalidades.
 Los obstáculos y limitaciones que se pueden prever desde el inicio.
 Las prioridades o secuencia en el abordaje de los problemas de sujeto.
 Los recursos, del propio sujeto y de su entorno, qué habría que intentar movilizar para lograr un cambio
significativo.
 Los indicadores pronósticos.

Objetivos secundarios:
Estos no son alcanzables en todos los casos o no se ha logrado el mismo nivel de precisión en su definición.
Se trata de aspectos más difíciles de describir conceptualmente, debido a que aún se desconocen los efectos
que se generan en una relación interpersonal compleja y se está lejos de poder ejercer un control eficaz
sobre ellos.

Los objetivos secundarios de más fácil contrastación son:


- 1) Ofrecer una experiencia de relación interpersonal cooperativa.
El sujeto se encuentra en una situación interactiva peculiar donde no se siente juzgado, si no escuchado y
aceptado con todas sus dificultades, donde se le devuelve una descripción de su funcionamiento psicológico,
útil para aumentar la capacidad de reflexión y autoconocimiento.
Es frecuente que muchos comuniquen explícitamente su utilidad y que el proceso diagnóstico sirva de inicio
para el cambio, o signifique un punto de inflexión en la modalidad acercamiento a los propios problemas. De
todos modos, cabe aclarar que no todos registran o son capaces de utilizar del mismo modo los beneficios
derivados de la experiencia.
El solicitar una evaluación representa un movimiento de optativo, del sujeto y/o de su entorno, se reconoce la
existencia de dificultades y se buscan soluciones diferentes a las anteriores.

- 2) La instrumentalización indirecta de recursos potenciales.


Puede producirse a través de las actividades que se le solicitan habitualmente a los evaluados en el proceso
diagnóstico, que incrementan su capacidad de observación y análisis de las situaciones. Las actividades son:
 La petición de auto registros detallados de acontecimientos pasados y presentes.
 La co-responsabilización en la resolución de problemas.
 La valoración del esfuerzo y transmisión de confianza en sus posibilidades.
 La conexión de aspectos del funcionamiento psicológico con las consecuencias conductuales que
generan los motivos de la demanda, conexión que no fue percibida antes.

- 3) La recopilación de informaciones con valor pronóstico.


Se registran una serie de informaciones cualitativas que representan indicadores de motivación y de
pronóstico favorable, ambos relacionados con las posibilidades de cambio o potencial de modificabilidad que
el caso presenta.

a) Indicadores de motivación.
En función del esfuerzo para aportar datos y el grado de implicación personal se podrán derivar hipótesis
prospectivas, favorables o no, registrando la aparición de: - Conductas cooperativas, respuestas ajustadas a
las demandas de cada momento, receptividad para comprender el feedback relacional. La validación
posterior de las hipótesis nos lleva a concluir cuál es la posibilidad de una intervención ulterior y la respuesta
de un sujeto a la misma. Esta información cualitativa lleva aparejado un mayor sesgo de error, ya que se trata
de aspectos que se inscriben en el sistema interactivo interpersonal, del que el evaluador forma parte.
Además, a menudo pasan desapercibidos, ya que no se trata de mensajes explícitos, sino analógicos.

b) Indicadores de pronóstico favorable.


Existen elementos cuya presencia continuada y conjunta lo largo del proceso diagnóstico permite
interpretarlos como indicadores de pronóstico favorable, relacionados con la existencia de recursos
adaptativos, con alta motivación para iniciar proceso de cambio y con el potencial de modificabilidad.
Los indicadores son:
I- Respeto por el encuadre y grado de colaboración a lo largo de todo el proceso.
II- Buen nivel de desarrollo intelectual.
III- Responsabilidad afectiva o capacidad para registrar y expresar emociones.
IV- Plasticidad/ flexibilidad para adecuar y modificar actitudes a lo largo del proceso.
V- Permeabilidad/sensibilidad para utilizar el proceso de introspección de manera ajustada a las exigencias
externas y acorde con la conexión entre los motivos explícitos e implícitos de la demanda.
VI- Nivel aceptable de estructuración del entorno.
VII- Síntomas de instauración reciente y asociados con cambios externos que pudieron haber actuado
como desencadenantes.
La ausencia conjunta de estos indicadores apunta casi siempre a la hipótesis de un pronóstico
desfavorable.
I- Datos que podrían ser considerados irrelevantes vistos superficialmente, representan la
capacidad de ajustar el sujeto a exigencias externas razonables y mutuamente acordadas (por
ejemplo, la puntualidad, el mantenimiento de citas, el aporte de auto registros, etcétera). Una
escasa adaptación al marco de trabajo prefijado y consensuado indica un estilo menos eficaz en
la forma de acomodarse a tales exigencias, y menor cooperación/motivación.
II- Este indicador sólo funciona en el contexto clínico. El pronóstico será más favorable cuanto más se sitúe
sujeto por encima de la media, para las intervenciones psicológicas se requiere el uso de procesos
cognitivos muy elevados.
III- La falta de respuesta a los estímulos emocionales señala graves perturbaciones y hace muy difícil el
establecimiento de una relación o rapport productivo durante la evaluación, en el posterior vínculo
terapéutico.
IV- La secuencia actitudinal consistirá en que el sujeto está incómodo al inicio del diagnóstico, sobre todo
en la primera entrevista, y que esta actitud vaya dejando paso a un comportamiento más relajado a medida
que se familiarice con la situación. Si esto no ocurre o se da una secuencia inversa, podrá deberse a una
rigidificación de las estrategias adaptativas, qué hará prever una mayor de resistencia a los procesos de
cambio.
V- Se observará la aparición de asociaciones espontáneas y/o generalizaciones a otros campos, acorde a la
información que se vaya intercambiado. Si el sujeto no fuera capaz de beneficiarse de esto, su posibilidad de
beneficiarse de la terapia se reducirá.
VI- Los medios familiares desestructurados o caóticos ofrecen mucho menos apoyo para
corresponsabilizarse, iniciar y sostener cambios.
VII- Se trata de reacciones adaptativas ante eventos estresantes, que suelen ser fácilmente modificables
lado que responden a situaciones externas generadoras de tensión.

Variables.
Variables derivadas de sujeto.
Estas variables forman parte de la información que se genera en la situación diagnóstica. De todos modos,
esta no es la única fuente informativa del proceso. Las más relevantes son:
- Grado de motivación.
- Antecedentes anamnesicos.
- Características de personalidad.
- Nivel sociocultural.
- Tipo y grado de patología.
- Edad y sexo.

Variables derivadas del evaluador.


Las dificultades personales del técnico van a estar interfiriendo en la relación que éste sea capaz de
establecer con los evaluados. La situación diagnóstica implica el conocimiento y manejo de una serie
de técnicas, pero también la capacidad para conducirse con fluidez en una interacción de gran cercanía.
Algunas variables de gran influencia son:
- Nivel de expectativas.
- Refuerzos y condicionamiento verbal durante las entrevistas.
- Nivel de formación.
- Estatus profesional.
- Características de su personalidad.
- Particularidades físicas como raza, sexo y edad.

Análisis de la interacción.
El encuentro cara a cara permite captar al sujeto y su entorno familiar, su manera de comunicarse y ese lugar
en donde se explícita el motivo prioritario de esa particular relación entre examinador y sujeto.
La cooperación en la tarea común de comprender disfunciones, discriminar recursos y planificar la
producción de cambios que generan un mayor bienestar.
Los conceptos de transferencia y contratransferencia, referidos a aquello que el terapeuta y el paciente se
transmiten mutuamente de manera inconsciente, pueden ser aplicados también a la situación diagnóstica. Se
constituyen una serie de apreciaciones subjetivas qué influyen en la captación de los mensajes y de falsas
representaciones de la realidad interpersonal que pueden ser positivas o negativas. Si se acepta el uso de
estos constructos para analizar la transmisión de mensajes, resulta evidente que ambos participantes pueden
tener dificultades en la comunicación y presentar disfunciones en este campo. Algunos ejemplos son:
- La negación o rechazo de la escucha, que no permite captar las peculiaridades del interlocutor y
bloquea la transmisión significativa.
- La fragmentación de los mensajes que provoca la incorporación parcial de información,
recogiendo algunos aspectos e ignorando otros.
- La dificultad para crear una atmósfera propicia para que se produzca una comunicación fluida,
considerado el logro de un buen rapport.

El estilo de comunicación del evaluador va a influir significativamente en el intercambio que se produzca,


obstaculizando o facilitando el trasvase de información.
Los mensajes interindividuales presentan siempre un aspecto de contenido y un aspecto relacional, a la vez
que dos formas básicas de ser transmitidos:
- Verbal: signos lingüísticos.
- No verbal: signos paralingüísticos, como el tono de voz, el ritmo, las pausas y los giros sintácticos. O
signos no lingüísticos, como las posturas, gestos, movimientos corporales y expresiones faciales.

Variables derivadas de los modelos teóricos de referencia.


Estás también intervienen en el proceso diagnóstico, devienen del marco desde el que se sitúa el evaluador:
-El tipo de objetivo.
- La selección de datos relevantes.
- La elección de las técnicas exploratorias.
- La interpretación de los resultados.

La posición que el diagnosticador posea lo lleva a registrar preferentemente un tipo determinado de


información, formular un tipo determinado de hipótesis y elegir un tipo determinado de técnicas para la
recogida y análisis de datos. Mantiene una tendencia a obtener unas conclusiones que concuerden con su
modelo previo, dando sentido, pero introduciendo sesgos.

Variables derivadas de las técnicas utilizadas.


Algunas características del material empleado pueden influir en el nivel de ejecución del sujeto:
- El tipo de consignas y tareas planteadas.
- Los tiempos de ejecución.
- La adaptación de los reactivos al nivel sociocultural del sujeto.
- La información previa sobre las tareas propuestas.

Es necesario reducir y simplificar los datos para poder realizar con ellos una síntesis significativa, sin
despreciar elementos básicos. En este proceso también influyen los marcos teóricos de los que se parte, ya
que al seleccionar información existe en los técnicos una fuerte tendencia a registrar como significativos sólo
aquellos aspectos que así son considerados por su propia orientación teórica. De este modo se produce con
mucha facilidad sesgos en el procesamiento de los datos.

Variables derivadas del contexto institucional.


Algunos de los aspectos que se deben interferidos por el contexto son:
- Los objetivos.
- La selección de información relevante.
- Las actitudes recíprocas.
- El grado de cooperación del sujeto.

El evaluado no tiene la misma actitud cuando es él quien solicita la ayuda de modo voluntario qué cuándo él
es examinado por motivos que le exceden. Han de tenerse en cuenta estas variables moduladoras porque
una misma conducta puede tener distinto significado según el contexto en el que aparezca.

Variables ecológicas.
Ciertos aspectos del ambiente físico pueden influir en la ejecución. Algunos de ellos son:
- Iluminación.
- Nivel de ruido.
- Adecuación del mobiliario a las características del sujeto.
- Tiempo disponible.

Variables derivadas del contexto social.


Tanto evaluadores como evaluados están inmersos en un tipo particular de sociedad, momento histórico
concreto, con un nivel de conocimientos específicos, con la adscripción a un estrato social determinado y en
la cual existe una serie de coordenadas que aportan marcos de referencia. Estos aspectos son difícilmente
controlables, aunque el reconocimiento de su existencia ayuda a aceptar las propias limitaciones y adoptar
posturas menos dogmáticas.
En el proceso psicodiagnóstico se producen varios tipos de información que han de integrarse y de los cuales
se identifican los siguientes:
- Datos derivados de la observación directa del comportamiento de un individuo o grupo, llevada a
cabo por el evaluador o por personas del entorno de sujeto.
- Datos derivados de la propia interacción y estilos comunicativos a lo largo de las sucesivas
entrevistas.
- Datos derivados de las pruebas psicológicas.
- Elaboraciones, inferencias y juicios que surgen de los sucesivos contrastes a los que se somete la
información, incluida la procedente de los marcos teóricos.

Se debe analizar toda esta información si se pretende obtener conclusiones fiables como para permitir la
planificación de una intervención específica.

Otras fuentes de error.


a) Sesgos en la información aportada por los sujetos.
El elemento introductor de los sesgos en las conclusiones diagnósticas lo constituye el hecho de tener que
trabajar con la información que proporcionan los sujetos, con todos los desajustes y distorsiones deliberados
o no que pueda presentar. Cuanto menos cuantificable sea el dato aportado, más posibilidades existirán de
que se produzcan deformaciones o elaboraciones personales en esa información. Estas no se dan de forma
deliberada, sino que son efectos de desajustes perceptivos y cognitivos. Dar contrastar los datos que se
consideran relevantes a través de otras vías.

b) Uso inadecuado de los instrumentos de medida psicológica .


Los test adecuadamente usados ofrecen ventajas a la hora de registrar datos sobre el funcionamiento
psicológico de un sujeto, representan una recopilación predeterminada de tareas y permiten que estás sean
presentadas a todos los individuos de manera estandarizada. Los instrumentos de medida psicológica
intentan homogenizar los datos a registrar y los sistemas de registro de los mismos, así como limitar el
impacto de los factores subjetivos en la interpretación de los resultados, con ello reducen el margen de error,
pero no logran eliminarlo por completo.

c) Escaso esfuerzo en la validación de la hipótesis.


A lo largo de las distintas fases de evaluación se van recuperando muchos tipos de información, pero de su
combinación y elaboración derivan las hipótesis. Tales clasificaciones permiten organizar el material
disponible y a la investigación hasta niveles más específicos, pero sí se realizan prematuramente o se
convierten en etiquetas diagnósticas se producirá un fenómeno de cierre, se bloqueará el proceso de
validación de hipótesis, obstaculizando la continuidad de los contrastes sucesivos. Aceptando que se trabaja
siempre con cierto margen de incertidumbre y no es posible absolutizar los resultados se concluye que este
margen se reducirá siempre de manera proporcional al esfuerzo que se inserte en el contraste y la validación
de las informaciones procedentes de las distintas fuentes.

Encuadre del proceso diagnóstico.


La noción de encuadre refiere al mantenimiento como constante de ciertas variables que participan del
psicodiagnóstico, funciona como una especie de estandarización de la situación estímulo que ofrecemos al
entrevistado. No es sólo la modalidad de trabajo sino los objetivos del mismo, la cantidad de encuentros, el
lugar, el horario, los honorarios y el rol que cumple cada uno de los participantes.
Este es el dispositivo metodológico por excelencia que permite un control riguroso del proceso, por medio del
cual el psicólogo controla, implementa y evalúa variables a los fines de que emerjan de manera observable
características de la personalidad sujeto. La formulación adecuada de preguntas en la entrevista, el uso
correcto de los materiales estandarizados para la administración de técnicas, el sostenimiento del rol,
etcétera, son también modos de ejercer control metodológico y que hacen a la calidad del proceso.
El diagnóstico significará un encuentro inicial con un sujeto o grupo familiar que solicita ayuda psicológica. Se
trata de un encuentro interpersonal con características singulares, qué debe enmarcarse en un encuadre
específico, donde los roles están suficientemente definidos y según los cuales una persona, grupo familiar,
profesores, etcétera realizan una demanda y otra, el evaluador, acepta la petición y se compromete a ofrecer
ayuda con límites bastante precisos.

Elementos constantes:
- El fijar un encuadre definido de trabajo significa que siempre se van a mantener constantes ciertas
variables que intervienen en el propio proceso como: La aclaración de los respectivos roles, el lugar
de los encuentros, el tiempo y número de entrevistas, los objetivos, naturaleza y límites de la tarea.
Esta definición debe ser precisa como para no dejar lugar ambigüedades o falsas expectativas, pero dejando
un margen de flexibilidad para llevar a cabo ligeras adaptaciones qué determinados casos pueden requerir.

Elementos adaptables:
- Si bien la mayoría de los elementos del encuadre son fijos e idénticos para todos los sujetos, un
pequeño número de ellos puede variar según las circunstancias de cada caso, a fin de ajustar el
marco del proceso a las características específicas del evaluados: El número de personas
implicadas, el número de entrevistas necesarias, el tipo de pruebas aplicar, la presencia de
dificultades específicas en el sujeto que pueden lentificar la ejecución o existir otras modificaciones.
El rango de variación es casi siempre estimable y comunicable a los sujetos de antemano. (por ejemplo, la
cantidad entrevistas habitualmente entre 3 y 5 encuentros, pero no se pueden determinar previamente con
exactitud). Al ser el marco de trabajo prácticamente estable, se crea una situación estándar que permite
observar las variaciones interindividuales en cuanto a las modalidades de adaptación de cada sujeto a la
misma.
Aclaraciones básicas: En la definición del encuadre el psicólogo debe asegurarse de que esté suficiente
explicado: En qué va a consistir la evaluación, cuáles son sus fines y límites, qué se espera y que no se
espera lograr, qué utilidad puede reportar este proceso de sujeto, hay que garantizar al sujeto la
confidencialidad y ofrecerle un protocolo de consentimiento informado, sí fuera necesario.
De haber alguna duda por parte de los evaluados hay que aclarar la al inicio del proceso. A su vez, los
objetivos diagnósticos serán más fácilmente explicables y comprensibles cuanto más definidos estén para el
propio evaluador.

Los instrumentos proyectivos son herramientas para construir datos y contrastar hipótesis, pero sus resultados no son
equivalentes a las conclusiones diagnósticas.

- Juicio clínico: Explícita un proceso de transformación de los datos para arribar a conclusiones válidas. De este modo,
se declara la existencia de diversas operaciones (técnicas e inferenciales) realizadas por el psicólogo sobre aquello que
han podido evidenciar los instrumentos. Este proceso tiene lugar no solo al momento de corroborar hipótesis, sino al
momento mismo de su construcción.
- Rigurosidad científica: La rigurosidad científica del proceso psicodiagnóstico debe tener miramientos por regulaciones
que hacen a la administración técnica en cuanto a la interpretación de los resultados. Así, los observables requieren un
exhaustivo trabajo interpretativo. Sin embargo, esa materia prima para la interpretación debe atravesar un filtro de calidad
a partir de la evaluación de los procedimientos de los cuales proviene.
- Encuadre: el encuadre asume el papel del dispositivo metodológico por excelencia que permite un control riguroso del
proceso, por medio del cual el psicólogo, en tanto investigador, manipula, controla, implementa y evalúa variables a los
fines de que emerjan de manera observable características de personalidad del sujeto. Cuanto más explícito es el
encuadre mayor es la posibilidad de investigar la variable dependiente y la adaptabilidad del consultante al mismo.

Áreas donde debemos saber diagnosticar y como se aplica:


-En el área clínica el diagnostico psicológico se aplica actualmente en hospitales, centros de
atención en salud mental, clínicas psiquiátricas, sistemas prepagos, etc, son prácticas que se encuadran
dentro de los servicios de psicopatología.
-En el contexto educativo, en problemas de aprendizaje, socialización, desarrollo de habilidades sociales,
evaluación, prevención y abordaje del maltrato entre pares (bullying) orientación escolar y vocacional.
-En el área del deporte para la evaluación de la personalidad de deportistas y la optimización de su
rendimiento en distintos tipos de deportes, con aplicaciones individuales y grupales.
-En el área social-comunitaria- permiso para portar armas-carnet de conductores, habilitación para conducir
distintos tipos de vehículos, evaluaciones eco ambientales, etc.
-En la evaluación de programas de prevención del alcoholismo-consumo de drogas-prevención del SIDA,
promoción de la salud, etc.
-En el ámbito jurídico, en la interface con el derecho civil y el derecho penal, derecho de
familias, adopciones, minoridad, etc.
-En el ámbito laboral, en procesos de selección, formación, capacitación y reubicación de
recursos humanos dentro de la empresa.

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