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Lágrimas artificiales

Las lágrimas artificiales tienen una formulación relativamente simple que no puede aproximarse
a la complejidad bioquímica y estructural de la película lagrimal normal. Además, su aplicación es
periódica, no continuada. Casi todas se basan en la sustitución de la fase acuosa de la película
lagrimal. No hay sustitutos para la mucina, y la parafina solo remeda parcialmente la acción de
los lípidos lagrimales. La frecuencia óptica de instilación varía según
su composición y la gravedad del ojo seco.
• Colirios y geles. Existen gran variedad de presentaciones; ningún agente o categoría
farmacológica ha demostrado su superioridad, y algunos pacientes pueden preferir unas
lágrimas concretas sin una justificación clara.
o Los derivados de celulosa (p. ej., hipromelosa, metilcelulosa) son adecuados en
casos leves.
o Los geles de carbómero se adhieren a la superficie ocular y por su ello su efecto es
más duradero, pero algunos pacientes se quejan de visión borrosa.
o Otros principios activos serían el alcohol polivinílico (PVA), que aumenta la
persistencia de la película lagrimal y es útil en la deficiencia de mucina, el
hialuronato sódico, la povidona, la glicerina, el propilenglicol, el polisorbato, etc.
o El dicuafosol es un fármaco nuevo que actúa como secretagogo tópico.
• Las pomadas que contienen vaselina pueden aplicarse al acostarse como complemento
de los colirios o geles usados durante el día, pero no sirven para otras horas porque
causan marcada borrosidad visual. Algunos médicos no los prescriben para uso
prolongado.
• Los nebulizadores palpebrales se aplican con el ojo cerrado y contienen típicamente
liposomas con moléculas que estabilizan la película lagrimal y reducen la evaporación.
• Los insertos de lágrima artificial se colocan una o dos veces al día y ofrecen un efecto
terapéutico duradero, por lo que son preferidos por algunos pacientes.
• Mucolíticos. El colirio de acetilcisteína al 5% sirve para disolver filamentos y placas
mucosas corneales, aunque puede causar irritación al instilarla, huele mal y caduca
pronto.
• Los conservantes pueden causar toxicidad significativa, sobre todo después de la oclusión
puntal. Actualmente se dispone de abundantes colirios sin conservantes, incluidos
algunos preparados multidosis, y en general son preferibles a los fármacos con
conservantes en todos los cuadros, salvo los más leves, y siempre que haya que usarlos
más de tres o cuatro veces al día. También son de elección los preparados sin
conservantes en pacientes con ojo seco que requieran otras medicaciones tópicas, por
ejemplo, para tratamiento del glaucoma. Los conservantes más recientes, como Polyquad
y Purite, parecen causar menos toxicidad sobre la superficie ocular que otros más
antiguos como el cloruro de benzalconio.

Oclusión puntual
La oclusión del punto lagrimal reduce el drenaje lagrimal, por lo que mantiene la lágrima natural
y prolonga el efecto de las lágrimas artificiales. Es muy útil en pacientes con QCS de moderada a
grave que no respondan a la instilación frecuente de lágrimas artificiales.
• Puede obtenerse una oclusión transitoria introduciendo tapones de colágeno en los
canalículos, pues se disuelven a lo largo de varias semanas. Su principal objetivo es
comprobar que no aparecerá epífora tras la oclusión permanente.
o Inicialmente se ocluyen los puntos inferiores y se revisa al paciente al cabo de 1 o
2 semanas.
o Si el paciente queda asintomático y sin epífora, se pueden retirar los tapones;
entonces puede realizarse la oclusión permanente de los canalículos inferiores.
• Puede conseguirse una oclusión prolongada reversible con tapones de silicona o tapones
de colágeno de larga duración (2-6 meses).
o Las posibles complicaciones son extrusión, formación de granuloma y migración
distal.
o Los tapones que avanzan a la porción horizontal del canalículo no pueden ser
visualizados, y, aunque normalmente pueden ser arrastrados mediante irrigación
con suero, si causan epífora, no siempre es posible y deben retirarse
quirúrgicamente.

• La oclusión permanente solo debe llevarse a cabo en pacientes con ojo seco grave que
han respondido favorablemente y sin epífora a los tapones transitorios. Debe evitarse en
pacientes, sobre todo jóvenes, que puedan tener patología reversible. No deben ocluirse
los cuatro puntos a la vez.
o La oclusión permanente se consigue tras dilatar los puntos lagrimales y coagular el
canalículo proximal mediante cauterización; tras una oclusión exitosa, hay que
vigilar que no se repermeabilice.
o La cauterización con láser consigue resultados menos consistentes que la
coagulación térmica.

Antiinflamatorios
• Los corticoides tópicos, generalmente preparados de baja potencia como la
fluorometolona, son un tratamiento complementario eficaz en las exacerbaciones.
• Los suplementos de ácidos grasos omega (p. ej., aceite de pescado con omega 3, aceite
de linaza) pueden conseguir una mejoría espectacular de los síntomas y reducir el uso de
medicación tópica.
• Las tetraciclinas orales en pautas prolongadas, a menudo de 3 meses a dosis
relativamente bajas, pueden controlar la blefaritis asociada, especialmente la
meibomianitis, y reducir los niveles de mediadores inflamatorios en lágrima. La doxiciclina
es preferible a la minociclina por su mejor perfil de seguridad.
• La ciclosporina tópica (normalmente al 0,05%) reduce la inflamación mediada por
linfocitos T en el tejido lagrimal, lo que deriva en un aumento en el número de células
caliciformes y una reversión de la metaplasia escamosa de la conjuntiva.

Lentes de contacto
Aunque el uso de lentes de contacto puede agravar el ojo seco, sobre todo por sus efectos
inflamatorios, sensitivos y evaporativos, debe sopesarse o considerar su uso como reservorio de
líquido detrás del lente, siendo además eficaces para aliviar síntomas por alteraciones corneales
secundarias. Hay que advertir al paciente del riesgo de queratitis bacteriana.
• Las lentes de HEMA de baja hidratación pueden adaptarse satisfactoriamente en ojos
moderadamente secos.
• Las lentes de elastómero de silicona no contienen agua y transmiten muy bien el oxígeno,
por lo que son eficaces para proteger la córnea en deficiencias extremas de la película
lagrimal, aunque el depósito de residuos sobre su superficie puede alterar la visión y
causar problemas.
• La oclusión con lentes de contacto esclerales permeables al gas proporciona un reservorio
de suero sobre la córnea. Pueden emplearse en ojos extremadamente secos con
exposición.

Optimización de la humedad ambiental


• Reducción de la temperatura de la habitación para minimizar la evaporación de lágrimas.
• Pueden probarse los humidificadores, aunque a menudo son decepcionantes porque
muchos aparatos son incapaces de incrementar significativamente la humedad relativa de
una habitación de tamaño medio. Puede lograrse un aumento localizado de la humedad
mediante gafas con cámara húmeda o protectores laterales, aunque pueden ser
estéticamente inaceptables.

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