Derecho electoral

argentino

Gabino Mario
Tapia
Paola Amestoy
(colaboradora)
Derecho electoral
argentino

Gabino Mario Tapia

Paola Amestoy
(colaboradora)
 Tapia, Gabino Mario
Derecho electoral argentino / Gabino Mario Tapia. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de
Buenos Aires : La Ley, 2022.
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ISBN 978-987-03-4388-2
1. Derecho. I. Título.
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Fulvio G. Santarelli Nicolás R. Acerbi Valderrama
Florencia Candia
Jefa de Redacción Elia Reátegui Hehn
Yamila Cagliero Marlene Slattery
 ÍNDICE

PRIMERA PARTE
Ley 23.298 de Partidos Políticos. Comentada y anotada con jurisprudencia. (Sanc. 30/09/1985;
promul. de hecho 22/10/1985. Incluye reformas introducidas por las leyes 26.571, 26.774
y 27.412).................................................................................................................................... 3

SEGUNDA PARTE
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad
Electoral comentada. (Sanc. 02/12/2009; promul. parcial. 11/12/2009)............................ 91

TERCERA PARTE
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos.................................................................. 147

CUARTA PARTE
La alquimia política en la Nación y en la provincia de Buenos Aires. Una crítica al sistema... 185

QUINTA PARTE
Modernización del Código Electoral Nacional...................................................................... 191

SEXTA PARTE
Paridad de género en ámbitos de representación política.................................................. 219
PRIMERA PARTE
Ley 23.298 de Partidos Políticos
Comentada y anotada con jurisprudencia.
(Sanc. 30/09/1985; promul. de hecho
22/10/1985. Incluye reformas introducidas
por las leyes 26.571, 26.774 y 27.412)
TÍTULO I
Principios generales
Art. 1º.- Se garantiza a los electores el dere-
cho de asociación política para agruparse en
partidos políticos democráticos.
Se garantiza a las agrupaciones el derecho
a su constitución, organización, gobierno pro-
pio y libre funcionamiento como partido polí-
tico, así como también el derecho de obtener
la personalidad jurídico-político para actuar
en uno, varios o todos los distritos electorales,
o como confederación de partidos, de acuerdo
con las disposiciones y requisitos que estable-
ce esta ley.
Derecho de asociación política. Límite. El
derecho de asociación política, garantizado por
la Constitución Nacional (arts. 14 y 37), no es
absoluto. Al igual que todos los demás derechos
reconocidos expresa o virtualmente por nuestra
Carta Magna, no se trata de un privilegio abso-
luto, sino que su ejercicio debe ajustarse a las le-
yes que lo reglamentan, conforme tienen dicho
repetidamente nuestros tribunales (1).
La ley que cumple este cometido, en la mate-
ria que nos ocupa y en el orden nacional, es la
ley 23.298, modificada y complementada por la
ley 26.571. En su artículo inicial, dicha ley esta-
blece un primer límite al ejercicio de este dere-
cho, en cuanto exige que los partidos políticos
(1) CS, Fallos 149:483, entre muchos otros; CNE, fallo
973/91.
en los que los ciudadanos pueden agruparse de-
ben ser “democráticos”.
Democracia interna. Al exigir que el derecho
de asociación política se desarrolle en el marco
de “partidos políticos democráticos”, la norma
se refiere, en principio, a la organización interna
del partido y no a sus postulados.
Conforme se encarga de puntualizar el art. 3º,
inc. b), de la propia ley, los partidos políticos de-
ben estar organizados sobre bases democráti-
cas. Esto significa, como tiene dicho la Cámara
Nacional Electoral, que “la voluntad que debe
conformar los partidos políticos debe ser, sin
duda, un compromiso totalizador del conjun-
to de los que lo integran, y de ninguna manera
puede representar exclusivamente la expresión
de sus dirigentes, por lo que se debe asegurar
la vigencia de normas equitativas mínimas que
garanticen que para determinar la voluntad in-
terna de los partidos políticos sea el conjunto de
sus afiliados quien la decida. Un partido políti-
co sin resquicio para el disenso interno tarde o
temprano revelará que es incompatible con el
sistema democrático” (2).
“Surge a todas luces que el objeto fundamen-
tal que anima a la vida partidaria consiste en
que la vigencia del sistema republicano adopta-
do por nuestra Constitución Nacional (arts. 1º,
22 y 33) se encuentre correspondido desde el
origen de la representación del pueblo, median-
te partidos políticos que asumiendo el sistema
dentro del cual están integrados, practiquen di-
(2) CNE, fallo 2915/01.
PRIMERA PARTE• 3
Ley 23.298 de Partidos Políticos
cha condición sustancial del estado de derecho,
entre las cuales se halla aquella personalidad
política del afiliado en el pleno ejercicio de sus
derechos y de la energía electoral de que es titu-
lar el grupo político partidario. En consecuen-
cia, el presupuesto básico de ese objetivo son las
periódicas elecciones internas creadoras de su
legítimo gobierno” (3).
Democracia externa. Pero además de esa
“democracia interna” a la que hemos aludido,
la ley supone también, en la segunda parte de
esta norma que comentamos, una “democracia
externa”, expresión con la que queremos aludir
a los principios y programas que el partido sos-
tiene y ofrece a la sociedad, que no pueden estar
reñidos con los postulados de la Constitución
Nacional, toda vez que, de ser así, no podría ob-
tener la personalidad jurídico-política para ac-
tuar (4).
Si bien es cierto que “la actual ley 23.298 no
prevé el control ideológico-programático de las
agrupaciones” (5), resulta claro que ese conglo-
merado de principios y propuestas que estas úl-
timas ofrecen a la sociedad en su conjunto no
puede sino coincidir con los ideales democráti-
cos (6).
Un partido que promueva el odio racial o re-
ligioso o diferencias en razón del color, origen,
(3) CNE, 06/02/1985, “Unión Cívica Radical convoca a
elecciones internas - San Luis”, fallo 75/85.
(4) CS, 17/03/2009, “Partido Nuevo Triunfo s/ recono-
cimiento - Capital Federal”.
(5) DALLA VÍA, Alberto, “Los partidos políticos: entre
la demonización y el elogio”, Ed. Academia Nacional de
Ciencias Morales y Políticas, Buenos Aires, 2006, p. 28.
(6) Si bien “un criterio democrático amplio debe pro-
pender a albergar a todas las ideas y corrientes políticas,
sin proscripciones”, conforme afirmara Dalla Vía en la
conferencia puntualizada en la cita anterior, considera-
mos que nuestros constituyentes, con acertado criterio,
se inclinaron por vedar los llamados “partidos antisiste-
ma”, entendiendo por tales, en coincidencia con el citado
catedrático, aquellos que sostienen programas tendien-
tes a subvertir los principios constitucionales. Es que el
art. 38 de nuestra Carta Magna prescribe que la creación
de los partidos políticos y el ejercicio de sus actividades
“son libres dentro del respeto a esta Constitución”, de
suerte tal que forzoso es concluir que toda agrupación
que propicie políticas contrarias a sus ideales, no puede
tener cabida en nuestro sistema.
4 • Derecho electoral argentino
orientación sexual, etc., o que revele una prác-
tica discriminatoria prohibida, o afecte los dere-
chos fundamentales del hombre u otros valores
propios del orden democrático, no puede ob-
tener la personería jurídico-política por estar
en abierta contradicción con los postulados de
nuestra Carta Fundamental (art. 38, CN).
Una clara aplicación de estos principios se
advierte en los arts. 16 y 38 de la propia ley, en
cuanto prohíbe que “el nombre, los símbolos o
emblemas partidarios exterioricen antagonis-
mos raciales, de clases, religiosos o conduzcan
a provocarlos”.
Es que un partido que superara la frontera de
la licitud constitucional, explicaba el Dr. Fayt en
el caso “Partido Nuevo Triunfo”, constituiría un
ejercicio abusivo de un derecho político funda-
mental para el sistema representativo democrá-
tico, para conculcar abiertamente otro derecho
fundamental. “Ese abuso deja de ser, entonces,
el ejercicio legítimo de un derecho constitucio-
nal, para transformarse en el empleo inconsti-
tucional de un derecho fundamental; y debe ser
considerado como portador de una ‘causa ilíci-
ta’. [Entonces] lo que en semejante hipótesis se
niega o proscribe, no es el derecho en sí mismo
ni la titularidad de él, sino solo la posibilidad
de que se lo ejerza de manera que inflija daño
o perjuicio al interés general, o al de un gru-
po sustancial del pueblo (Fallos 172:21, ‘Avico’)
(…). Un programa político que prevea la discri-
minación por sexo, raza y origen resulta ser pa-
radigmáticamente antisocial, carácter que no se
aligera ni disimula bajo el enmascaramiento de
constituir una institución arraigada en la Carta
que tutela los derechos fundamentales”.
La segunda parte de la norma que comenta-
mos tiene, en consecuencia, una enorme tras-
cendencia en cuanto garantiza a los partidos
políticos el derecho a constituirse, organizarse,
gobernarse y funcionar libremente, en conso-
nancia, claro está, con lo que establece el art. 38
de la CN (7) interpretado en la forma que queda
expuesta.
(7) El art. 38 de la CN expresa: “Los partidos políticos
son instituciones fundamentales del sistema democráti-
co. Su creación y el ejercicio de sus actividades son libres
dentro del respeto a esta Constitución, la que garantiza
su organización y funcionamiento democráticos, la rep-

Libre funcionamiento. Ámbito de reserva
partidario. La ley, en este primer artículo que
comentamos, garantiza a los partidos políticos
su libre funcionamiento, declaración que tiene
importantes derivaciones, toda vez que implica
un verdadero límite a la posibilidad de intromi-
sión de la justicia en algunas de sus decisiones.
La jurisprudencia desarrollada en torno a lo que
ha dado en llamarse “ámbito de reserva partida-
rio” es copiosa y verdaderamente instructiva.
Tiene dicho, así, que las decisiones funda-
das en razones de oportunidad y conveniencia
políticas, están vedadas al conocimiento de la
Justicia, que no puede sustituir tales criterios,
“que son atributos exclusivos del partido polí-
tico” (8). Es así, también, que “los actos de las
autoridades partidarias se presumen legítimos
mientras una sentencia judicial pasada en au-
toridad de cosa juzgada no declare su invalidez
(conf. CNE, fallos 191/64, 28/64, 641/88, 875/90,
1486/93, 1506/93, 2338/97, 2871/01, 3151/03,
3190/03 y 3338/04). Ello así, en razón de que el
denominado principio de ‘regularidad funcio-
nal’, que persigue como primer objetivo, la ma-
yor eficacia del sistema orgánico interno de las
agrupaciones, sobre la base del respeto irres-
tricto a la expresión de la voluntad soberana del
partido, conforme al orden normativo de este,
exige que los poderes del Estado —entre ellos
el judicial— reivindiquen sus límites para eva-
luar las decisiones funcionales de las agrupacio-
nes políticas, cuyo ‘ámbito de reserva’ ampara
las opciones de eminente contenido político y
encuentra una de sus formulaciones más cla-
ras en los arts. 1º y 21 de la ley 23.298, con los
que se garantiza la autodeterminación y gestión
de este tipo especial de asociaciones (conf. Fa-
llos 316:1678 y CNE fallos 3327/04, 3345/04 y
3759/06)” (9).
resentación de las minorías, la competencia para la pos-
tulación de candidatos a cargos públicos electivos, el ac-
ceso a la información pública y la difusión de sus ideas.
El Estado contribuye al sostenimiento económico de sus
actividades y de la capacitación de sus dirigentes. Los
partidos políticos deberán dar publicidad del origen y
destino de sus fondos y patrimonio”.
(8) CNE, 04/11/1986, “Tissembaum, Isaac y Riso, Gus-
tavo L. c. Comité Provincial de la UCR s/ convocatoria a
elecciones internas s/ apelación”, fallo 330/86.
(9) Juzg. Fed. Comp. Elect. Bs. As., 17/08/2007,
“Nuesch, Eduardo S. s/ interpone acción de nulidad - so-
Gabino Mario Tapia
Art. 2º.- Los partidos son instrumentos ne-
cesarios para la formulación y realización de
la política nacional. Les incumbe, en forma
exclusiva, la nominación de candidatos para
cargos públicos electivos.
Las candidaturas de electores no afiliados
podrán ser presentadas por los partidos siem-
pre que tal posibilidad esté admitida en sus
cartas orgánicas.
Carácter de los partidos políticos. Los par-
tidos políticos son instituciones fundamentales
del sistema democrático (art. 38, CN); revisten el
carácter de organizaciones de derecho público
no estatal, necesarias para el desenvolvimiento
de la democracia representativa y son, por tan-
to, instrumentos de gobierno (10), cumpliendo
la función de intermediarios entre el gobierno y
las fuerzas sociales (11).
La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha-
bía reconocido —ya con anterioridad a la refor-
ma de 1994— que “los partidos políticos, cuya
existencia y pluralidad sustenta el art. 1º de la
CN, condicionan los aspectos más íntimos de la
vida política nacional e incluso, la acción de los
poderes gobernantes”; y que “de ellos depende,
en gran medida, lo que ha de ser, en los hechos,
la democracia del país (...). Coexisten como
fuerzas de cooperación y oposición para el
mantenimiento de la vida social, a cuya ordena-
ción concurren participando en la elaboración
y cristalización de normas jurídicas e institucio-
nes y que, vinculados al desarrollo y evolución
política de la sociedad moderna, materializan
en los niveles del poder las fases de integración
y conflicto, convirtiendo las tensiones sociales
en normas jurídicas” (12).
Es que “si bien la formación de la voluntad del
pueblo es libre y autónoma, es indudable que
licita medida cautelar de no innovar - UCR - Guaminí”.
(10) CNE, 30/06/2003, “Presentación del Dr. Federico
N. Massoni - UCR Chubut”, Lexis online 1/70311; SJA del
28/07/2004; JA 2004-III-síntesis.
(11) Ibidem; Lexis 1/70310; conf. Fallos 310:819,
312:2192, 315:380 y 319:1645; y CNE, fallos 998/91,
1330/92, 1354/92, 1393/93, 1433/92, 1490/93, 1503/93,
2146/96, 2239/97, 3847/07 y 3816/07, entre otros).
(12) Fallos 310:819.
PRIMERA PARTE• 5
Ley 23.298 de Partidos Políticos
los partidos políticos, por su esencia articulado-
ra, contribuyen a la formación institucional de
la voluntad estatal. Debido a ello es que nuestra
Constitución los reconoce como instituciones
fundamentales del sistema democrático, garan-
tizando su libre creación y funcionamiento, la
representación de las minorías, la competencia
para la postulación de candidatos a cargos pú-
blicos electivos, el acceso a la información pú-
blica y la difusión de sus ideas (art. 38) (conf.
fallo 1824/95 CNE). Esta razón justifica también
que tal disposición constitucional les imponga
el deber de formar dirigentes, y dar a publicidad
al origen y destino de sus fondos y patrimonio.
De ellos surgen —de acuerdo a las regulaciones
vigentes— los que gobiernan, es decir, los que
investidos de autoridad por la Constitución y
por las leyes, desempeñan las funciones que son
la razón de ser del Estado (Fallos 310:819)” (13).
Candidaturas. Monopolio de los partidos.
Según la doctrina clásica, los partidos políticos
cumplen un doble papel en la representación
política. En primer lugar, encuadran a los elec-
tores, es decir, a los representados. Encuadran
también a los elegidos, es decir, a los represen-
tantes. Son, así, una especie de mediadores en-
tre elegidos y electores (14).
En un afín orden de ideas, se recordó que Al-
fredo L. Palacios desde su banca de senador en
1938 dijo que “los partidos son órganos de la de-
mocracia (...); tienen por función en el Estado
organizar y educar cívicamente a los ciudada-
nos sobre una base ética. Actúan, además, como
agentes de ideas (...). El partido señala puntos
de vista sobre los cuales tiene que formular su
voto el elector. Su fuerza le impele a presentar
candidatos que se disponen a identificarse con
su orientación. Y como sus contrarios harán lo
mismo, he aquí de qué manera resulta capaz el
electorado para votar” (15).
En consecuencia, el sistema electoral y políti-
co está íntimamente conectado con el régimen
de partidos vigente —de cuya expresión son las
(13) Cf. CNE, fallo 3816/07.
(14) DUVERGER, Maurice, “Instituciones políticas y
derecho constitucional”, Ed. Ariel, Barcelona, 1980, ps. 89
y ss.
(15) Fallos 310:819, voto del Dr. Petracchi.
6 • Derecho electoral argentino
normas constitucionales y legales que contem-
plan su existencia— ya que son los mediadores
que imponen el orden de la opinión pública al
seleccionar los elementos comunes de las con-
vicciones personales, evitando la dispersión de
las voluntades que aparejaría la falta de repre-
sentatividad de quienes resultaren elegidos.
La postulación de candidatos debe surgir de
la estructura interna partidaria para ser ofreci-
dos luego al electorado, quedando proscripta
toda metodología que impusiera candidatos por
voluntad del jefe del partido o de sus órganos de
dirigencia, excluyéndose la previa competencia
intrapartidaria (16).
Hoy esta competencia, en virtud de las dis-
posiciones de la ley 26.571, cuenta con la par-
ticipación de toda la ciudadanía, en razón de la
instauración del régimen de elecciones prima-
rias abiertas y obligatorias para la selección de
todos los candidatos a representaciones públi-
cas nacionales de todos los partidos políticos.
Antes de la sanción de esta ley podía citarse
como excepción al principio de selección in-
terna de candidatos la situación de los partidos
intervenidos en que se había reconocido al in-
terventor la facultad de designarlos en casos de
urgencia, para evitar que el partido quedara fue-
ra de la competencia electoral. Hoy, a pesar de
esta facultad y atento a las disposiciones de la
ley 26.571, tales candidatos deberán igualmente
participar de las elecciones primarias, sin cuyo
requisito no podrían luego participar de las
elecciones generales.
No obstante lo dicho, la jurisprudencia ha in-
terpretado que “de los términos del art. 38 no
es posible concluir que la Constitución Nacio-
nal imponga o prohíba el monopolio partida-
rio de las candidaturas. La adopción del sistema
más adecuado a nuestro medio es una facultad
que corresponde al Congreso de la Nación efec-
tuar —como órgano investido del poder de re-
glamentar los derechos y garantías reconocidos
por la ley fundamental con el objeto de lograr la
coordinación necesaria entre el interés privado
y el interés público— sobre la base de la apre-
(16) Conf. BIDART CAMPOS, Germán, “Tratado el-
emental de derecho constitucional argentino”, Ed. Ediar,
Buenos Aires, 1995, t. VI, p. 277.

ciación de motivaciones de política social, cuya
ponderación no es objeto de evaluación por los
jueces sin exceso de sus atribuciones constitu-
cionales (...). Encontrar en los partidos políticos
un medio para evitar la dispersión de las volun-
tades que aparejaría la falta de representativi-
dad de quienes resultaren elegidos —a pesar
de que pudieran existir otros modos de articu-
lar las reglas del juego electoral y la integración
armónica de los mecanismos de designación—
es una clara opción de política legislativa cuya
oportunidad, mérito y conveniencia no le co-
rresponde a un tribunal de justicia evaluar (...).
Serán los poderes políticos del Estado, si consi-
deran que el art. 2º de la ley 23.298 no responde
ya a las circunstancias y necesidades tenidas en
cuenta al sancionarla, los que podrán eventual-
mente posibilitar la participación de candidatos
independientes en la elección de autoridades
nacionales, por vía de la sanción de la ley co-
rrespondiente o modificando la actual ley” (17).
Por el momento, ese monopolio ha sido ratifi-
cado por la ley 26.571 que claramente dispone,
en su art. 21, que la designación de los precandi-
datos es exclusiva de las agrupaciones políticas,
si bien estas pueden reglamentar la participa-
ción de extrapartidarios en sus cartas orgánicas.
Titularidad de las bancas legislativas. La
norma que comentamos, consagra un princi-
pio que en nuestra opinión no ha sido hasta la
fecha justamente valorado, sobre todo con pos-
terioridad a la reforma constitucional de 1994.
Este principio es, precisamente, el que confiere
a los partidos políticos, al menos en la actuali-
dad y conforme quedara dicho, la exclusividad
en la nominación de los candidatos a cargos pú-
blicos electivos.
Este monopolio legal al que aludimos, es lo
que nos lleva a afirmar que la titularidad de las
bancas legislativas no pertenece a los legislado-
res (diputados), como tradicionalmente se ha
sostenido y sigue sosteniendo la jurisprudencia,
sino a los partidos políticos que los postulan. Es
cierto, como enseña el maestro Bidart Campos,
que desde el poder las lealtades partidarias tie-
nen que amortiguarse, pero no pueden desapa-
(17) CNE, fallo 3054/02.
Gabino Mario Tapia
recer ni ser traicionadas (18) porque ello, entre
otras cosas, y en nuestra opinión, entrañaría
una verdadera estafa a los electores.
Esta cuestión ha sido discutida en nuestro
medio, sobre todo en torno a la posibilidad de
sumar los votos obtenidos por listas de distintos
partidos políticos pero con idénticos candida-
tos —cuestión que hoy ha sido superada por las
disposiciones de la ley 26.571 que prohíbe este
tipo de listas conocidas como “listas espejo”—,
así como consecuencia del transfuguismo polí-
tico o migración de un partido a otro por parte
de legisladores electos.
En la causa “Pagani, Enzo L. s/ presentación”,
que versó sobre esta última cuestión, se reclamó
el desplazamiento del Dr. Eduardo L. Borocotó
de la lista de diputados nacionales de la Alian-
za Propuesta Republicana, por haber anuncia-
do aquel, después de haber resultado electo por
ella, su alineamiento con otra fuerza política.
La Cámara Nacional Electoral sostuvo en la
emergencia que “para la elección de los dipu-
tados nacionales el Código Electoral Nacional
adoptó el sistema complementario del divisor
común, ideado por el belga Víctor D’Hondt en
1878, dando así valor a las listas de candidatos
oficializadas, sin mencionar a los partidos polí-
ticos. Estableció por su parte, que el escrutinio
se practique por lista dividiendo el número de
votos obtenidos por cada una de ellas. Sobre
esa base, se ha explicado en numerosas opor-
tunidades que ‘en relación con la elección de
diputados nacionales, no existe disposición
alguna que admita la prevalencia de los par-
tidos sobre los candidatos’ (Fallos 312:2192 y
CNE, fallos 2772/00, 2968/01, 2984/01, 3028/02,
3571/05)” (19).
Recordó, asimismo, la doctrina “sentada por
la Comisión de Asuntos Constitucionales de la
Cámara de Diputados de la Nación al rechazar
una cuestión de privilegio, planteada con mo-
tivo de la decisión de un diputado nacional de
abandonar el bloque del partido que lo había
postulado como candidato para incorporarse
luego al de una agrupación diferente (Cámara
(18) Conf. BIDART CAMPOS, Germán, ob. cit., p. 288.
(19) CNE, 29/08/2006, fallo 3738/06.
PRIMERA PARTE• 7
Ley 23.298 de Partidos Políticos
de Diputados de la Nación - Sesiones Ordinarias
187 - Orden del Día 1427, p. 5437), afirmando
que el análisis de esta cuestión debía encararse,
fundamentalmente, atendiendo a que la necesi-
dad del Estado democrático moderno exige un
sistema de partidos ya que el pueblo no gobier-
na ni delibera sino por medio de sus represen-
tantes (art. 22, CN) y el único instrumento apto
para designarlos son los partidos políticos que,
así, ‘intervienen con exclusividad en la postula-
ción de candidatos’, circunstancia que, sin em-
bargo, ‘no los autoriza a arrogarse la titularidad
de las bancas de los candidatos electos (...). El
partido nomina y el pueblo elige a través de la
función pública no estatal del voto. Quiere de-
cir que el titular del derecho es el pueblo, y los
partidos políticos son moldes donde esos de-
rechos vierten en búsqueda de la organización
política de la sociedad’. Consecuentemente,
concluyó, ‘las bancas no pertenecen al partido
sino al pueblo, según el marco de la Constitu-
ción vigente (...) [y] solo mediante una reforma
(...) podría incorporarse al texto constitucional
la pertenencia de las bancas a los partidos’, por
lo que concluyó que, al menos ‘por el momento’,
sostener esta última tesis era manifiestamente
inconstitucional” (20).
La Cámara Nacional Electoral agregó en la
oportunidad que comentamos, “que tal con-
clusión es consistente con el principio de la re-
presentación libre que invisten los diputados
nacionales, el cual supone que el legislador
‘no está ligado por instrucción alguna, sien-
do señor de su propia conducta. Solo necesita
atenerse con carácter de deber moral a lo que
son sus propias convicciones objetivas’ (Weber,
Max, ‘Economía y Sociedad’, FCE, México, 1964,
p. 236). La teoría de la representación libre ‘ex-
cluye toda relación de mandato en la represen-
tación política. No estando el diputado sujeto a
otra voluntad que la propia, no es representante
de sus electores sino de la nación’ (Fayt, Carlos
S., ‘Sufragio y Representación Política’, Omeba,
Bs. As., 1963, p. 105)” (21).
Al menos hoy por hoy, no compartimos estas
conclusiones. Con el correr de los años, la políti-
ca se ha ido personalizando y las “ideas” han ido
(20) CNE, 29/08/2006, fallo 3738/06; id., fallo 543/88.
(21) CNE, 29/08/2006, fallo 3738/06.
8 • Derecho electoral argentino
cediendo espacio a las “figuras”, creadas, mu-
chas veces, nada más que por obra de la publici-
dad, el marketing y el despliegue intencionado
de los medios de difusión. Parecería ser que
los candidatos ya no representan ideas ni pro-
gramas, sino que son “ellos mismos” y honesta-
mente creemos que ello no es así. Al menos, no
debería serlo.
Los candidatos se comprometen a respetar
y llevar adelante una determinada plataforma
electoral que es la propuesta que el partido po-
lítico que los impulsa ofrece a la sociedad. El
partido político postula los candidatos que en-
tiende son los mejores hombres y mujeres de
los que dispone para llevar adelante esas ideas.
Es de esta manera como cumple su rol de in-
termediario frente a la sociedad. Y si el partido
político no dispusiera de las herramientas nece-
sarias para obligar a hacer efectivos estos prin-
cipios que ofrece y que postula, grande sería la
impotencia en la que se sumergiría a la sociedad
en su conjunto —como lamentablemente se ha
visto reiteradamente en los últimos tiempos—
y más grave aún el descreimiento en el sistema
que ello provocaría, como lo reconoció la propia
Cámara Nacional Electoral en el caso citado.
“La función de los partidos políticos consis-
te en actuar como intermediarios entre el go-
bierno y las fuerzas sociales; de ellos surgen los
individuos que han de gobernar nuestra socie-
dad. Reiteradamente se ha destacado que los
partidos políticos, por su esencia articulado-
ra, contribuyen a la formación institucional de
la voluntad estatal. Debido a ello es que nues-
tra ley fundamental garantiza su libre creación
y funcionamiento, la representación de las mi-
norías, la competencia para la postulación de
candidatos a cargos públicos electivos, el ac-
ceso a la información pública y la difusión de
sus ideas (art. 38). Esta razón justifica también
que tal disposición constitucional les imponga
el deber de formar dirigentes y dar a publicidad
el origen y destino de sus fondos y patrimonio.
De ellos surgen —de acuerdo a las regulaciones
vigentes— quienes gobiernan; es decir, aquellos
ciudadanos que, investidos de autoridad por la
Constitución Nacional y por las leyes, desem-
peñan las funciones que son la razón de ser del
Estado” (22). Flaco favor se le hace entonces al
(22) CNE, fallo 3816/07, p. 320.

propio sistema, si se le niegan las herramientas
necesarias para hacer realidad este postulado, o
si se propicia el triunfo de principios que provo-
can su propia erosión.
Adherimos, entonces, a quienes sostienen
que el diputado electo es investido en su cargo
bajo la obligación de ejecutar un mandato espe-
cífico, representado por el programa de la agru-
pación política que lo propuso al electorado, y
cuyas directrices debe necesariamente respetar
para desempeñar su función.
Creemos que esta posición, además, se en-
cuentra hoy abonada por la sanción de la ley
26.571, cuyo art. 26, inc. f ), exige que las listas
de precandidatos a representaciones públicas
se encuentren acompañadas de un compro-
miso expreso, por parte de estos, de respetar la
plataforma electoral que proponen. Es evidente
que se trataría de una norma vacía de contenido
si su incumplimiento no llevara implícito algún
tipo de consecuencia para el infractor.
No es que breguemos por legisladores “amor-
dazados” o desprovistos de la libertad necesaria
para cumplir su rol acertadamente. Solo con-
sideramos que no pueden traicionar gratuita-
mente lo que han prometido cumplir y defender
y que se sintetiza en la plataforma política pro-
puesta a la sociedad, que esta ha votado y aque-
llos comprometido a llevar adelante y respetar.
Y si bien es cierta la sentencia recordada de di-
jera Bidart Campos (“desde el poder las lealta-
des partidarias tienen que amortiguarse”), no
por ello pueden desaparecer ni ser traiciona-
das (23).
Diferencia de criterio entre bancas de di-
putados y de senadores. Sentada nuestra dis-
crepancia, forzoso es reconocer que hoy la
jurisprudencia sostiene que las bancas de los
diputados pertenecen a los legisladores, en tan-
to que las de los senadores pertenecen a los par-
tidos políticos que los postulan.
La cuestión, como dijéramos ut supra, fue de-
batida en torno a la posibilidad de sumar los
votos obtenidos por distintas listas que postu-
laban idénticos candidatos, sumatoria que fue
admitida en el primer caso, pero rechazada en
(23) BIDART CAMPOS, Germán, ob. cit., p. 288.
Gabino Mario Tapia
el segundo y que hoy no podría tener lugar en
atención a los términos en que fuera sanciona-
da la ley 26.571.
Con fecha 14 de junio de 1989, la Cámara Na-
cional Electoral se pronunció en la causa “Unión
Cívica Radical - Confederación Federalista In-
dependiente - Partido Federal y Frente Justicia-
lista de Unidad Popular s/ presentaciones sobre
la forma de computar los votos de las eleccio-
nes del 14/05/1989 (expte. 1558 CNE – Córdo-
ba)” (fallo 783/89), decidiendo así el recurso de
apelación interpuesto contra el decisorio de la
H. Junta Electoral Nacional de ese distrito que,
habiéndose declarado incompetente para pro-
nunciarse acerca de idéntico tema en relación
con las candidaturas locales (senadores provin-
ciales) dispuso que “a los fines del cómputo de
los votos para asignar cargos de electora de pre-
sidente y vicepresidente de la Nación y diputa-
dos nacionales”, se debía proceder a la suma de
los votos cuyas listas contengan nóminas comu-
nes, agregando que la suma total en cada caso se
utilizará para proceder a asignarlos conforme al
art. 152 del Código Electoral Nacional.
Quienes impugnaron el decisorio de la H.
Junta Nacional referida, sostuvieron que en una
elección se vota a un partido político y no a los
candidatos en forma personalizada, ya que el
Código Electoral Nacional establece que el es-
crutinio se practicará por lista y que en ningún
momento se considera al candidato directa-
mente sino a la lista correspondiente a cada par-
tido.
Consideró la Cámara Nacional Electoral que
identificar “lista” con “partido” resulta equí-
voco, recordando que “lista electoral” es una
enumeración en orden de precandidatos o can-
didatos nominados que cumplen determinados
requisitos (CNE, fallos 155/85, 181/85, 359/87,
367/87 y 721/89, entre otros) y que siendo así,
si dos agrupaciones llevan candidatos comunes
en sus boletas (algo que en atención a las dispo-
siciones de la ley 26.571 hoy no sería factible) lo
que hacen es sostener ante el cuerpo electoral
una misma lista de candidatos, por lo que “lista”
no es equivalente a “partido”.
“De tal manera, agregó el citado Tribunal,
nada impide que dos o más partidos presenten
idéntica nómina de candidatos —lista oficiali-
PRIMERA PARTE• 9
Ley 23.298 de Partidos Políticos
zada— para la misma categoría de cargos, cada
uno en su boleta también oficializada, y que los
guarismos que la lista obtiene en cada boleta se
acumulen, por tratarse —justamente— de una
misma lista (arg. CNE, fallo 367/87)”.
Aclaró la Cámara, conforme al fallo citado,
que ello no importaba votar individualmente
por candidatos, sino hacerlo por una misma nó-
mina ordenada de ellos que coinciden porque
son comunes y que se encuentra incluida en
una u otra boleta de dos agrupaciones distintas.
Y para clarificar aún más el concepto, agregó
que “ciudadanos electores distintos que opta-
ron por una u otra de las boletas que incluían
los mismos candidatos, entre las demás boletas
de otros partidos, no hicieron otra cosa, en defi-
nitiva, que expresar idéntica voluntad optando
por el conjunto de candidatos que en dichas bo-
letas aparecían inscriptos”; y “en consecuencia,
son distintos ciudadanos electores que integran
el cuerpo electoral los que de manera individual
(art. 9º, Cód. Elect.) han emitido su voto válida-
mente por la misma lista ya que los candidatos
son comunes”.
Para el Alto Tribunal, “toda interpretación
que pudiera conducir a computar de manera se-
parada los votos obtenidos por idénticos grupos
de candidatos —es decir, por una misma lista—
importaría desconocer la voluntad mayoritaria
del electorado libremente expresada en comi-
cios democráticos, lo cual resultaría inadmisi-
ble. Y así, entonces, en ausencia de norma legal
que prohibiera tal procedimiento (recordemos
que hoy esta alternativa no es factible en virtud
de las disposiciones de la ley 26.571), la resolu-
ción que dispuso la suma de votos cuestionada
aparecía como legítima, siendo por lo demás
acorde con sustanciales principios que infor-
man el derecho electoral y constituyendo el fiel
reflejo de la verdad jurídico-electoral objetiva
(conf. CNE, fallo 367/87)”.
En la ocasión que comentamos, el cimero tri-
bunal electoral del país no quiso dejar márgenes
para dudas y abundó en argumentaciones difí-
cilmente rebatibles. Sostuvo, así, que la suma de
votos que había sido dispuesta “en nada desna-
turaliza el sistema de representación adoptado
por la ley, toda vez que los diputados de la Na-
ción y los electores representan directamente
10 • Derecho electoral argentino
al pueblo de las provincias (arts. 37 y 81, CN),
por lo que no se podría desconocer la realidad
de que los candidatos comunes a los cargos ya
indicados fueron votados por una pluralidad
de ciudadanos de la provincia de Córdoba sin
desconocer a la vez la voluntad libremente ex-
presada por esos ciudadanos en ejercicio de su
soberanía”. Recordó, finalmente, citando a Bi-
dart Campos (ED 06/10/1983), que “el silencio
legal ha de considerarse permisivo y no impedi-
tivo (...) porque lo no prohibido se puede hacer
(y porque) todo lo conducente a facilitar la ex-
presión política real de los partidos, de sus afi-
liados y de los ciudadanos que optan por ellos,
en orden a formular candidaturas, a proponer-
las al cuerpo electoral, y a insertarlas en la com-
petencia del comicio, debe darse por permitido
mientras la ley no lo vede razonablemente”.
Estos conceptos los reiteró el mismo tribu-
nal años después, aunque debió hacerlo en una
cuestión que le obligó a cambiar el ángulo del
enfoque en atención a la distinta naturaleza de
los cargos en juego. No se trataba ya de las can-
didaturas a electores presidenciales ni de dipu-
tados nacionales, sino de Senadores, aunque en
la práctica la situación era idéntica, esto es, dos
listas, de dos agrupaciones diferentes, que pos-
tulaban a los mismos candidatos a la senaduría
por la Capital Federal.
Recordó entonces la Cámara, que “en relación
con la elección de diputados nacionales no exis-
te en el Código Electoral disposición alguna que
admita la prevalencia de los partidos sobre los
candidatos. Ese código adoptó el sistema com-
plementario del divisor común, ideado por el
belga Víctor D›Hondt, dando así valor a las lis-
tas de candidatos oficializadas, sin mencionar
a los partidos políticos. Estableció, por su par-
te, que el escrutinio se practique por lista divi-
diendo el número de votos obtenidos por cada
lista de candidatos. En razón de ello, cabe con-
cluir que no existe impedimento alguno en las
normas electorales vigentes para que se proce-
da a la suma de los votos obtenidos por las lis-
tas presentadas por diferentes agrupaciones
en tanto ellas contienen una misma nómina de
candidatos, mientras no exista norma en con-
trario” (24).
(24) CNE, fallo 2968/01, p. 157.

En cambio, en relación con los senadores na-
cionales expresó que “el art. 54 de la CN obsta
a que los votos obtenidos por agrupaciones di-
ferentes que participan en los comicios de se-
nadores nacionales con una idéntica lista de
candidatos puedan sumarse en favor de los no-
minados. La Constitución Nacional y la ley, al
establecer que resultarán electos los dos can-
didatos de la lista postulada por el partido o
alianza electoral que haya obtenido la mayoría
de votos y el primero de la del partido político
que le siga en número de votos, exige que el es-
crutinio deba realizarse por agrupación política
individualmente considerada. Una vez procla-
mados quienes fueron los candidatos electos
por la agrupación que obtuvo más votos, no es
posible arribar a otra solución que no sea la de
consagrar como senador nacional al candidato
postulado por el partido que obtuvo la segunda
mayoría de los sufragios” (25).
“No escapa al entendimiento del tribunal, dijo
la Cámara, que el sistema constitucional vigen-
te posibilita la suma de votos obtenidos por lis-
tas de candidatos idénticas en el supuesto de los
propuestos para ser diputados nacionales y no
lo permite en el caso de los senadores. Lo que
distingue el disímil tratamiento de esos dos su-
puestos no exige mayor esfuerzo interpretativo.
Para el caso de diputados nacionales la ley esta-
bleció un sistema en el que las listas de candida-
tos prevalecen sobre las agrupaciones políticas.
Para los senadores nacionales, por el contrario,
la Constitución prevé que resultarán electos los
dos titulares correspondientes a la lista del par-
tido o alianza electoral que obtuviere la mayo-
ría de los votos emitidos y el primero de la lista
siguiente en cantidad de votos. Se trata pues
de un sistema de lista incompleta por partido.
Nada impide la convivencia legal y material de
ambos métodos de elección rigiendo en sus res-
pectivos campos de acción, sin roces ni conflic-
tos irreparables que no los hay posibles dentro
de la Constitución, como quiera que no se han
instituido en ella regímenes discordantes, sino
al contrario entidades legales armonizadas en el
objetivo supremo de la organización social y del
bien público, principio y fin de las instituciones
políticas que nos rigen” (26).
(25) CNE, fallo 2984/01, p. 161.
(26) CNE, fallo 2984/01, p. 161.
Gabino Mario Tapia
Siendo en este caso, entonces —el de los se-
nadores— que sus bancas corresponden al par-
tido, resulta lícito preguntarse (y la respuesta
debería ser afirmativa), si en caso de violar el
legislador la plataforma electoral que prometió
cumplir o de abandonar el bloque para el que
resultó electo, el partido político afectado po-
dría requerir y hacerle perder la banca. El caso
debería plantearse ante la propia Cámara de
Senadores que es la única con facultades como
para separar de ella a uno de sus miembros, ya
que la Corte Suprema de Justicia de la Nación
le reconoce en ello facultades constitucionales
privativas en las que no puede inmiscuirse so
riesgo de invadir la esfera de facultades de otro
Poder de la Nación.
No obstante lo dicho, debemos confesar que
nos queda algún reparo. En ocasión de los co-
micios legislativos de 2009 fueron —al menos
en nuestra opinión— escandalosas las argucias
a las que recurrió el Poder Ejecutivo para sumar
de cualquier lado y de cualquier forma, votos a
favor de sus listas. Se hicieron tristemente famo-
sas, entonces, las “listas colectoras” y las candi-
daturas “testimoniales” —verdaderos fraudes
a la ciudadanía— y hasta se arguyó la legali-
dad del domicilio impuesto por el ejercicio de
la función pública para posibilitar la mudanza
territorial al principal distrito electoral del país
y poder “traccionar” allí una cantidad mayor
de sufragios que los que se hubiesen obtenido
respetando el verdadero domicilio del principal
candidato.
El cuestionamiento respectivo que fue recha-
zado tanto en primera como en segunda ins-
tancia, recaló finalmente en la Corte Suprema
de Justicia de la Nación, que expresó que con
la oficialización de la candidatura decidida ju-
dicialmente en los términos de los arts. 60 y 61
del Cód. Elect. y el resultado de los comicios
que consagraron la diputación del candidato
en cuestión, la posterior aceptación de su diplo-
ma por parte de la Cámara a la que se incorpo-
ró (la de Diputados) sin impugnaciones de por
medio en los términos del art. 3º del reglamento
de dicho cuerpo, y con su juramento, quedó de-
finitivamente incorporado a la misma. De esta
manera, concluyó nuestro máximo Tribunal,
“el proceso electoral se encuentra actualmente
concluido en todas sus etapas con la interven-
ción de cada una de las autoridades nacionales
PRIMERA PARTE• 11
Ley 23.298 de Partidos Políticos
en cuyas manos ha sido privativamente puesto
el ejercicio de las atribuciones respectivas” (27).
En su voto, el Dr. Petracchi agregó que “la re-
solución tomada por la Cámara de Diputados en
ejercicio de dicha potestad constituye un juicio
de carácter definitivo que, por encontrarse ex-
cluida de las decisiones comprendidas en el art.
116 de la CN, no puede ser revisada ni revoca-
da por este Departamento Judicial del Gobierno
(Fallos 317:1469, disidencia del juez Petracchi, y
su remisión a Fallos 263:267)”.
A su turno y a mayor abundamiento, el Dr.
Maqueda agregó que “a la luz de estas circuns-
tancias, resulta claro que tras la intervención
de la Cámara de Diputados de la Nación en el
sentido de incorporar al diputado electo, el exa-
men de los planteos efectuados en el recurso ex-
traordinario remitiría necesariamente al modo
en que ese cuerpo legislativo ha ejercitado una
atribución que la Constitución Nacional le otor-
ga en términos precisos e inequívocos en tanto
prevé en la parte pertinente del art. 64 que ‘cada
Cámara es juez de las elecciones, derechos y tí-
tulos de sus miembros en cuanto a su validez’”
concluyendo que “la decisión por la cual la Cá-
mara de Diputados de la Nación lleva a cabo el
juicio sobre la validez del título del diputado
electo a fin de incorporarlo constituye una de-
cisión que se haya dentro de las denominadas
facultades privativas del Poder Legislativo, cuyo
ejercicio no debe ser interferido o limitado por
una resolución de esta Corte, necesariamen-
te final en los puntos de su competencia, por
el carácter supremo del Tribunal, con lo que se
salvaguarda igualmente la jerarquía de los po-
deres legislativo y judicial de la Nación (…). En
este entendimiento, el acto de incorporación
ha sido cumplido en el ámbito de las facultades
que son privativas a la Cámara de Diputados
de la Nación con arreglo a la atribución expre-
samente consagrada en la Constitución Nacio-
nal, sin que la función jurisdiccional alcance
al modo del ejercicio de tales atribuciones, en
cuanto de otra manera se haría manifiesta la in-
vasión del ámbito de las facultades propias de
las otras autoridades de la Nación”. Como reco-
nociera el propio juez algunos renglones antes,
(27) CS, 02/03/2011; “Morales, Gerardo R. - presidente
de la Unión Cívica Radical s/ impugna candidatura a
diputado nacional”.
12 • Derecho electoral argentino
la cuestión “en sí misma es más política que le-
gal”, criterio cuanto menos riesgoso para decidir
sobre su base temas que en definitiva hacen a la
salud institucional del país.
Como sea, queda claro, al menos, que las
cuestiones sobre el punto deberán ser plantea-
das y resueltas en el seno propio de cada Cá-
mara legislativa, única juez de la validez de los
títulos de sus integrantes.
Titularidad de las bancas y disciplina parti-
daria. A poco que se analice la cuestión, se ad-
vierte la directa incidencia que tiene en relación
con la disciplina partidaria. Suele decirse que
esta última afecta decisivamente a los sistemas
parlamentarios y que solo en menor medida
lo hace en los regímenes presidencialistas. La
necesidad de una votación disciplinada como
característica saliente de aquellos, sistemas jus-
tifica en alguna medida esta afirmación, pero no
por ello puede desconocerse la trascendencia
de la disciplina partidaria en la vida democrá-
tica de todos los partidos políticos, aunque en
muchos casos hayan sido ellos mismos —o las
conductas de sus dirigentes— quienes hayan
sido los propios culpables de haberse deprecia-
do ante la opinión pública hasta límites insos-
pechados.
Si debiésemos señalar una característica sa-
liente de la actividad política de los últimos
tiempos en nuestro medio, no deberíamos igno-
rar ni pasar por alto el excesivo personalismo en
que ha incurrido y que la ha venido caracteri-
zando.
Es evidente que entre los partidos atrofiados
por las consecuencias nefastas de esta circuns-
tancia y los que Sartori denomina “partidos pul-
pos cuyos tentáculos están en todas partes al
límite de traspasar sus límites hasta invadir y
ocupar todos los ámbitos de la sociedad” (28),
se abre una extensa gama en la que es necesario
buscar y encontrar un sano equilibrio.
Es evidente que la disciplina partidaria no
puede depender de la voluntad de una persona
—o de un grupo encaramado en la conducción
del partido—; pero tampoco puede ser la con-
(28) Sartori, Giovanni, “Ingeniería constitucional com-
parada”, Ed. Fondo de Cultura Económica, 1994, p. 205.

secuencia de una organización que todo lo in-
vade y lo controla. Tampoco se pueden esperar
buenos frutos de partidos atrofiados o desmem-
brados en los que cada uno haga cuanto le plaz-
ca sin necesidad de tener que rendir cuentas de
su conducta o de sus decisiones. El equilibrio,
entonces, es el que encierra el secreto de lo de-
seable. Y ese secreto debe buscarse en la solidez
del partido, en su doctrina, que necesariamente
debe ser homogénea; en su estructura que debe
ser firme pero no a tal punto de que su inelas-
ticidad no le permita a su vez servir de vaso
comunicante entre sus bases y sus dirigentes
quienes, además, deben tener una versatilidad,
versación y condiciones de liderazgo suficien-
tes como para garantizar la eficiente ejecución
de los objetivos trazados al constituir el partido.
No se trata, entonces, de obsecuencia ni de
aceptación resignada o sumisa de los caprichos
de un eventual líder. Se trata de convicción, de
debate y de aceptación de las decisiones ma-
yoritarias en esa búsqueda de consensos que
el partido debe alimentar y procurar; que no es
otra la forma en que la política debe ejercerse.
Obviamente no todas las cuestiones en de-
bate en la vida partidaria tienen la misma im-
portancia ni la misma trascendencia. No todas
afectan las conciencias y las conductas en igual
grado. No todas, tampoco, pueden “sujetar” a
las personas en la misma medida.
Hay cuestiones que hacen a la esencia del par-
tido, a su definición programática, y para las que
no cabe sino una obediencia “ciega” para decir-
lo con términos gráficos. Se comulga o no con
su filosofía y con los principios partidarios y en
esto no puede haber medias tintas, salvo cues-
tiones de matices que no rocen la esencia de lo
que se sostiene (y que es aquello para cuya lu-
cha y logro el partido fue creado, a diferencia de
otros). La cuestión disciplinaria que hace a estas
cuestiones, entonces, proviene y debe ser custo-
diada desde el propio centro del poder partida-
rio, so riesgo de disolución.
De este tronco esencial se desprenden mu-
chas cuestiones en las que quienes pertenecen
a aquel no pueden —o difícilmente lo hagan—
pensar en forma tan disímil como para provocar
una ruptura. Se trata de una cuestión de cohe-
sión interna derivada hasta naturalmente de los
Gabino Mario Tapia
principios básicos sustentados, aunque muchas
veces las rupturas se producen ante la incapa-
cidad para generar mayorías o, lo que es lo mis-
mo, por no querer aceptar que el pensamiento
propio o del sector, a pesar de las convicciones
personales, siguen siendo, al menos por el mo-
mento, minoritarios dentro de la organización,
prefiriéndose la escisión a la aceptación de las
mayorías o a la búsqueda de consensos que per-
mitan fortalecer al partido en lugar de debilitar-
lo, como lamentablemente se ha visto también
en los últimos tiempos. A veces la búsqueda de
atajos no es lo que resulta más conveniente des-
de el punto de vista del bien general.
En la base de los cuestionamientos suelen te-
jerse una serie de cuestiones que por lo gene-
ral hacen a lo práctico y no tanto a lo filosófico
o político. Se trata de cuestiones de convivencia
circunstancial o de mera estrategia política que
indicarán, en cada caso y según la óptica predo-
minante, hasta donde conviene efectuar conce-
siones o aceptar otras opiniones en pos de un
objetivo superior. Nos ubicamos aquí en el te-
rreno de lo opinable, donde los lazos discipli-
narios se encuentran ligados más por afectos y
simpatías más de tipo personal que otra cosa (lí-
citas por cierto) y respecto de los cuales hablar
de “sanciones” parecería al menos como algo
exagerado y fuera de lugar.
Ya como último eslabón en esta suerte de es-
cala imaginativa a la que aludimos, se advierte
una extrapolación de estos distintos peldaños
cuando se entra en relación no ya con los con-
géneres de la misma agrupación, sino con los
de otras fuerzas políticas donde, otra vez, la gra-
duación vuelve a cobrar vigencia y sus conse-
cuencias ser más o menos graves según el caso
de que se trate.
Podemos, entonces, hablar de desobedien-
cia en el sentido estricto del término en cuan-
to implica sustraerse voluntariamente al
cumplimiento de una orden, un mandato, un
precepto o una resolución partidaria. Y pode-
mos hablar también de desobediencia, entre
comillas, para aludir a los casos de menor tras-
cendencia que si bien implican desconocer al-
gunos de aquellos, no suponen faltas graves que
hagan a la esencia partidaria sino a las estrate-
gias o tácticas que según las circunstancias se
consideren más apropiadas para alcanzar el ob-
PRIMERA PARTE• 13
Ley 23.298 de Partidos Políticos
jetivo (principio, dogma, etc.) del que no puede
renegarse.
Los lazos que atan al sujeto a la obediencia
partidaria es, entonces, más o menos laxo según
la materia de que se trate, su naturaleza y sus
consecuencias en cada caso particular.
Lógicamente, a mayor organización estruc-
tural, mayor solidez; y a mayor solidez, mayor
es también el acoplamiento a la disciplina par-
tidaria. Es evidente que el personalismo al que
aludíamos al comienzo destruye, o al menos
conspira, contra la cohesión partidaria, a menos
que se encuentre sustentado sobre un liderazgo
muy fuerte y reconocido; pero aún en este caso
la cohesión no es la del grupo sino la que im-
pone la voluntad del líder. Y siendo así, la per-
tenencia más “a la persona” que “a las ideas”,
debilita el principio de obediencia y entonces
los desvíos se ven cada vez más como normales
empujando al partido a una suma de individua-
lidades en la que todo se torna confuso y laxo.
En nuestro país se ha advertido, sobre todo en
los grandes partidos, que la búsqueda de con-
sensos ha sido en algunos casos prontamente
abandonada con el solo apetito de rechazar ma-
yorías innegables y justificar así la formación de
un partido nuevo, aunque la justificación fuere
más forzada que necesaria.
Y así, cuando la estructura no se ajusta a esos
deseos de consagrar apetencias al precio que
sea, en lugar de acordar o de resignar sabiamen-
te posiciones transitorias en beneficio del con-
junto, la alternativa se busca “por afuera” del
partido generando agrupaciones que se multi-
plican como hongos, que a nadie o a muy pocos
representan y que de poco o nada sirve al con-
junto.
Esta atomización es claramente funesta has-
ta para el sistema mismo. La derrota interna y
hasta el mero temor a sufrirla, antes que un aci-
cate para redundar en los esfuerzos en pos de
la construcción de futuras mayorías, provoca el
desaliento, impulsa la fuga, agita la ansiedad y
corrompe el sistema en su propia base.
Y así el transfuguismo político ha ido ganan-
do terreno a la par que fueron creciendo los
“ismos” como indicadores o seguidores de per-
14 • Derecho electoral argentino
sonas y no ya de corrientes ideológicas, de pen-
samiento o de acción dentro de la idea rectora
del partido.
En este contexto, no es necesario esforzar-
se mucho para concluir en la necesidad de po-
ner, desde la ley, los límites para la preservación
adecuada del sistema que, podemos coincidir,
no es tan grave en sistemas presidencialistas
como en los parlamentarios, pero que amena-
za también en aquellos en socavar sino destruir
la democracia de partidos, con grave amenaza
para la organización política de la sociedad.
Y es entonces donde debe empezar a revalo-
rizarse al partido como productor y oferente de
ideas; como debe revalorizarse la necesidad de
poner los medios necesarios para que la cohe-
sión partidaria, sin convertirse en una amena-
za contra la libertad, sirva a los fines que le son
propios a estas organizaciones y que se irradie
hacia la sociedad con sus consecuencias ejem-
plificadoras, de seriedad, cohesión, respeto, etc.
Se trata, entonces, de fortalecer las institucio-
nes. Y para ello resulta necesario pensar don-
de poner el acento, como guiar las conductas y
hacia donde apuntar los remedios para que lo
postulado pueda concretarse. Y no caben dudas
—al menos para el suscripto— que el acento
debe ponerse en el partido más que en las per-
sonas. Pero al principio y en el principio, debe
estar la organización. Invertir el silogismo cons-
tituiría un verdadero despropósito.
Y en este sentido y más allá de las muchas crí-
ticas de la que es pasible la ley 26.571, creemos
necesario remarcar que ha provocado un cam-
bio profundo en la materia. Cambio que juzga-
mos de una importancia tal que nos animamos
a sostener que hasta permitirían modificar el
criterio jurisprudencial que ha venido rigiendo
hasta el presente y que de alguna forma la Cá-
mara Nacional Electoral había reclamado en el
recordado fallo “Pagani”.
La ley, tal como lo hacía y hace la ley 23.298,
asigna el monopolio de las candidaturas a los
partidos políticos (aunque pueda alegarse que
se trata de una cuestión circunstancial produc-
to de una decisión legislativa que puede modi-
ficarse en el futuro). La ley obliga a los partidos
políticos a sancionar una plataforma electoral y

un programa de gobierno para ofrecer a la socie-
dad. Y obliga a los precandidatos y candidatos
—seleccionados para ello— a comprometerse
a respetarlos y cumplirlos. Quizá falte la punta-
da final que determine cuáles son las sanciones
que les caben a los infractores de estas prome-
sas, aunque entendemos que ellas se infieren de
las propias normas vigentes.
Hasta aquí podría decirse que es poco o nin-
guno el cambio operado en relación con las nor-
mas vigentes a la época del recordado fallo. Pero
es indudable que la ley, quizás inadvertidamen-
te, ha mostrado importantes avances.
El compromiso personal con el programa del
partido, es esencial, a punto tal que la ausencia
de este compromiso impide la oficialización de
la precandidatura. Esa oferta comprometida es
lo que vota la gente, aunque todo ha llevado a
que esta última piense más en “el candidato”
que en lo que este ofrece (que hasta muchas
veces se ignora). En el candidato se concreta
la oferta, la propuesta electoral, pero lamen-
tablemente se vota más por ciertas cualidades
personales del sujeto —que nos vende la publi-
cidad— o por la simpatía que transmite, que por
lo que piensa o propone.
Es evidente que la ley, en su nueva redac-
ción, ha acotado —podremos discutir si en for-
ma exagerada o no— la libertad de acción de los
candidatos.
El financiamiento de las campañas a lo que
el Estado debe contribuir, se canaliza a través
del partido y no de los candidatos, aunque sean
estos sus destinatarios finales. Es evidente, en-
tonces, que a una menor independencia en esta
cuestión mayor dependencia existe con el par-
tido. Si el apoyo sustancial depende del propio
bolsillo o de la capacidad económica del candi-
dato que de lo que el partido propone, el pro-
blema es serio porque aquel se convierte en
dueño y señor de este último. Pero si ocurre a la
inversa, el cuadro es inversamente proporcional
al referido y el candidato debe mostrar y ejecu-
tar conductas que se encuentren en línea direc-
ta y en sintonía con el partido —oferente de las
propuestas, repito— impulsando así la cohesión
deseada desde el comienzo.
Gabino Mario Tapia
Podrá decirse que en definitiva todo se redu-
ce a las líneas internas y a lo que sus respectivos
jefes o dirigentes decidan, pero siempre estarán
estas “miniorganizaciones” —aunque carezcan
de las formalidades rigurosas de las organiza-
ciones propiamente dichas— por encima de las
personas, aunque se traten de facciones parti-
darias.
Queda, eso sí, en la organización interna del
partido, buscar los mecanismos de control para
que esto se haga realidad, lo que no hace sino
remitir a la organización democrática que la ley
les reclama a los partidos políticos (arts. 1º y 2º,
ley 23.298).
El avance que se ha hecho en este sentido tie-
ne entonces, en nuestra opinión y sin caer en
exageraciones, una importancia que va mucho
más allá de lo meramente formal o de una sim-
ple fórmula para canalizar los recursos públicos.
De esta manera, también, se irán haciendo
estables las propuestas partidarias e irá cam-
biando la tónica social que no mirará tanto a la
persona de los candidatos o a las simpatías que
despierten, sino más bien a lo que cada uno pro-
pone y a sus capacidades para llevar adelante
esas ideas, así como al equipo que lo rodea para
concretarlas llegado el caso de acceder al poder.
Es aquí, entonces, donde los partidos deben
entroncar las herramientas necesarias para po-
der corregir las desviaciones que se produzcan
o adviertan, de manera que todos estos princi-
pios tengan una concreción efectiva. Y enton-
ces, el poder disciplinario salta al primer plano.
Terreno difícil porque debe cuidarse en él de no
invadir, interferir o anular la acción propia del
legislador. Nuestra Ley de Partidos Políticos ha-
bilita las escisiones; muy comunes en otras lati-
tudes (India, Brasil). Creemos que alentarlas es
atentar contra el propio sistema, debilitándolo
hasta el potencial grado de convertir la ingober-
nabilidad en regla.
Los mecanismos deben ser claros, pero dejar
inerme al partido frente a lo que en definitiva
puede traducirse en una estafa electoral, es casi
criminal y el mejor comienzo del camino del
suicidio político, no ya de una persona sino del
sistema mismo. Pero nuevamente, deberán ser
los propios partidos los celosos cuidadores de
PRIMERA PARTE• 15
Ley 23.298 de Partidos Políticos
estos principios y resolver, en todo caso, cuanto
ocurra, primero dentro de sus propias estructu-
ras y luego dentro del seno de cada cámara le-
gislativa y de acuerdo con su propio reglamento.
Lo ideal sería que, llegado el caso, se lo hiciera
desprovisto de los favores partidarios y con res-
ponsabilidad republicana.
Conclusiones sobre la titularidad de las
bancas. Autorizados juristas europeos del siglo
XX sostuvieron que en la democracia de parti-
dos el mandato político no podía sujetarse a las
obligaciones del mandato civil; debe pasar el
control de los representantes de manos de los
electores que los votaron a manos del partido
que hizo posible la victoria (29).
La idea de la pertenencia de la banca al partido
resulta más válida, si tenemos en consideración
que debe cada partido hacer la “proclamación
de sus candidatos” y es el que hará la valoración
de las cualidades personales de los elegidos,
que luego el ciudadano convalidará.
Existen diversos antecedentes de proyectos
presentados en la Legislatura Nacional, con-
forme surge de la página web: www1.hcdn.gov.
ar/.../pertenencia_de_bancas.htm – “Pertenen-
cia de las bancas legislativas” (cap. I, ps. 4 y ss.),
que a continuación se detallan:
1. El senador Leopoldo Bravo sostenía que
“Las bancas de los diputados y senadores nacio-
nales pertenecen al partido político que postuló
la elección de los legisladores que las ocupan”
(DSS, 27/06/1974, t. I, p. 836).
2. José M. Salazar proponía que al partido po-
lítico le correspondía nominar al legislador sus-
tituto (DSCDN, 21/05/1919, p. 34), con lo que
resultaba clara la titularidad de la banca por
parte de este.
3. En igual sentido se expresaban los legis-
ladores Justo G. Medina (DS, 13/07/1939, t. II,
p. 284), Ricardo Guardo y John W. Cooke (DS,
23/06/1948, p. 1043) y Agustín Rodríguez Araya
(DS, 05/08/1959, p. 1680).
(29) Castells, Alberto, “Las bancas pertenecen al par-
tido”, diario La Nación del 29/11/2005.
16 • Derecho electoral argentino
4. G. Medina (DSCNC, 11/09/1957, t. I, p. 249),
Raúl E. Riva (DSCNC, 15/10/1957, t. II, p. 847),
Hernán Cortes y Jorge Albarracín Godoy (p.
863), José A. Allende (p. 862), Ricardo A. Bas-
si (p. 891), Luciano F. Molinas (p. 906), Teodo-
ro Bronzini (p. 909) y Ricardo Lavalle (p. 970),
constituyentes de la Convención Constituyen-
te del año 1957, consideraban que “las bancas
pertenecen al partido político que lo eligió can-
didato”.
5. En materia legislativa los preceptuaba el
dec. ley 6809/1957 (BO del 27/06/1957) y la ley
16.582 (BO del 01/12/1964) que recoge los con-
ceptos de la Comisión de Asuntos Constitucio-
nales de la Cámara de Diputados (orden del día
330/64, DS, 29/10/1964, p. 5473) y la del Senado
(DS, 30/10/1964, p. 2244).
6. Tampoco fue ajena a esta tesis la ley 19.862,
que reguló el Sistema Electoral Nacional en 1972
(BO 05/10/1972).
Por otra parte, Jorge R. Yoma, convencional de
la reforma de la Constitución Nacional del año
1994, afirmaba que la banca “pertenecen a los
partidos políticos y actúan en función de pro-
gramas partidarios” (30).
Cabe poner de relieve, tal como lo ha soste-
nido la jurisprudencia, que el rol asignado a
los partidos políticos no se agota en los arts. 37
—sobre derechos políticos—, 38 —específico
sobre los partidos— y 54 de la CN. Fluye tam-
bién de otras normas introducidas en la reforma
de 1994, que cabe mencionar sin efectuar una
enumeración taxativa. Así, el art. 85 de la CN
prescribe que el presidente de la Auditoría Ge-
neral de la Nación será “designado a propues-
ta del partido político de oposición con mayor
número de legisladores en el Congreso”. Por su
parte, el inc. 3º del art. 99 dispone que la com-
posición de la Comisión Bicameral Permanente
—a cuya consideración el jefe de gabinete debe
someter los decretos de necesidad y urgencia—
“deberá respetar la proporción de las represen-
taciones políticas de cada Cámara”, u otras que
se refieren a la integración de las bancadas par-
lamentarias como los arts. 114 y 115 de la CN.
(30) “Obra de la Convención Nacional Constituyente”,
Ministerio de Justicia de la Nación, 1994, t. IV, ps. 3141
y ss.

Art. 3º.- La existencia de los partidos requie-
re las siguientes condiciones sustanciales:
a) Grupo de electores, unidos por un vínculo
político permanente;
b) Organización estable y funcionamiento
reglados por la carta orgánica, de conformi-
dad con el método democrático interno, me-
diante elecciones periódicas de autoridades
y organismos partidarios, en la forma que es-
tablezca cada partido, respetando la paridad
de género, sin necesidad del cumplimiento
estricto del principio de alternancia (inci-
so sustituido por art. 6º, ley 27.412, BO del
15/12/2017).
c) Reconocimiento judicial de su personería
jurídico-política como partido, la que com-
porta su inscripción en el registro público co-
rrespondiente.
Requisitos de un partido político. El artícu-
lo enumera los requisitos que debe reunir una
agrupación para poder ser reconocida como
partido político, requisitos que no solo deben
estar presentes al solicitarse ese reconocimien-
to, sino también conservarse durante toda su
existencia. En consecuencia, la desaparición ul-
terior de alguno de ellos, determinará la caduci-
dad de la entidad como partido político.
Vínculo político permanente. El primero
de los requisitos que la ley exige es la existen-
cia de una pluralidad de personas unidas por un
vínculo permanente. Este vínculo, que podría-
mos asemejar a la affectio societatis del derecho
comercial para expresarlo de alguna manera
gráfica, nace con la afiliación y se mantiene en
forma permanente —al menos así se presume—
hasta tanto no exista una manifestación expresa
en contrario, ya del propio sujeto, ya de los órga-
nos de conducta partidarios que dispongan su
separación.
“En las democracias representativas los parti-
dos políticos solo alcanzan una vida perdurable
cuando el vínculo se constituye, no por la coin-
cidencia en atribuir condiciones y títulos a un
ciudadano determinado, cuya existencia tiene
la duración precaria y fugaz de todo lo humano,
sino cuando él se fundamenta en ideas y propó-
sitos de acción susceptibles de transformacio-
Gabino Mario Tapia
nes o de desarrollo progresivos, pero que, según
el clásico concepto, escapan a lo que físicamen-
te se llama muerte”  (31). Es que “la existencia
de los partidos no adquiere todo su verdadero
sentido sino cuando pueden cumplir con su fi-
nalidad, esto es formular y realizar la política
nacional nominando candidatos a cargos pú-
blicos electivos y participando en las elecciones
como culminación de esa actividad” (32).
Tiene dicho la Cámara Nacional Electoral, que
“el requisito de permanencia del vínculo aglu-
tinante de los ciudadanos que componen un
partido político —art. 3º inc. a)— solo adquiere
relevancia a los efectos de la ley 23.298 a partir
del reconocimiento de la personalidad jurídico-
política de ese partido, esto es, desde la resolu-
ción judicial que lo faculta para desarrollar su
actividad en el ámbito del derecho público par-
ticipando en las elecciones que le correspondan
y cumpliendo así, plenamente, sus fines” (33).
Organización estable y democrática. El se-
gundo de los incisos de la norma bajo comen-
tario, requiere la existencia de un estatuto que
regule el funcionamiento partidario de acuer-
do con los principios democráticos, esto es,
mediante la elección periódica de autoridades.
Cada partido tiene plena libertad para decidir la
forma en que esta elección habrá de desarrollar-
se, en la medida que garantice la libre expresión
de los afiliados y que la forma de conducirse re-
fleje una organización de carácter estable, esta-
bilidad que estará dada por múltiples factores.
El primero de ellos se encuentra referido a
las autoridades que, obviamente, deberán te-
ner cierta continuidad en el tiempo, de acuerdo
con las previsiones de la Carta Orgánica. Conti-
nuidad no equivale a perpetuidad sino que, de
acuerdo con los principios democráticos, debe
dejar la puerta abierta a la alternancia. En suma,
las normas internas deben establecer la periodi-
cidad de los mandatos y la celebración de elec-
ciones internas para su renovación. Pero cada
(31) Leopoldo Melo, 29/04/1927, discurso de acep-
tación de su candidatura presidencial por la UCR anti-
personalista, transcripto en “El pensamiento del radical-
ismo”, Ed. El Ateneo, Buenos Aires, 2009, p. 93.
(32) CNE, fallos 694/89 y 2877/01, p. 142.
(33) CNE, fallo 694/89.
PRIMERA PARTE• 17
Ley 23.298 de Partidos Políticos
partido es soberano en lo que hace al sistema
electoral que elija para llevarlas a cabo, a los re-
quisitos y a las mayorías que exija para poder
acceder a un cargo partidario, al régimen de in-
compatibilidades, etc., a condición de respetar,
en la composición de los órganos de gobierno,
las previsiones vigentes en materia de represen-
tación por género.
Puede ocurrir, pese a las previsiones de la Car-
ta Orgánica, que las autoridades de un partido
no convoquen a elecciones internas para la re-
novación de autoridades. En tal caso, los afilia-
dos podrán recurrir a la Justicia y esta deberá
disponer lo necesario para exigir el cumplimien-
to de la Carta Orgánica, pudiendo llegar inclu-
so a la intervención del partido con el objetivo
de normalizarlo lo antes posible. En este caso,
deberá seguirse el procedimiento establecido
en los arts. 65 y ss. de la ley, previo agotamien-
to de la vía partidaria, cuando correspondiere.
Es más, si la irregularidad llegare a verificarse
en alguno de los partidos de distrito, tratándo-
se de un partido nacional, los órganos centra-
les nacionales deberían decretar la intervención
de aquellos con el mismo objetivo de garantizar
que las elecciones internas para el cambio de
autoridades se lleven efectivamente a cabo, evi-
tando que las autoridades locales se perpetúen
en los cargos sin la consulta previa a los afiliados
o contraviniendo las disposiciones internas.
Prórroga de mandatos. La prórroga de man-
datos dispuesta por la autoridad máxima del
partido, en principio no vulnera normas de or-
den público ni violenta los principios que infor-
man el régimen democrático, representativo y
republicano, si dicha prórroga no es establecida
sine die, sino por un plazo acotado y circunstan-
cias atendibles (como puede ser la conveniencia
de postergar en algo el comicio interno frente a
una elección de carácter general), dejándose a
salvo de esa manera la renovación de autorida-
des partidarias y la periodicidad de sus funcio-
nes (34).
Paridad de género. En los últimos días del
año 2017, se promulgó la ley 27.412, publicada
en el Boletín Oficial el 15/12/2017 que incorpo-
(34) CNE, 06/04/1988, fallo 557/87, “Tribunal Elec-
toral provincial s/ competencia - Movimiento Federalista
Pampeano (MOFEPA) s/ apelación”.
18 • Derecho electoral argentino
ra la implementación del principio de paridad
de género en las listas de candidatos a legislado-
res nacionales.
El objetivo de la ley es garantizar la igualdad
de género en los órganos legislativos, buscan-
do que la cantidad de personas de los géneros
femenino y masculino en dichos cuerpos sea
aproximadamente la misma. La ley se apoya en
el principio de participación equivalente por gé-
nero. El proyecto final fue el resultado de la ar-
monización de ocho proyectos legislativos.
Se ampliará sobre el presente tema en acápi-
te aparte.
Reconocimiento judicial. El reconocimien-
to judicial de la personería jurídico-política, que
exige el inc. c), se alcanza luego de cumplirse el
procedimiento establecido en los arts. 61 y ss.
de la propia ley, proceso de naturaleza volun-
taria, originado por el propio interés de un gru-
po de ciudadanos asociados políticamente que
pretende acceder a la categoría legal de partido
político. En este proceso, el Ministerio Público
asume una función fiscalizadora, sin revestir el
carácter de parte (arts. 7º y 12, ley 19.108 en lo
pertinente) (35).
Características homónimas entre agrupa-
ciones. Rechazo de la personalidad. Con fecha
19 de abril de 2011, el diario LA LEY publica en
su página 7, un fallo dictado por la Cámara Na-
cional Electoral con fecha de 5 de abril del mis-
mo año, dictado en la causa “Nueva Izquierda s/
reconocimiento de personalidad política”, veni-
dos de la provincia de Santiago del Estero, cuyo
juzgado federal desestimó in limine la presen-
tación solicitada como consecuencia que, del
control de legalidad efectuado surge la identi-
dad de algunas de sus autoridades, del apodera-
do, del domicilio partidario y de casi la totalidad
de la declaración de principios y las bases de ac-
ción política acompañados, con los de otro par-
tido reconocido en el distrito.
Agregó el tribunal que, de admitirse el pro-
ceder descalificado, las autoridades de un par-
tido político podrían fundar infinitos partidos
partido políticos con los mismos adherentes,
autoridades, apoderados, sede partidaria, de-
(35) CNE, fallo 898/90.

claración de principios, bases de acción política
y carta orgánica, circunstancia que, por el ab-
surdo que denota, no puede ser cohonestada. Y
concluye afirmando que “no es ocioso señalar a
mayor abundamiento que la ley 23.298 —modi-
ficada por la ley 26.571, contiene una directiva
tendiente a prevenir que las agrupaciones elu-
dan la condición temporal prevista para que los
partidos caducos soliciten nuevamente su per-
sonalidad política (art. 53, primer párrafo)”, ad-
virtiendo que la que en realidad se persigue con
el procedimiento rechazado, eludir estas dispo-
siciones, lo que llevó a confirmar la resolución
apelada.
Por otra parte, la misma Cámara Nacional
Electoral tiene dicho que “es improcedente con-
ceder efectos suspensivos al recurso extraordi-
nario deducido contra la sentencia que declaró
la caducidad de la personalidad política de un
partido, pues si se ignorasen los efectos de la ca-
ducidad declarada procurando resguardar el in-
terés particular de la agrupación, el gravamen
irreparable alcanzaría carácter institucional y
afectaría a la comunidad, dado que se estaría
admitiendo la posibilidad de que se proponga
una oferta electoral que no podría revertirse aun
cuando se verificara su improcedencia” (36).
Art. 4º.- Los partidos políticos pueden ad-
quirir derechos y contraer obligaciones de
acuerdo con el régimen dispuesto por el Códi-
go Civil y por las disposiciones de la presente
ley.
El partido como sujeto de derecho y obli-
gaciones. El partido político, como persona
jurídica que es, tiene capacidad para adquirir
derechos y contraer obligaciones. “Los parti-
dos políticos presentan dos ámbitos diferencia-
dos en su naturaleza jurídica: uno es su carácter
de asociación civil que hace a su existencia y el
otro es la personería jurídico-política para pre-
sentar candidatos e intervenir en elecciones, de
manera tal que la caducidad de la personería ju-
rídico-política no implica la extinción de la per-
sonalidad civil” (37).
(36) CNE, 07/12/2010, “Chiacchio, Mariana E. -
apoderada del Partido Movimiento Socialista de los
Trabajadores, Distrito Capital Federal”, LA LEY del
26/04/2011.
(37) DALLA VÍA, Alberto, ob. cit., p. 28.
Gabino Mario Tapia
Art. 5º.- Esta ley es de orden público y se
aplicará a los partidos que intervengan en la
elección de autoridades nacionales y asimis-
mo a los que concurran a elecciones munici-
pales de la ciudad de Buenos Aires y territorio
nacional de la Tierra del Fuego, Antártida
e Islas del Atlántico Sur, a partir del 4 de no-
viembre de 1985.
La ley es clara en cuanto remarca su carácter
de orden público (38), lo que la coloca por enci-
ma de los intereses de los propios partidos y de
sus dirigentes y afiliados. Ello en cuanto, como
expresa el art. 2º de la ley, “los partidos políti-
cos son instrumentos necesarios para la formu-
lación y realización de la política nacional” (39).
En consecuencia, sus normas no resultan modi-
ficables ni pueden ser dejadas sin efecto por dis-
posiciones de los estatutos partidarios o de sus
órganos de conducción.
Por ello es que “la justicia electoral pue-
de intervenir de oficio a los fines de tomar las
medidas conducentes al resguardo del orden
público”, como por ejemplo para impedir que
un órgano partidario ejecute decisiones que no
le son atribuidas por la carta orgánica (como la
suspensión de elecciones internas y la fijación
de nueva fecha para su realización) (40).
La norma también es clara en cuanto a su al-
cance: se aplica a los partidos que intervengan
en la elección de autoridades nacionales y a los
que actúan en el ámbito de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires ya que el territorio nacional al
que alude, ha pasado a ser provincia y tiene su
propia legislación en la materia.
Partidos provinciales y nacionales. Eleccio-
nes simultáneas. “La justicia electoral nacional
aplica las leyes federales relativas a los partidos
nacionales y de distrito, quedando reservado a
la jurisdicción provincial y a sus leyes lo rela-
tivo a los partidos provinciales y municipales.
(38) CNE, 26/04/1989, fallo 744/89.
(39) Ibidem.
(40) CNE, 26/04/1989, “Recondo, Alberto O. s/ invo-
cando carácter de apoderado Lista Violeta y Naranja en
Proceso Elecc. Interno del Partido Intransigente solicita
se revoque nueva convocatoria para el día 19/02/1989 a
fin de elegir candidatos partidarios a cargos públicos mu-
nicipales”.
PRIMERA PARTE• 19
Ley 23.298 de Partidos Políticos
Corresponde la aplicación de las normas pro-
vinciales, por parte de los tribunales de ese or-
den, a todas aquellas cuestiones que no estén
regidas a la vez por la legislación nacional. Tra-
tándose de controversias comunes e inescindi-
bles, sometidas concurrentemente a normas y
autoridades judiciales de ambos órdenes, como
cuando un partido tiene a la vez carácter de par-
tido provincial y de partido de distrito, y se cele-
bran elecciones en las que simultáneamente se
eligen candidatos de ambos órdenes, debe pre-
valecer el principio consagrado por el art. 31 de
la CN, que aconseja estar a las normas federales
y a su respectiva autoridad de aplicación” (41)
(conf. CS, Fallos 305:926) que no es otra que la
Justicia Federal Electoral (42).
Art. 6º.- Corresponde a la Justicia Federal
con competencia electoral, además de la ju-
risdicción y competencia que le atribuye la
ley orgánica respectiva, el contralor de la vi-
gencia efectiva de los derechos, atributos, po-
deres, garantías y obligaciones, así como el de
los registros que esta y demás disposiciones
legales reglan con respecto a los partidos sus
autoridades, candidatos, afiliados y electores
en general.
Competencia de la justicia electoral. “El ám-
bito que la Justicia Nacional a través de los tri-
bunales federales del art. 100 de la Constitución
tiene por la legislación orgánica, está conforma-
do por la jurisdicción y competencia en materia
jurídico-política-electoral, para garantizar en
juicio la organización estable, gobierno propio
y el libre funcionamiento de los partidos políti-
cos reglados por la carta orgánica, a través del
método democrático interno. Resolviendo en-
tonces, debido proceso legal mediante, las cues-
tiones de jurisdicción voluntaria o contenciosa
planteada, encuadrando en el mismo tanto las
de hecho como las jurídicas de derecho político;
pero asegurando además de los derechos sub-
jetivos el bien jurídico objeto de la garantía que
protege, que es el partido político y la vigencia
de su personalidad, en toda la extensión e inten-
(41) CNE, fallo 3097/03, p. 196.
(42) CNE, 21/04/1989, fallo 728/89.
20 • Derecho electoral argentino
sidad que para la vida pública democrática sig-
nifica (CNE, fallo 25/84)” (43).
Sin embargo, debido a la naturaleza de esta
materia jurídico-política electoral y a su carácter
de nacional —por el lugar o espacio—, también
le corresponde el contralor de la vigencia efecti-
va de los derechos, atributos, poderes, garantías
y obligaciones, así como el de los registros con
respecto a los partidos, sus autoridades, candi-
datos, afiliados y ciudadanos en general (arts. 5º
y 6º). Facultades de contralor institucional con-
secuencia del proceso de racionalización del
poder, y atribuidas por la legislación a la justi-
cia impartida en el debido juicio; con lo que se
encuentra en un ámbito en que el bien jurídico
objeto de la garantía del control, vinculando el
hecho con el derecho, reside en el sistema axio-
lógico de la forma representativa, republicana
y federal de nuestra Constitución (arts. 1º, 22 y
33), puesto que la organización partidaria for-
mal actúa externamente en toda la sociedad de-
mocrática informal, el pueblo de la nación y de
las provincias (arts. 5º, 36, 37 y 104) (44).
“Por ello, en el dinámico proceso político y
proceso de decisión, es donde el contralor judi-
cial debe estar asegurando esa interacción de la
vida pública, que importa asegurar aquella es-
tabilidad institucional de los partidos políticos
sin la cual no habría democracia constitucional,
y que la ley denomina garantía de la organiza-
ción estable, gobierno propio de las autorida-
des constituidas, ejercicio de las funciones de
gobierno-administración, y libre funciona-
miento (...). En consecuencia, no interviene di-
rectamente en la vida interna de los partidos
sino a petición judicial de las mismas partes in-
teresadas, y en el ejercicio de ambas atribucio-
nes debe considerarse que no se trata de una
controversia de derecho privado ni procesal ad-
jetiva, sino de la vida y actuación de una institu-
ción u órgano intermediario de derecho público
como es el partido político (CNE, fallos 63/84 y
70/84)” (45).
(43) CNE, 06/02/1985, “Unión Cívica Radical convoca
a elecciones internas - San Luis”, fallo 75/85.
(44) Ibidem.
(45) Ibidem.

“La Ley de Organización de la Justicia Nacio-
nal Electoral (19.108, modificada por ley 19.277)
atribuye a este fuero la competencia para deci-
dir las cuestiones que se susciten en la aplica-
ción de la ley orgánica de los partidos políticos
(23.298) y de las disposiciones complementa-
rias. En particular, establece que los jueces fede-
rales electorales conocerán en todos los asuntos
relacionados con el funcionamiento de los par-
tidos políticos. En igual sentido, la ley 23.298, en
su art. 6º determina que corresponde al fuero
electoral, además de la competencia señalada,
el control de la vigencia efectiva de los derechos,
atributos, poderes, garantías y obligaciones que
esa ley regla con respecto a los partidos, sus au-
toridades, candidatos y afiliados” (46).
La Justicia Federal con competencia electo-
ral a la que alude la ley, se encuentra organiza-
da con jueces de primera instancia federales a
quienes se les atribuye la competencia en mate-
ria electoral y cuyas decisiones son recurribles
ante la Cámara Nacional Electoral.
“Cada juez electoral tiene plena competen-
cia para entender en las cuestiones que se ori-
ginen en el ámbito de su distrito (arts. 44 del
Cód. Electoral Nacional y 12 de la ley 19.108 mo-
dif. por ley 19.277). El art. 12, II, inc. b), de la ley
19.108 establece, en particular, que los jueces fe-
derales electorales conocerán en ‘la fundación,
constitución, organización, funcionamiento,
caducidad y extinción de los partidos políticos
de su distrito’” (47).
Fallos de Cámara. En cuanto a la Cámara, “la
ley 19.108 —modificada por la ley 19.277— al
crear la Cámara Nacional Electoral, estableció
un tribunal único de segunda instancia respecto
de los jueces federales con competencia electo-
ral, con el objeto de que —a través de pronun-
ciamientos que tienen el alcance previsto por
el art. 303 del Cód. Proc. Civ. y Com. (conf. art.
6º, ley citada)— se constituya en órgano unifi-
cador de eventuales sentencias contradictorias,
quedando así preservada la unidad de criterios
en materia electoral” (48). “La Cámara Nacional
Electoral conoce en grado de apelación de las
(46) CNE, fallo 3729/06, p. 301.
(47) CNE, fallo 2864/01, p. 141.
(48) CNE, fallo 3451/05, p. 253.
Gabino Mario Tapia
resoluciones recaídas en las cuestiones articu-
ladas ante los jueces federales electorales —art.
5º, inc. a) de la ley 19.108 modif. por ley 19.277—
y las juntas electorales nacionales” (49).
“La legitimidad del sistema democrático se
sustenta en la necesidad de reglas claras e in-
terpretaciones uniformes por parte de los di-
ferentes jueces de grado, y es a través de los
pronunciamientos de este Tribunal que se al-
canza dicho cometido. En efecto, siendo esta
Cámara la autoridad superior en la materia,
sus fallos constituyen los antecedentes a ser
considerados como principios rectores en el
comportamiento electoral. Por ello, y dada la
importancia del objeto de la materia es que el
legislador atribuyó a sus resoluciones fuerza de
fallos plenarios. La utilidad y necesidad de un
tribunal cuya finalidad primaria sea la de evi-
tar el dictado de sentencias contradictorias y el
consecuente escándalo jurídico que de ello se
deriva, reviste singular significación en la mate-
ria de la que esta Cámara es autoridad superior
(conf. art. 5º, ley 19.108) donde el valor ‘seguri-
dad jurídica’ adquiere, en la mayoría de los ca-
sos, una preponderancia determinante” (50).
Necesidad de un “caso”. La justicia no puede,
sin embargo, ejercer estas facultades in abstrac-
to, sino que requiere la existencia de un “caso
judicial”. Tiene dicho la Cámara Nacional Electo-
ral, que conforme “reiterada doctrina de la Cor-
te Suprema de Justicia, no compete a los jueces
hacer declaraciones generales o abstractas, por-
que es de la esencia del Poder Judicial decidir
colisiones efectivas de derechos, (principio que)
no puede sufrir excepción por invocación de las
facultades de contralor que confiere a la Justi-
cia Electoral el art. 6º de la ley 23.298 en orden
a asegurar ‘la vigencia efectiva de los derechos,
atributos, poderes, garantías y obligaciones (...)
con respecto a los partidos, sus autoridades,
candidatos, afiliados y ciudadanos en general’,
ya que estas no pueden ejercerse in abstracto
sino que, en consecuencia con los principios ya
referidos, habrán de efectivizarse como conse-
cuencia de la trasgresión de normas traducida
en la vulneración de derechos subjetivos, con-
cretos y actuales (...) siempre que la protección
(49) CNE, fallo 2976/01, p. 159.
(50) CNE, fallo 3100/03, p. 200.
PRIMERA PARTE• 21
Ley 23.298 de Partidos Políticos
de tales derechos subjetivos sea requerida por
su titular, una vez agotada la instancia partida-
ria, lo que excluye la intervención de oficio en
tanto no se encuentren vulneradas normas de
orden público (fallo 412/87 CNE)” (51).
En línea con este criterio, tiene dicho tam-
bién la Cámara Nacional Electoral, que la Jus-
ticia Electoral “habilitará la instancia cuando a
petición de parte o de oficio deba pronunciarse
en causa judicial o por ejercicio del control que
hace a su jurisdicción contenciosa o voluntaria
en ocasión que los actos políticos jurídicos estén
conclusos, a fin de decidir con su declaración,
la validez o invalidez de los actos cumplidos y
del proceso ocurrido —no de los inconclusos—
determinando la eficacia y justicia de los mis-
mos” (52).
En fallo 1274/92 la CNE tiene dicho que “la
normativa electoral no contempla disposición
alguna que habilite un control de autorización
para la convocatoria, reunión, deliberación y de-
cisión de órganos de gobierno partidarios y que
la justicia nacional electoral no debe intervenir
ab initio en el libre funcionamiento del partido
o en sus actos políticos internos, especialmen-
te cuando mediante ellos se está formando opi-
nión en el mismo y se está operando un proceso
de decisiones que se encuentra en su prime-
ra etapa, o sea la de iniciativa por proposición
y petición, con los proyectos del temario, para
luego, constituida la reunión, pasar a la etapa
de deliberación y debate. Prohibir esta iniciati-
va aunque sea mediante una medida cautelar,
importaría tanto como intervenir o suspender
las deliberaciones, lesionándose en cualquiera
de esos supuestos los derechos políticos de reu-
nión y participación que tiene la asociación par-
tidaria, en definitiva, clausurar su vida interna; y
es obvio que ello no es misión ni función insti-
tucional de la Justicia Electoral (conf. fallo 72/85
CNE)”. Se agregó en este fallo que “habilitará la
instancia cuando a petición de parte o de oficio
deba pronunciarse en causa judicial o por ejer-
cicio del control que hace a su jurisdicción con-
tenciosa o voluntaria en ocasión que los actos
(51) CNE, fallo 612/88; Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital
Federal, 08/08/2007, “Pico, Vicente y otros c. UCR orden
nacional”.
(52) Ibidem.
22 • Derecho electoral argentino
político-jurídicos estén conclusos, a fin de deci-
dir con su declaración la validez o invalidez de
los actos cumplidos y del proceso ocurrido —no
de los inconclusos— determinando la eficacia y
justicia de los mismos” (53).
Cabe también recordar que corresponde que
la justicia se expida en tanto y en cuanto sub-
sista el conflicto que motivara su intervención,
toda vez que de lo contrario la cuestión se tor-
naría abstracta y sin interés jurídico para ser re-
suelta conforme lo ha dicho la Cámara Nacional
Electoral en reiteradísimas ocasiones. Sin em-
bargo, tiene dicho la Corte Suprema de Justicia
de la Nación, que “aun cuando las circunstan-
cias impidieron al tribunal expedirse en tiem-
po oportuno (...) ello no es óbice suficiente para
impedir el dictado de un pronunciamiento so-
bre la cuestión (...) porque los hechos de toda
causa, producidos con olvido o desconocimien-
to de resoluciones judiciales, no pueden erigir-
se en obstáculos para que la Cámara Nacional
Electoral resuelva una cuestión propia de su
competencia” (54), sobre todo si la vía intenta-
da “resulta absolutamente esencial para salva-
guardar un interés concreto y actual que arraiga
en el principio de soberanía popular”  (55). Es
que, como dijo el tribunal en la misma ocasión,
“no deben confundirse las dificultades para ha-
cer efectiva la sentencia que en su caso admi-
ta la pretensión del actor, con la existencia o
inexistencia de interés actual en resolver el plei-
to” (56).
Límites a la competencia federal. La compe-
tencia del Fuero Electoral Nacional, se encuen-
tra limitada en forma específica y concreta por
las leyes nacionales que regulan la materia, es
decir, 19.108 —modificada por la ley 19.277—
art. 12, apart. II; 19.945, 20.907, 23.298, 24.012,
24.444, 25.610, 26.215, 26.571 y sus modifi-
catorias, complementarias y decretos regla-
mentarios. Consecuentemente, las cuestiones
(53) Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal,
29/11/2007, “Verani, Pablo y otro s/ solicitan impugn-
ación de la res. 50/2007 de la Mesa Directiva del Comité
Nacional de la UCR - medida cautelar”, res. 289/07; expte.
2224/07.
(54) Fallos 326:4468; CNE, 29/08/2006, fallo 3738/2006.
(55) Ibidem.
(56) Ibidem.

vinculadas con procesos electorales que se lle-
van a cabo en un determinado distrito o los que
podrían haber llevado a cabo los interventores
designados en él, no encuadran en ninguno de
los supuestos contemplados en la normativa
vigente, por lo que deben ser resueltos por los
jueces federales con competencia electoral en
el distrito pertinente y no por el del domicilio
del partido nacional  (57). Se resolvió, así, que
la acción referida a una cuestión vinculada con
el proceso electoral que se llevaba a cabo en el
Distrito Corrientes, y los actos que podrían ha-
ber llevado a cabo los interventores designados,
debía ventilarse en el referido distrito  (58). En
igual sentido, “los cuestionamientos a las deci-
siones adoptadas por el Sr. Interventor respec-
to del proceso electoral llevado a cabo por las
autoridades desplazadas”, es materia que debe
resolver el juzgado federal con competencia
electoral del distrito respectivo (59).
“Corresponde a la justicia federal con com-
petencia electoral conocer en las cuestiones
vinculadas con las elecciones de autoridades
internas de los partidos políticos provinciales
con actuación en el orden nacional” (60). “Ello
es así, de conformidad con lo establecido en la
ley 23.298 —arts. 5º y 7º, inc. h)— y a lo prescrip-
to en el art. 44, inc. 2º, ap. a) de la ley 19.945 (t.o.
dec. 2135/1983)” (61). “Lo relativo al funciona-
miento de los partidos políticos para la elección
de autoridades en el orden nacional, más allá
de que se trate de actos referidos a las eleccio-
nes partidarias internas, se encuentra sometido
(57) Conf., Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal,
“Marín, Andrés O. y otros s/ solicitan suspensión de la
intervención de Unión Cívica Radical Distrito Mendoza
- medida precautoria”, expte. 1780/07; id., 27/08/2007,
“Roldán, José M. y otro s/ deducen nulidad de la res.
42 del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical”, res.
102/07.
(58) Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal,
27/08/2007, “Roldán, José M.”, cit.
(59) Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal, “Marín,
Andrés O. y otros”, cit.; id., 30/06/2009, “Breard, Noel E.
y otro s/ promueven acción contenciosa de nulidad de
intervención Unión Cívica Radical - Distrito Corrientes -
medida cautelar”, expte. 2297/08.
(60) Fallos 310:1547.
(61) Fallos 310:1530.
Gabino Mario Tapia
al régimen legal de la ley 23.298 y consecuente-
mente, a la jurisdicción federal, sin perjuicio de
que también concurran con la elección de can-
didatos para cargos locales y se apliquen nor-
mas de tal índole” (62).
“La ley 19.108, modificada por la ley 19.277,
atribuye a los jueces de primera instancia el co-
nocimiento de las cuestiones relacionadas con
la organización y el funcionamiento de los parti-
dos políticos de su distrito —art. 12, II, b)—. Esta
Cámara tiene dicho, por otra parte, que el inter-
ventor partidario tiene el carácter de autoridad
delegada local, y que en tal calidad sus actos se
encuentran directamente sometidos al control
del señor Juez del distrito en virtud del art. 6º de
la ley 23.298 y de la norma antes citada (conf. fa-
llos 661/88, 975/91 y 981/91)” (63).
En consecuencia, la competencia del Juzga-
do de la Capital Federal, “se encuentra acota-
da, en lo que se refiere a los partidos políticos, a
aquellos que actúan en el marco de la ley 23.298,
desde su fundación y constitución, reconoci-
miento, vida interna, elección de sus autorida-
des, y en su caso, caducidad o extinción. Y en lo
que respecta a los actos comiciales, a aquellos
en los que se eligen autoridades nacionales del
distrito, es decir, diputados nacionales, senado-
res nacionales y convencionales constituyentes
nacionales, como así también, en el caso de la
elección del presidente y vicepresidente de la
Nación, en lo que hace a su jurisdicción” (64).
De ahí que se haya decidido que “corresponde
al juzgado federal con competencia electoral
del Distrito Corrientes se expida respecto de la
posibilidad o no de modificar la situación de la
alianza presentada en dicho Tribunal la cual in-
tegra la UCR de dicho distrito y que habría sido
dejado sin efecto por el Interventor partida-
rio” (65).
(62) Fallos 325:2306.
(63) CNE, fallo 1046/91.
(64) Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal,
27/08/2007, “Verani, Pablo y otro s/ solicitan nulidad de
la res. 28/2007 del Comité Nacional de la Unión Cívica
Radical”, expte. 1954/07; id., 27/08/2007, “Roldán, José
M.”, cit.
(65) Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal,
27/08/2007, “Roldán, José M.”, cit.
PRIMERA PARTE• 23
Ley 23.298 de Partidos Políticos
Las cuestiones referidas a la actuación de los
interventores en el distrito (su actividad o inac-
tividad), toda vez que reemplazan a las autori-
dades locales en el ejercicio de sus facultades,
es cuestión en la que deben entender los tribu-
nales electorales locales, en virtud del art. 6º de
la ley 23.298 (conf. CNE, fallos 661/88, 975/91 y
981/91) (66).
“A pesar de que se trate de un partido provin-
cial, si la Convención tiene a tratar en su orden
del día temas que hacen a la elección de can-
didatos a cubrir cargos públicos nacionales,
toda vez que los actos de los organismos comu-
nes del partido que correspondan a un partido
que siendo provincial es también de distrito, se
debe estar a la jurisdicción federal en razón de
los establecido en el art. 31 de la CN (CNE, fallo
177/85 entre otros)” (67).
Tipo de proceso. El proceso a seguir en estos
casos, es el señalado por los arts. 65 y ss. de la
ley y no la vía del amparo que suele plantearse
equivocadamente, obligando al tribunal intervi-
niente a disponer el reencauzamiento procesal
pertinente.
Competencia en materia penal. Cabe recor-
dar que la competencia de la Justicia Federal
Electoral en materia penal se encuentra estric-
tamente limitada a los delitos y faltas electorales
contempladas en el cap. II del tít. VI del Códi-
go Electoral Nacional y que debe entenderse
por delitos electorales “aquellos que se cometen
con motivo de las elecciones nacionales” (conf.
CNE, fallos 714/89, 858/89, 2440/98, 2571/99 y
2906/01, entre otros). Consecuentemente, los
actos de seguimiento, persecución, intimida-
ción y amedrentamiento que puedan realizar-
se, son entonces ajenos al conocimiento de la
Justicia Federal Electoral, siendo su tratamiento
privativo de la Justicia Criminal y Correccional
Federal. Una solución contraria importaría, ha
(66) Juzg. Fed. Viedma, 20/08/2008, “Ceci, Sergio G. y
otros c. Intervención del Partido UCR - Distrito Río Negro
s/ contencioso —art. 65, ley 23.298—”, expte. 40/2008 a].
(67) Artículo vinculado: art. 44 del Cód. Elect. (Juzg.
Fed. Corrientes, 10/08/2007, “Gustavo A. Valdez y
Rubén A. Cundom s/ plantean nulidad e inexistencia
de la convención partidaria provincial de la UCR”, expte.
70666/07).
24 • Derecho electoral argentino
dicho la Cámara Nacional Electoral, una clara
violación de los principios de distribución de la
competencia en razón de la materia.
“En materia penal, la competencia del fuero
se encuentra estrictamente limitada a los deli-
tos y faltas electorales contempladas en el cap.
II del tít. VI del Código Electoral Nacional, es
decir, ‹aquellos que se cometan con motivo de
las elecciones nacionales›. Por ello, son ajenos
a su conocimiento los hechos que puedan cons-
tituir ilícitos en el ámbito de los partidos políti-
cos” (68).
TÍTULO II
De la fundación y constitución
CAPÍTULO I
Requisitos para el reconocimiento de la
personalidad jurídico-política
Partidos de distrito
Art. 7º.- (Texto ley 26.571). Para que a una
agrupación política se le pueda reconocer su
personería jurídico-política, en forma provi-
soria, debe solicitarlo ante el juez competente,
cumpliendo con los siguientes requisitos:
a) Acta de fundación y constitución, acom-
pañada de constancias, que acrediten la ad-
hesión de un número de electores no inferior
al cuatro por mil (4 ‰) del total de los ins-
criptos en el registro de electores del distrito
correspondiente, hasta el máximo de un mi-
llón (1.000.000). Este acuerdo de voluntades
se complementará con un documento en el
que conste nombre, domicilio y matrícula de
los firmantes;
b) Nombre adoptado por la asamblea de
fundación y constitución;
c) Declaración de principios y programa o
bases de acción política, sancionados por la
asamblea de fundación y constitución;
d) Carta orgánica sancionada por la asam-
blea de fundación y constitución;
(68) CNE, fallo 3393/05, p. 252.

e) Acta de designación de las autoridades
promotoras;
f) Domicilio partidario y acta de designa-
ción de los apoderados.
Durante la vigencia del reconocimiento
provisorio, los partidos políticos serán consi-
derados en formación. No pueden presentar
candidaturas a cargos electivos en elecciones
primarias ni en elecciones nacionales, ni tie-
nen derecho a aportes públicos ordinarios ni
extraordinarios.
Gestación de un partido político. Reconoci-
miento provisorio. El nacimiento de un partido
político supone una etapa previa de gestación,
en la que se deben reunir los elementos básicos
que hacen a su existencia futura y exteriorizarse
conforme exige la ley.
Esta exteriorización se plasma en una soli-
citud de carácter formal que se presenta ante
el juez federal con competencia electoral del
domicilio de la nueva entidad, requiriendo el
reconocimiento provisorio de la personería ju-
rídico-política, reconocimiento que se tornará
definitivo en caso de que el trámite avance y se
completen todas las exigencias legales para que
ello sea factible.
Existen, entonces, dos etapas en el nacimien-
to de un partido político. Una primera en la que
el reconocimiento es meramente provisorio y en
la que el partido se encuentra “en formación”. En
esta instancia, las agrupaciones no se encuen-
tran habilitadas a presentar candidaturas a car-
gos electivos en elecciones primarias ni —por
supuesto— en elecciones nacionales, ni tienen
derecho a recibir aportes públicos ordinarios
ni extraordinarios. Finalizada la segunda etapa,
en la que se alcanza el reconocimiento definiti-
vo, el partido político puede actuar, finalmente,
como tal.
Legitimación para realizar los trámites. La
solicitud de reconocimiento provisorio, debe
ser firmada por el apoderado designado a tal
fin, adjuntando los elementos que puntualiza la
norma. También están legitimados para hacer el
pedido, los integrantes de la Junta Promotora,
conforme prescribe el último párrafo del art. 7º
bis que, además, hace solidariamente responsa-
Gabino Mario Tapia
bles tanto a ellas como a los apoderados, de la
veracidad de lo expuesto en las respectivas do-
cumentaciones y presentaciones que hagan.
Acta fundacional. El primer elemento que la
ley exige es la presentación del acta de funda-
ción y constitución del partido político, cuyas
firmas deberán estar certificadas si es que el ins-
trumento respectivo no fue otorgado por acto
o escritura pública. El acta labrada en instru-
mento privado obligará al juzgado a citar a los
firmantes a ratificar sus firmas, a menos que se
encuentre volcada en un libro de actas en cuyo
caso no se exige la ratificación personal.
El número de fundadores en nada influye y es
independiente de la cantidad de adherentes que
la ley exige. De cualquier manera, ese núcleo
inicial, que constituirá el grupo promotor, ten-
drá como misión esencial reunir todos los res-
tantes elementos que la ley reclama, en especial
la cantidad mínima de adherentes “a la idea” de
la creación de una nueva agrupación política.
Nombre. Esta acta debe, de cualquier mane-
ra, contener ciertas menciones indispensables
que la propia norma puntualiza. El nombre ele-
gido para la nueva entidad es esencial. Sin per-
juicio de lo que diremos al comentar el art. 13 y
ss., nos parece importante remarcar aquí que no
existe en materia de partidos políticos un proce-
dimiento como el que rige en materia de socie-
dades comerciales de “reserva de nombre” para
evitar duplicidades o la elección de denomina-
ciones ya existentes o que puedan llevar a con-
fusión, o bien a la necesidad de cambiarlo.
El juzgado federal interviniente en el proce-
so de constitución del nuevo partido político,
debe ordenar la publicación del nombre elegi-
do en el Boletín Oficial y, después de transcu-
rridos tres días de esta publicación, disponer la
celebración de la audiencia prevista en el art. 62
de la ley, conforme prescribe el art. 13 del dec.
937/2010.
La redacción que se le dio al art. 13 de este de-
creto, en cuanto expresa que “vencido el plazo
de tres días de la publicación (...) se deberá rea-
lizar la audiencia prevista en el art. 62”, no es en
verdad, feliz. En rigor, lo que ha querido decir,
es que el juez no puede convocar a esa audien-
cia antes de los tres días mencionados, ya que el
PRIMERA PARTE• 25
Ley 23.298 de Partidos Políticos
art. 62 de la ley establece que la reunión se debe
celebrar “dentro de los diez días hábiles siguien-
tes”. En consecuencia, este plazo de diez días
que señala el art. 62, debe computarse a partir
de los tres días posteriores a la publicación que
nos ocupa, si bien en la práctica el plazo no co-
menzará a correr sino hasta que la parte intere-
sada exteriorice ante el juzgado la publicación
realizada y requiera la fijación de la audiencia.
Declaración de principios y programa o
bases de acción política. El acta de fundación
debe contener también la Declaración de Prin-
cipios del nuevo partido y su Programa o Bases
de Acción Política, documentos diferentes que
no se identifican.
Carta orgánica. El acta fundacional debe asi-
mismo incluir la Carta Orgánica de la nueva
agrupación. Para un análisis más detallado de
su contenido y alcances, nos remitimos al co-
mentario al art. 21. Pero “es un requisito esen-
cial para que un partido político sea reconocido
como tal que presente su carta orgánica ante la
justicia electoral —art. 7º, inc. d), ley 23.298—, la
que examinará que sus disposiciones sean com-
patibles con los principios constitucionales y le-
gales del sistema.
Ahora, si bien no es una exigencia expresa de
la referida ley someter las modificaciones de los
estatutos internos partidarios a control judicial,
ello surge de la interpretación integral de nues-
tro sistema legal. Pues si las cartas orgánicas
originarias deben ser comunicadas a la justicia
para su entrada en vigencia, sus sucesivas re-
formas también deben ser controladas durante
toda la vida partidaria, sobre todo teniendo en
cuenta que es el único medio de evitar que, por
esta vía, entren en vigencia disposiciones con-
trarias a los principios democráticos exigidos, o
anteriormente rechazadas por el juez en el trá-
mite de reconocimiento de la personería jurídi-
co-política” (69).
“Las cartas orgánicas y las modificaciones que
estas pudiesen sufrir (conf. doctrina CNE, fallos
2652/99, 2953/01, 3012/01, 3533/05, 3538/05)
recién entran en vigencia cuando los jueces
electorales concluyen el control de legalidad de
los estatutos que, en ejercicio de sus funciones
(69) CNE, fallo 2953/01, p. 155.
26 • Derecho electoral argentino
como autoridad en materia de administración
electoral, deben efectuar con la debida inter-
vención del señor fiscal de grado, quien ejerce
la representación del orden público y promue-
ve la actuación de la justicia en defensa de la
legalidad y los intereses generales de la socie-
dad (conf. CNE, fallos 3533/05 y 3538/05) (fallo
3795/07, incidente de apelación c. res. 1197 F. 81
año 2006, en autos ‘Unión Cívica Radical s/ pe-
dido de personería - Neuquén’)” (70).
Acta de designación de autoridades pro-
motoras. Aun encontrándose en formación, la
nueva agrupación requiere de un orden y de
normas de funcionamiento mínimas que asegu-
ren que la iniciativa llegará a buen puerto. Esto
supone también un cierto orden jerárquico o
autoridades provisorias, que adoptarán las deci-
siones necesarias hasta tanto la entidad adquie-
ra su reconocimiento pleno y se dé sus primeras
autoridades formales en elecciones internas. La
designación de estas autoridades promotoras
no necesariamente debe tener lugar en la mis-
ma acta de fundación y constitución, aunque
por lo general así ocurre.
Domicilio. Competencia. El acta debe fijar
el domicilio de la nueva agrupación el que, a su
vez, determinará la competencia para la presen-
tación del trámite.
Designación de apoderados. La designación
de apoderados también es esencial, toda vez
que serán estos quienes, en definitiva, lleven
adelante todos los trámites de la nueva agrupa-
ción, si bien la ley (art. 7º bis) también reconoce
personería para ello a las autoridades promoto-
ras.
Adherentes; no afiliados. El acta de funda-
ción y constitución debe ser acompañada de
constancias que acrediten la adhesión de un nú-
mero de electores no inferior al cuatro por mil
del total de los inscriptos en el registro de elec-
tores del distrito correspondiente, cálculo que
se hace sobre una base máxima de un millón
de personas, con lo que limita las adhesiones a
(70) CNE, fallo 3795/07, “Incidente de apelación c. res-
olución nro. 1197 Fº 81 Año 2006, en autos Unión Cívica
Radical s/ pedido de personería (Neuquén)”, cit. por Juzg.
Fed. Comp. Elect. Nº 1 Capital Federal, 20/07/2007, “Ve-
rani, Pablo”, cit.

no más de cuatro mil (4.000). Estas adhesiones
se expresan suscribiendo un listado en el que
conste el nombre, domicilio y matrícula de cada
adherente.
“La creación de un nuevo partido políti-
co supone una serie de actos fundacionales
—concertación de un acuerdo de voluntades y
designación de una junta promotora a los efec-
tos de propender a esa unión y dirigir la ins-
tauración de la agrupación para obtener el
reconocimiento de su personalidad jurídico-
política— que requieren la adhesión de un nú-
mero de ciudadanos —cuatro por mil (4‰) del
total de inscriptos en el registro de electores del
distrito— (conf. art. 7º, ley 23.298). Con su firma,
estos dan consentimiento a la fundación y cons-
titución de un nuevo partido, más pueden no te-
ner la intención —y, por ello, carecen a su vez
de la obligación— de intervenir en las funciones
de su gestación, limitando —de ese modo— su
actuación a expresar simplemente un interés en
favor de la creación de una agrupación. No po-
seen otra vinculación con esta y no puede, por
lo tanto, imponérseles la carga de participar or-
gánicamente en ella” (71).
“Debe distinguirse entre los requisitos para
formar un partido y obtener su reconocimien-
to ante la Justicia Electoral —para lo cual bastan
simples adhesiones— y el hecho de funcionar
como partido a fin de elegir sus autoridades y
candidatos a la función pública electiva, para lo
cual es necesario presentar el número mínimo
de afiliados que la ley exige” (72). Es decir, los
adherentes no se convierten automáticamente
en afiliados ni tienen el carácter que tienen es-
tos últimos. El adherente simplemente exterio-
riza, con su adhesión, estar de acuerdo con que
se forme una nueva agrupación política, pero se
reserva para sí la voluntad de, una vez formada,
afiliarse o no a ella.
Forma. El dec. 937/2010 (BO del 01/07/2010)
aprobó un modelo de formulario para exterio-
rizar la adhesión a la que alude este artículo, y
una planilla para su presentación ante el juzga-
do federal con competencia electoral que co-
rresponda.
(71) CNE, fallo 3374/04, p. 248.
(72) CNE, fallo 694/89.
Gabino Mario Tapia
El formulario exige la individualización del
partido a cuya formación se adhiere y exige la
mención de los datos personales del adheren-
te (apellido, nombres, número de documento
de identidad y domicilio) y sus datos filiatorios
(nombres y apellidos tanto del padre como de la
madre) y por supuesto, la firma del adherente.
Para el caso de que el adherente no pueda fir-
mar, deberá colocar la impresión dígito pulgar
derecha.
La veracidad de estos datos y la autenticidad
de la firma, queda en manos de un certificador
cuyos datos (apellido, nombre, documento) y
firma, deben obrar al pie del formulario. Con-
forme detalla el decreto mencionado, pueden
certificar los jueces de paz, los escribanos, los
integrantes de la Junta Promotora del partido
en formación y los certificadores que estas de-
signen.
En cuanto a la planilla de presentación, que
debe estar igualmente avalada por un certifi-
cador de los mencionados, consiste en una nó-
mina general de las adhesiones individuales ya
aludidas y contiene, además de los datos men-
cionados, la localidad y la sección electoral en la
que se domicilia el adherente.
Estos documentos —adhesiones individuales
y planilla— se deben presentar “en papel y en
los aplicativos informáticos específicos que es-
tablezca la Justicia Nacional Electoral”, confor-
me reza su art. 2º.
Certificadores partidarios. En cuanto a los
certificadores partidarios, con carácter pre-
vio a otorgar cualquier certificación, deben ser
informados por las juntas promotoras al juz-
gado federal con competencia electoral corres-
pondiente, con sus datos de identidad y firmas
originales, acompañando sus respectivas acep-
taciones de cargo.
Es preciso hacer hincapié en la importancia y
trascendencia de esta función, un tanto desdi-
bujada en la práctica. Lamentablemente es bas-
tante común la “certificación a ciegas”, esto es,
sin que se haga una efectiva constatación de la
exactitud de los datos volcados a las fichas, o sin
que el adherente estampe su firma en presencia
del certificador, quienes suelen descansar en los
“punteros” que colectan las adhesiones y afilia-
PRIMERA PARTE• 27
Ley 23.298 de Partidos Políticos
ciones, convirtiéndose así la certificación, en un
acto burocrático más que termina por perjudi-
car a todo el sistema. No debe extrañar, enton-
ces, que sea frecuente encontrar presentaciones
con firmas apócrifas que sorprenden la buena fe
de los certificadores y desde ya, la de personas
que nunca se adhirieron o afiliaron a partido
político alguno o, al menos, al que expresan las
planillas o fichas presentadas.
Las reformas introducidas a la ley 23.298 de
Partidos Políticos por la ley 26.571, en cuanto
exigen por ejemplo en materia de afiliaciones
la renuncia expresa a toda afiliación previa para
tener por válida la nueva que se presente, cons-
tituyen, en este aspecto, un avance o un resguar-
do importante para poner freno a esta práctica
deleznable, por cierto.
El art. 4º del dec. regl. 937/2010 hace pasible a
los certificadores, en caso de no resultar auténti-
cas sus certificaciones, “de las sanciones civiles,
penales o administrativas que correspondan”.
La verdad es que la norma no es precisa o al
menos no tiene la contundencia que le daría
el cambio de la partícula “o” por la “y”, ya que
con la redacción disyuntiva daría la sensación
de que los certificadores no podrían sino reci-
bir una sola sanción, lo que en nuestra opinión
constituye un error.
Si la certificación es falsa, no pueden caber
dudas acerca de la comisión de un ilícito penal,
pero pensamos que en cuanto con ella se está
demostrando la ineptitud para el cargo, es evi-
dente que el certificador debería tener la pena
accesoria de la inhabilidad para ejercerlo en el
futuro.
Publicación. El art. 14 del dec. 937/2010, dis-
pone que, concedido el reconocimiento provi-
sorio, el juez debe ordenar que se publique por
un (1) día, en el Boletín Oficial, el auto respecti-
vo, el domicilio partidario y la Carta Orgánica.
Cabe aclarar que no rige al respecto la obliga-
ción de notificar a la Cámara Nacional Electoral
y a la Dirección Nacional Electoral dependien-
te del Ministerio del Interior, ya que el art. 6º
del mismo decreto lo hace solo para cuando se
apruebe en forma definitiva la personería jurídi-
co-política de la nueva agrupación.
28 • Derecho electoral argentino
Artículo 7º bis.- (Ley 26.571). Para obtener
la personería jurídico-política definitiva, los
partidos en formación, deben acreditar:
a) Dentro de los ciento cincuenta (150) días,
la afiliación de un número de electores no in-
ferior al cuatro por mil (4‰) del total de los
inscriptos en el registro de electores del dis-
trito correspondiente, hasta el máximo de un
millón (1.000.000), acompañadas de copia de
los documentos cívicos de los afiliados donde
conste la identidad y el domicilio, certificadas
por autoridad partidaria;
b) Dentro de los ciento ochenta (180) días,
haber realizado las elecciones internas, para
constituir las autoridades definitivas del par-
tido;
c) Dentro de los sesenta (60) días de obteni-
do el reconocimiento, haber presentado los li-
bros a que se refiere el art. 37, a los fines de su
rúbrica.
Todos los trámites ante la justicia federal
con competencia electoral hasta la constitu-
ción definitiva de las autoridades partidarias
serán efectuados por las autoridades promo-
toras, o los apoderados, quienes serán solida-
riamente responsables de la veracidad de lo
expuesto en las respectivas documentaciones
y presentaciones.
Reconocimiento definitivo. Una vez notifica-
da la resolución que reconoce en forma proviso-
ria la personería jurídico-política de una nueva
agrupación, comienzan a correr para ella una
serie de plazos dentro de los cuales debe cum-
plir, inexorablemente, con ciertas exigencias
legales para poder obtener su reconocimiento
definitivo.
Cómputo de los plazos. Los plazos estableci-
dos en este artículo se computan en forma co-
rrida. Solo los de los arts. 7º ter y 8º de la ley se
computan en días hábiles judiciales (art. 7º, dec.
937/2010).
Afiliaciones. Sin duda el plazo más impor-
tante es el de ciento cincuenta (150) días que
señala el inc. a), toda vez que marca la fecha lí-
mite para cumplir con la presentación del míni-
mo de fichas de afiliación que la ley exige, que

no pueden ser menos que el 4 por mil del total
de electores del distrito correspondiente, hasta
un máximo de un millón, lo que hace que en la
práctica esto se traduzca en la presentación de
un máximo de 4.000 fichas. O sea que el tope es-
tablecido en la ley no se encuentra referido a la
cantidad de afiliados necesarios, sino al número
de electores computables para determinarlos.
Si este número fuere inferior al millón de per-
sonas, habrá que estar al 4 por mil de esa can-
tidad, pero si fuere superior, la exigencia legal
debe entenderse cumplida con la presentación
de 4.000 fichas.
Requisitos de la afiliación. Sin perjuicio de
remitir a los comentarios a los arts. 25 y ss. para
ahondar sobre el tema, corresponde aquí des-
tacar los recaudos que deben cumplirse para
acompañar estas fichas.
Nadie puede dudar la trascendencia que tie-
ne para el sistema en general, la afiliación a un
partido político, y por lo tanto la necesidad de
garantizar que se trate de actos esencialmente
libres y despojados de toda sospecha. La ley se
muestra, en la materia particularmente severa.
Ya hemos hecho referencia a la ligereza con
que a veces se procede en las tareas de certifica-
ción de firmas y de documentación. No creemos
necesario remarcar las situaciones complicadas
que pueden derivarse de ello tanto para los pro-
pios partidos, como para las personas en ge-
neral y hasta para los propios certificadores.
Denuncias de firmas apócrifas, eliminación de
las personas involucradas de los padrones par-
tidarios, rechazos de fichas por parte de la Jus-
ticia, etc., son algunas de estas consecuencias,
verdaderamente nefastas para el sistema. De
ahí es que remarquemos la necesidad de que se
tome acabada conciencia de la importancia de
la función que desempeñan los certificadores
partidarios, tanto por parte de la dirigencia polí-
tica como por parte de ellos mismos. La confor-
mación de padrones partidarios transparentes e
indubitables, depende en gran parte de ello.
Por eso es también que la ley, más allá de las
responsabilidades personales que asigna y a las
que ya hemos aludido (véase dec. 937/2010, art.
4º y comentario hecho sobre el particular supra
—comentario al art. 7º—), ha agregado a la pre-
sentación una serie de requisitos que es menes-
Gabino Mario Tapia
ter cumplir para que las afiliaciones puedan ser
aceptadas.
Así, las fichas de afiliación deben estar acom-
pañadas de una fotocopia del documento de
identidad del afiliado de la que surjan sus datos
personales y su domicilio. Tanto la ficha de afi-
liación como las fotocopias de los documentos,
deberán estar certificadas por juez de paz, es-
cribano público, autoridades partidarias o cer-
tificadores designados por estas debidamente
registrados (art. 3º, dec. 937/2010). Vale aquí lo
dicho al comentar el art. 7º, al que remitimos.
En rigor, la exigencia de acompañar una copia
del documento de identidad del afiliado, siem-
pre estuvo en la ley 23.298. No obstante ello,
en la práctica las fichas de afiliación se presen-
taban, al menos en gran parte del país, sin que
se exigiera el cumplimiento de este recaudo.
Cuando por circunstancias que no viene al caso
comentar, se planteó la necesidad o no de cum-
plirlo, la Justicia fue concluyente. Las críticas en
algunos distritos arreciaron (entre ellos, la pro-
vincia de Buenos Aires) alegándose que con esta
exigencia, que ahora la ley 26.571 ha confirma-
do, se dificultaban las tareas de afiliación ya por
la renuencia de la gente en entregar fotocopias
de sus documentos por temor a fraudes, ya por
la dificultad de obtener una copia de ellos en
las campañas masivas que los partidos políticos
suelen llevar a cabo.
Sin duda que ello es así; pero también lo es
que la seriedad del acto —no muchas veces
comprendido— exige el cumplimiento de este
recaudo que, junto con otras exigencias de la ley
a las que ya aludiremos, eliminarán o al menos
disminuirán notoriamente, las posibilidades de
afiliaciones apócrifas o de dobles afiliaciones
incomprensibles.
Primeras elecciones internas. Ciento ochen-
ta (180) días después de concedido el reconoci-
miento provisorio, la agrupación de que se trate,
contando ya con el mínimo de afiliados necesa-
rios, debe proceder a elegir a sus primeras au-
toridades en elecciones internas —inc. b)—.
La ley 26.571 echó luz acerca de esta cuestión,
ya que en el texto originario de la ley 23.298 no
aparecía muy claro cuándo debían celebrarse
estas elecciones internas y cuál era la cantidad
PRIMERA PARTE• 29
Ley 23.298 de Partidos Políticos
mínima de afiliados que la agrupación debía re-
unir para poder funcionar.
Ello había dado lugar a que la Cámara Nacio-
nal Electoral expresara que era necesario preci-
sar esta cuestión ya que era obvio que el partido
debía contar con afiliados al momento de rea-
lizarse las primeras elecciones internas para
constituir las autoridades definitivas, pues de
lo contrario ellas no podrían llevarse a cabo por
falta de electores. Y la pauta para determinar ese
mínimo, expresó el Tribunal, no podía ser otra
que la misma que se exigía como adhesiones
para solicitar el reconocimiento de la personali-
dad jurídico-política, “que no es otra cosa que la
manifestación cuantitativa del mínimo consen-
so de la sociedad política para el nacimiento de
un nuevo partido político” (73).
Las agrupaciones políticas tienen la obliga-
ción insoslayable de representar en su cons-
titución, autoridades y cuerpos orgánicos, la
transparente expresión de su cuerpo electoral,
en razón de que son los encargados de regir el
destino de la vida política nacional e instrumen-
tos para la designación de candidatos (74).
La ley 26.571 ha consolidado estos conceptos,
de suerte tal que 30 días después de concluido el
plazo para acreditar la cantidad mínima de afi-
liaciones que exige la ley, deben celebrarse las
primeras elecciones internas que consagren las
autoridades definitivas del nuevo partido po-
lítico. Con anterioridad a la sanción de la ley
26.571, la jurisprudencia había interpretado que
la ley no exigía la realización de elecciones in-
ternas dentro de ese plazo, sino solamente que
dentro de él se hiciera la convocatoria respecti-
va. Ahora la ley es muy precisa y no deja margen
para otra interpretación en cuanto expresa que
dentro de los 180 días deben haberse realizado
las elecciones internas para constituir las auto-
ridades definitivas del partido.
No creemos que en apenas 30 días que me-
dian entre el cierre de las afiliaciones —inc.
a)— y la fecha de la elección —inc. b)— puedan
organizarse las elecciones que suponen una se-
rie de actos que quizás, de acuerdo con la pro-
(73) CNE, fallo 694/89.
(74) CNE, 30/06/2003, “Presentación del Dr. Federico
N. Massoni”, cit.
30 • Derecho electoral argentino
pia carta orgánica del partido, deban cumplirse
dentro de plazos que excedan el lapso referido.
Así, deberán confeccionarse los padrones defi-
nitivos, publicarse la convocatoria, fijar un pla-
zo para la oficialización de las listas que deseen
competir, aprobarse las boletas, designar las
autoridades del comicio, etc. En virtud de ello
creemos que el partido político cumpliría con
los objetivos que marca la ley, de designar sus
autoridades definitivas, publicando la convo-
catoria a elecciones internas dentro de esos 30
días siguientes a la fecha de cierre de la presen-
tación de las afiliaciones mínimas, tal como la
Cámara Nacional Electoral había interpretado
antes de la reforma introducida por la ley 26.571
(véase la nota 77).
Libros. Un tercer plazo, de sesenta (60) días
corridos, rige para la presentación de los libros a
los que alude el art. 37, a los fines de su rúbrica.
Se trata del libro de inventarios, del libro caja y
del libro de actas. Los dos primeros esenciales
para la contabilidad y el tercero para volcar en
él el resumen de las reuniones y las resolucio-
nes adoptadas por los órganos partidarios. Aho-
ra bien. Este plazo de sesenta días, ¿comienza a
correr desde que se concedió el reconocimien-
to provisorio, o desde que se otorgó el reconoci-
miento definitivo?
El encabezamiento del artículo que comen-
tamos expresa que para obtener la personería
jurídico-política definitiva debe acreditarse la
presentación de estos libros.
Sin embargo, la ubicación de la exigencia en
el inc. c), después de las referencias a la presen-
tación de las afiliaciones mínimas y de la cele-
bración de las primeras elecciones internas,
sumado a la aclaración que hace la norma de
que el plazo de 60 días corre a partir de obteni-
do el reconocimiento, y que estos libros no se-
rán necesarios hasta tanto ese reconocimiento
definitivo no exista, nos lleva a concluir que el
referido plazo es posterior al reconocimiento
definitivo. De lo contrario, un orden lógico ha-
bría llevado a ubicar primero este vencimiento
(60 días) para aludir luego a los de plazos mayo-
res (150 y 180 días, respectivamente).
Responsabilidad solidaria. En cuanto al últi-
mo párrafo de la norma, remitimos a lo ya dicho
sobre el punto al comentar el art. 7º.

Art. 7º ter.- (Ley 26.571). Para conservar la
personería jurídico-política, los partidos po-
líticos deben mantener en forma permanente
el número mínimo de afiliados. El Ministerio
Público Fiscal, de oficio, o a instancia del juz-
gado federal con competencia electoral, veri-
ficará el cumplimiento del presente requisito,
en el segundo mes de cada año, e impulsará la
declaración de caducidad de la personería ju-
rídico-política cuando corresponda.
Previo a la declaración de caducidad el juez
competente intimará el cumplimiento del re-
quisito indicado, por el plazo improrrogable
de noventa (90) días, bajo apercibimiento de
dar de baja al partido del registro así como
también su nombre y sigla.
La Cámara Nacional Electoral publica-
rá antes del 15 de febrero del año siguiente al
cierre anual, el número mínimo de afiliados
requerido para el mantenimiento de la perso-
nería jurídico-política de los partidos de dis-
trito.
Base mínima de afiliados. Control. Conse-
cuencias. El número mínimo de afiliados exigi-
do por el art. 7º bis debe ser mantenido en forma
permanente por los partidos políticos, de mane-
ra tal que su reducción posterior por debajo de
ese número determinará la pérdida de la perso-
nería jurídico-política.
Mucho se ha hablado acerca de este punto,
pero lo cierto es que, sobre todo en los últimos
tiempos, han proliferado nuevas agrupaciones
políticas que a la postre no participan de los co-
micios y que se transforman en meros sellos de
goma que hasta se venden o alquilan para satis-
facer las necesidades electorales de candidatos
sin partido o con escasas posibilidades de triun-
fo dentro sus propias organizaciones.
Un partido político debe, necesariamente, te-
ner un mínimo de representatividad en el elec-
torado. “Ello no solo porque de esa manera
adquiere sentido la misión de los partidos po-
líticos como mediadores entre la sociedad y el
Estado, órganos intermediarios entre su pueblo
y el gobierno (...) sino también porque a los par-
tidos reconocidos el Estado les otorga ciertos
aportes, franquicias y exenciones de orden eco-
Gabino Mario Tapia
nómico, que no es posible razonablemente que
se concedan a ciertos agrupamientos parciales
que solo tienen una apariencia de tales, es decir,
a aquellos que virtualmente solo existen formal-
mente sin una verdadera vivencia real del gru-
po humano y social por carecer de una notoria
y genuina representatividad en el cuerpo electo-
ral como órgano del pueblo de la Nación” (75).
La norma ha establecido un procedimiento
para controlar el cumplimiento de esta exigen-
cia, haciendo responsable de ello al Ministerio
Público Fiscal que debe actuar de oficio o a ins-
tancias del juzgado federal con competencia
electoral. El control debe hacerse en el mes de
febrero de cada año, sobre la base de la publi-
cación que haga la Cámara Nacional Electoral
acerca del número mínimo de afiliados necesa-
rio para el mantenimiento de la personería jurí-
dico-política de los partidos de distrito.
El juez competente deberá intimar a los parti-
dos políticos cuya afiliación hubiere disminuido
por debajo de esa cantidad, a alcanzarla o supe-
rarla dentro de un plazo improrrogable de no-
venta (90) días, bajo apercibimiento de dar de
baja al partido del registro, así como su nombre
y su sigla.
El referido plazo, conforme dispone el art. 7º
del dec. 937/2010, es de días hábiles judiciales
y se computará a partir del día siguiente al de la
notificación respectiva.
Partidos nacionales
Art. 8º.- Los partidos de distrito reconoci-
dos en cinco (5) o más distritos con el mismo
nombre, declaración de principios, progra-
ma o bases de acción política, carta orgáni-
ca, pueden solicitar su reconocimiento como
partidos de orden nacional ante el juzgado
federal con competencia electoral del distrito
de su fundación. Obtenido el reconocimien-
to, el partido deberá inscribirse en el registro
correspondiente, ante los jueces federales con
competencia electoral de los distritos donde
decidiere actuar, a cuyo efecto, además de lo
preceptuado en el art. 7º y 7º bis deberá cum-
plir con los siguientes requisitos:
(75) CNE, fallo 694/89.
PRIMERA PARTE• 31
Ley 23.298 de Partidos Políticos
a) Testimonio de la resolución que le reco-
noce personería jurídico-política;
b) Declaración de principios, programa o
bases de acción política y carta orgánica na-
cional;
c) Acta de designación y elección de las au-
toridades nacionales del partido y de las au-
toridades de distrito;
d) Domicilio partidario central y acta de
designación de los apoderados.
Para conservar la personería jurídico-polí-
tica, los partidos nacionales deben mantener
en forma permanente el número mínimo de
distritos establecido con personería jurídico-
política vigente.
El Ministerio Público Fiscal verificará el
cumplimiento del presente requisito, en el se-
gundo mes de cada año, e impulsará la decla-
ración de caducidad de personerías jurídicas
partidarias cuando corresponda.
Previo a la declaración de caducidad el juez
competente intimará el cumplimiento del re-
quisito indicado, por el plazo improrrogable
de noventa (90) días, bajo apercibimiento de
dar de baja al partido del registro así como
también su nombre y sigla (texto según ley
26.571).
Partidos de distrito y partidos nacionales.
“El partido de distrito precede e inicia la for-
mación del partido nacional integrado en un
proceso de unificación federal por aquellos par-
tidos de distrito cuyos reconocimientos operan
previamente. El partido de distrito constituye la
célula básica del partido nacional, el cual tiene
una estructura de organización federal similar
a la constitución del Estado Federal y no a la
confederación, pues el poder superior partida-
rio corresponde a los órganos nacionales, que
ejercen la dirección política de la agrupación en
todo el territorio de la Nación, quedando reser-
vado para los locales una autonomía residual
dentro del distrito. Sendos partidos —nacional y
distrital— constituyen una unidad sociopolítica
indisoluble” (76).
(76) CNE, fallo 3230/03, p. 227.
32 • Derecho electoral argentino
“Existe similitud en este sentido, entre la si-
tuación en que se encuentran los partidos de
distrito en relación con el nacional y la de las
provincias en relación con la Nación, pues es-
tas últimas, no obstante gozar de autonomía y
ser muchas de ellas anteriores a la constitución
del Estado Nacional, no pueden ejercer el de-
recho de secesión. De esta manera, cuando un
partido de distrito decide constituir un partido
nacional como uno de los cinco distritos que la
ley exige para ello (conf. art. 8º) resigna parte de
su autonomía y pasa a formar una unidad so-
cio-política indisoluble de dicho partido nacio-
nal (conf. CNE, fallo 150/85) al integrarse a este
en un proceso de unificación federal (...). Que-
da claro de los términos de esta norma —art. 8º
de la ley— que tales partidos no se asocian a un
partido nacional sino que son ellos mismos los
que lo constituyen, pues actúan como partido
nacional y solicitan su reconocimiento en tal ca-
rácter, es decir, también como partido nacional.
Por ello, el partido de distrito que forma parte
de un partido nacional, mientras no caduque o
se extinga, queda ligado de modo permanente a
dicho partido nacional, sin posibilidad de dejar
de pertenecer a él” (77).
Queda claro, entonces, que un partido nacio-
nal sugiere una unidad de criterio y de doctrina
en todo el país (78).
Requisitos para actuar como partido nacio-
nal. Puede ocurrir que en cinco o más distritos
se inscriban partidos con el mismo nombre,
principios, programa o bases de acción política,
y de hecho ello ocurre con aquellos partidos que
pretenden actuar como partidos nacionales. Sin
embargo, es difícil —si no imposible— que estos
partidos de distrito tengan la misma carta orgá-
nica, ya que en cada uno de ellos se ajustará a
sus propias características. Esto último, sin em-
bargo, no constituye un obstáculo para recono-
cer el carácter nacional del partido.
(77) Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal,
28/09/2007, “Verani, Pablo”, cit.; id., 01/10/2007, «Rossi,
Marcela y otros s/ solicitan nulidad de la intervención de
la convención Provincial del Partido Unión Cívica Radi-
cal Distrito Buenos Aires», res. 208/07, expte. 1958/07.
(78) Conf., Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal,
01/10/2007, «Rossi, Marcela», ob. cit..

Consideramos más acertado, o por lo menos
más cercano a la realidad, entonces, afirmar
que para que un partido político pueda ser con-
siderado como partido nacional, deberá acredi-
tar haber logrado su reconocimiento en cinco o
más distritos y anualmente acreditar que la con-
serva, con la certificación judicial pertinente,
pero no exigir que la carta orgánica sea la mis-
ma en todos ellos.
El partido así reconocido, tiene derecho a
postular candidatos a Presidente y Vicepresi-
dente de la Nación en todos los distritos que,
a los fines de su elección, conforman uno solo;
pero solo podrán postular candidatos a diputa-
dos y senadores nacionales en aquellos distritos
donde tienen personería jurídico-política reco-
nocida.
“Para participar, sea individualmente o inte-
grando una alianza transitoria, en el proceso
electoral convocado en un distrito, es requisito
indispensable haber obtenido reconocimien-
to de la personalidad jurídico-política en ese
distrito, o bien, tener el carácter de partido na-
cional inscripto en él. Tratándose de comicios
para la elección de presidente y vicepresidente
de la Nación, esa inscripción resulta innecesa-
ria, pues el reconocimiento en el orden nacional
faculta a la agrupación política para actuar en
toda la República, por constituir —a esos efec-
tos— un distrito único” (79).
Pero no es suficiente con el reconocimiento
de la personería jurídico-política en cinco o más
distritos, circunstancia que, obviamente deberá
ser acreditada. La ley exige, además, una decla-
ración de principios, programa o bases de ac-
ción política y Carta Orgánica nacional, lo que
pone en evidencia que estos instrumentos no
son idénticos en todos los distritos como hace
suponer la primera parte de la norma.
La ley exige, además, que se acredite la elec-
ción de autoridades nacionales y de distrito, que
se establezca el domicilio del partido nacional y
que se presente el acta de la que surja la desig-
nación de apoderados nacionales.
Así como es condición de la subsistencia de
los partidos de distrito conservar la cantidad
(79) CNE, fallo 3110/03, p. 213.
Gabino Mario Tapia
mínima de afiliados que la ley exige, así también
es condición de la subsistencia del carácter na-
cional del partido, mantener la personería jurí-
dico-política en forma permanente en al menos
cinco distritos, cuestión que la ley pone en cabe-
za del Ministerio Público Fiscal vigilar, exigiendo
que se acredite ello en forma anual, impulsando
la declaración de caducidad en caso contrario.
Con carácter previo a que esta última pueda
ser declarada, el juez federal competente deberá
intimar a la agrupación de que se trate para que
dentro del plazo de 90 días hábiles judiciales
(art. 7º, dec. 937/2010) acredite el cumplimiento
de esta exigencia, bajo apercibimiento de decre-
tar la caducidad y disponer la baja del registro
respectivo, así como también de su nombre y de
su sigla.
Art. 9º.- A los efectos del artículo anterior se
considera distrito de la fundación aquel don-
de se hubieren practicado los actos origina-
rios y de la constitución del partido.
En el caso de los partidos que hayan obteni-
do cualquier reconocimiento anterior, el dis-
trito de la fundación será el de la sede judicial,
mientras subsista la voluntad de mantenerlo
y una sentencia definitiva no establezca otro
distrito.
Domicilio partidario. El domicilio donde
se hubiere fundado el partido y donde se rea-
lizaron los trámites originales para su recono-
cimiento, es el que marca la competencia para
requerir el reconocimiento como partido nacio-
nal.
El cambio de domicilio implica una modifica-
ción de los estatutos, de suerte tal que el mismo
debe ser resuelto de conformidad con las dispo-
siciones que establezca cada carta orgánica para
su modificación, con intervención del juez del
distrito de la fundación.
3. De las confederaciones, fusiones y alian-
zas transitorias
Art. 10.- (Texto según ley 26.571). Los parti-
dos políticos de distrito y nacionales pueden
constituir alianzas de distrito o nacionales
respectivamente de dos (2) o más partidos, de
acuerdo a lo que establezcan sus respectivas
PRIMERA PARTE• 33
Ley 23.298 de Partidos Políticos
cartas orgánicas, con el propósito de presen-
tar candidatos para cargos públicos electivos.
Asimismo, los partidos de distrito que no
formen parte de un partido nacional pueden
integrar una alianza con al menos un (1) par-
tido político nacional.
Los partidos políticos que integren la alian-
za deben requerir su reconocimiento, ante el
juez federal con competencia electoral del dis-
trito respectivo o de la Capital Federal, en el
caso de las alianzas nacionales, hasta sesenta
(60) días antes de la fecha de la elección pri-
maria, abierta, simultánea y obligatoria, de-
biendo acompañar:
a) El acuerdo constitutivo de la alianza, que
incluya el acuerdo financiero correspondien-
te;
b) Reglamento electoral;
c) Aprobación por los órganos de dirección
de cada partido, de la formación de la alianza
transitoria de acuerdo a sus cartas orgánicas;
d) Domicilio central y actas de designación
de los apoderados;
e) Constitución de la junta electoral de la
alianza;
f) Acuerdo del que surja la forma en que se
distribuirán los aportes correspondientes al
fondo partidario permanente.
Para continuar funcionando, luego de la
elección general, en forma conjunta los parti-
dos que integran la alianza, deberán confor-
mar una confederación.
Alianzas. “La formación de convenios, alian-
zas, acuerdos y coaliciones representan un
modo habitual de participación de las agrupa-
ciones políticas en las contiendas electorales.
Este mecanismo de aliarse con el fin de acre-
centar las posibilidades electorales en los comi-
cios, tiene dicho la Cámara Nacional Electoral,
se encuentra comprendido en el status libertatis
de los propios partidos políticos y nace del dere-
cho constitucional de asociarse con fines útiles
34 • Derecho electoral argentino
(art. 14, CN; Fallos 326:2004, ‘Partido Demócra-
ta Progresista c. Provincia de Santa Fe’)” (80).
Tiene dicho también el mismo tribunal, que
“las alianzas electorales no son uniones perma-
nentes ni de organización estable, sino más bien
coaliciones de dos o más partidos reconocidos
que, suspendiendo circunstancialmente sus
rivalidades y cierto grado de autonomía, han
coincidido en el interés programático o electo-
ral de aliarse, mediante el acuerdo de un con-
venio o pacto de aquellas partes que constituye
su vínculo político jurídico del derecho que los
rige”, agregando que “carecen de la estabilidad
permanente del partido político, ya que dicho
acuerdo convenido o pactado tiene por obje-
to un proceso electoral concreto” (ver nota 82).
En consonancia con esto último, la norma que
comentamos expresa en su último párrafo que
“para continuar funcionando luego de la elec-
ción general, en forma conjunta, los partidos
que integran la alianza deberán conformar una
confederación”, lo que implicaría perder su in-
dividualidad conforme habremos de ver al tra-
tar esa última forma de vinculación (artículo
siguiente).
Ampliando los conceptos anteriormente ex-
puestos, la Cámara Nacional Electoral precisó
que “la alianza es una figura jurídica que la ley
reconoce como apta para posibilitar que dos o
más partidos puedan concurrir a las elecciones
con candidatos comunes en una o más catego-
rías de cargos” (conf. CNE, fallo 676/89). Es de-
cir, entonces, que el partido integrante de una
alianza no pierde su individualidad como tal
aunque se haya circunstancialmente asociado
con otro u otros para participar de una elección
postulando candidatos comunes. Participa jun-
to con ellos del acto eleccionario, aunque sea
mediante una boleta común, y cada uno de los
integrantes de la coalición aporta su propio cau-
dal electoral (conf. CNE, fallo 859/89).
“En definitiva, las alianzas electorales son en-
tidades esencialmente transitorias (art. 10, ley
(80) Sup. Trib. Corrientes, 02/09/2007, “Alianza Frente
de Todos entre los partidos UCR, Justicialista, Liberal,
de Todos, Acción por la República y Autonomista (se-
nadores y diputados provinciales) s/ reconocimiento de
personería - expte. 4146/07 del Juzg. Elect.”, expte. 252/07;
voto del Dr. Eduardo A. Farizano.

23.298, y fallos 181/85, 363/87, 700/89, 798/89,
962/91 y 1088/91) que no perduran jurídica-
mente más allá de la elección con miras a la cual
fueron constituidas, y que se disuelven una vez
cumplido su objetivo. Se aprecia así que los car-
gos logrados en la elección (...) fueron obtenidos
a través de la alianza, fundamentalmente gra-
cias a la suma de votos aportados por cada uno
de sus integrantes, pero no ‘pertenecen’ a esta,
porque dejó de existir inmediatamente después
de concluida la elección para la cual fue creada.
Y de ello no puede sino extraerse como corola-
rio que cada uno de los partidos integrantes de
la coalición obtuvo la cantidad de bancas para
las cuales postuló candidatos que resultaron
electos”  (81). Siendo ello así, si las bancas ob-
tenidas corresponden a candidatos propuestos
por un partido integrante de la alianza, en la si-
guiente elección este partido renueva esa canti-
dad de bancas.
Así como el partido puede decidir integrar
una alianza con vistas a una elección determi-
nada, puede también, libremente, decidir de-
jarla. “El derecho de arrepentimiento, luego de
conformada la alianza, no puede ser motivo de
una atadura inescindible (...). Obligar a un par-
tido político a permanecer en una Alianza Elec-
toral sería notoriamente inconveniente para la
democracia, atento que el sistema electoral y
político está unido al régimen de los partidos
políticos vigentes, mediadores que ordenan la
opinión pública” (82).
En el caso citado en el párrafo que antecede,
se discutió la facultad del interventor designado
en uno de los partidos integrantes de la alianza
con posterioridad a su constitución, de disponer
su retiro así como el de los candidatos que él ha-
bía aportado a la lista común. Tales facultades,
que le habían sido desconocidas en primera ins-
tancia, fueron avaladas por el Tribunal Superior
provincial, aunque con algunas disidencias. Así,
alguno de los ministros entendió que el inter-
ventor, como máxima autoridad partidaria, te-
nía la facultad de retirar al partido de la alianza
conformada con anterioridad a su designación,
ya que “no resulta lógico suponer que en caso
(81) CNE, fallo 1584/93.
(82) Sup. Trib. Corrientes, 02/09/2007, “Alianza Frente
de Todos”, cit., voto del Dr. Carlos Rubin.
Gabino Mario Tapia
de disidencias o conflictos en el seno del partido
o siguiendo instrucciones de los órganos supe-
riores (...) de acuerdo con las políticas por ellas
fijadas (...) no se pueda retirar de la alianza tran-
sitoria obligándosele sin fundamento jurídico
alguno a permanecer ligado en contra de su real
voluntad”. Sin embargo, afirmó que dicha facul-
tad no alcanzaba para retirar a los candidatos
porque habrían dejado de ser “del partido”, para
serlo “de la alianza”, “organización política dis-
tinta a los partidos políticos que la conforman
(...) salvo que sean los propios candidatos quie-
nes manifiesten su expresa voluntad de renun-
ciar a la candidatura y seguir a su partido” (83).
La opinión referida no fue sin embargo com-
partida por el resto de los ministros del Supe-
rior Tribunal correntino que, reconociendo la
facultad del interventor para retirar al partido
de la alianza, consideraron que los candidatos
postulados por dicho partido también debían
ser excluidos de la lista respectiva, desde que los
candidatos son propuestos por el partido que
concurre a la alianza y no por esta (84).
Requisitos para el reconocimiento de una
alianza. Oportunidad para constituirla. Los
partidos políticos que decidan conformar una
alianza, deben solicitar el reconocimiento de
esta última ante el juez federal con competencia
electoral de la Capital Federal cuando se trate de
alianzas de carácter nacional.
La ley es clara en cuanto las alianzas deben
celebrarse e inscribirse sesenta (60) días antes
de la fecha fijada para la celebración de las elec-
ciones primarias para la elección de candidatos
a representaciones públicas.
Acuerdo constitutivo. El pedido de recono-
cimiento de la alianza debe estar acompañado
del convenio constitutivo respectivo, que debe
incluir, necesariamente, el acuerdo financiero
correspondiente.
El dec. 937/2010 establece en su art. 9º que “el
acuerdo de distribución de aportes correspon-
dientes al Fondo Partidario Permanente previs-
to en el art. 10, inc. f ), de la ley 23.298 y en el art.
11 de la ley 26.215, deberá establecer la forma
(83) Ibidem, voto del Dr. Eduardo A. Farizano.
(84) Ibidem, voto del Dr. Fernando A. Niz.
PRIMERA PARTE• 35
Ley 23.298 de Partidos Políticos
en que se realizará la distribución, refiriéndose
exclusivamente a: a) la cantidad de afiliados re-
conocidos ante la Justicia Federal con compe-
tencia electoral de cada partido al momento de
celebrarse el acuerdo; o b) un porcentaje igual
o diferente para cada uno de los partidos inte-
grantes de la alianza”.
Por otra parte, el inc. c) de la norma que co-
mentamos expresa que, junto con el pedido de
reconocimiento de la alianza, debe presentarse
el acta de aprobación de los órganos de direc-
ción de cada uno de los partidos que la integran
para conformarla, de acuerdo con sus respecti-
vas cartas orgánicas. Si bien estas actas se pue-
den y deben presentar por separado, resulta
conveniente, en el instrumento constitutivo
respectivo dejar aclarado que cada uno de los
partidos signatarios han aprobado esta consti-
tución, mencionando las actas respectivas.
Partes. La norma es en principio clara, en
cuanto establece que las alianzas nacionales
solo puede ser conformada por los partidos que
tengan ese carácter, en tanto que los partidos
de distrito, siempre que no integren un partido
nacional, solo pueden conformar entre sí alian-
zas de distrito, pero no una alianza de carácter
nacional. Obviamente, las respectivas cartas
orgánicas deben contemplar la posibilidad de
conformar este tipo de agrupaciones.
El segundo párrafo del artículo que comen-
tamos, sin embargo, expresa que un partido
de distrito, que no integre un partido nacional,
puede conformar una alianza con al menos un
partido que tenga tal carácter. Quiere ello decir
que, para constituir una alianza de carácter na-
cional resulta suficiente la presencia de un solo
partido nacional, que puede conformarla con
uno o varios partidos de distrito.
Esta aclaración, introducida por la ley 26.571,
viene a dejar sin efecto la jurisprudencia vigen-
te hasta el momento que entendía que “el par-
tido de distrito no está habilitado a constituir
una alianza con miras a una elección presiden-
cial” (85).
(85) CNE, 10/04/2003, “Alianza Frente Movimiento
Popular”, Lexis 1/70009019-2 y 1.
36 • Derecho electoral argentino
Reglamento electoral. El segundo elemen-
to que deberá acompañarse para obtener el re-
conocimiento de la alianza, es el Reglamento
Electoral al que se sujetará ella para la deter-
minación de sus candidatos a representaciones
públicas, único objetivo de su constitución. De-
biendo registrarse con sesenta (60) días de an-
terioridad a las elecciones primarias, va de suyo
que la alianza en sí, como agrupación política,
participará de esa elección primaria junto con
los demás partidos o alianzas que tengan aspi-
ración de participar luego en la elección gene-
ral.
Queda claro, entonces, que dentro de una
alianza puede haber pluralidad de listas, y en
consecuencia es preciso que las partes que la
conforman acuerden la forma de integrar la jun-
ta electoral —inc. e) de esta misma norma—, la
forma de llevar adelante el proceso de oficiali-
zación y de integración de las listas de precandi-
datos, y entre otras cosas, cómo se determinará
la composición final de la lista a cargos legisla-
tivos, desde que las candidaturas a presidente y
vicepresidente se decidirán exclusivamente por
fórmula y no existe la posibilidad de recompo-
nerlas luego de la elección primaria.
En realidad este reglamento electoral debe
contemplar todas aquellas cuestiones que no se
encuentran reguladas por la propia ley 23.298
en lo que hace a las elecciones primarias, ya que
estas últimas tienen el carácter de normas de
orden público y se aplican por encima de cual-
quier reglamento que dicten los partidos o las
alianzas.
Cabe preguntarse si en este Reglamento los
partidos integrantes de la alianza pueden acor-
dar, por ejemplo, realizar una suerte de pre-
primaria para determinar los candidatos que
conformen una lista única, vedando a quienes
no participen de esa puja, la posibilidad de ofi-
cializar luego otras listas. La respuesta debe ser
negativa, porque de lo contrario se desnaturali-
zaría totalmente el régimen instituido por la ley
26.571. No es que el procedimiento se encuentre
vedado por la ley, pero quienes no hayan parti-
cipado de esa supuesta puja e incluso quienes
lo hubieran hecho y perdido, podrían requerir
luego la oficialización de una lista y no habría
forma de negarle su derecho a participar de la

elección primaria, a menos que no cumpla con
los requisitos necesarios para su oficialización.
Libros. Apoderados. La alianza que se con-
forme debe llevar un libro de actas donde se vol-
carán las decisiones trascendentales que tome.
Una de las exigencias de la ley, que debe que-
dar plasmada en dicho libro, es la designación
de apoderados y la forma en que ellos habrán de
funcionar en representación de la nueva agru-
pación —inc. d)—. Es de aclarar que las actas
que no se vuelquen en el libro respectivo debe-
rán tener las firmas certificadas por escribano
público o ser ratificadas en forma personal ante
el juzgado federal correspondiente.
Nombre. Aunque la ley omite hacer referen-
cia a él, es evidente que el acuerdo constitutivo
de la alianza debe especificar el nombre que se
le dará a ella y a cuyo respecto deberán cumplir-
se los distintos pasos ya aludidos al referirnos a
la constitución de los partidos políticos, donde
nos remitimos por razones de brevedad.
Incumplimiento de los requisitos. Noti-
ficaciones. Cabe tener presente que el dec.
937/2010 establece en su art. 8º, que la falta de
cumplimiento de cualquiera de los requisitos
establecidos en la norma que comentamos, en
el plazo establecido para ello, impedirá el reco-
nocimiento de la alianza electoral transitoria.
Por el contrario, el cumplimiento de las exi-
gencias dará lugar al reconocimiento definitivo
de la alianza, debiendo el juez federal compe-
tente notificar, dentro de los cinco (5) días, a la
Cámara Nacional Electoral y a la Dirección Na-
cional Electoral dependiente del Ministerio del
Interior tal circunstancia, acompañando copia
del acuerdo respectivo, del acuerdo financie-
ro y del referido a la distribución de aportes, así
como de las actas de designación de apodera-
dos y de las designaciones de responsables eco-
nómico-financiero de campaña —art. 61, incs.
e) y f )—.
Art. 10 bis.- (Texto ley 26.571). Los partidos
políticos de distrito y nacionales pueden cons-
tituir confederaciones de distrito o naciona-
les respectivamente de dos (2) o más partidos
para actuar en forma permanente. La con-
federación subroga los derechos políticos y
Gabino Mario Tapia
financieros de los partidos políticos integran-
tes.
Para su reconocimiento deben presentar
ante el juez federal con competencia electoral
del distrito que corresponda, o de la Capital
Federal en el caso de las confederaciones na-
cionales, los siguientes requisitos:
a) Acuerdo constitutivo y carta orgánica de
la confederación;
b) Nombre adoptado;
c) Declaración de principios y programa o
bases de acción política conjunta, sanciona-
dos por la asamblea de fundación y constitu-
ción;
d) Acta de designación de las autoridades;
e) Domicilio de la confederación y acta de
designación de los apoderados;
f) Libros a que se refiere el art. 37, dentro de
los dos (2) meses de obtenido el reconocimien-
to a los fines de su rúbrica.
Para participar en las elecciones generales
como confederación deberán haber solicita-
do su reconocimiento ante el juez federal con
competencia electoral competente hasta se-
senta (60) días antes del plazo previsto para
las elecciones primarias respectivas.
Confederación de partidos. A diferencia
de las alianzas electorales que son meramen-
te transitorias y que se conciertan para una
sola elección, los partidos políticos pueden
decidir actuar en forma conjunta de manera
permanente, aunque sin perder cada uno su
individualidad. Para ello deben constituir una
“confederación”, organización que supone un
carácter estable y duradero, aunque no inhibe
el derecho de las agrupaciones que la integran
de recuperar su individualidad política cuando
lo consideren conveniente. En tanto la confe-
deración exista, subroga los derechos políticos
y financieros de los partidos políticos que la in-
tegran.
Antes de la sanción de la ley 26.571, la distin-
ción entre alianzas, confederaciones y fusión de
partidos, quedaba en el plano teórico o doctri-
PRIMERA PARTE• 37
Ley 23.298 de Partidos Políticos
nario, toda vez que la ley no aclaraba las diferen-
cias entre unas y otras, ni contenía las exigencias
que necesariamente debían cumplir para su
constitución y reconocimiento.
Hoy la ley puntualiza estos requisitos, estable-
ce que las confederaciones pueden tener carác-
ter distrital (si se conforman entre partidos de
distrito) o nacional (cuando la conforman parti-
dos nacionales) y establece que aquellos deben
ser acreditados ante el juez electoral del distrito
o de la Capital Federal, según se trate de unas o
de otras, respectivamente.
La constitución de la confederación supone
requisitos semejantes a los que se exigen a los
partidos políticos para lograr tal cometido. Ob-
viamente se necesita un acuerdo constitutivo
en el que se encuentra especificado el nombre
que adoptará la nueva organización —para cuya
aprobación deberán seguirse los pasos ya aludi-
dos en esta materia— y una asamblea fundacio-
nal y constitutiva que apruebe su declaración de
principios y programa o bases de acción políti-
ca conjunta. Ese acuerdo también debe aprobar
una carta orgánica, establecer el domicilio de la
confederación, designar sus autoridades y apo-
derados. Dentro de los dos meses de su recono-
cimiento definitivo, deberán rubricar los libros a
los que alude el art. 37 de la ley.
Para participar en las elecciones generales
como confederación, estas organizaciones de-
berán haber “solicitado” su reconocimiento
ante el juez competente, “hasta sesenta (60) días
antes del plazo previsto para las elecciones pri-
marias respectivas”. Creemos que esta redacción
adolece de ciertos defectos.
Las confederaciones para participar en las
elecciones generales como tales, deben haber
obtenido —y no tan solo solicitado— su recono-
cimiento por lo menos 60 días antes de las elec-
ciones primarias ya que esa es la única forma
que puedan participar como tales en estas últi-
mas, sin lo cual no podrán participar luego en
las elecciones generales.
Conforme expresa el art. 12 de la ley, los par-
tidos que integran una confederación pueden
decidir apartarse de ella o abandonarla en cual-
quier momento, pero los organismos directivos
38 • Derecho electoral argentino
centrales de la agrupación carecen del derecho
de intervenir los organismos distritales.
Art. 10 ter.- (Texto ley 26.571). Todo parti-
do político debidamente inscrito, puede fu-
sionarse con uno o varios partidos políticos
presentando ante el juzgado federal con com-
petencia electoral del distrito de su fundación:
a) El acuerdo de fusión suscrito que se
complementará con un documento en el que
conste nombre, domicilio y matrícula de los
firmantes;
b) Actas de los órganos competentes de los
partidos que se fusionan de las que surja la
voluntad de la fusión;
c) El resto de los requisitos establecidos en
los incs. b) a f) del art. 7º de la presente ley;
d) Constancia de la publicación del acuer-
do de fusión en el boletín oficial del distrito de
fundación de los partidos que se fusionan, por
tres (3) días, y en la que conste que, en caso de
oposición, la misma deberá presentarse en el
juzgado con competencia electoral del distrito
de fundación dentro de los veinte (20) días de
la publicación.
El juzgado federal electoral competente
verificará que la suma de los afiliados a los
partidos que se fusionan alcanza el mínimo
establecido del cuatro por mil (4‰) de los
electores inscriptos en el padrón electoral del
distrito respectivo.
El partido político resultante de la fusión,
gozará de personería jurídico-política desde
su reconocimiento por el juez federal electo-
ral competente, y se constituirá a todo efecto
legal como sucesor de los partidos fusionados,
tanto en sus derechos, como obligaciones pa-
trimoniales, sin perjuicio de subsistir la res-
ponsabilidad personal que les corresponda
a las autoridades y otros responsables de los
partidos fusionados por actos o hechos ante-
riores a la fusión.
Se considerarán afiliados al nuevo partido
político, todos los electores que a la fecha de
la resolución judicial que reconoce la fusión,
lo hubiesen sido de cualquiera de los partidos
políticos fusionados, salvo que hubieren ma-

nifestado oposición en el plazo establecido
precedentemente.
Fusión de partidos. Así como los partidos po-
líticos pueden decidir conformar alianzas tran-
sitorias para concurrir a una elección o coincidir
con otros en una organización más estable pero
sin perder su individualidad a través de una
confederación, pueden también decidir unirse
a otro u otros partidos políticos hasta confundir-
se con él o ellos, dando lugar, así, a uno nuevo
perdiendo totalmente su individualidad, o que-
dando absorbido por aquel al que se integran.
En rigor, nace un nuevo partido político. No se
trata por cierto de una decisión menor de nin-
guna de las organizaciones que se fusionan, ra-
zón por la cual la ley exige que se cumplan una
serie de exigencias ante el juzgado federal con
competencia electoral del distrito de la funda-
ción de cada partido.
El primero de los requisitos es la presenta-
ción del acuerdo de fusión. La ley dice que este
acuerdo se complementará con un documento
en el que consten los datos (nombre, domicilio
y documento) de los firmantes, dando la idea de
un instrumento aparte, lo que es absolutamen-
te innecesario. Estos datos deben constar en el
acuerdo de fusión, en el que deben relacionar-
se los instrumentos de cada partido que se fu-
siona de los que surjan con claridad la decisión
de fusionarse, instrumentos que sí deben ser,
además, acompañados. Obviamente quienes
suscriben el acuerdo de fusión deben tener fa-
cultades suficientes para hacerlo y ello surgir de
la documentación que se aporte.
Ese acuerdo de fusión debe ser publicado en
el boletín oficial de los distritos de fundación
de los partidos que se fusionan por tres (3) días,
con la aclaración de que quienes deseen opo-
nerse a la decisión adoptada, deben hacerlo
mediante presentación en el juzgado con com-
petencia electoral del distrito pertinente dentro
de los veinte (20) días de efectuada la última pu-
blicación. Estas publicaciones deben ser acre-
ditadas junto con la presentación con la que se
requiera el reconocimiento.
Las oposiciones que se deduzcan, no tienen
por efecto enervar la decisión de fusionarse —a
menos que se impugne la decisión adoptada
Gabino Mario Tapia
por algún vicio sustancial que la invalide— sino
que provocará, conforme aclara la última parte
de la norma, que el opositor quede desafiliado
de la nueva agrupación política creada. Quienes
no se opusieren, pasarán a ser automáticamente
afiliados del nuevo partido político.
Además de las acreditaciones referidas, de-
ben cumplirse las demás exigencias que la ley
establece para la constitución de un partido
político, puntualizadas en el art. 7º de la ley, a
saber: nombre de la nueva agrupación; declara-
ción de principios y programa o bases de acción
política; Carta Orgánica; domicilio; designación
de autoridades promotoras y designación de
apoderados.
El juzgado federal electoral competente,
como paso previo a conceder el reconocimien-
to de la nueva entidad, deberá verificar que la
suma de los afiliados a los partidos que se fu-
sionan alcanza el mínimo establecido del cua-
tro por mil (4‰) de los electores inscriptos en el
padrón electoral del distrito respectivo. Siendo
así, concederá el reconocimiento de la perso-
nería jurídico-política. El nuevo partido —que
puede ser uno de los preexistentes— se conside-
rará sucesor de los partidos fusionados a todos
los efectos legales tanto en sus derechos como
en sus obligaciones patrimoniales, sin perjuicio
de subsistir la responsabilidad personal que les
corresponda a las autoridades y otros responsa-
bles de los partidos fusionados por actos o he-
chos anteriores a la fusión.
Como fuera dicho, puede ocurrir y ello es
perfectamente válido, que lo que ocurra es que
un partido pase a integrar otro partido, y en tal
caso, si bien existe una fusión, las partes pueden
decidir válidamente que el “nuevo” partido con-
serve el nombre, símbolos, etc., del partido “re-
ceptor”.
4. De la intervención y la secesión
Art. 11.- En los partidos nacionales, los par-
tidos de distrito carecen del derecho de se-
cesión. En cambio los organismos centrales
competentes tendrán el derecho de interven-
ción a los distritos.
Partidos nacionales. Derecho de secesión.
“El sistema adoptado por la ley 23.298 estable-
PRIMERA PARTE• 39
Ley 23.298 de Partidos Políticos
ce para los partidos nacionales estructuras de
organización federal”  (86). “Por ello, el poder
superior partidario corresponde a los órganos
nacionales (conf. CNE, fallos 2241/97, 3230/03,
3301/04 y 3386/04) que ejercen la dirección po-
lítica de la agrupación en todo el territorio de la
nación quedando reservado para los locales una
autonomía residual dentro del distrito” (87).
Reiteramos aquí lo ya dicho: “existe similitud
en este sentido, entre la situación en que se en-
cuentran los partidos de distrito en relación con
el nacional y la de las provincias en relación con
la Nación, pues estas últimas, no obstante gozar
de autonomía y ser muchas de ellas anteriores a
la constitución del Estado Nacional, no pueden
ejercer el derecho de secesión. De esta mane-
ra, cuando un partido de distrito decide consti-
tuir un partido nacional como uno de los cinco
distritos que la ley exige para ello (conf. art. 8º)
resigna parte de su autonomía y pasa a formar
una unidad socio-política indisoluble de dicho
partido nacional (conf. CNE, fallo 150/85) al in-
tegrarse a este en un proceso de unificación fe-
deral (...). Queda claro de los términos de esta
norma —art. 8º de la ley— que tales partidos no
se asocian a un partido nacional sino que son
ellos mismos los que lo constituyen, pues ac-
túan como partido nacional y solicitan su re-
conocimiento en tal carácter, es decir, también
como partido nacional. Por ello, el partido de
distrito que forma parte de un partido nacional,
mientras no caduque o se extinga, queda ligado
de modo permanente a dicho partido nacional,
sin posibilidad de dejar de pertenecer a él” (88).
Escisión. Si bien un partido de distrito no
puede desprenderse o independizarse del par-
tido nacional que contribuyó a crear, nada impi-
de que un grupo de afiliados al partido renuncie
a él para conformar un nuevo partido político.
No se trata en este caso de una “secesión”, sino
de una “escisión”, caso en el cual el grupo que
(86) Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal,
28/09/2007, “Verani, Pablo”, cit.; CNE, fallos 67/63,
937/90, 995/91 y 2962/01.
(87) Juzg. Fed. Comp. Capital Federal, 25/09/2007,
“Roldán, José M.”, res. 197/07.
(88) Conf. CNE Fallos 2035/95, 2241/97, 3301/04; Juzg.
Fed. Comp. Elect. Capital Federal, 28/09/2007, “Verani,
Pablo”, cit.
40 • Derecho electoral argentino
se desprende debe constituir un nuevo partido
político, cumpliendo con todos los requisitos le-
gales para ello. La ley se refiere a esta alterna-
tiva cuando, al regular acerca del nombre (art.
16) establece para estos casos que el grupo des-
prendido no tendrá derecho a emplear, total o
parcialmente, el nombre originario del partido
o agregarle aditamentos.
Derecho de intervención. La facultad de in-
tervenir distritos está reconocida por la ley a los
“organismos centrales competentes” de los par-
tidos nacionales. Esta facultad no está recono-
cida en el caso de los partidos confederados, tal
como lo dispone el art. 12 de la ley. La norma
resulta apropiada desde que a partir de la crea-
ción del partido nacional, los partidos de distri-
to han dado origen a aquel en forma voluntaria,
resignando su autonomía absoluta para quedar
indisolublemente unidos al conjunto. La crea-
ción del partido nacional supone, entonces, una
unidad ideológica que los organismos centrales
del partido deben poder preservar frente a los
intentos de secesión o rebeldía por parte de los
partidos de distrito, que pueden luego ocurrir.
Es clara, entonces, la intención de la ley de
preservar los partidos nacionales, aunque sería
de desear que existieran normas más precisas
en torno a esta facultad que es esencial a este
objetivo. La orfandad que existe al respecto ha
dado lugar a toda una construcción pretoriana,
delineándose así los requisitos que deben ob-
servarse para que a la postre y en caso de resis-
tencia, la justicia convalide las decisiones que
en la materia puede tomar el partido nacional.
La primera exigencia jurisprudencial, es que
la medida de la intervención haya sido dispues-
ta por los organismos nacionales facultados
para ello, cumpliendo las exigencias forma-
les requeridas para su admisibilidad, como así
también, que la dicha decisión se sustente en
causa justa, lícita y útil (89).
La facultad de intervenir, expresa la ley, está
reservada a “los organismos centrales” partida-
rios. Es lícito, sino esencial, preguntarnos, en-
tonces, ¿cuáles son?; ¿qué debe entenderse por
(89) CNE, fallo 693/89; Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital
Federal, 25/09/2007, “Roldán, José M.”, cit., res. 197/07.

“organismos centrales”?; ¿quién asigna la com-
petencia?
En primer término debe atenderse a lo que so-
bre este punto regule la carta orgánica de cada
organización, de manera que ninguna discusión
puede caber cuando la decisión de intervenir es
adoptada por el órgano partidario al cual el es-
tatuto partidario le reconoce tales facultades y
lo hace con las mayorías necesarias para ello.
El problema se suscita, entonces, cuando la
carta orgánica no es lo suficientemente clara o
cuando, como ha ocurrido, guarda absoluto si-
lencio sobre el particular. En estos casos, y si
bien en principio se ha dicho que “la facultad le-
gal de intervenir distritos debe presumirse ejer-
cida conforme a la ley y al estatuto partidario
mientras no se demuestre su ilegitimidad (90),
luego del procedimiento correspondiente (91),
la jurisprudencia se ha inclinado, ante el silen-
cio estatutario, por desconocerle tal potestad a
los órganos ejecutivos, reconociéndola, exclusi-
vamente, en cabeza del máximo organismo de
conducción partidario (92). En este sentido, se
ha aclarado que la decisión adoptada en con-
tra de esta regla la torna absolutamente nula, de
manera que ni siquiera podría ser confirmada a
posteriori, obligando, en tal supuesto, a que el
órgano competente decida una nueva interven-
ción y no confirmar la que fuera decidida en for-
ma nula.
Así, la Cámara Nacional Electoral ha dicho
que “es sustancialmente ilegítima la resolución
de intervenir un distrito y por lo tanto resulta
absolutamente nula e insusceptible de confir-
mación, si careció de causa justa, lícita y nece-
saria. Es ineficaz la resolución del plenario del
consejo nacional que ratifica la intervención de
un distrito por la mesa ejecutiva, por ser esta
última de imposible saneamiento. Es absoluta-
mente nula la decisión de intervenir un distri-
to, si la reunión de la mesa directiva careció del
quórum estatutario. La carta orgánica, cuando
(90) Cf. Fallos CNE 1486/93, 3190/03 y 3338/04, entre
otros.
(91) Cf. Fallos CNE 1674/93 y 3784/2007.
(92) Conf. CNE, 30/06/1996, “Incidente de oficial-
ización de candidatos de la UCeDé (intervención) elec-
ción”, fallo 2155/96.
Gabino Mario Tapia
establece que por excepción la facultad de inter-
venir organismos o distritos puede ejercerla el
consejo nacional, se refiere al plenario del con-
sejo y no a su mesa directiva ni a su cuerpo eje-
cutivo” (93).
Casuística. Ante la extensa, sino inagotable,
gama de situaciones que pueden plantearse en
la vida diaria de los partidos políticos, resulta-
ría hasta casi estéril intentar una enumeración
de casos en los que la decisión de intervenir un
distrito se encontraría, a priori, plena e indubi-
tablemente justificada. Pero no cabe duda algu-
na, en cambio, que tales hechos deben resultar
“suficientes, reales, encontrarse acreditados de-
bidamente y ser legítimos” (94).
A mero título ejemplificativo, podemos citar
aquellos casos en los que los partidos de distrito
no acaten las decisiones de los máximos órga-
nos partidarios en materia de alianzas electora-
les (95), ya que es evidente, en estos supuestos,
que el partido de distrito así rebelado, estaría
violentando uno de los principios esenciales
que hacen a la existencia misma del partido na-
cional, cuya existencia supone una unidad de
criterio y de doctrina en todo el país. Por ello, se
dijo, la actitud asumida por las autoridades dis-
tritales en contradicción con lo resuelto en esta
materia por los órganos centrales partidarios,
lleva a concluir que la decisión intervencionista
adoptada por las autoridades nacionales, “debe
considerarse como la más adecuada para poder
hacer retornar la normalidad a la vida partida-
ria”. Es que la intervención constituye un reme-
dio para graves y especiales circunstancias de la
vida de los partidos políticos, y la descripta es,
por cierto, una de las más grave que pueda lle-
gar a presentarse desde que implica, desde todo
(93) CNE, 27/10/1992; “Partido Justicialista de San-
tiago del Estero”, JA 1993-I-502.
(94) Conf. Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal,
25/09/2007, “Roldán, José M.”, cit., res. 197/07.
(95) Ibidem. Se dijo en esta ocasión que era “público y
notorio que las autoridades que hoy se encuentran des-
plazadas por la intervención apoyan la integración del
partido distrital a una alianza electoral que es opositora a
la que propugna el partido nacional, en franca oposición
al mandato sostenido por la Convención Nacional” par-
tidaria, lo que justificaba la decisión de intervenir el dis-
trito.
PRIMERA PARTE• 41
Ley 23.298 de Partidos Políticos
punto de vista, una ruptura lisa y llana del parti-
do de distrito con el partido nacional (96).
Presunción de legitimidad. Criterio res-
trictivo. En principio, toda medida que despla-
ce a las legítimas autoridades de un partido de
distrito debe apreciarse con criterio restricti-
vo  (97), pero para impugnar la resolución res-
pectiva debe tenerse presente que los actos de
las autoridades partidarias se presumen legíti-
mos mientras una sentencia judicial pasada en
autoridad de cosa juzgada no declare su invali-
dez (98). “Ello así, en razón de que el denomi-
nado principio de “regularidad funcional”, que
persigue como primer objetivo la mayor efica-
cia del sistema orgánico interno de las agru-
paciones, sobre la base del respeto irrestricto
a la expresión de voluntad soberana del parti-
do, conforme al orden normativo de este, exige
que los poderes del Estado —entre ellos el Ju-
dicial— reivindiquen sus límites para evaluar
las decisiones funcionales de las agrupaciones
políticas, cuyo “ámbito de reserva” ampara las
opciones de eminente contenido político y en-
cuentra una de sus formulaciones más claras en
los arts. 1 y 21 de la ley 23.298, con los que se
garantiza la autodeterminación y gestión de este
tipo especial de asociaciones” (99). “En conse-
cuencia, la facultad legal de intervenir distritos
debe presumirse ejercida conforme a la ley y
al estatuto partidario, mientras no se demues-
tre su ilegitimidad (conf. CNE, fallos 1486/93,
3190/03 y 3338/04), luego del procedimiento
correspondiente (conf. CNE, fallos 1674/93 y
3784/07)” (100).
(96) Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal,
25/09/2007, “Roldán, José M.”, cit., res. 197/07.
(97) CNE, fallos 929/90, 1276/92 y 3759/06; Juzg. Fed.
Comp. Elect. Capital Federal, 27/08/2007, “Roldán, José
M.”, cit., res. 102/07.
(98) Fallos CNE 191/64; 28/84; 641/88; 875/90;
1674/93; 1486/93; 1674/93; 2338/97; 2871/01; 3151/03;
3190/03; 3338/04, entre otros. En el mismo sentido, Juzg.
Fed. Comp. Elect. Capital Federal, 27/08/2007, “Roldán,
José M.”, cit., res. 102/07.
(99) Juzg. Fed. Nº 1 La Plata, 17/08/2007, “Nuesch, Ed-
uardo S. s/ interpone acción de nulidad - solicita medida
cautelar de no innovar - UCR Guaminí”; CNE 3327/04,
3345/04 y 3759/06; Fallos 316:1678, entre otros).
(100) Juzg. Fed. Comp. Elect. Buenos Aires, 17/08/2007,
“Nuesch, Eduardo S.”, cit..
42 • Derecho electoral argentino
En principio, entonces, “la causa de la inter-
vención queda supeditada a la evaluación de
mérito y conveniencia realizada por las autori-
dades partidarias y excluida, en principio, del
conocimiento de los tribunales de justicia, salvo
manifiesta irrazonabilidad de lo decidido (conf.
fallos 3031/02, 3279/03 y 3327/04)” (101).
“Se ha dicho que la intervención constituye
—como garantía de protección central— un re-
medio para graves y especiales circunstancias
de la vida de los partidos políticos que debe ser
aplicado estrictamente en el marco de las dispo-
siciones de la carta orgánica, conforme a la na-
turaleza del instituto y con todas sus previsiones
formales, ello con el fin de asegurar su legítima
utilización, teniendo en miras el principio gene-
ral de que la vida partidaria distrital debe fun-
cionar sin la intromisión del gobierno central
del partido. De esa manera, se garantiza —tan-
to a las autoridades de distrito como a las na-
cionales— el pleno ejercicio de sus derechos y
potestades (conf. CNE, fallos 1024/91, 1276/92,
2966/01 y 3327/04” (102). “De allí que la inter-
vención dispuesta a un distrito por las autorida-
des nacionales, tiene eficacia mientras no sea
suspendida o dejada sin efecto por una senten-
cia judicial (conf. CNE, fallos 1486/93, 2089/95,
2567/99 y 2962/01)” (103).
Qué se interviene. Límites. Cabe acotar que
“el instituto de la intervención, previsto en el
art. 11 de la ley 23.298, constituye una facultad
que la norma confiere a los partidos nacionales,
para aplicar respecto de los “órganos de gobier-
no” de los partidos políticos de distrito, pudien-
do aplicarse ya sea solamente sobre alguno de
ellos, o sobre la totalidad. Estos “órganos de go-
bierno” del partido de distrito serán los creados
por las respectivas cartas orgánicas de cada ju-
risdicción, siendo sus miembros desplazados
por el interventor quien asume las facultades
de los órganos intervenidos” (104). Consecuen-
(101) Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal,
30/06/2009, “Breard, Noel E.”, cit.
(102) Juzg. Fed. Comp. Elect. Nº 1 Capital Federal,
20/07/2007, “Verani, Pablo”, cit.
(103) Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal,
27/08/2007, “Roldán, José M.”, cit., res. 102/07.
(104) Juzg. Fed. Comp. Elect. Nº 1 Capital Federal,
29/11/2007, “Verani, Pablo”, cit.; id., 17/09/2009, “Abbon-

temente, los delegados locales a los órganos de
gobierno nacionales del partido, no forman par-
te de los “órganos de gobierno” del partido local,
sino que son miembros integrantes de un órga-
no de gobierno del partido nacional, por lo que
no se encuentran comprendidos por la medida
intervencionista (105). Como se recordó en esta
oportunidad, “lo mismo sucede con el instituto
de la intervención federal previsto en la Consti-
tución Nacional (arts. 6, 75 y 99), ya que la de-
cisión de intervenir una provincia, decidida por
la Nación, “no caduca ni suprime los mandatos
de los Senadores Nacionales y de los Diputados
Nacionales de cada provincia, los que perma-
necen en sus cargos hasta la finalización de sus
mandatos, u otras causales legales de cesación
(renuncia, fallecimiento)” (106).
La Cámara Nacional Electoral, tiene dicho que
“el interventor judicial encuentra sus funciones
acotadas a la finalidad concreta y precisa de
cumplir una disposición judicial determinada,
que normalmente consiste en producir los actos
tendientes a la normalización del partido dis-
trital mediante la correspondiente realización
de comicios internos. En consecuencia, resulta
un exceso de sus facultades hacer designacio-
nes para cubrir cargos de autoridades que de-
bían representar la voluntad de los afiliados del
distrito, las que deberán ser efectuadas median-
te la correspondiente elección interna”  (107),
de manera que “la posibilidad de prorrogar los
mandatos o la designación de los representan-
tes por medio de la intervención, se encuentra
vedada” (108).
Destacaba el fallo precedentemente citado
que los delegados, para poder participar de las
reuniones del cuerpo al que pertenecen, de-
danzieri, Juan C. y otros s/ solicitan suspensión de ce-
sación de mandatos - medida cautelar (UCR Distrito San-
ta Fe)”, res. 117/09, expte. 1490/09 (acum. causa 2491/09).
(105) Juzg. Fed. Comp. Elect. Nº 1 Capital Federal,
29/11/2007, “Verani, Pablo”, cit.
(106) Ibidem.
(107) CNE, fallo 3112/03.
(108) Juzg. Fed. Comp. Elect. Nº 1 Capital Federal, “Ve-
rani, Pablo”, cit.; id., 10/09/2008, “Verani, Pablo y otro s/
solicitan impugnación de la res. 50/2007 de la Mesa Di-
rectiva del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical
- medida cautelar”, res. 152/08, expte. 2224/07.
Gabino Mario Tapia
ben tener sus mandatos vigentes, encontrán-
dose inhibidos de hacerlo si estos han expirado.
En estos supuestos, o si los mandatos estaban
próximos a vencer, correspondía a los interven-
tores designados regularizar dicha circunstan-
cia, convocando a elecciones internas, toda vez
que la posibilidad de prorrogar los mandatos o
la designación de los representantes por medio
de la intervención, se encuentra vedada por la
jurisprudencia del Superior (fallo 3112/03).
Es reiterada y pacífica la jurisprudencia de la
Cámara Nacional Electoral en el sentido que “el
interventor partidario tiene el carácter de auto-
ridad delegada local (conf. CNE, fallos 661/88,
975/91, 981/91 y 1046/91 entre otros) y en con-
secuencia, quien reviste tal calidad es el que
tiene la totalidad de las facultades que la carta
orgánica distrital le otorga a los órganos alcan-
zados por la medida: ‘siendo ello así, a dicho in-
terventor le toca formalmente decidir respecto
de aquellas cuestiones que son propias de los
organismos de distrito intervenidos’ (conf. CNE,
fallo 1366/92). Por ello, el señor interventor de-
signado goza plenamente de todas las atribucio-
nes que originalmente tenían los órganos cuyas
autoridades fueron desplazadas, entre ellas la
facultad y el deber sancionatorio de la junta de
disciplina y conducta del distrito”  (109), pero
no puede apartarse de las instrucciones que
emanan del decreto o resolución que lo designó.
Asimismo y con el mismo criterio, se ha dicho
que el interventor, “en su calidad de única auto-
ridad delegada local tiene la atribución de pre-
sentar con exclusividad las listas de candidatos
del partido de distrito”  (110), facultad que, en
atención a las actuales disposiciones sobre elec-
ciones primarias se encuentra evidentemente
acotada, desde que cualquiera que reúna los re-
quisitos pertinentes, puede presentar una lista
que compita, en todo caso, con la que proponga
y se oficialice a pedido del interventor.
Más allá de las normas actuales acerca de la
forma de seleccionar los candidatos a represen-
taciones públicas nacionales, y como una forma
de ratificar el principio o la obligación del in-
(109) CNE, 08/11/2001, “Recurso de apelación en au-
tos ´Nicora, Amadeo s/ amparo y prohibición de innovar
- Movimiento de Integración y Desarrollo”, fallo 2962/01.
(110) CNE, 30/05/1996, fallo 2155/96.
PRIMERA PARTE• 43
Ley 23.298 de Partidos Políticos
terventor de ceñir su desempeño a las mandas
recibidas, se ha dicho que si de estas últimas se
desprende que el funcionario designado tenía
atribuciones para designar candidatos a repre-
sentaciones públicas nacionales, ello no lo au-
torizaba a extenderla de manera tal de designar
candidatos a representaciones provinciales o
municipales (111).
Art. 12.- Los partidos confederados tienen
el derecho de secesión y podrán denunciar el
acuerdo que los confedera. Sus organismos
centrales carecen del derecho de intervención.
Remisión. Remitimos a lo dicho al comentar
el art. 10 bis.
Nombre. El art. 16 de la ley establece que en
los casos de escisión, el grupo desprendido no
tendrá derecho a emplear, total o parcialmente,
el nombre originario del partido o agregarle adi-
tamentos. En el caso de secesión, consideramos
aplicable el mismo criterio.
CAPÍTULO II
Del nombre
Art. 13.- El nombre constituye un atributo
exclusivo del partido. No podrá ser usado por
ningún otro, ni asociación o entidad de cual-
quier naturaleza dentro del territorio de la
Nación.
Será adoptado en el acto de constitución,
sin perjuicio de su ulterior cambio o modifi-
cación.
Atributo. El nombre constituye un atributo
del partido político (art. 13, ley 23.298) sujeto
a la aprobación de la Justicia Nacional Electo-
ral (art. 14, ley cit.) y lo atinente a su protección
es por tanto de exclusiva competencia de este
fuero (art. 35, ley 23.298 y 12 ap. II a] de la ley
19.108, modif. por la 19.277) (112).
(111) Trib. Elect. Prov. Viedma, “Apoderado Unión
Cívica Radical s/ apelación res. 14/07 TEM San Antonio
Oeste”, expte. 605 TEP 2007.
(112) CNE, 09/02/1990, “Integrantes Bloque de Con-
cejales UCR Tres de Febrero”, JA 1991-II-Síntesis; Lexis
2/12510.
44 • Derecho electoral argentino
Con referencia al régimen legal que rige la
cuestión del nombre de los partidos políticos, lo
que la ley 23.298 procura es la nítida identifica-
ción de los partidos, a fin de evitar que la con-
fusión de sus nombres pueda transformarse en
una vía inaceptable de captación de adherentes
o votantes. En el supuesto de la común utiliza-
ción de vocablos que remiten a concepciones
ideológicas o político filosóficas, es diáfano que
dicho equívoco se soslaya mediante el adita-
mento de expresiones, esta vez sí exclusivo, con
que se completa la denominación partidaria. De
lo que se trata, fundamentalmente, es de garan-
tizar a los ciudadanos el derecho de asociación
política y de reconocer la elección de su nombre
y su uso como atributo exclusivo, sin que esto
adquiera ribetes de monopolista derecho abso-
luto, cuando razonablemente no exista confu-
sión con otro, y al respecto no basta que exista
“posibilidad de confusión” sino causa suficiente
de confusión o, por lo menos, seria probabilidad
y no mera posibilidad de confusión, y que ella
puede fácilmente disiparse por la acción cons-
ciente y continua de los partidos, que es impe-
rativo del régimen republicano (113).
Art. 14.- El nombre partidario, su cambio o
modificación, deberán ser aprobados por la
Justicia Federal con competencia electoral,
previo cumplimiento de las disposiciones le-
gales.
Solicitado el reconocimiento del derecho al
nombre adoptado, el juez federal con compe-
tencia electoral dispondrá la notificación a
los apoderados de los partidos y la publica-
ción por tres (3) días en el Boletín Oficial de la
Nación de la denominación, así como la fecha
en que fue adoptada al efecto de la oposición
que pudiere formular otro partido o el procu-
rador fiscal federal.
Los partidos reconocidos o en constitución
podrán controlar y oponerse al reconocimien-
to del derecho al nombre con anterioridad a
que el juez federal con competencia electoral
resuelva en definitiva o en el acto de la au-
diencia establecida en esta ley, con cuya com-
parecencia tendrán el derecho de apelar sin
(113) CNE, 23/02/1989, “Partido Intransigencia Autén-
tica”, JA 1989-II-Síntesis; Lexis 2/24655.

perjuicio del ejercicio ulterior de las acciones
pertinentes.
La resolución definitiva deberá ser comuni-
cada a la Cámara Nacional Electoral a los fi-
nes del art. 39.
Necesidad de inscripción. Oposición. Trá-
mite. Solicitado el reconocimiento del derecho
al uso de un nombre por una entidad política
en formación, cualquier otro partido recono-
cido o en trámite de serlo solo puede formular
su oposición a aquel nombre desde el momen-
to en que se pide el reconocimiento aludido y
hasta la audiencia contemplada en el art. 62 de
la ley 23.298, inclusive. Pasada dicha oportuni-
dad, precluye toda posibilidad de oponerse al
nombre en cuestión (CNE, 22/03/1988; “Parti-
do Socialista Unificado”, JA 1989-I-Síntesis, Lexis
2/24652). También el fiscal puede oponerse.
El nombre identifica al partido, razón por
la cual se torna necesario tanto su inscripción
como las modificaciones que se hagan del mis-
mo. Formulada la solicitud, el juez interviniente
debe librar cédula a todos los partidos recono-
cidos y en trámite de reconocimiento, quienes
podrán oponerse hasta el momento de la au-
diencia que debe fijarse de acuerdo con lo pres-
cripto por el art. 62 de la ley. Además, ordenará
su publicación en el Boletín Oficial por el térmi-
no de tres días.
La no participación en la audiencia de opo-
sición que señala la ley, impide apelar la re-
solución judicial que se dicte, la que debe ser
comunicada a la Cámara Nacional Electoral a
los fines de su incorporación al registro perti-
nente (art. 39 de la ley).
Cabe aclarar que la Ley de Partidos Políticos
no prevé un trámite de reserva de nombre como
ocurre con las sociedades comerciales, de ma-
nera tal que en rigor no se tiene certeza de la
aprobación hasta tanto se dicte la resolución ju-
dicial aprobatoria.
Art. 15.- La denominación “partido” podrá
ser utilizada únicamente por las agrupacio-
nes reconocidas como tales, o en constitución.
Uso de la palabra “partido”. La ley ha querido
evitar a la ciudadanía toda posible confusión en
Gabino Mario Tapia
materia política y evitar que asociaciones civiles
u organizaciones no gubernamentales puedan
sugerir que se trata de entidades o agrupacio-
nes cuyo objeto sea la participación política con
todo lo que ello implica. De allí que reserve para
este tipo especial de entidades la posibilidad
de usar en su designación o nombre la palabra
“partido” que tiene así una connotación directa
con la actividad política.
Art. 16.- El nombre no podrá contener desig-
naciones personales, ni derivadas de ellas, ni
las expresiones “argentino”, “nacional”, “inter-
nacional” ni sus derivados, ni aquellas cuyo
significado afecten o puedan afectar las rela-
ciones internacionales de la Nación, ni pala-
bras que exterioricen antagonismos raciales,
de clases, religiosos, o conduzcan a provocar-
los. Deberá distinguirse razonable y clara-
mente del nombre de cualquier otro partido,
asociación o entidad. En caso de escisión, el
grupo desprendido no tendrá derecho a em-
plear, total o parcialmente, el nombre origi-
nario del partido o agregarle aditamentos.
Limitaciones. La disposición que comenta-
mos, consagra diversas prohibiciones con rela-
ción al nombre de los partidos, con las que se
puede estar de acuerdo o no, pero en tanto in-
corporadas a la ley, no pueden ser soslayadas.
La Cámara Nacional Electoral tiene dicho que
se puede estar o no de acuerdo con ellas desde
un punto de vista político, pero que el Tribunal,
como órgano de justicia, no puede emitir jui-
cio alguno acerca de su acierto o conveniencia,
“en tanto ha sido establecida por el legislador
en el ejercicio de atribuciones que le son pro-
pias, cabiendo señalar, por otra parte, que aun-
que la disposición impugnada pudiera importar
un desacierto de política legislativa en la mate-
ria, ello solo no implicaría que deba ser desca-
lificado por lesiva a principios constitucionales
cuando estos no se hallan directamente afecta-
dos en forma que imponga la necesidad de inva-
lidarla en salvaguarda de esos principios” (114).
“No se advierte que el impedimento legal de
formar el nombre de un partido con designa-
ciones personales o sus derivados constituya
(114) CNE, 05/05/1988, «Partido Peronista Femeni-
no», JA 1989-III-393, Lexis 2/24756.
PRIMERA PARTE• 45
Ley 23.298 de Partidos Políticos
menoscabo alguno al derecho de asociación
que ampara el art. 14 de la CN. Sabido es que
el Estatuto Fundamental no consagra derechos
absolutos insusceptibles de razonable regla-
mentación, y no puede sostenerse que el es-
tablecimiento de determinados requisitos en
cuanto al nombre de una agrupación política
—que no es sino un atributo del partido (art. 16,
ley 23.298) y no una condición sustancial de su
existencia (art. 3º, ley cit.)— importe desmedro
alguno del derecho de asociarse, desde que la
prohibición cuya constitucionalidad se cuestio-
na no alcanza a su actuación como asociación
de derecho privado sino que solo está referida
a su desenvolvimiento en el ámbito del derecho
público, en tanto pretende acceder al status de
partido con personalidad jurídico-política reco-
nocida judicialmente” (115).
“Más allá de las razones históricas o políticas
que pudieron haber dado origen al art. 16 ley
23.298, lo cierto es que nos encontramos frente a
una prohibición clara y terminante del derecho
positivo vigente, que no exige esfuerzo interpre-
tativo alguno para determinar su sentido: la ley
no permite que el nombre partidario contenga
designaciones personales ni derivadas de ellas.
Y el vocablo “Peronista” es, sin discusión, un de-
rivado del nombre Perón, por lo que se encuen-
tra alcanzado por la prohibición legal” (116).
Pero además de las derivaciones personales,
la ley establece otras prohibiciones que preci-
sa con absoluta claridad. Es así, entonces, que
tampoco pueden emplearse las expresiones “ar-
gentino”, “nacional”, “internacional” ni sus deri-
vados, como pueden ser los términos “nación”,
“argentinidad” y otros semejantes. Pero la ley va
más allá aún y tampoco permite la utilización
de términos cuyo significado afecten o puedan
afectar las relaciones internacionales de la Na-
ción, ni palabras que exterioricen antagonismos
raciales, de clases, religiosos, o conduzcan a
provocarlos. Para dar un ejemplo contundente,
una agrupación no podría incluir en su denomi-
nación referencias al nazismo.
Escisión de partidos. La norma concluye es-
pecificando que en caso de escisión, el grupo
(115) Ibidem.
(116) Ibidem.
46 • Derecho electoral argentino
desprendido no tendrá derecho a emplear, total
o parcialmente, el nombre originario del partido
o agregarle aditamentos.
Art. 17.- Cuando por causa de caducidad se
cancelare la personalidad política de un par-
tido, o fuere declarado extinguido, su nombre
no podrá ser usado por ningún otro partido,
asociación o entidad de cualquier naturale-
za, hasta transcurridos cuatro (4) años en el
primer caso y ocho (8) en el segundo desde la
sentencia firme respectiva.
El nombre de los partidos caducos o extin-
guidos. La preocupación central de la ley es,
como ya se ha dicho, que no se confunda a los
ciudadanos con denominaciones o nombres
que pueden dar lugar a una falsa idea de lo que
la agrupación en realidad representa. Por ello es
que cuando se decrete la caducidad o la extin-
ción de un partido político, su nombre no pue-
de ser utilizado inmediatamente por un partido
nuevo, ya que esto implicaría una identificación
con el partido declarado caduco o extinguido. Si
un grupo de afiliados a esa agrupación quisiera
continuar con la actividad política, deberá con-
formar un partido político nuevo, pero no podrá
usar el mismo nombre que el partido del que
provienen.
La prohibición de uso se extiende de manera
distinta según que se trate de la caducidad del
partido, supuesto en el que la prohibición se ex-
tiende por cuatro (4) años, o de extinción, en
cuyo caso el término de la prohibición se extien-
de por cuatro (4) años más.
La prohibición de uso, en realidad, no solo
se refiere a otros partidos políticos (existentes
o nuevos), sino a toda asociación o entidad de
cualquier naturaleza que pretenda usarlo. Aquí
hay que tener presente que si un partido político
se declara caduco como tal, no por ello se extin-
gue como agrupación civil, de manera que esta
agrupación, continuadora del partido extingui-
do o caduco, seguirá en el uso del nombre aun-
que no será considerada a ningún efecto como
partido político.
Art. 18.- Los partidos tendrán derecho al
uso permanente de un número de identifica-
ción que quedará registrado, adjudicándose
en el orden en que obtenga su reconocimiento.

Número y color. A medida que se fueron re-
gistrando, los partidos políticos quedaron iden-
tificados con un número, número que pasó a ser
un atributo del partido, con el que la ciudadanía
suele identificarlos. Así el Partido Justicialista se
identifica con el nro. 1, la Unión Cívica Radical
con el 3, etc. A los nuevos partidos que se regis-
tran, también se les asigna un número que tiene
carácter permanente.
En cuanto a las alianzas electorales, que tam-
bién deben inscribirse aunque tengan un carác-
ter meramente transitorio, se les asigna también
un número que las distingue, distinto al de los
partidos que la integran.
La ley 26.571, al regular las elecciones prima-
rias para la selección de los candidatos a repre-
sentaciones públicas nacionales, establece que
hasta cincuenta y cinco (55) días antes de su
celebración, los partidos políticos y las alian-
zas que se hubieran inscripto, podrán elegir un
color para distinguir sus boletas, color que no
podrá ser utilizado por ninguna otra agrupa-
ción política. Cabe entonces preguntarse si esa
asignación tendrá carácter permanente o si su
elección deberá reeditarse en ocasión de cada
elección.
El dec. regl. 443/2011, establece:
Art. 16.- La solicitud de asignación de color de
la boleta o su combinación podrá ser realizada
por las agrupaciones políticas desde la fecha de
convocatoria de las elecciones y hasta cincuenta
y cinco (55) días antes de las elecciones prima-
rias.
En caso que las alianzas se encuentren integra-
das por partidos que ya han realizado la reserva
de color podrán indicar al momento de su ins-
cripción y hasta el plazo máximo fijado en el art.
25 de la ley 26.571, si utilizará el color reservado
por un partido integrante u otro color que elija.
Art. 17.- Los juzgados federales con competen-
cia electoral deben hacer la reserva del color esta-
blecida en el art. 25 de la ley 26.571 observando
preferentemente el orden temporal en el que fue-
ra efectuada tal reserva. En caso de controversia
sobre la pretensión de color, decidirá a favor de la
agrupación que se identifique tradicionalmente
con el color.
Gabino Mario Tapia
Art. 18.- El juzgado federal con competencia
electoral de la Capital Federal debe resolver so-
bre la asignación de colores solicitados por las
agrupaciones nacionales y comunicar sus reso-
luciones a los demás juzgados electorales, dentro
de las cuarenta y ocho (48) horas de vencido el
plazo para formular la solicitud de acuerdo a lo
establecido en el art. 25 de la ley 26.571.
Art. 19.- Dentro de las veinticuatro (24) horas
de notificados por el Juzgado Electoral de la Ca-
pital Federal, los juzgados federales con compe-
tencia electoral de cada distrito otorgarán a las
agrupaciones de distrito que no pertenezcan a
agrupaciones de orden nacional, los colores re-
queridos que no hayan sido reservados en el or-
den nacional.
Art. 20.- Para la confección de las boletas solo
puede utilizarse la escala de colores, codificada
de manera que permita su identificación preci-
sa, y el color de la tipografía respectiva, utilizan-
do la codificación “Pantone”. En todos los casos
el reverso de las boletas debe imprimirse en fon-
do blanco.
Art. 21.- Cada agrupación política debe pre-
sentar para su oficialización formal, ante el juz-
gado electoral del distrito respectivo, los modelos
de boletas, correspondientes a cada lista, impre-
sos en el color reservado.
En el caso de las alianzas es evidente que la
petición de color deberá renovarse en ocasión
de cada elección ya que, por definición, estas
agrupaciones tienen un carácter transitorio,
desapareciendo luego de cada comicio, de ma-
nera que su reedición implica la constitución
de una nueva alianza transitoria. En el supues-
to de los partidos políticos, la cuestión es dis-
tinta, porque tienen un carácter permanente y
porque existen ciertos colores que suelen iden-
tificarse con ellos, como puede decirse que el
color celeste identifica al justicialismo, el rojo y
blanco a la Unión Cívica Radical y el amarillo
al “Pro”.
En estos últimos casos y como no se encuen-
tran pautas claramente definidas, podría ocu-
rrir que partidos de escaso arrastre electoral
puedan apresurarse a requerir el uso exclusivo
de algún color para sus boletas que induzca a
PRIMERA PARTE• 47
Ley 23.298 de Partidos Políticos
engaño al elector en el cuarto oscuro, lo que de-
bería ser impedido por la Justicia.
Otro aspecto de la cuestión que analizamos,
se encuentra referida precisamente a si la op-
ción ejercida en ocasión de una elección obliga
al partido a usar ese color en sus boletas en to-
das las elecciones sucesivas en las que participe
o si puede solicitar el cambio u optar por utili-
zar el color blanco, común a todos aquellos que
no hubieren ejercido opción alguna.
CAPÍTULO III
Del domicilio
Art. 19.- Los partidos deberán constituir
domicilio legal en la ciudad capital corres-
pondiente al distrito en el que solicitaren el
reconocimiento de su personalidad jurídico-
política. Asimismo, deberán denunciar los
domicilios partidarios central y local.
Domicilio legal. El domicilio legal del parti-
do determina la jurisdicción en la que habrán
de dirimirse todas las cuestiones referidas al
mismo y donde se notificarán todas las resolu-
ciones atinentes a ellas. La ley es clara en cuan-
to al lugar en que debe estar asentado, que no
puede ser otro que el de la ciudad capital del
distrito en el que hubieren solicitado el recono-
cimiento de su personalidad jurídico-política,
sin perjuicio de la obligación de cada agrupa-
ción de denunciar el domicilio real, esto es, el
correspondiente a la organización central y el
que corresponda en el orden local.
Art. 20.- A los fines de esta ley, el domicilio
electoral del elector es el último anotado en la
libreta de enrolamiento, libreta cívica o do-
cumento nacional de identidad.
Domicilio electoral. La ley hace referencia
al domicilio electoral de los ciudadanos. Con-
sideramos que su inclusión en esta ley no es
correcta y que en rigor su lugar apropiado se
encuentra en el Código Electoral Nacional. De
cualquier manera y a los fines de la regulación
interna de los partidos políticos, la norma inte-
resa en cuanto sirve para decidir el distrito en el
que corresponderá afiliarse y mantener esa afi-
liación (art. 23).
48 • Derecho electoral argentino
TÍTULO III
De la doctrina y organización
CAPÍTULO I
De la carta orgánica y plataforma electoral
Art. 21.- La carta orgánica constituye la ley
fundamental del partido en cuyo carácter ri-
gen los poderes, los derechos y obligaciones
partidarias y a la cual sus autoridades y afi-
liados deberán ajustar obligatoriamente su
actuación, respetando la paridad de género
en el acceso a cargos partidarios.
(Artículo sustituido por art. 7º de la ley Nº
27.412 BO del 15/12/2017)
Ley fundamental. La Carta Orgánica de dis-
trito constituye la Ley Fundamental del partido
en ese ámbito, en cuyo carácter rigen los pode-
res, los derechos y obligaciones partidarias y a
la cual sus autoridades y afiliados deberán ajus-
tar obligatoriamente su actuación (art. 21, ley
23298) y, como tal, es la que rige sus elecciones
internas en ese orden (117).
Recordamos lo ya dicho más arriba: “Es un
requisito esencial para que un partido político
sea reconocido como tal que presente su carta
orgánica ante la justicia electoral —art. 7º, inc.
d), ley 23.298—, la que examinará que sus dis-
posiciones sean compatibles con los principios
constitucionales y legales del sistema. Ahora, si
bien no es una exigencia expresa de la referida
ley someter las modificaciones de los estatutos
internos partidarios a control judicial, ello surge
de la interpretación integral de nuestro sistema
legal. Pues si las cartas orgánicas originarias de-
ben ser comunicadas a la justicia para su entra-
da en vigencia, sus sucesivas reformas también
deben ser controladas durante toda la vida par-
tidaria. Aún más, teniendo en cuenta que es el
único medio de evitar que, por esta vía, entren
en vigencia disposiciones contrarias a los prin-
cipios democráticos exigidos, o anteriormente
rechazadas por el juez en el trámite de reconoci-
miento de la personería jurídico-política” (118).
(117) CNE, 15/07/1987, “Zavaley, Jorge H.”, JA 1988-I-
461.
(118) CNE, fallo 2953/01, p. 155.

En efecto, “corresponde recordar que el tri-
bunal ha explicado que las cartas orgánicas —y
las modificaciones que estas pudiesen sufrir
(conf. doctrina de CNE, fallos, 2652/99, 2953/01,
3012/01, 3533/05 y 3538/05) recién entran en vi-
gencia cuando los jueces electorales concluyen
el control de legalidad de los estatutos que, en
ejercicio de sus funciones como autoridad en
la materia de administración electoral, deben
efectuar con la debida intervención del señor
fiscal de grado, quien ejerce la representación
del orden público y promueve la actuación de la
justicia en defensa de la legalidad y los intere-
ses generales de la sociedad (conf. CNE, fallos
3533/05 y 3538/05)” (119).
“La presencia de una norma estatutaria que
contempla la posibilidad de la medida adopta-
da, aparece como determinante de la presun-
ción de legitimidad del acto (…) los actos de las
autoridades partidarias se presumen legítimos
mientras una sentencia judicial pasada en au-
toridad de cosa juzgada no declare su invalidez
(conf. CNE, fallos 191/64, 28/64, 641/88, 875/90,
1486/93, 1506/93, 2338/97, 2871/01, 3151/03,
3190/03 y 3338/04). Ello así, en razón de que el
denominado principio de ‘regularidad funcio-
nal’, que persigue como primer objetivo, la ma-
yor eficacia del sistema orgánico interno de las
agrupaciones, sobre la base del respeto irres-
tricto a la expresión de la voluntad soberana del
partido, conforme al orden normativo de este,
exige que los poderes del Estado —entre ellos
el Judicial— reivindiquen sus límites para eva-
luar las decisiones funcionales de las agrupacio-
nes políticas, cuyo ‘ámbito de reserva’ ampara
las opciones de eminente contenido político y
encuentra una de sus formulaciones más cla-
ras en los arts. 1º y 21 de la ley 23.298, con los
que se garantiza la autodeterminación y gestión
de este tipo especial de asociaciones (conf. Fa-
(119) CNE, fallo 3795/07, “Incidente de apelación
c. Res. 1197 Fº 81 2006, en autos ‘Unión Cívica Radical
s/ pedido de personería (Neuquén)’”; Juzg. Fed. Comp.
Elect. Capital Federal, 27/08/2007, “Roldán, José M.”, cit.,
res. 102/07; id. 27/07/2007, “Pico, Vicente y otros s/ so-
licitan nulidad de la res. 22/2007 del Comité Nacional de
la Unión Cívica Radical - medida cautelar», res. 81/07,
expte. 1962/07.
Gabino Mario Tapia
llos 316:1678 y CNE, fallos 3327/04, 3345/04 y
3759/06)” (120).
Distinta naturaleza de normas. “En lo que se
refiere a las regulaciones contenidas en los esta-
tutos partidarios, la Cámara Nacional Electoral
ha distinguido en normas: de fundación o insti-
tucionales, referidas a la constitución de los ór-
ganos de gobierno partidario, sus atribuciones,
limitaciones, funcionamiento, etc.; electorales
partidarias, que rigen el cuerpo de afiliados, co-
micios internos, candidaturas, etc.; preceptivas
u obligatorias del juzgamiento de la conducta
humana, que establecen las garantías legales y
constitucionales, que gozan autoridades, candi-
datos, afiliados y ciudadanos. Todas estas nor-
mas se encuentran sujetas a control judicial.
Existen por último las normas de orientación po-
lítica o programáticas, que reconocen el pleno
status libertatis de los partidos políticos, desde
el grupo ciudadano al vínculo sociológico de su
doctrina común, el conjunto de principios, valo-
res y creencias o credos afines; siendo ellas nor-
mas de habilitación genérica dirigidas también
a las autoridades orgánicas partidarias de orien-
tación para la formulación y realización de una
política nacional, cuyos candidatos nominarán.
Los actos por esencia políticos, de orientación
y libre funcionamiento de la organización serán
exclusivamente materia decisoria de los órga-
nos partidarios competentes siendo irrevisables
judicialmente por su contenido político. O sea
que, respecto de estos actos de gobierno, la jus-
ticia ejerce únicamente el control de legalidad
en cuanto a la competencia, verificando que los
órganos que dictaron la decisión sean compe-
tentes con jurisdicción atribuida expresamente
por la normativa legal y estatutaria” (121).
Art. 22.- Con anterioridad a la elección de
candidatos los organismos partidarios de-
berán sancionar una plataforma electoral o
ratificar la anterior, de acuerdo con la decla-
ración de principios, el programa o bases de
acción política. Copia de la plataforma, así
como la constancia de la aceptación de las
candidaturas por los candidatos, deberán
ser remitidas al juez federal con competencia
(120) Juzg. Fed. Comp. Elect. Buenos Aires, 17/08/2007,
“Nuesch, Eduardo S.”, cit.
(121) CNE, fallo 902/90, p. 79.
PRIMERA PARTE• 49
Ley 23.298 de Partidos Políticos
electoral, en oportunidad de requerirse la ofi-
cialización de las listas.
Plataforma electoral. La plataforma electoral
de un partido político o alianza electoral tran-
sitoria es la propuesta que cada uno de ellos
ofrece a la ciudadanía con carácter previo a una
elección. Es la oferta electoral de cada partido
político o alianza y que necesariamente debe
estar, o al menos debería estarlo, en consonan-
cia con los principios y bases de acción política
que cada uno de ellos sustenta.
Suele ocurrir que por las urgencias que se su-
ceden con carácter previo a una elección, por la
carencia de ideas renovadoras dentro de la pro-
pia organización o por considerarse vigentes las
propuestas hechas con motivo de una elección
previa, no se apruebe plataforma nueva algu-
na. En estos casos, la ley exige que se ratifique la
plataforma presentada en ocasión de la elección
previa, toda vez que no se puede admitir que un
partido se presente a una elección sin propues-
tas a la sociedad acerca de lo que hará en las
distintas materias que hacen a la vida nacional
e internacional en caso de acceder al gobierno y
de acuerdo con las cuales se supone que la ciu-
dadanía debería decidir su voto.
La ley expresa aquí y lo ratifican otras disposi-
ciones legales (Código Electoral Nacional) que
copia de esa plataforma con la constancia de
la aceptación de las candidaturas por parte de
los candidatos, deben ser remitidas ante el Juez
competente en ocasión de requerirse la oficiali-
zación de las listas.
Al regular las elecciones primarias, la ley
26.571 exige que cada lista que pretenda su ofi-
cialización para participar en ellas, debe pre-
sentar —cada una— una plataforma electoral y
el compromiso de su cumplimiento por parte de
los precandidatos que la integran. La exigencia
resulta verdaderamente absurda en cuanto se
encuentra referida a cada lista. La elaboración
de una plataforma electoral no es cuestión que
competa a cada línea interna o a cada candida-
to, sino al partido en su conjunto. La platafor-
ma debe aprobarla el máximo órgano partidario
y será la misma para todas las listas, cualquiera
sea la que resulte ganadora, finalmente, en las
elecciones primarias.
50 • Derecho electoral argentino
Lo que es indudable e insoslayable, es que los
precandidatos asuman el compromiso de ob-
servarla, cuestión en nuestra opinión decisiva
conforme dijéramos en otra parte de esta obra,
para sostener la titularidad de las bancas en ca-
beza de las agrupaciones políticas y no de los
candidatos.
TÍTULO IV
Del funcionamiento de los partidos
CAPÍTULO I
De la afiliación
Art. 23.- Para afiliarse a un partido se re-
quiere:
a) Estar inscripto en el subregistro electoral
del distrito en que se solicite la afiliación;
b) Comprobar la identidad con la libreta de
enrolamiento, libreta cívica o documento na-
cional de identidad;
c) Presentar por cuadruplicado una ficha
solicitud que contenga: nombre y domicilio,
matrícula, clase, sexo, estado civil, profesión
u oficio y la firma o impresión digital, cuya
autenticidad deberá ser certificada en forma
fehaciente por el funcionario público com-
petente o por la autoridad partidaria que
determinen los organismos ejecutivos, cuya
nómina deberá ser remitida a la Justicia Fe-
deral con competencia electoral: la afiliación
podrá también ser solicitada por intermedio
de la oficina de correos de la localidad del do-
micilio, en cuyo caso el jefe de la misma certi-
ficará la autenticidad de la firma o impresión
digital.
Las fichas solicitud serán suministradas
sin cargo por el Ministerio del Interior a los
partidos reconocidos o en formación que las
requieran, sin perjuicio de su confección por
los mismos y a su cargo, conforme al modelo
realizado por el Ministerio del Interior y de
Transporte respetando medida, calidad del
material y demás características.
Los afiliados. “Los afiliados son sujetos de los
derechos y obligaciones derivados de la gestión
del partido —reglados por la ley y la carta orgá-

nica— y que sustancialmente consisten en la
facultad de participar en el gobierno y adminis-
tración de la agrupación y en la elección inter-
na de sus autoridades. La afiliación requiere una
manifestación de voluntad, expresada mediante
la suscripción de la documentación correspon-
diente y por la cual el ciudadano solicita formar
parte de un partido. Ausente tal declaración, la
afiliación no puede considerarse válida o exis-
tente” (122).
“Los afiliados conforman organizaciones de
individuos que se proponen actuar de manera
conjunta o colectiva, movidos por ideas comu-
nes y con el objeto de realizarlas prácticamente
desde el gobierno. Poseen las mismas concep-
ciones ideológicas y se asocian con el propósito
de participar en el poder político o conquistarlo.
Cuando un ciudadano se afilia a un partido polí-
tico, además de hacerlo fundamentalmente por
coincidir con la declaración de principios y las
bases de acción política, también ha tenido en
cuenta las oportunidades que esa agrupación
le va a ofrecer de participar en decisiones rela-
tivas a temas tan importantes como la elección
de aquellos que lo van a representar en los cuer-
pos orgánicos partidarios y en las instituciones
políticas previstas en la Constitución y en las le-
yes” (123).
Los afiliados son los que unidos, como ya se
vio, en un vínculo jurídico permanente, posibi-
litan con su participación en la vida partidaria
el funcionamiento de la agrupación política de
conformidad con el método democrático inter-
no —art. 3º, inc. b)— mediante elecciones perió-
dicas de autoridades —que son necesariamente
afiliados (conf. CNE, fallos 626/88 y 627/88)— y
de candidatos a cargos públicos electivos —que
también son afiliados salvo el caso excepcional
contemplado en el art. 2º in fine—, y aseguran
la necesaria representatividad de la agrupación
política. No es concebible el funcionamiento de
los partidos sin afiliados, ni siquiera su propia
existencia como tales en los términos del art. 3º
de la ley 23.298. En síntesis, debe distinguirse
entre los requisitos para formar un partido y ob-
tener su reconocimiento ante la Justicia Electo-
(122) Conf. CNE, fallos 257/85, 315/86, 593/88,
2194/96, 2222/96 y 3374/04, entre otros.
(123) CNE, fallo 3374/04, p. 248.
Gabino Mario Tapia
ral —para lo cual bastan simples adhesiones— y
el hecho de funcionar como partido a fin de ele-
gir sus autoridades y candidatos a la función
pública electiva (...). Los afiliados son los que
forman el partido. El partido, sin afiliados, no
puede existir” (124).
Requisitos para afiliarse. Domicilio. Para
afiliarse a un partido político el primero de los
requisitos que la ley exige es que el interesado
se encuentre domiciliado en el distrito en el que
requiere su afiliación. La exigencia es lógica,
desde que a partir de su afiliación elegirá las au-
toridades del partido en ese distrito y los candi-
datos que habrán de representarlo.
El mantenimiento de este domicilio es tam-
bién condición de la subsistencia de la afiliación
en el distrito, de manera que su modificación
posterior, cuando no implique solamente un
trueque de circuito, determinará también el
cambio de distrito en lo que a la afiliación se
refiere. En este aspecto, cabe acotar, las autori-
dades partidarias no siempre toman nota o se
enteran de las modificaciones operadas, siendo
esta una de las tantas causas que provocan, con
el tiempo, diferencias entre los registros judicia-
les y los que llevan los propios partidos. Lo ideal
sería que recibiesen comunicación de estos
cambios y que al tomar conocimiento de ellos,
se dispongan las reubicaciones pertinentes.
Acreditación de la identidad. Quien preten-
de afiliarse a un partido político, debe acreditar
su identidad con la presentación del documen-
to electoral pertinente: libreta cívica, libreta de
enrolamiento o documento nacional de identi-
dad. Pero no es suficiente con su exhibición. Es
obligatorio que se acompañe una fotocopia de
estos instrumentos y que ella se encuentre cer-
tificada por alguno de las personas a quienes la
ley reconoce facultad para ello: juez de paz, es-
cribano público o autoridad partidaria certifi-
cante, previamente inscripta.
Esta exigencia se enrola en el principio con-
forme al cual “la acreditación de la identidad de
la persona es condicionante del ejercicio de los
derechos políticos reconocidos por el art. 37 de
la CN” (CNE, fallo 3712/06) y es lo que permi-
te al juez, en su momento, hacer efectiva la pre-
(124) CNE, fallo 694/89.
PRIMERA PARTE• 51
Ley 23.298 de Partidos Políticos
visión legal de comprobar la identidad con el
documento, conforme prescribe el inc. b) de la
disposición que analizamos (125).
En rigor, la norma que comentamos no exige
la presentación de esta fotocopia, pero es lógico
que así sea, toda vez que es exigida cuando se
debe acreditar la adhesión para requerir el reco-
nocimiento provisorio de la personalidad jurídi-
co-política de la entidad.
Tiene dicho la jurisprudencia, en lo que al
“vínculo permanente que la ley exige se refiere,
que ‘es esencial para la existencia del partido po-
lítico, como persona de derecho público no esta-
tal (CNE, fallo 593/88), recaudo con el cual está
reconociendo al imprescindible elemento hu-
mano y social esencial que es la fuente suprema
del partido articulado como cuerpo electoral de
afiliados para las decisiones fundamentales re-
gladas por la carta orgánica’ (CNE, fallos 423/87
y 2933/01) (…). Solo los afiliados son sujetos de
derechos y obligaciones reglados por la ley y por
la Carta Orgánica— en la gestión del partido,
con facultad de participación y control en su go-
bierno, administración, así como en la elección
interna de las autoridades partidarias (…). En
tal sentido, también la Cámara Nacional Elec-
toral ha sostenido ‘que la condición de afiliado
implica asociarse a un partido político, lo cual,
en los términos del art. 38 de la Constitución en
su redacción histórica, 38 del texto actual impo-
ne en todos los casos un acto de expresión de la
voluntad (conf. CNE, fallos 3374/04)’. En efecto,
esa manifestación de voluntad, debe ser expre-
sada, mediante la suscripción de la documenta-
ción correspondiente por la cual el ciudadano
solicita formar parte de un partido, y aparece así
como un elemento esencial del acto jurídico-
político de la afiliación, pues este no puede te-
ner tal carácter sin un hecho exterior por el cual
aquella se manifieste (conf. art. 913, Cód. Civil).
Ausente tal declaración, la afiliación no puede
considerarse válida (conf. CNE, fallos 257/85,
315/86 y 593/88) o existente (conf. CNE, fallo
3374/04, fallo 3997/08)” (126).
(125) CNE, fallo 3997/08.
(126) Juzg. Fed. Comp. Elect. Buenos Aires, 20/05/2010,
“Bambill, Víctor A. y otro s/ plantean reposición - apel-
ación en subsidio - impugnan candidatos (UCR)”.
52 • Derecho electoral argentino
Esta exigencia ha sido criticada por enten-
derse que dificulta las tareas de afiliación so-
bre todo en razón de encontrarnos transitando
épocas de suma inseguridad en la que la gente
se torna más celosa en cuanto a la entrega de
fotocopias de sus documentos. También se ha
alegado que quienes gestionan planes sociales
cuentan con una ventaja apreciable en hacerse
de estas copias de las que luego hacen un uso
indebido y a las que acceden promoviendo los
referidos “planes”.
Más allá del grado de certeza que estas críticas
pueden llegar a tener, lo cierto es que, en todo
caso, se trata de efectos no queridos por la ley y
que quienes incurran en tales conductas serán
pasibles de las sanciones que correspondan.
La ley ha querido rodear al acto de afiliación
de las máximas garantías de libertad y seriedad
y es de esperar que a partir de esta exigencia,
desaparezcan o disminuyan, al menos, las fal-
sas afiliaciones y se asigne mayor importancia y
trascendencia a las tareas del certificador.
Remitimos al comentario del art. 7º, inc. b),
para una ampliación del tema.
Ejemplares de la ficha. La ley exige que la fi-
cha-solicitud se acompañe por cuadruplicado,
aclarando en el art. 25 que uno de esos ejempla-
res debe entregarse al interesado (cosa que en la
práctica no se cumple) uno queda en poder del
partido y dos se deben remitir al juzgado fede-
ral con competencia electoral correspondien-
te, que suele devolver un ejemplar porque no se
sabe a ciencia cierta el destino que corresponde
darle a esta cuarta ficha.
Ficha de afiliación. Para requerir la afilia-
ción a un partido político, es imprescindible
la presentación de una ficha que es entregada
sin cargo a los partidos que la requieran, aun-
que también estos pueden ordenar o disponer
su impresión, a su cargo, en tanto y en cuan-
to respeten el formato aprobado. Esta ficha se
debe llenar por cuadruplicado (a la justicia se
acompañan solo dos) y debe contener los da-
tos personales del aspirante (nombre y domici-
lio, matrícula, clase, sexo, estado civil, profesión
u oficio) y la firma o impresión digital, cuya au-
tenticidad deberá ser certificada en forma feha-
ciente.

El dec. 937/2010 (BO del 01/07/2010) dispuso
que pueden certificar la autenticidad que dispo-
ne esta norma, los jueces de paz, los escribanos
públicos, los miembros de los órganos de go-
bierno de los partidos políticos o las personas
que estos últimos designen (art. 3º).
En este último caso, agrega el decreto citado
(art. 5º) con carácter previo a cualquier certifica-
ción, estas personas autorizadas deberán regis-
trarse ante el juzgado federal con competencia
electoral que corresponda, debiendo aceptar
sus cargos en forma individual, con constancia
de sus datos de identidad y firmas originales.
Los certificadores partidarios y los funciona-
rios autorizados a efectuar las certificaciones
expresadas, serán pasibles, en caso de no resul-
tar auténticos los datos sobre los que hubieren
dado fe, de las sanciones civiles, penales o ad-
ministrativas que correspondan, según reza el
art. 4º del decreto ya mencionado.
Aunque no mencionados en el decreto referi-
do, la ley dispone que “la afiliación podrá tam-
bién ser solicitada por intermedio de la oficina
de correos de la localidad del domicilio, en cuyo
caso el jefe de la misma certificará la autentici-
dad de la firma o impresión digital”. Se supone
que, en tal caso, también certificará la autenti-
cidad de los restantes datos volcados a la ficha
de afiliación.
Las reformas de la ley 26.571. El capítulo de
la ley 23.298 referido a la afiliación partidaria,
ha sido profundamente “retocado” por la ley
26.571, ya ordenando sus normas originarias, ya
agregando otras que serán siendo analizadas en
cada caso y en la medida de su necesidad.
En nuestra opinión, y en términos generales,
la reforma hecha por esta última ley, no ha de-
jado un texto claro en la materia. Así, el art. 25,
por ejemplo, establece que la calidad de afiliado
se adquiere a partir de la decisión aprobatoria
de los organismos competentes de cada partido
o de transcurridos quince (15) días desde la pre-
sentación de la ficha si ella no hubiese sido con-
siderada en ese lapso. Sin embargo, la cuestión
no es tan automática ni sencilla como pareciera
desprenderse de la sola lectura del texto legal,
ya que las fichas deben ser elevadas a la justicia
Gabino Mario Tapia
federal con competencia electoral que, salvo el
caso del art. 28, también está obligada a llevar
los registros partidarios en forma actualizada.
Para esta actualización, que debe ser perma-
nente, la Justicia debe ejercer una serie de con-
troles. Entre ellos, se encuentra el referido a la
condición actual del aspirante con relación a
las restantes agrupaciones políticas habilitadas,
toda vez que ante la existencia de una afiliación
previa, la solicitud de una nueva afiliación debe
ser rechazada, al menos hasta tanto no se cum-
plan las formalidades que la ley exige para estos
casos. La norma que consideraba automática-
mente extinguida toda afiliación previa ante la
presentación de una nueva solicitud, ha dejado
de tener vigencia.
Es evidente que lo que debe procurarse es que
los registros de las agrupaciones políticas coin-
cidan con los que lleva la Justicia, por lo que se-
ría saludable que la reglamentación de la ley
obligue a los juzgados comunicar a aquellas las
novedades que reciban, y viceversa, instauran-
do así un saludable intercambio de información
que redunde en padrones transparentes y sin fi-
suras.
Pero no es únicamente ese el control que efec-
tuará la Justicia, ya que también deberá analizar
si se cumplen las exigencias formales que la ley
pide y si el domicilio del aspirante se encuen-
tra registrado en el distrito en el que se afilia.
En este último caso puede ocurrir que el inte-
resado no se encuentre domiciliado en el dis-
trito, o que, estándolo, no haya comunicado el
cambio o que este último no haya sido debida-
mente procesado. En los dos primeros casos, la
afiliación deberá ser rechazada, en tanto que en
el último, deberá estarse a lo que resulte de la
fotocopia del documento que existe obligación
de acompañar.
Art. 24.- No pueden ser afiliados:
a) Los excluidos del padrón electoral, a con-
secuencia de las disposiciones legales vigen-
tes;
b) El personal superior y subalterno de las
Fuerzas Armadas de la Nación en actividad,
o en situación de retiro cuando haya sido lla-
mado a prestar servicios;
PRIMERA PARTE• 53
Ley 23.298 de Partidos Políticos
c) El personal superior y subalterno de las
fuerzas de seguridad de la Nación o de las
provincias, en actividad o retirados llamados
a prestar servicios;
d) Los magistrados del Poder Judicial na-
cional, provincial y tribunales de faltas muni-
cipales.
Prohibiciones. La ley veda la posibilidad de
afiliarse a un partido político (o de mantener la
afiliación) a quienes se encuentren encuadra-
dos en alguna de las causales que específica-
mente prevé.
Excluidos del padrón. La prohibición afec-
ta en primer término, a quienes, como conse-
cuencia de las disposiciones legales vigentes,
están excluidos del padrón electoral. El Código
Electoral Nacional establece en su art. 3º que se
encuentran comprendidos en esta categoría los
dementes declarados tales en juicio; los con-
denados por sentencia firme por delitos dolo-
sos a pena privativa de libertad por el término
de la condena; los condenados por faltas pre-
vistas en las leyes nacionales o provinciales de
juegos prohibidos por tres (3) o seis (6) años se-
gún sean o no reincidentes; los sancionados por
deserción calificada por el doble término de la
sanción; los declarados rebeldes en causa penal
hasta que cese el estado de rebeldía o prescriba
la acción; los inhabilitados por la Ley de Parti-
dos Políticos y los que de acuerdo con otras dis-
posiciones legales o reglamentarias quedaren
inhabilitados para el ejercicio de los derechos
políticos.
El art. 4º del mismo Código dispone que las
inhabilitaciones las decreta el juez electoral lue-
go de un proceso sumario, pudiendo actuar de
oficio o a instancia fiscal o privada, debiendo
los plazos computarse desde la fecha en que la
sentencia definitiva pase en autoridad de cosa
juzgada. También dispone dicha norma que las
condenas de ejecución condicional también se
computan a los fines de la inhabilitación y agre-
ga, finalmente (art. 5º del citado Código), que la
rehabilitación del afectado la decretará el juez
de oficio o a petición del interesado, previa vis-
ta fiscal.
Personal de las fuerzas armadas o de segu-
ridad. El personal superior y subalterno de las
54 • Derecho electoral argentino
Fuerzas Armadas de la Nación en actividad o en
situación de retiro cuando haya sido llamado a
prestar servicios, y el personal superior y subal-
terno de las fuerzas de seguridad de la Nación
o de las provincias en idénticas circunstancias,
tampoco pueden afiliarse a un partido político,
prohibición que se sustenta en la necesidad de
absoluta prescindencia que tales instituciones,
y sus integrantes, deben tener respecto de las
fuerzas políticas.
Magistrados. Tampoco pueden afiliarse a un
partido político los magistrados del Poder Judi-
cial de la Nación, de las provincias o los jueces
de faltas municipales. La prohibición no alcanza
a los que, siendo funcionarios del Poder Judicial
(secretarios de juzgado, por ejemplo), no tienen
la jerarquía de magistrados.
Art. 25.- (Ley 26.571). La calidad de afilia-
do se adquiere a partir de la resolución de
los organismos partidarios competentes que
aprueban la solicitud respectiva, o automáti-
camente en el caso que el partido no la consi-
derase dentro de los quince (15) días hábiles
de haber sido presentada. La resolución de re-
chazo debe ser fundada y será recurrible ante
el juez federal con competencia electoral del
distrito que corresponda. Una ficha de afilia-
ción se entregará al interesado, otra será con-
servada por el partido y las dos (2) restantes
se remitirán a la justicia federal con compe-
tencia electoral.
Nacimiento de la calidad de afiliado. Posibi-
lidad de rechazo. La afiliación a un partido po-
lítico debe ser solicitada por el interesado quien,
a tal fin, debe suscribir, conforme ya fuera dicho
y por cuadruplicado, una ficha en la que volca-
rá todos sus datos personales. La firma estam-
pada en esta ficha (dos se remitirán a la Justicia
Federal con competencia electoral que corres-
ponda; una la conservará el partido y la cuarta la
conservará como constancia el interesado) de-
berá ser certificada por escribano público, juez
de paz o autoridad partidaria debidamente de-
signada y acreditada. Nos remitimos, a este res-
pecto, a lo dicho supra al comentar el art. 23 de
la ley.
La afiliación no es automática sino que, teóri-
camente al menos, se somete a la aprobación de
los organismos partidarios, que pueden recha-

zarla. Si no la tratan o no toman una decisión
dentro de los quince (15) días de su presenta-
ción, el pedido de afiliación se considera acep-
tado por el partido, lo que sin embargo, como
se verá, no quiere decir que el ciudadano haya
quedado definitivamente incorporado a sus fi-
las.
La decisión que rechace la afiliación, no pue-
de ser caprichosa. Deberá estar debidamente
fundada y apoyarse en causas graves para poder
sostenerse. El interesado, de cualquier mane-
ra, podrá apelar la decisión partidaria, supuesto
en el cual será el juez federal con competencia
electoral del distrito que corresponda quien de-
cida sobre el punto.
La fecha de la afiliación es un dato realmen-
te importante, toda vez que tendrá influencia
decisiva para determinar la aptitud del afiliado
para postularse a ocupar cargos partidarios o
públicos electivos, según lo que establezca cada
Carta Orgánica. Podemos decir, entonces, que la
presentación de la ficha ante la agrupación tie-
ne un carácter condicional, ya que debe supe-
rar la instancia del control judicial, pero deberá
estarse a esa fecha de presentación o a la de su
aprobación formal —si hubiere quedado cons-
tancia de ello— cuando deban dirimirse cues-
tiones relativas a la antigüedad.
Art. 25 bis.- (Ley 26.571). La afiliación se
extingue por renuncia, expulsión o violación
de lo dispuesto en los arts. 21 y 24, debiendo
cursarse la comunicación correspondiente al
juez federal con competencia electoral
Extinción de la afiliación. La norma es en
apariencia clara, en cuanto dispone que la afi-
liación a un partido político se extingue por re-
nuncia, expulsión o violación de lo dispuesto en
los arts. 21 y 24. Sin embargo, merece algunas
aclaraciones.
Renuncia. La afiliación a un partido político
es un acto formal que requiere, como hemos
visto, la suscripción de la documentación per-
tinente y superar determinados controles. La re-
nuncia también debe ser un acto formal. No se
presume ni es válida una renuncia verbal, sino
que debe exteriorizarse por escrito y comuni-
carse tanto al partido como a la Justicia; y si lo
fuere solo a uno de ellos, deberá el anoticiado
Gabino Mario Tapia
efectuar la comunicación faltante para mante-
ner la identidad entre el registro partidario y el
judicial.
Expulsión. La expulsión de un partido polí-
tico es una decisión de los órganos disciplina-
rios pertinentes, que debe ser adoptada luego
del debido proceso interno que debe garantizar
el derecho de defensa del imputado de alguna
conducta merecedora de tal sanción, la más gra-
ve que puede recibir un afiliado. Obviamente,
una vez firme, debe ser comunicada al juzgado
electoral correspondiente. Dentro de esta figu-
ra cabe ubicar la referencia de la ley a la viola-
ción al art. 21. Esta última norma establece que
la Carta Orgánica es la ley fundamental del par-
tido, de manera que su violación determina —o
puede determinar según la gravedad de la falta
y lo que dicho estatuto disponga— la exclusión
de las filas partidarias, respetando lo ya dicho en
cuanto a la necesidad del debido proceso inter-
no y la adopción de las medidas correspondien-
tes.
Remito, para ampliar este tema, a lo dicho en
otra parte de esta obra acerca de la disciplina
partidaria.
Violación del art. 24. En el caso previsto en
el art. 24, la afiliación se extingue como conse-
cuencia de que el sujeto ha pasado a revestir en
alguna de las categorías allí puntualizadas. No
se trata, en rigor, de una sanción, sino de una in-
compatibilidad. Cabe advertir que, en algunos
de estos casos, la imposibilidad de estar afiliado
a un partido político es meramente transitoria,
es decir, en tanto subsista la causa que deter-
mina su exclusión. Sin embargo, la ley dice que
“la afiliación se extingue”, esto es, termina; no se
trata de una suspensión, sino de la extinción. En
consecuencia, esta no renace automáticamente
una vez que queda removida la causa que la de-
terminó, de manera tal que, en tales supuestos,
el afectado, si quiere volver a revestir en el parti-
do político al que estaba afiliado, deberá volver
a afiliarse.
Otros casos. Además de los casos que la ley
menciona, pueden existir otros supuestos de ex-
tinción de la afiliación, establecidos por la Carta
Orgánica en forma específica. Así por ejemplo,
algún estatuto partidario prevé la eliminación
del padrón de los afiliados que dejen de parti-
PRIMERA PARTE• 55
Ley 23.298 de Partidos Políticos
cipar en determinada cantidad de elecciones
internas, (lo que puede interpretarse como un
caso concreto de renuncia tácita o de una suerte
de sanción de carácter automático ante el evi-
dente desinterés del afiliado en participar de
la vida interna de la agrupación). Otro caso de
expulsión automática previsto en algunos esta-
tutos partidarios, es el de la participación de afi-
liados en listas de otros partidos políticos sin la
autorización correspondiente, supuestos en los
que la evidencia es tal, que no necesita de prue-
ba alguna ni es admisible frente a ella, de excul-
pación alguna.
Art. 25 ter.- (Ley 26.571). No puede haber
doble afiliación. Es condición para la afilia-
ción a un partido la renuncia previa expresa
a toda otra afiliación anterior.
Prohibición de la doble afiliación. La ley
es tajante: no puede haber doble afiliación, de
manera que la adscripción a un partido políti-
co supone la extinción de toda afiliación previa.
Con anterioridad a la sanción de la ley 26.571, la
ley establecía que la nueva afiliación provocaba
automáticamente la extinción de la previa que
estuviera vigente. Esto ha sido modificado, exi-
giéndose una renuncia expresa en este sentido.
La forma de hacerla efectiva, la regula el artículo
siguiente a cuyo comentario nos remitimos.
Esta renuncia previa expresa, se encuentra
desde antaño en la Ley de Partidos Políticos de
la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, su
cumplimiento no ha sido tradicionalmente exi-
gido por la Junta Electoral provincial, omisión
que ha provocado más de una situación confusa
y, en nuestra opinión, viciado todas las nuevas
afiliaciones donde el trámite no se hubiere cum-
plido debida y acabadamente.
Art. 25 quáter.- Los electores pueden for-
malizar su renuncia por telegrama gratuito o
personalmente ante la secretaría electoral del
distrito que corresponda. A tal fin se estable-
ce en todo el territorio de la República Argen-
tina un servicio de telegrama gratuito para
el remitente, para efectivizar las renuncias a
partidos políticos. El gasto que demande este
servicio será cargado, mediante el sistema
sin previo pago, a la cuenta del Ministerio del
Interior y Transporte. El juzgado federal con
competencia electoral una vez notificado de
56 • Derecho electoral argentino
la renuncia a una afiliación, deberá darla de
baja y comunicarlo al partido al cual ha re-
nunciado.
(Artículo sustituido por art. 4º, ley 26.774,
BO del 02/11/2012)
Formas para renunciar. La norma estable-
ce que la renuncia a un partido político se debe
formalizar por telegrama o personalmente ante
la Secretaría Electoral que corresponda. Consi-
deramos que, además, el interesado puede ha-
cerlo también presentando una nota tanto en el
partido como en la referida Secretaría Electoral.
Es evidente que la ley ha querido que exista cer-
teza sobre esta materia y que la decisión de re-
nunciar sea un acto libre del sujeto.
El dec. 937/2010 aprobó un modelo de renun-
cia de carácter genérico, es decir, “a todo partido
político”, lo que no quiere decir que el renun-
ciante no pueda aclarar a cuál partido político
está renunciando.
La exigencia de la renuncia expresa nos parece
acertada, así como que el acto en sí se encuen-
tre rodeado de las seguridades que la cuestión
merece. Es que el sistema anterior a la reforma
introducida por la ley 26.571 permitió detectar
una inmensa cantidad de afiliaciones falsas, con
grave lesión para quienes aparecían como per-
teneciendo a un partido político al que nunca
se habían afiliado, dejando de formar parte de
aquel del cual nunca habían querido irse.
La parte final de la norma exige que el juzga-
do federal con competencia electoral respectivo
comunique al partido político las renuncias re-
cibidas, proceder a dar de baja de sus registros a
los renunciantes y comunicarlo al partido políti-
co. Pero la comunicación inversa también debe
considerarse obligatoria, esto es, la que deben
hacer las agrupaciones políticas al juzgado elec-
toral que corresponda, cuando reciba renuncias
de sus afiliados; y el juzgado, si las pusiere en
duda, citar en todo caso al renunciante para que
la ratifique o desconozca.
Art. 26.- (Ley 26.571). El registro de afi-
liados es público y está constituido por el
ordenamiento actualizado de las fichas de
afiliación a que se refieren los artículos an-
teriores. Su organización y funcionamiento

corresponde a los partidos políticos y a la jus-
ticia federal con competencia electoral.
Los electores tienen derecho a conocer la si-
tuación respecto de su afiliación. La Cámara
Nacional Electoral arbitrará un mecanismo
para que los electores puedan conocer su si-
tuación individual respecto de la misma res-
tringiendo el acceso de terceros a estos datos.
Registro de afiliados. Responsabilidad com-
partida. Este artículo dispone que el registro de
afiliados debe ser llevado por cada partido po-
lítico y por la justicia federal con competencia
electoral. El registro de afiliados se encuentra
conformado por el ordenamiento actualizado
de las fichas de afiliación, siendo potestad de
cada partido determinar cómo realiza dicho or-
denamiento, aunque seguramente y por razo-
nes de practicidad, lo separará por distrito.
Debiendo tratarse de un “ordenamiento ac-
tualizado”, se colige que la tarea de actualización
debe ser permanente y que es responsabilidad
tanto del partido como de la justicia disponer y
hacerla efectiva. Para ello es necesaria una in-
tercomunicación permanente entre los partidos
y la justicia federal con competencia electoral,
de manera que los registros de una y otra coin-
cidan. Es evidente que sin ella los partidos no se
enterarán de numerosas bajas que son comu-
nicadas directamente a la Justicia (renuncias
como consecuencia de nuevas afiliaciones, fa-
llecimientos, cambios de domicilio) y viceversa
(renuncias que solo son comunicadas al parti-
do o expulsiones, por ejemplo). En consecuen-
cia, la retroalimentación entre justicia y partidos
debe ser permanente y es absolutamente nece-
saria.
Parecería ser, si nos atenemos exclusivamen-
te a la letra del art. 28, que los partidos podrían
eximir a la Justicia de esta obligación de llevar
los registros de afiliados y limitar su responsa-
bilidad a las tareas de inspección y fiscalización
que el juez puede ejercer de oficio o a pedido
de parte interesada. Entendemos que esta in-
terpretación es errónea, conforme se verá al co-
mentarse dicho artículo.
Es cierto que existe una obligación primaria
esencial que recae sobre las autoridades par-
tidarias porque la afiliación hace a la esencia
Gabino Mario Tapia
misma de los partidos. “Las autoridades parti-
darias deben adoptar de forma permanente las
medidas conducentes necesarias a fin de que su
registro de afiliados refleje la composición efec-
tiva de su cuerpo electoral y no resulte desactua-
lizado” (conf. doct. CNE, fallos 3047/09; CNE,
fallo 3997/08). Pero no por ello puede soslayar-
se la responsabilidad que también le cabe a la
Justicia en la materia. Del registro actualizado
dependerá, entre otras cosas, la aceptación o re-
chazo de una afiliación, de manera tal que esta
obligación que la ley pone en cabeza de la Jus-
ticia es una función irrenunciable de los jueces
que no puede ser relevada por las propias agru-
paciones.
Publicidad del registro de afiliados. La nor-
ma en análisis dispone también que el registro
de afiliados es “público” de lo que podría de-
ducirse que cualquiera podría consultarlo y te-
ner acceso a él. No es así. La segunda parte de
la norma aclara el alcance de esta afirmación, y
la limita a la posibilidad de que sean los propios
afiliados quienes puedan constatar su situación
al respecto. Es más, la parte final del mismo ar-
tículo impone a la Cámara Nacional Electoral la
obligación de disponer un mecanismo para res-
tringir el “acceso de terceros a estos datos”.
De acuerdo con ello, la Cámara habilitó en In-
ternet el Sistema de Consulta al Registro Nacio-
nal de Afiliados que permite a los ciudadanos
conocer si están o no afiliados a un partido polí-
tico en el distrito de su domicilio, introduciendo
el número de su documento de identidad. Para
ello debe ingresarse en la página www.pjn.gov.
ar, “Justicia Nacional Electoral”, “Consulta al Re-
gistro Nacional de Afiliados”. El Sistema informa
solo si existe o no afiliación a algún partido polí-
tico, sin identificarlo, de manera que si el intere-
sado necesita más información, debe requerirla
a la Secretaría Electoral correspondiente.
Art. 27.- El padrón partidario será público.
Deberá ser confeccionado por los partidos po-
líticos, o a su solicitud por la Justicia Federal.
En el primer caso, actualizado y autentica-
do, se remitirá al juez federal con competen-
cia electoral antes de cada elección interna o
cuando este lo requiera.
Registro y padrón. “Padrón” no es sinónimo
de “registro”. El registro partidario es el archivo
PRIMERA PARTE• 57
Ley 23.298 de Partidos Políticos
que contiene los datos de la totalidad de los afi-
liados, en tanto que el padrón es la nómina or-
denada de los afiliados, impresa o grabada, que
refleja el estado de ese registro en un momen-
to específico. El padrón debe ser confeccionado
por el partido y solo a su pedido por la justicia
federal. En aquel caso, debe ser remitido al juz-
gado competente antes de cada elección inter-
na o cuando este lo solicite (CNE, fallo 3077/02).
El uso y manejo del padrón es absolutamen-
te necesario para las actividades políticas inter-
nas, y de hecho y a estos fines, es distribuido por
las autoridades partidarias a todos los distritos y
consultado, podemos decir libremente, por diri-
gentes y militantes.
Su pureza y debido ordenamiento, constituye
una de las más relevantes garantías, pues asegu-
ra el efectivo ejercicio de los derechos de elegir
y ser elegido que ostentan los afiliados de una
agrupación política (CNE, 30/06/2003, “Presen-
tación del Dr. Federico N. Massoni”, cit.; CNE,
fallos del 585/87, 3153/03, 3409/05 y 3488/05).
De ahí es que se reconoce a la Justicia la facul-
tad de su fiscalización así como la obligación de
efectuar los controles pertinentes y de corregir
los errores y abusos —en casos de detectarlos—
conforme dispone el artículo siguiente.
Art. 28.- Los partidos podrán ajustándose
a las disposiciones e instrucciones del juzga-
do, llevar bajo su responsabilidad el registro
de afiliados y el padrón partidario, sin otra
participación de la justicia federal con com-
petencia electoral, que la relativa al derecho
de inspección y fiscalización que se ejercerá
por el juez de oficio o a petición de parte in-
teresada.
Responsabilidad compartida. Hemos dicho,
al comentar el art. 26, que la disposición que
ahora nos detiene, parecería facultar a los par-
tidos políticos a limitar la función que sobre el
particular le cabe a la Justicia, a dictar los pará-
metros necesarios para que cada partido lleve
adecuadamente su registro de afiliados y a las
tareas de fiscalización que podrá realizar a ins-
tancia de parte interesada o de oficio, pero re-
levarla de la responsabilidad de llevar, también
ella, el referido registro en forma actualizada y
ordenada.
58 • Derecho electoral argentino
No es así. La Ley de Partidos Políticos es una
ley de orden público que claramente le impone
a la Justicia la obligación aludida, que no pue-
de resignar aun cuando así lo decida un parti-
do político. Ello, sencillamente, por cuanto de
lo contrario no podría cumplir adecuadamen-
te funciones que solo ella puede realizar (como
por ejemplo, decidir si corresponde o no una
determinada afiliación) porque la decisión fi-
nal a su respecto no puede ser adoptada sin un
cotejo previo acerca de una afiliación previa del
aspirante. Es cierto que podría hacerlo reca-
bando la información respectiva de las distintas
agrupaciones políticas, pero seguramente no es
este el sentido que la reforma de la ley 26.571 ha
querido que impere.
Lo que sí puede hacer un partido político, es
confeccionar, para sus actos eleccionarios, su
propio padrón de afiliados (impresión del lista-
do de afiliados), en cuyo caso deberá seguir los
parámetros que la justicia le fije y el resultado fi-
nal de esa tarea quedar sometida al control judi-
cial que, en tal caso, difícilmente actúe de oficio
pero sí deberá hacerlo, ineludiblemente, a ins-
tancia de parte interesada (denuncias sobre fal-
tantes, inclusiones indebidas, etc.).
Aunque ya fue dicho, conviene repetirlo: la
pureza del padrón partidario constituye una
de las más relevantes garantías que ostentan
los afiliados de una agrupación política, pues
asegura el efectivo ejercicio de los derechos de
elegir y ser elegido (127). En este sentido, se ha
decidido, por ejemplo, que “existiendo el riesgo
de que a través de la remisión de las fichas casi
ocho años después de su aceptación, se prive a
cierto sector del partido de participar en la toma
de decisiones, las presuntas irregularidades de-
nunciadas revisten una gravedad tal que exi-
gen su inmediato esclarecimiento de oficio, tal
como lo prevén los arts. 26 y 28 ley 23.298 y 12
ap. II inc. d), ley 19.108” (128).
La actualización del padrón supone una tarea
de carácter permanente (CNE 652/88; 3153/03).
Y en esta tarea los juzgados actúan normalmen-
te de oficio y no siempre deben dar interven-
(127) CNE, 30/06/2003, “Presentación del Dr. Federico
N. Massoni”, cit.; CNE 585/87; 3153/03; 3409/05; 3488/05.
(128) CNE, 30/06/2003, id.

ción a las personas involucradas, como ocurre
cuando les son notificados cambios de domici-
lios o como cuando disponía la eliminación de
los registros de un partido de quienes solicita-
ban su afiliación a otro, antes de la sanción de
la ley 26.571. Es que en tales casos se trata de
simples actuaciones administrativas que el juz-
gado debe llevar a cabo, resultando innecesario
sustanciar proceso contradictorio alguno (conf.
CNE, fallo 652/88). Sin embargo, cuando se pre-
sentó el caso en el que coexistieron dos órdenes
normativos diferentes (nacional y provincial),
con distintas previsiones referidas a la validez
de la última afiliación sin renuncia previa a la vi-
gente hasta entonces, la propia Cámara Nacio-
nal Electoral consideró adecuado y necesario
citar a los interesados a los fines de su derecho
de defensa, sin que ello implicara abrir un pro-
cedimiento contradictorio (id.).
Ratificamos entonces, que el legislador, al ha-
ber mantenido este art. 28 de la ley 23.298 en su
redacción original, ha provocado una confusión
innecesaria, ya que la obligación de la Justicia
en lo que al registro de afiliados se refiere, es
irrenunciable y solo se la podrá relevar de la im-
presión de los padrones (más allá de la potestad
de los partidos de requerirla) y por supuesto, de
su obligación de fiscalización y control en todos
los casos.
CAPÍTULO II
Elecciones partidarias internas
Art. 29.- (Ley 26.571). La elección de autori-
dades partidarias se llevará a cabo periódi-
camente, de acuerdo a sus cartas orgánicas,
subsidiariamente por la ley Orgánica de los
Partidos Políticos o por la legislación elec-
toral. Para la designación de candidatos a
cargos electivos nacionales se aplicará el sis-
tema de elecciones primarias abiertas, simul-
táneas y obligatorias, en todo el territorio de
la Nación, para un mismo día y para todos los
partidos políticos, de conformidad con lo es-
tablecido en la ley respectiva.
Elecciones para cargos partidarios. La ley
exige elecciones periódicas para la designación
de las autoridades partidarias, conforme con los
principios democráticos. Estas elecciones se ce-
lebrarán de acuerdo con las normas que con-
Gabino Mario Tapia
tenga cada Carta Orgánica y en todo lo que ellas
no dispongan, por las disposiciones de la ley
23.298 de Partidos Políticos y las normas electo-
rales generales.
El artículo establece una clara jerarquía en
las disposiciones aplicables para la solución de
los conflictos derivados de las elecciones inter-
nas partidarias, poniendo en la cima de ellas a la
propia Carta Orgánica de cada organización y a
las “normas electorales partidarias u operacio-
nales conforme al método democrático interno
cuyo contenido rige el cuerpo de afiliados, can-
didatos y los comicios intrapartidarios”  (129).
Si con lo que ellas disponen no fuese posible
dar solución a los conflictos que se susciten,
subsidiariamente deberá recurrirse a las dis-
posiciones de la ley 23.298 y finalmente a la le-
gislación electoral, sujeto, todo ello, “al control
judicial” (130).
La Cámara Nacional Electoral ha dicho, has-
ta el cansancio, que la Carta Orgánica de dis-
trito constituye la Ley Fundamental del partido
en ese ámbito, en cuyo carácter rigen los pode-
res, los derechos y obligaciones partidarias y a
la cual sus autoridades y afiliados deberán ajus-
tar obligatoriamente su actuación (art. 21, ley
23.298) y, como tal, es la que rige sus elecciones
internas en ese orden (131).
Elecciones para cargos públicos naciona-
les. La selección de los candidatos a represen-
taciones públicas, en cambio, se hará por medio
de elecciones primarias, abiertas, simultáneas
y obligatorias, las que fueron instituidas por la
ley 26.571, y a las que por su trascendencia e im-
portancia en el nuevo esquema político del país
conviene analizar por separado.
Ya lo hemos dicho en otra parte de esta obra,
frente a la sanción de esta ley, no han sido po-
cos los que se han preguntado si su sanción ha
significado una prohibición absoluta para que
los partidos seleccionen de otra manera a sus
candidatos a representaciones públicas, que no
sea la establecida por esta nueva normativa. La
respuesta es absolutamente negativa. Por tratar-
(129) CNE, 23/06/1987, fallo 397/87.
(130) Ibidem.
(131) CNE, 15/07/1987, “Zavaley, Jorge H.”, cit.
PRIMERA PARTE• 59
Ley 23.298 de Partidos Políticos
se la ley 26.571 de una norma de orden públi-
co, la decisión partidaria que decidiere efectuar
una selección previa de candidatos con un sis-
tema distinto al que ella dispone, así sea el esta-
blecido en su Carta Orgánica, no tendrá efectos
vinculantes para nadie, de manera que incluso
quienes hubieren resultado vencidos en esa su-
puesta compulsa marginal podrían oficializar
nuevamente sus precandidaturas para partici-
par de las elecciones primarias que, como que-
da dicho, son obligatorias.
Art. 30.- La justicia federal con competencia
electoral podrá nombrar veedores de los actos
electorales partidarios a pedido de parte inte-
resada, quien se hará cargo de los honorarios
y gastos de todo tipo.
Designación de veedores. La solicitud de
veedores a la Justicia es un derecho que le asiste
a todo interesado, quien en la solicitud respec-
tiva deberá asumir los honorarios y gastos de
todo tipo que tal designación y el desempeño
de la función irrogue. Si no lo hiciere, el juzga-
do de oficio deberá imponérselo y no son pocos
los casos en los que el juzgado exige un depósi-
to previo.
La ley le reconoce esta facultad de solicitar
veedores, a las “partes interesadas”, debiendo
entenderse por tales a las listas oficializadas o
a los candidatos que las integran, pero también
a la propia agrupación política que puede te-
ner interés específico en que el acto comicial se
desarrolle fuera de toda sospecha y que quede
asentada cualquier anormalidad que ocurriere
durante su transcurso.
El pedido debe ser formulado con la suficiente
antelación como para que la designación pue-
da hacerse y notificarse debidamente a quien o
quienes resulten designados, así como para que
puedan depositarse en término los fondos que
el juzgado señale si fuere decidido algún antici-
po.
La función de los veedores no es otra que la
de informar al juzgado acerca del desarrollo del
acto electoral y las incidencias que pudieran ve-
rificarse durante el mismo, careciendo de facul-
tades para tomar decisiones.
60 • Derecho electoral argentino
Art. 31.- El resultado de las elecciones parti-
darias internas será publicado y comunicado
al juez federal con competencia electoral.
Notificación de resultados. El resultado de
las elecciones internas partidarias debe ser pu-
blicado, obligación que suele no cumplirse con
la formalidad que la norma supone. Los parti-
dos, normalmente, dan a publicidad los resulta-
dos a los medios de difusión que se encargan de
divulgarlos, pero no suele hacerse una publica-
ción expresa y formal comunicándolos.
Sí, en cambio, se cumple con la comunicación
al juzgado federal que debe saber con claridad
quienes pasan a revestir el carácter de autorida-
des partidarias.
Art. 32.- Las decisiones que adopten las Jun-
tas Electorales desde la fecha de convocatoria
de las elecciones partidarias internas hasta
el escrutinio definitivo inclusive, deberán ser
notificadas dentro de las veinticuatro (24) ho-
ras y serán susceptibles de apelación en idén-
tico plazo ante el juez federal con competencia
electoral correspondiente. El juez decidirá el
recurso sin más trámite dentro de las veinti-
cuatro (24) horas de promovido el mismo y su
resolución será inapelable.
El fallo de la Junta Electoral sobre el escru-
tinio definitivo deberá notificarse dentro del
plazo previsto en el párrafo precedente y será
apelable dentro de las cuarenta y ocho (48)
horas ante el juez federal con competencia
electoral correspondiente, que deberá deci-
dirlo sin más trámite dentro de las setenta y
dos (72) horas de promovido.
Los recursos previstos en los párrafos an-
teriores se interpondrán debidamente fun-
dados ante la Junta Electoral que elevará el
expediente de inmediato.
Salvo el caso del párrafo primero las re-
soluciones judiciales que se dicten serán
susceptibles de apelación ante la Cámara
correspondiente dentro de los tres (3) días
de notificadas. El recurso se interpondrá de-
bidamente fundado ante el juez federal con
competencia electoral quien lo remitirá de in-
mediato al superior, el que deberá decidirlo,

sin más trámite, dentro de los cinco (5) días de
recibido.
En ningún caso se admitirá la recusación ya
sea con o sin causa, de los magistrados inter-
vinientes.
Resoluciones de las juntas partidarias. Re-
cursos. La norma sintetiza el procedimiento
que debe observarse durante el proceso electo-
ral interno. Nos estamos refiriendo a aquel por
el cual se definen las autoridades partidarias, ya
que el relacionado con las candidaturas a repre-
sentaciones públicas tiene su propia normativa
establecida por la ley 26.571, conforme ya fuera
dicho.
El proceso electoral se inicia a partir de la
convocatoria, acto que no depende de las jun-
tas electorales partidarias, sino de sus autorida-
des políticas. No se trata de un acto sobre el que
puedan pronunciarse las juntas electorales, a
menos que se encuentre viciado de nulidad y no
merezca, por tanto, ser atendido, como ocurriría
si fuese dictada por quien carece de facultades o
de competencia para haberla emitido.
La convocatoria constituye un acto mediante
el cual el partido manifiesta su voluntad de lle-
var a cabo elecciones para cubrir determinados
cargos en una fecha determinada. Mas esta fe-
cha puede ser modificada, postergándose así
las elecciones y no por ello deja de existir sus-
tancialmente convocatoria, en tanto subsiste
la voluntad de realizar los comicios. En la inte-
ligencia de esta norma, “el término “convoca-
toria” constituye solo un punto de referencia
cronológico que permite determinar el momen-
to en el que se inicia el proceso electoral —cuyas
decisiones atingentes son irrecurribles ante esta
alzada— el cual, tras eventuales postergaciones
que pueden producirse habrá de culminar con
las elecciones y el escrutinio definitivo, cerrán-
dose así el período de inapelabilidad. Con el co-
mienzo del proceso electoral comienza también
la aplicación del art. 32 que dura hasta el escru-
tinio definitivo” (132).
(132) CNE, 30/12/1986, “Hugo V. Berardo - 62 Orga-
nizaciones Peronistas - Regional Córdoba s/ queja”, fallo
349/86.
Gabino Mario Tapia
Las juntas electorales partidarias tienen la
obligación de comunicar todas las decisiones
que adopten durante el proceso electoral den-
tro de las 24 horas de haberlas pronunciado, y
quienes se sientan agraviados por ellas pueden
apelarlas ante el juzgado federal con compe-
tencia electoral dentro de las 24 horas de haber
sido notificados. Además, la norma obliga a los
jueces, que en el caso actúan como tribunales
de alzada, a pronunciarse dentro de las 24 ho-
ras; plazo que debe computarse desde que re-
ciban todas las actuaciones referidas al tema
planteado. La decisión judicial es definitiva, no
pudiendo ser recurrida ante la Cámara Nacional
Electoral.
La única excepción a la inapelabilidad de las
resoluciones dictadas en esta etapa, la cons-
tituye el fallo sobre el escrutinio definitivo. O
sea, y en otras palabras, son inapelables ante
la Cámara todas aquellas decisiones que ver-
sen sobre actos que por su naturaleza integran
el proceso electoral, como las referidas a la ofi-
cialización de listas y a sus eventuales impugna-
ciones (133).
“No es admisible sostener que una cuestión
que es inapelable por su naturaleza, por versar
sobre aspectos del proceso electoral interno, se
torne apelable porque las elecciones se poster-
gan. Lo que es inapelable son las decisiones ati-
nentes a los actos del proceso electoral, sin que
interese el tiempo que medie entre el primero y
el último de esos actos, pues la ley no distingue”.
Pese a la claridad de la norma, la Cámara Na-
cional Electoral dispuso que “si bien la decisión
por la cual la Junta Electoral partidaria dispone
computar los votos en blanco a efectos de de-
terminar el porcentaje mínimo de votos a par-
tir del cual las minorías adquieren el derecho a
la representación aparece adoptada en el curso
del escrutinio definitivo y, por consiguiente, for-
malmente enmarcada en el primer apartado del
art. 32 e insusceptible, por tanto, de ser analiza-
da por este Tribunal, lo cierto es que constituye
una decisión cuya naturaleza excede los límites
formales que restringen la recurribilidad ante
esta Alzada de las resoluciones judiciales origi-
nadas en las decisiones de las juntas electorales
y que no puede, por ello, quedar ajena al ámbi-
(133) Ibidem.
PRIMERA PARTE• 61
Ley 23.298 de Partidos Políticos
to de conocimiento de esta Cámara. En efecto,
dijo, no nos encontramos aquí frente a una de-
cisión referida a los actos habituales del proce-
so del escrutinio definitivo, es decir a cuestiones
atinentes a su desarrollo como son el examen de
los votos recurridos e impugnados, o el examen
de la documentación de las mesas y la conse-
cuente decisión acerca de su validez o nulidad
—cuestiones todas estas que constituyen la
esencia misma del escrutinio definitivo y que, si
bien son apelables ante el juez de primera ins-
tancia, no permiten, en cambio, por principio,
abrir la vía recursiva ante la Cámara, pues la ley
las ha sustraído a su conocimiento en aras de la
celeridad del proceso de escrutinio, a la necesi-
dad de contar en el más breve término con re-
sultados definitivos y a la incidencia menor que
tales decisiones pueden tener en los resultados
generales ‘pretendiendo que la actividad recur-
siva no constituya obstáculo para los comicios
o demora en las decisiones de la Junta Electo-
ral’ (CNE, fallo 331), sino frente a una resolu-
ción que atañe al método democrático interno
practicado —condición sustancial de la existen-
cia de los partidos políticos [art. 3º, inc. b), ley
23.298]— en tanto incide de modo directo y ge-
neral en la representación de las minorías en el
gobierno del partido y en las candidaturas a car-
gos públicos electivos. Por lo demás, y en igual
sentido, cabe recordar que este Tribunal seña-
ló en el fallo 381 del 02/06/1987 que ‘las protes-
tas que el art. 121 del Código Electoral Nacional
autoriza a formular contra el escrutinio definiti-
vo solo podrán versar, en principio y a título de
ejemplo, sobre cuestiones atinentes a las opera-
ciones aritméticas relativas a los cómputos fina-
les generales, a la distribución de cargos y a la
interpretación y aplicación de las normas res-
pectivas’. Bien se advierte que la cuestión plan-
teada consiste, precisamente, en la distribución
de cargos y la interpretación y aplicación de las
normas que la regulan, por lo que si tales cues-
tiones pueden ser sometidas a este Tribunal en
los términos del art. 32, 4º párrafo —toda vez
que versan sobre el escrutinio definitivo luego
de realizado este— resultaría incongruente que
no pudieran ser objeto de conocimiento de la
Cámara Nacional Electoral por el solo hecho de
haber sido resueltas por la Junta Electoral du-
rante el curso de dicho escrutinio siendo que
62 • Derecho electoral argentino
son sustancialmente idénticas y que sus conse-
cuencias no varían” (134).
El fallo sobre el escrutinio definitivo también
debe ser notificado dentro de las 24 horas de ha-
berse pronunciado, pero aquí el plazo para ape-
lar se extiende a 48 horas y la resolución judicial
correspondiente será apelable ante la Cámara
Nacional Electoral dentro de los tres (3) días de
notificada, debiendo la Cámara pronunciarse
dentro de los cinco (5) días posteriores a la re-
cepción de la causa con todos los antecedentes.
Cabe tener presente y aclarar, que los recursos
contra las resoluciones de las juntas partidarias
deben ser fundados ante estas últimas, siendo
obligación de los tribunales partidarios elevar
las actuaciones al juzgado que habrá de interve-
nir, “de inmediato”. Por su parte, las apelaciones
contra las decisiones de los jueces, admisibles
solo en los casos señalados, deberán fundar-
se ante el propio juez que dictó la resolución,
quien también debe remitir las actuaciones “de
seguido” al Superior.
Finalmente, cabe consignar que la disposi-
ción que comentamos impide la recusación de
los magistrados que deben intervenir, se trate de
los de primera instancia como de los de la Cá-
mara Nacional Electoral.
Facultades de las juntas electorales partida-
rias. Una cuestión que merece ser atendida, es
la relativa a las facultades que tienen las juntas
electorales partidarias, esto es, si deben limitar
su actuación a aquellos casos en que se le plan-
teen cuestiones que deban resolver, o si pueden
actuar de oficio cuando detecten anomalías.
La Cámara Nacional Electoral se ha pronun-
ciado a favor de esta última posibilidad al afir-
mar que “la falta de impugnaciones a las listas
presentadas para oficializar no obstan a que la
Junta pueda efectuar los reparos pertinentes
ya que de lo contrario pareciera que dicha Jun-
ta desempeña un mero papel pasivo, condicio-
nado a las objeciones o no de los interesados,
lo cual no es la intención de la Carta Orgáni-
ca” (135).
(134) CNE, 23/06/1987, fallo 397/87.
(135) CNE, 26/04/1989, “Recondo, Alberto O.”, cit.

Art. 33.- (Ley 26.571) No podrán ser precan-
didatos en elecciones primarias ni candidatos
en elecciones generales a cargos públicos elec-
tivos nacionales, ni ser designados para ejer-
cer cargos partidarios:
a) Los excluidos del padrón electoral como
consecuencia de disposiciones legales vigen-
tes;
b) El personal superior y subalterno de las
Fuerzas Armadas de la Nación en actividad o
en situación de retiro, cuando hayan sido lla-
mados a prestar servicios;
c) El personal superior y subalterno de las
fuerzas de seguridad de la Nación y de las pro-
vincias, en actividad o retirados llamados a
prestar servicios;
d) Los magistrados y funcionarios perma-
nentes del Poder Judicial nacional, provin-
cial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
y tribunales de faltas municipales;
e) Los que desempeñaren cargos directivos
o fueren apoderados de empresas concesiona-
rias de servicios y obras públicas de la Nación,
provincias, Ciudad Autónoma de Buenos Ai-
res, municipalidades o entidades autárquicas
o descentralizadas o de empresas que explo-
ten juegos de azar;
f) Las personas con auto de procesamiento
por genocidio, crímenes de lesa humanidad o
crímenes de guerra, hechos de represión ilegal
constitutivos de graves violaciones de dere-
chos humanos, torturas, desaparición forza-
da de personas, apropiación de niños y otras
violaciones graves de derechos humanos o cu-
yas conductas criminales se encuentren pres-
criptas en el Estatuto de Roma como crímenes
de competencia de la Corte Penal Internacio-
nal, por hechos acaecidos entre el 24 de marzo
de 1976 y el 10 de diciembre de 1983;
g) Las personas condenadas por los críme-
nes descriptos en el inciso anterior aun cuan-
do la resolución judicial no fuere susceptible
de ejecución.
Los partidos políticos no podrán registrar
candidatos a cargos públicos electivos para
Gabino Mario Tapia
las elecciones nacionales en violación a lo es-
tablecido en el presente artículo.
Prohibiciones para ejercer simultánea-
mente cargos partidarios y ser precandidato
a cargos públicos. Ya el art. 24 de la ley veda a
ciertas personas la posibilidad de afiliarse a un
partido político, circunstancia que, a menos que
la Carta Orgánica del que se trate admita la po-
sibilidad de incluir en sus listas a tales cargos a
extrapartidarias, ninguna de tales personas po-
drían aspirar a ellos y mucho menos a dirigir el
partido toda vez que para esto último la condi-
ción de afiliado reviste el carácter de definitorio.
Sin embargo, la ley ha juzgado convenien-
te establecer aquí, con claridad y de ma-
nera de despejar toda duda, que aquellos a
quienes menciona no podrán ni ser precan-
didatos a representaciones públicas ni poste-
riormente candidatos (agregado que juzgamos
sobreabundante e innecesario), ni aspirar a
ejercer una cargo de conducción en ningún par-
tido político.
Estas prohibiciones reconocen inconvenien-
cias de distinta naturaleza. La mayoría de ellas
ya se encontraban contempladas en la redac-
ción original de la ley 23.298, en tanto que otras
fueron incorporadas por la ley 26.571. Si bien
nos referimos a ellas cuando, precisamente, co-
mentamos el art. 24 aludido, haremos aquí un
breve repaso.
Excluidos del padrón. La prohibición afec-
ta en primer término, a quienes, como conse-
cuencia de las disposiciones legales vigentes,
están excluidos del padrón electoral. El Código
Electoral Nacional establece en su art. 3º que se
encuentran comprendidos en esta categoría los
dementes declarados tales en juicio; los con-
denados por sentencia firme por delitos dolo-
sos a pena privativa de libertad por el término
de la condena; los condenados por faltas pre-
vistas en las leyes nacionales o provinciales de
juegos prohibidos por tres (3) o seis (6) años se-
gún sean o no reincidentes; los sancionados por
deserción calificada por el doble término de la
sanción; los declarados rebeldes en causa penal
hasta que cese el estado de rebeldía o prescri-
ba la acción; los inhabilitados por la Ley de Par-
tidos Políticos (que son los mencionados en la
norma que comentamos) y los que de acuerdo
PRIMERA PARTE• 63
Ley 23.298 de Partidos Políticos
con otras disposiciones legales o reglamentarias
quedaren inhabilitados para el ejercicio de los
derechos políticos.
Recordemos que las inhabilitaciones las de-
creta el juez electoral luego de un proceso su-
mario, pudiendo actuar de oficio o a instancia
fiscal o privada, debiendo los plazos computar-
se desde la fecha en que la sentencia definiti-
va pase en autoridad de cosa juzgada. Quedan
comprendidas, a los fines de la inhabilitación,
las condenas de ejecución condicional (art. 4º,
Cód. Elect.). Las rehabilitaciones, cuando co-
rrespondan, también debe decretarlas el juez
de oficio o a petición del interesado, previa vista
fiscal (art. 5º del mismo Código).
Personal de las fuerzas armadas o de segu-
ridad. El personal superior y subalterno de las
Fuerzas Armadas de la Nación en actividad o en
situación de retiro cuando haya sido llamado a
prestar servicios, y el personal superior y subal-
terno de las fuerzas de seguridad de la Nación
o de las provincias en idénticas circunstancias,
tampoco pueden aspirar a ejercer cargos par-
tidarios ni podrán ser precandidatos a repre-
sentaciones públicas (y por ende, candidatos),
prohibición que se sustenta en la necesidad de
absoluta prescindencia que tales instituciones,
y sus integrantes, deben tener respecto de las
fuerzas políticas.
Magistrados y funcionarios. Tampoco pue-
den afiliarse a un partido político, los magis-
trados del Poder Judicial de la Nación, de las
provincias o los jueces de faltas municipales. A
diferencia de lo que dispone el art. 24, los fun-
cionarios del Poder Judicial (secretarios de juz-
gado, por ejemplo), también se encuentran
comprendidos en las prohibiciones de la ley, de
manera que sus derechos como afiliados (si lo
estuvieren) se ven, con esta disposición, seria-
mente limitados. Adviértase que la ley no hace
distinciones según los fueros, de manera que la
prohibición alcanza a los magistrados y funcio-
narios permanentes de todos ellos.
Ejercicio de ciertas funciones. Quienes des-
empeñen cargos directivos o fueren apodera-
dos de empresas concesionarias de servicios y
obras públicas de la Nación, provincias, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, municipalidades o
entidades autárquicas o descentralizadas o de
64 • Derecho electoral argentino
empresas que exploten juegos de azar, tampoco
pueden tener las aspiraciones comentadas. Se
trata, en el caso, de la conveniencia de mantener
una absoluta independencia en las funciones y
de evitar que el ejercicio de dichos cargos influ-
ya de alguna manera en las decisiones políticas.
Personas acusadas o condenadas por viola-
ción de derechos humanos. La prohibición le-
gal alcanza, finalmente, a las personas con auto
de procesamiento por genocidio, crímenes de
lesa humanidad o crímenes de guerra, hechos
de represión ilegal constitutivos de graves vio-
laciones de derechos humanos, torturas, des-
aparición forzada de personas, apropiación de
niños y otras violaciones graves de derechos hu-
manos o cuyas conductas criminales se encuen-
tren prescriptas en el Estatuto de Roma como
crímenes de competencia de la Corte Penal In-
ternacional, por hechos acaecidos entre el 24 de
marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983, y
los condenados por dichos delitos aun cuando
la resolución judicial no fuere susceptible de
ejecución.
Sin que implique desconocer la extrema gra-
vedad de las faltas a las que la norma alude, la
consideramos errada y hasta susceptible de ser
tachada de inconstitucional, en cuanto vulne-
ra el principio de la inocencia que nuestra Car-
ta Magna garantiza. Nada habría que criticar si
la prohibición se limitara a los condenados por
los delitos comprendidos en la disposición, pero
consideramos que la prohibición no puede al-
canzar a quienes pueden a la postre resultar
inocentes, aun cuando al momento de su postu-
lación se encuentren procesados. Creemos que
podría haberse dado otra solución a estos casos,
disponiéndose, por ejemplo, la revocación de
los mandatos alcanzados, en caso de recaer fi-
nalmente una condena.
Redundancia. La parte final de la norma es
también redundante. Para ser candidato a re-
presentaciones públicas en las elecciones ge-
nerales, se debió haber atravesado con éxito,
previamente, las elecciones primarias, de suerte
tal que resultaría imposible que los partidos po-
líticos puedan registrar candidatos que no pu-
dieron participar de estos últimos comicios. La
única posibilidad, entonces, de que esta parte fi-
nal tenga aplicación, estará referida a quienes se
vean afectados por alguna de las prohibiciones

que la norma establece en los escasos días que
median entre las elecciones primarias y las elec-
ciones generales.
Art. 34.- La residencia exigida por la Cons-
titución Nacional o la ley como requisito para
el desempeño de los cargos para los que se
postulan los candidatos, podrá ser acredita-
da por cualquier medio de prueba, excepto la
testimonial, siempre que figuren inscriptos en
el registro de electores del distrito que corres-
ponda.
Domicilio y residencia. Desde siempre se ha
distinguido entre residencia y domicilio, tenien-
do este último un carácter más permanente que
aquella, aunque de hecho las personas son más
ubicables en el lugar de su residencia que en el
que figura como su lugar de asiento estable en
el documento electoral. La prueba del domicilio
es indubitable, toda vez que se encuentra regis-
trado y asentado en dicho documento, pero no
ocurre lo mismo con el lugar de residencia que
es el sitio en que de hecho viven las personas.
Para el ejercicio de algunos cargos la ley no
exige que la persona se domicilie en la jurisdic-
ción respectiva, pero sí que tenga su residencia
en ella, lo que la habilita para ejercer sus res-
ponsabilidades políticas en tales áreas por su-
poner que se encuentra más consustanciada
con sus necesidades y los problemas de esa co-
munidad y por ende con capacidad más que su-
ficiente como para afrontarlos y darles solución.
Como la prueba de la residencia no se encuen-
tra asentada de manera fehaciente, como ocurre
en el caso del domicilio, la ley permite acreditar-
la por cualquier medio, excepto testigos. Así, po-
drán presentarse facturas de servicios públicos,
registros bancarios y toda otra clase de elemen-
tos que permitan probar tal circunstancia. Sin
embargo ha llegado a decirse que del art. 34 de
la ley 23.298 resulta que la inscripción en el re-
gistro electoral del distrito es condición sine qua
non para admitir la acreditación de la residencia
a los fines de ser candidato (136).
Un caso que adquirió indudable relevancia,
fue el referido al carácter que debe asignarse
(136) Expte. 4.021/2005; LexisNexis del 16/03/2006;
Lexis 1/70020349 4.
Gabino Mario Tapia
al domicilio que una persona tiene o pasa a te-
ner en base o como consecuencia del cargo que
desempeña y no como libre decisión de asentar-
se en él. Tal fue el caso del Dr. Néstor Kirchner
cuando se presentó como candidato a diputa-
do nacional por la provincia de Buenos Aires
en 2009, alegando tener su domicilio en Olivos,
asiento de la residencia presidencia. La ocupó
durante todo su mandato como presidente de
la Nación primero y como cónyuge de la pre-
sidenta Cristina Fernández, después. Hemos
criticado en su momento que el domicilio o re-
sidencia circunstancial, consecuencia exclusiva
del desempeño de un cargo que obliga a perma-
necer en determinado sitio, pudiera ser utiliza-
do para considerar cumplida la exigencia legal
o constitucional referida al domicilio o residen-
cia. Consideramos en tal caso, que el elemento
volitivo, que juzgamos esencial, no se encuen-
tra presente en estos supuestos, constituyendo
un obstáculo insalvable para poder considerar
cumplido el requisito legal. La Justicia de prime-
ra instancia no lo entendió así, y tampoco com-
partió el criterio la Corte Suprema de Justicia de
la Nación, aunque más basada en la abstracción
en que el caso cayó luego del fallecimiento del
expresidente que en consideraciones jurídicas
sobre la materia.
CAPÍTULO III
De la titularidad de los derechos y poderes
partidarios
Art. 35.- Se garantiza a las autoridades
constituidas el uso del nombre partidario, el
ejercicio de las funciones de gobierno y admi-
nistración del partido y, en general, el desem-
peño de todas las actividades inherentes al
mismo, de conformidad con esta ley , demás
disposiciones legales sobre la materia y la car-
ta orgánica del partido.
Facultades de las autoridades partidarias.
La ley garantiza a las autoridades partidarias
el ejercicio de todas las funciones inherentes a
la conducción y administración de la entidad
que representan, lo que constituye una cuestión
esencial para poder hacer práctica la garantía
constitucional del derecho de asociarse con fi-
nes útiles y del reconocimiento que el art. 38 de
la CN hace de los partidos políticos como enti-
dades fundamentales del sistema.
PRIMERA PARTE• 65
Ley 23.298 de Partidos Políticos
Obviamente, todas estas facultades y funcio-
nes, deben ser ejercidas de acuerdo con las leyes
vigentes y a la propia carta orgánica del partido,
de suerte tal que la Justicia tiene potestad para
decidir las acciones correctivas correspondien-
tes en caso de extralimitaciones y/o actuaciones
fuera de las disposiciones legales referidas.
El uso del nombre. En algunos distritos y
épocas de turbulencias partidarias internas, se
han planteado discusiones en torno al uso del
nombre partidario, sobre todo para la identifi-
cación de bloques legislativos (concejales, en el
caso al que aludimos) integrado por personas
que habiendo quedado separadas del partido
por cuestiones disciplinarias, seguían identifi-
cándose como bloque del partido al que habían
dejado de pertenecer o por el que en rigor no
habían sido electas.
Pensamos que en estos casos el partido ten-
dría acción legal para evitar o impedir ese uso,
recurriendo a la Justicia electoral competente
del distrito para exigirlo. Cuestiones similares
se han planteado, en la práctica, con la identi-
ficación de locales partidarios que muchas ve-
ces no representan al partido en sí, sino a líneas
o facciones, a veces hasta de dudosa pertenen-
cia real al partido. La cuestión puede llegar a te-
ner relevancia porque ya sea mediante acciones
o por medio de declaraciones públicas, podría
llegar a comprometerse al partido como institu-
ción. Pensamos, como en el caso anterior, que la
persona jurídica “partido” podría accionar para
impedir el uso del nombre a quien no le corres-
ponda o desautorizarlo públicamente, pero será
difícil que eluda su responsabilidad civil en al-
gún caso concreto si hubiere consentido en si-
lencio la actuación bajo sus siglas. La ley solo
garantiza el uso del nombre a las “autoridades
constituidas” debiendo entenderse por tales a
las surgidas de los comicios internos realizados
de acuerdo con las prescripciones legales vigen-
tes.
Art. 36.- La titularidad de los derechos y po-
deres partidarios, reglada en el artículo an-
terior, determina la de los bienes, símbolos,
emblemas, número, libros y documentación
del partido.
Extensión de la protección legal. Como no
podía ser de otra forma, la norma comentada
66 • Derecho electoral argentino
extiende la protección legal que consagra en el
artículo precedente, a los bienes, símbolos, em-
blemas, número, libros y documentación del
partido. A partir de la sanción de la ley 26.571
que permite a los partidos solicitar color para
la identificación de sus boletas electorales, se
abrirá seguramente una discusión acerca de si
el mismo debe considerarse también un atribu-
to del partido o no y si podrán las agrupaciones
requerir su inscripción en forma conjunta con
el nombre y los símbolos partidarios, para evitar
su uso por otras agrupaciones (ver art. 38).
CAPÍTULO IV
De los libros y documentos partidarios
Art. 37.- Sin perjuicio de los libros y docu-
mentos que prescriba la carta orgánica, los
partidos, por intermedio de cada comité na-
cional y comité central de distrito, deberán
llevar en forma regular los siguientes libros
rubricados y sellados por el juez federal con
competencia electoral correspondiente:
a) Libro de inventario;
b) Libro de caja debiendo conservarse la do-
cumentación correspondiente por el término
de tres (3) años;
c) Libro de actas y resoluciones en hojas fijas
o móviles.
Además, los comités centrales de distrito lle-
varán el fichero de afiliados.
Documentación partidaria. La ley especifi-
ca la documentación y libros mínimos que toda
agrupación política debe llevar, los que deben
ser presentados al juzgado federal con compe-
tencia electoral de su distrito a los fines de su
correspondiente rúbrica. Estos libros y docu-
mentos se agregan a los que cada carta orgánica
puede establecer como obligatorios, quedando
claro que el hecho de cumplir con estos últimos
no exonera a la agrupación de llevar los que la
ley considera indispensables.
El libro de inventario y el de caja —con la do-
cumentación de respaldo pertinente— resul-
tan esenciales para las rendiciones de cuentas
anuales que los partidos están obligados a pre-

sentar a la Justicia de acuerdo con la ley que re-
gula su financiamiento.
El libro de actas, por su parte, se utiliza para
volcar la síntesis de lo tratado en las reuniones
partidarias y las resoluciones adoptadas, de-
biendo destacarse que hace plena fe de su con-
tenido. Por cuestiones circunstanciales pueden
labrarse actas o volcarse resoluciones fuera de
este libro, pero en tal caso las firmas respectivas
deberán estar certificadas por escribano públi-
co para tener validez o incorporarse luego al li-
bro las resoluciones adoptadas.
Fichero de afiliados. La ley obliga a cada “co-
mité central de distrito” a llevar el fichero de afi-
liados, de manera que la organización nacional,
como tal, no tiene obligación alguna al respec-
to. Aclaramos esta circunstancia en razón de
que es frecuente recibir, en la sede de los parti-
dos nacionales, y remitidos por distintos tribu-
nales, pedidos de informes acerca de la calidad
de afiliado —o no— de determinadas personas.
Las afiliaciones se llevan y ordenan de acuerdo
con el domicilio de los afiliados y es cada orga-
nización distrital la responsable de llevar estos
registros en legal forma, sin perjuicio de la res-
ponsabilidad que también le cabe a la Justicia
sobre el particular. Consecuentemente, al parti-
do nacional, como tal, le resultará imposible dar
una respuesta adecuada a estos requerimientos,
a menos que cuente con un fichero centralizado
de las afiliaciones de todo el país, lo que suele
no llevar.
CAPÍTULO V
De los símbolos y emblemas partidarios
Art. 38.- Los partidos reconocidos tienen de-
recho al registro y al uso exclusivo de sus sím-
bolos, emblemas y número que no podrán ser
utilizados por ningún otro, ni asociación o
entidad de cualquier naturaleza. Respecto de
los símbolos y emblemas regirán limitaciones
análogas a las que esta ley establece en mate-
ria de nombre.
Emblemas partidarios. Los arts. 35 y 36 de la
ley garantizan a las autoridades constituidas de
cada partido, el uso del nombre, símbolos y em-
blemas partidarios, disposiciones que se com-
plementan con la presente disposición que le
Gabino Mario Tapia
permite a las agrupaciones inscribir tales ele-
mentos de suerte tal que no puedan ser utiliza-
dos por ninguna otra. La prohibición de uso no
solo alcanza a otros partidos políticos, sino tam-
bién a cualquier otra asociación o entidad, de
cualquier naturaleza que fuere.
En esta materia rigen las mismas disposicio-
nes que en materia de nombre, de manera que
la pretensión partidaria es comunicada a todos
los restantes partidos inscriptos —aún lo cadu-
cos— para que puedan formular las objeciones
que entiendan pertinentes. En cuanto a las li-
mitaciones, cabe tener presente lo que ya fuera
dicho al tratar la cuestión del nombre de los par-
tidos (art. 16 y ccds. de la ley).
CAPÍTULO VI
Del registro de los actos que hacen a la
existencia partidaria
Art. 39.- La Cámara Nacional Electoral y los
juzgados de distrito llevarán un registro pú-
blico, a cargo de sus respectivos secretarios
donde deberán inscribirse:
a) Los partidos reconocidos y la ratificación
de los partidos preexistentes;
b) El nombre partidario, sus cambios y mo-
dificaciones;
c) El nombre y domicilio de los apoderados;
d) Los símbolos, emblemas y números parti-
darios que se registren;
e) La cancelación de la personalidad jurídi-
co-política partidaria;
f) La extinción y la disolución partidaria.
Todo movimiento en las inscripciones, cam-
bios o modificaciones será comunicado inme-
diatamente por los juzgados de distrito a la
Cámara Nacional Electoral para la actuali-
zación del registro a su cargo.
Registros oficiales. Tanto los juzgados fede-
rales con competencia electoral como la Cáma-
ra Nacional Electoral, están obligados a llevar un
registro público que opera como una radiografía
de cada partido político, en cuanto deben asen-
PRIMERA PARTE• 67
Ley 23.298 de Partidos Políticos
tar en él los partidos reconocidos, sus nombres
y sus cambios o modificaciones, los símbolos
y emblemas partidarios incluyendo el núme-
ro con que cada uno se distingue, el nombre y
domicilio de los apoderados, la cancelación de
su personería jurídico-política y su extinción y
disolución, llegado el caso. La obligación pesa,
inicialmente sobre los juzgados de distrito, que
harán las registraciones respecto de los partidos
con domicilio en sus respectivas jurisdicciones,
debiendo trasladar la información respectiva a
la Cámara Nacional Electoral que lleva un regis-
tro centralizado de todos los partidos.
TÍTULO V
Del patrimonio del partido
Derogación. Remisión. Este título de la Ley
de Partidos Políticos (arts. 40 a 48) fue deroga-
do en 2002 por la ley 25.600, reemplazada luego
por la ley 26.215, a cuyos comentarios remiti-
mos.
TÍTULO VI
De la caducidad y extinción de los partidos
Art. 49.- La caducidad dará lugar a la can-
celación de la inscripción del partido en el
registro y la pérdida de la personalidad po-
lítica. La extinción pondrá fin a la existencia
legal del partido y dará lugar a su disolución.
Caducidad y extinción. Los términos cadu-
cidad y extinción no son sinónimos. Ocurridos
ciertos hechos, la ley declara operada la caduci-
dad del partido político, lo que implica la cance-
lación de su inscripción como tal en el registro
respectivo y la pérdida de su personería políti-
ca. La agrupación, entonces, deja de ser consi-
derada “partido político” y subsistirá como una
persona jurídica sin aquel carácter. La extinción,
por su parte, supone un paso más avanzado,
toda vez que en caso de operarse, la agrupación
deja ya de existir en todo sentido debiendo pro-
cederse a su disolución y liquidación.
“Teniendo en cuenta el criterio de este Tribu-
nal sentado en CNE, fallos 1729/94 y 1732/94, la
caducidad debe limitarse a la personalidad po-
lítica del partido. En efecto, el art. 49 de la ley
23.298 expresa que “la caducidad dará lugar a la
cancelación de la inscripción del partido en el
68 • Derecho electoral argentino
registro y la pérdida de la personalidad política”.
El art. 50, a su vez, enumera las causas de “cadu-
cidad de la personalidad política” de los parti-
dos, mientras que los arts. 52 y 17 se refieren a la
cancelación de la personalidad política, y el art.
53 a la “caducidad de la personería política”. De
dichas normas resulta, entonces, que la conse-
cuencia que la ley establece taxativamente para
el caso de declaración judicial de caducidad es
la pérdida de la personalidad política, por lo que
no cabe imponer otra que no sea la contenida
en el texto expreso del art. 49” (137).
Las normas que regulan estas cuestiones se
aplican en forma separada e individual a los
partidos de distrito de suerte tal que verificado
algún hecho que determine la caducidad de la
personería política de un partido en un distrito,
corresponde que se la declare en ese, aun cuan-
do no afecte al mismo partido en otros distritos.
“La pertinencia de la aplicación de las normas
sobre caducidad a los partidos de distrito ha
sido reiteradamente declarada por esta Cáma-
ra en fallos confirmados por la Corte Suprema,
con base en que la actividad y la representati-
vidad de las agrupaciones políticas deben ser
acreditadas en los distritos en los que actúan y
en que la ley no distingue entre partidos nacio-
nales y de distrito, por lo que las normas sobre
caducidad son entonces aplicables a todos por
igual” (138).
Art. 50.- (Ley 26.571). Son causas de cadu-
cidad de la personalidad política de los par-
tidos:
a) La no realización de elecciones partida-
rias internas durante el término de cuatro (4)
años;
b) La no presentación a dos (2) elecciones
nacionales consecutivas;
c) No alcanzar en dos (2) elecciones nacio-
nales sucesivas el dos por ciento (2%) del pa-
drón electoral del distrito que corresponda;
d) La violación de lo determinado en los
arts. 7º, inc. e) y 37, previa intimación judi-
cial;
(137) CNE, fallo 2208/96.
(138) CNE, fallo 2208/96.

e) No mantener la afiliación mínima previs-
ta por los arts. 7º y 7º ter;
f) No estar integrado un partido nacional
por al menos cinco (5) partidos de distrito con
personería vigente;
g) La violación a lo dispuesto en los incs. f) y
g) del art. 33 de la presente ley.
h) La violación de la paridad de género en
las elecciones de autoridades y de los orga-
nismos partidarios, previa intimación a las
autoridades partidarias a ajustarse a dicho
principio. (Inciso incorporado por art. 8º de
la ley Nº 27.412, BO del 15/12/2017).
Carácter taxativo de la norma. La norma que
comentamos enumera las causas que determi-
nan la caducidad de la personalidad política de
los partidos, debiendo entenderse, en atención
a la gravedad de la sanción, que se trata de una
enunciación taxativa y que solo ellas producirán
tales efectos.
Ausencia de elecciones internas. “El art. 50
inc. a) establece como causal de caducidad de
la personalidad política, la no realización de
elecciones internas durante el término de cua-
tro años. Esta causal responde a la necesidad de
que las agrupaciones políticas —en tanto son
las encargadas de regir el destino de la vida po-
lítica nacional e instrumentos para designación
de candidatos y para la formación y realización
de las políticas del Estado— adecuen su organi-
zación interna al sistema democrático realizan-
do elecciones periódicas” (139).
Abstención electoral. Antes de la modifica-
ción introducida por la ley 26.571, la sanción de
la pérdida de la personería política, se aplicaba
al partido que dejaba de participar “en distrito
alguno” en tres (3) elecciones consecutivas sin
causa justificada. La exigencia es ahora mayor,
en cuanto la pérdida se produce si el partido
deja de participar en dos (2) elecciones naciona-
les consecutivas, debiendo tratarse de comicios
“en los que la agrupación cuente con capacidad
jurídica para postular candidatos” (140).
(139) CNE, fallo 3344/04, p. 246.
(140) CNE, fallo 3801/07, p. 319.
Gabino Mario Tapia
La norma alude a todo tipo de elecciones in-
cluyendo aquellas que tienen un carácter ex-
traordinario, como podrían ser las convocadas
para la elección de convencionales constituyen-
tes. “Si el legislador hubiera entendido que las
elecciones de convencionales constituyentes no
debían ser computadas a los efectos del art. 50,
inc. c) de la ley 23.298 sin duda habría hecho la
salvedad correspondiente” (141).
“Cuando la ley establece como causa de ca-
ducidad ‘la no presentación en distrito alguno
a tres elecciones consecutivas’ está expresando
también, a contrario sensu, que basta que se pre-
sente en ‘algún distrito’ o en ‘cualquier distrito’
para que la causal no se configure. Pero el úni-
co partido que puede presentarse en más de un
distrito es el partido nacional como tal. El par-
tido de distrito, en cambio, aunque forme parte
de un partido nacional, por definición solamen-
te actúa en el distrito en el cual está reconocido,
lo que excluye que la actividad electoral —o la
falta de ella— de sus homólogos en otros distri-
tos pueda beneficiarle o perjudicarle” (142).
Para ejemplificar: en el fallo transcripto se
analizaba la situación del Partido Demócra-
ta Progresista del Chubut, aclarándose que no
se trataba de la caducidad del partido en el or-
den nacional sino exclusivamente en ese distri-
to. Y se dijo que por ello, el distrito en el cual la
agrupación de autos debía presentarse al menos
en una de tres elecciones consecutivas para no
quedar incursa en las previsiones del art. 50, inc.
b) era en el mencionado distrito, y en modo al-
guno podía entenderse, entonces, que la causal
no le alcanza simplemente porque sus similares
de otros distritos sí lo hayan hecho en sus res-
pectivos ámbitos de actuación.
En este sentido vale traer a colación lo ex-
presado por la Corte con referencia al partido
de distrito que integra un partido nacional, al
decir que “de este último es imposible soste-
ner que mantiene su personalidad si obtiene el
porcentaje requerido de votos en los demás dis-
tritos en cuyas elecciones —de más está decir-
lo— mal puede participar”, pues “ello importaría
presumir que la ley admite o tolera la existencia
(141) CNE, fallo 2208/96.
(142) CNE, fallo 2208/96.
PRIMERA PARTE• 69
Ley 23.298 de Partidos Políticos
de partidos de distrito sin representatividad al-
guna, en oposición a lo que ocurre con los par-
tidos nacionales o con los mismos partidos de
distrito que no actúan en el orden nacional, sin
que exista razón alguna que justifique ese trato
marcadamente diferencial. La conclusión a la
que esta interpretación conduciría parece, por
lo demás, decididamente absurda si se tiene en
cuenta que permitiría la subsistencia de un par-
tido de distrito que no hubiera obtenido voto al-
guno por el solo hecho de conformar un partido
nacional que en otro distrito alcanza el porcen-
taje mínimo de votos, mientras que en idéntica
situación un partido de distrito que actúa ex-
clusivamente como tal perdería su personería,
y ello aun en el caso de haber obtenido votos,
si bien en número inferior al previsto legalmen-
te. La solución (...) resultaría francamente vio-
latoria de la garantía de la igualdad ante la ley
pues se estaría brindando un trato claramente
diferencial a dos agrupaciones que se encuen-
tran en idénticas condiciones” (Fallos 315:380 y
315:1399). Este razonamiento es aplicable, mu-
tatis mutandis, a la causal del inc. b) y al caso de
autos (143).
“La exigencia de participar al menos en una
de tres elecciones consecutivas (recordemos
que hoy son dos elecciones nacionales consecu-
tivas) para el mantenimiento de la personalidad
política —teniendo en cuenta que la finalidad
de la obtención de dicha personalidad es, pre-
cisamente, la participación de los partidos en
las elecciones, como razón de ser de su propia
existencia, no constituye una reglamentación
irrazonable en tanto no importa aniquilar el de-
recho consagrado en el art. 38 de la CN ni alte-
rarlo en su esencia, ni consagrar una manifiesta
iniquidad (CSJN 297:201; 307:862 y 906), tenien-
do por lo demás en cuenta que la personalidad
política puede ser solicitada nuevamente des-
pués de celebrada la primera elección (conf. fa-
llo 1794/94 y 2188/96 CNE), por lo que no puede
sostenerse que el art. 50 inc. b), de la ley 23.298
sea repugnante a los derechos consagrados por
la Carta Magna” (144).
(143) Ibidem.
(144) Ibidem.
70 • Derecho electoral argentino
Caudal mínimo de votos. La ley también san-
ciona con la pérdida de la personalidad política,
al partido que no alcance, en dos (2) elecciones
nacionales sucesivas, el 2% del padrón electo-
ral del distrito correspondiente. Esta norma ha
tenido sus vaivenes ya que la exigencia, que es-
taba prevista en la ley 23.298, fue suprimida en
algún momento para volver a exigirse a fines del
año 2006 con la sanción de la ley 26.191. La ley
26.571 aclaró, con relación al texto anterior, que
las que se computan son las elecciones naciona-
les (antes no se especificaba) y que el cómputo
se hace por distrito, ya que el texto anterior apli-
caba la penalidad cuando el porcentaje no se al-
canzaba en ninguno.
“La disposición contenida en el art. 50, inc.
c), de la ley 23.298, que exige la existencia de un
número mínimo de votantes para mantener la
personalidad política, reconoce sustento en la
necesidad de que el mantenimiento de la per-
sonalidad de los partidos se encuentre direc-
tamente relacionado con la existencia de un
volumen electoral identificado con sus objeti-
vos, pues de lo contrario se transformarían en
estructuras vacías de contenidos e ineptas para
cumplir con la función que le es propia” (145).
La Cámara Nacional Electoral ha dicho que
“en numerosas oportunidades se ha explicado
que todo el sistema de la ley 23.298 está funda-
do en la representatividad de los partidos como
condición de su existencia legal (conf. CNE, fa-
llos 885/90, 918/90, 1405/92, 1448/92, 1763/94,
1794/94, 1798/94, 1822/95, 2098/95, 2102/95,
2190/96, 2212/96, 2214/96, 2215/96, 2426/98,
3028/02, 3110/03, 3858/07, 4072/08, 4336/10 y
4337/10; entre otros). Ello encuentra su razón
de ser en el hecho de que, en nuestro sistema
democrático representativo, los partidos políti-
cos actúan como mediadores que imponen el
orden de la opinión pública al seleccionar los
elementos comunes de las convicciones perso-
nales, evitando la dispersión de las voluntades
que aparejaría la falta de representatividad de
quienes resultaren elegidos (conf. CNE, fallos
2984/01, 3054/02, 4336/10 y 4337/10). Al respec-
to se advirtió que la existencia política concreta
de voluntades aisladas no es plausible ni útil,
toda vez que es ineficaz para ejercer influencia
(145) CNE, fallo 2211/96, p. 105.

en la formación de la voluntad del Estado (conf.
Fallos 310:819, voto del juez Petracchi)” (146).
“Que en ese entendimiento, continuó la Cá-
mara, la ley 23.298 —modificada por la ley
26.571— impone la exigencia de ciertos requisi-
tos cuantitativos como condición para otorgar el
reconocimiento de la personalidad jurídico-po-
lítica —y su mantenimiento— tanto de partidos
de distrito como de aquellos de orden nacional
(conf. CNE fallos 447/87, 3259/03 y 3497/05, en-
tre otros), a fin de asegurar que estos cuenten
con representatividad en el ámbito geográfico
en el que están habilitados a participar postu-
lando candidatos a cargos públicos electivos
nacionales (conf. doctrina de fallos 3110/03;
3801/07 y 3802/07) y constituyan fuerzas polí-
ticas de existencia real en el respectivo distri-
to (conf. CNE fallos 905/90, 1775/94, 2270/97,
3078/02, 3079/02, 3451/05, 3544/05, 3569/05,
3674/05, 4072/08, 4336/10 y 4337/10)” (147).
Por otra parte, no caben excusas para requerir
excepciones a la aplicación de la norma (llegó
a alegarse que el cambio del nombre partidario
había afectado la representatividad del partido
y que la demora en la entrega de los fondos para
la impresión de boletas había perjudicado su
distribución en debida forma afectando con ello
la cantidad de votos recibidos), toda vez que “la
caducidad se prevé ante la constatación objetiva
de que la agrupación no alcanzó el porcentaje
mínimo requerido en dos elecciones nacionales
sucesivas” (148).
Los partidos que gozan de personería políti-
ca tienen derecho a ventajas económicas que
contempla el art. 46 de la ley 23.298, y su decre-
to reglamentario, consistente en aportes y fran-
quicias, solventados por la Nación, de tal modo
que es menester, para ello, que las agrupacio-
nes que resulten beneficiarias revistan un míni-
mo de consenso dentro de la ciudadanía (149).
Cabe acotar que si bien el art. 46 citado en el
(146) CNE, 16/11/2010, “Navarro, Laura M. apoderada
del Partido Nueva Unión Ciudadana (NUC) s/ apela”,
fallo 4425/10.
(147) Ibidem.
(148) Ibidem.
(149) CNE, fallo 898/90.
Gabino Mario Tapia
fallo transcripto hoy se encuentra derogado,
en realidad esos beneficios siguen existiendo,
encontrándose regulados por la Ley de Finan-
ciamiento de los Partidos Políticos.
Esta exigencia, tiene dicho la Cámara Nacio-
nal Electoral, “obra como condición resolutoria
que acarrea la sanción legal de la cancelación
de la personalidad jurídico-política. De ello re-
sulta que la sentencia judicial de reconocimien-
to no otorga derechos en forma definitiva, toda
vez que la subsistencia de estos se encuentra
supeditada a la no ocurrencia de las circuns-
tancias previstas en la ley y que dan lugar al cum-
plimiento de condiciones resolutorias como la
contemplada en el art. 50, inc. c)” (150). “Es que
el proceso de reconocimiento, como todo pro-
ceso voluntario en el que no existe contraparte
(el Ministerio Público Fiscal asume una función
fiscalizadora sin revestir el carácter de parte
conforme a los arts. 7º y 12 de la ley 19.108 en lo
pertinente) no arroja como resultado una sen-
tencia que tenga autoridad de cosa juzgada que
solo existe cuando el pronunciamiento ha recaí-
do en un proceso contencioso. Es que en estos
casos, los jueces no juzgan, sino que se limitan
a fiscalizar si lo que ha afirmado el peticionante
es prima facie cierto, con arreglo a la justifica-
ción que él mismo ha suministrado, tratándose
de una tarea de verificación externa, unilateral,
formal. La jurisdicción voluntaria es ‘la función
que ejercen los jueces con el objeto de integrar,
constituir o acordar eficacia a ciertos estados o
relaciones jurídicas’ (Palacio, ‘Tratado de dere-
cho procesal civil’, t. I, p. 356) y se canaliza entre
otras muchas manifestaciones, en la interven-
ción estatal, a través de un órgano judicial ‘en
la formación de sujetos jurídicos’ (conf. Díaz,
Clemente, ‘Instituciones de derecho procesal’, t.
II-A, p. 89) que en nuestro caso no son sino, ob-
viamente, los partidos políticos. Dichos pronun-
ciamientos, en consecuencia, se convierten, por
ello, en revocables” (151).
“Tratándose de un partido de distrito, el 2%
que marca este inciso debe ser logrado por el
partido en el distrito que le corresponde (...) so-
bre la base de los datos correspondientes obran-
(150) Ibidem.
(151) Ibidem.
PRIMERA PARTE• 71
Ley 23.298 de Partidos Políticos
tes en la propia Secretaría Electoral del juzgado
federal del distrito” (152).
Incumplimiento de exigencias legales. “El
art. 50, inc. d), de la ley 23.298 establece como
causal de caducidad de la personalidad política,
la inobservancia —previa intimación judicial—
de la obligación de llevar ‘en forma regular’
—es decir, de modo ordenado y con arreglo a las
normas aplicables— los libros rubricados y se-
llados por el juez federal con competencia elec-
toral” (153).
La referencia al art. 7º, inc. e), consideramos
que se trata de un error. Dicha norma exige la
presentación de un acta con la designación de
las autoridades promotoras y se justificaba su
inclusión antes de la reforma introducida por
la ley 26.571 en cuanto ellas estaban obligadas
a convocar a elecciones internas, las primeras,
dentro de los seis meses siguientes. Hoy esta re-
ferencia deja a la norma vacía de contenido toda
vez que se encuentra referida a una instancia en
la que el partido aún no tiene la personería que
podría caducar.
Afiliación mínima. La ley exige mantener un
número mínimo de afiliados como condición
para conservar la personería política. El control
respectivo se hace en forma anual, de mane-
ra que si no se mantiene ese mínimo, luego de
agotadas las instancias judiciales pertinentes,
deberá decretarse la pérdida de la personería.
También en este caso es dable señalar un error
en la redacción de la norma, toda vez que el art.
7º de la ley no exige afiliación alguna sino sim-
ples adhesiones para poder iniciar los trámites
de reconocimiento. En consecuencia, la remi-
sión debe ser entendida al art. 7º bis de la ley,
además de señalarse que recién se podrá decre-
tar la caducidad luego de vencido el plazo judi-
cial que se conceda para cumplir la exigencia de
tales normas y el partido no alcance el mínimo
de afiliados exigido.
Cantidad mínima de distritos. De igual ma-
nera que se encuentra previsto para cada parti-
do en lo que hace a la cantidad de afiliados, si
el partido de orden nacional deja de estar sos-
(152) CNE, fallos 898/90, 874/90, 885/90 y 895/90.
(153) CNE, fallo 3538/05, p. 270.
72 • Derecho electoral argentino
tenido por partidos que tengan personería en al
menos cinco distritos, que fue la exigencia para
posibilitar su nacimiento, perderá la personería
política.
Candidaturas indebidas. La norma también
sanciona con la pérdida de la personería política
a los partidos que consagren como autoridades
partidarias o que permitan la precandidatura de
personas con auto de procesamiento por geno-
cidio, crímenes de lesa humanidad o crímenes
de guerra, hechos de represión ilegal constitu-
tivos de graves violaciones de derechos huma-
nos, torturas, desaparición forzada de personas,
apropiación de niños y otras violaciones graves
de derechos humanos o cuyas conductas crimi-
nales se encuentren prescriptas en el Estatuto
de Roma como crímenes de competencia de la
Corte Penal Internacional, por hechos acaecidos
entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre
de 1983; así como de personas condenadas por
tales crímenes, aun cuando la resolución judi-
cial no fuere susceptible de ejecución.
La norma, lo dijimos en su oportunidad, es
absolutamente criticable toda vez que la san-
ción resulta en el mejor de los casos despropor-
cionada. No puede soslayarse que, además, se
altera el principio constitucional que presume
la inocencia, ya que se corre el riesgo de reci-
bir la sanción por incluirse a personas que aún
no han sido condenadas y que pueden llegar a
no serlo. Es evidente, por otra parte, la intencio-
nalidad política de esta disposición, ya que la
gravedad de los crímenes que contempla no se
atenúa por el hecho de haberse cometido fuera
de las fechas establecidas.
De cualquier manera consideramos que este
inciso no tendrá posibilidades de aplicación
práctica, toda vez que si los controles que de-
ben efectuar las juntas electorales partidarias
funcionan debidamente, las candidaturas pro-
hibidas no deberían superarlos en ocasión de
requerirse la oficialización de las precandidatu-
ras de caras a las elecciones primarias.
La violación de la paridad de género. La vio-
lación de la paridad de género en las elecciones
de autoridades y de los organismos partidarios
queda establecida como causa de caducidad de
la personalidad política de los partidos. 

Art. 51.- Los partidos se extinguen:
a) Por las causas que determine la carta or-
gánica;
b) Por la voluntad de los afiliados, expresa-
da de acuerdo con la carta orgánica;
c) Cuando autoridades del partido o candi-
datos no desautorizados por aquellas, come-
tieren delitos de acción pública;
d) Por impartir instrucción militar a los afi-
liados u organizarlos militarmente.
Extinción de partidos. En estos casos que la
ley enumera también con un carácter taxativo,
no solo la agrupación pierde la personería po-
lítica, sino también la jurídica, debiendo proce-
derse a su disolución y liquidación.
Las dos primeras causales que el artículo con-
templa son perfectamente explicables, toda vez
que, en definitiva, la extinción se produce en los
casos previstos en sus estatutos o por la deci-
sión de sus afiliados expresada de acuerdo con
lo que la carta orgánica prescribe.
También es fácilmente explicable la sanción
establecida en la norma cuando se da la cir-
cunstancia que describe el inc. d), ya que la or-
ganización o instrucción militar de los afiliados
no se condice con la naturaleza de estas agru-
paciones. Ellas remiten a experiencias nefastas
de la historia cuya reedición de ninguna manera
puede alentarse o permitirse.
Más difícil de explicar es la previsión del inc.
c) que castiga al partido con su extinción, cuan-
do sus autoridades o candidatos no desauto-
rizados por aquellas, cometieren delitos de
acción pública. Existen delitos de acción pú-
blica que pueden obedecer a hechos fortuitos
y que parece exagerado que por tener a alguna
de sus autoridades o candidatos como sujetos
activos de ellas, puedan virtualmente desapare-
cer. Pensemos en un accidente de tránsito con
lesionados o fallecidos, por ejemplo. Creemos
que debe tratarse de delitos que tengan relación
con la organización política en sí misma o con
el desempeño de cargos públicos en los que el
partido haya servido como herramienta para la
comisión del ilícito, porque el sancionado es la
organización, más allá de la pena que pueda co-
Gabino Mario Tapia
rresponder al dirigente o candidato. Lamenta-
blemente los últimos gobiernos han dejado una
triste secuela de funcionarios procesados y has-
ta condenados por delitos de acción pública, al-
gunos de los cuales han vuelto a ser candidatos
para procurar alcanzar inmunidad parlamenta-
ria sin que se haya oído condena oficial alguna
por parte de los titulares de los partidos políticos
a los que tales funcionarios se encontraban afi-
liados, y sin que se haya dispuesto, en ninguno
de estos casos, sanción alguna contra la entidad
a la que pertenecían y siguen perteneciendo.
Art. 52.- La cancelación de la personalidad
política y la extinción de los partidos serán
declaradas por sentencias de la justicia fede-
ral con competencia electoral, con todas las
garantías del debido proceso legal, en que el
partido sea parte.
Necesidad de proceso judicial. Atento a la
gravedad de las sanciones, tanto la cancelación
de la personalidad política como la extinción de
los partidos, deben ser declaradas por la justi-
cia federal con competencia electoral, mediante
una sentencia dictada en el marco de un proce-
so judicial en el que el partido afectado haya te-
nido la posibilidad de defenderse.
Art. 53.- (Ley 26.571). En caso de declararse
la caducidad de la personería jurídico-políti-
ca de un partido, podrá ser solicitada nueva-
mente, a partir de la fecha de su caducidad y
luego de celebrada la primera elección nacio-
nal, cumpliendo con lo dispuesto en el tít. II,
previa intervención del procurador fiscal fe-
deral.
El partido extinguido por sentencia firme
no podrá ser reconocido nuevamente con el
mismo nombre, la misma carta orgánica, de-
claración de principios, programa o bases de
acción política, por el término de seis (6) años,
a partir de la fecha de la sentencia.
Por el mismo término los juzgados federales
con competencia electoral de cada distrito no
podrán registrar nuevos partidos integrados
por ex afiliados a un mismo partido político
declarado caduco que representen más del
cincuenta por ciento (50%) de las afiliacio-
nes requeridas para la constitución del nuevo
partido.
PRIMERA PARTE• 73
Ley 23.298 de Partidos Políticos
Nueva personería. Nuevamente hay que dis-
tinguir entre la caducidad de la personería y la
extinción del partido. En el primer supuesto,
la agrupación puede volver a requerirla dejan-
do transcurrir una elección nacional, debiendo
volver a cumplir con los requisitos establecidos
en el tít. II de la ley (los necesarios para obtener
la personería perdida) y con intervención del
fiscal en el proceso respectivo.
Si se hubiere decretado la extinción del par-
tido, recién seis (6) años después de pasada la
sentencia en autoridad de cosa juzgada, puede
volver a solicitar su reconocimiento con el mis-
mo nombre, misma carta orgánica, declaración
de principios, programa o bases de acción po-
lítica.
Para evitar maniobras, la ley 26.571 adicionó
un párrafo a este artículo por el cual interpreta
que se trata de la misma agrupación declarada
extinguida si se requiere el reconocimiento de
una nueva entidad dentro del término de pro-
hibición establecido, y sus integrantes se iden-
tifican en más de un cincuenta por ciento (50%)
con afiliados al partido declarado caduco.
Art. 54.- Los bienes del partido extingui-
do tendrán el destino establecido en la carta
orgánica, y en el caso de que esta no lo deter-
minare, ingresarán previa liquidación, al
“Fondo Partidario Permanente”, sin perjuicio
del derecho de los acreedores.
Los libros, archivos, ficheros y emblemas del
partido extinguido, quedarán en custodia de
la justicia federal con competencia electoral,
la que pasados seis (6) años y previa publica-
ción en el Boletín Oficial por tres (3) días po-
drá ordenar su destrucción.
Destino de los bienes, símbolos y emble-
mas. Tal como ocurre cuando se disuelve una
persona jurídica, los bienes del partido se desti-
nan en primer lugar a satisfacer las deudas que
pudieren existir y el remanente, al que se en-
cuentre previsto en la carta orgánica. En caso
de que esta nada dijere sobre el particular, el
producido de tales bienes se destinará al Fondo
Partidario Permanente.
En cuanto a los documentos partidarios (li-
bros, archivos, ficheros, emblemas, etc.) la ley
74 • Derecho electoral argentino
dispone que queden en custodia de la justicia
federal con competencia electoral que procede-
rá a su destrucción (previa publicación por tres
días en el Boletín Oficial) si transcurridos los
seis (6) años a los que alude el art. 53, no fue-
re requerida nuevamente la personería jurídica
perdida. Como forma de preservar por este lap-
so los atributos del partido, cuando una nueva
entidad requiere su reconocimiento, se corre
traslado del nombre y emblemas pretendidos a
todos los partidos vigentes e incluso a los extin-
guidos que, en consecuencia, pueden ser oídos
en esta cuestión.
TÍTULO VII
Del procedimiento partidario ante la Justi-
cia Electoral
CAPÍTULO I
De los principios generales
Art. 55.- El procedimiento partidario elec-
toral será sumario, verbal y actuado, en doble
instancia.
Proceso sumario. El tratamiento procesal de
los asuntos de derecho público electoral no es
siempre asimilable al que rige los de derecho
privado, ni aun siquiera los de derecho público
que no están sometidos a un cronograma rígido
con plazos perentorios e improrrogables, suje-
tos todos ellos a una fecha límite final, la de la
elección (154).
Es evidente que la ley ha querido instaurar un
procedimiento ágil y breve para dirimir las cues-
tiones que se plantean dentro de los partidos
políticos, aunque brindando todas las garantías
legales y constitucionales. La oralidad del pro-
ceso queda reducida en la práctica a la audien-
cia que se encuentra prevista en el art. 65 de la
ley, ya que en la práctica se deja constancia es-
crita de todo lo actuado en el expediente.
La ley garantiza también la doble instancia,
siendo competente, en el caso de interponerse
algún recurso, la Cámara Nacional Electoral.
(154) CNE, expte. 4.066/2005, LexisNexis del
11/04/2006.

Art. 56.- La prueba se ofrecerá en la primera
presentación y se producirá en la audiencia.
Ofrecimiento y producción de pruebas. El
planteo al juez se realiza en la misma forma
que se hacen las demandas judiciales, con una
relación de los hechos y del derecho vulnera-
do, debiendo ofrecerse la prueba en el mismo
acto. Son admisibles todo tipo de pruebas (do-
cumental, informativa, testimonial y pericial)
resolviendo el juez acerca de su procedencia,
pudiendo denegar aquella que considere im-
procedente, innecesaria, superflua o incondu-
cente, de acuerdo con las pautas que sienta el
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
El juez puede, asimismo, disponer la produc-
ción de las medidas que considere oportunas o
necesarias para la mejor resolución del conflic-
to.
Art. 57.- Tendrán personería para actuar
ante la justicia federal con competencia elec-
toral, los partidos reconocidos o en consti-
tución, sus afiliados, cuando les hayan sido
desconocidos los derechos otorgados por la
carta orgánica y se encuentren agotadas las
instancias partidarias, y los procuradores fis-
cales federales en representación del interés y
orden públicos.
En el procedimiento sumario electoral, los
derechos de la carta orgánica que hayan sido
desconocidos y el agotamiento de la vía parti-
daria no podrán ser objeto de excepciones de
previo y especial pronunciamiento, y consti-
tuirán defensas a sustanciarse durante el pro-
ceso y resueltas en la sentencia.
Personería. Los partidos políticos actúan a
través de sus apoderados, aunque nada obsta
a que lo hagan a través de su presidente que es
su representante legal. Los apoderados pueden
acreditar su personería con copia certificada del
acta que los designó como tales, o con un poder
otorgado ante escribano público o simplemente
recordando la calidad que invisten, que se en-
cuentra asentada y registrada en la Secretaría
Electoral respectiva.
También tiene personería para actuar en el
proceso el fiscal, que actúa en representación
del interés y orden públicos.
Gabino Mario Tapia
Afiliados. Cuestiones atacables. Los afilia-
dos pueden actuar solo cuando se les hayan
conculcado los derechos reconocidos por la
Carta Orgánica. Esta primera exigencia excluye
la posibilidad de formular cuestiones en las que
el derecho personal del sujeto no se encuentre
lesionado, como aquellas en las que puede estar
afectada la legalidad de un acto, pero no acarrea
consecuencias directas contra el presentante.
Como consecuencia de ello, en caso de duda,
“situaciones o interpretaciones que impliquen
la posibilidad de pronunciarse por la validez del
acto, este criterio es el que debe prevalecer, en
aras de la seguridad jurídica” (155).
Así, se entendió que mal podían atacar la con-
vocatoria a un comicio interno quienes ma-
nifestaron en su presentación que no tenían
intenciones de participar en él para no conva-
lidar las anomalías e irregularidades que de-
nunciaban, toda vez que “si no tenían intención
de participar en el proceso eleccionario —fue-
ra por la razón que fuese— ningún perjuicio
concreto pudieron entonces haberle causado
las presuntas irregularidades que le achacan al
mismo” (156).
También se le ha denegado la posibilidad
de atacar una asamblea por falta de quórum a
quienes debiendo haber concurrido a ella por
ser miembros del cuerpo no lo hicieron, dejan-
do de cumplir su obligación de asistir a las se-
siones, toda vez que “el incumplimiento de su
parte de un deber impuesto por la Carta Orgá-
nica no puede dar lugar a cuestionamientos por
una situación que, en todo caso, derivaba de su
propia conducta discrecional (nadie puede ale-
gar su propia torpeza) al no concurrir a la reu-
nión de la Convención como era su deber. Los
convencionales que se retiran del recinto de de-
liberaciones declinan, con tal conducta, la parti-
cipación y el control que les corresponde (conf.
CNE 595/83, 295/86 y 297/86). Esto es así, con
mayor razón, cuando ni siquiera concurren a
esas deliberaciones” (CNE, 17/04/1989, fallo
715/89).
(155) CNE, 23/08/1989, “Fiuza Vila, Gerardo s/ prom-
ueve incidente de nulidad - Partido Blanco de los Jubila-
dos”, fallo 808/89.
(156) CNE, fallo 254/85, “Barberis, S. Félix y otro s/ im-
pugnan convocatoria a elecciones (Partido Demócrata
Progresista - Capital Federal)”.
PRIMERA PARTE• 75
Ley 23.298 de Partidos Políticos
En este último caso se agregó que no apare-
cía acreditado en autos el concreto y sustan-
cial perjuicio que se habría derivado de los
actos impugnados para los recurrentes que si
bien marcaron las diversas irregularidades en
que sustentaban su pretensión, en ningún mo-
mento arguyeron haberse visto personalmente
perjudicados o privados de algún derecho sub-
jetivo (...) ni alegado haber tenido siquiera la in-
tención de presentar una lista de candidatos, ni
tampoco actuar en representación de ellos o de
listas supuestamente perjudicadas por las irre-
gularidades denunciadas, por lo que, en cuanto
a ellos respecta, ningún agravio concreto apa-
recía derivado de los actos impugnados (CNE,
17/04/1989, fallo 715/89). Cabe concluir, en-
tonces, que tampoco son eficaces las presuntas
anomalías denunciadas (...) si no se indica cual
es el real perjuicio ocasionado, con lo que, en
tal caso, la pretensión de nulidad se sustentaría
solo en pruritos formales, lo que resulta inadmi-
sible (157).
Pero se ha reconocido la legitimación activa
de las autoridades desplazadas de un distrito
como consecuencia de la intervención decreta-
da, para plantear “la presunta ilegalidad de su
desplazamiento y todo lo que de ello resulte co-
nexo” de manera tal que “son parte para discu-
tir la presunta violación de sus derechos” (158).
De cualquier manera, la impugnación de los
actos partidarios debe ser temporánea, esto es,
ser deducida dentro de plazos razonables (159).
Es que “escapa del marco de valores de la razo-
nabilidad y de la seguridad jurídica, pretender
que, varios meses después de producido un acto
partidario, se proceda a dejar sin efecto la medi-
da” (160).
(157) CNE, 29/08/1985, fallo 159/85.
(158) CNE, fallo 599/88; Juzg. Fed. Comp. Elect. Nº 1
Capital Federal, 10/09/2008, “Verani, Pablo”, cit.
(159) Conf. Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal,
30/06/2009, “Breard, Noel E.”, cit. En el caso, se consideró
extemporáneo el cuestionamiento de la prórroga de la
intervención, deducido cuatro meses después que fuera
dispuesta.
(160) Ibidem.
76 • Derecho electoral argentino
Es que, como tiene dicho la Cámara Nacional
Electoral, “la vida institucional interna de los
partidos políticos, esencialmente dinámica, se
caracteriza por la adopción de decisiones que a
menudo son consecuencia las unas de las otras
y requieren necesariamente, por ello, de estabi-
lidad jurídica de las que constituyen su antece-
dente. La seguridad que resulta de situaciones
jurídicamente consolidadas reviste, por tanto,
particular relevancia en este aspecto y no pue-
de quedar indefinidamente en suspenso” (161).
“Las cuestiones que se plantean con motivo
del incumplimiento de las normas estatutarias
y legales, deben ser investigadas y analizadas en
función de la real incidencia que las presuntas
violaciones a la carta orgánica y normas corres-
pondientes tengan en el quehacer partidario.
No procede, pues, declarar nulidades fundadas
en pruritos formales ni en procedimientos inter-
nos de las entidades cívicas no afectadas de per-
juicio debidamente acreditado” (162).
En este orden de ideas se observó que “el Par-
tido Demócrata Progresista del distrito Capital
Federal, en observancia del sistema democrá-
tico y del principio republicano de la periodici-
dad, realizó sus elecciones internas en el ámbito
de dicho distrito para la nominación de autori-
dades y candidatos a cargos públicos electivos,
constituyendo al momento de este avocamiento
un proceso electoral que ya ha culminado con
actos político-jurídicos conclusos importan-
do decisiones finales que, consiguientemente
en principio, gozan de legitimidad y estabili-
dad orgánicas. Es decir que la convocatoria im-
pugnada culminó con el acto eleccionario, no
resultando trascendentes las irregularidades ar-
güidas desde que se cumplió con la finalidad de
dicho proceso electoral y los vicios denunciados
no se tradujeron en efectivos cercenamientos de
(161) CNE, fallos 2790/00, 3323/04, 3644/05 y 2681/99.
(162) CNE, 231/64; 138/85 del 04/07/1985, “Eduardo
G. Mones Ruiz y otros s/ formulan impugnación (Par-
tido Justicialista)”; 160/85; 206/85 (“Línea Chubut UCR
s/ impugnación elecciones internas - Chubut”); id.,
25/10/1985, fallo 220/85 (“Partido Intransigente s/ solici-
tud de reconocimiento como partido de distrito - Santa
Cruz”); id., fallo 254/85; CNE, 06/04/1988, fallo 557/87,
“Tribunal Electoral Provincial s/ competencia - Mov-
imiento Federalista Pampeano (MOFEPA) s/ apelación”.

derechos (doctrina de CNE, fallo 138/85, entre
otros)” (163).
No resulta suficiente con invocar como único
sustento de la acción, “la lesión a nuestros de-
rechos que como afiliados legítimamente te-
nemos” si no se especifica en qué consiste tal
lesión, es decir, de qué modo la decisión atacada
les afecta en forma personal, actual y concreta.
“La mera invocación genérica de una supues-
ta violación de una norma de la Carta Orgánica
torna así el supuesto agravio en puramente abs-
tracto e inidóneo para provocar la tutela jurídi-
ca” (164).
Además, el art. 57 “requiere para la habili-
tación de la vía judicial que el afiliado que la
intenta haya sido vulnerado en sus propios de-
rechos emergentes de la Carta Orgánica” y que
existan agravios concretos, “toda vez que la mi-
sión de los jueces consiste en decidir ‘colisiones
efectivas de derechos’ y no en formular declara-
ciones abstractas (conf. Palacio, ‘Manual de de-
recho procesal civil’, Ed. Abeledo-Perrot, 3ª ed.
act., p. 116)” (165).
“No se puede pretender una decisión que in-
valide un acto sobre la base de agravios con-
jeturales y sin que las objeciones formuladas
demuestren la existencia de una situación real y
definida que haga perceptible el interés concre-
to y actual del reclamante (...) [es que] la posi-
bilidad de obtener la tutela judicial se relaciona
con la existencia de un interés que pueda dar-
le apoyo (...) [y] no existe válido ejercicio de la
actividad jurisdiccional que no presuponga una
lesión materialmente perpetrada o, al menos,
tentada, contra el derecho para el cual se pro-
cura tutela (...) siendo doctrina corriente que
dicho interés se da cuando la situación de he-
cho es tal que el actor, sin la declaración legal de
certeza, sufrirá un daño, de modo que la inter-
vención de los magistrados se presente como un
(163) CNE, fallo 254/85; 03/12/1985, “Barberis, S. Fé-
lix y otro s/ impugnan convocatoria a elecciones Partido
Demócrata Progresista - Capital Federal”; id., 09/10/1985,
“Línea Chubut UCR”, cit., fallo 206/85; 25/10/1985., fallo
220/85, “Partido Intransigente s/ solicitud”, cit.
(164) CNE, “Tissembaum, Isaac y Risso, Gustavo L.”,
cit..
(165) Ibidem.
Gabino Mario Tapia
medio necesario para evitarlo (…). Ausente tal
interés concreto y sustancial en cabeza del ac-
cionante, no nos encontramos en realidad ante
un caso o controversia que determine el ejerci-
cio de la jurisdicción de los tribunales federa-
les” (166).
Tratándose de un partido de distrito que for-
ma parte de un partido nacional, los accionan-
tes deben recurrir a las autoridades nacionales
antes de accionar judicialmente, exigencia que,
de acuerdo con la CNE (fallos 174/64 y 861/89,
entre muchos otros) “tiene por objeto procurar
la solución de diferendos en el propio seno de
la agrupación política y por medio de sus pro-
pios órganos partidarios de conformidad con
las prescripciones de sus cartas orgánicas y res-
ponde al principio de asegurar la estabilidad de
los poderes que ejercitan el gobierno del parti-
do, los que gozan de presunción de legitimidad
en virtud de la carta orgánica vigente” (167).
Pero además, los presentantes deben acre-
ditar un perjuicio concreto y real sufrido y de-
mostrar fehacientemente que se vulneran
derechos subjetivos propios y no fundamentar
sus pretensiones en supuestas violaciones de
principios generales. La invocación de lesiones
genéricas por una supuesta violación de una
norma de una carta orgánica torna el agravio en
abstracto e inidóneo para provocar la tutela ju-
rídica” (168).
“El carácter de afiliado de un partido políti-
co solo habilita al accionante para actuar en el
ámbito del partido que integra y ante la justicia
nacional electoral cuando le hayan sido desco-
nocidos los derechos partidarios otorgados por
la carta orgánica partidaria más no para peticio-
nar el control judicial de leyes electorales si no
se demostró en qué modo las normas que im-
pugna afectan sus derechos (…). La parte debe
demostrar la existencia de un interés especial,
directo, sustancial, o sea que los agravios alega-
dos tengan suficiente concreción e inmediatez
para poder procurar tal proceso (fallo 160/2002
CNE)”.
(166) Ibidem.
(167) CNE, fallo 344/86.
(168) Juzg. Fed. Corrientes, 10/08/2007, “Gustavo A.
Valdez y Rubén A. Cundom”, cit.
PRIMERA PARTE• 77
Ley 23.298 de Partidos Políticos
En fallo 550/88 se dijo que lo que hacía el de-
nunciante era denunciar la presunta violación
de normas de la carta orgánica por parte de las
autoridades partidarias, pero no muestra que
tales violaciones le hayan afectado en forma di-
recta en los derechos subjetivos que el estatuto
partidario le otorga.
“Ya señaló en reiteradas oportunidades este
Tribunal que además de agotar la vía partidaria
debe demostrarse, además, que le han sido des-
conocidos los derechos subjetivos que le reco-
noce la CO y especificar cuáles son estos (CNE,
fallos 354/80, 397/80, 394/80, 404/81, 330/86 y
374/87, entre otros)”.
“Tal vulneración de derechos subjetivos es la
que ha de dar la medida del interés del accio-
nante. Ausente el interés jurídico no puede exis-
tir legitimidad para accionar y la pretensión se
torna inadmisible (conf. CNE, fallos 330/86 y
374/87)".
Tratándose de un partido de distrito que for-
ma parte de un partido nacional, los accionan-
tes deben recurrir a las autoridades nacionales
antes de accionar judicialmente, exigencia que,
de acuerdo con la CNE (fallos 174/64 y 861/89,
entre muchos otros) “tiene por objeto procurar
la solución de diferendos en el propio seno de
la agrupación política y por medio de sus pro-
pios órganos partidarios de conformidad con
las prescripciones de sus cartas orgánicas y res-
ponde al principio de asegurar la estabilidad de
los poderes que ejercitan el gobierno del parti-
do, los que gozan de presunción de legitimidad
en virtud de la carta orgánica vigente” (169).
Pero además, los presentantes deben acre-
ditar un perjuicio concreto y real sufrido y de-
mostrar fehacientemente que se vulneran
derechos subjetivos propios y no fundamentar
sus pretensiones en supuestas violaciones de
principios generales. La invocación de lesiones
genéricas por una supuesta violación de una
norma de una carta orgánica torna el agravio en
abstracto e inidóneo para provocar la tutela ju-
rídica” (170).
(169) CNE, fallo 344/86.
(170) Juzg. Fed. Corrientes, 10/08/2007, “Gustavo A.
Valdez y Rubén A. Cundom”, cit.
78 • Derecho electoral argentino
“El carácter de afiliado de un partido políti-
co solo habilita al accionante para actuar en el
ámbito del partido que integra y ante la justicia
nacional electoral cuando le hayan sido desco-
nocidos los derechos partidarios otorgados por
la carta orgánica partidaria más no para peticio-
nar el control judicial de leyes electorales si no
se demostró en qué modo las normas que im-
pugna afectan sus derechos (…). La parte debe
demostrar la existencia de un interés especial,
directo, sustancial, o sea que los agravios alega-
dos tengan suficiente concreción e inmediatez
para poder procurar tal proceso (fallo 160/2002
CNE)”.
En el fallo 550/88 se dijo que lo que hacía el
denunciante era denunciar la presunta viola-
ción de normas de la CO por parte de las auto-
ridades partidarias, pero no muestra que tales
violaciones le hayan afectado en forma directa
en los derechos subjetivos que el estatuto parti-
dario le otorga.
“Ya señaló en reiteradas oportunidades este
Tribunal que además de agotar la vía partidaria
debe demostrarse, que han sido desconocidos
los derechos subjetivos que le reconoce la CO
al afiliado y especificar cuáles son estos (CNE,
fallos 354/80, 397/80, 394/80, 404/81, 330/86 y
374/87, entre otros)”.
Tal vulneración de derechos subjetivos es la
que ha de dar la medida del interés del accio-
nante. Ausente el interés jurídico no puede exis-
tir legitimidad para accionar y la pretensión se
torna inadmisible (conf. CNE, fallos 330/86 y
374/87).
Como ejemplos de derechos susceptibles de
violación, pueden mencionarse el de elegir y
ser elegido, el derecho a participar de los actos
electorales, asambleas y reuniones de consul-
ta partidaria, el derecho al debido proceso, etc.,
lógicamente supeditados en cuanto a su ejer-
cicio, a la reglamentación respectiva de la Car-
ta Orgánica. “Únicamente entonces la lesión de
estos derechos —lesión que debe ser además,
concreta, actual y personal— habilita la ins-
tancia judicial en los términos del art. 57 de la
ley 23.298”  (171). La lesión debe ser concreta,
(171) CNE, fallo 425/87; 23/07/1987, “Peña, Néstor O. y
otros s/ formulan impugnación Congreso del Partido Jus-

ya que conforme quedara expuesto, no se pue-
de invalidar un acto “sobre la base de agravios
meramente conjeturales y sin que las objecio-
nes formuladas demuestren la existencia de una
situación real definida que haga perceptible el
interés concreto y actual del reclamante, toda
vez que, reiteramos, ausente tal interés concreto
y sustancial en cabeza del accionante, no existe
en realidad un caso o controversia que determi-
ne el ejercicio de la jurisdicción de los tribuna-
les federales (Fallos 301:991)” (172).
“En tanto se procura la declaración de nu-
lidad de actos de organismos partidarios, ella
solo podrá prosperar en cuanto resultare evi-
dente el concreto y sustancial perjuicio que se
habría derivado de dichos actos para los recu-
rrentes, desde que no cabe pronunciar una nu-
lidad por la nulidad misma (CNE, fallos 562/83,
564/83, 626/83 y 641/84). Debe tratarse, obvia-
mente, de un perjuicio directamente derivado
de los actos que se cuestionan y totalmente aje-
no a la voluntad del impugnante (...). Una con-
clusión contraria importaría una nulidad en el
solo beneficio de la ley y en indudable perjuicio
del partido” (173).
Pero no todos los actos partidarios pueden ser
juzgados por la Justicia. Ya hemos dicho en otra
parte de esta obra, que la Cámara Nacional Elec-
toral se ha pronunciado reiteradamente “dis-
tinguiendo en cuanto a las normas orgánicas
partidarias en normas: de fundación o institu-
cionales, referidas a la constitución de los ór-
ganos de gobierno partidario, sus atribuciones,
limitaciones, funcionamiento, etc.; electorales
partidarias, que rigen el cuerpo de afiliados, co-
micios internos, candidaturas, etc.; preceptivas
u obligatorias del juzgamiento de la conducta
humana, que establecen las garantías legales y
constitucionales, que gozan autoridades, candi-
datos, afiliados y ciudadanos. Todas estas nor-
mas se encuentran, por tanto sujetas a control
judicial (CNE, fallos 306/86, 376/87, 379/87 y
573/88) (...). Existen por último las normas de
ticialista del 15/11/1986 s/ apelación - Santa Cruz”.
(172) Ibidem.
(173) CNE, 09/10/1985, “Línea Chubut UCR”, cit.; id.,
25/10/1985, “Partido Intransigente s/ solicitud”, cit.; CNE,
17/04/1989, fallo 715/89.
Gabino Mario Tapia
orientación política o programáticas, que reco-
nocen el pleno status libertatis de los partidos
políticos, desde el grupo ciudadano al vínculo
sociológico de su doctrina común, el conjunto
de principios, valores y creencias o credos afi-
nes; siendo ellas normas de habilitación genéri-
ca dirigidas también a las autoridades orgánicas
partidarias de orientación para la formulación y
realización de una política nacional, cuyos can-
didatos nominarán (fallos citados supra CNE).
En síntesis los actos por esencia políticos, de
orientación y libre funcionamiento de la organi-
zación serán exclusivamente materia decisoria
de los órganos partidarios competentes siendo
irrevisables judicialmente por su contenido po-
lítico. O sea que, respecto de estos actos de go-
bierno, la justicia ejerce únicamente el control
de legalidad en cuanto a la competencia, verifi-
cando que los órganos que dictaron la decisión
sean competentes con jurisdicción atribuida ex-
presamente por la normativa legal y estatutaria
(fallos citados supra CNE)” (174). Y así, en este
pronunciamiento traído a colación, se dijo que
“la inmunidad constitucional de la cual gozan
los legisladores en cuanto a no ser molestados
por las opiniones que manifiesten o votos que
emitan en el ejercicio de sus cargos, no exclu-
ye sin embargo la potestad disciplinaria del par-
tido. Las prerrogativas arriba referidas, no son
otorgadas a los legisladores a título personal,
sino con la finalidad de preservar el equilibrio
de poder del parlamento respecto de los otros
poderes del Estado, asegurando la necesaria in-
dependencia de los legisladores para el ejercicio
de su función. Pero tal inmunidad no alcanza a
la relación entre el legislador, y el partido que
posibilitó su acceso al escaño que ocupa (...)
(conf. fallo 573/88 CNE) (...) razón por la cual
‘no es admisible que la Justicia Electoral, entre
a analizar la procedencia o no de los argumen-
tos políticos que sustentaron la expulsión’ del
partido de un legislador ‘por ser, como se dijo,
ajenos a la órbita jurisdiccional’, de manera que
‘el amparo constitucional a las opiniones de los
legisladores con relación al accionar de los otros
poderes del Estado, cercena las atribuciones de
los órganos competentes del partido al cual per-
tenece el legislador imputado’” (175).
(174) CNE, fallo 902/90.
(175) Ibidem.
PRIMERA PARTE• 79
Ley 23.298 de Partidos Políticos
Por otra parte, no debe dejar de puntualizarse
que no puede haber intervención judicial antes
de que los actos se produzcan. “La normativa
electoral no contempla disposición alguna que
habilite un control de autorización para la con-
vocatoria, reunión, deliberación y decisión de
órganos de gobierno partidario, de manera que
la Justicia Electoral no debe intervenir ab initio
en el libre funcionamiento del partido o en sus
actos políticos internos, especialmente cuando
mediante ellos se está formando opinión en el
mismo y se está operando un proceso de deci-
siones que se encuentra en su primera etapa, o
sea la de iniciativa por proposición y petición,
con los proyectos del temario, para luego, cons-
tituida la reunión, pasar a la etapa de delibera-
ción y debate. Prohibir esta iniciativa, aunque
sea mediante una medida cautelar, importaría
tanto como intervenir o suspender las delibera-
ciones, lesionándose los derechos políticos de
reunión y participación que tiene la asociación
partidaria, en definitiva, clausurar su vida inter-
na y ello no es misión ni función institucional
de la Justicia Electoral” (conf. fallo 72/85, CNE).
Consecuentemente, la instancia podrá recién
habilitarse “cuando a petición de parte o de ofi-
cio deba pronunciarse en causa judicial o por
ejercicio del control que hace a su jurisdicción
contenciosa o voluntaria en ocasión que los ac-
tos político-jurídicos estén conclusos, a fin de
decidir con su declaración la validez o invalidez
de los actos cumplidos y del proceso ocurrido
—no de los inconclusos— determinando la efi-
cacia y justicia de los mismos” (176).
Cuando no se trata de colisión de derechos
de uno o más afiliados con el partido sino de un
conflicto planteado entre dos grupos de afilia-
dos, sin que se haya alegado por parte de ningu-
no de ellos la violación de derechos acordados
por la ley o por la carta orgánica, sin restricción
alguna al derecho de afiliación, el litigio plan-
teado escapa de la esfera tuitiva de la Justicia
Electoral y los sujetos procesales no pueden en-
cuadrarse en ninguna de las hipótesis que au-
toriza la promoción de acciones judiciales por
(176) CNE, fallo 1274/92; Juzg. Fed. Comp. Elect. Nº 1
Capital Federal, 29/11/2007, “Verani, Pablo”, cit.
80 • Derecho electoral argentino
parte de afiliados, por lo que carecen de legiti-
mación para actuar (177).
Los actos de esencia política son exclusiva-
mente materia decisoria de los órganos par-
tidarios competentes, siendo irrevisables
judicialmente por su contenido. En cambio, los
actos jurídicos preceptivos de juzgamiento, me-
diante los cuales se aplican sanciones discipli-
narias en jurisdicción partidaria, son actos que
deben estar reglados expresamente por la nor-
mativa y emanar de órganos decisorios com-
petentes para dictarlos, debiendo observarse
el procedimiento establecido con las garantías
de defensa en juicio en el debido proceso; ra-
zón por la cual devienen revisables por la jus-
ticia (CNE, 18/09/1992, “González, Antonio E. y
otro s/ nulidad resolución del Partido Demócra-
ta Cristiano”, JA 1993-IV-524, Lexis 2/5985; Le-
xisNexis sums. del 03/08/2004).
Pero, como bien dice el fallo citado preceden-
temente, existen cuestiones que no pueden ser
discutidas ante los tribunales de justicia. “Los
poderes del Estado —entre ellos el judicial—
tienen límites para evaluar las decisiones de los
partidos políticos, cuyo ‘ámbito de reserva’ am-
para las opciones de eminente contenido polí-
tico y encuentra una de sus formulaciones más
claras en los arts. 1º y 21 de la ley 23.298, con los
que se garantiza la autodeterminación y gestión
de este especial tipo de asociaciones” (178).
“No compete conocer a la Justicia Electoral
sobre el alcance que una agrupación política
atribuye a la observación y respeto de los prin-
cipios doctrinarios que determinan su actua-
ción y la disciplina partidaria, según lo tiene
reiteradamente dicho el Tribunal. Este régimen
partidario autónomo que les reserva el status
libertatis en su vida interna ha sido consagra-
do explícitamente por el nuevo art. 38 de la CN,
que los considera instituciones fundamentales
del sistema democrático al reconocerles aque-
llos derechos políticos y garantías con arreglo al
principio de la soberanía popular. El principio
de regularidad funcional le exige a los órganos
jurisdiccionales ser especialmente prudentes al
(177) CNE, 09/02/1990; “Integrantes Bloque de Conce-
jales UCR Tres de Febrero”, cit.
(178) CNE, fallo 2768/00, p. 131.

intervenir en el ámbito de reserva de las agru-
paciones políticas, de modo de no lesionar su
régimen de funcionamiento y en consecuencia
dañar el substrato de representatividad de sus
dirigentes” (179).
“Los actos de las autoridades partidarias ju-
dicialmente reconocidas se presumen legítimos
mientras una sentencia judicial pasada en auto-
ridad de cosa juzgada no declare su invalidez.
Ello encuentra fundamento en el denominado
principio de ‹regularidad funcional›, que persi-
gue como primer objetivo, la mayor eficacia del
sistema orgánico interno de las agrupaciones,
sobre la base del respeto irrestricto a la expre-
sión de la voluntad soberana del partido, con-
forme al orden normativo de este”  (180). “La
vida institucional interna de los partidos políti-
cos, esencialmente dinámica, se caracteriza por
la adopción de decisiones que a menudo son
consecuencia las unas de las otras y requieren
necesariamente, por ello, de la estabilidad jurí-
dica de las que constituyen su antecedente. La
seguridad que resulta de situaciones jurídica-
mente consolidadas reviste, por tanto, particu-
lar relevancia en este aspecto y no puede quedar
indefinidamente en suspenso” (181).
Agotamiento de la vía partidaria. Pero la ley
exige, además, un segundo requisito de vital im-
portancia para viabilizar las quejas y cuestiona-
mientos de los afiliados, requisito con el que ha
querido agotar la posibilidad de que “los trapi-
tos se laven primero en casa”, dejando la inter-
vención judicial para aquellos casos en los que
el recurso interno se encuentre agotado o se
presuma innecesario, por tenerse certeza de su
resultado.
“El agotamiento de la vía partidaria constituye
un requisito de cumplimiento ineludible para
que la Justicia Electoral quede habilitada para
resolver la cuestión traída a su conocimiento.
Este requisito tiene por objeto provocar la solu-
ción de los diferendos en el seno de las agrupa-
ciones políticas, reservándose la intervención
de la Justicia como última ratio” (182).
(179) CNE, fallo 2768, p. 131.
(180) CNE, fallo 3887/07, p. 335.
(181) CNE, fallo 2859/01, p. 138.
(182) CNE, fallo 2820/00, p. 136).
Gabino Mario Tapia
El agotamiento de la vía partidaria debe acre-
ditarse en la demanda, ya que es una condición
de admisibilidad de la acción, aunque si fuere
cuestionada el juez la resolverá en la sentencia
definitiva (art. 57, párrafo 2º).
“Constituyen una excepción al requisito de
agotar la vía partidaria los casos en que el con-
flicto esté referido a los órganos máximos y no
pueda ser resuelto por estos, lo cual ocurre, en
particular, cuando tal exigencia conduciría a
que fuera el propio órgano cuestionado en su
composición el encargado de decidir la impug-
nación, en tanto su imparcialidad para resolver
tal cuestión se halla absolutamente comprome-
tida” (183).
Pero, reiteramos, “para actuar ante la Justicia
Electoral el afiliado no debe solamente acredi-
tar haber agotado la vía partidaria sino que debe
demostrar, además, que le han sido desconoci-
dos los derechos subjetivos que le otorga la Car-
ta Orgánica y especificar cuáles son estos” (184).
Es que “tal vulneración de derechos subjetivos
asegurados al afiliado por la Carta Orgánica es
lo que ha de dar la medida del interés del ac-
tuante y, por ende, de su legitimación. Ausente
el interés jurídico, no puede existir legitimidad
para accionar y la pretensión se torna inadmi-
sible (conf. CNE, fallos 330/86 y 374/87)” (185).
La instancia partidaria se agota formulando
las intimaciones o planteando los recursos que
correspondan ante las propias autoridades que
decidieron o, si las hubiere, las superiores que
fueran competentes.
El sistema de la ley 23.298 está enderezado a
asegurar la protección de los derechos de los afi-
liados frente a las autoridades partidarias, cuan-
do son vulnerados los derechos otorgados por la
ley o por la carta orgánica y están agotadas las
instancias partidarias (186).
(183) CNE, fallo 2790/00, p. 133).
(184) CNE, 23/07/1987, “Peña, Néstor O.”, cit.; id., “Tis-
sembaum, Isaac y Riso, Gustavo L.”.
(185) CNE, fallo 425/87; “Peña, Néstor O.”, cit.
(186) CNE, 09/02/1990; “Integrantes Bloque Conce-
jales UCR Tres de Febrero”, cit.
PRIMERA PARTE• 81
Ley 23.298 de Partidos Políticos
Excepciones previas. Dice la segunda parte
de la norma que comentamos, que los derechos
de la Carta Orgánica que hayan sido descono-
cidos y el agotamiento de la vía partidaria, no
podrán ser objeto de excepciones previas, de
manera que estas defensas deben sustanciarse
durante el proceso y resueltas en la sentencia.
Casuística. Tratar de hacer una casuística de-
tallada de situaciones que han dado lugar a la
nulidad impetrada o a su rechazo, resultaría una
tarea inacabable y por otra parte estéril, toda
vez que serán las circunstancias de cada caso
las que determinen o no la procedencia del pe-
dido. De cualquier manera, podemos citar algu-
nos ejemplos.
“Si los padrones no fueron exhibidos o lo fue-
ron tardíamente, tal anomalía quedaba evi-
denciada por sí misma en su momento; y si, en
cambio, lo fueron en término, toda otra irregu-
laridad que hubiera podido existir debía nece-
sariamente quedar entonces en evidencia para
quien los consultara. En cualquiera de esos su-
puestos, las impugnaciones u observaciones de-
bieron efectuarse, por quienes tuvieran derecho
a hacerlo, en las oportunidades legales señala-
das, es decir, antes de las elecciones, por lo que
las que aquí se formulan, cumplido el proceso
electoral, resultan extemporáneas y son, por
ende, improcedentes” (187).
“Adolece de falta de precisión si no se dice que
concreta irregularidad habría existido en el pa-
drón y de qué manera ella habría afectado los
derechos subjetivos del demandante” (188).
“Conforme con la doctrina de fallos 374/87,
364/87, 410/87 y 422/87, únicamente quienes
puedan invocar la lesión a un derecho subjeti-
vo a la representación política conferido por la
carta orgánica, por haber sido indebidamente
excluidos como delegados, se encuentran habi-
litados para requerir la tutela judicial contra la
decisión que los afecta, sin que nada autorice a
otros a subrogarse en sus derechos a ejercitar las
correspondientes acciones” (189).
(187) CNE, 26/02/1985, fallo 80/85.
(188) CNE, 24/02/1988, fallo 541/88.
(189) CNE, 06/04/1988, fallo 557/87.
82 • Derecho electoral argentino
“El retiro de la asamblea importa la declina-
ción de las facultades de participación y control
que, en los órganos deliberativos, compete a las
minorías (conf. CNE, fallos 595/83 y 422/87),
siendo en consecuencia improcedente toda
pretensión de modificar judicialmente lo deci-
dido en su deliberada ausencia” (190).
Art. 58.- La personería se acreditará me-
diante copia autenticada del acta de elección
o designación de las autoridades o apodera-
dos, o por poder otorgado ante escribano pú-
blico o por acta-poder extendida por ante la
Secretaría Electoral.
Acreditación de la personería. Ya nos hemos
referido a la cuestión que resuelve esta norma.
El partido político actúa a través de su repre-
sentante natural —su presidente— o por medio
de quien haya sido designado apoderado de la
agrupación, circunstancias que se acreditan, ya
con una copia autenticada del acta de designa-
ción de autoridades o del apoderado (si se en-
cuentra volcada al libro de actas rubricado por
el juzgado es suficiente con acompañarlo ad-
juntando una copia simple) o, en este último
caso, mediante el otorgamiento de un poder
ante escribano público, aunque la ley también
prevé la posibilidad de que se otorgue un acta-
poder ante la secretaría Electoral, supuesto en el
cual el presidente del partido deberá compare-
cer ante la Secretaría a confeccionarla.
Art. 59.- Ante la justicia federal con compe-
tencia electoral se podrá actuar con patroci-
nio letrado.
Los tribunales de primera y segunda instan-
cia podrán exigir el patrocinio letrado cuan-
do lo consideren necesario para la buena
marcha del proceso.
Patrocinio letrado. No es necesario el patro-
cinio letrado para actuar ante la justicia federal
con competencia electoral, aunque el tribunal
puede exigirlo cuando lo considere necesario
para la buena marcha del proceso.
Art. 60.- Las actuaciones ante la justicia
federal con competencia electoral se trami-
tarán en papel simple, y las publicaciones dis-
(190) Ibidem.

puestas por ella en el Boletín Oficial, serán sin
cargo.
Gratuidad de los trámites y procesos. La gra-
tuidad que consagra este artículo tiene por ob-
jeto asegurar el acceso irrestricto a la Justicia. Al
amparo de este principio, sin embargo se han
deslizado algunas aventuras judiciales, por lo
que al menos debería contemplarse la posibili-
dad de que el juez pueda disponer, en tales ca-
sos, la aplicación de costas. Es cierto que la ley
nada dice en relación con esta materia, pero lo
cierto es que, en la práctica, no suele ni plan-
tearse ni aplicarse.
También podría distinguirse, a estos fines, en-
tre las actuaciones contenciosas y las que se en-
cuentren referidas al reconocimiento partidario.
CAPÍTULO II
Procedimiento para el reconocimiento de
la personalidad
Art. 61.- El partido en constitución que soli-
citare reconocimiento de su personalidad, de-
berá acreditar la autenticidad de las firmas y
demás documentación mediante certificación
de escribano o funcionario público compe-
tente; en su defecto el juez federal con compe-
tencia electoral verificará dicha autenticidad
arbitrando los medios idóneos a ese fin.
Proceso de reconocimiento. “El proceso de
reconocimiento de la personalidad jurídico-po-
lítica es de naturaleza voluntaria. Es originado
por el propio interés de un grupo de ciudadanos
asociados políticamente (art. 1º, ley 23.298) que
pretende acceder a la categoría legal de partido
político (art. 3º, ley cit.). En este proceso el Mi-
nisterio Público asume una función fiscalizado-
ra, sin revestir el carácter de parte (arts. 7º y 12
de la ley 19.108 en lo pertinente). Dicha natura-
leza ya se encuentra señalada en el mismo cuer-
po de la ley Orgánica de los Partidos Políticos,
la que en sus caps. II y III del tít. VII distingue
al proceso de reconocimiento de personalidad
del proceso contencioso, estableciendo ciertas
pautas procesales especiales para el primero de
ellos” (191).
(191) CNE, fallo 898/90.
Gabino Mario Tapia
La agrupación que procure su reconocimien-
to deberá presentarse por medio de apoderado
y formular la solicitud correspondiente, acom-
pañando los elementos exigidos por el art. 7º de
la ley. Las firmas de los instrumentos respecti-
vos deben estar certificadas por escribano pú-
blico “o funcionario público competente”. Sin
embargo, la parte final del artículo expresa que
si este requisito no estuviere cumplido “el juez
verificará dicha autenticidad arbitrando los me-
dios idóneos a ese fin”, que no sería otro que el
de hacer comparecer a los firmantes personal-
mente al juzgado a ratificar sus firmas.
Remitimos a lo dicho en ocasión de comentar
los arts. 7º y 7 bis de la ley.
Art. 62.- Cumplidos los requisitos a que se
refiere el artículo anterior y vencidos los tér-
minos de notificación y publicación dispuesta
por el art. 34, el juez federal con competencia
electoral convocará a una audiencia dentro
de los diez (10) días hábiles siguientes, al pro-
curador fiscal federal y a los apoderados de
los partidos reconocidos o en formación del
distrito de su jurisdicción, así como a los de
otros distritos, que se hubieren presentado in-
vocando un interés legítimo.
En ese comparendo verbal, podrán for-
mularse observaciones exclusivamente con
respecto a la falta de cumplimiento de las
condiciones y requisitos exigidos por ley o re-
ferentes al derecho, registro o uso del nom-
bre partidario propuesto, debiendo concurrir
quien la formulare con la prueba en que se
funde, sin perjuicio de la intervención del mi-
nisterio público por vía de dictamen.
Los comparecientes a la audiencia antes in-
dicada, podrán apelar.
Audiencia. La ley habla del art. 34 pero debe
entenderse que la referencia es al art. 14. El art.
34 se refiere a los medios de prueba admisibles
para acreditar la residencia de los candidatos.
El 14, en cambio, dispone la publicación en el
Boletín Oficial, por tres días, del nombre elegido
por la nueva entidad. Agrega que “los partidos
reconocidos o en constitución podrán contro-
lar y oponerse al reconocimiento del derecho
al nombre con anterioridad a que el juez fede-
ral con competencia electoral resuelva en defi-
PRIMERA PARTE• 83
Ley 23.298 de Partidos Políticos
nitiva o en el acto de la audiencia establecida en
esta ley, con cuya comparecencia tendrán el de-
recho de apelar”.
Los citados a esa audiencia podrán formular
en ella observaciones referidas exclusivamen-
te a la falta de cumplimiento de las exigencias
legales o referidas al nombre propuesto. Quien
dedujere oposición o formule reparos, debe
concurrir a la audiencia con las pruebas de que
intente valerse. El fiscal puede emitir dictamen.
La apelación contra la decisión que finalmen-
te recaiga, solo podrá ser deducida por quienes
hayan comparecido a la audiencia.
Art. 63.- El juez federal con competencia
electoral, cumplidos los trámites necesarios,
procederá mediante auto fundado y dentro de
los diez (10) días hábiles, a conceder o dene-
gar la personalidad solicitada.
Concedido el reconocimiento, ordenará pu-
blicar en el Boletín Oficial, por un (1) día el
auto respectivo y la carta orgánica del parti-
do.
Sentencia. Cumplidos todos los trámites pre-
vistos en la ley, el juez dictará “auto fundado”
concediendo o denegando la personalidad soli-
citada. En el primero de los supuestos, ordenará
la publicación gratuita por un día, en el Bole-
tín Oficial, de dicho auto y de la carta orgánica
del partido. Ese “auto fundado” no es, ni más ni
menos, una sentencia, que producirá todos los
efectos de la cosa juzgada. No inhibe este con-
cepto el hecho de que, con posterioridad al reco-
nocimiento, este último sea revocado por haber
incurrido el partido en alguna de las causas de
caducidad, ya que precisamente esta última re-
querirá de una nueva sentencia decidiéndola.
Tampoco cabría distinguir entre las causas de la
denegatoria ya que la sentencia se dictará una
vez cumplidos los “trámites necesarios”.
Art. 64.- De toda resolución definitiva o que
decida artículo, las partes interesadas, y el
procurador fiscal federal, podrán apelar den-
tro del término de cinco (5) días hábiles por
ante la Cámara Nacional Electoral.
Este recurso se concederá en relación y a los
efectos regulados en los artículos siguientes.
84 • Derecho electoral argentino
Apelaciones. Las resoluciones judiciales de
primera instancia dictadas en el proceso de re-
conocimiento y resuelvan cuestiones de fondo,
son susceptibles de apelación dentro de los cin-
co (5) días de su notificación por cédula o por
nota, ante la Cámara Nacional Electoral. El re-
curso se concederá en relación y al igual que en
el procedimiento contencioso, al solo efecto de-
volutivo, de manera que el pronunciamiento se
cumple hasta tanto no sea modificado por el Su-
perior. Esta regla tiene una excepción: cuando el
cumplimiento de la sentencia pudiere causar un
perjuicio irreparable, el recurso será concedido
en ambos efectos.
El recurso debe ser presentado ante el juez de
primera instancia, pero la ley nada dice acerca
del momento en que debe ser fundado, motivo
por el cual podrán expresarse los agravios en el
mismo escrito en el que se interpone, o dentro
de los cinco (5) días de concedido el recurso.
CAPÍTULO III
Del procedimiento contencioso
Primera instancia
Art. 65.- Iniciada la causa se correrá trasla-
do a los interesados por cinco (5) días hábiles.
Vencido el término, el juez federal con compe-
tencia electoral convocará a una audiencia
dentro de los cinco (5) días hábiles, bajo aper-
cibimiento de celebrarse con la parte que con-
curra, debiendo expedirse en el plazo de diez
(10) días hábiles de realizada esta. La incom-
petencia o la falta de personería del represen-
tante deberá resolverse previamente.
El procurador fiscal federal dictaminará en
la audiencia o dentro de los tres (3) días hábi-
les de celebrada aquella.
Los términos establecidos por esta ley son
perentorios. La justicia federal con competen-
cia electoral podrá abreviarlos cuando sea
justificado el apremio.
El proceso contencioso. Acción específica
vs. acción de amparo. Ante la violación de al-
gún derecho reconocido por la Carta Orgáni-
ca o por la Constitución Nacional, los afiliados
pueden, previo agotamiento de la vía partida-

ria, atacar las decisiones orgánicas y recurrir a
la Justicia.
La vía para hacerlo es la que señala la norma
que comentamos, siendo frecuente el error de
acudir a la Justicia por la vía del recurso de am-
paro. La Cámara Nacional Electoral tiene dicho
en forma reiterada que, “toda vez que existe un
trámite específico —en el caso el previsto por el
art. 65 de la ley 23.298— para obtener la protec-
ción del derecho que se estima conculcado, no
resultan idóneos a ese efecto los procedimien-
tos reglados por la ley 16.986 y por el art. 31 del
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación,
en atención a lo dispuesto en el art. 2º inc. a) de
aquella y en el inc. 2º in fine del citado art. 321
del Código Procesal” (192).
Es que el art. 43 de la CN supedita la viabili-
dad del amparo a que “no exista otro medio ju-
dicial más idóneo”, de manera que si existe otra
vía procesal más adecuada para tutelar el dere-
cho cuestionado de acuerdo con las particulari-
dades de la litis, esta es la que deberá seguirse.
Pero si los otros caminos procesales son menos
idóneos o iguales que el amparo, el afectado po-
drá optar entre plantear este o acudir a aquellos,
con lo que —en estos supuestos— el amparo
cumple el rol de vía alternativa y no subsidia-
ria (193).
No es, sin embargo, el actor quien debe de-
mostrar que no hay otra vía judicial más idónea,
sino el juez de la causa (conf. CNE, fallo 2807/00
y sus citas), por lo cual, la interposición errónea
no será motivo de un rechazo in limine, sino en
todo caso de una adecuación del proceso al que
realmente el juez entienda procedente. Es que a
la luz del nuevo texto constitucional debe valo-
rarse en el caso concreto si los procedimientos
específicos de la ley 23.298 son o no más ade-
cuados que los de la ley 16.986 para la tutela del
derecho constitucional y político de que se tra-
te, toda vez que dicho texto establece que “toda
persona podrá interponer acción expedita y rá-
pida de amparo siempre que no exista otro re-
(192) CNE, fallos 287/86, 368/67, 622/88 y 641/88, en-
tre muchos otros.
(193) Conf., Sagüés, “Amparo, hábeas data y hábeas
corpus en la reforma constitucional”, LA LEY 1994-D,
1151; CNCiv., sala L, 06/10/1995, res. 186.938 y sala A,
15/03/1996, LA LEY 1996-D, 265.
Gabino Mario Tapia
medio judicial más idóneo (conf. fallo 1824/95
CNE), criterio que fue mantenido con posterio-
ridad (conf. fallo 2807/00 CNE)” (194).
Pero salvo esos casos de excepción, la vía que
debe seguirse es la establecida en el art. 65 de
la ley comentada, que ningún perjuicio irroga a
las partes en tanto faculta a los magistrados, en
caso de necesidad y urgencia, a abreviar los tér-
minos procesales, “por directa receptación de
los principios procesales de inmediación, con-
centración y celeridad (conf. CNE, fallos 331/86,
1035/91, 1932/95 y 3420/05)” (195).
Es que, “si bien es cierto que la nueva norma
constitucional amplía el instituto del amparo,
en cuanto autoriza, por ejemplo la declaración
de inconstitucionalidad de leyes, no importa
ello dar por tierra con los procedimientos es-
pecíficos establecidos para la tutela de deter-
minados derechos, como en el caso el régimen
procesal instituido por la ley 23.298 para todo
lo referente al contralor de la vigencia efectiva
de los derechos, atributos, poderes, garantías
y obligaciones que dicha ley regla con respec-
to a los partidos, sus autoridades, candidatos,
afiliados y ciudadanos en general, por lo que
debe valorarse en el caso concreto si los proce-
dimientos específicos de dicha ley 23.298 son o
no más adecuados que los de la ley 16.986 para
la protección de los derechos de que se trate. La
nueva norma constitucional no puede ser inter-
pretada entonces, de forma que importe en los
hechos sustituir los procedimientos específicos
previstos por la ley orgánica de los partidos po-
líticos 23.298 por la utilización indiscriminada
del amparo, sin que se haya demostrado, en el
caso concreto, que no son dichos procedimien-
tos específicos los más idóneos para la protec-
ción del derecho cuya tutela se procura (CNE,
fallos 1824/95 y 1840/95” (196).
De la demanda, que debe cumplir las exi-
gencias del Código Procesal Civil y Comercial
(194) CNE, 03/04/2003, “Pérez, Adrián - Partido Afir-
mación para una República Igualitaria - orden nacional
s/ presentación”, fallo 3103/2003.
(195) Juzg. Fed. Comp. Elect. Distrito Río Negro,
16/07/2007, “Unión Cívica Radical s/ interpone acción
de amparo con pedido de medida cautelar”.
(196) Juzg. Fed. Comp. Elect. Buenos Aires, 14/09/2007,
“Cremaschi, Gustavo s/ interpone acción de amparo”.
PRIMERA PARTE• 85
Ley 23.298 de Partidos Políticos
en cuanto a la relación de los hechos, mención
del derecho conculcado, ofrecimiento de prue-
ba, fundamentación y petición concreta, se dará
traslado a la parte contraria (Partido) por el tér-
mino de cinco días hábiles que el juez, excepcio-
nalmente y por razones fundadas puede reducir
sin afectar, por supuesto, el derecho de defensa.
La contestación de la demanda, también debe
ajustarse a las exigencias del Código Procesal,
en cuanto debe negar expresamente las viola-
ciones imputadas, ofrecer, prueba, etc., pero
puede afirmarse que el partido tiene a su favor
el principio de regularidad funcional conforme
al cual sus actos gozan de una presunción de le-
gitimidad que el demandante debe destruir.
Es evidente que la ley ha querido remarcar la
necesidad de un proceso ágil, disponiendo que,
vencido el plazo para contestar la demanda, el
juez debe fijar una audiencia casi inmediata
—dentro de los cinco (5) días hábiles—. La asis-
tencia a esta audiencia no es obligatoria y se ce-
lebrará con las partes que asistan. Ahora bien
¿cuál es su objeto? En la práctica funciona como
una reunión en la que se invita a las partes a al-
canzar alguna fórmula transaccional, iniciativa
que, en caso de no prosperar, dará lugar a que
las partes aleguen acerca de las pruebas rendi-
das durante el proceso o traten de reforzar, de
alguna manera, sus fundamentos.
El tribunal puede prescindir de llevar a cabo
esta audiencia cuando las circunstancias así
lo aconsejen y en la medida que con ello no se
afecte el derecho de defensa de las partes, lo que
no ocurriría si han sido oídas en las instancias
pertinentes  (197). Puede ocurrir, por ejemplo,
que se trate de cuestiones que deben resolverse
estando avanzado el proceso electoral, en cuyo
caso la perentoriedad de los plazos y los princi-
pios de celeridad y economía procesal pueden
llevar al juez al convencimiento de la innece-
sariedad o inconveniencia de celebrar una au-
diencia que, en rigor de verdad, no tiene una
finalidad muy clara (198).
(197) Conf. CNE Fallo 898/90; Juzg. Fed. Comp. Elect.
Capital Federal, 13/08/2007, “Verani, Pablo y otros s/ nu-
lidad”.
(198) Ibidem.
86 • Derecho electoral argentino
En idénticas circunstancias de urgencia, el
juez se encuentra facultado para abreviar los
plazos procesales. Así, se ha dicho que “atento
a lo exiguo e inminente de los plazos del crono-
grama electoral vigente (...) corresponde hacer
saber a las partes que las presentes actuaciones
tramitarán con la abreviación de términos que
autoriza el art. 65 de la ley 23.298” (199).
Segunda instancia
Art. 66.- De toda sentencia o resolución de-
finitiva o que decida artículo podrá apelarse
dentro del plazo de cinco (5) días hábiles, por
ante la Cámara Nacional Electoral, excep-
to en el caso previsto por el art. 61 del Código
Electoral Nacional.
La apelación se concederá en relación y al
solo efecto devolutivo, salvo cuando el cum-
plimiento de la sentencia pudiera ocasionar
un perjuicio irreparable, en cuyo caso será
concedida en ambos efectos. El recurso de
apelación comprende al de nulidad.
Art. 67.- El recurso de apelación será sus-
tanciado ante el juez federal con competencia
electoral, y del memorial que lo funde se dará
traslado a la apelada por cinco (5) días.
Al interponerse el recurso ante el juez fe-
deral con competencia electoral, las partes
interesadas constituirán domicilio en juris-
dicción de la Capital Federal. En su defecto,
la Cámara Nacional Electoral podrá intimar
a hacerlo dentro de los cinco (5) días hábiles
bajo apercibimiento de tenerlo por constitui-
do en sus estrados.
Art. 68.- Recibidos los autos, la Cámara
como medida para mejor proveer, podrá dis-
poner la recepción de pruebas no rendidas en
primera instancia u otras diligencias proba-
torias, así como comparendos verbales.
Producidas las pruebas o efectuado el com-
parendo verbal, en su caso, se correrá vista al
procurador fiscal federal de segunda instan-
cia. Agregado el dictamen fiscal pasarán los
autos al acuerdo para dictar sentencia.
(199) Juzg. Fed. Comp. Elect. Capital Federal,
08/08/2007, “Pico, Vicente y otros c. UCR s/ orden nacio-
nal”.

Art. 69.- El término para interponer recurso
de queja por apelación denegada será de cin-
co (5) días.
La aclaratoria de la sentencia definitiva po-
drá interponerse, en ambas instancias dentro
de las veinticuatro (24) horas de la notifica-
ción y deberá ser resuelta en primera instan-
cia, dentro de las cuarenta y ocho (48) horas.
La interposición de la aclaratoria interrum-
pirá el término para la apelación.
Art. 70.- Declarada la nulidad de una sen-
tencia o resolución definitiva que decida ar-
tículo, la Cámara dispondrá que los autos
pasen al subrogante legal, para que dicte nue-
vo pronunciamiento ajustado a derecho.
Art. 71.- Supletoriamente regirá el Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación, sien-
do deber de los órganos judiciales acentuar la
vigencia de los principios procesales de inme-
diación, concentración y celeridad.
Procedimiento en segunda instancia. Consi-
deramos conveniente analizar en forma conjun-
ta todas las normas referidas al procedimiento
en segunda instancia que, en rigor, no difieren
de las que rigen en el proceso civil. Sin embar-
go, debe destacarse que, para el caso de los re-
cursos interpuestos contra resoluciones de los
jueces del interior del país, deberá constituirse
domicilio dentro del radio de la Ciudad Autó-
noma de Buenos Aires, donde la Cámara tiene
su asiento. En su defecto, el Tribunal intimará a
que se subsane el defecto dentro de los cinco (5)
días, bajo apercibimiento de tener por constitui-
do el domicilio en sus estrados (art. 67, segundo
párrafo).
Toda sentencia o resolución definitiva o que
decida cuestiones de fondo dictadas por los jue-
ces federales con competencia electoral, son re-
curribles dentro de los cinco (5) días de haber
sido notificadas, entendiendo en el recurso res-
pectivo la Cámara Nacional Electoral. La única
excepción al plazo indicado, es el de las decisio-
nes que se adopten en relación a la oficializa-
ción de candidatos, supuesto en el cual el plazo
para apelar, conforme dispone el art. 61 del Có-
digo Electoral Nacional, es de cuarenta y ocho
(48) horas (art. 66, primer párrafo). Las partes
podrán también, en caso de considerar oscu-
Gabino Mario Tapia
ra la sentencia o resolución dictada, interponer
dentro de las 24 horas recurso de aclaratoria, el
cual deberá ser resuelto dentro de las 48 horas
siguientes, debiendo destacarse que dicha in-
terposición interrumpe el término para apelar
(art. 69, segundo párrafo).
El recurso de apelación debe ser interpuesto
ante el propio juez que dictó la resolución que
se ataca y fundarse ante él, en el acto de la ape-
lación o dentro de los cinco (5) días siguientes a
los de concesión del recurso, toda vez que este
se concederá “en relación”, conforme dispone la
segunda parte del art. 66. El juez, previo traslado
por cinco (5) días a la parte contraria, elevará las
actuaciones al Superior (art. 67, primer párrafo).
Debe tenerse presente que las resoluciones de
primera instancia, hasta tanto no sean revoca-
das, se cumplirán, toda vez que los recursos de-
ben concederse al solo efecto devolutivo, “salvo
cuando el cumplimiento de la sentencia recu-
rrida pueda ocasionar un perjuicio irreparable,
en cuyo caso será concedido en ambos efectos”
(art. 66, segundo párrafo). Por otro lado, el re-
curso de apelación comprende el de nulidad
(id.), de manera que no es necesario interponer
este último por separado y argumentarse sobre
la nulidad del pronunciamiento recurrido en el
memorial que se presente.
Una vez recibidas las actuaciones, la Cámara
podrá, como medida para mejor proveer, dispo-
ner la celebración de audiencias o la recepción
de pruebas que hubieren sido denegadas o no
producidas en primera instancia o el diligencia-
miento de otras que entienda conducentes para
la adecuada solución de la litis (art. 68, primer
párrafo).
Cumplido ello, se correrá vista al fiscal de se-
gunda instancia (que en el ámbito de la Ciudad
de Buenos Aires es el mismo que el de prime-
ra) con cuyo dictamen el expediente queda-
rá en condiciones de ser resuelto (art. 68, 2do.
párrafo). Si la sentencia del Superior declara la
nulidad de la resolución o sentencia recurrida,
la Cámara decidirá que las actuaciones pasen al
subrogante legal para que dicte nuevo pronun-
ciamiento de acuerdo a derecho (art. 70) a me-
nos que considere oportuno pronunciarse sobre
el fondo del asunto cuando las circunstancias
así lo aconsejen. Si el pronunciamiento del Su-
PRIMERA PARTE• 87
Ley 23.298 de Partidos Políticos
perior se juzgare oscuro, podrá interponerse re-
curso de aclaratoria dentro de las 24 horas (art.
69, segundo párrafo).
Cabe tener presente, finalmente, que en to-
das las cuestiones procesales regirán en forma
supletoria, las disposiciones del Código Proce-
sal Civil y Comercial de la Nación (art. 71), y que
en caso de que se deniegue el recurso de apela-
ción, la parte afectada podrá interponer recurso
de queja dentro de los cinco (5) días siguientes
al rechazo (art. 69, primer párrafo).
TÍTULO VIII
Disposiciones generales
Art. 72.- Quedan derogadas las leyes de fac-
to 22.627 y 22.734 y la ley 23.048.
Art. 73.- Los gastos que demande el cum-
plimiento de la presente ley se tomarán de
“Rentas Generales”, con imputación a la mis-
ma.
Art. 74.- El Poder Ejecutivo nacional exten-
derá al Ministerio del Interior los beneficios
que en concepto de franquicias prevé el art. 46
con cargo al “Fondo Partidario Permanente”.
88 • Derecho electoral argentino
Art. 75.- Los partidos políticos de distrito o
nacionales y las confederaciones definitiva-
mente reconocidos en virtud de las normas
aplicables hasta la entrada en vigencia de la
presente ley, mantendrán su personería jurí-
dico-política bajo condición de cumplir los re-
quisitos exigidos por esta ley en el plazo de un
(1) año a partir de su vigencia.
Art. 76.- Por esta única vez todos los trámi-
tes establecidos por la presente ley a los efec-
tos del reconocimiento de partidos políticos o
sus alianzas podrán cumplirse hasta cincuen-
ta (50) días antes de la fecha de realización de
los primeros comicios nacionales.
TÍTULO IX
Cláusula transitoria
Art. 77.- El subsidio previsto en el art. 46, se
acuerda también a los partidos reconocidos,
con referencia a la campaña para la próxima
elección del 3 de noviembre de 1985, sin per-
juicio de lo dispuesto en el art. 5 de esta ley.
Art. 78.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
SEGUNDA PARTE
Ley 26.571 de Democratización
de la Representación Política,
la Transparencia y la Equidad
Electoral comentada
(Sanc. 02/12/2009; promul. parcial. 11/12/2009)
A modo de aclaración
La primera parte de esta obra estuvo dedicada
a comentar la Ley Orgánica de los Partidos Polí-
ticos Nacionales vigente en nuestro país, con las
reformas que le introdujo, a su articulado tradi-
cional, la ley 26.571.
Esta nueva ley, sin embargo, no se detuvo en
la simple modificación de ciertas disposiciones
de su predecesora, sino que avanzó con un nue-
vo sistema obligatorio para todos los partidos
políticos y para todos los ciudadanos, de mane-
ra que los candidatos a todas las representacio-
nes públicas nacionales de surjan de una sola
compulsa a realizarse el mismo día y en forma
simultánea.
Amén de ello, modificó también disposicio-
nes que hacen al financiamiento de los partidos
políticos y a algunas disposiciones del Código
Electoral Nacional a las que en todo caso nos
referiremos aunque mal no sea brevemente a
modo de síntesis en una tercera parte, tanto
como para no dejar por un lado la sensación de
una obra trunca, pero también con el propósito
de esclarecer algunos conceptos relativos a ella
que nos parecen de sustancial importancia para
la vida de los partidos políticos y de la democra-
cia representativa en nuestro país.
Esta nueva ley —26.571— dejó abierta una in-
vitación a las provincias a adherir a su fecha —si
lo consideraban oportuno y obviamente para la
elección de sus candidaturas provinciales y lo-
cales— de manera de decidir en un solo acto la
totalidad de las representaciones a representa-
ciones públicas, quedando en claro que la invi-
tación estaba referida, repetimos, a la adhesión
a la fecha de celebración de los comicios y no al
régimen en sí mismo, con el que cada estamen-
to provincial puede discrepar.
La provincia de Buenos Aires, ni lenta ni pe-
rezosa, y porque entendió que en ello iba gran
parte de un eventual éxito electoral en el distri-
to con posibilidades ciertas de arrastre al mis-
mo destino al éxito a nivel nacional, no tardó
en dictar la ley 14.086 que si bien adhirió a la
simultaneidad pedida de alguna manera por el
gobierno nacional, lo hizo sancionando un ré-
gimen que discrepa en no pocos aspectos con
la ley nacional.
En nuestra opinión, generó así un panorama
que se nos ocurre caótico —o al menos harto
confuso— y que tan solo habrá de verse mitiga-
do por la preponderancia que en una compulsa
de estas características habrán de tener algunas
de las normas federales sancionadas, con pree-
minencia sobre las locales.
La oportunidad, sin embargo, nos pareció
ideal para comparar ambos regímenes —nacio-
nal y provincial en la medida de lo posible— a
fin de marcar las diferencias y de reunir en una
sola obra los comentarios a dos leyes de igual
trascendencia institucional, pero que, por lo ge-
neral, dejan relegado el estudio de la normativa
que rige en el principal estado provincial argen-
tino, pese a su enorme trascendencia electoral.
Habíamos pensado hacerlo en paralelo, pero se
SEGUNDA PARTE• 91
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
nos ocurrió después que podría no contribuir
a la claridad de los conceptos y preferimos, en-
tonces, brindarle un trato separado, aunque con
las necesarias referencias, con lo que pensamos
que el texto va a ganar en comprensión y clari-
dad.
Con estas prevenciones, entonces, nos abo-
camos al análisis de las disposiciones que se
refieren directamente a la nueva forma de se-
leccionar a los candidatos a representaciones
públicas de todas las agrupaciones nacionales,
quedando entendido, por supuesto, que las aquí
no comentadas ya lo fueron al analizar la ley
23.298 o serán brevemente tratadas al referirnos
al financiamiento de los partidos políticos o a
las modificaciones introducidas al Código Elec-
toral Nacional en la tercera parte prometida.
No podemos silenciar, sin embargo, ciertos
hechos de indolencia del Poder Ejecutivo Na-
cional que han llevado al sistema a navegar por
aguas peligrosas, a punto tal de ponerlo en vilo y
hasta en generar verdaderas dudas acerca de su
aplicación en lo inmediato. Siempre vimos una
férrea voluntad por llevar a la práctica el nuevo
régimen, pero debo confesar que en alguna oca-
sión pareció que los anuncios gubernamenta-
les no eran más que tubos de ensayo dirigidos a
captar la reacción de la oposición que a avanzar
con una reforma que el tiempo dirá si provoca-
rá, con los retoques que ineludiblemente serán
necesarios, la tan ansiada renovación políti-
ca en el país. Renovación que no pasa solo por
esta ley ni por su reglamentación, sino por un
cúmulo más de disposiciones, de actitudes, de
cambios de mentes, que dejen de pensar en los
resultados electorales inmediatos para pensar
en una argentina grande que seguramente me-
rece otros destinos.
La excesiva mora en que incurriera la prime-
ra magistratura del país en reglamentar la ley
que nos ocupa, sin necesidad alguna, provo-
cando que el principal partido de oposición —la
Unión Cívica Radical— promoviera hacia fines
de 2010 —esto es, un año después de la sanción
de la ley— un recurso extraordinario para lograr
el dictado de normas de juego claro en la mate-
ria, lo dice todo.
Que dicha reglamentación haya apenas to-
mado algunas de las recomendaciones volcadas
92 • Derecho electoral argentino
en esa presentación judicial sin aportar alguna
idea más enjundiosa, no habla, precisamente
de un trabajo como el que las circunstancias re-
querían. Pero se ha avanzado; pobremente, pero
se lo ha hecho, y como dijo algún político, con
esta música deberemos bailar en esta ocasión,
al menos que se plantee algún cuestionamien-
to cierto que obligue a repensar o a dejar de
lado algunas cuestiones verdaderamente írritas
como el de las listas colectoras.
La justificación de la demora quedó, en el
caso, mezclada con la potestad exclusiva de
algunos poderes de Estado —el Ejecutivo, en
concreto— de ejercer sus facultades constitu-
cionales en forma discrecional —creemos que
se le confundió con “arbitrariedad”— paraguas
que han encontrado nuestros tribunales para
justificar conductas en rigor inadmisibles, sobre
todo cuando lo que estaba en juego era el propio
sistema político instaurado.
No todo pasa o debe pasar por la convenien-
cia política circunstancial —como parecería ha-
ber sido el norte en el caso— sino que en ciertos
órdenes y momentos, debería ser la grandeza
republicana la que primara, con búsqueda de
adecuados consensos, sobre todo tratándose de
una ley que tiene como destinatario común al
conjunto social, no solo actual, sino para siem-
pre.
Pero la ausencia de plazos en la ley, selló, en
primera instancia, la suerte del intento, sin per-
juicio de una tenue recomendación para que el
Ejecutivo actuara conforme pedía la oposición,
recomendación que, en realidad no tuvo mucha
mejor suerte, frente a un Poder Ejecutivo que
persistía en creer que la ley, así como había sido
dictada y pese a sus graves errores, era perfecta-
mente operable, algo que a la postre quedó de-
mostrado que no era así.
La Cámara Nacional Electoral, a la que nadie
desconoce la necesidad de buscar también un
equilibrio en la materia, misión que por lo ge-
neral alcanza con holgado éxito, advirtió en di-
versas ocasiones en la necesidad de avanzar en
la reglamentación pertinente, a punto tal de ad-
vertir que en las circunstancia creadas no podía
ni siquiera fijar el límite de gastos factibles de
realizar a lo largo de la campaña electoral (ante
la ausencia de ley de presupuesto, encargada de

establecer el valor del módulo electoral, unidad
de medida creada para estos casos).
Recién con fecha 15 de abril del año 2011 pa-
recería que el Poder Ejecutivo resurgió de su
demorado letargo, con lo que logrará que la re-
solución del referido recurso devenga abstracto,
y que al menos algunas de las cuestiones más
necesarias —puntualizadas en aquel escrito—
tengan al menos alguna suerte de respuesta.
Con estas aclaraciones, estos elementos y esta
visión crítica enunciada, encararemos el análi-
sis de las disposiciones pertinentes, reiterando
que las de la ley 26.571 que ya fueron tratadas
al comentar la ley 23.298 no lo serán aquí, como
tampoco habrán de ser tratadas las referidas a
las modificaciones introducidas a la ley de fi-
nanciamiento de los partidos políticos y al Códi-
go Electoral Nacional, cuya síntesis será tratada
en la parte final del texto.
TÍTULO I
Partidos políticos
CAPÍTULO ÚNICO
TÍTULO II
Primarias abiertas, simultáneas y obliga-
torias
CAPÍTULO I
Agrupaciones políticas
Art. 18.- Entiéndese por agrupaciones polí-
ticas a los partidos políticos, confederaciones
y alianzas participantes en el proceso electo-
ral. En adelante, se denomina elecciones pri-
marias a las elecciones primarias abiertas,
simultáneas y obligatorias.
Aclaraciones terminológicas. La ley incluye,
en esta disposición, un par de aclaraciones ter-
minológicas, con el ánimo de no repetir a cada
paso y tediosamente, las pluralidades que en-
cierran los términos “agrupaciones políticas” y
“elecciones primarias, abiertas y obligatorias”.
En consecuencia, cada vez que en su texto se
aluda a las primeras, deberán entenderse com-
prendidos tanto los partidos políticos como las
confederaciones de partidos y las alianzas tran-
Gabino Mario Tapia
sitorias que se concierten de cara a una elección;
y cada vez que la ley se refiera a las “elecciones
primarias” estará aludiendo a las elecciones pri-
marias, abiertas, simultáneas y obligatorias que
regula, hoy ya conocidas como “PASO”.
Art. 19.- Todas las agrupaciones políticas
procederán en forma obligatoria a seleccio-
nar sus candidatos a cargos públicos electivos
nacionales y de parlamentarios del Mercosur
mediante elecciones primarias, en forma si-
multánea, en todo el territorio nacional, en
un solo acto electivo, con voto secreto y obliga-
torio, aun en aquellos casos en que se presen-
tare una sola lista.
La justicia nacional electoral entenderá en
todo lo relacionado a los actos y procedimien-
tos electorales referentes a dichas elecciones.
La Dirección Nacional Electoral del Ministe-
rio del Interior prestará la colaboración que
le requiera en la organización de las eleccio-
nes primarias.
A los efectos de las elecciones primarias
abiertas, simultáneas y obligatorias, los juz-
gados federales con competencia electoral
ejercerán las funciones conferidas por el Có-
digo Electoral Nacional a las juntas electora-
les nacionales en todo lo que no se contradiga
expresamente con la presente ley.
Las decisiones de los jueces federales con
competencia electoral serán apelables ante
la Cámara Nacional Electoral en el plazo de
veinticuatro (24) horas de su notificación,
fundándose en el mismo acto. Contra las de-
cisiones de la Cámara Nacional Electoral solo
procede deducirse recurso extraordinario
dentro de las cuarenta y ocho (48) horas de
notificadas. Ni su interposición, ni su conce-
sión suspenderán el cumplimiento de la sen-
tencia, salvo que así se disponga.
En todo lo que no se encuentre modificado
en el presente título se aplicarán las normas,
procedimientos y sanciones establecidas en el
Código Electoral Nacional ley 19.945 y en la
Ley de Financiamiento de los Partidos Políti-
cos, 26.215.
Críticas al sistema. Aclaración. El sistema de
elecciones internas abiertas para la selección de
SEGUNDA PARTE• 93
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
los candidatos de los partidos políticos a repre-
sentaciones públicas, no es novedoso en nues-
tro país. Además de su vigencia actual en alguna
provincia —Santa Fe— se lo intentó implemen-
tar a nivel nacional en otra oportunidad, pero la
ley no tuvo buena acogida y prontamente se la
derogó, no sin antes haber mediado una discu-
sión judicial acerca de su constitucionalidad.
En efecto, la ley 25.611, del 04/07/2002, incor-
poró a la ley 23.298 de Partidos Políticos el art.
29 bis que exigía que los candidatos a presiden-
te y vicepresidente de la Nación, así como los
candidatos a senadores y diputados naciona-
les, se eligieran a través de “internas abiertas”
régimen que, conforme disponía la misma ley,
“regirá por primera vez para la elección presi-
dencial y de renovación legislativa a realizarse
el año 2003”.
Declarada inconstitucional por el Juzgado Fe-
deral con Competencia Electoral de la Capital
Federal (caso “Salvatierra”, sent. del 09/10/2002),
la Cámara Nacional Electoral se encargó de afir-
mar su viabilidad constitucional, pero pronto
quedó desvirtuada por una reglamentación que,
contradiciendo el texto legal, dispuso que no era
obligatoria la elección cuando se hubiera oficia-
lizado una sola lista (art. 20, dec. 1397/2002). Fi-
nalmente, la ley 25.684 suspendió su aplicación
y la ley fue posteriormente derogada.
Aunque pueda considerarse que tiene un va-
lor meramente anecdótico luego del tiempo
transcurrido y el cambio de legislación operado,
creo oportuno detenerme algunos renglones en
lo que su momento sostuvo la juez a cargo del
Juzgado Federal con Competencia Electoral de
la Capital Federal en el caso ya mencionado,
tanto porque comparto muchas de sus conclu-
siones, lo que pone de relieve también mi opi-
nión adversa al sistema en líneas generales. No
es mi propósito, sin embargo, extenderme de-
masiado en las críticas que estas disidencias su-
ponen —el objetivo central es comentar la ley
vigente— y por cierto un extenso desarrollo so-
bre el particular nos alejaría del propósito de la
obra.
Es cierto que la citada magistrada, para pro-
nunciarse en contra de la constitucionalidad de
la ley referida, se centró finalmente en los exce-
sos de su reglamentación que fueron, evidente-
94 • Derecho electoral argentino
mente, más allá de lo que la propia ley disponía,
pero vale la pena traer a colación algunos de sus
desarrollos porque entiendo que hacen al fondo
del funcionamiento de los partidos y a la nece-
sidad de preservar su independencia en cues-
tiones tan sensibles como la selección de sus
candidatos. Pero además, dijo la jueza en esa
oportunidad que los decretos reglamentarios de
la ley cuestionada, habían omitido “considerar
situaciones concretas que se presentarán en el
proceso de elecciones internas vigente” y que
ellas “no pueden ser suplidas por vía de inter-
pretación judicial” por cuanto derivarían “en el
avasallamiento de derechos políticos garantiza-
dos por la Constitución Nacional”. Cabe poner
de resalto, continuaba el fallo, que este tribunal
no puede, ni debe, producir actos contrarios a
elementales normas de derecho y principios
de justicia, por lo que bajo ningún concepto se
encontraría facultado para enderezar este pro-
ceso cambiando condiciones, plazos, o efec-
tuando interpretaciones forzadas u obviando
contemplar las cuestiones planteadas aducien-
do razones formales, ya que de hacerlo estaría
directamente permitiendo que se concretaran
violaciones a fundamentales derechos constitu-
cionales. Lo dicho viene a propósito de algunas
declaraciones de funcionarios de cierto nivel
que —creemos creer de buena fe— supusieron
que era suficiente con que la Cámara Nacional
Electoral dictara algunas acordadas para dejar
operable una ley que, tal como fuera sanciona-
da, no lo era.
Es que, como dijo en la recordada ocasión,
“no incumbe a los jueces —en el ejercicio re-
gular de sus atribuciones— sustituir a los otros
poderes del Estado en las funciones que les son
propias. Si así lo hicieran, desplazarían a los po-
deres políticos y se convertirían en una ‘super-
legislatura’ como alguna vez se dijo en la Corte
Suprema de los Estados Unidos (voto concu-
rrente en el caso ‘Dennis vs. US’, 341, US 494; Fa-
llos 313:1333, causa C.802.XXIV, ‘Cocchia, Jorge
D. c. Estado Nacional y otro s/ acción de ampa-
ro’, sent. del 02/12/1993, LA LEY 1994-B, 643)”
(CS, 27/12/1996, “Chocobar, Sixto C. c. Caja Na-
cional de Previsión para el Personal del Estado
y Servicios Públicos”). Es que, como también
expresó con cita del mismo tribunal, “la misión
más delicada de la función jurisdiccional de los
jueces es saber mantenerse dentro de su órbi-
ta, sin menoscabar las funciones que incum-

ben a otros poderes del Estado (Fallos 310:2709;
311:2553; 313:228; 314:1091 y 317:126) de modo
de preservar el prestigio y eficacia de su misión
de supremo custodio de las garantías reconoci-
das por la Constitución a todos los habitantes de
la Nación”.
La preocupación estribaba en la existencia de
una reglamentación que excedía los términos
establecidos por la propia ley. Con la sanción
de la que lleva el número 26.571, la situación es
inversa, pero no menos grave, según se ha insi-
nuado, máxime si se tiene en cuenta que esta re-
glamentación tardía llega recién a escasos dos
(2) meses para que venza la inscripción de las
alianzas y la oficialización de candidatos), tiem-
po realmente exiguo para que los partidos polí-
ticos actúen con la fluidez e independencia que
debería desearse.
El dec. 1578/2002 (art. 5º) dejaba afuera de la
competencia nacional a las fuerzas políticas que
no inscribieran ante el juez electoral todas sus
listas de candidatos o precandidatos, disposi-
ción que se entendió gravemente violatoria de
las garantías políticas constitucionales por im-
pedir a los partidos políticos y alianzas registrar
a sus representantes en el momento en que lo
consideraran más oportuno, toda vez que una
decisión de esta naturaleza, se entendió, “hace
a las cuestiones de reserva de los partidos políti-
cos, en cuanto refiere a la oportunidad de méri-
to o conveniencia de llevar o no a determinado
candidato para los cargos electivos nacionales”,
violatorio, en consecuencia del art. 38 de la CN,
del art. 1º de la ley 23.298, del art. 23 del Pacto
de San José de Costa Rica y del art. 25 del Pac-
to Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
“La negativa de oficializar candidaturas de un
partido político reviste suma trascendencia ins-
titucional en tanto lleva a excluir de participar
en el acto a una agrupación política reconocida
que según el art. 2º de la ley 23.298 es una ins-
titución fundamental del sistema democrático,
configurando un instrumento necesario para la
formulación de la política nacional y a la cual
le incumbe la nominación de candidatos para
cargos públicos electivos” (Fallos 322:2424). Por
otra parte, existe una doctrina según la cual “en-
tre dos soluciones posibles debe sin duda ser
preferida aquella que mejor se adecue al prin-
cipio de participación, rector en materia electo-
Gabino Mario Tapia
ral” (fallos 1352/92, 2102/95 y 2167/96) porque
en caso de duda el intérprete debe inclinarse
por la solución más compatible con el ejercicio
de los derechos” (1).
Una segunda cuestión, aunque vinculada
también con la precedentemente referida, con-
tribuyó a la descalificación del sistema en la
ocasión que comentamos. Fue la referida a la
simultaneidad con que se obligaba a todos los
partidos políticos a seleccionar a sus candidatos
a representaciones públicas. Tal como se dijo
entonces, “sin entrar a analizar la oportunidad,
el acierto o desacierto o la eficacia de la ley, o
la preferencia por algún otro sistema diferente
al adoptado”, el choque con la disposición del
art. 38 de la Carta Magna era evidente en cuan-
to esta norma establece que “los partidos políti-
cos son instituciones fundamentales del sistema
democrático. Su creación y el ejercicio de sus
actividades son libres dentro del respeto a esta
Constitución, la que garantiza su organización y
funcionamiento democrático”.
El tribunal se preguntó si se encontraba afec-
tada la “libertad” de los partidos políticos en el
ejercicio de sus actividades al establecerse la “si-
multaneidad” para realizar las elecciones inter-
nas abiertas. Y dio de inmediato su respuesta:
“la libertad de los partidos políticos se encuen-
tra gravemente afectada al haberse establecido
la obligatoriedad de realizar las elecciones in-
ternas abiertas en forma ‘simultánea’, toda vez
que son los partidos políticos los únicos que
tienen la potestad de ejercer sus actividades de
conformidad a su conveniencia política, que se
encontrará estrechamente ligada a su funciona-
miento institucional”.
Y agregó: “Una cosa es que el Estado preten-
da garantizar la participación de todos los ciu-
dadanos en la elección de los candidatos que
ocuparán luego cargos electivos nacionales, a
los fines de lograr una mayor democratización
de los mismos, y otra muy distinta es que in-
miscuyéndose en su ámbito privado, fije has-
ta el momento político en que debe presentar
a sus candidatos, pues ello afecta la libertad en
(1) Juzg. Fed. Corrientes, 10/08/2007, “Gustavo A.
Valdez y Rubén A. Cundom s/ plantean nulidad e inexis-
tencia de la Convención partidaria provincial de la UCR”,
expte. 70.666/07.
SEGUNDA PARTE• 95
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
el ejercicio de sus actividades garantizada cons-
titucionalmente y en concordancia, por la ley
23.298 art. 1º que establece: ‘se garantiza a las
agrupaciones el derecho a su constitución, or-
ganización, gobierno propio, y libre funciona-
miento como partido político’ (...). Bien sabido
es que existen diferentes tiempos políticos, que
en un momento determinado, la imagen de un
candidato prevalece ampliamente por sobre la
de otro y con el transcurso del tiempo tal vez esa
situación llegue incluso a revertirse. ¿Por qué
entonces el Estado debe entrometerse en el ám-
bito de reserva de los partidos y determinar cuál
es el momento —que seguramente no será el
mismo para todas las agrupaciones políticas?”.
Y remataba el pensamiento con una cita ju-
risprudencial en nuestra opinión, contundente:
“Al respecto ha sostenido la Excma. Cámara Na-
cional Electoral en fallo 1377/92 del 18/09/1992
‘...no es su misión (de la justicia nacional electo-
ral) ni función institucional intervenir en la vida
interna de los partidos políticos para disponer
la regulación de su libertad, gobierno propio y
libre funcionamiento, ni juzgar de la bondad u
oportunidad de sus actos políticos (conf. CNE
fallos 277/86 y 573/88) los cuales, según se ex-
presó en el fallo CNE 573/88, se encuadran en
las ‘normas de orientación política, programáti-
cas o directivas de esencia política pura, que re-
conocen el pleno status libertatis de los partidos
políticos democráticos, desde el grupo ciudada-
no al vínculo sociológico de su doctrina común,
el conjunto de principios, valores, creencias y
fines; siendo ellas normas de habilitación ge-
néricas dirigidas también a las autoridades
orgánicas partidarias de orientación para la for-
mulación y realización de una política nacional
—arts. 2º, 3º, inc. a), y 8º, b), de la ley 23.298—”.
Hecho el comentario y volviendo a la reali-
dad y a la señalada mora del Poder Ejecutivo
en reglamentar cuestiones esenciales de la ley
26.571, coincidimos también con el fallo que
venimos citando en cuanto señalaba que el
proceso electoral que entonces culminaría el
30/03/2003 (y hoy el 23/10/2011 o el 14 de agos-
to del mismo año si anteponemos los comicios
primarios), “constituye un hecho de singular
trascendencia histórica, debiendo extremarse
los medios a fin de garantizar, hoy más que nun-
ca, el marco de transparencia que el acto electo-
ral convocado requiere, a la luz de los reclamos
96 • Derecho electoral argentino
de la sociedad. Es necesario en consecuencia,
contar con reglas claras, que estén destinadas a
predominar por encima del interés particular, y
que tengan como objeto beneficiar el interés ge-
neral de todos por igual”. Si se quiere, se trata de
una verdad de Perogrullo, en la que sin embar-
go, al menos hasta el momento, parece no haber
caído en la cuenta el Poder Ejecutivo Nacional,
aun habiendo dictado las magras normas que
comentaremos.
Elecciones abiertas. Si algo ha quedado en
claro en el texto de la ley 26.571 es que la selec-
ción de todos los candidatos a representacio-
nes públicas nacionales, debe hacerse, en todo
el país e ineludiblemente, en elecciones prima-
rias, abiertas y simultáneas, aún en el caso de
quedar oficializada una sola lista, y que deben
participar de ellas, en calidad de electores, todos
quienes se encuentren empadronados.
Alianzas. Selección interna previa de candi-
datos. El nuevo sistema de selección de candi-
datos ha provocado no pocas reacciones, entre
otras cosas por entender que irrumpe en la vida
interna de los partidos y permite la selección
de sus candidatos por quienes son ajenos a sus
filas. A partir de allí, y sin desconocerse ni ne-
garse la necesidad de acatar una ley que es de
orden público, se fue desarrollando una teoría
reivindicatoria de los derechos partidarios a ele-
gir sus propios candidatos, sobre todo —aunque
no exclusivamente— cuando el partido necesita
definirlos para acordar alianzas con otras fuer-
zas políticas. Y así ha ido cobrando cuerpo la po-
sibilidad de realizar una preselección antes del
vencimiento del plazo para inscribir alianzas o
para oficializar las precandidaturas, de manera
de presentar una lista única de precandidatos
en las elecciones primarias.
El sistema “paralelo” descripto, digámoslo de
un vez, no se encuentra prohibido por la ley,
pero no inhibe a nadie de requerir, llegado el
momento, la oficialización de otras listas, y has-
ta conformarlas, incluso, con quienes hubieren
sido derrotados en esa suerte de “preprimaria”.
Es que, si así no fuera, el fin de la ley, que es de
orden público, quedaría completamente desna-
turalizado.
Las cartas orgánicas partidarias y los acuerdos
constitutivos de las alianzas deben establecer las

condiciones y requisitos para ser candidato por
las respectivas fuerzas políticas, así como el sis-
tema electoral aplicable para la conformación
definitiva de las listas a cargos legislativos (las
fórmulas presidenciales no admiten recomposi-
ción después de la elección primaria). También
podrían establecer, en el caso de las alianzas, la
manera de integrar las listas para que la alian-
za quede reflejada en ellas. Pero no podrían, en
forma alguna, establecer condiciones tales que
impliquen inhibir a sus afiliados a oficializar lis-
tas y presentarse en las elecciones primarias.
En consecuencia, las agrupaciones políticas
que decidan efectuar este tipo de selección pre-
via de precandidatos deben tener en claro que
esas “preprimarias” no tienen efecto vinculante
alguno para quienes deseen participar luego de
la elección primaria, ni sirve para eludir la par-
ticipación en ella de la lista única que se confor-
me, ya que de todas maneras deberá someterse
a esos comicios y alcanzar el piso electoral esta-
blecido para poder intervenir en la elección ge-
neral.
Papel de la justicia. Las elecciones primarias
las rige la justicia federal con competencia elec-
toral con la colaboración de la Dirección Na-
cional Electoral en la organización del acto. Los
juzgados tienen todas las funciones atribuidas a
las juntas electorales nacionales por el Código
Electoral Nacional (aprobación de las boletas,
resoluciones sobre impugnaciones al acto elec-
toral, etc.).
Procedimiento electoral. La ley autoriza a
apelar las resoluciones que dicten los juzgados
electorales en ejercicio de las atribuciones con-
feridas, entendiendo como tribunal de alzada la
Cámara Nacional Electoral. El plazo para inter-
poner el recurso, dice la ley, es de veinticuatro
(24) horas desde la notificación de la resolución
respectiva.
Entendemos que el plazo no es de “horas”
—como se entiende que sí rige en materia de re-
curso extraordinario— sino de “un (1) día”. El re-
curso debe interponerse fundado y se presenta
ante el juez de primera instancia que dictó la re-
solución que se ataca, quien debe elevar las ac-
tuaciones de inmediato al Superior.
Gabino Mario Tapia
El fallo de la Cámara es susceptible de recur-
so extraordinario dentro de las cuarenta y ocho
(48) horas de ser notificado, rigiéndose por las
normas comunes que rigen este tipo de recur-
sos. Obviamente, su interposición no suspende
la ejecución de la sentencia, a menos que se dis-
ponga lo contrario.
Este procedimiento, esbozado tan sintética-
mente por la ley, no debe ser confundido con el
que pueden generar las distintas cuestiones que
se resuelvan a lo largo del proceso electoral in-
terno, que regula el art. 28.
Art. 20.- La convocatoria a elecciones pri-
marias la realizará el Poder Ejecutivo na-
cional con una antelación no menor a los
noventa (90) días previos a su realización.
Las elecciones previstas en el artículo ante-
rior deben celebrarse el segundo domingo de
agosto del año en que se celebren las eleccio-
nes generales previstas en el art. 53 del Código
Electoral Nacional.
Convocatoria. La convocatoria a elecciones
primarias debe realizarla el Poder Ejecutivo Na-
cional, con una antelación no menor a noventa
(90) días a la fecha de su realización, fecha que
la ley también se encarga de establecer (segun-
do domingo de agosto).
Si bien el Poder Ejecutivo nacional no puede
sino convocar para esa fecha, no puede pen-
sarse que la Convocatoria constituya un acto
puramente formal, no puede negarse ni desco-
nocerse la trascendencia que ese acto tiene, ya
que es a partir del mismo que se abre el proceso
electoral y se desencadena la serie de actos que
lo conforman.
Podría preguntarse qué ocurriría si el Poder
Ejecutivo omite la convocatoria. Entendemos
que cualquier ciudadano y los partidos políticos
reconocidos tendrían legitimación para exigir a
la Justicia que lo intime a realizarla e incluso or-
ganizar el comicio per se (arg. art. 19 de la propia
ley 26.571). La omisión del Poder Ejecutivo, de
más está decirlo, revestiría especial gravedad y
constituiría una grave violación al cumplimien-
to de los deberes de funcionario público, toda
vez que implicaría obstruir el normal funciona-
miento del sistema democrático.
SEGUNDA PARTE• 97
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
Art. 21.- La designación de los precandi-
datos es exclusiva de las agrupaciones políti-
cas, debiendo respetar las respectivas cartas
orgánicas, los requisitos establecidos en la
Constitución Nacional, la Ley Orgánica de los
Partidos Políticos, el Código Electoral Nacio-
nal, el Protocolo Constitutivo del Parlamento
del Mercosur, y en la presente ley.
Los partidos pueden reglamentar la partici-
pación de extrapartidarios en sus cartas orgá-
nicas.
Cada agrupación política determinará los
requisitos para ser precandidato por las mis-
mas.
Las precandidaturas a senadores, diputa-
dos nacionales y parlamentarios del Merco-
sur por distritos regionales provinciales y de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires debe-
rán estar avaladas por un número de afiliados
no inferior al dos por mil (2‰) del total de
los inscritos en el padrón general de cada dis-
trito electoral, hasta el máximo de un millón
(1.000.000), o por un número mínimo de afi-
liados a la agrupación política o partidos que
la integran, equivalente al dos por ciento (2%)
del padrón de afiliados de la agrupación polí-
tica o de la suma de los padrones de los parti-
dos que la integran, en el caso de las alianzas,
del distrito respectivo, hasta un máximo de
cien mil (100.000), el que sea menor.
Las precandidaturas a presidente y vice-
presidente de la Nación y parlamentarios del
Mercosur por distrito nacional, deberán estar
avaladas por un número de afiliados no infe-
rior al uno por mil (1‰) del total de los ins-
critos en el padrón general, domiciliados en
al menos cinco (5) distritos, o al uno por cien-
to (1%) del padrón de afiliados de la agrupa-
ción política o de la suma de los padrones de
los partidos que la integran, en el caso de las
alianzas, de cinco (5) distritos a su elección en
los que tenga reconocimiento vigente, el que
sea menor.
Ningún afiliado podrá avalar más de una (1)
lista.
(Artículo sustituido por el art. 11 de la ley
27.120, BO del 08/01/2015)
98 • Derecho electoral argentino
Pluralidad de cuestiones. Este artículo trata,
como se advierte, diversas cuestiones que con-
viene analizar separadamente.
Monopolio de candidaturas. La primera de
ellas tiene enorme trascendencia, aunque en
nuestra opinión resulta redundante: solo las
agrupaciones políticas pueden participar de las
elecciones primarias y solo ellas tienen la posi-
bilidad de presentar precandidatos, lo que no
podía ser de otra forma en atención a que las
disposiciones de la ley 23.298 no fueron modi-
ficadas en este aspecto. En efecto, el art. 2º de la
referida ley dispone que “los partidos son ins-
trumentos necesarios para la formulación y rea-
lización de la política nacional. Les incumbe, en
forma exclusiva, la nominación de candidatos
para cargos públicos electivos”.
De cualquier manera, teniendo en cuenta que
se trata de las elecciones primarias de las orga-
nizaciones políticas reconocidas, la ley, en reali-
dad, debió referirse a sus agrupaciones o líneas
internas o a sus afiliados para aludir a la legiti-
mación para la presentación de precandidatu-
ras, si bien es cierto que, en definitiva, será el
partido el que avalará las listas, ya que no po-
drán participar las que no resulten oficializadas
por sus organismos electorales.
Exigencias. Estos precandidatos deben cum-
plir con las exigencias que establezca la carta
orgánica de cada partido (o el reglamento elec-
toral que se hubiese acordado, en el caso de las
alianzas), la ley 23.298 (su art. 33 establece va-
rias prohibiciones), la Constitución Nacional y
el Código Electoral Nacional y por supuesto, la
propia ley 26.571 que comentamos. Estos re-
quisitos no pueden enervar los fines persegui-
dos por la ley, como ocurriría, por ejemplo, si se
obligara a superar una elección interna previa a
las elecciones primarias.
El art. 1º del dec. 443/2011 (BO del
15/04/2011), establece con claridad absoluta
en su art. 1º, que “[l]a junta electoral partidaria
o de alianza, convocadas las elecciones prima-
rias, abiertas, simultáneas y obligatorias, proce-
derá a efectuar el análisis de la documentación
presentada por las listas de precandidatos”, y de
comprobar cumplidos los extremos exigidos,
proceder a oficializar las listas.

Cláusulas limitativas internas. Una cuestión
que puede traer discusiones, aunque habrá de
tener relevancia recién a la hora del escrutinio
y proclamación de los electos, es la referida a la
validez de las llamadas “cláusulas limitativas”,
entendiendo por tales aquellas incluidas en los
estatutos partidarios o eventuales reglamentos
que redacten las alianzas, referidas a la imposi-
bilidad de aspirar a una reelección a menos que
los precandidatos alcancen ciertas condiciones
especiales, generalmente vinculadas a la obten-
ción de un porcentaje de votos superior al que
se exige, en la misma compulsa, al resto de los
participantes.
Sobre este tema la justicia ha tenido opor-
tunidad de pronunciarse, inclinándose por la
inconstitucionalidad de tales disposiciones.
Quienes se han pronunciado a favor de estas
cláusulas, sostienen que si el precandidato par-
ticipó de la elección conociendo estas exigen-
cias, parecería poco serio que a posteriori, por
no haberlas alcanzado, pueda impugnar su va-
lidez. Alegan asimismo que este tipo de normas
favorecen la renovación e impide la perpetua-
ción de las personas en los cargos, sobre todo
porque su ejercicio confiere claras ventajas a
quienes los vienen desempeñando en detri-
mento de quienes nunca los ocuparon.
Quienes se han manifestado en contra, en
cambio, alegan que frustran el derecho de parti-
cipación y que este tipo de exigencias rompen el
principio de igualdad que debe primar en toda
elección, amén de que en aras del principio de
alternancia o renovación, no puede dejarse de
lado a quienes, en definitiva, los electores con-
sideran más capacitados para el cargo de que se
trate.
Extrapartidarios. El art. 2º de la ley 23.298
establecía ya que los partidos políticos pue-
den prever la candidatura de extrapartidarios.
La aclaración que contiene la norma en idénti-
co sentido era, entonces, absolutamente inne-
cesaria, desde que nadie puede ser candidato
sin haber pasado previamente por la elección
primaria. En consecuencia, el extrapartidario
debe, forzosamente, integrar alguna de las listas
que participe de la elección primaria y resultar
electo por ella.
Gabino Mario Tapia
Si la carta orgánica nada dice acerca de la po-
sibilidad de incluir precandidatos no afiliados
en sus listas, deberá entenderse como una im-
posibilidad estatutaria, aunque podría alegarse
que aquello que no está expresamente prohibi-
do está permitido, principio que, en el caso, nos
parece de dudosa aplicabilidad.
Avales. Sin relación alguna con las otras ma-
terias que la norma regula, se incluye en esta
disposición la exigencia de la presentación de
un número mínimo de avales como condición
de validez de las listas que se presenten. Esta
cantidad varía según se trate de precandidatu-
ras a cargos legislativos o a la presidencia y vice-
presidencia de la Nación.
No puede perderse de vista que solo pueden
presentarse listas dentro de una agrupación
política. Siendo ello así, lo lógico era que la ley
dispusiera —como lo hace— que sean solo los
afiliados a esa agrupación quienes tengan apti-
tud para respaldar o avalar las listas que preten-
dan competir dentro de ella.
Es que, en definitiva, las listas de candidatos
no son sino ofertas de las agrupaciones políticas
a la sociedad para dirigir los destinos del país.
Lo que no nos parece coherente es que, habién-
dose partido de estas premisas, la ley remita al
padrón general para determinar el número mí-
nimo de avales necesarios. Es que si los no afi-
liados no pueden avalar una lista, ¿qué sentido
tiene remitir la cantidad necesaria al padrón ge-
neral? Si lo que se buscó con tal referencia fue
la alternativa de exigir un número menor al que
se obtendría aplicando cierto porcentual sobre
la masa de afiliados, la cuestión hubiese queda-
do resuelta exigiendo en este caso un porcen-
tual más bajo, cuidando de no caer a límites que
impliquen admitir la participación de listas que
a priori tenga escasa o casi nula representativi-
dad.
Por otro lado, la norma, en cuanto exige la ca-
lidad de afiliado para poder avalar una lista, no
está exenta de críticas. La cuestión no deja de
encerrar cierta contradicción en sí misma: los
no afiliados pueden ser candidatos; sin embar-
go, no pueden avalar una lista; pero sí votarla,
que constituye el mayor aval posible que le pue-
de dar. La crítica adquiere mayor consistencia
cuando se advierte que se trata de una elección
SEGUNDA PARTE• 99
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
abierta, en la que participan todos los empadro-
nados.
Como se verá, el criterio en la provincia de
Buenos Aires fue el inverso al seguido en el
orden nacional, lo que se nos ocurre va a ge-
nerar no pocas discusiones y situaciones en-
gorrosas.
Cantidad de avales necesarios. La ley exige
un número distinto de avalistas según que se
trate de precandidaturas a cargos legislativos
o a la presidencia y vicepresidencia de la Na-
ción. En el primero de los casos se exige un nú-
mero de afiliados no inferior al dos (2) por mil
del total de los inscriptos en el padrón general
de cada distrito o una cantidad mínima equi-
valente al dos (2) por ciento del padrón de la
agrupación política respectiva o de la suma de
ellas si se tratare de una alianza, con un tope,
en ambos casos, de dos mil (2.000) personas.
En el caso de las candidaturas a presidente y
vicepresidente de la Nación, el porcentaje se
reduce al uno (1) por mil de afiliados del to-
tal de inscriptos en el padrón general o al uno
(1) por ciento del padrón total de afiliados,
que deben estar domiciliados al menos en cin-
co (5) distritos, sin que se exija un mínimo por
cada uno de estos últimos.
Avales múltiples. La prohibición de avalar
más de una lista, lleva a plantear algunos in-
terrogantes. ¿Cuáles son las consecuencias y
cuáles las sanciones para la lista que incluye a
un avalista múltiple? ¿Qué sanción se encuen-
tra prevista para un avalista de estas caracte-
rísticas? En el caso de avales múltiples, ¿cuál
de los avales tiene preferencia? ¿Se anulan
todos? ¿Cómo pueden efectuarse controles a
priori para evitar sorpresas posteriores? ¿Cuál
es la sanción por no cumplir con la cantidad
exigida? ¿Podría intimarse a completar los
avales o directamente debe disponerse el re-
chazo de la lista? Muchos de estos interrogan-
tes no tienen respuesta, y los que ha dado el
decreto —443/2011— nos parece que deja en
la nebulosa más dudas que certezas.
La reglamentación debería precisar estas
cuestiones, teniendo en cuenta que quien re-
quiere la adhesión no puede saber con certeza
si la persona que la brinda no avaló previamen-
te a otra lista, y mucho menos tener certeza de
100 • Derecho electoral argentino
que no lo haga con posterioridad (con lo que
nunca se sabrá a ciencia cierta si el aval que
se presenta tiene efectiva validez). Considera-
mos que, en la práctica, no podrán efectuarse
los controles necesarios, máxime cuando las
juntas electorales solo disponen de cuarenta y
ocho (48) horas para pronunciarse acerca de la
aceptación o rechazo de las listas que reciban.
El decreto reglamentario. Realmente es-
perábamos mucho más del dec. 443/2011,
que dispone en su art. 3º, que a los fines del
cómputo y control de los avales según lo esta-
blecido en el art. 21 de la ley 26.571, las juntas
electorales de las agrupaciones políticas de-
ben, a los fines de verificar los avales que se
presenten, utilizar los padrones de afiliados
que les provea el juzgado federal con com-
petencia electoral del respectivo distrito in-
cluidas las novedades registradas hasta en los
últimos ciento ochenta (180) días antes de la
última elección general, esto es, a la fecha de
cierre del padrón.
Por su parte, el art. 4º decide que la Justicia
Nacional Electoral debe publicar en su pági-
na web, la cantidad de avales necesarios para
cada distrito, partido político y cada catego-
ría de cargos, de acuerdo con lo establecido
en el art. 21 de la ley 26.571, calculados sobre
los electores registrados al 31 de diciembre del
año anterior. Finalmente, el art. 5º, exige que
los avales para las precandidaturas a cargos
nacionales deben ser presentados en los mo-
delos de planillas y aplicativos informáticos
específicos que establezca la Cámara Nacional
Electoral.
Reiteramos que, en nuestra opinión, lo re-
glamentado es escaso y pobre. Casi no resuel-
ve nada y deja sembrada las mismas dudas
que las existentes hasta ahora, salvo disponer
un pase a la Cámara Nacional Electoral para
delegarle la facultad de redactar las planillas
en la que los avales deben ser presentados y de
puntualizar que la documentación respectiva
debe ser acompañada en algún soporte elec-
trónico para facilitar los controles que deben
realizarse, ya que de otra forma sería imposi-
ble llevarlos a cabo.
Ahora bien, todas aquellas otras dudas que
hemos mencionado, y que anticipáramos en

el recurso de amparo que fuera interpuesto a
fines de 2010 —con el patrocinio del Dr. Félix
Loñ— con suerte adversa, seguramente habre-
mos de verlo reflejado en alguna otra queja ju-
dicial más concreta, ya que estamos seguros
de que generarán más de un conflicto y que
han quedado sin parámetros claros para ser
adecuadamente resueltas.
A fuer de ser reiterativos, volvemos a men-
cionar algunas alternativas, referidas a las
consecuencias y las sanciones para la lista que
incluye a un avalista múltiple entre su listado;
o cuál es la sanción que se encuentra prevista
para un avalista de estas características; en el
caso de avales múltiples, ¿a cuál de ellos debe
darse preferencia? ¿Se anulan todos? ¿Cómo
pueden efectuarse controles a priori para evi-
tar sorpresas posteriores? ¿Cuál es la sanción
por no cumplir con la cantidad mínima de
avales exigida? ¿Podría intimarse a completar
los avales o directamente debe disponerse el
rechazo de la lista? ¿Cómo pueden efectuarse
controles a priori para evitar sorpresas poste-
riores?
Es cierto que algunas de estas preocupacio-
nes han sido contestadas: la juntas electorales
pueden intimar a completar los avales faltan-
tes o nulos (art. 10 del decreto) y de acuerdo
con el art. 4º de la nueva normativa. Es cierto
que la ley no deja márgenes muy amplios o có-
modos para hacer estas adecuaciones, pero al
menos admite la posibilidad de que ocurra y
deja abierta la alternativa para actuar con cier-
ta flexibilidad en aras de beneficiar la compe-
tencia electoral. “La Justicia Nacional Electoral
debe publicar en su página web, la cantidad de
avales necesarios para cada distrito, partido
político y cada categoría de cargos, de acuerdo
a lo establecido en el art. 21 de la ley 26.571,
calculados sobre los electores registrados al 31
de diciembre del año anterior”. Por su parte, el
art. 5º agrega que estos avales deben presen-
tarse en “en los modelos de planillas y aplica-
tivos informáticos específicos que establezca
la Cámara Nacional Electoral”, con lo que exis-
te una devolución al tribunal cimero electoral
para que por vía de Acordada o Resolución re-
suelva la materia, criterio que no nos parece
el más acertado en cuanto de alguna manera
priva al órgano judicial de objetividad ante la
Gabino Mario Tapia
eventualidad de tener que pronunciarse so-
bre ellos o sobre errores que inadvertidamente
pudieron haberse deslizado en su confección.
Art. 22.- Los precandidatos que se presen-
ten en las elecciones primarias solo pueden
hacerlo en las de una (1) sola agrupación
política, y para una (1) sola categoría de
cargos electivos.
Pluricandidaturas. Listas espejo. Nadie
puede ser precandidato en más de un partido
político o alianza, ni en más de una categoría
de cargos. La norma, elimina así la posibilidad
de que una misma persona sea candidato, por
ejemplo, a presidente de la Nación y simul-
táneamente, a diputado o senador nacional,
o que pretenda ocupar la misma postulación
por dos agrupaciones diferentes, desapare-
ciendo, así, toda posibilidad de que surjan las
llamadas “listas espejo” con otras agrupacio-
nes. Nada impide que pueda haberlas dentro
de cada agrupación, esto es, en el juego de la
propia elección interna, aunque ello no suele
ocurrir porque aquí las aguas corren con colo-
res más claros y ambiciones más precisas.
No está de más recalcar, de cualquier ma-
nera, la importancia de esta disposición, que
ha relegado a la categoría de precedente his-
tórico la discusión que se había planteado en
torno a la posibilidad de sumar o no los vo-
tos obtenidos por distintas listas con idéntica
composición, para cuyo estudio remitimos al
comentario hecho al art. 2º de la ley 23.298.
Listas colectoras. Después de todo lo vivi-
do en ocasión de las elecciones generales de
2009, y del rimbombante título con que se
adornó el encabezamiento de la ley 26.571 ju-
rando transparencia electoral, esperábamos
en esta materia disposiciones diametralmen-
te opuestas a las sancionadas recientemente,
que solo dejan a la vista una avidez electoral
verdaderamente miope enderezada a la bús-
queda de un éxito electoral inmediato y sin re-
paro alguno por el futuro político del país.
Si bien trataremos más extensamente la
cuestión más adelante, anticipamos aquí los
términos del conflicto que, si bien tiene distin-
ta relevancia según que se hable de elecciones
primarias o de elecciones generales, sus im-
SEGUNDA PARTE• 101
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
plicancias son igualmente graves tanto en uno
como en otro caso.
CAPÍTULO II
Electores
Art. 23.- En las elecciones primarias deben
votar todos los electores, de acuerdo al regis-
tro de electores confeccionado por la justicia
nacional electoral.
Para las elecciones primarias se utilizará
el mismo padrón que para la elección general
en el que constarán las personas que cumplan
dieciséis (16) años de edad hasta el día de la
elección general.
El elector votará en el mismo lugar en las
dos elecciones, salvo razones excepcionales o
de fuerza mayor, de lo cual se informará de-
bidamente por los medios masivos de comuni-
cación.
Obligatoriedad. Las elecciones primarias son
obligatorias: a) para los partidos o agrupacio-
nes políticas que tengan intención de participar
en las elecciones generales, b) para todos aque-
llos que tengan intención de ser candidatos en
ellas; y c) para todos los ciudadanos en general.
En este artículo se concreta, entonces, el último
aspecto de la obligatoriedad, en cuanto impone
a todos los ciudadanos empadronados la obli-
gación de participar de las elecciones primarias.
Es este, quizás, uno de los blancos preferi-
dos de las críticas al sistema, críticas que van
desde las dudas acerca de su constitucionali-
dad hasta la inconveniencia de que participen
en la preselección de candidatos quienes nin-
gún conocimiento tiene de ellos. Sin embargo,
los defensores del sistema alegan que el “voto
bronca”, “voto castigo” o “voto negativo” va a
dejar de usarse como forma de expresión en las
elecciones generales para trasladarse a las pri-
marias impidiendo allí ciertas candidaturas “in-
deseables” y permitiendo luego al ciudadano
manifestarse más libremente en ocasión de las
elecciones generales.
En nuestra opinión, el argumento es muy
poco convincente, como así también aquellos
otros que se sustentan en el derecho de la ciu-
dadanía a expresarse en relación con quiénes
102 • Derecho electoral argentino
habrán de representarlos (para eso están las
elecciones generales) o en la mayor represen-
tatividad que tendrían quienes resulten gana-
dores en este tipo de pujas en cuanto pueden
expresarse en ellas no solo los afiliados a las
agrupaciones políticas.
Sin olvidar algunas otras críticas como las que
entienden que a la larga se va a provocar un can-
sancio en la ciudadanía por la multiplicidad de
elecciones que podría tener que enfrentar en un
breve lapso (sobre todo en aquellas provincias
que no adhieran al régimen de simultaneidad al
que invita la ley) lo cierto es que en estas elec-
ciones los ciudadanos van a votar más “a ciegas”
que en las elecciones generales y con un nivel
mayor de desconocimiento que en estas últi-
mas.
Es que, si los precandidatos solo pueden
postularlos los partidos (cuestión que com-
partimos), la gente que no participa en sus res-
pectivas vidas internas, la que no se encuentra
afiliada a ningún partido político ni participa en
su vida interna, no tendrá conocimiento alguno
de los precandidatos que estos ofrecen ni de sus
cualidades, surgidos, como son, de una militan-
cia que no comparten ni conocen, ni tienen y ni
les interesa. Y si en las elecciones generales se
ignora quiénes son la mayoría de los candida-
tos, tanto mayor será esta ignorancia cuando la
oferta se vea multiplicada por la participación
de las diferentes líneas internas de cada partido,
confederación o alianza.
Es posible que el ciudadano común (que has-
ta muchas veces ve en las elecciones internas
una suerte de pelea dentro de un mismo parti-
do antes que una sana competencia) nada sepa
con relación a estas personas y que termine in-
clinándose por los más conocidos (que, más allá
del juego de palabras, son los menos en canti-
dad) o por las primeras figuras o por aquellos
que tienen acceso a los medios masivos de di-
fusión.
Obligar, entonces, a participar en la preselec-
ción de candidatos a quienes voluntariamente
se sustraen de participar políticamente no pare-
ce lo más lógico. Realmente resulta incompren-
sible que alguien que no pertenece a un partido,
que no participa de su vida interna, que ignora
quiénes son sus figuras y sus militantes, pueda

seleccionar con un mínimo grado de acierto a
los más aptos para defender las ideas del parti-
do y su plataforma política, cuando en definitiva
de eso se trata. No pensemos en los candida-
tos a la presidencia de la nación porque por lo
general son figuras conocidas. Piénsese en los
candidatos a legisladores, respecto de los cua-
les, lamentablemente, existe un marcado gra-
do de desconocimiento, cuestión que hasta la
“novedad” opera en forma negativa a la hora
de decidir un voto haciendo evidente una de
las grandes contradicciones de nuestra socie-
dad que clama por la renovación de los políticos
pero a la hora de verla plasmada en una lista la
descalifica por el desconocimiento que tiene de
quienes aparecen en ellas.
La cuestión se agrava si se tiene en cuenta que
los afiliados a un partido político pueden parti-
cipar en la selección de los candidatos de otro,
práctica que puede provocar que resulte elec-
to en una agrupación aquel que después, en
las elecciones generales, menos posibilidades
de ganar tendría. De ahí es que muchos defien-
dan el anterior y frustrado régimen de “internas
abiertas” en el que las elecciones las organiza-
ba cada partido sobre la base de su propio pa-
drón sumado al de “independientes”, esto es, al
de quienes no tenían afiliación política alguna,
para quienes la participación estaba prevista
como facultativa.
De cualquier forma, la norma es ley y todos
los ciudadanos deben expresarse en la elección
primaria seleccionando los precandidatos de
su preferencia, debiendo guardarse un celo es-
pecial para respetar la genuina expresión de la
voluntad del electorado, tarea que en la emer-
gencia no parece que vaya a ser sencilla.
Conforme tiene dicho la Cámara Nacional
Electoral (fallo 2984/01), “la expresión del cuer-
po electoral tiene su cauce mediante el ejer-
cicio del sufragio en el marco de los poderes
constituidos del Estado, que imponen regula-
ciones y pautas para la interpretación de la re-
ferida voluntad (...) así, pues, la voluntad de los
miembros de la Nación solo es operante, como
voluntad de órgano, en cuanto se ejerce de con-
formidad con el orden jurídico establecido en el
Estado (R. Carré de Malberg, ‘Teoría general del
Estado’, versión española de José L. Depetre, Ed.
Fondo de Cultura Económica, Pánuco, 63, Mé-
Gabino Mario Tapia
xico, ps. 1114 y ss.). Este es el marco que fija el
poder constituido, y si se lo excede, se quiebra el
respeto a la lógica de los antecedentes que fun-
da el estado de derecho (...). No hay expresión
relevante de la ciudadanía, en términos de la re-
presentación política de la Nación, que pueda
formularse a extramuros de la ley fundamental”.
Recalcó la Cámara Nacional Electoral, en el
pronunciamiento que traemos a colación, “que
la primera regla de interpretación de una norma
consiste en respetar su letra. Si la ley emplea de-
terminados términos, la regla de interpretación
más segura es la que indica que esos términos
no son superfluos, sino que han sido empleados
con algún propósito, por cuanto, en definitiva, la
misión de los jueces es dar pleno efecto a las nor-
mas vigentes sin sustituir al legislador ni juzgar
sobre el mero acierto o conveniencia de dispo-
siciones adoptadas por aquel en el ejercicio de
sus propias facultades (Fallos 304:1007; 305:538;
308:1745; 321:2010, entre muchos otros)”.
“Así, la Corte Suprema de Justicia de la Nación
ha establecido que cuando la norma es clara
—continuó— y no exige mayor esfuerzo inter-
pretativo no cabe sino su directa aplicación (...)
con prescindencia de consideraciones que ex-
cedan las circunstancias del caso expresamente
contempladas en aquella, ya que de otro modo
podría arribarse a una interpretación que equi-
valiese a prescindir de su texto (Fallos 218:56;
313:1007; 320: 1909; 320:2145 y 323:3055). En
este sentido, se declaró que no es admisible
una inteligencia que importe dejar de lado los
términos de la norma ya que su exégesis debe
practicarse sin violación de su letra o su espí-
ritu (Fallos 262:41; 277:213; 279:128; 300:687;
301:958 y 320:2647)”.
Apartarse de estos principios, dijo más ade-
lante el tribunal, implicaría violar el de la se-
paración de poderes, “so riego de caer en un
voluntarismo repugnante al régimen constitu-
cional” que lo consagra. A los jueces les corres-
ponde aplicar las normas y solo interpretarlas
cuando aparecen dificultades en cuanto a su
comprensión. La Constitución Nacional y el or-
denamiento jurídico del que es base normativa,
deben ser examinados como un todo coheren-
te y armónico —valorando sus preceptos como
partes de una estructura sistemática conside-
SEGUNDA PARTE• 103
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
rada en su totalidad (Fallos 310:2733; 312:122;
317:674; 320:783; 320:875; 320:2701).
Padrón. De cualquier manera y más allá de
las críticas, el sistema es ley y el padrón a utili-
zarse en las elecciones primarias será el mismo
que se empleará luego en las elecciones gene-
rales.
Panorama caótico. Más allá de estas críti-
cas, todo lleva a imaginar un cuadro caótico en
los cuartos oscuros, sobre todo en los distritos
más populosos y que adhieran al régimen de si-
multaneidad al que la ley invita. Si ya se vivie-
ron experiencias verdaderamente traumáticas
en elecciones no muy lejanas ante la increíble
cantidad de partidos políticos habilitados para
participar, no es necesario tener mucha ima-
ginación para caer en la cuenta de cuál será el
cuadro si aquel escenario se lo multiplica por las
distintas corrientes de opinión o líneas internas
de cada uno de esos partidos en los diferentes
distritos, alentados —encima— por el finan-
ciamiento de sus campañas por parte del Esta-
do. El panorama se empeora cuando se agrega
el ingrediente del corte de boletas, admisible en
todas las categorías de cargos a elegir y referi-
da a todas las agrupaciones participantes, lo que
hace imaginar un escrutinio más que lento y en-
gorroso. Y si a todo ello se agrega el derecho de
cada lista a sentar un fiscal de su sector en cada
mesa, el cuadro final representará, seguramen-
te, una escena dantesca.
Quizá la implementación de la boleta única
que algunos pregonan pueda mejorar en par-
te este escenario, pero mucho tememos que la
solución sea peor que el problema que se pro-
cura resolver. Es que si hasta ahora se ha critica-
do la “lista sábana” por “encubrir” candidatos,
mucho más encubiertos estarán en estas listas
“únicas” en las que figurarán solo quienes las
encabecen (los más conocidos) para relegar a
todas los demás precandidatos a listados inter-
minables que se propone pegar en alguna pared
de las escuelas habilitadas y que, es de imaginar,
nadie habrá de consultar en el momento de la
votación. Así, entonces, los argumentos a favor
del sistema, apoyados en la mayor representa-
tividad de los ganadores, no será más que una
nueva ficción, superior aún a la que la lista sá-
bana propone.
104 • Derecho electoral argentino
Lugares de votación. La ley obliga a que, en
principio, se respeten en la elección general, los
lugares de votación designados para celebrar la
elección primaria y que, para el caso de haber
modificaciones, se difunda el cambio en forma
adecuada para evitar inconvenientes a los elec-
tores.
Art. 24.- Los electores deben emitir un (1)
solo voto por cada categoría de cargos a ele-
gir, pudiendo optar por distintas listas de di-
ferentes agrupaciones políticas.
Se dejará constancia en el documento cívico
de conformidad con el art. 95 del Código Elec-
toral Nacional.
Corte de boletas. La norma autoriza el corte
de boletas por categorías de cargos, de suerte tal
que un elector puede seleccionar un precandi-
dato a presidente de la Nación del partido “A”, los
precandidatos a senadores del partido “B”, los
de diputados del partido “C” y así con los demás
cargos en disputa (puede haber candidaturas
provinciales y locales en los casos de simulta-
neidad de elecciones).
La ley no lo aclara, pero va de suyo que todas
las boletas de todos los partidos políticos deben
estar en el mismo cuarto oscuro para permitir
que el elector componga su voto como mejor
entienda que debe o quiera hacerlo.
CAPÍTULO III
Presentación y oficialización de listas
Art. 25.- Hasta cincuenta y cinco (55) días
antes de las elecciones primarias las agrupa-
ciones políticas podrán solicitar al juzgado
federal con competencia electoral que corres-
ponda la asignación de colores para las bole-
tas a utilizar en las elecciones primarias y la
elección general. Las boletas de todas las lis-
tas de una misma agrupación tendrán el mis-
mo color que no podrá repetirse con el de otras
agrupaciones, salvo el blanco. Aquellas que
no hayan solicitado color, deberán utilizar en
las boletas de todas sus listas el color blanco.
En el caso de las agrupaciones nacionales, el
juzgado federal con competencia electoral de
la Capital Federal asignará los colores que se-
rán utilizados por todas las agrupaciones de

distrito de cada agrupación nacional, comu-
nicándolo a los juzgados electorales de distri-
to para que esos colores no sean asignados a
otras agrupaciones.
Solicitud de color para las boletas. El cap.
III del tít. II de la ley, comienza fijando un pla-
zo para que las agrupaciones políticas soliciten
“color” para identificar sus boletas, plazo que
vence antes de que las agrupaciones tengan cer-
teza efectiva sobre su participación en la elec-
ción, ya que al momento establecido, aún no
habrá vencido el que se asigna para la presenta-
ción de las listas.
Ello no obstante, se encuentra legislado que
los partidos políticos que quieran diferenciar
sus boletas del resto de las agrupaciones con un
color especial, podrán solicitarlo al juzgado fe-
deral con competencia electoral que correspon-
da, hasta 55 días antes de la fecha fijada para las
elecciones primarias. El color elegido deberá
ser utilizado en tales comicios por todas las lis-
tas de esa agrupación y el partido deberá seguir
usándolo en las elecciones generales (de ese
año; nada se dice acerca de las sucesivas). El co-
lor blanco se mantiene como obligatorio única-
mente para las agrupaciones que no requieran
un color distinto.
El dec. 443/2011 ha pretendido echar luz en
la materia.
Cabe aclarar que el color que se elija en el or-
den nacional debe también ser utilizado en los
distintos distritos por las boletas del partido
que incluyan candidaturas a cargos nacionales
y no puede ser repetido por otra agrupación, ra-
zón por la cual se obliga al Juzgado Federal con
Competencia Electoral en la Capital Federal a
comunicar los pedidos y las adjudicaciones a
los jueces federales con igual competencia de
todo el país.
Esta disposición puede traer aparejado dis-
cusiones de diversa naturaleza que la ley no re-
suelve a pesar de la reglamentación dictada.
Alianzas locales. Puede ocurrir que en algu-
nos distritos un partido de orden nacional con-
curra a las elecciones en una alianza con otras
fuerzas provinciales, o que la alianza local no
refleje exactamente la composición que tie-
Gabino Mario Tapia
ne la alianza nacional, aunque no queden du-
das acerca de su identificación con ella. En este
caso, ha surgido la duda si las boletas de esa
alianza local debe respetar el color del partido
dominante o el de la alianza nacional con la que
se identifica, o si sus boletas deben ser blancas o
de un color distinto al de las de aquellos.
Las dudas que pueden generarse en torno a
los colores de las boletas, no son pocas. Podría
alegarse que en cuanto se trata de agrupacio-
nes diferentes, las boletas, en el caso expuesto,
no podrían o no deberían llevar el mismo color.
Pero podría alegarse, también, que si lo que se
busca es la homogeneidad y facilitar su elección
al elector, debería autorizarse la utilización del
mismo color, máxime si mediare conformidad
del partido nacional o alianza nacional con el
que la alianza local se identifica.
En principio, la letra de la ley no autorizaría
esta última solución, ya que expresa que “todas
las listas de una misma agrupación tendrán el
mismo color que no podrá repetirse con el de
otras agrupaciones, salvo el blanco”. En reali-
dad, la alianza local es una agrupación “distin-
ta”, aunque el partido de orden nacional sea el
dominante. En consecuencia, en este caso, de-
berían llevar colores diferentes, sin perjuicio de
que los cuerpos se encuentren adheridos en la
“sábana” que debería ser, así, bicolor. Quizás el
problema se plantee no tanto al momento de
las elecciones primarias, sino en el de las elec-
ciones generales cuando las alianzas locales
quieran llevar adheridas a sus boletas alguna
fórmula presidencial, pero insistimos que la so-
lución propuesta es la que brindaría mayor ho-
mogeneidad a las ofertas electorales.
Vamos a detenernos un poco más en la cues-
tión de los colores, porque la trascendencia que
se le ha dado —aunque nos parezca exagerada,
es grande, y por los ya señalados problemas que
puede generar.
El dec. regl. 443/2011 en su art. 16 ratifica que
“la solicitud de asignación de color de la bole-
ta o su combinación podrá ser realizada por las
agrupaciones políticas desde la fecha de convo-
catoria de las elecciones y hasta cincuenta y cin-
co (55) días antes de las elecciones primarias.
En caso que las alianzas se encuentren integra-
das por partidos que ya han realizado la reserva
SEGUNDA PARTE• 105
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
de color podrán indicar al momento de su ins-
cripción y hasta el plazo máximo fijado en el art.
25 de la ley 26.571, si utilizará el color reservado
por un partido integrante u otro color que elija”.
Por su parte, el art. 17 del mismo cuerpo norma-
tivo obliga a los juzgados federales con com-
petencia electoral a hacer la reserva del color
establecida en el art. 25 de la ley 26.571, obser-
vando preferentemente el orden temporal en el
que fuera efectuada tal reserva. En caso de con-
troversia sobre la pretensión de color, decidirá
a favor de la agrupación que se identifique tra-
dicionalmente con el mismo, lo que quiere de-
cir que el uso en la materia es reconocido aquí
como fuente de derecho y evitará que alguna vi-
veza pueda desplazar el legítimo derecho al uso
de un color con el que tradicionalmente se iden-
tifica un partido político.
De acuerdo con el art. 19 del mismo decreto,
“dentro de las veinticuatro (24) horas de notifi-
cados por el Juzgado Electoral de la Capital Fe-
deral, los juzgados federales con competencia
electoral de cada distrito otorgarán a las agrupa-
ciones de distrito que no pertenezcan a agrupa-
ciones de orden nacional, los colores requeridos
que no hayan sido reservados en el orden nacio-
nal”.
Queda en claro, para todos los órdenes, que
“para la confección de las boletas solo pue-
de utilizarse la escala de colores, codificada de
manera que permita su identificación precisa,
y el color de la tipografía respectiva, utilizando
la codificación ‘Pantone’. En todos los casos el
reverso de las boletas debe imprimirse en fon-
do blanco” (art. 20) y “cada agrupación políti-
ca debe presentar para su oficialización formal,
ante el juzgado electoral del distrito respectivo,
los modelos de boletas, correspondientes a cada
lista, impresos en el color reservado” (art. 21).
Finalmente, “para la aprobación formal de los
modelos de boletas los juzgados federales con
competencia electoral deben controlar además
del cumplimiento de los requisitos estableci-
dos en el art. 62 del Código Electoral Nacional,
el respeto de las listas oficializadas, los colores
asignados, como así también que exista una cla-
ra diferenciación entre los modelos presentados
por todas las agrupaciones” (art. 22).
106 • Derecho electoral argentino
El dec. 444/2011 establece en su art. 1º que
“[p]ara la confección de las boletas de votación
el papel deberá ser tipo obra de sesenta (60)
gramos o un papel sustituto de similar calidad
y apariencia con un gramaje que no difiera, en
más o menos, del quince por ciento (15%); en
el anverso podrá tener fondo del color asigna-
do y en el reverso deberá ser blanco. En ese caso
la tipografía será de color negro o blanco, a fin
de garantizar la mejor legibilidad de la identifi-
cación partidaria y de la nómina de los candi-
datos. Asimismo puede utilizarse tipografía del
color asignado sobre fondo blanco. En cualquier
caso, deberá asegurarse que los colores, foto-
grafía y letras no sean visibles en el reverso de
la boleta. Solo podrán insertarse fotografías de
candidatos o candidatas, en colores o en blan-
co y negro, las que se ubicarán en el tercio cen-
tral de la boleta. No podrán utilizarse imágenes
como fondo ni sello de agua”.
El art. 2º establece que “si fuera oficializado un
modelo de boleta con color el asignado y luego,
por razones de fuerza mayor debidamente acre-
ditadas ante la junta electoral de la agrupación
política o ante el juzgado federal con competen-
cia electoral, según el caso, por el representante
de la lista interna o de la agrupación política, las
boletas no pudieran presentarse con dicho color
para la distribución, podrá utilizarse el blanco y
no serán consideradas como boletas no oficiali-
zadas en los términos del art. 101, apart. II, inc.
a), del Código Electoral Nacional”.
Art. 26.- Las juntas electorales partidarias
se integrarán, asimismo, con un (1) represen-
tante de cada una de las listas oficializadas.
Las listas de precandidatos se deben presen-
tar ante la junta electoral de cada agrupación
hasta cincuenta (50) días antes de la elección
primaria para su oficialización. Las listas de-
ben cumplir con los siguientes requisitos:
a) (Inciso sustituido por art. 5º de la ley
27.412 BO 15/12/2017). Número de precandi-
datos igual al número de cargos titulares y su-
plentes a seleccionar, respetando la paridad
de género de conformidad con las disposicio-
nes del art. 60 bis del Código Electoral Nacio-
nal;

b) Nómina de precandidatos acompañada
de constancias de aceptación de la postula-
ción suscritas por el precandidato, indicación
de domicilio, número de documento nacional
de identidad, libreta de enrolamiento o libre-
ta cívica, y declaración jurada de reunir los
requisitos constitucionales y legales pertinen-
tes;
c) Designación de apoderado y responsable
económico-financiero de lista, a los fines es-
tablecidos en la Ley de Financiamiento de los
Partidos Políticos, y constitución de domicilio
especial en la ciudad asiento de la junta elec-
toral de la agrupación;
d) Denominación de la lista, mediante color
y/o nombre la que no podrá contener el nom-
bre de personas vivas, de la agrupación políti-
ca, ni de los partidos que la integraren;
e) Avales establecidos en el art. 21 de la pre-
sente ley;
f) Declaración jurada de todos los precan-
didatos de cada lista comprometiéndose a
respetar la plataforma electoral de la lista;
g) Plataforma programática y declaración
del medio por el cual la difundirá.
Las listas podrán presentar copia de la do-
cumentación descrita anteriormente ante la
justicia electoral.
Composición de las juntas electorales par-
tidarias. Para darle sentido al término “asimis-
mo” que emplea el artículo en su frase inicial,
es preciso dejar sentado que las juntas electo-
rales partidarias deben ajustarse, en principio,
en su composición, a las prescripciones de las
respectivas cartas orgánicas. A esta integración
“natural”, la ley ha querido agregar un represen-
tante por cada una de las listas oficializadas. Sin
embargo, este “agregado” no es permanente ni
tiene lugar desde el comienzo mismo de la ac-
tuación de las juntas, sino que se verificará lue-
go de que queden oficializadas las listas que se
presenten a tales fines.
Existen, en consecuencia, dos etapas en la in-
tegración de estos órganos, con dos conforma-
ciones diferentes. Hasta la oficialización de las
listas, actuará la junta electoral “pura”, con la
Gabino Mario Tapia
composición que corresponda de acuerdo con
el estatuto partidario pertinente. Una vez cerra-
do el proceso de oficialización, se incorporarán
a ellas un representante por cada una de las lis-
tas que hubieren sido oficializadas. Es lo que
dice claramente la ley y repite, innecesariamen-
te, su decreto reglamentario (443/2011, art. 1º).
Este hecho debe ser informado a la Justicia Fe-
deral con competencia electoral (art. 2º).
Las juntas electorales partidarias suelen estar
integradas de acuerdo con determinadas ma-
yorías internas que podrían quedar alteradas
con estas nuevas incorporaciones, pudiéndose
constituir, así en una fuente de conflictos.
Lo que debe quedar en claro, es que no puede
haber incorporaciones parciales en esa segun-
da etapa, es decir, que estas incorporaciones se
vayan sucediendo a medida que se oficialicen
las distintas listas. La incorporación debe hacer-
se en conjunto, luego de quedar resueltas todas
las cuestiones referidas a las oficializaciones. Es
que, de lo contrario, se crearían mayorías cir-
cunstanciales artificiales que podrían perju-
dicar a la o las listas que aún no obtuvieron su
reconocimiento.
Lo cierto es que, si llegaren a plantearse im-
pugnaciones y apelaciones con relación a la ofi-
cialización de listas, las resoluciones respectivas
pueden demorar entre 16 y 20 días (véase co-
mentario al art. 27) con lo que, en tal supuesto,
la Junta partidaria habrá de quedar definitiva-
mente integrada recién 34 días antes del previs-
to para el comicio.
Fecha límite para solicitar la oficialización
de listas. Las listas, para obtener su oficializa-
ción, deben presentarse ante la junta electoral
partidaria hasta 50 días antes de la fecha del co-
micio, cumpliendo con todos los requisitos que
la ley enumera. El plazo es de días corridos, y
es idéntico al establecido por el art. 3º de la ley
14.086 de la provincia de Buenos Aires.
Requisitos. La ley nacional, en la misma nor-
ma que comentamos, establece cuáles son los
requisitos que las listas deben reunir para po-
der ser oficializadas: número de precandidatos
igual al número de cargos titulares y suplentes
a seleccionar, respetando el porcentaje mínimo
de precandidatos de cada sexo que establece la
SEGUNDA PARTE• 107
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
legislación vigente; aceptación de las postula-
ciones suscriptas por los precandidatos que de-
ben aportar sus datos personales; designación
de apoderado y de responsable económico-fi-
nanciero de la lista; constitución de domicilio
especial; denominación de la lista; compromiso
de cada precandidato de respetar la plataforma
que debe presentar y enunciación de los medios
por los cuales se difundirá esta última. Los ana-
lizaremos en forma separada, señalando su co-
rrelato, cuando corresponda, con la ley vigente
en la provincia de Buenos Aires que detalla los
requisitos en un artículo por separado (art. 4º,
ley 14.086).
Cantidad de precandidatos. La lista debe te-
ner igual cantidad de precandidatos titulares
y suplentes que los cargos que se eligen, res-
petando el cupo por género de acuerdo con lo
que dispone la ley 24.012 y su reglamentación.
Frente a tan rotunda afirmación, si una lista se
presenta incompleta, es decir, con menos pos-
tulantes que la cantidad de cargos en juego, ya
sean titulares o suplentes, la lista debería ser
rechazada, lo que en algún caso puede resul-
tar exagerado y excesivo. En este sentido se ha
escuchado la necesidad de reconocer cierta fle-
xibilidad en aras del principio de participación
política, si bien los márgenes de que disponen
las juntas partidarias son más exiguos que per-
misivos para poder hacer estas enmiendas.
Pero el dec. 443/2011 es claro: su art. 1º es-
tablece que “[l]a junta electoral partidaria o de
alianza, convocadas las elecciones primarias,
abiertas, simultáneas y obligatorias, procederá
a efectuar el análisis de la documentación pre-
sentada por las listas de precandidatos (...) y
oficializar las listas”; publicando en el sitio web
“las oficializaciones de las listas, las observacio-
nes que se les efectúen y toda otra resolución
que haga al proceso electoral, sin perjuicio de la
publicación de las mismas en las dependencias
de las juntas electorales partidarias” (art. 2º). De
acuerdo con el art. 10, siempre del mismo de-
creto, “[l]a junta electoral de la agrupación po-
lítica podrá intimar la sustitución o corrimiento,
según corresponda, de un candidato que in-
cumpla los requisitos o del que no se presente la
documentación indicada”.
Por su parte, y siempre al texto del nuevo texto
reglamentario (dec. 443/2011), “[l]os precandi-
108 • Derecho electoral argentino
datos deben presentar junto con las constancias
de aceptación de la postulación, la declaración
jurada de reunir los requisitos constitucionales
y legales pertinentes y de respeto por la plata-
forma electoral de la lista, de acuerdo al mode-
lo que establezca la Cámara Nacional Electoral”,
agregando el art. 7º que “[l]a junta electoral de
cada agrupación política solicitará al Registro
Nacional de Reincidencia los certificados de an-
tecedentes penales correspondientes de los pre-
candidatos, los que tendrán carácter gratuito y
con el trámite de preferente y pronto despacho”.
Por su parte, y “a los efectos de dar cumplimien-
to a lo establecido en el art. 33 de la ley 23.298, la
Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio
de Justicia y Derechos Humanos debe informar
a la Justicia Nacional Electoral la nómina de las
personas incluidas en los incs. f ) y g) del citado
artículo” (art. 8º). Finalmente, el art. 9º estable-
ce que “a los efectos previstos en el art. 27 de la
ley 26.571 los juzgados federales con competen-
cia electoral de cada distrito deben proveer, a las
juntas electorales de las agrupaciones políticas,
un listado actualizado de los electores del distri-
to que incluya los datos que posibiliten verificar
el cumplimiento de los extremos legales”.
La misma exigencia tiene la ley provincial,
pero debe dejarse a salvo, a su respecto, que las
juntas electorales, conforme habrá de verse, tie-
nen la facultad de formular observaciones a las
listas y que sus apoderados pueden subsanar-
las, de manera que no procederá, en el caso de
presentarse una lista incompleta, su rechazo in
limine. Lógicamente, la formulación de la “ob-
servación” será procedente si lo que se presenta
reviste el carácter de “lista” en sentido técnico,
ya que de lo contrario deberá procederse a su
rechazo, sin más.
Bajas posteriores. Puede ocurrir que una
lista se presente completa, pero que alguno o
varios de sus integrantes no reúnan las condi-
ciones necesarias para ser precandidatos, de-
biendo procederse a su baja, ya sea de oficio o a
petición de parte (impugnación). La lista, en tal
caso, quedará incompleta y consecuentemente
se plantearía a su respecto la misma situación
aludida en el punto anterior. Pensamos que
tanto en uno como en otro caso, debería con-
templarse un plazo, aunque más no fuere muy
breve, para subsanar el problema.

Distinto sería el caso si con posterioridad a
la presentación, pero antes de la oficialización,
disminuyere el número de integrantes de la lista
por renuncias o fallecimientos, casos en los que
debería procederse al corrimiento de la lista y
facultarse su integración. La misma solución
debería imperar si las bajas se producen luego
de la sentencia de oficialización.
Documento de identidad. Tanto la ley nacio-
nal como la provincial limitan sus exigencias a la
denuncia del número de documento de identi-
dad de los precandidatos. Consideramos que lo
que debe exigirse es una fotocopia certificada de
ese documento (LE, LC o DNI, según correspon-
da), toda vez que de él se desprenden elementos
indispensables para considerar la viabilidad de
las precandidaturas, como por ejemplo, el do-
micilio de las personas. Resulta incomprensible
que en la provincia de Buenos Aires se exija co-
pia del documento a quienes avalan una lista y
no rija igual exigencia nada menos que para con
los precandidatos.
Cupo. Si no se respeta el cupo de género (ley
24.012 y decreto reglamentario), la junta elec-
toral deberá intimar a que se haga el reorde-
namiento respectivo, bajo apercibimiento de
hacerlo en forma directa. La exigencia también
rige en la provincia de Buenos Aires (art. 11, ley
14.086, que remite al “porcentaje establecido en
el art. 32 de la ley 5109, texto según ley 11.733”).
Aceptación de precandidaturas. Los precan-
didatos deben aceptar su precandidatura en for-
ma expresa y por escrito, exigencia a la que debe
agregarse la presentación de una declaración
jurada o compromiso de respetar la plataforma
“de la lista”, cuestión esta última, a la que hare-
mos referencia algo más adelante.
Apoderado y representante económico-fi-
nanciero. Se trata de dos figuras que tienen una
importancia singular en el desarrollo de todo el
proceso electoral. El apoderado de la lista es
quien la representa y con quien se dirimirán
todas las cuestiones relacionadas con ella y las
vinculadas al proceso electoral. El apoderado
deberá constituir domicilio en la misma ciudad
en la que tiene su asiento la junta electoral y es-
tar en estrecha vinculación con ella de mane-
ra de notificarse de todas las resoluciones que
dicte.
Gabino Mario Tapia
El representante económico-financiero, por
su parte, está llamado a actuar en todas las cues-
tiones relacionadas con el aspecto económico
de la campaña, la distribución de fondos y las
rendiciones de cuentas, en consonancia con lo
que se dispone en la ley de financiamiento de
los partidos políticos. Este representante eco-
nómico-financiero, es designado por cada una
de las listas que oficialicen precandidatos y no
debe confundirse, ni aun existiendo lista única,
con el que debe designar el partido, más adelan-
te, también para las elecciones primarias.
Domicilio. La falta de constitución de domi-
cilio, por aplicación supletoria del Código Pro-
cesal, provocará que se lo tenga por constituido
en los estrados de la junta electoral, donde se
tendrán por válidas todas las notificaciones que
se ordenen, más allá que se elija otra forma para
hacerlas de acuerdo con el menú de alternativas
que ofrece la ley en su art. 27.
Denominación de la lista. Color. Existe aquí
una evidente contradicción con lo que dispone
el art. 25, lo que no implica desconocer la dife-
rencia que existe entre “lista” y “boleta”. El cita-
do art. 25 establece que todas las “boletas” de
una misma agrupación deben tener el mismo
color, en tanto en la norma que comentamos se
autoriza a que cada “lista” elija, para su desig-
nación, un color diferente. Consideramos que
la cuestión creada favorece la confusión y no es
sino una manifestación más de la desprolijidad
que caracterizó la sanción de esta ley. La deno-
minación de la “lista” es independiente del tinte
del papel en que se imprima (“lista verde”, p. ej.,
aun cuando se encuentre impresa en una bole-
ta blanca).
Pero además, el inciso contiene algunas otras
restricciones a las que conviene hacer alguna
referencia.
Designación con el nombre de personas.
La primera prohibición es que la lista se desig-
ne con el nombre de personas vivas. Nada dice
la ley en cuanto a sus derivados o a la posibili-
dad de que con el nombre se alegue que la re-
ferencia es a una persona muerta a pesar de su
similitud con una viva. Piénsese, por ejemplo,
en términos como “cobista”, “alfonsinista”, “kir-
chnerista”, etc., o en la designación como “Lis-
ta R. Alfonsín” o “Alfonsín” a secas, “picardías”
SEGUNDA PARTE• 109
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
que obligarían, seguramente, a que la justicia se
expida acerca de los alcances reales de esta dis-
posición.
Nada se dice con relación al uso de fotogra-
fías, que debería admitirse teniendo en cuenta
que la ley las acepta para las elecciones genera-
les (art. 62, Cód. Elect., modif. por ley 26.571), si
bien ello desvirtuaría la prohibición del uso de
nombres de personas vivas (una imagen, suele
repetirse, dice más que mil palabras).
Identificación de la lista con la agrupación
política. Otra de las prohibiciones que inclu-
ye el inciso que comentamos es que la lista se
identifique con el nombre del partido, confede-
ración o alianza por la que intervenga o que lo
incluya en su denominación. Tampoco, en estos
dos últimos casos, podrán emplearse los nom-
bres de los partidos que integren la coalición
respectiva.
Hasta ahora, los partidos políticos tienen asig-
nado un número que los identifica y caracteri-
za. Pensamos que la prohibición del inciso debe
entenderse extendida al uso de estos números,
ya que el propósito es idéntico al que se persi-
gue con la prohibición del uso del nombre de la
agrupación.
Avales. Remitimos al comentario al art. 21.
Plataforma de la lista. La norma parecería
exigir que cada lista presente una plataforma
electoral a cuya observancia deben compro-
meterse todos y cada uno de sus precandidatos.
Consideramos que se trata de un error, por lo
menos en lo atinente al uso de la palabra “lista”.
Las listas representan facciones de cada agru-
pación política. Son partes de un todo que es
el partido. Consecuentemente, si bien pueden
tener diferencias de matices entre sí, lo cierto
es que confluyen en un ideario común y en un
mismo programa, porque esto hace a la esen-
cia del partido político —arts. 3º y 7º, inc. c), ley
23.298—. El diseño de una plataforma es cues-
tión que atañe al partido como tal, que defini-
rán sus máximas autoridades y que deberá ser
respetada por todas las listas de la agrupación.
Por otra parte y si nos ubicamos en una elec-
ción legislativa, la lista definitiva de la agrupa-
110 • Derecho electoral argentino
ción política será el resultado de la aplicación
del sistema que tenga previsto cada una de ellas
para integrarla con todas las que alcanzaron el
mínimo de votos exigido para participar. Hasta
es muy probable que todas las que participa-
ron tengan en ella alguna representación. ¿Cuál
de las supuestas plataformas debería respetar,
en tal caso, cada candidato? Si integrase la lista
definitiva por la lista minoritaria, por ejemplo,
¿estaría obligado a cumplir las propuestas que
hubiere propuesto su adversaria en las eleccio-
nes primarias? La respuesta deja en claro que lo
que todos los candidatos deben respetar es la
plataforma del partido y lo que cada lista debe
presentar es esta única.
Por otro lado, la ley exige que cada lista in-
dique por qué medio habrá de difundir esa
plataforma. La exigencia es realmente incom-
prensible y creemos que, cuanto mucho, habrá
de dar lugar a que todos repitan, lacónicamen-
te, que la difusión se hará por los medios au-
torizados a tal fin. No olvidemos que todo lo
relacionado con las campañas electorales y con-
tratación de espacios publicitarios se encuentra
celosamente regulado, sobre todo a partir de la
sanción de esta ley y de las reformas que intro-
dujo en la ley de financiamiento de los partidos
políticos, de manera que no queda mucho cam-
po para eludirla sin recibir las sanciones que se
encuentran previstas. Y si alguien tuviere el pro-
pósito de hacerlo, es evidente que no habrá de
confesarlo.
Copias. Las listas pueden presentar copia de
todo lo presentado ante el organismo partidario,
al juzgado federal con competencia electoral en
el distrito. No se trata de una obligación, sino de
una facultad que solo se explica como reasegu-
ro y ante una gran desconfianza que se tenga en
la junta electoral del propio partido o agrupa-
ción política. El juzgado federal nada hará con
la documentación que se le acompañe. Solo or-
denará su reserva en secretaría para “su oportu-
nidad”, y solo habrá de evaluarla en caso de que
se suscite algún conflicto con ella.
Art. 27.- (Modificado por el art. 12 de la ley
27.120). Presentada la solicitud de oficializa-
ción, la junta electoral de cada agrupación
verificará el cumplimiento de las condicio-
nes establecidas en la Constitución Nacional,
la Ley de Partidos Políticos, el Código Elec-

toral Nacional, el Protocolo Constitutivo del
Parlamento del Mercosur, la carta orgánica
partidaria y, en el caso de las alianzas, de su
reglamento electoral. A tal efecto podrá solici-
tar la información necesaria al juzgado fede-
ral con competencia electoral del distrito, que
deberá evacuarla dentro de las veinticuatro
(24) horas desde su presentación.
Dentro de las cuarenta y ocho (48) horas de
presentadas las solicitudes de oficialización
la junta electoral partidaria dictará resolu-
ción fundada acerca de su admisión o recha-
zo, y deberá notificarla a las listas presentadas
dentro de las veinticuatro (24) horas.
Cualquiera de las listas podrá solicitar la
revocatoria de la resolución, la que deberá
presentarse por escrito y fundada ante la jun-
ta electoral dentro de las veinticuatro (24)
horas de serle notificada. La junta electoral
deberá expedirse dentro de las veinticuatro
(24) horas de su presentación.
La solicitud de revocatoria podrá acompa-
ñarse del de apelación subsidiaria en base a
los mismos fundamentos. Ante el rechazo de
la revocatoria planteada la junta electoral
elevará el expediente sin más al juzgado fede-
ral con competencia electoral del distrito co-
rrespondiente dentro de las veinticuatro (24)
horas del dictado de la resolución confirma-
toria.
Todas las notificaciones de las juntas electo-
rales partidarias pueden hacerse indistinta-
mente: en forma personal ante ella, por acta
notarial, por telegrama con copia certificada
y aviso de entrega, por carta documento con
aviso de entrega, o por publicación en el sitio
web oficial de cada agrupación política.
Carácter de los plazos. Una discusión que
se puede generar a partir de la redacción de la
norma que comentamos es la referida a la for-
ma de computar los plazos que consagra. ¿Son
horarios como realmente la norma expresa, o
simplemente de “días”? La cuestión no es me-
nor, por cuanto se trata de plazos procesales,
perentorios e improrrogables, referidos exclusi-
vamente al período habilitado para el ejercicio
del derecho respectivo.
Gabino Mario Tapia
En un principio nos habíamos inclinado por
la unidad temporal antes que por la horaria,
quizás por considerarla más práctica o porque
en los hechos la mayoría de los tiempos habrían
de caer en horarios insólitos en que la imposibi-
lidad de cumplir actos procesales válidos todo
lo diría, pasando las consecuencias, de hecho, a
las “dos primeras horas” del día siguiente hábil.
Pero un análisis más detallado del texto del dec.
443 nos lleva a rectificarnos y a que considere-
mos que, pese a lo dicho y a que en la práctica
suceda definitivamente así, la reglamentación
ha persistido en la búsqueda de un trámite ágil,
dentro de un calendario electoral muy apretado,
y que por ello ha fijado términos de muy difícil
cuando no de casi imposible cumplimiento, al
menos en algunos casos, pero a los que habrá
que atenerse con las aclaraciones efectuadas.
En materia de recurso extraordinario rigen dis-
posiciones similares, sin que por ello se hayan
hecho grandes ataques al derecho de defensa
en juicio o de igualdad ante la ley o del debido
proceso.
En abono de nuestra nueva óptica sobre el
tema, acudimos al texto del art. 12 del dec.
regl. 443/2011 en cuanto expresa que “a efec-
tos del cómputo de los plazos para recurrir las
resoluciones de las juntas electorales, las agru-
paciones políticas deben hacer constar en la pu-
blicación de las oficializaciones y observaciones
a las listas, la fecha y horario en que se efectúa”,
con lo que queda claro que es la preferencia ho-
raria la que comanda los tiempos.
Así, las juntas electorales partidarias deben
hacer, en tan solo dos días, un verdadero control
de derecho de las listas presentadas y de cada
precandidato que la integra, debiendo decidir
si cumplen o no con las condiciones estable-
cidas en la Constitución Nacional, en la ley de
partidos políticos, en el Código Electoral Nacio-
nal, en la carta orgánica partidaria o reglamento
electoral aprobado en el caso de las alianzas y
si se cumple con la ley 24.012 y su decreto re-
glamentario en cuanto a la representación por
género se refiere.
Puede ser que la tarea no sea tan ardua cuan-
do se trate de listas únicas o de la elección de
precandidatos a presidente y vicepresidente de
la Nación o incluso de legisladores en distritos
donde se renueva una escasa cantidad de re-
SEGUNDA PARTE• 111
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
presentantes. Pero en distritos donde estas re-
presentaciones son numerosas, como ocurre en
los distritos electoralmente más importantes, la
labor de las juntas electorales partidarias será
ímproba, no descartándose errores imputables
sino al escaso tiempo asignado a ellas para que
resuelvan.
Consulta. En casos de duda acerca de la habi-
lidad de los precandidatos propuestos, las juntas
partidarias podrán solicitar informes al juzgado
federal con competencia electoral correspon-
diente. En este caso, se suspende el plazo de dos
días asignado, que renacerá automáticamente a
partir de la recepción de la respuesta requerida.
El dec. 443/2011, establece en sucesivas nor-
mas, que “[l]a junta electoral de cada agrupa-
ción política solicitará al Registro Nacional de
Reincidencia los certificados de antecedentes
penales correspondientes de los precandidatos,
los que tendrán carácter gratuito y con el trámite
de preferente y pronto despacho” (art. 7º); que
“a los efectos de dar cumplimiento a lo estable-
cido en el art. 33 de la ley 23.298, la Secretaría de
Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos debe informar a la Justicia
Nacional Electoral la nómina de las personas in-
cluidas en los incs. f ) y g) del citado artículo” (art.
8º) y que “a los efectos previstos en el art. 27 de
la ley 26.571 los juzgados federales con compe-
tencia electoral de cada distrito deben proveer,
a las juntas electorales de las agrupaciones polí-
ticas, un listado actualizado de los electores del
distrito que incluya los datos que posibiliten ve-
rificar el cumplimiento de los extremos legales”
(art. 9º). Finalmente, el art. 10 del mismo cuerpo
normativo establece que “la junta electoral de la
agrupación política podrá intimar la sustitución
o corrimiento, según corresponda, de un candi-
dato que incumpla los requisitos o del que no
se presente la documentación indicada o la in-
tegración de avales faltantes en caso de nulidad
de alguno de los presentados”, aunque es cierto
que mucho margen para hacer estas correccio-
nes no queda y que las vistas o traslados que se
corran a tal fin serán necesariamente exiguos.
No puede soslayarse tampoco que la ley asig-
na al jugado, para evacuar las consultas que
se le formulen, apenas un día, con lo que co-
rroboramos lo expuesto. Si las consultas se
multiplicaran o estuvieren referidas a varios
112 • Derecho electoral argentino
precandidatos, las estructuras podrían verse so-
brepasadas. La consecuencia no sería otra que
las demoras que se irían acumulando en un cro-
nograma electoral excesivamente apretado.
De cualquier manera fue zanjado, en aras del
principio de representación popular, un proble-
ma que el texto de la ley había dejado plasma-
do como irresoluto y tajante, felizmente ahora
dejado de lado, aunque obligue a alguna licen-
cia temporaria que seguramente beneficiará al
conjunto.
Pronunciamiento de la junta partidaria. A
partir de la presentación del pedido de oficiali-
zación, las juntas electorales partidarias tienen
dos días para pronunciarse acerca de la proce-
dencia o no del pedido de oficialización. Si el
plazo se hubiere interrumpido por la necesidad
de alguna consulta a la Justicia, se reanudará au-
tomáticamente al recibir la respuesta. El fallo de
la junta electoral partidaria debe ser fundado,
esto es, explicando los motivos que la llevaron a
tomar la decisión que haya adoptado.
De acuerdo con el texto de la ley, este plazo
correría a partir de la presentación de cada lista
y no del vencimiento del plazo general para ha-
cer las presentaciones, de suerte tal que podría
pensarse en resoluciones “individuales” y a me-
dida que las presentaciones se vayan efectuan-
do, lo que consideramos que sería altamente
inconveniente, no solo porque podría dar lugar
a múltiples causas, sino porque además, las lis-
tas que aún no se hubieran presentado, obvia-
mente no serían notificadas de la oficialización
que se hubiese decidido, ni tendrían legitima-
ción para apelar la resolución respectiva. Con-
secuentemente, consideramos que el plazo de
48 horas para resolver recién debe contabilizar-
se a partir del vencimiento del plazo general es-
tablecido para la presentación de todas las listas
y que esa resolución debe ser única e involucrar
a todas las que aspiraron a su oficialización.
Notificación. La resolución del tribunal par-
tidario debe ser notificada a todas las listas par-
ticipantes dentro de las 24 horas de haber sido
dictada.
La parte final de la norma establece las formas
en que dicha notificación puede practicarse vá-
lidamente. Si bien la gama es amplia y daría la

impresión que el partido podría elegir la forma
que más le convenga o que considere más apro-
piada, elementales razones de orden y a fin de
establecer claramente las reglas de juego, resul-
ta aconsejable que en el reglamento electoral
que cada agrupación dicte, deje establecido de
qué forma se van a practicar las notificaciones,
especialmente si se eligiere la publicación en el
sitio web oficial de la agrupación.
Las alternativas de notificación, son:
1) Personalmente;
2) Acta notarial;
3) Telegrama con copia certificada y aviso de
entrega;
4) Carta documento con aviso de entrega;
5) Publicación en el sitio web oficial del par-
tido.
Lo que la ley exige, en definitiva, es una notifi-
cación fehaciente, principio que se ve atenuado
con la posibilidad de hacer notificaciones vir-
tuales que reconoce la última parte de la norma,
aunque es evidente que la ley le ha asignado a
esta vía el carácter de notificación bastante. A
este respecto, el dec. 443/2011 establece en su
art. 11 que “en el caso que las agrupaciones po-
líticas opten por notificar sus resoluciones en
su sitio web oficial, de acuerdo a lo previsto en
el art. 27 de la ley 26.571, deben hacer saber tal
circunstancia de modo fehaciente a cada lista
interna, al momento que se presenten para la
oficialización”, con lo que se evitará toda sorpre-
sa o queja posterior.
No puede dudarse que la notificación per-
sonal es la que más conviene y seguramente la
que se va a utilizar con mayor frecuencia. Los
apoderados de las listas tienen la obligación de
estar en permanente contacto con la junta elec-
toral, de manera que exigir su presencia opor-
tuna en el ámbito de la Junta no es una cuestión
que pueda tildarse de exagerada o abusiva. Por
eso, con buen criterio, el art. 13 del dec. regl.
443/2011 dispone que “en la primera oportu-
nidad que una lista interna deba realizar una
presentación ante el juzgado federal con com-
petencia electoral, debe constituir domicilio en
Gabino Mario Tapia
la ciudad asiento del respectivo juzgado electo-
ral, bajo apercibimiento de tenerlo por consti-
tuido en los estrados del juzgado”, criterio que el
cuerpo normativo repite más adelante para los
casos de interposición de cada recurso.
Las restantes vías de notificación no parece
que vayan a ser mayormente utilizadas, esen-
cialmente por su costo y por las demoras que
suponen en un régimen que lo que busca es la
rapidez, en atención a la perentoriedad de los
plazos y la necesidad política de tener rápida-
mente a los candidatos (precandidatos en este
caso) “en la calle”, sin perjuicio de saludar la
obligación de fijar en una tablilla del ámbito de
la Junta partidaria las resoluciones que se vayan
dictando, para conocimiento general.
Vía recursiva. La norma que comentamos
sustituye, para las elecciones primarias, el pro-
cedimiento establecido en el art. 32 de la ley
23.298, que subsiste, sin embargo, para el tra-
tamiento de las cuestiones que se susciten en
ocasión de las elecciones internas de autorida-
des partidarias.
Se introduce en el caso un recurso de revo-
catoria que puede estar acompañado, como en
los procesos comunes, del recurso de apelación
en subsidio, que se entenderá fundado con los
argumentos que sostengan a aquel. Si, como
es de presumir, la Junta partidaria mantiene su
criterio —para lo cual la ley le fija el exiguo pla-
zo de un (1) día— deberá elevar el expediente
al juzgado federal con competencia electoral
pertinente dentro de las 24 horas siguientes a
su pronunciamiento, independientemente de
la notificación que curse para hacer saber lo re-
suelto.
Adviértase que estos recursos carecen de
sustanciación con la otra u otras partes o listas
presentadas y obviamente interesadas en el re-
sultado del caso, ya que no está previsto traslado
alguno. La disputa jurídica es entre el “lesiona-
do” por el pronunciamiento y la junta electoral
partidaria. Sin embargo, consideramos que el
tribunal podría disponer un breve traslado a la
lista “atacada” (suponiendo que se apele la de-
cisión de oficializarla) para preservar el princi-
pio de contradicción y dejar a salvo el derecho
de defensa.
SEGUNDA PARTE• 113
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
La ley, por otra parte, permite la apelación a
cualquiera de las listas presentadas, de manera
que todas ellas se encuentran legitimadas para
cuestionar la oficialización de su o sus adver-
sarias. Por eso es que consideramos objetable
que no se encuentre previsto un traslado que le
permita a la lista “atacada”, contestar los agra-
vios que hubiere vertido el apelante y evitar que,
eventualmente, pueda considerar vulnerado su
derecho de defensa y sobre esa base deducir
nuevos recursos que dilaten la cuestión más allá
de lo que hubiese sido necesario o deseable. Por
eso es que pese al silencio legal, entendemos
que el tribunal podría correr un breve traslado
que neutralice estas posibilidades, obviamente
atendiendo a las circunstancia del juego y a los
tiempos disponibles, que no juzgamos, por cier-
to, muy holgados.
Efectos de los recursos. La cuestión se en-
cuentra legislada en el art. 29, al que remitimos.
Actuación posterior. Remitimos al comenta-
rio al art. 30.
Concepto de lista. Tiene dicho la Cámara Na-
cional Electoral que “el vocablo ‘lista’ coincide
con sus sinónimos: enumeración, inventario,
catálogo, relación, registro (‘Gran Diccionario
de Sinónimos’, Larousse, Bs. As., 1983, ps. 291-2).
Gramaticalmente significa para el Diccionario
de la Real Academia Española, una enumera-
ción, generalmente en forma de columna, de
personas, cosas, cantidades, que se hace con
determinado propósito (XIXª ed.). Apare-
ce evidente que la enumeración importa una
pluralidad de personas. Para la especie en su
singularidad política, se trata que la nominación
constituya lista electoral. Lista electoral es una
enumeración en orden de precandidatos o can-
didatos nominados que cumpliendo determi-
nados requisitos, se presenta ante el organismo
electoral competente con el propósito, si aque-
llos están reunidos cumplidamente, de obtener
su oficialización legal para poder participar en
la competición de los actos políticos comiciales
y plurilaterales de la votación (...). Dichos pre-
candidatos o candidatos deben reunir ciertos
requisitos constitucionales, estatutarios y lega-
les (...) [lo que] proporciona la distinción como
estadios sucesivos entre presentación de una
posible lista y oficialización de la misma cuan-
do en sendos aspectos sea una verdadera lista
114 • Derecho electoral argentino
electoral. Por consiguiente, si aquella presenta-
ción importa hacerlo de una lista electoral en el
sentido expuesto, la respectiva junta electoral
deberá oficializarla; puede abocarse sin duda a
efectuar las observaciones cuando faltaren re-
quisitos subsanables, ordenando previamente
cumplirlos mediante el procedimiento de ex-
cepción arbitrado (...), pero para ello debe ser-
le presentada una auténtica lista electoral. En
caso contrario, cuando del análisis a que se so-
mete resultare que no existe lista electoral o que
la presentación no reúne ese carácter, se ajus-
ta a derecho tenerla por no presentada; puesto
que si no fuera así, está impedida de oficializar
en definitiva, y estaría interviniendo cual juez y
parte en la conformación de una verdadera lis-
ta electoral. La formación exige lista electoral
fehaciente y en ese caso, de existir, confiere un
prudente plazo no para confeccionar una nue-
va lista sino para sanear deficiencias en cuanto
a los requisitos razonables subsiguientes” (2).
En una apretada pero no menos clara síntesis,
el mismo tribunal expresó que el término “lista”
no se identifica con “partido”, sino que es “una
nómina ordenada de candidatos” y que si dos
agrupaciones llevan candidatos comunes en sus
boletas (lo que no sería factible en la actualidad
en atención a las disposiciones de la ley 26.571)
lo que hacen es sostener ante el cuerpo electoral
una misma lista de candidatos. “Lista”, por con-
siguiente, no es equivalente a “partido” (3).
Art. 28.- Sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo anterior, la resolución de la junta
electoral de la agrupación puede ser apelada
por cualquiera de las listas de la propia agru-
pación ante los juzgados con competencia
electoral del distrito que corresponda dentro
de las cuarenta y ocho (48) horas de serle no-
tificada la resolución, fundándose en el mis-
mo acto.
Los juzgados deberán expedirse en un plazo
máximo de setenta y dos (72) horas.
La resolución de los jueces de primera ins-
tancia podrá ser apelada ante la Cámara Na-
cional Electoral dentro de las cuarenta y ocho
(2) CNE, “Biglieri Yolivan s/ oficialización, impugn-
ación de listas UCR - Distrito Lanús”, fallo 155/85.
(3) CNE, fallo 783/89.

(48) horas de serle notificada la resolución,
fundándose en el mismo acto. El juzgado fe-
deral con competencia electoral de primera
instancia deberá elevar el expediente a la Cá-
mara Nacional Electoral dentro de las veinti-
cuatro (24) horas de interpuesto el recurso.
La Cámara deberá expedirse en un plazo
máximo de setenta y dos (72) horas desde su
recepción.
Carácter del pronunciamiento judicial. “El
pronunciamiento de primera instancia recaído
en un incidente de oficialización de candidatos,
dictado en relación a un partido, se encuentra
referida exclusivamente a las calidades de los
precandidatos que la integran y a la verifica-
ción del cumplimiento de lo dispuesto por la
ley 24.012 —y su decreto reglamentario— en
los términos de los arts. 60 y 61 del Cód. Elect.
La etapa de registro de propuestos no tiene otro
objeto que la comprobación de que estos reú-
nen los requisitos constitucionales y legales —
edad, residencia, etc.— del cargo para el cual
se postulan (cf. CNE fallos 1045/91, 1062/91 y
1128/91). Es decir, se trata de verificar exclusiva-
mente sus condiciones personales y el respeto a
la ley 24.012, sin que interese —desde el punto
de vista legal y en este específico aspecto— que
hayan sido registrados a su vez, por otra agru-
pación” (4).
Recurso de apelación. Cualquiera de las lis-
tas participantes puede recurrir por vía de ape-
lación el fallo de la junta electoral de su propia
agrupación. Tiene para ello un plazo de dos (2)
días desde que hubiere sido notificada. El recur-
so debe interponerse debidamente fundado.
El juzgado deberá expedirse dentro de los tres
(3) días siguientes al de recepción del expedien-
te, sin necesidad de correr, previamente, vista al
fiscal. Reiteramos aquí lo dicho en ocasión de
comentar el artículo anterior, en relación con la
conveniencia de correr traslado de los agravios a
la lista que pueda considerarse perjudicada si se
revocase la decisión recurrida.
El fallo del juzgado no reviste el carácter de
definitivo sino que es atacable ante la Cámara
Nacional Electoral. El recurso debe ser inter-
(4) CNE, fallo 2984/2001.
Gabino Mario Tapia
puesto debidamente fundado ante el mismo
juez que dictó el pronunciamiento, debiendo
elevar todo lo actuado al Superior dentro de las
siguientes veinticuatro (24) horas. La Cámara
deberá pronunciarse en forma definitiva dentro
de los tres (3) días siguientes, contados desde la
fecha de recepción de las actuaciones.
Art. 29.- Tanto la solicitud de revocatoria
como los recursos interpuestos contra las re-
soluciones que rechacen la oficialización de
listas serán concedidos con efecto suspensivo.
Efecto de los recursos. Los recursos de ape-
lación interpuestos contra las resoluciones que
rechacen oficializaciones, serán concedidos con
efecto suspensivo. Esto quiere decir que has-
ta tanto no exista pronunciamiento definitivo,
las listas se encuentran “vivas”. Si bien no hay
aclaración sobre este punto en la ley provincial,
debe seguirse el mismo criterio.
Art. 30.- La resolución de oficialización de
las listas una vez que se encuentra firme, será
comunicada por la junta electoral de la agru-
pación, dentro de las veinticuatro (24) horas,
al juzgado federal con competencia electoral
que corresponda, el que a su vez informará al
Ministerio del Interior a los efectos de asigna-
ción de aporte, espacios publicitarios y fran-
quicias que correspondieren.
En idéntico plazo hará saber a las listas
oficializadas que deberán nombrar un re-
presentante para integrar la junta electoral
partidaria.
Comunicaciones. Cuando quede firme la re-
solución referida a la oficialización de listas, ya
sea por no haber sido recurrida como por ha-
berse dictado un fallo definitivo aceptándo-
las, la decisión respectiva debe ser puesta en
conocimiento del juzgado federal con compe-
tencia electoral que corresponda, el que, a su
turno lo comunicará al Ministerio del Interior a
los efectos que se indican en el artículo que co-
mentamos (asignación de aportes, espacios pu-
blicitarios y franquicias que correspondan).
Asimismo, la junta electoral partidaria deberá
informar esta circunstancia a todas las listas ofi-
cializadas a fin de que designen un representan-
te de cada una de ellas para que se incorporen al
SEGUNDA PARTE• 115
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
cuerpo. Según ya dijéramos, esa incorporación
se hará en calidad de “integrantes” de la Junta,
de suerte tal que tales representantes tendrán
voz y voto en las decisiones que se adopten y de-
berán ser tenidos en cuenta a los fines del quó-
rum para funcionar válidamente.
CAPÍTULO IV
Campaña electoral
Art. 31.- (Sustituido por el art. 38 de la ley
27.504, BO del 31/05/2019). La campaña elec-
toral de las elecciones primarias, abiertas, si-
multáneas y obligatorias se inicia cincuenta
(50) días antes de la fecha del comicio. Queda
prohibida la emisión y publicación de avisos
publicitarios en medios televisivos y radiales
con el fin de promover la captación del sufra-
gio para candidatos a cargos públicos electi-
vos, así como también la publicidad alusiva a
los partidos políticos y a sus acciones, antes de
los treinta y cinco (35) días previos a la fecha
fijada para el comicio. La emisión y publica-
ción de avisos publicitarios para promoción
con fines electorales en medios gráficos, vía
pública, internet, telefonía móvil y fija, y pu-
blicidad estática en espectáculos públicos,
solo podrá tener lugar durante el período de
campaña establecido en esta ley.
La publicidad y la campaña finalizan cua-
renta y ocho (48) horas antes del inicio del
acto eleccionario.
El juzgado federal con competencia elec-
toral dispondrá en forma inmediata el cese
automático del aviso cursado cuando este es-
tuviese fuera de los tiempos y atribuciones re-
gulados por la ley.
Duración de las campañas. La ley 27.504 (5)
es una extensa norma que introduce modifica-
ciones a la ley 26.215 —de Financiamiento de
los Partidos Políticos—, a la ley 19.945 —Códi-
go Electoral Nacional—, a la ley 26.571 —de De-
mocratización de la Representación Política, la
Transparencia y la Equidad Electoral—, a la ley
19.108 —de Organización de la Justicia Nacional
(5) La ley 27.504 fue promulgada mediante el dec.
388/2019 (BO del 31/05/2019).
116 • Derecho electoral argentino
Electoral— y a la Ley de Impuesto a las Ganan-
cias —t.o. dec. 649/1997—.
La ley regula la campaña electoral de las elec-
ciones primarias abiertas simultáneas y obliga-
torias autorizándolas desde cincuenta (50) días
antes de la fecha del comicio hasta cuarenta y
ocho (48) horas antes del inicio del acto eleccio-
nario. Esto implica que toda publicidad y todo
acto proselitista debe cesar a partir de las ocho
(8) de la mañana del día viernes anterior al do-
mingo previsto para la realización de las elec-
ciones.
La violación de estas prohibiciones trae como
consecuencia la aplicación de sanciones que se
analizarán al tratar los artículos respectivos.
El período de campaña pasa a ser de 50 días
antes de las PASO y 50 días antes de la general
(antes 30 y 35 días respectivamente) para cubrir
el tiempo que transcurre entre la inscripción
de precandidatos y candidatos y la veda elec-
toral. En consonancia, se alargan los plazos de
la campaña audiovisual a 35 días antes de cada
instancia de la elección (antes era de 20 días an-
tes de las PASO y 25 antes de la general). Como
contrapartida, la proporción del tiempo que las
emisoras de radio y TV deben ceder para que
los partidos emitan publicidad electoral duran-
te ese período se reduce a la mitad, del 10 al 5%
del tiempo de programación. Además, a partir
de 2020 la mitad de ese tiempo —que hasta aho-
ra se cedió gratuitamente— será considerada
pago a cuenta de impuestos nacionales. La de-
cisión está en línea con reclamos que las emi-
soras agrupadas en ATA y ARPA llevan adelante
en el fuero contencioso administrativo federal
contra distintas disposiciones incluidas en la
ley 26.522 de Medios, entre ellas el art. 74, sobre
publicidad política. En particular, las asociacio-
nes reclaman para los medios que las integran
compensación por los espacios de publicidad
cedidos a partir de las elecciones de 2011. Por
otra parte, la ausencia de reglas sobre el uso de
la publicidad oficial dentro y fuera del período
de campaña persiste. En forma proporcional a la
ampliación del periodo de campaña, se amplía
de 15 a 25 días la prohibición de hacer anuncios,
lanzamientos o inauguraciones, en forma pro-
porcional a la extensión del período de campa-
ña.

Redes sociales y la problemática de las
fake news. La Cámara Nacional Electoral, el
16/08/2018, dictó una acordada extraordinaria
—nro. 66—, donde se expone al respecto que
“en relación con la información y difusión de
ideas de las agrupaciones políticas en las con-
tiendas electorales, no puede dejar de advertirse
el impacto y los nuevos desafíos que representa
el auge de las plataformas y entornos digitales,
que se constituyeron en un novedoso circuito
de comunicación, dado que el uso de las redes
sociales —que en los últimos años se tornaron
herramientas de uso masivo— aceleraron los
tiempos de circulación y difusión de la infor-
mación. Al respecto, no puede soslayarse que
el rol de las nuevas tecnologías implica nuevas
formas de construcción de sentido sustancial-
mente distintas a las de los medios tradiciona-
les de comunicación. Ello adquiere particular
relevancia, al considerar el fenómeno que se ha
producido en los últimos años en nuestro país,
respecto a la forma en que los ciudadanos se in-
forman de los asuntos políticos. Tendencia que
—vale señalar— forma parte de un proceso de
escala global, constituyendo un nuevo paradig-
ma de la era digital”.
Sin lugar a dudas, estas nuevas herramientas
han incidido en la forma en que la ciudadanía
del país se informa, en el contexto de la era digi-
tal, respecto de las cuestiones de índole política.
En consonancia con los avances tecnológicos de
la actualidad el art. 19 de la ley 27.504 incorpora
un interesante capítulo —III ter—, que contie-
ne cuatro artículos —43 decies, 43 undecies, 43
duodecies, 43 terdecies—, dentro del tít. III de la
ley 26.215.
a) Registro de cuentas oficiales. Conforme a lo
previsto en el art. 43 decies la Cámara Nacional
Electoral llevará el registro de las cuentas oficia-
les que los precandidatos, candidatos y las agru-
paciones políticas poseen en las redes sociales,
en los sitios de Internet y en los diversos me-
dios de comunicación digital, tal como se expo-
ne en dicho artículo: “Art. 43 decies: Registro de
cuentas oficiales. La Cámara Nacional Electoral
llevará el registro de las cuentas de redes socia-
les, sitios de internet y demás canales digitales
de comunicación de los precandidatos, candi-
datos, agrupaciones políticas y máximas auto-
ridades partidarias. Los representantes legales
de los partidos políticos reconocidos, confede-
Gabino Mario Tapia
raciones y alianzas vigentes deberán inscribir
ante este registro los datos de identificación de
los respectivos perfiles. Asimismo, en ocasión
de cada proceso electoral los apoderados de lis-
ta registrarán dichos datos respecto de los pre-
candidatos y candidatos oficializados”.
Por su parte, la acord. extraord. 66/2018,
dentro del acuerdo (en el pto. 2º) dispone la
creación de  ”un ‘Registro de cuentas de redes
sociales y sitios web oficiales de los candidatos,
agrupaciones políticas y máximas autoridades
partidarias’, que será llevado por las secretarías
electorales y publicado en el sitio de Internet del
fuero”. Al mismo tiempo estipula que “en dicho
registro se inscribirán las direcciones web y las
cuentas oficiales en redes sociales de los parti-
dos políticos reconocidos, confederaciones y
alianzas vigentes, así como las de sus máximas
autoridades”.
b) Rendición de gastos de campaña. Una de las
temáticas que desde antaño ha generado con-
troversias en el país se vincula, precisamente,
con la transparencia y con la rendición de las
erogaciones de las campañas ante la ciudada-
nía. Ahora, de acuerdo con las directivas del art.
43 undecies, este tipo de acciones dentro de las
plataformas digitales se encuentran regladas.
De modo que, la Cámara Nacional Electoral
será la encargada de reglamentar esta cuestión,
tal como se desprende del artículo que transcri-
biré a continuación: “Art. 43 undecies: Rendición
de gastos de campaña en plataformas digitales.
Junto con las rendiciones de cuentas que pre-
senten las listas y las agrupaciones políticas par-
ticipantes en los comicios deberá acompañarse
el material audiovisual de las campañas en in-
ternet, redes sociales, mensajería y cualquier
otra plataforma digital. La Cámara Nacional
Electoral reglamentará la normativa tendiente a
garantizar la rendición de cuentas de este tipo
de publicidad por parte de las agrupaciones po-
líticas participantes, teniendo en cuenta las cir-
cunstancias particulares de esta contratación”.
c) Acciones de concientización y de formación
cívica. Teniendo en cuenta de que en nuestro
país se encuentran habilitados para votar los
jóvenes a partir de los 16 años, los medios di-
gitales son un elemento clave para este come-
tido. Respecto de estas acciones de instrucción
cívica el art. 43 duodecies establece estos térmi-
SEGUNDA PARTE• 117
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
nos: “Art. 43 duodecies: Campañas de concienti-
zación y formación cívica en entornos digitales.
Dentro de los treinta (30) días previos a cada co-
micio la Cámara Nacional Electoral deberá di-
fundir mensajes institucionales de formación
cívica y educación digital, destinados a infor-
mar cuestiones relacionadas con las elecciones
y a concientizar a la ciudadanía sobre un uso
responsable y crítico de la información electoral
disponible en internet”.
d) Destino de la inversión en la publicidad di-
gital. La norma dispone cuál será el destino de
los fondos invertidos en la publicidad digital,
considerando los medios periodísticos nacio-
nales y los medios provinciales, de acuerdo con
las siguientes directivas: “Art. 43 terdecies: Des-
tino de inversión en publicidad digital. Del total
de los recursos públicos destinados a la inver-
sión en publicidad digital, al menos un treinta
y cinco por ciento (35%) deberá destinarse a si-
tios periodísticos digitales generadores de con-
tenido y de producción nacional y al menos otro
veinticinco por ciento (25%) a sitios periodísti-
cos digitales generadores de contenido y de pro-
ducción provincial, siguiendo un criterio similar
al de la coparticipación federal”.
Por otra parte, de las rendiciones de cuentas
que las agrupaciones políticas deben presentar
ante la justicia electoral, se advierte que en los
últimos años se han incrementado exponencial-
mente los gastos que se destinan a la publicidad
en redes. En efecto, según la última información
disponible en la Cámara Nacional Electoral, los
recursos destinados a la propaganda en tales
plataformas pasaron del 4,71% en 2011 al 31.01%
en las elecciones legislativas del año 2017. En
consecuencia, es necesario disponer mecanis-
mos de control más precisos para detectar even-
tuales omisiones en las declaraciones de gastos
en el rubro. En este sentido, corresponde esta-
blecer pautas mínimas que deben observar las
rendiciones de las agrupaciones partidarias,
relativas a la publicidad en redes sociales, tal
como se dispuso oportunamente en lo que con-
cierne a la forma de registrar y acreditar las acti-
vidades de capacitación (6).
Fake news. Fake news es un término discuti-
do y también objeto de debate. Generalmente
(6) Conf. ac. CNE 47/12.
118 • Derecho electoral argentino
alude a la desinformación difundida online o en
los medios de comunicación tradicionales. Esta
expresión se refiere, por tanto, a informaciones
infundadas, basadas en datos inexistentes o dis-
torsionados, que tienen como finalidad engañar
o incluso manipular al lector para alcanzar de-
terminados objetivos, influenciar las decisiones
políticas u obtener ganancias económicas.
El diseño de políticas públicas tendientes a la
compresión de este nuevo fenómeno es de vital
importancia. Ya que de ello dependerá la regu-
lación legal que se cree al efecto. Diversos países
del mundo han implementado algunas accio-
nes que la Argentina podría replicar sin incon-
venientes.
La Unión Europea, alarmada por la difusión
masiva de noticias falsas durante las elecciones
presidenciales de 2016 en Estados Unidos, o so-
bre el Brexit en el Reino Unido, comenzó a tra-
bajar para detener este fenómeno en Europa.
El primer paso fue reconocer la magnitud del
problema, para poder afrontarlo: al respecto, el
Parlamento Europeo adoptó en junio de 2017
una resolución en la que instó a la Comisión
Europea a analizar el marco jurídico existente
en la lucha contra la desinformación, valorán-
dose incluso la posibilidad de intervenir a nivel
legislativo a fin de detener este fenómeno. Lu-
char contra la desinformación es una carrera de
fondo que difícilmente va a la velocidad de los
avances tecnológicos y de consumo de noticias,
pero es fundamental mantener la legalidad en
las acciones para frenarla porque pueden con-
vertirse en justificación para limitar la libertad
de expresión o la privacidad, poniendo en peli-
gro derechos humanos fundamentales.
Las conocidas fake news circulan cada vez
con más frecuencia por internet. Para aprender
a reconocerlas, Italia ha decidido implementar
en los institutos del país un programa de edu-
cación cívica digital. Este proyecto ha sido idea
tanto del Ministerio de Educación como de Lau-
ra Boldrini, presidenta de la Cámara de Diputa-
dos. Sobre esta decisión, la propia presidenta ha
asegurado que “la desinformación enturbia el
debate democrático alterando la opinión públi-
ca y violando el derecho de las personas a una
correcta información, por lo que es necesario
que las instituciones intervengan”.

“La iniciativa, sin precedente, incluye un ‘de-
cálogo anti-bufale’ (anti-bolazos). ‘Compartí
solo las noticias que verificaste’, indica el prime-
ro, que advierte que quien hace circular histo-
rias falsas y quizás gana con su circulación, se
aprovecha de nuestro instinto de compartirlas
sin reflexionar demasiado. ‘Usa los instrumen-
tos de Internet para verificar las noticias’, dice
el segundo, que llama a buscar informaciones
sobre quién publica la noticia, así como sobre
el sitio donde aparece. ‘Recuerda que también
Internet y las redes sociales son manipulables’.
‘Reconoce los varios tipos y estilos de noticias
falsas’. ‘Tenés un poder enorme: úsalo bien’. ‘Da
el buen ejemplo: no te quejes de la oscuridad,
sino prende una luz’, es otro de los ‘mandamien-
tos’, que invita a los jóvenes a crear, quizás junto
a los amigos, una página, un blog o un sitio para
señalar las noticias falsas descubiertas” (7). La
novedad incluye una campaña en las redes so-
ciales —#bastabufale— y es parte de un paque-
te más amplio de acciones que el Ministerio
de Educación italiano puso por primera vez en
marcha sobre el tema del control de las fuentes y
para la educación cívica digital. Entre los socios
del proyecto están la RAI (Radio Televisione Ita-
liana) y la federación de editores de diarios, así
como las plataformas en las que circulan las no-
ticias falsas, como Facebook y Google.
Art. 32.- (Texto modificado por el art. 39
de la ley 27.504, BO del 31/05/2019). La Ley
de Presupuesto General de la Administra-
ción Nacional debe prever para el año en que
se realicen las elecciones primarias un mon-
to a distribuir entre las agrupaciones políti-
cas que presenten candidaturas equivalente
al cincuenta por ciento (50%) del que les co-
rresponderá, por aporte de campaña para las
elecciones generales.
La Dirección Nacional Electoral del Minis-
terio del Interior otorgará a cada agrupación
política los recursos que le permitan imprimir
el equivalente a una (1) boleta por elector.
Ambos aportes serán distribuidos a las
agrupaciones partidarias de conformidad
con lo establecido en la Ley de Financiamien-
to de los Partidos Políticos.
(7) http://www.lanacion.com.ar/2080689-educacion-
para-combatir-el-peligroso-fenomeno-de-las-fake-news.
Gabino Mario Tapia
A su vez, serán distribuidos por la agrupa-
ción Política entre las listas de precandidatos
oficializados, en partes iguales.
La Dirección Nacional Electoral del Minis-
terio del Interior publicará los aportes que co-
rrespondan a cada agrupación política.
Las agrupaciones políticas cuarenta y ocho
(48) horas antes del inicio de la campaña elec-
toral de las elecciones primarias, designarán
un (1) responsable económico-financiero ante
la Dirección Nacional Electoral del Ministerio
del Interior, Obras Públicas y Vivienda.
Aportes estatales. Al igual que para las elec-
ciones generales, el Estado debe contribuir al
financiamiento de las campañas electorales
correspondientes a las elecciones primarias, y
debe hacerlo a través de dos tipos distintos de
aportes: los que se aplicarán a los gastos propios
de cada campaña y los que se aplicarán a satis-
facer el costo de impresión de las boletas de vo-
tación.
El primero de los fondos aludidos equivaldrá
al cincuenta por ciento (50%) de lo que el Es-
tado habrá de desembolsar por este concepto
para las elecciones generales, debiendo prever-
se la partida correspondiente en la Ley de Pre-
supuesto Nacional.
Una pregunta que es lícito formularse es: ¿qué
es lo que sucedería si la Ley de Presupuesto del
año correspondiente no es aprobada? En este
caso y conforme a la legislación vigente, la le-
gislación prevé que debe regir el presupuesto
del año previo que, a decir verdad, no tiene nin-
guna de estas previsiones ni contempla el valor
del módulo electoral, esencial para fijar aportes
y multas. En tales casos, el Poder Ejecutivo Na-
cional deberá dictar un decreto de necesidad
y urgencia. Sin embargo, la cuestión no es tan
sencilla, toda vez que la renuencia del Poder
Ejecutivo Nacional a dictar normas claras en la
materia ha llevado a la Cámara Nacional Electo-
ral, al menos en esta oportunidad y en forma re-
iterada, que al menos en esta ocasión no podrá
determinar el monto total de gastos autorizados
a realizar.
Este fondo de campaña se distribuirá sola-
mente entre las agrupaciones que oficialicen lis-
SEGUNDA PARTE• 119
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
tas con el objeto de participar de las elecciones
primarias, aun cuando tuvieren una sola lista
oficializada. Téngase en cuenta, en este último
caso, que la agrupación respectiva también de-
berá alcanzar un mínimo de votos para poder
participar en las elecciones generales y que por
lo tanto necesitará también difundir sus pro-
puestas y candidatos y hasta insistir de una ma-
nera especial en la necesidad de que se vote la
lista única oficializada propuesta por ella, para
asegurarse alcanzar ese objetivo numérico.
Pero además, existe un segundo aporte, des-
tinado a la impresión de boletas, equivalente al
costo de impresión de cada una de ellas por elec-
tor. La estimación de ese costo queda a cargo de
la Dirección Nacional Electoral dependiente del
Ministerio del Interior. Este aporte es igual para
todas las agrupaciones políticas, no así el fondo
de campaña que se distribuye entre las entida-
des de acuerdo con las previsiones de la ley de
financiamiento de los partidos políticos.
Distribución entre las listas oficializadas. A
su turno, las agrupaciones políticas deben dis-
tribuir los fondos recibidos en forma igualitaria
entre todas las listas oficializadas.
Cuándo debe hacerse el aporte. Hasta no
saberse qué agrupaciones han oficializado lis-
tas, no se sabrá a cuales habrá que depositar-
les estos fondos. En razón de ello, y en lo que
se refiere al momento en el que deben hacerse
efectivos estos aportes, la ley remite a la Ley de
Financiamiento de los Partidos Políticos que so-
bre el particular exige que se realicen “dentro de
los diez (10) días hábiles siguientes a la fecha lí-
mite de oficialización definitiva de la lista” (art.
41, ley 26.215).
No está de más señalar que entre ese momen-
to y el inicio de la campaña electoral puede me-
diar apenas cuatro (4) días si nos atenemos a los
tiempos que surgen del texto legal y computa-
mos los días que insumirían eventuales recur-
sos judiciales, de manera que es dable exigir un
celoso cumplimiento de la norma para evitar
denuncias y protestas que enturbien innecesa-
riamente el proceso electoral en general.
Designación de un responsable económico-
financiero. Sin ningún rigor metodológico, la
ley exige, en esta norma, que cuarenta (40) días
120 • Derecho electoral argentino
antes de la elección primaria, las agrupaciones
políticas designen un responsable económico-
financiero que, en su momento, deberá rendir
cuentas de los gastos realizados durante el lapso
de campaña electoral (ver art. 37).
El decreto reglamentario 443/2011. El
decreto reglamentario (443/2011; BO del
15/04/2011), en su art. 23, pone en cabeza de las
“juntas electorales de las agrupaciones políticas
la distribución de los fondos recibidos para la
campaña y para impresión de boletas simultá-
neamente y en partes iguales entre las listas de
precandidatos oficializadas de cada categoría”.
“Las agrupaciones políticas, continúa, abrirán
a favor de las listas oficializadas una subcuenta
corriente de la correspondiente a la agrupación
política a los efectos de emplearla para recibir
la proporción que les corresponda del aporte de
campaña y de impresión de boletas, los aportes
privados y para efectuar todos los pagos relacio-
nados con las elecciones primarias, aplicándose
a las listas las mismas normas que a las agrupa-
ciones políticas respecto de la gestión financie-
ra. Los responsables económicos financieros y
los apoderados de las listas tendrán la firma de
los libramientos correspondientes y serán res-
ponsables por la utilización de las mismas. Pre-
sentado el informe establecido en el art. 36 de
la ley 26.571, se procederá al cierre de las sub-
cuentas”.
Por su parte, y de acuerdo con lo que dispo-
ne el art. 24, “las juntas electorales de las agru-
paciones políticas deben informar a la justicia
electoral, los responsables económicos finan-
cieros designados por cada una de las listas
internas, al momento de comunicar la oficiali-
zación de las listas”.
Finalmente, el art. 25 establece que la Direc-
ción Nacional Electoral calculará el monto del
aporte para la impresión de boletas tanto para
las elecciones primarias, abiertas, simultáneas
y obligatorias, como para las elecciones nacio-
nales, de acuerdo al precio de mercado de pa-
pel tipo obra de sesenta (60) gramos, impreso en
cuatro (4) colores, en el mes de febrero de cada
año electoral, sin perjuicio del papel y los colo-
res que efectivamente utilice cada agrupación
política. Para las elecciones primarias y genera-
les del año 2011 deberá cumplirse con lo indi-

cado precedentemente en el plazo de cinco (5)
días a partir de la publicación del presente de-
creto en el Boletín Oficial”.
Art. 33.- Los gastos totales de cada agrupa-
ción política para las elecciones primarias, no
pueden superar el cincuenta por ciento (50%)
del límite de gastos de campaña para las elec-
ciones generales.
Las listas de cada una de las agrupaciones
políticas tendrán el mismo límite de gastos,
los que en su conjunto no podrán superar lo
establecido precedentemente.
Por la lista interna que excediere el límite de
gastos dispuesto precedentemente, serán res-
ponsables solidariamente y pasibles de una
multa de hasta el cuádruplo del monto en que
se hubiere excedido, los precandidatos y el res-
ponsable económico-financiero designado.
Límites de gastos. Las agrupaciones políticas
no pueden gastar en las campañas de las elec-
ciones primarias, más del cincuenta por ciento
(50%) del límite de gastos establecido para las
elecciones generales. Tal lo dispuesto por esta
norma que aclara que ese es, también, el límite
para el conjunto de listas oficializadas.
Esto quiere decir que una lista única podrá in-
sumir el cien por ciento (100%) del presupues-
to y que el límite de gastos de cada una de ellas
disminuirá cuanto mayor sea la cantidad oficia-
lizada. En caso de pluralidad de listas, el partido
deberá establecer los límites que corresponde a
cada una de ellas.
Como puede advertirse, la situación es muy
poco equitativa y la norma muy poco clara. Es
que en nuestra opinión, no queda claro si esta-
blece dos límites (uno para el partido como ins-
titución y otro para las listas) o uno solo para el
conjunto.
Sanciones. Solidaridad. Además del respon-
sable económico-financiero que el partido polí-
tico debe designar según lo visto al comentar el
artículo anterior, cada lista que desee participar
de la elección primaria debe designar su propio
responsable económico-financiero —art. 26 inc.
c)—, que será solidariamente responsable con
los precandidatos de la lista que lo designó por
Gabino Mario Tapia
la multa que se le imponga por violar lo dispues-
to en esta norma. Esta multa, puede llegar hasta
el cuádruplo del monto en el que la lista se hu-
biere excedido.
Art. 34.- Las agrupaciones políticas y sus
listas internas no pueden contratar en forma
privada, publicidad en emisoras de radiodi-
fusión televisiva o sonora abierta o por sus-
cripción para las elecciones primarias.
Si una agrupación política contratara pu-
blicidad en emisoras de radiodifusión televi-
siva o sonora abierta o por suscripción, será
sancionada con la pérdida del derecho de re-
cibir contribuciones, subsidios y todo recurso
de financiamiento público anual, por un pla-
zo de uno (1) a cuatro (4) años, y los fondos
para el financiamiento público de las campa-
ñas electorales por una (1) a dos (2) elecciones
de aplicación en la elección general corres-
pondiente.
Si una emisora, ya sea televisiva o sonora,
contratara o emitiera publicidad electoral, en
violación al presente artículo, será considera-
do falta grave, siendo pasibles de las sancio-
nes previstas por el art. 106 de la ley 26.522,
notificándose a sus efectos a la Autoridad Fe-
deral de Servicios de Comunicación Audiovi-
sual.
Los precandidatos y el responsable econó-
mico-financiero de la lista interna que con-
trataren publicidad en violación al primer
párrafo del presente artículo, serán solidaria-
mente responsables y pasibles de una multa
de hasta el cuádruplo del valor de la contra-
tación realizada.
Art. 35.- La Dirección Nacional Electoral
del Ministerio del Interior distribuirá por
sorteo público con citación a las agrupacio-
nes políticas que participen en las elecciones
primarias, los espacios de publicidad electo-
ral en emisoras de radiodifusión, sonoras, te-
levisivas abiertas y por suscripción, según lo
dispuesto en la Ley de Financiamiento de los
Partidos Políticos.
Las agrupaciones políticas distribuirán, a
su vez, tales espacios en partes iguales entre
las listas internas oficializadas.
SEGUNDA PARTE• 121
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
Publicidad en radio y televisión. A efectos de
tener una visión completa de la cuestión, se ana-
lizan en conjunto los arts. 34 y 35 de la ley. Ni las
listas oficializadas ni las agrupaciones políticas
pueden contratar en forma privada espacios pu-
blicitarios en emisoras radiales y/o televisivas,
abiertas o de cable, sino que deberán limitarse a
los espacios que se les asigne oficialmente.
Siendo así, se advierte que carece de sentido
que se exija a las listas, como hace en un mo-
mento la ley, que expresen, al tiempo de reque-
rir su oficialización, por qué medios habrán de
difundir sus propuestas.
La distribución de los espacios respectivos ha
sido confiada por la ley (y desconfiada por to-
dos) a la Dirección Nacional Electoral depen-
diente del Ministerio del Interior que hará la
distribución entre las agrupaciones políticas,
a través de un sorteo. A su turno, los partidos y
alianzas deben hacer una redistribución iguali-
taria entre las listas oficializadas.
La ley no prevé recursos contra las decisiones
que se adopten a este respecto como sí está pre-
visto para el caso de la elección general, aunque,
si media arbitrariedad, quienes se sientan per-
judicados podrán recurrir a la Justicia.
Sanciones. La ley prevé graves sanciones para
el caso de violarse sus prohibiciones. Si quien
no las respeta fuere la agrupación política, la
sanción prevista es la de la pérdida del derecho
de recibir contribuciones, subsidios y todo re-
curso de financiamiento público anual, por un
plazo de uno (1) a cuatro (4) años, y los fondos
para el financiamiento público de las campañas
electorales por una (1) a dos (2) elecciones, mul-
ta que será aplicable en la elección general co-
rrespondiente.
Si quien viola la norma fuere solo alguna de
las listas oficializadas, se aplicará una multa de
hasta el cuádruplo del valor de la contratación
realizada, siendo solidarios para su pago los
precandidatos de la lista infractora y su respon-
sable económico-financiero.
La emisora que se preste a este tipo de con-
trataciones prohibidas, será pasible, por su par-
te, de las sanciones previstas por el art. 106 de la
ley 26.522, para cuya aplicación será notificada
122 • Derecho electoral argentino
la Autoridad Federal de Servicios de Comunica-
ción Audiovisual.
Art. 36.- Veinte (20) días después de finali-
zada la elección primaria, el responsable eco-
nómico-financiero de cada lista interna que
haya participado de la misma, deberá presen-
tar ante el responsable económico-financiero
de la agrupación política, un informe final de-
tallado sobre los aportes públicos y privados
recibidos con indicación de origen, monto,
nombre y número de documento cívico del do-
nante, así como los gastos realizados durante
la campaña electoral. El informe debe conte-
ner lo dispuesto en la Ley de Financiamiento
de los Partidos Políticos, para las campañas
generales.
La no presentación del informe previsto en
el párrafo anterior, hará pasible solidaria-
mente a los precandidatos y al responsable
económico-financiero de la lista interna, de
una multa equivalente al cero coma dos por
ciento (0,2%) del total de los fondos públicos
recibidos por cada día de mora en la presen-
tación.
Una vez efectuada la presentación del in-
forme final por la agrupación política en los
términos del siguiente artículo, el responsable
económico-financiero de la lista interna debe-
rá presentar el informe final ante el juzgado
federal con competencia electoral que corres-
ponda, para su correspondiente evaluación y
aprobación.
Transcurridos noventa (90) días del ven-
cimiento del plazo para la presentación del
informe final por el responsable económico-
financiero de la lista interna ante la agrupa-
ción política, el juez federal con competencia
electoral podrá disponer la aplicación de
una multa a los precandidatos y al responsa-
ble económico-financiero, solidariamente, de
hasta el cuádruplo de los fondos públicos reci-
bidos, y la inhabilitación de los candidatos de
hasta dos (2) elecciones.
Art. 37.- Treinta (30) días después de finali-
zada la elección primaria, cada agrupación
política que haya participado de la misma,
debe realizar y presentar ante el juzgado fe-
deral con competencia electoral que corres-

ponda, un informe final detallado sobre los
aportes públicos recibidos y privados, discri-
minados por lista interna con indicación de
origen y monto, así como los gastos realizados
por cada lista, durante la campaña electoral.
El informe debe contener lo dispuesto para
las campañas generales regulado en la Ley
de Financiamiento de los Partidos Políticos, y
será confeccionado en base a la información
rendida por las listas internas que cumplie-
ren con lo dispuesto en el artículo precedente,
indicándose asimismo las que no lo hubieren
hecho.
El incumplimiento de la presentación del
informe final de campaña, en la fecha esta-
blecida, facultará al juez a aplicar una mul-
ta equivalente al cero coma dos por ciento
(0,2%), del total de los fondos públicos que le
correspondan a la agrupación política en la
próxima distribución del fondo partidario
permanente, por cada día de mora en la pre-
sentación. Transcurridos noventa (90) días,
desde el vencimiento del plazo de que se tra-
ta, el juez interviniente podrá disponer la sus-
pensión cautelar de todos los aportes públicos
notificando su resolución a la Dirección Na-
cional Electoral del Ministerio del Interior.
Art. 37 bis.- (Incorporado por el art. 40 ley
27.504 BO del 31/05/2019). Procedimiento de
control patrimonial. El juez federal con com-
petencia electoral remitirá los informes fina-
les de campaña de las listas y agrupaciones
políticas previstos en los arts. 36 y 37 de esta
ley al Cuerpo de Auditores de la Cámara Na-
cional Electoral, el cual realizará la auditoría
en el plazo máximo de noventa (90) días de re-
cibidos los mismos.
Del dictamen de auditoría se correrá tras-
lado a la agrupación política y a las listas co-
rrespondientes para que en un plazo de veinte
(20) días recibido el mismo responda las ob-
servaciones o requerimientos formulados,
bajo apercibimiento de resolver en el estado
de la causa, previa vista al Ministerio Públi-
co Fiscal.
Si la agrupación política y/o las listas con-
testaran las observaciones o requerimientos
formulados, se dará nueva intervención al
Cuerpo de Auditores, el cual se expedirá en el
Gabino Mario Tapia
plazo máximo de quince (15) días de recibidos
los mismos. De este informe se dará traslado
por diez (10) días a la agrupación política y/o
a las listas. Contestado el traslado o vencido
el plazo dispuesto y previa vista al Ministe-
rio Público Fiscal, el juez federal con compe-
tencia electoral resolverá dentro del plazo de
treinta (30) días.
Rendición de cuentas. También en este caso
juzgamos conveniente hacer el análisis de los
artículos finales de este capítulo en forma con-
junta, ya que una lectura rápida de ellos puede
llevar a conclusiones erróneas.
Cada lista debe rendir cuentas de lo gastado
en la campaña y el encargado de hacerlo es el
responsable económico-financiero designado
al momento de requerir su oficialización. La
presentación debe hacerla, dentro de los veinte
(20) días corridos posteriores al comicio, ante el
responsable económico-financiero de la agru-
pación política respectiva.
Este informe debe involucrar tanto los apor-
tes públicos recibidos como los privados, con
indicación de su origen, monto, nombre y nú-
mero de documento cívico y CUIT/CUIL de los
donantes, así como todos los gastos realizados
durante la campaña electoral y cumplir con to-
das las demás exigencias contenidas en la Ley
de Financiamiento de los Partidos Políticos para
las campañas generales.
La omisión de esta obligación, entrañará la
aplicación de una multa equivalente a dos cen-
tésimos por ciento (0,2%) del total de los fondos
públicos recibidos por la lista, por cada día de
mora en la presentación, importe del que serán
solidariamente responsables sus precandidatos
y su responsable económico-financiero.
A su turno, quien desempeñe esta última fun-
ción en representación del partido, debe pre-
sentar el informe final de ingresos y egresos de
este último, al juez federal con competencia
electoral correspondiente, dentro de los treinta
(30) días siguientes al de realización del comi-
cio, es decir, diez (10) días después de vencido
el plazo para que las listas le rindan cuentas,
acompañando los informes presentados por es-
tas últimas y haciendo saber aquellas que no lo
hicieron.
SEGUNDA PARTE• 123
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
El incumplimiento de esta obligación deter-
minará la aplicación de una multa similar a la
referida, esto es, de dos centésimos por ciento
(0,2%), calculados, en este caso, sobre el total
de los fondos públicos que le correspondan a la
agrupación política en la próxima distribución
del fondo partidario permanente, por cada día
de mora en la presentación. Si la mora se exten-
diere por más de noventa (90) días, el juez po-
drá disponer la suspensión cautelar de todos los
aportes públicos, notificando su resolución a la
Dirección Nacional Electoral del Ministerio del
Interior.
Cabe destacar que la omisión en la que incurra
una lista interna en la presentación oportuna de
su rendición al responsable económico-finan-
ciero de su agrupación, no exonera a esta última
de hacerlo. La rendición de la lista, a partir de
ello o de que el responsable económico-finan-
ciero de la agrupación haya hecho su presen-
tación ante el juez competente, deberá hacerse
directamente ante este último y si la mora en
hacerlo se extendiere más allá de noventa (90)
días contados desde la celebración del comi-
cio, el juez podrá disponer la aplicación de una
multa a los precandidatos y al responsable eco-
nómico-financiero, en forma solidaria, de hasta
el cuádruplo de los fondos públicos recibidos y
la inhabilitación de los candidatos hasta dos (2)
elecciones.
El art. 37 bis incorporado por la ley 27.504 es-
tablece el procedimiento de control patrimonial
que realizará el juez federal con competencia
electoral. Así se regla el procedimiento adminis-
trativo a seguir.
Tampoco puede dejar de remarcarse que la
realización de todas estas presentaciones, los
controles pertinentes y la eventual aplicación
de sanciones, se mezclarán y superpondrán con
el proceso electoral general y las cuestiones pro-
pias de este, lo que contribuirá a crear cuanto
menos una situación confusa y proclive a los in-
cumplimientos por la indudable prioridad que
se dará a todo lo concerniente con la elección
general, lo que lleva a aconsejar que se reali-
cen, por vía de la reglamentación, las correccio-
nes que puedan introducirse o bien pensar en
una modificación futura de la ley que contem-
ple otros mecanismos más sencillos para rendir
las cuentas.
124 • Derecho electoral argentino
CAPÍTULO V
Boletas de sufragio
Art. 38.- Las boletas de sufragio tendrán las
características establecidas en el Código Elec-
toral Nacional.
Serán confeccionadas e impresas por cada
agrupación política que participe de las elec-
ciones primarias, de acuerdo al modelo de bo-
leta presentado por cada lista interna.
Además de los requisitos establecidos en el
Código Electoral Nacional, cada sección de-
berá contener en su parte superior tipo y fecha
de la elección, denominación y letra de la lista
interna.
Cada lista interna presentará su modelo de
boleta ante la junta electoral de la agrupación
política dentro de los tres (3) días posteriores
a la oficialización de las precandidaturas,
debiendo aquella oficializarla dentro de las
veinticuatro (24) horas de su presentación.
Producida la oficialización la junta electoral
de la agrupación política, someterá, dentro
de las veinticuatro (24) horas, a la aproba-
ción formal de los juzgados con competencia
electoral del distrito que corresponda, los mo-
delos de boletas de sufragios de todas las listas
que se presentarán en las elecciones prima-
rias, con una antelación no inferior a treinta
(30) días de la fecha de la realización de las
elecciones primarias.
Características de las boletas. Las boletas
para la elección primaria son similares a las que
se utilizan en las elecciones generales en lo que
hace a su tamaño, tipo de papel a utilizar, etc.,
con la aclaración de que a partir de la vigencia
de la ley 26.571, podrán estar impresas en color
o en papel del color que cada agrupación haya
elegido o, en su defecto, en papel blanco. Cada
cuerpo debe indicar, además, en su parte supe-
rior, tipo y fecha de la elección, denominación
y letra de la lista interna, exigencia esta última
que no está prevista en el artículo respectivo y
que puede dar lugar a algunas discusiones. Por
ejemplo, pensamos que esta letra no debe per-
mitir la identificación de la lista con la agrupa-
ción a la que pertenece.

Aprobación formal. La presentación del
modelo de boleta debe hacerse ante la junta
electoral partidaria dentro de los tres (3) días
posteriores a la oficialización de las listas, de-
biendo dicho cuerpo pronunciarse dentro de las
24 horas siguientes. Su resolución es apelable,
pero a decir verdad, no es mucho el tiempo que
quedará para la sustanciación y resolución de
las cuestiones que se planteen. Hay que tener en
cuenta que la propia ley exige, además, que las
juntas partidarias presenten a la justicia, dentro
de las veinticuatro (24) horas de dictada la reso-
lución respectiva y a los fines de su “aprobación
formal”, todas las boletas que hubieren aproba-
do, lo que debe ocurrir al menos con treinta (30)
días de anticipación al comicio. Nada dice la ley
acerca de las consecuencias que traería apareja-
do el incumplimiento de esta disposición.
Decreto reglamentario 444/2011. En for-
ma paralela al dec. regl. 443/2011, el Poder Eje-
cutivo dictó el que le sigue (444/2011; BO del
15/04/2011) que se refiere, en dos artículos, a
esta cuestión.
Conforme al primero, “para la confección de
las boletas de votación el papel deberá ser tipo
obra de sesenta (60) gramos o un papel susti-
tuto de similar calidad y apariencia con un gra-
maje que no difiera, en más o menos, del quince
por ciento (15%); en el anverso podrá tener fon-
do del color asignado y en el reverso deberá ser
blanco. En ese caso la tipografía será de color
negro o blanco, a fin de garantizar la mejor le-
gibilidad de la identificación partidaria y de la
nómina de los candidatos. Asimismo puede uti-
lizarse tipografía del color asignado sobre fon-
do blanco. En cualquier caso, deberá asegurarse
que los colores, fotografía y letras no sean visi-
bles en el reverso de la boleta. Solo podrán in-
sertarse fotografías de candidatos o candidatas,
en colores o en blanco y negro, las que se ubi-
carán en el tercio central de la boleta. No po-
drán utilizarse imágenes como fondo ni sello de
agua”. Ya veremos que son distintas las cuestio-
nes abordadas y que su tratamiento particular
bien merece, en cada caso, al menos un párrafo
aclaratorio.
De acuerdo con el art. 2º, “si fuera oficializa-
do un modelo de boleta con el color asignado y
luego, por razones de fuerza mayor debidamen-
te acreditadas ante la junta electoral de la agru-
Gabino Mario Tapia
pación política o ante el juzgado federal con
competencia electoral, según el caso, por el re-
presentante de la lista interna o de la agrupación
política, las boletas no pudieran presentarse con
dicho color para la distribución, podrá utilizar-
se el blanco y no serán consideradas como bole-
tas no oficializadas en los términos del art. 101,
apart. II, inc. a), del Código Electoral Nacional”.
Se solucionan de esta manera dos cuestiones
que suelen presentarse o que pueden aparecer
a partir de esta novedad de las “boletas de co-
lores”, cuales son: por un lado, las tradicionales
picardías de los adversarios que echan a rodar
boletas “parecidas” pero no “exactas” con el áni-
mo posterior de “impugnarlas” en una jugada
de baja estofa absolutamente repudiable y ca-
rente de transcendencia, y por otra, las dificul-
tades que sí pueden involuntariamente surgir
de errores técnicos de impresión, de gamas de
colores, etc., que escapan totalmente a la volun-
tad de los actores políticos.
Facultades de la justicia. Puede sostenerse
que la posibilidad de diferenciarse mediante un
color, el escudo o emblema partidario y el nom-
bre y letra de la lista interna, constituyen ele-
mentos suficientes de distinción. Sin embargo,
ya sea por las similitudes que pueden presentar
algunos de estos elementos o por el diagrama
elegido, etc., algunas boletas puedan confundir-
se con las de otro partido.
En el caso de las elecciones primarias, no se
encuentra prevista la realización de una audien-
cia como la que tiene lugar, con relación a esta
cuestión, en el caso de las elecciones genera-
les en la que se pueden hacer observaciones o
plantear objeciones a las demás boletas presen-
tadas. La ley solo expresa que se le deben pre-
sentar las boletas a los fines de su “aprobación
formal”, lo que equivale a decir que ninguna fa-
cultad le asiste a los juzgados respectivos para
exigir cambios en los modelos presentados a
menos, claro está, que se adviertan graves ano-
malías en su confección.
CAPÍTULO VI
Elección y escrutinio
Art. 39.- Los lugares de ubicación de las
mesas de votación y las autoridades de las
SEGUNDA PARTE• 125
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
mismas deberán ser coincidentes para las
elecciones primarias y las elecciones genera-
les que se desarrollen en el mismo año, salvo
modificaciones imprescindibles.
La Cámara Nacional Electoral elaborará
dos (2) modelos uniformes de actas de escru-
tinio, para las categorías presidente y vicepre-
sidente, el primero y diputados y senadores el
segundo, en base a los cuales los juzgados fe-
derales con competencia electoral confeccio-
narán las actas a utilizar en las elecciones
primarias de sus respectivos distritos. En ellos
deberán distinguirse sectores con el color asig-
nado a cada agrupación política, subdividi-
dos a su vez de acuerdo a las listas internas que
se hayan presentado, consignándose los resul-
tados por lista y por agrupación para cada ca-
tegoría.
Para la conformación de las mesas, la desig-
nación de sus autoridades, la compensación
en concepto de viático por su desempeño, la
realización del escrutinio y todo lo relaciona-
do con la organización de las elecciones pri-
marias, se aplicarán las normas pertinentes
del Código Electoral Nacional.
Organización del acto electoral. La ley esta-
blece que la organización del acto electoral será
responsabilidad de la Justicia Federal con com-
petencia en la materia, a la que la Dirección Na-
cional Electoral dependiente del Ministerio del
Interior deberá prestar todo el apoyo y colabora-
ción que le fuera requerido.
En principio, son aplicables a estos comicios,
las mismas reglas que se aplican para las elec-
ciones generales, con los cambios que exigen las
particularidades del caso. La ley no deja dudas
acerca de este punto: “se aplicarán las normas
pertinentes del Código Electoral Nacional” para
la conformación de las mesas, la designación de
sus autoridades, los viáticos que estas deben per-
cibir por su desempeño, la realización del escru-
tinio y todo lo relacionado con su organización.
Algunos ejemplos permiten advertir que la in-
tención del legislador ha sido la de simplificar
las cosas, en la medida de lo posible, como se
hace evidente en lo que se refiere a los lugares
de votación y a las autoridades de las mesas re-
ceptoras de votos, que en principio deberán ser
126 • Derecho electoral argentino
los mismos en las elecciones primarias y en los
comicios generales. Las modificaciones de últi-
mo momento deberán ser difundidas adecuada-
mente para evitar trastornos a los electores.
Con el mismo criterio, la ley 14.086 de la pro-
vincia de Buenos Aires establece en su art. 18
que “en todo lo referente al acto electoral será
de aplicación supletoria la ley 5109”, que es la ley
electoral de la provincia.
También el padrón a utilizarse en ambas elec-
ciones será el mismo, aunque esto implique que
en las primarias voten menores de dieciocho
(18) años de edad, ya que a la fecha de su reali-
zación no los tendrán quienes los cumplan entre
la fecha de su realización y la de las elecciones
generales.
Otra demostración de querer simplificar las
cuestiones antes que complicarlas —si es que de
hecho no va a ocurrir a pesar de los esfuerzos—
es la facultad delegada en la Cámara Nacional
Electoral Nacional de unificar los modelos de
formularios a presentarse de manera que todas
las agrupaciones políticas si ciñan a uno solo
para requerir la oficialización de sus precandi-
datos, mostrar sus avales y realizar las demás
presentaciones necesarias para alcanzar la tan
ansiada oficialización de las listas.
Ya nos hemos referido a la presentación de los
modelos de boletas y a esos comentarios remi-
timos en honor a la brevedad, pero es digno re-
marcar que conforme dispone el art. 14 del dec.
443/2011, “las listas de precandidatos deben ser
presentadas en las planillas y el soporte informá-
tico que establezca la Cámara Nacional Electo-
ral” y que de acuerdo con el art. 27 del mismo
cuerpo legal, “para las elecciones primarias
abiertas, simultáneas y obligatorias, los juzgados
federales con competencia electoral elaborarán
las actas de escrutinio previstas en el art. 39 de la
ley 26.571 y los certificados y telegramas en base
a los modelos que apruebe la Cámara Nacional
Electoral”.
Actas de escrutinio. Dispone la ley que la Cá-
mara Nacional Electoral elaborará dos (2) mo-
delos uniformes de actas de escrutinio: una para
la categoría de presidente y vicepresidente de la
Nación, y otra para las categorías de diputados y
senadores. Sobre la base de estos dos modelos,

los juzgados federales con competencia electo-
ral confeccionarán las actas a utilizar en sus res-
pectivos distritos.
Esta disposición requiere de una reglamen-
tación precisa para evitar confusiones y malos
entendidos. Aparentemente, la primera dife-
renciación debe estar hecha sobre la base de los
colores que hubieren elegido las agrupaciones
políticas nacionales. La redacción de la norma
hace pensar que el legislador ha dado por senta-
do que todas las agrupaciones políticas habrán
de optar por algún color en especial o que a to-
das ellas se les asignará un color distinto.
La cuestión requiere de una aclaración, por-
que si bien de acuerdo con la ley de elecciones
primarias la elección de color aparece nada más
que como una facultad de las agrupaciones po-
líticas que deseen participar en ellas, la redac-
ción dada sobre el punto en el Código Electoral
Nacional da la impresión de obligatoriedad para
distinguirlas. Nosotros creemos, en contra de
ello, que la elección de un color es apenas una
facultad de las agrupaciones que participan de la
elección primaria, a punto tal que en caso de no
optar por ninguno, la propia ley dice que utiliza-
rán el color blanco tradicional.
En consecuencia, en la planilla a diagramar
deberán destacarse con el color elegido aque-
llos partidos que hubieren hecho ejercicio de la
opción que la ley les confiere, en tanto que los
casilleros referidos a las restantes agrupaciones
permanecerán con el color blanco tradicional. A
su vez, cada uno de estos sectores deberán estar
subdivididos de acuerdo con las listas internas
que se hayan oficializado, debiéndose consignar
los resultados obtenidos por cada una de ellas en
cada una de las categorías de cargos en disputa,
además de asentarse el total de votos obtenido
por la agrupación en su conjunto en cada cate-
goría de cargos.
El diagrama que se haga de estas planillas es
sustancial para evitar demoras y confusiones a la
hora del escrutinio y deberá estar debida y fiel-
mente reflejada en los telegramas que se despa-
chen a los centros de cómputos.
Art. 40.- En cuanto al procedimiento de es-
crutinio, además de lo establecido en el Códi-
go Electoral Nacional, se tendrá en cuenta que:
Gabino Mario Tapia
a) Si en un sobre aparecieren dos (2) o más
boletas oficializadas correspondientes a la
misma lista y categoría, se computará solo
una de ellas, destruyéndose las restantes;
b) Se considerarán votos nulos cuando se en-
contraren en el sobre dos (2) o más boletas de
distintas listas, en la misma categoría, aunque
pertenezcan a la misma agrupación política.
Votos válidos. Votos nulos. La norma del ar-
tículo comentado no es más que una adecuación
práctica y lógica a las peculiares circunstancias
de las elecciones primarias, del principio sen-
tado en el Código Electoral Nacional cuando en
un mismo sobre aparecen dos listas oficializadas
del mismo partido y categoría o de partidos dis-
tintos pero de la misma categoría de cargos. Es
que en el primero de los casos queda en claro
cuál es la intención de voto del elector, en tanto
que en el segundo, no.
No está de más recordar, junto con la Cáma-
ra Nacional Electoral, “que en todo juicio sobre
una elección debe guiar al juzgador la preocu-
pación por respetar la ‘sinceridad del escrutinio’,
es decir, la voluntad genuina del cuerpo electo-
ral, y que cualquier argumentación de naturale-
za jurídico formal que pretenda desconocer la
sustancial realidad cuyo respeto el mencionado
principio procura asegurar —y que constituye la
base misma de toda democracia, es decir la ex-
presión de la voluntad mayoritaria del electo-
rado— queda de tal suerte irremediablemente
enervada” (CNE, fallo 783/89).
Clasificación de los votos. Los votos se clasi-
fican en:
Voto afirmativo
- Se emiten mediante boleta oficializada de
una misma lista (o agrupación) para todas las
categorías de cargos.
- Se emiten boletas oficializadas de diferentes
listas (o agrupaciones) para cada categoría.
- La boleta oficializada presenta roturas, pero
el encabezado se encuentra intacto.
- La boleta oficializada tiene tachaduras, agre-
gados o sustituciones (borratina), siempre que el
SEGUNDA PARTE• 127
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
encabezado permita identificar la voluntad del
elector.
- En el sobre hay más boletas oficializadas de
la misma lista (o agrupación política) y catego-
rías de cargos. Solo se computará una y se des-
truirán las restantes.
Voto en blanco
- El sobre se encuentra vacío.
- El sobre contiene un papel (de cualquier co-
lor), sin imágenes, textos ni objetos extraños.
- El sobre contiene una boleta oficializada,
pero le falta el cuerpo correspondiente a una ca-
tegoría.
- En ese caso, se considerará voto en blanco
solo para esa categoría.
Voto nulo
- Se emiten mediante boletas no oficializadas,
o que contienen defectos formales suficientes
como para anular la opción electoral.
- Se emiten mediante boleta no oficializada.
Por ejemplo, boletas de elecciones anteriores y
de otros distritos.
- En el sobre junto con la boleta se hayan in-
cluido objetos extraños a ella, tales como mone-
das, estampitas, etc.
- Boletas oficializadas de distintas agrupacio-
nes (o listas) para un mismo cargo.
- Boleta oficializada que por destrucción par-
cial, defecto o tachaduras no contenga, por lo
menos, el nombre del partido y la categoría de
cargos a elegir.
- Boletas oficializadas que contienen inscrip-
ciones y/o leyendas de cualquier tipo, salvo en
los casos de tachaduras, agregados o sustitucio-
nes.
Voto recurrido
- Son aquellos cuya validez o nulidad fue-
ra cuestionada en el escrutinio de mesa por
algún/a fiscal. En este caso, el fiscal deberá:
128 • Derecho electoral argentino
- Fundamentar su pedido con una “expresión
concreta de la causa”.
- Asentar tales motivos en el formulario espe-
cial provisto por la Justicia Nacional Electoral.
- Consignar sus datos —nombre y apellido,
número de documento, domicilio y lista (o agru-
pación política)— y firmar el formulario.
- El formulario se adjuntará a la boleta y al
sobre respectivo para ser enviado al juzgado
federal con competencia electoral o a la Junta
Electoral Nacional respectivamente.
De identidad impugnada (“impugnados”)
- El presidente o un fiscal dudan de que la
persona sea realmente quien dice ser, por lo que
impugnan su identidad.
- Se sigue un procedimiento especial, y a la
decisión final sobre la identidad de la persona la
tendrá la Justicia.
- Se completa un “sobre de voto impugnado”
con firmas del presidente/fiscales más la firma y
huella dactilar de la persona impugnada.
- Se completa un acta con el motivo de la im-
pugnación, que va dentro del sobre especial,
también firmada y con huella dactilar del elec-
tor.
- Se entrega al elector un sobre común para
votar.
- El elector entra al cuarto oscuro, coloca su
voto dentro del sobre para votar, y vuelve a la
mesa.
- El elector introduce el sobre con su voto
dentro del “sobre de voto impugnado”, y luego el
“sobre de voto impugnado” en la urna.
Sobre-cubierta
- Voto emitido por personal de seguridad con
domicilio en otro municipio.
Art. 41.- Las listas internas de cada agrupa-
ción política reconocida pueden nombrar fis-
cales para que los representen ante las mesas
receptoras de votos. También podrán desig-

nar fiscales generales por sección que tendrán
las mismas facultades y estarán habilitados
para actuar simultáneamente con el fiscal
acreditado ante cada mesa. Salvo lo dispues-
to con referencia al fiscal general en ningún
caso se permitirá la actuación simultánea en
una mesa de más de un (1) fiscal por lista in-
terna de cada agrupación política.
Respecto a la misión, requisitos y otorga-
miento de poderes a fiscales y fiscales gene-
rales se regirán por lo dispuesto en el Código
Electoral Nacional.
Actuación de fiscales. El derecho de cada lis-
ta oficializada a designar fiscales para que ac-
túen en cada una de las mesas de votación o
como fiscales generales por escuelas o seccio-
nes, no podía ser desconocido. Hace a la trans-
parencia del acto electoral.
Al igual que en las elecciones generales y sal-
vo la actuación del fiscal general, no puede ac-
tuar en una mesa más de un fiscal por cada lista
de cada agrupación. También regirán las dis-
posiciones del Código Electoral Nacional en
lo referido a las funciones de los fiscales, a los
requisitos que deben cumplir y a quién puede
apoderarlos para que puedan actuar.
Este tema se convertirá, sin duda, en uno de
los puntos más difíciles de implementar en la
práctica, sobre todo en distritos donde existan
muchas agrupaciones que disputen cargos y
a su vez tengan diversas listas que pujen entre
sí dentro de cada una de ellas. Pensamos, por
ejemplo, en distritos importantes de la provin-
cia de Buenos Aires, donde a las listas naciona-
les y provinciales hay que agregar las locales. La
cuestión estará centrada en el espacio necesario
para la actuación de cada fiscal y en las demoras
que pueden llegar a producirse si no se estable-
cen reglas claras de funcionamiento.
Mencionamos algunas de las funciones de los
fiscales partidarios (de mesa y generales) y del
delegado judicial.
Fiscal. Misión: Fiscalizar el acto y formular los
reclamos que correspondan. Para ello:
- Controla la identidad de electores
Gabino Mario Tapia
- Puede firmar los sobres (acompañando la
firma del presidente). Si firma uno, debe firmar
varios (para evitar identificar votos).
- Chequea que se introduzcan en la urna solo
sobres firmados.
- Controla las boletas en el cuarto oscuro.
- La Cámara Nacional Electoral pide entrar al
cuarto oscuro cada 10 votantes, para verificar
que haya boletas, que no hayan sido cambiadas
por no oficiales, marcadas, robadas, etc.
- Avisa al fiscal general si faltan o hay poca
cantidad, y repone boletas de los partidos que
nos hayan entregado.
- Al recuento lo hacen las autoridades de
mesa. Los fiscales no deben tocar nada, solo mi-
rar y controlar.
- El fiscal de mesa completa: certificado de es-
crutinio igual al de la autoridad de mesa. Debe
contener la misma información. El presidente
de mesa debe firmarlo. Los fiscales de mesa de
otros partidos presentes en el escrutinio tam-
bién deben firmarlo.
- El fiscal de mesa termina su tarea al entregar
su certificado de escrutinio a su fiscal general.
- El fiscal general: recolecta los certificados de
todos los fiscales de mesa de su centro de vota-
ción. Revisa que aquellos estén completos y fir-
mados y los lleva a su partido político.
- El delegado judicial es el representante de la
justicia electoral en cada centro de votación. Se
identifica mediante una credencial, y con una
casaca para ser más visible/ubicable. No es au-
toridad, sino nexo, facilitador, y referente de la
Justicia Electoral ante autoridades de mesa, fis-
cales, personal de seguridad y electores. Asiste
en: apertura puntual de las mesas, acondiciona-
miento del cuarto oscuro accesible, distribución
de boletas a mesas y orientación a electores que
concurren al establecimiento
Art. 42.- Concluida la tarea del escrutinio
provisorio por las autoridades de mesa se con-
signará en el acta de cierre, la hora de finali-
zación del comicio, número de sobres, número
total de sufragios emitidos, y el número de su-
SEGUNDA PARTE• 129
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
fragios para cada lista interna de cada agru-
pación política en letras y números.
Asimismo deberá contener:
a) Cantidad, en letras y números, de votos
totales emitidos para cada agrupación políti-
ca y los logrados por cada una de las listas in-
ternas por categorías de cargos, el número de
votos nulos, así como los recurridos, impug-
nados y en blanco;
b) El nombre del presidente, el suplente y fis-
cales por las listas que actuaron en la mesa
con mención de los que estuvieron presentes
en el acta del escrutinio o las razones de su au-
sencia;
c) La mención de las protestas que formulen
los fiscales sobre el desarrollo del acto eleccio-
nario y las que hagan con referencia al escru-
tinio.
El acta de escrutinio debe ser firmada por
las autoridades de la mesa y los fiscales. Si al-
guno de estos no estuviera presente o no hubie-
re fiscales nombrados o se negaren a firmar, el
presidente dejará constancia circunstancia-
da de estos hechos. Además del acta referida
y con los resultados extraídos de la misma el
presidente de mesa extenderá a los fiscales que
lo soliciten un certificado de escrutinio que
será suscripto por él, por los suplentes y los fis-
cales, dejándose constancia circunstanciada
si alguien se niega a firmarlo.
El fiscal que se ausente antes de la clausu-
ra de los comicios señalará la hora y motivo
del retiro y en caso de negarse a ello, se hará
constar esta circunstancia firmando otro de
los fiscales presentes o la autoridad electoral.
Asimismo, se dejará constancia de su reinte-
gro en caso de que este se produzca.
Acta de cierre. Tal como quedara dicho, se
aplican en las elecciones primarias los mis-
mos principios que en las elecciones genera-
les, adecuados a las particulares circunstancias
de estos comicios. La Cámara Nacional Electo-
ral deberá confeccionar dos modelos de actas a
utilizarse de acuerdo con las pautas estableci-
das en el art. 39.
130 • Derecho electoral argentino
Art. 43.- Una vez suscritas el acta de cierre,
las actas de escrutinio y los certificados de
escrutinio para los fiscales, el presidente de
mesa comunicará el resultado del escrutinio
de su mesa al juzgado federal con competen-
cia electoral que corresponde y a la Dirección
Nacional Electoral del Ministerio del Inte-
rior, mediante un telegrama consignando los
resultados de cada lista interna de cada res-
pectiva agrupación política según el modelo
que confeccione el correo oficial, y apruebe el
juzgado federal con competencia electoral, a
efectos de su difusión preliminar.
Comunicaciones. Una vez finalizado el es-
crutinio provisorio y entregados los certifica-
dos con sus resultados a los fiscales de cada lista
participante, el presidente de cada mesa debe
proceder a comunicar los resultados alcanzados
al juzgado federal con competencia electoral
correspondiente y a la Dirección Nacional Elec-
toral a los fines de su difusión. Esta comunica-
ción debe hacerse mediante un telegrama cuyo
modelo, expresa la ley, debe ser confeccionado
por el Correo y aprobado por el juzgado respec-
tivo, lo que consideramos constituye un error.
No hay reparos en que sea el Correo el que dia-
grame la forma del telegrama, pero pensamos
que su aprobación debe estar a cargo de la Cá-
mara Nacional Electoral de manera que exista
un modelo uniforme para todo el país, tal como
lo ha recompuesto el dec. regl. 443/2011 que por
otra parte, y finalmente (art. 28) dispone que “la
guarda de boletas y documentos para su remi-
sión al juzgado federal con competencia electo-
ral se efectuará en los términos del art. 103 del
Código Electoral Nacional”.
CAPÍTULO VII
Proclamación de los candidatos
Art. 44.- (Modificado por art. 13 de la ley
27.120). La elección de los candidatos a pre-
sidente y vicepresidente de la Nación de cada
agrupación se hará mediante fórmula en for-
ma directa y a simple pluralidad de sufragios.
Las candidaturas a senadores y a parla-
mentarios del Mercosur por distritos regiona-
les provinciales y de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, se elegirán por lista completa a
simple pluralidad de votos. En la elección de

diputados nacionales, y parlamentarios del
Mercosur por distrito nacional, cada agrupa-
ción política para integrar la lista definitiva
aplicará el sistema de distribución de cargos
que establezca cada carta orgánica partida-
ria o el reglamento de la alianza partidaria.
Los juzgados federales con competencia
electoral de cada distrito efectuarán el escru-
tinio definitivo de las elecciones primarias de
las agrupaciones políticas de su distrito, y co-
municarán los resultados:
a) En el caso de la categoría presidente y vi-
cepresidente de la Nación, y de parlamenta-
rios del Mercosur por distrito nacional a la
Cámara Nacional Electoral, la que procederá
a hacer la sumatoria de los votos obtenidos en
todo el territorio nacional por los precandi-
datos de cada una de las agrupaciones políti-
cas, notificándolos a las juntas electorales de
las agrupaciones políticas nacionales;
b) En el caso de las categorías senadores,
diputados nacionales y parlamentarios del
Mercosur por distritos regionales provinciales
y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a
las juntas electorales de las respectivas agru-
paciones políticas, para que conformen la lis-
ta ganadora.
Las juntas electorales de las agrupaciones
políticas notificadas de acuerdo a lo estableci-
do precedentemente, efectuarán la proclama-
ción de los candidatos electos, y la notificarán
en el caso de la categoría presidente y vice-
presidente de la Nación y parlamentarios del
Mercosur por distrito nacional al juzgado fe-
deral con competencia electoral de la Capital
Federal, y en el caso de las categorías senado-
res, diputados nacionales y parlamentarios
del Mercosur por distritos regionales provin-
ciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Ai-
res, a los juzgados federales con competencia
electoral de los respectivos distritos.
Los juzgados con competencia electoral to-
marán razón de los candidatos así procla-
mados, a nombre de la agrupación política
y por la categoría en la cual fueron electos.
Las agrupaciones políticas no podrán inter-
venir en los comicios generales bajo otra mo-
dalidad que postulando a los que resultaron
Gabino Mario Tapia
electos y por las respectivas categorías, en la
elección primaria, salvo en caso de renuncia,
fallecimiento o incapacidad.
Escrutinio definitivo. Comunicaciones. A
los juzgados federales de cada distrito les co-
rresponde la tarea de realizar el escrutinio defi-
nitivo de cada agrupación y categoría de cargos,
debiendo cursar las notificaciones pertinentes
según determina la ley: a) los resultados referi-
dos a la categoría presidente y vicepresidente de
la Nación, deben ser comunicados a la Cámara
Nacional Electoral y b) los resultados referidos
a las categorías legislativas (senadores y dipu-
tados nacionales) deben ser comunicados a las
juntas electorales partidarias.
Candidatos a la primera magistratura. La
Cámara Nacional Electoral es la encargada de
hacer la sumatoria de votos obtenidos en esta
categoría por las distintas listas de cada una de
las agrupaciones políticas, debiendo comuni-
car los resultados finales a las juntas electorales
partidarias respectivas a fin de que cada una de
ellas proclame a la lista ganadora. La elección
en este caso, se hace por fórmula, en forma di-
recta y a simple pluralidad de sufragios, lo que
quiere decir que no existe, después de la elec-
ción primaria, posibilidad alguna de recompo-
ner la fórmula y de llevar en segundo término
de la misma a quien haya resultado segundo en
la puja interna.
Candidatos a cargos legislativos. Los resul-
tados alcanzados por las distintas listas que se
hubieren presentado a disputar cargos legislati-
vos, deben ser comunicados por los juzgados de
cada distrito a las juntas electorales partidarias,
las que deben proceder a confeccionar las listas
definitivas de cada una de las categorías en dis-
puta.
Las candidaturas a senadores se eligen por
lista completa a simple pluralidad de votos, en
tanto que para las de diputados nacionales y
parlamentarios del Mercosur, se aplicará el sis-
tema que tenga determinado cada agrupación
política o el reglamento que haya acordado la
alianza respectiva.
Proclamaciones. Comunicaciones. Las pro-
clamaciones de los electos, corresponde a las
juntas electorales partidarias que deberán cur-
SEGUNDA PARTE• 131
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
sar las comunicaciones pertinentes: en el caso
de los candidatos a presidente y vicepresidente
de la Nación, al Juzgado Federal con Competen-
cia Electoral de la Capital Federal y en el caso de
las listas de candidatos a legisladores, a los juz-
gados federales con competencia electoral de
cada distrito, todos los cuales deberán efectuar
las registraciones pertinentes.
Cambios ulteriores. Las candidaturas así de-
finidas, no podrán sufrir modificaciones ni las
agrupaciones políticas participar de los comi-
cios generales sino con los candidatos elegidos
en la forma que quedara señalada y en cada una
de las categorías en la que hubieren resultado
electos.
Los únicos cambios que admite la legislación,
se encuentran referidos a los casos en que me-
die renuncia, fallecimiento o incapacidad de los
candidatos.
Art. 45.- (Modificado por el art. 14 de la ley
27.120). Solo podrán participar en las elec-
ciones generales, las agrupaciones políticas
que para la elección de senadores, diputa-
dos de la Nación y parlamentarios del Mer-
cosur por distritos regionales, provinciales y
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ha-
yan obtenido como mínimo un total de votos,
considerando los de todas sus listas internas,
igual o superior al uno y medio por ciento
(1,5%) de los votos válidamente emitidos en el
distrito de que se trate para la respectiva ca-
tegoría.
Para la categoría de presidente y vicepresi-
dente y parlamentarios del Mercosur se enten-
derá el uno y medio por ciento (1,5%) de los
votos válidamente emitidos en todo el territo-
rio nacional.
Límites a la posibilidad de intervenir en las
elecciones generales. La cuestión sobre la que
legisla este artículo es, sin duda, harto sensible,
desde que podría interpretarse como cercena-
torio del derecho de participación política. Sin
embargo, sobre todo en los últimos tiempos,
han aparecido una gran cantidad de partidos
políticos al amparo de una legislación demasia-
do poco exigente para lograr su reconocimiento,
pero que sin embargo, a la hora de participar en
alguna elección ha quedado de manifiesto que
132 • Derecho electoral argentino
apenas cuentan con la adhesión de un número
insignificante de electores.
Resulta justo, entonces, que para poder par-
ticipar en la elección general las agrupaciones
políticas acrediten contar con un mínimo de ad-
hesión ciudadana, toda vez que por debajo del
mismo no habrá de tener representación parla-
mentaria alguna.
El legislador ha creído prudente fijar ese piso
en el 1,5% de los votos válidos emitidos, por lo
que deben tenerse en cuenta, para el cómputo,
los votos en blanco, ya que son votos válidos. En
este caso la diferencia con el régimen de la pro-
vincia de Buenos Aires es notorio, toda vez que
en el ámbito provincial solo deben contabilizar-
se los votos positivos, calificativo que no puede
darse a los votos en blanco. Tanto en uno como
en otro caso, la ley alude al total de votos obte-
nidos por la agrupación política de que se trate,
esto es, sumando los votos alcanzados por todas
sus listas.
Art. 46.- Las provincias y la Ciudad Autóno-
ma de Buenos Aires que adopten un sistema
de elecciones primarias, abiertas, obligato-
rias y simultáneas, podrán realizarlas, previa
adhesión, simultáneamente con las eleccio-
nes primarias establecidas en esta ley, bajo
las mismas autoridades de comicio y de es-
crutinio, en la forma que establezca la regla-
mentación, aplicándose en lo pertinente, las
disposiciones de la ley 15.262.
Invitación. La ley invita a los distritos que
decidan que sus candidatos a representacio-
nes públicas se elijan en elecciones primarias,
abiertas, obligatorias y simultáneas, a celebrar-
las en forma conjunta con la elección nacio-
nal fijada a tales fines, dejando aclarado que,
en tal caso, deben adherir a la fecha que fije el
Poder Ejecutivo Nacional para celebrarlas, fe-
cha que no puede ser otra que la que la propia
ley establece, esto es, la del segundo domingo
de agosto. Deja aclarado también, que en tales
supuestos, las autoridades del comicio y de es-
crutinio serán las que correspondan al ámbito
nacional. Es decir: la adhesión se encuentra re-
ferida a la fecha, pero en cada distrito y en lo que
se refiere a las candidaturas locales, regirán las
disposiciones de cada uno de ellos, salvo, como

quedara dicho, en lo referido a las autoridades
del comicio y del escrutinio.
O sea: las provincias pueden, para la selec-
ción de los candidatos a representaciones pú-
blicas provinciales y municipales, no establecer
un régimen similar al nacional, y mantener el
suyo propio, ya sea el tradicional de elecciones
internas cerradas en cada uno de los partidos
políticos o fijar otro régimen. Pero, si llegaren
a pronunciarse a favor de elecciones primarias,
abiertas, simultáneas y obligatorias, podrían lí-
citamente adherir a la fecha para la que con-
voque el Poder Ejecutivo Nacional —repito, ya
determinada en la ley— en la medida que ello
no complique, altere o no sea incompatible con
el calendario electoral general propio, como
ocurre, por ejemplo, en el caso de Santa Fe, por
tener un calendario electoral distinto producto
de sus disposiciones constitucionales locales.
La adhesión a la fecha no quiere decir que
la provincia que lo decida adhiera al sistema
de manera calcada y de hecho, la provincia de
Buenos Aires, habiendo adherido a aquella, ha
consagrado un régimen que difiere en no po-
cas cosas con el consagrado por la ley nacional
26.571.
Y es acá, entonces, donde comienzan los pro-
blemas, porque la ley nacional dice que cuando
se disponga la simultaneidad, las autoridades
del comicio y las que lleven adelante el escru-
tinio serán las mismas, de manera que se pro-
duce aquí una absorción del fuero federal por
sobre el provincial, pero solo en tales cuestiones
(padrón, autoridades de mesas, funcionamien-
to de ellas y el escrutinio en sí mismo), quedan-
do subsistentes muchas otras cuestiones que
fuimos desgranando, y en las que se aprecian
diferencias importantes que, como se ha dicho,
complican todo el panorama.
La ley agrega que, a estos fines, se aplica-
rán, en lo pertinente, las disposiciones de la ley
15.262. Esta ley, que fue publicada en el BO del
19/12/1959, establece que las provincias que
hayan adoptado o adopten en el futuro el Re-
gistro Nacional de Electores podrán realizar sus
elecciones provinciales y municipales simultá-
neamente con las elecciones nacionales, bajo
las mismas autoridades de comicio y de escru-
tinio, en la forma que establezca la reglamenta-
Gabino Mario Tapia
ción (art. 1º). El art. 2º expresa que las provincias
que decidan al régimen referido, deberán co-
municarlo al Poder Ejecutivo Nacional por lo
menos 60 días antes de la fecha de la elección
nacional, especificando las autoridades a elegir,
el sistema por el cual debe procederse a la adju-
dicación de las representaciones y el detalle de
las demarcaciones electorales convocadas para
el acto. Conforme al art. 3º, la oficialización de
las boletas de sufragio y su distribución queda-
rán a cargo de la Junta Electoral Nacional (en las
elecciones primarias, aclaro, las facultades de
estas Juntas las ejercen los jueces federales con
competencia electoral en cada distrito), a cuyos
efectos las autoridades locales respectivas re-
mitirán la correspondiente lista de candidatos
oficializados. Expresa el art. 4º de esta ley que
“las provincias cuyas normas constitucionales
les impidan acogerse al régimen de simultanei-
dad previsto, podrán celebrar simultáneamente
elecciones nacional, provinciales y municipales
en la misma fecha y en el mismo local, previo
acuerdo de las juntas electorales respectivas con
la Junta Electoral Nacional, en todo lo concer-
niente al mantenimiento del orden y a la efecti-
vidad de las garantías acordadas por el régimen
electoral vigente” (o sea que este artículo no jue-
ga para nosotros en nada). Y finalmente, el art.
5º (el 6º es de forma), dice que “la proclamación
de los candidatos provinciales electos será efec-
tuada por la correspondiente autoridad local, a
cuyo efecto la Junta Electoral Nacional le remi-
tirá los resultados del escrutinio y acta final y,
en caso de también requerirlo, los antecedentes
respectivos”.
Esta ley ha sido reglamentada por el decreto
del Poder Ejecutivo Nacional 17.265/59 (publi-
cado en el Boletín Oficial el 29/12/1959) cuyo
articulado es el que sigue:
“Art. 1º: Los decretos de convocatoria que dic-
ten los gobiernos de provincia deben expresar
que la elección se realizará con sujeción a la ley
nacional 15.262 y a las normas de la ley nacional
de elecciones.
”Art. 2º: Las juntas electorales nacionales ce-
lebrarán con las autoridades electorales locales
los acuerdos necesarios a fin de hacer posible la
realización conjunta y simultánea de los comi-
cios.
SEGUNDA PARTE• 133
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
”Art. 3º: Se empleará una sola urna en cada
mesa. Cada sufragante depositará su voto en el
mismo sobre, salvo que por razones especiales
de la Junta Electoral Nacional autorice un pro-
cedimiento distinto.
”Art. 4º: En cada distrito los comicios se rea-
lizarán bajo la autoridad superior de la Junta
Electoral Nacional respectiva la cual ejercerá a
su respecto las atribuciones que consigna el art.
52 de la ley nacional de elecciones (en las pri-
marias, aclaro, estas atribuciones han sido dele-
gadas en el juez federal por la ley 26.571).
”Art. 5º: las constancias correspondientes a
las elecciones locales podrán consignarse en la
misma acta a que se refiere el art. 102 de la ley
de elecciones nacionales o, indistintamente, in-
tegrar con ellas un acta complementaria sepa-
rable.
”Art. 6º: Los gobiernos de las provincias que se
acojan a la ley 15.262 proporcionarán, a su cos-
ta, los empleados que fueren necesarios para
auxiliar al personal de las respectivas secreta-
rías electorales nacionales en la atención de las
mayores tareas que demande la realización con-
junta de los comicios.
”Art. 7º: La comunicación a que se refiere el
art. 2º de la ley deberá ser dirigida al Ministerio
del Interior, el cual, a su vez, lo pondrá en co-
nocimiento de las respectivas juntas electorales
nacionales.
”Art. 8º: La remisión a la Junta Electoral Na-
cional de las listas oficializadas de candidatos
se efectuará con anticipación suficiente para
hacer posible la oficialización de las boletas de
sufragio y la distribución de ejemplares a que se
refiere el art. 66 inc. 4º de la ley nacional de elec-
ciones.
”Art. 9º: La Junta Electoral Nacional autoriza-
rá el empleo de boletas unidas con las listas de
candidatos nacionales y locales, sujetas a lo dis-
puesto por la reglamentación del art. 62 de la ley
nacional, cuidando de que ellas se distingan cla-
ramente entre sí.
”Art. 10: La Junta Electoral Nacional entre-
gará a la autoridad local copia de las protestas
y reclamaciones que versaren sobre vicios en
134 • Derecho electoral argentino
la constitución y funcionamiento de las mesas,
como así también las resoluciones que a su res-
pecto recayeran.
”Art. 11: Si hubiere que llamar a elecciones
complementarias, la Junta Electoral Nacional lo
comunicará a la junta electoral local y al Poder
Ejecutivo Provincial a los fines de la correspon-
diente convocatoria.
”Art. 12: En el supuesto al que se refiere el art.
4º de la ley, solo será de aplicación lo dispuesto
en el art. 5º de la misma en cuanto sea compa-
tible con las normas constitucionales de que se
trate, sin perjuicio de lo que establece el art. 2º
del presente decreto.
”Art. 13: De forma”.
Autonomías municipales. Algunas provin-
cias tienen consagrado un régimen de total au-
tonomía de sus municipios, razón por la cual
estos han dictado sus propios estatutos y hasta
fijan fechas, para la elección de sus autoridades,
distintas a las que fija el gobernador para la elec-
ción de los cargos provinciales. Ello ha generado
la duda acerca de la facultad de estos munici-
pios de adherir a la ley nacional y establecer una
elección local simultánea con las elecciones na-
cionales.
La ley 26.571 solo formula la invitación a las
provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires. Sin embargo, no consideramos que ello
constituya un obstáculo para que un municipio
autónomo y en ejercicio de esa autonomía fije,
para la realización de sus comicios primarios
—si elige este sistema electoral—, la misma fe-
cha que la que está prevista en la ley nacional.
LAS PRIMARIAS ABIERTAS EN LA
PROVINCIA DE BUENOS AIRES. SU
REGLAMENTACIÓN Y RÉGIMEN
Provincia de Buenos Aires. La provincia de
Buenos Aires, una vez sancionada la ley nacio-
nal, dictó la ley 14.086 cuyo art. 1º establece el
mismo sistema que esta última para la selección
de todos los candidatos a representaciones pú-
blicas provinciales y municipales, disponien-
do además que la elección deberá celebrarse
el mismo día que tengan lugar las elecciones
primarias nacionales. Asimismo, con fecha

14/04/2011 se apresuró en dictar el decreto re-
glamentario de dicha ley, que lleva el número
332/2011 y cuya redacción es tan pobre como la
reglamentación dictada a nivel nacional. En lo
sustancial, se delega en la Junta Electoral de la
Provincia de Buenos Aires, órgano de la Cons-
titución estadual, “a adoptar todas las medidas
y dictar las normas operativas que estime pen-
dientes a efectos de facilitar y garantizar la rea-
lización del acto electoral” (art. 2º) y al Ministro
de Jefatura de Gabinete de Ministros “a adoptar
las medidas necesarias para la realización del
acto electoral, suscribiendo y aprobando con-
venios con la Junta Electoral de la Provincia de
Buenos Aires, la Justicia Federal con competen-
cia electoral, organismos nacionales, provincia-
les o municipales” (art. 3º), o sea bastante poco
de cosecha propia, sin beneficio para nadie.
El régimen provincial sancionado por la ley
14.086, difiere en diversas cuestiones de lo es-
tatuido por la ley nacional, diferencias que solo
en algunos casos habrá de mitigar o disimular
el arrastre de la jurisdicción provincial por la
nacional, o que ahora el decreto reglamentario
dictado pretenda disimular con algunas de las
disposiciones que trae a colación.
Así, por ejemplo, aclara el sentido genérico
de ciertos vocablos usados en la ley (“agrupa-
ciones políticas”; “elecciones primarias, abier-
tas, obligatorias y simultáneas”; art. 1º del anexo
reglamentario) y repite innecesariamente dis-
posiciones que ya estaban incluidas en la ley
sancionada sin ningún efecto práctico.
A lo largo de estos comentarios, y conforme
anticipáramos en nuestra “advertencia” previa,
nos referiremos en particular a cada una de es-
tos conflictos, que bien podrían traducirse en
uno de esos juegos de acertijos de revistas de
pasatiempos, ya que no excediendo las diferen-
cias de diez puntos, generan un conflicto que los
multiplica.
Convocatoria. El art. 2º de la ley 14.086 de
la provincia de Buenos Aires, también pone en
cabeza del Poder Ejecutivo, provincial en este
caso, la emisión de la convocatoria a elecciones
primarias, pero a diferencia de la ley nacional,
establece que debe hacerlo “en un plazo no me-
nor de ciento veinte (120) días ni mayor de cien-
Gabino Mario Tapia
to cincuenta (150) días anteriores a la fecha de
realización de las mismas”, para agregar que “las
elecciones primarias deberán realizarse dentro
de los doce (12) meses anteriores a la fecha fi-
jada para la elección general” y que “cuando el
Poder Ejecutivo Nacional, convoque a eleccio-
nes primarias nacionales (...) la fecha de reali-
zación de las elecciones primarias, obligatorias
y simultáneas provinciales, se realizarán el mis-
mo día”.
La limitación temporal que establece la nor-
ma en cuanto exige que la elección primaria se
realice dentro de los doce (12) meses de la fe-
cha fijada para las elecciones generales, solo
tiene posibilidad de ser aplicada si se deroga o
suspende la aplicación del régimen nacional o
cuando por alguna causa extraordinaria la pro-
vincia tenga que convocar a elecciones prima-
rias en algún año en el que no haya elecciones
nacionales.
Tampoco se entiende que si ambas eleccio-
nes, nacionales y provinciales, vayan a celebrar-
se el mismo día, el plazo para convocarla en el
ámbito provincial difiera tanto con el que se ha
establecido a nivel nacional, cuando lo lógico
hubiese sido hacerlos coincidir. Adviértase que
si no fuese porque la ley nacional establece que
la elección debe tener lugar el segundo domin-
go de agosto, el titular del Poder Ejecutivo pro-
vincial, al momento de convocar, ignoraría la
fecha para la cual tendría que convocar, ya que
no podría imaginar para cuando habría de fijar
los comicios el titular de la Primera Magistratura
de la Nación.
Más allá que lo dicho revela la desprolijidad
con la que se ha legislado, debe destacarse que
la cuestión excede lo meramente doctrinario,
porque a pesar de la simultaneidad señalada,
las distintas fechas de convocatoria determina-
rán que corran en paralelo dos calendarios elec-
torales diferentes, favoreciendo así la confusión
que de por sí genera la convivencia de dos regí-
menes que tampoco son iguales en otras cues-
tiones. Felizmente la atracción y supremacía
que tiene el fuero federal sobre el provincial en
este tipo de coyunturas, según ya hemos dicho,
permitirá solucionar buena parte de las discu-
siones que podrían, de otra manera, no tener
solución.
SEGUNDA PARTE• 135
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
Cronograma electoral. Obligaciones de la
junta electoral de la provincia. La reglamen-
tación incluida en el dec. 332/2011 impone a la
Junta Electoral de la provincia la obligación de
dictar un cronograma electoral del acto comi-
cial y de publicarlo por tres (3) días en el Boletín
Oficial (art. 5º).
Debe garantizar la publicidad del padrón
provisorio para posibilitar los reclamos de los
electores dentro de los plazos previstos en el
cronograma electoral (art. 3º), a cuyo efecto de-
berá entregar ejemplares en soporte magnético
a todas las agrupaciones políticas y otros orga-
nismos que determine y publicarlos en su sitio
web. El padrón definitivo, a los fines de la reali-
zación de las elecciones primarias, debe ser en-
tregado a todas las agrupaciones políticas que
participen de ella (art. 4º).
Respecto de los padrones, “[s]on electo-
res todos los ciudadanos empadronados en la
provincia y los extranjeros que se encuentren
inscriptos en el registro establecido por la ley
11.700, modificada por ley 12.312 a cuyo efecto,
en ambos casos, se utilizará el padrón general
actualizado con los ciudadanos inscriptos hasta
cuarenta y cinco (45) días antes de la elección”,
establece el segundo párrafo del art. 1º de la ley
14.086.
Las diferencias con la legislación nacional son
apreciables, más allá de la inclusión de los ex-
tranjeros, cuyo padrón estará a cargo de la pro-
vincia de Buenos Aires con los inscriptos en el
Registro respectivo hasta cuarenta y cinco (45)
días antes del comicio.
Esta limitación, en lo que hace a los electores
nacionales, no habrá de ser respetada. Recor-
demos que la elección habrá de celebrarse, sal-
vo casos de verdadera excepción, junto con las
elecciones primarias nacionales, cuyo padrón
será el que rija en los comicios generales de ese
año. Este padrón cierra 180 días antes que este
último acto tenga lugar, de manera que queda-
rá cerrado aproximadamente 65 días antes de la
fecha de cierre que prevé la ley provincial.
Cabe destacar que esta última también esta-
blece que la emisión del voto es obligatoria para
todos los que se encuentren empadronados, y
que quienes se sustraigan voluntariamente al
136 • Derecho electoral argentino
cumplimiento de esta obligación serán pasibles
de las penalidades establecidas en la ley electo-
ral 5109 (art. 1º, ley 14.086).
Avales. La cantidad de avales que se piden
para la oficialización de cada lista en la provin-
cia de Buenos Aires, puede considerarse exage-
rada para algunas precandidaturas. Así, en el
caso del cargo de gobernador, se exige la adhe-
sión de una cantidad de personas equivalente al
cincuenta (50) por ciento de las que se necesi-
tan para obtener la personería jurídico-política
como partido —dos por mil (2‰)— del padrón
general, que debe alcanzarse proporcionalmen-
te en todas las secciones electorales y, como
mínimo, en la mitad de los distritos que las com-
ponen —art. 5º, inc. a), ley 14.086—.
Algo similar ocurre en el caso de los precan-
didatos a legisladores, para los que los avales
necesarios es igual, directamente, a la exigen-
cia para obtener aquel reconocimiento —cuatro
por mil (4‰) del padrón respectivo, el cual de-
berá cumplirse en la mitad de los distritos que
integran la sección electoral correspondien-
te, computado hasta un máximo de un millón
de electores; art. 5º, inc. b) de la misma ley—.
Para las precandidaturas locales, finalmente,
se requiere el aval del cuatro por mil (4‰) del
padrón general del distrito correspondiente,
computado hasta un máximo de cincuenta mil
(50.000) electores —art. 5º, inc. c)—.
Como desentendiéndose de la cantidad que
para cada categoría de cargos por secciones y
distritos electorales establece la ley, el decreto
reglamentario establece que “la Junta Electo-
ral de la Provincia de Buenos Aires las determi-
nará”, actitud verdaderamente incomprensible
(art. 2º, anexo reglamentario).
Por otra parte, la legislación provincial (art.
6º, ley 14.086) difiere de la nacional en cuanto
expresa que es suficiente con figurar en el pa-
drón para poder avalar una lista, o sea que no es
necesario estar afiliado para poder hacerlo. De
cualquier forma, y al igual de lo que ocurre en el
ámbito nacional, se limita la posibilidad de ava-
lar una sola de ellas, sirviendo el aval dado a una
categoría para todas las restantes. ¿Podría darse
el aval para una categoría sola y excluirlo expre-
samente para otras? Esto podría dificultar los
controles, pero nada lo impide. La presunción

legal funciona solo en caso de que el elector no
formule aclaración alguna, lo que, por otra par-
te, difícilmente haga.
Se ha planteado la duda, teniendo en cuen-
ta los términos de la ley (“podrá manifestar su
adhesión en una sola corriente interna”), acerca
de la posibilidad de avalar los precandidatos de
una categoría de una lista y además los precan-
didatos de otra categoría de otra lista. Entende-
mos que sí, toda vez que si bien ello parecería
chocar contra la letra de la ley, no ocurre lo mis-
mo si nos atenemos a su espíritu, que no es otro
que el de impedir que una misma persona avale,
para un mismo cargo, a más de una lista. Al igual
que en el caso anterior, consideramos improba-
ble que esto ocurra.
La legislación de la provincia de Buenos Ai-
res es, por otra parte, extremadamente riguro-
sa en cuanto exige la presentación, junto con
el aval, de una fotocopia del documento nacio-
nal de identidad del avalista “u otro documento
habilitante”, exigencia que hará que la tarea de
obtener un aval se convierta en una verdadera
odisea. La ley nacional no incluye esta exigen-
cia, lo que va a provocar, seguramente, más de
un conflicto. Por otra parte, ¿cuál es otro docu-
mento habilitante al que se refiere la norma?;
¿habilitante a qué? Si es a emitir el voto, no hay
otro documento que no sea el “documento cívi-
co”, esto es el documento nacional de identidad,
libreta cívica o libreta de enrolamiento.
La ley provincial, finalmente, precisa que los
avales deben ser presentados junto con las lis-
tas en ocasión de requerirse su oficialización
ante la junta electoral partidaria, pero no se en-
cuentran estas eximidas de hacer un control al
respecto, aunque la ley expresa que se trata de
una tarea que corresponde que la realice la Jun-
ta Electoral de la provincia dentro de los cinco
(5) días de la presentación de las listas (art. 16,
dec. regl.) a fin de comprobar que los adheren-
tes sean electores y no hayan adherido a más de
una agrupación política. Queda entonces des-
cartada la posibilidad de avalar a un precandi-
dato de un partido y a otro de otra agrupación,
así se encuentre inscripto en una categoría de
cargos diferente. De comprobar la falta de adhe-
rentes en número suficiente por no encontrarse
empadronados o haber adherido a más de una
agrupación política, debe intimar a esta para
Gabino Mario Tapia
que complete el número mínimo exigido en un
plazo de setenta y dos (72) horas (art. 16 cit.).
Los avales deben ser presentados en los for-
mularios que diagramará la Junta Electoral de la
Provincia, pudiendo agregar a ellos los logos o
caracteres para una mejor identificación, sin al-
terar el resto de los datos que contengan los mo-
delos suministrados por el organismo provincial
(art. 17).
Funciones de las juntas electorales partida-
rias. La ley provincial y la reglamentación, reser-
van un papel importante a las juntas electorales
partidarias. Recientemente nos hemos referido
al control que deben ejercer con relación a los
avales necesarios para sostener una lista.
Pero además, y en primer término, debe te-
nerse en cuenta que “las listas de candidatos de-
ben ser presentadas en las planillas y el soporte
informático que ellas mismas diagramen” (art.
8º, anexo reglamentario); “desde la convocato-
ria y hasta cincuenta y cinco (55) días antes del
comicio primario, debe presentar ante la Junta
Electoral de la Provincia de Buenos Aires su Re-
glamento Electoral e informar su composición,
domicilio, días y horarios en que funcionará
y el sitio web en el que se encuentran publica-
dos todos estos datos, en el que también deben
publicarse las oficializaciones de las listas, las
observaciones que se le efectúen y toda otra re-
solución que haga al proceso electoral, sin per-
juicio de su publicación en las dependencias”
de las propias juntas (art. 6º, anexo reglamen-
tario).
Por otra parte, hasta el vencimiento referido
cincuenta y cinco (55) días antes del comicio,
los apoderados de las listas pueden solicitar la
reserva del número que habrá de identificarlas
en los comicios, lógicamente de acuerdo con la
reglamentación que cada una de ellas dicte (art.
7º, anexo reglamentario). A este respecto, se les
exige respetar el orden estrictamente temporal
de los pedidos (misma norma).
Los pedidos de oficialización. Requisitos de
las precandidaturas. A las juntas electorales
partidarias les cabe también la responsabilidad
de analizar si las listas que requieren su oficiali-
zación y sus integrantes, cumplen realmente los
requisitos legales para alcanzar dicho cometido.
SEGUNDA PARTE• 137
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
El art. 3º de la ley provincial 14.086 estable-
ce con claridad que quien se presente como
candidato para cualquier cargo en las eleccio-
nes primarias solo podrá hacerlo por un parti-
do político, agrupación municipal, federación o
alianza transitoria electoral y para un solo cargo
electivo y en una sola categoría, de manera que
este debería ser el primer control que deberían
realizar, aunque con relación a esta cuestión
pueden suscitarse graves inconvenientes que
no parecen bien resueltos en la reglamentación
dictada, según habremos de ver.
Establece el art. 12 del anexo reglamentario
del dec. 332/2011 que “para la oficialización de
las listas las juntas electorales de las agrupacio-
nes políticas deben verificar que los candidatos
cumplan los requisitos exigidos por la Constitu-
ción de la provincia, leyes y decretos respectivos
y por las cartas orgánicas partidarias y regla-
mentos de las alianzas en su caso” (“en tanto no
se opongan a lo establecido en la ley 14.086”, an-
ticipa insólitamente el art. 11 del mismo cuerpo
normativo como si ello pudiera ser así). Ade-
más, cada lista designa un apoderado para que
la represente ante la autoridad partidaria y ante
la Junta Electoral de la Provincia de Buenos Ai-
res (misma disposición), debiendo su firma re-
gistrarse ante este último organismo —art. 10,
inc. c), anexo reglamentario—.
El art. 9º del citado anexo dispone que “los
candidatos deben presentar, junto con la cons-
tancia de la aceptación de la postulación, la
declaración jurada de reunir los requisitos cons-
titucionales y legales pertinentes” y sus firmas
“estar certificadas por juez de paz, escribano
público o por apoderado con firma certificada
ante la junta electoral de la provincia” (art. 10,
anexo reglamentario).
Cuando a la fecha prevista por el art. 61 de
la ley 5109 (y art. 60, Cód. Elect.) no se hubie-
re concluido aún el escrutinio definitivo co-
rrespondiente a la elección primaria de alguna
agrupación política, su lista será de todas for-
mas oficializada con independencia de quienes
en definitiva corresponda que la integren, suje-
ta al cumplimiento de la condición establecida
en el art. 10 de la ley 14.086 (art. 45, ley 26.571).
Lugares de votación. Asiento del voto. La ley
14.086 de la provincia de Buenos Aires es pre-
138 • Derecho electoral argentino
cisa al respecto, toda vez que expresa en su art.
12 que “[l]os lugares de votación (...) serán co-
munes para todos los partidos políticos, fede-
raciones, alianzas transitorias y agrupaciones
municipales, de manera que en un mismo cuar-
to oscuro se dispongan todas las boletas, agru-
padas por la fuerza política correspondiente
mediante un cartel indicador”.
En lo que al asiento del voto se refiere, tanto
la ley nacional como la provincial (art. 9º, ley
14.086) disponen que su emisión del debe asen-
tarse en el documento cívico del elector, con lo
que se impide la doble emisión del sufragio.
Colores de las boletas. La legislación pro-
vincial no establece ni siquiera la alternativa de
elegir un color distinto al blanco para las boletas
electorales. Teniendo en cuenta la simultanei-
dad de las elecciones con las nacionales, cabe
preguntarse si las agrupaciones podrán utilizar
el color elegido para distinguir sus candidaturas
en ese orden, o si las boletas serán de un color
para él y blancas para el orden provincial, cues-
tión que deberá precisar la Junta Electoral de la
Provincia, facultada para ello de acuerdo con lo
que dispone el art. 8º de la ley 14.086 y el decreto
reglamentario.
Observaciones a las listas. La legislación de la
provincia de Buenos Aires presenta, en toda esta
materia, importantes y sustanciales diferencias
con las disposiciones de la ley nacional. Prime-
ro porque el plazo conferido a las autoridades
competentes partidarias para pronunciarse so-
bre las listas presentadas es distinto: cuarenta
y ocho (48) horas en la ley nacional y cinco (5)
días en la provincial. Y en segundo lugar, por-
que esta última permite la “observación” de las
listas y la posibilidad de corregirlas, alternativa
que no brinda la ley nacional, aunque el decreto
reglamentario dictado morigeró lo que de por sí
constituía un cercenamiento al derecho de par-
ticipación política. La cuestión era importante,
porque, como se recordará, la simultaneidad de
las elecciones no admite grandes diferencias en
los regímenes legales aplicables.
Un interrogante que merece una respuesta
clara, entonces, es el referido a cuáles son los
defectos “observables” o los que pueden ser ob-
jeto de corrección y cuáles los que determinan
per se el rechazo de la lista. La ley establece los

requisitos que deben cumplir estas últimas (art.
4º) y al no efectuar aclaración alguna ni formu-
lar distinciones, debe entenderse que todas esas
exigencias pueden tener errores o no estar com-
pletas y que, por lo tanto, todas ellas pueden ser
corregidas. Pero es evidente que para que pue-
dan formularse observaciones, lo presentado y
analizado debe poder ser catalogado como una
“lista” en el sentido técnico del término.
Notificaciones en la provincia de Buenos
Aires. También en esta materia innova la ley
provincial y lo hace de una manera que de no
implementarse correctamente puede generar
no pocas controversias, sobre todo en el caso de
las alianzas.
La primera obligación que una lista debe
cumplir cuando realice una presentación ante
la Junta Electoral de la Provincia, prescribe el
art. 15 del decreto reglamentario, “deberá cons-
tituir domicilio en la Ciudad de La Plata”, donde
obviamente deberán practicarse las notificacio-
nes que se dicten para surtir plena validez.
Pero la ley también ha impuesto, en la espe-
cie, una forma especial de notificación, válida
aun cuando se hubiese constituido domicilio en
debida forma, al disponer que las observacio-
nes que formule la junta electoral partidaria se
harán saber mediante su publicación en las de-
pendencias partidarias correspondientes o en el
sitio web de la agrupación política.
Es sabido que los apoderados de las listas de-
ben tener, aunque no esté escrito en lugar al-
guno, una presencia diaria en la junta electoral
de su agrupación, de manera de tomar cono-
cimiento de las resoluciones que ella dicte. Esta
presencia es tanto o más necesaria a lo largo de
este período en el que habrán de tomarse re-
soluciones definitorias sobre la lista que repre-
sentan y en el que en todo caso el plazo para
contestar las observaciones que se formulen o
para subsanar los errores detectados, se cuenta
no desde el vencimiento del plazo que la junta
tiene para pronunciarse, sino desde el día de la
publicación de lo resuelto, que puede tener lu-
gar antes de dicho vencimiento. Por eso, y para
evitar todo tipo de discusiones que pudieren
llegar a generarse, el decreto reglamentario es-
tablece en su art. 13 que las agrupaciones polí-
ticas “deben hacer constar, en las publicaciones
Gabino Mario Tapia
de las oficializaciones y observaciones a las lis-
tas, la fecha y hora que se efectúa”.
Si bien las formas de notificación aludidas se
encuentran establecidas para la comunicación
de las observaciones, comprenden también las
decisiones definitivas acerca de la oficialización
o rechazo de las listas presentadas. Cabe aclarar
que el hecho de que la ley provincial establez-
ca solo dos formas de notificación no implica
que excluya otras más eficaces y transparentes,
como la notificación personal. Obviamente en
cada notificación deben darse a conocer las ob-
servaciones que se formulen o los fundamentos
de la aprobación o rechazo de las listas.
Siempre en el orden provincial, cabe acotar
que las juntas electorales partidarias tienen, fi-
nalmente, cuarenta y ocho (48) horas para pro-
nunciarse por la aprobación o rechazo de la lista
observada y corregida (o refutada). Esta deci-
sión será notificada de la misma forma que que-
dara expuesto, siendo recurrible, dentro de las
cuarenta y ocho (48) horas, ante la Junta Electo-
ral de la Provincia de Buenos Aires, a la que se le
confiere un plazo de cinco (5) días para resolver
en definitiva.
Oficialización tácita. Cabe acotar que siem-
pre se exige el pronunciamiento expreso de los
organismos partidarios competentes (juntas
electorales), no siendo factible entender que en
caso de silencio o de demora de ellos, queden
automáticamente oficializadas las listas presen-
tadas. No existe, en consecuencia, la oficializa-
ción tácita de listas, como hasta ahora prevén
algunos estatutos partidarios.
Apelaciones. De acuerdo con el art. 3º de la
ley provincial, “las autoridades partidarias emi-
tirán pronunciamiento dentro de las cuaren-
ta y ocho (48) horas” y sus resoluciones serán
apelables ante la Junta Electoral de la Provincia
dentro de las cuarenta y ocho (48) horas de su
publicación. El recurso se interpondrá fundado
directamente ante la Junta Electoral de la Pro-
vincia, quien resolverá en un plazo no mayor a
cinco (5) días corridos.
Con el afán de aclarar este concepto, el de-
creto reglamentario establece en su art. 14 que
“este recurso debe interponerse por escrito
acompañando las fotocopias de la totalidad de
SEGUNDA PARTE• 139
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
las actuaciones sustanciadas por ante la autori-
dad partidaria, pudiendo, la Junta Electoral de la
Provincia, requerir de estas que presenten, den-
tro de la veinticuatro (24) horas las actuaciones
y antecedentes del caso que motivaron la pre-
sentación del recurso”.
Escrutinio definitivo. Comunicaciones. De
acuerdo con la legislación provincial bonaeren-
se, la resolución que oficialice las listas, debe ser
comunicada, dentro de las cuarenta y ocho (48)
horas de haber quedado firme, a la Junta Electo-
ral de la Provincia para su control y registro.
La junta provincial debe expedirse en un pla-
zo no mayor a diez (10) días. Quiere decir, en-
tonces, que este organismo efectúa un segundo
control de derecho para cerciorarse que todas
las listas cumplan los recaudos legales. La ley no
prevé plazo alguno para ulteriores correcciones,
de manera que la Junta debe pronunciarse por
su aprobación o por su rechazo, tal como las re-
cibió.
A diferencia de la ley nacional, la ley provin-
cial, por otra parte, no prevé que la junta elec-
toral partidaria se integre con representantes de
las listas oficializadas, lo que habrá de provocar
una situación al menos curiosa, ya que quienes
integren esa Junta en representación de listas
nacionales, no podrán opinar en cuestiones que
se relacionen con las listas provinciales.
Pero existe, en la materia, una suerte de “ida y
vuelta”, porque la Junta Electoral de la Provincia
debe comunicar, conforme lo exige el decreto
reglamentario (art. 19) “el escrutinio definitivo
será notificado por la junta Electoral de la Pro-
vincia de Buenos Aires a las agrupaciones polí-
ticas dentro de las cuarenta y ocho (48) horas,
a fin de que las autoridades respectivas confor-
men la lista ganadora y procedan a proclamar a
los candidatos a gobernador, vicegobernador,
senadores y diputados provinciales, intenden-
tes, concejales y consejeros escolares electos”.
Continúa la reglamentación dictada, dicien-
do que “la conformación final de las listas de
candidatos a cargos electivos debe respetar la
cuota de género establecida en el art. 32 de la
ley 5109”. Y aclara: “Si efectuada la asignación
de cargos conforme lo establecido en el art. 14
de la ley 14.086, la lista definitiva no cumpliere
140 • Derecho electoral argentino
con dicha cuota, la Junta Electoral de la Provin-
cia de Buenos Aires procederá a ordenar de ofi-
cio la misma, desplazando al o los candidatos de
la corriente interna que tendrían que ocupar el
cargo de conformidad con el sistema de asigna-
ción, integrando a la lista al candidato que sigue
de la misma corriente interna para cumplir con
la cuota de género”.
“Una vez conformada las listas finales de can-
didatos de cada agrupación política, concluye
el art. 21 del decreto reglamentario, cesarán los
apoderados de las listas de la elección primaria
y la representación partidaria se ejercerá me-
diante los apoderados de las agrupaciones po-
líticas”. “Oficializadas las listas internas, la Junta
Electoral de la Provincia de Buenos Aires, a la
que se le dará la devolución respectiva, debe
notificar a la Ministerio de Jefatura de Gabine-
te de Ministros, detallando agrupaciones políti-
cas, listas internas y apoderados de las mismas,
por categoría y distritos, y cantidad de electores
a efectos del cálculo y liquidación del costo de
impresión de boletas establecido en el art. 17 de
la ley 14.086” (art. 22).
Inicio de la campaña electoral. El art. 16 de
la ley 14.086 de la provincia de Buenos Aires ex-
presa, en consonancia con la ley nacional, que
la campaña electoral recién puede iniciarse
con treinta (30) días de anticipación a la fecha
del comicio, debiendo finalizar cuarenta y ocho
(48) horas antes de la elección primaria, pero li-
mita la publicidad gráfica, radial y televisiva a
los quince (15) días previos a la fecha de dichos
comicios.
No contenta con ello, avanza aún más y cir-
cunscribe la publicación o difusión de encues-
tas y sondeos preelectorales a los ocho (8) días
previos a la fecha de los comicios, debiendo cul-
minar también cuarenta y ocho (48) horas antes
de su realización. Finalmente, la ley establece
que las proyecciones sobre el resultado de la
elección solo se podrán publicar o difundir des-
pués de tres (3) horas del cierre del comicio.
Las diferencias que se aprecian con relación
a la ley nacional, sobre todo en lo que la emi-
sión de publicidad se refiere, habrá de generar,
seguramente, conflictos de diversa índole, sobre
todo en razón de la simultaneidad de los actos
electorales y la simultaneidad de los spots publi-

citarios, creando confusión en las rendiciones
de cuentas a presentarse, como suele ocurrir de
ordinario.
Aun cuando se trate de una elección prima-
ria en la que cada partido o agrupación juega
lo suyo, no puede desconocerse que el gobier-
no nacional tiene especial interés en esta puja,
ya sea que en la elección primaria de su partido
concurra más de una lista, o que solamente que-
de oficializada en él una sola. Ello así, desde que
en el primero de los casos tendrá, obviamente,
intenciones de triunfar en la puja electoral, así
como en el segundo demostrar el interés de la
gente por avalar los candidatos del partido ofi-
cialista.
En este sentido, se advierte más ecuanimidad
en la ley provincial que en la nacional, toda vez
que en el ámbito bonaerense se le prohíbe al Po-
der Ejecutivo realizar actos de gobierno y/o pu-
blicidad oficial que puedan inducir el sufragio a
favor de cualquier candidato, durante los quin-
ce (15) días anteriores a la fecha fijada para la
elección primaria.
Aporte para boletas. La ley provincial tam-
bién prevé un aporte adicional para la impresión
de boletas, pero en este caso la ley le garantiza a
cada lista oficializada el costo de impresión has-
ta un número equivalente al doble del padrón
respectivo (art. 17, ley 14.086) constituyendo un
punto de vista sensiblemente distinto al criterio
que imperó en la redacción de la ley nacional.
Ya hemos citado al art. 22 del decreto regla-
mentario que sienta las pautas generales, agre-
gando el art. 23 que “el monto a distribuir entre
las listas internas para la impresión de bole-
tas, que establezca el presupuesto provincial
en cada año electoral, debe ser abonado a los
apoderados de listas que rendirán cuenta docu-
mentada del gasto y procederán a devolver los
fondos no utilizados dentro de los treinta (30)
días de realizadas las elecciones primarias”.
La cuestión de las boletas. La lectura de la ley
14.086 de la provincia de Buenos Aires (art. 8º)
permite apreciar claras diferencias con el régi-
men nacional en materia de confección de las
boletas electorales. En primer lugar, pone en ca-
beza de la Junta Electoral de la Provincia la ofi-
cialización de las boletas de sufragio, delegando
Gabino Mario Tapia
también en ella la facultad de establecer los re-
quisitos a los que deben ajustarse. Solo fija como
pauta la obligación de que los distintos cuerpos
se encuentren separados por líneas punteadas o
estar troqueladas, de manera de sugerir y facili-
tar los cortes que quiera hacer el elector.
Resulta innegable que existe en la materia una
larga tradición que difícilmente se abandone de
buenas a primeras. Por otro lado, y teniendo en
cuenta que salvo alguna excepción estas elec-
ciones habrán de coincidir con las elecciones
primarias nacionales, difícilmente se resuelvan
cuestiones a contrapelo de lo que se disponga a
nivel nacional, aunque no debe descartarse tal
posibilidad, sobre todo en lo que se refiere al ta-
maño de las boletas.
Por otra parte, es de esperar que por vía de
reglamentación se aclaren algunas de las cues-
tiones que seguramente habrán de plantearse,
como es la relativa a los colores de las boletas
(cuestión en la que la ley provincial, a diferencia
de la nacional, no innova), a su identificación
mediante letras, etc., ya que todo ello hace, in-
dudablemente, a la transparencia electoral.
De cualquier manera la ley provincial esta-
blece que los modelos de boletas deben ser pre-
sentados por las autoridades partidarias ante
la Junta Electoral de la Provincia con una an-
telación mínima de treinta (30) días a la fecha
del comicio. Esto quiere decir que en el ámbi-
to provincial no existe, al menos con un carácter
obligatorio, la intervención previa de las juntas
electorales partidarias, aunque bien podría es-
tablecerse de manera que operen como un filtro
facilitador del trabajo posterior de la Junta de la
provincia.
Tampoco se encuentra prevista la realización
de audiencia alguna para permitir el control de
las boletas por las distintas agrupaciones, ni fija
la ley un plazo para que la Junta Electoral se pro-
nuncie a su respecto, pero una vez oficializadas,
las agrupaciones deben, dentro de los cinco (5)
días, acompañar dos (2) ejemplares de cada bo-
leta por cada mesa habilitada.
Si una cuestión no puede ignorar la ley si
quiere ser efectiva y colaborar a la transparen-
cia electoral, es la realidad. Y la realidad de la
provincia de Buenos Aires, habla de una gran
SEGUNDA PARTE• 141
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…
cantidad de partidos políticos y de numerosos
distritos, todo lo cual hace suponer la existen-
cia, en cada elección, de una gran cantidad de
boletas que habrán de confluir en una gran con-
fusión a la hora de su presentación en el cuar-
to oscuro. Por lo tanto, la cuestión merece una
atención singular para garantizar que ese tan
ansiado objetivo de transparencia no encuentre
aquí su tropiezo principal.
Composición de las boletas. La ley provincial
14.086, en la misma norma que comentamos
(art. 8º), establece que son “los órganos electo-
rales partidarios los que autorizan cómo se ad-
hieren las boletas en caso de que hubiere lista
única para una categoría de candidatos y plu-
ralidad en otras”, cuestión realmente sensible,
conforme afirmáramos con anterioridad.
Es factible que en una agrupación no haya
más que un precandidato a gobernador, es decir,
que haya lista única en esta categoría de cargos,
pero que existan diversas listas de precandida-
tos a legisladores provinciales. Es evidente que
la o las listas de legisladores que no lleven adhe-
rida la del precandidato a gobernador (obliga-
da a participar de la elección primaria) se verán
perjudicadas. Muchos, en estos casos, se han in-
clinado por proponer que, en tales supuestos, la
lista única debe ir adherida a todas las boletas
de las restantes categorías, pero hay quienes,
con argumentos también de peso, se han mos-
trado partidarios de la posición contraria, afir-
mando que el precandidato a gobernador (para
seguir con el ejemplo) tiene el derecho de que-
rer concurrir al comicio adhiriendo su boleta
exclusivamente a la de los precandidatos a le-
gisladores de su propio sector interno y no a las
de los restantes.
Es indudable que esta última postura trans-
forma al candidato de la lista única, en “el gran
elector” del comicio ya que el arrastre de su con-
dición a favor de una sola de las boletas en las
que existe pluralidad de opciones, será eviden-
te.
La ley no se ha pronunciado ni a favor ni en
contra de ninguna de estas posturas, remitien-
do la decisión a “los órganos electorales partida-
rios” (art. 18, decreto reglamentario), resolución
que estos adoptarán de acuerdo con las normas
internas. Pero si ninguna lo hace, seguramente
142 • Derecho electoral argentino
pesarán más las razones políticas que las jurídi-
cas en la decisión final que se adopte.
Desde la óptica jurídica, podrá argumentarse
que la decisión de no adherir la lista única a to-
das las demás que se presenten en otra u otras
categorías de cargos, rompería la igualdad, prin-
cipio sustancial del derecho electoral. En contra
de ello podría sostenerse que no podría obligar-
se al candidato único a adherir su boleta a la de
quienes no pertenecen a su sector interno y que
las restantes facciones estaban en total libertad
para proponer un precandidato a gobernador
propio, de manera tal que la eventual desigual-
dad que se presentaría al no haberlo hecho, no
estaría dada sino por la propia decisión de quie-
nes, voluntariamente, se abstuvieron de hacer-
lo, pero lo cierto es que el decreto reglamentario
obliga a las juntas partidarias a dictar el regla-
mento respectivo, tanto en el caso de lista única
en una categoría de cargos, como de multiplici-
dad de listas (art. 18, anexo reglamentario).
Ahora bien, la decisión que tome la junta elec-
toral partidaria ¿es susceptible de recurso? La
ley nada dice en este artículo, lo que llevaría a
dar una primera respuesta negativa. Sin embar-
go, el art. 15 de la ley establece un recurso de ca-
rácter general contra las decisiones partidarias
que si no fuera para este caso y algún otro que
pueda encontrarse en la ley (errores en la com-
posición definitiva de las listas de legisladores o
resoluciones relacionadas con el cupo de repre-
sentación por género), no tendría posibilidades
de ser interpuesto.
La norma citada expresa: “Contra las decisio-
nes de las autoridades partidarias podrá articu-
larse recurso ante la Junta Electoral. El mismo
deberá interponerse fundado ante dicho órgano
por parte legitimada dentro del término de tres
(3) días, salvo plazo en contrario regulado en la
presente”. En consecuencia, consideramos que
la decisión que adopte el órgano electoral parti-
dario en esta materia puede ser recurrida ante la
Junta Electoral de la provincia dentro de los tres
(3) días. El recurso debe interponerse debida-
mente fundado, debiendo entenderse por parte
legitimada aquella que se sintiere perjudicada
por la resolución dictada.
Fuera del ámbito de las elecciones primarias,
la cuestión de la composición de las boletas y la

posibilidad de intercalar la lista de un partido en
la boleta de otro u otros, remite a la cuestión de
las llamadas “listas colectoras”, a las que nos re-
feriremos más adelante.
Organización del comicio. La ley 14.086 de
la provincia de Buenos Aires establece en su
art. 15 que “la Junta Electoral de la Provincia
de Buenos Aires tendrá a su cargo el control del
proceso electoral y el desarrollo del escrutinio
definitivo con las atribuciones y facultades que
la Constitución y legislación le asignan para los
comicios generales”. Por su parte, el art. 12 ex-
presa que “los lugares de votación, que  serán
determinados por la Junta Electoral de la Pro-
vincia, serán comunes para todos los partidos
políticos, federaciones, alianzas transitorias y
agrupaciones municipales, de manera que en
un mismo cuarto oscuro se dispongan todas
las boletas, agrupadas por la fuerza política co-
rrespondiente mediante un cartel indicador.
La Junta Electoral designará las autoridades de
mesa con veinte (20) días de anticipación a la
fecha de las elecciones primarias”.
La realidad es que, en atención a cómo se en-
cuentran concebidas las elecciones primarias,
no cabía otra posibilidad para su organización
que la que establece la norma, es decir, que
todas las boletas de todos los partidos o agru-
paciones políticas, se agrupen en un mismo
cuarto oscuro. Es que de otra manera el elector
no podría componer su voto recurriendo al cor-
te de boletas, conforme se encuentra autoriza-
do.
La norma remite a una realidad que puede
ser caótica si confluyen a la elección muchas
listas. Es que no solo habrá que pensar en este
caso en el interior del cuarto oscuro, sino tam-
bién en cada mesa receptora de votos en la que
cada una de esas listas tendrá el derecho a sen-
tar un fiscal y cada uno de estos el de controlar
cada documento. Y debe pensarse también en
el momento del escrutinio, en el que se volca-
rán sobre la misma mesa boletas de todas las
agrupaciones, que habrá que separar prime-
ro para ir contando luego, ordenadamente, no
solo por agrupación, sino también por lista, en
un proceso que promete ser agotador, engorro-
so y confuso. Nada más lejos del objetivo trans-
parente que se perseguía.
Gabino Mario Tapia
En lo que hace a la organización del acto, la
ley lo delega en la Junta Electoral de la Provin-
cia que debe designar las autoridades de mesa
con veinte (20) días de anticipación a la fecha
de las elecciones. Sin embargo, y teniendo en
cuenta la simultaneidad del acto con las elec-
ciones primarias nacionales, la organización,
en definitiva, estará a cargo de la Justicia Fede-
ral con competencia electoral.
Elección del gobernador y vicegobernador.
La elección de gobernador y vicegobernador y
la de intendentes se harán, en la provincia de
Buenos Aires, en forma directa y por simple
pluralidad de sufragios, tal como lo prescribe el
art. 13 de la ley 14.086. También la elección se
hace por fórmula, no pudiendo los partidos po-
líticos elegir ambos cargos por separado, ni re-
componer aquella luego del comicio primario.
En cuanto a la conformación de las listas de-
finitivas de candidatos a cargos legislativos, la
ley provincial en su art. 14 dispone que se hará
aplicando el sistema D’Hondt entre todas las
listas que hubieren participado y obtenido,
como mínimo, el diez por ciento (10%) de los
votos positivos de la agrupación política corres-
pondiente, en la respectiva categoría. En todos
los casos, “deberá observarse lo prescripto en el
art. 12 de la presente”. En realidad hay un error
en esta remisión de la ley, ya que ha querido re-
ferirse al art. 11 que es el que establece la obli-
gación de respetar la representación por género
establecido en el art. 32 de la ley 5109, texto se-
gún ley 11.733, y al que ya nos hemos referido.
De cualquier manera, corresponde señalar
que la ley avanza sobre la forma que cada par-
tido tiene prevista para conformar su lista de
candidatos en las categorías que menciona, tra-
tándose de una norma de dudosa validez cons-
titucional en cuanto cercena la autonomía de
los partidos políticos, que pueden tener previs-
tas otras formas de componer internamente sus
listas.
Adviértase que la norma crea hasta un con-
trasentido con la legislación electoral provin-
cial, desde que consagra el sistema D’Hondt
(con un piso del 10% de los votos positivos
emitidos) para la composición final de las lis-
tas de los candidatos, cuando no es ese el sis-
tema que se usará en definitiva para la elección
SEGUNDA PARTE• 143
Ley 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia…

de los cuerpos colegiados provinciales, en cuyo
caso se aplica el sistema de cociente. Adviérta-
se, también, que al hablarse de votos positivos,
los votos en blanco no deben considerarse a
los efectos del cómputo, criterio que marca un
nuevo punto de diferenciación con la ley nacio-
nal que establece que, en ese orden, sí deben
ser computados.
Obviamente, el procedimiento es aplicable
solo a las agrupaciones que obtengan más del
1,5% de los votos positivos totales, ya que de no
alcanzar este porcentaje, no tendrán derecho a
participar de los comicios generales.

144 • Derecho electoral argentino

TERCERA PARTE
Ley de Financiamiento
de los Partidos Políticos
Ley 26.215
Con las modificaciones de la ley 27.504
TÍTULO I
Del patrimonio de los partidos políticos
CAPÍTULO I
Bienes y recursos
SECCIÓN I
De los bienes de los partidos políticos
Art. 1º.- Composición. El patrimonio del
partido político se integrará con los bienes y
recursos que autoricen la presente ley y la res-
pectiva carta orgánica, restándole las deudas
que pesan sobre él.
Patrimonio de los partidos. La ley 26.571 in-
trodujo en nuestro medio las elecciones prima-
rias, abiertas, simultáneas y obligatorias y no
habiéndose dictado hasta entonces norma al-
guna que estableciera reglas claras relacionadas
con las aplicación de muchas de sus disposicio-
nes, desde la Unión Cívica Radical, pese a que
muchos lo ignoraron o no quisieron verlo, se
dedujo un recurso de amparo a efectos de que
el Poder Ejecutivo reglamentara este cúmulo de
cuestiones que pasaban a convertirse en una
gran incógnita. Al respecto, pueden verse los au-
tos “Tapia, Gabino C. - apoderado nacional de la
Unión Cívica Radical s/ recurso de amparo”, di-
ciembre de 2010, rechazado en primera instan-
cia en febrero de 2011 por entenderse que hacer
lugar a él implicaba inmiscuirse en cuestiones
privativas de otro Poder del Estado que no esta-
ba limitado por norma alguna para reglamentar
una ley, que si bien tenía la obligación de hacer,
no le estaban señalados plazos para ello. Final-
mente, y más tarde que nunca, finalmente se re-
conoció en los fundamentos del dec. 443/2011
—dictado con fecha 14 de abril— la necesidad
de dictar algunas disposiciones aclaratorias
—aunque no del todo satisfactorias—, a las que
nos referiremos brevemente.
Se habló, así, de la necesidad de establecer el
procedimiento de conformación de las juntas
electorales de las agrupaciones políticas para
las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y
obligatorias; de que resulta conveniente aclarar
el modo en que se efectuará el aval a las listas
de precandidatos en la etapa de oficialización
de listas para los referidos comicios y de los da-
tos a contener por el instrumento que las incor-
pore; que debe establecerse el procedimiento
mediante el cual se oficializarán las listas de
precandidatos para las elecciones primarias,
abiertas, simultáneas y obligatorias e indicar los
criterios prácticos relacionados con la asigna-
ción de colores de las boletas; que corresponde
establecer los aportes financieros estatales en-
tre las listas de precandidatos en ocasión de las
elecciones primarias y establecerse criterios co-
munes en lo referido a los modelos de acta de
escrutinio, y la devolución de la documentación
electoral con posterioridad a tal proceso en las
elecciones primarias.
Ni más ni menos, el menú de necesidades vol-
cadas en el escrito de amparo curiosamente re-
chazado.
Expresan los arts. 15 y 16 del Cód. Civ. y Com.:
“Art. 15.- Titularidad de derechos. Las per-
sonas son titulares de los derechos individua-
les sobre los bienes que integran su patrimonio
conforme con lo que se establece en este Códi-
go”.
“Art. 16.- Bienes y cosas. Los derechos refe-
ridos en el primer párrafo del art. 15 pueden
recaer sobre bienes susceptibles de valor eco-
nómico. Los bienes materiales se llaman cosas.
Las disposiciones referentes a las cosas son apli-
TERCERA PARTE• 147
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
cables a la energía y a las fuerzas naturales sus-
ceptibles de ser puestas al servicio del hombre”.
Queda claro, desde un comienzo, que el parti-
do político no tiene plena libertad para adquirir
todo tipo de bienes, sino que esa posibilidad se
encuentra limitada por las disposiciones de su
carta orgánica y las prohibiciones que establece
la propia ley que, por ejemplo, veda recibir do-
naciones por encima de determinados montos.
Art. 2º.- Bienes registrables. Los bienes regis-
trables que se adquieran con fondos del par-
tido o que provinieran de contribuciones o
donaciones deberán inscribirse a nombre del
partido en el registro respectivo.
Inscripción de bienes. Todo bien que perte-
nezca al partido político debe encontrarse ins-
cripto a su nombre. Esta inscripción no solo
es importante para tener claridad acerca de la
composición del patrimonio del partido, sino
que además le reporta a este último una serie de
ventajas en cuanto a que los bienes así inscrip-
tos se encuentran exentos de impuestos y tasas
de carácter nacional, conforme lo dispone el ar-
tículo siguiente.
Art. 3º.- (Texto modificado por el art. 1º de
la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Exención
impositiva. Los bienes, cuentas corrientes y
actividades de los partidos reconocidos esta-
rán exentos de todo impuesto, tasa o contribu-
ción nacional, incluido el impuesto al valor
agregado (IVA) y el impuesto a los créditos y
débitos bancarios. Esta exención alcanzará
a los bienes inmuebles locados o cedidos en
comodato a las agrupaciones siempre que se
encuentren destinados en forma exclusiva y
habitual a sus actividades específicas y que los
tributos estén a su cargo.
Quedan comprendidos en la exención los
bienes de renta de la agrupación con la condi-
ción de que aquella se invierta, exclusivamen-
te, en la actividad partidaria y no acrecentare
directa o indirectamente el patrimonio de
persona alguna.
La exención operará de pleno derecho y su
concesión no estará sujeta a trámite alguno.
148 • Derecho electoral argentino
Exenciones impositivas. Las exenciones im-
positivas que reconoce esta norma solo favorece
a los partidos políticos “reconocidos”, de manera
que no alcanza a los que se encuentran en vías
de reconocimiento o de constitución, no siendo
suficiente, por lo tanto, el reconocimiento provi-
sorio al que alude el art. 7º de la ley 23.298.
La exención alcanza a todos los bienes del
partido, cuentas corrientes y actividades en ge-
neral y se encuentra referida a todo impuesto,
tasa o contribución que de ordinario las grave
(incluido el IVA), y en tanto y en cuanto sean de
carácter nacional. Se dictó una resolución por
parte de la Dirección Nacional Electoral ten-
diente a hacer efectiva la exención de gastos de
la cuenta corriente que los partidos deben tener
abierta en el Banco de la Nación Argentina, de-
positando en cada una de ellas una determina-
da suma en que ellos han sido calculados para
compensarlos.
La norma deja aclarado que se encuentran al-
canzados por la exención los inmuebles cedidos
al partido por terceros en comodato o locación,
en tanto y en cuanto se encuentren destinados
en forma exclusiva y habitual a la actividad par-
tidaria y que los tributos se encuentren a su car-
go.
También están comprendidos en la exención
los bienes de renta del partido, en tanto y en
cuanto dicha renta se invierta exclusivamente
en la actividad partidaria y no beneficie o incre-
mente el patrimonio de persona alguna en par-
ticular, directa o indirectamente.
SECCIÓN II
Recursos de los partidos políticos
Art. 4º.- (Texto modificado por el art. 2º
de la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Finan-
ciamiento partidario. Se establece un modelo
mixto por el cual los partidos políticos obten-
drán sus recursos mediante el financiamien-
to público y privado para el desarrollo de sus
operaciones ordinarias y actividades electo-
rales, de acuerdo a lo establecido en la presen-
te ley.
El financiamiento de los partidos políticos.
La cuestión en torno del financiamiento de los

partidos políticos, el control de los aportes que
reciben y su aplicación ha ocupado buena can-
tidad de páginas de la literatura política.
Tradicionalmente, se han distinguido tres
sistemas de financiamiento, según que el ori-
gen de los fondos sea público, privado o mixto,
cada uno de ellos con sus defensores y detrac-
tores.
No vamos a hacer aquí un estudio pormeno-
rizado de ellos, sino simplemente destacare-
mos que el sistema de financiamiento público
se fue extendiendo a partir de la toma de con-
ciencia acerca de la importancia de los parti-
dos como sostén del sistema democrático y de
la necesidad de establecer cierto equilibrio y
equidad entre los participantes de un comicio,
cuestión que también ha llevado a establecer
límites en los aportes privados, allí donde se
los admite.
En la medida en que el Estado realiza apor-
tes para el desenvolvimiento partidario y/o
para las campañas electorales, se justifica por
sí sola la exigencia de rendir cuentas de la apli-
cación de tales fondos, así como la necesidad
de transparencia justifica la difusión del ori-
gen y el destino de los recursos cuando estos
provienen del sector privado.
Dentro de los límites de esta obra, amplia-
remos estos conceptos generales al analizar
en particular las normas referidas a cada uno
de estos tópicos. Baste aquí con recalcar que
nuestra Constitución Nacional se ha inclina-
do por el sistema mixto de financiamiento de
los partidos políticos, al afirmar “que el Estado
contribuye al sostenimiento económico de sus
actividades” y en forma paralela les impone la
obligación de “dar publicidad del origen y des-
tino de sus fondos y patrimonio” (art. 38).
La cuestión, entonces, pasa por analizar el
alcance de esa obligación y la forma en que de-
ben rendirse las cuentas pertinentes, cuestión
que desvela a los partidos que, sin embargo,
no le asignan la importancia que tiene y me-
rece.
Sistema de financiamiento en la Argenti-
na. La Ley de financiamiento, en sintonía con
la disposición citada de nuestra Constitución
Gabino Mario Tapia
Nacional, consagra en este art. 4º el sistema
mixto de financiamiento, estableciendo que
se realiza con aportes provenientes del sector
público y con aportes provenientes del sector
privado, regulando unos y otros en forma ex-
presa, conforme habremos de ver.
La mayoría de las provincias no tienen re-
gulado el financiamiento y no aplican los con-
troles formales que se derivan del régimen de
partidos. Este vacío legal afecta directamen-
te al régimen nacional: todos los gastos de la
campaña nacional que no se pueden justifi-
car siempre pueden imputarse a la campaña
provincial, donde no hay límites de gasto ni
período de campaña y las rendiciones no se
controlan. Este problema se acentúa cuando
las elecciones son simultáneas.
Principales aspectos de la reforma por
ley 27.504. La reforma del año 2019 incluye
uno de los reclamos históricos en materia de
transparencia: la prohibición de los aportes en
efectivo y la posibilidad de revertir donaciones
de origen desconocido o no deseadas.
Además, incorpora una plataforma web a
través de la cual los aportantes deben declarar
sus donaciones ante la Cámara Nacional Elec-
toral.
Estas medidas apuntan a garantizar la traza-
bilidad de los aportes, facilitar la identificación
de los donantes y responsabilizar a las agrupa-
ciones por los fondos recibidos, aplicando uno
de los principios básicos de la prevención del
lavado de dinero: conocer quién es el donante.
La reforma levanta la inhibición de las per-
sonas jurídicas para donar a las campañas (art.
20, que modifica el art. 44, ley 26.215). A partir
de ahora, sociedades financieras, comerciales,
asociaciones civiles, fundaciones y cooperati-
vas podrán hacer donaciones a las campañas
con topes, como ya se permitía para el finan-
ciamiento ordinario (no electoral). En cambio,
permanecen inhibidas las asociaciones sindi-
cales, patronales y profesionales, para la dona-
ción a los partidos tanto como a las campañas.
La reforma busca alentar la recaudación y la
declaración de aportes privados que son habi-
tuales pero que no se rendían o se disimula-
ban porque no estaban permitidos.
TERCERA PARTE• 149
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
Financiamiento público
Art. 5º.- (Texto según ley 26.571). Finan-
ciamiento público. El Estado contribuye al
normal funcionamiento de los partidos polí-
ticos reconocidos en las condiciones estableci-
das en esta ley.
Con tales aportes los partidos políticos po-
drán realizar las siguientes actividades:
a) Desenvolvimiento institucional;
b) Capacitación y formación política;
c) Campañas electorales primarias y gene-
rales.
Se entiende por desenvolvimiento institu-
cional todas las actividades políticas, insti-
tucionales y administrativas derivadas del
cumplimiento de la ley 23.298, la presente ley
y la carta orgánica partidaria, así como la
actualización, sistematización y divulgación
doctrinaria a nivel nacional o internacional.
Aportes del Estado. El primer punto a des-
tacar es que el aporte estatal se otorga exclu-
sivamente a los partidos que cuenten con un
reconocimiento definitivo, de manera que los
que tienen el reconocimiento provisorio que es-
tablece el art. 7º de la ley 23.298 no son acreedo-
res a estos aportes.
El aporte estatal se concreta a través de diver-
sas partidas: 1) Fondo Partidario Permanente;
2) fondo para campañas electorales que com-
prende una subpartida destinada a la impresión
de boletas; y 3) fondos extraordinarios.
La ley dice que con estos aportes los parti-
dos políticos podrán desarrollar sus actividades
(“desenvolvimiento institucional”), capacitar
dirigentes y llevar adelante las campañas elec-
torales.
Fondo partidario permanente. Desenvolvi-
miento institucional. Un partido político que
no desarrolle su actividad, que no difunda sus
ideas y sus opiniones sobre la realidad cotidia-
na y sobre las acciones de gobierno; un partido
político que no formule propuestas, difunda su
doctrina o no forme dirigentes, evidentemente
deja de existir en los hechos como tal.
150 • Derecho electoral argentino
Todas esas actividades implican una organi-
zación como así también una base física donde
se pergeñen, organicen, desarrollen y se lleven
a cabo, reuniones, cursos, debates, impresión
de material de difusión, movilidad, etc., todo lo
cual se traduce en gastos y en la necesidad de
afrontarlos.
La ley 26.215 de Financiamiento de los Parti-
dos Políticos, modificada por la ley 26.571, es-
tablece en su art. 5º que “el Estado contribuye
al normal funcionamiento de los partidos po-
líticos reconocidos en las condiciones esta-
blecidas en esta ley”, agregando que, con tales
aportes, las agrupaciones podrán realizar las si-
guientes actividades: a) desenvolvimiento ins-
titucional; b) capacitación y formación política
y c) campañas electorales primarias y generales.
Toda vez que para estas últimas existen fondos
específicamente previstos, nos referiremos a las
restantes actividades y, en especial, al desenvol-
vimiento institucional.
La propia norma citada aclara en su último
párrafo, que “se entiende por desenvolvimien-
to institucional todas las actividades políticas,
institucionales y administrativas derivadas del
cumplimiento de la ley 23.298 [de Partidos Po-
líticos], la presente ley y la carta orgánica, así
como la actualización, sistematización y divul-
gación doctrinaria a nivel nacional o internacio-
nal”. Estos fondos son los que integran el “Fondo
Partidario Permanente” que es administrado
por el Ministerio del Interior (la distribución la
hace la Dirección Nacional Electoral) y que está
constituido con aportes que reconocen distinto
origen, conforme precisa el art. 6º.
Fondo Partidario Permanente. Capacita-
ción. Una función esencial de los partidos polí-
ticos es la formación de dirigentes. Es que como
instituciones fundamentales del sistema demo-
crático (art. 30, CN) que hacen al gobierno del
país, su función no se agota en la difusión de sus
postulados, sino que hace a su responsabilidad
la formación y la capacitación de quienes, en
caso de acceder a distintos cargos, puedan im-
pulsar y realizar adecuadamente esos postula-
dos. Al respecto, remitimos al comentario al art.
12.
Fondo Partidario Permanente. Campa-
ñas electorales. Sin perjuicio de su ampliación

posterior (ver comentario al art. 27 y ss.), diga-
mos aquí que con parte de este fondo perma-
nente los partidos deben afrontar las campañas
electorales, tanto en el caso de las elecciones
primarias como en el supuesto de elecciones
generales, aunque la ley prevé asignaciones es-
peciales adicionales con este destino, conforme
habrá de verse.
Art. 6º.- Fondo Partidario Permanente. El
Fondo Partidario Permanente será adminis-
trado por el Ministerio del Interior y estará
constituido por:
a) el aporte que destine anualmente la Ley
de Presupuesto General de la Nación;
b) el dinero proveniente de las multas que se
recauden por aplicación de esta ley, y el Códi-
go Nacional Electoral;
c) el producto de las liquidaciones de bienes
que pertenecieren a los partidos políticos ex-
tinguidos;
d) los legados y donaciones que se efectúen
con ese destino al Estado nacional;
e) los reintegros que efectúen los partidos,
confederaciones y alianzas;
f) los aportes privados destinados a este
fondo;
g) los fondos remanentes de los asignados
por esta ley o por la Ley de Presupuesto Ge-
neral de la Nación, al Ministerio del Interior,
para el Fondo Partidario Permanente y para
gastos electorales, una vez realizadas las ero-
gaciones para las que fueron previstos.
El Fondo Partidario Permanente constituye el
género de los aportes públicos que reciben los
partidos políticos para su normal desenvolvi-
miento. Lo administra el Ministerio del Interior
a través de la Dirección Nacional Electoral que
distribuye y deposita los fondos que correspon-
dan en forma periódica a cada partido, y a con-
dición de que hayan presentado sus balances en
tiempo y forma (art. 13).
Este fondo se conforma con recursos que pro-
vienen de distintas fuentes. La principal de ellas
Gabino Mario Tapia
es la Ley de Presupuesto General de la Nación,
que debe establecer cuánto habrá de distribuir-
se entre todos los partidos en forma anual. Pero
además, lo engrosan las multas que se recau-
den por aplicación de la propia Ley de Finan-
ciamiento y del Código Electoral Nacional; los
fondos que se recauden como consecuencia de
la liquidación de los bienes de partidos políticos
extinguidos; los legados, donaciones y aportes
privados que se hagan con este destino específi-
co; los reintegros que realicen los partidos, con-
federaciones y alianzas y los fondos remanentes
que quedaren del propio fondo o del constitui-
do para afrontar gastos electorales y no consu-
midos.
Además, puede considerarse que este Fondo
se complementa con diversos beneficios o fran-
quicias que la ley reconoce a los partidos polí-
ticos y cuya determinación la ley delega en el
Poder Ejecutivo Nacional.
Cabe destacar que la ley que comentamos, en
su art. 15 in fine establece, para las donaciones
que hagan los particulares al Fondo Partidario
Permanente, las mismas prohibiciones y restric-
ciones que establece para hacerlas a los partidos
políticos, de manera tal que el Estado no podrá
aceptar con este destino, las que fueren hechas
en forma anónima, o por personas que exploten
juegos de azar o de gobiernos o entidades públi-
cas extranjeras, por ejemplo.
Este fondo el Estado se encuentra obliga-
do a distribuirlo entre todos los partidos polí-
ticos que cuenten con personería reconocida,
de manera que no tienen derecho a percibirlo
las agrupaciones que se encuentren en trámite
de reconocimiento (art. 7º, último párrafo, ley
23.298).
Art. 7º.- Destino recursos asignados al Mi-
nisterio del Interior. El Ministerio del Interior
recibirá el veinte por ciento (20%) de la par-
tida presupuestaria asignada al Fondo Par-
tidario Permanente en la Ley de Presupuesto
General de la Nación, previo a toda otra de-
ducción con el objeto de:
a) otorgar las franquicias que autoriza la
presente ley y aportes extraordinarios para
atender gastos no electorales a los partidos
políticos reconocidos;
TERCERA PARTE• 151
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
b) asignar el aporte para el desenvolvimien-
to institucional de aquellos partidos políticos
reconocidos con posterioridad a la distribu-
ción anual del Fondo Partidario Permanente
y aportes de campaña a partidos sin referen-
cia electoral anterior.
Los fondos remanentes se integrarán al Fon-
do Partidario Permanente.
Fondo reservado. Del total de la masa que in-
tegra el Fondo Partidario Permanente, se desti-
na un 20% a fin de que el Ministerio del Interior
pueda otorgar las franquicias que autoriza la Ley
de Financiamiento y los aportes extraordinarios
para atender gastos no electorales (la reunión
de una Convención, por ejemplo); para el des-
envolvimiento de aquellos partidos que logren
su reconocimiento luego de la determinación
de la distribución anual (ver artículo siguien-
te) y para atender las campañas electorales de
los partidos que concurren a elecciones por pri-
mera vez y que, por no tener referencia electoral
previa, no puede determinarse a priori cuánto
es lo que les corresponde por este concepto.
Si este fondo reservado no llegare a agotarse
íntegramente, su remanente pasará a integrar el
Fondo Partidario Permanente, aunque en reali-
dad retorna a este, porque forma parte de él.
Art. 8º.- Obligación de informar. En el pri-
mer mes de cada año el Ministerio del Inte-
rior informará a los partidos políticos y a la
Cámara Nacional Electoral el monto de los
recursos que integran el Fondo Partidario
Permanente al 31 de diciembre del año ante-
rior. Ese monto, más los fondos asignados por
el Presupuesto General de la Nación al Fondo
Partidario Permanente, deducidos los por-
centajes que indica el artículo anterior, serán
los recursos a distribuir en concepto de aporte
anual para el desenvolvimiento institucional.
Informe a los partidos. En el mes de enero de
cada año, el Ministerio del Interior debe infor-
mar a los partidos políticos y a la Cámara Na-
cional Electoral el monto de los recursos que
integran el Fondo Partidario Permanente, que
en realidad es el sobrante de dicho fondo al 31
de diciembre del año previo, más lo establecido
en la Ley de Presupuesto, menos el 20% que se
152 • Derecho electoral argentino
reserva para el Ministerio del Interior de acuer-
do con lo establecido en el art. 7º.
Art. 9º.- Asignación Fondo Partidario Per-
manente. Los recursos disponibles para el
aporte anual para el desenvolvimiento insti-
tucional se distribuirán de la siguiente mane-
ra:
a) veinte por ciento (20%), en forma iguali-
taria entre todos los partidos reconocidos.
b) ochenta por ciento (80%), en forma pro-
porcional a la cantidad de votos que el parti-
do hubiera obtenido en la última elección de
diputados nacionales. Solo participarán en
esta distribución los partidos que acrediten
haber obtenido al menos un número de sufra-
gios equivalente al uno por ciento (1%) del pa-
drón electoral.
Asignación de fondos. La norma que co-
mentamos establece como la dirección Nacio-
nal Electoral debe distribuir el Fondo Partidario
Permanente, que fundamentalmente se destina
al desenvolvimiento institucional de los parti-
dos políticos.
Parte de ese Fondo (el 20%) se distribuye en-
tre todos los partidos políticos que en la última
elección de diputados nacionales hubieran ob-
tenido una cantidad de votos equivalente al 1%
del padrón electoral y en forma proporcional al
caudal obtenido por cada uno de ellos.
Art. 10.- Distribución Fondo Partidario
Permanente. Para el caso de los partidos na-
cionales, una vez determinado el monto co-
rrespondiente a cada partido, de acuerdo al
artículo anterior, se distribuirá directamente
el ochenta por ciento (80%) a los organismos
partidarios de distrito y el veinte por ciento
(20%) restante a los organismos nacionales.
Para el caso de los partidos de distritos que
no hayan sido reconocidos como partidos na-
cionales, el monto del aporte se entregará a
los organismos partidarios del distrito o los
distritos en que estuviere reconocido.
Distribución partidaria. Una vez determina-
da la cantidad que corresponde a cada partido,
la distribución entre ellos se hará depositándo-
le al orden nacional el 20%, en tanto que el 80%

restante se distribuirá entre los órganos parti-
darios de distrito, en tanto que se si tratare de
partidos de distrito que no hubieren alcanzado
reconocimiento nacional, el 100% de lo que les
corresponda se distribuirá entre los órganos de
los distritos en que tuvieren reconocimiento.
Art. 11.- Alianzas electorales. Para el caso
de los partidos que hubieran concurrido a la
última elección nacional conformando una
alianza, la suma correspondiente a la misma,
en función de lo dispuesto por el inc. b) del art.
9º, se distribuirá entre los partidos miembros
en la forma que determine el acuerdo suscrip-
to entre los referidos partidos miembros al
momento de solicitar el reconocimiento de la
alianza.
El caso de las alianzas. Como es sabido, las
alianzas tienen una vida efímera, toda vez que
se conciertan para una sola elección dejando
de existir luego de ella. Cuando se concreta una
coalición de estas características, es obligación
celebrar el correspondiente acuerdo por escrito
en el que debe dejarse asentado la forma en que
se distribuirá, entre los partidos que la integran,
los fondos correspondientes al Fondo Partidario
Permanente.
El dec. 935/2010 establece cuáles pueden ser
los alcances de estos acuerdos.
Art. 12.- (Texto modificado por el art. 3º de
la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Capaci-
tación. Los partidos deberán destinar por lo
menos el veinte por ciento (20%) de lo que reci-
ban en concepto de aporte anual para desen-
volvimiento institucional al financiamiento
de actividades de capacitación para la fun-
ción pública, formación de dirigentes e inves-
tigación.
Asimismo, se establece que por lo menos un
treinta por ciento (30%) del monto destinado
a capacitación debe afectarse a las activida-
des de capacitación para la función pública,
formación de dirigentes e investigación para
menores de treinta (30) años.
También se establece que por lo menos otro
treinta por ciento (30%) sea destinado para la
formación, promoción y el desarrollo de ha-
Gabino Mario Tapia
bilidades de liderazgo político de las mujeres
dentro del partido.
Las obligaciones contenidas en este artícu-
lo alcanzan tanto al partido nacional como a
los partidos de distrito.
De no cumplir con lo dispuesto en este ar-
tículo, los hará pasibles de la sanción prevista
en el art. 65 de la presente ley.
Fondos para capacitación. Dijimos al co-
mentar el art. 5º que la formación de dirigentes
es una función esencial de los partidos políti-
cos y que esta tarea habla de la responsabilidad
que les cabe en cuanto instituciones fundamen-
tales del sistema democrático (art. 30, CN) que
hacen al gobierno del país, toda vez que hace a
su esencia la lucha por acceder al gobierno, de
suerte tal que es elemental que su preocupación
central sea la de formar dirigentes que eventual-
mente puedan desempeñarlo con la capacita-
ción suficiente.
Tal es la importancia que la ley le asigna a esta
función de los partidos políticos, que no solo fija
un mínimo a destinar a ella, sino que, además,
exige que el 30% de esa cantidad (que no puede
ser inferior al 20% de los fondos que recibe para
desenvolvimiento institucional) debe afectarse
a la capacitación para la función pública, forma-
ción dirigencial e investigación para la juventud
(menores de treinta años).
Sin desconocer ni negar la importancia que
tiene la formación de los jóvenes y su capaci-
tación para actuar políticamente, la exigencia
legal nos parece exagerada y de difícil verifica-
ción. Los partidos políticos organizan activida-
des sin esta segmentación específica, entre otras
cosas porque es naturalmente la juventud la que
mayor participación tiene en ellas.
Estas obligaciones no solo están referidas al
orden nacional de los partidos, sino que tam-
bién alcanzan a los partidos de distrito que les
dan origen, todos los cuales son pasibles de las
sanciones que prevé el art. 65 de la ley para el
caso de incumplimiento (multa del doble del
valor no asignado a esta finalidad, que se des-
contará automáticamente de la siguiente distri-
bución del Fondo Partidario Permanente).
TERCERA PARTE• 153
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
Art. 13.- Requisito. El pago del aporte para
el desenvolvimiento institucional solo se efec-
tuará si el partido ha presentado la documen-
tación contable correspondiente al último
ejercicio, en tiempo y forma de acuerdo al tít.
II de la presente ley y ante el juez federal con
competencia electoral correspondiente.
Condición. La ley es clara en cuanto condi-
ciona el pago del Fondo a que el partido haya
presentado en tiempo y forma el balance corres-
pondiente al último ejercicio financiero.
La ley no exige su aprobación, sino tan solo
su presentación. Si existe una demora en esta
última, el aporte no se pierde sino que su pago
queda suspendido hasta tanto se cumpla con
aquella.
Financiamiento privado
Art. 14.- (Texto modificado por el art. 4º
de la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Finan-
ciamiento privado. Los partidos políticos po-
drán obtener para su financiamiento, con las
limitaciones previstas en esta ley, los siguien-
tes aportes del sector privado:
a) de sus afiliados, de forma periódica, de
acuerdo a lo prescripto en sus cartas orgáni-
cas;
b) donaciones de otras personas humanas
—no afiliados— y personas jurídicas;
c) de rendimientos de su patrimonio y otro
tipo de actividades, incluidas las actividades
promocionales;
d) de las herencias o legados que reciban.
Fuentes. Como dijimos con anterioridad, la
Argentina ha optado por un sistema mixto de
financiamiento de los partidos políticos, lo que
implica dar cabida al capital privado.
Sin embargo, la puerta no se encuentra abier-
ta de par en par y según cómo quieran mirarse
las normas respectivas, podrá decirse que están
apenas entreabiertas o parcialmente cerradas a
su participación.
El financiamiento privado puede provenir
de diversas fuentes: a) personas humanas, (afi-
154 • Derecho electoral argentino
liadas al partido o no); b) personas jurídicas;
c) otros bienes (producido de ventas; rentas);
d) actividades (aranceles por servicios, cursos,
etc.), pero no puede superar los límites que es-
tablece el art. 16 de la ley y que en los primeros
meses de cada año la Cámara Nacional Electoral
debe informar, a los distintos partidos, a cuán-
to pueden elevarse. Quede claro que estamos
hablando del financiamiento para desenvolvi-
miento institucional de las agrupaciones, toda
vez que el referido a las campañas electorales se
encuentra regulado en los arts. 44 y 44 bis de la
ley.
Aportes de personas humanas. La prime-
ra cuestión que es necesario destacar es que el
partido político no puede recibir aportes o do-
naciones anónimas, ni puede aceptar que sea
esta una condición para que las donaciones se
hagan efectivas —art. 15, inc. a)—. Estos apor-
tes deben necesariamente provenir de personas
humanas, afiliadas al partido o no.
Los aportes de los afiliados pueden ser perió-
dicos si así se encuentra establecido en la carta
orgánica, o revestir el carácter de extraordina-
rios, cuando lo requieran las autoridades parti-
darias frente a una emergencia específica.
Las cartas orgánicas partidarias suelen esta-
blecer la obligación de sus afiliados que acce-
den a cargos públicos a partir de cierta categoría
jerárquica, a contribuir al partido con una parte
de la respectiva remuneración. Y de hecho, en
muchos casos, los descuentos sobre los suel-
dos o dietas legislativas se efectúan automática-
mente con destino al partido. Es más, el art. 16,
que establece límites para las donaciones per-
sonales, especifica que estos límites no serán de
aplicación en estos casos.
Pero el aporte también puede provenir de
personas físicas no afiliadas, supuesto en el cual
debe tenerse en cuenta que no pueden admitir-
se donaciones anónimas según lo que ya fuera
dicho, ni provenir de personas comprendidas
en las prohibiciones que establece el art. 15 de
la ley, a cuyo comentario remitimos.
Aportes de personas jurídicas. Límites. Para
los aportes de las personas jurídicas cabe hacer
consideraciones semejantes a las hechas con
relación a las personas físicas en lo que a los lí-

mites y prohibiciones se refiere, y que se anali-
zarán al comentar los artículos siguientes. Por
otra parte, corresponde destacar que el aporte
de las personas jurídicas solo puede realizarse
para el desenvolvimiento institucional del parti-
do y no para financiar campañas electorales, lo
que se encuentra prohibido por el art. 44 bis de
la ley, a cuyo comentario remitimos.
Rentas y otras actividades. Se trata, en el
caso, de recursos que genera el propio partido
y que obtiene ya de la renta de sus bienes o de
la percepción de aranceles por cursos especia-
les que puede llegar a dictar o de la venta de pu-
blicaciones que edite, etc. Su encuadre como
fondos provenientes del sector privado, solo es
admisible si se tiene en cuenta que en defini-
tiva en todos estos casos, el dinero que ingresa
proviene de terceros ajenos al partido, aunque
la fuente genuina es, en realidad, el propio par-
tido. En consecuencia, los ingresos que recono-
cen este origen no se identifican con los que se
encuentran comprendidos en los incs. a) y b)
del artículo que comentamos (aportes de per-
sonas físicas) y no corresponde encuadrarlos en
dicha categoría.
Art. 15.- (Texto modificado por el art. 5º de
la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Prohibicio-
nes. Los partidos políticos no podrán aceptar
o recibir, directa o indirectamente, ni tam-
poco se permitirán como aportes privados al
Fondo Partidario Permanente:
a) contribuciones o donaciones anónimas.
No podrá imponerse a las contribuciones o
donaciones el cargo de no divulgación de la
identidad del contribuyente o donante;
b) contribuciones o donaciones de entidades
centralizadas o descentralizadas, nacionales,
provinciales, interestaduales, binacionales o
multilaterales, municipales o de la Ciudad de
Buenos Aires;
c) contribuciones o donaciones de permisio-
narios, empresas concesionarias o contratis-
tas de servicios u obras públicas o proveedores
de la Nación, las provincias, los municipios o
la Ciudad de Buenos Aires;
Gabino Mario Tapia
d) contribuciones o donaciones de personas
humanas o jurídicas que exploten juegos de
azar;
e) contribuciones o donaciones de gobier-
nos o entidades públicas extranjeras;
f) contribuciones o donaciones de personas
humanas o jurídicas extranjeras que no ten-
gan residencia o domicilio en el país;
g) contribuciones o donaciones de personas
que hubieran sido obligadas a efectuar la con-
tribución por sus superiores jerárquicos o em-
pleadores;
h) contribuciones o donaciones de asocia-
ciones sindicales, patronales y profesionales.
i) Contribuciones o donaciones de personas
humanas o jurídicas que se encuentren im-
putadas en un proceso penal en trámite por
cualquier de las conductas previstas en la ley
penal tributaria vigente o que sean sujetos
demandados de un proceso en trámite ante
el Tribunal Fiscal de la Nación por reclamo de
deuda impositiva [la frase final que no se en-
cuentra en cursiva ha sido observada por el art.
1º, dec. 388/2019, BO del 31/05/2019].
Prohibiciones. Como dijéramos más arriba,
la ley establece una serie de limitaciones para
los aportes privados para el desenvolvimiento
institucional de los partidos políticos, limita-
ciones que se especifican en este art. 15 que co-
mentamos, aunque en gran medida se explica
por sí solo.
Lo que sí es necesario destacar es que las pro-
hibiciones que la ley establece no solo alcanzan
a aquellas que en forma directa o inmediata se
identifiquen con las fuentes vedadas, sino tam-
bién a las que indirectamente reconozcan dicho
origen. En virtud de esto último, la última par-
te de la norma establece que las prohibiciones
que la misma enumera, alcanza a los aportes o
donaciones que se hagan con destino al Fondo
Partidario Permanente, toda vez que al distri-
buirse este entre todos los partidos políticos re-
conocidos, retornarían a ellos indirectamente,
cuando les está vedado recibirlos en forma di-
recta.
TERCERA PARTE• 155
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
Aportes anónimos. La primera prohibición
de la ley se encuentra referida a las donacio-
nes anónimas, prohibición que no solo alcanza
al desembolso en sí mismo, sino que compren-
de también al cargo que pudiere tratar de im-
ponerse para que el aporte se mantenga en el
anonimato. Debe tenerse presente que el parti-
do político debe rendir cuentas en forma anual
de sus ingresos y egresos, y que en esa rendición
los donantes o aportantes deben estar perfecta-
mente individualizados, con nombre y apellido,
número de documento y CUIT.
Residencia o domicilio en el país. La ley es-
tablece como requisito —inc. f )— para validar
una donación o un aporte que quien lo haga, sea
una persona física o una persona jurídica, tenga
domicilio o residencia en el país.
Libertad del aportante. Otro aspecto que la
ley cuida en el caso de los aportes o contribucio-
nes de personas físicas, es que se hagan con ab-
soluta libertad, prohibiendo en forma expresa
la aceptación de donaciones que hubiesen sido
hechas en forma obligada por los superiores je-
rárquicos o empleadores —inc. g)—.
Personas jurídicas y entes estatales. Los or-
ganismos o empresas públicas, ya sea que per-
tenezcan a las esfera central del gobierno o
que constituyan reparticiones u organismos
descentralizados, tanto del gobierno nacional
como de gobiernos provinciales o municipa-
les o de la Ciudad de Buenos Aires, o dependan
de organismos internacionales o de Estados ex-
tranjeros, de organismos interprovinciales, o
binacionales o multilaterales o de entidades pú-
blicas extranjeras.
Personas vinculadas con juegos de azar. La
ley prohíbe también recibir aportes de personas
físicas o jurídicas que exploten juegos de azar
—inc. d)—.
Asociaciones profesionales. La ley final-
mente prohíbe los aportes provenientes de aso-
ciaciones sindicales, patronales y profesionales
—inc. h)—, cuestión que es abiertamente viola-
da, sobre todo en el caso de las asociaciones sin-
dicales. Sabido es que pese a que representan a
todos los trabajadores, las asociaciones sindi-
cales se identifican —o lo hacen sus dirigen-
tes— con el Partido Justicialista y que cuando
156 • Derecho electoral argentino
comienzan las campañas electorales y aún an-
tes de ello, empapelan las ciudades impulsando
el voto a favor de los candidatos de dicho parti-
do, sin que se conozca que ello haya sido cues-
tionado alguna vez incluso por la propia Justicia
o que el partido citado la haya desautorizado.
Esta publicidad en la vía pública constituye un
claro aporte en favor de un partido político que
nunca se ha visto que integre su rendición de
cuentas anual (ni las de campaña).
Art. 16.- (Texto modificado por el art. 6º
de la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Montos
máximos de aportes por persona. Los partidos
políticos no podrán recibir de una misma per-
sona humana o jurídica por cada año calen-
dario para desenvolvimiento institucional un
monto superior al dos por ciento (2%) del que
surja de multiplicar el valor del módulo elec-
toral por la cantidad de electores registrados
al 31 de diciembre del año anterior.
Este límite no será de aplicación para aque-
llos aportes que resulten de una obligación
emanada de las cartas orgánicas partidarias
referida a los aportes de los afiliados cuando
desempeñen cargos públicos.
La Cámara Nacional Electoral informará a
los partidos políticos, en el primer bimestre de
cada año calendario, el límite de aportes pri-
vados y publicará esa información en el sitio
web de la Justicia Federal con competencia
electoral.
Art. 16 bis.- (Artículo incorporado por el art.
7º de la ley 27.504, BO de 31/05/2019). Aporte
en dinero. Los aportes en dinero deberán ser
efectuados únicamente mediante transferen-
cia bancaria, depósito bancario acreditando
identidad, medio electrónico, cheque, tarjeta
de crédito o débito, o plataformas y aplicati-
vos digitales siempre que estos permitan la
identificación fehaciente del donante y la tra-
zabilidad del aporte.
Las entidades bancarias o administrado-
ras de tarjetas de crédito o débito deben infor-
mar a la agrupación política destinataria del
aporte, la identidad del aportante y permitir
la reversión en caso de que el mismo no sea
aceptado por el destinatario, sin necesidad de
expresión de causa por parte de este último.

Art. 16 ter.- (Artículo incorporado por el art.
8º de la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Decla-
ración de los aportes. La Justicia Nacional
Electoral establecerá una plataforma a través
de la cual quienes realicen un aporte a una
agrupación política en cualquier instancia
efectuarán una declaración jurada respecto
al libre consentimiento del aporte y a que este
no está contemplado en ninguna de las prohi-
biciones previstas en esta ley, quedando habi-
litado el uso del aporte por parte del partido o
la agrupación.
Art. 16  quáter.- (Artículo incorporado por
el art. 9º de la ley 27.504, BO del 31/05/2019).
Aportes en especie. Los aportes que consistan
en la prestación de un servicio o la entrega de
un bien en forma gratuita, serán considera-
dos aportes en especie. Cuando el aporte supe-
re los cinco mil (5.000) módulos electorales se
hará constar en un acta suscripta por la agru-
pación política y el aportante. En esta acta
deben precisarse los datos de identificación
del aportante, del bien o servicio aportado, el
monto estimable en dinero de la prestación y
la fecha en que tuvo lugar. El monto del apor-
te efectuado a través de bienes o servicios será
computado conforme al valor y prácticas del
mercado.
A los fines del presente artículo, no serán
consideradas contribuciones en especie ni
existirá obligación de rendir como gastos los
trabajos o tareas que afiliados o voluntarios
realizaran a título gratuito directamente a fa-
vor de una agrupación política y que tengan
como finalidad contribuir a la difusión de la
plataforma o de las propuestas electorales y la
fiscalización de los comicios.
Límites. Además de las prohibiciones referi-
das, la ley pone topes a los aportes y las donacio-
nes privadas reglando que los partidos políticos
no podrán recibir de una misma persona huma-
na o jurídica por cada año calendario para des-
envolvimiento institucional un monto superior
al dos por ciento (2%) del que surja de multipli-
car el valor del módulo electoral por la cantidad
de electores registrados al 31 de diciembre del
año anterior.
Estos límites deben ser comunicados a los
partidos por la Cámara Nacional Electoral en
Gabino Mario Tapia
los dos primeros meses de cada año, además de
publicarlo en la página web del Poder Judicial.
Art. 17.- Deducción impositiva. Las dona-
ciones realizadas por personas físicas o jurí-
dicas al Fondo Partidario Permanente o al
partido político directamente serán deduci-
bles para el impuesto a las ganancias hasta el
límite del cinco por ciento (5%) de la ganancia
neta del ejercicio.
Beneficios impositivos. La ley, finalmente,
reconoce para quienes realicen aportes o do-
naciones a los partidos políticos o con desti-
no al Fondo Partidario Pertinente un beneficio
impositivo, toda vez que el monto de tales do-
naciones será deducible para el impuesto a las
ganancias hasta el 5% de la ganancia neta del
ejercicio respectivo.
CAPÍTULO II
Organización administrativo-contable
SECCIÓN I
Órganos partidarios y funciones
Art. 18.- Administración financiera. El par-
tido deberá nombrar un tesorero titular y uno
suplente, o sus equivalentes de acuerdo a su
carta orgánica, con domicilio en el distri-
to correspondiente, debiendo ambos ser afi-
liados. Las designaciones con los respectivos
datos de identidad y profesión deberán ser
comunicados al juez federal con competen-
cia electoral correspondiente y a la Dirección
Nacional Electoral del Ministerio del Interior.
Tesorero. La ley obliga a los partidos políti-
cos a designar un tesorero titular y otro suplen-
te, o a quienes deban cubrir los cargos que de
acuerdo con la carta orgánica cumplan con di-
chas funciones. Estos funcionarios deben ser
afiliados al partido político y tener su domicilio
en el distrito en el que el partido político tiene
el suyo.
Estas designaciones deben ser puestas en co-
nocimiento del juez federal con competencia
electoral y a la Dirección Nacional Electoral del
Ministerio del Interior.
TERCERA PARTE• 157
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
La importancia de dicha designación radica
en el tesorero del partido es quien debe suscri-
bir —junto con el presidente— los balances de
la entidad y las rendiciones de cuentas perió-
dicas que la agrupación debe realizar, así como
las correspondientes a las campañas electora-
les, amén de que es personalmente responsable
por las multas que correspondan por violación
a las disposiciones de la ley. Para ver más in ex-
tenso sus obligaciones, remitimos al artículo si-
guiente.
Art. 19.- Obligaciones del tesorero. Son obli-
gaciones del tesorero:
a) llevar la contabilidad detallada de todo
ingreso y egreso de fondos, con indicación del
origen y destino de los fondos y de la fecha de
la operación y del nombre y domicilio de las
personas intervinientes. La documentación
respaldatoria deberá conservarse durante
diez (10) años;
b) elevar en término a los organismos de
control la información requerida por la pre-
sente ley;
c) efectuar todos los gastos con cargo a la
cuenta única correspondiente del partido.
Obligaciones del tesorero. Las obligaciones
del tesorero deberían estar fijadas en la carta
orgánica de cada partido, aunque muchas ve-
ces ello no ocurre. Esta omisión, sin embargo,
se encuentra suplida por la propia Ley de Fi-
nanciamiento, que en este artículo establece
cuáles son las obligaciones mínimas que le co-
rresponden a este funcionario. Al decir que se
trata de las obligaciones “mínimas”, queremos
decir que la carta orgánica puede imponerle
al tesorero de la agrupación otras obligaciones
adicionales a las que la ley enumera.
Estas últimas, son:
- La de llevar la contabilidad, en la que deben
estar registrados todos los ingresos y egresos de
fondos, con indicación de su origen y destino y
las fechas de las distintas operaciones, así como
el nombre y domicilio de las personas intervi-
nientes. En realidad, existen normas contables
que rigen todo lo relativo a la contabilidad de
las personas jurídicas, las que deben ser obser-
158 • Derecho electoral argentino
vadas. Obviamente, esa contabilidad debe es-
tar respaldada por la documentación relativa a
cada una de las operaciones, la que, en ocasión
de presentarse ante el juzgado federal a los fines
de su aprobación, debe ser puesta a disposición
de los auditores. Lo que parece ser una verdade-
ra exageración es que se imponga la obligación
de conservar esta documentación durante diez
(10) años. Es lógico que se exija conservarla du-
rante algún lapso de tiempo, pero hay que tener
presente que los estados contables se someten
anualmente al control judicial y que intervie-
nen en su aprobación los peritos de la Cámara
Nacional Electoral a disposición de quienes se
encuentra precisamente esa documentación.
Consecuentemente, aprobado el balance o las
rendiciones por campañas electorales, parece
exagerado, reiteramos, que el partido se vea en
la obligación de conservar la documentación
respectiva —que se supone ya auditada— por
un lapso tan prolongado como el que obliga la
ley. A poco que se bucee en la legislación que
rige en la materia, se advertirá que existe una
evidente contradicción en ella, que de alguna
manera debe ser conciliada, toda vez que la ley
23.298 de Partidos Políticos exige, en su art. 37,
que la documentación que respalda los asien-
tos del libro Caja, se conserve solo por el térmi-
no de tres (3) años, lo que parece más lógico.
- Elevar en término a los organismos de con-
trol la información requerida por la Ley de Fi-
nanciamiento, esto es, presentar los balances
en tiempo y forma, así como las rendiciones co-
rrespondientes a las campañas electorales den-
tro de los plazos que la ley fija.
- Efectuar todos los gastos con cargo a la
cuenta única partidaria. Conforme habrá de
verse al analizar el art. 20, el partido político
debe abrir una sola cuenta corriente bancaria,
a través de la cual deben canalizarse todas las
operaciones o gastos que realice, lo que obliga a
emitir, por cada uno de dichos gastos, el cheque
pertinente. Obviamente el partido puede ma-
nejar una “caja chica” porque hay numerosos
pagos que deben hacerse en efectivo y que lisa
y llanamente no pueden hacerse con cheques.
Sin embargo, los fondos con los que se confor-
ma esa caja chica deben provenir de esa cuen-
ta bancaria única, de manera que siempre, con
cada gasto, debe quedar registrada, en debida
forma, una imputación a esa cuenta.

SECCIÓN II
Movimientos de fondos
Art. 20.- Cuenta corriente única. Los fon-
dos del partido político deberán depositarse
en una única cuenta por distrito que se abri-
rá en el Banco de la Nación Argentina o ban-
cos oficiales en las provincias que los tuvieren,
a nombre del partido y a la orden conjunta o
indistinta de hasta cuatro (4) miembros del
partido, de los cuales dos (2) deberán ser el
presidente y tesorero, o sus equivalentes, uno
de los cuales, necesariamente, deberá suscri-
bir los libramientos que se efectúen.
Los órganos nacionales del partido deberán
abrir una cuenta única en el distrito de su fun-
dación en el Banco de la Nación Argentina, en
similares términos a los del párrafo preceden-
te.
Las cuentas deberán registrarse en el Minis-
terio del Interior e informarse al juzgado fe-
deral con competencia electoral del distrito
correspondiente.
Cuenta bancaria. Como correlato de lo dis-
puesto en el inc. c) del art. 19, todos los fondos
del partido político se deben depositar en una
sola cuenta corriente bancaria. A este respecto
es necesario distinguir entre el orden nacional
partidario y los partidos de distrito.
Los órganos nacionales, deben abrir la cuen-
ta en el Banco de la Nación Argentina del distri-
to de su fundación, en tanto que los partidos de
distrito deben hacerlo en una sucursal de dicho
banco o en el banco oficial provincial cuando el
distrito lo tuviere.
Estas cuentas deben estar abiertas a nombre
del partido y a la orden conjunta o indistinta
de hasta cuatro miembros del partido debien-
do estar, entre ellos, el presidente de la agrupa-
ción y el tesorero, alguno de los cuales siempre
debe firmar las libranzas. Por otra parte, estas
cuentas deben ser informadas al juzgado elec-
toral correspondiente y registrarse en el Minis-
terio del Interior (Dirección Nacional Electoral)
de manera que puedan depositarse en ellas los
fondos correspondientes a los aportes públicos
que al Estado le corresponde realizar.
Gabino Mario Tapia
SECCIÓN III
Registros exigidos
Art. 21.- Libros contables rubricados. Los
partidos políticos deberán llevar, además
de los libros prescriptos en el art. 37 de la ley
23.298 Orgánica de Partidos Políticos; el libro
Diario y todo otro libro o registro que la agru-
pación estime menester para su mejor funcio-
namiento administrativo contable.
Todos los libros deben estar rubricados ante
la justicia federal con competencia electoral
del distrito correspondiente.
El incumplimiento de lo previsto en este
artículo hará pasible al partido político de
la caducidad de su personalidad política en
concordancia con lo regulado por el art. 50,
inc. d), dispuesta por el tít. VI de la ley 23.298 -
Orgánica de los Partidos Políticos.
Libros contables. La ley 23.298 de Partidos
Políticos obliga a los partidos políticos a llevar
en forma regular, sin perjuicio de los libros y los
documentos que prescriba la carta orgánica y
todo otro que la agrupación estime menester
para su mejor funcionamiento administrativo
contable (art. 20, Ley de Financiamiento), debi-
damente rubricados y sellados por el juez fede-
ral con competencia electoral correspondiente,
el libro de inventario y el libro de caja. Adviérta-
se que la referida ley, al hacer referencia a este
último libro, afirma que el partido tiene la obli-
gación de conservar la documentación que res-
palda sus asientos, durante el término de tres (3)
años, lapso que contrasta notoriamente con el
de diez que exige el art. 19 de la Ley de Finan-
ciamiento.
Además de tales libros, la norma que co-
mentamos obliga a las agrupaciones políticas
a llevar un libro diario, que también debe estar
rubricado por el juez electoral del distrito co-
rrespondiente.
Si en alguna parte de la legislación queda re-
flejada la importancia que se asigna a la trans-
parencia de las cuestiones contables de los
partidos políticos, es precisamente en esta nor-
ma que sanciona el incumplimiento de esta
obligación de llevar los libros rubricados, en
TERCERA PARTE• 159
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
concordancia con lo dispuesto por el art. 50, inc.
d), de la ley 23.298, nada menos que con la ca-
ducidad de la personería política del partido.
TÍTULO II
Del control patrimonial anual
CAPÍTULO I
Obligaciones de los partidos políticos
Art. 22.- (Texto modificado por art. 10 de la
ley 27.504, BO del 31/05/2019). Ejercicio con-
table. El cierre del ejercicio contable anual de
los partidos políticos es el 31 de diciembre.
Ejercicio contable. Como toda persona jurí-
dica, los partidos políticos deben confeccionar
anualmente su balance de acuerdo con las re-
glas contables vigentes. La fecha de cierre del
ejercicio debe estar establecida en la carta orgá-
nica siendo, por lo tanto, su determinación, una
cuestión privativa de cada partido.
La ley establece que el incumplimiento de
esta última obligación, es decir, de la determina-
ción de la fecha en la carta orgánica, dará lugar a
las sanciones previstas en el art. 67 de la Ley de
Financiamiento, que prevé la aplicación de una
multa para el supuesto de que el balance no se
presente en tiempo oportuno, pudiendo llegar-
se a la suspensión cautelar de todos los aportes
públicos de persistir el incumplimiento más allá
del plazo que la norma señala.
A decir verdad, no vemos la posibilidad de
que se apliquen estas multas en el caso especí-
fico al que alude este art. 22, toda vez que de no
estar prevista la fecha de cierre del ejercicio en
la carta orgánica, no se la debería aprobar.
Art. 23.- (Texto modificado por art. 11 de la
ley 27.504, BO del 31/05/2019). Estados conta-
bles anuales. Dentro de los noventa (90) días
de finalizado cada ejercicio, los partidos po-
líticos deberán presentar ante la Justicia Fe-
deral con competencia electoral del distrito
correspondiente, el estado anual de su patri-
monio o balance general y la cuenta de in-
gresos y egresos del ejercicio, suscriptos por el
presidente y tesorero del partido y por conta-
dor público matriculado en el distrito. El in-
forme que efectúen los contadores públicos
160 • Derecho electoral argentino
matriculados deberá contener un juicio téc-
nico con la certificación correspondiente del
Consejo Profesional de Ciencias Económicas
de la jurisdicción correspondiente.
Deberán poner a disposición de la Justicia
Federal con competencia electoral la corres-
pondiente documentación respaldatoria.
Asimismo deberán presentar una lista com-
pleta de las personas humanas y jurídicas
que hayan realizado aportes económicos en
el período, detallando datos de identificación
personal, identificación tributaria, monto y
fecha del aporte.
El incumplimiento de la presentación de
los estados contables importará las sanciones
previstas en el art. 66 bis de la presente ley.
Balance anual. El control patrimonial de los
partidos políticos ha ido adquiriendo cada vez
mayor importancia, a punto tal que, al menos en
nuestra opinión, se han alcanzado en la materia
extremos que juzgamos exagerados.
Los estados contables anuales de los partidos
políticos, deben ser sometidos a la aprobación
judicial que se expedirá sobre ellos luego de que
dictaminen, al respecto, los peritos que integran
el cuerpo de auditores de la Cámara Nacional
Electoral.
Los partidos políticos deben presentar sus es-
tados contables anuales al juez federal con com-
petencia electoral, dentro de los 90 días corridos
de la fecha de cierre de cada ejercicio, firmando
la documentación respectiva el presidente de la
agrupación y su tesorero, así como un contador
matriculado en el distrito con firma que debe
estar certificada por el Colegio Profesional res-
pectivo.
Con la presentación se debe poner a disposi-
ción toda la documentación respaldatoria.
“Poner a disposición” no es “acompañar”. La
ley no exige esto último sino, sencillamente,
aquello otro. No creemos conveniente ni pru-
dente el traslado de la documentación y que
tanto la pericia como la revisión de aquella de-
bería hacerse en la sede de cada partido, como
se hacen de ordinario las pericias judiciales so-
bre los libros y documentación contable de las

empresas en cualquier tipo de juicio, incluso en
los de determinación impositiva.
Por otro lado, muchas veces los peritos se de-
tienen en cuestiones de escasa o ninguna im-
portancia, dilatando con pedidos que muchas
veces ni se justifican, la aprobación de los esta-
dos contables partidarios, dando lugar a la apli-
cación de multas y sanciones que en rigor no se
justifican.
Ocurre a veces que luego de cumplidas cier-
tas observaciones se vuelve sobre ellas, cuando
no debería ello ocurrir, ni hacer de las observa-
ciones una suerte de requerimientos sucesivos.
Junto con los estados contables o como un
apéndice de ellos, debe acompañarse un listado
de todas las personas humanas y jurídicas que
hubieren realizados aportes al partido durante
el ejercicio de que se trate, listado que debe con-
tener todos los datos identificatorios de los do-
nantes, con su CUIT, monto del aporte y fecha
de este. Esta disposición concuerda con la pro-
hibición de realizar o aceptar donaciones anó-
nimas (art. 15).
La presentación de los estados contables debe
hacerse en papel y en soporte magnético.
Art. 24.- Publicidad. El juez federal con
competencia electoral correspondiente orde-
nará la publicación inmediata de la infor-
mación contable mencionada en el artículo
anterior en el sitio web del Poder Judicial de
la Nación y remitirá los estados contables
anuales al Cuerpo de Auditores de la Cámara
Nacional Electoral para la confección del res-
pectivo dictamen.
Los partidos políticos deberán difundir en
un diario de circulación nacional el sitio web
donde se encuentran publicados los estados
contables anuales completos con los listados
de donantes. Si la agrupación política no con-
tase con sitio web referenciará al sitio web del
Poder Judicial de la Nación.
Difusión. Los estados contables de los parti-
dos políticos debe ser difundida a través de la
página web del Poder Judicial en forma inme-
diata y el propio partido debe subirla a su pro-
pia página web o dar cuenta de que puede ser
Gabino Mario Tapia
consultada en aquella otra, publicando un aviso
en algún diario de circulación nacional, dando
cuenta de esta publicación al juez federal con
competencia electoral. Paralelamente, este úl-
timo le da vista de la presentación al cuerpo de
auditores de la Cámara Nacional Electoral, que
debe expedirse sobre ellos.
Art. 25.- Observaciones de terceros. Los es-
tados contables y demás informes podrán ser
consultados en la sede del juzgado por cual-
quier ciudadano e incluso solicitar copia. La
solicitud no requerirá expresión de causa y el
costo de las copias estará a cargo del solici-
tante.
Las observaciones de los terceros podrán
formularse durante el plazo que dure el pro-
ceso de contralor, teniendo como fecha lími-
te final, la de la resolución emitida por el juez
respectivo.
De las presentaciones efectuadas se correrá
traslado al partido por el término de cinco (5)
días, a fin de ponerlo en conocimiento de lo
impugnado, conforme lo establece el art. 150
del Cód. Proc. Civ. y Com. de aplicación suple-
toria.
Dichas impugnaciones tendrán como úni-
co efecto el de poner en conocimiento del juez
interviniente los hechos que a juicio del pre-
sentante deben ser investigados, sin que los
impugnantes tengan otra participación en la
sustanciación del proceso.
Control ciudadano. El art. 25 de la Ley de Fi-
nanciamiento legitima a todo ciudadano a ha-
cer observaciones a los estados contables de los
partidos políticos, así como a consultarlos en el
tribunal y hasta a solicitar, a su costa, una copia
de ellos, sin necesidad de expresar, en ningún
caso, la causa para la cual lo hace o requiere la
consulta.
Este control ciudadano puede realizarse du-
rante todo el tiempo que dure el proceso de con-
tralor y hasta que se dicte la resolución judicial
que los apruebe o rechace. Consideramos que la
norma es demasiado laxa y que debería estable-
cer plazos precisos como lo hace para el cuerpo
de auditores.
TERCERA PARTE• 161
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
Ahora bien, los terceros que formulan obser-
vaciones no son parte en el proceso y la finalidad
de su presentación no es otra que la de señalarle
al juez los hechos que, en su opinión, deben ser
investigados. Quiere decir, entonces, que su in-
tervención es una suerte de la que se admite en
calidad de amicus curiae en otros procesos.
Hecha la observación por un tercero, el juz-
gado debe dar traslado de ella al partido polí-
tico a fin de que la conteste dentro del término
de cinco días, siendo de aplicación supletoria al
caso, lo dispuesto por el art. 150 del Cód. Proc.
Civ. y Com. Esta norma establece que toda vista o
traslado se considerará decretada en calidad de
autos, lo que equivale a decir que una vez con-
testada o vencido el plazo para hacerlo, el juez
debe pasar a resolver la cuestión sin más trámite.
Sin embargo, y conforme señala Palacio, esto es
factible siempre que “se halle descartada la posi-
bilidad de contingencias procesales anteriores al
pronunciamiento de la resolución concerniente
a la cuestión planteada (conf. Fenochietto – Ara-
zi, Código Procesal comentado, t. I, p. 492)". Con-
sideramos que resulta inconveniente también
que el juez se pronuncie sobre el punto si los au-
ditores oficiales aún no se expidieron.
Por otro lado, y conforme señala el citado art.
150 del Cód. Proc. Civ. y Com., en su último pá-
rrafo, el silencio al traslado conferido no implica
consentimiento del partido político.
CAPÍTULO II
Fiscalización y control patrimonial anual
Art. 26.- (Texto modificado por el art. 12 de la
ley 27.504, BO del 31/05/2019). Procedimien-
to de control patrimonial. El juez federal con
competencia electoral remitirá los informes
presentados por los partidos políticos al cuer-
po de auditores de la Cámara Nacional Elec-
toral, el cual realizará la auditoría en el plazo
máximo de noventa (90) días de recibidos los
mismos. Del dictamen de auditoría se correrá
traslado a la agrupación política correspon-
diente para que en un plazo de veinte (20) días
de recibido el mismo responda las observacio-
nes o requerimientos formulados, bajo aperci-
bimiento de resolver en el estado de la causa,
previa vista al Ministerio Público Fiscal.
162 • Derecho electoral argentino
Si el partido político contestara las observa-
ciones o requerimientos formulados, se dará
nueva intervención al cuerpo de auditores, el
cual se expedirá en el plazo máximo de quince
(15) días de recibidos los mismos. De este infor-
me se dará traslado por diez (10) días al par-
tido político. Contestado el traslado o vencido
el plazo dispuesto, y previa vista al Ministerio
Público Fiscal, el juez federal con competencia
electoral resolverá dentro del plazo de treinta
(30) días.
Las presentaciones que realice el partido po-
lítico, en el marco de las causas de control pa-
trimonial, deberán encontrarse suscriptas por
el presidente y el tesorero del partido político.
Si en el procedimiento que aquí se regula se
advirtiera la existencia de algún ilícito penal,
o mediara denuncia en tal sentido, el juez y el
fiscal podrán remitir al tribunal competente
testimonio de las actuaciones pertinentes, una
vez resuelta la causa electoral. En ningún caso
la competencia penal se ejercerá antes de cul-
minar, mediante sentencia firme, el proceso de
control patrimonial partidario.
Comentario. Se reducen a la mitad los pla-
zos para el control del patrimonio de los parti-
dos y las rendiciones de campaña; se duplica el
cuerpo de auditores al incorporar 8 profesiona-
les; y se obliga a organismos de control como la
Procuraduría de Criminalidad Económica y La-
vado de Activos, ANSeS, OA y todo otro organis-
mo público que sea solicitado, a colaborar con
los jueces electorales (no serán aplicables el se-
creto bancario o fiscal). También se establece un
procedimiento para sancionar las faltas y delitos
electorales.
TÍTULO III
(Reformado por la ley 26.571)
De las campañas electorales
CAPÍTULO I
Obligaciones de los partidos políticos por
campañas electorales
Art. 27.- (Texto según ley 26.571). Respon-
sables. En forma previa al inicio de la cam-
paña electoral, las agrupaciones políticas,

que presenten candidaturas a cargos públi-
cos electivos deben designar dos (2) respon-
sables económico-financieros, que cumplan
los requisitos previstos en el art. 18 de la Ley
de Financiamiento de los Partidos Políticos,
26.215, quienes serán solidariamente respon-
sables con el tesorero, por el cumplimiento
de las disposiciones legales, reglamentarias
y técnicas aplicables. Las designaciones de-
berán ser comunicadas al juez federal con
competencia electoral correspondiente, y al
Ministerio del Interior.
Financiamiento de campañas. Un aspecto
importante del financiamiento de los partidos
políticos, es el referido a las campañas electo-
rales.
Quizá sea en este rubro donde mejor se ad-
vierta la necesidad de garantizar un equilibrio
entre todas las fuerzas políticas y se compren-
da, entonces, la mayúscula preocupación en su
adecuada reglamentación, sin perjuicio de al-
gunas críticas que puedan realizarse a la forma
estatuida o a las decisiones adoptadas para re-
solverlas.
También es en esta materia donde mejor se
siente la necesidad de saber el origen de los fon-
dos privados volcados a las actividades prose-
litistas y de ponerles un prudente límite para
evitar que el poder económico altere aquel
equilibrio del que hablamos y se adueñe en de-
finitiva del proceso electoral y a la postre de la
conducción de la Nación, o influya sobre ella en
forma decisiva.
Fruto de ello es la obligación de los partidos
políticos de brindar informes relacionados con
la campaña electoral y la preocupación por evi-
tar que las responsabilidades por la violación de
sus disposiciones se diluyan, exigiendo la de-
signación de responsables concretos que junto
con el tesorero del partido afrontarán solidaria-
mente las sanciones que corresponda aplicar,
sin perjuicio de las que se aplicarán a la propia
organización.
El art. 46 de la ley 23.298 expresa que al tiem-
po de iniciarse una campaña para elecciones
nacionales, los partidos reconocidos recibirán
una suma determinada por cada voto obtenido
en la última elección, que se distribuirá directa-
Gabino Mario Tapia
mente entre los organismos partidarios de dis-
trito (80%) y los nacionales (20%).
Cuando no haya referencia electoral previa, se
faculta al Poder Ejecutivo a fijar el monto, que
deberá ser entregado siguiendo las mismas pau-
tas en concepto de “adelanto”. En caso de que
haya existido una escisión partidaria, se procu-
rará un acuerdo entre las distintas facciones y si
este no se logra, el Poder Ejecutivo podrá sus-
pender el aporte o determinarlo en la forma ya
dicha (anticipo estimado).
La Ley de Financiamiento exige entonces que,
al inicio de la campaña electoral, se designen
dos (2) responsables económico-financieros,
que deben ser comunicados tanto al juez elec-
toral como al Ministerio del Interior (Dirección
Nacional Electoral).
El aporte que debe hacer el Estado, debe en-
contrarse previsto en la Ley General de Presu-
puesto, debiendo fijarlo el Poder Ejecutivo si
esta ley, por el motivo que fuere, no llega a apro-
barse, y asignarlo según distintas partidas, de
acuerdo con los cargos a elegir:
1. Presidente y vicepresidente (previendo la
eventualidad de un balotaje);
2. Senadores;
3. Diputados.
La ley parece haberlos olvidado, ya que no
hace referencia a ellos, pero será necesario pre-
ver una cuarta categoría para la elección de los
parlamentarios del Mercosur.
Este aporte, por otro lado, deberá diferenciar
entre las sumas que se destinarán a financiar
las campañas de las elecciones primarias, de
las que se destinarán a las elecciones generales,
que duplicarán aquellos importes (art. 34, ley
26.215).
Este aporte extraordinario para las campañas
electorales, comprende el financiamiento de
todas las actividades proselitistas y se comple-
menta con la asignación de espacios radiales y
televisivos, cuestión también reglamentada en
la ley, que prohíbe su contratación en forma pri-
vada, conforme habrá de verse.
TERCERA PARTE• 163
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
Distinto a esos aportes, la ley establece un ter-
cer fondo que reciben los partidos, y que debe
ser destinado a satisfacer los costos de la impre-
sión de las boletas electorales.
Responsables económico-financieros. La
ley exige que al comienzo de toda campaña na-
cional, los partidos designen dos (2) responsa-
bles económico-financieros quienes, junto con
el tesorero de cada agrupación, serán los res-
ponsables de los gastos que se realicen durante
aquella. Consecuentemente, son solidariamen-
te responsables, junto al citado funcionario par-
tidario, de las multas que se apliquen por toda
violación a la las disposiciones de la ley.
Estos responsables financieros, dice la norma,
deben reunir los requisitos que ella establece
para el tesorero partidario (art. 18). Aunque la
referencia se entiende, no puede dejar de seña-
larse la desprolijidad en la redacción del texto
legal, que da la impresión de estar refiriéndose
a otra ley y no a ella misma, cuando la remisión
que efectúa al art. 18 corresponde a su propio
articulado. En consecuencia, estos responsa-
bles económico-financieros deben ser afiliados
del partido político que los designa, debiendo de-
nunciarse al Juzgado electoral sus datos perso-
nales: tanto de identidad como de profesión. La
designación también debe ser comunicada a la
Dirección Nacional Electoral del Ministerio del
Interior.
Art. 28.- Fondos de campaña. Los fondos
destinados a financiar la campaña electoral
y el aporte para impresión de boleta deberán
depositarse en la cuenta única establecida en
los arts. 20 o 32 de la presente ley, según co-
rresponda.
Art. 29.- (Texto según ley 26.571). Constitu-
ción de fondo fijo. Las erogaciones que por su
monto solo puedan ser realizadas en efectivo,
se instrumentarán a través de la constitución
de un fondo fijo. Cada gasto que se realice uti-
lizando el fondo fijo debe contar con la cons-
tancia prevista en el artículo siguiente y la
documentación respaldatoria de dicho gasto.
Art. 30.- (Texto modificado por el art. 13 de
la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Constancia
de operación. Todo gasto que se efectúe con
motivo de la campaña electoral, superior a
164 • Derecho electoral argentino
cinco mil (5.000) módulos electorales deberá
documentarse, sin perjuicio de la emisión de
los instrumentos fiscales ordinarios, a través
de una “constancia de operación para cam-
paña electoral”, en la que deberán constar los
siguientes datos:
a) identificación tributaria del partido o
alianza y de la parte co-contratante;
b) importe de la operación;
c) número de la factura correspondiente;
d) número del cheque destinado al pago.
Las “constancias de operación para cam-
paña electoral” serán numeradas correla-
tivamente para cada campaña y deberán
registrarse en los libros contables.
Art. 30 bis.- (Artículo incorporado por el
art. 14 de la ley 27.504, BO del 31/05/2019).
Todo gasto de los contemplados en el art. 30
que se efectúe con motivo de la campaña elec-
toral deberá contar con la autorización ex-
presa por escrito o medios electrónicos del
responsable económico financiero.
Documentación de los gastos. Los partidos
políticos tienen la obligación de rendir cuenta
documentada de los gastos realizados durante
la campaña electoral. Lógicamente, entonces,
los desembolsos realizados como consecuencia
de ella, deben documentarse.
La ley puntualiza que la obligación se extiende
a “todo gasto” que se efectúe “con motivo de la
campaña”. Ergo, los gastos que se realizan fuera
de ella pero “para” ella, aunque se realicen antes
de su comienzo, se encuentran alcanzados por
esta obligación (preparación de spots publicita-
rios; impresión de material gráfico; etc.).
Conforme expusiéramos más arriba, la Justi-
cia realiza un control pormenorizado de todos
estos gastos, control que se encuentra a cargo
del Cuerpo de Auditores de la Cámara Nacional
Electoral, al que se le remiten las presentacio-
nes que los partidos se encuentran obligados a
realizar.
Las observaciones que suelen formular los
peritos, son consecuencia, muchas veces,

del producto de exageraciones en el análisis,
pero muchas otras provocadas por los incum-
plimientos de las propias agrupaciones ya sea
como consecuencia de un desconocimiento de
la ley o por el desorden y vorágine que es carac-
terístico y propio de las campañas electorales y
de prácticas que no se compadecen con los tex-
tos legales y que la realidad y movilidad del pro-
ceso imponen, a pesar de los cuidados que se
realizan.
Todas estas circunstancias hacen que el pro-
ceso de aprobación de las rendiciones de cuen-
tas se extienda mucho más allá de lo deseable,
no siendo extraño que se superpongan con los
de la campaña siguiente.
Como hemos dicho, un verdadero cóctel de
detalles y circunstancias colaboran para que
así sea. No puede dejar de señalarse la indolen-
cia que caracteriza a los propios partidos políti-
cos, que no se caracterizan, precisamente, por
un apego obsecuente a las normas referidas al
control de su financiamiento —y mucho menos
en estas lides— cuando, curiosamente, han sido
sus representantes en la legislatura quienes san-
cionaron tales disposiciones. Quizá por desco-
nocimiento de la práctica o quizá también por
acallar las presiones que ejercen las organiza-
ciones civiles que bregan por la transparencia
en el manejo de estos fondos, detrás de los cua-
les muchas veces se han detectado maniobras
incalificables, rayanas con lo delictivo o directa-
mente de tales características.
En ciertas etapas o frente a determinadas cir-
cunstancias, una campaña electoral supone un
vértigo poco común. Los dirigentes partida-
rios se encuentran abocados de lleno a ellas y
muchas veces se presentan imprevistos que es
necesario resolver sobre la urgencia, sin que
muchas veces se repare en la necesidad de dejar
asentados los gastos y/o la forma en que deben
ser realizados o documentados, lo que si bien en
modo alguno implica ni la comisión de ilícitos
ni el ocultamiento de datos y mucho menos la
disposición clandestina de fondos, lo cierto es
que luego cuesta reconstruir los pasos dados y
la documentación avalatoria pertinente.
La propia ley induce a esta necesaria regla-
mentación cuando dispone que la obligación de
documentar los gastos se encuentra referida a
Gabino Mario Tapia
aquellos que superen los cinco mil (5.000) mó-
dulos electorales.
¿Qué engloba el término “documentar”?
¿Cuál es la eximición de responsabilidad que
la norma supone? Cuando el gasto es inferior a
los cinco mil módulos electorales, ¿es exigible la
emisión de una factura?; ¿no debería suscribir-
se un contrato; ¿no sería conveniente, al menos,
que se extendiese algún recibo?; ¿podría pagar-
se en efectivo sin un comprobante “formal”?
La propia ley ensaya una respuesta en la se-
gunda parte del primer párrafo de la norma que
comentamos, cuando aclara que la emisión de
los instrumentos fiscales ordinarios y el com-
probante que crea, solo será exigible cuando el
gasto supere los cinco mil módulos, por lo que
no se los debería exigir cuando el gasto no supe-
re esa cantidad.
Sin embargo, ¿es esto compatible con las
normas de auditoría? ¿Las contradice? ¿Cómo
pueden compatibilizarse? La necesidad de pre-
cisiones sobre esta cuestión es indudable no
solo para evitar inacabables trámites judiciales
sino también para frenar muchos interrogan-
tes que pueden sucederse sin tener, igualmen-
te, una respuesta precisa (¿los gastos inferiores
a mil módulos, corresponde incluirlos entre los
que pueden solventarse con el fondo fijo?, por
ejemplo).
Ahora bien, los gastos superiores a los cin-
co mil módulos electorales, además de en-
contrarse respaldados por los instrumentos
fiscales correspondientes (facturas, recibos),
deben estarlo por el documento que la ley crea
y que denomina “constancia de operación para
campaña electoral”, que debe contener todos los
datos que la norma puntualiza.
Estas “constancias” deberán estar nume-
radas correlativamente para cada campaña y
contener los siguientes datos: a) identificación
tributaria del partido o alianza y de la parte co-
contratante; b) importe de la operación; c) nú-
mero de la factura correspondiente; d) número
del cheque destinado al pago. Por supuesto, las
operaciones respectivas deberán registrarse en
los libros contables, en los que deberá hacerse
referencia a estas constancias para una rápida y
adecuada identificación.
TERCERA PARTE• 165
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
CAPÍTULO II
Alianzas electorales
Art. 31.- (Texto según ley 26.571). Alian-
zas. Los partidos políticos podrán constituir
alianzas electorales de acuerdo a lo previsto
en el art. 10 de la ley 23.298.
Al iniciarse la campaña electoral las alian-
zas electorales en aquellos distritos en que
presenten candidaturas a cargos públicos
electivos nacionales deben designar dos (2)
responsables económico-financieros de cam-
paña, que cumplan los requisitos previstos
en el art. 27 de la presente ley, quienes serán
solidariamente responsables con el tesorero,
por el cumplimiento de las disposiciones lega-
les aplicables. Las designaciones deberán ser
comunicadas al juez federal con competencia
electoral correspondiente.
Posibilidad de constituir alianzas. El primer
párrafo de la norma analizada, era absoluta-
mente innecesario en atención a la claridad del
art. 10 de la ley 23.298.
Responsables de las alianzas. Al igual que
los partidos políticos que presenten candidatos,
las alianzas deben designar dos responsables
económico-financieros de campaña que debe-
rán cumplir con los requisitos establecidos en
los arts. 18 y 27 de la ley, esto es, estar afiliado
a alguno de los partidos que integran la alian-
za. Se deberá brindar sus datos de identidad y su
designación comunicarse al juzgado electoral y
a la Dirección Nacional Electoral del Ministerio
del Interior, aunque en esta norma la ley haya
omitido esta última referencia.
El artículo expresa que los responsables
económico-financieros designados, respon-
derán solidariamente con el tesorero por el
cumplimiento de las normas aplicables, de don-
de se deduce que la alianza que se conforme se
encuentra obligada a designar un tesorero y co-
municarlo a las autoridades mencionadas.
Art. 32.- (Artículo sustituido por el art. 15 de
la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Fondos elec-
torales. El Juzgado Federal con competencia
electoral librará oficio para que se ordene la
apertura de una cuenta corriente única en el
166 • Derecho electoral argentino
banco establecido por la alianza en su acuer-
do constitutivo.
Por esta cuenta ingresarán todos los apor-
tes tanto públicos como privados y será el me-
dio de cancelación de deudas y erogaciones
de campaña. La misma deberá cerrarse a los
treinta (30) días de realizada la elección ge-
neral.
De efectivizarse aportes públicos de cam-
paña con posterioridad al cierre de la cuen-
ta, los fondos se depositarán directamente
en la cuenta única de cada partido políti-
co integrante de la alianza y de acuerdo a la
distribución de fondos suscripta para su con-
formación e inscripción en la justicia electo-
ral.
Art. 33.- Constancia de operación. Este ins-
trumento de respaldo de todo gasto deberá
instrumentarse de acuerdo a lo prescripto en
el art. 30 de la presente ley.
CAPÍTULO III
Financiamiento público en campañas elec-
torales
Art. 34.- (Modificado por art. 8º de la ley
27.120). Aportes de campaña. La Ley de
Presupuesto General de la Administración
Nacional para el año en que deban desarro-
llarse elecciones nacionales debe determinar
el monto a distribuir en concepto de aporte ex-
traordinario para campañas electorales.
Para los años en que deban realizarse elec-
ciones presidenciales, la Ley de Presupuesto
General de la Administración Nacional debe
prever cuatro (4) partidas diferenciadas:
una (1) para la elección de presidente, y el fi-
nanciamiento de la segunda vuelta electoral
de acuerdo a lo establecido en esta ley, la se-
gunda para la elección de parlamentarios del
Mercosur, la tercera por la elección de senado-
res nacionales y la cuarta para la elección de
diputados nacionales.
Para los años en que solo se realizan eleccio-
nes legislativas la Ley de Presupuesto General
de la Administración Nacional debe prever las
dos (2) últimas partidas.

De la misma forma, en los años mencio-
nados debe prever partidas análogas por
categoría de cargos a elegir para aporte ex-
traordinario de campañas electorales para
las elecciones primarias, equivalentes al cin-
cuenta por ciento (50%) del que se prevé para
las campañas electorales de las elecciones ge-
nerales.
Art. 35.- (Modificado por el art. 9º de la ley
27.120 y luego sustituido por el art. 16 de la
ley 27.504, BO del 31/05/2019). Aporte impre-
sión de boletas. La autoridad de aplicación
otorgará a las agrupaciones políticas que
oficialicen candidaturas para las elecciones
generales, aportes que permitan imprimir el
equivalente a dos boletas y media (2,5) por
elector registrado en cada distrito para cada
categoría que corresponda elegir.
La Justicia Nacional Electoral informará a
la autoridad de aplicación la cantidad de lis-
tas oficializadas de partidos y alianzas para
la elección correspondiente, la que efectuará
la distribución por distrito electoral y catego-
ría.
Art. 36.- (Modificado por art. 10 de la ley
27.120). Distribución de aportes. Los fondos
correspondientes al aporte para la campaña
electoral, tanto para las elecciones primarias
como para las generales, se distribuirán entre
las agrupaciones políticas que hayan oficiali-
zado listas de candidatos de la siguiente ma-
nera:
1. Elecciones presidenciales:
a) Cincuenta por ciento (50%) del monto
asignado por el presupuesto en forma iguali-
taria entre las listas presentadas;
b) Cincuenta por ciento (50%) del mon-
to asignado por el presupuesto se distribuirá
entre los veinticuatro (24) distritos, en pro-
porción al total de electores correspondiente
a cada uno. Efectuada tal operación, se dis-
tribuirá a cada agrupación política en for-
ma proporcional a la cantidad de votos que
el partido hubiera obtenido en la elección ge-
neral anterior para la misma categoría. En el
caso de las confederaciones o alianzas se com-
Gabino Mario Tapia
putará la suma de los votos que hubieren ob-
tenido los partidos integrantes en la elección
general anterior para la misma categoría.
Las agrupaciones políticas que participen
en la segunda vuelta recibirán como aportes
para la campaña una suma equivalente al
treinta por ciento (30%) del mayor aporte de
campaña para la primera vuelta.
2. Elecciones de diputados:
El total de los aportes se distribuirá entre los
veinticuatro (24) distritos en proporción al
total de electores correspondiente a cada uno.
Efectuada dicha operación, el cincuenta por
ciento (50%) del monto resultante para cada
distrito, se distribuirá en forma igualitaria
entre las listas presentadas y el restante cin-
cuenta por ciento (50%), se distribuirá a cada
partido político, confederación o alianza en
forma proporcional a la cantidad de votos
que el partido hubiera obtenido en la elección
general anterior para la misma categoría. En
el caso de las confederaciones o alianzas se
computará la suma de los votos que hubieren
obtenido los partidos integrantes en la elec-
ción general anterior para la misma catego-
ría.
3. Elecciones de senadores:
El total de los aportes se distribuirá en-
tre los ocho (8) distritos en proporción al to-
tal de electores correspondiente a cada uno.
Efectuada dicha operación, el cincuenta por
ciento (50%) del monto resultante para cada
distrito, se distribuirá en forma igualitaria
entre las listas presentadas y el restante cin-
cuenta por ciento (50%), se distribuirá a cada
partido político, confederación o alianza en
forma proporcional a la cantidad de votos
que el partido hubiera obtenido en la elección
general anterior para la misma categoría. En
el caso de las confederaciones o alianzas se
computará la suma de los votos que hubieren
obtenido los partidos integrantes en la elec-
ción general anterior para la misma catego-
ría.
4. Elecciones de Parlamentarios del Merco-
sur:
TERCERA PARTE• 167
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
a) Para la elección de parlamentarios por
distrito nacional: de acuerdo a lo establecido
para el caso de la elección de presidente y vi-
cepresidente;
b) Para la elección de parlamentarios por
distritos regionales provinciales y de la Ciu-
dad Autónoma de Buenos Aires: de acuerdo a
lo establecido para el caso de la elección de di-
putados nacionales
Para el caso de agrupaciones de distrito sin
referencia directa nacional se les entregará el
monto íntegro de los aportes.
Para las elecciones primarias se aplicarán
los mismos criterios de distribución entre las
agrupaciones políticas que se presenten.
El Ministerio del Interior y Transporte pu-
blicará la nómina y monto de los aportes por
todo concepto.
El Ministerio del Interior y Transporte depo-
sitará los aportes al inicio de la campaña una
vez oficializadas las listas.
Art. 37.- Referencia electoral. Para el su-
puesto de partidos que no registren referencia
electoral anterior se equiparará al partido
que haya participado en la última elección
de diputados nacionales y que le corresponda
el menor monto de aporte. Para el caso de las
alianzas se tendrá en cuenta la suma de votos
obtenida en dicha elección por los partidos
que la integran, o el aporte que les correspon-
diera.
Art. 38.- Partidos nacionales y de distrito.
Para el caso de los partidos nacionales, una
vez determinado el monto correspondien-
te a cada partido o alianza, se distribuirá: el
ochenta por ciento (80%) a los organismos de
distrito y el veinte por ciento (20%) restante a
los organismos nacionales.
Para el caso de los partidos de distrito que
no hayan sido reconocidos como partidos na-
cionales, el monto del aporte se entregará a
los organismos partidarios del distrito.
Art. 39.- Retiro de candidatos. Si el partido
o la alianza retirara sus candidatos y no se
168 • Derecho electoral argentino
presentara a la elección deberá restituir, en
el término de sesenta (60) días de realizada
la elección el monto recibido en concepto de
aporte para la campaña.
El presidente y el tesorero del partido, así
como el responsable político y el responsable
económico- financiero de la campaña serán
responsables de la devolución de dichos fon-
dos, habiéndose previsto las sanciones en el
art. 63 de la presente ley.
Art. 40.- (Texto según ley 26.571). Destino
remanente aportes. El remanente de los fon-
dos públicos otorgados en concepto de aporte
extraordinario para campaña electoral po-
drá ser conservado por los partidos exclusi-
vamente para ser destinado a actividades de
capacitación y formación política, debiendo
dejarse constancia expresa de ello en el infor-
me final de campaña. En caso contrario, de-
berá ser restituido dentro de los noventa (90)
días de realizado el acto electoral.
La contravención a esta norma será sancio-
nada de acuerdo a lo establecido en el art. 65.
El remanente del aporte de boletas o el total,
en caso que no haya acreditado el gasto en el
informe final de campaña, deberá ser reinte-
grado por las agrupaciones políticas dentro
de los noventa (90) días de realizado el acto
electoral. Vencido ese plazo la Dirección Na-
cional Electoral del Ministerio del Interior
procederá a compensar la suma adeudada,
de los aportes públicos que le correspondan al
partido.
La contravención a esta norma será sancio-
nada de acuerdo a lo establecido en el art. 62.
Art. 41.- Depósito del aporte. El aporte pú-
blico para la campaña electoral del art. 34 y
el aporte para la impresión de boletas del art.
35, deberán hacerse efectivo dentro de los diez
(10) días hábiles siguientes a la fecha límite de
oficialización definitiva de la lista.
Plazo para realizar los aportes. De acuerdo
con el art. 41 de la ley, los fondos para la cam-
paña electoral deben depositarse (incluyendo el
correspondiente a la impresión de boletas), en
la cuenta abierta a tales fines, dentro de los diez

(10) días siguientes a la fecha límite establecida
para la oficialización de las listas.
Es evidente que la norma no es clara en su re-
dacción. Ese plazo límite para pedir la oficia-
lización —cincuenta (50) días— se encuentra
referido a la elección primaria. A la Justicia se le
deja un plazo muy breve para pronunciarse so-
bre la viabilidad de esas listas, de manera que el
plazo referido quedará reducido al que quede,
luego de dicho pronunciamiento, sin perjuicio,
claro está, que la cuestión se dilate por cuestio-
namientos o recursos que obliguen a la inter-
vención de la Cámara Nacional Electoral, en un
calendario de por sí más que apretado.
Consecuentemente, lo que ha querido decirse
no es sino que el plazo de diez (10) días corri-
dos que la ley establece, debe empezar a com-
putarse a partir de que la Dirección Nacional
Electoral quede formalmente notificada de la
resolución definitiva de la oficialización de cada
lista.
El aporte para impresión de boletas que el Es-
tado entrega a las agrupaciones se incrementa,
en la instancia de la elección general de 1,5 bo-
letas a 2,5 boletas por elector. La medida con-
centra el esfuerzo presupuestario en garantizar
las boletas para la elección general, reconocien-
do que buena parte del aporte de boletas que se
entrega para las PASO es distribuida entre agru-
paciones que no tienen un caudal de voto sufi-
ciente para llegar a la elección general.
Art. 42.- Segunda vuelta. Los partidos o
alianzas que participen en la segunda vuel-
ta en la elección presidencial recibirán como
aporte para la campaña una suma equivalen-
te al treinta por ciento (30%) de lo que hubiera
recibido aquel de ellos que más fondos hubie-
ra recibido como aporte público para la cam-
paña para la primera vuelta.
Art. 43.- (Texto según ley 26.571, modifi-
cado por el art. 17 de la ley 27.504, BO del
31/05/2019). Espacios en emisoras de radio-
difusión televisiva y sonora abierta o por sus-
cripción. Los espacios de publicidad electoral
del Ministerio del Interior, Obras Públicas y
Vivienda de la Nación, para todas las agrupa-
Gabino Mario Tapia
ciones políticas que oficialicen candidaturas
para cargos públicos electivos, para la difu-
sión de sus mensajes de campaña.
Las agrupaciones políticas, así como los
candidatos oficializados por estas, en ningún
momento podrán contratar o adquirir, por sí
o por terceros espacios en cualquier modali-
dad de radio o televisión, para promoción con
fines electorales.
Asimismo, las emisoras de radiodifusión so-
nora, televisiva abierta o por suscripción, no
podrán emitir publicidad electoral que no sea
la distribuida y autorizada por el Ministerio
del Interior, Obras Públicas y Vivienda.
Asignación de espacios publicitarios. No se-
ríamos sinceros si no volcásemos aquí, al menos
un cierto resquemor por las normas dictadas
para la asignación de los espacios publicitarios
para la emisión de los mensajes de la campaña
electoral y del escaso tiempo que se encuentra
previsto para ello.
La ley es extremadamente dura, como si el
producto que se quiere trasladar a la ciudada-
nía fuese realmente nocivo y peligroso, en lu-
gar de entenderlo como la mejor oferta que se
le hace, desde las distintas agrupaciones acerca
de cómo se piensa conducir nada menos que el
País. ¿Sobre qué bases sólidas decidirá el elector
su preferencia al votar, si ignora lo que se le pro-
pone, si ignora quienes se lo proponen y si igno-
ra cómo piensan hacerlo?
Pero lo cierto es que la ley es extremadamen-
te dura y establece que los espacios de publici-
dad electoral en las emisoras de radiodifusión
sonora, televisiva abierta o por suscripción, se-
rán distribuidos exclusivamente por el Ministe-
rio del Interior, Obras Públicas y Vivienda, para
todas las agrupaciones políticas que oficialicen
candidaturas para cargos públicos electivos,
para la difusión de sus mensajes de campaña.
Las agrupaciones políticas, así como los can-
didatos oficializados por estas, en ningún mo-
mento podrán contratar o adquirir, por sí o por
terceros espacios en cualquier modalidad de ra-
dio o televisión, para promoción con fines elec-
torales.
TERCERA PARTE• 169
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
Asimismo, las emisoras de radiodifusión so-
nora, televisiva abierta o por suscripción, no
podrán emitir publicidad electoral que no sea
la distribuida y autorizada por el Ministerio del
Interior.
CAPÍTULO III BIS
(Capítulo incorporado por la ley 26.571)
De la publicidad electoral en los servicios
de comunicación audiovisual
Art. 43 bis.- La Dirección Nacional Electo-
ral del Ministerio del Interior distribuirá los
espacios de publicidad electoral en los servi-
cios de comunicación audiovisual entre las
agrupaciones políticas que oficialicen pre-
candidaturas para las elecciones primarias
y candidaturas para las elecciones generales,
para la transmisión de sus mensajes de cam-
paña. En relación a los espacios de radiodifu-
sión sonora, los mensajes serán emitidos por
emisoras de amplitud y emisoras de frecuen-
cia modulada.
Art. 43 ter.- A efectos de realizar la distribu-
ción de los espacios de publicidad electoral,
en los servicios audiovisuales, la Dirección
Nacional Electoral del Ministerio del Interior
deberá solicitar a la Autoridad Federal de
Servicios de Comunicación Audiovisual, con
anterioridad al inicio de la campaña electo-
ral correspondiente, el listado de los servicios
televisivos y radiales autorizados por el or-
ganismo y su correspondiente tiempo de emi-
sión, para la distribución de las pautas. A los
efectos de esta ley, se entiende por espacio de
publicidad electoral, a la cantidad de tiempo
asignado a los fines de transmitir publicidad
política por parte de la agrupación.
Art. 43 quáter.- (Texto sustituido por el art.
18 de la ley 27.504, BO del 31/05/2019). De
acuerdo a lo establecido en la Ley de Servi-
cios de Comunicación Audiovisual 26.522,
los servicios de comunicación y televisión por
suscripción están obligados a ceder en forma
gratuita el cinco por ciento (5%) del tiempo
total de programación para fines electorales.
A partir del año 2020, del porcentaje men-
cionado en el párrafo anterior, la mitad será
170 • Derecho electoral argentino
cedida a título gratuito y la otra mitad será
considerada pago a cuenta de impuestos na-
cionales.
Comentario. La proporción del tiempo que
las emisoras de radio y TV deben ceder para que
los partidos emitan publicidad electoral duran-
te ese período se reduce a la mitad, del 10 al 5%
del tiempo de programación. Además, a partir
de 2020 la mitad de ese tiempo —que hasta aho-
ra se cedió gratuitamente— será considerada
pago a cuenta de impuestos nacionales. La deci-
sión está en línea con reclamos que las emisoras
agrupadas en ATA y ARPA llevan adelante en el
fuero contencioso administrativo federal contra
distintas disposiciones incluidas en la ley 26.522
de Medios, entre ellas el art. 74 sobre publicidad
política. En particular, las asociaciones recla-
man para los medios que las integran compen-
sación por los espacios de publicidad cedidos a
partir de las elecciones de 2011.
Art. 43 quinquies.- En caso de segunda vuel-
ta electoral por la elección de presidente y
vicepresidente, las fórmulas participantes re-
cibirán el equivalente al cincuenta por ciento
(50%) de los espacios recibidos por la agrupa-
ción política que más espacios hubiera obte-
nido en la primera vuelta.
Art. 43 sexies.- La cantidad de los espacios
de radiodifusión y los espacios en los medios
audiovisuales, serán distribuidos tanto para
las elecciones primarias como para las gene-
rales de la siguiente forma:
a) Cincuenta por ciento (50%) por igual, en-
tre todas las agrupaciones políticas que ofi-
cialicen precandidatos;
b) Cincuenta por ciento (50%) restante entre
todas las agrupaciones políticas que oficiali-
cen precandidaturas, en forma proporcional
a la cantidad de votos obtenidos en la elección
general anterior para la categoría diputados
nacionales. Si por cualquier causa una agru-
pación política no realizase publicidad en los
servicios audiovisuales, no podrá transferir
bajo ningún concepto, sus minutos asignados
a otro candidato, o agrupación política para
su utilización.

Art. 43 septies.- La distribución de los ho-
rarios y los medios en que se transmitirá la
publicidad electoral, se realizará por sorteo
público, para el reparto equitativo. A tal efec-
to el horario de transmisión será el compren-
dido entre las siete (7:00) horas y la una (1:00)
del día siguiente.
En la presente distribución se deberá ase-
gurar a todas las agrupaciones políticas que
oficialicen listas de candidatos, la rotación
en todos los horarios y al menos dos (2) veces
por semana en horario central en los servicios
de comunicación audiovisual. Cualquier so-
licitud de cambio del espacio de publicidad
electoral, que presentare el servicio de comu-
nicación y/o la agrupación política, deberá
ser resuelta por la Dirección Nacional Elec-
toral del Ministerio del Interior, dentro de los
cinco (5) días siguientes a la presentación de
dicha solicitud. La solicitud no implicará la
posibilidad de suspender la transmisión de la
pauta vigente, hasta que se expida el organis-
mo correspondiente.
En aquellos casos en que la cobertura de los
servicios de comunicación audiovisual abar-
que más de un distrito, la Dirección Nacional
Electoral del Ministerio del Interior deberá
garantizar la distribución equitativa de estos
espacios entre las agrupaciones políticas que
compitan en dichos distritos.
Art. 43 octies.- Los gastos de producción de
los mensajes para su difusión en los servicios
de comunicación audiovisual de las agrupa-
ciones políticas, serán sufragados con sus pro-
pios recursos.
Art. 43 nonies.- Será obligatorio para las
agrupaciones políticas la subtitulación de los
mensajes que se transmitan en los espacios te-
levisivos que se cedan en virtud de esta ley.
CAPÍTULO III TER
(Capítulo incorporado por art. 19 de la ley
27.504, BO del 31/05/2019)
De la publicidad electoral en redes sociales
y plataformas digitales
Art.  43 decies.- Registro de cuentas oficia-
les. La Cámara Nacional Electoral llevará el
Gabino Mario Tapia
registro de las cuentas de redes sociales, sitios
de internet y demás canales digitales de comu-
nicación de los precandidatos, candidatos,
agrupaciones políticas y máximas autorida-
des partidarias. Los representantes legales de
los partidos políticos reconocidos, confedera-
ciones y alianzas vigentes deberán inscribir
ante este registro los datos de identificación
de los respectivos perfiles. Asimismo, en oca-
sión de cada proceso electoral los apoderados
de lista registrarán dichos datos respecto de
los precandidatos y candidatos oficializados.
Art.  43  undecies.-  Rendición de gastos de
campaña en plataformas digitales. Junto con
las rendiciones de cuentas que presenten las
listas y las agrupaciones políticas participan-
tes en los comicios deberá acompañarse el
material audiovisual de las campañas en in-
ternet, redes sociales, mensajería y cualquier
otra plataforma digital. La Cámara Nacio-
nal Electoral reglamentará la normativa ten-
diente a garantizar la rendición de cuentas de
este tipo de publicidad por parte de las agru-
paciones políticas participantes, teniendo en
cuenta las circunstancias particulares de esta
contratación.
Art.  43  duodecies.-  Campañas de concien-
tización y formación cívica en entornos digi-
tales. Dentro de los treinta (30) días previos
a cada comicio la Cámara Nacional Electo-
ral deberá difundir mensajes institucionales
de formación cívica y educación digital, des-
tinados a informar cuestiones relacionadas
con las elecciones y a concientizar a la ciuda-
danía sobre un uso responsable y crítico de la
información electoral disponible en internet.
Art.  43  terdecies.-  Destino de inversión en
publicidad digital. Del total de los recursos
públicos destinados a la inversión en publi-
cidad digital, al menos un treinta y cinco por
ciento (35%) deberá destinarse a sitios perio-
dísticos digitales generadores de contenido y
de producción nacional y al menos otro vein-
ticinco por ciento (25%) a sitios periodísticos
digitales generadores de contenido y de pro-
ducción provincial, siguiendo un criterio si-
milar al de la coparticipación federal.
Comentario. La norma incorpora medidas ya
delineadas en la acord. 66 de 2018 de la Cámara
TERCERA PARTE• 171
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
Nacional Electoral como el registro de cuentas,
sitios y canales digitales de candidatos, agrupa-
ciones y sus autoridades. También se toman me-
didas para facilitar el control de la campaña en
plataformas digitales, redes sociales y mensaje-
ría, como la obligación de entregar las piezas de
comunicación utilizadas al momento de hacer
las rendiciones. Además, se agregan las empre-
sas de internet y telefonía móvil y fija como suje-
tos susceptibles de recibir multas por incumplir
los límites de emisión, contenido y publicación
de avisos electorales (art. 36, que modifica el art.
128 ter del CEN). Para hacer cumplir el período
de campaña se establece que el juzgado fede-
ral competente disponga de forma inmediata el
cese automático de los avisos que no cumplan
los tiempos y atribuciones de la ley.
Remitimos al comentario al respecto en la
parte Segunda del presente.
CAPÍTULO IV
Financiamiento privado en campañas elec-
torales
Art. 44.- (Artículo sustituido por el art. 20
de la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Finan-
ciamiento privado. Constituye financiamien-
to privado para campaña electoral todo
aporte, en dinero o en especie, que una perso-
na humana o jurídica efectúe a una agrupa-
ción política, destinado al financiamiento de
gastos electorales.
En relación con los aportes en dinero o en
especie para campaña electoral rigen idén-
ticas disposiciones respecto a los aportantes
prohibidos y a los instrumentos financieros
habilitados para realizar los aportes a las es-
tablecidas en esta ley para el caso de aportes
privados para desenvolvimiento institucional
de los partidos políticos.
Podrá reglamentarse el uso de mecanismos
de recaudación que, incorporando la tecno-
logía existente, tiendan a que los aportes de
campaña a las agrupaciones políticas se lle-
ven a cabo a través de procedimientos senci-
llos, transparentes y equitativos, propiciando
la participación ciudadana.
172 • Derecho electoral argentino
Art.  44 bis.- (Artículo  sustituido  por el art.
21 de la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Lími-
te de recursos privados de campaña por agru-
pación y de aportes privados de campaña por
persona.
Las agrupaciones políticas podrán recibir,
con motivo de la campaña electoral, un total
de recursos privados que no supere el monto
equivalente a la diferencia, entre el tope máxi-
mo de gastos de campaña fijado por esta ley
y el monto del aporte para campaña electoral
correspondiente a la agrupación.
Para cada campaña electoral, las agru-
paciones políticas no podrán recibir de una
misma persona humana o jurídica un monto
superior al dos por ciento (2%) de los gastos
permitidos para esa campaña.
Con antelación suficiente al inicio de la
campaña, la Cámara Nacional Electoral in-
formará a los partidos políticos el límite de
aportes privados para campaña permitidos
de acuerdo a este artículo, y publicará esa in-
formación en el sitio web de la Justicia Nacio-
nal Electoral.
CAPITULO IV bis
(Capítulo incorporado por la ley 26.571)
De las encuestas y sondeos de opinión
Art. 44 ter.- (Artículo sustituido por el art.
22 de la ley 27.504, BO del 31/05/2019). La Cá-
mara Nacional Electoral creará un Registro de
Empresas de Encuestas y Sondeos de Opinión.
Aquellas empresas que deseen hacer públicas
por cualquier medio encuestas de opinión, o
prestar servicios a las agrupaciones políticas,
o a terceros, durante la campaña electoral
por cualquier medio de comunicación, debe-
rán inscribirse en el mismo.
Dicha inscripción podrá ser revisada y re-
vocada por la Cámara ante el incumplimien-
to de los requisitos establecidos en la presente
ley.
El registro deberá abrirse con una anteriori-
dad no menor a los treinta (30) días antes de
la fecha de oficialización de las listas de can-

didatos. Dicha inscripción deberá renovarse
ante cada acto eleccionario.
Durante el período de campaña electoral, y
ante cada trabajo realizado para una agru-
pación política, o para terceros, las empresas
deberán presentar ante el registro un informe
donde se individualice el trabajo realizado,
quién realizó la contratación, el monto factu-
rado por trabajo realizado, un detalle técni-
co sobre la metodología científica utilizada,
el tipo de encuesta realizada, el tamaño y ca-
racterísticas de la muestra utilizada, proce-
dimiento de selección de los entrevistados, el
error estadístico aplicable y la fecha del tra-
bajo de campo.
Dicho informe será publicado en el sitio web
oficial de la Justicia Nacional Electoral para
su público acceso por la ciudadanía.
Aquellas empresas que no se encuentran
inscritas en el Registro, no podrán difundir
por ningún medio, trabajos de sondeo o en-
cuestas de opinión, durante el período de
campaña electoral.
Encuestas electorales. En cumplimiento de
esta disposición, la Cámara Nacional Electo-
ral creó el Registro de Empresas de Encuestas
y Sondeos de Opinión para aquellas entidades
que deseen hacer públicas por cualquier me-
dio, trabajos de sondeo o encuestas de opinión,
o prestar servicios a las agrupaciones políticas o
a terceros, durante las campañas electorales. A
estos fines, deben presentar las fichas técnicas
de cada trabajo realizado, para su público cono-
cimiento. El registro permitirá a la entidad rea-
lizadora, al solicitante del estudio y a quien lo
difunda, invocar esa circunstancia en toda pu-
blicación de sus resultados. Las condiciones de
inscripción se detallan en la acord. 117/10 CNE,
disponible en la página web del tribunal, http://
www.pjn.gov.ar.
Art. 44 quáter.- (Artículo sustituido por el
art. 23 de la ley 27.504, BO del 31/05/2019).
Desde ocho (8) días antes de cada elección y
hasta tres (3) horas después de su cierre, nin-
gún medio de comunicación, ya sean estos
audiovisuales, de radiodifusión, gráficos, in-
ternet, u otros, podrá publicar resultados de
Gabino Mario Tapia
encuestas o sondeos de opinión, o pronósticos
electorales, ni referirse a sus datos.
Dentro del plazo que la presente ley autori-
za para la realización de trabajos de sondeos
y encuestas de opinión, los medios masivos de
comunicación deberán citar la fuente de in-
formación, dando a conocer el detalle técnico
del trabajo realizado.
Los medios de comunicación que incum-
plan esta disposición podrán ser sancionados
con multa del cero coma uno por ciento (0,1%)
al diez por ciento (10%) de la facturación de
publicidad obtenida en el mes anterior a la
comisión del hecho. El proceso de aplicación
de la sanción, que podrá iniciarse de oficio o
por denuncia, estará a cargo del juez federal
con competencia electoral del distrito del do-
micilio de la empresa y la decisión ser apela-
ble ante la Cámara Nacional Electoral.
Art. 44 quinquies.- (Artículo incorpo-
rado por el art. 24 de la ley 27.504, BO del
31/05/2019). Las empresas de encuestas y
sondeos de opinión que incumplan las dispo-
siciones precedentes serán pasibles de las si-
guientes sanciones:
a) Llamado de atención;
b) Apercibimiento;
c) Multa de entre cuarenta mil (40.000) mó-
dulos electorales y cuatrocientos mil (400.000)
módulos electorales;
d) Suspensión de la inscripción en el Regis-
tro;
e) Cancelación de la inscripción en el Regis-
tro.
CAPÍTULO V
Límites de gastos de campañas electorales
Art. 45.- (Texto según ley 26.571). Límite de
gastos. En las elecciones nacionales, los gastos
destinados a la campaña electoral para cada
categoría que realice una agrupación políti-
ca, no podrán superar, la suma resultante al
multiplicar el número de electores habilita-
dos, por un (1) módulo electoral de acuerdo
TERCERA PARTE• 173
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
al valor establecido en la Ley de Presupuesto
General de la Administración Nacional del
año respectivo. A efectos de la aplicación de lo
dispuesto en este artículo, se considerará que
ningún distrito tiene menos de quinientos mil
(500.000) electores. El límite de gastos previs-
tos para la segunda vuelta será la mitad de lo
previsto para la primera vuelta.
Art. 45 bis.- (Texto según ley 26.571). Gasto
electoral. A los efectos de esta ley, se entiende
como gasto electoral toda erogación realiza-
da por una agrupación política, efectuada
durante el período establecido para la rea-
lización de la campaña electoral, indepen-
dientemente de la fecha de efectivo pago de
cualquier gasto electoral, y aun cuando se en-
cuentren pendientes de pago, para el finan-
ciamiento de:
a) Publicidad electoral dirigida, directa o
indirectamente, a promover el voto para una
agrupación política determinada, cualquiera
sea el lugar, la forma y el medio que utilice;
b) Las encuestas o sondeos de opinión sobre
materias electorales o sociales que encarguen
los candidatos o las agrupaciones políticas
durante la campaña electoral;
c) Arrendamientos de bienes muebles o in-
muebles destinados al funcionamiento de los
equipos de campaña o a la celebración de ac-
tos de proselitismo electoral;
d) El financiamiento de los equipos, oficinas
y servicios de los mismos y sus candidatos;
e) Contratación a terceras personas que
presten servicios a las candidaturas;
f) Gastos realizados para el desplazamien-
to de los candidatos, de los dirigentes de las
agrupaciones políticas y de las personas que
presten servicios a las candidaturas, como
asimismo para el transporte de implementos
de propaganda;
g) Cualquier otro gasto que no se relacione
con el funcionamiento permanente del parti-
do.
Art. 46.- Información límite. La Cámara
Nacional Electoral al iniciarse la campaña
174 • Derecho electoral argentino
electoral, informará a los partidos políticos y
alianzas o frentes electorales el límite de gas-
tos y publicará esa información en el sitio web
del Poder Judicial de la Nación puesto a dis-
posición del fuero electoral.
Art. 47.- Adhesión. Cuando un partido no
presente candidatos o listas propias y adhiera
a la candidatura presentada por otro partido
o alianza, los gastos que realice se computa-
rán, en conjunto dentro del límite establecido
en el art. 45.
Adhesión a candidaturas de otros partidos.
El art. 47 de la Ley de Financiamiento de los Par-
tidos Políticos no ha sido reformado por la ley
26.571, circunstancia que puede dar lugar a di-
versas interpretaciones.
La Ley de Partidos Políticos permite la confor-
mación de alianzas entre las distintas agrupa-
ciones de manera de encarar en conjunto una
campaña política con candidatos comunes. Es-
tas alianzas deben ser conformadas de acuerdo
con los parámetros que la ley 23.298 establece,
e inscribirse hasta sesenta (60) días antes de ce-
lebrarse las elecciones primarias, abiertas, si-
multáneas y obligatorias. De acuerdo con las
disposiciones de la ley 26.571, las alianzas que
no se inscriban dentro de ese plazo, no pueden
participar de los comicios generales, así como
tampoco aquellas que, habiéndose inscripto en
debido tiempo, no alcancen, en tales comicios,
el 1,5% del total de votos emitidos en ella.
Ahora bien; la norma que analizamos, que re-
iteramos, no ha sido modificada, permite que
un partido político concurra a las elecciones ge-
nerales sin haber participado de las elecciones
primarias, simplemente con haber “adherido”
a la candidatura presentada por otro partido o
alianza. Esta posibilidad de “adhesión”, permiti-
ría justificar la conformación de boletas “colec-
toras”, posibilidad que entendemos totalmente
contraria al espíritu de la ley.
Creemos que esta norma carece de vigen-
cia y que ha quedado virtualmente derogada
con la sanción de la ley 26.571 a pesar de que
ella no la haya modificado o derogado en forma
expresa. Nos resulta suficiente para avalar esta
afirmación, recordar lo ya dicho acerca de la ne-
cesidad de que cada agrupación elija a sus can-

didatos en elecciones primarias y la obligación
de inscribir las alianzas que se conformen hasta
sesenta (60) días antes de estos comicios.
Podrá alegarse que la norma que analizamos
no se refiere a estas circunstancias, sino a la po-
sibilidad de intercalar la boleta de un partido a
determinada categoría de cargos, entre las res-
tantes de la propia agrupación, único sentido
que tiene la posibilidad de adhesión que auto-
riza esta disposición.
Es difícil sostener que esta norma haya pasado
desapercibida para los legisladores que sancio-
naron la ley 26.571, y que nadie se haya detenido
siquiera a pensar si se la debía mantener en vi-
gencia o no, porque fueron reformadas normas
inmediatamente anteriores y posteriores a ella
e incluso derogado el artículo que le sigue, de
manera que si la intención del legislador hubie-
se sido eliminar la posibilidad de estas alquimia
electoral, podría haber dispuesto que la norma
que nos ocupa corriera igual suerte. Sin embar-
go, se la mantuvo creando así una confusión in-
necesaria, que puede dar lugar a discusiones ya
que es evidente que la norma es absolutamente
contraria al espíritu de toda la reforma dispues-
ta por la ley 26.571 y al sistema creado por ella,
lo que nos lleva a inclinarnos por su derogación
tácita aunque nada se haya dicho sobre el pun-
to.
Art. 48.- (Artículo derogado por art. 63 de la
ley 26.571).
Art. 49.- (Texto según ley 26.571). Gastos en
publicidad. Quedan expresamente prohibi-
dos los gastos de publicidad de campaña por
cuenta de terceros.
Para la contratación de la publicidad elec-
toral que no se encuentre alcanzada por la
prohibición del art. 43 será excluyente la
participación de los responsables económi-
co-financieros de las agrupaciones políticas,
debiendo refrendar las órdenes respectivas en
el informe final.
Art. 50.- Terceros informantes. Los medios
de comunicación y los proveedores en gene-
ral, de servicios o bienes útiles o muebles en
el desarrollo de las campañas electorales de
los partidos políticos están sometidos al régi-
Gabino Mario Tapia
men que esta ley establece, debiendo facilitar
los elementos y datos que les sean requeridos,
sin que sean aplicables las disposiciones refe-
ridas al secreto bancario o fiscal, ni los com-
promisos de confidencialidad establecidos
por ley o contrato.
La sanción correspondiente para el incum-
plimiento de lo regulado en este artículo se en-
cuentra prevista en el art. 66.
Art. 51.- Gastos realizados por anticipa-
do. Aquellas compras o contrataciones que se
realicen con anterioridad al comienzo de la
campaña deberán estar debidamente respal-
dadas e informadas en notas en los informes
de los arts. 54 y 58 del tít. IV de la presente ley.
Las sumas que representen estas adquisicio-
nes formarán parte del límite de gastos previs-
tos en el art. 45.
Art. 52.- Límites de gastos y aportes. A los fi-
nes del cálculo del monto máximo de gastos y
aportes previstos en la presente ley, los bienes
y servicios serán computados conforme al va-
lor y prácticas del mercado.
TÍTULO IV
Del control de financiamiento de campa-
ñas electorales
Art. 53.- Información aportes. En el plazo
del art. 54, el Ministerio del Interior deberá in-
formar al juez federal con competencia electo-
ral correspondiente, el monto de los aportes,
subsidios y franquicias públicos a la campa-
ña electoral, discriminados por rubro, monto
y partido y con indicación de las sumas ya en-
tregadas y las pendientes de pago. En este úl-
timo caso, deberá indicarse la fecha estimada
en que se harán efectivas y las causas de la de-
mora.
Art. 54.- Informe previo. Diez (10) días an-
tes de la celebración del comicio, el presidente
y tesorero del partido y los responsables eco-
nómico-financiero y político de la campaña
deberán presentar, en forma conjunta, ante
el juzgado federal con competencia electoral
de distrito correspondiente, un informe deta-
llado de los aportes públicos y privados reci-
bidos, con indicación de origen y monto, así
TERCERA PARTE• 175
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
como de los gastos incurridos con motivo de la
campaña electoral, con indicación de los in-
gresos y egresos que estén previstos hasta la fi-
nalización de la misma.
Art. 55.- Publicidad. El juez federal con
competencia electoral correspondiente orde-
nará la publicación en el Boletín Oficial del
sitio web donde puede consultarse el informe
previo del art. 54, en la semana previa a la fe-
cha fijada para la realización del comicio.
Art. 56.- Procedimiento de consulta. El in-
forme previo podrá ser consultado en la sede
del juzgado sin limitación alguna de acuerdo
a lo establecido en el primer párrafo del art.
25 de la presente ley.
Art. 57.- Falta información. Todo partido
político o alianza electoral que haya oficiali-
zado candidatos está obligado a presentar el
informe previo aunque no haya recibido has-
ta el plazo que fija el art. 54 de la presente ley,
aportes públicos ni privados. Esto no obsta a
que presupueste lo que estime se gastará hasta
el momento del comicio.
Art. 58.- (Texto según ley 26.571). Informe fi-
nal. Noventa (90) días después de finalizada
la elección, el tesorero y los responsables eco-
nómico-financieros de la campaña deberán
presentar, en forma conjunta, ante la justicia
federal con competencia electoral del distrito
correspondiente, un informe final detallado
de los aportes públicos y privados recibidos,
que deberá contener y precisar claramente su
naturaleza, origen, nombre y documento del
donante, destino y monto, así como el total de
los gastos incurridos con motivo de la cam-
paña electoral, detallados por rubros y los
comprobantes de egresos con las facturas co-
rrespondientes. Deberá indicarse también la
fecha de apertura y cierre de la cuenta banca-
ria abierta para la campaña para el caso de
las alianzas electorales, debiendo poner a dis-
posición la correspondiente documentación
respaldatoria.
Art. 58 bis.- (Texto según ley 26.571). Rubros
de gastos. En el informe final al que se refiere el
artículo anterior, se consignarán al menos los
siguientes rubros:
176 • Derecho electoral argentino
a) Gastos de administración;
b) Gastos de oficina y adquisiciones;
c) Inversiones en material para el trabajo
público de la agrupación política incluyendo
publicaciones;
d) Gastos de publicidad electoral;
e) Gastos por servicios de sondeos o encues-
tas de opinión;
f) Servicios de transporte;
g) Gastos judiciales y de rendición de cuen-
tas;
h) Gastos de impresión de boletas;
i) Otros gastos debidamente fundamenta-
dos.
Art. 59.- Publicidad. Respecto al informe fi-
nal regulado en el artículo anterior se deberá
dar cumplimiento a lo dispuesto en el art. 24
reemplazando a los estados contables anuales
por el informe final de campaña.
Art. 60.- Procedimiento de consulta y obser-
vaciones. Se aplica el art. 25 de la presente ley
para los informes previo y final previstos en
este título.
Art. 61.- (Artículo sustituido por el art. 25
de la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Proce-
dimiento de control patrimonial. El juez fe-
deral con competencia electoral remitirá los
informes presentados por las agrupaciones
políticas al cuerpo de auditores de la Cáma-
ra Nacional Electoral, el cual realizará la au-
ditoría en el plazo máximo de noventa (90)
días de recibidos los mismos. Del dictamen
de auditoría se correrá traslado a la agrupa-
ción política correspondiente para que en un
plazo de veinte (20) días de recibido el mismo
responda las observaciones o requerimientos
formulados bajo apercibimiento de resolver
en el estado de la causa, previa vista al Mi-
nisterio Público Fiscal. En caso de alianzas,
asimismo, se dará traslado a los partidos po-
líticos que integren.

Si la agrupación política contestara las ob-
servaciones o requerimientos formulados, se
dará nueva intervención al Cuerpo de Audi-
tores, el cual se expedirá en el plazo máximo
de quince (15) días de recibidos los mismos.
De este informe se dará traslado por diez (10)
días a la agrupación política y a los partidos
integrantes, en el caso de alianzas.
Contestado el traslado o vencido el plazo
dispuesto, y previa vista al Ministerio Públi-
co, el juez federal con competencia electoral
resolverá dentro de treinta (30) días. Las pre-
sentaciones que realice la agrupación política
en el marco de las causas de control patri-
monial, deberán encontrarse suscriptas por
el presidente, el tesorero y los responsables
económico-financieros del partido político y
en el caso de la alianza por los responsables
económico-financieros.
Si en el procedimiento que aquí se regula se
advirtiera la existencia de algún ilícito penal,
o mediara denuncia en tal sentido, el juez y el
fiscal podrán remitir al tribunal competen-
te testimonio de las actuaciones pertinentes,
una vez resuelta la causa electoral. En nin-
gún caso la competencia penal se ejercerá an-
tes de culminar, mediante sentencia firme, el
proceso de control patrimonial partidario.
TÍTULO V
De las sanciones
Art. 62.- (Artículo sustituido por el art. 26
de la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Serán
sancionados con la pérdida del derecho a re-
cibir contribuciones, subsidios y todo recurso
de financiamiento público anual, por un pla-
zo de uno (1) a cuatro (4) años, y los fondos
para financiamiento público de las campañas
electorales por una (1) a dos (2) elecciones, los
partidos políticos cuando:
a) recibieran o depositaran fondos en cuen-
tas distintas de las previstas en los arts. 20 y 32
de esta ley, o que se trate de fondos no banca-
rizados;
b) habiendo retirado sus candidatos, no
restituyeran el monto recibido en concepto de
Gabino Mario Tapia
aporte de campaña, en los términos del art. 39
de esta ley;
c) recibieran donaciones, aportes o contri-
buciones en violación a lo dispuesto por los
arts. 15 y 16, 16 bis, 16 ter, 16 quáter y 44 bis
de esta ley;
d) realizaran gastos en prohibición a lo pre-
visto en los arts. 45 y 47 de esta ley.
e) Contrataren o adquirieren, por sí o por
terceros espacios en cualquier modalidad de
radio o televisión, para promoción con fines
electorales, en violación a lo previsto en el art.
43 de esta ley;
f) Los informes de los arts. 23 y 58 de esta
ley no permitieran acreditar fehacientemen-
te el origen y/o destino de los fondos recibidos,
para desenvolvimiento institucional y para
campaña respectivamente;
g) No restituyeren, dentro de los noventa
(90) días de realizado el acto electoral, el re-
manente del aporte de boletas o el total, en
caso de que no haya acreditado en forma in-
dubitada el gasto en el informe final de cam-
paña.
Art. 63.- El presidente y tesorero del partido y
los responsables políticos y económico-finan-
ciero de campaña serán pasibles de inhabili-
tación de seis (6) meses a diez (10) años, para
el ejercicio de sus derechos de elegir y ser elegi-
do en las elecciones a cargos públicos nacio-
nales, y en las elecciones de autoridades de los
partidos políticos y para el ejercicio de cargos
públicos y partidarios, cuando:
a) autoricen o consientan la utilización de
cuentas distintas de las establecidas en esta
ley para el financiamiento de la actividad del
partido político o de la campaña electoral.
b) no puedan acreditar debidamente el ori-
gen y/o destino de los fondos recibidos.
Art. 64.- Idénticas sanciones a las previstas
en los artículos anteriores serán aplicables a
las alianzas y a cada uno de los partidos po-
líticos que las integra. Las agrupaciones polí-
ticas quedarán exceptuadas de las sanciones
siempre que aleguen en su descargo los ele-
TERCERA PARTE• 177
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
mentos suficientes que demuestren que ese in-
cumplimiento no les es imputable.
Art. 65.- La violación del cumplimiento del
destino de los fondos del art. 12, implicará
una multa del doble del valor no asignado a
la educación y formación en la próxima dis-
tribución del Fondo Partidario Permanente.
Art. 66.- (Texto según ley 26.571; artículo
sustituido por el art. 27 de la ley 27.504, BO del
31/05/2019). Será sancionada con multa de
igual monto que la contribución o donación y
hasta el décuplo de dicho monto, la persona
humana o jurídica que efectuare donaciones
a los partidos políticos en violación a las pro-
hibiciones que establece el art. 15, 16, 16 bis y
44 bis de la presente ley.
Será sancionado con multa de igual monto
que la contribución o donación y hasta el dé-
cuplo de dicho monto, el responsable econó-
mico-financiero que utilizare contribuciones
o donaciones a los partidos políticos en vio-
lación a las prohibiciones que establecen los
arts. 15, 16, 16 bis y 44 bis de la presente ley.
Serán sancionados con multa de igual mon-
to al gasto contratado y hasta el décuplo de
dicho monto, los directores y gerentes o re-
presentantes de medios de comunicación que
aceptaren publicidad en violación a lo dis-
puesto en la presente ley. Asimismo la conduc-
ta será considerada falta grave y comunicada
para su tratamiento al Ente Nacional de Co-
municaciones (Enacom) creado por el decreto
de necesidad y urgencia 267/15.
Serán sancionados con multa de igual mon-
to al gasto contratado y hasta el décuplo de
dicho monto los proveedores en general que
violen lo dispuesto en el art. 50.
Art. 66 bis.- Serán sancionadas con una
multa equivalente al diez por ciento (10%)
de los aportes públicos para desenvolvimien-
to institucional del año siguiente a su deter-
minación, las agrupaciones políticas que
presenten en forma extemporánea y con una
mora de hasta treinta (30) días los estados
contables anuales.
178 • Derecho electoral argentino
Desde los treinta y uno (31) y hasta los no-
venta (90) días del vencimiento del plazo
establecido para la entrega de los estados con-
tables anuales, la multa se duplicará.
Transcurridos noventa (90) días del ven-
cimiento de dicho plazo sin que se hubiere
presentado el informe, el juez interviniente
dispondrá la suspensión cautelar de todos los
aportes públicos, intimando a la agrupación
para que efectúe la presentación en un plazo
máximo de quince (15) días, bajo apercibi-
miento de declarar no acreditados el origen y
destino de los fondos recibidos.
La presentación del estado contable anual
produce la caducidad automática de la sus-
pensión cautelar prevista en este artículo.
(Artículo incorporado por art. 28 de la ley
27.504 BO del 31/05/2019. Vigencia: el día si-
guiente de su publicación en el Boletín Oficial)
Art. 67.- (Artículo sustituido por el art. 29
de la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Serán
sancionadas con una multa equivalente al
diez por ciento (10%) de los aportes públicos
para campañas electorales correspondientes
al proceso electoral siguiente a su determina-
ción, las agrupaciones políticas que presen-
ten en forma extemporánea y con una mora
de hasta treinta (30) días el informe final de
campaña. Desde los treinta y uno (31) y hasta
los noventa (90) días del vencimiento del pla-
zo establecido para la entrega del informe, la
multa se duplicará.
Transcurridos noventa (90) días, del venci-
miento del plazo, sin que se hubiere presenta-
do el informe, el juez interviniente dispondrá
la suspensión cautelar de todos los aportes
públicos, intimando a la agrupación para
que efectúe la presentación en un plazo máxi-
mo de quince (15) días, bajo apercibimiento
de declarar no acreditados el origen y destino
de los fondos recibidos. La presentación del
informe final de campaña produce la cadu-
cidad automática de la suspensión cautelar
prevista en este artículo.
Art. 67 bis.- (Artículo derogado por el art. 46
de la ley 27.504, BO del 31/05/2019).

El artículo decía (texto según ley 26.571):
“Serán sancionadas con la prohibición de
inscribirse en el Registro de Empresas de En-
cuestas y Sondeos de Opinión por un período
de dos (2) a cuatro (4) elecciones, las empre-
sas de encuestas y sondeos de opinión que
incumplieran en dos (2) oportunidades con-
secutivas con lo dispuesto en el art. 44 ter de
la presente ley”.
TÍTULO VI
Disposiciones generales
Art. 68.- Modifícase el primer párrafo del
inc. c) del art. 81 de la Ley de Impuesto a las
Ganancias (t.o. por dec. 649/1997) y sus mo-
dificatorias, el que quedará redactado al si-
guiente tenor:
“Art. 81.- (...) c) Las donaciones a los fis-
cos nacional, provinciales y municipales, al
Fondo Partidario Permanente, a los parti-
dos políticos reconocidos incluso para el caso
de campañas electorales y a las instituciones
comprendidas en el inc. e) del art. 20, reali-
zadas en las condiciones que determine la re-
glamentación y hasta el límite del cinco por
ciento (5%) de la ganancia neta del ejercicio”.
Art. 68 bis.- (Texto según ley 26.571). Créase
el módulo electoral como unidad de medida
monetaria para determinar los límites de gas-
tos autorizados por esta ley. El valor del mó-
dulo electoral será determinado anualmente
en el Presupuesto General de la Nación.
Art. 69.- Los aportes previstos para el pago
del Fondo Partidario Permanente a los parti-
dos políticos que no se hicieran efectivos por
motivo de incumplimientos a lo normado por
esta ley, prescribirán a los veinticuatro (24)
meses contados de la fecha de la resolución
que los asignara. Se exceptúa la suspensión
cautelar decretada por autoridad judicial,
hasta la resolución de la misma.
Art. 70.- Prohíbese la cesión de derechos
sobre aportes futuros respecto al Fondo Par-
tidario Permanente y a aportes públicos ex-
traordinarios de campaña.
Art. 71.- (Artículo sustituido por el art. 30 de
la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Aplíquese
Gabino Mario Tapia
el procedimiento previsto en el cap. III del tít.
VI del Código Electoral Nacional —ley 19.945,
t.o. por dec. 2135/1983— para la sanción de
aquellas conductas penadas en esta ley.
Art. 71 bis.- (Texto según ley 26.571). Las re-
soluciones de la Dirección Nacional Electoral
del Ministerio del Interior tanto para las elec-
ciones primarias como para las elecciones ge-
nerales, sobre distribución o asignación a las
agrupaciones políticas de aportes públicos o
espacios de publicidad electoral son apelables
por las agrupaciones en sede judicial directa-
mente ante la Cámara Nacional Electoral. El
recurso se interpondrá dentro de las cuarenta
y ocho (48) horas debidamente fundado ante
la Dirección Nacional Electoral del Ministerio
del Interior que lo remitirá al tribunal den-
tro de las setenta y dos (72) horas, con el ex-
pediente en el que se haya dictado la decisión
recurrida y una contestación al memorial del
apelante. La Cámara podrá ordenar la incor-
poración de otros elementos de prueba y so-
licitar a la Dirección Nacional Electoral del
Ministerio del Interior aclaraciones o preci-
siones adicionales. Luego de ello, y previa in-
tervención fiscal, se resolverá.
Art. 72.- La Corte Suprema de Justicia de
la Nación y el Consejo de la Magistratura del
Poder Judicial de la Nación arbitrarán los
medios para dotar al Cuerpo de Auditores
Contadores de la Cámara Nacional Electoral
de los recursos humanos, técnicos y financie-
ros que permitan el adecuado cumplimiento
de sus funciones en los plazos previstos por
esta ley.
Art. 73.- Modifícase el art. 4º de la ley 19.108,
de la siguiente forma:
“Art. 4º.- La Cámara Nacional Electoral ten-
drá las siguientes atribuciones especiales:
a) dirigir y fiscalizar el funcionamiento del
Registro Nacional de electores y fiscalizar los
de los distritos de acuerdo con las disposicio-
nes de la Ley Electoral;
b) dirigir y fiscalizar el funcionamiento del
Registro Nacional de Afiliados de los Parti-
dos Políticos y fiscalizar los de los distritos, de
TERCERA PARTE• 179
Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos
acuerdo con las disposiciones de esta ley y de
la Ley Orgánica de los Partidos Políticos;
c) dictar las normas a que deberá sujetarse
la formación y funcionamiento de los regis-
tros generales, de distritos, de cartas de ciuda-
danía, de inhabilitados, de faltas electorales,
de juicios paralizados en razón de inmunida-
des, de nombres, símbolos, emblemas y núme-
ro de identificación de los Partidos Políticos y
las características uniformes de las fichas de
afiliación que llevará y conservará la Justicia
Federal Electoral;
d) organizar un Cuerpo de Auditores Conta-
dores para verificar el estado contable de los
partidos y el cumplimiento, en lo pertinente de
las disposiciones legales aplicables. A estos fi-
nes, contará con un fondo anual especial que
no podrá ser inferior al cinco por ciento (5%)
del Fondo Partidario Permanente, el cual se
integrará con los aranceles percibidos por los
trámites que se realizan ante su sede, con los
fondos previstos en el Presupuesto General de
la Nación y con recursos provenientes del Fon-
do Partidario Permanente que administra el
Ministerio del Interior en caso de no cubrirse
el mínimo establecido. Trimestralmente el Tri-
bunal verificará haber percibido al menos un
cuarto de dicho monto mínimo y en caso de no
alcanzar esa cantidad lo comunicará a la Di-
rección Nacional Electoral del Ministerio del
Interior a fin de que sea completada;
e) implementar un sistema de auditoría de
medios de comunicación;
f) administrar los recursos provenientes de
los aranceles percibidos por los trámites que
se realizan ante su sede, los que se asignen en
el Presupuesto General de la Nación y los pro-
venientes de las transferencias específicas del
Poder Ejecutivo nacional en ocasión de las
elecciones nacionales y para el funcionamien-
to del Cuerpo de Auditores Contadores;
g) trasladar su sede, temporariamente a
los distritos, si así lo exigiere el mejor cum-
plimiento de sus funciones;
h) dictar las reglas necesarias para el cum-
plimiento de las normas que rigen las mate-
rias propias de su competencia, respetando el
180 • Derecho electoral argentino
espíritu de las leyes y de sus disposiciones re-
glamentarias”.
Art. 74.- Modifícase el art. 145 del Código
Electoral Nacional (ley 19.945 y sus modifi-
catorias), el que quedará redactado de la si-
guiente manera:
“Art. 145.- Sanción accesoria y destino de las
multas. Se impondrá como sanción accesoria,
a quienes cometen alguno de los hechos pena-
dos en esta ley, la privación de los derechos
políticos por el término de uno (1) a diez (10)
años. Los importes de todas las multas aplica-
das en virtud de esta ley integrarán el Fondo
Partidario Permanente”.
Art. 75.- Modifícase el art. 72 del Código
Electoral Nacional (ley 19.945 y sus modifi-
catorias), el que quedará redactado de la si-
guiente manera:
“Art. 72.- Autoridades de la mesa. Cada
mesa electoral tendrá como única autoridad
un funcionario que actuará con el título de
presidente. Se designará también un suplente,
que auxiliará al presidente y lo reemplazará
en los casos que esta ley determina.
En caso de tratarse de la elección de Presi-
dente y Vicepresidente de la Nación, las auto-
ridades de mesa designadas para la primera
vuelta cumplirán también esa función en caso
de llevarse a cabo la segunda vuelta.
Los ciudadanos que hayan cumplido fun-
ciones como autoridades de mesa recibirán
una compensación consistente en una suma
fija en concepto de viático.
Sesenta (60) días antes de la fecha fijada
para el comicio, el Ministerio del Interior de-
terminará la suma que se liquidará en concep-
to de viático, estableciendo el procedimiento
para su pago que se efectuará dentro de los
sesenta (60) días de realizado el comicio, in-
formando de la resolución al juez federal con
competencia electoral de cada distrito. Si se
realizara segunda vuelta se sumarán ambas
compensaciones y se cancelarán dentro de un
mismo plazo”.
Art. 75 bis.- (Artículo incorporado por el
art. 31 de la ley 27.504, BO del 31/05/2019).

Provisión de Información a la Justicia Nacio-
nal Electoral. La Justicia Nacional Electoral
podrá requerir toda la información que esti-
me necesaria para la realización de los con-
troles patrimoniales ordinarios y de campaña
a su cargo, especialmente a los fines de inves-
tigar hechos o actos de financiamiento de los
partidos políticos que involucren recursos de
procedencia ilícita, para lo cual podrá solici-
tar la colaboración de la Unidad de Informa-
ción Financiera, en los términos previstos en
el art. 13, inc. 3º, de la ley 25.246.
El Banco Central de la República Argentina,
la Administración Federal de Ingresos Públi-
cos, la Administración Nacional de la Seguri-
dad Social, la Procuraduría de Criminalidad
Económica y Lavado de Activos, la Oficina
Anticorrupción y todo otro organismo públi-
co que sea solicitado, deberá colaborar con
los requerimientos que en esta materia efec-
tuare la Justicia Nacional Electoral de mane-
ra pronta y efectiva, sin que sean aplicables
las disposiciones referidas al secreto bancario
o fiscal.
Gabino Mario Tapia
Art. 75 ter.- (Artículo incorporado por el art.
32 de la ley 27.504, BO del 31/05/2019). Adhe-
sión al régimen nacional de financiamien-
to. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
las provincias que realicen sus elecciones de
acuerdo al sistema de simultaneidad previsto
en la ley 15.262, podrán adherir al régimen de
financiamiento de campañas electorales esta-
blecido en la presente ley, así como al régimen
de campañas electorales establecido en el Có-
digo Electoral Nacional.
TÍTULO VII
Disposiciones transitorias
Art. 76.- Encomiéndese a la Jefatura de Ga-
binete de Ministros asignar al Ministerio del
Interior un fondo extraordinario por única
vez para el pago de la totalidad de los fon-
dos adeudados por el referido Ministerio a los
partidos políticos a la fecha de promulgación
de esta ley y previstos en los presupuestos res-
pectivos.
Art. 77.- Derógase la ley 25.600.
Art. 78.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
TERCERA PARTE• 181
CUARTA PARTE
La alquimia política en la Nación
y en la provincia de Buenos Aires
Una crítica al sistema
El propósito de esta obra no es otro que el de
analizar y comentar las distintas disposiciones
que en su conjunto integran, a nuestro juicio, el
derecho electoral argentino, esto es, el conjunto
de leyes y decretos que lo integran (ley 23.298 de
Partidos Políticos; su reforma por la ley 26.571,
que estableció el régimen de elecciones prima-
rias en nuestro país y sus extensiones hacia la
ley de financiamiento de los partidos, y algunas
otras que modificaron el Código Electoral Na-
cional).
La realidad es que los comentarios no son
asépticos. No podrían serlo, desde que el intér-
prete o comentarista difícilmente pueda dejar
de lado sus impresiones personales acerca de
cada una de las normas de cuanto disponen o
de cómo lo hacen.
No vamos a apartarnos de este objetivo, por-
que sería traicionar el propósito inicial, por una
parte, pero además porque no se trata de hacer
una crítica despiadada del sistema instaurado,
sino de comentarlo para determinar los alcan-
ces reales de su aplicación práctica.
Sin embargo, llegado el momento de analizar
la reglamentación tan largamente postergada y
de entrar en un campo donde no existe aún ju-
risprudencia en la que recostarse en atención a
la novedad del sistema, forzoso es caer en una
mayor dosis de interpretaciones personales y
volcar críticas que quizás en otras circunstan-
cias hubiesen sido silenciadas.
Todo lleva a pensar que, en cada ocasión que
se presenta para reglamentar una ley electoral,
las autoridades de turno piensan más (o única-
mente) en el resultado inmediato, con un ab-
soluto desprecio por la institucionalización del
país, un país que necesita de reglas claras y que
ha sufrido en exceso por esta recurrente manía
de acudir a mecanismos alquímicos que el pro-
pio poder, a la larga, ha pagado con precio exce-
sivamente caro.
La ley 26.571, dictada aprovechando una ma-
yoría parlamentaria que se le escurría de las ma-
nos al oficialismo allá a fines de 2009, es un claro
ejemplo de lo que venimos diciendo, y lo es mu-
cho peor el dec. 332/2011 dictado por el Poder
Ejecutivo de la provincia de Buenos Aires, pieza
jurídica que, en su conjunto, lo menos que po-
demos decir es que es absolutamente imprac-
ticable, si no directamente inconstitucional,
aunque pudiese aplicarse.
Aquella ley fue dictada bajo un rimbombante
título que encerraba en sí la esperanza de des-
terrar de la práctica electoral argentina recursos
espurios e impedir que la ciudadanía volviese a
sentirse estafada como lo fuera poco antes con
las tristemente recordadas listas testimoniales.
Palabras como “democratización y transparen-
cia de la representación política” y otras por el
estilo encerraban en sí una esperanza cierta de
que aquello se hiciera realidad. Una realidad
que la reglamentación dictada, más tarde que
pronto, se encargó de decirnos que no eran sino,
una vez más, falsas promesas.
Si se quiere, y a fuer de ser sinceros, en la eco-
nomía general de la ley 26.571, la posibilidad de
que existieran “listas colectoras” estaba latente,
sobre todo partiendo de la base del respeto de
los partidos políticos de distrito, aunque bien
podría haberse dispuesto normas más estrictas
y prohibirlas de cuajo. Pero el criterio que primó
fue el inverso.
La ley 23.298 autoriza a celebrar alianzas en-
tre un partido nacional y uno de distrito (que no
integre el nacional, ya que en este caso estaría
atado a sus decisiones), caso en el cual los can-
CUARTA PARTE• 185
La alquimia política en la Nación y en la provincia de Buenos Aires
didatos que lleve esta alianza a las elecciones
primarias, a nivel nacional, le pertenecen como
propios, precisamente por integrar esa alianza.
Pero esta integración no obliga al partido de
distrito a replicar exactamente esa misma alian-
za en su propio distrito, con lo cual la lista que
componga en este último podrá estar unida a
la lista nacional producto de aquella alianza ya
mencionada, para la cual “colectará” los votos
que obtenga de la ciudadanía. Esto es inevita-
ble; se enmarca perfectamente en las disposi-
ciones legales y podrá criticarse, compartirse o
no, pero ninguna objeción se le puede hacer, al
menos desde nuestro punto de vista. Digamos
que hasta aquí la ley se mueve en un tono mo-
derado y respetable que no avizoramos que
pueda generar, en principio, mayores excesos.
Lo que realmente nos espanta es lo que, de
la mano del dec. prov. 332/2011, dictado el 14
de abril, vino a aterrizar en el campo de nues-
tro derecho electoral, prácticamente rompien-
do toda una construcción que el gobierno había
mostrado como un verdadero logro de transpa-
rencia, de innovación, de eliminación de todas
las formas espurias que en gran medida habían
desacreditado las prácticas políticas argentinas.
Todo un saco de buenas intenciones tiradas por
la borda en un rapto creemos que fruto de la im-
provisación, de la urgencia o quizá de la deses-
peración por preservar territorios o feudos que
hoy el oficialismo siente amenazados y sin fuer-
za suficiente como para conservarlos sobre la
sola base del favor de la gente.
La ley 14.086 de la provincia de Buenos Aires
contiene dos declaraciones contundentes que
constituyen el centro neurálgico del nuevo siste-
ma implementado. Haberlo roto es haber hecho
añicos la ley y, lo que es peor, con la casi seguri-
dad de que el intento hecho se convertirá en un
verdadero papelón, ya que no habrá posibilidad
(salvo el caso de alguna lista única o un milagro
semejante) de ponerlo en práctica.
A la ley en cuestión ya nos hemos referido.
Veamos ahora su reglamentación, cuyo art. 24
divide las aguas del proceso electoral como si no
se tratara de un proceso único, sino de un com-
plejo compuesto por compartimentos estancos,
manejables independientemente entre sí, y en
los que cada uno puede hacer lo que mejor le
186 • Derecho electoral argentino
parezca, si es que por algún misterio que no lo-
gramos desentrañar, los tiempos lo permitiesen.
Hay un plazo señalado en la ley que es muy
claro, así como claras son las implicancias de
no cumplirlo: las alianzas y los candidatos que
deseen participar de las elecciones primarias
—condición sine qua non para poder participar
luego de las elecciones generales si se logran
otros objetivos que la ley también exige— deben
inscribirse formalmente antes de cierta fecha.
Así de firme, así de tajante, así de ineludible.
Pero existe, además, otra exigencia, no menos
importante, no menos tajante, ni firme ni inelu-
dible: “en las elecciones primarias, deberán es-
tablecerse para todos los distritos y para todas
las categorías en que participan, sin que los par-
tidos, federaciones o las agrupaciones puedan
presentarse con listas diferentes a la de la alian-
za que componen” (art. 24).
De buenas a primeras, y a pesar de que la ley
no lo dice, se llama a zafarrancho y durante un
plazo tan breve que es inaplicable, cada uno
puede hacer lo que mejor le convenga, inscri-
bir otra cosa y participar de la elección general
ignorando todo lo otro que estaba escrito y a lo
que las agrupaciones estaban obligadas. Un ver-
dadero disparate, que, además no puede ser ca-
lificado sino de absolutamente inconstitucional
por exceder notoriamente los límites estableci-
dos por la propia ley.
Si el hecho es grave en sí mismo, más lo evi-
dencia si se pone sobre el tapete el exiguo
tiempo en que todo este operativo de nuevos
conciertos debe materializarse e inscribirse
para poder participar de los comicios generales:
sesenta (60) días antes de su celebración. El nú-
mero por sí solo nada dice, es cierto, pero todo
lo dice si se lo compara con la fecha de las elec-
ciones primarias, el tiempo que demorará su
escrutinio en quedar resuelto, sin contar la ne-
cesaria resolución de las incidencias y recuen-
tos de urnas que todos estos procesos entrañan
y que mucho tememos que al vencimiento del
plazo referido de sesenta (60) días no va a estar
resuelto en forma alguna.
Los comicios generales se encontraban pre-
vistos para el día 23 de octubre de 2011 (po-
nemos este ejemplo porque es el único que

tenemos en la vista y que es el que correspon-
de a las elecciones generales del año que co-
rría). Los sesenta (60) días previos a esta fecha
se cumplieron hacia el 23 de agosto de 2011, es
decir, nueve (9) días después de celebradas las
elecciones primarias.
No tenemos memoria de que un escrutinio en
la provincia de Buenos Aires haya quedado re-
suelto en un plazo semejante, y mucho menos
lo será uno con las características que tendrá el
de las elecciones primarias al que nos estamos
refiriendo, donde las listas y los cuestionamien-
tos se multiplicarán sin duda, provocando que
Gabino Mario Tapia
a la fecha del vencimiento indicado no se sepa
quienes resultaron ganadores en las primarias
de otras agrupaciones y por lo tanto con quien
poder acordar estos saltos que, de lo personal
(caso “Borocotó”) pasaría a consagrarse como
un régimen de carácter general, convirtiendo lo
que hasta ahora era una estafa a nivel particular,
en una de caracteres generales, con todo lo que
ello implica. Dicen que el tiempo es sabio y no
podemos dejar de reconocer que en este caso
realmente lo será, aunque no por ello la norma
deja de ser un disparate absolutamente incons-
titucional, conforme ya expresáramos.
CUARTA PARTE• 187
QUINTA PARTE
Modernización del Código
Electoral Nacional
Introducción. La ley 26.571 cuyas disposi-
ciones en lo relativo a las elecciones primarias
abiertas, simultáneas y obligatorias ya hemos
comentado al igual que las reformas que intro-
dujo en la ley 23.298 de Partidos Políticos y en
la ley de su financiamiento, modificó también
algunas disposiciones del Código Electoral Na-
cional (ley 19.945). Lo ha hecho en el tít. IV que
denominó precisamente “Modernización del
Código Electoral Nacional” y en un capítulo úni-
co que comprende los arts. 72 a 103.
No es nuestro propósito realizar un análisis
detallado de sus normas, sino tan solo detener-
nos en aquellas que han sido alcanzadas por la
reforma, para analizar su verdadero impacto.
No olvidemos que se trata de una ley de carácter
procedimental cuyas disposiciones se explican
generalmente por sí solas, de manera que no
entendemos necesario encarar un trabajo que
no se ajuste a los límites referidos, con lo que
consideramos cumplido el objetivo que nos tra-
záramos al encarar este trabajo.
Así, pues, iremos subtitulando las materias
que consideramos más importantes, haciendo
una breve referencia a ellas y agregando algunas
otras disposiciones que en su momento fueron
objeto de tratamiento por parte de la jurispru-
dencia ante dudas a las que su aplicación prác-
tica dio lugar en algún momento.
Exclusiones del padrón electoral. Insanos
y sordomudos sin sentencia. Dispuso el art.
72 de la ley 26.571 modificar el inc. a) del art. 3º
del Código Electoral Nacional ley 19.945, deján-
dolo redactado de la siguiente manera: “a) Los
dementes declarados tales en juicio”, derogando
a su vez, por medio del art. 73, el inc. b) de ese
mismo art. 3º. La ley se ha referido, así, a los in-
sanos, internados sin sentencia que los declare
aún en tal estado.
En efecto, el art. 3º del Código Electoral Na-
cional dispone quiénes se encuentran excluidos
del padrón electoral, figurando en primer térmi-
no, los dementes declarados tales en juicio. La
reforma suprimió la referencia a aquellos que
aun no cargando con una sentencia definitiva
sobre el particular, se encontraren recluidos en
establecimientos públicos a la espera de un pro-
nunciamiento en la materia.
El criterio seguido para esta supresión, nos re-
monta de alguna manera al precepto constitu-
cional que presume la inocencia de quienes no
se encuentran aún condenados, lo que de algu-
na manera condice con lo dispuesto por el art.
22 del Cód. Civ. y Com. y ccds. en cuanto pres-
cribe que “[t]oda persona humana goza de la
aptitud para ser titular de derechos y deberes
jurídicos. La ley puede privar o limitar esta ca-
pacidad respecto de hechos, simples actos, o ac-
tos jurídicos determinados” y por el art. 31: “a)
la capacidad general de ejercicio de la persona
humana se presume, aun cuando se encuentre
internada en un establecimiento asistencial”.
Las personas que se encuentran internadas
en establecimientos asistenciales lo están por-
que existe a su respecto una fuerte presunción
de que se encuentran privados de la razón. Se
supone que para que esa internación sea viable,
o pueda hacerse efectiva, es necesaria la orden
de un médico o una orden judicial respaldada
en un dictamen profesional.
Es cierto que en esa instancia, por lo menos,
no se ha declarado aún en forma definitiva la
demencia del internado y que muchas veces
puede tratarse de una internación meramente
transitoria y con el objeto de solucionar un des-
equilibrio momentáneo. Pero también es cierto
que puede tratarse de un trastorno grave y que
se haya iniciado un proceso de insania tendien-
te a declarar la demencia, en cuyo caso existe
una seria presunción de enajenación mental en
el sujeto.
QUINTA PARTE• 191
Modernización del Código Electoral Nacional
En tales condiciones, el legislador había juz-
gado más apropiado excluir a estas personas
del padrón antes que autorizarlas a salir del lu-
gar de su internación para ejercer su derecho al
voto o dejar abierta la posibilidad de que fue-
ran elegidos (la inclusión en el padrón supone
la plenitud de los derechos políticos y por ende
la posibilidad de ser candidato). Si bien podrá
decirse que difícilmente una persona en estas
condiciones pueda llegar a ocupar algún lugar
en una lista de candidatos o precandidatos, lo
importante es destacar que ello puede ocurrir
para comprender que era más juiciosa la norma
originaria que esta modificación que deja abier-
ta una puerta para que una persona sobre la que
existen sospechas fundadas de demencia, com-
pita para acceder a un cargo público, e incluso
lograrlo.
Pero, más allá de la función o cargo a desem-
peñar, también existe una cuestión referida a la
protección misma de la persona. En tren de su-
posiciones, podríamos imaginar que una perso-
na internada requiera simplemente un permiso
para externarse al solo efecto de cumplir con su
derecho al voto. ¿Podrían las autoridades del
nosocomio denegar el permiso o ser imputadas,
en tal caso, de algún delito como el de privación
ilegal de la libertad, si lo hicieran?
Creemos que sobre la base de razones médi-
cas fundadas, no solo una denuncia inculpato-
ria no podría tener acogida, sino que el permiso
de salida podría colocar al que lo diera en una
causal de mala praxis sobre todo si como con-
secuencia de esa salida se derivaran consecuen-
cias perjudiciales para la persona.
Más allá de estas observaciones, lo cierto es
que el número de personas en esta situación no
tiene una trascendencia numérica tal que pue-
da inclinar la balanza de una elección hacia un
lado u otro, pero sí podría llevar a algún “ilumi-
nado” —a semejanza de lo que ocurre con re-
lación a las personas privadas de la libertad sin
sentencia— a solicitar o disponer que se insta-
len mesas receptoras de votos en establecimien-
tos neuropsiquiátricos para permitir el voto de
quienes, estando internados, se encuentren a la
espera de una sentencia que descarte o confir-
me su insania.
192 • Derecho electoral argentino
Registro Nacional de Electores. La ley 26.571,
por medio de su art. 74, modifica el nombre del
cap. II, del tít. I y el art. 15 del Código Electoral
Nacional ley 19.945, por los siguientes: “Capítu-
lo II - Del Registro Nacional de Electores”, dispo-
niendo que este Registro es “único y contiene
los siguientes subregistros:
”1. De electores por distrito;
”2. De electores inhabilitados y excluidos;
”3. De ciudadanos nacionales residentes en el
exterior; y
”4. De ciudadanos privados de la libertad”.
El Registro Nacional de Electores consta de re-
gistros informatizados y de soporte documental
impreso. Aquel debe contener, por cada elector,
los siguientes datos: apellidos y nombres, sexo,
lugar y fecha de nacimiento, domicilio, profe-
sión, tipo y número de documento cívico, es-
pecificando de qué ejemplar se trata, fecha de
identificación y datos filiatorios. Se consignará
la condición de ausente por desaparición for-
zada en los casos que correspondiere. La auto-
ridad de aplicación determina en qué forma se
incorporan las huellas dactilares, fotografía y fir-
ma de los electores. El soporte documental im-
preso, por su parte, deberá contener, además de
los datos establecidos para el registro informa-
tizado, las huellas dactilares y la firma original
del ciudadano, y su fotografía, correspondiendo
a la justicia nacional electoral actualizar la pro-
fesión de los electores.
Centralización del Registro Nacional de
Electores. La ley 26.571 reformó las disposicio-
nes referidas al Registro Nacional de Electores
con normas que en líneas generales considera-
mos acertadas —aunque repetitivas en algunos
casos y de manera confusa en otros (sobre todo
por no haberse modificado algunos artículos
vinculados a los reformados)— y sin el necesa-
rio orden metodológico, todo lo cual exige un
esfuerzo para darles una adecuada explicación
y tener una comprensión acabada y completa
del texto legal.
El Registro Nacional Electoral es único para
todo el país, aunque la ley disponga, simultá-
neamente, que debe ser organizado por distri-

tos con distintos sub-registros en cada uno de
ellos. Lo lleva en forma centralizada la Cámara
Nacional Electoral (art. 17) si bien los juzgados
federales con competencia electoral conservan
importantes facultades, conforme habremos de
ver (art. 16).
Registros informatizados. La ley dispone
que el Registro Nacional de Electores, que has-
ta ahora se encontraba organizado sobre la base
de fichas, lo sea con registros informatizados,
aunque con el respaldo de su correspondiente
“soporte documental impreso”.
Podríamos graficar el Registro afirmando que
implica una suerte de radiografía de cada elec-
tor, en cuanto los identifica con todos sus datos
esenciales, puntualizados en la última parte de
la norma: nombre y apellido, sexo, lugar y fecha
de nacimiento, domicilio, profesión, tipo y nú-
mero de documento cívico con especificación
de que número de ejemplar se trata (original,
duplicado, triplicado, etc.) fecha de identifica-
ción, datos filiatorios, huellas dactilares, foto y
firma y, si fuere el caso, la condición de ausen-
te por desaparición forzada que pudiere corres-
ponder. Conforme dispone el dec. 935/2010, la
incorporación de estos últimos elementos a es-
tos registros informatizados, debe hacerse por
“captura óptica, digital o electrónica, las que en
tales condiciones se considerarán originales”
(art. 2º).
El referido decreto (BO del 01/07/2010) dispo-
ne en su art. 1º que “los registros informatizados
que constituyen el Registro Nacional de Electo-
res, estarán conformados por los datos referidos
a las altas, bajas, emisión de nuevo ejemplar (de
documento cívico), cambios de domicilio que
realice el ciudadano y todo otro dato y novedad
de los mismos que posea la Dirección Nacio-
nal del Registro Nacional de las Personas y que
transmita en forma electrónica al Registro Na-
cional de Electores”.
Esta transferencia —dispone el art. 3º del mis-
mo cuerpo normativo— se hará por medios que
aseguren su integridad e inalterabilidad, en for-
ma electrónica o digital y serán almacenados en
ese formato en tanto no sea necesaria su impre-
sión en papel. En este último caso, será la Jus-
ticia Electoral la que procederá a la impresión.
Esta norma concluye expresando que la remi-
Gabino Mario Tapia
sión de los datos por parte del Registro Nacional
de las Personas podrá ser realizada por Internet,
mediante impresión de los formularios digitales
o por dispositivos de almacenamiento externo
de acuerdo con lo que determine la Cámara Na-
cional Electoral, la que en consecuencia deberá
dictar la respectiva acordada o reglamentación.
Las huellas dactilares a remitir, son exclusiva-
mente las referidas a los pulgares, a menos que
la Cámara disponga la remisión de la totalidad
de las que se tengan registradas (art. 4º, dec.
935/2010).
Las personas declaradas “ausente por desa-
parición forzada”, por sentencia judicial de con-
formidad con las disposiciones de la ley 24.321,
serán identificadas como tales (incluso en las
impresiones del padrón en los que deben estar
sombreados con la referencia correspondien-
te; art. 9º, dec. 935/2010), habiéndose fijado un
plazo de 90 días —se supone que desde el 1 de
julio de 2010 en que se publicó el dec. 935/2010
que así lo dispone— para que la Secretaría de
Derechos Humanos remita a la Cámara Nacio-
nal Electoral la información de que disponga al
respecto, con especificación de todos los datos
que permitan la identificación (apellido y nom-
bres, sexo, fecha de nacimiento, tipo y número
de documento cívico, juzgado y fecha de sen-
tencia) y el debido cotejo. Si la Justicia Nacio-
nal Electoral detectara otras personas ausentes
por desaparición forzada, deberá requerir copia
de la sentencia respectiva y comunicarlo al Re-
gistro Nacional de las Personas (dec. 935/2010,
art. 7º). Si la detección la hicieren la Secretaría
de Derechos Humanos u organizaciones no gu-
bernamentales reconocidas por ella, también se
requerirá copia de la sentencia (art. 8º, decreto
citado).
En cuanto al “soporte documental impreso”,
debe contener los mismos datos y elementos (la
firma debe ser la original). La ley no aclara en
qué consiste este “soporte documental”, aunque
todo remite a las mismas fichas que han querido
eliminarse.
La norma parece asignar importancia funda-
mental a la profesión de los electores, cuya ac-
tualización señala como responsabilidad de la
Justicia Nacional Electoral aunque en ninguna
parte establece de qué manera podrá esta lle-
QUINTA PARTE• 193
Modernización del Código Electoral Nacional
var a la práctica esta actualización (informes de
universidades e institutos terciarios; conexio-
nes online con los departamentos encargados
de la emisión de títulos, etc.). No parece ser el
lugar más adecuado para incluir esta norma que
solo se entiende si lo que se ha querido es qui-
tarle al Registro de las Personas la necesidad de
aportar información acerca de este tópico que,
de cualquier manera no podría suministrar, en
tanto que la Cámara Nacional Electoral ya tiene,
en virtud de otra disposición, la función de or-
ganizar y actualizar los datos que componen el
Registro —incluyendo por supuesto el que nos
detiene— tarea que es permanente (art. 17 bis
del propio Código).
Por lo demás, la ley fija una pauta clara para
la organización de los datos, que deben estar di-
vididos en cuatro subregistros: a) de electores
habilitados (por distrito), b) de electores inhabi-
litados y excluidos (también por distrito), c) de
electores residentes en el extranjero y d) de elec-
tores privados de la libertad.
Subregistros electorales por distrito. La ley
26.571 dispuso (art. 75) modificar el art. 16 del
Código Electoral Nacional ley 19.945, dispo-
niendo que “en cada secretaría electoral se orga-
nizará el subregistro de los electores de distrito,
el cual contendrá los datos suministrados por
medios informáticos por la Cámara Nacional
Electoral, de acuerdo con los datos que consten
en el Registro Nacional de Electores”.
El Registro Nacional de Electores se compo-
ne de distintos subregistros, que deben estar
organizados por distritos, destacándose los de
electores habilitados y los de inhabilitados y
excluidos. Los otros dos subregistros previstos,
esto es, los de ciudadanos residentes en el exte-
rior y los de ciudadanos privados de la libertad,
son registros centralizados que no se discrimi-
nan, por razones lógicas, por distrito.
En consecuencia, y con relación a cada distri-
to, la Cámara Nacional Electoral debe llevar dos
registros: a) el de electores habilitados y b) el de
electores inhabilitados y excluidos. La ley expre-
sa, sin la precisión deseable, que la organización
de estos subregistros, en cada distrito, corres-
ponde a cada Secretaría Electoral, si bien estas
deben moverse con los datos que les aporte la
194 • Derecho electoral argentino
Cámara electrónicamente o conforme disponga
la reglamentación o la acordada que ella dicte.
Se ha dicho que con las nuevas disposiciones,
los jueces de cada distrito han perdido inmedia-
tez y la posibilidad de resolver en forma prácti-
camente automática, no pocas cuestiones. Sin
desconocer que ello puede llegar a ser así, cree-
mos que la crítica es exagerada y que en definiti-
va depende de la forma en que se instrumente el
manejo, el tránsito y la aprobación de las correc-
ciones, observaciones y errores que se detecten
o señalen.
Los jueces de cada distrito seguirán siendo los
primeros receptores de las quejas a que pueden
dar lugar los padrones provisorios y sus asien-
tos, de manera tal que quedará reservado a la
Cámara, a su sapiencia, prudencia y experien-
cia, dictar las normas que permitan que las co-
rrecciones que sean necesarias se realicen de
una manera ágil pero segura a la vez, de manera
que no se vea afectada la transparencia que es-
tos subregistros deben tener.
Por su parte, el art. 17 del Código Electoral
Nacional también ha sido modificado por la ley
26.571 (art. 76), poniéndolo a cargo de la Cáma-
ra Nacional Electoral, quien será la autoridad
competente para disponer la organización, con-
fección y actualización de los datos que lo com-
ponen. Dicho registro contendrá los datos de
todos los electores del país y debe ser organizado
por distrito. Las modalidades de actualización
que establezca comprenderán la modificación
del asiento registral de los electores, por la ad-
misión de reclamos interpuestos por ellos o por
las constancias obtenidas de tareas de fiscaliza-
ción, de lo cual informará al Registro Nacional
de las Personas con la constancia documental
que acredite la modificación. El Registro Nacio-
nal de las Personas deberá remitir al Registro
Nacional de Electores, en forma electrónica los
datos que correspondan a los electores y futu-
ros electores. Sin perjuicio de ello, debe remitir
periódicamente las constancias documentales
que acrediten cada asiento informático, las que
quedarán en custodia en forma única y centra-
lizada, en la Cámara Nacional Electoral. Estas
constancias se utilizarán como medio de prue-
ba supletorio en caso de controversia sobre los
asientos registrales informáticos. La Cámara
Nacional Electoral podrá reglamentar las mo-

dalidades bajo las cuales el Registro Nacional
de las Personas deberá remitir la información,
así como también los mecanismos adecuados
para su actualización y fiscalización permanen-
te, conforme a lo previsto en la presente ley, y de
acuerdo con la posibilidad de contar con nue-
vas tecnologías que puedan mejorar el sistema
de registro de electores. Queda garantizado a las
provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires el acceso libre y permanente a la informa-
ción contenida en el Registro Nacional de Elec-
tores, a los efectos electorales.
Organización del registro de electores. Con-
forme anticipáramos, la organización del Regis-
tro Nacional de Electores es responsabilidad de
la Cámara Nacional Electoral que, según dijéra-
mos, debe respetar el ordenamiento por distrito
y disponer lo necesario para mantener perma-
nentemente actualizados sus datos.
Para esto último, se habrá de nutrir de los re-
clamos de los propios electores, de la informa-
ción que debe suministrarle el Registro Nacional
de las Personas y de los datos que se obtengan
por medio de la fiscalización.
Seguramente la principal fuente de informa-
ción es la que brindará el Registro Nacional de
las Personas, la que estará referida tanto a los
nuevos electores que se vayan incorporando,
como a las modificaciones que vaya recibiendo,
referidas a los electores ya existentes. La Cáma-
ra Nacional Electoral debe reglamentar la forma
en que esta información debe serle remitida.
Los registros electrónicos que envía el Regis-
tro de las Personas debe contar con las corres-
pondientes “constancias documentales” que
también deben ser remitidas a la Cámara Na-
cional Electoral que los mantendrá en custodia
y hará valer en caso de que se produzcan con-
troversias acerca de aquellos.
Pero no todo es responsabilidad del Registro
Nacional de las Personas, porque la ley ha esta-
blecido una suerte de “ida y vuelta” entre el Re-
gistro y la Cámara, toda vez que esta también
debe informar a aquel —y remitirle las constan-
cias documentales que los abonen— las correc-
ciones y cambios que reciba en forma directa de
los electores o por vía de las tareas de fiscaliza-
ción que se implementen.
Gabino Mario Tapia
Lo que no queda en forma absolutamente
clara es en qué consisten esas “constancias do-
cumentales” a las que la ley alude. Obviamen-
te no se trata ni de las partidas de estado civil
de las personas —que no maneja el Registro de
las Personas— ni sus documentos de identidad,
sino de fichas que puede aportar aquel y las
pruebas que suministren los electores acerca de
los errores que detecten, que pueden ser las co-
pias de dichos instrumentos que atestigüen di-
ferencias en los nombres o en los números de
los documentos, o los cambios de domicilio que
se hubieren hecho.
Como fuera dicho, más allá de la comunica-
ción electrónica que debe realizar el Registro
de las Personas, también debe, este organis-
mo, remitir las constancias documentales que
la Cámara Nacional Electoral conservará como
prueba. Lo que la ley no establece es la perio-
dicidad con que esta documentación debe ser
enviada, la que deberá ser establecida por vía
de reglamentación. El art. 22 del propio Códi-
go, por ejemplo, establece la que debe obser-
varse con relación a los electores fallecidos (un
mes). Esta periodicidad puede servir como pau-
ta, sobre todo teniendo en cuenta que las actua-
lizaciones de los registros debe ser permanente
conforme dispone el art. 17 bis.
La ley expresa que estas constancias docu-
mentales servirán como “prueba supletoria” en
caso de controversia sobre los asientos regis-
trales informáticos. Creo que esta conceptua-
lización es un error de la ley, toda vez que las
constancias documentales serán, en todo caso,
la prueba esencial —y no meramente supleto-
ria— que dirimirá toda cuestión. Tan esencia-
les, que la propia ley afirma que “acreditan cada
asiento informático”.
La ley aclara, asimismo (art. 77, ley 26.571,
que agrega el art. 17 bis al Código Electoral Na-
cional), que “[l]a actualización y depuración de
los registros es permanente, y tiene por objeto:
”a) Incluir los datos de los nuevos electores
inscritos;
”b) Asegurar que en la base de datos no exis-
ta más de un (1) registro válido para un mismo
elector;
QUINTA PARTE• 195
Modernización del Código Electoral Nacional
”c) Depurar los registros ya existentes por
cambio de domicilio de los electores;
”d) Actualizar la profesión de los electores;
”e) Excluir a los electores fallecidos”.
Actualización de datos. El registro de electo-
res es un registro “vivo”, en cuanto se encuentra
en permanente cambio, con altas, bajas y modi-
ficaciones. A él se van incorporando los nuevos
electores, se eliminan los registros ya existentes
para evitar duplicaciones, se asientan los cam-
bios de domicilio, las bajas los electores falle-
cidos (el artículo siguiente exige un informe
mensual acerca de esta circunstancia) y debe
actualizarse la profesión de los electores.
Este último dato resulta de importancia para la
designación de las autoridades de mesa en oca-
sión de cada comicio. Se trata esta de una res-
ponsabilidad que la ley (art. 15 in fine del propio
Código) pone en cabeza de la justicia electoral.
Parece una obligación difícil de cumplir, que sin
embargo puede quedar perfectamente resuelta
mediante una comunicación periódica u online
con los departamentos u oficinas encargadas de
legalizar los títulos universitarios o terciarios.
Un tema en el que debería ponerse especial
énfasis, es en el referido a la actualización de los
domicilios, ya que es frecuente que pese a que la
ciudadanía los denuncia a veces tardan años en
procesarse y quedar reflejadas en los padrones.
Derogaciones. La ley 26.571 derogó los arts.
18 a 21 del Código Electoral Nacional, dero-
gaciones que obedecen a la “modernización”
dispuesta con relación al Registro Nacional de
Electores y a su centralización en la Cámara Na-
cional Electoral. Así, el art. 18 se encontraba re-
ferido a la estructura de los ficheros, el art. 19
aludía al envío de las fichas a los jueces electo-
rales de cada distrito; el 20 a la obligación de es-
tos de obtener una copia de ellas y el art. 21 a la
de inscribir en ellas la emisión de nuevos ejem-
plares de documentos a los electores, el reorde-
namiento de las fichas en caso de cambios de
domicilio o comunicación de inhabilitaciones.
Por su parte, el art. 78 de la ley 26.571 modi-
ficó el art. 22 del Código Electoral Nacional ley
19.945, disponiendo que “el Registro Nacional
196 • Derecho electoral argentino
de las Personas cursará mensualmente a la Cá-
mara Nacional Electoral, la nómina de los elec-
tores fallecidos, acompañando los respectivos
documentos cívicos. A falta de ellos enviará la
ficha dactiloscópica o constancia de la declara-
ción de testigos o la certificación prevista por el
art. 46 de la ley 17.671. Una vez recibida la in-
formación, se ordenará la baja del registro co-
rrespondiente. Los soportes documentales, se
anularán de inmediato, para su posterior des-
trucción. La nómina de electores fallecidos será
publicada, por el plazo que determine la Cáma-
ra Nacional Electoral, en el sitio de Internet de la
justicia nacional electoral al menos una (1) vez
al año y, en todo los casos, diez (10) días antes
de cada elección, en acto público y en presen-
cia de un (1) delegado del Registro Nacional de
las Personas, se procederá a destruir los docu-
mentos cívicos de los electores fallecidos hasta
la fecha del cierre del movimiento de altas y ba-
jas contemplado en esta norma. El fallecimien-
to de los electores acaecido en el extranjero se
acreditará con la comunicación que efectuará el
consulado argentino del lugar donde ocurriere,
al Registro Nacional de las Personas, y por con-
ducto de este a la Cámara Nacional Electoral”.
Electores fallecidos. La baja de los padrones
de los electores fallecidos ha sido, tradicional-
mente, fuente de especial preocupación y ob-
jeto de denuncias, con frecuentes invocaciones
a anécdotas de épocas pretéritas en las que los
documentos de los fallecidos no se destruían y
según la tradición y la historia, eran utilizados
para hacerlos aparecer votando a favor del ofi-
cialismo de turno.
Hoy puede ocurrir que no estén dados de baja
del padrón a utilizar en un comicio la totalidad
de los fallecimientos producidos, sobre todo por
cuanto dichos padrones cierran y constituyen
una suerte de foto de la situación y estado de los
registros a 180 días antes de la fecha fijada para
el acto electoral. Pero, a decir verdad, aquellas
denuncias referidas al voto de personas falle-
cidas no se han registrado desde hace mucho
tiempo.
El Registro Nacional de las Personas debe co-
municar mensualmente a la Cámara Nacional
Electoral los fallecimientos registrados, acom-
pañando los documentos correspondientes a
esas personas o, en su defecto, la ficha dactilos-

cópica o constancia de la declaración de testi-
gos o la certificación prevista por el art. 46 de la
ley 17.671. Recordemos que esta última ley titu-
lada de “identificación, registro y clasificación
del potencial humano nacional”, establece en
la norma que el Código cita, que “en los falle-
cimientos, el facultativo o la autoridad a quien
corresponda expedir el certificado de defunción
deberá verificar la identidad del difunto, con-
forme a los datos consignados en el documento
nacional de identidad, y anotará el número de
dicho documento, en el mencionado certificado
de defunción. No disponiéndose del documen-
to nacional de identidad, se tomarán las impre-
siones dactiloscópicas. Si estas no se pudiesen
obtener, la identidad se probará con la declara-
ción de dos testigos que conozcan al fallecido,
haciéndose constar las causas que impidieran
tomarlas. Si tampoco fuere posible este último,
se harán constar las circunstancias que lo impi-
dan”.
La Cámara Nacional Electoral, por su parte,
debe publicar la nómina de las personas muer-
tas en su página web al menos una vez por año.
Además, diez (10) días antes de cada comicio,
debe proceder a incinerar los documentos de
identidad que correspondían a esas personas,
en un acto público y en presencia de un (1) de-
legado del Registro Nacional de las Personas.
La ley 26.571 eliminó del art. 22 del Código
Electoral Nacional un párrafo que obligaba a
los jueces electorales poner a disposición de los
partidos políticos, una vez por mes, la nómina
de electores fallecidos. Esta eliminación ha sido
producto de la centralización que se ha hecho
de los registros en la Cámara Nacional Electoral
y no debe entenderse, en nuestra opinión, como
un cercenamiento de la facultad que asiste a
los partidos políticos de requerir las informa-
ciones que sobre el particular estimen necesa-
rias, si tienen sospechas de maniobras sobre el
particular. Tampoco creemos que efectuadas las
denuncias del caso, la Cámara las ignore u omi-
ta realizar las investigaciones que entienda per-
tinentes.
Derogación del artículo 23 del Código. Esta
norma, derogada por la ley 26.571, obligaba
a los jueces electorales a comunicar al Regis-
tro Nacional de Electores la emisión de nuevos
ejemplares de documentos de identidad a los
Gabino Mario Tapia
electores a los fines de su debida registración y
se explica en razón de la concentración y centra-
lización de tareas en la Cámara Nacional Elec-
toral.
Comunicación de faltas o delitos. Inscrip-
ciones múltiples. Dispone el art. 24 del Código
Electoral Nacional, reformado también en este
aspecto por la ley 26.571 (art. 79) que las inscrip-
ciones múltiples, los errores o cualquier anoma-
lía en ellas y las faltas o delitos sancionados por
esta ley, deberán ser puestos en conocimiento
de los organismos y jueces competentes para su
corrección y juzgamiento. El Registro Nacional
de las Personas y la Cámara Nacional Electoral,
enviarán semestralmente a la Dirección Nacio-
nal Electoral del Ministerio del Interior la esta-
dística detallada del movimiento de altas y bajas
registrado en todas las jurisdicciones, al 30 de
junio y 31 de diciembre de cada año.
Es que toda anomalía que se advierta en los
padrones y las faltas o delitos de los que se
tome conocimiento, deben ser puestas en cono-
cimiento y denunciadas ante los organismos ad-
ministrativos y jueces electorales a fin de que se
tomen las medidas que cada caso requiera. La
obligación pesa sobre todos los ciudadanos, ya
que la ley no efectúa distinción alguna. Y es lógi-
co que así sea ya que son los propios ciudadanos
quienes en primer término habrán de verificar
si sus propios registros son correctos y además
los más interesados en que no se cometan actos
que puedan derivar en fraudes electorales.
Estadísticas. Sin ningún rigor metodológico,
la última parte de la norma obliga tanto al Regis-
tro Nacional de las Personas como a la Cámara
Nacional Electoral, a enviar, en forma semestral,
a la Dirección Nacional Electoral del Ministe-
rio del Interior, la estadística detallada del mo-
vimiento de altas y bajas registrado en todas las
jurisdicciones, al 30 de junio y 31 de diciembre
de cada año, información que habrá de resultar
de utilidad a la hora de decidir cambios en los
circuitos electorales. Esta obligación, antes de
las reformas introducidas por la ley 26.571, pe-
saba sobre los jueces electorales y no sobre la
Cámara Nacional Electoral.
Padrones. La ley 26.571 modifica el cap. III
del tít. I del Código Electoral Nacional ley 19.945,
dejándolo redactado en los siguientes términos:
QUINTA PARTE• 197
Modernización del Código Electoral Nacional
“CAPÍTULO III
”Padrones provisionales
”Art. 25.- De los padrones provisionales. El Re-
gistro Nacional de Electores y los sub-registros
de electores de todos los distritos, tienen carác-
ter público, con las previsiones legales de priva-
cidad correspondientes, para ser susceptibles
de correcciones por parte de los ciudadanos
inscritos en ellos. Los padrones provisionales
están compuestos por los datos de los sub-re-
gistros de electores por distrito, incluidas las no-
vedades registradas hasta ciento ochenta (180)
días antes de cada elección general, así como
también las personas que cumplan dieciocho
(18) años de edad a partir del mismo día del co-
micio. Los padrones provisionales de electores
contendrán los siguientes datos: número y cla-
se de documento cívico, apellido, nombre, sexo
y domicilio de los inscritos. Los mismos debe-
rán estar ordenados por distrito y sección. Los
juzgados electorales podrán requerir la cola-
boración de la Dirección Nacional Electoral del
Ministerio del Interior para la impresión de las
listas provisionales y supervisarán e inspeccio-
narán todo el proceso de impresión”.
Carácter del padrón provisorio. Si bien el
artículo determina que “el Registro Nacional de
Electores y los subregistros de electores de todos
los distritos tienen carácter público”, la realidad
dice que los datos contenidos en ellos se tradu-
cen primero en los padrones provisorios y a la
postre en los que en definitiva se van a utilizar
en los comicios primarios y generales.
La publicación de padrones provisionales tie-
ne un claro objetivo: posibilitar su cotejo por
parte de la ciudadanía y dar lugar a que se co-
muniquen los errores que presenta, de manera
de posibilitar su corrección.
Precisamente, la norma en análisis, si bien
afirma que estos registros tienen carácter públi-
co, a renglón seguido establece dos limitacio-
nes importantes. La primera está referida a la
necesaria privacidad de las personas, que debe
ser preservada, si bien, como veremos, este res-
guardo no es tan absoluto como parecería des-
prenderse de una primera lectura del texto legal.
198 • Derecho electoral argentino
La segunda limitación, es que esa publici-
dad está condicionada: “para ser susceptible de
correcciones por parte de los ciudadanos ins-
criptos en ellos”. La redacción dada a la norma
adolece de algunos errores, amén de que los ar-
tículos siguientes amplían el espectro de quie-
nes pueden requerir modificaciones.
Es que no solo pueden hacerlo quienes figu-
ran inscriptos en el padrón provisorio, sino tam-
bién quienes fueron omitidos, además de los
partidos políticos, que pueden solicitar la elimi-
nación de personas fallecidas, doblemente ins-
criptas o inhabilitadas, conforme establecen los
arts. 27 y 28 del propio Código Electoral Nacio-
nal.
Estos reclamos deberán ser presentados ante
el juez con competencia electoral de cada distri-
to, el que deberá trasladarlo a la Cámara Nacio-
nal Electoral para que actúe en consecuencia.
Nada obsta, sin embargo, a que el reclamo se
formule directamente ante este último organis-
mo.
Cierre de padrones. Inclusiones y datos. El
artículo que comentamos dispone que en los
padrones quedarán reflejadas las novedades
recibidas hasta ciento ochenta (180) días antes
de la fecha establecida para la celebración de
los comicios generales, pero incluyendo a todas
aquellas personas que cumplan 18 años de edad
hasta esta última fecha (y no como afirma la ley,
“a partir” de ella).
Estos padrones, ordenados por distrito y sec-
ción, deben contener los datos que la norma se-
ñala y algún otro que no aparece mencionado
como es el referido al número de ejemplar de
documento cívico de que es titular cada ciuda-
dano, toda vez que ese dato puede ser determi-
nante para el efectivo ejercicio del derecho al
voto. Los demás datos que la ley menciona, son
los que permiten individualizar correctamen-
te a cada elector: apellido y nombres, número
de documento de identidad, sexo y domicilio.
Otros datos que necesariamente deben figurar
en los padrones definitivos (mesa de votación,
por ejemplo) no son necesarios en esta instan-
cia que esencialmente se abre para posibilitar
el control de los datos y su eventual corrección.

Impresión de los padrones provisorios. La
parte final de la norma que comentamos, pone
en cabeza de los jueces electorales la responsa-
bilidad de imprimir los padrones provisorios,
para lo cual los faculta para requerir la colabo-
ración de la Dirección Nacional Electoral, de-
biendo supervisar e inspeccionar el proceso. El
objeto de esta impresión no es otro que el poner
a disposición de la ciudadanía los listados a los
fines de su consulta y de esta manera posibilitar
los reclamos a que hubiere lugar, así como dis-
tribuirlos entre los partidos políticos, para cuyo
trabajo proselitista son de fundamental impor-
tancia.
Difusión de los padrones provisorios. Ade-
más de la impresión de los padrones que como
hemos visto la ley pone en cabeza de los jueces
electorales de cada distrito, la Cámara Nacional
Electoral (at. 26 del Código) debe difundirlos a
través de su página web “y/o” por otros medios
que considere convenientes, diez (10) días des-
pués de la fecha de cierre del registro para cada
elección, y con las previsiones de privacidad co-
rrespondientes, para ser posible de correccio-
nes por parte de los ciudadanos inscriptos en él.
No podemos dejar de señalar que son muchas
las personas que no tienen acceso a Internet o
que ignoran cómo hacer consultas por vía elec-
trónica, por lo que la norma no debió dejar en la
potestad de la Cámara Nacional Electoral deci-
dir si difunde los padrones provisorios por otra
vía además de la referida, que obligatoriamen-
te le señala, sobre todo cuando se abre a partir
de ello una etapa en la que se procura que todos
los ciudadanos puedan consultar sus datos a fin
de controlar si se encuentran volcados correc-
tamente o si es necesario hacer correcciones en
ellos.
La ley le marca a la Cámara un plazo de diez
(10) días luego de la fecha de cierre, para dispo-
ner esta difusión, es decir, ciento setenta (170)
días antes de la fecha de los comicios generales
y vuelve a exteriorizar su celo por preservar la
privacidad de las personas. A este respecto cabe
señalar que esta privacidad es en realidad rela-
tiva, en cuanto los partidos políticos van a tener,
necesariamente, acceso a todos estos datos para
posibilitar que se hagan los reclamos que consi-
deren necesarios.
Gabino Mario Tapia
Precisamente teniendo en cuenta que el obje-
tivo de esta difusión es posibilitar correcciones,
es que cobra importancia la última parte de la
norma en cuanto obliga a la Cámara a difundir
no solo los padrones, sino también la forma de
consultarlos y de realizar eventuales denuncias
y reclamos.
Los electores que por cualquier causa no figu-
rasen en los padrones provisionales, o estuvie-
sen anotados erróneamente, tendrán derecho a
reclamar ante el juez electoral durante un plazo
de quince (15) días corridos a partir de la publi-
cación de aquellos, personalmente, por vía pos-
tal en forma gratuita, o vía web (art. 27). En estos
últimos casos, la Cámara Nacional Electoral de-
berá disponer los mecanismos necesarios para
verificar la información objeto del reclamo.
Reclamos. La ley confiere a los electores un
plazo corrido de quince (15) días para denun-
ciar errores u omisiones en los registros. Estos
reclamos pueden realizarse en forma personal,
por medios electrónicos o por vía postal, de-
biendo acompañarse las pruebas que sustenten
el reclamo.
Los reclamos personales deben ser presen-
tados ante el juez federal con competencia
electoral del distrito en el que el ciudadano se
encuentre empadronado —o debió estarlo—,
con lo que se preserva el principio de inmedia-
tez que debe existir para favorecer la realización
de estos trámites, sin perjuicio de que los jueces
dispongan la correspondiente elevación para
que la Cámara efectivice la corrección.
En el mismo período (art. 28), cualquier elec-
tor o partido político tendrá derecho a pedir, al
juzgado federal con competencia electoral, que
se eliminen o tachen del padrón los ciudadanos
fallecidos, los inscritos más de una vez o los que
se encuentren comprendidos en las inhabilida-
des establecidas en esta ley. Previa verificación
sumaria de los hechos que se invoquen y de la
audiencia que se concederá al ciudadano im-
pugnado, en caso de corresponder, los jueces
dictarán resolución. Si hicieran lugar al reclamo
comunicarán a la Cámara Nacional Electoral
para que disponga la anotación de la inhabili-
tación en el Registro Nacional de Electores. En
cuanto a los fallecidos o inscritos más de una
vez, se eliminarán los registros tanto informáti-
QUINTA PARTE• 199
Modernización del Código Electoral Nacional
cos como los soportes en papel. El impugnan-
te podrá tomar conocimiento de las actuaciones
posteriores y será notificado en todos los casos
de la resolución definitiva, pero no tendrá par-
ticipación en la sustanciación de la información
que tramitará con vista al agente fiscal.
Eliminación de electores. Dentro del plazo
de 15 días ya señalado, entonces, la ley faculta
a cualquier elector o partido político a solicitar
la eliminación del padrón provisorio de ciuda-
danos fallecidos, inhabilitados o respecto de los
cuales exista más de un registro.
La denuncia debe ser hecha ante el juez elec-
toral que corresponda el que dispondrá las
pruebas que entienda pertinentes en un proceso
sumario y convocará, en caso de corresponder, a
una audiencia para que el ciudadano impugna-
do pueda esgrimir su defensa. Cumplido ello, el
juez dictará la resolución pertinente que, cuan-
do hiciere lugar al reclamo, será comunicada a
la Cámara Nacional Electoral a efectos de que
tome debida nota y proceda a efectuar las co-
rrecciones pertinentes.
El impugnante no es parte en el proceso, que
se sustanciará solo con participación fiscal. Sin
embargo, aquel será notificado de la resolución
final que se dicte, aunque, por no ser parte en el
proceso, no podrá apelarla.
Padrón electoral. El padrón electoral, aquel
que va a ser utilizado en los comicios generales,
se encuentra regulado en el cap. IV del Código
Electoral Nacional (arts. 29 y ss.), también mo-
dificado por la ley 26.571.
Vencido el plazo de 15 días corridos conferido
por los arts. 27 y 28 para requerir correcciones
en los padrones provisorios y con las enmien-
das que correspondan, se confeccionarán los
padrones definitivos que habrán de ser utiliza-
dos tanto en las elecciones generales como en
las primarias abiertas y obligatorias.
Este padrón, conforme dispone la ley, debe-
rá encontrarse impreso treinta (30) días antes de
las elecciones primarias, con las demarcaciones
territoriales pertinentes, dividido por mesas y
ordenado alfabéticamente por apellido.
200 • Derecho electoral argentino
Hasta la sanción de la ley 26.571, además, el
padrón definitivo se ordenaba, además, por
sexo, diferencia que fue suprimida, con lo que
a partir de las elecciones de 2011 confluyen en
una misma mesa hombres y mujeres, sin distin-
ción alguna.
Además de los datos señalados al hablar de
los padrones provisorios, el padrón definitivo
debe contener el código de individualización
del documento cívico cuando se encuentre in-
corporado al mismo (los antiguos documen-
tos no lo tienen) y un espacio reservado para la
firma del elector que reemplazará al lugar que
hasta ahora lo estaba para marcar si el elector
había emitido su voto o no.
La incorporación al padrón del código iden-
tificador de cada documento, tiene por ob-
jeto brindar mayor seguridad al acto y evitar
cualquier maniobra que se intente con los do-
cumentos, aunque bueno es señalar que su
implementación no parece tener visos de con-
cretarse en lo inmediato. Debe tenerse presente
que, como se dijo, no todos los documentos tie-
nen incorporado su código de individualización
y además, que para poder utilizarlo a los fines
pretendidos todas las mesas de votación debe-
rían contar con adelantos tecnológicos (compu-
tadoras y lector de código de barras) de los que
hoy no se dispone.
El cumplimiento de esta norma traerá apare-
jado más de un problema. Se ha señalado, no
sin razón, que si el padrón debe estar impreso
30 días antes de las elecciones primarias y si es-
tas deben celebrarse 90 días antes de las elec-
ciones generales, la impresión debe estar hecha
120 días (4 meses) antes de estas últimas.
Este lapso, hasta la sanción de la ley 26.571,
se utilizaba para hacer correcciones referidas al
domicilio de las personas, producto de los cam-
bios denunciados antes de la fecha de cierre del
padrón pero no informados por el Registro Na-
cional de las Personas o no procesados, circuns-
tancia que puede provocar que el elector no se
encuentre incluido en el padrón que correspon-
da. Ahora la única posibilidad de hacer estos
reclamos es dentro de los 15 días posteriores al
cierre del padrón provisorio.

Sin embargo, se ha mantenido vigente el art.
33 del Código que consagra un plazo de hasta
veinte (20) días antes del comicio general para
que se subsanen los errores u omisiones exis-
tentes en el padrón, circunstancia que, como se
anticipó, puede generar más de una duda.
Estas correcciones “de último momento”, con-
forme lo señala específicamente el art. 33 del
Código, no se encuentran referidas a las cues-
tiones sobre las que legislan los arts. 27 y 28 ya
analizados, las cuales solo pueden ser tratadas
en la oportunidad a la que dichas normas alu-
den, sino solamente a la “enmienda de erratas
u omisiones”, esto es, defectos que puede pre-
sentar el padrón definitivo y que no estaban en
el padrón provisorio. Estos últimos “retoques”
quedan a cargo de los jueces de cada distrito, se
asientan en los ejemplares que conserva el juz-
gado y se incluyen en el ejemplar que se remite
al presidente del comicio.
El Código Electoral Nacional dispone final-
mente (reforma introducida por el art. 82 de la
ley 26.571), que los padrones generales defini-
tivos serán publicados en el sitio web oficial de
la justicia nacional electoral y por otros medios
que se consideren convenientes. La Cámara Na-
cional Electoral dispondrá la impresión y distri-
bución de los ejemplares del padrón y copias en
soporte magnético de los mismos, para las elec-
ciones primarias y generales, en los que se in-
cluirán, además los datos requeridos por el art.
25, para los padrones provisionales, el número
de orden del elector dentro de cada mesa, y una
columna para la firma del elector.
Publicación de los padrones definitivos. Al
igual que en el caso de los padrones provisorios,
la Cámara Nacional Electoral debe disponer la
publicación de los padrones definitivos en el si-
tio web oficial de la Justicia Nacional Electoral.
En este caso y a diferencia de lo que se dispone
con relación a la difusión de los padrones provi-
sorios, la Cámara Nacional Electoral se encuen-
tra obligada a difundirlos por otros medios.
La norma exige, asimismo, que el referido
organismo (y no ya los jueces de cada distrito
como ocurre con los padrones provisorios) im-
prima y distribuya copias de los padrones en
soporte magnético tanto para las elecciones pri-
marias como para las generales, entregas que
Gabino Mario Tapia
debe hacer de inmediato a los organismos que
se mencionan en el art. 32 y a todas aquellas
otras entidades que la Cámara seleccione para
permitir una difusión correcta de los registros
(v.gr., Correo Oficial).
El citado art. 32 dispone que el padrón de
electores se entregará a las Juntas Electorales,
al Ministerio del Interior, a los partidos políticos
que lo soliciten y a los tribunales y juntas electo-
rales provinciales; además, conforme habrá de
verse, a los establecimientos carcelarios en los
que se celebren elecciones y a las representacio-
nes diplomáticas y consulares en el exterior.
Obviamente, los ejemplares destinados al
comicio deben estar refrendados por el secre-
tario electoral y contendrán, al dorso, las actas
de apertura y cierre y en su encabezamiento los
datos que permitan identificar distrito, sección,
circuito y mesa de votación.
La nueva legislación impone, por otra parte,
la obligación, a la justicia nacional electoral, la
distribución de los padrones definitivos impre-
sos de electores privados de libertad a los esta-
blecimientos penitenciarios donde se celebran
elecciones y en forma electrónica a las represen-
taciones diplomáticas y consulares en el exte-
rior, por conducto del Ministerio de Relaciones
Exteriores, Comercio Internacional y Culto.
Cárceles y representaciones diplomáticas.
Teniendo en cuenta que las personas privadas
de la libertad sin sentencia condenatoria y los
argentinos residentes en el exterior tienen de-
recho a emitir su voto, la ley 26.571 incorporó
como obligación de la Cámara Nacional Electo-
ral el envío de los correspondientes padrones a
los establecimientos penitenciarios pertinentes
y a las delegaciones diplomáticas en el exterior
(embajadas y consulados), por intermedio de la
Cancillería.
El voto de las fuerzas de seguridad afecta-
das al comicio. De acuerdo con lo dispuesto por
el art. 34 del Código Electoral Nacional, los je-
fes de las policías nacional o provinciales deben
comunicar a los jueces electorales, con noventa
(90) días antes de cada elección la nómina del
personal que estará afectado a los comicios, así
como toda modificación posterior que se hicie-
ra en dicha lista. La norma se encontraba redac-
QUINTA PARTE• 201
Modernización del Código Electoral Nacional
tada con el objeto de eliminar a esas personas
del padrón electoral, de acuerdo con lo dispues-
to por el art. 3º, inc. c) del Código, ya que no po-
drán votar el día del comicio.
Sin embargo, la ley 24.904 derogó el referido
inciso del art. 3º del Código, de manera que el
personal afectado a estos servicios, no será ya
excluido del padrón electoral, por lo que consi-
deramos conveniente, por una cuestión de or-
den y control, y no ya a los fines referidos, que
conviene que la obligación de notificar estas nó-
minas a los jueces electorales, subsista.
En algún momento (elecciones de 1991) se
dispuso, por circunstancias excepcionales y la
necesidad de adecuar los tiempos a la realidad
del momento, que el plazo de noventa (90) días
que establece el artículo se redujera a setenta
(70), pero se trató de una modificación exclusi-
vamente temporal como expresamente dispuso
a ley respectiva (ley 23.952).
Divisiones territoriales. Agrupación de
electores. Jueces y juntas electorales. Con el
objeto de ordenar políticamente el país y la elec-
ción de sus autoridades, el Código Electoral Na-
cional, art. 39, modificado por el art. 84 de la ley
26.571, dispone la división del territorio nacio-
nal en distritos, respetando para ello las delimi-
taciones provinciales y de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.
Sin embargo, y teniendo en cuenta el cargo
de que se trata, la Nación es considerada como
distrito único para la elección de la fórmula pre-
sidencial. Los distritos, por su parte, eligen se-
paradamente sus representantes al Congreso
Nacional.
Al momento de escribir esta obra, resta definir
cuál será la concepción que regirá para la elec-
ción de los parlamentarios del Mercosur.
Ya con fines exclusivamente de orden admi-
nistrativo electoral, la ley dispone la división de
los distritos en secciones según los partidos o
departamentos de cada provincia o comunas en
el caso de la Ciudad de Buenos Aires. Las Sec-
ciones, a su turno, se dividen en Circuitos que
aglutinan a los ciudadanos de acuerdo con la
proximidad de sus domicilios y para cuya de-
limitación el Código ordena que se tengan en
202 • Derecho electoral argentino
consideración los accidentes geográficos (ríos,
arroyos, etc.) los núcleos poblacionales, las
obras de infraestructura (v.gr., caminos), trans-
porte, etc., toda vez que el objetivo es distribuir
las mesas de votación de manera de evitar gran-
des desplazamientos y facilitar el ejercicio del
derecho a elegir.
Por su parte, la ley dispone (art. 40, Código
Electoral Nacional reformado por la ley 26.571)
que “[l]os límites de los circuitos en cada sec-
ción se fijarán con arreglo al siguiente proce-
dimiento:
”1. El juzgado federal con competencia elec-
toral de cada distrito, con arreglo a las directivas
sobre organización de los circuitos que dicte la
Cámara Nacional Electoral, preparará un ante-
proyecto de demarcación, de oficio, por iniciati-
va de las autoridades provinciales o de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, dando intervención
en el primer caso a estas últimas. El juzgado fe-
deral con competencia electoral elevará el ante-
proyecto y la opinión de las autoridades locales
a la Cámara Nacional Electoral para su remisión
a la Dirección Nacional Electoral del Ministe-
rio del Interior. El anteproyecto deberá tener las
características técnicas que establezca la regla-
mentación.
”2. La Dirección Nacional Electoral del Minis-
terio del Interior recibirá el anteproyecto, noti-
ficará el inicio de las actuaciones a los partidos
políticos registrados en el distrito de que se trate,
considerará la pertinencia del mismo, efectuará
un informe técnico descriptivo de la demarca-
ción propuesta; lo publicará en el Boletín Ofi-
cial por dos (2) días; si hubiera observaciones
dentro de los veinte (20) días de publicados, las
considerará y, en su caso, efectuará una nueva
consulta a las autoridades locales y a la Justicia
Nacional Electoral; incorporadas o desechadas
las observaciones, elevará a la consideración
del Ministerio del Interior para su aprobación el
proyecto definitivo.
”3. Hasta que no sean aprobadas por el Minis-
terio del Interior las nuevas demarcaciones de
los circuitos se mantendrán las divisiones ac-
tuales.
”4. Las autoridades provinciales y de la Ciu-
dad Autónoma de Buenos Aires enviarán a la

Justicia Nacional Electoral, con una antelación
no menor de ciento ochenta (180) días a la fecha
prevista para la elección y en el formato y so-
porte que establezca la reglamentación, mapas
de cada una de las secciones en que se divide el
distrito señalando en ellos los grupos demográ-
ficos de población electoral con relación a los
centros poblados y medios de comunicación.
En planilla aparte se consignarán el número de
electores que forman cada una de esas agrupa-
ciones”.
Como se advierte, la ley 26.571 ha introduci-
do en esta materia una modificación sustancial
en lo que hace a las divisiones electorales, tras-
ladando hacia el Poder Ejecutivo (Ministerio del
Interior) la facultad de establecer los límites de
los circuitos.
La norma parece atemperar los efectos de la
nueva regulación, asignando a la Cámara Nacio-
nal Electoral la facultad de dictar las directivas
generales sobre la organización de los circuitos
electorales, directivas que debe comunicar a los
juzgados federales con competencia electoral.
Sin embargo, la iniciativa para la modifica-
ción de circuitos que antes estaba en cabeza de
estos magistrados, ha pasado al poder ejecutivo
provincial, ya que aun cuando aquellos tengan
una idea de modificación en razón de las nuevas
circunstancias que pueden determinar el asen-
tamiento de barrios o modificaciones sociales
que la hagan conveniente, los proyectos de cam-
bios deberán ser consultados, previo a todo, con
la autoridad política provincial.
Recién con su resultado y dictamen, y de
acuerdo con las directivas de la Cámara Na-
cional Electoral, los jueces podrán elaborar un
anteproyecto que deberán elevar a este último
organismo, no para que defina nada, sino para
que lo envíe al Ministerio del Interior (Dirección
Nacional Electoral).
La Dirección Nacional Electoral analizará la
viabilidad del proyecto y solo en caso de con-
siderarlo viable —decisión en la que, por su-
puesto, no estarán ausentes consideraciones
de conveniencia política— lo comunicará a los
partidos políticos reconocidos en el distrito con
un informe técnico descriptivo que publicará
por dos días en el Boletín Oficial.
Gabino Mario Tapia
A partir del último día de esta publicación, co-
rrerá un plazo de veinte (20) días durante el cual
se podrán formular observaciones. Vencido ese
plazo, hará una nueva consulta a las autorida-
des locales y a la Justicia Nacional Electoral (no
se sabe si a la Cámara o al juzgado que corres-
ponda).
La Dirección Nacional Electoral puede des-
echar las observaciones que se formulen o in-
corporarlas y de acuerdo con ello elaborará el
proyecto definitivo que elevará al Ministerio del
Interior para su aprobación. Hasta que esto no
ocurra, la modificación no entrará en vigencia,
con lo que es evidente que todo depende de la
voluntad y conveniencia política del poder de
turno.
La última parte de la norma pone en cabeza
de las autoridades políticas de las provincias y
Ciudad de Buenos Aires la obligación de remi-
tir a la Justicia Nacional Electoral (Cámara, se
supone) y en el formato que determine la re-
glamentación a dictarse, con una antelación
no menor a 180 días de la fecha prevista para la
elección general, mapas de cada una de las sec-
ciones en que se divide el distrito, señalando
en ellos los grupos demográficos de población
electoral con relación a los centros poblados y
medios de comunicación, y planillas detallando
el número de electores que forman cada una de
esas agrupaciones.
No puede dejar de señalarse que el plazo es-
tablecido coincide con el de fecha de cierre de
los padrones resultando imposible modificar el
mapa electoral en medio de un proceso electo-
ral.
Mesas electorales. Dispone ahora el Código
Electoral Nacional (reforma mediante efectua-
da por la ley 26.571) que cada circuito se divi-
dirá en mesas las que se constituirán con hasta
trescientos cincuenta (350) electores inscritos,
agrupados por orden alfabético. Si realizado tal
agrupamiento de electores quedare una frac-
ción inferior a sesenta (60), se incorporará a la
mesa que el juez determine. Si restare una frac-
ción de sesenta (60) o más, se formará con ella
una mesa electoral. Los jueces electorales pue-
den constituir mesas electorales, en aquellos
circuitos cuyos núcleos de población estén se-
parados por largas distancias o accidentes geo-
QUINTA PARTE• 203
Modernización del Código Electoral Nacional
gráficos que dificulten la concurrencia de los
ciudadanos al comicio, agrupando a los ciuda-
danos considerando la proximidad de sus do-
micilios y por orden alfabético. Los electores
domiciliados dentro de cada circuito se orde-
narán alfabéticamente. Una vez realizada esta
operación se procederá a agruparlos en mesas
electorales, conforme a las disposiciones del
presente artículo.
Derogación de normas. Jueces electorales.
La ley 26.571 derogó los incs. 4º, 5º y 6º del art. 43
del Código. Los dos primeros atribuían a los jue-
ces electorales facultades para organizar, dirigir
y fiscalizar los ficheros de enrolados de su ju-
risdicción y asentar en las respectivas fichas las
modificaciones que se fueran produciendo con
relación a los electores, supresión que se entien-
de al haberse suprimido el sistema de fichas y
de haberse centralizado las funciones mencio-
nadas en la Cámara Nacional Electoral.
El inc. 6º de este artículo, establecía como
atribución y deber de los jueces electorales,
“formar, corregir y hacer imprimir las listas pro-
visionales y padrones electorales”, debiendo
destacarse que, no obstante la derogación, sigue
siendo obligación de los jueces imprimir los pa-
drones provisorios y supervisar todo lo referido
a dicha impresión, conforme lo dispone clara-
mente el art. 25 del Código.
Competencia de los jueces electorales. Con
la modificación introducida por la ley 26.571 al
art. 44 del Código Electoral Nacional, la compe-
tencia de los jueces electorales les permite co-
nocer, a pedido de parte o de oficio:
1. En primera y única instancia en los juicios
sobre faltas electorales.
2. En primera instancia, y con apelación ante
la Cámara Nacional Electoral, en todas las cues-
tiones relacionadas con:
a) La aplicación de la Ley Electoral, Ley Or-
gánica de los Partidos Políticos y de las dispo-
siciones complementarias y reglamentarias, en
todo lo que no fuere atribuido expresamente a
las juntas electorales;
b) La fundación, constitución, organización,
funcionamiento, caducidad y extinción de los
204 • Derecho electoral argentino
partidos políticos de su distrito; y, en su caso, de
los partidos nacionales, confederaciones, alian-
zas o fusiones;
c) El efectivo control y fiscalización patrimo-
nial de los partidos mediante examen y aproba-
ción o desaprobación de los estados contables
que deben presentarse de conformidad con lo
dispuesto por la Ley Orgánica de los Partidos
Políticos, previo dictamen fiscal;
d) (Texto según ley 26.571) La organización y
fiscalización de las faltas electorales, nombres,
símbolos, emblemas y números de identifica-
ción de los partidos políticos y de afiliados de
los mismos en el distrito pertinente;
e) La elección, escrutinio y proclamación de
las autoridades partidarias de su distrito.
Sentido de la reforma. La ley 26.571 al mo-
dificar el inc. d) del artículo transcripto, elimi-
nó de la competencia de los jueces electorales,
la organización, funcionamiento y fiscalización
del registro de electores y de inhabilitados, fun-
ciones que han quedado en cabeza de la Cáma-
ra Nacional Electoral.
No creemos necesario remarcar aquí, una vez
más, la desprolijidad que ha caracterizado la re-
forma introducida por la ley mencionada, pero
no podemos menos que resaltar que pese a la
nueva redacción dada al inc. d) del art. 16 del
mismo cuerpo legal hace que en definitiva no se
haya modificado nada en la materia. En efecto,
en tanto se ha suprimido de este inciso la orga-
nización, funcionamiento y fiscalización del re-
gistro de electores y de inhabilitados, el citado
art. 16 expresa categóricamente que “en cada
secretaría electoral se organizará el subregistro
de los electores de distrito”, aunque aclara que
se lo hará con los datos suministrados por la Cá-
mara Nacional Electoral.
Además, cabe traer a colación el art. 37 del
Código, que habilita a los jueces electorales a ta-
char del padrón a los inhabilitados, y los arts. 4º
y 5º del mismo cuerpo legal, que les confiere ex-
presamente competencia en la materia.
La realidad es que, tratándose nada menos
que de la competencia de los jueces electorales,
no debió haberse desperdiciado la oportunidad

de la reforma dispuesta por la ley 26.571, para
incluir entre las facultades de los jueces algunas
cuestiones en las que tienen competencia, pero
que incomprensiblemente se silencian, como la
actuación que les cabe en el proceso de eleccio-
nes primarias.
Capítulo III. Juntas electorales nacionales.
La ley 26.571 derogó el inc. 2º del art. 52 del Có-
digo Electoral, que asignaba a las juntas elec-
torales nacionales atribución para designar las
autoridades de las mesas receptoras de votos y
determinar la forma en que ellas deben efectuar
el escrutinio, facultades que de acuerdo con la
reforma corresponden a los jueces federales
(art. 75).
No obstante la derogación referida, cabe re-
cordar aquí que “las juntas electorales, aunque
constituidas por magistrados y funcionarios,
son organismos temporarios de administración
de los comicios que no integran el Poder Judi-
cial de la Nación (conf. fallo CNE 66/63) y ante
las cuales, en principio no actúa el Ministerio
Público Fiscal”, de suerte tal que no se encuen-
tran obligadas a correrle vista a este con carác-
ter previo a resolver, y que sus miembros no
puedan ser recusados (fallos CNE 229/85). Y no
siendo un órgano judicial, no le cabe, necesaria-
mente, la aplicación, en principio, de las reglas
procesales que rigen para los tribunales de jus-
ticia (CNE, fallo 783/89).
Actuación de apoderados y fiscales de los
partidos políticos. La ley 26.571 derogó el úl-
timo párrafo del art. 58 del Código Electoral
Nacional, que establecía que los fiscales par-
tidarios, en caso de actuar en una mesa de un
sexo distinto al propio, debían votar en la de su
propio sexo más próxima, modificación que se
entiende, en atención a la unificación dispuesta
por la reforma.
Oficialización de las listas de candidatos.
Dispone el art. 60 del Código Electoral Nacio-
nal, modificado por la ley 26.571, que desde la
proclamación de los candidatos en las eleccio-
nes primarias y hasta cincuenta (50) días ante-
riores a la elección, los partidos registrarán ante
el juez electoral las listas de los candidatos pro-
clamados, quienes deberán reunir las condicio-
nes propias del cargo para el cual se postulan y
Gabino Mario Tapia
no estar comprendidos en alguna de las inhabi-
lidades legales.
En el caso de la elección del presidente y vice-
presidente de la Nación, la presentación de las
fórmulas de candidatos se realizará ante el juez
federal con competencia electoral de la Capital
Federal. Las listas que se presenten deberán te-
ner mujeres en un mínimo del treinta por cien-
to (30%) de los candidatos a los cargos a elegir
y en proporciones con posibilidad de resultar
electas, de acuerdo con lo establecido en la ley
24.012 y sus decretos reglamentarios. No será
oficializada ninguna lista que no cumpla estos
requisitos.
En el caso de la categoría senadores nacio-
nales para cumplir con dicho cupo mínimo, las
listas deberán estar conformadas por dos perso-
nas de diferente sexo, tanto para candidatos ti-
tulares como suplentes.
Las agrupaciones políticas que hayan alcan-
zado en las elecciones primarias el uno y me-
dio por ciento (1,5%) de los votos válidamente
emitidos en el distrito de que se trate, deberán
presentar una sola lista por categoría, no admi-
tiéndose la coexistencia de listas aunque sean
idénticas entre las alianzas y los partidos que
las integran. Las agrupaciones políticas presen-
tarán, juntamente con el pedido de oficializa-
ción de listas, datos de filiación completos de
sus candidatos, el último domicilio electoral y
una declaración jurada suscrita individualmen-
te por cada uno de los candidatos, donde se ma-
nifieste no estar comprendido en ninguna de las
inhabilidades previstas en la Constitución Na-
cional, en el Código, en la Ley Orgánica de los
Partidos Políticos y en la Ley de Financiamiento
de los Partidos Políticos. Los candidatos pueden
figurar en las listas con el nombre o apodo con
el cual son conocidos, siempre que la variación
no sea excesiva ni dé lugar a confusión a crite-
rio del juez. No será oficializada ninguna lista
que no cumpla estos requisitos, ni que incluya
candidatos que no hayan resultado electos en
las elecciones primarias por la misma agrupa-
ción y por la misma categoría por la que se pre-
sentan, salvo el caso de renuncia, fallecimiento
o incapacidad del candidato presidencial de la
agrupación, de acuerdo con lo establecido en el
art. 61.
QUINTA PARTE• 205
Modernización del Código Electoral Nacional
Cabe tener presente que la sentencia dictada
en relación con la oficialización de los candida-
tos de un partido o alianza, se encuentra referi-
da exclusivamente “a las calidades de aquellos
y a la verificación del cumplimiento de lo dis-
puesto por la ley 24.012 —y su decreto regla-
mentario— en los términos de los arts. 60 y 61
del Código Electoral Nacional. La etapa de regis-
tro propuestos no tiene otro objeto que la com-
probación de que estos reúnen los requisitos
constitucionales y legales —edad, residencia,
etc.— del cargo para el cual se postulan (cf. fa-
llos CNE 1045/91, 1062/91 y 1128/91). Es decir,
se trata de verificar exclusivamente sus condi-
ciones personales y el respeto a la ley 24.012, sin
que interese —desde el punto de vista legal y en
este específico aspecto— que hayan sido regis-
trados, a su vez, por otra agrupación” (CNE, fa-
llo 2984/2001), posibilidad que en atención a las
normas de la ley 26.571, hoy no existe. De cual-
quier manera, queda claro que a este pronun-
ciamiento no se le puede dar otra extensión ni
otro alcance que el referido.
Como se ha dicho, las listas deben respetar los
porcentajes de cupo por género que establece la
ley 24.012 y sus decretos reglamentarios, deján-
dose aclarado que, en el caso de las candidatu-
ras senatoriales, las listas deben estar integradas
necesariamente con una persona de cada sexo
tanto en los cargos titulares como en los suplen-
tes.
La aclaración legal resultaba innecesaria ya
que las elecciones primarias funcionan en este
aspecto como una especie de filtro, desde que
se verifica que cada lista y cada candidato cum-
plan con los requisitos legales. Sin embargo, la
aclaración que hace la ley casi seguro provocará
alteraciones en las listas partidarias, ya que para
poder cumplir con la “ley de cupo”, seguramente
se producirán desplazamientos en las listas in-
ternas variando así su orden original.
Piso electoral. El párrafo final de la norma
establece diversas exigencias. No resulta sufi-
ciente haber ganado en la elección primaria o
haber sido la única lista que se presentó en ella.
La agrupación política debió haber obtenido, en
tales elecciones, al menos el 1,5% de los votos
válidos emitidos en esos comicios para poder
requerir la oficialización de sus candidatos. Las
agrupaciones que hubieren obtenido menos
206 • Derecho electoral argentino
de ese porcentaje de votos no podrán hacerlo.
Esta disposición ya está establecida en la propia
ley 26.571 en la parte que establece y regula las
elecciones primarias abiertas y obligatorias, de
manera que su repetición en el Código Electoral
resultaba absolutamente innecesaria.
Oficialización y reemplazo de candida-
tos. Con la modificación introducida por la ley
26.571 en el cuarto párrafo del art. 61 del Código
Electoral Nacional, este queda redactado en los
siguientes términos, contemplando la reforma
que había introducido en él la ley 24.444:“Art.
61.- Resolución judicial. Dentro de los cinco (5)
días subsiguientes el juez dictará resolución,
con expresión concreta y precisa de los hechos
que la fundamentan, respecto de la calidad de
los candidatos. La misma será apelable dentro
de las cuarenta y ocho (48) horas ante la Cámara
Nacional Electoral, la que resolverá en el plazo
de tres (3) días por decisión fundada. Si por sen-
tencia firme se estableciera que algún candida-
to no reúne las calidades necesarias se correrá
el orden de lista de los titulares y se completará
con el primer suplente, trasladándose también
el orden de esta; y el partido político a que per-
tenezca podrá registrar otro suplente en el últi-
mo lugar de la lista en el término de cuarenta y
ocho (48) horas a contar de aquella resolución.
En la misma forma se sustanciarán las nuevas
sustituciones. En caso de renuncia, fallecimien-
to o incapacidad sobreviniente, el candidato
presidencial será reemplazado por el candida-
to a vicepresidente. En caso de vacancia del vi-
cepresidente la agrupación política que lo haya
registrado, deberá proceder a su reemplazo en
el término de tres (3) días. Tal designación debe
recaer en un ciudadano que haya participado en
las elecciones primarias como precandidato de
la lista en la que se produjo la vacante.
”Todas las resoluciones se notificarán por te-
legrama colacionado, quedando firme después
de las cuarenta y ocho (48) horas de notificadas.
”La lista oficializada de candidatos será co-
municada por el Juez a la Junta Electoral dentro
de las veinticuatro (24) horas de hallarse firme
su decisión, o inmediatamente de constituida la
misma en su caso”.
Antes de la reforma de la ley 26.571, el Códi-
go Electoral establecía que en caso de muerte

o renuncia (no hablaba de incapacidad sobre-
viniente aunque era dable extender la norma a
esa circunstancia) de cualquiera de los candida-
tos de la fórmula presidencial, las agrupaciones
políticas podían registrar a otros candidatos en
su lugar, para lo cual disponían de siete (7) días.
Algunos han criticado la modificación dis-
puesta, considerando que tal como ha sido re-
dactada la norma las candidaturas se pueden
transformar en postulaciones meramente tes-
timoniales al posibilitar el reemplazo de candi-
datos ante la sola renuncia de quienes fueron o
debieron ser oficializados, permitiendo que en
definitiva asuman el carácter de candidatos,
personajes ocultos en las listas internas.
Por nuestra parte, consideramos que esta crí-
tica no se justifica. En primer lugar porque an-
tes de la reforma la posibilidad de reemplazo
también existía frente a la renuncia de los can-
didatos. Pero además, porque de acuerdo con el
texto anterior no se exigía —como ocurre aho-
ra— que ante la renuncia, fallecimiento o in-
capacidad del candidato a presidente el lugar
debía ocuparlo el candidato a vicepresidente
y además, porque frente a la amplitud que an-
tes se le reconocía a los partidos para disponer
los reemplazos, el nuevo texto lo circunscribe a
quienes fueron precandidatos en la propia lista
del renunciante. La legislación de la provincia
de Santa Fe es aún más restrictiva, establecien-
do que el reemplazante “de la lista del reempla-
zado” no debe haber resultado elegido en esa
elección para el cargo que se postulaba.
Oficialización de las boletas de sufragio. El
art. 62 del Código Electoral Nacional ley 19.945
(modif. por art. 90, ley 26.571), dispone que las
agrupaciones políticas reconocidas que hu-
bieren proclamado candidatos someterán a la
aprobación de la Junta Electoral Nacional, por lo
menos treinta (30) días antes de la elección, en
número suficiente, modelos exactos de las bo-
letas de sufragios destinadas a ser utilizadas en
los comicios. I. Las boletas deberán tener idén-
ticas dimensiones para todas las agrupaciones y
ser de papel de diario u obra común de sesenta
(60) gramos como máximo, impresas en colores.
Serán de doce por diecinueve centímetros (12 x
19 cm.) para cada categoría de candidatos. Las
boletas contendrán tantas secciones como ca-
tegorías de candidatos comprenda la elección,
Gabino Mario Tapia
las que irán separadas entre sí por medio de lí-
neas negras que posibiliten el doblez del papel
y la separación inmediata por parte del elector
o de los funcionarios encargados del escrutinio.
Para una más notoria diferenciación se podrán
usar distintas tipografías en cada sección de la
boleta que distinga los candidatos a votar. II. En
las boletas se incluirán la nómina de candida-
tos y la designación de la agrupación política. La
categoría de cargos se imprimirá en letras desta-
cadas y de cinco milímetros (5 mm) como míni-
mo. Se admitirá también la sigla, monograma o
logotipo, escudo o símbolo o emblema, fotogra-
fías y número de identificación de la agrupación
política. III. Los ejemplares de boletas a oficiali-
zar se entregarán ante la Junta Electoral Nacio-
nal. Aprobados los modelos presentados, cada
agrupación política depositará dos (2) ejempla-
res por mesa. Las boletas oficializadas que se
envíen a los presidentes de mesa serán autenti-
cadas por la Junta Electoral Nacional, con un se-
llo que diga: “Oficializada por la Junta Electoral
de la Nación para la elección de fecha...”, y rubri-
cada por la secretaría de esta.
Presentación y oficialización de boletas.
Colores. Uso de fotografías. La disposición
que comentamos debe ser compatibilizada
con otras, también contenidas dentro de la ley
26.571, especialmente en lo referido a los colo-
res y al uso de fotografías en las boletas.
Hasta la sanción de esta última ley solo se ad-
mitía el papel de diario para su impresión, ad-
mitiéndose ahora que pueden serlo también en
papel obra de hasta 60 gramos de peso. Creemos
que este agregado ha sido introducido para evi-
tar dificultades, precisamente, con la impresión
en colores.
Aclaremos que si bien el Código Electoral, tal
como ha quedado redactado habla de “impre-
sión en colores”, cuando la ley 26.571 se refiere
a este tema al regular las elecciones primarias,
se está refiriendo no al color de las letras sino al
del papel, no existiendo posibilidades de tantos
colores como para satisfacer las preferencias de
todos los partidos políticos habilitados, si bien
es cierto que no ha quedado en claro si la elec-
ción de un color para las boletas es simplemente
una facultad de las agrupaciones, como se des-
prende de las normas sobre elecciones prima-
rias, o si se trata de una obligación como parece
QUINTA PARTE• 207
Modernización del Código Electoral Nacional
desprenderse del Código Electoral Nacional que
utiliza la forma imperativa.
Nos inclinamos por dar prioridad a las dispo-
siciones que regulan las elecciones primarias, es
decir, entender que se trata de una opción de los
partidos elegir un color para distinguir sus bole-
tas y no una obligación.
Es evidente que hay ciertos colores que iden-
tifican, al menos en su publicidad gráfica, a al-
gunos partidos políticos y otros que identifican
simultáneamente a varios, pero que la picardía
política puede llevar a que se discuta el uso de
aquellos para obtener alguna ventaja produc-
to de la confusión a que se puede inducir a los
electores. Un ejemplo de ello podría ser el color
amarillo con el que se identifica claramente un
partido vigente y cuyo uso podría serle disputa-
do por algún otro que se le anticipara en pedirlo.
A todo este respecto, el dec. regl. 443/2011,
dispone:
“Art. 16.- La solicitud de asignación de color de
la boleta o su combinación podrá ser realizada
por las agrupaciones políticas desde la fecha de
convocatoria de las elecciones y hasta cincuen-
ta y cinco (55) días antes de las elecciones pri-
marias. En caso que las alianzas se encuentren
integradas por partidos que ya han realizado la
reserva de color podrán indicar al momento de
su inscripción y hasta el plazo máximo fijado en
el art. 25 de la ley 26.571, si utilizará el color re-
servado por un partido integrante u otro color
que elija.
”Art. 17.- Los juzgados federales con compe-
tencia electoral deben hacer la reserva del color
establecida en el art. 25 de la ley 26.571 obser-
vando preferentemente el orden temporal en el
que fuera efectuada tal reserva. En caso de con-
troversia sobre la pretensión de color, decidirá a
favor de la agrupación que se identifique tradi-
cionalmente con el color.
”Art. 18.- El juzgado federal con competencia
electoral de la Capital Federal debe resolver so-
bre la asignación de colores solicitados por las
agrupaciones nacionales y comunicar sus reso-
luciones a los demás juzgados electorales, den-
tro de las cuarenta y ocho (48) horas de vencido
208 • Derecho electoral argentino
el plazo para formular la solicitud de acuerdo a
lo establecido en el art. 25 de la ley 26.571.
”Art. 19.- Dentro de las veinticuatro (24) horas
de notificados por el Juzgado Electoral de la Ca-
pital Federal, los juzgados federales con compe-
tencia electoral de cada distrito otorgarán a las
agrupaciones de distrito que no pertenezcan a
agrupaciones de orden nacional, los colores re-
queridos que no hayan sido reservados en el or-
den nacional.
”Art. 20.- Para la confección de las boletas solo
puede utilizarse la escala de colores, codificada
de manera que permita su identificación preci-
sa, y el color de la tipografía respectiva, utilizan-
do la codificación ‘Pantone’. En todos los casos
el reverso de las boletas debe imprimirse en fon-
do blanco.
”Art. 21.- Cada agrupación política debe pre-
sentar para su oficialización formal, ante el
Juzgado Electoral del distrito respectivo, los mo-
delos de boletas, correspondientes a cada lista,
impresos en el color reservado.
”Art. 22.- Para la aprobación formal de los mo-
delos de boletas los juzgados federales con com-
petencia electoral deben controlar además del
cumplimiento de los requisitos establecidos en
el art. 62 del Código Electoral Nacional, el res-
peto de las listas oficializadas, los colores asig-
nados, como así también que exista una clara
diferenciación entre los modelos presentados
por todas las agrupaciones
”Art. 23.- Las Juntas Electorales de las agru-
paciones políticas distribuirán los fondos re-
cibidos para la campaña y para impresión de
boletas simultáneamente y en partes iguales
entre las listas de precandidatos oficializadas
de cada categoría. Las agrupaciones políticas
abrirán a favor de las listas oficializadas una
subcuenta corriente de la correspondiente a la
agrupación política a los efectos de emplearla
para recibir la proporción que les corresponda
del aporte de campaña y de impresión de bole-
tas, los aportes privados y para efectuar todos
los pagos relacionados con las elecciones pri-
marias, aplicándose a las listas las mismas nor-
mas que a las agrupaciones políticas respecto
de la gestión financiera.

Los responsables económicos financieros y
los apoderados de las listas tendrán la firma de
los libramientos correspondientes y serán res-
ponsables por la utilización de las mismas. Pre-
sentado el informe establecido en el art. 36 de
la ley 26.571, se procederá al cierre de las sub-
cuentas.
”Art. 24.- Las Juntas Electorales de las agru-
paciones políticas deben informar a la justicia
electoral, los responsables económicos finan-
cieros designados por cada una de las listas
internas, al momento de comunicar la oficiali-
zación de las listas.
”Art. 25.- La Dirección Nacional Electoral cal-
culará el monto del aporte para la impresión
de boletas tanto para las elecciones primarias,
abiertas, simultáneas y obligatorias, como para
las elecciones nacionales, de acuerdo al precio
de mercado de papel tipo obra de sesenta (60)
gramos, impreso en cuatro (4) colores, en el mes
de febrero de cada año electoral, sin perjuicio
del papel y los colores que efectivamente utilice
cada agrupación política”.
La campaña electoral. Encaramos un tema
álgido en la reforma política introducida por la
ley 26.571, cual es el referido a la Campaña Elec-
toral que ahora el art. 64 bis del Código Electo-
ral Nacional (modificación hecha por el art. 91
de aquella) define como “el conjunto de activi-
dades desarrolladas por las agrupaciones polí-
ticas, sus candidatos o terceros, mediante actos
de movilización, difusión, publicidad, consul-
ta de opinión y comunicación, presentación de
planes y proyectos, debates a los fines de cap-
tar la voluntad política del electorado, las que
se deberán desarrollar en un clima de toleran-
cia democrática. Las actividades académicas,
las conferencias, la realización de simposios, no
serán considerados como partes integrantes de
la campaña electoral”. Agrega que “la campaña
electoral se inicia treinta y cinco (35) días an-
tes de la fecha del comicio. La campaña finaliza
cuarenta y ocho (48) horas antes del inicio del
comicio. Queda absolutamente prohibido reali-
zar campañas electorales fuera del tiempo esta-
blecido por el presente artículo”.
Al hablar de “conjunto de actividades”, la ley
alude a una pluralidad, de suerte tal que la rea-
lización de un acto aislado no puede ser conce-
Gabino Mario Tapia
bido como “campaña electoral” expresión que,
por otra parte, da la idea de planificación.
Más allá del acierto o errores que puede en-
cerrar y achacarse a la definición transcripta, lo
cierto es que se trata de una norma de alto ries-
go para la democracia, pudiendo transformarse
en una verdadera mordaza para la actividad po-
lítica. A esta triste conclusión se llega si se repa-
ra en las actividades que la ley menciona como
comprendidas en la definición, así como los su-
jetos a los que supuestamente abarca la norma.
Adviértase que la ley no solo menciona a las
agrupaciones políticas y a sus candidatos, sino
que, además, alude a “terceros”, término cuya
amplitud es tal que se extiende a la población
en su conjunto. Si a esta extensión desmedida
se la vincula con las actividades prohibidas y al
período durante el cual se extiende (en rigor, se
reduce) la prohibición, habría que prender una
luz roja de alerta sobre esta disposición.
Podrá decírsenos que la prevención es exa-
gerada. Creemos, sin embargo, que no es así y
que si bien puede ser que la intención del le-
gislador haya sido muy otra, lo cierto es que
esta disposición, tal como se encuentra escrita
y complementada con otras como la referida a
las sanciones para el caso de violarla, en manos
de un gobierno autoritario, puede significar mu-
cho más que una seria amenaza al sistema de-
mocrático.
Hagamos un repaso de las actividades prohi-
bidas o que, de acuerdo con los términos legales
solo podrían realizarse entre los 35 días previos
al comicio y las 48 horas anteriores a su comien-
zo, lo que quiere decir que antes de esos 35 días
estas actividades también se encontrarían pro-
hibidas, toda vez que implicarían estar “hacien-
do campaña” fuera del período autorizado para
llevarlas a cabo y no puede soslayarse que toda
actividad desarrollada, en todo tiempo, por un
partido político, sus dirigentes y militantes, tien-
den a la postre, a captar la voluntad política de
la ciudadanía.
La primera prohibición se encuentra referida
a los “actos de movilización”. ¿Quién podría no
asignarle intencionalidad política a cualquiera
de las marchas que vemos a diario y que orga-
nizan diversas agrupaciones políticas identifi-
QUINTA PARTE• 209
Modernización del Código Electoral Nacional
cando con grandes pancartas el Partido al que
pertenecen? Del texto de la ley se desprende
que toda movilización, a menos que sea reali-
zada dentro del exiguo plazo ya referido de 33
días, se encuentra absolutamente prohibido. La
inclusión de este concepto en la norma, enton-
ces, es cuanto menos muy poco feliz, para em-
plear un calificativo benévolo.
Más grave aún es la referencia a “difusión” y
“comunicación”, términos por demás amplios,
vagos e imprecisos. Es lícito preguntarse: ¿di-
fusión o comunicación de qué? ¿De las ideas?
¿De opiniones? ¿De la doctrina partidaria? No
creo que hagan falta demasiados argumentos
para concluir que la inclusión de este concep-
to constituye un verdadero disparate, toda vez
que en definitiva puede llevar, en manos ines-
crupulosas, a suprimir la actividad política. No
olvidemos que la “difusión” y “comunicación”
solo podrían tener lugar, si nos aferráramos a
una interpretación literal del texto legal, dentro
del plazo acotado al que ya nos hemos referido.
Reitero: un disparate.
Similares conceptos pueden aplicarse con re-
lación a la prohibición de las “consultas de opi-
nión” o de los “debates” o a la “presentación de
planes y proyectos”.
Podríamos decir que esta norma, tal como
se encuentra redactada, pertenece a esa clase
de disposiciones que nacen muertas o destina-
das a su permanente violación y que en defini-
tiva el legislador no ha querido decir lo que, sin
embargo, ha escrito. Hubo, en alguna campaña
electoral de los años noventa, una verdadera sa-
turación de la publicidad política emitida por
radio y televisión, circunstancia que llevó a tra-
tar de poner límites en la materia. Pero exagerar
las prohibiciones y llevarla a los extremos men-
cionados, no solo nos parece una enormidad
sino que estamos convencidos de su más abso-
luta inconstitucionalidad.
La norma, sin embargo, deja afuera del con-
cepto de campaña política, las actividades aca-
démicas, los simposios y las conferencias, actos
lícitos que, sin embargo pueden derivar en otros
prohibidos, incluso dentro de su propio desa-
rrollo, como los debates.
210 • Derecho electoral argentino
¿Cómo o en qué categoría de las nombra-
das corresponde encuadrar la participación en
programas periodísticos, radiales o televisivos?
¿Pueden, lícitamente, emitirse en ellos opinio-
nes o difundir allí ideas sin temor a ser san-
cionado aun cuando no se celebren dentro del
plazo al que ya nos hemos referido? Huelgan los
comentarios.
Otra de las menciones de la ley que no im-
plica sino una expresión de buenos deseos es
la que exige que las campañas se desarrollen
en un “clima de tolerancia democrática”. ¿Qué
debe entenderse por esta expresión? ¿Cuál es
la sanción por “enrarecer” el clima electoral? La
descalificación de los adversarios, lamentable
costumbre de muchos políticos con la que tra-
tan de suplir su falta de ideas y propuestas, ¿en-
cuadra en este concepto?
En suma, si bien se advierte detrás de la nor-
ma que hubo una sana intención del legislador,
lo cierto es que la redacción que se le dio la ha
convertido en altamente peligrosa, debiendo
procurarse su modificación de manera que re-
fleje lo que realmente se procuraba con ella que
no era, por cierto, limitar o anular la actividad
política ni cercenar la libertad de expresión.
La cuestión no es menor ni puede ignorar-
se, toda vez que las sanciones que prevé la ley
para el caso de violación de esta disposición,
son en extremo graves: pérdida del derecho a
recibir contribuciones, subsidios y todo recur-
so de financiamiento público anual por el plazo
de uno (1) a cuatro (4) años y los fondos para el
financiamiento de campañas por hasta dos (2)
elecciones en el caso de las agrupaciones políti-
cas y de multa entre diez mil (10.000) a cien mil
(100.000) módulos electorales (art. 128 quáter
del Código, agregado también por la ley 26.571).
El art. 64 quáter del Código, conforme habrá
de verse, también establece prohibiciones para
el gobierno de turno, pero sin embargo ninguna
sanción se encuentra prevista para el caso que
viole la norma.
Por otra parte, el art. 64 ter del Código Elec-
toral Nacional, modificado por la ley 26.571,
establece que “[q]ueda prohibida la emisión y
publicación de avisos publicitarios en medios
televisivos, radiales y gráficos con el fin de pro-

mover la captación del sufragio para candidatos
a cargos públicos electivos antes de los veinti-
cinco (25) días previos a la fecha fijada para el
comicio. La prohibición comprenderá la propa-
ganda paga de las imágenes y de los nombres de
los candidatos a cargos electivos nacionales, eje-
cutivos y legislativos, en los medios masivos de
comunicación (televisión, radio e Internet), vía
pública, medios gráficos, telefonía móvil y fija,
publicidad estática en espectáculos deportivos
o de cualquier naturaleza, así como también la
publicidad alusiva a los partidos políticos y a sus
acciones, antes de los veinticinco (25) días pre-
vios a la fecha fijada para el comicio. El juzgado
federal con competencia electoral podrá dispo-
ner el cese automático del aviso cursado cuando
este estuviese fuera de los tiempos y atribucio-
nes regulados por la ley”. Los riesgos a los que
hicimos referencia al comentar el artículo an-
terior, se agravan cuando se hace un análisis de
esta otra norma.
El art. 64 bis establece un plazo que entende-
mos excesivamente reducido para la adecuada
difusión de las plataformas electorales, tenien-
do en cuenta que lo que se elige (más aún si
hablamos de elecciones presidenciales) son ni
más ni menos quienes habrán de guiar los des-
tinos del país en los años siguientes y con qué
ideas o propuestas.
El art. 64 ter lo reduce aún más, al fijar en 25
días (que se reducen a 23 por la fecha en la que
debe cesar la campaña) el período durante el
cual se pueden emitir y publicar avisos publici-
tarios en televisión, radio y medios gráficos. La
vara no es la misma, como habrá de verse al co-
mentar el art. 64 quáter, cuando se limita la pu-
blicidad del gobierno.
Con el objeto de que quedaran dudas acerca
del alcance de la prohibición, el segundo párra-
fo de la norma alude expresamente a las imáge-
nes y nombres de los candidatos, a los partidos
políticos y a sus acciones y de hecho reduce la
campaña electoral a ese plazo, ya que a las emi-
siones radiales y televisivas y a las publicaciones
gráficas, agrega Internet, vía pública, telefonía
móvil y fija y hasta la publicidad estática en los
eventos deportivos o de cualquier otra natura-
leza.
Gabino Mario Tapia
La violación a esta norma, curiosamente, no
tiene prevista sanción alguna (el art. 128 quá-
ter del Código Electoral Nacional solo estable-
ce sanciones para el caso de violación del art. 64
bis) pero faculta (ni siquiera obliga) al juzgado
federal con competencia electoral a disponer el
cese “automático” (entendemos que quiso de-
cirse “inmediato”) del aviso emitido o publica-
do en infracción.
Decíamos que la vara era despareja cuando se
trataba de medir las posibilidades publicitarias
del Estado Nacional, y en efecto es así. Dispone
el art. 64 quáter del Código Electoral Nacional
que durante la campaña electoral, la publici-
dad de los actos de gobierno no podrá conte-
ner elementos que promuevan, expresamente,
la captación del sufragio a favor de ninguno de
los candidatos a cargos públicos electivos na-
cionales. Queda prohibido durante los quince
(15) días anteriores a la fecha fijada para la cele-
bración de las primarias, abiertas simultáneas y
obligatorias y la elección general, la realización
de actos inaugurales de obras públicas, el lan-
zamiento o promoción de planes, proyectos o
programas de alcance colectivo y, en general, la
realización de todo acto de gobierno que pue-
da promover la captación del sufragio a favor de
cualquiera de los candidatos a cargos públicos
electivos nacionales.
El Código aparenta dar garantías de igualdad
y ecuanimidad cuando en la primera parte de
esta disposición expresa que durante la campa-
ña electoral (¡lo que quiere decir que antes sí!)
la publicidad de los actos de gobierno no po-
drá contener elementos que promuevan expre-
samente (¡implícitamente sí!) la captación del
sufragio a favor de ninguno de los candidatos a
cargos públicos nacionales (¡provinciales, sí!).
Si bien ha quedado remarcado, se infiere del
texto legal que antes de la fecha de inicio de la
campaña electoral, la publicidad gubernamen-
tal puede promover en forma expresa el voto a
favor de determinada persona, y que una vez
comenzada la campaña, podrá contener ele-
mentos que implícitamente promuevan el voto
a favor de algún candidato y hasta en forma ex-
presa si se tratara de un candidato a ocupar al-
gún cargo público provincial y no nacional,
especulando con el “efecto arrastre” a favor de
los candidatos nacionales del gobierno, que el
QUINTA PARTE• 211
Modernización del Código Electoral Nacional
voto a favor del candidato provincial puede pro-
ducir. Piénsese, por ejemplo, en una acción en
favor de un candidato a gobernador de la pro-
vincia de Buenos Aires, principal distrito electo-
ral del país.
La publicidad de los actos de gobierno tienen,
en su naturaleza y razón de ser, una finalidad
que excede lo electoral, aunque es indudable
que sirve a estos fines. Por eso es criticable que
en tanto los partidos políticos no puedan difun-
dir sus acciones hasta treinta y cinco (35) días
antes de las elecciones (plazo que como hemos
visto se reduce a veinticinco (25) y que en caso
de hacerlo sean pasibles de severas sanciones, la
prohibición para el gobierno de inaugurar obras
públicas, el lanzamiento o promoción de pla-
nes, proyectos o programas de alcance colectivo
y en general de todo acto de gobierno que pue-
da promover la captación del sufragio a favor de
cualquiera de los candidatos a cargos públicos
nacionales, se limite a tan solo a los 15 días pre-
vios a las elecciones, de manera que cuenta con
un “hándicap” de nada menos que veinte (20)
días que, en caso de infringir no tiene prevista
sanción alguna. Y esto es, ciertamente, grave.
Distribución de equipos y útiles escolares.
Boletas. La ley 26.571 también modificó en el
Código Electoral Nacional, el listado de útiles
escolares y de documentación necesarios para
el funcionamiento de las mesas receptoras de
votos, aclarando, por ejemplo, que los sobres
deben ser “opacos” y “otros elementos para su
mejor desarrollo”, lo que no tenía ningún justifi-
cativo ya que de hecho se encontraba entre sus
facultades.
En cuanto a las boletas, dispone que “en el
caso de que los partidos políticos las hubieren
suministrado para distribuirlas, la cantidad a re-
mitirse por mesa y la fecha de entrega por parte
de los partidos a sus efectos serán establecidas
por la Junta Nacional Electoral en sus respec-
tivos distritos, conforme a las posibilidades en
consulta con el servicio oficial de correos. La
Junta Nacional Electoral deberá además remitir
para su custodia a la autoridad policial del lo-
cal de votación boletas de sufragio correspon-
dientes a todos los partidos políticos, alianzas o
confederaciones que se presenten a la elección.
Dichas boletas solo serán entregadas a las auto-
ridades de mesa que las requieran”.
212 • Derecho electoral argentino
El acto electoral. Designación de autori-
dades de mesa. Prioridades. La designación
de las autoridades de las mesas receptoras de
votos, es tarea delegada por el Código (art. 72)
en los jueces electorales de cada jurisdicción a
quienes la ley les fija un orden de prioridades a
tener en cuenta, si bien todo se diluye en la pé-
sima redacción dada a la norma, que en defi-
nitiva habla de “álea por medios informáticos”
y no señala pautas precisas para componer los
grupos entre los que se harán los sorteos que se
supone habrán de determinar quiénes resultan
designados.
En efecto, ¿cuál es el “grado de instrucción”
admisible o la edad aconsejada?, primeras pau-
tas a las que la ley alude para llevar a cabo la
función, lo que no parece responder a un crite-
rio lógico.
Lo que sí parece evidente es una marcada
desconfianza al “Registro público de postulan-
tes a autoridades de mesa”, que se supone pue-
de estar conformado por militantes políticos
antes que por ciudadanos dispuestos a colabo-
rar con el desarrollo del acto electoral. Creemos
que esta voluntad de prestar un servicio que en
realidad debería considerarse una carga pública
como efectivamente es, no debería despreciarse
sino antes al contrario aprovecharse y exigir su
complementación con cursos de capacitación
incluso a distancia como los que se dictan en di-
versas especialidades.
La realidad habla de una gran irresponsabi-
lidad de la ciudadanía en la materia, que hasta
considera como una suerte de “castigo” la desig-
nación para desempeñarse como autoridad de
mesa y rehúye la responsabilidad aún a riesgo
de ser pasible de sanciones. Curiosamente, las
críticas que después de cada comicio se oye en
relación con su organización, eventuales “tram-
pas” o anomalías en su desarrollo, parten de
quienes han hecho hasta lo imposible para evi-
tar cumplir lo que nos negamos a calificar como
“carga” para asignarle el más importante califi-
cativo de “responsabilidad”, mayor aún cuanto
recae en quienes han alcanzado un grado de
instrucción que los coloca por encima de los de-
más miembros de la sociedad.
De cualquier manera, y como siempre se des-
piertan suspicacias a la hora de estas designa-

ciones, pensamos que la ley podría exigir que
el sorteo se realice en un acto público con pre-
sencia de fiscales de los partidos que deseen
controlarlo y que ese control se realice desde el
inicio del proceso de selección que comenzará,
necesariamente, con la composición de los gru-
pos de “selectos” de acuerdo con las pautas que
marca la ley.
Sufragio de las autoridades de mesa. Los
presidentes y suplentes a quienes correspon-
da votar en una mesa distinta a aquella en que
ejercen sus funciones podrán hacerlo en la que
tienen a su cargo. Al sufragar en tales condicio-
nes dejarán constancia de la mesa a que per-
tenecen. Con esta norma se facilita la emisión
del voto de quienes se tienen que desempeñar
como autoridades de mesa, de manera que no
se vean obligados a suspender el ejercicio de
su función por la necesidad de cumplir con su
obligación de votar. De cualquier manera y para
evitar el doble voto o para aplicar las sanciones
que correspondan si se detectara alguna manio-
bra, se les obliga a dejar constancia de la mesa
en que les hubiese correspondido emitir su voto
cuando cumplan con esta obligación en la mesa
que les hubiese tocado desempeñarse. La modi-
ficación introducida por la ley 26.571 consistió
en suprimir la aclaración referida al voto de las
autoridades según el sexo en caso de que les hu-
biese tocado desempeñarse en una mesa de un
sexo distinto al suyo, toda vez que todas las me-
sas serán mixtas.
Por otra parte, el juzgado federal con compe-
tencia electoral nombrará a los presidentes y su-
plentes para cada mesa, con una antelación no
menor de treinta (30) días a la fecha de las elec-
ciones primarias debiendo ratificar tal designa-
ción para las elecciones generales.
Antes de las modificaciones introducidas al
Código por la ley 26.571, la facultad de designar
las autoridades de mesa correspondía a las Jun-
tas Electorales, habiendo sido trasladada a los
jueces electorales de cada jurisdicción, quienes
deben cumplir con esta obligación con una an-
telación de treinta (30) días a la fecha de los co-
micios primarios.
Quienes se desempeñen en estas funciones
en las elecciones primarias, abiertas y simultá-
neas, deberán volver a hacerlo en las elecciones
Gabino Mario Tapia
generales, razón por la cual los jueces deberán
ratificar la designación y obviamente comuni-
carlo en debida forma más que nada para evitar
sorpresas y garantizar el normal desarrollo de
los comicios.
En nuestra opinión y teniendo en cuenta que
la norma se refiere más que nada a la forma de
notificar las designaciones y el procedimiento a
seguirse en caso de excusaciones o de circuns-
tancias que determinen el reemplazo de los de-
signados, el primer párrafo que comentamos no
debería estar incluido aquí sino formar parte del
art. 72.
Registro de postulantes. La ley 26.571 ha
obligado a la Justicia Electoral la creación de
un registro de postulantes para desempeñarse
como autoridades de mesas receptoras de vo-
tos. La única exigencia para inscribirse, es reu-
nir los requisitos que el Código establece en el
art. 73 cuyo repaso nos hace concluir que solo
quienes se encuentren inhabilitados o sean
analfabetos no pueden aspirar a ser designados.
En efecto, la referida norma expresa que las úni-
cas exigencias para desempeñarse como autori-
dad de mesa son: 1) ser elector hábil; 2) residir
en la sección electoral en la que deben desem-
peñarse y 3) saber leer y escribir. En consecuen-
cia, pasa a un plano secundario la cuestión del
nivel de instrucción al que alude el art. 72 y ex-
plica que este ubique en el último orden de pre-
lación a los inscriptos en este registro respecto
de quienes tienen un mayor grado de capacita-
ción.
La inscripción, podrá hacerse tanto en los juz-
gados electorales como en las oficinas de co-
rreo, debiendo preverse cursos de capacitación
presenciales o a distancia para garantizarse que
quienes se inscriban sepan, llegado el momen-
to, como desempeñarse con eficiencia.
Se ha criticado la creación de este registro y
la posibilidad de inscribirse en las oficinas de
correo, dependencias que dependen del poder
administrador, afirmándose que en elecciones
pretéritas fueron manipulados. Creo que la crí-
tica, en las actuales circunstancias es apresura-
da. No niego que en alguna elección cercana en
la que se recurrió a este expediente de las ins-
cripciones voluntarias, no haya habido una in-
tencionada discrecionalidad en el manejo de
QUINTA PARTE• 213
Modernización del Código Electoral Nacional
estos registros. Pero no menos cierto es que no
se encontraban reglamentados sino que casi
surgieron como una necesidad espontánea ante
la reacción negativa de la ciudadanía a asumir
sus responsabilidades. Por otra parte, la recu-
rrencia a estos registros se contempla como últi-
ma alternativa en el art. 72 y además, dentro de
los inscriptos en él, la designación también de-
berá hacerse según el álea prevista en la referida
disposición.
Se ha creído ver en estos registros una suer-
te de “picardía” de los partidos políticos que im-
pulsarían a sus militantes a inscribirse en ellos
para de alguna manera tener el control del acto
electoral. Tampoco nos parece acertado este
prejuicio. Es que antes que una “picardía”, esta
debería ser una verdadera obligación de los par-
tidos políticos y formar parte de las tareas de
formación que deben encarar, tanto como la de
formar fiscales para controlar el desempeño de
los comicios y por supuesto de quienes en de-
finitiva sean designados como autoridades de
ellos.
Ubicación de las mesas de votación. Así
como la ley ha procurado mantener las autori-
dades de las Mesas receptoras de votos para evi-
tar inconvenientes a la ciudadanía, así también
ha dispuesto no modificar su ubicación y con-
servar los lugares en los que se llevaron a cabo
las elecciones primarias, en la medida de lo po-
sible.
La ley 26.571 suprimió de esta norma el inc.
3º, que permitía el funcionamiento de más de
una mesa en un mismo lugar de votación aun-
que sea tratara de diferentes sexos. Por un lado,
la diferencia entre mesas masculinas y femeni-
nas desapareció con la sanción de la referida
ley y por otra parte siempre se ha dispuesto el
funcionamiento de varias mesas en un mismo
ámbito toda vez que la elección de escuelas per-
mite acabadamente el funcionamiento de más
de un mesa dentro de su ámbito.
Apertura del acto electoral. De acuerdo con
la redacción dada por la ley 26.571 al art. 82 del
Código Electoral Nacional, al depositarse en el
cuarto oscuro los mazos de boletas oficiales de
los partidos remitidos por la junta o que le en-
tregaren los fiscales acreditados ante la mesa,
confrontando en presencia de estos cada una de
214 • Derecho electoral argentino
las colecciones de boletas con los modelos que
le han sido enviados, asegurándose en esta for-
ma que no hay alteración alguna en la nómina
de los candidatos, ni deficiencias de otras cla-
ses en aquellas, ordenándolas por número de
menor a mayor y de izquierda a derecha. Que-
da prohibido colocar en el cuarto oscuro car-
teles, inscripciones, insignias, indicaciones o
imágenes que la ley no autorice expresamente,
ni elemento alguno que implique una sugeren-
cia a la voluntad del elector fuera de las boletas
aprobadas por la junta electoral. La norma tiene
por objeto evitar que se coloquen en el cuarto
oscuro boletas no oficializadas que a la postre
permitan la impugnación de votos. La ley 26.571
efectuó una aclaración en esta disposición orde-
nando que las boletas se coloquen en el cuar-
to oscuro de izquierda a derecha respetando el
número de cada agrupación, de menor a mayor,
cuestión que antes de la sanción de esta ley no
estaba especificada y provocaba algunas discu-
siones en el acto de apertura de los comicios.
Escrutinio de mesa. Actas. La ley 26.571 ha
obligado a hacer actas separadas cuando se tra-
te de elecciones simultáneas de presidente y vi-
cepresidente de la Nación y otras categorías de
cargos, para asentar en una de ellas los resulta-
dos correspondientes a aquella categoría y en
otra los correspondientes a las restantes que se
elijan.
La disposición ha generado alguna crítica se-
ñalándose su contradicción con la norma que
establece una sola acta de apertura y cierre. En-
tiendo que el art. 102 bis no se refiere a las actas
de apertura y cierre que seguirán siendo únicas,
sino a las actas en las que deben volcarse los re-
sultados alcanzados.
La realidad marca que separadas por parti-
dos las boletas existentes en cada urna y para
evitar errores y determinar la cantidad de votos
en blanco correspondientes a cada categoría, el
conteo se hace por separado según cada una de
ellas, de manera que el vuelco de los resultados
a planillas separadas no veo que implique asig-
nar prioridades a una elección en “detrimento”
de otras categorías (indudablemente la elección
de presidente tiene una significación especial
que no puede desconocerse) ni dificulte las ta-
reas posteriores de análisis que se reservan para
sí quienes son especialistas en ese cometido. No

creo, finalmente que se vean favorecidas con
esta disposición maniobras manipulatorias del
resultado, ya que, al contrario, los correspon-
dientes a cada una de ellas habrá de ser expre-
sado por separado, dándoles mayor claridad y
facilitando su control.
Violación de la ley electoral. Penas y régi-
men procesal. El art. 128 quáter del Código
Electoral Nacional, modificado por la ley 26.571,
dispone que la agrupación política, que realice
actividades entendidas como actos de campa-
ña electoral fuera del plazo establecido en el art.
64 bis del presente Código, será sancionada con
Gabino Mario Tapia
la pérdida del derecho a recibir contribuciones,
subsidios y todo recurso de financiamiento pú-
blico anual, por un plazo de uno (1) a cuatro
(4) años y los fondos para el financiamiento de
campaña por una (1) a dos (2) elecciones. La
persona física que realizare actividades entendi-
das como actos de campaña electoral fuera del
período establecido por el presente Código, será
pasible de una multa de entre diez mil (10.000)
y cien mil (100.000) módulos electorales, de
acuerdo con el valor establecido anualmente
en el Presupuesto General de la Administración
Nacional.
QUINTA PARTE• 215
SEXTA PARTE
Paridad de género en ámbitos
de representación política
Nuestro país fue pionero en la sanción de una
ley de cupo femenino como medida de acción
afirmativa para asegurar la representación de
las mujeres en el Parlamento. En ese marco, el
puntapié inicial fue en el año 1991 con la san-
ción de la ley 24.012 que estableció un piso mí-
nimo de representación de mujeres en las listas
partidarias para los cargos legislativos naciona-
les y también que ellas debían estar compuestas
de al menos un 30% de mujeres.
La Corte Interamericana de Derechos Huma-
nos señaló en su opinión consultiva 18/03 que
“los Estados están obligados a adoptar medi-
das positivas para revertir o cambiar situaciones
discriminatorias existentes en sus sociedades,
en perjuicio de determinado grupo de perso-
nas..”; y, en el Informe Anual de 1999 expresó:
“mientras las constituciones de nuestra región
garantizan la igualdad entre la mujer y el hom-
bre, la mujer sigue teniendo una representación
minoritaria en virtualmente todos los aspectos
de la vida política (...). En consecuencia, los ins-
trumentos y las políticas adoptadas tanto a nivel
regional como universal requieren de la adop-
ción de medidas especiales, cuando sea necesa-
rio, para promover la participación de la mujer
en la vida pública”.
Respecto de los antecedentes que llevaron a
concretar la paridad electoral, debemos men-
cionar al art. 37 de la Constitución Nacional in-
corporado en la reforma del año 1994, en cuanto
establece: “Esta Constitución garantiza el pleno
ejercicio de los derechos políticos, con arreglo
al principio de la soberanía popular y de las le-
yes que se dicten en consecuencia. El sufra-
gio es universal, igual, secreto y obligatorio. La
igualdad real de oportunidades entre varones y
mujeres para el acceso a cargos electivos y par-
tidarios se garantizará por acciones positivas
en la regulación de los partidos políticos y en el
régimen electoral”. Asimismo, entre las disposi-
ciones transitorias de la Constitución Nacional
reformada en 1994 se dispuso: “Segunda. Las
acciones positivas a que alude el art. 37 en su
último párrafo no podrán ser inferiores a las vi-
gentes al tiempo de sancionarse esta Constitu-
ción y durarán lo que la ley determine...”.
De esta forma se procura garantizar la igual-
dad real de oportunidades mediante acciones
afirmativas lo cual implica un accionar progre-
sivo por parte del Estado tendiente a remover
los obstáculos para una mayor participación de
la mujer en los ámbitos de decisiones políticas.
A pesar de ello, se tardó varios años hasta alcan-
zar ese porcentaje de mujeres en el cuerpo le-
gislativo.
Debe señalarse, tal como lo puso de relie-
ve la Cámara Nacional Electoral (sent. del
20/04/2017, expte. 6713/2016/CA1), que “nues-
tro país ha seguido los principios consagrados
en el orden internacional que en materia electo-
ral y de partidos políticos se pronuncian discri-
minaciones fundadas en meros prejuicios entre
varones y mujeres, contenidos en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en el Pac-
to de Derechos Civiles y Políticos y en la Con-
vención contra toda forma de Discriminación
de la Mujer”. Tales prescripciones se enmarcan
—como se señaló— en una concepción progresi-
va de los derechos fundamentales que no solo re-
quieren del Estado una posición de mero garante
neutral o abstencionista, sino que le encomien-
da remover los obstáculos para hacer verdadera-
mente efectiva la realización de tales derechos, en
el caso, a la participación efectiva en la política.
La sanción de la Ley de Paridad de Género
en Ámbitos de Representación Política (27.412)
es el resultado de un trabajo llevado a cabo por
muchos sectores representativos de las socie-
dad, con la colaboración no solo de los partidos
políticos que cuentan con representación par-
lamentaria sino también de organizaciones no
gubernamentales, organizaciones de derechos
humanos y de la justicia electoral y que ofre-
ce una herramienta que permite garantizar en
SEXTA PARTE• 219
Paridad de género en ámbitos de representación política
igual medida la representación del hombre y de
la mujer.
Paralelamente, en la provincia de Buenos Ai-
res el art. 2º de la ley 14.848 modificó el art. 32 de
la ley 5109, estableciendo que las listas de can-
didatos a cuerpos colegiados a oficializarse de-
berán respetar una equivalencia del cincuenta
por ciento (50%) del sexo femenino y otro cin-
cuenta por ciento (50%) del sexo masculino,
porcentajes que serán aplicables a la totalidad
de la lista, la cual deberá cumplir con el meca-
nismo de alternancia y secuencialidad entre
sexos por binomios (mujer-hombre u hombre-
mujer). Asimismo, se estableció que, cuando se
trate de nóminas u órganos impares, la diferen-
cia entre el total de hombres y mujeres no podrá
ser superior a uno:
“Art. 3º.- Modifícase el art. 7º de la ley 14.086,
el que quedará redactado de la siguiente mane-
ra:
”‘Art. 7º: Vacancias. En caso de renuncia, fa-
llecimiento o incapacidad sobreviniente del
candidato a gobernador de cualquier fórmula,
luego de realizada la elección primaria, será re-
emplazado por el candidato a vicegobernador
de la misma, y este último lo será con un candi-
dato a senador o diputado provincial titular en
primer término de cualquier lista seccional de
la corriente interna correspondiente.
”’En caso de renuncia, fallecimiento o incapa-
cidad sobreviniente del candidato a intendente,
lo reemplazará el candidato a concejal titular en
primer término de su lista.
”’Las vacancias de las listas de cuerpos co-
legiados se cubrirán siguiendo el orden de
postulación (corrimiento) de los candidatos,
respetando la paridad para candidaturas del gé-
nero femenino y del género masculino y el or-
den de inclusión establecidos en el art. 32 de la
ley 5109.
”’En cualquiera de las situaciones descriptas
en los párrafos precedentes, el Partido Político,
Federación, Alianza Transitoria o Agrupación
Municipal, deberá registrar un nuevo suplente
en el último orden, debiendo recaer dicha de-
signación en un candidato que haya participa-
do en la elección primaria y no resultará electo.
220 • Derecho electoral argentino
Igual procedimiento se aplicará en caso de que
la renuncia, fallecimiento o incapacidad sobre-
viniente se produzcan antes de la celebración
de las elecciones primarias, debiendo registrar
la corriente interna partidaria un nuevo suplen-
te en el último orden de la lista respectiva’”.
“Art. 4º.- Modifícase el art. 11 de la ley 14.086,
el que quedará redactado de la siguiente mane-
ra:
”‘Art. 11: Equidad de género. En la aplicación
de la presente Ley deberá respetarse la paridad
para candidaturas femeninas y masculinas esta-
blecida en el art. 32 de la ley 5109’”.
Es un deber primordial de los Estados moder-
nos el garantizar el efectivo goce y ejercicio de
los derechos humanos en condiciones de igual-
dad y libre de toda forma de discriminación. Así,
la defensa irrestricta y la efectiva vigencia de los
derechos, como también su incorporación pro-
gresiva en las políticas públicas provinciales y
locales, es un objetivo del Gobierno provincial,
a través de una incorporación transversal del
“enfoque de género” en su implementación.
Desde el Estado, en cualquiera de sus pode-
res, se debe reconocer y señalar el impacto di-
ferencial que determinados obstáculos tienen
para las mujeres y constituirse como el primer
eslabón que colabore en la efectivización de la
igualdad es primordial, ya que parece solo es-
tar garantizada en términos normativos, y a ve-
ces, escasamente. Pues en una dimensión fáctica
aquella igualdad debe tener asegurado su ejerci-
cio a partir de decisiones que reconozcan la dife-
renciación entre la realidad jurídica y la realidad
material y es aquí donde debe operar el rol del Es-
tado con su intervención en casos concretos para
hacer un aporte al cambio de los estereotipos en
la mirada del género no solo en términos de in-
terpretación jurídica sino también en la genera-
ción de una nueva cultura organizacional.
Los Estados deben abstenerse de producir
y avalar regulaciones discriminatorias o que
contengan efectos discriminatorios en los di-
ferentes grupos de una población al momento
de ejercer sus derechos; aquí debemos definir
la discriminación indirecta, este concepto im-
plica que una norma o práctica aparentemente
neutra tiene repercusiones particularmente ne-

gativas en una persona o grupo con unas carac-
terísticas determinadas.
En este orden de ideas para cumplir con el
mandato constitucional quien dictamina, legis-
la o juzga tiene la obligación de advertir si aque-
llas prácticas sociales estereotípicas o incluso el
propio lenguaje jurídico está limitando, obstacu-
lizando o excluyendo a una persona del ejercicio
de sus derechos a partir de valoraciones sobre las
funciones o roles de género, atendiendo al espíri-
tu de las leyes y de los principios y derechos fun-
damentales que rigen la vida de una persona.
Si atendemos a los fundamentos que inspira-
ron la sanción de la ley 14.848, se desprende ex-
presamente de ellos lo siguiente (1):
- La participación política de hombres y mu-
jeres es un derecho humano reconocido en una
sociedad democrática, representativa, partici-
pativa e inclusiva, al amparo de los principios de
igualdad y no discriminación, y se encuentran
incluidos en los arts. 11 y 36 inc. 5º de la Const.
prov. y los arts. 37 y 75 incs. 22 y 23 de la CN y en
la Convención contra Toda Forma de Discrimi-
nación contra la Mujer de rango constitucional
y otros instrumentos firmados por el país en las
conferencias de la ONU de Quito (2007) y Brasi-
lia (2010).
- La Argentina fue el primer país en el mun-
do en sancionar cuotas legales de género (ley
24.012/91) con el fin de revertir la baja represen-
tación femenina en el Congreso Nacional, subre-
presentación que permanecía inalterable aun
cuando las estadísticas mostraban una alta par-
ticipación de las mujeres en la militancia polí-
tica.
- Posteriormente, entre 1991 y 2013, doce paí-
ses latinoamericanos imitaron esta postura y
adoptaron leyes de cuotas de género similares
(Brasil, Uruguay, Paraguay, Perú, Colombia, Re-
pública Dominicana, El Salvador, Bolivia, Mé-
xico, Ecuador y Panamá) con el mismo fin. Las
“leyes de cuotas de género” o “leyes de cupo fe-
menino” establecen un porcentaje mínimo de
representación por género en las listas partida-
rias que se oficializan en una elección. Y están
(1) http://www.gob.gba.gov.ar/legislacion/
legislacion/f-14848.html.
Gabino Mario Tapia
orientadas a disminuir la brecha entre géneros
en los órganos de representación. En un sentido
estricto garantizan el derecho de las mujeres a te-
ner acceso a la representación.
- El impacto cuantitativo de estas leyes en los
diversos parlamentos, aun con sus heterogenei-
dades, ha sido muy importante. La presencia de
un número importante de mujeres en las legis-
laturas significó: 1) un avance hacia la equidad
de género al interior de las cámaras, 2) promo-
cionó el reconocimiento a nivel social, político y
cultural de las diferencias de género a través de
una mayor visibilidad de las mujeres ocupando
espacios políticos tradicionalmente masculinos,
3) permitió un mayor contacto entre las muje-
res que ocupan cargos legislativos y las mujeres
organizadas de la sociedad civil intensificando
el vínculo de representación y 4) diversificó las
agendas parlamentaria y pública a través de la
incorporación de nuevas temáticas.
- Sin embargo, la efectividad de las leyes de
cuotas ha encontrado barreras muchas veces
difíciles de sortear, tanto las referentes a factores
legal-institucionales relacionados con los siste-
mas electorales como aquellas vinculadas a ras-
gos culturales y cuestiones relativas a la cultura
política partidaria. En este sentido, los partidos
políticos han manifestado en forma reiterada
su resistencia a estas normas al aplicarlas con
criterios burocráticos y minimalistas, en la ma-
yoría de los casos. Y convirtiendo así, el piso mí-
nimo en un techo máximo.
La paridad es entendida como una medida
definitiva (y no ya transitoria ni correctiva como
sucede con las cuotas de género) que busca ex-
tender el derecho a la igualdad entre hombres
y mujeres a través de la inclusión de un 50% de
candidaturas de cada sexo en forma secuencial
y alternada. Sin duda, la paridad es la próxima
meta en la búsqueda de la equidad entre hom-
bres y mujeres en la política. Los cambios pro-
puestos a la normativa vigente buscan avanzar
hacia la igualdad real entre hombres y mujeres,
tal como lo establecen nuestra Const. prov., la
CN y los distintos pactos internacionales sus-
criptos por la República Argentina.
Como observa bien el Atlas de las Luchas de
las Mujeres - 90 años CIM, “la paridad busca re-
formular la concepción del poder político hacia
SEXTA PARTE• 221
Paridad de género en ámbitos de representación política
un espacio que debe ser compartido igualita-
riamente entre hombres y mujeres”. Esta nueva
concepción fue sentada como prioridad en el
documento Consenso de Quito de 2007 al reco-
nocer en el punto 17 la “la paridad como uno de
los propulsores determinantes de la democra-
cia, cuyo fin es alcanzar la igualdad en el ejer-
cicio del poder, en la toma de decisiones, en los
mecanismos de participación y representación
social y política para erradicar la exclusión es-
tructural de las mujeres” (2).
Para ir cerrando este acápite, es interesante
citar el diario 10 de sesiones del 14 de septiem-
bre de 2016, en su versión taquigráfica, donde
en ocasión de votar el proyecto de ley que mo-
dificaba el art. 32 de la ley 5109, planteando la
paridad de género para las próximas elecciones,
se dijo textualmente en el recinto de la Cámara
de Senadores de la Provincia de Buenos Aires:
“La paridad de género no solo plantea la solu-
ción práctica de un problema que tiene muchos
años, que tiene una historia detrás, de debate
alrededor de las participaciones efectiva de las
mujeres en la política Argentina y en la provin-
cia de Buenos Aires. Además, tiene anteceden-
tes no solo en nuestro país, también en otros
países, en otras latitudes, países como México,
Costa Rica, ya tienen hoy su Ley de Paridad y
han sido en algún sentido la continuidad his-
tórica de lo que la Argentina sancionó, allá por
el año 1991, y dio la posibilidad de que muchas
mujeres se incorporen al debate legislativo y
también incorporen una perspectiva de género
al debate de muchos temas que durante nuestra
historia estuvieron escondidos debajo de la al-
fombra sin debate y en la oscuridad. Y nuestro
país, también, tiene provincias donde ya existen
la Ley de Paridad de Género, como la provin-
cia de Santiago del Estero, Córdoba o Río Ne-
gro, llevan años aplicando esta paridad que no
hace más que igualar las condiciones de parti-
cipación entre los varones y las mujeres. Entre
los que en definitiva, señor presidente, somos
distintos a la hora de analizar las posibilidades
efectiva de participar en la actividad política.
Claramente no estamos hablando de la mera
conformación de listas legislativas. Hoy, sin du-
das, debatimos, la posibilidad de que exista un
50 por ciento de hombres y un 50 por ciento de
(2) CEPAL, p. 3, recuperado de https://www.cepal.org/
sites/default/files/events/files/consensodequito.pdf.
222 • Derecho electoral argentino
mujeres de manera secuencial y alternativa, que
sea un hombre, una mujer, un hombre, una mu-
jer. De esa forma, la constitución de todos los
cuerpos legislativos de la provincia va a tener la
posibilidad de escuchar de igual manera a los
hombres y mujeres”.
Jurisprudencia
- “En tal sentido, el fin perseguido por la Ley de
Paridad de Género es hacer efectivo el derecho
de las mujeres a tener las mismas oportunidades
reales que los varones para conducir los destinos
de la Nación, ello así a partir de su postulación y
acceso a los cargos legislativos —diputados, se-
nadores y parlamentarios del Mercosur— por
un lado, como así también mediante la partici-
pación efectiva en la estructura de poder de de-
cisión de los partidos políticos por otro, que son,
además, los facilitadores de este efectivo acceso
a partir de su organización democrática y de su
función primordial: la exclusiva postulación de
candidatos a ocupar cargos públicos electivos”
(causa 12236/2017).
- “En este marco, como invariablemente ocu-
rrió, el tribunal ha asumido de un modo ca-
bal el rol que se le ha asignado de garante del
cumplimiento de las medidas que procuran la
igualdad real de oportunidades entre varones y
mujeres para el acceso a cargos electivos y par-
tidarios” (fallos CNE 1568/93, 1585/93, 1586/93,
1593/93, 1595/93, 1863/95, 1865/95, 1866/95,
1867/95, 1868/95, 1869/95, 1870/95, 1873/95,
1984/95, 2669/99, 2878/01, 2918/01, 3005/02,
3780/07 y 5026/13, entre muchos otros).
- “En esta coyuntura, disponer el reemplazo
de la diputada Cantero por simple orden de co-
rrimiento y no de corrimiento con aplicación de
Ley de Paridad, iría en menoscabo de la efectiva
participación igualitaria y sin discriminaciones
entre varones y mujeres en la conformación de
listas y composición de los órganos legislativos
pues, no debe soslayarse que la composición
actual de la Cámara de Diputados muestra que
aún, con la Ley de Paridad vigente en la provin-
cia de Buenos Aires, las mujeres no lograron la
igualdad en el acceso a la representación. Cabe
aquí detenerse en que, de realizarse el reempla-
zo a favor de Nicolás Russo quedaría en 1º Jor-
ge D’Onofrio, en 2º Nicolás Russo y por debajo,
en un 3º lugar, María Ángela La Rosa. Es más, la

exigencia a los partidos o agrupaciones políti-
cas de elaborar sus listas siguiendo un criterio
de paridad, sería letra muerta, si luego, ya en el
seno de la Cámara, por alguna razón o circuns-
tancia, en la oportunidad de tener que reempla-
zar una banca al suceder el siguiente en el orden
de lista, ya no se respeta. Porque si bien el crite-
rio de automaticidad, según el orden estricto de
ubicación en la lista (corrimiento), puede ope-
rar tanto a favor de uno u otro género, y en tal
sentido puede afirmarse como neutra, tal neu-
tralidad, esa asepsia que se alega de la norma,
no es tal porque haría a un lado la garantía de
participación igualitaria a favor de las mujeres,
al dejarla librada al álea de la combinación de
tres factores: orden de listas, cantidad de legisla-
dores efectivamente electos, y orden del legisla-
dor que se deja la banca. Vale repetir, en el caso
de las mujeres, se debe garantizar la participa-
ción igualitaria, para la mentada indiferencia de
la norma justamente por cuanto, eventualmen-
te, lo que hay que hacer es diferenciar. (...) Con-
trariamente, insistir en que la aplicación de la
paridad es hasta la ‘oficialización’ de las listas,
encubriría una práctica de flexibilización del
cupo femenino y de apartamiento de las muje-
res en los circuitos de decisión en los Órganos
de la Democracia, actuando en clara contradic-
ción a lo que prevé el art. 37 de la CN. En de-
finitiva, la decisión adoptada lejos de avanzar
sobre facultades y atribuciones privativas de la
H. Cámara o intentar franquear los principios
republicanos adoptados por nuestra Carta Mag-
na, propicia dar certeza a la relación jurídica en-
tablada, a través de una solución coherente y
respetuosa de art. 37 de la CN, la progresividad
de los derechos humanos y la ley 14.848, bajo el
prisma de la paridad de género” (“La Rosa, Ma-
ría Ángela y otro/a s/ pretensión declarativa de
certeza - otros juicios”, expte. 64448, sent. del
18/12/2019).
- “Sería impropio privar a una mujer de acce-
der a una banca de la Cámara de Diputados de
la Nación que ha decidido el pronunciamiento
popular, por su condición de tal y en supuesto
cumplimiento de una Ley de Paridad de Gé-
neros que tiene como finalidad promover una
mayor participación de la mujer en la vida par-
lamentaria. IV - Todo ello, me lleva a concluir,
dadas las especiales circunstancias del caso,
que la vacante producida por la renuncia del
diputado nacional Guillermo T. Montenegro,
Gabino Mario Tapia
debe ser cubierta por la Sra. Adriana C. Cáceres,
por aplicación del art. 164 del Código Nacional
Electoral vigente al tiempo de la elección” (CNE,
“Cáceres, Adriana C. s/amparo - reemplazo del
señor diputado nacional Guillermo T. Montene-
gro art. 164 del CEN”, expte. 009467/2019).
- “I) Que se presentan en este tribunal las ciu-
dadanas Malena Galmarini, Marcela M. Durrieu
y Lorena F. M. Ferraro Medina, solicitando al
Tribunal el dictado de una acción de amparo
contra el Poder Legislativo (Honorable Cámara
de Diputados de la Nación) con el objeto de que
esa Cámara se abstenga de tomar juramento y
poner en funciones como diputado nacional
al Sr. Jorge M. H. Garayalde. También solicitan
que, por la renuncia de la diputada nacional
Anabella Hers Cabral, se disponga su reemplazo
por la siguiente candidata —mujer— de la lista
respectiva, Alejandra A. Caballero, quien ocu-
para el décimo lugar en la lista de candidatos
respectiva, o en su defecto Liliana Venier o Vir-
ginia D. Luna, o bien, la mujer que siga en orden
de suplencia (...). La suscripta considera que la
solución a la que arribará no solo se ajusta al or-
den jurídico vigente sino que se condice con los
principios y garantías señaladas en los párrafos
precedentes, a los fines de lograr el equilibrio
necesario entre hombres y mujeres respecto de
la composición de la Cámara de representantes
que no es otro que el fin perseguido por los le-
gisladores que procuraron su sanción. Por todo
lo expresado y en consideración a los principios
citados en los párrafos precedentes, no puede
sino concluirse que entre dos soluciones posi-
bles, debe procurarse aquella que garantice el
adecuado equilibrio entre mujeres y hombres en
la composición del cuerpo legislativo. Disponer
lo contrario implicaría en los hechos una dis-
minución en el porcentaje de la representación
de las mujeres en el Parlamento vulnerando el
accionar progresivo de la legislación cuya fina-
lidad no fue otra que dar cumplimiento al man-
dato constitucional en pos de la igualdad real de
oportunidades para el acceso a cargos electivos,
removiendo de esa forma los obstáculos que
permitan una mayor participación de la mujer
en los ámbitos de las decisiones políticas. Por lo
expuesto y jurisprudencia citada, es que corres-
ponde y así, resuelvo: I) hacer lugar a la acción
de amparo interpuesta a fs. 16/26 (05/06/2019,
“Galmarini, Malena y otros c. Poder Legislativo -
SEXTA PARTE• 223
Paridad de género en ámbitos de representación política
Cámara de Diputados de la Nación y otro s/am-
paro”, CNE 001872/2019, res. 30/19).
- (...) quien solicitó reemplazar a Elisa Carrió
tras dejar su banca. Servini de Cubría estipuló
que en ambos casos, sea “la candidata mujer
que le siga según el orden establecido en la lis-
ta” quien reemplace a las diputadas que dejan
sus bancas. “Disponer lo contrario implicaría
en los hechos una disminución en el porcen-
224 • Derecho electoral argentino
taje de la representación de las mujeres en el
Parlamento vulnerando el accionar progresivo
de la legislación cuya finalidad no fue otra que
dar cumplimiento al mandato constitucional en
pos de la igualdad real de oportunidades para
el acceso a cargos electivos, removiendo de esa
forma los obstáculos que permitan una mayor
participación de la mujer en los ámbitos de las
decisiones políticas” (“Holzman Patricia s/ am-
paro”).