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Advertencia: Este texto solamente muestra un enfoque del tema GÉNERO. Existen
otras perspectivas que incluyen los aportes de los Estudios de Género producidos en
Europa y en América Latina.
Por Eva Giberti1
A lo largo de la historia todas las sociedades se han construido a partir de las diferencias
anatómicas entre los sexos, convirtiendo esta diferencia en desigualdad social y política. La
noción de género alude a esta construcción sociocultural e histórica, y surge en la década de
los 70 en Estados Unidos, con el resurgir del movimiento feminista. Género alude al distinto
significado social que tiene el hecho de ser mujer y hombre en una sociedad; es decir, es una
definición específica cultural de la feminidad y la masculinidad que, por tanto, varía en el
tiempo y en el espacio, y define el modo en que una realidad social se organiza, se divide
simbólicamente.
Los estudios de género se incorporaron en las dos últimas décadas como categoría de
análisis a todas las ciencias sociales, han modificado el pensamiento social y político. Han
sido utilizados para analizar y explicar comportamientos individuales y colectivos
relacionados con la sociedad, así como los mecanismos ideológicos y sociales de opresión de
las mujeres.
En las décadas de los cincuenta y sesenta, las políticas de desarrollo gravitaban sobre el
objetivo del crecimiento económico, a través del ahorro y la acumulación de capital. A las
mujeres se las percibía como beneficiarias pasivas del desarrollo. En el decenio de los
setenta, se comenzó a cuestionar el modelo de crecimiento por sus limitados resultados.
Este cuestionamiento del paradigma de desarrollo dominante dio lugar a diversas
propuestas doctrinales, cuyo sustrato común era reclamar una mayor incorporación de las
mujeres al proceso de desarrollo, venciendo la discriminación.
El enfoque de género es la respuesta que se genera a finales de los años 80. Aparece como
un nuevo marco de análisis que sitúa a mujeres y hombres en “contexto”, permitiendo
enfocarse en los procesos y relaciones que reproducen y refuerzan las desigualdades entre
1Coordinadora del Programa Las Víctimas Contra Las Violencias del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la
Nación.
Con base en las variables sexo y género, este enfoque facilita la identificación de los roles
asignados a hombres y mujeres en una sociedad, ayuda a reconocer las causas que producen
las inequidades, y a formular mecanismos para superarlas.
El enfoque de género se concibe como una herramienta de trabajo, una categoría de análisis
que permite elaborar una mirada más profunda sobre los procesos de desarrollo y contribuir
a la transformación de las inequidades.