Está en la página 1de 4

¿Por qué el arte moderno es tan malo?

; por Robert Florczak


diciembre 17, 2017

La Mona Lisa, La Piedad, La Joven de la Perla, por muchos siglos los artistas enriquecieron

la sociedad occidental con sus obras de impactante belleza como ‘’La Guardia Nocturna’’

o  ‘’El Pensador’’, maestros tras maestros, de Leonardo a Rembrandt, a Bierstadt,

produjeron obras que nos inspiraron, elevaron y conmovieron. Y lo hicieron por exigirse a

sí mismos los máximos estándares de excelencia, innovando sobre el trabajo de los

maestros de generaciones anteriores y continuar inspirando a lograr la mayor calidad

posible.

Pero algo ocurrió camino al siglo XX, lo profundo, lo inspirador y lo hermoso, fueron

reemplazados por lo nuevo, lo diferente y lo feo. Hoy, lo tonto, lo sin sentido y lo

puramente ofensivo son considerados como lo mejor del arte moderno. Miguel Ángel

esculpió a su David en una roca, el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles solo nos

ofrece una roca, las 340 toneladas de ella, a este punto disminuyeron los estándares.

¿Cómo pasó esto?, ¿Cómo el ascenso de miles de años hacia la perfección artística y la

excelencia murió?... Pues no lo hizo, fue desplazado, empezando a finales del siglo XIX, un
grupo apodado como Los Impresionistas se reveló contra la Academia Francesa de Bellas

Artes y su demanda por estándares clásicos, cualquiera que fueran sus intenciones los

nuevos modernistas hallaron el camino al ‘’Relativismo Estético’’, la mentalidad de que la

belleza está en los ojos de quien la mira, hoy todos aman a los impresionistas, y como con

la mayoría de las revoluciones, la primera generación produjo obras de mérito genuino,

‘’Monet’’, ‘’Renoir’’, ‘’Degas’’, todavía mantenían los elementos de diseño y ejecución

disciplinados, pero con cada nueva generación, los estándares cayeron hasta que no

hubieron estándares, todo lo que quedó fue ‘’expresión personal’’.


El gran historiador del arte Jakob Rosenberg, escribió que la calidad del arte ‘’no es apenas

una cuestión de opinión personal, sino un alto grado de objetividad localizable’’, pero la

idea de estándares universales de calidad en el arte, se encuentra por lo general con una

fuerte resistencia sino abierto al ridículo. ¿Cómo puede el arte ser medido objetivamente?,

en respuesta señalo los resultados artísticos producidos por los estándares universales,

comparados a lo que es producido por relativismo estético, lo anterior dio al mundo el

‘’Nacimiento de Venus’’, o el ‘’Gálata Moribundo’’, mientras lo segundo nos dio a la

‘’Santa Virgen María’’ (adornada con estiércol de vaca e imágenes pornográficas), y

‘’Petra’’ (la laureada escultura de una mujer policía en cuclillas y orinando, completada con

un charco de orina sintética).

Sin los estándares estéticos no tenemos manera de determinar calidad o inferioridad, hay

una prueba que les hago a mis estudiantes de grado, todos talentosos y bien educados, ‘’Por

favor, analicen esta pintura de Jackson Pollock y expliquen por qué es buena.

Sólo luego que cuando ellos dan respuestas muy elocuentes como ‘’audaz, poco

convencional, evocador’’, les informo que la pintura en realidad, es una captura cerrada de
mi delantal de estudio.

No los culpo, probablemente yo hubiese hecho lo mismo, debido a que es casi imposible

diferenciarlas, y ¿Quién determina la calidad?, si vamos a ser intelectualmente honestos,

todos conocemos situaciones que dependen de la experiencia profesional reconocida,

tomemos el patinaje artístico en los Juegos Olímpicos, donde la excelencia artística es

juzgada por expertos en la materia, seguramente dudaríamos del competidor que se arrojara

indiscriminadamente sobre el hielo y demandara que su rutina sea aceptada por tener el

mismo valor que la del patinador más disciplinado.


No solo disminuyó la calidad del arte, sino también la temática pasó de lo trascendental a lo

vulgar, donde alguna vez los artistas aplicaron sus talentos a escenas de sustancia e

integridad de la literatura, la religión, la mitología, etc. Muchos de los artistas de hoy usan

su arte para hacer declaraciones que no van más allá de impresionar, causar ‘’Shock’’, los

artistas del pasado también solían hacer declaraciones a veces, pero jamás a expensas de la

excelencia visual de su trabajo. No solo los artistas están fallando, sino también a quienes

componen la denominada comunidad artística, los jefes de los museos, los dueños de

galerías, y lo críticos quienes alientan, financian, y facilitan la producción de esta bazofia.

Son ellos quienes apoyan el grafiti y lo llaman ‘’genio’’, quienes promueven lo

escatológico y lo llaman ‘’significativo’’, son ellos quienes en realidad, son los

emperadores desnudos del arte, por quienes se gastan más de 10 millones de dólares en una

roca y pensar que eso es arte, pero ¿Por qué tenemos que ser víctimas de este mal gusto?...

No debemos, por el arte que frecuentamos en los museos o compramos en las galerías,

podemos dar a conocer no solo nuestra opinión sino hacerla sentir. Las galerías de arte, al

fin y al cabo, son un negocio como cualquier otro, si el producto no se vende, no se

produce. Apoyemos a organizaciones que trabajan para restaurar los estándares objetivos en
el mundo del arte, aboguemos por la enseñanza de apreciación artística clásica en nuestras

escuelas.

Celebremos lo que sabemos es bueno e ignoremos lo que sabemos no lo es.

Por cierto, el fondo blanco que ven detrás de mi, no es símplemente un gráfico blanco

decorativo, es una completa pintura blanca del reconocido artista Robert Rauschenberg

expuesta en el Museo de San Francisco.

También podría gustarte