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El traje nuevo del emperador o lo irreal de la realidad del arte contemporáneo

Mtro. Fabián Dagoberto García Huerta

arte
Del lat. ars, artis, y este calco del gr. τέχνη téchnē.

1. m. o f. Capacidad, habilidad para hacer algo.

2. m. o f. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se


interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos,
lingüísticos o sonoros.

3. m. o f. Conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer algo 1.

Esta es la definición que da el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el cual pone
otras acepciones pero solo tomare estas tres por ser las más pertinentes, de hecho no nos dicen
mucho al respecto ni nos definen límites para entender mejor el tema, pues todas las actividades
humanas hacen referencia a lo real y desde las matemáticas hasta el cocinar requieren habilidad
en mayor o menor medida y a eso no le llamamos arte.

Por esto creo pertinente delimitar una nueva definición de arte, ya que aparte de interpretar lo
real o plasmar lo imaginado se requiere que esta descripción exprese algo que sea común a
quienes ejercen el oficio de artistas, que hagan que esta no sea tan subjetiva en cuanto a lo que sí
es y no es, que acepte abiertamente hasta lo más absurdo como arte y no se convierta como
hasta ahora en un mero discurso ostentado por un grupo que elabora un discurso imaginario que
sublima un objeto o manifestación bastante mediocre para presentarlo como la máxima expresión
de nuestro siglo.

La base de esta apertura sin barreras hacia ninguna expresión y a tomar todo como arte esta
sostenida por el hecho de que en pasado a grandes artistas se les desvaloro su trabajo debido a las
reglas existentes, al gusto de la época y que esto los margino del reconocimiento que ahora siglos
después gozan, sin embargo creo que fueron precisamente esas reglas las que permitieron a los
que se apegaron a ellas lograr creaciones extraordinarias que hoy llamamos obras maestras y al
mismo tiempo estas barreras lograron estimular la creatividad de quienes las rompieron hasta el
punto que hoy les damos el título de genios y visionarios. Porque cabe preguntarse, si todo
hubiera sido aceptado sin la menor crítica acaso tendríamos esa evolución en el arte, si desde un
principio la gente hubiera exaltado al mismo nivel de espiritualidad una cuchara y una escultura
divina, se habría dado toda esa serie de esculturas gigantescas que representan a los dioses.

1
Tomado del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española http://dle.rae.es/?id=3q9w3lk
Entonces si se necesitan parámetros, reglas que limiten el que cualquier objeto sea llamado arte y
que en base a estas se estimule el trabajo de los artistas, lo absurdo es que todos los que están en
el mundo del arte afirman que es obvio que si existen parámetros para decir que es arte y que no,
pero al momento de afrontar el tema no saben enumerarlos, pueden de i o io ue esa esa
o es a te dos eses después e o t a se esa esa de t o del useo solo po ue alguie de
New York la puso ahí, y bueno ahora si es arte porque el vio algo que nosotros no habíamos visto,
pero en ese caso las reglas se inventan en el momento y solo funcionan con base al currículum de
quién se siente artista.

Todos recordamos el cuento de Hans Christian Andersen titulado el t aje ue o del e pe ado
en el cuál dos sastres muy vivillos le venden a un emperador bastante obtuso de mente un traje
maravilloso realizado con una tela invisible, algo que solo las personas inteligentes puede ver y
apreciar, mientras que los ignorantes y estúpidos, no podrán ver nada, revelando así su
estulticia, ante lo cual y para no pasar por tontos todos fingen que pueden ver y admirar el
vestido, llenando de elogios fingidos al rey.

El problema es que mientras que en la fábula, el rey y la nobleza al final se dan cuenta del engaño
y todo queda como u a e a ge ialidad de los dos sast es ue da una lección a la realeza de
que tan estúpido puede a llegar a ser el hombre llevado ciegamente por su soberbia, en el mundo
contemporáneo los museos, galerías, curadores, marchantes y especialistas, pero más
preocupante aún, las instituciones culturales y los artistas, nunca aprendieron la lección, al
contrario, alabaron a estos sastres y los recomendaron a los reinos vecinos, les siguieron
e a ga do estidos les sigue paga do fo tu as po esas a as a a illas ue solo ellos
pueden apreciar, surgiendo así cientos de sastrecillos que venden aún sus vestidos invisibles a
precios exorbitantes .

Esta reflexión surge precisamente en base a lo que ha estado sucediendo en parte del arte
contemporáneo, concretamente en algunas manifestaciones que se ha de o i ado arte y que
tienen su origen a pa ti de los años ’s, ciertamente siempre han existido buenos y malos
pintores, escultores y arquitectos, y eso no había sido tema de polémica en su tiempo, es solo
ahora en el siglo XXI cuando nos ponemos el dilema de quién puede decir que es arte y quién no
pero sin resolverlo, pues todos los críticos y curadores se creen capaces de imponernos objetos
absurdos como arte sin que exista una línea clara entre lo bueno y lo malo, lo cual es palpable en
las galerías y museos.

Hasta la primera mitad del siglo XIX los artistas no presentaban algo si no los satisfacía del todo,
sin embargo el coleccionismo americano, llevó a que incluso obras mediocres, inacabadas o
simples bocetos se presentarán como obras terminadas y cada una de ellas como testimonio de la
genialidad del autor, solo que en esta mentalidad de no esperar a que alguien se consagrara y
llegará a la cúspide de la fama para comenzar a reconocer al artista, se pasó al proceso inverso,
agarrar artistas jóvenes, comprar la obra y especular con ella para que esta se consagrará por el
impacto en el mercado.
Este aspecto es uno de los que más se quiere negar, sin embargo no podemos ignorar el hecho de
que los artistas se consagran en las galerías y no tanto basados en el impacto social de la obra, que
tanto ha influenciado en generaciones posteriores y en qué medida esa obra es un icono de su
tiempo. Esto es un proceso demasiado lento que el coleccionista ni el galerista quiere soportar,
ahora los artistas se vuelven famosos por el número de museos en dónde se han expuesto sus
obras (mismas que son prestadas por los coleccionistas en este acto de promoción), así como por
los millones en los que se han vendido sus obras.

Ciertamente este tema no es algo novedoso, ya gente como Evangelina Lesper, Lucas Ospina, Ben
Lewis, entre otros han hablado sobre la sobrevaloración de estas obras y de cómo hemos rebajado
el arte a una mera cuestión mercantilista justificada con mucha filosofía y dejando de lado la
técnica y el proceso, que por más que se intente defender que está intrínseco en la obra, es obvio
que muchos de los objetos ahí exhibidos carecen del valor estético necesario para ser llamados
a te y no porque no tengamos aún los términos para definirlos o sea un rechazo a lo que no se
entiende si no porque a es u a epeti ió hasta lo a su do de lo ue se hizo e los años ’s, el
arte conceptual se ha quedado sin concepto al ser tan repetitivo .

Este fenómeno pasó en algún punto de la historia del arte, específicamente en el siglo XX, cuando
el dadaísmo paso de ser una burda sátira del arte de su tiempo para convertirse en un género
artístico en sí mismo, cuando el colocar un mero objeto dejado al caso y puesto en una galería, se
volvió la receta taumatúrgica por medio de la cual en ese momento, el que dejaba tal objeto
recibía el sagrado o a ie to de a tista auto áti a e te ese o jeto se o e tía e
a te al menos fue como se desvirtuó el mensaje original de los auténticos artistas para crear
nuestros copistas actuales.

El performance, el arte povera, el arte conceptual, el ready made, etc., han invadido las galerías de
No tea é i a Eu opa desde los años ’s, o u auge que ha ido creciendo, llegando a
Latinoamérica y al resto del mundo como la novedad, por lo que aún ahora se persiste en su
supuesto encanto y en la tendencia hacia lo informal, dónde lo más absurdo que es la vil copia se
lla ó ap opiasio is o ,legiti a el o o de las ideas de ot os o u a le e odifi ación en el
absurdo absoluto, como si un músico pudiera vender los discos de los Beatles como suyos
cambiando solo el título de algunas canciones.

Aquí el verbo y la filosofía han desplazado a la técnica, a la estética de los objetos y a su


significado cultural, al acto creador, de modo ue uie es o e tie da la pieza solo
de uest a su ig o a ia a te la genialidad del artista y no se trata de denostar estas
manifestaciones por el solo hecho de denigrarlas, si no de reflexionar acerca del quehacer
artístico, que es lo que actualmente promovemos y que objetivo tiene el arte en la actualidad,
pues por lo que se ha visto en los últimos años no ha pasado de ser una mercancía, mediocre en
calidad pero de precios absurdamente altos.

Para comenzar, no podemos hablar del arte como esa manifestación humana que tenía la función
de redimir al espíritu humano a través de la belleza de las formas y los colores, ya que el arte
tiene desde su surgimiento (al menos los objetos que tradicionalmente designamos con el mote
de arte) una función que no siempre es contemplativa, son producto de una necesidad utilitaria
como las vasijas, o estaban ligados a la religión o a lo político como las esculturas y pinturas de
reyes y dioses.

Esto cambió un poco con el cristianismo, sin embargo a partir del renacimiento y a la relativa
estabilidad económica y política en algunas ciudades potentes de Italia como Roma o Florencia,
surge el coleccionismo, el gusto por lo antiguo desató en las clases altas el querer poseer pinturas
y esculturas griegas y romanas, en convertir sus villas en auténticos museos, pagar a los artistas
para que las decoraran, llenándose así los muros y los jardines de esculturas y de pinturas con
alegorías y temas clásicos, los edificios públicos y las plazas igualmente reflejaron la economía de
quienes las habitaban y gobernaban, creando así una tendencia que durará hasta nuestros días .

Sin embargo en el siglo XIX, con la llegada de la ilustración y de la revolución francesa, la nobleza y
la iglesia perdieron el monopolio del arte, los comerciantes y banqueros tomaron las riendas y se
convirtieron en los nuevos mecenas enfocándose así los artistas a este nuevo mercado, un gusto
burgués que pide retratos, pinturas de paisajes, bodegones, temas históricos y algunos religiosos
para el culto personal, pero que exige que el artista le venda obras de calidad, solo que el gusto de
la época llevó a caer en el mismo problema en el que 100 años después nos encontramos, la
mayoría de los artistas de las academias producían un arte repetitivo, aburrido e inexpresivo.

Sin embargo en el siglo XX se llega a una revolución gráfica, la fotografía ha desplazado en buena
parte a la pintura tradicional, enfocada en plasmar la realidad, por lo que si la pintura quiere
sobrevivir debe aferrarse a su esencia, al color y a la luz, a las texturas, por lo que el arte deja la
figuración objetiva de la realidad para volverse una exploración de esa realidad en sus múltiples
variables de concepción y expresión, pasando a explorar las formas, destruyéndolas,
deformándolas y creando nuevas, pasando por ejemplo del cubismo, al suprematismo y de ahí al
arte abstracto.

Estos cambios no agradaron mucho a los críticos de la época, de hecho en las revistas de arte de la
época encontramos un sinfín de críticas hacia las nuevas tendencias sobre todo a través de la
caricatura, incluso una corriente surgiría de esta crítica al arte misma que se llamó dadaísmo y
que paso de ser una mera burla, al menos en el sentido plástico, y aun así había una estructura en
ella para sostenerla como una visión artística.

Esta cobró fuerza en EU desde que Duchamps se consagro en las galerías norteamericanas con el
urinal, dejando la corriente su etiqueta de dadaísmo entendido como sátira, para convertirse en
a te ead ade de ahí salta al arte conceptual, en dónde el concepto en sí tiene más peso
que la pieza misma, ambos se funden sin embargo en una sola cosa, aunque el concepto y el
discurso que de él deriven se vuelven el soporte de la obra.

Esto se acompaña a una especulación económica del arte desatada en los Estados Unidos durante
la segunda mitad del siglo XX, en un impulso por crearse una identidad cultural de movimientos de
vanguardia, en los cuales el capital de los coleccionistas se convirtió en el principal motor que
impulso a los nuevos artistas y en el cual el arte figurativo comenzó a dejarse de lado para
favorecer un arte abstracto, impersonal y sin contenido social, sobre todo en el contexto de la
guerra fría, dónde el contenido social o de crítica al sistema en cualquier manifestación cultural se
identificaba como una actividad comunista.

El gusto por lo conceptual estalla e los años ’s o el su gi ie to de flu us, del a te


multidisciplinario, en dónde la danza y la pintura se unen en algo llamado performance, que al
hacer participar al público y hacerlo colaborar cambia al termino Happening, lo cual era una idea
genial, involucrar al espectador, en pocas palabras y usando la frase de Joseph Beuys
de o atiza el a te .

Sin embargo ese mundo que legitimaba el arte a través de las galerías de New York creo unos
monstruos que simplemente ya no pudo controlar, el legitimar muchas piezas bastante dudosas
como arte y a los creadores de estas como genios de nuestro siglo es un fenómeno que no hemos
dimensionado en su justa medida.

U eje plo la o es la e de d’a tista de Pie o Ma zo i, uié como obra proponía cualquier
cosa que se relacionara con él, si lo que vale es cualquier cosa hecha por el artista entonces
también se puede vender absolutamente todo lo que este toque o en este caso, hasta sus
desechos corporales , algo ue e ue da las olillas de ge te fa osa de Da ie Hi st, a uí lo
que cabe pensar es si exageramos en algún momento y terminamos confundiendo una
manifestación meramente satírica con la verdadera creación artística, por el hecho de que quién
la realizara sea denominado artista, tanto como si dijéramos que los chistes contados por
Leonardo Da Vinci deben de verse bajo la misma perspectiva de reflexión como la que se le dedica
a sus pinturas.

De hecho es interesante como algunos críticos resaltan el valor de estas piezas que ironizan, tomo
literalmente las palabras de Abdiel Segarra hablando del trabajo de Roberto Má uez : A pesar
de que Márquez niega una intencionalidad política directa en su obra, el contexto en cual fueron
mostrados invita a una lectura graciosa y política del mundo del arte. Similar a la ocasión en la que
Piero Manzoni vendió 90 latas llenas de sus propios e e e tos, titulada Me da d’ a tista ;
Ro e to o su pieza “i Título ojo es al igual ue Ma zo i, t a aja u a sofisti ada
poética reflexión crítica sobre el objeto de arte, su valor y su relación con el mercado. 2

Esta declaración parece contradictoria, ya que si bien estas piezas ironizan con una reflexión
poéti a sofisti ada sobre el del arte, terminan vendiéndose en ese mismo mundo por varios
miles de dólares bastante serios, lo cual a mi parecer anula en ese momento su función crítica,
convirtiéndose automáticamente en mera mercancía, una sátira de sí mismo, que podríamos decir
ahí la culpa no fue del artista, si no de la seriedad con la cual la galería y los intermediarios
hicieron todo lo posible por colocar un trabajo mediocre a la altura de otras obras aceptadas, pues
la e de d’a tista se e dió e ie te e te po , eu os.3

2
En https://mapacultural.wordpress.com/2010/04/13/el-trabajo-de-roberto-marquez/
3
http://www.wukali.com/Une-merde-pour-70-000EUR-1764#.V796Vs9THIU
Y es que lo ridículo está en el hecho de que por más que los críticos y coleccionistas nos quieran
convencer de que los objetos que consumen están muy leja os de los o eptos uad ados o
los que juzgábamos el arte, aun así no dudan de comparar constantemente a sus nuevas estrellas
con Picasso, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Velázquez y los grandes maestros del pasado, de
hecho el argumento favorito es decir que Van Gogh en su tiempo fue un incomprendido por la
mayoría y no vendió más que un cuadro, mientras que ahora se cotiza en millones una pintura de
él, solo que Van Gogh pintaba todo el día, no salía a recoger basura para ponerla en las galerías.

Pero ¿cómo llegamos a esto?, nos parecería ridículo que sucediera lo mismo en otras
manifestaciones en las que aún somos bastante críticos con las obras de los artistas que nos
gustan y las que no, por decir algo, en la música. Aquí nunca decimos de nuestro artista favorito
que nos gustan absolutamente todas sus canciones por igual, que todas son geniales y las
consideramos en el mismo nivel, y nos parecería obsceno que se comparará al más mediocre de
los raperos con Vivaldi solo porque la disquera lo promociona 67 horas a la semana en radio y
televisión, pero en el arte, solemos poner todas las obras del artista en el mismo nivel, desde el
cuadro terminado a los rayones en el papel, sus vestidos, o como en el caso de Manzoni, sus
excrementos y del mismo modo consagrar a un tipo a los mayores niveles de expresión solo
porque tenemos catálogos y medios que nos hablan constantemente de la genialidad de su obra,
aunque esta sea una mera porquería.

Pero esto se ha hecho posible por el dinero que gira en torno a muchos de estos supuestamente
llamados artistas, ya no se les exige un trabajo más intelectual y al parecer el galerista tiene más
miedo de ser llamado ignorante si no acepta la propuesta y que otro museo si lo reciba y termine
haciendo sus tonterías en París o New York.

Sin embargo esto ha llevado a un abuso de estas manifestaciones conceptuales, una cierta
o odidad de los a tistas de o e olu io a ás allá de lo ue a hi ie o los de ás, o e
realizar actos que derivan en lo bizarro y en el fácil impacto mediático, pienso por ejemplo en el
acto de cocinar en un museo o realizar un performance con la comida y el shock, en concreto
hablando del Japonés Mao Sugiyama, quién a cambio de 100,000 yenes por persona cocino sus
genitales y los sirvió condimentados a cinco comensales quienes habían pagado previamente,
ahora bien aquí entra la pregunta ¿hay algo artístico en esto?, si es favorable la respuesta, ¿Qué
hace esto artístico?, actos de canibalismo se han dado a través de la historia, unos más celebres
que otros, sin embargo, todos ellos son condenados como una aberración, el último de ellos fue el
caso del alemán Armin Meiwes que cocinó y se comió a otra persona con su consentimiento,
grabo todo en video, pero probablemente su error fue no presentar esto en una galería
autoproclamándose artista y dejarlo en la mera perversión privada.

Ot a o a ue auso o o ió fue la de Guille o Ha a u Va gas, uié e dejó a u


perro de la calle morirse de hambre en una galería, pero más allá de la polémica sobre la tortura y
el maltrato animal, ya que a mí me da igual si lo que llevó a morir a la galería era un bebe, una
planta o un vagabundo, está en el simple hecho de ¿qué hizo el supuesto artista?, llevar un animal
a morirse ahí para abordar el tema de la indiferencia ante lo que muere a nuestro alrededor, pues
sinceramente si lo hacía con video, fotografía o a través de una escultura habría funcionado mejor,
pero al hacerlo con un animal vivo no pasó de un escándalo y alimento publicitario al ego del
supuesto artista ya que él no creo al perro, no lo intervino, solo lo amarro en una galería y en ese
sentido tiene mayor relevancia la fotografía de Aylan Kurdi del niño muerto en la playa (que no
pretendía ser algo artístico, si no informativo) y que nos habla más de la indiferencia, esta imagen
se ha convertido en un icono de la migración siria y ha tenido más impacto que si hubiera
amarrado a ese niño en una galería hasta que se muriera.

Porque no pueden vendernos ocurrencias de último momento como ideas geniales, basura como
a te e la ue ha estado t a aja do años so e el o epto, la fo a, el al a, et …., ua do
simplemente se levantaron crudos salieron a la calle y dije o esto a a fu io a , eo ot o de
los problemas que nunca se han planteado es que su obra sea tan simple que cualquiera pueda
reproducirlas, yo podría hacerme mi pequeño museo de artistas emergentes latinoamericanos e
incluso de varias obras europeas o americanas colocando los mismos materiales que ellos usan en
las mismas posiciones ya que si lo que debe satisfacerme es la contemplación de un balón
desinflado con agua encima, poco da si este lo firmó Gabriel Orozco o si yo lo tomé de la azotea de
mi vecino para colocarlo en la sala.

Aquí intervienen los otros creadores del problema, los coleccionistas y sus o o edo es de arte ,
los que les dicen que obras valdrán más, que es tendencia y que se debe comprar. No podría
asegurar que corten la creatividad de los artistas, pero si es obvio que si invirtieron demasiado en
basura, tengan ahora que demostrarnos lo valioso de lo que han adquirido exagerando su
importancia para aumentar su valor y sosteniendo artistas similares para que no pase de moda y
no baje el valor de lo adquirido, de hecho no es extraño ver en los libros y revistas de arte
contemporáneo que los elogios y curadurías estén llenos de términos más cercanos a la filosofía y
a lo sublime, pero que a su vez sean remarcados constantemente con el acompañamiento de las
cifras estratosféricas en las cuales esas obras se venden en el mercado, en pocas palabras, el arte
paso de ser un objeto del cual contemplamos su belleza o sus cualidades estéticas para
convertirse en un artículo de inversión especulativa, su precio se cotiza en vistas al posible
aumento de este en el futuro, el cual dependerá de cuanto su actual dueño y los promotores del
artista se empeñen por dar a conocer al autor y elevar su precio en el mercado, porque como ya se
mencionó anteriormente, en el caso del arte contemporáneo el dueño quiere la ganancia ahora,
no esperarse a que el artista muera o quedarse cruzado de brazos por si fracasa, lo que devaluaría
el bien ante sus ojos.

Lo cual nos lleva a entender este período que más que un resurgimiento del arte o un gusto del
coleccionismo como en la época del renacimiento, sea más como una búsqueda por las reliquias
de los santos desatada durante la edad media en el tiempo de las cruzadas, dónde se compraron
huesos de animales, pedazos de telas sacadas de algún obscuro rincón, restos de los supuestos
instrumentos de martirio y hasta la leche de los pechos de la Virgen María, objetos falsos pero con
leyendas fabricadas para reforzar su valor. En este caso como el de las reliquias, la veracidad del
objeto como arte se convierte en un mero acto de fe, debemos creer que es arte porque el artista,
los curadores, el coleccionista y los críticos nos lo aseguran.
Y esta es una cuestión que debe preocupar sobre todo a los artistas, pues siendo objetivos, si el
mundo se destruyera por algún cataclismo y generaciones futuras rescataran las obras de un
museo, podrían sin duda valorar al Moisés de Miguel Ángel, alguna pintura de Picasso, Caravaggio
o Rafael, pero tengo mis dudas si reconocerían cuál de todos los fierros retorcidos era la obra de
Kounellis o restos de una obra de Pistoletto.

No intento minimizar la obra del Arte Povera, finalmente está en otro contexto y tiene otra
finalidad, pero en el conceptualismo como reconocer la basura de una obra artística
contemporánea, porque mientras el edificio este intacto reconocemos esos objetos como una
llamada de atención, pero si los colocamos en una casa vieja, en la calle o en un edificio en ruinas,
pierden automáticamente todo valor, aunque no siempre esto sea necesario, como sucedió en el
Museio de Bolza o el de o tu e de , dó de la seño a de la li pieza ti o la o a de las
artistas Goldschmied Chiari che consistía en botellas tiradas en el piso con confeti y serpentinas,
en pocas palabras lo mismo que queda en el piso después de cualquier inauguración trasnochada.
En la nota se aclara que las de intendencia si bien hicieron separación de la basura aún no la
ti a a a la alle pod ía sa a la de las olsas ol e la a o ta 4, pero si se hubiera mezclado
con la basura del contenedor ¿quién sería en grado de decir esto era de la obra y esto no?.

Ahora bien, ¿la culpa es de quién recoge la basura?, o de los supuestos artistas que en lugar de
producir algo que tenga su impronta sin la necesidad de ponerle un cartel, una explicación repiten
el acto de sacar la basura de la calle para ponerla en un museo, porque el arte es algo que vemos,
la misma obra nos hace sentir algo hacia ella, no necesitamos al arquitecto siempre afuera de una
iglesia del siglo XVII para apreciarla, ciertamente si nos informamos mejor podemos apreciar
detalles que nos pudieran pasar desapercibidos, pero en el arte contemporáneo se requiere
siempre un texto largo que explique en sus detalles o justifique por decirlo mejor, el por qué esos
trapos viejos, esas botellas y esa basura están en el museo, o porque un tipo desnudándose y
haciendo ruidos incomprensibles debe ser tenido como una manifestación artística de alto nivel
cuando son fórmulas que ya se han repetido demasiado.

Pero el traje del emperador ya ha sido comprado, en New York se encuentra el Museum of non-
Visible Art (MONA)5, el cual no contiene nada, solo las fichas de las obras que son invisibles (fig. 1)
y en el cual se describe la supuesta obra en sus detalles, lo cual como ocurrencia estaba bien, un
ejercicio que busca estimular la imaginación del público al leer estas fichas e imaginarse por sí
mismo una obra se puede relacionar con la literatura, etc.., sin embargo cuando ya se han
e dido algu as de estas o as po if as a i a de los dóla es, es ua do u o se
pregunta si es locura o estupidez tener un museo en dónde no existe nada más que una
descripción de lo que supuestamente estaría ahí, es tanto como comprar un cd virgen de nuestro
artista favorito que solo tiene los nombres de las canciones y hacer de eso un negocio, un fraude
llamado a te , porque en realidad es una estafa. Y es que imaginándolo en los demás campos

4
http://altoadige.gelocal.it/bolzano/cronaca/2015/10/25/news/al-museion-di-bolzano-le-donne-delle-
pulizia-buttano-via-l-opera-d-arte-1.12326901
5
El museo se puede visitar en línea http://museumofnonvisibleart.com/ sobra decir que no hay fotografías
de la colección del museo o de las piezas en el expuestas
profesionales eso sería ridículo, nadie estaría dispuesto a pagar 50,000 pesos en un restaurante
por que el chef le lea la receta o 30000 al arquitecto por el solo hecho de describirle su casa, sin
embargo en el arte hay acérrimos defensores de estas manifestaciones y de que se vendan en
varios miles de dólares.

1.- P a is. uad ado ojo , , o a o isi le, esta fi ha des i e la o a ue o se e, u


cuadro pequeño en color rojo de diferentes tonos6.

De odo ue el a tista a i si uie a se de e esfo za , basta que tome algo ya existente y lo


reproduzca bajo su firma, en otras palabras estamos produciendo artistas de humo, donde ni la
obra ni el concepto subsisten sin el respaldo de las instituciones y tenemos un montón de basura
por artistas consagrados que dejaron de producir obra para solo colocar objetos sin sentido y
además forzándose por justificarlo en mil maneras, tal como se refleja e el do u e tal el
espejo del a te 7, en el cual la curadora Valeria Pecoraro de la galería Ruth Benzacar habla de
una pieza de Carlos Herrera8 (fig. 2) que consiste en un palo con un pedazo de tela, ella dice que

6
Tomada de http://sculpture-center.tumblr.com/post/31661083227/praxis-red-square-painting-2011-
image-courtesy
7
Pa lo Jato, el espejo del a te , p odu ido po Ca los Ma uel Balde as Pa lo Jato, próximamente estará
en redes, el fragmento al que hago referencia se ve del minuto 11:26 al 12:21 y se puede ver en
https://www.youtube.com/watch?v=aK7jCbsG0NM
8
A Carlos Herrera se se le otorgó el premio Petrobras-arteBA 2011por una pieza consistente en un par de
zapatos con unos pedazos de carne de calamares en descomposición dentro de ellos y puestos en una bolsa
de nylon, el problema que yo veo es que ni es novedoso ni tiene nada de sublime, cosas así las vemos
repetidas una y otra vez en todo el mundo como para considerar su valor como una expresión única o
relevante.
es resultado de cuatro años de trabajo en el cual Herrera reflexiona sobre la muerte, el sexo o la
locura, sin embargo esta pieza objetivamente hablando es solo un palo con un pedazo de tela, en
otras palabras basura y lo mismo podemos decir de muchas de las obras de Abraham Cruzvillegas,
y aquí uno se pregunta ¿Por qué la basura que tengo en mi casa debo de pagarla en miles de
euros solo porque ahora está en un museo?.

Fig. 2.- Ca los He e a i g á ido , to ada de


http://www.occidentes.com.ar/eventos/plastica/2/todos/40/resultados/4.htm

Creo que cuando Duchamps decía que si el artista dice que eso es arte entonces se vuelve arte ,
no se refería a esta explosión de artistas hechos de la noche a la mañana y a esa decadencia de
trabajo en el arte substituida por un objeto montado y respaldado por un discurso que nos puede
hablar de la metafísica y de una reflexión profunda que abarca todos los aspectos de la creación
cuando no son más que los calzones usados del artista, que como idea jocosa del artista está bien,
pero la bestialidad del curador, de la galería y del coleccionista de querernos obligar a creer que
eso es arte y aparte es lo más novedoso, eso ya es lo absurdo, sobre todo cuando gente como
Ada Ni ke i z e ele te ilust ado ue al ha e a te solo epite a u ida e te o eptos
que ya nos han presentado una y otra vez, y como él salen otros cientos que repiten lo mismo y
u a o a sie p e se alifi a de satí i a isió del u do .

Hemos abusado de la generosidad de llamar artista a cualquiera y arte a todo objeto producido o
introducido en una galería, pedirles que se pongan a trabajar es blasfemar cuando hay verdaderos
coleccionistas y entendidos en el arte dispuestos a pagar millones de dólares por sus excrementos
y sus ocurrencias, sobre los cuales producen miles de muestras y catálogos.

Porque la otra pregunta es, si esas obras no tuvieran ningún valor económico ¿seguiríamos
considerándolas arte?, que valor plástico tiene un zapato viejo con un bistec cuando ya se ha
repetido esa fórmula durante más de 40 años, que tiene ya de cultura algo que nos fue
presentado en su momento y que ha sido superado por mucho para seguir adulando a este tipo de
expresiones como lo novedoso, es como quién escucha por primera vez a César Costa y cree que
ahí está el origen del rock n roll a nivel mundial.
Los artistas latinoamericanos conceptuales, performanceros y apropiacionistas reproducen los
errores de los norteamericanos pensando que son vanguardistas cuando en realidad no hay nada
de identidad ni discurso en sus acciones, van repitiendo cosas que ya se han hecho hace 100 años
por los dadaístas como si estuvieran revolucionando los museos y nuestra forma de ver el mundo,
por lo que el entrar a un museo y ver un montón de basura con una reverencia, la mirada
amenazante del vigilante que nos dice sin hablarnos o to a , como si fueran objetos rituales y
el que el público los tocara modificara realmente algo de toda esa porquería, porque debemos
sinceros y si imaginamos que un niño entra y juega con una pieza contemporánea modificándola,
nadie notará la diferencia, no entrará el siguie te isita te e la a á ho o izado ho Dios
alguien a ipuló la o a del aest o ,incluso dudo que el curador o el museógrafo lo llegarán a
notar.

Por lo anterior es que esta tarea es también de autoridades y gente involucrada en el arte, exigirle
al artista que madure, que explore y que vaya más allá, que se abran concursos para las obras
destinadas a un lugar público y que realmente gane el mejor proyecto, porque apoyar el arte no
es poner al primer hijo de vecino a usar el espacio público solo porque en otro país del primer
mundo le aprobaron sus porquerías, si no buscar un buen proyecto, estructurado y bien
estudiado. Esto haría que los artistas se esforzarán por mejorarse a sí mismos, no podemos darnos
el lujo ya de comprar basura a alto costo y quererla vender como el traje del emperador,
sobretodo hablando del presupuesto público y querer forzar a la gente a contemplar eso como
arte, a querer difundir como novedosos a gente que sigue copiando lo que ya hicieron otros en los
años 30´s y encima venirnos con el discurso de que quienes no vemos ahí arte alguno es porque
solo revelamos ignorancia ante las maravillas del arte contemporáneo.

No estoy a favor de censurar estas expresiones artísticas ni de terminar con el mercado del arte,
cada quién es libre de experimentar con los materiales como le plazca y de comprar con su dinero
lo que cree que le satisface, lo obsceno es que un millonario compre 7 kilos de mierda creyendo
que es arte y que luego nos encontremos esos 7 kilos de mierda viajando en varios museos, este
reseñado en catálogos y libros para legitimar la estafa de este rico ignorante, y peor aún, que las
autoridades oficiales encargadas de la cultura presenten esos 7 kilos de mierda como la obra que
representa mejor a nuestro siglo y al estafador que solo junto la mierda y se la vendió a un
imbécil, como un genio del arte que debemos idolatrar.

Si el nuevo arte es democrático en ese caso los amantes de lo conceptual y del todo se vale
deberían abrirse también al debate y a la construcción objetiva de lo que calificamos como arte, si
Duchamps decía que algo es arte si el artista lo dice, es porque primero hay que ser artista para
decirlo, si Beuys decía que todo hombre es artista es porque todos podemos apreciar y crear arte,
de eso a que lo tomemos literal y la primera escoba puesta en un pedestal por alguien que se
llama a sí mismo artista lo consideramos arte y aparte le ponemos un precio estratosférico para
justificar ese acto, no estamos siendo participes de una revolución si no de un autoengaño. Si
existe mucho talento en el mundo contemporáneo del arte, tanto extranjero como nacional, pero
es momento de reflexionar y dejar que cada creador plástico madure en su obra, no quererlo
divinizar en una semana ni orillarlo a repetir los discursos elaborados en el extranjero,
admirarnos ante los nuevos espejitos que nos vienen de fuera como lo más sublime de la
expresión humana y por los cuales se sigue pagando en oro.

Uno de los puntos de partida sería separar el Arte del arte, es decir volver a poner límites claros,
así como antes existían pintores y artistas ahora podríamos separarlos en estas dos categorias:

a) expresiones plásticas

b) expresiones corporales

Esta separación tomando en cuenta su esencia, el uso de la materia o del cuerpo como medio de
comunicación.

Cuáles de las expresiones actuales llegarán a convertirse en Arte es algo que solo generaciones
posteriores decidirán, pero quitándoles el calificativo de arte a todos ellos y nombrarlos como
e as e p esio es se ía a u g a a a e os uita ía de asiadas dis usio es i útiles ue o
nos llevan a ningún lado.

*no incluí más imágenes porque no es la intención evidenciar solo las obras malas de ciertos
artistas que tienen otras muy buenas y crear preconcepciones hacía ellos, no podemos juzgar a un
autor por una sola obra, pero si podemos reflexionar sobre la sobrevaloración de todas las obras y
de que lo que está produciendo sea realmente original y no solo un refrito de lo que se viene
haciendo desde los años 40.

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