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Las estrellas- universo

Maria Jose Martinez Chica


Decimo dos

Profesor Daniel Londoño Zapata

Colegio San Jose Circasia Quindío


Trabajo Tecnología
2021
Resumen
Las estrellas no son objetos inmutables. Nacen, envejecen y mueren, aunque estos
procesos suceden tan lentamente que no son apreciables en escalas de tiempo humanas. El
nacimiento de una estrella, por ejemplo, dura varios cientos de miles de años, y empieza
cuando una región del medio interestelar se hace lo suficiente densa y masiva como para
que la fuerza de la gravedad rompa el equilibrio en que se encontraba. 

El proceso de formación de una estrella sucede dentro de una nube molecular, que


es un objeto extraordinariamente opaco.

 Es por tanto invisible a nuestros ojos, aunque puede ser estudiado mediante
observaciones de la radiación infrarroja y radio. Este disco contiene el material que gira
demasiado rápido como para concentrarse en la estrella, y da lugar al cabo de varios
millones de años a un sistema planetario como el que forman la Tierra y los demás
planetas. 

En estos primeros estadios, la protoestrella es un objeto muy activo, y produce un


viento bipolar formado por dos chorros opuestos de material de alta velocidad.
Las estrellas

Las estrellas son motores de energía cósmica que producen calor, luz, rayos
ultravioletas, rayos X y otras formas de radiación. Están compuestas casi en su totalidad de
gas y plasma, un estado de supercalentamiento de la materia compuesta de partículas
subatómicas.

Aunque la estrella más conocida, el Sol, existe en solitario, tres de cada cuatro
estrellas existen como parte de un sistema binario compuesto por dos estrellas orbitando
mutuamente.
Nadie sabe cuántas estrellas existen, pero podrían alcanzar un número
extraordinario. Nuestro universo podría albergar más de 100.000 millones de galaxias, y
cada una de ellas podría tener más de 100.000 millones de estrellas.

Tan sólo en una noche clara, desde la Tierra pueden observarse alrededor de 3.000
estrellas a simple vista. Los humanos de diferentes culturas han dibujado el cielo mediante
estas estrellas.

Apariencia
Algunas estrellas han sobresalido siempre del resto. Su brillo es un factor de cuanta
energía despiden, lo cual se conoce como su luminosidad, y también la distancia a la que se
encuentran de la Tierra.
Las estrellas del cielo también pueden parecer de diferentes colores porque sus
temperaturas no son iguales. Las estrellas calientes son blancas o azules, mientras que las
más frías parecen tener tonos rojos o anaranjados.

Las estrellas pueden tener muchos tamaños, que las clasifican en un rango desde
enanas a supergigantes. Los supergigantes pueden tener radios mil veces mayores que el del
Sol.

El hidrógeno es la parte fundamental de las estrellas. El gas circula por el espacio en


nubes de polvo cósmico llamadas nebulosas. Con el tiempo, la gravedad hace que las nubes
se condensen y se colapsen. A medida que se hacen más pequeñas, las nubes giran más
rápido en espiral debido a la conservación del momento angular, el mismo principio que
hace que una patinadora gire a mayor velocidad cuando acerca sus brazos al pecho.
La acumulación de la presión provoca un aumento de la temperatura en el interior
de una estrella naciente, y la fusión nuclear comienza cuando la temperatura del núcleo de
una estrella joven en desarrollo alcanza los 27 millones de grados Fahrenheit (15 millones
de grados Celsius).

Ciclo de vida

Las estrellas jóvenes se llaman en esta fase protoestrellas. A medida que se


desarrollan acumulan masa de las nubes que las rodean y crecen en lo que se
denomina estrella en la secuencia principal. Las estrellas en secuencia principal, como el
Sol, existen en un estado de fusión nuclear durante el cual emitirán energía durante miles de
millones de años, mientras convierten el hidrógeno a helio.
Las estrellas evolucionan durante miles de millones de años. Cuando finaliza su fase
de secuencia principal pasan a través de otros estados de existencia en función de su
tamaño y otras características. Cuanto mayor sea la masa de una estrella, menor será su
intervalo de vida.

A medida que las estrellas avanzan hacia el final de sus vidas, gran parte de su
hidrógeno se ha convertido en helio. El helio se hunde en el núcleo de la estrella
aumentando su temperatura y provocando la expansión de su capa exterior. Estas estrellas
grandes e hinchadas se conocen como gigantes rojos.
La fase de gigante roja es realmente un preludio en el que la estrella se libera de las
capas más externas y se convierte en un cuerpo pequeño y denso denominado enana blanca.
Las enanas blancas se enfrían durante miles de millones de años, hasta que finalmente se
apagan y dejan de producir energía. En este punto, el cual los científicos no han podido
observar aún, estas estrellas pasan a ser conocidas como enanas negras.
Tan sólo unas pocas estrellas evitan este camino evolutivo y en su lugar surgen
mediante una fuerte detonación como supernovas. Estas violentas explosiones dejan tras de
sí un pequeño núcleo que puede convertirse en una estrella de neutrones, o incluso, si el
remanente es lo suficientemente amplio, en un agujero negro.
La formación de estrellas es el mecanismo que controla la estructura y evolución de
galaxias y la acumulación de elementos pesados en el Universo, además de ser responsable
de la creación de los ambientes planetarios donde la vida es posible.

Las estrellas brillan por miles de millones de años, pero su formación -que toma
solo algunos millones de años- permanece literalmente en el misterio: los telescopios
ópticos no pueden observar dentro de las polvorientas concentraciones de gas en las que
nacen las estrellas. Por otro lado, los telescopios infrarrojos, que sí pueden revelarnos las
estrellas recién nacidas antes de que emerjan completamente de sus polvorientos capullos,
no son capaces de observar el proceso de desarrollo de preignición de las estrellas.

Sabemos que estas inmensas nubes colapsan bajo la fuerza de gravedad para formar
estrellas. Debido a un proceso de fusión nuclear, estas estrellas primerizas convirtieron con
gran eficacia el hidrógeno y helio en otros elementos como el carbono, oxígeno, silicio o
hierro. Al término de su corta vida, las primeras estrellas expulsaron estos elementos al
espacio, donde dieron forma a diminutos granos de polvo. Este polvo producido en los
inicios del Universo y presente en las galaxias más lejanas y antiguas, puede detectarse con
ALMA gracias a su longitud de onda submilimétrica; proporcionándonos información
sobre los procesos de formación de estas primeras estrellas y galaxias.

Además, sabemos que esta formación de estrellas implica el colapso gravitacional,


pero los movimientos de caída que forman una nueva estrella todavía tienen que ser
descubiertos. Para observar esta evidencia inequívoca de colapso, se requieren resolución
espacial y resolución en velocidades altas para mapear el campo de velocidad a través de
estructuras pequeñas, y se requiere también de alta sensibilidad para aprovechar la
resolución espacial y en velocidad. Adicional a esto, la observación debe estar disponible
en una longitud de onda en la cual el objeto colápsate emita, y en la cual la materia
circundante sea transparente. De los instrumentos actuales, sólo ALMA tiene las
características requeridas para ayudar a desentrañar estos misterios observando en
profundidad las nubes de formación de estrellas, detectando la suave luz emitida por la
materia que recién comienza a calentarse e incluso mapeando el movimiento de esa
materia.

De acuerdo a nuestro actual conocimiento, los planetas se forman alrededor de una


nueva estrella al condensarse en un disco de gas molecular y polvo incrustado dentro de
una nube molecular más grande. Las condensaciones aumentan hasta convertirse en
planetas gigantes, que se calientan, limpian sus órbitas en el disco y posiblemente lo
encorvan. El gas que permanece en el disco finalmente desaparece, dejando planetas y un
disco de polvo y deshechos.

ALMA estudia todas las fases de formación de planetas: sondea los discos


protoplanetarios -embriones planetarios- en alta resolución; puede captar el aumento de
brillo y temperatura de los planetas en formación y detectar directamente cómo planetas
gigantes van limpiando sus órbitas en los discos. ALMA puede encontrar más planetas al
medir los efectos increíblemente pequeños que tienen éstos sobre las estrellas que orbitan y
nos permite medir la masa de estos planetas en formación. Además, ALMA puede
examinar discos de polvo y deshechos que permanecen alrededor de las estrellas una vez
que el gas ha desaparecido.
Mirar al cielo en una noche sin nubes es uno de los grandes placeres de la vida. Más
aún si lo hacemos en buena compañía (pero no vamos a detenernos en estas nimiedades).
Miras al cielo y te sientes pequeño, muy pequeño, porque la grandiosidad del universo nos
pone en nuestro lugar, y eso que el ojo humano sólo puede ver unas 2.000 estrellas a la vez
a simple vista y sólo en nuestra galaxia hay unos trescientos mil millones de ellas. Si
tenemos en cuenta que en el universo hay más de cien mil millones de galaxias, ni podemos
hacer la cuenta, porque son números que escapan de la percepción humana. Mientras
realizamos el cálculo, podemos seguir fascinándonos con la contemplación de las
maravillas del cielo. Para disfrutarlo mejor, hoy comparto unas cuantas curiosidades sobre
las estrellas.
1. ¿Cómo se forman?

Para que nazca una estrella hacen falta tres ingredientes: hidrógeno, gravedad y
tiempo.En el espacio hay enormes nubes de gases que llamamos nebulosas. En ocasiones,
fenómenos como supernovas u ondas de choque alteran la estabilidad de estas nubes
haciendo que comiencen a colapsarse sobre sí mismas. La nube se contrae y va aumentando
su velocidad de rotación. Con tiempo (mucho… mucho… tanto como de 0,1 a 1 millón de
años), la masa es tal que la presión que existe en el núcleo hace que la temperatura aumente
hasta desencadenar una reacción nuclear de fusión y la estrella, entonces, se enciende,
dando lugar, a su vez, a ondas de choque que probablemente desencadenarán el nacimiento
de otras estrellas.

2. ¿Dónde están?

Las estrellas están lejos. Lejísimos. La estrella más cercana a nosotros es nuestro
sol, que está a “tan solo” 8 minutos-luz de nosotros (que son unos 149.600.000 kilómetros)
y la siguiente más cercana, que es Próxima Centaura está a 4,22 años luz años luz, unos 40
billones (con b) de kilómetros. Cifras imposibles… Además, las estrellas están por todas
partes. Se agrupan en galaxias, que a su vez se agrupan en cúmulos de galaxias que a su vez
se agrupan en supercúmulos que forman una red de grandes filamentos. Como podemos ver
en esta imagen, donde cada punto es una galaxia, nuestro universo es como una gran red.
Insisto: pensad que una galaxia como la nuestra, que no es especialmente grande, está
compuesta por trescientos mil millones de estrellas… y ahora calculad el tamaño.

3. Son de colores

El color de las estrellas depende de su temperatura: Las más calientes brillan con un
color blanco verdoso y azul. Las templadas brillan en amarillo. Las más frías brillan en
rojo.

4. La estrella más grande y la más pequeña

El tamaño de las estrellas puede variar muchísimo como ya vimos en una docena de
súper soles.De las hipergigantes, como la VY Canis Majoris, con un tamaño que, si la
pusiéramos en el lugar de nuestro sol… llegaría hasta Saturno, a las enanas blancas,
remanentes de estrellas que han agotado su combustible nuclear.

5. La estrella más antigua

Recientemente se ha datado una estrella que es casi tan antigua como el universo.
El Big Bang se establece hace 13.770 millones de años y, aunque la estrella la han datado
hace 14.500, han establecido un nada desdeñable margen de error de unos 800 millones de
años, así que todo fluye. Hilan fino los cosmólogos.

6. Viento solar

El viento solar es una corriente de partículas cargadas que expulsa la atmósfera de


las estrellas. Su composición es la misma que la de la estrella que lo emite, por ejemplo, el
viento solar del sistema solar está compuesto por un 75% de hidrógeno y un 25% de helio,
como nuestro sol. El viento solar llega muy lejos y el límite final se llama helio pausa. En
nuestro sistema solar llega más allá de Plutón.

7. ¿De qué están compuestas las estrellas?

Como ya he comentado, fundamentalmente de hidrógeno. Pero también hay otros


materiales que podemos encontrar en ellas, como el helio. Las estrellas de segunda y tercera
generación también pueden contener otros elementos procedentes de las nebulosas en que
se gestan (ver el punto 11). El instrumento con el que se comprueba la composición de las
estrellas es el espectroscopio, que mide las líneas en que se convierten las radiaciones de
luz emitidas.

8. ¿Cuánto tiempo viven?

Depende del tamaño, de la cantidad de combustible que tengan y de la velocidad a


la que lo estén consumiendo. Una gigante azul tiene mucho hidrógeno para fusionar, pero
lo fusiona tan rápidamente que apenas vivirá unos pocos millones de años. Sin embargo,
una estrella como nuestro sol, que ya lleva ardiendo 4.500 millones de años, tiene otros
tantos por delante, antes de convertirse en una gigante roja.

9. Gigante roja
Cuando una estrella agota su combustible, sus capas exteriores se expanden hasta
millones de kilómetros, hasta que finalmente se desprenden, la estrella se comprime por la
inmensa gravedad de su núcleo y se convierte en una enana blanca hasta que ésta se enfría
y se vuelve invisible.

10. Supernovas

Otra forma de morir una estrella, en este caso, las más masivas, es en una súper
explosión. Veamos cómo sucede. Cuando el hidrógeno de una estrella súper masiva se
agota, su forma de sobrevivir es quemando otro combustible, en este caso se van
fusionando elementos más pesados: el hidrógeno en helio, el helio en carbono y así
sucesivamente hasta el hierro, que es letal. Al fusionarse el hierro, éste no genera energía y
la estrella colapsa por gravedad y explota, convirtiéndose durante unos pocos días en el
objeto más brillante de su galaxia para después apagarse y formar una estrella de neutrones
y cuando son muy masivas, un agujero negro.

11. Fábricas de elementos

La energía de esta súper explosión es la que provoca que se fusionen elementos más
pesados que el hierro y ahí es donde surgen el oro, la plata, el platino, el uranio… Otros
elementos menos pesados, como el calcio de nuestros huesos o el nitrógeno de nuestro
ADN se forman en estrellas convencionales al final de su vida. Lo que parece claro que
nuestro sistema solar se formó en la nebulosa de una supernova de estrella súper masiva.

12. ¿Y el futuro?

Está claro que nosotros no lo veremos. Los científicos tampoco se ponen de


acuerdo, pero parece que la teoría más extendida dice que las galaxias continuarán
expandiéndose y que el universo poco a poco se enfriará y las estrellas se irán apagando
hacia el infinito.
Esta foto de Autor desconocido está bajo licencia CC BY

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CC BY-ND

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Webgrafí a

https://www.nationalgeographic.es/espacio/que-sabes-de-las-estrellas

https://www.almaobservatory.org/es/sobre-alma/observando-con-alma/
capacidades/formacion-de-estrellas-y-planetas/

https://es.wikipedia.org/wiki/Estrella

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