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1.

La importancia de considerar las variables situacionales en el comportamiento humano: El


autor destaca la importancia de considerar las influencias situacionales en el comportamiento
humano, ya que estas pueden ser muy poderosas y afectar significativamente la conducta de
las personas.

2. La orientación disposicional a la dominancia no es suficiente para entender la violencia y el


terrorismo: El autor argumenta que la orientación disposicional a la dominancia, que se enfoca
en factores internos como genética, personalidad y carácter, no es suficiente para entender
comportamientos antisociales como la violencia y el terrorismo.

3. Las influencias situacionales pueden ser muy poderosas en el comportamiento humano: El


autor destaca que las influencias situacionales pueden ser muy poderosas y afectar
significativamente el comportamiento humano.

4. La psicología social puede ayudarnos a entender los comportamientos inusuales o


"malignos": El autor propone que la psicología social puede ayudarnos a entender los
comportamientos inusuales o "malignos", como los abusos contra los prisioneros iraquíes por
parte de los guardias de la policía militar de los EEUU en la prisión de Abu Ghraib.

5. Los abusos contra los prisioneros iraquíes por parte de los guardias de la policía militar de los
EEUU en la prisión de Abu Ghraib son un ejemplo de comportamiento antisocial: El autor utiliza
este ejemplo para ilustrar cómo las influencias situacionales pueden llevar a comportamientos
antisociales.

6. La forma en que uno entienda las raíces causales de tales comportamientos impactará en las
estrategias de tratamiento y prevención: El autor destaca la importancia de entender las raíces
causales de los comportamientos antisociales para poder desarrollar estrategias efectivas de
tratamiento y prevención.

7. Es importante agregar una apreciación del alcance hasta el cual las acciones humanas
pueden llegar bajo influencias situacionales poderosas: Elautor destaca la importancia de
agregar una apreciación del alcance hasta el cual las acciones humanas pueden llegar bajo
influencias situacionales poderosas. Esta perspectiva es vital para apreciar en forma integral el
funcionamiento del individuo y entender comportamientos inusuales o "malignos". El autor
argumenta que esta visión fue influida y formada por todo un cuerpo de investigación y teoría
en psicología social. En resumen, el autor propone que para entender comportamientos
antisociales como la violencia, la tortura y el terrorismo, es necesario considerar tanto las
variables disposicionales como las situacionales, y que la psicología social puede ayudarnos a
entender mejor estos fenómenos.

Además, el autor menciona un estudio en el que se aplicó la teoría de las ventanas rotas para
reducir el crimen en la ciudad de Nueva York. Esta teoría sostiene que si se reparan
rápidamente las ventanas rotas y se eliminan los graffitis, se puede prevenir la aparición de
comportamientos antisociales como el vandalismo y el crimen. El autor destaca que cuando
este consejo fue seguido en la ciudad de Nueva York, las proporciones del crimen bajaron
significativamente en el año posterior. En conclusión, el autor propone una perspectiva más
amplia e integradora para entender el comportamiento humano, que incluya tanto factores
disposicionales como situacionales, y destaca la importancia de considerar estas influencias
situacionales poderosas para entender comportamientos inusuales o "malignos".

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