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Cuando se trata de mercancías perecederas, las temperaturas extremas son letales. Por ejemplo, el calor
puede echar a perder frutas, verduras, carnes o pescados. Lo mismo puede suceder con el frío para
determinados alimentos. Otro de los perjuicios más sutil, pero igualmente funesto, es el que genera la
humedad. Este es el motivo por el que se utilizan contenedores refrigerados con revisión de
temperatura.
Una mercancía tiene que llegar en tiempo y forma porque el cliente la necesita para comercializarla. Ni
que decir tiene que el retraso en la fecha acordada es uno de los principales riesgos. La quiebra de la
confianza que se genera en el comprador puede evitar futuras operaciones. Por lo tanto, este aspecto es
de vital importancia.
3. Mojadura
Si las mercancías se mojan, estas quedarán inutilizadas. Normalmente, esto se debe a una mala gestión
del cierre del contenedor, a problemas en la carga y descarga o a un mal almacenamiento. En cualquier
caso, aquí la responsabilidad sí suele ser de la compañía naviera y se tendrá que responsabilizar de los
gastos y perjuicios ocasionados.
4. Pérdida de mercancía
Este es un riesgo que se ha minimizado los últimos años, pero que sigue estando ahí. En primer lugar,
por problemas en la ruta como un naufragio o avería del buque. Por otra parte, por posibles robos o
sustracciones en los puertos de destino o carga; cuanto más corrupto sea el país, más riesgo. Tener en
cuenta este aspecto es mejor para no tener problemas.
5. Contaminación
Otro problema recurrente es la contaminación. Los contenedores marítimos tienen que estar bien
distribuidos para evitar interacciones entre mercancías que sean incompatibles. La contaminación
supone la inutilización, de manera que una naviera que sepa lo que hace evitará esta situación.
Un riesgo es aquel «evento o condición incierta que, si se produce, tiene un efecto positivo o negativo
en los objetivos de un proyecto», de acuerdo a la PMBOK Guide. La gestión de riesgos persigue
determinados objetivos y beneficios para las empresas, considerando los distintos tipos de riesgos ante
los que estas se han de enfrentar y las diferentes etapas por las que ha de atravesar.
La gestión de riesgos tiene como objetivos la disminución de las probabilidades de los impactos
negativos en un proyecto o en determinada actividad de la empresa y, al contrario, busca aumentar las
probabilidades de que se produzcan impactos positivos en esas actividades.
En la gestión de riesgos hay diferentes etapas. El apetito al riesgo, la tolerancia y los límites son el punto
de partida, seguido de la identificación y evaluación de los riesgos. A continuación, se encuentra la
gestión del riesgo y los controles, que derivan hacia la comunicación y elaboración de informes. La
gestión de estos riesgos está vinculada en todo momento con los objetivos estratégicos del negocio, en
los que hay una planificación de los recursos de capital humanos y tecnológicos
La correcta gestión del riesgo aporta beneficios a las compañías. El conocimiento de los riesgos posibles,
así como la probabilidad de producirse, permite una planificación estratégica más efectiva. Esto conlleva
a una mayor eficiencia y efectividad y, consecuentemente, a unos menores costes asociados a esos
imprevistos previamente identificados y controlados. La continua revisión y comunicación de los datos
propicia que todos los miembros cuenten con una visión global del proyecto y los riesgos que conlleva.
El riesgo de la empresa
El riesgo empresarial hace referencia a todos aquellos eventos que pueden afectar, o incluso ocasionar
pérdidas, a un proyecto empresarial o, más comúnmente dicho, a una compañía. Esto, en el marco de su
actividad económica.
En otras palabras, el riesgo empresarial es cualquier suceso que pueda afectar a los resultados de la
firma. Estas pérdidas pueden venir motivadas tanto por factores externos como por factores internos.
Un riesgo es aquel «evento o condición incierta que, si se produce, tiene un efecto positivo o negativo
en los objetivos de un proyecto», de acuerdo a la PMBOK Guide. La gestión de riesgos persigue
determinados objetivos y beneficios para las empresas, considerando los distintos tipos de riesgos ante
los que estas se han de enfrentar y las diferentes etapas por las que ha de atravesar.
La gerencia de riesgos
La Gerencia de Riesgos y gestión de riesgos dentro de una empresa, hace referencia a las estrategias de
una organización para prevenir, evitar o mitigar posibles riesgos que pueden causar daños y perjuicios.
Este tipo de riesgos pueden ser internos (filtración de información por parte de trabajadores) o exernos
(morosidad de clientes).
La política de la gerencia de riesgos
CONICYT se orienta por tres grandes Objetivos Estratégico, los cuales son:
debe entenderse como la técnica de gestión del riesgo de la empresa que tiende a salvaguardar el
patrimonio de la misma frente a las pérdidas que puedan afectar su actividad, a través del uso de
instrumentos de diversa naturaleza en las mejores condiciones de coste.
Se deben analizar cuáles son los puntos clave, los que parecen que funcionan y los que no, y tenerlos de
referencia para poder mejorar de manera continua. Hay que determinar también cuáles son los riesgos
que deben abordarse y reducir así sus efectos.
Reducción y control de riesgo
Cuando la eliminación y la sustitución no han sido posibles, habrá que proceder a la utilización de
medidas técnicas y organizativas de control. Las medidas de control se pueden aplicar en
La fuente de emisión
La vía de transmisión
El/La trabajador/a
Las medidas más efectivas serán aquellas que vayan encaminadas al control de la fuente. Esta
aproximación es la base de la jerarquía de control. Aunque esta jerarquía establece unas medidas
prioritarias en función del control que las mismas ofrecen, en determinadas ocasiones puede ser
necesario la utilización y combinación de varias de estas medidas.
Así tendríamos: