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En España, las primeras leyes laborales (la primera vez que vemos una norma que regula
cuestiones que tiene que ver con la protección de algunos trabajadores), las LEYES DE FÁBRICAS,
son las siguientes:
Ø Leyes que protegen a mujeres y niños: Ley Benot de 1873 y la Ley de 1900 de condiciones
de trabajo de mujeres y menores.
Ø Leyes de prevención y cobertura de Accidentes de Trabajo: Ley Dato de Accidentes de
Trabajo de 1900, que protege por primera a trabajadores que pudieran tener un accidente
en las fábricas: parece también que quiere proteger a la familia del trabajador.
Ø Leyes referidas al descanso dominical y la jornada: Ley de Descanso Dominical de 1904 y
Decreto de 15 de marzo de 1919 sobre jornada máxima de 8 horas.
Las primeras asociaciones profesionales y sindicales datan de 1868 y 1887.
En la actualidad:
¤ Constitución Española de 1978
*Interés individual >< Interés colectivo. El interés colectivo de los trabajadores se define
como un interés «general, abstracto e indivisible» de la pluralidad, grupo indiferenciado o colectivo
de trabajadores, correspondiente al grupo en su conjunto y, por tanto, «no susceptible de
fraccionamiento entre sus miembros» («no permite su desglose en tantas partes como trabajadores
incluya») o, en cualquier caso, de resultar divisible de manera refleja en sus consecuencias («que han
de ser objeto de la oportuna individualización»), no lo es en su «propia configuración general».
*Autotutela/autodefensa colectiva.
El propio Tribunal Constitucional subrayó que «no puede olvidarse que los sindicatos se
hallan objetivamente en una posición dialéctica de contrapoder respecto a los empleadores y que la
defensa de sus objetivos no se basa en fórmulas de composición de interés o colaboración, sino de
autodefensa».
¨ Presente
¤ Fenómenos migratorios.
1.- Desregulación:
-Menos Ley y más convenio: Transito de lo imperativo (garantía general) a lo pactado (sectorial)
- Menor intervencionismo Público. El Estado adopta desde 1994 un papel más pasivo en determinados
aspectos laborales.
¤ Leyes Ordinarias: Son aprobadas por mayoría simple del Congreso. Ejemplos:
n Ley de Prevención de Riesgos laborales
n Ley de Empleo
¤ Real Decreto Ley: Disposiciones que elabora el ejecutivo para los casos de extraordinaria y urgente
necesidad. Habrán de ser convalidados o derogados en el Congreso en el plazo de 30 días
¤ Real Decreto Legislativo: Disposiciones que se utilizan para refundir textos ya existentes
n Estatuto de los Trabajadores
n Ley General de la Seguridad Social
¤ Reglamentos: Norma complementaria. Desarrolla los preceptos que establecen las normas de rango
superior. No podrán establecer condiciones de trabajo distintas a las establecidas por las leyes a
desarrollar: ejemplo: RD 39/1997 por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de
Prevención.
¨ El Convenio Colectivo. Es Jerárquicamente inferior a la Ley por lo que no puede contradecirla pero
si puede mejorarla en sentido favorable a los trabajadores. El artículo 37.1 CE establece que la Ley
garantizará el derecho a la negociación colectiva laboral entre los representantes de los trabajadores y
empresarios, así como la fuerza vinculante de los convenios.
Clasificación
· Estatutarios: Son normas con pleno carácter vinculante: Art. 82.3 ET “Los convenios
colectivos regulados por esta Ley obligan a todos los empresarios y trabajadores incluidos
dentro de su ámbito de aplicación y durante todo el tiempo de su vigencia.”
Eficacia jurídica - normativa: Se trata de auténticas fuentes del derecho del trabajo.
Eficacia personal: Erga omnes, en su ámbito territorial y funcional, con carácter automático y
sin necesidad de acto expreso de adhesión por parte de los sujetos cubiertos por aquel ámbito.
Publicidad: Se dispondrá por la autoridad laboral su publicación obligatoria y gratuita en el
Boletín Oficial del Estado o, en función del ámbito territorial del mismo, en el Boletín Oficial de
la Comunidad Autónoma o en el Boletín Oficial de la provincia correspondiente. (art. 91 ET)
Régimen procesal:
§ Su infracción puede sustentar un recurso de suplicación consecuencia de su carácter
normativo.
§ No es precisa su prueba, consecuencia de su publicidad.
Concepto: Manifestación colectiva de la libertad contractual que no cumple los requisitos del
Título III del ET.
Eficacia jurídica – contractual: Aun cuando no tiene carácter de fuente del derecho, sí que es
fuente de la relación laboral.
Eficacia personal: limitada, se extiende únicamente a los sujetos que lo han suscrito y a sus
representados, sin perjuicio de la posibilidad de adhesión.
POR SU ÁMBITO DE APLICACIÓN. El art 83.1 ET dispone que <<los convenios colectivos
tendrán el ámbito de aplicación que las partes acuerden>>.
A) Territorial
• Estatal
• Autonómico
• Provincial
• Interprovincial
• Local
B) Funcional
• Rama de actividad
RELACIONES LEY-CONVENIO
1. Exclusión: La ley establece y agota la regulación de una cuestión, prohibiendo
expresamente al convenio entrar a regularla: a este sólo le cabe acatarla.
2. Suplementariedad: En la ley se determina un contenido mínimo que el Convenio puede
superar.
3. Supletoriedad: La ley remite para la regulación de una determinada materia al Convenio
Colectivo, pero para el caso en que nada se regule es este, determina las normas
aplicables. En consecuencia, el convenio puede regular la cuestión con total libertad, sin
que la ley opere como mínimo de derecho necesario.
4. Complementariedad: La ley establece las bases o regulación elemental de una materia,
pero permite al convenio desarrollarla y regular los detalles; de este modo, la regulación
completa de la institución exige acudir tanto a una como al otro.
5. Remisión: La ley no contiene una regulación de la materia, sino que ordena que sea el
convenio quien la establezca.
o Empleados del hogar familiar.Esta es una relación basada en la búsqueda de equilibrio entre la
mutua confianza, el respeto a los derechos básicos de los trabajadores y la flexibilidad que tanto
empleador como trabajador requieren para fijar sus condiciones de trabajo, todo ello con el trasfondo
del respeto debido a los derechos constitucionalmente protegidos de la intimidad familiar y la
inviolabilidad del domicilio.
Se considera relación laboral especial del servicio del hogar familiar la que conciertan el titular del
mismo, como empleador, y el empleado que, dependientemente y por cuenta de aquél, presta servicios
retribuidos en el ámbito del hogar familiar.
o Deportistas profesionales.Se consideran deportistas profesionales «quienes, en virtud de una
relación establecida con carácter regular, se dediquen voluntariamente a la práctica del deporte por
cuenta y dentro del ámbito de organización y dirección de un club o entidad deportiva a cambio de
una retribución». La especialidad de la relación de trabajo de los deportistas profesionales hay que
cifrarla en la singularidad material de quien ostenta la condición de empresario (club o entidad
deportiva), en la propia especificidad del servicio prestado por el deportista.
o Artistas en espectáculos públicos.Se considera como tal la relación establecida entre un
organizador de espectáculos públicos o empresario y quienes se dediquen voluntariamente a la
prestación de una actividad artística por cuenta y dentro del ámbito de organización y dirección de
aquéllos a cambio de una retribución.
o Representantes de comercio.Se consideran especiales las relaciones «en virtud de las cuales una
persona natural, actuando bajo la denominación de representante, mediador o cualquiera otra con la
que se le identifique en el ámbito laboral, se obliga con uno o más empresarios, a cambio de una
retribución, a promover o concertar personalmente operaciones mercantiles por cuenta de los mismos,
sin asumir el riesgo y ventura de tales operaciones».
o Discapacitados en centros especiales de empleo y enclaves laborales.
o Especialidades del trabajo penitenciario. Varias peculiaridades significativas registra la
prestación de servicios de los penados en instituciones penitenciarias: el lugar de trabajo, el hecho de
que el trabajo se preste básicamente con fines de reinserción social y la debilitación que conoce el
presupuesto de la voluntariedad. Los condenados a pena de prisión tienen el derecho y el deber de
trabajar y tienen derecho a los beneficios correspondientes de la Seguridad Social (art. 25 CE).
o Relación laboral especial de residencia.
o Abogados en despachos individuales o colectivos. Sujetos de esta relación especial son, por una
parte, quien esté habilitado para ejercer como abogado, y, por otra, quien sea titular de un despacho de
abogados, individual o colectivo. Se entiende por despacho colectivo el que pertenezca conjuntamente
a dos o más abogados agrupados en régimen societario o «bajo cualquier otra forma admitida en
derecho» para ofrecer al público los servicios propios de la profesión. Se considera como peculiaridad
especial que justifica esta regulación específica, el ámbito en que en que se desarrolla la relación
laboral (los despachos de abogados) y el modo de prestación de la misma.
5. El trabajo autónomo.
Se regula en la L. 20/2007, del Estatuto del trabajo autónomo (LETA). El art. 1.1 LETA: «la
presente Ley será de aplicación a las personas físicas que realicen de forma habitual, personal, directa,
por cuenta propia y fuera del ámbito de dirección y organización de otra persona, una actividad
económica o profesional a título lucrativo, den o no ocupación a trabajadores por cuenta ajena».
El concepto de autónomo queda así definido por tratarse de una actividad económica o profesional
por cuenta propia a la que falta, por tanto, la nota de la ajenidad que ha sido objeto de estudio. La
actividad habrá de ser habitual, así como personal y directa; lo que en realidad viene a englobar una
misma exigencia, esto es, implica la necesidad de que exista efectivamente un trabajo propio por parte
del autónomo, una participación con su propio esfuerzo en la actividad productiva, aun cuando en
dicha tarea pueda auxiliarse de otros colaboradores.
Dicha actividad habrá de llevarse a efecto fuera del ámbito de dirección y organización de un
tercero: disposición plena sobre el modo de la ejecución del trabajo, sin que se produzcan
condicionamientos jurídicos en su realización. Y, en fin, la misma debe llevar consigo un contenido
económico y ánimo de lucro, lo que lleva a considerar excluidas un conjunto de actividades, tales
como, por ejemplo, las meramente recreativas.
Extensión a los familiares.Dice el art. 1.1 LETA que también será de aplicación la LETA a los
trabajos, realizados de forma habitual, por familiares del autónomo que no tengan la condición de
trabajadores por cuenta ajena, conforme a lo establecido por el art. 1.3e) ET.
Supuestos excluidos.La LETA efectúa en su art. 2 una serie de exclusiones expresas de su ámbito de
aplicación: a) Las relaciones de trabajo por cuenta ajena a que se refiere el art.1.1 ET; b) La actividad
que se limite, pura y simplemente, al mero desempeño del cargo de Consejero o miembro de los
órganos de administración de las empresas que revistan la forma jurídica de sociedad y siempre que
su actividad en la empresa sólo comporte la realización de los cometidos inherentes al cargo (art. 1.3
c) ET); y c) Las relaciones laborales de carácter especial a las que se refiere el art. 2 ET y
disposiciones complementarias.
EL TRABAJADOR AUTÓNOMO ECONÓMICAMENTE DEPENDIENTE
Se trata de una institución específica entre los trabajadores autónomos, que cuenta con un régimen
jurídico propio y diferenciado en la LETA, y que se sitúa en la frontera entre el trabajo autónomo y el
dependiente, si bien la Ley realiza una definición exhaustiva de la figura y se cuida de recalcar que se
trata en todo caso de un trabajador autónomo y por lo tanto no le resulta de aplicación la legislación
laboral, sin perjuicio de que se declare la competencia del orden jurisdiccional social para conocer de
las cuestiones litigiosas relativas a tales trabajadores.
Parte la LETA de una previa definición en el art. 11: «Los trabajadores autónomos económicamente
dependientes a los que se refiere el art. 1.2.d) dela presente Ley son aquéllos que realizan una
actividad económica o profesional a título lucrativo y de forma habitual, personal, directa y
predominante para una persona física o jurídica, denominada cliente, del que dependen
económicamente por percibir de él, al menos, el 75% de sus ingresos por rendimientos de trabajo y
de actividades económicas o profesionales».
Para el desempeño de la actividad económica o profesional como trabajador autónomo
económicamente dependiente, éste deberá reunir simultáneamente una serie de condiciones (art.11.2
LETA).
Como decimos, las exigencias legales son las siguientes: a) No utilizar el servicio remunerado de
otras personas, salvo las excepciones expresamente previstas (art. 11.2 a) LETA). El TRADE, a
diferencia del trabajador autónomo, no puede actuar como empleador, salvo de un solo trabajador
interino en supuestos excepcionales (art. 11.2 a) LETA); b) No ejecutar su actividad de manera
conjunta e indiferenciada con los trabajadores que presten servicios bajo cualquier forma contractual
por cuenta del cliente. No puede ni formar cuadrilla ni equipo con los de su cliente; c) Disponer de
infraestructura productiva y material propio necesario para el ejercicio de la actividad e independiente
de la de su cliente, cuando endicha actividad sean relevantes económicamente los elementos
materiales de producción. Supuesto en el que deberá valorarse la relevancia técnica, organizativa o
productiva de la infraestructura y de los materiales utilizados; d) Desarrollar su actividad bajo
criterios organizativos propios, sin perjuicio de las indicaciones técnicas de carácter general que
pueda recibir de su cliente. Se trata, en suma, de que el TRADE mantenga intacta su autonomía
funcional y posea, por tanto, un ámbito de organización y dirección propio y pleno en el desarrollo de
su actividad; y e) Percibir una contraprestación económica en función del resultado de su actividad, de
acuerdo con lo pactado con el cliente y asumiendo, por tanto, el riesgo y ventura de aquélla.
Régimen de Seguridad Social de los trabajadores autónomos.El art. 23 LETA establece que «las
personas que ejerzan una actividad profesional o económica por cuenta propia o autónoma tendrán
derecho al mantenimiento de un régimen público de Seguridad Social, que les garantice la asistencia y
las prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad. Las prestaciones complementarias
serán libres». Dicho Régimen es el especial de trabajadores autónomos.
LECCIÓN 4. SUJETOS DE LA RELACIÓN LABORAL (II): EL EMPRESARIO
1. EMPRESARIO
Empresario o empleador es, pues, quien contrata trabajadores, les da empleo u ocupación,
dirige y organiza su actividad.
§3. Tipología de empresarios. El art. 1.2 ET permite establecer la siguiente tipología de empresarios:
a) Empresario individual o persona física. b) Empresario persona jurídica. La elección de alguna de
estas tiene trascendencia jurídica en torno a las obligaciones o responsabilidades que acarreen, dado a
factores como el números de empresarios, entre otros.
1º) El empresario persona física. El empresario individual es una persona física, con la necesaria
capacidad legal, que contrata trabajadores, ya sea para el desarrollo de una actividad económica —
como titular de una explotación—, ya sea como profesional o incluso a título particular, como
consecuencia de la necesidad de atender a la realización de tareas domésticas. El empresario
individual asume de forma personal y directa cuantos derechos y obligaciones atribuyan las normas
laborales. Su responsabilidad patrimonial es ilimitada, de tal forma que responderá del cumplimiento
de tales obligaciones con todos sus bienes presentes y futuros. Podrán ser una sola o varias, agrupadas
o vinculadas entre sí.
2º) El empresario persona jurídica. En el caso de las personas jurídicas, puede tratarse de
asociaciones, agrupaciones o sociedades, civiles o mercantiles, capitalistas o personalistas, ya sean
materialmente colectivas o unipersonales.
b) Las sociedades mercantiles quedan sometidas al denominado estatuto jurídico del empresario. El
Derecho español conoce cinco tipos fundamentales de sociedades mercantiles:
c) También podrán poseer la condición de sociedad las diversas entidades que forman par-
te de la denominada «economía social» y podrán, de este modo, actuar como empresarios.
En este grupo de integran numerosos tipos societarios, como las sociedades cooperativas.
§4. Irrelevancia del ánimo de lucro. El art. 138.3 LGSS considera empresario, «aunque su actividad
no esté motivada por ánimo de lucro», a toda persona física o jurídica o entidad sin personalidad,
pública o privada, por cuya cuenta presten servicios trabajadores. Para que pueda hablarse de
«empresarios» desde el punto de vista laboral, resulta irrelevante el objeto o finalidad de la
organización titularidad del empleador dentro de la que se inserta la actividad de servicios; sea ésta
estrictamente empresarial o no, posea una finalidad lucrativa o no, se desenvuelva en el ámbito de la
actividad económica o no, etc. Así, el empleador puede ser cualquier sujeto que emplee trabajadores,
aunque no posea ánimo de lucro, como en el caso de los sindicatos, partidos políticos…
§5. Las Administraciones Públicas como empresario. Entre las personas jurídicas, resulta
igualmente indiferente el régimen legal bajo el que se acojan, pudiendo presentarse bajo formas de
entidades tanto de Derecho privado como de Derecho Público; sin perjuicio de que el legislador
laboral proceda a excluir de su ámbito de aplicación la relación de servicio de los funcionarios
públicos, así como la del personal al servicio de las Administraciones Públicas y demás entes,
organismos y entidades del sector público, cuando, al amparo de una ley, dicha relación se regule por
normas administrativas o estatutarias (art. 1.3 a) ET).
§6. Comunidad de bienes como empleador. El art. 392 CC señala que «hay comunidad de bienes
cuando la propiedad de una cosa o un derecho pertenece pro indiviso a varias personas»,situación que,
en lo que al ámbito laboral afecta, se corresponde con formas embrionarias y escasamente
estructuradas de agrupación de personas físicas como las comunidades de vecinos, las comunidades
de regantes, etc.
§7. Las Uniones Temporales de Empresas. Define el art. 7 de la L. 18/1982 a las Uniones
Temporales de Empresas (en adelante, UTEs) como un sistema de colaboración entre empresarios por
tiempo cierto, determinado o indeterminado, para el desarrollo o ejecución de una obra, servicio o
suministro. No nos hallamos por tanto ante una modalidad de sociedad, sino ante un mecanismo
jurídico destinado a facilitar la cooperación temporal entre empresas. Dos son las principales
características configuradoras de las UTEs que cabe extraer de la citada definición legal. En primer
lugar, las mismas presentan una vida limitada. Y, en segundo término, carecen de personalidad
jurídica.
§8. Otros supuestos de empleadores sin personalidad jurídica. La herencia yacente. La herencia
está yacente en el intervalo que media entre la muerte del causante y la aceptación de la herencia.
Durante el período que dure la yacencia, el empresario es la propia herencia yacente, que responderá
frente a los trabajadores con todo el patrimonio hereditario.
4. LA EMPRESA
§9. Concepto de empresa. La empresa es una unidad técnica donde se presta trabajo bajo el poder de
dirección y organización de un empresario. Es indiferente el tipo de actividad empresarial que se
desarrolle, la existencia o no de una auténtica organización empresarial entendida como organización
de factores productivos, la habitualidad o profesionalidad del titular o, finalmente, la concurrencia o
no de ánimo de lucro en el titular de la organización en la que se integra la prestación laboral del
trabajador. Por ello,al margen de estos criterios, para el Derecho Laboral es empresa cualquier
organización en la que se presten servicios laborales. Este concepto de empresa que se extrae del art. 1
ET adquiere el carácter de concepto transversal para el Derecho del Trabajo. Cualquier referencia a la
empresa contenida en las normas laborales presupone que ésta es una entidad donde se organiza la
prestación laboral de trabajadores por cuenta ajena.
§10. Distinción empresa y centro de trabajo. La estructura de la empresa puede ser unitaria o plural.
Si es unitaria, los conceptos de empresa y centro de trabajo se identifican. Pero si la estructura es
plural, la empresa se diversifica y fragmenta en diversos centros de trabajo que generalmente se
encuentran ubicados en lugares diferentes. El centro de trabajo es, como precisa el art. 1.5 ET, la
unidad productiva con organización específica que sea dado de alta, como tal, ante la autoridad
laboral. Es una unidad técnica de soporte para la realización de la actividad empresarial, con
capacidad para la realización de un ciclo productivo completo y sometida a criterios organizativos
específicos, a la que quedará adscrita aquella parte de la plantilla total de la empresa necesaria para
completar dicho ciclo productivo. En definitiva, el centro de trabajo es una unidad organizativa del
trabajo y de la actividad empresarial que opera con cierta autonomía respecto del resto de la empresa,
cuando ésta tiene una estructura pluricelular.
El centro de trabajo es, en primer lugar, una «unidad productiva», con la existencia de un centro de
trabajo es el que hace alusión a que el citado centro cuente con una «organización específica».
Elemento importante es la comunicación de alta a la autoridad laboral.
§12. Ausencia de una definición laboral de grupo de empresas. El grupo de empresas a efectos
laborales no es un concepto de extensión equivalente al grupo de sociedades del Derecho Mercantil.
El grupo de empresas laboral no aparece ni definido ni regulado e nel ET, más allá de ciertas
referencias puntuales (art. 87.1. 3º y 3 b) ET; art. 215.2 b), resultando ser una creación jurisprudencial.
Concepto: Realidad fáctica (realidad económica) pero no jurídica; varias empresas, con personalidad
jurídica propia individualmente, articuladas bajo una dirección económica unitaria
§13. Los grupos de empresas no son asimilables a las comunidades de bienes. El grupo constituye
«una realidad económica», pero en ningún caso da lugar a una personalidad jurídica distinta de los
miembros que lo integran. Por ello, no asume la posición contractual de empleador en la relación de
trabajo sino que existirá una situación de pluralidad empresarial en los supuestos de confusión de
plantillas o de patrimonios. La condición de empresario del grupo no puede basarse en la referencia
del art. 1.2 ET a la comunidad de bienes, pues ambas figuras son completamente diferentes. La
asignación precisa e independiente de concretos bienes y derechos a cada una de las personas
jurídicas que se integran dentro del grupo. Es necesario, además, la relación de
§14. La imputación de responsabilidad al grupo. De acuerdo con dicha doctrina, los supuestos de
extensión de la responsabilidad son los siguientes: 1º) Prestación de trabajo indiferenciada. También
llamada unidad de plantilla, en la que los trabajadores prestan servicios a una empresa del grupo de
manera sucesiva y simultánea 2º) Confusión patrimonial. Presupuesto también necesario para afirmar
la existencia de un «grupo patológico» es la existencia de confusión de los patrimonios de las
sociedades integrantes del grupo, aunque hay excepciones que llevan a la jurisprudencia a dotar a un
grupo de empresas la denominación en sí, como que la titularidad de las acciones o participaciones de
las sociedades del grupo por la sociedad dominante o por otras sociedades del grupo. No existe
situación de confusión patrimonial cuando se utilizan infraestructuras comunes entre las empresas del
grupo, tampoco cuando los activos sociales se encuentren desordenados.
Las contratas y subcontratas constituyen una forma de descentralización productiva mediante la cual
una empresa, denominada principal, encarga a otra u otras la realización de una actividad o parte del
proceso productivo.
Concepto de contrata y subcontrata: la contrata es un tipo contractual por el cual una empresa,
llamada contratista, asume la obligación de realizar una obra o servicio determinados a favor del
empresario principal o comitente, que asume la obligación de pagar precio por ello. Así, se caracteriza
por:
1) El negocio jurídico base es el contrato de arrendamiento de obras y servicios del 1.588 CC.
Régimen jurídico laboral de las contratas y subcontratas (42 ET): tiene su fundamento en la
libertad de empresa del 38 CE, aunque puede producir un perjuicio a los derechos de los trabajadores.
El 42 ET impone deberes de información y el régimen de responsabilidades solidarias y subsidiarias:
1) Ámbito de aplicación: no se aplica a todos los supuestos sino solo únicamente a aquellos en
los que el objeto de la contrata sea la realización de obras o servicios correspondientes a la propia
actividad de aquellos.
3) Deber de comprobar la afiliación y alta de los trabajadores del contratista: en la SS. No será
exigible cuando el objeto de la contrata sea la construcción y reparación de la vivienda o no se
contrate una actividad empresarial. El incumplimiento de este requisito es una infracción
administrativa grave.
9) Particularidades del sector de la construcción: la LSC dispone que las diferentes empresas que
intervengan en la ejecución de la obra deberán ser informadas de las contrataciones y
subcontrataciones que se hagan.
11) Excepciones al régimen de responsabilidad solidaria: sólo se aplican a las contratas referidas
a la propia actividad del empresario principal:
a) Cuando la actividad contratada sea la construcción o reparación de la
vivienda habitual el empresario está exonerado de responsabilidad.
b) Cuando el responsable de la obra o industria no contrate por razón de una
actividad empresarial.
c) Cuando la empresa principal contrate una obra o servicio que no corresponda
a la propia actividad: no responderá solidariamente con las deudas con la SS pero sí
subsidiariamente.
1) Sociedad de cuentas en participación: personas físicas o jurídicas se unen para llevar a cabo
una actividad pero sin formar sociedad alguna, repartiendo beneficios o pérdidas en función de la
cuota de participación.
2) Franquicias: la empresa matriz se reserva aquello que tiene mayor valor y cede su uso
temporal a empresarios para que lo exploten.
5. CESIÓN DE TRABAJADORES
Concepto de cesión ilegal: no es solo el trasvase de trabajadores, sino que este trasvase se
produzca ocultando la posición empresarial real de quien percibe la prestación de servicios, de manera
que el vínculo formal oculta el vínculo laboral real. El artículo 43.2 Et establece que “en todo caso, se
entiende que se incurre en la cesión ilegal de trabajadores contemplada en este artículo cuando se
produzca alguna de las siguientes circunstancias: que el objeto de los contratos de servicios entre las
empresas se limite a una mera puesta a disposición de los trabajadores de la empresa cedente a la
empresa cesionaria, o que la empresa cedente carezca de una actividad o de una organización propia y
estable, o no cuente con los medios necesarios para el desarrollo de su actividad, o no ejerza las
funciones inherentes a su condición de empresario.”
1) Carácter exhaustivo de las causas: es una presunción iure et de iure. Puede haber otras pero
no tendrán este carácter.
1) Premisa necesaria para que quepa la opción del trabajador: solo cuando las dos empresas son
reales.
3) La elección de la opción tendrá carácter declarativo puesto que no se crea una relación nueva
sino que se declara una que ya existía.
2) Estibadores portuarios.
Contrato de puesta a disposición: una empresa usuaria puede cubrir cualquier necesidad
temporal de mano de obra mediante dos vías: una contratación directa y una mercantil mediante ETT.
Las causas y duración pueden ser:
2) Supuestos de utilización: limitada por el artículo 6 de la LETT: podrán celebrar los contratos
de duración determinada del artículo 15 del ET. También los contratos de formación o prácticas del 11
del ET. Así, no puede celebrarse ante cualquier supuesto sino solamente ante supuestos de contratos
de obra o servicio determinado, eventualidad, interinidad, prácticas y formación y aprendizaje.
4) Duración: depende del tipo de contrato que se celebre. Si a la finalización del mismo el
trabajador sigue prestando servicios se entenderá contratado de forma indefinida.
Relación entre la ETT y el trabajador: el contrato puede concertarse por tiempo indefinido o por
duración determinada.
2) Contrato para la cobertura de varios contratos de puesta a disposición: la ley permite celebrar
un único contrato que de cobertura de sucesivos contratos de puesta a disposición con empresas
diferentes.
3) Gastos de selección, formación o contratación: las cláusulas que prevean el cobro por las ETT
por estos conceptos serán nulas.
4) Obligaciones de las ETT: las que la legislación laboral suele reservar al empleador y las
facultades disciplinarias y las de contenido económico.
a) Los trabajadores contratados para ser cedidos tendrán las mismas condiciones
que les corresponderían de haber sido contratados directamente por la empresa usuaria.
b) También tendrán derecho a las disposiciones de protección de mujeres
embarazadas, lactancia y de menores.
c) Las ETT deberán destinar el 1% de la masa salarial a la formación de sus
trabajadores.
d) A la finalización de los contratos de duración determinada, salvo en los casos
de interinidad y para la formación y aprendizaje, el trabajador tendrá derecho a
indemnización.
Relación entre el trabajador y la empresa usuaria: no se encuentran relacionados por ningún
contrato. A la empresa usuaria le corresponde el poder de dirección y control de la actividad.
Derechos de los trabajadores en la empresa usuaria: presentar reclamaciones por vía del
representante de los trabajadores, utilizar los medios de transporte, comedor, guardería, etc. y la
empresa usuaria deberá informar a los trabajadores de la existencia de puestos de trabajo vacantes.
En primer lugar, es destacable mencionar que el Tribunal Constitucional incluye dentro del concepto
“libertad de empresa” la libertad de seleccionar a los trabajadores, es decir, la libertad del empresario
para seleccionar a sus trabajadores es una libertad que puede reconducirse al artículo 38 CE. sin
embargo, no se trata de una libertad absoluta sino que tiene su límite principal en la prohibición de la
discriminación y en la violación de otros derechos fundamentales.
Por un lado, el reclutamiento es el conjunto de procedimientos que tienden a atraer candidatos
potencialmente cualificados y capaces de ocupar puestos de trabajo dentro de una organización, así
como de conocer demandas de empleo. Se puede realizar por dos vías:
- De manera interna, por la cual se tiene en cuenta la información de los empleados actuales
- De manera externa, por la cual buscan candidatos externos a la empresa y se realiza a través
de ofertas esporádicas, los servos de empleo...
El objetivo principal de este método es facilitar el encuentro entre oferentes y demandantes de
empleo.
Sin embargo, la selección es aquel proceso que empieza una vez concluido el proceso de
reclutamiento, con la eliminación de aquellas candidaturas que de forma manifiesta no cumplen con
los requisitos exigidos por la empresa, se inicia el proceso de selección. El proceso de selección está
compuesto por una serie de procedimientos encaminados a encontrar la persona que mejor ‘encaje’ en
un puesto o cargo concreto y con la empresa.
Sin embargo, el derecho laboral se va a centrar más en regular las vías de reclutamiento. estas son:
- Servicios públicos de empleo. A través del Sistema Nacional de Empleo que está integrado
por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), y los Servicios Públicos de Empleo de las
Comunidades Autónomas (SEP CCAA), competentes en materia de intermediación en el
mercado de trabajo. Esta vía se caracteriza por la gratuidad para ambas partes, tanto
demandante de empleo como ofertante, y además, es facultativo, es decir, es algo voluntario.
Además, El artículo 16 E.T. obliga a los empresarios a comunicar a la oficina pública de
empleo, en el plazo de los 10 días siguientes a su concertación el contenido de los contratos
de trabajo que celebren o las prórrogas de los mismos, deban o no formalizarse por escrito.
Dicha comunicación puede realizarse por medios telemáticos.
- Empresas de selección de personal. Son aquellas empresas cuya finalidad es comprobar las
aptitudes y características de los candidatos presentados para la ocupación de un puesto de
trabajo sin, después, realizar las tareas de intermediación en sentido estricto. estas empresas
trabajan a través de portales telemáticos de empleo y a través de empresas de captación de
talentos o headhunters
El contrato de trabajo es un negocio jurídico bilateral en virtud del cual una persona (trabajador) se
compromete a prestar voluntariamente sus servicios por cuenta de otra (empleador) a cambio de una
retribución. Se regula en los artículos 1261 y siguientes del CC y en el artículo 1.1 del ET.
Características principales:
- Bilateral; es un acuerdo de voluntades que engendra obligaciones para ambas partes
- Normado o típico (regulado por la Ley)
- Oneroso; cada parte obtiene una ventaja (utilidad) de la prestación de la otra parte
- Sinalagmático; existen beneficios y gravámenes recíprocos entre los deberes básicos de las
partes
- De tracto sucesivo; el cumplimiento de las prestaciones se ejecuta de forma continuada en el
tiempo
- Consensual; El contrato se formaliza con el consentimiento de las partes
Según el contrato que se trate el contrato de trabajo escrito tendrá un fin diferente:
En el caso de que un contrato tenga que realizarse de forma obligatoria de forma escrita y este
requisito se incumpla dicho contrato de trabajo se presumirá celebrado por tiempo completo y de
naturaleza indefinida, salvo que se pueda acreditar la naturaleza temporal o el carácter a tiempo
parcial de los servicios. La inobservancia de los requisitos formales (falta de forma escrita, no se
utiliza el modelo oficial) es tipificada como infracción grave (art. 7.1 LISOS).
•Ciudadanos comunitarios
La capacidad para contratar se regula en el artículo 7 ET.
A priori, unos de los requisitos a tener en cuenta más importante es la edad del trabajador,
diferenciándose así:
- Aquellas personas que tengan más de 18 años (art. 12 CE, art. 314 y ss CC).
- Aquellos que tengan entre 16 y 18 años con autorización de sus tutores. En los artículos 6 y 7
ET se establece que la edad mínima de admisión al trabajo se sitúa en 16 años, que se conecta
al carácter obligatorio del derecho constitucional a la educación (art. 27.4 CE). Hay que
diferenciar entre:
1. Menores de 18 años y mayores de 16 años emancipados por matrimonio (art. 314 y
ss CC).
2. Menores de 18 años y mayores de 16 años que vivan de forma independiente, con
consentimiento de sus padres o tutores de forma expresa o tácita.
- Los menores que participen en espectáculos públicos (sin límite de edad). Es una excepción a
la norma general y está regulado en el artículo 6.4 ET y el Real Decreto 1435/85, de 1 de
agosto. en estos casos se requiere la autorización de la Autoridad Laboral y el consentimiento
del menors, además, este permiso debe ser por escrito y para actos determinados.
A pesar de que exista una edad mínima de 16 años para acceder al ejercicio laboral, los trabajadores
menores de 18 años no podrán realizar trabajos nocturnos o peligrosos ni aquellas actividades que el
Gobierno, a propuesta del Ministerio de Empleo, previa consulta con las organizaciones sindicales y
empresariales más representativas, declare insalubres, penosas, nocivas o peligrosas, tanto para su
salud como para su formación profesional y humana. Además en los artículos 6.2 y 3 ET prohíbe la
realización de horas extraordinarias por menores de edad y, así mismo, se establece que la edad es
condición de acceso a los contratos de naturaleza formativa.
El imcumplimeinto de estos requisitos, por su caracter imperativo, comporta la nulidad de pleno
derecho del contrato celebrado (art. 6.3 CC) con los efectos de restitución civil y remuneración
consiguiente a un contrato válido (art. 9 ET).
•Ciudadanos extracomunitarios
Existen dos vías de acceso: el Régimen General y la Gestión efectiva contrataciones origen.
Regulación básica:
- Art. 7 ET. Ley Orgánica 2/2009, de 11 de diciembre, de reforma de la Ley Orgánica 4/2000,
de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración
social.
- RD 557/2011, de 20 de abril, por el que se aprueba el Reglamento de la Ley Orgánica
4/2000, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, tras
su reforma por Ley Orgánica 2/2009, especialmente arts 4 a 18.
- Los extranjeros mayores de 16 años para ejercer cualquier actividad lucrativa, laboral o
profesional, precisarán de la correspondiente autorización administrativa previa para trabajar
que se somete a las concretas circunstancias sobre la actividad a desempeñar ya sea por
cuenta ajena o propia y para la que se tiene en cuenta la Situación Nacional de Empleo.
El artículo 8 del ET establece que el contrato de trabajo se podrá celebrar por escrito o de palabra, por
lo que el ordenamiento laboral se inscribe dentro de la tradición jurídica amparada por el artículo
1278 Cc, en cuya virtud el consentimiento no requiere ser expresado mediante rituales específicos
para generar compromisos jurídicos y tener efectos vinculantes, si no que basta con que concurran las
condiciones esenciales para su validez.
Por tanto, el principio general del contrato de trabajo es el de libertad de forma, entendida como la
exteriorización de la libertad. No obstante, esta libertad de forma encuentra sus excepciones en el
artículo 8.2 del ET, que establece que deberán constar por escrito los contratos cuando así lo exija una
disposición legal y, en todo caso, los de prácticas y para la formación y el aprendizaje, los contratos a
tiempo parcial, fijos-discontinuos y de relevo, los contratos para la realización de una obra o servicio
determinado, los de los trabajadores que trabajen a distancia y los contratados en España al servicio
de empresas españolas en el extranjero. Igualmente constarán por escrito los contratos por tiempo
determinado cuya duración sea superior a cuatro semanas. De no observarse tal exigencia, el contrato
se presumirá celebrado por tiempo indefinido y a jornada completa, salvo prueba en contrario que
acredite su naturaleza temporal o el carácter a tiempo parcial de los servicios.
Además, cualquiera de las partes podrá exigir que el contrato se formalice por escrito, incluso durante
el transcurso de la relación laboral.
El periodo de prueba no puede superar un mes y en los de duración determinada los periodos de
prueba no deben ser superiores que la duración del contrato.
No se exige un preaviso o necesidad ni fundamentación de la extinción del periodo de prueba ni
requisitos para rescindir el contrato, tampoco hay indemnización.
Concepto:
Fase inicial de una relación laboral de carácter facultativo, que ,ene por objeto el que las partes
obtengan un conocimiento recíproco y puedan valorar sus correspondientes características y actitudes,
para decidir definitivamente sobre el mantenimiento del contrato de trabajo. Se regula en artículo 14
del ET.
Requisitos:
● Que se acuerde de forma expresa. No cabe así presumir la existencia de período de prueba
porque así se haya previsto de manera genérica en el convenio colec,vo aplicable (STS
5-10-2001, Rº 4438/2000).
● Que el trabajador no haya desempeñado las mismas funciones con anterioridad en la
empresa.
● Que su duración no exceda de lo permitido (legal o convencionalmente), ni sea claramente
abusiva.
Duración:
1º) Reglas generales:
Empresas de más de 25 trabajadores: Salvo que el convenio colectivo disponga otra cosa, el período
de prueba no podrá exceder de seis meses para los técnicos titulados, ni de dos meses para los demás
trabajadores.
Empresas de menos de 25 trabajadores: El período de prueba no puede exceder de tres meses para los
trabajadores no cualificados. Las situaciones de incapacidad temporal, riesgo durante el embarazo o
durante la lactancia natural, maternidad o paternidad interrumpen el cómputo del período de prueba,
siempre que se produzca acuerdo entre ambas partes.
2º) Reglas específicas:
En el contrato en prácticas, el período de prueba no podrá superar un mes para los trabajadores con un
título de grado medio, ni dos meses para los titulados de grado superior.
En los contratos de duración determinada: Si el contrato se concierta por tiempo no superior a seis
meses, el período de prueba no podrá exceder de un mes, salvo que se disponga otra cosa en convenio
colectivo.
Efectos:
Durante el transcurso del período de prueba cualquiera de las partes puede desistir del contrato de
trabajo
Derechos del trabajador:
Durante el período de prueba, el trabajador tendrá los derechos y obligaciones
correspondientes al puesto de trabajo que desempeñe,excepto los derivados de la resolución
de la relación laboral.
Desistimiento:
El desistimiento faculta a cualquiera de las partes a resolver el contrato de trabajo sin necesidad de
preavisa, fundamentar la exención en causa alguna, cumplir requisitos formales, indemnizar. También
encontramos límites respecto a los derechos fundamentales.
El art. 15.1 ET parece admitir la existencia de una capacidad autónoma de selección del
contrato por parte empresarial. En este sentido, indica que «el contrato de trabajo podrá concertarse
por tiempo indefinido o por una duración determinada», pero inmediatamente advierte que la
autonomía de la voluntad no es libre para optar por los contratos temporales puesto que éstos «podrán
celebrarse (…)en los siguientes supuestos» y sólo en ellos (o en otros que cuenten también con
específico soporte legal). La regla general es, pues, la que se deriva del principio de estabilidad en el
empleo mientras que la excepción es su alteración.
Sin embargo, este principio que consagra nuestra legislación entra en abierta contradicción
con la realidad práctica. La contratación indefinida en nuestro país se mantiene en niveles inferiores al
10% del total de contratos firmados, porcentaje que ha constituido la tónica general de la contratación.
Desde 2002, el peso de los contratos indefinidos se encuentra en una horquilla entre el 7% y el 13%.
Así, la evolución de la contratación indefinida es claramente decreciente, en una tendencia constante
que se ha visto incrementada, en los últimos años, por la crisis económica.
Fundamento del carácter indefinido. La vigencia indefinida del contrato puede pactarse en
el mismo momento de su celebración, pero también puede derivar de la conversión de un
contrato de trabajo temporal en indefinido, lo que, a su vez, se puede producir por voluntad de
las partes, expresa o tácita, o por decisión judicial como consecuencia del incumplimiento de
las disposiciones sobre contratación temporal. Por el contrario, un contrato indefinido no se
puede transformar en temporal pues ello supone una renuncia de derechos (art. 3.5 ET).
Forma. Habrá de realizarse por escrito (art. 8.2 ET) y en un único documento, porque se trata
de un contrato llamado a interrumpirse y restablecerse cíclicamente, debiendo constar
expresamente una indicación sobre la duración estimada de la actividad, así como sobre la
forma y el orden de llamamiento que establezca el convenio colectivo aplicable, haciendo
constar igualmente, de manera orientativa, la jornada laboral estimada y su distribución
horaria (art. 16.3 ET)
Duración. El contrato «se entenderá celebrado por tiempo indefinido», de forma que para la
realización de los trabajos que constituyen su objeto no cabe recurrir a un contrato de
duración determinada o temporal.
Llamada en campaña posterior. Los trabajadores deberán ser llamados cada vez que vayan
a llevarse a cabo las actividades para las que fueron contratados. La forma y el orden de
llamamiento se determinarán en los convenios colectivos, pudiendo el trabajador en caso de
incumplimiento empresarial reclamar en procedimiento de despido, iniciándose el plazo para
ello desde el momento que tuviese conocimiento de la falta de la convocatoria.
a. Es frecuente que los convenios colectivos establezcan los criterios de llamamiento de los
trabajadores fijos discontinuos. En tales casos, se suele establecer el llamamiento por orden
de antigüedad en cada especialidad o categoría y el cese en orden inverso, por modernidad,
aunque en ocasiones se establecen criterios de igualdad en cuanto al número de días de
trabajo de cada trabajador o de mejor aptitud para el puesto.
b. El no llamamiento constituye despido improcedente. Si no se reanuda en absoluto la actividad
al inicio de la temporada o se suspende durante la misma por causas económicas, tecnológicas
o por fuerza mayor, se requiere expediente de regulación de empleo y autorización de la
autoridad laboral por aplicación del art. 47 ET (en relación con el art. 1.5 RPD). Por el
contrario, no se requeriría expediente si, reanudada la campaña, no se llamara a los
trabajadores que no fueran necesarios, o si se interrumpiera por causas productivas. Tampoco
hace falta expediente por finalización de la temporada.
Contratos de trabajo fijo periódico. Como ya se ha indicado, se diferencia del contrato fijo
discontinuo en que se prestan servicios en determinados periodos de actividad que se repiten en
fechas ciertas. Se les aplica el régimen de trabajo parcial. (art. 12ET).
Al igual que en los contratos fijos discontinuos, se exige su celebración por escrito en el modelo
oficial. Deberá figurar también una indicación sobre la duración estimada, haciendo constar
igualmente, de manera orientativa, la jornada laboral estimada y su distribución de horario.
El contrato de trabajo como contrato de duración. El contrato de trabajo tiene entre sus
características esenciales la de ser un contrato de duración, es decir, que debe tener necesariamente un
término inicial y un término final, aunque este último puede o no haber sido establecido expresamente
por las partes. En el caso de señalamiento expreso de un término final nos encontraremos ante un
contrato de duración determinada y, en caso contrario, ante un contrato de duración indefinida. Varios
son los presupuestos necesarios para validez del contrato temporal en nuestro sistema de relaciones
laborales:
1. La exigencia de tipicidad contractual. Cada contrato temporal está sometido a un
determinado tipo, funda su regulación jurídica en unas normas jurídicas concretas. Las
modalidades de contratación temporal legalmente establecidas son las únicas admisibles en
nuestro ordenamiento. Los contratos de trabajo temporales pueden ser agrupados en dos
grandes categorías: de un lado, los contratos temporales «clásicos», que dan lugar a la
llamada «contratación temporal estructural», en los que la temporalidad de la relación se
identifica con la temporalidad del trabajo (art. 15 ET); de otro, los contratos temporales
específicos del empleo juvenil o «formativos», dirigidos a permitir una más fácil
incorporación al mercado de trabajo de este colectivo (art. 11 ET)
2. La «causalidad» de la contratación temporal. El empresario no es «libre» de celebrar
cualquier contrato temporal sino que el mismo deberá quedar incluido en una determinada
modalidad y quedar acreditada la existencia de una causa que justifique el recurso a dicho
tipo contractual. Ello supone que la relación laboral que se examine no será temporal porque
así lo diga el contrato, sino porque la realidad inicial y el desarrollo de la relación responda
efectivamente a las causas establecidas por la legalidad reguladora de los contratos
temporales. La falta de causa o la infracción sustancial convierten el contrato en indefinido
(art. 15.3 ET)
3. Carácter de derecho necesario de la normativa sobre contratación temporal y limitada
intervención de la negociación colectiva. El art. 15 ET establece un mandato imperativo, sin
que pueda admitirse la ampliación de los supuestos posibles de contratación temporal por la
vía de la negociación colectiva. Quiere ello decir que sólo pueden concertarse como
temporales los contratos previstos por el legislador y que los representantes de trabajadores y
empresarios puedan pactar únicamente en los campos que el legislador expresamente haya
fijado. A título de ejemplo, el art. 15 ET permite expresamente que los convenios colectivos
puedan concretar o completar la regulación relativa a determinadas modalidades contractuales
de duración determinada. Tales supuestos de colaboración convencional son los relativos a los
extremos siguientes: a) identificación de trabajos o tareas con sustantividad propia para que
puedan cubrirse con contratos para obra o servicio determinado (art. 15.1 a) ET); b)
ampliación de la duración máxima del contrato de obra o servicio (art. 15.1.a); c) ampliación
de la duración máxima de los contratos de eventualidad, y determinación del período dentro
del que se puedan realizar, mediante convención sectorial (art. 15.1 b) ET); d) determinación
de las actividades en que caben eventuales, así como la relación entre éstos y la plantilla total
(art. 15.1 b) ET).
2.1. Eventual
Contrato eventual por circunstancias de la producción. Se encuentra regulado en los arts. 15.1 b)
ET y 3 RD.2720/1998 y se puede utilizar cuando lo exijan «las circunstancias del mercado, una
acumulación de tareas o un exceso de pedidos», aun tratándose de la actividad normal de la
empresa(art. 15.1 b) ET).1º)
Objeto. Las tres causas que legalmente se mencionan pueden responder a factores
productivos externos a la empresa. Las «circunstancias del mercado», el «exceso de pedidos»
o la «acumulación de tareas» comportan una alteración en el nivel de producción que puede
traducirse en una necesidad empresarial de trabajadores temporales. El desequilibrio entre el
trabajo solicitado y el efectivamente realizado es debido a un aumento de demanda en el
mercado que justifica el recurso a la contratación eventual. El segundo supuesto que habilita
el recurso al contrato eventual es el déficit de plantilla. La necesidad del recurso al contrato
de eventualidad debe venir fundamentada en circunstancias objetivas, razones justificantes o
acontecimientos susceptibles de subsumirse en las necesidades de producción.
Forma del contrato. El contrato eventual deberá concertarse por escrito si su duración es
superior a cuatro semanas, o si se concierta a tiempo parcial, explicando las causas o
circunstancias que lo justifiquen; esto es, debe expresarse con claridad y precisión la causa o
la circunstancia de eventualidad.(art. 3.2 a) RD. 2720/1998).
Duración del contrato. El contrato de eventualidad viene caracterizado por tener término
resolutorio directamente establecido en el contrato. La duración máxima del contrato será de
seis meses dentro de un período de doce meses contados a partir del momento en que se
produzcan las causas de eventualidad. El plazo señalado actúa como límite total y absoluto,
tanto para la duración del contrato como para la celebración de otros contratos en razón a las
mismas circunstancias, con el objeto de preservar la naturaleza de la eventualidad. La Ley
habilita al convenio colectivo sectorial estatal o, en su defecto, a los convenios colectivos
sectoriales de ámbito inferior, para modificar la duración máxima de estos contratos y el
período dentro del cual se puedan realizar en atención al carácter estacional de la actividad en
que dichas circunstancias se puedan producir. En ese caso, los convenios colectivos no podrán
establecer un período de referencia que exceda de dieciocho meses, ni una duración máxima
del contrato que exceda de las tres cuartas partes del período de referencia legal o
convencionalmente establecido ni, como máximo, doce meses.
Extinción. El contrato eventual se extingue con la llegada del término pactado, si bien hace
falta denuncia de alguna de las partes pues, de lo contrario, siempre que continúe la
prestación de servicios, el contrato se prorroga tácitamente por tiempo indefinido, salvo que
se demuestre la naturaleza temporal de la prestación, o salvo que se hubiera pactado una
duración inferior a la permitida, en cuyo caso tan sólo se prorroga hasta cumplimentarla. De
igual modo, las partes podrán acudir a las causas de extinción de los contratos legalmente
previstas (art. 49 ET).
2.2 Obra
Contrato para obra o servicio determinado. El contrato para obra o servicio determinado se
encuentra previsto en el art. 15.1 a) ET, desarrollado por el art. 2 RD.2720/1998. El mismo se puede
utilizar «cuando se contrata al trabajador para la realización de una obra o servicio determinados,
con autonomía y sustantividad propia dentro de la actividad de la empresa y cuya ejecución, aunque
limitada en el tiempo, sea en principio de duración incierta»
Forma del contrato. El contrato, señala el art. 2.2 a) RD 2720/1998, deberá formalizarse por
escrito, y deberá especificar e identificar suficientemente, con precisión y claridad, el carácter
de la contratación y la obra o servicio para el que se contrata.
a. Por cumplimiento mismo del contrato, esto es, con la conclusión de la obra o servicio
determinados para cuya realización se contrató al trabajador, con sujeción al régimen de
denuncia previsto en el art. 49.l c) ET. El trabajador tendrá derecho a una indemnización de
12 días de salario por año de servicio. Cuando la duración del contrato sea superior a un año,
la parte que formule la denuncia está obligada a notificar a la otra la terminación del contrato
con una antelación mínima de 15 días. El incumplimiento por parte del empresario del plazo
mencionado anteriormente, le obligará al abono de una indemnización equivalente al salario
correspondiente a los días en que dicho plazo se haya incumplido. Ahora bien, la terminación
puede ser paulatina, por tramos, pues no puede pretenderse que, en obras de importancia, que
ocupan a numerosos trabajadores en diversas funciones, hayan de permanecer todos ellos en
activo cuando ha concluido la razón de su adscripción, en espera del día en que la obra se dé
por terminada total y absolutamente.
b. También, por cualquiera de las causas establecidas legalmente en los art. 49 y siguientesET
(aunque no se haya concluido aún la obra o servicio para cuya realización fue contratado el
trabajador) y con sujeción a los requisitos y límites causales, procedimentales y económicos
que en tales preceptos se señalan.
c. No cabe admitir ni la resolución del contrato cuando la obra concreta para la cual se concertó
continúa tras la extinción del mismo, ni la extinción fundada en la finalización de una obra
distinta a la que justificaba el objeto del contrato, debiendo calificarse esta extinción de
despido improcedente.
2.3 Interinidad
Duración del contrato. a) La duración del contrato de interinidad por sustitución vendrá
determinada por la subsistencia del derecho del trabajador sustituido a la reserva de puesto de
trabajo. b) Del mismo modo, para las Administraciones Públicas, la duración del contrato de
interinidad por vacante coincidirá con el tiempo que duren los procesos de selección
conforme a lo previsto en su normativa específica; mientras que, en los demás casos, es decir,
para empresarios privados, la duración del contrato no podrá ser superior a tres meses
Extinción. a) Por reincorporación del trabajador sustituido. b) Por vencimiento del plazo
legal o convencionalmente establecido para la reincorporación. c) Por la extinción de la causa
que dio lugar a la reserva de puesto de trabajo. d) Por el transcurso del plazo de tres meses
establecido para los procesos de selección encaminados a la provisión definitiva de tales
puestos o del que resulte de aplicación a tales procesos si se desarrollan en el ámbito de las
Administraciones Públicas. El trabajador no tiene derecho a indemnización alguna.
2.4 Otros contratos temporales: Fomento del empleo de personas con discapacidad
Contrato temporal de fomento del empleo para personas con discapacidad. Un supuesto de
contratación temporal sin causa. El contrato temporal de fomento del empleo para personas con
discapacidad se encuentra regulado en la DA. 1ª L. 43/2006, para la mejora del crecimiento y del
empleo. La citada disposición adicional abre expresamente a las empresas la posibilidad de «contratar
temporalmente para la realización de sus actividades, cualquiera que fuere la naturaleza de las
mismas».
Los contratos formativos. Dos modalidades se contemplan formalmente en este momento dentro de
este calificativo de contratos formativos: el contrato en prácticas y el contrato para la formación y el
aprendizaje. Son por propia naturaleza contratos a término. Es la finalidad formativa, práctica o
completa, la que determina la temporalidad del contrato, siendo, por ello, la temporalidad ajena a una
causa derivada de necesidades de empleo temporal en la actividad de la empresa. Por tal motivo tiene
un elemento de coincidencia formal con los contratos temporales causales del art. 15 ET, pero se
separa de los mismos desde el punto de vista funcional.
3.1 Prácticas
Contrato en prácticas. Tiene por objeto la práctica laboral y profesional de una persona recién
titulada. Se encuentra regulado en el art. 11.1 ET y en los arts. 1 a 4 RD. 488/1998. A diferencia del
contrato para la formación y el aprendizaje, su objetivo es permitir a personas que han sido
capacitadas a nivel teórico en el sistema educativo, la adquisición de la práctica profesional necesaria
para su futura inserción en el mercado de trabajo. Ello explica las significativas diferencias de
régimen existentes entre aquél y el contrato en prácticas.
Requisitos. Son requisitos necesarios para la celebración del contrato en prácticas: a) Estar en
posesión de un título universitario o de formación profesional de grado medio o superior, o
títulos oficialmente reconocidos como equivalentes, de acuerdo con las leyes reguladoras del
sistema educativo vigente, o un certificado de profesionalidad que habilite para el ejercicio
profesional, de acuerdo con lo previsto en la LO. 5/2002, de 19 de junio, de las
Cualificaciones y de la Formación Profesional, siempre que no hayan transcurrido más de
cinco años, o de siete cuando el contrato se concierte con un trabajador con discapacidad,
desde la terminación de los estudios. Si el trabajador es menor de 30 años, no se tienen en
cuenta la fecha de terminación de los estudios. b) El puesto de trabajo en el que se coloque al
trabajador en prácticas deberá permitir la obtención de la práctica profesional adecuada a su
nivel de estudios o formación cursados(art. 11.1 a) ET). La correspondencia entre la titulación
y el trabajo no tiene por qué ser absoluta ni rígidamente nominalista, bastando que la
prestación laboral permita el ejercicio de todas o algunas de las enseñanzas teóricas
acreditadas por la titulación del trabajador. c) Que el trabajador no haya estado contratado en
práctica por tiempo superior a dos años en virtud de la misma titulación o bien, para realizar
las mismas funciones en la misma empresa (ya sea en base a la misma o a distinta titulación).
A estos efectos, los títulos de Grado, Máster y, en su caso, Doctorado, no se considerarán la
misma titulación.
Forma del contrato. Escrita. Hay que identificar claramente la titulación del trabajador, la
duración del contrato y el puesto de trabajo a desempeñar.
Duración del contrato. El contrato en prácticas no podrá ser inferior a seis meses ni superior
a dos años, dentro de cuyos límites los convenios de ámbito sectorial o estatal o, en su
defecto, de ámbito inferior podrán determinar otra duración. Tampoco podrá estar contratado
en la misma empresa para el mismo puesto de trabajo por tiempo superior a dos años, aunque
se trate de distinta titulación o distinto certificado de profesionalidad. El empresario podrá
recabar por escrito, antes de celebrar el contrato, certificación del Servicio Público de Empleo
correspondiente, en la que conste el tiempo que el trabajador ha estado contratado en
prácticas con anterioridad a la contratación a realizar. El Servicio Público de Empleo
correspondiente tendrá un plazo de 10 días para emitir el certificado. Transcurrido el mismo
sin contestar, el empresario quedará exonerado de la responsabilidad que pueda derivarse. Las
causas legales de suspensión del contrato no determinan, salvo pacto expreso en contrario, la
ampliación del tiempo máximo de duración (art. 19.2 RD. 488/1998). Sin embargo, la
incapacidad temporal, riesgo durante el embarazo, maternidad, adopción o acogimiento,
riesgo durante la lactancia y paternidad interrumpirán el cómputo de la duración del contrato.
Por último si el contrato se concierta por una duración inferior a la máxima, se podrán acordar
hasta dos prórrogas, con una duración mínima de 6 meses cada una, siempre y cuando la
duración total del contrato no exceda de la duración máxima permitida legal o
convencionalmente.
Período de prueba. Nunca puede ser superior a un mes para los titulados de grado medio, ni
de dos para los titulados de grado superior, salvo que la negociación colectiva disponga otra
cosa.
Contrato para la formación y el aprendizaje. Va dirigido a personas que carecen de los elementos
necesarios de mínima cualificación profesional, tanto desde la perspectiva teórica como desde la
práctica. Se encuentra regulado en el art. 11.2 ET y en el RD1529/2012, de 8 de noviembre, por el que
se desarrolla el contrato para la formación y el aprendizaje y se establecen las bases de la formación
profesional dual.
El objeto del contrato consiste en la adquisición por los jóvenes de la formación teórico-
práctica necesaria para desempeñar adecuadamente un oficio o puesto de trabajo. Para ello, el
contrato establece un régimen de alternancia entre la actividad laboral retribuida en una
empresa y la actividad formativa recibida en el marco del sistema de formación profesional
para el empleo o del sistema educativo.
Colectivos que pueden ser contratados a través del contrato para la formación. El
contrato para la formación podrá ser suscrito con trabajadores mayores de 16 años y menores
de 25 años que carezcan de la cualificación profesional reconocida por el sistema de
formación profesional para el empleo o del sistema educativo exigido para celebrar un
contrato en prácticas. También podrá celebrarse, sin límite de edad, con personas con
discapacidad y personas desempleadas pertenecientes a alguno de los colectivos en situación
de exclusión social en los casos en que sean contratados por parte de empresas de inserción
que estén cualificadas y activas en el registro administrativo correspondiente.
Jornada. El contrato no puede celebrarse a tiempo parcial. Los trabajadores contratados bajo
esta modalidad no pueden realizar horas extraordinarias (salvo las necesarias para prevenir o
reparar siniestros y otros daños extraordinarios o urgentes), trabajos nocturnos ni trabajos a
turnos. Los desplazamientos necesarios para asistir al centro computarán como trabajo
efectivo no retribuido. Las faltas de puntualidad o asistencia no justificadas a las actividades
formativas se considerar faltas de asistencia o puntualidad en el trabajo.
Forma del contrato. El contrato para la formación deberá formalizarse siempre por escrito,
haciendo constar expresamente en el mismo el nivel ocupacional, oficio o puesto de trabajo
para el que se concierta, el tiempo dedicado a la formación teórica y su distribución horaria, la
duración del contrato y el nombre y cualificación profesional de la persona designada como
tutor. Los cambios que se produzcan sobre estos elementos deberán formalizarse igualmente
por escrito. Se debe comunicar la formalización del contrato al SEPE en el plazo del 10 días.
Duración del contrato. La duración será como mínimo de un año y como máximo de tres, si
bien por convenio colectivo pueden establecerse otras duraciones distintas, en función de las
necesidades organizativas o productivas de las empresas; en ningún caso, la duración mínima
podrá ser inferior a seis meses ni la máxima superior a tres años (art. 11.2 b) ET) En cuanto a
las prórrogas, en ausencia de su regulación en convenio colectivo, se pueden realizar hasta
dos, sin que la duración de cada una de ellas pueda ser inferior a seis meses, y sin que se
supere —sumando el contrato inicial más las prórrogas— la duración máxima legal (tres
años) o convencional del contrato Las causas legales de suspensión del contrato no
determinan, salvo pacto expreso en contrario, la ampliación del tiempo máximo de duración.
Sin embargo, la incapacidad temporal, riesgo durante el embarazo, maternidad, adopción o
acogimiento, riesgo durante la lactancia y paternidad interrumpirán el cómputo de la duración
del contrato. Expirado el tiempo de duración del contrato, ningún trabajador podrá ser
contratado bajo esta modalidad por la misma o distinta empresa para la misma actividad
laboral u ocupación objeto de la cualificación profesional asociada a al contrato, aunque sí
puede ser contratado para otra distinta (art. 11.2 c) ET).
Seguridad Social. La acción protectora de la Seguridad Social del trabajador contratado para
la formación comprenderá todas las contingencias, situaciones protegibles y prestaciones,
incluido el desempleo. Asimismo, se tendrá derecho a la cobertura del Fondo de Garantía
Salarial (art. 11.2 i) ET). Durante toda la vigencia del contrato, incluidas las prórrogas, se
aplicará una reducción del 100% de las cuotas empresariales a la Seguridad Social por
contingencias comunes, así como las correspondientes a accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales, desempleo, fondo de garantía salarial y formación profesional, correspondiente
a dichos contratos, si el contrato se realiza por empresas cuya plantilla sea inferior a 250
personal, o del 75%, en el supuesto de que la empresa tenga una plantilla igual o superior a
esa cifra.
Normas comunes. El art. 15 ET, y otras normas del mismo cuerpo legal, establecen una serie de
reglas comunes para todos los contratos temporales.
Los diferentes incumplimientos contractuales que pueden producirse a la hora de concluir las distintas
contrataciones a las que nos hemos venido refiriendo a lo largo de este estudio no se encuentran en pie
de igualdad, sino que conforman una auténtica escala o índice que los ordena en función de la
intensidad y gravedad de los efectos que derivan de su ausencia o deficiente constitución. Hasta tal
punto que los tres primeros incumplimientos admiten prueba en contrario, mientras que el fraude de
ley se trata de una presunción iuris et de iure, que no admite prueba en contrario.
1. Falta de alta en la Seguridad Social. (arts. 15.2 ET, 9.2 RD. 2720/1998 y 22 RD 488/1998).
Sin perjuicio de las responsabilidades administrativas y de Seguridad Social, se establece que
el trabajador adquiere la condición de fijo (salvo cuando la naturaleza de las actividades o
servicios contratados sea claramente temporal), siempre que concurra un doble presupuesto:
a) Prestación efectiva de servicios sin figurar de alta en la Seguridad Social.b) Que el periodo
sin alta supere el plazo señalado para el período de prueba y ello con independencia de que se
hubiera pactado o no dicho período.
2. Incumplimientos formales. “De no observarse tal exigencia (la forma escrita), el contrato se
presumirá celebrado a jornada completa y por tiempo indefinido, salvo prueba en contrario
que acredite su naturaleza temporal o el carácter a tiempo parcial de los servicios”. (art. 8.2
ET)
3. Omisión de preaviso y denuncia. (arts. 49.1 c) ET, 8.2 RD. 2720/1998, y 21 RD.488/1998).
De no mediar denuncia expresa y el trabajador continuar prestando servicios, se presumiría
que el contrato se prorroga por tiempo indefinido, salvo que quedara acreditada la naturaleza
temporal de la prestación. La trascendencia de la anterior exigencia ha venido siendo
relativizada a través de numerosos pronunciamientos jurisprudenciales. Significativa es, en
este sentido, la STS 27-10-1994 (Rº 212/1994), que mantiene una interpretación amplia y
elástica del alcance del incumplimiento de la referida exigencia y que, en recta
correspondencia, entendió que un breve retraso sobre la fecha límite para proceder a la
denuncia del contrato —concretamente, seis días sobre la fecha de finalización prevista en el
contrato— no lo transforma en indefinido.
4. Contratación temporal en fraude de ley. El art. 15.3 ET establece que «se presumirán por
tiempo indefinido los contratos temporales celebrados en fraude de ley». Son situaciones
constitutivas de fraude de ley las que afectan a la causa contractual por ser esta falsa o por
utilizarse una modalidad contractual inadecuada determinante de que la duración del contrato
fuera menor de la que debiera corresponder; la conversión de contrato indefinido en temporal;
inexistencia de causa objetiva que fundamente la contratación o, en fin, la sucesión
contractual fraudulenta. En estos casos, la relación laboral es indefinida y la comunicación de
extinción del contrato temporal fraudulento constituye un despido improcedente.
5. Concatenación contratos temporales. “Sin perjuicio de lo dispuesto en los apartados 1.a), 2
y 3 de este artículo, los trabajadores que en un periodo de treinta meses hubieran estado
contratados durante un plazo superior a veinticuatro meses, con o sin solución de continuidad,
para el mismo o diferente puesto de trabajo con la misma empresa o grupo de empresas,
mediante dos o más contratos temporales, sea directamente o a través de su puesta a
disposición por empresas de trabajo temporal, con las mismas o diferentes modalidades
contractuales de duración determinada, adquirirán la condición de trabajadores fijos […] Lo
dispuesto en este apartado no será de aplicación a la utilización de los contratos formativos,
de relevo e interinidad, [...]” (art. 15.5 ET)
2. La clasificación profesional
Se recoge en el art.22 ET. Es la ordenación de funciones que pueden desarrollarse en una
empresa o sector de actividad. Esa ordenación tiene que realizarse a través del establecimiento de
grupos profesionales. Hay que señalar también la novedad de la eliminación de las categorías
profesionales.
El establecimiento de la clasificación profesional se hace a través de convenio, o en su
defecto, acuerdo entre la empresa y los representantes de los trabajadores.
El grupo profesional agrupa las funciones para las que se necesite una misma aptitud,
titulación y contenido real de la prestación y podrá incluir distintas tareas, funciones, especialidades
profesionales o responsabilidades asignadas al trabajador.
El encuadramiento en cada grupo profesional es un acto consensual, que se realiza en el
propio contrato de trabajo. Si como consecuencia de la prestación de servicios, hay inadecuación entre
grupo profesional y el trabajador, el trabajador puede ejercer acción judicial para llevar a cabo un
encuadramiento correcto de la actividad que realiza.
El art.22.4 ET permite que por acuerdo de las partes se acuerde la polivalencia funcional, que
significa que se pacta por las partes la realización de tareas propias por más de un grupo profesional.
En todo caso, el grupo profesional al que el trabajador estará adscrito será al grupo profesional cuyas
tareas sean las que mayoritariamente realiza el trabajador.
La ley (art. 22.2 ET) lo define como el que agrupa unitariamente aptitudes profesionales,
titulaciones y contenido general de la prestación, y podrá incluir distintas tareas, funciones,
especialidades profesionales o responsabilidades asignadas al trabajador. Los términos de agrupación
son deliberadamente abstractos, amplios y genéricos, pues deben ser flexibles para su aplicación en la
negociación colectiva. Se reúnen en dos:
Criterios subjetivos. Dependen de la cualificación profesional de los trabajadores. Conforme
al ET dos son los criterios definitorios:
● Aptitudes profesionales: idoneidad de la cualificación profesional del trabajador en
relación a un determinado puesto de trabajo (cualificación mínima y necesaria).
● La titulación: certificaciones expedidas por la autoridad administrativa con el fin de
constatar que sus poseedores han demostrado estar capacitados para realizar los
cometidos inherentes a los mismos.
Criterios objetivos. Se refieren a concretos cometidos, tareas y funciones que realiza el
trabajador. El grupo profesional se formará al integrar en el mismo funciones de contenido similar.
Los convenios colectivos conforman un grupo profesional con aquellos puestos de trabajo que por sus
similares características presentan un mismo perfil profesional. Los elementos característicos de los
diferentes puestos se denominan factores de valoración (iniciativa, autonomía, responsabilidad,
mando, grado de dificultad, etc.).
Modelos de grupo profesional
● El modelo clásico (por departamentos): se agrupa por la realización de actividades de la
misma naturaleza sin que ello conlleve la misma cualificación (comercial, personal de
laboratorio…). Nos lleva a un modelo ordenado horizontalmente por razones de competencia
para que en su interior opere la jerarquía. Para evitar problemas terminológicos, se les llama
grupo funcional, área funcional.
● Nuevo concepto: fiel al art. 22.3 ET, reúne en grupos a los que tengan una misma aptitud
profesional y titulación y de forma añadida un determinado contenido general de la
prestación. Grupos ordenados jerárquicamente, pero dentro de los grupos el contenido es
homogéneo.
Otros criterios clasificatorios
Se pueden emplear otros sistemas clasificatorios, siendo respetuosos con el Art. 22.1 ET, y se
limiten a acompañar, complementar o precisar la clasificación realizada en grupos o categorías
profesionales. En la negociación colectiva se usan criterios como:
● Áreas funcionales: actividades profesionales que se reúnen en base a una función
homogénea de la organización de la empresa (tiene carácter enunciativo u orientativo).
● Niveles profesionales o de responsabilidad: jerarquización de los distintos grupos o
categorías profesionales.
● Nivel retributivo: elemento complementario y accesorio de los principales (grupo o
categoría). Simple agrupación de las categorías o grupos con la misma cuantía salarial.
3.1 Concepto
3.2 Fundamento
El fundamento es la libertad de empresa que es integrada por la libertad de iniciar actividad
económica, desarrollarla en el mercado y cesar la a voluntad. Esta libertad de ejercicio de la actividad
empresarial abarca la autodeterminación y libertad de gestión de la empresa, así como el poder de
dirección de la misma. Éste último presenta un conjunto de facultades atribuidas a los titulares de las
organizaciones productivas con vistas al ejercicio de actividades económicas.
3.3 Modalidades
4. Movilidad funcional
5.1 Delimitación
El Art. 20.3 ET reconoce la facultad del empresario de adoptar las medidas que considere
oportunas para la vigilancia y control del cumplimiento por el trabajador de sus obligaciones y
deberes laborales. El problema que plantea es que los mecanismos usados por el empresario
impliquen una vulneración del derecho a la intimidad y, en consecuencia, un ejercicio ilegítimo de la
facultad de vigilancia reconocida en el ET.
Como ha señalado la jurisprudencia resulta necesario el poder sancionador para que el poder
de dirección sea un verdadero poder jurídico y no sólo moral. El poder disciplinario se configura
como en una forma de autotutela del orden productivo mediante un sistema de penas privadas, cuya
aplicación no implica intervención judicial, sin perjuicio del derecho a la impugnación. El fin de estas
medidas es el de desincentivar los incumplimientos futuros de los trabajadores por temor a la posible
sanción. La función resarcitoria queda en segundo plano.
6.2 Principios constitucionales del poder disciplinario empresarial. Los derechos de
defensa del Art. 24.2 CE.
2. Respecto a los trabajadores, las faltas leves prescribirán a los diez días; las graves, a
los veinte días, y las muy graves, a los sesenta días a partir de la fecha en que la empresa
tuvo conocimiento de su comisión y, en todo caso, a los seis meses de haberse cometido.
La decisión de traslado deberá ser notificada por el empresario al trabajador, así como a
sus representantes legales, con una antelación mínima de treinta días a la fecha de su
efectividad.
b) El diez por ciento del número de trabajadores de la empresa en aquellas que ocupen
entre cien y trescientos trabajadores.
Dicho periodo de consultas deberá versar sobre las causas motivadoras de la decisión
empresarial y la posibilidad de evitar o reducir sus efectos, así como sobre las medidas
necesarias para atenuar sus consecuencias para los trabajadores afectados. La consulta se
llevará a cabo en una única comisión negociadora, si bien, de existir varios centros de
trabajo, quedará circunscrita a los centros afectados por el procedimiento. La comisión
negociadora estará integrada por un máximo de trece miembros en representación de cada
una de las partes.
La apertura del periodo de consultas y las posiciones de las partes tras su conclusión
deberán ser notificadas a la autoridad laboral para su conocimiento.
Durante el periodo de consultas, las partes deberán negociar de buena fe, con vistas a la
consecución de un acuerdo. Dicho acuerdo requerirá la conformidad de la mayoría de los
representantes legales de los trabajadores o, en su caso, de la mayoría de los miembros de la
comisión representativa de los trabajadores siempre que, en ambos casos, representen a la
mayoría de los trabajadores del centro o centros de trabajo afectados.
Contra las decisiones a que se refiere el presente apartado se podrá reclamar en conflicto
colectivo, sin perjuicio de la acción individual prevista en el apartado 1. La interposición del
conflicto paralizará la tramitación de las acciones individuales iniciadas, hasta su resolución.
El acuerdo con los representantes de los trabajadores en el periodo de consultas se
entenderá sin perjuicio del derecho de los trabajadores afectados al ejercicio de la opción
prevista en el párrafo tercero del apartado 1.
3. Si por traslado uno de los cónyuges cambia de residencia, el otro, si fuera trabajador de
la misma empresa, tendrá derecho al traslado a la misma localidad, si hubiera puesto de
trabajo.
El traslado o el cambio de centro de trabajo tendrá una duración inicial de seis meses,
durante los cuales la empresa tendrá la obligación de reservar el puesto de trabajo que
anteriormente ocupaban los trabajadores.
Terminado este periodo, los trabajadores podrán optar entre el regreso a su puesto de
trabajo anterior o la continuidad en el nuevo. En este último caso, decaerá la mencionada
obligación de reserva.
El trabajador deberá ser informado del desplazamiento con una antelación suficiente a la
fecha de su efectividad, que no podrá ser inferior a cinco días laborables en el caso de
desplazamientos de duración superior a tres meses; en este último supuesto, el trabajador
tendrá derecho a un permiso de cuatro días laborables en su domicilio de origen por cada tres
meses de desplazamiento, sin computar como tales los de viaje, cuyos gastos correrán a
cargo del empresario.