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Derecho Laboral
Grupo 13
Mateu Roncero, Carlos Ruano, Miguel Donallo y Jaime Sánchez
En el tercer supuesto Mercedes González tiene una beca de prácticas para una
empresa pero desarrolla en ella las funciones propias de los trabajadores titulados
superiores. El hecho de que desarrolle funciones laborales dentro de la empresa
contradice la institución del becario, cuya relación con la empresa no es laboral sino de
formación según Real Decreto 1543/2011, de 31 de octubre, por el que se regulan las
prácticas no laborales en empresas. Por lo tanto, nos encontramos con una verdadera
relación laboral, en la que se aprecian las notas propias de la misma de dependencia,
ajenidad y retribución. Mercedes, recibe las pautas de la empresa para desarrollar su
trabajo, tiene un horario establecido y recibe una retribución por ello.
El último caso es el de Mario, que trabaja como rider para una empresa de
reparto de comida. Su empresa le hace indicar su disponibilidad a través de una
plataforma on-line y la compañía luego les envía su horario semanal. Cuando los riders
están de guardia los repartidores deben acudir a un punto de encuentro y allí esperan a
que les salte una alerta, momento a partir del cual tienen un margen de 30 minutos para
realizar la entrega de la comida. Como se ha establecido en la sentencia 244/2018 del
Juzgado Social de Valencia estas condiciones laborales suponen ser un trabajador de
hecho, ya que implican las notas de ajenidad y dependencia de la relación laboral.
Establece también la sentencia que “se ha probado, así́ mismo, que el trabajador, aún
cuando aportaba para el trabajo su bicicleta y su teléfono móvil, carecía de organización
empresarial, siendo la empresa, la titular de la plataforma virtual, con el nombre
comercial”, lo que refuerza el anterior de que el repartidor es un falso autónomo.