Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
VII
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS
Principios Generales
Derecho Administra>vo II. Facultad de Derecho. UnCuyo.
Dra. Andrea Juliana Lara
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS.
PRINCIPIOS
Consideraciones generales:
Teorías posi2vas y nega2vas.
Nega2vas:
Doctrina alemana. OTTO MAYER. Sos>ene que no existen actos bilaterales sino
unilaterales de la administración, actos administra>vos, que son o no aceptados
por los par>culares. En>enden que jamás se podrían equiparar estas aceptaciones
unilaterales a una relación contractual porque, ente otras razones, no existe un
plano de igualdad ente las partes, igualdad que es imprescindible para poder
considerar a la relación jurídica, un contrato.
Doctrina Italiana: expresada a través de D´ALESSIO entre otros autores. Se insiste
en el carácter unilateral de la actuación de la administración y en la dis>nta
naturaleza jurídica de las expresiones de las partes en lo que se pretende sería un
contrato. No obstante, algunos autores formulan apreciaciones que debilitan la
firmeza de la doctrina, ya que admiten la posibilidad de que los contratos de obra
y suministro que celebra la administración podrían considerarse contratos y
aceptarse que algunos aspectos podrían estar regidos por el Derecho
Administra>vo.
Teorías Monistas: Los par>darios de las ideas monistas, niegan la existencia de un
derecho privado dis>nto del público. Coherentes con su postura, niegan que
pueda haber diferencia en el accionar de la administración, ya sea en el campo
privado como en el público.
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS.
PRINCIPIOS
Posi2vas
Encabezados por la doctrina francesa, con algunas excepciones
importantes como HAURIOU, los sostenedores de las teorías posi>vas
sobre la existencia de un contrato de sustancia dis>nta al de derecho
privado, no han coincidido en sus observaciones y, mucho menos, en la
determinación exacta de la diferencia.
Se ha puesto el acento en:
1) la par>cipación directa de la administración en la celebración del
contrato;
2) la presencia evidente de un fin público o en la sa>sfacción directa o
indirecta de una necesidad pública;
3) presencia de cláusulas normalmente inaceptables en el derecho
privado;
4) existencia de una situación de subordinación jurídica del par>cular
ante los fines que encarna la administración en la relación contractual.
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS.
PRINCIPIOS
Son “aquellas demostra/vas del carácter de poder público con que interviene la
administración en los contratos administra/vos, colocándose en una posición de
superioridad jurídica, o invis/endo a su cocontratante frente a los terceros, de
atribuciones que son propias del poder público”.(BERCAITZ)
• MARIENHOFF destaca que estas cláusulas son exorbitantes porque a) Son inusuales en
los contratos de derecho común o 2) porque su inclusión sería ilícita por contrariar
normas de orden público.
• Las cláusulas exorbitantes pueden clasificarse en dos grupos (BERCAITZ, ESCOLA):
Criterio de Marienhoff.
Sos>ene que habrá contrato administra>vo en razón del objeto del contrato y en
ese caso, se caracterizará por contener cláusulas exorbitantes al derecho común
(en forma expresa o implícita) y también habrá contrato administra>vo cuando,
sin serlo por su objeto, contenga expresamente cláusulas exorbitantes al derecho
privado.
A su vez para definir cuales son los contratos administra>vos en razón de su objeto
el autor dis>ngue dos supuestos:
a- contratos administra>vos de colaboración cuando la prestación se relaciona en
forma directa e inmediata con alguna de las funciones esenciales o específicas del
Estado;
b- contratos administra>vos de atribución cuando la prestación es imposible que
pueda se objeto o materia de un contrato entre par>culares.
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS.
PRINCIPIOS
Opinión de Gordillo:
• No hay en realidad dos categorías de contratos, sino toda una gama de contratos suscep>ble de
clasificación que van desde los a) contratos celebrados por la administración en un virtual pie de igualdad
jurídica junto a otro sujeto de derecho privado o incluso b) en situación de desventaja o c) con ligeras
notas de derecho público a favor de la administración y finalmente d) contratos en los que aparece un
concurso de privilegios y potestades estatales.
• Aún cuando podamos reducir la clasificación a dos >pos de contratos, los contratos civiles y los contratos
administra>vos de la administración, estos úl>mos son suscep>bles de subdivisiones en atención a
diversos regímenes jurídicos dentro del sistema de derecho administra>vo.
• En defini>va todos los contratos que celebra la administración se encuentran some>dos a un régimen
parcialmente de derecho público, pero tal some>miento no es uniforme, todos pueden ser llamados
contratos administra>vos sin perjuicio de que existen graduaciones en cuanto a la intensidad del régimen
de derecho público.
En el caso CINPLAST (1993) los hechos sobre los que se produce la disputa entre
Entel y Cinplast se vincularon con la ejecución y ex>nción de un contrato de
suministro de caños de P.V.C. para canalización subterránea.
En esta oportunidad se repi>ó el concepto dado por FAYT en “Dulcamara”:
afirmando que “... en tales contratos una de las partes intervinientes es una
persona jurídica estatal, su objeto está cons>tuido por un fin público o propio de
la administración y con>ene explicita o implícitamente, cláusulas exorbitantes del
derecho privado”.
El Tribunal al resolver tuvo principalmente en cuenta que la contratación fue el
resultado de un procedimiento licitatorio, afirmando que la falta de reserva del
interesado respecto de u una cláusula prefijada en la licitación obsta a que
pretenda su alteración en sede judicial, por lo que la contratación se regirá por la
cláusulas generales y especiales de la licitación pública, es decir, el contrato se
encuentra sujeto a un régimen de derecho público. Finalmente no fue indiferente
a la resolución de la disputa el hecho de que había por parte de la quejosa un
pacífico some>miento a la instancia administra>va, por lo que una conducta
posterior contraria a tal some>miento importaría volver sobre sus propios actos
(teoría de los actos propios).
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS.
PRINCIPIOS
La buena fe contractual.
• “Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe y
de acuerdo con lo que verosímilmente las partes entendieron o pudieron
entender, obrando con cuidado y previsión, principios aplicables al ámbito
de los contratos administra>vos”.
• Este principio ya habría sido receptado por la corte y se había empleado, incluso
para poner freno, en algunos casos, a la capacidad de acción discrecional muy
amplia, como es el supuesto de la contratación directa.
• Así la Corte ha dicho que “la exclusión de una empresa en una contratación
directa a la que había sido invitada por la Municipalidad, fundada en la existencia
de antecedentes descalificatorios, implica por parte de la Municipalidad ponerse
en contradicción con sus propios actos, ejerciendo una conducta incompa>ble con
otra anterior – invitación a contratar- deliberada, jurídicamente relevante y
eficaz” (ED, 118-362).
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS.
PRINCIPIOS
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS.
PRINCIPIOS
1. Sujeto:
• Es importante señalar que, tal como acertaba parcialmente el criterio
subje>vo, en el contrato administra>vo siempre una de las partes es un
ente público. Podría no ser estatal pero siempre será un ente público
actuando en ejercicio de la función administra>va.
• La expresión del consen>miento por parte del ente público estará regida
por las leyes de Procedimiento Administra>vo, de Obras Públicas, o de
Contrataciones del Estado, etc. Allí se encuentran establecidas también el
régimen de vicios y nulidades de ese consen>miento.
• En cuanto a la manifestación del consen>miento del par>cular
cocontratante será la ley civil o comercial, la que establecerá los requisitos
de esta manifestación y sus vicios y nulidades (normas sobre error, dolo o
violencia). Cabe agregar que, en algunos casos, las normas que rigen el
contrato podrán establecer algunos requisitos al cocontratante par>cular
por el solo hecho de contratar con la administración pública.
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS.
PRINCIPIOS
Objeto:
Forma:
Plazo:
1) Formalismo
• La administración no es libre para contratar porque no >ene libertad para elegir con quien
contrata, ni de qué forma contrata, ni puede elegir la finalidad del contrato. Todo ello le
viene impuesto por la norma legal que habilitó su facultad de celebrar el acto bilateral.
• La norma>va le define a la administración el procedimiento mediante el cual deberá
determinar con quién contratar. También le definirá con claridad qué forma deberá adoptar
la celebración del acto y con qué finalidad se realiza.
• Esa norma>va puede tener rango cons>tucional –hoy numerosas cartas magnas de estados
provinciales exigen la licitación pública para las compras o el concurso para el acceso al
empleo-, legal como es el caso de la LOP, o reglamentario cuando es a través de decretos o
de pliegos o de normas generales de contratación.
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS.
PRINCIPIOS
2) Desigualdad jurídica
3) Intuito personae
• De lo dicho en el tercero de los caracteres del contrato administra>vo se deduce la prohibición “ab
ini>o” de la cesión del contrato por cuanto éste es en principio intransferible. También le está
vedado al contra>sta subcontratar a un tercero para que cumpla las obligaciones de las que es
>tular.
• Otro elemento que impide la cesión del contrato, es el hecho de haberse producido un
procedimiento previo de selección que ha ponderado en forma específica las cualidades
personales, patrimoniales, antecedentes, etc. y ello provoca un compromiso con los otros
oferentes que permanece con posterioridad.
• Por estas razones la cesión y la subcontratación están prohibidas en forma expresa reservándose la
administración la posibilidad de aceptar dichas sus>tuciones y sancionando con la rescisión el
incumplimiento.
• La LOP contempla dos situaciones dis>ntas: 1) que la cesión se quiera prac>car antes de contratar,
una vez presentada la oferta o, aun, habiendo adjudicación pero no contrato (art. 19 LOP), y 2) que
el contrato ya esté celebrado (art. 23 LOP). En el primer caso la ley admite la posibilidad de su
aceptación siempre que el cesionario ofreciera iguales. garaneas; en el segundo de los casos la
norma exige doble pronunciamiento de la administración: autorización (antes) y aprobación
(después).
• Algunas leyes provinciales (como el caso de Mendoza) agregan el requisito de la permanencia del
cedente como coobligado del cesionario (art. 33 LOP Mza). La autorización y aprobación también
se exigen para la transferencia de obligaciones a un tercero vía subcontrato y, en este caso, la
rescisión por culpa del contra>sta es la sanción a su incumplimiento.
CONTRATOS ADMINISTRATIVOS.
PRINCIPIOS
Los cuasicontratos
• Todo hecho o acto voluntario lícito que produce efectos semejantes a los contratos sin exis>r
acuerdo de voluntades ni consen>miento sobre la materia concreta de tal hecho o acto.
(Marienhoff, Salvat)
• Pero otra posición, expuesta detalladamente por ESCOLA, niega la existencia de estos
cuasicontratos y sos>ene que no se trata de otra cosa que de efectos obligatorios que la ley
liga a un hecho, con independencia de su voluntariedad. La ges>ón de negocios, el
enriquecimiento sin causa, son hechos u actos a los que la ley les ha otorgado virtualidad
para generar derechos y obligaciones en el marco de un fundamento de estricta jus>cia
conmuta>va. Entendemos que con mayor razón deberá considerarse esa base cuando se
trata de otro argumento dis>nto como es el de la jus>cia distribu>va; el terreno de las
obligaciones del todo hacia sus partes; cuando estas úl>mas se ven contribuyendo o
perjudicándose en beneficio de ese todo.
• Son aquellos contratos celebrados ente dos entes públicos. Decimos entes porque debe
tratarse de dos sujetos con personería jurídica, con capacidad para contratar y patrimonio
propio.
• Señalan los autores que pueden coexis>r en la relación jurídica entre dos entes públicos dos
clases de fines. Una sería aquella en que ambas partes >enen el mismo fin, otra en que los
fines son contrapuestos. En el primer paso, según BERCAITZ no habrá contrato, sino convenio
o acuerdo, y en el segundo sí.
• En contra de esta doctrina, BERCAITZ en>ende que el hecho de que se trate de entes públicos
no quiere decir que no pueda presentarse el caso en que el fin de uno de esos entes esté
subordinado al del otro. Ello ocurriría en el caso en que uno de los entes tuviera en vistas solo
una inversión de dinero y el otro la sa>sfacción de una necesidad pública. Aun en los
contratos interadministra>vos puede presentarse el hecho de la subordinación jurídica en
función de los fines perseguidos por ambos contratantes.
• La solución de los conflictos que puedan suscitarse ente las partes de estos
contratos no serán de competencia jurisdiccional cuando los entes contratantes
pertenezcan a la misma esfera de poder. Ello obedece a un mo>vo cons>tucional
que es el principio de división de poderes, puesto que la intervención del Poder
Judicial implicaría una intromisión en terrenos del Ejecu>vo de quien dependen los
contratantes en forma directa o indirecta.
• En el orden nacional también existe un mo>vo legal. La ley Nº 19.983 que regula el
caso de toda “reclamación pecuniaria de cualquier naturaleza o causa entre
organismos administra>vos del Estado Nacional, centralizados o descentralizados,
incluidas las en>dades autárquicas, empresas del Estado y la Municipalidad de la
Ciudad de Buenos Aires”, estableciendo rangos de decisión en cabeza de la
Procuración del Tesoro de la Nación o del Poder Ejecu>vo.
• Igual criterio se ha seguido en algunas provincias; así en Mendoza, se ha dictado la
Ley 5607 de “Conflictos interadministra>vos” donde se establece el obligatorio
some>miento al arbitraje del Poder Ejecu>vo.
• En defini>va los contratos interadministra>vos son contratos administra>vos con
par>cularidades que les otorgan un carácter especial y que hoy, atento a la
proliferación de entes descentralizados de dis>nta naturaleza, >enen un amplio
campo de acción.