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TDAH Y ANSIEDAD EN NIÑOS Y ADULTOS

Aunque existe la creencia de que el TDAH es un trastorno propio de la infancia y


la adolescencia, en realidad se trata de un trastorno evolutivo que se mantiene en
un alto porcentaje de los casos en la edad adulta. Por tanto, los síntomas varían a
los largo de las distintas etapas de la vida, descendiendo las manifestaciones de
hiperactividad a medida que la persona va alcanzando la edad adulta. No ocurre
así con el déficit de atención, que se mantiene constante; ni con la impulsividad,
que tiende a dispararse a partir de la adolescencia.

La ansiedad puede manifestarse de diferentes maneras, ya sea a corto o a largo


plazo. También sus síntomas varían dependiendo de la edad. Estas son algunas
conductas que podrían ser señales de ansiedad en niños y adultos con TDAH. 

En niños:

Lucen irritables u obstinados.

Se aíslan de las personas, quizás se refugian en su habitación o en el baño.

Experimentan un miedo intenso en situaciones como al separarse de sus padres o


con cosas específicas como perros o insectos.

Se preocupan de que algo malo suceda en el presente o el futuro.

En adultos:

Tienen arranques de enojo.

No aceptan las críticas.

Tienen dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormidos.

Son impacientes, inquietos.

Evitan las situaciones sociales.


Aunque existe la creencia de que el TDAH es un trastorno propio de la infancia y
la adolescencia, en realidad se trata de un trastorno evolutivo que se mantiene en
un alto porcentaje de los casos en la edad adulta. Por tanto, los síntomas varían a
los largo de las distintas etapas de la vida, descendiendo las manifestaciones de
hiperactividad a medida que la persona va alcanzando la edad adulta. No ocurre
así con el déficit de atención, que se mantiene constante; ni con la impulsividad,
que tiende a dispararse a partir de la adolescencia.

Además de esta evolución sintomatológica, los adultos con TDAH pueden


desarrollar otros trastornos comórbidos, como trastornos por abuso de
sustancias, de ansiedad o depresión. Entre estos, cabe decir que la ansiedad se
vuelve un trastorno cuando va más allá de una preocupación o miedo temporales,
prolongándose durante más de 6 meses. Es decir, para una persona con un
trastorno de ansiedad, los síntomas que experimentan se convierten en algo que
no les permite seguir con su vida de una forma adecuada, interfiriendo en sus
actividades diarias, laborales y en sus relaciones interpersonales.

Los trastornos de ansiedad pueden manifestarse a través de distintos síntomas


físicos, emocionales, cognitivos o conductuales.

En ambos casos, la intervención para la mejora del trastorno pasaría por la


elaboración de un plan terapéutico cognitivo-conductual, en combinación con el
tratamiento farmacológico adecuado, en el que el especialista enseñaría al
paciente a manejar la ansiedad y a controlar los miedos, cuestionando su carácter
irracional y sustituyéndolos por formas de pensar más racionales.

Un gran saludo de la Dra. Elianeth Gómez

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