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Esta meditación puede ser realizada por unos minutos o el tiempo que desees. Al
finalizar, te sentirás más tranquilo, concentrado y conectado con tu cuerpo y mente
1. Busca un lugar tranquilo donde puedas sentarte o acostarte cómodamente
sin distracciones. Siéntete libre de cerrar los ojos o mantenerlos abiertos, lo
que te haga sentir más cómodo.
2. Toma una respiración profunda y exhala lentamente, dejando salir cualquier
tensión o estrés que puedas estar sintiendo.
3. Dirige tu atención a los dedos de los pies y siente cualquier sensación que
puedas tener allí. Continúa moviendo tu atención lentamente hacia arriba, a
través de los pies, tobillos, pantorrillas, rodillas, muslos, caderas, abdomen,
pecho, hombros, brazos, manos, cuello y finalmente la cabeza.
4. A medida que te mueves por cada parte del cuerpo, simplemente observa
cualquier sensación física que puedas estar experimentando allí. No trates
de cambiar o juzgar las sensaciones, solo obsérvalas y déjalas estar.
5. Si te das cuenta de que tu mente divaga, simplemente trae suavemente tu
atención de nuevo a la parte del cuerpo que estás escaneando.
6. Continúa con esta práctica durante unos minutos, explorando cada parte de
tu cuerpo con curiosidad y sin juicio.
7. Cuando hayas terminado de escanear todo tu cuerpo, toma una respiración
profunda y exhala lentamente. Luego, siéntete libre de quedarte en un
estado de relajación o comenzar a mover tu cuerpo suavemente.
Recuerda que esta práctica puede ser ajustada según tu comodidad. Si en algún
momento te sientes incómodo o experimentas alguna molestia, detente y regresa a
tu respiración. Esta práctica es una excelente manera de reducir la tensión y el
estrés en tu cuerpo y mente, y puede ayudarte a sentirte más relajado y en paz.