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TRASTORNOS DE PERSONALIDAD

ANTISOCIAL.
DEFINICIÓN
El prefijo anti indica oposición a algo. Así, un individuo o una conducta determinada es considerado como antisocial
cuando se opone a las costumbres y normas del conjunto de la sociedad.
Descripción general
El trastorno de personalidad antisocial, a veces llamado sociopatía, es una afección mental en la que una persona no
muestra ninguna consideración por lo bueno y lo malo, e ignora los derechos y los sentimientos de los demás de manera
sistemática. Las personas con trastorno de personalidad antisocial tienden a oponerse a los demás, manipularlos o
tratarlos duramente o con una cruel indiferencia. No muestran culpa ni remordimiento por sus comportamientos.
Los individuos con trastorno de personalidad antisocial suelen quebrantar las leyes y convertirse en delincuentes. Pueden
mentir, comportarse violenta o impulsivamente, y tener problemas con el consumo de drogas y alcohol. Debido a estas
características, las personas que presentan este trastorno típicamente no pueden cumplir con sus responsabilidades
relacionadas con la familia, el trabajo o la escuela.
El Trastorno Antisocial de la Personalidad se caracteriza por un patrón de larga duración de abuso de los derechos de
otras personas, manipulación y conductas delictivas en general. Se diagnostica a partir de los 18 años, pero se estima que
muchos de los síntomas se desarrollan en edades anteriores. Cuando se detecta sintomatología similar antes de los 15
años, aunque normalmente no sea de forma  tan acentuada, entonces estaremos hablando del
Trastorno Disocial de la Personalidad.
Una persona con Trastorno Antisocial de la Personalidad (TPA) a menudo siente poca o nada de empatía hacia los otros y
no ve problema alguno en transgredir la ley para su propio beneficio.
Tienden a mostrarse insensibles, cínicos y despectivos hacia los sentimientos, derechos y sufrimiento de los demás. Pueden
tener una auto-valoración inflada y arrogante (por ejemplo, sienten que el trabajo es algo que no se encuentra a su altura,
carecen de una preocupación realista acerca de sus problemas actuales o sobre su futuro) y pueden ser excesivamente
obstinados, seguros de sí mismos e incluso engreídos. Son superficiales, volubles y al hablar utilizan habitualmente la jerga
verbal para impresionar a quien no está familiarizado con sus hábitos.
Para poderse diagnosticar es necesario que antes de los 15 años, la persona ya haya presentado algún síntoma del trastorno
disocial. Los comportamientos característicos del trastorno disocial forman parte de una de estas cuatro categorías:
•Agresión a la gente o los animales
•Destrucción de la propiedad
•Fraudes o hurtos
•Violación grave de las normas
Las personas con trastorno antisocial desprecian los deseos, derechos o sentimientos de los demás. Frecuentemente
engañan o manipulan para obtener beneficios o placeres personales. Tienen dificultades para controlar sus impulsos y sus
necesidades, por ello a la hora de planificar su futuro tienen serias dificultades y les cuesta mucho ver las consecuencias a largo
plazo de sus actos. Generalmente se mueven por la satisfacción inmediata de lo que desean.
Tienden a ser irritables y pueden tener peleas con frecuencia, así como maltratar a su pareja o seres queridos, (hijos,
padres…) También muestran una despreocupación por su seguridad física o la de las personas cercanas. Como la conducción
temeraria, o conductas sexuales de riesgo, o marcharse y dejar desatendido a un hijo. También es muy frecuente el abuso de
sustancias.
Las personas con trastorno antisocial tienen pocos o ningún remordimiento por sus actos, no se sienten culpables y les cuesta
muchísimo empatizar con las personas. Generalmente se les tilda de egoístas, y efectivamente lo son, no se preocupan por el
resto, o simplemente no tiene en cuenta que hay más gente. Cogen lo que necesitan cuando lo necesitan, nada más. Pueden
justificarse de forma superficial, “de todas formas le iba a pasar antes o después…” “tampoco es para tanto”. E incluso pueden
culpar a sus víctimas por ser débiles, tontas, o merecer esa mala suerte.
Es muy complicado que la persona con trastorno de personalidad antisocial acuda a consulta puesto que él no ha hecho nada
malo ni entiende porqué tiene que sentir pena, o remordimiento. Por otro lado es frecuente que acuda por orden judicial, o
directamente desde prisión.

Es muy complicado que la persona con trastorno de personalidad antisocial acuda a consulta puesto que él no ha hecho nada
malo ni entiende porqué tiene que sentir pena, o remordimiento. Por otro lado es frecuente que acuda por orden judicial, o
directamente desde prisión.
Causas
La personalidad es la combinación de los pensamientos, las emociones y las conductas que hacen a cada
persona única. Es el modo en el que las personas ven el mundo exterior, lo entienden y se relacionan con él, así
como la manera en que se ven a ellos mismos. La personalidad se forma durante la infancia y se ve moldeada por
una interacción de tendencias heredadas con factores del entorno.
Se desconoce la causa exacta del trastorno de personalidad antisocial; sin embargo, lo que se detalla a
continuación podría estar involucrado:
•Los genes puede hacerte vulnerable a presentar el trastorno de personalidad antisocial, y las situaciones de vida
pueden desencadenar su desarrollo.
•Durante el desarrollo del cerebro, se pueden haber presentado cambios en el modo en el que el cerebro funciona
Factores de riesgo
Ciertos factores parecen aumentar el riesgo de desarrollar trastorno de personalidad antisocial, entre ellos:
•Diagnóstico de trastorno de la conducta del niño
•Antecedentes familiares de trastorno de personalidad antisocial u otros trastornos de la personalidad, o
enfermedad mental
•Haber sufrido maltratos o descuidos durante la infancia
•Vida familiar inestable, violenta o caótica durante la infancia
Los hombres son más propensos a padecer trastorno de personalidad antisocial que las mujeres.
Síntomas
Los signos y síntomas del trastorno antisocial de la personalidad pueden incluir lo siguiente:
Indiferencia en cuanto a lo que está bien y lo que está mal
Mentiras y engaños constantes para manipular a los otros
Ser cruel, cínico e irrespetuoso con los demás
Usar la simpatía o el ingenio a fin de manipular a los otros para beneficio propio o placer personal
Arrogancia y aires de superioridad, además de ser extremadamente obstinado
Problemas continuos con la ley, lo que incluye conductas delictivas
Violación constante de los derechos de los demás mediante intimidación y falta de honestidad
Impulsividad o falta de planificación
Hostilidad, alto grado de irritabilidad, agitación, agresión o violencia
Falta de empatía por los otros y de remordimiento al dañar a los demás
Correr riesgos innecesarios o tener un comportamiento peligroso sin ningún tipo de preocupación por la seguridad
personal o de los demás
Relaciones deficientes o abusivas
Falta de consideración o aprendizaje de las consecuencias negativas del comportamiento
Ser sistemáticamente irresponsable y fallar de manera constante en el cumplimiento del trabajo o de las obligaciones
financieras
Los adultos con trastorno antisocial de la personalidad suelen manifestar síntomas de trastorno de la conducta
antes de los 15 años. Los signos y síntomas de los trastornos de la conducta incluyen problemas del
comportamiento graves y persistentes, tales como los siguientes:
•Agresión hacia las personas y los animales
•Destrucción de la propiedad
•Engaño
•Robo
•Violaciones graves de las normas
Si bien el trastorno antisocial de la personalidad se considera una afección que dura de por vida, en algunas
personas hay ciertos síntomas, particularmente las conductas delictivas y destructivas, que pueden disminuir con
el transcurso del tiempo. Pero no está claro si esta disminución es producto de la edad o de una concientización
mayor sobre las consecuencias de la conducta antisocial.
Principales síntomas del Trastorno Antisocial de la Personalidad
El Trastorno Antisocial de la Personalidad se diagnostica cuando se produce un patrón de comportamiento antisocial que
incluye la mayoría de los siguientes síntomas:
Falta de conformidad con las normas sociales y quebrantamiento habitual de la ley.
Engañar, mentir y estafar a otros para beneficio propio o simplemente por placer.
Impulsividad y fracaso para planificar el futuro.
Irritabilidad y agresividad, incluyendo peleas físicas repetidas y agresiones.
Indiferencia imprudente hacia la seguridad propia y de otros.
Irresponsabilidad habitual, como incapacidad de mantener un trabajo estable o mantener las obligaciones financieras.
La falta de remordimientos e indiferencia hacia los sentimientos de los demás.
Según el DSM-V, Trastorno Antisocial de la Personalidad no se puede diagnosticar en personas menores de 18 años de edad.
El Trastorno Antisocial de la Personalidades es un 70% más frecuente en hombres que en mujeres. Según la investigación, la
tasa de prevalencia de este trastorno se encuentra entre 0,2% y 3,3% de la población general.
Al igual que la mayoría de los trastornos de la personalidad, Trastorno Antisocial de la Personalidad a menudo disminuye de
intensidad con la edad.
Diagnóstico (Pruebas y exámenes)
 
Como otros trastornos de la personalidad, el trastorno de personalidad antisocial se diagnostica con base en una evaluación
psicológica, al igual que en los antecedentes y la gravedad de los síntomas.
 
Para diagnosticar trastorno de personalidad antisocial, una persona tiene que haber tenido trastorno de conducta durante la
niñez.
El tratamiento del Trastorno Antisocial de la Personalidad
Como ya hemos dicho, las personas con Trastorno de Personalidad Antisocial no admiten que tengan un problema, y mucho
menos que necesiten ayuda ni tratamiento. Por este motivo es imprescindible que exista un estímulo externo lo suficientemente
fuerte o importante que les ayude a aceptar dicha condición. Esto puede venir de la propia familia o incluso de la justicia, que
le ordene tomar tratamiento.
No es extraño que este trastorno se agrave debido al consumo de drogas, algo relativamente habitual en estos individuos. Por
este motivo en muchas ocasiones la terapia debe abordar ambos problemas. La terapia grupal puede ser clave para hacer
entender a la persona que puede interactuar con los demás sin necesidad de violencia o desprecio. La
terapia de cognitivo-conductual ayuda a modificar los patrones disfuncionales de pensamiento y a estimular los
comportamientos positivos en sociedad.
En psiquiatría se utilizan medicamentos para combatir síntomas específicos, como la agresividad y la irritabilidad. Los
fármacos conocidos como “antipsicóticos” han demostrado tener éxito en el tratamiento de este trastorno. Si bien se presupone
que el TPA es una enfermedad crónica, algunos síntomas -especialmente el comportamiento criminal- pueden ir disminuyendo
poco a poco con el paso del tiempo y un tratamiento adecuado.
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS GENERALES PARA UN TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD A. Un patrón permanente
de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto. Este
patrón se manifiesta en dos (o mas) de las áreas siguiente:
1. Cognición (por ejemplo, formas de percibir e interpretarse a uno mismo, a los demás y a los acontecimientos)
2. Afectividad (por ejemplo, la gama, intensidad, labilidad y adecuación de la respuesta emocional).
3. Actividad interpersonal
4. Control de los impulsos.
B. Este patrón persistente es inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales.
C. Este patrón persistente provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes
de la actividad del individuo.
D. El patrón es estable y de larga duración, y su inicio se remota al menos a la adolescencia o al principio de la edad adulta.
E. El patrón no es atribuible a una manifestación o a una consecuencia de otro trastorno mental.
F. El patrón persistente no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (Por ejemplo, una droga, un
medicamento) ni a una enfermedad médica (por ejemplo, traumatismo craneal).
CRITERIOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD A:
Un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que presenta desde la edad de 15 año, como lo
indican tres (o más)de los siguientes ítems:
1. Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respeta al comportamiento legal, como lo indica el perpetrar
repetidamente actos que son motivo de detención.
2. Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para obtener un beneficio personal o
por placer.
3. Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro
4. Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones
5. Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás.
6. Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de
obligaciones económicas.
7. Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación de haber dañado, maltratado o robado a otros.
B. El sujeto tiene al menos 18 años
C. Existen pruebas de un trastorno disocial (v. pág. 94) que comienza antes de la edad de 15 años.
D. El comportamiento antisocial no parece exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia o un episodio maníaco.
El trastorno disocial:
está catalogado como un trastorno de inicio en la infancia, la niñez o la adolescencia y se caracteriza por un patrón repetitivo y
consistente del comportamiento en el cual se violan los derechos de los demás o las normas sociales propias de la edad. La
presencia del trastorno disocial puede calificarse como leve, moderado o grave.
El curso del trastorno disocial varía según el momento de su aparición. Así, existen dos tipos de inicio. El tipo de inicio infantil
supone que alguno de los comportamientos disociales aparezca antes de los 10 años de edad, entre los 5 o 6 años generalmente.
El tipo de inicio adolescente se da cuando no se han presentado características de comportamiento disocial antes de los 10 años.
El inicio precoz del trastorno disocial ofrece un peor pronóstico del desarrollo de este trastorno y un mayor riesgo de derivar en
un trastorno antisocial de la personalidad en edad adulta, así como otros trastornos del estado de ánimo, somatomorfos, de
ansiedad y por consumo de sustancias. El inicio adolescente supone un mejor pronóstico y aquellos que lo sufren desde este
periodo vital, así como los individuos que han presentado sintomatología leve, tienen una mayor probabilidad de adaptarse social
y laboralmente en la vida adulta.

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