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Lugar seguro
Concentra tu atención en el momento presente, el cual es el único que posees. El único que
controlas. El único en el que realmente puedes vivir. Tienes la mente pensante y consciente
del ahora y tienes el cuerpo que ahora descansa y respira. Así que ahora junta ambas
cosas. Une mente y cuerpo pensando acerca de tu respiración.
Asegúrate de saber hacia dónde va tu respiración. Presta atención donde entra y sale. Presta
atención a qué ritmo lo hace. Sigue mentalmente tus inhalaciones y exhalaciones. Sigue
el momento en que brevemente, sostienes el aire. También presta especial atención a ese
momento en que no respiras. Ese pequeño momento de apnea donde no inhalas, ni sostienes
la respiración, pero tampoco exhalas.
Ahora, imagina que vas a construir un lugar imaginario, un lugar donde te puedas refugiar
las veces en las que te sientas mal. Construye un refugio, tan grande o tan pequeño como
puedas. Puede ser un universo, un planeta, un continente, un país, una ciudad o un lugar
mucho más específico. Es posible que quieras imaginar un lugar que ya existe. Trata de
recordar un lugar que te brinde mucha paz, alegría, felicidad y tranquilidad. Recorre ese
lugar. ¿Es una playa, un bosque, una habitación?
¿De qué tamaño es este lugar? ¿Qué colores predominan? ¿Qué se siente caminar por ese
lugar? ¿Es de día o es de noche en ese lugar? ¿Hace calor o hace frío? ¿Qué aromas son
más intensos en ese lugar? ¿A qué sabe el aire de ese sitio? ¿Qué sonidos hay?
Recorre con tus sentidos ese lugar. Explóralo. Haz lo que más te gusta hacer en ese sitio.
Ya que es un lugar imaginario, las leyes de la física no cuentan. Puedes crear y hacer lo
que quieras con tan solo pensarlo. Puedes volar, respirar bajo el agua, saltar muy alto.
Adelante, haz lo que se te ocurra. Prueba lo que te apetezca.
En este lugar no sientes cansancio, sueño, frío, calor, hambre o dolor. En este lugar no hay
espacio para la irritabilidad, el miedo, el estrés, las preocupaciones excesivas. Allí no tienes
expectativas negativas, rumiación, pensamientos distorsionados e importunos, dudas,
sensación de confusión, tendencia a recordar cosas desagradables o a sobrevalorar
pequeños detalles desfavorables. En este lugar estás seguro, física y emocionalmente.
Nada puede dañarte ni herirte.
Nada ni nadie puede entrar e invadir este espacio sagrado, que es solo tuyo, que únicamente
tu conoces y sabes cómo entrar. Es un espacio privado e impenetrable para el resto del
mundo.
Agrégale cosas que te gusten. Agrégale animales y cosas. Tócalas. Siéntelas con tus manos
y con la piel de todo tu cuerpo. Tal vez quieras que un animal o una cosa favorita te
acompañen siempre. Agrega cualquier cosa que te ayude a sentir ese lugar como algo
vivo, como algo importante y especialmente tranquilizador.
Una vez hayas disfrutado unas pequeñas vacaciones mentales en ese lugar, dale un nombre
y escríbelo en una pequeña hoja. (Si lo prefieres, puedes dibujar ese lugar).
Después de que hayas escrito el nombre del lugar o lo hayas dibujado, dobla la hoja y
apriétala en tu puño. Repite mentalmente el nombre del lugar y convéncete de que estas
allí. Este es tu refugio mental, tu lugar seguro. El sitio al que vas con la velocidad del
pensamiento para sentirte mejor.
Cada vez que te agobien los pensamientos, cada vez que te sientas demasiado preocupado o
tu cabeza esté inundada de cosas, busca este papel, enciérralo en tu puño, repite
mentalmente el nombre de tu lugar seguro y viaja hasta allí. Permanece el tiempo que
quieras. Quédate en ese lugar hasta que te calmes y te sientas mejor.
Cuando sientas que es momento de salir. Echa un vistazo rápido a todo lo que has
construido y promete volver. Cada vez que visites este lugar seguro, crea más cosas. Hazlo
más vívido, más detallado. Cuánto más lleno de detalles esté, más fácil te será obtener los
beneficios de este ejercicio.
Haz de luz
LUZ BLANCA
Es una luz blanca, brillante, casi dorada, que baña tu cuerpo pero que no te
deslumbra……………..Es como una lluvia de luz que cae sobre ti……………Puedes
sentirla cayendo sobre tu piel, entrando en tu cuerpo a través de los poros……metiéndose
en los músculos………….llegando hasta la médula de tus huesos………..
Esta luz produce un efecto limpiador, cuando pasa por tu cuerpo arrastra y se lleva consigo
toda la tensión muscular……….también se lleva todo sentimiento o emoción negativa
como el miedo, la angustia o las preocupaciones……………………..puedes ver y notar la
lluvia de luz que te baña desde tu cabeza y sale por tus pies llevándose con ella todas las
impurezas……………
Imagina que una luz del color elegido entra por la parte superior de tu cabeza y se dirige a
esa forma (sensación desagradable) dentro de tu cuerpo. Esa luz no se acaba, es continua,
como un haz de luz. La luz se dirige hacia la forma, vibra dentro y alrededor de ella.
Imagina, ¿qué le ocurre a la forma, a su tamaño o a su color?
Si ves que las sensaciones negativas cambian, continúa con la técnica hasta que estés
cómodo. Si no cambian, puedes probar con otras técnicas de meditación, mindfulness o
relajación y respiración.
1. Identifica algo que te cause molestias en tu vida. Busca algo que te provoque miedo, rabia
o ansiedad.
2. Puntúa del 0 al 10 el grado de perturbación que te causa.
3. Deja que llegue a tu mente una imagen representativa, y significativa, de eso que te está
molestando.
4. Con esa imagen en tu mente, chequea tu cuerpo para saber dónde sientes esa molestia. Al
hacerlo, identificarás alguna o algunas de las sensaciones de tu cuerpo relacionadas con lo
te molesta.
5. Imagina que esa sensación que has identificado es una energía. ¿Dónde se ubica?
6. Después imagina que esa energía se mueve formando una espiral; y observa, nota, siente -
o incluso escucha- en qué sentido se mueve. El sentido en que se mueven las agujas de un
reloj puede ayudarte a determinar el sentido de ese movimiento. ¿Coincide o es el
contrario?
7. Con suavidad, y por supuesto con tu mente, cambia el sentido del movimiento de tu
espiral de energía. Imagina que ahora tienes el poder de conseguir que se mueva en
sentido contrario y permanece un rato así.
8. Finalmente, toma conciencia de los cambios que percibes en las sensaciones de tu cuerpo.
Observación de la respiración:
1.-Tiéndase en el suelo sobre una alfombra o una manta y colóquese en la posición de
“cuerpo muerto”, esto es, piernas estiradas ligeramente separadas una de la otra; las puntas
de los pies mirando ligeramente hacia fuera, los brazos a los lados del cuerpo, sin tocarlo y
con las palmas de las manos mirando hacia arriba, los ojos cerrados.
2.-Dirija su atención a su respiración. Coloque una mano en el lugar del cuerpo que vea
que sube y baja cada vez que ud. espire o inspire . Fíjese si este lugar se encuentra situado
en el tórax; si es así, esto significa que ud. no está ventilando adecuadamente los pulmones.
Las personas nerviosas tienden a hacer respiraciones cortas y superficiales que solo
alcanzan la parte más alta del tórax.
3.-Coloque suavemente las dos manos sobre el abdomen y observe los movimientos que
realiza al respirar.
4.-Es preferible respirar por la nariz más que por la boca; por tanto, mantenga sus fosas
nasales tan libres como puede antes de realizar los ejercicios.
5.-¿Se mueve su tórax al compás de su abdomen o, por el contrario, está rígido?- Dedique
uno o dos minutos a dejar que su tórax siga los movimientos del abdomen.
Respiración profunda:
1.-Aunque este ejercicio puede practicarse en distintas posiciones, la más recomendable es
la que describimos a continuación: Tiéndase en el suelo sobre la alfombra o sobre una
manta. Doble las rodillas y separe las piernas unos 20 cms. Dirigiéndolas suavemente hacia
fuera. Asegúrese de mantener la columna vertebral recta.
2.-Explore su cuerpo en busca de signos de tensión.
3.-Coloque una mano sobre el abdomen y otra sobre el tórax.
4.-Tome aire, lenta y profundamente, por la nariz y hágalo llegar hasta el abdomen
levantando la mano que había colocado sobre él. El tórax se moverá un poco y a la vez que
el abdomen.
5.-Cuando se haya relajado en la forma que indica el punto 4 , sonría un poco, inhale aire
por la nariz y sáquelo por la boca haciendo un ruido suave y relajante como el que hace el
viento cuando sopla ligeramente. Con ello su boca y su lengua se relajarán. Haga
respiraciones largas, lentas y profundas que eleven y desciendan el abdomen. Fíjese en el
sonido y en las sensaciones que le produce la respiración a medida que va relajándose más
y más.
6.-Continúe con 5 o 10 minutos de respiración profunda una o dos veces al día durante unas
cuantas semanas. Luego, si desea, puede prolongarlo hasta 20 minutos.
7.-Al final de cada sesión de respiración, dedique un poco de tiempo a explorar su cuerpo
una vez más en busca de signos de tensión. Compare la tensión que siente al acabar el
ejercicio con la que sentía al empezarlo.
8.-Una vez que se sienta familiarizado con la forma de respiración que se describe en el
punto 4, practíquela siempre que le apetezca, tanto si está sentado como si está de pie.
Concéntrese en los movimientos ascendentes y descendentes de su abdomen, en el aire que
sale de los pulmones y en la sensación de relajación que la respiración profunda
proporciona.
9.-Cuando haya aprendido a relajarse mediante la respiración profunda practíquela cada vez
que note que va a ponerse tenso.
La respiración purificante:
Este ejercicio no solo limpiará sus pulmones sino que estimulará y tonificará todo el
aparato respiratorio, refrescando la totalidad del organismo. Puede practicarse solo o en
combinación con otros ejercicios respiratorios.
1.-Empiece por ponerse cómodo, de pie o sentado.
2.-Efectúe una respiración completa, tal y como se describe en el ejercicio anterior.
3.-Mantenga la inspiración unos pocos segundos.
4.-Forme con los labios un pequeño orificio y expulse por el un poco de aire; hágalo con un
poco de fuerza, exactamente como si estuviera soplando paja. Pare un momento y luego
expulse un poco más de aire en pequeños y fuertes soplos.
El molino :
Practique este ejercicio cuando se haya pasado muchas horas en un solo trabajo y se sienta
tenso, le relajará y aumentará su capacidad de atención.
1.-Póngase de pie y estire los brazos hacia delante.
2.-Inspire y mantenga una respiración completa.
3.-Haga girar los brazos hacia atrás varias veces describiendo un círculo, y hágalo luego en
dirección contraria. Para variar, intente moverlos alternativamente como si se tratara de un
molino de viento.
4.-Expire con fuerza por la boca.
5.-Practique unas cuantas respiraciones purificantes.
6.-Repita este ejercicio cuantas veces lo desee.
Flexión:
De nuevo le proponemos un ejercicio útil para cuando se sienta rígido y tenso. Este tiene
además la ventaja de que estira el dorso, haciéndolo más flexible para la respiración.
1.-Póngase de pie con las manos en las caderas.
2.-Inspire y mantenga una respiración completa.
3.-Mantenga la parte inferior del cuerpo rígida. Dóblese hacia delante tanto como pueda,
espirando lentamente todo el aire por la boca.
4.-Póngase de nuevo erguido e inspire manteniendo otra respiración completa.
5.-Doblese hacia atrás a medida que espira el aire lentamente.
6.-Póngase erguido de nuevo e inspire y mantenga otra respiración completa.
7.-Continúe este ejercicio flexionando el cuerpo, primero hacia atrás y luego a la izquierda
y a la derecha.
8.-Después de cada cuatro flexiones practique una respiración purificante.
9.-Haga cuatro series de cuatro flexiones cada una.
Respiración alternante:
Aunque este es un ejercicio de relajación general, preferentemente podrán beneficiarse de
ella las personas que padezcan de dolores de cabeza tensionales o producidos por sinusitis
crónica.
1.-Siéntese en una posición cómoda.
2.-Apoye los dedos índice y del medio de la mano derecha sobre la frente (entre las cejas).
3.-Cierre su ventana nasal derecha con el dedo pulgar.
4.-Inspire lenta y silenciosamente por la fosa nasal izquierda.
5.-Cierre la ventana nasal izquierda con el dedo anular y abra simultáneamente la derecha,
quitando de ella el dedo pulgar.
6.- Espire lenta, silenciosamente y de la forma más profunda que pueda por su fosa nasal
derecha.
7.-Inspire por la fosa nasal derecha.
8.-Cierre la ventana nasal derecha con el pulgar y abra la izquierda.
9.-Expire por la fosa nasal izquierda.
10-Inspire por la fosa nasal izquierda.
11-Empiece haciendo cinco ciclos en que armonice todas las respiraciones, y vaya
aumentando lentamente hasta alcanzar entre 10 y 25 repeticiones.
Respiración movilizadora:
Cuando la inspiración se produce lenta y profundamente por las fosas nasales y la
espiración (diafragmática se produce de forma rápida y enérgica por la boca), siempre
mediando entre una y otra una retención de aire en los pulmones. Se recomienda esta
respiración:
- Al despertar.
- Cuando necesitamos comprender la solución de una tarea.
- Al terminar sesiones de trabajo intelectuales.
- Cuando se ha tenido largas jornadas de inmovilidad.
- Al terminar las sesiones de relajación.
Respiración tranquilizadora:
(Cuando la fase de inspiración diafragmática se produce por las fosas nasales) de forma
rápida, enérgica y profunda y la espiración se produce de forma lenta y profunda por la
boca, entre ambas fases se produce una retención de aire en los pulmones. Se recomienda
esta respiración:
-Al acostarse para dormir.
-Después de realizar una tarea agotadora.
-Ante situaciones que generen fuertes excitaciones o tensiones.
-Al comenzar las sesiones de relajación.
-Cuando ud. realice las prácticas de estas técnicas respiratorias puede acompañarlas de
visualización mental, esto significa la objetivización de una idea a nivel mental, o sea,
“VER” mentalmente la imagen de la idea propuesta. Esto le ayudará a la concentración en
el ejercicio y al logro de una mayor distensión psicológica. Enfatizamos que las técnicas
respiratorias deben prácticarse sistemáticamente, esto le ayudará a tener un mayor dominio
de las mismas, y por tanto un resultado eficaz.
Tercer ejercicio:
Se imagina el corazón y se sienten sus latidos, o el latido de la sangre en cualquier lugar
del cuerpo. Se dice interiormente “mi corazón late tranquilamente”, basta con percibir los
latidos sin intentar enlentecer el ritmo (que de hecho se enlentece poco a poco como lo
demuestran los estudios electrocardiográficos). La fórmula verbal es: “El corazón late
tranquilo y fuerte”. Esta fórmula lo llevará a sentir que su corazón late fuerte y
tranquilamente.
Cuarto ejercicio:
Después que haya formulado los ejercicios del uno al tres y haya obtenido las sensaciones
correspondientes se concentrará en la fórmula “la respiración es tranquila”, “algo respira en
mi.” La respiración debe ser como soporte que mantenga a flote al sujeto que se ejercita.
Debe dejarse llevar por la respiración como si flotara sobre tranquilas aguas. El dominio del
ejercicio puede alcanzarse entre 6 y 15 días, o sea, entre 6 y 10 semanas después de haber
iniciado el tratamiento.
Quinto ejercicio:
Los órganos abdominales necesitan ser relajados también. Para conseguirlo es preciso
concentrarnos sobre el mayor nudo nervioso vital del hombre: El plexo solar, que está
situado en la mitad superior del abdomen. Cuando haya logrado pasar cuidadosamente por
los ejercicios del uno al cuatro, imagínese que el aire aspirado se dirige hacia el abdomen y
repita la fórmula: “El plexo solar irradia calor”. Este ejercicio en condiciones normales
precisa de 10 a 15 días para su logro.
Sexto ejercicio: Regulación de la región cefálica. Cuando haya logrado los ejercicios del
uno al cinco, se representa la formula: “La frente está agradablemente fresca”. Realícela
con mucha precaución solo durante algunos segundos. Así como la representación de calor
conduce a una dilatación de los vasos la representación de frío da lugar a una constricción
de aquellos, y por ende a una isquemia refrescante. Del tercer al sexto ejercicio debe tener
una orientación médica o de un terapeuta.
Resumiendo, un ejercicio completo de entrenamiento autógeno sería: “Estoy
completamente tranquilo” “Brazos y piernas están pesados” “Brazos y piernas están
calientes “ “El corazón late tranquilo y fuerte” “La respiración es tranquila, algo respira en
mí” “El plexo solar irradia calor” “La frente está agradablemente fresca” .
Luego, retrocedes, moviendo los brazos, respirando y abriendo los ojos. Al cabo de dos o
tres meses una persona normal puede dominar estos ejercicios, a partir de ahí realizará de
uno a dos ejercicios diarios durante cuatro o seis meses. El que llega a dominar el método,
adquiere la capacidad de conmutación autógena relajación-tensión. El entrenamiento
autógeno es una ayuda espiritual.
Enraizamiento / grounding
Ejercicio de puesta a tierra: almohada de terapia (aplicación de presión)
• Consiga o elabore una almohada de terapia, o almohada de puesta a tierra. Rellena de
casco de trigo sarraceno, o con frejoles, arroz, lentejas, arena o cualquier tipo de relleno
pesado.
• Primero haga ejercicio de puesta a tierra: pies, asiento y respaldo durante unos minutos.
• Cálmate y siente tus pies, asiento y respaldo.
• Luego coloca la almohada en tu regazo. (pies u hombros). Si se recuesta, puede colocarlo
en su pecho, espalda, estómago, cabeza, en cualquier lugar que sienta que podría ayudarlo a
calmar su cuerpo.
• Preste atención a tu cuerpo.
• Observe si siente un cambio en las sensaciones en su cuerpo.
• Describa lo que siente. ¿Tensión? ¿Relajación? ¿Quietud? ¿Movimiento? ¿Ligereza?
¿Pesadez? Solidez, compacidad? Difusión, ligereza? ¿Claridad?
• Dedique unos minutos a permitir que su sistema nervioso cambie de la forma que lo
necesite.
• Cuando sienta que ha terminado, nombre cualquier forma en que te sientas diferente ahora
que cuando comenzaste el ejercicio.
Ejercicios para curar el Trauma de Peter Levine ilustrados por Heidi Hanson (Parte 1)
Este ejercicio nos ayuda a sentir, por primera vez tal vez en años, «contenidos». Peter
Levine explica que,«Esto ayuda a que seamos conscientes de nuestro envase. El cuerpo es
el envase de todas nuestras sensaciones y nuestros sentimientos; todo está en el cuerpo».
Este ejercicio ayuda a crear un estado interno de tranquilidad porque saber dónde
terminamos, conocer experiencialmente (dentro de nuestro cuerpo) que nos encontramos en
una ubicación específica en el espacio, trae un sentido de calma y alivio. Sentirnos
dispersos y no saber dónde comenzamos y terminamos es inquietante, incluso si es
inconsciente.
Peter Levine continúa, «(este ejercicio) trae una sensación de»ajuste», (la persona) se siente
menos agobiado. Cuando la persona puede sentir el contenedor, entonces las emociones y
sensaciones no se sientan tan abrumadoras porque están contenidas.»
Coloque una mano debajo del otro brazo y luego coloque la otra mano sobre la parte
superior del otro brazo, estás dándote a ti mismo un abrazo.
Déjate asentar en la posición, permítete sentirse apoyado por ella. Permítete sentirte
contenido.
Mira a ver si algo cambia en tus sensaciones corporales, respiración, y cómo te sientes en el
espacio. A ver si puedes sentarse así un rato y dejarte cambiar tu percepción de tí mismo y
del mundo antes de salir de la posición.
Felicidades. Sólo han dado un paso para nutrirte y ayudar a aliviar sus síntomas
relacionados con el trauma.
Ejercicios para curar el Trauma de Peter Levine ilustrados por Heidi Hanson (Parte 2)
paso 1
Deja los ojos abiertos o cerrados, lo que se sienta más cómodo para ti.
Coloca una mano en la frente. Si estas estirado puedes colocar 3 almohadas a un lado para
que puedas relajar tu brazo en la almohada mientras tienes tu mano en la frente.
Prestar atención a lo que está sucediendo dentro de su cuerpo, suavemente lleva tu atención
entre las dos manos, el área dentro de ti mismo entre tu cabeza y corazón.
Puede que tengas que esperar mucho tiempo, así que sé paciente.
«sólo sentir lo que sucede entre las manos y el cuerpo. Algunas veces sentirán un flujo de
energía o un cambio de temperatura o una sensación… Solo les pido mantener tus manos
allí, podría ser unos momentos o 5 o 10 minutos, hasta que se siente algun tipo de cambio».
Paso 2
Peter Levine:
» Entonces mueve la mano de la frente y colócala en la barriga. Y otra vez esperar hasta
que haya algún cambio, hasta que haya un flujo y a veces las personas, si son incapaces de
dormir o tienen miedos, tienen pesadillas. Si hacen este simple ejercicio se quedarán
dormidos mucho más fácilmente.»
Felicidades. Sólo han dado un paso para nutrirte y ayudar a aliviar su trauma síntomas
relacionados.
Cuando empecé a hacer este ejercicio, la mayoría de las veces el primer cambio se produjo
mientras ocurría una respiración profunda espontánea después mi respiración cambiaba a
un ritmo más profundo, más lento y mis músculos se relajaban. Ahora que he estado
haciendo el ejercicio durante unos meses, el cambio es más sutil y gradual como si entrara
en el espacio del cuerpo de una manera más profunda.
Todavía a veces tardo mucho tiempo para sentir un cambio. Me parece que depende de
cuánto caos haya en mi sistema nervioso. Si el caos es muy alto, tarda más tiempo.
1. El sistema nervioso humano responde al tacto. Esta práctica de sanación ha sido utilizada
por la humanidad desde la antigüedad. Esto podría tener que ver con corrientes eléctricas, o
el hecho de que seamos calmados y sostenidos en formas específicas como bebés.
2. Este es uno de los muchos ejercicios que obliga a centrarse en el cuerpo, este cambio de
atención y conciencia es terapéutico.
3. Esto nos entrena a ser considerados con nosotros mismos en vez de ser duros. Esto ayuda a
construir este tipo de relación con nosotros mismos, aprendiendo a ser gentiles, cuidadosos,
amables y nutridores.
Uno puede comenzar a ganar un sentido de tener límites emocionales, el sentido de lo que
está bien y lo que no está bien emocionalmente y en las relaciones. Esta conciencia de
límite podría haber sido completamente perdida o extraviada como consecuencia de las
experiencias traumáticas.
Acceso a uno mismo también permitiría acceder al conocimiento interior de lo que uno
quiere que algunos refieren como «Mi verdad» o «Mi verdad Personal» así como a su
voluntad, toma de decisiones y el ponerse en acción. Las ideas de Verdad Personal y
Voluntad Personal serán probablemente difíciles para alguien que no tiene acceso al Yo-Ser
(Self) real para verdaderamente conectar. Una vez restablecida esta conexión respecto a sí
mismo, estos sentimientos comenzará a surgir desde el Ser – la sensación de disgusto por
algo, o de gusto por algo. Estos sentimientos desarrollan la complejidad, madurez y
expresión y eventualmente se convierten en «Mi verdad» acerca de una situación. Acceder
a la voluntad también puede también permitir conectar y uno puede actuar en su verdad que
eventualmente se convierte en el desarrollo de la autenticidad.
Hay una desconcertante pasividad que tiene que ver con no tener acceso al Ser y estar
paralizado en los estados de inmovilidad (ciervo en los faros) disociación (la mente está en
otro tiempo y lugar) y hiperactivación (terror incontrolable). Por supuesto, como el agente
de la vida (yo voluntad) ha sido totalmente alterado y perdido, sucede la pasividad. Estos
ejercicios ayudan a sacarte suavemente de esta pasividad extrema.
Ejercicio para calmar el miedo. Coloque una mano en la parte posterior del cuello justo en
la base del cráneo, coloque la otra sobre el plexo solar (justo debajo de la caja torácica)
(Aprendido de un maestro espiritual
Inclusión de la parte baja del cuerpo. Esto es para los más flexible: ponte de lado y coloca
una mano en tu corazón y la otro en la base de la espina dorsal.
Contenedor mental / ejercicio de calma Mental. Coloca las manos a cada lado de tu cabeza,
como si sostuvieses y calmases cada hemisferio del cerebro. Luego coloque una mano en la
frente y una mano en la parte posterior de la cabeza. Sentir cómo tus manos crean un
contenedor para tus pensamientos.
Imaginería
ENTRENAMIENTO EN IMAGINACIÓN:
Algunas personas tienen mucha facilidad para visualizar, son aquellas que tienen la
costumbre de fantasear o que tienen gran imaginación, a otras personas, por el contrario, no
les es fácil poner imágenes en su mente. En consulta, normalmente cuando encontramos a
un paciente que presenta este problema, lo primero que hacemos es entrenarle en
imaginación mediante ejercicios con imágenes sencillas:
Vista: intenta imaginar durante unos 20 segundos cada una de estas imágenes:
Un roble.
Una forma: círculo, triángulo, cuadrado.
Un caracol.
Un velero.
Un botón.
Una trenza de cabello.
Oído: Imagina
El viento soplando por entre los árboles, a través de los juncos de un río, por entre
las sábanas de un alambre para tender la ropa.
El timbre de tu teléfono.
Diferentes personas diciendo tu nombre.
Cascos de caballo sobre distintas superficies: empedrado con guijarros, en arena
dura, barro profundo.
Escalas tocadas en un piano.
Tráfico arrancando.
Agua fluyendo a lo largo del lecho rocoso, las olas del mar, una cascada…
Gusto: Imagina el gusto de: coles de Bruselas, higos, plátano, azúcar, chocolate, mayonesa,
uvas, pasta de dientes…
Temperatura:
Sentido cinestésico: este sentido es la percepción del movimiento y posición del cuerpo.
Siéntase llevando a cabo una forma de actividad como:
Nadar.
Correr sobre hierba.
Serrar madera.
Lanzar una pelota.
Ascender por una duna de arena.
Colgar un abrigo en un gancho.
Remover un jarabe.
EJERCICIO DE LA NARANJA
Poneos cómodos, sentaos en un lugar tranquilo en el que no os puedan interrumpir. Por un
momento, evadíos de los problemas y concentraros en vosotros mismos.
A continuación, pensad en una naranja e intentad percibirla con los cinco sentidos:
VISUALIZACIÓN DE UN PAISAJE
Imagina que vas caminando por un prado de hierba muy verde situado entre altas
montañas nevadas.
Fíjate en las montañas a tu alrededor, son muy altas, y ves como contrasta el blanco
de la nieve con el intenso color azul del cielo. Es mediodía y encima de ti brilla un
sol muy radiante y luminoso. Mira el verde de la hierba, el blanco de la nieve de las
montañas y el azul del cielo.
La temperatura en ese lugar es muy agradable, no hace frío ni calor y sopla una
agradable brisa templada que roza delicadamente sobre la piel de tu cara.
Al caminar notas, ya que vas descalzo, el suave roce de la hierba bajo las plantas de
tus pies. Puedes percibir el tacto de la hierba algo húmedo y fresco.
Vas muy despacio deleitándote de todo lo que ves y sientes a tu alrededor.
Tienes una gran sensación de tranquilidad y paz.
Oyes el canto de los pájaros y los ves volar a tu alrededor.
Fíjate ahora en las plantas, hierbas y flores que hay a tu alrededor. Hay pequeñas
flores de colores muy vivos, blancas, amarillas, anaranjadas, azules….acércate a
olerlas. Corta una flor y acércala a la nariz. Huele su aroma mientras te concentras
en el color de sus pétalos.
Sigue caminando muy despacio, si ninguna prisa, disfrutando del paseo.
Mira los riachuelos de agua que bajan de las montañas formando pequeños arroyos,
donde las aguas saltan, corren, formando pequeñas cascadas y tranquilas pozas.
Concéntrate hasta que escuches el murmullo de las aguas………
Ahora te vas a acercar a un arroyo y vas a agacharte e introducir tus dos manos
unidas en el agua para recogerla y beber. Siente el frescor del agua en tus manos.
Dirígelas a la boca y bebe. Siente el agua fresca, pura, limpia y cristalina entrando
en el interior de tu cuerpo. Esa agua revitaliza a todo tu organismo y te sientes lleno
de salud y bienestar.
Sigue tu paseo y fíjate en una pequeña planta de menta, acércate y corta algunas
hojas. Mastícalas y percibe el fuerte sabor a menta en tu paladar. Concéntrate hasta
notarlo con total nitidez.
Finalmente vas a buscar un sitio ene se lugar donde poderte tumbar cómodamente.
Túmbate y descansa, cierra los ojos y percibe los ruidos, los olores, la
temperatura……….y descansa profundamente, muy profundamente……………
Visualiza el sitio dónde estás: ¿Qué elementos hay? ¿Hay gente a tu alrededor? ¿Qué
colores puedes ver en el paisaje? Trata de experimentar sensaciones corporales: ¿Hace frío
o calor? ¿Puedes notar el viento? Haz un esfuerzo y describe bien el lugar a través de tus
sentidos: ¿Se oye algo en esa escena? ¿Cuáles son los olores que hay a tu alrededor?
Visualízate en el lugar, tocando los elementos que hay a tu alrededor: ¿Qué textura tienen?
Una vez que hayas vivido todas las sensaciones abandona el lugar poco a poco, realizando
2 ó 3 respiraciones profundas antes de salir completamente del estado de relajación.
El día perfecto
En una posición relajada, con los ojos cerrados y respirando con suavidad.
Lentamente, en vuestra imaginación, abrís los ojos… Ahora mirad a vuestro alrededor…
¿Qué aspecto tiene el dormitorio? ¿Hay alguien con vosotros? Poco a poco, sin esfuerzo, os
levantáis de la cama, os levantáis e iniciáis la rutina matinal en este día perfecto y sin
estrés. ¿Adónde habéis ido? ¿Estáis en el trabajo? ¿Estáis en casa? ¿Hay gente a vuestro
alrededor? Mirad a vuestro alrededor, muy lentamente… Os sentís a gusto, en paz…
¿Dónde estáis y qué hacéis?
Es la hora del almuerzo de este día perfecto y sin estrés. Mirad a vuestro alrededor, muy
lentamente… ¿Dónde coméis y con quién? Ahora es la tarde y aún os sentís tranquilos y
relajados, como si todo estuviera bien en el mundo. ¿Dónde estáis? ¿Qué hacéis? ¿Quién
está a vuestro lado, si es que hay alguien? Ha llegado la hora de la cena. ¿Qué coméis?
¿Estáis solos o con otras personas?
Es la noche de este día perfecto, sereno y sin estrés… ¿Qué hacéis a esta hora? ¿Qué hay a
vuestro alrededor? ¿Quién hay a vuestro alrededor?
Por último es la hora de acostarse. Os sentís satisfechos y en paz… Estáis en la cama, con
los ojos cerrados, y percibís una sensación cálida, pesada y sosegada… Gradualmente,
conciliáis el sueño, mientras reflexionáis sobre lo que habéis visto y experimentado durante
este día perfecto y sin estrés…
Una música agradable y un poco de incienso pueden ser utilizados para favorecer tu
relajación.
Visualiza que las dos puertas están abiertas y cómo los pensamientos que entran por la
puerta de la izquierda se van por la puerta de la derecha.
Centra tu atención en los que todavía están en tu mente y vete despidiéndolos y observando
cómo van saliendo de ti por la puerta de la derecha.
Cuando haya salido el último pensamiento, cierra la puerta de la derecha. Así, ahora tu
cerebro es una habitación vacía que está a oscuras.
No hay pensamientos, no hay nada. Mantén el estado de vacío mental todo lo que te sea
posible, y si lo haces para poder dormir bien, déjate dormir con esa sensación.