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El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca decidió condenar al
imputado a la pena de 1 año y dos meses de prisión por ser autor penalmente
responsable del delito de tenencia simple de estupefacientes.
Para fundar su decisión tomaron en cuenta los dichos del imputado durante la
instrucción, a los cuales le dieron el valor de confesión –y no así lo dicho
durante el debate-, entendiendo de que en verdad existió el delito de tenencia
simple de estupefacientes.
Por medio de la apreciación que obtuvieron del imputado durante el debate, los
jueces formaron su convicción a favor de la culpabilidad del acusado, aunque
dejaron en claro que no se pudo probar la existencia de la tenencia para
consumo personal.
Esta sentencia fue recurrida por la defensa, afirmando que en esta se
vulneraban principios fundamentales del Derecho Penal y las garantías del
imputado. Indicó que se había vulnerado el principio ”nemo tenetur se ipsum
accusare” -nadie puede declarar contra si mismo- al tomar el tribunal como
una plena prueba la supuesta confesión realizada durante la indagatoria sin otra
prueba adicional que avale dicha conclusión.
También se habría vulnerado el principio ”in dubio pro reo” ya que ante la
duda entre tenencia para consumo personal y tenencia simple tendría que
haberse optado por la que beneficiara al imputado, cosa que no sucedió.
Destacó también la vulneración del principio de razonabilidad.
La Cámara Nacional de Casación Penal confirmó la sentencia explicando que
de la lectura de la resolución se advierte que esta se adecua a derecho y que las
valoraciones realizadas por los jueces se encuentra debidamente
fundamentada.
La defensa interpuso recurso extraordinario federal, el cual fue denegado
debiendo ir en queja a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El Procurador Fiscal, Luis González Warcalde, dictaminó por el rechazo del
recurso entendiendo que Casación actuó adecuadamente al confirmar la
sentencia de primera instancia. Consideró además que no se había vulnerado
ninguna garantía, y que incluso Casación había sustanciado el recurso
respectivo, cumpliéndose con lo dispuesto en el precedente “Casal”.
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La mayoría de los miembros de la Corte tuvieron una opinión diferente.
Entendieron que efectivamente se había tenido en cuenta sólo lo que había
“confesado” el imputado durante la instrucción sin otra prueba que avale sus
dichos. Es decir, que la apreciación judicial realizada durante el debate y como
consecuencia de la intermediación si es revisable y puede ser descalificada
como válida.
Además el tribunal observó que en la propia sentencia los jueces aclararon que
no se podía estar seguro de la existencia de la tenencia para consumo al no
haberse podido producir ninguna prueba sobre ello.
En ese sentido, de estar en duda si existió tenencia para consumo o tenencia
simple, se debió haber condenado por tenencia para consumo por resultar más
benigna, funcionando la duda a favor del imputado.
Por su parte, Ricardo Lorenzetti, Carlos Fayt y Carmen Argibay votaron a
favor del rechazo del recurso interpuesto en aplicación del artículo 280
CPCCN.
En razón de la mayoría anteriormente expuesta, la Corte Suprema de Justicia
de la Nación revocó la sentencia impugnada reenviando el expediente al
juzgado de origen a fin de que se dicte un nuevo pronunciamiento.