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MINAGLIA (2007):

Temas  medios de prueba, exclusión probatoria.

En un procedimiento destinado a detectar posibles infracciones a la ley 23.737 (modificatoria


del Código Penal en materia de estupefacientes), una brigada policial que se encontraba
realizando tareas de vigilancia frente a un domicilio en el que se tenía conocimiento de que
podría estar vendiéndose estupefacientes; advirtió la llegada de un auto del cual bajaron dos
hombres que intercambiaron elementos con su ocupante para luego marcharse.
El personal policial los siguió y los detuvo, para luego requisar y secuestrar el vehículo donde
encontró algunos envoltorios con cocaína. Al ser trasladados a la seccional, uno de ellos
manifestó “espontáneamente” otro domicilio (tres departamentos), donde habrían comprado
la cocaína y la dirección de quien sería su dueño. Por esto, la autoridad policial solicitó al juez
federal en turno una orden de allanamiento, con el fin de individualizar y secuestrar
estupefacientes y elementos probatorios e identificar a los responsables.
El juez federal hizo lugar al pedido de modo inmediato. Producidos los allanamientos, se
obtuvo resultado positivo en algunos de los departamentos denunciados y se detuvo a
numerosas personas entre las cuales estaba el recurrente.

Planteo de la defensa: La defensa planteó la triple nulidad del allanamiento a través de las
reglas de la exclusión probatoria y la doctrina del fruto del árbol venenoso; que estaba dada
por la invalidez de las declaraciones realizadas en sede policial por uno de los imputados; el
allanamiento con una orden sin fundamentos; y el allanamiento en horario nocturno sin
consentimiento de los moradores. El juez federal decidió dictar la absolución de los imputados
declarando la nulidad de todo lo actuado, basándose en la contradicción entre la indagatoria y
los dichos en sede policial, lo que hacia presumir que estas declaraciones no fueron obtenidas
libremente y por lo tanto toda la prueba de ella nacida es nula.

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal revocó esta decisión


por medio de un recurso interpuesto por el Ministerio Público Fiscal. Consideró que no había
ninguna nulidad en el procedimiento. Esta decisión fue recurrida por la defensa por intermedio
de un recurso extraordinario federal. El procurador Fiscal (Casal) dictaminó en contra del
recurso, recomendando rechazarlo. Lorenzetti, Highton de Nolasco, Argibay y Fayt integraron
la mayoría del Tribunal y resolvieron de la siguiente manera:

1. Declaraciones en sede policial: entendieron que no debe ser analizado por la CSJN.


Dejaron firme de esta manera lo resuelto por el a quo, quien consideró que los dichos
de un arrestado son válidos aun cuando posteriormente declare en su indagatoria una
versión diferente. La minoría (Zaffaroni, Maqueda y Petracchi), entendió que la no
ratificación de sus dichos en sus supuestas “declaraciones espontáneas” ante la Policía,
hace presumir que estas no fueron obtenidas libremente del imputado, por lo que no
deben tenerse en cuenta.

2. Allanamiento nocturno: La mayoría consideró que la cuestión no era propia de la


instancia extraordinaria, ya que se trata de la interpretación de una normativa
procesal. Dieron así por válida la conclusión del a quo, que entendió que el
allanamiento había sido practicado con el consentimiento de los pobladores del
inmueble. Ambos magistrados recordaron el precedente “Fiorentino”.

3. Orden de allanamiento sin fundamentos: Por mayoría, la Corte entendió que no es


necesario escribir los fundamentos de la orden de allanamiento, ya que este no es un
requisito constitucional. Es decir, que la garantía de inviolabilidad del domicilio no se
extiende a la forma en que debe realizarse la orden de allanamiento, sino simplemente
que exista. Explicaron que los fundamentos deben surgir del expediente, sin que sea
necesario que el juez los exprese por escrito. Mientras que haya un fundamento por
algún procedimiento o actuación inserta en el expediente, el allanamiento es válido.

Resolución: La mayoría de los miembros de la CSJN dejó firme la sentencia que dispuso la
condena de Mauro Minaglia a la pena de cuatro años de prisión y multa.

MACCHIERALDO:

Temas  medidas cautelares, PP

El caso llega a Casación tras haberse rechazado los recursos en la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Penal Económico, la cual confirmo la sentencia del incidente.

En el recurso de casación se expone que la interpretación efectuada por los sentenciantes


implica una violación a lo dispuesto por los arts. 316 y 319 del CPPN, toda vez que se han
entendido los límites de pena establecidos por el primero como una presunción iuris et iure.
Asimismo, se ha interpretado que el máximo no superior a ocho años al que hace referencia el
art. 316 CPPN es el que se refiere al delito imputado y no a la concreta persona del imputado,
pese a lo cual se ha dicho que le correspondería a Macchieraldo una pena cuyo máximo sería
superior a ocho años, sin dar razones fundadas para ello".- Señaló que el resolutorio recurrido
carece de la motivación exigida por el ordenamiento procesal, lo que torna arbitraria la
decisión adoptada. Así manifestó que el Tribunal omitió dar tratamiento a cuestiones
sustanciales expresamente introducidas por esa parte que afectan el debido proceso y la
inviolabilidad de la defensa en juicio.

La resolución impugnada tuvo origen en la decisión emitida por el Sr. Juez a cargo del Juzgado
Nacional en lo Penal Tribunal nro. 1 que dispuso tomar la indagatoria y ordenar la captura de
entre otras personas, a Ana Macchieraldo; de quien la exención de prisión preventiva fue
denegada, lo que motivo la apelación ante la Cámara de Apelaciones en lo Penal Económico,
quienes confirmaron la sentencia (que más adelante veremos que Casación entiende que este
fallo es arbitrio ya que carece de una fundamentación cara y concreta, solo se basan en la
escala penal que podría recibir por el delito que se le acusa (evasión agravada)).

El decisorio impugnado adolece de los siguientes vicios: afirmaciones dogmáticas, desprovistas


de un análisis de los hechos de la causa y, por el otro viola la garantía constitucional de todo
ciudadano a permanecer en libertad durante la sustanciación de un proceso llevado en su
contra, cuando no existan pruebas que hagan presumir que eludirá la acción de la justicia. La
resolución es arbitraria pues no basta que un fallo tenga fundamentos; es menester que estos
fundamentos estén a su vez fundados. El decisorio revela que los jueces aplican reglas de
prueba tasada, las que en nuestro ordenamiento jurídico han perdido vigencia.

La Alzada llegó a la conclusión que la fundamentación de la resolución es aparente, ya que las


aserciones o negaciones dogmáticas efectuadas no han sido vinculadas con las pruebas
seleccionadas y valoradas. Únicamente se limitan a reproducir estándares doctrinarios o
jurisprudenciales sin ponerlos razonadamente en relación con los hechos de la causa.

De la resolución impugnada se desprende que los magistrados, omitieron expresar por qué
motivos consideraron que Macchieraldo "tornaría ilusorios" los fines del proceso. Los
fundamentos utilizados tienen como único sustento la calificación de los hechos atribuidos, al
sostener que su penalidad torna imposible que transite en libertad el proceso (art. 316 del
C.P.P.). Solo valoraron que el delito imputado a Ana María Luisa Macchieraldo -evasión
agravada- sería inexcarcelable, en atención a las reglas objetivas de aplicación al caso que no
admitirían prueba en contrario.

Los jueces sólo podrán disponer una medida cautelar máxima -encarcelamiento- en la medida
que hayan comprobado razones suficientes para justificar la presunción contraria al principio
de permanencia en libertad, extremo éste que no se acreditó en autos.- Aquí, el juez de grado
omitió motivar el decisorio mediante el cual dispuso la detención y convocatoria a prestar
declaración indagatoria de la mencionada Macchieraldo, sin expresar cual fue el razonamiento
que le permitió inducir que dicha medida cautelar era indispensable para el proceso.

Antes de resolver, se hace mención del criterio de la CSJN al respecto, ya que el tribunal opina
que los jueces no pueden fundar sus sentencias en meras especulaciones, sino que para privar
a alguien de su libertad ambulatoria (que indefectiblemente también llevará restringir el resto
de las libertades que poseemos) los magistrados deben contar con pruebas concretas de la
elución que harán los imputados si permanecen en libertad a la acción de la justicia. Además,
nos dicen que la PP no debe ser la regla, sino la excepción. Ya que surge del art 14, 18 y 75 inc.
22 de la CN, que todos tenemos derecho a la libertad y en el eventual caso que nos
enfrentemos a una pena privativa de la libertad, debemos permanecer en libertad hasta tanto
no tengamos una sentencia firme. Salvo que se cumplan los requisitos establecidos por la ley
para que se dicte una medida cautelar tan importante como lo es la PP.

En el decisorio impugnado no se explicitan cuáles son los actos ciertos, claros y concretos que
le permitieron sospechar que Macchieraldo habrá de eludir la acción de la justicia, más allá de
la sola mención a la penalidad del delito atribuido, y es por estos motivos que Casación hizo
lugar al recurso de casación, anuló las resoluciones anteriores y le concedió la exención de
prisión a Macchieraldo.

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