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"URRIBARRI SERGIO DANIEL y OTROS S- ENRIQUECIMIENTO

ILICITO S/ RECURSO DE CASACION". Nº 2041/23


RESOLUCION Nº 213
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PARANÁ, 27 de octubre de 2023.


VISTO:
Esta causa caratulada: "URRIBARRI SERGIO DANIEL y
OTROS S- ENRIQUECIMIENTO ILICITO S/ RECURSO DE CASACION"
Nº 2041/23, del registro de esta Cámara de Casación Penal, y
CONSIDERANDO:
I- Que mediante el escrito presentado en 9 de octubre de 2023,
los Dres. Raúl Enrique Barrandeguy y Miguel Angel Cullen, defensores del
Sr. Sergio D. Urribarri; José Raúl Velázquez e Ignacio Esteban Díaz, por la
defensa de Diego Cardona Herreros; José C. Pérez y Tomás Vírgala, por la
defensa de Rubén Angel Martínez, interpusieron Impugnación Extraordinaria
-prevista en el art. 521 sgtes. y cctes. del C.P.P.- contra la resolución
dictada por esta Cámara de Casación Penal el 21 de septiembre del
corriente año, por la cual se declaró inadmisible el recurso de casación
deducido contra la resolución dictada por el Vocal de apelación, Dr. Gervasio
Labriola, en fecha 07/06/2023.
Refirieron los impugnantes en su escrito que encuentran
procedente el Recurso Extraordinario Federal por ser aplicable al caso de
autos la doctrina de arbitrariedad de sentencias admitida por la CSJN como
motivo para habilitar el remedio federal, puntualmente en el caso, por
generarse mediante la medida atacada, un gravamen de orden irreparable y
así quedar expedita la presente vía recursiva por quedar comprometido el
estado jurídico de inocencia y el debido proceso legal, del que debe gozar
todo imputado (art. 18 CN). Citaron a Sagües en cuanto entienden que se
trata de una arbitrariedad normativa, que además de la fundamentación
sólo aparente cita en su apoyo jurisprudencia que no es aplicable al caso.
Agregaron que los requisitos formales se encuentran cumplidos, y
en cuanto a los R equisitos S ustanciales, señalaron que pretendían debatir

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ante la Cámara de Casación: A.- la prescripción de la acción penal por haber
operado el término fijado en el art. 62 de nuestro Código Penal; B.- El
cumplimiento del plazo razonable para que el MPF lleve adelante la
investigación; y C.- La nulidad de la modificación de la apertura de causa,
en cuanto la misma atacaba el derecho de defensa y debido proceso legal.
Dieron cuenta de los planteos, que conformaron los agravios del
recurso casatorio, y adujeron que en esta instancia casatoria les fue vedada
(por la declaración de inadmisibilidad) la oportunidad de tener el control
máximo de las derechos y garantías constitucionales que se vulneraron,
ocasionando un gravamen constitucional de imposible reparación ulterior.
Agregaron que no obstante el cumplimiento de todas las
exigencias formales de admisibilidad y la declaración del Juez de
apelaciones, se declararon inadmisibles los recursos de casación deducidos
por los defensores, sin apuntar ni una sola deficiencia formal acudiendo al
expediente consabido de enunciar argumentos inatinentes y los
fundamentos del pronunciamiento aluden todos a la supuesta y
enmascarada improcedencia del Recurso declarado inadmisible.
Sostuvieron que el Tribunal fue generoso al enunciar argumentos
–todos erróneos, por cierto- para fundar la improcedencia, y sin ningún
fundamento atinente declara, sin resolver absolutamente nada, inadmisibles
los Recursos de Casación deducidos por las defensas arguyendo –todos-
motivos propios de la improcedencia. O sea que se declara la
inadmisibilidad cuando en realidad lo que se decide es la improcedencia
cuestión ajena a la competencia casatoria.
Refirieron luego a la calidad de sentencia equiparable a definitiva
que el tribunal “a quo” le negó a la que dio motivo al recurso casatorio. Se
le produce al impugnante un perjuicio de imposible subsanación ulterior,
aunque el proceso se encuentre en desarrollo. Adujeron que la prescripción
en materia penal, que concreta por ello una cuestión de orden público,
debió ser resuelta, aun de oficio y en forma previa al tratamiento de
cualquier otra cuestión.
Reiteraron que la interpretación literal del art. 67 inc.2 del Código
Penal, es una interpretación inconstitucional, que no es una postura

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exclusiva y solitaria de los abogados defensores. Indicaron también que
basaron su razonamiento en un análisis de las exposiciones de quienes
habían concurrido como legisladores a fundar el proyecto de ley (que fuera
sancionado) tanto en Diputados como en Senadores y transcriben parte de
su escrito casatorio en este sentido. Señalaron que S.S. decidió omitir el
tratamiento y el debate sobre la interpretación constitucional que
propugnaron y que la casatoria narra lo resuelto por el Sr. Juez de
apelaciones, sosteniendo que se trata de una interpretación posible (la
literal) y que por lo tanto el disconformismo no habilita la instancia
casatoria.
Advirtieron que en varios pasajes de la sentencia, la Cámara hace
referencia a que dos jueces ya analizaron la cuestión traída a consideración
y ambos habían decidido rechazar las mismas. Con igual argumento
debemos decir que ambos jueces concedieron los recursos por entender que
existían agravios constitucionales directos, y sin embargo casación ni
siquiera habilitó el debate de los mismos.
Señalaron que el cercenamiento del proceso de impugnación
casatoria, los privó de ampliar las razones que demostraban para los jueces
anteriores el posible enfrentamiento directo de lo resuelto por ellos mismos
con los derechos y garantías del imputado y por ello sostuvieron que se
trataba de una resolución equiparable a sentencia definitiva por los efectos
de la misma y hablaron de un agravio “sorpresivo” (en los términos de la
CSJN) que se produce en la resolución de la C.Casación, cuando
directamente los priva de ampliar los fundamentos esbozados en el escrito
de casación, sin ser oídos y desechando lisa y llanamente la concesión
otorgada por el Juez de apelaciones Labriola.
Dijeron que lo que sostuvieron fue la violación del plazo razonable
por haberse efectuado una investigación que había incluso excedido el
tiempo máximo de prescripción establecido para el delito, y no la aplicación
automática del art. 223 de acuerdo a la doctrina del caso Cozzi y que su
queja y oposición a lo resuelto por el Sr. Juez de apelaciones, se trató
justamente en que sólo se limitó a sostener que no podía aplicarse el plazo
de duración de la I.P.P. establecida en el C.P.P. porque no se había tomado

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la declaración de imputado, sin entrar a justificar o al menos tratar de
manera fundada la petición de violación al plazo razonable.
Indicaron que el tribunal casatorio se limitó a reiterar los
fundamentos dados por el juez de apelaciones, sin ingresar al análisis
concreto de los agravios traídos a su consideración. Esta forma de no
resolver el agravio, limitándose a darle razón a la sentencia impugnada,
pero sin entrar en la discusión traída a debate por los impugnantes,
agregaron, fue fulminada por nuestra CSJN en el caso Tommasi.
Entendieron que además de la falta de fundamentación, en este
punto la sentencia casatoria luce contradictoria, puesto que reconoce que la
intimación previa en el delito de enriquecimiento ilícito, es un presupuesto
objetivo del tipo; si reconoce a la intimación previa el carácter de
presupuesto objetivo del tipo siguiendo la línea de Aboso en su C.P.
comentado, mal puede aceptar que se lleve a cabo una imputación sin que
se realice previamente el presupuesto objetivo del tipo (es decir la
intimación previa) pues precisamente sólo se puede imputar a quien
debidamente intimado no justificare los bienes que posee.
Expresaron que lo que dice casación es que, en definitiva, la
defensa podrá justificar en cualquier momento el supuesto incremento
patrimonial. Es decir que permite la realización de un proceso de más de
siete años y medio, sin que se cumpla nunca el presupuesto objetivo del
tipo que pretenden imputar.
Citaron de la Corte Interamericana de DDHH V. CIDDH
“HERRERA ULLOA, V/ COSTA RICA“ del 02.07.2004, párrafo 158).
Peticionaron finalmente se eleven estos actuados a la Sala Penal,
hacen la reserva del caso federal.
II- a) Ingresando al estudio de la cuestión traída a resolver,
corresponde analizar la admisibilidad del recurso intentado, es decir,
verificar si se recurrió por el medio y en los casos expresamente
establecidos en el Código, si lo interpuso un sujeto legitimado, en las
condiciones de tiempo y forma determinadas, con específica y separada
indicación de los motivos en que se sustenta.
En esa tarea advertimos que el recurso articulado es el medio

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establecido contra las sentencias dictadas por la Cámara de Casación; que
ha sido interpuesto en legal término y que los recurrentes se encuentran
legitimados.
II- b) En segundo término, corresponde constatar si se ha
invocado alguno de los motivos taxativamente previstos por la normativa
procesal.
En relación a este extremo, el art. 521 de nuestro ordenamiento
establece dos causales que habilitan la instancia extraordinaria provincial, a
saber: En los supuestos que correspondiere la interposición del recurso
extraordinario federal, y cuando la sentencia de la C ám ara de C asación
Penal resulte contradictoria con la doctrina sentada en fallo anterior del
m ism o tribunal o del Tribunal S uperior de Justicia sobre la m ism a cuestión.
III) Llegados a este punto, se advierte de la mera lectura del
recurso presentado, que lo que pretenden las Defensas es, una vez más,
plantear los mismos puntos de discusión que ya fueran objeto de la
audiencia ante el Juez de Garantías, como así también y con idénticos
fundamentos, ante el Vocal de apelaciones; para finalmente, pretender
habilitar la instancia casatoria con calcados argumentos; y una vez
declarada inadmisible la Casación, ahora formulan impugnación
extraordinaria -esto es, la máxima instancia recursiva a nivel provincial- sin
enarbolar ningún argumento crítico respecto de las sucesivas resoluciones
que fueron dictándose a los fines de analizar, atender y dar fundadas
respuestas a sus reiterados agravios.
Ello resulta dirimente, en un primer nivel del análisis que ahora
nos convoca, por cuanto no les asiste razón a las Defensas, cuando
pretenden dar a entender que el control de admisibilidad debe ser formal, o
que los fundamentos que dan basamento al recurso de Casación deban
necesariamente brindarse en audiencia; lo que implicaría, en consecuencia,
la imposibilidad de la declaración de inadmisibilidad del recurso, o al menos,
la imposibilidad de efectuar un examen de admisibilidad basado en la
verificación o no de un gravamen irreparable.
Tal tesitura, no puede sostenerse, no sólo por la naturaleza del
recurso casatorio, previsto para cuestionar sentencias definitivas y

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resoluciones equiparables (lo que, huelga destacar, implica el análisis previo
para verificar o no la existencia de gravamen irreparable), sino incluso por
la expresa previsión del art. 514, que además de requerir como recaudo del
escrito de interposición del recurso casatorio, que el mismo contenga
claram ente los m otivos en que se funde la im pugnación y la prueba que
intente hacer valer, pone en cabeza del Tribunal de alzada (esta Cámara) el
control de cumplimiento de dichos recaudos " bajo pena de inadm isibilidad".
Como asentamos, igualmente, en numerosos precedentes (ver
"ZUCOTTI", res. del 23/06/22), copiosa jurisprudencia ha sostenido no sólo
la obligación de fundamentación en la presentación de los recursos por
parte de quien lo interpone (requisito que tiene, además, regulación
normativa expresa, como en el caso del CPPER) sino también, la necesidad
de que el control jurisdiccional de la etapa recursiva, justamente, no se
limite sólo a un control formal. Por el contrario, en los casos en que lo
cuestionado no es una sentencia definitiva, la normativa exige el examen de
admisibilidad, para verificar si efectivamente nos encontramos ante una
sentencia definitiva, o una resolución equiparable a ella, o si existe en
definitiva un gravamen de difícil o imposible reparación ulterior.
Por ello, en primer lugar, cabe desestimar los cuestionamientos
respecto del examen de admisibilidad que efectuara esta Cámara.
IV) Por lo demás, son los mismos recurrentes quienes aducen
que los requisitos sustanciales en que pretenden basar su impugnación, son
tres agravios, que enumeran, y que coinciden plenamente con los mismos
motivos esgrimidos para dar sustento, en su momento, al recurso de
Casación.
Ello también resulta igualmente dirimente, por cuanto de la
misma argumentación que esgrimen ahora como fundamento, surge que a
pesar de encuadrar su cuestionamiento en la doctrina de la arbitrariedad de
sentencias, y entender que esta Cámara no trató los agravios que le fueran
planteados por esa parte -o que ha incurrido en contradicción en sus
fundamentos-, resulta evidente de las mismas alegaciones de la parte, que
la sentencia de esta Cámara sí expresó fundamentos para resolver, y los
planteos de los recurrentes sí fueron abordados.

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Ello así, al punto de que afirmar los recurrentes que " el Tribunal
fue generoso al enunciar argum entos ...para fundar la im procedencia",
aunque en su opinión partiva, los juzguen erróneos.
Las Defensas, así, reiteran una vez más sus posiciones respecto
de los agravios que fueran formulados oportunamente, y que recibieran
tratamiento en esta Sede; tanto en relación a la prescripción de la acción
penal (analizado en el punto IV-b de la resolución de esta Sala), al agravio
de afectación al plazo razonable (tratado en el punto IV-c), y al de nulidad
de la modificación de la apertura de causa (cuyo análisis ocupó el punto
IV-d).
El carácter reiteratorio es tal, que -por ejemplo- refieren a que
esta Sala efectuó una interpretación literal de la norma para atender al
planteo de prescripción; siendo que en la resolución claramente se explica
por qué estaba fundada la posición del a quo al respecto, se analizó que lo
esgrimido por la parte recurrente se trataba en todo caso de una diferencia
de criterios, que no significaba por ello arbitrariedad en lo resuelto; e
incluso, para concluir de manera coincidente con el Vocal de apelación, se
citaron en la resolución ahora cuestionada numerosos precedentes de la
CSJN donde se precisaban los alcances de la interpretación literal de la ley,
la necesidad de evitar formalismos, y constatando en definitiva que entre lo
alegado por los recurrentes y lo resuelto, no existía más que aquella
diferencia interpretativa, no justificando ello la denunciada existencia de
gravamen irreparable.
Lo mismo puede adscribirse de los restantes agravios: tanto en
relación al plazo razonable, como a la nulidad de la apertura de causa y su
modificación. En el primero de los casos, se discriminó tanto lo atinente al
plazo razonable como a insubsistencia de la acción; y en relación a la
nulidad, también se abordó su tratamiento, con cita a precedentes de esta
Sala y doctrina; efectuando ahora, una interpretación llamativa la Defensa,
que alega autocontradicción de esta Cámara, pero al momento de fundar la
misma, no demuestra la contradicción, salvo en relación a su propia
postura, enarbolando nuevamente una mera diferencia de criterio (ver
fundamentos in extenso en el punto IV-d de la resolución de

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inadmisibilidad).
Asimismo, resulta llamativo que se plantee ahora, como agravio,
que la inadmisibilidad dispuesta significó, para las Defensas, vedarles la
oportunidad de tener el control m áxim o sobre sus planteos, siendo que en
el punto III-b de la resolución en crisis, se explicó que en autos se
encontraba verificado el doble conform e, luego de reconstruir el iter
recursivo de la causa; como así también, se destacó que no nos
encontrábamos ante una resolución que pueda considerarse equiparable a
definitiva, precisando este carácter (pto. III-c) y asimismo, delimitando los
alcances de la instancia casatoria que pretendían los Defensores habilitar.
Todo ello, claramente, permite descartar toda posible tacha de
arbitrariedad, habida cuenta de las características que han de verificarse en
una resolución para ser tildada como tal, que hemos precisado en
innumerables precedentes; y de cuya doctrina, creada pretorianamente por
la CSJN, incluso dimos cuenta en la resolución que ahora impugnan los
recurrentes, en el punto IV-e, donde recordábamos los alcances de dicha
hermenéutica, con cita a fallos de la CSJN y del STJER.
V) Dicho todo ello, resulta relevante también, de acuerdo a la
tacha de arbitrariedad esgrimida por la parte, volver sobre el análisis que al
respecto le es encomendado a esta Casación, en cuanto a los alcances que
la decisión sobre la admisibilidad de la impugnación intentada, puede tener.
Ello así, por cuanto si bien ha sostenido la CSJN que la causal de
la arbitrariedad tiene naturaleza excepcional, " por lo cual la revisión por tal
vicio no puede tener por objeto abrir una nueva instancia ordinaria donde
puedan discutirse decisiones que se estim en equivocadas" (cfme.: CSJN,
Fallos: 295:420 y 618; 304:268 y 376), la Sala Penal del STJER ha
puntualizado que en principio, no podría el mismo Tribunal que dictó
sentencia, decidir si su propio fallo reviste o no aquel carácter. " S in
em bargo" (se ha precisado) " es potestad ineludible del m ism o, exam inar si
el planteo efectuado podría eventualm ente encuadrarse dentro de alguna de
las hipótesis que la doctrina y jurisprudencia han considerado que
configuran 'sentencia arbitraria'" (ver "MOREIRA", sent. del 29/03/2011;
"CÓRDOBA", sent. del 18/03/2013; "SANABRIA", sent. del 19/8/2015; y

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"BROGGI", sent. del 31/07/2019, entre otros).
Como derivación de ello, ha afirmado la Sala Penal que " el
m áxim o órgano jurisdiccional federal sostuvo que si bien le incum be
exclusivam ente a él juzgar sobre la existencia o no de un supuesto de
arbitrariedad de sentencia (Fallos: 215:199), no es m enos cierto que ello no
lo exim e al S uperior Tribunal de Justicia provincial, llam ado a expedirse
sobre la concesión del recurso extraordinario federal, de resolver
circunstanciadam ente si tal apelación -prim a facie valorada- cuenta,
respecto de cada uno de los agravios que la origina, con fundam entos
suficientes para dar sustento, a la luz de su conocida doctrina, a la
invocación de un caso de de inequívoco carácter excepcional, com o lo es el
de arbitrariedad (Fallos: 310:1014; 313:934; 317:1321; 323:1247;
325:2319; 329:4279; 331:1906, entre otros)".
Así, habida cuenta de las previsiones del art. 521 CPPER respecto
de la procedencia de la Impugnación extraordinaria provincial, compete a
esta Sala efectuar un control de admisibilidad que, sin incurrir en la
mencionada convalidación de su propia decisión, sí ausculte la
fundamentación de los agravios con que la parte pretende sustentar la
habilitación de la instancia, que no ha perdido su carácter excepcional.
En tal tesitura, y como surge también de los precedentes de la
Sala Penal del STJER, corresponderá denegar la impugnación extraordinaria
en aquellos casos en que, efectuado dicho examen, " se constata que las
objeciones planteadas rem iten al análisis de tem as de hecho, prueba y
derecho com ún que, com o regla, son propios de la causa y ajenos al
rem edio federal, m áxim e, cuando lo resuelto se funda en argum entos no
federales suficientes para sustentar la decisión y que im piden su
descalificación com o acto judicial válido (Fallos: 344:2430)" (ver, por
ejemplo, reciente voto de la Dra. Mizawak in re "Moreyra", sent. del
28/09/23).
VI) Así, a partir de ese marco de análisis, surge con claridad que
no se encuentran presentes los requisitos mínimos para habilitar la
extraordinaria vía que ahora intentan las Defensas. Ello así, por cuanto
evidentemenete no le asiste razón cuando pretende adscribir arbitrariedad a

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lo resuelto, habida cuenta de las características que debe reunir una
resolución para merecer tal tacha.
Los fundamentos dados por esta Sala, respecto de los cuales
ningún argumento crítico suficiente atinan a precisar los impugnantes,
permiten descartar claramente que nos encontremos ante una resolución
nula por falta de fundamentación, ni afectación tal que permita excepcionar
las reglas generales, no solo por no haberse demostrado afectación a
derechos fundamentales, sino porque estamos ante una decisión que no
adolece de los vicios invocados (arbitrariedad, contradicción, etc.) y los
fundamentos con que ahora pretenden fundamentar la habilitación de la
máxima instancia recursiva provincial, resultan una clara reedición de las
mismas formulaciones que hicieran valer previamente.
Por ello;
SE RESUELVE:
I- DENEGAR la Impugnación Extraordinaria interpuesta en fecha
09/10/2023 por los Dres. Raúl Enrique Barrandeguy y Miguel Angel Cullen,
defensores de Sergio D. Urribarri; José Raúl Velázquez e Ignacio Esteban
Díaz, por la defensa de Diego Cardona Herreros; José C. Pérez y Tomás
Vírgala, por la defensa de Rubén Angel Martínez, contra la resolución
dictada por esta Cámara de Casación Penal el 21/09/2023. Costas a cargo
de los recurrentes.
II- Protocolícese, notifíquese y oportunamente devuélvase a
origen.

PIMENTEL Firmado
digitalmente por BADANO Firmado
digitalmente por
DAVITE
Gustavo PIMENTEL Gustavo
Marcela BADANO Marcela
Firmado digitalmente por DAVITE
Marcela Marcela Alejandra
Román Beatriz Fecha: 2023.10.27 12:21:34 -03'00'

Román Fecha: 2023.10.27


12:11:47 -03'00' Beatriz Fecha: 2023.10.27
12:18:37 -03'00'
Alejandra
G u stavo P IM EN TEL M arce la B A D A N O M arce la D A V ITE

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