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Guía Didáctica – Trastornos del comportamiento

Guía de lectura I- TDHA- C

2-El TDHA es un trastorno el cual se caracteriza principalmente por síntomas de inatención,


hiperactividad e impulsividad, es una alteración de la función ejecutiva (atención, memoria,
etc.) lo cual afecta de manera significativa en la vida diaria a aquel que lo padece.

Síntomas de inatención:

 No prestar atención a los detalles, por ejemplo, a los signos en las operaciones
matemáticas, a los enunciados de los ejercicios o a la ortografía, ponerse la camiseta al
revés o equivocarse en tareas que sabe hacer.
 Dificultades para mantener la atención, por lo que sobreviene el cansancio o
aburrimiento en una actividad o juego al poco tiempo, cambiando frecuentemente de
actividad.
 Dificultades para completar actividades, dejando las tareas o los dibujos sin terminar si
alguien no lo supervisa.
 Con frecuencia los padres y profesores advierten que el niño actúa como si estuviera
“activado por un motor” o como “si nunca se le acabaran las pilas”.

La impulsividad consiste en:

1. Responder y actuar sin pensar: responder incluso antes de que la pregunta


haya sido formulada, hacer o decir lo primero que se le viene a la cabeza sin pararse a
pensar en las posibles consecuencias.

2. Dificultad para esperar su turno: quiere ser el primero en la cola, el primero en


utilizar un columpio, que le sirvan la comida “ya”, se muestra impaciente cuando pide
algo.

3. Interrumpir las conversaciones o los juegos de otros. Por ejemplo, interrumpe a


sus padres cuando hablan por el móvil y a sus hermanos cuando juegan con amigos,
o se mete en una conversación “de mayores”.

3- Se afirma que la causa de esta patología es “multifactorial “por qué se ha estudiado que se
puede dar por una sumatoria de factores.

 Los estudios indican que el 70-80% de la causa es genética.


 Otros factores posibles causas del TDAH podrían ser que durante el embarazo la
madre experimente estrés extremo, tabaquismo activo o ingestión de alcohol, lesiones
cerebrales por traumatismos craneoencefálicos, etc.

4- Las estadísticas dicen en cuanto a la probabilidad de origen de este trastorno que en torno
al 5-7% de los niños en edad escolar y alrededor del 4% de los adultos padecen TDAH. Cabe
destacar la importancia que tiene recibir el diagnostico a tiempo y se trate de manera eficaz,
ya que genera mejoras en la salud de quien lo padece, para lo cual es imprescindible que los
profesionales estén mejor formados día a día y que los métodos de detección sean efectivos.
5- El TDAH generalmente se detecta en edad escolar (6-12 años), cuando los niños muestran
los síntomas. Sin embargo, puede diagnosticarse en edad preescolar, en la adolescencia o la
edad adulta.

Debemos tener en cuenta para considerar o sugerir una intervención médica en niños:

 Pega a sus compañeros.


 Tiene una curiosidad insaciable.
 Excesiva actividad, cayéndose o golpeándose con frecuencia (y haciéndose heridas,
esguinces, fracturas...)
 No obedece las normas.
 Su forma de jugar es vigorosa y “bruta”.
 Presentar inquietud psicomotora (siempre en movimiento).
 Parece torpe (derrama y se le caen cosas, no por torpeza motora, sino por impulso.
 Ser insistente y demandante con padres, profesores y compañeros de clase.
 Tiene rabietas si no se cumplen sus deseos.

Un adolescente con TDAH se puede manifestar por los siguientes comportamientos:

1. Hiperactividad fina (sensación de intranquilidad interna, movimiento incesante de pierna,


tiene siempre algo en la mano).

2. Los profesores se suelen quejar de que sus trabajos son “sucios” y “desorganizados” y de
que no trabaja.

3. Su rendimiento es menor a su capacidad, principalmente porque no se esfuerza, no revisa


posibles fallos. En clase necesita que alguien le apoye y le anime a seguir, no puede trabajar
deja las tareas a medias.

5. Tiende a cambiar de amistades con frecuencia, y no tiene un grupo cercano.

6. Llegan a presentar problemas de conducta: faltas de respeto a profesores, actitud retadora y


desafiante, incumplimiento de normas, etc.

7. Suelen involucrarse en conductas de riesgo como abuso de alcohol, nicotina o cannabis.

8. A veces también presentan síntomas depresivos (tristeza, autoestima baja, apatía,

desmotivación) y síntomas de ansiedad.

Se debe sospechar TDAH cuando los síntomas de intención, hiperactividad o impulsividad,


persistan en el tiempo e interfieren en el funcionamiento cotidiano: en sus relaciones sociales
y familiares, en su rendimiento académico, en su autoestima, en sus hobbies, etc.

6- El TDAH puede interferir en el funcionamiento cotidiano en:

 El rendimiento académico: debido a la dificultad para organizarse y para centrarse en


una tarea un tiempo suficiente, presentan dificultades en el aprendizaje de la lectura,
la escritura y el cálculo matemático.
 Pese a tener capacidad intelectual para superar los objetivos y querer estudiar.
Pueden pasar a estudios de menor exigencia o bien abandonar los estudios.
 En la capacidad para relacionarse con iguales y con adultos debido a sus
comportamientos desinhibidos, su excesiva insistencia, su falta de reflexión, su fácil
frustración y su imposición de sus normas.
 En la dinámica familiar y escolar. Los padres y profesores suelen discutir con ellos y
castigarles a menudo.

7- La manera en la cual interfiere en el sujeto es facilitando que caigan en conductas de riesgo,


las cuales pueden ser nocivas para su salud (drogas, paternidad precoz, embarazos no
deseados), ya que no son conscientes.

8- Ya que el diagnóstico es clínico y no se puede apoyar en técnicas objetivas, es conveniente


descartar otras enfermedades. Se recomienda realizar:

1. Estudio analítico si se sospecha de la existencia de anemia, malnutrición, problemas


tiroideos, etc.

2. Pruebas de agudeza visual y auditivas para descartar que la falta de vista o una sordera sea
la causa de su pobre rendimiento.

3. Si se sospecha un trastorno epiléptico es necesario realizar un electroencefalograma (EEG).

4. Si se sospecha una lesión cerebral es necesario realizar una Tomografía Axial Computarizada
5. Cariotipo y un análisis genético. TAC) o escáner, o una Resonancia Magnética (RM) cerebral.

9- Actualmente no hay un tratamiento que cure el TDAH. Pero existen tratamientos que

Disminuyen, inclusive hacen desaparecer los síntomas de inatención, hiperactividad e

impulsividad, lo que mejora el funcionamiento en casa y en el colegio, las relaciones con

compañeros y aumenta el rendimiento escolar.

Se utilizan dos medicaciones para el TDAH: metilfenidato (que es un estimulante) y


atomoxetina (que es un fármaco no estimulante). Son medicamentos seguros, efectivos y bien
tolerados.

Están disponibles 3 formulaciones de metilfenidato:

1. El metilfenidato de liberación inmediata tiene efecto durante aproximadamente 4 horas, por


lo que se da en el desayuno (7-8h), al mediodía (12-13h) y por la tarde (16-17h), para conseguir
que esté sin síntomas durante todo el día.

2. El metilfenidato de liberación prolongada tiene efecto durante aproximadamente 8 horas, y


generalmente se da en el desayuno (aunque a veces es necesario una dosis adicional a las 4-5
horas).

3. El metilfenidato de liberación prolongada OROS tiene efecto durante

aproximadamente 12 horas, y generalmente solo hay que dar una toma en el

desayuno.

La atomoxetina generalmente se toma por la mañana. Se puede tomar por la noche si da


sueño o dividir en 2 tomas si produce efectos secundarios.
10- El tratamiento psicológico consta de terapias psicológicas que han demostrado ser más
eficaces.

Cognitivo-conductuales. Las cognitivas las realiza el terapeuta sobre el niño y la familia. Las
conductuales las pueden realizar los terapeutas, familiares o educadores con un
entrenamiento adecuado.

También se utiliza la intervención psicosocial, en el contexto familiar, escolar y con el propio


niño.

Es importante porque se les informa sobre el TDAH, para que entiendan qué les pasa y por qué
lo que también sirve para mejorar la adherencia al tratamiento.

- Se les enseña estrategias para aumentar su concentración y disminuir sus olvidos.

- En algunos casos, se les puede enseñar habilidades sociales, técnicas de resolución de


conflictos o técnicas de estudio.

11- Es de fundamental importancia que tanto profesores, padres y personal sanitario trabajen
de manera conjunta para mejorar el rendimiento y la calidad de vida del niño con TDAH. Para
eso es imprescindible que haya comunicación entre ellos. Así también que se de lugar y acceso
a programas para los alumnos con TDAH, en los cuales se oriente y brinde información sobre la
misma. Así también se fomente la inclusión, tolerancia y respeto por el otro.

Desde el ámbito escolar podemos abordarlo desarrollando estrategias de enseñanza y de


control de conducta específicas para llevar a cabo dentro de la clase.

- Si los padres lo autorizan, el personal educativo puede dar la medicación que le corresponde
en horario escolar, aunque no existe obligación legal para la administración de medicamentos
en el colegio.

- En el aula es importante mantener rutinas, fomentar el uso de agendas, revisar que apunta
todos los deberes y exámenes programados y coordinar con la familia la revisión diaria de la
agenda, tanto en el colegio como en su casa.

- Un alumno con TDAH se beneficia de estar ubicado cerca del profesor, en los

puestos anteriores del aula.

- Es conveniente adecuar las preguntas de un examen para el niño con TDAH.

Esto NO significa que el examen sea de menor exigencia académica, sino que

las preguntas sean pocas y cortas, evitando que una pregunta conste de

varias partes, o preguntas en las que haya que desarrollar un tema

largo.

- En nuestro sistema educativo es algo novedoso el poder realizar exámenes diferenciados a


los niños con TDAH.

- Las reglas y las normas de clase deben ser sencillas, cortas y pocas. Y es conveniente repetir
estas reglas con frecuencia.
Guía de lectura II- Trastorno Negativista Desafiante – Trastorno Disocial

1-El Trastorno Negativista Desafiante es un patrón de comportamiento desafiante hacia las


figuras de autoridad, junto con discusiones, negativa a cumplir sus responsabilidades y enfados
con otros niños o con los adultos. La edad de aparición se encuentra sobre los 8-10 años,
aunque se puede observar en edades más tempranas.

2- Los síntomas conllevan un comportamiento hostil, desafiante y negativista dirigido


habitualmente hacia las figuras de autoridad.

3-El trastorno disocial es el trastorno del comportamiento más grave. Se puede definir como
situaciones en las que aparece un patrón de comportamiento antisocial que vulnera derechos
de las otras personas, así como normas de convivencia o reglas socialmente aceptadas para su
edad, siendo estos comportamientos inmanejables por personas cercanas, lo que provoca un
deterioro progresivo y significativo en el ámbito interpersonal, relacional y laboral.

4- La presencia de conductas persistentes y recurrentes no adaptadas a las normas sociales de


su edad y que viola los derechos de los demás. Se pueden producir agresiones a personas y
animales, destrucción de la propiedad, robos y transgresiones graves de las normas sociales.

El trastorno disocial, como ya he mencionado, se define por un comportamiento muy agresivo.


los principales síntomas que un niño o adolescente puede manifestar son:

 Falta absoluta del sentido de la culpabilidad


 Mienten con facilidad y son deshonestos
 Comenten abusos, actos de crueldad, o agresiones a terceros
 Son egoístas
 Irresponsables
 Arrogantes y tienen sentimientos de superioridad
 Manipuladores
 Amenazan, intimidan o coaccionan a terceros
 Interpretan las reacciones de los demás como un peligro y, en consecuencia, actúan de
forma agresiva
 Provocan daños materiales, tales como incendios o robos
 Son crueles con los animales, por ejemplo, mediante torturas o ejecuciones
 Indiferencia ante el malestar de los demás
 Abuso de sustancias como drogas o alcohol
 Peleas frecuentes
 Relaciones sociales nulas, escasas o abusivas
 No piensan acerca de las consecuencias de sus actos
 Tienen comportamientos impulsivos
 Conductas temerarias
 Se escapa de casa y/o falta a menudo al colegio o instituto
 Los niños que padecen este trastorno también pueden sufrir otro tipo de trastornos
como depresión, hiperactividad, déficit de atención o un trastorno del aprendizaje.

Su frecuencia estimada se encuentra entre el 1 y el 3%. Y la edad de aparición se sitúa en

la preadolescencia y adolescencia.
5- Los trastornos del comportamiento pueden coexistir con distintos problemas, especial
mente cuando las conductas son graves y no se ha actuado de manera precoz. Los más
importantes son los siguientes:

A. Consumo de drogas, estupefacientes y otras sustancias: Existe una gran asociación entre el
consumo de drogas y el trastorno disocial. También con los restantes trastornos
comportamentales. En ocasiones, las transgresiones se producen por la necesidad de la
obtención inmediata de la sustancia. Otras veces debido al efecto de las drogas, que puede ser
agudo o a las alteraciones mentales que produce su consumo a largo plazo. El ambiente
disocial que envuelve al mundo de las drogas es un factor negativo añadido al propio
problema.

B. Fracaso escolar y absentismo escolar: que impide al alumno obtener los recursos
educativos para la resolución de conflictos. Se pierde la estructuración temporal del ocio y del
trabajo y se crea una situación de indisciplina que se traslada al ámbito familiar, con el
consecuente empeoramiento de una situación ya de por sí deteriorada.

6- Dentro del trastorno se encuentran factores de riesgo que parecen indicar una continuación
del problema en la edad adulta. Los más importantes son:

A. La edad de inicio. Los niños que desarrollan síntomas antes de los 6 años tienen mayor
riesgo.

B. La amplitud del problema, con peor evolución cuando los síntomas aparecen en varios
contextos.

C. Frecuencia, intensidad y diversidad de los trastornos conductuales.

7- Para tratar los trastornos disociales se ponen en práctica técnicas de psicología cognitiva y
conductual.

Técnicas de conducta dirigidas a eliminar problemas en él comportamiento:

• Corrección verbal y física: Para que la corrección verbal sea efectiva, se debe procurar un
estilo comunicativo en los padres y los educadores basado en el lenguaje propositivo, esto es,
evitando las frases con negaciones.

• Extinción: Se basa en ignorar las conductas inapropiadas que manifieste el niño.

Técnicas de conducta dirigidas a aumentar los comportamientos positivos:

• Técnicas de reforzamiento: Consiste en transmitir alabanzas y halagos a lo que el niño hace


bien o incluso dentro de “la normalidad”.

• Economía de fichas: Consiste en registrar las conductas positivas del niño en un calendario.
Cada conducta positiva conlleva una señal y cuando se sobrepasa un determinado número de
señales se le entrega un premio.

• Contrato de contingencias: Consiste en utilizar un reforzador positivo muy importante para


el niño para incrementar una conducta positiva que casi no se está produciendo. Para ello hay
que establecer un “contrato” entre el niño y sus padres o profesores, que incluso puede ser
escrito y firmado por ambas partes donde se especifique lo que se consigue por realizar la
conducta requerida.
• Los procedimientos cognitivos son programas encaminados a reestructurar los
pensamientos de los niños y a lograr nuevas conductas facilitadoras de la reducción de los
problemas de comportamiento.

Otras estrategias cognitivas comprenden programas de entrenamiento en habilidades de


resolución de problemas los cuales incluyen técnicas de mejora de las habilidades sociales, del
autocontrol de los impulsos o de las capacidades de comunicación.

8- No existe una sola medida que pueda prevenir todos los trastornos del comportamiento; y
hay factores causales que no se pueden prevenir (por ejemplo, el sexo o la edad) por lo que no
existe la prevención total.

Hay dos medidas muy importantes que se pueden y se deben tomar: la atención precoz a los
síntomas, y la inclusión de la familia y la escuela en el tratamiento. Es de fundamental
importancia prestar atención a las características de la vida del niño y del ambiente que le
rodea.

9- Los autores afirman que es necesario establecer pautas de disciplina, con lo cual hacen
referencia a enseñar. La disciplina ha de basarse sobre todo en principios positivos: Premiar,
apoyar y valorar lo que se haga de bueno. Cuando el niño se comporta mal lo mejor es que
afronte las consecuencias “naturales” de sus actos. Si los padres prestan atención y refuerzan
los comportamientos positivos de sus hijos más que los negativos, éstos espontáneamente
incrementarán su buena conducta.

10- Las nuevas tecnologías y los videojuegos aportan muchos aspectos positivos para el
aprendizaje y el desarrollo de diferentes habilidades cognitivas en los niños. Sin embargo,
tienen algunos aspectos negativos, especialmente si se abusa de ellos, un niño con un régimen
abusivo de “pantallas” puede encontrar aburrido el “mundo real” y tediosa e insoportable una
explicación en la pizarra donde no hay movimiento, lucecitas ni música, ni recompensas
inmediatas...

El autor también destaca algo que no es menos importante, un niño que pasa muchas horas
frente a un dispositivo electrónico se va a relacionar menos tiempo con otros niños y hará
menos deporte.

11- Un factor determinante es la falta de comunicación parental, los autores sugieren desde su
experiencia una comunicación efectiva entre padres e hijos, ya que previene la aparición de los
problemas conductuales, o ayuda a resolverlos. Si este contacto estrecho se ha mantenido
desde la infancia, la crisis de la adolescencia tiene un menor impacto negativo. Es importante
interesarse por lo que le gusta y le importa, y establecer una actitud de escucha, para que
pueda confiar lo suficiente como para animarse a hablar y compartir sus emociones,
sensaciones y sentimientos, valorar cualidades y aptitudes del niño o adolescente que estén
fuera de las áreas problemáticas, y, especialmente en la familia, no focalizar toda la vida
familiar y la relación con el adolescente en torno a su trastorno.

12- Es importante establecer puentes entre las familias y la escuela ya que tanto la familia
como la escuela se necesitan. Debe existir una coordinación entre familia y escuela de manera
que padres y profesores estén en contacto y colaboren, haciendo que el niño perciba que
trabajan en la misma dirección.

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