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Psicopatología Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad

Es un problema de salud pública que afecta alrededor del 5.6% de la población escolar.

Más frecuente en niños que en niñas (2 a 4 veces).

Criterios de inatención según el DSMIV–R.

 No pone atención a los detalles y comete errores evidentes en el momento de realizar sus
tareas escolares, trabajos o actividades diarias.
 Tiene dificultades para mantener la atención en juegos o tareas asignadas en el hogar.
 No parece escuchar lo que se le dice.
 No sigue correctamente las instrucciones, ni termina las tareas escolares, ni asume las
obligaciones en el hogar a pesar de comprender las indicaciones.
 Tiene dificultades en organizar actividades o tareas.
 Evita actividades o cosas que requieran un esfuerzo mental sostenible (como la realización
de tareas, o jugar a completar un rompecabezas).
 Pierde sus utensilios escolares o los objetos necesarios para sus actividades (juguetes,
instrumentos escolares, libros).
 Se distrae fácilmente con estímulos irrelevantes.
 Se olvida de datos importantes en las actividades diarias.

Criterios de hiperactividad e impulsividad según el DSMIV–R.

 Está inquieto con las manos o los pies mientras está sentado
 Se levanta de su lugar en el salón de clases o en otras situaciones donde se espera que se
mantenga sentado (p. ej., a la hora de comer o con las visitas).
 Corre o trepa en situaciones inapropiadas.
 Tiene dificultades al jugar o compartir sus juegos.
 Actúa como si estuviera “manejado por un motor con batería continua”.
 Habla demasiado.
 Contesta o actúa antes de que se concluya la formulación de las preguntas.
 Tiene dificultades para esperar su turno.
 Interrumpe las conversaciones o los juegos.

Falta de control sobre los procesos fundamentales de inhibición del comportamiento.


Dificultad para seguir instrucciones.

Tipo predominantemente inatento.

Se requieren al menos seis síntomas de inatención y uno de hiperactividad o impulsividad que


hayan persistido por al menos seis meses y que tengan un impacto negativo en las actividades
cotidianas de los pacientes. Esta variedad se presenta en cerca de 25% de los pacientes y
parece ser la más común en las mujeres.

Esta falta de concentración los hace poco receptivos a las llamadas de atención o
recomendaciones de los padres o autoridades, lo cual genera que éstas sean débiles para lograr
el cambio del síntoma.
Algunos investigadores han demostrado que, si la tarea o la actividad que están realizando es
altamente estimulante y les interesa mucho, los niños con TDAH pueden concentrarse igual
que los niños sin TDAH.
Tipo predominantemente hiperactivo–impulsivo.

Se detectan seis síntomas o más en los apartados de hiperactividad e impulsividad y al menos


uno de inatención durante seis meses o más y que interfieren en el desarrollo de las actividades
de los pacientes. Representa 10% de los casos y se considera que estos pacientes están
severamente afectados; en general son preescolares y escolares pequeños.

Clínicamente se observa una incapacidad de autocontrol respecto a situaciones cotidianas de la


vida. Esto genera que la relación entre padres e hijos se vea deteriorada.

Tipo combinado.

Se observan seis o más de cada uno de los síntomas referidos. Es la variedad más frecuente,
representa a dos tercios de todos los pacientes con TDAH y predomina en el varón.

ETIOLOGÍA:

Base etiológica (biológica)  funcionamiento bioquímico cerebral alterado  desbalance de


noradrenalina (FC, estrés, lucha huida) y dopamina (actividad motora, cognición, motivación,
sueño, humor, atención, aprendizaje).

Causas genéticas (herencia 75%) y neurobiológicas  alteraciones en el lóbulo frontal, núcleo


caudado (control motor, aprendizaje, memoria), globo pálido (control de movimientos
voluntarios) y cerebelo (integrar vías sensitivas y motoras  controlar órdenes motoras de la
corteza cerebral  equilibrio, postura, aprendizaje motor).

Bases ambientales  Tabaquismo y consumo de alcohol durante el embarazo, problemas


durante el nacimiento, prematurez y niveles elevados de plomo en la sangre (puede
desencadenar problemas de desarrollo)

CARACTERÍSTICAS DE QUIENES LO PRESENTAN:

Las conductas impulsivas, agresivas y la excesiva intensidad en la actividad de los niños con
TDAH, tienden a ser más intensas cuando el niño está expuesto a un ambiente con muchos
estímulos o poco estructurado En estos niños es frecuente el oposicionismo, la torpeza motora,
los trastornos del sueño y las dificultades en la interacción social.
En la escuela son frecuentes las quejas por rendimiento académico inadecuado, mal
comportamiento y faltas de respeto hacia los profesores, así como malas relaciones con los
amigos, lo que genera un rendimiento escolar deficiente, necesidad de apoyos tutoriales y
cambios de escuela frecuentes.

En la adolescencia disminuye la hiperactividad; por ello parecería que el sujeto ha mejorado.


La impulsividad, la inatención y la deficiencia de las funciones ejecutivas persisten y afectan
de modo específico esta etapa de la vida. Los adolescentes muestran un mayor riesgo de falla
académica, reprobación y abandono escolar prematuro.

En actividades al aire libre y en ambientes espaciosos generan menos problemas; con


frecuencia son buenos deportistas y disfrutan de la actividad física.

 TDAH leve  No causa alteraciones importantes en el desarrollo o no afecta la


funcionalidad del individuo con respecto a su entorno, por lo que es suficiente establecer
estrategias de manejo familiar y de crianza.
 TDAH moderado  Genera algunas alteraciones en el desarrollo, y requiere supervisión y
que se establezca un programa de trabajo en casa y en la escuela.
 TDAH grave  Los síntomas causan alteración marcada en el desarrollo, disfunción social
o conductas persistentes e intensas que limitan el desarrollo del paciente, y que deben ser
modificadas a través de un programa integral de manejo médico y psicopedagógico.

Preescolares con TDAH.


3 – 6 años.

Algunos síntomas, como inatención, impulsividad y desobediencia comienzan a los 4 o 5 años.

La variedad más frecuente en preescolares es la de tipo hiperactivo.

Cuando todas estas características (exploración, inquietud, poco control de impulsos,


distracción, dificultad para esperar su turno, poca tolerancia a la frustración  características
normales de la edad) en el niño comienzan a afectar su comportamiento en casa, su desempeño
escolar y sus relaciones sociales con otros niños, se debe considerar una valoración para
descartar un TDAH.

La mayoría de los niños preescolares con TDAH tienen antecedentes de cambios en el


temperamento, cambios frecuentes en la expresividad emocional con humor irritable e incluso
algunas dificultades en la adaptación social y en la forma de relacionarse.

Factores de riesgo  cambios o factores ambientales que pueden deberse a escasas


habilidades de manejo de los padres, falta de normas, límites y reglas, ambientes desordenados
y poco predecibles, cambios en la estructura familiar o familias en las que ambos padres
trabajan. Las secuelas de abuso o abandono del niño, una estimulación insuficiente o una
estimulación excesiva, y exigencias o expectativas de padres y profesores no adecuadas para el
nivel de desarrollo del niño, pueden interferir con la conducta y la atención.

Comorbilidad.

Temperamento difícil: el temperamento es el estilo innato y personal de comportamiento del


individuo, es decir, la manera en que cada uno es capaz de manejar las frustraciones y de
controlar su inteligencia emocional y social; el temperamento forma parte de la personalidad,
es su base biológica. A pesar de que manifiesta una relativa estabilidad a través del tiempo, el
temperamento puede cambiar según las circunstancias ambientales. El temperamento se
evalúa en nueve áreas:

1. Nivel de actividad.

2. Ritmicidad.

3. Adaptabilidad.

4. Acercamiento/alejamiento.

5. Sensibilidad ante estímulos.

6. Intensidad de reacción.

7. Calidad del humor.

8. Inatención.

9. Sociabilidad.

Con estos parámetros se determina si un niño tiene tendencia al temperamento fácil, difícil o
de otro tipo. Los niños preescolares con temperamento difícil muestran gran actividad física,
con baja tolerancia a la frustración, tendencia a desarrollar agresividad, a ser distraídos, con
rutinas diarias irregulares, son lentos para aceptar experiencias nuevas y tienen reacciones
negativas e intensas.11,12 Se ha planteado que los signos atribuidos al temperamento difícil en
la edad preescolar predicen el TDAH en la edad escolar.

Trastornos de ansiedad: los trastornos de ansiedad con mayor prevalencia en el TDAH son
la ansiedad de separación, el trastorno de angustia, el trastorno obsesivo–compulsivo y la
ansiedad generalizada. Cerca de 25% de los niños con TDAH presentan un trastorno de
ansiedad. El trastorno por ansiedad de separación se presenta cuando el niño debe separarse de
la persona con la que está unido en un apego patológico (por lo general, la madre). Se
manifiesta por ansiedad excesiva e inapropiada para el nivel de desarrollo del niño, se
acompaña de inatención, malestar general, en ocasiones hiperactividad, bajo rendimiento
escolar, dolores de cabeza, resistencia a quedarse solo.
Trastorno negativista desafiante: las principales características de este trastorno son la falta
de cooperación, el comportamiento hostil y el desafío hacia todo aquello que indique
autoridad: los niños discuten continuamente con los adultos, desafían las reglas, se niegan a
obedecer órdenes, son provocadores, molestan de manera deliberada a las personas que los
rodean, culpan y reprochan a los demás sus propios errores, suelen ser enojones, irritables,
quisquillosos, resentidos y vengativos, dicen groserías, suelen utilizar palabras hirientes con la
intención de lastimar, con frecuencia tienen problemas académicos, son mentirosos e
incumplidos.

Trastorno disocial: consiste en un patrón de conductas en el que se violan sistemáticamente


las normas sociales y los derechos básicos de los demás, de forma persistente y durante al
menos un año. Pueden presentarse conductas agresivas hacia personas y animales
(intimidación y amenazas, peleas, crueldad física), destrucción de la propiedad, robos y
mentiras para eludir responsabilidades, así como violaciones graves de las normas
establecidas.

Trastornos del sueño: los niños preescolares con TDAH suelen mostrar problemas tanto en
la conciliación del sueño como en el mantenimiento de éste y en su duración. Pueden presentar
somniloquio (hablar dormido), terrores nocturnos, pesadillas, movimientos involuntarios y
sonambulismo. Sin embargo, parece que la calidad de su sueño es sustancialmente similar a la
de los niños sin TDAH.

Autismo: es un trastorno profundo del desarrollo que afecta severamente las habilidades del
niño, en especial en lo relacionado con el desarrollo del lenguaje y las relaciones sociales. Las
alteraciones sociales son el principal síntoma del autismo. Estos niños encuentran difícil
ajustar su comportamiento al de los demás, ya que no entienden muy bien las convenciones y
normas sociales. Presentan patrones restringidos de comportamiento, intereses y actividades.

Trastornos específicos del aprendizaje: el TDAH y los trastornos específicos del


aprendizaje tienen una alta probabilidad de coexistir en el preescolar, dado que ambos poseen
una base neurológica.

Trastorno motor: los trastornos de la coordinación motriz son comunes (35%) en


preescolares con TDAH. Se manifiestan desde los primeros años de vida con caídas y
tropezones frecuentes, así como con problemas para recortar, realizar trazos o rasgar. Se
asocian con retardo en el desarrollo del lenguaje y posteriormente con dificultades de la
lectoescritura, esto último a consecuencia de problemas visoespaciales. Es necesario reconocer
que estas fallas visoperceptuales no son el resultado de problemas visuales.

Lesiones del sistema nervioso central: se han descrito síntomas similares a los del TDAH en
el síndrome de alcoholismo fetal y en la intoxicación por plomo. Un número significativo de
niños presentan a largo plazo problemas de aprendizaje o conductuales tras una meningitis o
una encefalitis. El antecedente de prematurez es otro factor que se ha relacionado con el
TDAH.

Escolares con TDAH.

Normalmente los síntomas aparecen entre los tres y los cinco años de edad y se exacerban
cuando estos pequeños entran al último año de preescolar o al primer año de primaria, lo cual
se relaciona con el aumento del grado de dificultad que representan estas etapas y en donde su
comportamiento es más evidente al compararlo con el resto del grupo.

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