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Cuando se refiere al termino de “persona” no solo se habla del término que puede
hacer alusión a “hombre”, de igual forma que también al concepto de “humano”,
alguien que tiene una cultura, que es capaz de razonar por sí mismo, alguien que
tiene una identidad única e irrepetible, que posea conocimientos del mundo real y
que cada concepto aprendido llegue a tener un significado general para todos y de
esta manera lograr un entendimiento que haga tener algo en común a cada
persona como expresó Aristóteles (1979).
Los textos tienen en común que explican cómo una persona se vuelve más
“humana” con el paso del tiempo, cuando crea hábitos, cuando razona. Cuando se
piensa sobre la palabra “persona” suelen relacionarlo con algo intrínseco, como si
nacieran siendo personas totalmente desarrolladas. Pero todo esto es parte del
crecimiento, es algo inevitable, por lo cual se debe pasar por el proceso de tomar
conocimiento de las acciones y aprender de ellas para que en un futuro se puedan
aplicar en la vida diaria, según Platón (1979) todo lo que se aprende debe quedar
retenido en la mente porque eso significa que fue una enseñanza importante y los
individuos deben ser capaces de traerla de vuelta al presente y ocuparla
correctamente.
La educación es un proceso esencial por el que se tiene que pasar para formar
personas por lo que se refuerza siempre su importancia, Almiburu (2012) destaca
que todo lo que es sabido o está en proceso de aprendizaje tiene detrás una
historia significativa que se ha transmitido de una generación a otra durante el
tiempo, por lo que, esto conlleva a otro tema de suma importancia cuando se
explica lo que es una persona o como se debe comportar, que es el ámbito social.
La conservación de la cultura como medio de transmisión de valores se relaciona
con la sociedad ya que ellos mantienen a las personas en constante aprendizaje
para ayudarlas en su desarrollo. En el texto de Savater habla de cómo Juan Deval
describe a una “persona” “una persona capaz de pensar, de tomar decisiones, de
buscar la información relevante que necesita, de relacionarse positivamente con
los demás y cooperar con ellos, es mucho más polivalente y tiene más
posibilidades de adaptación que el que sólo pose una formación específica”
(Savater, 1997), aquí se vuelve a reiterar el concepto de una “persona racional”,
ya que, para lograr el objetivo de instruirse con sabiduría es necesario saber
compartir los puntos de vistas y pensamientos porque no solo se trata de obtener
conocimientos nuevos, se deben comprender y sacar ventaja de estos para luego
usarlos y eso se logra a través de las interrelaciones.
Siguiendo con el tema de la racionalidad, esta se puede destacar como una de las
características primordiales de cómo se logra ser una “persona humana”, ya que,
esta cualidad engloba todo lo que tiene que ver con la libertad del hombre, de su
dependencia, inteligencia, de cómo forma su personalidad y de poder tomar sus
propias decisiones, esto lo mantiene consciente de sus acciones y sus posibles
consecuencias tanto en su vida como en la comunidad con la que se relaciona,
Carmen Villarán lo comenta de esta forma “todo hombre es persona por su
racionalidad y voluntad, facultades que se manifiestan en estado de libertad, y “a
su vez, la libertad no es posible sin el entendimiento. En tal sentido, “la libertad,
que capacita al hombre para obrar por deber y no solamente por instinto, es
también lo que le hace ser persona y no un simple animal.” (Villarán, 2007) Esta
persona desarrollada posee voluntad e inteligencia que lo hace consciente de sus
responsabilidades, ambas cualidades nombradas pasan a formar parte de la
espiritualidad de la persona.
El hombre al ser racional también es educable, por lo que, este nunca dejará de
aprender, está presto a recibir aprendizajes tanto dentro como fuera de la escuela
y esto influye en el descubrimiento de sus virtudes, una de las cualidades que más
puede sobresalir. Las virtudes ayudan al hombre a formarse como ciudadano
además de como persona, por consiguiente, será reconocido como tal. Volviendo
al tema de la racionalidad, todo esto se conecta de modo que si tenemos la
suficiencia de aprender llegaremos a ser virtuosos y Aristóteles (1979) lo explica
diciendo que el propósito más grande del hombre en la vida es alcanzar la
felicidad, por ende, si no destaca en algún campo o no se siente suficiente de su
trabajo no logrará este objetivo que le aporta como persona individual y como
persona que forma parte de la sociedad que debe cumplir con un cierto modelo
moral. Finalmente, la moralidad se construye y mejora por hábitos, por
repeticiones de actividades, todo este proceso siempre relacionado con el
aprendizaje integral para llegar a ser personas adaptadas a todo tipo de situación
o problemática.
Bibliografía